HISTORIA DE FLORENCIA CAQUETÁ

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Historia de Florencia (Caquetá)

Hace referencia a los acontecimientos que han marcado el devenir histórico del
municipio colombiano de Florencia, capital del departamento de Caquetá. Esta
ciudad, la más importante del suroriente colombiano, en 2002 completó ya cien años
de fundación. Fue bautizada el 25 de diciembre de 1902 por el fraile capuchino,
Padre Doroteo de Pupiales (1876-1959).

EPOCA PRECOLOMBINA :

Antes de la conquista española, las tierras del municipio de Florencia fueron


ocupadas por numerosos grupos indígenas, muchos de los cuales subsisten hoy en día.
Dentro de ellos se destacan los Andakíes, los Huitotos y los Coreguajes, quienes
tradicionalmente han habitado las orillas del río Orteguaza. Parte de su legado
cultural está representado por los petroglifos, los cuales están ubicados
principalmente en el sitio conocido como El Encanto, en la salida de la ciudad
hacia el Municipio de Morelia. Estas representaciones lacustres pasaron
desapercibidas bajo una capa de tierra y reaparecieron a la vista pública en 1962,
a raíz de una creciente del río Hacha.

El historiador e investigador colombo-ucraniano Juan Friede, en el libro Los


Andakí, inició profesionalmente el estudio de las tribus indígenas del oriente
colombiano, especialmente de las del Huila, Caquetá y Putumayo. Los Andakí fueron
un pueblo que se ubicó sobre las laderas del río Hacha, que pasa por Florencia. La
leyenda sobre su origen decía que la flor del borrachero fue fecundada por el
yajé , para así convertirse en el Sol. Este es el pueblo que aprendió los secretos
de este mágico bebedizo, y a quienes las tribus de la región reconocieron como
verdaderos maestros y sabios de la naturaleza. Celosos de su territorio,
conformaron primero la liga de resistencia indígena Pijao, para sublevarse en 1721,
junto con los indígenas del Putumayo, contra los colonos, especialmente contra las
misiones de los doctrineros franciscanos. Conocedores de la importancia del sitio
que comunica la selva con los Andes, ejercieron también una resistencia pacífica
frente al intercambio comercial tan importante para las dos regiones, así como con
el empleo de sus saberes chamánicos y de curandería para detener el avance de los
invasores.

CONQUISTA Y PERIODO COLONIAL :

Exploración del territorio :

Florencia es el epítome de la colonización. Los colonos han sido el sustrato de su


génesis y de su desarrollo. Desde los tiempos en que la codicia arrastraba al
europeo tras la búsqueda del metal sagrado, llegó el alemán Georg Hohermuth,
conocido por los españoles como Jorge de Espira, buscando El Dorado, siguiendo la
ruta que lo llevó de La Uribe (Meta), a Florencia, hasta los límites con el Cauca.
Enfrentando los rigores del clima, pobres, desnudos y hambrientos, asediados por
los indígenas Choques, él y sus cuatrocientos hombres vagaron por la región desde
1534 a 1539, año en que regresan a El Coro (Venezuela), poco menos de cien hombres
de los que habían partido, en donde conoció su destitución como Gobernador de dicha
ciudad, quizá debido a su reconocida crueldad para con los nativos americanos.

A Espira le siguió el hermano del adelantado Gonzalo Jiménez de Quesada, Hernán


Pérez de Quesada, encargado del gobierno de Santafé. Le encomendó nuevamente a
Gonzalo Suárez Rendón, con el propósito de seguir buscando el anhelado Dorado, que
tanto desvelaba al fundador de Bogotá; salió de ésta en 1541, con 270 españoles,
más de cinco mil indígenas muiscas y unos 200 caballos, constituyéndose en una de
las empresas más numerosas hasta entonces llevadas a cabo. Enfrentados también al
clima, a la defensa de sus territorios por parte de los indígenas : Macos, Guaipis
y Chiras, que dieron al traste la expedición de Espira, no hicieron sino alentarlos
para que avanzaran por la selva hasta prácticamente perderlos. Éstos llegaron al
País de la Canela, en la región que denominaron Sacramento; de ahí, por el río
Orteguaza, hasta llegar a la Fragua , donde pudieron acampar un tiempo; en esta
zona fueron perseguidos y atacados por los indómitos Andakíes, célebre nación
guerrera. Finalmente llegaron al río Caquetá para dirigirse de ahí a Sibundoy y
salir finalmente a San Juan de Pasto. En año y medio de recorrido perdieron la vida
más de 4000 indígenas, 80 españoles y 110 caballos. A Santafé retornaron en 1543,
donde prácticamente los creían muertos. Procedentes de Quito, con Pedro de Ursúa y
Gonzalo Díaz de Pineda, inician también la exploración de los territorios del
oriente andino.

PRIMEROS POBLADOS :

La primera exploración al territorio de lo que hoy es Florencia ocurrió en 1542 por


parte del español Hernán Pérez de Quesada. Posteriormente se presentaron múltiples
incursiones efectuadas por los mismos conquistadores españoles, misioneros
católicos, comerciantes portugueses, criollos y negros que escapaban del sistema
esclavista. Estos visitantes pretendieron de diversas formas establecerse y
colonizar la región, fundando a su paso poblados transitorios, que desde 1728
recibieron varias denominaciones y hoy son inexistentes debido a la hostilidad del
medio. A mediados del siglo 18, la provincia del gran Caquetá. fue el escenario de
«gentes baldías» --sin identidad-- como lo afirmaba el fraile franciscano Martín de
Montalbán. Algunos de estos indígenas fueron organizados en aldeas y desde aquella
época aparecieron poblados como Andaquíes del Hacha, San José del Bodoquero, San
Antonio del Caquetá. San Francisco Solano, Santa María del Caquetá. el Pescado de
los Andaquíes y otros, durante la conquista y la colonización española. Sin
embargo, fueron las misiones franciscanas las que iniciaron el poblado hispánico.
Un informe misional de 1773 reconoce la presencia de un reducido poblado andakí, y
en 1778, a unos 15 km de la ubicación actual de Florencia, se funda un pequeño
poblado que se llamó : Canelos --en mención quizá al célebre País de la Canela--,
pero tras dos intentos fallidos, ante los ataques indígenas, la fundación se
abandonó. A finales del siglo Dieciocho nuevamente los religiosos intentan fundarla
con el nombre de Pueblo Andakí de Río Hacha, pero fue abandonada en 1801.
Hacia 1847 en un mapa de Colombia aparece un pueblo «Hacha» sobre el río homónimo
que bordea la ciudad.

EPOCA REPUBLICANA :

Orígenes Misioneros y Caucheros:

Durante el periodo comprendido entre 1854 y 1868, se había presentando el coloniaje


fruto del cultivo de la quina, finalizando con la caída en sus precios en 1881. En
1894 se inicia quizá una de las gestas que llevaron más dolor y miseria que ninguna
otra, la época de los caucheros, resumida fantásticamente por José Eustasio Rivera
en la gran novela de la selva, La Vorágine. Procedentes de Antioquia, iniciaron su
empresa cauchera los hermanos Gutiérrez, en asocio con Pedro Antonio Pizarro,
exactamente en la hacienda La Perdiz, situada en el centro del casco urbano de la
actual Florencia. Sin embargo, ya había asentamiento de colonos en la zona,
especialmente las familias de Juan Urbano, Cenón Mavesóy y Juan Ventura Cuéllar.
Los caucheros colombianos ya mencionados, además de los Pérez, Larrañaga, entre
otros, iniciaron tratos con los peruanos, especialmente con la consabida Casa
Arana, verdadera representante de una explotación laboral cercana al esclavismo, y
que serviría luego a Rivera para denunciar los atropellos en forma novelada, pero
que en el trasfondo revela una situación social que marcó por muchos años el
derrotero de esta importante región del país, conocida entonces como El Paraíso del
Diablo. La Perdiz se alzaba como un asentamiento humano de mucha importancia,
considerando que desde 1897 don Pedro Antonio Pizarro y otros colonos habían
establecido desmontes en las márgenes de la quebrada la Perdiz, mientras los
hombres llegados como consecuencia de la «colonización antioqueña» se habían
dedicado al comercio; actividad que realizaban a través de una trocha abierta por
Pizarro, que servía de medio de comunicación con la ciudad de Néiva; principal
centro comprador de caucho y vía obligada hacia el interior del país. La Perdiz
alcanzó una importante prosperidad comercial. así, el 17 de mayo de 1899 varios
comerciantes legalizaron en Garzón una empresa comercial que constituye el primer
paso firme dentro del proceso de organización social y administrativa de este
lugar. La sociedad se denominaba Pizarro Gutiérrez y Cía; con domicilio principal
en la población de Guadalupe, perteneciente para ese entonces al Departamento del
Tolima. Así constituida la empresa, La Perdiz se convierte en el epicentro de la
actividad cauchera y económica de la región. A los pocos meses de funcionamiento,
La empresa logró una nueva organización, inyectó más capital e invitó a nuevos
socios, llegando así el ciudadano estadounidense William Boshell, quien a su vez
encargó como alto empleado de la empresa al ciudadano italiano Paolo Ricci; hombre
jovial y muy preparado, encargado de llevar las cuentas, efectuar el pago a los
caucheros y manejar las relaciones de las empresas con todos los colonos. A finales
de 1901 el señor Boshell cambia el nombre de la compañía y se identificaría desde
entonces como La Perdiz.

El alto precio a que llegó la corteza del quino, denominado quina, y la demanda
considerable que tuvo en los mercados extranjeros, por allá en años anteriores a
1900, indujo a muchos habitantes del sur de este Departamento a penetrar en las
montañas vírgenes en busca de esta preciada planta. Entre esos empresarios
intrépidos se encontraban Francisco Gutiérrez y sus hermanos :
(Elóy, Urbano Venancio, Roberto y otros); todos de origen antioqueño; quienes
abrieron el camino desde la Concepción hacia El Andaquí y desarrollaron sus
empresas de explotación y exportación de la corteza. Luego surgió la explotación
del caucho. actividad desarrollada por los mismos empresarios de la quina. Con
motivo de algunas diferencias comerciales, se separó Francisco Gutiérrez de sus
compañeros de negocios y se asoció al señor Francisco Pizarro. Fue entonces cuando
emprendieron la construcción del camino de la Danta, que ponía en comunicación al
Departamento del Huila con el Caquetá.

FUNDACION OFICIAL :

Florencia fue bautizada el 25 de diciembre de 1902 por el fraile capuchino, Padre


Doroteo de Pupiales (1876-1959) nacido en el municipio de Pupiales, Nariño, también
conocido como José Rubén Vallejo Belalcázar antes de ser ordenado. La aldea surgió
a partir de la bodega de caucheros ubicada a orillas de la quebrada La Perdiz y se
nombró en homenaje a Paolo Ricci, un ciudadano de Florencia (Italia) por entonces
vinculado a la compañía cauchera propietaria de la bodega, pero también en honor de
las flores multicolores que embelesaron al padre Doroteo.

En el «informe misionero», a sus superiores eclesiásticos, Fray Doroteo de Pupiales


describió así su visita a La Perdíz y la fundación de Florencia :

«El 3 de diciembre desembarqué en La Perdiz, agencia de la compañía Pizarro. Es La


Perdiz un lugar a propósito para fundar un pueblo, la tierra muy fértil, el agua es
abundante, se cría ganado de toda clase; ese lugar participa de los climas fríos y
templados, también los cálidos. El señor Pedro Pizarro y sus socios se empeñan
mucho en fundar allí un templo. Di todo lo necesario para ese objeto, y hay mucha
gente resuelta a edificar allí su casa con la condición de que los misioneros
pongan allí una residencia.

Hacía el espacio de veinte años que ningún sacerdote había pisado esta tierra; así
es que la gente recibió gran contento al saber que yo los iba a visitar. Ahí fundé
a Florencia el 25 de diciembre de 1902.» Mediante el Decreto Legislativo No. 28 del
31 de enero de 1905, el presidente Rafael Reyes creó la Intendencia del Alto
Caquetá y como capital estableció «el caserío de Florencia». El 24 de agosto de
1905 mediante el Decreto 995 se creó el Corregimiento, a cargo de un inspector de
policía. Con la creación de la Intendencia, llegó a Florencia una compañía militar
y con ésta, el capellán militar del Alto Caquetá José Manuel Santacruz, quien
abrió el primer libro de bautismos de la ciudad el 7 de noviembre de 1905.
Santacruz estuvo en Florencia hasta el 19 de enero de 1906 y acondicionó una choza
como capilla. En julio de 1906 llegó a Florencia el padre Lucas de Ibarra, quien en
el informe a sus superiores describió a Florencia de esta manera :

«A corta distancia del punto en que el riachuelo de La Perdiz mezcla sus


cristalinas aguas con las del Hacha, se encuentra un caserío, al cual antaño no
más, el ReverendoPadre Doroteo de Pupiales le impuso el nombre de Florencia. Cuenta
actualmente el mencionado pueblo con una pequeña iglesia, con una plaza y dieciséis
casas pajizas, habitadas casi en su totalidad por personas venidas del Tolima».

NUEVO TRAZADO :

En 1908 el obispo español Fidel de Montclar, primer prefecto apostólico del Caquetá
hizo un nuevo plano de Florencia, los cuales fueron ajustando el diseño de lo que
más adelante sería el centro de la ciudad. Como consecuencia de lo anterior, el
primero de marzo de 1908 se levantó un acta suscrita por 35 colonos, quienes se
comprometieron a edificar su casa en el término de un año, en los lrededores de la
actual plaza San Francisco. A Fidel de Montclar lo acompañaron los frailes Lorenzo
y Buenaventura de Pupiales. Éste último, en su informe al Padre General de la
Orden, decía:

«Florencia, último pueblo de la Prefectura Apostólica por parte del Tolima, a día y
medio de Canelos subiendo por el Orteguaza, con una temperatura promedio de 29
grados centigrados
Pocos años lleva de fundación y se calculan ya trescientos individuos en las
treinta casas del pueblo y cercanías y las ocho casas de la quebrada El Dedo. Para
que este pueblo se aumente en debida forma, señalose área de población, trazáronse
calles y plaza, escogiose el mejor sitio para la iglesia formal como los demás
edificios públicos y repartiéronse treinta y cinco solares a nuevos pobladores. Se
administraron dieciséis bautismos, veinte confirmaciones, ciento ochenta y cinco
comuniones y 7 matrimonios». Sin embargo, ni el trazo de Fray Doroteo de Pupiales
ni el de Fidel de Montclar eran respetados por los pocos habitantes, de tal manera
que en 1909, el colono Rómulo González reunió una junta de vecinos y acordaron
hacer un nuevo plano de Florencia encomendando esta tarea al ingeniero Benjamín
Ferreira. En diciembre de ese mismo año, el ingeniero Ferreira entregó el nuevo
plano siguiendo las instrucciones de la junta y fijó la plaza principal donde está
la plaza Pizarro, bautizada en homenaje al cauchero de la Compañía La Perdiz.
Florencia giraba alrededor de la Estación Misional o Viceparroquia, que era la
entidad administrativa eclesiástica encargada de administrar el culto, orientar las
organizaciones religiosas, organizar los eventos o fiestas religiosas y velar por
el desarrollo de «las buenas costumbres». El Prefecto Apostólico cumplió la promesa
de poner misioneros en Florencia, por cuanto los fieles ya habían levantado
capilla; fue así como el 13 de febrero de 1911 llegaron a este incipiente caserío
los frailes Benito de Guatemala, Anselmo de Olot y Fray Uladislao del Contadero. La
mayoría de migrantes procedían del Huila, donde las tradiciones católicas tenían
arraigo popular. Los colonos desarraigados volvían en el Caquetá a reconstruir las
instituciones y costumbres religiosas, en este caso liderados por los frailes. Las
Iglesias y sus templos, después de la época de las compañías caucheras eran el
lugar de la convocatoria social, espacios de identidad y encuentro de la comunidad.

ERECCION EN MUNICIPIO :

Trascurrido el año de 1912 : solo diez años después de haber sido bautizado el
poblado como Florencia y bajo la Presidencia de Carlos Eugenio Restrepo; se crea la
Comisaría Especial del Caquetá y mediante Decreto Número 642 del 17 de junio de
1912, se exalta el poblado a la categoría de municipio, capital comisarial y se
fijan las condiciones sobre su organización administrativa y territorial. El
gobierno central designa como primer alcalde al señor Isaías Cerquera. También se
creó la primer Notaría y el primer Juzgado Municipal, que pertenecía al circuito de
Garzón (Huila). Como consecuencia de obtener la categoría de Municipio, el 25 de
agosto de 1912 se celebraron las
Primeras elecciones en Florencia, para elegir el primer Concejo municipal,
instalado el primero de septiembre siguiente. Entre los concejales resultó elegido
Misael Pastrana Pastrana, padre del expresidente de Colombia Misael Pastrana
Borrero y abuelo del también expresidente Andrés Pastrana Arango. Cuatro años más
tarde, el Obispo de Garzón Esteban Rojas, promovió la construcción de un templo que
reemplazara la pequeña capilla existente, de tal forma que su construcción inició
el 20 de julio de 1916 y se inauguró un año después, el 19 de julio de 1917. El
maestro de obra fue Manuel Borréro, albañil de Garzón.

DECADAS DE 1920 - 1950 :

Terminada la bonanza del caucho, los colonos empezaron a dedicarse a otras


actividades económicas, especialmente al cultivo de arroz. En 1920 se instaló la
primera trilladora, que se movía de manera manual. En 1925 el comisario Jorge Mora
organizó la renta de licores mediante la constitución de la Fábrica de Licores del
Caquetá. La primera Feria de Florencia fue celebrada entre el 24 y el 28 de julio
de 1927, mientras Marco Silva era alcalde de Florencia y Martín Abadía era
Comisario de Caquetá

El primer camino de comunicación con el departamento del Huila lo abrió el cauchero


Pedro Pizarro. En 1911 el gobierno nacional lo amplió y mejoró; y -con base en el
camino de Pizarro- en 1932 se construyó la carretera Garzón-Florencia, vía
necesaria para movilizar las tropas que se dirigían al frente del conflicto por la
posesión del Trapecio Amazónico entre Perú y Colombia. La vía empezó a construirse
en octubre de 1932 y se terminó en junio de 1933. Debido a lo angosto de la
carretera, su uso fue reglamentado al dividirla en dos partes :

la primera, de Garzón a La Ruidosa; y la segunda, de La Ruidosa hasta Venecia. Así


las cosas, del Huila hacia Florencia sólo salían vehículos los domingos, martes,
jueves y sábados, y los demás días transitaban vehículos en sentido contrario. En
1933, se instaló la industria de gaseosas del Caquetá del señor Antonio Alvíra.
Para esa fecha, se inició el alumbrado público gracias a la adquisición de tres
lámparas Petromax por parte de la Comisaría del Caquetá. se construyó el Hospital
Militar de Venecia y se estableció la primera fábrica de jabón en el barrio la
Bocana a cargo de don Martín Chaux. También abrió la Caja Agraria de Florencia y la
división de la policía del Caquetá. De igual manera, el señor José Helizardo Mora,
creó la primera empresa de trasporte de la región. El desarrollo urbanístico de la
ciudad se fue dando lentamente :

En los años 1930 se construyó la Catedral Nuestra Señora de Lourdes en reemplazo


del templo de 1917; en los años 1940, la galería central La Concordia, el Hospital
Departamental María Inmaculada, el Aeropuerto Capitolio y el primer acueducto.

En 1936 se iniciaron trabajos cerca del sitio conocido como Sebastopol, sobre el
río Hacha, para construir una planta hidroeléctrica de 165 kiloVatios. En el año de
1932 la Junta Directiva del Banco de la República, mediante acta 761 del 5 de
octubre, aprobó la apertura de una agencia, la cual fue ubicada en el costado sur
oriental de la Plaza Pizarro. Inició labores de atención al público el 2 de enero
de 1933. La edificación actual empezó a ser construida en noviembre de 1945 y fue
terminada en marzo de 1948. En 1939 y con financiación del Gobierno Nacional, se
inició la contrucción de una pequeña central hidroeléctrica de 165 kiloVatios sobre
el río Hacha, en el lugar conocido como Sebastopol en la salida a Neiva. La planta
se dio al servicio en 1944 y luego fue arrasada por una inundación en 1962.
Justamente en 1944 inició la contrucción de la plaza de mercado Galería La
Concordia y del acueducto desde la vereda Caldas. También inició la contrucción del
Hotel Curiplaya, que en aquel entonces contaba con 40 habitaciones. En noviembre
del año siguiente fue inaugurado el Hospital María Inmaculada, primer hospital
civil del Caquetá, construido con financiación del Gobierno Nacional. También en
1945 fue fundada por Luis Helí Tovar la fábrica Gaseosas Florencianas. Del año 1943
a 1955, ya con la bondad de un medio de transporte, se hizo más notoria la
extensión de la ganadería, pues llegó el primer lote de reproductores puros,
importado desde los Estados Unidos, hecho que motivó a que en abril de 1957, se
fundara el Fondo Ganadero del Caquetá.

SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX :

Por Decreto 963 del 14 de marzo de 1950, se creó la Intendencia Nacional del
Caquetá. y Florencia fue designada como capital. En 1951 el Papa Pío 12 creó el
Vicariato de Florencia y encargó su administración a los misioneros italianos de la
Consolata, reemplazando a los Capuchinos. En la década de 1950 se fomentó por parte
de religiosos la creación de nuevos colegios como la Normal Superior de Florencia,
Juan Bautista Migani y Sagrados Corazones, dando inicio a la alfabetización de la
población florenciana.

Después del Bogotazo (1948) la colonización predominantemente «opita», orientada


ideológicamente por los frailes capuchinos hasta 1951, sufre una transformación
radical desde el punto de vista poblacional :

Apareció una migración de origen andina, dado el conflicto partidista [liberal


conservador] presentado en el país. Estas nuevas olas migrantes llegaron al
Caquetá. visto en ese entonces como territorio de paz. Por otra parte, desde 1952
los padres de la Consolata, de orígen italiano, comenzaron a dirigir religiosa y
culturalmente la colonización. En este periodo el poblamiento de Florencia creció
de una manera irregular, dando origen a nuevos barrios de invasión tal como ha sido
tradición en la ampliación del perímetro urbano. Florencia y la colonización en
general, en el periodo en mención, estuvo signada por el conflicto de las
migraciones y la construcción de nuevos asentamientos. En lo referente a sitios
lúdicos o de encuentro en la ciudad, se creó el parque de la Consolata y surgieron
barrios como el Torasso, liderados por la Iglesia. Hubo otros barrios y espacios
urbanos que implicaron un ordenamiento urbano dirigido que se expresó con la
creación del barrio Juan 23 en 1962, con el liderazgo de Monseñor Ángel Cuniberti
a quien el Papa Juan 23 apoyó económicamente para la construcción de dicho barrio
que hoy lleva su nombre; lo que a su vez era respuesta a problemas o desastres
naturales como las inundaciones, causadas por el río Hacha. Paralelamente a este
movimiento poblacional se crearon nuevas parroquias y escuelas como centros de
socialización.

El 9 de abril de 1957 se creó en Florencia el Fondo Ganadero del Caquetá con la


Intendencia del Caquetá el Municipio de Florencia y diez importantes ganaderos de
la región como los primeros socios. En 1960 se formó el barrio Pueblo Nuevo, fuera
del área urbana de Florencia que hasta entonces llegaba hasta el puente sobre la
quebrada La Perdiz en el Curiplaya. Al siguiente año se fundaron los barrios La
Cooperativa, también fuera del área urbana, y La Consolata, obra social de los
misioneros. El 17 de agosto de 1962 el río Hacha destruyó los trabajos de la
hidroeléctrica de Florencia inaugurada en 1944 y se desbordó sobre la ciudad,
inundando el barrio La-Vega y ocasionando la muerte de 122 personas, 17 puentes
destruidos y 616 familias damnificadas. Como consecuencia del desastre, en los años
siguientes se crearon varios nuevos barrios :

Torasso, La Libertad, Los Alpes, Buenos Aires, Siete de Agosto, Circacia y Juan
23, este último, con aportes del Vaticano.

A partir de los años 1970, el Caquetá vivió al vaivén de la economía del


narcotráfico, al igual que de la violencia generada por los grupos al margen de la
ley. Desde el punto de vista económico más allá del surgimiento de una economía
ganadera industrial como la Hacienda Larandia, la mayoría de los colonos, seguían
internándose en la selva para abrir la frontera agrícola del territorio. Su
situación era tan crítica, que este hecho dio origen al paro campesino de 1976, que
reivindicó necesidades de tipo agrario y la profundización de las políticas del
extinto INCORA en su momento, conocidas como la «colonización dirigida». El 28 de
agosto de 1972, se creó la Cámara de Comercio de Florencia, con el objeto de dar
organización, desarrollo y unión a los comerciantes y al comercio organizado en
general, siendo regida por su primer secretario Ejecutivo el señor Gustavo Ossa
Suárez, quien se mantuvo en un período de cuatro años.
En 1981 se creó el departamento de Caquetá y Florencia se ratificó como su capital.
En 1984 se dio un intento de toma por parte del grupo guerrillero M-19, que fue
controlado por el Ejército.

AÑOS RECIENTES :

En los siguientes años, Florencia ha tenido un importante desarrollo arquitectónico


y urbanístico, a través de la construcción de varios edificios como el Palacio
Municipal, la torre Jorge Eliécer Gaitán y el edificio de la Gobernación del
Caquetá. También afectó el desarrollo urbanístico del municipio la agregación
Malvinas, que ocupa gran parte de la comuna oriental de la ciudad. Además, se
crearon nuevos barrios y urbanizaciones en el sur de la ciudad, como Bellavista,
Villamónica o Yapurá.

En 1993 se dio al servicio el nuevo sistema de acueducto y alcantarillado para la


ciudad bajo la administración del alcalde Carlos Alberto Beltrán. En 1997 se
inauguró el Hospital Comunal Malvinas, cuya construcción inició en 1995 como
producto de la iniciativa denominada «Marcha del ladrillo pro-hospital», liderada
por el alcalde Héctor Orozco Orozco. Luego en 1999 se inauguró el tercer puente
sobre la quebrada La Perdiz, bautizado como «Fray Doroteo de Pupiales», durante la
administración de la alcaldesa Lucrecia Murcia, obra que permitió descongestionar
el tránsito por la ciudad.

El 17 de julio de 2002 fue entregado el Centro Múltiple de Servicios de la Caja de


Compensación Familiar del Caquetá (Comfaca), ubicado en el edificio Victoria Regia,
una de las estructuras más avanzadas del sur del país. Incluye entre otras
facilidades, la primera sala de cine que funciona en Florencia luego de casi 20
años del cierre de los teatros Florencia y Los Alpes. En 2003 se realizaron
múltiples obras públicas, como la construcción de andenes en el microcentro de la
ciudad, la inauguración de la Avenida Centenario y la edificación del Centro
comercial La Perdiz, que recuperó el espacio público de la ciudad, reubicando cerca
de 400 vendedores estacionarios. En ese mismo año también se abrieron las puertas
de la nueva sede de la Clínica Saludcoop Santa Isabel, primer centro sanitario en
ofrecer servicios de salud con tecnología de punta en la ciudad.

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