Capítulo II y III - 22-07-2022
Capítulo II y III - 22-07-2022
Capítulo II y III - 22-07-2022
Es bien sabido que las migraciones internacionales han sido un fenómeno social
de estudio que ha tenido cabida en las últimas décadas, diferentes disciplinas -
sobre todo desde la antropología social- han intentado explicar, abordar y analizar
todo lo referente sobre los desplazamientos de diferentes grupos sociales hacia
otros destinos, sus causas y el impacto que puede llegar a tener esto, no solo
dentro del marco de las relaciones sociales, de parentesco, sino también de la
interculturalidad entre los migrantes y las culturas de acogida.
De esta manera, entre las décadas de 1930 y 1940, la migración fue asumida
como un medio de transición de las idílicas y tradicionales sociedades rurales o
tribales hacia una vida en la moderna pero caótica sociedad urbana, que
inevitablemente destruiría la cultura y la identidad de los migrantes por la vía de la
llamada destribalización o desmoralización (Redfield, 1941).
Decir que las migraciones humanas son tan antiguas como el propio ser humano
es, probablemente, insistir en un tópico que no por el hecho de serlo pierde
vigencia. El afán por la mejora en las condiciones de vida es un sentimiento que
puede considerarse innato en el ser humano: de hecho, el propio instinto de
conservación y un espíritu de superación que aparece por doquier en las
sociedades humanas podrían considerarse, en realidad, el motor del proceso
histórico. (Valadés Sierra, 1994).
Para verlo desde una perspectiva más micro, en el caso del continente
Latinoamericano, pudieron verse diferentes olas migratorias, desde los años 1940
hasta la actualidad. Se pueden apreciar estos movimientos migratorios masivos en
Latinoamérica específicamente desde 1942, los cuales iniciaron a partir del
programa bracero, que permitió la entrada de aproximadamente 4,5 millones de
agricultores mexicanos a Estados Unidos.
Con la llegada de Fidel Castro al poder y con el asesinato del ex presidente Rafael
Leónidas Trujillo en la República Dominicana en 1959, se desata una ola
migratoria de nacionales cubanos y dominicanos hacia los países vecinos del
norte.
De los años cincuenta a los sesenta, esta misma perspectiva individualista se
reformuló sensiblemente a través de los estudios sobre los procesos de
adaptación social de los migrantes a las estructuras modernas.
Así bien, en el año 1965, EE. UU pone fin a la ley que otorgaba visas según el
país de origen, por lo que abren las puertas a una migración más abierta,
principalmente a migrantes de Europa, Asia, Sudamérica y Centroamérica; esto
condujo a que el índice de migración se duplicase, entre 1965 y 1970.
Antes de firmar una ley que controlaba de forma rigurosa la migración en Estados
Unidos, el gobierno del presidente de esa época, Ronald Reagan, otorgó amnistía
a más de 3 millones de migrantes que habían ingresado al país antes del 1 de
enero de 1982 y que habían permanecido en EE. UU hasta 1986.
Las migraciones traen tras de sí un sin número de diferentes factores, entre ellos
se encuentran los choques culturales que puedan experimentar los migrantes, el
impacto que puede producir el trasladarse desde una cultura y entorno familiar
hacia una cultura totalmente ajena, sumergirse en nuevas normas de conducta,
roles sociales diferentes, y unos nuevos valores. Se podría decir que en estos
aspectos es donde se puede generar el interculturalismo, el cual refleja las
distintas relaciones entre diferentes grupos sociales; la interculturalidad celebra la
igualdad, el respeto y la tolerancia entre culturas.
Las migraciones traen tras de sí un sin número de diferentes factores, entre ellos
se encuentran los choques culturales que puedan experimentar los migrantes, el
impacto que puede producir el trasladarse desde una cultura y entorno familiar
hacia una totalmente ajena, sumergirse en nuevas normas de conducta, roles
sociales y nuevos valores que son totalmente diferentes.
En resumen, se podría decir que ser migrante significa ser otro, según
(Monteagudo, 2012), la migración obliga al sujeto a reflexionar, cuestionar y
negociar. La pérdida de los marcos de referencia de la vida cotidiana habitual,
inmersa en la cultura aprendida a lo largo de los años, impone una especial
agudeza para captar las diferencias de valores, estilos de vida y hábitos entre las
sociedades de origen y de acogida.
Así bien, es bastante notorio que, tanto las personas autóctonas de los países de
acogida, como también los emigrantes que comparten el mismo espacio, se
encuentran constantemente en cambios culturales y procesos de adaptación, el
cual se le denomina como proceso de aculturación.
Como es bien sabido, la cultura cuenta con una importancia significativa dentro de
toda sociedad, esto debido a que compone las pautas de nuestro comportamiento,
nos ayuda a contar con una identidad. Se trata de un fenómeno totalmente
humano, de la cultura radican nuestros códigos, costumbres, tradiciones, etc. Esta
se reproduce a sí misma a través de los métodos de socialización, mediante este,
los sujetos adoptan las pautan que regirán su comportamiento, mientras que estos
mismos individuos realizan una transmisión simbólica de la cultura entre ellos
mismos y de generación en generación.
La inmigración significa para los migrantes una serie de cambios a nivel social,
cultural e incluso a nivel individual, que paulatinamente influirán en su adaptación
a la sociedad receptora, es por ello que es fundamental analizar los cambios
culturales que son producidos a través de la inmigración hacia los países de
acogida.
3.- El fenómeno migratorio
Es por esta razón que el enfoque que puede dar la Antropología ante el estudio de
los fenómenos migratorios es bastante importante, ya que nos proporciona un
enfoque holístico, social, e integrador en lo que a migraciones se refiere. La
disciplina vendría siendo como una especie de cohesión entre el fenómeno y su
interpretación, funciona como una excelente manera de comprender y explicar
todos los procesos para brindar explicaciones y posibles soluciones a los
problemas planteados.
3.2 Remesas
En un estudio realizado por el Banco Mundial en el año 2021, se estimó que las
remesas enviadas por los migrantes hacia países de ingreso bajo y medio,
registraron un sólido crecimiento del 7,3% que alcanzó los USD 589 000 millones.
Por segundo año consecutivo, los flujos de remesas superaron la suma de la
inversión extranjera directa (IED), esta última se refiere a la inyección de capitales
que puede recibir un país de parte de corporaciones extranjeras, con el fin de
crear compañías en el territorio, o invertir en empresas ya constituidas, para su
control.
Así bien, los migrantes juegan un papel importante en los mercados laborales de
los países de acogida, debido a que muchos de estos migrantes cuentan con
conocimiento técnico y realizan labores especializadas, esto llega a producir
muchos aspectos positivos en el país destino sobre la oferta y demanda de
trabajo. Sin embargo, muchas veces estos aspectos positivos no son reconocidos,
por lo contrario, los países implementan medidas más restrictivas para el ingreso
de migrantes.
Estas pérdidas resultan sensibles mayormente cuando los migrantes han obtenido
una buena preparación, en algunos casos de forma gratuita, y, después de
emigrar no regresan a sus territorios. Domínguez Villalobos & Vázquez Maggio,
(2018) Consideran que el marco teórico existente del fenómeno migratorio se ha
desarrollado para explicar la migración en general, y no se especializa en la
calificada; sin embargo, es útil revisarlo con el fin de evaluar su poder para dar
cuenta de las motivaciones de ésta.
Así bien, las redes migratorias son también un motivo fundamental para entender
los motivos de los individuos para la decisión de emigrar y elegir un país de
acogida. Es por ello que Martín (Martín, 2000, p. 235, citado por Arriagada 2020).
Comenta que las redes de migrantes han sido definidas como el conjunto de lazos
interpersonales que conectan a los migrantes (actuales y viejos) y a los no-
migrantes en las áreas de origen y destino por medio de relaciones de parentesco,
amistad y del sentido de pertenencia a una comunidad de origen.
Estas redes, además de ser un puente conector entre las comunidades de origen
y de llegada al país de destino, fortalecen las decisiones de salida, además que
también son una fuente de pilar y soporte, para los migrantes que están recién
llegados al país de acogida, aunado a que fomentan la integración de los
migrantes a los países receptores, en síntesis, estas redes permiten la continuidad
del flujo de migrantes hacia un lugar, brindándoles seguridad al momento de llegar
al país destino y el apoyo necesario a los sujetos.
Se puede establecer que para el/la migrante, Chile es un país en el que existe una
estabilidad, principalmente, a nivel económico, político y social, sobre todo en
comparación con sus países de origen, como es el caso de venezolanos/as,
haitianos/as y colombianos/as, donde los conflictos y la inseguridad económica y
política están fuertemente presentes. Por esto, se puede establecer que los
principales motivos para elegir este país como destino serían: la seguridad que
posee, las expectativas laborales, la estabilidad económica y, en general, las
oportunidades que cada uno de estos aspectos brinda. (Arriagada 2020)
Sin embargo, no solo los inmigrantes deben contar con un proceso de adaptación
a la sociedad de acogida, sino que también se trata de una relación bilateral, es
decir, los locales también deben adaptarse y contar con un nuevo aprendizaje de
interculturalidad.
Así bien, los migrantes no solo deben pasar por un proceso de adaptación
sociocultural, sino, además, deben pasar por un proceso legal y administrativo que
le permita adentrarse al mercado laboral del país de acogida.
Uno de los principales problemas a los que pueden enfrentarse los migrantes, es a
todo el proceso burocrático que deben atravesar para poder contar con toda la
documentación legal al día. Contar con un permiso de trabajo o con la cédula de
identidad del país de acogida puede llegar a ser un total desafío, se trata de un
proceso legal por el que todo migrante debe pasar para poder contar con: salarios
dignos, mejores empleos, amparo ante la ley, seguros de salud, y otros beneficios
del Estado.
Aquellos migrantes que no cuenten con un permiso de trabajo o con una cédula de
identidad están destinados a realizar trabajos de mediana o baja cualificación, es
por ello que Chile se percibe como un país de mercados de trabajo duales, lo que
quiere decir que combina mano de obra extranjera legalizada y no legalizada.
Según (Martínez, 2006) Para los países receptores se trata, en general, de una
mano de obra joven y barata, sin derecho a percibir subsidios, que supone un
escaso coste en bienes y servicios, muy ahorradora, flexible y movible, así como
reductora del conflicto de clases, siempre y cuando su trabajo sea legal; si es
ilegal, los beneficios netos para los empleadores son aún mayores. En
consecuencia, el sistema no excluye a los trabajadores inmigrantes del circuito
económico, sólo intenta controlarlos en una posición subordinada de dependencia
y marginación.
Así bien, dentro de todos los cambios que se producen dentro de los contextos de
las inmigraciones, cuando estos no pueden concretar una integración laboral y
social, (vivienda, prestaciones, permiso de trabajo, etc), las probabilidades de
exclusión de estos individuos se incrementan significativamente.
Martínez, (2006) argumenta que, de modo que la oferta de empleos precarios, mal
remunerados, agotadores y/o peligrosos no encuentran candidatos en la mano de
obra nativa, que encuentra en los derechos sociales conseguidos una alternativa
al desempleo que le permite ignorar esta oferta. Por contra, los trabajadores
extranjeros tienen mayor posibilidad para adaptarse a las características de la
demanda, forzados por su situación (necesidad de enviar dinero a sus familias,
aguardar mejores oportunidades o simplemente sobrevivir y evitar el fracaso
migratorio), y suelen renunciar a sus anteriores experiencias laborales a la hora de
fijar las reglas de contratación con sus empleadores, asumiendo las condiciones
que se les ofrecen.
Nacional (CASEN) reveló que en Chile existen 490 mil venezolanos residentes, lo
que representa el 41% de toda la población inmigrante en el país, sin embargo,
esta cifra podría ser aún mayor, ya que ya que han arribado muchos venezolanos
a Chile por pasos no habilitados. Paralelamente, dicha encuesta también reveló
que los venezolanos tienen casi 3 años más de escolaridad que el promedio en
Chile (14,9 vs 11,7 años).
De acuerdo a los datos arrojados por la Universidad de Chile en el año 2018, las
solicitudes de revalidación y reconocimiento de título en el año 2006, llegaban a
los 321, mientras que en el año 2018 fueron 1467, de los cuales, 1048
correspondieron a venezolanos profesionales.
Según estadísticas migratorias realizadas por el Departamento de Extranjería y
Migración, desde el año 2010 hasta el año 2021 ha otorgado un total de 512.825
visas temporarias a migrantes venezolanos. Según las estadísticas, un 92% del
total de estas visas son temporales para profesionales, las cuales fueron
otorgadas a venezolanos, es decir, en Chile existen 471.799 migrantes
venezolanos profesionales registrados, aún se desconoce la cifra total ya que
muchos venezolanos han ingresado al país por pasos no habilitados, lo que
dificulta contar la cifra exacta.
Las condiciones resultan favorables para el centro que logra imponer un sistema
de inmigración selectiva. Atrae así a su sociedad a los científicos, tecnólogos y
especialistas que le hacen falta para cubrir sus propias necesidades. A este
fenómeno migratorio se le ha llamado brain drain o 'fuga de cerebros'. El control
del proceso migratorio lo tienen los países del Norte, quienes otorgan visas, pero
ya no masivamente, sino solamente a los que ellos seleccionan (Oteiza, 1986).
Sin embargo, tanto la migración ilegal como la migración legal impactan sobre las
sociedades tanto de emisión como de recepción, y producen efectos positivos y
negativos.
Así bien, generalmente aquellos profesionales que emigran suelen ser las
personas de edades comprendidas entre 24 – 35 años, además de llevarse
consigo su conocimiento y dejar a un país sin su motor productivo, la huida de
estos migrantes que usualmente realizan su vida y crean su familia en el
extranjero, generan una baja significativa en el índice de natalidad de un país, esto
significaría un efecto negativo dentro de la estructura de la pirámide poblacional, lo
que se traduce a que habría más muertes que nacimientos. Por tanto, una región
que pierde población por migración no sólo pierde su importancia numérica, sino
también modifica su crecimiento natural.
Por otro lado, se debe tener en cuenta también que, por motivos de dichas
migraciones, el país en cuestión termina siendo mucho menos productivo en
comparación con los otros países del continente. Los países que constantemente
generan un gran número de migrantes y como han perdido una gran parte de su
talento, esto será notado a la larga, bajando los niveles de competitividad, pone en
un riesgo considerable el Estado de Bienestar, y, no podrá sustituir el talento que
se fue con uno que venga de fuera, ya que dicho país tampoco es atractivo para el
talento extranjero.
Es por ello que también entre los efectos negativos de la emigración, nos
podemos encontrar con: la pérdida de población económicamente activa (PEA), el
envejecimiento de la comunidad. Estos efectos también pueden verse desde el
aspecto político y demográfico, lo que cuenta con repercusiones no tanto a nivel
personal del migrante, sino también a nivel familiar. Asimismo, el desequilibrio
numérico entre sexos puede incidir en los patrones matrimoniales y reproductivos
e, indirectamente, sobre la organización de las unidades familiares.
Sin embargo, este exilio de migrantes no solo trae consecuencias en los aspectos
económicos del país, sino también existen aspectos negativos dentro de los
ámbitos culturales, familiares y sociales. Según Roberto S. (2008) La migración
produce en los países expulsores: fragmentación familiar, problemas psicosociales
tales como los derivados por la pérdida de un miembro de la familia, aunado a los
problemas personales y emocionales que las parejas casadas deben enfrentar
debido a la separación física. Además, se pueden observar cambios dentro de la
dinámica, estructura y el tamaño de los nuevos hogares. Si bien es cierto que
estos cambios no se deben exclusivamente a las migraciones internacionales, es
bien sabido que es una de las causas principales.
En los casos en que la mujer del migrante permanece en casa a cargo de los
hijos, ella asume de facto la jefatura del hogar con todas las responsabilidades
que ello implica. Cuando ambos padres han migrado, los hijos se quedan a cargo
de los abuelos maternos o paternos, con tías o tíos, y hasta con sus hermanos o
hermanas mayores, dando lugar a una diversidad de arreglos residenciales. No
está del todo claro, sin embargo, en qué medida los cambios observados en el
tamaño y composición de los hogares vinculados con la migración son
permanentes o transitorios. (Algunos efectos de la migración internacional en los
lugares de origen y destino, s. f.)
Por otro lado, para países ya pobres en capital físico, la pérdida de su capital
humano más valioso puede, eventualmente, llegar a constituir uno de los más
serios obstáculos en sus procesos de desarrollo. Aruj, Roberto S, (2008).
Los migrantes terminan contribuyendo a los países que los reciben, añaden valor
a los sectores productivos y fortalecen la balanza de pagos; como un factor
importante a recalcar, se puede mencionar que los países receptores cuentan con
ganancias de mano de obra, teniendo prácticamente de forma gratuita
profesionales calificados sin que el Estado haya realizado algún tipo de inversión.
La migración puede propiciar un aumento de la tasa de crecimiento del PIB en los
países de destino.
Un ejemplo son los datos del BBVA Research, que señalan que el impacto
Interno Bruto de ese país en 0,08% entre 2018 y 2019. Estos son unos 175
de-la-migracion/
Además de todos los beneficios económicos que traen los migrantes a los países
de refugio, estos migrantes aportan diversidad cultural, en las sociedades de
acogida, los migrantes generan además de diversidad social, una diversidad
multicultural. Es bien sabido que la presencia de migrantes en los países
enriquece su cultura y la multiculturalidad.
En el caso de Chile, en el año 2017 la secretaria general de ACHET (Asociación
Chilena de Empresas de Turismo) Lorena Arriagada, dijo a Efe que "hoy tenemos
que ser realistas y decir que estamos viviendo una etapa nueva, que va a ser muy
positiva por el trabajo, por el servicio que los inmigrantes aportan, por la cultura
que nos han traído y la gastronomía, fundamentalmente".
Así bien, el secretario de Estado afirmó que “este encuentro es una invitación a
reflexionar y valorar el aporte al desarrollo de las personas y comunidades que
han hecho de Chile su país. El futuro Ministerio de las Culturas surge de la base
que los migrantes también son parte esencial de la diversidad y las culturas de
Chile”.
Es bien sabido que los migrantes ofrecen aportes y cambios culturales positivos,
no solo a los países de acogida, sino también a las comunidades de dichos
países. Específicamente en Chile, los migrantes han logrado integrarse diferentes
gastronomías, existen nuevas relaciones interétnicas, y, además el integro de los
nacionales a las costumbres extranjeras, son apenas uno de los pocos aportes
culturales que han tenido los migrantes en este país.
Capítulo III
Marco metodológico
Dicho método investigativo, según (Peralta, C. 2009) permite interactuar con una
comunidad determinada, para conocer y registrar datos relacionados con su
organización, cultura, costumbres, alimentación, vivienda, vestimenta, creencias
religiosas, elementos de transporte, economía, saberes e intereses. Al vincularse
a la comunidad, el etnógrafo puede participar de manera abierta o encubierta de la
vida cotidiana de las personas de una comunidad durante un tiempo relativamente
extenso, de manera que puede apreciar con mayor precisión lo que suceda en
ella.
Así bien, se debe entender que uno de los principales ejes de estudio de la
Antropología social es en sí el sujeto, que funciona como forjador de realidades,
puede servir como herramienta que puede darle un significado a los conjuntos de
símbolos que pueden tener las diferentes culturas. En este sentido, se puede decir
que la etnografía sirve como puente para poder entender, analizar y explicar los
diferentes fenómenos sociales que parten desde la subjetividad de los actores.