Capítulo II y III - 22-07-2022

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Capítulo II

ANTECEDENTES Y FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA INVESTIGACIÓN

1.- Antecedentes sobre el estudio de las migraciones

Es bien sabido que las migraciones internacionales han sido un fenómeno social
de estudio que ha tenido cabida en las últimas décadas, diferentes disciplinas -
sobre todo desde la antropología social- han intentado explicar, abordar y analizar
todo lo referente sobre los desplazamientos de diferentes grupos sociales hacia
otros destinos, sus causas y el impacto que puede llegar a tener esto, no solo
dentro del marco de las relaciones sociales, de parentesco, sino también de la
interculturalidad entre los migrantes y las culturas de acogida.

La movilización de personas desde hace miles de años puede considerarse como


un método de subsistencia de los grupos humanos, la búsqueda constante de
recursos y aumentar o mejorar la calidad de vida de la comunidad son solo una de
las tantas motivaciones de los grupos sociales para su sostenibilidad.

El desplazamiento de grupos humanos hacia diferentes localidades podría decirse


que es objeto de estudio de diferentes disciplinas, sin embargo, nos enfocaremos
en los estudios desde el ámbito de la antropología social y cultural. Valadés Sierra,
J. M. (1994) explica que la Antropología es sólo una más de las disciplinas que se
han ocupado del fenómeno migratorio.

Desde el ámbito de la Antropología existen numerosos trabajos de investigación


sobre las migraciones, desde los años 1930 profesionales de esta disciplina se
comenzaron a interesar por las movilizaciones de los grupos humanos que se
desplazaban hacia otras naciones, principalmente por las perspectivas de los
estudios de psicólogos de esa época, que, se enfocaban en los migrantes como
individuos y no como grupo.
Dado que durante esos años los estudios sobre los movimientos migratorios
tenían como principal protagonista a las poblaciones rurales desplazadas hacia las
grandes ciudades, el enfoque recurrente consistió en resaltar subsecuentemente:
1) el impacto destructivo y desarticulador de estos movimientos en el ámbito de las
sociedades del campo, 2) los logros alcanzados por estos migrantes en las
ciudades, y 3) la existencia de una supuesta evaluación consciente que el
migrante potencial hacía sobre los costos y beneficios de su desplazamiento.
(Garduño, 2003).

De esta manera, entre las décadas de 1930 y 1940, la migración fue asumida
como un medio de transición de las idílicas y tradicionales sociedades rurales o
tribales hacia una vida en la moderna pero caótica sociedad urbana, que
inevitablemente destruiría la cultura y la identidad de los migrantes por la vía de la
llamada destribalización o desmoralización (Redfield, 1941).

Es así como en el auge de todo este fenómeno migratorio, se pueden observar


durante el transcurso de la historia diferentes olas de migrantes, desde las
primeras migraciones que se llevaron a cabo a través del estrecho de Bering,
hasta la actualidad. Si bien es cierto que en nuestros días existen factores
externos (guerras, persecuciones, hambruna, peligros extremos, etc.), el motivo
sigue siendo el mismo: la supervivencia y mejorar la calidad de vida de la persona
migrante.

Decir que las migraciones humanas son tan antiguas como el propio ser humano
es, probablemente, insistir en un tópico que no por el hecho de serlo pierde
vigencia. El afán por la mejora en las condiciones de vida es un sentimiento que
puede considerarse innato en el ser humano: de hecho, el propio instinto de
conservación y un espíritu de superación que aparece por doquier en las
sociedades humanas podrían considerarse, en realidad, el motor del proceso
histórico. (Valadés Sierra, 1994).

Para verlo desde una perspectiva más micro, en el caso del continente
Latinoamericano, pudieron verse diferentes olas migratorias, desde los años 1940
hasta la actualidad. Se pueden apreciar estos movimientos migratorios masivos en
Latinoamérica específicamente desde 1942, los cuales iniciaron a partir del
programa bracero, que permitió la entrada de aproximadamente 4,5 millones de
agricultores mexicanos a Estados Unidos.

Posteriormente, en los años 1945 por motivo de la segunda guerra mundial,


aproximadamente un millón de puertorriqueños viajaron a USA para asistir a la
demanda de mano de obra que estaba producida por la economía de
manufactura, que se encontraba en auge en ese momento por motivo de la
segunda guerra mundial.

En los años siguientes, las perspectivas individualistas de la migración fueron


dejándose a un lado, para concentrarse en los estudios sobre los procesos de
adaptación social de los migrantes a las estructuras modernas. La migración fue
entonces asumida como un factor de solidificación de los vínculos de parentesco
extendido más que de deterioro de la cultura tradicional de los migrantes (Lewis,
1952).

Con la llegada de Fidel Castro al poder y con el asesinato del ex presidente Rafael
Leónidas Trujillo en la República Dominicana en 1959, se desata una ola
migratoria de nacionales cubanos y dominicanos hacia los países vecinos del
norte.
De los años cincuenta a los sesenta, esta misma perspectiva individualista se
reformuló sensiblemente a través de los estudios sobre los procesos de
adaptación social de los migrantes a las estructuras modernas.

Así bien, en el año 1965, EE. UU pone fin a la ley que otorgaba visas según el
país de origen, por lo que abren las puertas a una migración más abierta,
principalmente a migrantes de Europa, Asia, Sudamérica y Centroamérica; esto
condujo a que el índice de migración se duplicase, entre 1965 y 1970.

Ya en los años setenta, según Garduño, Everardo (2003), los antropólogos se


vieron cautivados por la teoría de costo-beneficio, de acuerdo con la cual los
individuos recogen información en el mercado laboral para evaluar el rendimiento
que les puede producir el migrar en comparación con las ventajas de permanecer
en casa.

Más adelante en 1980, la inestabilidad política y la pobreza que se veía en


Nicaragua, aunado a la guerra civil que se producía en esa época en El Salvador,
dan origen a una migración masiva de estos nacionales de estos países de
Centroamérica.

Antes de firmar una ley que controlaba de forma rigurosa la migración en Estados
Unidos, el gobierno del presidente de esa época, Ronald Reagan, otorgó amnistía
a más de 3 millones de migrantes que habían ingresado al país antes del 1 de
enero de 1982 y que habían permanecido en EE. UU hasta 1986.

En los años noventa, debido al incremento de los conflictos armados ocasionados


por las FARC se ocasionó el desplazamiento y exilio de más de 750.000
colombianos hacia los países vecinos. En el año 1998, con el paso del huracán
Mitch por Honduras, Guatemala y Nicaragua, dicho huracán ocasionó más de
19.000 muertes y que miles de centroamericanos se refugiaran en Estados
Unidos.

Los antropólogos, no obstante, se han dedicado preferentemente al estudio del


individuo emigrante o emigrado, centrándose en las cuatro unidades que
posibilitan toda migración: una unidad emisora (la comunidad de origen), una
unidad receptora (la sociedad de destino), una unidad migrante (el individuo) y una
estructura más amplia a la que las otras pertenecen (Tilly, 1965). Esta última, se
puede entender como la estructura social en sí, en la que se encuentran: los
individuos, los grupos sociales, los roles sociales, las normas, costumbres,
instituciones, etc.

2.- Interculturalidad y migrantes.

2.1 Identidad y alteridad.

Es muy importante destacar cómo las personas migrantes logran insertarse


culturalmente en los países de acogida, es en esta instancia donde nace el
binomio de identidad/alteridad, de aquellos que emigran y los locales del país de
acogida. La identidad puede entenderse como ese cúmulo de aspectos culturales
y sociales que pueden llegar a hacernos únicos. Son los recursos culturales que
puede utilizar una nación de forma simbólica en los ciudadanos de un determinado
territorio para la cohesión y generar una familiaridad e identificación con el
territorio mencionado.

De la misma manera, así como existe un nosotros, existe un otro, o, también


llamado desde la Antropología como alteridad, se puede percibir como estamos
creando constantemente no solo una idea de nosotros mismos, sino también en
cómo percibimos a los otros desde nuestro propio discurso. El término alteridad se
trata de justamente eso, en como el “yo” puede lograr un descubrimiento y
entendimiento del “otro”. (Redacción, 2018) en este sentido, se puede definir
como la relación de oposición que se registra entre el sujeto pensante, es decir, el
yo, y objeto pensado, es decir, el no yo. La alteridad es el principio filosófico que le
permite a uno alternar o cambiar su perspectiva por la del otro.

Es este binomio de identidad/alteridad que nos lleva a tener en cuenta algunos


conceptos desde la perspectiva antropológica para tener un panorama mucho más
esclarecido sobre la diversidad cultural en nuestro continente. Por este motivo, es
necesario definir de manera breve el pluralismo cultural, multiculturalismo y la
interculturalidad. Aunado a que estos términos podrán de una mejor medida
explicar la segregación cultural que pueden llegar a tener los migrantes en algún
país de acogida.

También, dichos términos son prescindibles para la explicación de las políticas


migratorias que ha ejecutado el Estado chileno en torno al aumento exponencial
que ha tenido el país con respecto a la recepción de migrantes internacionales en
la última década, lo que conlleva a contar con un país pluricultural. No solo por las
diferentes culturas autóctonas del país: Mapuches, Rapa Nui, quechuas, etc. Sino
también por toda esa ola de migrantes que Chile ha estado recibiendo durante las
últimas décadas.

El término de multiculturalismo surgió según Azurmendi (2002) a partir de 1960 el


gobierno canadiense para referirse a una nueva política en esa misma época, se
trató de una política inclusiva para referirse a la existencia de diferentes grupos
culturales, en ese entonces se encontraban tres entidades sociales de la
Federación: la anglófona, la francófona y la aborigen, siendo los anglófonos la
mayoría étnica y las otras consideradas minorías étnicas.

Más tarde, la política multicultural se amplió hasta abarcar a los inmigrantes,


considerados como minorías étnicas, y el concepto hizo referencia a las variadas
ciudadanías segmentadas por cultura, lengua e historia que se hallan dentro de un
estado democrático. Eventualmente, esta política terminó implementándose en
diferentes gobiernos, principalmente de Europa y Norte América, especialmente
orientada hacia los inmigrantes.

Se puede decir que existen diferentes mecanismos sociales que se encuentran en


constante cambio, el mismo sistema se construye y readapta para permitir la
construcción constante de la identidad en los individuos en cuestión. Según
(Escriba 2011), la categoría de identidad, para las ciencias sociales como la
antropología es importante, ayuda a entender y aclarar toda la gama de categorías
que se involucran dentro del concepto de identidad, por ésta razón, hay necesidad
de reincorporar las investigaciones y utilizarlas como herramienta de investigación
para buscar las manifestaciones concretas de los hechos sociales, es decir, la
identidad tiene utilidad en dos dimensiones: 1) como teórico – metodológico desde
la conceptualización y noción interdisciplinaria y 2) como categoría social para
estudiar los actores o agentes sociales, como productores y constructores de
cultura y sociedad.

Precisamente en este ámbito la antropología toma mayor énfasis para entender la


cultura en sus diferentes niveles, es así como la identidad o las identidades
alcanzan dimensiones culturalmente hablando, como: reglas, normas, valores,
estructuras sociales, niveles de socialización, ideología, política, ect. (Escriba
2011), argumenta que es de esta manera que se puede decir que los migrantes
también pueden tener un impacto en la cultura de los países de acogida, la
identidad juega un papel fundamental en este aspecto. Cuando hablamos de la
identidad es imposible dejar de lado la cultura y viceversa, pues son categorías
inseparables, guardan una estrecha interrelación, puesto que la identidad está
sostenida por los repertorios o elementos culturales que los conforma y construye.
Así bien, según lo anteriormente mencionado, la cultura forma parte de manera
intrínseca de la identidad, así como el lenguaje, nos permite formar parte de un
grupo social determinado y que podamos identificarnos y separarnos de los
demás.

Las migraciones traen tras de sí un sin número de diferentes factores, entre ellos
se encuentran los choques culturales que puedan experimentar los migrantes, el
impacto que puede producir el trasladarse desde una cultura y entorno familiar
hacia una cultura totalmente ajena, sumergirse en nuevas normas de conducta,
roles sociales diferentes, y unos nuevos valores. Se podría decir que en estos
aspectos es donde se puede generar el interculturalismo, el cual refleja las
distintas relaciones entre diferentes grupos sociales; la interculturalidad celebra la
igualdad, el respeto y la tolerancia entre culturas.

Pulgarin (2012) argumenta que los objetos de investigación en torno a la cultura


son usuales en el estudio antropológico de las migraciones, aunque es menos
frecuente hallar estudios en los que la cultura, en su proximidad con la identidad o
las representaciones, se explore como causa de la emigración internacional. Se
podría especular que las razones para esta marginalidad de la cultura en los
estudios sobre las causas de la emigración son de diverso orden.

2.2 Cultura e interculturalidad

Las migraciones traen tras de sí un sin número de diferentes factores, entre ellos
se encuentran los choques culturales que puedan experimentar los migrantes, el
impacto que puede producir el trasladarse desde una cultura y entorno familiar
hacia una totalmente ajena, sumergirse en nuevas normas de conducta, roles
sociales y nuevos valores que son totalmente diferentes.

(Hernandez Pulgarin 2012) argumenta que los objetos de investigación en torno a


la cultura son usuales en el estudio antropológico de las migraciones, aunque es
menos frecuente hallar estudios en los que la cultura, en su proximidad con la
identidad o las representaciones, se explore como causa de la emigración
internacional. Se podría especular que las razones para esta marginalidad de la
cultura en los estudios sobre las causas de la emigración son de diverso orden.

En resumen, se podría decir que ser migrante significa ser otro, según
(Monteagudo, 2012), la migración obliga al sujeto a reflexionar, cuestionar y
negociar. La pérdida de los marcos de referencia de la vida cotidiana habitual,
inmersa en la cultura aprendida a lo largo de los años, impone una especial
agudeza para captar las diferencias de valores, estilos de vida y hábitos entre las
sociedades de origen y de acogida.

Así bien, el interaccionismo multicultural, no se queda atrás, las culturas están


constantemente en una interacción, por lo que se presupone que existe una
influencia cultural mutua. Estas interacciones podrán ser provechosas o
infructuoso dependiendo del carácter de las percepciones (positivas o negativas)
que tengan los individuos con respecto al otro; estos caracteres podrán incentivar
o limitar el contacto con los miembros de otros grupos culturales.

Así bien, es bastante notorio que, tanto las personas autóctonas de los países de
acogida, como también los emigrantes que comparten el mismo espacio, se
encuentran constantemente en cambios culturales y procesos de adaptación, el
cual se le denomina como proceso de aculturación.

Según (Cervantes, s. f.), la aculturación es un proceso de adaptación gradual de


un individuo (o de un grupo de individuos) de una cultura a otra con la cual está en
contacto continuo y directo, sin que ello implique, necesariamente, el abandono de
los patrones de su cultura de origen. Dicho contacto suele derivar en influencias
culturales mutuas que comportan cambios en una o en ambas culturas. El
proceso de aculturación consiste, por un lado, en la incorporación de elementos de
la nueva cultura y, por otro, en el reajuste de los patrones culturales del individuo o
grupo, motivados ambos por la necesidad de reorientar sus pensamientos,
sentimientos y formas de comunicación a las exigencias de las realidades
externas.
Ferrer (2014), argumenta que uno de los modelos del proceso de aculturación más
conocidos desde la psicología intercultural ha sido propuesto por Berry (1989),
mediante el cual se sugieren cuatro caminos de adaptación posibles de acuerdo
con la intensidad en la identificación del inmigrante con la sociedad de acogida,
por un lado, y con la sociedad de origen, estos son:

 Asimilación: Cuando el inmigrante abandona su identidad de origen y


adquiere o prefiere la del grupo mayoritario.
 Biculturalismo: El inmigrante conserva las características de su cultura y
participa o comparte al mimo tiempo la cultura del grupo mayoritario.
 Segregación: El inmigrante no trata de establecer relaciones con el grupo
mayoritario y busca reforzar su identidad étnica autóctona, oponiéndose a
toda mezcla con el grupo dominante o los otros grupos étnicos de la
sociedad.
 Marginalización: El inmigrante pierde su identidad cultural autóctona, y no
quiere o no tiene el derecho de participar en la cultura del grupo dominante.

Como es bien sabido, la cultura cuenta con una importancia significativa dentro de
toda sociedad, esto debido a que compone las pautas de nuestro comportamiento,
nos ayuda a contar con una identidad. Se trata de un fenómeno totalmente
humano, de la cultura radican nuestros códigos, costumbres, tradiciones, etc. Esta
se reproduce a sí misma a través de los métodos de socialización, mediante este,
los sujetos adoptan las pautan que regirán su comportamiento, mientras que estos
mismos individuos realizan una transmisión simbólica de la cultura entre ellos
mismos y de generación en generación.

La inmigración significa para los migrantes una serie de cambios a nivel social,
cultural e incluso a nivel individual, que paulatinamente influirán en su adaptación
a la sociedad receptora, es por ello que es fundamental analizar los cambios
culturales que son producidos a través de la inmigración hacia los países de
acogida.
3.- El fenómeno migratorio

3.1 Migración venezolana a Chile

La migración venezolana hacia el exterior, tuvo en el 2015 un peak significativo,


debido al alto traslado registrado, ya que un aproximado de 697.562 venezolanos
a causa de la ya muy notoria crisis económica que atravesaba Venezuela, salió al
exterior, lo que representaba un 2,3% de la población total.

Durante el año 2017, se volvió a registrar otro peak de migrantes, registrándose


una suma de 1,42 millones de personas, lo que se traduce en el 5,4 % de la
población total. Ya para el año 2018 en Venezuela, se registró una hiperinflación,
la cual es actualmente considerada como la peor en la historia del continente, un
aproximado de 2,3 millones de personas salieron del país, representando así un
7% de la población total de Venezuela. Estos periodos representan en la última
década como las 3 oleadas migratorias más importantes del país.

Según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística en conjunto con el


Departamento de Extranjería y Migración de Chile (DEM) en diciembre de 2020,
los migrantes venezolanos representaban un 30,7% del total de la población
migrante del país, siendo la mayoría hasta la fecha, seguido de los nacionales de
Perú, que representan un 16,3%.

En el estudio de Alcaraz (2008, p. 153), el inmigrante económico extranjero es


construido y reconstruido por toda una sociedad (normativamente, políticamente,
mediáticamente…) como ese «otro» diferente a un «nosotros» también construido
socialmente como homogéneo. Analizamos, por lo tanto, esas relaciones de
alteridad y las condiciones actuales en que se dan las mismas, centrándonos en la
dicotomía inmigrante/autóctono presente en el ámbito educativo formal (…) desde
la Antropología hoy se está contribuyendo activamente a la deconstrucción de
realidades desigualitarias para con todos los considerados «otros», el inmigrante
económico extranjero entre ellos.

Es por esta razón que el enfoque que puede dar la Antropología ante el estudio de
los fenómenos migratorios es bastante importante, ya que nos proporciona un
enfoque holístico, social, e integrador en lo que a migraciones se refiere. La
disciplina vendría siendo como una especie de cohesión entre el fenómeno y su
interpretación, funciona como una excelente manera de comprender y explicar
todos los procesos para brindar explicaciones y posibles soluciones a los
problemas planteados.

Un aspecto importante a recalcar en estos fenómenos migratorios es la curiosa


dinámica que se genera en esta identidad/alteridad. Según (Pulgarín, 2012), más
allá del carácter des-esencializado con el que se quiera aprehender el asunto de
las identidades, es evidente que los colectivos hacen de éstas recursos que
abrevan en representaciones de autenticidad y de reforzamiento de la apreciación
y sentido del sí mismo individual y colectivo. Una de las facetas de estas
identidades se fundamenta en la elaboración de discursos que fungen de matriz
simbólica para orientar la identificación con un territorio y con un colectivo.

3.2 Remesas

En un estudio realizado por el Banco Mundial en el año 2021, se estimó que las
remesas enviadas por los migrantes hacia países de ingreso bajo y medio,
registraron un sólido crecimiento del 7,3% que alcanzó los USD 589 000 millones.
Por segundo año consecutivo, los flujos de remesas superaron la suma de la
inversión extranjera directa (IED), esta última se refiere a la inyección de capitales
que puede recibir un país de parte de corporaciones extranjeras, con el fin de
crear compañías en el territorio, o invertir en empresas ya constituidas, para su
control.

Los flujos de remesas con destino a América Latina y el Caribe, alcanzaron un


nuevo máximo de USD 126 000 millones en 2021, lo que representa un
crecimiento del 21,6% en comparación con el año 2020. En el caso de Venezuela,
según el informe macroeconómico de la República Bolivariana de Venezuela,
realizado por la CEPAL en el año 2021, indicó que las remesas que enviaron los
migrantes venezolanos pudieron haber alcanzado USD 3.500 millones de dólares,
monto que equivale aproximadamente 5% del Producto Interno Bruto de
Venezuela.

Según (Hernández Pulgarin, 2012, p. 40) la emigración, sobre todo aquella


orientada por la búsqueda económica, es decir, la mayoritaria en la sociedad
contemporánea, por un motor económico está condicionada por la cultura, al
menos por algunas expresiones de ésta que, se fundamentan en principios, no
naturales o inherentes a los humanos, sino culturales, como el afán de lucro, el
interés por un estatus elevado o los sueños de progreso material. La etnografía se
ofrece como recurso metodológico apropiado para conocer esas particularidades
de esta versión de la cultura como causante de la migración.

Así bien, los migrantes juegan un papel importante en los mercados laborales de
los países de acogida, debido a que muchos de estos migrantes cuentan con
conocimiento técnico y realizan labores especializadas, esto llega a producir
muchos aspectos positivos en el país destino sobre la oferta y demanda de
trabajo. Sin embargo, muchas veces estos aspectos positivos no son reconocidos,
por lo contrario, los países implementan medidas más restrictivas para el ingreso
de migrantes.

Producto de esta rivalidad o competencia entre nativos y emigrantes se establece


una contradicción en los países receptores, pues a pesar de impulsar la migración
de trabajadores, debido a lo beneficioso que resulta la misma para ellos por la
llegada de mano de obra barata y dispuesta a ocupar, por lo general, cualquier
empleo, los países industrializados imponen severas legislaciones nacionales para
limitar a los inmigrantes, influidos, además, por expresiones de xenofobia y de
rechazo al diferente, (Viña, 2009).

La perseverancia del fenómeno migratorio termina reflejando la persistencia de los


factores de decadencia estructural en los países de origen, tanto del fracaso del
Estado como también el fracaso del mercado interno para generar buenos
salarios, crecimiento económico, frenar la inflación, la falta de inversión y la falta
de nuevos puestos de trabajo. Es por esta razón que la migración seguirá
existiendo mientras sigan prevaleciendo condiciones precarias en el país, sin que
puedan existir alternativas que puedan mejorar las condiciones de vida de los
ciudadanos.

En el estudio de Ferrer et al. (2014), no es solo el problema de adaptación lo que


aqueja al inmigrante, sino los motivos que lo llevaron a salir de su país. En
estudios de Olivos (2000) y Schweitzer, Buckley y Rossi (2002, citados en Fajardo,
Patiño & Patiño, 2008), en una revisión de la literatura en esta área, se encontró
que los factores pre-migratorios, especialmente las experiencias traumáticas que
obligaron a la migración, se relacionan consistentemente con la prevalencia de
trastornos por estrés postraumático, acompañado de depresión, ansiedad, abuso
de sustancias psicoactivas, separación y abandono en los inmigrantes.

3.3 Motivaciones del migrante

Para poder comprender un poco más a fondo se debe tener en cuenta la


motivación individual por cambiar de condición económica y social, las
contribuciones (remesas) que estos migrantes realizan a sus países de origen, e
incluso los vínculos que pueden tener y que enlazan los lugares de origen y
destino. Las explicaciones de la actualidad con respecto a las motivaciones de los
migrantes se centran básicamente en el homo economicus. Este se trata de un
modelo de comportamiento, es aquella persona que busca maximizar sus
beneficios con el menor esfuerzo posible. Sin embargo, es absolutamente notorio
que más allá de los motivos económicos sino que también hay factores que
provienen desde los ámbitos personales y sociales.

Martínez-Casasola Hernández (2020), argumenta que no se ha tenido en cuenta


que las decisiones del individuo varían significativamente en función de la
sociedad en la que viva y por lo tanto según los valores (también económicos y
sociales) en los que se haya criado y que considere como propios.

Si bien es cierto que cada persona al momento de contar con la decisión de


emigrar hacia otro país, cuenta con diferentes condiciones individuales que lo
llevan a tomar esa decisión, como, por ejemplo: mejorar la calidad de vida,
mejores oportunidades laborales, mejores salarios, etc. existen también diferentes
factores externos que influyen significativamente en dicha decisión. Factores de
peligro extremo como guerras, persecuciones, violencia extrema, o condiciones
naturales adversas y otros como economías en decadencia, inflación y
condiciones de vida precarias para los ciudadanos, son solo algunos de los
elementos que pueden influir en dicha decisión.

La interrelación migraciones humanas – economía ha tenido efectos positivos y


negativos para la sociedad y deben analizarse desde dos perspectivas: desde las
regiones emisoras y las receptoras. Para los países emisores, este fenómeno ha
tenido consecuencias negativas, la pérdida de mano de obra y personal calificado
y jóvenes trabajadores además de todos los recursos estatales empleados en la
preparación educativa de los migrantes.

Estas pérdidas resultan sensibles mayormente cuando los migrantes han obtenido
una buena preparación, en algunos casos de forma gratuita, y, después de
emigrar no regresan a sus territorios. Domínguez Villalobos & Vázquez Maggio,
(2018) Consideran que el marco teórico existente del fenómeno migratorio se ha
desarrollado para explicar la migración en general, y no se especializa en la
calificada; sin embargo, es útil revisarlo con el fin de evaluar su poder para dar
cuenta de las motivaciones de ésta.

Así bien, las redes migratorias son también un motivo fundamental para entender
los motivos de los individuos para la decisión de emigrar y elegir un país de
acogida. Es por ello que Martín (Martín, 2000, p. 235, citado por Arriagada 2020).
Comenta que las redes de migrantes han sido definidas como el conjunto de lazos
interpersonales que conectan a los migrantes (actuales y viejos) y a los no-
migrantes en las áreas de origen y destino por medio de relaciones de parentesco,
amistad y del sentido de pertenencia a una comunidad de origen.

Estas redes, además de ser un puente conector entre las comunidades de origen
y de llegada al país de destino, fortalecen las decisiones de salida, además que
también son una fuente de pilar y soporte, para los migrantes que están recién
llegados al país de acogida, aunado a que fomentan la integración de los
migrantes a los países receptores, en síntesis, estas redes permiten la continuidad
del flujo de migrantes hacia un lugar, brindándoles seguridad al momento de llegar
al país destino y el apoyo necesario a los sujetos.

Se puede establecer que para el/la migrante, Chile es un país en el que existe una
estabilidad, principalmente, a nivel económico, político y social, sobre todo en
comparación con sus países de origen, como es el caso de venezolanos/as,
haitianos/as y colombianos/as, donde los conflictos y la inseguridad económica y
política están fuertemente presentes. Por esto, se puede establecer que los
principales motivos para elegir este país como destino serían: la seguridad que
posee, las expectativas laborales, la estabilidad económica y, en general, las
oportunidades que cada uno de estos aspectos brinda. (Arriagada 2020)

3.4 Adaptación social de los migrantes

La adaptación a un nuevo medio sociocultural es un proceso complejo que


requiere un aprendizaje durante el cual el inmigrante debe adquirir las
competencias y habilidades necesarias para manejarse en el entorno de forma
efectiva. Es una situación altamente demandante y estresante para el individuo,
que puede o no afrontar con éxito dependiendo de una serie de variables
intervinientes. (Intervención psicosocial, 1992, Vol 1, No 3., s. f.).

El proceso de adaptación a la nueva sociedad o país de acogida es algo que va


más allá de adaptarse a un entorno físico diferente, aprender los símbolos de la
nueva cultura, adaptarse a las nuevas normas y respetarlas, y hacer consciente
aquellos procesos que teníamos o manejábamos de manera inconsciente
(culturalmente hablando), requieren una serie de aprendizajes socioculturales
complejos, que se traducen en cambios que debe hacer el individuo de manera
consciente.

Desde el punto de vista antropológico, la aculturación es un fenómeno que


involucra cambios en una o varias personas como resultado del contacto entre
culturas diferentes (Redfield, Linton & Hercovitts, 1936, citado por Ferrer et al.,
2014b).
Según la socióloga y psicóloga Rosa Bravo (1992), el inmigrante se encuentra con
diferentes demandas psicológicas para manejarse en el nuevo entorno, estas
demandas se producen:

 A nivel perceptivo: La percepción cumple una función de adaptación al


entorno y esto afecta al desarrollo de determinadas habilidades perceptivas
que permitan hacer frente al medio ecológico y cultural y, asimismo, a la
selectividad perceptiva de estímulos relevantes.

 A nivel cognitivo: Para poder adaptarse, el inmigrante ha de conocer y


emplear esas mismas categorías ya que, entre otras cosas, si no existe
consenso sobre las mismas, no es posible la comunicación. El fracaso en la
adquisición de estas habilidades provocará problemas de adaptación.

 A nivel de conducta social: El inmigrante ha de aprender a comportarse


socialmente de forma adaptada, ha de saber desempeñar unos roles que
pueden diferir, e incluso entrar en contradicción, con los de su sociedad de
origen y sus valores, ha de desarrollar unas actitudes congruentes con los
valores dominantes. En el terreno social se encuentra con múltiples
dificultades.

Es así como el proceso de adaptación de los migrantes, no solo abarca todo un


tema de adaptación sociocultural, sino que los individuos deben atravesar por un
proceso psicológico durante todo el proceso de adaptación y/o aculturación;
durante este procedimiento, los sujetos pueden llegar a desarrollar estrés por
todos los aspectos mencionados anteriormente, a este estrés se le denomina
estrés de aculturación o estrés por choque cultural.

Pero no es solo el problema de adaptación lo que aqueja al inmigrante, sino los


motivos que lo llevaron a salir de su país. En estudios de Olivos (2000) y
Schweitzer, Buckley y Rossi (2002, citados en Ferrer et al., 2014b), se encontró
que los factores pre-migratorios, especialmente las experiencias traumáticas que
obligaron a la migración, se relacionan consistentemente con la prevalencia de
trastornos por estrés postraumático, acompañado de depresión, ansiedad, abuso
de sustancias psicoactivas, separación y abandono en los inmigrantes.

Sin embargo, no solo los inmigrantes deben contar con un proceso de adaptación
a la sociedad de acogida, sino que también se trata de una relación bilateral, es
decir, los locales también deben adaptarse y contar con un nuevo aprendizaje de
interculturalidad.

Así bien, los migrantes no solo deben pasar por un proceso de adaptación
sociocultural, sino, además, deben pasar por un proceso legal y administrativo que
le permita adentrarse al mercado laboral del país de acogida.

3.5.- Formación e inserción laboral de migrantes

Uno de los principales problemas a los que pueden enfrentarse los migrantes, es a
todo el proceso burocrático que deben atravesar para poder contar con toda la
documentación legal al día. Contar con un permiso de trabajo o con la cédula de
identidad del país de acogida puede llegar a ser un total desafío, se trata de un
proceso legal por el que todo migrante debe pasar para poder contar con: salarios
dignos, mejores empleos, amparo ante la ley, seguros de salud, y otros beneficios
del Estado.

Aquellos migrantes que no cuenten con un permiso de trabajo o con una cédula de
identidad están destinados a realizar trabajos de mediana o baja cualificación, es
por ello que Chile se percibe como un país de mercados de trabajo duales, lo que
quiere decir que combina mano de obra extranjera legalizada y no legalizada.
Según (Martínez, 2006) Para los países receptores se trata, en general, de una
mano de obra joven y barata, sin derecho a percibir subsidios, que supone un
escaso coste en bienes y servicios, muy ahorradora, flexible y movible, así como
reductora del conflicto de clases, siempre y cuando su trabajo sea legal; si es
ilegal, los beneficios netos para los empleadores son aún mayores. En
consecuencia, el sistema no excluye a los trabajadores inmigrantes del circuito
económico, sólo intenta controlarlos en una posición subordinada de dependencia
y marginación.
Así bien, dentro de todos los cambios que se producen dentro de los contextos de
las inmigraciones, cuando estos no pueden concretar una integración laboral y
social, (vivienda, prestaciones, permiso de trabajo, etc), las probabilidades de
exclusión de estos individuos se incrementan significativamente.

De esta manera, los migrantes al sobrepasar el obstáculo de la legalidad, deberán


insertarse al mercado laboral, en este caso, el mercado laboral chileno, en el que,
aquellos inmigrantes profesionales o con una formación técnica especializada,
para poder trabajar de sus profesiones, deberán, en primera instancia, revalidar su
título profesional, o de lo contrario, deberán realizar actividades de mediana o baja
cualificación. En este sentido, los inmigrantes realizan los trabajos que usualmente
los nativos no pueden o no quieren suplir.

Diego Jazanovich, odontólogo inglés y presidente de la fundación Paciente Inglés,


comenta que el sistema de revalidación, convalidación y reconocimiento de títulos
extranjeros en Chile no funciona. Cientos de personas se encuentran con barreras
hacia su integración social e inserción laborar sin poder habilitarse para ejercer
sus profesiones.

Según el Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (CLAPES


UC), en el año 2019, aproximadamente el 62% de asalariados extranjeros con
educación superior completa se encontraba en empleos de mediana o baja
calificación. Los que lideran el subempleo de personas con educación superior
completa, son los venezolanos y peruanos, ambos con 74% de ocupados en
empleos de mediana y baja calificación, les siguen colombianos con 55% y
bolivianos con 53%.

Así bien, el boletín de Empleo Migrante elaborado por el Servicio Nacional de


Migraciones en conjunto con el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile
(INE) realizado en el mes de agosto-octubre del 2021, se evidencia que la tasa
de asalariados informales aumentó un 52,4%, lo que corresponde a 280.963
personas.
El investigador de CLAPES UC Juan Bravo, indicó que se trata de una
situación que puede causar un perjuicio al país, toda vez que impide el
aprovechamiento integral del aporte del capital humanos de los inmigrantes a
la economía, este problema se debe en buena parte al proceso de validación
de títulos en Chile, que puede ser un trámite muy engorroso. En este sentido,
resulta necesario ampliar la atribución de reconocimiento a otras
universidades.

Martínez, (2006) argumenta que, de modo que la oferta de empleos precarios, mal
remunerados, agotadores y/o peligrosos no encuentran candidatos en la mano de
obra nativa, que encuentra en los derechos sociales conseguidos una alternativa
al desempleo que le permite ignorar esta oferta. Por contra, los trabajadores
extranjeros tienen mayor posibilidad para adaptarse a las características de la
demanda, forzados por su situación (necesidad de enviar dinero a sus familias,
aguardar mejores oportunidades o simplemente sobrevivir y evitar el fracaso
migratorio), y suelen renunciar a sus anteriores experiencias laborales a la hora de
fijar las reglas de contratación con sus empleadores, asumiendo las condiciones
que se les ofrecen.

En un estudio realizado por Roessler (2021), para el Observatorio Iberoamericano


sobre Movilidad Humana, Migraciones y Desarrollo (OBIMID 2021), sostiene que
las personas migrantes trabajan y cotizan más que las nativas, situación que
contribuye al crecimiento del país y los convierte en agentes activos de la
economía.

Según el censo realizado en el año 2017 por el Instituto Nacional de Estadística de


Chile (INE) tanto para hombres como para mujeres, el promedio de años de
escolaridad de los inmigrantes internacionales es superior al de la población
nativa. Además, para la población residente de 25 años o más de edad, los
inmigrantes poseen más formación del nivel superior con 42,6% frente a 29,1% de
la población nativa que declara haber alcanzado el nivel educativo superior.

3.6.- Migrantes profesionales venezolanos


Como es bien sabido, la migración venezolana hacia el exterior ha tenido una
vigencia importante en las últimas décadas, muchos de estos emigrantes han
elegido Chile como el país de destino, teniendo como objetivos el mejorar su
calidad de vida, contar oportunidades de desarrollo profesional, tener mejor
estabilidad laboral, etc. Muchos de estos migrantes son profesionales altamente
calificados que también llegan a competir en el mercado laboral con los
profesionales nativos de dicho país.

Alrededor de un 56% serían profesionales o individuos que emigran son formados


previamente, y en la mayoría de los casos no ejercen labores relacionadas con su
profesión, según cifras de Bloomberg, 2018. Según el mismo portal, 66.000 de
estos profesionales son médicos, que en su mayoría tampoco ejercen por carecer
de las credenciales requeridas en términos legales para lograr trabajar en su
formación.

En el año 2020, en una encuesta realizada por la Caracterización Socioeconómica

Nacional (CASEN) reveló que en Chile existen 490 mil venezolanos residentes, lo
que representa el 41% de toda la población inmigrante en el país, sin embargo,
esta cifra podría ser aún mayor, ya que ya que han arribado muchos venezolanos
a Chile por pasos no habilitados. Paralelamente, dicha encuesta también reveló
que los venezolanos tienen casi 3 años más de escolaridad que el promedio en
Chile (14,9 vs 11,7 años).

Según datos presentados por el Departamento de Extranjería y migración (DEM)


desde el 16 de abril al 13 de octubre de 2018, se otorgaron 11.087 solicitudes de
visado para residencia a venezolanos. De esas, más del 70% corresponden a
venezolanos profesionales, siendo los ingenieros los que encabezan la lista con
1.407 visas que representan el 13% del total.

De acuerdo a los datos arrojados por la Universidad de Chile en el año 2018, las
solicitudes de revalidación y reconocimiento de título en el año 2006, llegaban a
los 321, mientras que en el año 2018 fueron 1467, de los cuales, 1048
correspondieron a venezolanos profesionales.
Según estadísticas migratorias realizadas por el Departamento de Extranjería y
Migración, desde el año 2010 hasta el año 2021 ha otorgado un total de 512.825
visas temporarias a migrantes venezolanos. Según las estadísticas, un 92% del
total de estas visas son temporales para profesionales, las cuales fueron
otorgadas a venezolanos, es decir, en Chile existen 471.799 migrantes
venezolanos profesionales registrados, aún se desconoce la cifra total ya que
muchos venezolanos han ingresado al país por pasos no habilitados, lo que
dificulta contar la cifra exacta.

4.- Fuga de cerebros

Es un hecho que la migración profesional venezolana ha dejado en Venezuela un


gran espacio vacío debido a la búsqueda de los individuos de nuevas y mejores
oportunidades; la falta de profesionales capacitados ha dejado un encarecimiento
del motor productivo en el país, por lo que las empresas que operan dentro del
país de origen del migrante cuentan con problemas para cubrir puestos de trabajo
que requieren cierto grado de calificación. Además, la falta de profesores hace
mucho más difícil empezar a “crear” una generación de relevo de nuevos
profesionales que puedan suplir los cargos de aquellos que emigraron.

Las condiciones resultan favorables para el centro que logra imponer un sistema
de inmigración selectiva. Atrae así a su sociedad a los científicos, tecnólogos y
especialistas que le hacen falta para cubrir sus propias necesidades. A este
fenómeno migratorio se le ha llamado brain drain o 'fuga de cerebros'. El control
del proceso migratorio lo tienen los países del Norte, quienes otorgan visas, pero
ya no masivamente, sino solamente a los que ellos seleccionan (Oteiza, 1986).

Sin embargo, tanto la migración ilegal como la migración legal impactan sobre las
sociedades tanto de emisión como de recepción, y producen efectos positivos y
negativos.

4.1.- Aspectos negativos de la fuga de cerebros en los países de


origen
Si bien es cierto que la huida de varios profesionales de un país no resulta un
problema, sí llega a serlo cuando miles de ellos emigran hacia otro país de
manera exponencial, dicho fenómeno puede causar muchos efectos adversos en
la economía de in país, afectando significativamente el desarrollo de una región.

En el caso de Venezuela, una mayoría de las universidades Estatales son


públicas, por lo que aquellos estudiantes de estas universidades, reciben
educación prácticamente gratuita, sin embargo, si al graduarse esta persona
emigra, el Estado no obtendrá retorno alguno de la inversión realizada a dicho
estudiante.

Según Lafuente Marianela, Genatios Carlos (2021), el fenómeno migratorio


venezolano es uno de los éxodos más grandes de la historia reciente. Un 20% de
la población ha salido del país: a principios de 2021 se contaban más de cinco
millones de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo, entre los cuales hay
1.300.000 de profesionales universitarios.

Así bien, generalmente aquellos profesionales que emigran suelen ser las
personas de edades comprendidas entre 24 – 35 años, además de llevarse
consigo su conocimiento y dejar a un país sin su motor productivo, la huida de
estos migrantes que usualmente realizan su vida y crean su familia en el
extranjero, generan una baja significativa en el índice de natalidad de un país, esto
significaría un efecto negativo dentro de la estructura de la pirámide poblacional, lo
que se traduce a que habría más muertes que nacimientos. Por tanto, una región
que pierde población por migración no sólo pierde su importancia numérica, sino
también modifica su crecimiento natural.

Por otro lado, se debe tener en cuenta también que, por motivos de dichas
migraciones, el país en cuestión termina siendo mucho menos productivo en
comparación con los otros países del continente. Los países que constantemente
generan un gran número de migrantes y como han perdido una gran parte de su
talento, esto será notado a la larga, bajando los niveles de competitividad, pone en
un riesgo considerable el Estado de Bienestar, y, no podrá sustituir el talento que
se fue con uno que venga de fuera, ya que dicho país tampoco es atractivo para el
talento extranjero.

Es por ello que también entre los efectos negativos de la emigración, nos
podemos encontrar con: la pérdida de población económicamente activa (PEA), el
envejecimiento de la comunidad. Estos efectos también pueden verse desde el
aspecto político y demográfico, lo que cuenta con repercusiones no tanto a nivel
personal del migrante, sino también a nivel familiar. Asimismo, el desequilibrio
numérico entre sexos puede incidir en los patrones matrimoniales y reproductivos
e, indirectamente, sobre la organización de las unidades familiares.

El equilibrio o desequilibrio en la relación numérica entre los sexos afecta, entre


otros fenómenos sociodemográficos, a los mercados laborales. Esto, a su vez,
puede llegar a tener implicaciones que afectan a otras esferas de la vida social,
como modificaciones en los roles y relaciones de género, así como en las
actividades domésticas y extradomésticas que desempeñan las personas
migrantes y no migrantes.

Sin embargo, este exilio de migrantes no solo trae consecuencias en los aspectos
económicos del país, sino también existen aspectos negativos dentro de los
ámbitos culturales, familiares y sociales. Según Roberto S. (2008) La migración
produce en los países expulsores: fragmentación familiar, problemas psicosociales
tales como los derivados por la pérdida de un miembro de la familia, aunado a los
problemas personales y emocionales que las parejas casadas deben enfrentar
debido a la separación física. Además, se pueden observar cambios dentro de la
dinámica, estructura y el tamaño de los nuevos hogares. Si bien es cierto que
estos cambios no se deben exclusivamente a las migraciones internacionales, es
bien sabido que es una de las causas principales.

En los casos en que la mujer del migrante permanece en casa a cargo de los
hijos, ella asume de facto la jefatura del hogar con todas las responsabilidades
que ello implica. Cuando ambos padres han migrado, los hijos se quedan a cargo
de los abuelos maternos o paternos, con tías o tíos, y hasta con sus hermanos o
hermanas mayores, dando lugar a una diversidad de arreglos residenciales. No
está del todo claro, sin embargo, en qué medida los cambios observados en el
tamaño y composición de los hogares vinculados con la migración son
permanentes o transitorios. (Algunos efectos de la migración internacional en los
lugares de origen y destino, s. f.)

Así bien, aquellos países de acogida de estos profesionales están obteniendo el


100% de los beneficios de este fenómeno, ya que los países no deben invertir
recursos en educación cuando cuentan con profesionales calificados dispuestos a
trabajar. Las fugas de cerebros nunca son positivas para el país que la sufre,
puesto que cuenta con muchas consecuencias dentro de todos los niveles:
económicos, sociales, el mercado laboral, el Estado, y para el país en general.

Por otro lado, para países ya pobres en capital físico, la pérdida de su capital
humano más valioso puede, eventualmente, llegar a constituir uno de los más
serios obstáculos en sus procesos de desarrollo. Aruj, Roberto S, (2008).

4.1.- Aspectos positivos de la migración calificada en los países de destino.

Los migrantes terminan contribuyendo a los países que los reciben, añaden valor
a los sectores productivos y fortalecen la balanza de pagos; como un factor
importante a recalcar, se puede mencionar que los países receptores cuentan con
ganancias de mano de obra, teniendo prácticamente de forma gratuita
profesionales calificados sin que el Estado haya realizado algún tipo de inversión.
La migración puede propiciar un aumento de la tasa de crecimiento del PIB en los
países de destino.

Un ejemplo son los datos del BBVA Research, que señalan que el impacto

económico de la migración venezolana en Perú ayudó a aumentar el Producto

Interno Bruto de ese país en 0,08% entre 2018 y 2019. Estos son unos 175

millones de dólares extra para la economía peruana generados por los

trabajadores venezolanos. D. (2021a, abril 15). Causas y consecuencias de la


migración. Diferenciador. https://www.diferenciador.com/causas-y-consecuencias-

de-la-migracion/

El informe sobre las migraciones en Asia y el Pacífico de 2015, elaborado por la


CESPAP, confirma que los migrantes han contribuido hasta un 6% del PIB en
Tailandia, lo que representa entre 6.000 y 24.000 millones de dólares de los
Estados Unidos en 2014. En Malasia, un aumento por término medio de 10
trabajadores migratorios va asociado al empleo adicional de 4 malasios. En
Singapur, los migrantes han contrarrestado la reducción de la población en edad
de trabajar y han fortalecido las finanzas públicas, ya que han contribuido hasta un
25% del impuesto sobre la renta. (La migración es beneficiosa para todos si se
gestiona correctamente, 2016).

En este sentido, los migrantes contribuyen a desarrollar la producción del país de


acogida, al elevar la capacidad de fuerza de trabajo que se encuentra disponible,
las naciones se aprovechan del capital humano que aportan los migrantes,
obtienen un 100% de las ganancias ya que el Estado no invierte recursos en
educación y salud de aquellos profesionales, ya que estos la adquieren en sus
países de origen. Así bien, los migrantes terminan volviéndose contribuyentes
netos, ya que aportan capital por medio del pago de impuestos.

El inmigrante genera riqueza a través de su trabajo, causando un efecto


producción y otro sobre demanda inducida a través del consumo. Estos efectos
son tanto directos como indirectos, y se pueden medir a través del valor agregado
(VA) por producción y valor agregado inducido por demanda (VAID), como la
generación de nuevos empleos en favor de los nativos e inmigrantes. Gómez
Walteros, Jaime Alberto. (2010).

Además de todos los beneficios económicos que traen los migrantes a los países
de refugio, estos migrantes aportan diversidad cultural, en las sociedades de
acogida, los migrantes generan además de diversidad social, una diversidad
multicultural. Es bien sabido que la presencia de migrantes en los países
enriquece su cultura y la multiculturalidad.
En el caso de Chile, en el año 2017 la secretaria general de ACHET (Asociación
Chilena de Empresas de Turismo) Lorena Arriagada, dijo a Efe que "hoy tenemos
que ser realistas y decir que estamos viviendo una etapa nueva, que va a ser muy
positiva por el trabajo, por el servicio que los inmigrantes aportan, por la cultura
que nos han traído y la gastronomía, fundamentalmente".

Así bien, el secretario de Estado afirmó que “este encuentro es una invitación a
reflexionar y valorar el aporte al desarrollo de las personas y comunidades que
han hecho de Chile su país. El futuro Ministerio de las Culturas surge de la base
que los migrantes también son parte esencial de la diversidad y las culturas de
Chile”.

Es bien sabido que los migrantes ofrecen aportes y cambios culturales positivos,
no solo a los países de acogida, sino también a las comunidades de dichos
países. Específicamente en Chile, los migrantes han logrado integrarse diferentes
gastronomías, existen nuevas relaciones interétnicas, y, además el integro de los
nacionales a las costumbres extranjeras, son apenas uno de los pocos aportes
culturales que han tenido los migrantes en este país.

Capítulo III

Marco metodológico

Métodos y técnicas de investigación


Como método principal se utilizará la etnografía, que me permitirá adentrarme en
los diferentes aspectos económicos, sociales o culturales que establecerán las
pautas, podrá ser utilizada como herramienta sumamente útil para comprender y
esclarecer más a fondo las diferentes incógnitas planteadas durante todo el
trabajo de investigación. Se trata de una herramienta intrínseca de la Antropología,
que permite, no solo analizar la realidad cultural de los sujetos en cuestión, sino
también, darles una explicación a muchos de los fenómenos sociales a través de
su enfoque cualitativo.

Dicho método investigativo, según (Peralta, C. 2009) permite interactuar con una
comunidad determinada, para conocer y registrar datos relacionados con su
organización, cultura, costumbres, alimentación, vivienda, vestimenta, creencias
religiosas, elementos de transporte, economía, saberes e intereses. Al vincularse
a la comunidad, el etnógrafo puede participar de manera abierta o encubierta de la
vida cotidiana de las personas de una comunidad durante un tiempo relativamente
extenso, de manera que puede apreciar con mayor precisión lo que suceda en
ella.

Así bien, se debe entender que uno de los principales ejes de estudio de la
Antropología social es en sí el sujeto, que funciona como forjador de realidades,
puede servir como herramienta que puede darle un significado a los conjuntos de
símbolos que pueden tener las diferentes culturas. En este sentido, se puede decir
que la etnografía sirve como puente para poder entender, analizar y explicar los
diferentes fenómenos sociales que parten desde la subjetividad de los actores.

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