Deseo Una Estrella

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prólogo

✧。・゚・✧。・゚・✧

Recordar es volver a vivir, es el claro sentir de una vivencia pasada,


desafanarse del presente por un instante para retroceder al pasado. Pero a
veces los recuerdos también pueden ser la zozobra de toda una vida.

Un mal recuerdo que no es superado, puede convertirse en toda una vida de


tormento.

Si pudiésemos simplemente decidir lo que queremos recordar todo sería más


fácil, pero la vida no es así. Mucho menos para Jeon Jungkook.

Jungkook nunca fue el más feliz del mundo, pero por lo menos sonreía
cuando era un infante pueril y positivo, contrario a su "yo" del presente, que
era apático y aburrido.

Nunca conoció a sus verdaderos padres, creció en un orfanato donde nunca


recibió un buen trato. Nunca tuvo amigos ahí, pero no los necesitaba, pues
tenía a sus fieles amigas las estrellas, con las que siempre hablaba cuando
quería compañía.

Solía pedirles deseos en ese entonces, cuando era un inocente niño.

«Deseo poder ser feliz en un futuro» pidió a cinco años. «Deseo tener una
familia» pidió de nuevo a los seis años. Y cientos de deseos eran pedidos
cada noche, luego de charlar con las estrellas, aunque ninguno se cumplía.

Fue adoptado a los cinco años por una pareja adinerada y de porte elegante,
Daerin y Seojung eran sus nombres. Jungkook fue muy feliz las primeras
semanas con ellos, su madrastra Daerin era cariñosa y llena de bondad,
Seojung era un padrastro un poco serio, pero igualmente se notaba su cariño
y amor por su nueva familia. Juntos eran una familia bella, y ellos las
personas a las que Jungkook, con tanta ilusión, comenzó a llamar "papá y
mamá"

Luego todo comenzó a cambiar.

Un año después salieron a una cena familiar como acostumbraban, iban de


regreso, las calles congeladas por el invierno hicieron que las llantas del auto
resbalaran, Seojung intentó estabilizar el auto, pero un gran camión venía a
toda velocidad. Daerin, previendo el trágico destino, rápidamente tomó a
Jungkook en sus brazos y lo cubrió con su cuerpo. Al momento del impacto,
todo se volvió borroso.

Jungkook despertó bien, Seojung estaba ahí en su habitación del hospital,


pero ya no sonreía como solía hacer, su mirada se veía apagada.
Inocentemente preguntó por su madre, pero la respuesta que obtuvo cambió
todo. Daerin falleció al instante en el accidente.

A partir de ese momento todo en su vida fue en decadencia.

Después de la muerte de Daerin, Seojung no volvió a ser el mismo. Ya no era


un padre amoroso, el alcohol y las drogas se volvieron el refugio de la
realidad sin su esposa. Jungkook recibió cuidados de niñeras, dinero no le
faltaba jamás. Pese a que Seojung se aseguró de darle lo mejor, era claro que
ya no pensaba con anhelo en tener una familia, sus prioridades ya habían
cambiado y, lo único que realmente le importaba era distraer su mente, cada
vez más dañada, de la situación en la que su familia terminó.

Jungkook recordaba las tantas parejas que su padrastro tuvo y los amigos
alcohólicos que éste llevaba a casa. Recordaba claramente lo horrible que fue
tener que taparse los oídos cada noche a los seis años para no escuchar los
perturbadores gritos de su padre cuando se emborrachaba y gritaba de dolor
por la muerte de Daerin, el tener que esconderse cuando los adultos se
embriagaban en su casa y pasar su adolescencia aumentando su rencor hacia
su padrastro, peleando y rechazando todas las mil insistencias que Seojung le
hacía sobre consumir las sustancias ilícitas que este consumía con sus
amigos.

El único momento en el que Jungkook encontraba sociego, era cuando


llegaba la noche. Cuando las estrellas saludaban centellando a través de su
ventana. Jungkook creció charlando con las estrellas, pidiendo deseos que
esperaban ser cumplidos mientras su vida se iba arruinando poco a poco.

Siempre tuvo un promedio sobresaliente, era muy inteligente, aunque se


volvió poco sociable con el tiempo y eso lo hizo ser rechazado y víctima de
bullying. Estuvo solo toda su vida, hasta que conoció a dos chicos que fueron
como sus hermanos; Lee Soojin y Jung Hoseok.

Los amigos son un buen apoyo cuando la familia no es precisamente lo que


todos dicen que es. Pero Jungkook solo obtuvo más traumas cuando tuvo
amigos. Pues, a los quince años, tuvo que afrontar la dolorosa pérdida de sus
dos únicos mejores amigos. Los dos chicos que siempre estuvieron para
intentar hacerlo feliz a pesar de los suplicios de su vida.

Se rompió su lazo de hermandad, los perdió a ambos, de distintas maneras,


pero los perdió. Y ahora solo le quedaban los recuerdos de lo que en algún
momento fue una hermosa amistad.

Hasta los amigos más cercanos cometen errores y un error en su grupo de


amigos fue una de las razones que ocasionó la pérdida de la vida del que
Jungkook consideraba como un hermano; Lee Soojin.
Soojin perdió la vida a los quince años y, luego de ese suceso, Jungkook se
apartó completamente de Hoseok y de todo el mundo en general.

Luego de la muerte de Soojin, Jungkook no volvió a ser igual. Fue el último


pinchazo que su corazón pudo resistir y, desde ese momento, comenzó su
odio y egoísmo.

Pidió mil veces a las estrellas que le devolvieran a su mejor amigo, deseó que
regresaran el tiempo atrás para evitar la muerte de éste. Pero esos deseos
quedaron en el aire al igual que los demás.

Dejó de hablar con las estrellas, dejó de pedir deseos luego de darse cuenta de
que era una farsa. «¡Nunca más volveré a creer en ustedes!» gritó con rabia y
con el rostro lleno de lágrimas hacia las estrellas a las que les había confiado
sus más profundas penas.

Esa fue la última vez que habló con las estrellas y el comienzo de una nueva
etapa.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Comenzó a vivir solo desde hace unos años atrás, se fue de casa de Seojung
tran pronto pudo librarse del ambiente impudico que éste mantenía.

Se tatuó, se perforó y dejó crecer su cabello, ya no le importaba lo que dijeran


las demás personas. Ese era su "yo" del presente.

Actualmente Jungkook yacía sentado en un sofá de su sala mientras leía un


libro. Nada más que silencio le acompañaba como de costumbre y eso le
encantaba.

Todo era absoluta paz y un apacible silencio.

De repente, todo su paraíso se destruyó cuando la puerta fue abierta de golpe.

—¡Adivina quienes decidieron alegrarte con su presencia! —exclamó Jimin


—. Exactamente, Jung Hoseok y Park Jimin, las personas más geniales que te
hacen tan feliz cada dí-
—Lárguense.

Jimin rodó los ojos. Ya había anticipado una respuesta así.

—Me temo que no lo haremos hasta que respondas una pregunta.

—Recuérdeme cuándo les di permiso para entrar a mi casa —cuestionó


masajeando sus sienes.

—Saldremos a una fiesta esta noche, ¿quieres acompañarnos? —espetó


Hoseok ignorando su pregunta. Jungkook le miró con una ceja alzada—.
Bien, ya sé que no quieres salir, pero piénsalo un momento. Podrías
distraerte, conocer a alguien, socializar un poco y, quien sabe, tal vez hasta
consigas una cita.

—No me interesa —respondió volviendo a tomar su libro —. Si es todo,


puedes irte.

—Lo ves Hoseok, puedes irte, yo me quedaré a hacerle compañía porque sé


que internamente ama que esté con él —murmuró Jimin intentando acercar
una mano al cabello de Jeon, pero éste se apartó de manera brusca.

—Preferiría comer insectos antes que tenerte de compañía —dijo mirándolo


disgustado—. Y no me toques, quien sabe en donde has estado.

Jimin, enojado, acercó su mano hasta tocar la mejilla del menor. Apenas un
ínfimo toque y Jeon reaccionó tomando la mano con la que lo había tocado
para apretarla fuertemente mientras esperaba una disculpa.

—Lo siento, lo siento, lo siento —exclamó Jimin. Jungkook liberó su mano y


rápidamente Jimin comenzó a masajearla adolorido —. Por Dios, ¿cuántos
problemas internos tienes, amigo?

Jungkook le ignoró y volvió a abrir su libro retomando su lectura.

Jimin miró a su alrededor observando la casa de Jeon.

—De casualidad, ¿hay algo en tu casa que no sea negro o blanco?


—No me gustan otros colores —respondió sin dejar de leer.

Hoseok miró con tristeza a Jungkook.

—Solo estamos preocupados por ti —dijo Jung—. No puedes pasar toda tu


vida odiando a todo el mundo al punto de no salir por eso.

—Deja de fingir que te importa, sabes bien lo que ocurrió —espetó Jungkook
despegando sus ojos del libro para ver a Hoseok —. Tú no eres nadie para mí
y tu palabra mucho menos, así que deja de actuar como si yo te preocupara y
vete.

Hoseok tragó saliva y bajó la mirada. Jimin miró todo desde lejos y decidió
quedarse callado cuando entendió que de nuevo tocaban un tema difícil que
hasta el momento él desconocía.

—S-Sé lo que pasó, viviré infeliz toda mi vida por eso y eso no me impide
preocuparme por ti. No estoy actuando nada, solo quiero que seas feliz de
nuevo —dijo Hoseok alzado la mirada de nuevo—. ¿No te gustaría alguien
que te acompañe en esta solitaria casa?

La mirada de Jungkook de repente se perdió en un punto del suelo, ídem sus


pensamientos, parecía pensar mucho en esa pregunta. En ese tiempo que pasó
pensando, Hoseok se ilusionaba creyendo que Jungkook aceptaría cambiar. Y
finalmente, luego del suspenso, Jungkook alzó la mirada para responder:

—No, ¿ya pueden irse?

Jimin le dio una mirada a Jung, indicando que debían irse. Hoseok entendió y
exhaló profundamente, caminando de nuevo hasta la puerta para salir.

—¿Seguro que no tienes nada más que decir? —preguntó Hoseok,


ilusionado, insistiendo una vez más.

—Oh claro —fingió interés —. Cierra la puerta con seguro, no quiero que
entren más locos a ésta casa.

Hoseok le miró enojado y se fue junto con Jimin dando un portazo.


Luego de esa charla Hoseok no pudo estar tranquilo, porque quería ayudar a
Jungkook, pero sabía que él nunca podría hacerlo.

En una apacible noche, caminaba con parsimonia en una floresta cercana,


pensando con preocupación en Jungkook.

Sabía que Jeon había decidido estar solo y apartarse de todos gracias a los
recuerdos traumaticos que nunca había intentado olvidar y que no dejaba que
lo ayudaran a superar.

Por ello sabía que Jungkook necesitaba a alguien que lo acompañara; sabía
que necesitaba una persona que le devolviera la felicidad que perdió en el
transcurso de su vida.

Tal vez no alguien para toda la vida, pero si alguien que estuviera con él hasta
que Jungkook pudiera ser independiente sin cargar consigo tanto rencor y
odio.

Para distraerse, Hoseok miró el cielo. Un bello cielo oscuro y lleno de


estrellas fulgurantes. Él amaba las estrellas y siempre pedía deseos a ellas
para tener fe en algo. Solían zaherirlo y se burlaban de aquella ilusión que
tenía con pedir deseos, sobre todo Jungkook.

Jungkook siempre se burlaba de él cuando pedía deseos, incluso parecía


molesto y enojado cuando lo veía hablarle a las estrellas. Le decía que era
algo estúpido declarar sus querencias a una simple estrella. «Deja de ser tan
imbécil, ellas nunca te escucharán» le dijo Jungkook miles de veces, pero a
Jung nunca le importaron esas críticas, pues el creía fehacientemente que las
estrellas cumplían deseos.

—Queridas estrellas, sé que me escuchan, quiero pedir un último deseo —


murmuró cerrando los ojos—. Deseo que una persona especial llegue a la
vida de Jungkook, alguien que lo haga feliz, alguien que le de el apoyo que
siempre se ha negado a recibir y que tanto ha necesitado, solo deseo que
Jungkook pueda recuperar la felicidad que perdió hace tiempo... deseo una
persona especial para él.

Al finalizar sus palabras, un sonoro suspiro escapó de sus labios y entonces


un bello espectáculo apareció en el cielo frente a sus ojos.

Bellos astros de luz paseando por la galaxia a la velocidad de la luz. Cuerpos


celestes de los que apenas podía verse una ráfaga de luz por el cielo del
planeta Tierra. Estrellas fugaces lograban verse destellantes en la oscuridad
del cielo. Hoseok, con ojos brillantes, miraba asombrado y cautivado el
espectáculo del cielo y recordó que, aquella mañana en las noticias,
anunciaron la lluvia de estrellas.

—Espero que alguna de ustedes pueda cumplir mi deseo.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Un viernes por la noche Jeon llegó a su hogar luego de la universidad, arrojó


su mochila a un sofá mientras subía a su cuarto para ponerse cómodo.

Un trueno resonó impetuoso en su alcoba, seguido del sonido de miles de


gotas que provocaban ruido al hacer impacto contra la ventana y el techo de
su casa. El clima era un desastre afuera, el frío, los rayos, el viento y la lluvia
en conjunto formaron una tormenta vehemente. Pero ese era el clima perfecto
para Jungkook cuando estaba en casa.

Sin importarle mucho la fuerte lluvia de afuera siguió vistiéndose lo más


cómodo posible. Al estar listo se dirigió a la cocina para prepararse algo de
cenar antes de ir a estudiar.

Y, cuando estaba por entrar a la cocina, de nuevo percibió un sonido fuerte,


pero éste era diferente. Sonó como si algo fuera de su casa se hubiese hecho
pedazos y de inmediato se le vinieron a la mente todas las macetas con flores
que estaban fuera de su ventana, al mismo tiempo que recordó al horrible
gato de su vecina que siempre causaba molestias.

—Ese maldito gato de nuevo —se quejó en voz baja.

Enojado, Jeon salió para encarar al responsable de lo que sea que causó ese
sonido.

Abrió la puerta y salió de su hogar, siendo protegido de la lluvia gracias al


techado frente a su casa, y se encontró con una maceta de tulipanes secos
destrozada en la madera del piso del techado.

Otro ruido se escuchó y, de reojo, Jungkook vio algo moverse en una esquina
del porche, por lo que se estremeció y rápidamente volteó para ver si se
trataba del odioso gato.

—Maldito gat- ¡Ah! —dio un gritó lleno de pánico, pues definitivamente no


esperaba encontrarse con un chico sentado en un rincón del porche—.
¿¡Quién carajos eres tú!?

El otro chico no respondió y, al escuchar el fuerte grito de Jeon, solo


retrocedió arrastrándose hasta que su espalda chocó con la pared de la casa.

Jungkook inspeccionó con la mirada al desconocido. El chico estaba


completamente empapado, su cabello plateado goteaba y no pudo verle el
rostro debido a que éste se encontraba con la cabeza hundida entre sus
piernas flexionadas y sus brazos rodeando sus piernas.

Aunque Jungkook no era muy amable y era de hecho un chico indiferente, no


iba dejar totalmente abandonada a una persona que parecía necesitar mucha
ayuda. Tal vez estaba perdido.

—¿Te encuentras bien? —habló más calmado, pero aún serio.

El peligris poco a poco alzó la mirada y, cuando lo hizo, Jeon pudo ver el
rostro asustado del chico.

—¿Cuál es tu nombre?

No consiguió repuesta.

—¿No sabes hablar? —cuestionó con un tono más fuerte y enojado al creer
que estaba siendo ignorado.

El chico de cabellos plateados parecía inspeccionarlo también, pues lo miraba


profundamente con sus grandes ojos como fanales cafés. El enojo de
Jungkook desapareció, pues supo que en realidad no estaba siendo ignorado,
aunque no sabía por qué el peligris no respondía, decidió insistir hasta
conseguir una respuesta.

Se agachó y tomó asiento en el piso, a un lado del desconocido, realizando


sus acciones lentamente para que éste no se asustara.

—Me llamo Jeon Jungkook. —siguió hablando intentando recibir alguna


respuesta del otro —. ¿Necesitas ayud-

Dejó de hablar cuando vio que el peligris se movía. Éste alzó una mano
acercándola lentamente hasta el rostro de Jungkook mientras lo miraba con
curiosidad y extrañeza. Jeon frunció el ceño, pues no le gustaba el contacto
con otras personas, pero no pudo apartarse, estaba ensimismado observando
detenidamente las acciones del peligris y su profunda mirada llena de
confusión. Finalmente la mano del peligris aterrizó en una de las mejillas de
Jeon y éste estaba demasiado hipnotizado como para apartarse. El extraño
chico, con sus delgados y largos dedos, comenzó a acariciar la piel del
pasmado Jungkook, quien solo sentía los suaves dedos del otro tocar con
curiosidad y delicadeza la piel de su rostro.

—Juj... ¿goo? —balbuceó con dificultad y voz temblorosa.

Las cejas de Jeon se fruncieron al escuchar aquellos tartamudeos. El chico no


había logrado pronunciar ni siquiera su apellido y balbuceaba con dificultad.
De verdad sentía curiosidad de saber por qué el otro parecía no poder hablar
bien, su mejor conjetura fue creer que el chico era mudo. Aunque, de alguna
manera, esa suposición no lo convencía por completo.

Un trueno en el cielo, que hizo retumbar las ventanas, hizo ruido en todo el
vecindario. El peligris comenzó a temblar en su lugar al percibir el potente
sonido.

Jeon lo vio y rodó los ojos.

Miró alrededor para verificar que no había otra persona ahí, tal vez algún
familiar del chico desconocido o algún tutor que le estuviera buscando. Pero
no, no había nadie.

—Solo es un sonido que indica que habrá lluvia y debemos estar dentro de
nuestras casas. ¿Quieres pasar? —cuestionó mientras con su pulgar señalaba
su casa —. Te irás cuando termine la lluvia.

El peligris lo miraba con la cabeza ladeada, su rostro reflejando confusión y


ningún otro sentimiento u emoción. Jungkook solo suspiró resignado porque,
aunque no recibiera respuesta, no podía dejar al chico abandonado fuera de su
casa.

—Vamos.

Jungkook se levantó y dio la vuelta comenzando a caminar y esperando ser


seguido, pero el sonido de un fuerte impacto le alertó. Rápidamente volteó y,
confundido, miró la escena del peligris intentando levantarse y
posteriormente perder el equilibrio cayendo al piso. Parecía que no sabía
caminar, pero era imposible que no supiera caminar cuando parecía ser de su
edad.

Jeon dejó sus pensamientos extremistas y decidió pensar que el peligris


estaba lastimado y no podía caminar por eso. Resignado, ayudo al peligris a
levantarse y caminar.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

El extraño chico de cabellos plata miraba todo con curiosidad y asombro, sus
ojos brillaban con un centello peculiar mientras admiraba maravillado hasta
la más ínfima y trivial cosa. Parecía que no había cosa que no le impactara.

Jungkook buscó en su ropa algo que pudiese quedarle al chico. Tomó un


pantalón deportivo y una de sus camisas y las dejó en la cama frente al
peligris. Éste miró todo con confusión, por lo que Jeon supuso que debía
explicarle.

—Eso es una toalla, ya sabes, para que te seques. —señaló. Estaba siendo
sarcástico, casi burlándose, pero al ver como el peligris de verdad parecía
recién conocer aquellas cosas, decidió poner más seriedad —. Uhm, esa es
ropa seca, primero sécate bien y luego te pones la ropa limpia, ¿entiendes?

El otro asintió con entusiasmo y una sonrisa.


Finalmente, estando todo explicado, Jungkook salió del cuarto. Al estar
afuera se recargó en la pared y, suspirando, pensó en la situación. Había sido
cansado explicarle al peliplateado como vestirse. Y la cuestión aquí era: ¿por
qué tuvo que enseñarle a vestirse a un chico de aproximadamente veinte
años? Eso era lo verdaderamente extraño.

Se sentía frustrado e impotente, no sabía por qué el chico actuaba como si


realmente no supiera nada y como si recién conociera el mundo.

Dejó pasar un largo tiempo para darle privacidad al otro, hasta que finalmente
decidió entrar para ver si todo estaba bien.

Tocó la puerta, esperando un momento y posteriormente entrando.


Inmediatamente vio al chico con la ropa seca puesta algo desacomodada, y
vio como éste con ambas manos tocaba las suaves cobijas de su cama,
nuevamente parecía sorprendido.

—¿Acaso todo te sorprende? —cuestionó bruscamente. El otro le volteó a ver


con la misma mirada carente de emoción, sin decir nada. Jeon se acercó a la
ropa mojada del peligris que permanecía en el suelo y la tomó —. Olvídalo,
ahora vuelvo.

Jeon salió de la habitación con la ropa del otro en sus manos, se quedó en el
pasillo para revisar si había alguna identificación o tarjeta que lo ayudara a
descubrir algo del chico, pero no encontró nada.

Estresado, al no obtener nada de lo que quería, Jungkook arrojó la ropa lejos.

Cuando arrojó la ropa al piso, escuchó un sonido que no concordaba con el


que producía lo que había tirado, fue un sonido metálico y seco, como si un
metal pesado hubiera caído al piso.

Algo confundido, Jungkook se acercó y tomó nuevamente la ropa para


revisar las bolsas más calmado. Encontró un collar precioso y que, a pesar de
estar sucio, parecía sumamente costoso por las extrañas piedras brillantes y
cristalinas. Le quitó la tierra mojada que tenía encima el collar y vio una
preciosa piedra extraña y luminosa, nunca en su vida había visto un diamante
tan singular como aquel, parecía de otro planeta. Pero lo que realmente le
llamó la atención fue que en medio de la piedra brillante del collar se podía
leer "Kim Taehyung".

Después de ver aquel collar, Jeon caminó de regreso a su habitación,


encontrando al chico de cabellos grises recostado en la cama observando
todo, absolutamente todo, como si fuese extraño, nuevo y espectacular.
Parecía un niño pequeño en un gran museo, solo que no era un museo, era
una simple habitación y él no era un niño, sino un adolescente.

—Ahora sí necesito que dejes de jugar —espetó Jeon en voz alta para ser
escuchado. El peligris volteo a mirarle —. Desafortunadamente sigue
lloviendo y, no creo que quieras irte en medio de la lluvia, así que puedes
quedarte esta noche, pero antes necesito saber algunas cosas.

Jeon tomó asiento y el otro chico hizo lo mismo levantándose de la cama,


sólo que al sentir cómo el colchón se hundía, sonrió y comenzó a brincar en
su lugar. Jungkook observaba con detenimiento el comportamiento del
menor, era tierno, pero algo singular.

Ignorando la actitud extraña del chico, Jeon tomó una libreta y un lápiz del
mueble a un lado de su cama y se la dio al peligris quien dejó de brincar y
tomó ambas cosas mirándolas con curiosidad.

—Yo te pregunto y tú escribes la respuesta, ¿bien?—preguntó para asegurar,


sin embargo el peligris ni siquiera asintió. Aún así Jeon continuó con su plan
—. ¿Cómo te llamas?

Jungkook esperaba a que el peligris escribiera. Pero éste únicamente miraba


el lápiz y la hoja. Jeon resopló y le arrebató con brusquedad ambas cosas.

—Así, así escribes —dijo enojado escribiendo cualquier palabra en la libreta.


El peligris miró y posteriormente su boca se formó en una tierna "o" con
asombro —. Escribe por lo menos tu nombre, ¿no fuiste a la primaria?

Exasperado, le aventó los objetos al peligris, quien los logró atrapar y, al


notar como éste movía el lápiz en la libreta, se calmó.

Al poco tiempo el peligris dejó de mover el lápiz y miró la libreta con


felicidad. Posteriormente, con una radiante sonrisa mostró orgullosamente a
Jeon lo que había hecho, como un niño mostrando a su padre algo hecho por
el. Por otro lado, Jungkook cerró los ojos y respiró profundamente para
calmarse al ver una flor mal dibujada en la libreta. No obstante a su reacción,
el menor siguió mostrando con felicidad lo que había hecho.

Jungkook suspiró y, frustrado, revolvió sus cabellos sin saber que hacer.
Entonces recordó el collar y el nombre grabado en éste.

—Kim Taehyung.

Esta vez el chico abrió los ojos mostrando lo que parecía ser sorpresa y bajó
la libreta con su dibujo.

—¿Quién es Kim Taehyung? —cuestionó Jeon con la esperanza de obtener


una respuesta.

Silencio. Nada se escucho y nada fue escrito como respuesta. Cuando estaba
apunto de rendirse, vio al peligris moverse. Éste movió su mano derecha y se
señaló a sí mismo con el dedo índice. Una sonrisa se le escapó a Jeon, pues
por fin había conseguido algo.

—¿Eres tú? ¿Kim Taehyung es tu nombre? —cuestionó con cierta emoción


por su descubrimiento. El otro asistió circunspecto —. Entonces, supongo,
esto es tuyo.

De la bolsa de su pantalón sacó el collar. Y Jeon vio a Taehyung moverse en


su lugar con entusiasmo.

—M-mamá —pronunció muy dificultosamente.

Jeon escuchó aquello y su sorpresa aumentó más al describir que Taehyung


no era mudo. Su voz era suave y profunda, pero no dejaba de ser adorable el
tono en el que pronunciaba con tanta dificultad las palabras. Aquello no lo
dejaba de intrigar, si no era mudo, ¿por qué no hablaba?

—Puedes entender lo que digo, ¿cierto? —Taehyung asistió con calma —.


¿Y por qué no respondes?
El peligris movió sus manos buscando la forma de expresarse. Pero no
hablaba. Finalmente bajó las manos y la mirada. Parecía frustrado y algo
triste, Jeon supuso que se debía a que no pudo darse a entender. Se sintió muy
mal por Taehyung.

—Olvídalo, tal vez mañana alguien te busque y todo se solucione —dijo


Jungkook —. Debes estar agotado, ¿quieres dormir?

Taehyung relajó su rostro y parecía menos triste. Respondió asintiendo con la


cabeza seguidas veces con rapidez. Jungkook apartó la mirada.

Jeon le cedió su habitación a Taehyung y este, al sentir la comodidad de la


cama, instantáneamente quedó dormido. Jungkook por otro lado durmió en el
sofá y agradecía mentalmente que fuese viernes para poder reponerse del día
tan extraño que había tenido.
Capítulo O1

✧。・゚・✧。・゚・✧

La mañana siguiente Jeon despertó con un profundo dolor de espalda. El sofá


definitivamente no era el lugar más cómodo para dormir.

Se levantó quitándose bruscamente las cobijas y caminó hasta la cocina para


preparar su desayuno aún con el sueño manipulando su cuerpo.

De repente un fuerte sonido se escuchó en el segundo piso de si casa,


provocando que finalmente despertara completamente y recordara la
situación; había un chico desconocido en su habitación.

Un suspiro lleno de frustración salió de sus labios y dio la vuelta para subir a
su habitación y ver que era lo que estaba pasando.

Abrió la puerta de golpe esperando encontrar algo roto, pero lo que encontró
fue una bola de cobijas en el piso y, de un pequeño hoyo, se asomaba el
rostro adormecido de Taehyung. Una tierna escena sin duda alguna, lástima
que Jungkook no estaba acostumbrado a la ternura y no sabía como actuar.

—Levántate del piso —ordenó empujando con su pie el montón de cobijas.

Taehyung se quejó, pero no se levantó.

—Bien, tu lo pediste —Jeon se agachó, tomó la cobija y se la quitó al menor.

Taehyung abrió los ojos finalmente viendo que Jeon le había quitado la
cobija. Se sentó en el piso de mala gana cruzando los brazos y haciendo un
puchero.

Jungkook chasqueo la lengua al ver esa actitud.

—¿Qué? ¿Ahora estás molesto? Yo te dije que te levantaras —Taehyung


apartó la mirada aún con brazos cruzados—. Como sea, ¿tienes hambre?

Taehyung ladeo la cabeza al escuchar esa palabra. Jeon notó la confusión.

—¿Tampoco sabes que es eso? Genial —se quejó.

En ese momento un ruido extraño se escuchó, era el estómago de Taehyung


gruñendo por el hambre. Sin embargo, Taehyung no conocía esa sensación
por lo que con miedo tocó su estomago y se intentó levantar del piso, pero
solo caía de nuevo. Y Jeon recordó un problema más; Kim no podía caminar.

—Eso es el hambre —habló Jeon—. Tu estómago quiere comida, por eso


hace ese ruido.

Taehyung comprendió y con una adorable sonrisa asintió con la cabeza.

Jeon alzó una ceja y apartó la mirada.

—Eres tan raro, como sea, vamos a desayunar.

Extrañamente, Jungkook en tan sólo una noche había procesado el nulo


conocimiento de Taehyung sobre las cosas. La curiosidad lo mataba, pero
había preferido dejar de encontrar una explicación que el peligris
definitivamente no le brindaría y que por su parte sabía que no conseguiría.

No era necesario conocer tantas cosas de Taehyung, solo debía importarle


encontrar a sus padres y dejarlo en casa.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Jungkook dejó un plato de ramen frente a Taehyung y unos palillos para que
comiera. Posteriormente él se sentó en su silla y comenzó a devorar su
comida. Al poco tiempo se dio cuenta de que Kim sólo lo veía comer.

—¿Qué? —cuestionó bruscamente ante la mirada del menor—. ¿No


comerás? Hace un momento parecías tener hambre.

Taehyung asintió y tomó los palillos, observó como los sostenía Jeon e
intentó copiarlo. Colocó entre sus dedos los palillos, pero al momento de
tomar la comida, no podía sosenerla.

Jungkook notó eso y rodó los ojos.

—Arreglatelas para comer tú solo, no pienso perder el hambre por enseñarte


a usar palillos.

Jeon apartó la mirada para concentrarse en su comida y, cuando volvió a


mirar al peligris, éste tenía el rostro completamente manchado con el caldo
del ramen. Taehyung le sonrió con los labios sellados mientras masticaba,
resaltando sus mejillas llenas de fideos.

Inevitablemente una risa divertida se escapó a Jungkook al verlo.

Fue raro para Jeon desayunar con alguien, estaba acostumbrado a la soledad.
Aunque Taehyung no hablaba, se hacía notar.

—¿A dónde irás ahora? Debo dejarte en tu casa lo antes posible —cuestionó
Jeon cuando terminó de comer—. Puedo llevarte con tus padres si quieres.
No tengo auto, pero puedo guiarte, confórmate con eso.

Esperó respuesta, pero Taehyung solo lo miraba con las mejillas llenas de
ramen mientras masticaba.
—Aquí vamos de nuevo —pronunció Jeon suspirando para calmar su estrés
—. Estoy intentando ayudar y eso no es común en mí así que no me
desesperes. Sé que no puedes hablar, pero por lo menos intenta explicarme.
Ahora responde, ¿de dónde vienes y dónde están tus tutores?

Taehyung tragó el bocado de comida y señaló hacia arriba. Jungkook dirigió


su vista hacia arriba por un momento y después miró con molestia a Kim.

—Bueno, obviamente no vienes de mi techo, ¿quieres agotar mi paciencia?

Taehyung le miró sin expresión, sin miedo a pesar de su tono fuerte de voz.

—Hablo en serio, Kim, ¿dónde están tus padres?

Taehyung nuevamente alzó una mano señalando arriba con una sonrisa labial
en el rostro.

Con las cejas fruncidas, Jeon miró el dedo de Taehyung que señalaba hacia
arriba. Y poco a poco, a medida que iba entendiendo, su rostro comenzó a
cambiar de uno enojado a uno perplejo. Pues si Taehyung señalaba arriba,
refiriéndose al cielo, solo significaba una cosa; sus padres estaban muertos.

Bajó la mirada un momento y, posteriormente, la alzó tratando de verse


indiferente.

—¿Tus padres están ahí? —cuestionó sin mirarle a los ojos.

Al recordar que el menor no podía hablar, decidió mirarlo, encontrando que


éste asentía repetidas veces con la misma sonrisa inocente.

Se quedó sin palabras al confirmar que Kim no tenía padres. Era un triste
hecho, pero ciertamente Taehyung no parecía necesitar consuelo, pues aún
sonreía alegremente.

Pero, independientemente de todo, debía dejarlo en algún lugar. Tal vez


realmente estaba perdido en la ciudad o su situación psicológica era delicada
tomando en cuenta que no hablaba ni sabía nada. Y se le ocurrió que, si
Taehyung no podía darle respuestas, tal vez la policía sí.
El único problema era que Taehyung no sabía caminar, no podía llevarlo
cargando. Entonces recordó que tenía una silla de ruedas en su sótano, una
vieja silla de ruedas que Seojung le compró cuando se rompió la pierna y, sin
planearlo, sería de ayuda ahora. No dudó en sacarla para que Kim la ocupara.
De ese modo ambos pudieron ir a la estación de policía.

Un taxi los llevó, Taehyung no dejó de mirar a través de la ventana con


asombro y alegría. Llegaron al poco tiempo, Jungkook empujaba la silla de
ruedas donde Taehyung estaba sentado y éste soltaba risas entusiasmado por
el paseo que le estaban dando. Jungkook solo rodó los ojos ante la emoción
de Taehyung, le estresaba la alegre y positiva personalidad de éste.

Fueron atendidos casi de inmediato, los pasaron a la oficina principal del jefe
de policías y tomaron asiento frente a su escritorio.

—¿Y bien? ¿Qué los trae por aquí? —preguntó el hombre detrás del
escritorio, mirándolos interrogante.

Jungkook no sabía exactamente por donde empezar, pero intentó ordenar sus
ideas para explicar algo coherente que pudiera creer el policía.

—Sé que sonará raro, pero ayer por la noche éste chico apareció frente a mi
puerta y lo dejé pasar a mi casa creyendo que podría irse pronto o que
llegarían a buscarlo—explicó con seriedad—. Pero no llegó nadie por él y
resulta que no sabe hablar, ni caminar... prácticamente parece totalmente
perdido.

El policía miró con curiosidad a Taehyung, parecía estarlo inspeccionando


minuciosamente, éste solo se dedicaba a mirar con curiosidad la decoración
de un pequeño gato saludando.

—¿Cómo dices que se llama? —cuestionó el policía.

—Kim Taehyung.

—Bien, espera aquí un momento.

El mayor se levantó de su despacho y salió de la oficina. Mientras tanto


Jungkook lidiaba con Taehyung, quien quería tomar el gatito de la mesa y
Jungkook tenía que apartarlo de él para que no lo rompiera.

No pasó mucho tiempo y, minutos después, el policía llegó a la oficina y


tomó asiento en su escritorio de nuevo.

—Buscamos en todos los archivos y expedientes, pero no hay nada que se


relacione con la información de éste chico —dijo el policia—. El último
archivo de un "Kim Taehyung" reportado como desaparecido es de hace
muchísimos años y era un niño de cinco años.

Jeon pasó una mano por su rostro, estaba frustrando, en suma le atormentó la
preocupación de no saber lo que haría con Kim.

—¿Y qué sucederá con él entonces? No pueden dejarlo con quien sea.

El policía suspiró y miró a Taehyung con lástima.

—Hay dos opciones para él; si no tiene un tutor o alguien responsable de él,
podemos hospitalizarlo en un hospital de salud psiquiátrica ya que no es
normal el comportamiento que presenta o bien podemos trasladarlo a un
orfanato o casa hogar —Jungkook lo volteó a ver inconforme con esa
resolución—. No digo que sea para siempre, solo estará ahí mientras alguien
aparece a buscarlo.

Jungkook se quedó pasmado y dejó de concentrarse en lo de alrededor


cuando escuchó "orfanato". Recordó lo que tuvo que vivir ahí, todas las
dolorosas memorias que obtuvo cuando estuvo en ese lugar. Volteó a ver a
Taehyung, éste le veía con una sonrisa de labios y sus adorables ojitos
entrecerrados por la sonrisa.

Al verlo, Jeon sintió su corazón ablandarse. No sabía lo que haría, pero


definitivamente dejar a Taehyung en un orfanato no era una opción y mucho
menos un hospital psiquiátrico.

—Solo debes llenar el formulario de-

—Olvidé que tenemos un compromiso pendiente, debemos irnos —dijo Jeon


levantándose de su silla y tomando la silla de ruedas para llevarse a Taehyung
—. De todos modos, avíseme si alguien llama para buscalo.

—Espera, chico, no puedes simplemente-

—Gracias por investigar aunque no sirvió de nada.

Jeon salió de la estación de policias llevando consigo de nuevo a Taehyung y


dejando atrás a un confundido policía que aún no comprendía lo que había
pasado.

Cuando regresaron a casa, Jungkook se fue a sentar al sofá con Taehyung


frente a él mirándolo.

¿Qué se supone que haría ahora con él?

—¿Estás seguro de que no tienes hermanos? —preguntó Jeon, el peligris


negó—. Bien, algo más concreto, ¿tienes siquiera un lugar a donde ir?

Cuando el peligris negó de nuevo, fue cuando su paciencia se agotó


completamente. Se levantó y caminó a la cocina para pensar las cosas en
soledad. ¿Cómo es que Taehyung había sobrevivido así todo ese tiempo si
parecía que recién llegaba al mundo?

Luego de un momento su mente automáticamente llegó a la conclusión de


que él tenía la posibilidad de mantener a una persona más en su hogar, tenía
un trabajo en el que ganaba lo suficiente, una beca por su excelente
promedio, suficiente espacio en su hogar y su padre adoptivo le depositaba
cada mes una gran cantidad de dinero, nunca había tocado ese dinero por el
rencor que le guardaba a aquel hombre, pero pensó que podía darle por fin un
buen uso a ese dinero si decidía ayudar a Taehyung.

Rápidamente Jeon negó con la cabeza, ¿por qué siquiera pensó en mantener a
aquel chico? Sus preguntas se vieron interrumpidas cuando una llamada
llegó. Al observar la pantalla vio que era Hoseok, por lo que resignado
contestó.

—¡Hol-
—No quiero salir —interrumpió rápidamente.

Hoseok suspiró en la otra línea.

—Ya lo sé, solo quería saber como estás.

Jungkook frunció las cejas.

—¿Por qué?

—Solo me preocupo por ti, ¿todo ha estado normal últimamente? ¿No te


sientes más feliz como si se hubiera cumplido un deseo?

—¿Ahora de qué idioteces hablas? ¿de nuevo te pusiste a hablarle como loco
a las estúpidas estrellas? Ya te dije que nunca te escucha... —se detuvo a
pensar y, posiblemente, siguió hablando—. Espera, ¿tú lo trajiste a mi casa?

—¿Traerlo? ¿A quién? —cuestionó confundido—. ¿Qué fue lo que sucedió?

Jeon suspiró y sabía que debía hablar si no quería tener a Hoseok afuera de su
casa preguntando por Taehyung.

—Escucha, encontré a un chico ayer afuera de mi casa, estaba empapado y


por la lluvia lo dejé pasar. Se quedó a dormir y lo iba sacar de mi casa hoy,
pero aún no sé que hacer con el. —explicó con un tono de queja—. No hay
información de él, no tiene familia, no sabe absolutamente nada y por si fuera
poco no tiene a donde ir. La policía me dio dos opciones; el orfanato o
dejarlo en un hospital psiquiátrico mientras investigan sobre su procedencia...
no sé qué opción tomar, no sé qué hacer.

—¿Cómo que no sabes que hacer? Sé que no querrás dejarlo en un orfanato y


un hospital psiquiátrico sería horrible -opinó Jung-. Tienes el espacio y el
dinero para ayudarlo. Vamos, por algo debió llegar hasta tu puerta, por algo
llegó hasta ti ese chico.

—Sí, por algo que se llama lluvia, Hoseok.

—Deja de ser sarcástico, hablo en serio —pidió—. Si dices que este chico no
sabe nada, significa que necesita aún más ayuda. Solo piénsalo, si necesitas
ayuda con él, puedes llamarnos a mí o a Jimin para-

—No —le detuvo—. No le digas a nadie, mucho menos a Jimin. Lo menos


que quiero es que todos sepan, sólo queda entre nosotros, Hoseok.

—¿Significa que lo ayudarás?

Jeon no respondió por un momento.

—Solo lo estoy pensando.

—Está bien, es tú decisión, llámame si necesitas algo.

Hoseok colgó la llamada dejando a un confundido chico pelinegro.

Jeon dejó su celular sobre una alacena y, desde la cocina, miró a Taehyung
quien jugaba como niño pequeño con una figura de porcelana que estaba en
su centro de mesa. Solo tocaba el objeto o hacía que se moviera y con eso
sonreía completamente feliz. Taehyung no tenía un ápice de malicia. Dejarlo
salir al mundo exterior sería horrible sin duda.

Tomó una decisión.

Salió de la cocina y regresó a la sala, donde de inmediato recibió la atención


de Taehyung. Se sentó en un sofá y miró a los ojos al otro.

—Escucha, normalmente nunca haría ésto, pero seré comprensivo porque tu


situación es delicada y sé lo que se siente estar solo y sin salida —dijo
sincero y con calma—. Puedes quedarte a vivir aquí el tiempo que necesites,
cuando tengas un lugar seguro a donde ir, podrás irte. Mientras tanto, seré
como tu tutor.

Taehyung sonrió emocionado, pero antes de que celebrara, Jungkook terminó


sus palabras:

—Pero antes pondré algunas reglas; no quiero que me toques, no me


molestes, no invadas mi espacio personal y no esperes que sea amable —
espetó seriamente—. Puedes tener la libertad de ir a donde quieras, ésta
también será tu casa el tiempo que estés aquí. No puedo seguir durmiendo en
el sofá y ya que mi cama es muy grande, ambos podemos dormir ahí sin
invadir el espacio personal de otro.

Al finalizar el menor se veía entusiasmado. Jeon le miró con una ceja alzada.

—Bien, con todo eso aclarado, esta es tu nueva casa, donde si rompes alguna
de las reglas te irás a la calle. Bienvenido.

▬▬...▬▬

Horas habían pasado ya desde aquella decisión de Jeon. No fue difícil lidiar
con su nuevo roomie, Taehyung se quedó en un sofá y Jungkook se fue a
estudiar.

Pero no faltó mucho para que la presencia de Kim se hiciera notar. Pues, al
poco tiempo, escuchó que algo se rompió. Al salir a ver que ocurría encontró
una de sus figuras de porcelana rota en el suelo y a Taehyung utilizando un
cojín para esconderse. Luego de recoger los pedazos, dio un severo regaño a
Taehyung sobre cuidar las cosas y volvió a su estudio.

Los minutos pasaron y Jungkook comenzó a sentirse culpable por regañar al


menor y esa culpa no lo dejó concentrarse. Por lo que, bufando, salió de su
estudio para hablar con Kim.

Seguía enfadado, pero todo ese enojo desapareció cuando vio a Taehyung
acostado en el sofá con el rostro triste y reflejando aburrimiento.

Jungkook volvió a la realidad al recordar que Taehyung no podía caminar y


él lo había dejado en el sofá. Lo único que Kim tenía a su alcance eran sus
figuras de porcelana con las que le gustaba jugar y por fin comprendió que
fue por eso que había roto una.

—Taehyung, lamento haberte gritado, ¿bien? —le dijo acercándose y


sentándose a su lado en el sofá. Éste le miró—. N-no estoy acostumbrado a
convivir con alguien por mucho tiempo, esto es difícil para mí.

Taehyung le siguió mirando circunspecto. Y fue entonces que a Jungkook se


le ocurrió una idea, que no le gustaba para nada, pero recompensaría el haber
dejado solo y aburrido a Kim por tanto tiempo.

Pasó un brazo de Taehyung por sus hombros y lo ayudó a levantarse.

—Te llevaré conmigo por esta vez, ¿bien?

Taehyung sonrió de nuevo, su felicidad nuevamente apareció y asintió


contento.

—Tsk, ¿y esa sonrisa? Sólo te llevo para que no rompas nada, no te


emociones —aún así, Jeon no pudo evitar sonreír también.

Lo llevó caminando hasta su estudio donde lo sentó nuevamente en un sofá


frente a una televisión.

Tomó el control remoto y recordó que tenía bloqueados casi todos los
canales. Eso era porque únicamente miraba los documentales, canales de
estudio y si acaso alguna serie de terror. Había bloqueado los demás canales,
porque consideraba que eran una distracción y la programación una total
falacia.

Cerró los ojos y suspiró mientras un murmullo salía de sus labios.

—Qué diablos estoy haciendo.

Luego de desbloquear todos los canales, le enseñó a Taehyung como utilizar


el control remoto. Cuando vio que Taehyung comprendió, lo dejó viendo un
programa y él se sentó en la mesa a un lado del sofá para estudiar mientras
Kim miraba las caricaturas.

El sonido de la televisión encendida por primera vez era raro para el oído de
Jeon.

Las voces de las caricaturas sonaban en todo su estudio, seguido de las


adorables risas de Taehyung crearon un ambiente pleno y nuevo para
Jungkook. Y aunque no lo admitiría, le gustó no sentirse solo por una vez.

Por la tarde Jungkook ordenó pizza para comer. Él comió mientras estudiaba
y Taehyung viendo caricaturas.
Así las horas pasaron para ambos y, cuando Jeon reaccionó por el sueño
repentino, decidió que era hora de ir a dormir.

Se levantó de la silla y al girar vio a Taehyung dormido en el sofá aún con la


televisión encendida. Pensó en llevarlo cargando a la habitación, pero
asimismo pensó que eso sería demasiado, por lo que no lo hizo. Apagó la
televisión y movió a Taehyung para despertarlo.

Llegaron a la habitación y Jungkook dejó caer a Taehyung en su lado de la


cama, mientras él intentaba recuperar el aliento, pues Kim había dejado caer
su peso en él mientras subían las escaleras.

Sin pensarlo mucho para no arrepentirse, acomodó mejor a Taehyung y lo


tapó con una cobija. Posteriormente apagó las luces y se acostó en su lugar de
la cama dispuesto a dormir, pero cuando apenas estaba cerrando los ojos,
sintió como Taehyung tocaba su hombro llamándole.

Hizo un sonido con la garganta para dar a entender que le escuchaba, pero al
recordar que Kim no hablaba suspiró y frustrado abrió los ojos.

—¿Qué quieres? ¿No ves que intento dormir?

Taehyung ignoró la pregunta y Jeon vió como señalaba el foco de su


habitación.

Jeon pasó su mirada del techo a los ojos de Taehyung, y le miró confundido.

—¿Qué?

Ésta vez Taehyung señaló otro lugar y Jungkook miró el botón que e
encendía y apagaba la luz.

—¿Quieres que encienda la luz? —Taehyung asintió. —Olvídalo, no puedo


dormir con el foco encendido.

Jungkook volvió a acostarse y le dio la espalda a Kim. Pero entonces,


escuchó un sollozo. Asustado se sentó en la cama y volteó de nuevo para
mirar al otro. Tan pronto volteó encontró los bellos fanales de Taehyung
brillando cristalizados con lágrimas y perlando sin parar.
—¿Q-qué sucede? ¿Estás bien?

Taehyung talló uno de sus ojos con su puño mientras negaba y con su otra
mano señalaba el foco.

Jungkook no quería encender la luz, pero se sentía muy mal al ver al menor
llorar. Sin saber que hacer revolvió sus cabellos con frustración e intentó
pensar una solución. Ulteriormente se levantó de la cama y salió de la
habitación dejando a un Taehyung lágrimeando por la situación funesta.

Un ápice de tiempo pasó y Jeon entró con una lámpara polvosa y algo vieja.
Taehyung dejó de llorar para ver con curiosidad la lámpara.

Jeon se hincó a un lado del lugar de Kim para conectar la lámpara en el buró
de madera que estaba en su lado de la cama.

—Un amigo me dio ésta lámpara hace un tiempo, pero no me gusta la luz así
que la arrojé al sótano — platicó mientras instalaba la lámpara en un pequeño
mueble a un lado del lado de Taehyung—. Creo que aún funciona.

Finalmente una destellante luz cálida iluminó un lado de la habitación. Jeon


suspiró aliviado de que funcionara y miró como Taehyung volvía a sonreír,
con los ojos húmedos por sus recientes lágrimas. Inconscientemente él
también sonrió.

Jeon volvió a su lado de la cama y ya estaba tan cansado que no le costó


trabajo dormirse a pesar de la luz. Y así concluía una nueva rutina en los días
de Jeon. Una rutina a la que debía acostumbrarse.
Capítulo O2

✧。・゚・✧。・゚・✧

Tenues rayos de sol entraban por la ventana anunciando una cálida mañana.
Una esplendorosa mañana de domingo y Jungkook, al despertar, se encontró
con Taehyung abrazando sus pies y con una de sus piernas sobre él. No supo
cómo había llegado a esa posición, pero tampoco se tomó el tiempo de
pensarlo mucho, pues sólo le bastó procesar que el peligris lo estaba tocando
para levantarse de golpe y apartarse de él.

Siguiendo la misma rutina, Jeon ayudó al menor a bajar y desayunaron


juntos, nuevamente Taehyung comió con las manos ya que el otro se negaba
a perder el tiempo al enseñarle a comer.

Taehyung aprendía rápido, de alguna manera era como si solo necesitara


recordar todo de nuevo. Pues habían cosas que aprendió a hacer por sí mismo
sin que Jungkook tuviera que explicarle nada, fue como si el conocimiento
hubiera llegado a su mente de repente.

Subsiguiente al corto desayuno Jeon se encerró en su estudio y dejó a


Taehyung viendo las caricaturas en la sala.

Horas pasaron en su estudio y Jungkook creyó que sería fácil ignorar la


presencia de Taehyung, sin embargo no había podido concentrarse ni un
ápice en su libro. Ya que, internamente, se preocupaba de dejar a Taehyung
solo. A pesar de que no había gran problema, debido a que éste aún no sabía
caminar y sólo podía mover las manos, algo dentro de Jeon sentía
preocupación por el menor.

Se había cuestionado a él mismo el enseñarle a Taehyung todo lo que


necesitaba. Como aprender a caminar, aprender a comer, aprender a hablar.
Pero tan pronto esos pensamientos llegaron a su mente, se abofeteó y se
formó una idea clara en su mente: "no es mi obligación". Y es que Jeon
Jungkook no era conocido por ser amable y solidario, todo lo contrario, por
eso mismo creía que sería una tontería cambiar de un momento para otro y
por alguien que no conocía en lo más mínimo.

—¿Enseñarle a caminar y hablar a un adolescente? —se dijo a sí mismo


cruzado de brazos—. Sí, claro, que ridículo.

Su mirada de repente se posó en su computador encendido frente a él con una


página de Internet en blanco.

—De todos modos, no debe ser tan difícil que aprenda, ¿cierto? —murmuró
comenzando a teclear "cómo enseñarle a alguien a caminar".

Visitó unas cuantas páginas, sin percatarse del tiempo. Luego de leer tantas
recomendaciones e instrucciones que no servían arrojó el mouse del
computador a lo lejos ante su desesperación.

—Maldita información barata, ésto no me sirve —soltó un suspiro lleno de


estrés y, posteriormente, pensó en sus propias palabras. Nuevamente se dejó
caer en el respaldo de su silla cruzando los brazos —. Da igual, no importa,
de todos modos ese chico no es mi responsabilidad ni debo preocuparme por
él. Que tontería.

Dada por finalizada su investigación y plática con él mismo, se levantó de su


silla de escritorio dispuesto a buscar un libro en su biblioteca, pero entonces
el sonido de un cristal rompiéndose en mil pedazos llegó hasta su estudio,
seguido de un golpe en seco que lo alertó. Jeon sintió como su corazón se
aceleró alertado y actuó rápidamente, dejó de lado sus pensamientos para
correr hasta la sala donde estaba Kim.

Al instante miró la escena de vidrios rotos dispersos en la sala, vidrios que


reconoció como el vaso que él mismo había dejado en la mesa de la sala en la
mañana y lo que realmente le alarmó fue que Taehyung estaba tirado en el
suelo donde estaban los vidrios rotos. Al ver cómo una pequeña lágrima se
deslizaba por las mejillas de Taehyung su preocupación aumentó, corrió hasta
él y lo cargó poniéndolo en el sofá nuevamente.

Jungkook comenzó a observar al peligris para asegurarse que no le hubiese


hecho daño algún vidrio.

—¿Estás bien? ¿Te lastimaste?

Taehyung sólo seguía lagrimeando y Jungkook no sabía que hacer


exactamente, pues no sabía que era lo que le había pasado al menor y éste no
podía hablar para relatarle lo sucedido. Jeon se sentía sumamente impotente,
la culpa no lo dejó en paz al saber que él había dejado el vaso cerca de Kim y
esa situación sólo le daba más razones por las que sería buena idea enseñarle
a Taehyung todo lo que necesitaba.

Jeon dejó sus pensamientos para después y se concentró en Taehyung,


notando que éste ya había dejado de llorar y observaba su mano con atención
y curiosidad. Jeon igualmente miró la mano de Kim notando como ésta salían
pequeñas gotas de sangre.

Rápidamente Jeon fue por un botiquín de primeros auxilios y al regresar se


arrodilló frente a Taehyung que aún miraba la sangre. Jungkook tomó la
mano de Kim y, luego de revisar que no tuviese algún pequeño vidrio, con
parsimonia comenzó a limpiar la sangre y desinfectó la herida.

Taehyung tensó los músculos de su brazo por el dolor que le causó su herida
y una nueva lágrima salió de sus ojos. Al ver aquella lagrima, Jeon
rápidamente colocó una venda en la mano del menor. Cuando finalizó le
regaló una reconfortante sonrisa a Taehyung mientras nuevamente su lado
apático le estaba regañando severamente por tomarse muchas molestias,
porque definitivamente él no era así.

En ese momento llegó a la conclusión de que debía tomar una decisión.


Elegir si seguir a su lado razonable, un nuevo lado de él mismo que no sabía
que tenía o su lado indiferente y apático. Algo dentro de él le decía que debía
ayudar al chico, que debía enseñarle a valerse por sí mismo y que debía
ayudarle. Pero también estaba el lado que le decía que no era su obligación,
que no se tomará molestias y dejara ir a Taehyung con alguien dispuesto a
cuidarlo.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

No había pasado mucho tiempo después del incidente. Y Jungkook tampoco


necesitó mucho tiempo para decidir lo que debía hacer con Kim.

Sabía lo que haría.

Jeon llegó a la sala donde Taehyung estaba sentado y lo vio tan alegre
mientras miraba la pantera rosa en la televisión que no pudo evitar observarlo
más.

El rostro del menor emanaba una inocencia pura que no sabía que alguien
podía poseer en la actualidad, sobre todo viniendo de alguien de aquella edad.
Taehyung mostraba una autentica actitud pueril y con ello Jeon aseguró
nuevamente que no había rastro de maldad ni alguna ínfima pizca de
perversidad en su ser.

—Taehyung —lo llamó mientras se acercaba recibiendo una mirada del


menor que le daba su total atención —. Necesito decirte algo.

Jeon apagó la televisión y tomó asiento a un lado del menor que miraba
atento sus acciones.

—Escucha, todo ésto está siendo más complicado de lo que creí y no quería
llegar a ésto, pero creo que es lo mejor para ambos.

Jeon no sabía cómo reaccionaría el menor, pero esperaba que pusiera de su


parte.

—Llegué a una conclusión y es que si vamos a vivir juntos, necesitamos


evitar problemas como él que sucedió esta tarde —señaló la mano herida de
Kim —. Y por eso he tomado la decisión de enseñarte todo lo que necesitas.
—En ese momento una brillante sonrisa apareció en el rostro de Taehyung.
—Probablemente mi paciencia no es la mejor, pero haré lo que pueda y así
podrás ser más independiente para irt-

Sus palabras fueron interrumpidas cuando Taehyung, lleno de júbilo, le


abrazó con tanta fuerza que Jungkook se vio obligado a sostenerlo para no
caer. Una singular emoción recorrió el interior de Jeon, quien no estaba
acostumbrado a muestras de cariño. El sentir algo nuevo le aterró, por lo que,
luego de procesar todo, alejó al peligris sentándolo nuevamente donde estaba.

—R-recuerda las reglas —habló seriamente Jungkook —. Sin tocarme.

Taehyung no borró aquella bella sonrisa y como respuesta asintió.

—Sólo recuerda no me gustan los abrazos —Taehyung ladeó la cabeza


confundido ante esa palabra —. Ya sabes, "abrazo" lo que hiciste hace un
momento. Así se le llama.

Taehyung expresó un ligero "Oh" mientras asentía indicando que entendió.


Sin embargo luego de eso, Jeon notó algo más.

—Espera, espera, si no sabías que es un abrazo dónde aprendiste a darlos.

Taehyung señaló la pantalla plana de la sala.

—Ah lo viste en la televisión —Taehung asintó nuevamente. Y Jeon decidió


comenzar con lo importante —. Bien, Taehyung, no podemos perder más
tiempo, comenzaré a enseñarte lo que necesitas, vamos.

Jeon se levantó del sofá, decidido y motivado a enseñarle a hablar a


Taehyung, pero cuando notó que estaba caminando solo, dio la vuelta y vio a
Taehyung mirándolo desde el sofá con sus curiosos ojitos confundidos. Y
Jeon tomó una nueva decisión.
Nuevamente regresó a donde estaba el menor.

—Lo primero que aprenderás será a caminar.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Jeon movió los sofás de la sala en un rincón para tener más espacio.
Realmente no tenía la menor idea de cómo le enseñaría a Taehyung, pero por
alguna razón estaba poniendo mucho esfuerzo en ello.

Cuando el área estuvo despejada como él quería, fue por el menor. Pasó uno
de los brazos de Taehyung por su cuello y le ayudó a levantarse,
prácticamente en los dos días esa había sido su forma de ayudar a Taehyung a
trasladarse de un lugar a otro, pero había leído que si lo hacía lentamente y
repetidas veces sería una buena forma de aprender a sostener su peso.

Llegó a un extremo de la casa donde podría avanzar más.

—Bien, Taehyung, intenta colocar tu peso en las piernas —Kim realizó lo


indicado, sin embargo casi cayó al suelo, por lo que Jeon lo sostuvo con más
fuerza —. Poco a poco, Taehyung, intenta poner el mayor peso que resistas,
te estaré sosteniendo así que no te preocupes.

Taehyung asintió decidido y apretó los labios con fuerza. Jungkook sintió
como el peso de Kim que estaba cargando disminuyó desmesuradamente, por
lo que sonrío complacido, pues significaba que Taehyung logró aguantar un
poco de su peso en sus piernas.

—Mantén el peso y avanza conmigo, hazlo como yo —Jeon colocó un pie


enfrente y dio un paso. Kim colocó su pie enfrente sin problemas, pero
nuevamente temblaron sus piernas cuando dio el paso al frente por lo que con
miedo a caer se aferró a Jungkook. El mayor lo sostuvo con más fuerza y lo
miró a los ojos —. Tranquilo, ya te lo dije, te tengo. No te dejaré caer.

Taehyung asintió temblando de miedo y, motivado, lo intentó de nuevo.


Jungkook observaba cada ínfima acción de Kim y, cuando vio que éste pudo
dar aquel pasó, se sintió aún más motivado.
—Excelente, solo hazlo cien veces más hasta que puedas por tu cuenta —
bromeó Jungkook logrando sacar una sonrisa en Taehyung.

Horas y minutos pasaron rápido, cuando el sol fue remplazado por una
reluciente luna. Sin embargo aquel par seguía demasiado entretenido como
para tomarle importancia al tiempo.

Jungkook había mostrado una paciencia que no sabía que tenía, no obstante
probablemente era porque estaba motivado a que Taehyung aprendiera.

Taehyung había avanzado rápido, al punto en que pudo sostener casi todo su
peso y caminar por toda la sala, aunque claro con Jungkook sosteniéndolo.
Aun así había sido un extraordinario avance y Jeon tenía la certeza de que al
siguiente día podría caminar por sí solo.

Porque tal como pensó, parecía que Taehyung sólo necesitaba un pequeño
empujón para recordar como hacer las cosas.

—Ya es noche y adivina qué, olvidamos comer —le dijo a Taehyung quien
hizo una expresión de sorpresa al recordar que no habían comido. Jeon
asintió y, posteriormente, se puso a pensar en qué podría ordenar para cenar y
que Taehyung pudiera comer sin cubiertos —. ¿Te gustan las hamburguesas?

Taehyung se encogió de hombros y Jeon supo que Kim no sabía que era una
hamburguesa, pero aun así las ordenó.

A decir verdad Jeon se sintió algo extraño en su interior al conversar con


alguien. Sobre todo, que él iniciara la conversación como si fuese algo
cotidiano. No obstante, por mucho que quisiera negarlo, sabía que le gustaba
aquel nuevo ambiente en su hogar.

Unos rato después la comida llegó. Ambos ya estaban sentados en la mesa y


Taehyung se preparaba para dar el primer mordisco mientras Jeon le miraba
expectante. Finalmente Taehyung comió un bocado y abrió los ojos mientras
sonreía con los labios sellados y las mejilla llenas.

Jeon sonrió también al ver que le agradó la comida.


—Te dije que te gustaría —comentó mientras comía su propia hamburguesa
—. Espera a que te enseñe a comer, no has probado nada, te encantará.

Taehyung asintió repetidas veces emocionado, Jungkook le devolvió la


sonrisa y pudo jurar que no había sonreído tanto desde que se mudó.

Terminaron de cenar luego de un rato y Jungkook recordó un punto


importante.

—Taehyung, es hora de que aprendas a ducharte bien tú solo —indicó —.


Estarás en la ducha de la habitación así que no tendrás que caminar mucho
para llegar a la cama.

Dada por finalizada aquella instrucción, llegó la parte difícil.

Jungkook calentaba el agua de la tina mientras Taehyung esperaba


pacientemente en la cama. Cuando el agua era lo suficientemente caliente
Jungkook fue por Kim.

—Todo listo, ahora sólo debes desvestirte para que te lleve ahí. Lo que
significa quitarte la ropa —explicó, sin embargo vio como poco a poco las
mejillas de Taehyung se tornaban rosas mientras negaba rápidamente. Jeon
bufó—. ¿En serio te pondrás así ahora? Agh, debí suponerlo.

De mala gana Jeon se acercó a su closet y sacó un short y una playera.


Nuevamente volvió a donde estaba Kim y le arrojó las prendas.

—Ponte esto para entrar, puedes quitártelo cuando te deje dentro del agua y
me vaya, ¿eso está bien para ti? —Taehyung asintió —. Bien

Jungkook dio la vuelta para que Taehyung se cambiara libremente, mientras


agradecía mentalmente haberle enseñado a Taehyung a vestirse cuando llegó
por primera vez a su hogar.

Luego de un rato, Jungkook sintió tres ligeros toques en su espalda, era


Taehyung indicando que ya estaba listo. Lo ayudó a caminar y a meterse en
la bañera. En el momento en que Taehyung estuvo finalmente dentro del
agua, Jungkook le mostró cada objeto y producto, asimismo le enseñó cómo
utilizarlos, advirtiéndole mil veces que no dejará entrar el jabón a los ojos.
Cuando Taehyung asintió, dio por terminada la explicación y salió del cuarto
de baño.

Nuevamente Jungkook estaba dispuesto a ignorarlo, pero los temores y


preocupaciones volvieron. Miles de escenarios llegaron a su mente, unos más
preocupantes que otros y unos más tontos que otros. Gracias a esos
pensamientos es que se había quedado sentado en el piso, justo frente a la
puerta de baño, por si algo sucedía. Media hora sentado frente a la puerta
escuchando agua moviéndose y risas de Taehyung y, conociéndolo, supo que
el menor estaba jugando con el agua.

Luego de bastante tiempo, Jungkook tocó la puerta.

—Voy a entrar, Taehyung —avisó para proseguir a entrar con una bata de
baño—.¿Terminaste?

Taehyung asintió hecho bolita en una esquina de la tina.

—Muy bien, ahora debes ponerte ésto para secarte.

Jungkook realizó el proceso de ponerse una bata de baño casi


involuntariamente, pues salió natural el querer explicarle cada acción al
menor. Suspiró aliviado cuando vio al peligris sonreír y asentir con la cabeza.
Se quitó la bata y nuevamente la dio a Kim.

Había sido un largo día, pero uno muy fructífero según Jeon. Taehyung
estaba aprendiendo poco a poco, pero muy rápido a su vez.

—¿Ya prendiste tu lámpara? —le preguntó a Taehyung. Éste lo recordó con


un adorable gesto y estiró su mano para encenderla.

Jungkook apagó la luz del cuarto y se acostó en su lugar de la cama.


Arropado cómodamente y acostumbrándose a la tenue luz que emabana la
lámpara de Taehyung. Entonces el pensamiento de un recóndito anhelo
oculto llegó a su mente. Dio la vuelta en su lugar de la cama para mirar a
Taehyung quien correspondió su mirada. Los labios de Jeon titubearon y,
dudando un poco, dijo:
—Buenas noches, Taehyung.

Unas simples palabras, pero que Jeon llevaba una vida anhelando decirlas,
porque sabía que eso le daba el interno alivio de no estar solo. Nunca pudo
decirlas, nunca tuvo alguien a quien decircelo, no le gustaba dormir con sus
amigos, ni invitar a alguien a su hogar, nunca fue tan cercano a alguien y era
muy orgulloso para aceptar que quería compañía.

No recibió respuesta, pero a cambio Taehyung le sonrió dulcemente y con


ello, Jungkook pudo dormitar plenamente cayendo en cuenta que luego de
mucho tiempo ya no estaba solo, y no lo estaría por mucho tiempo.
Capítulo O3
✧。・゚・✧。・゚・✧

Lunes por la mañana y al despertar Jungkook nuevamente descubrió que


Taehyung lo estaba abrazando mientras dormía plácidamente. Por lo que,
enojado, empujó a Kim a su lado de la cama ocasionando que éste despertase
lentamente. El peligris talló sus ojos mientras se sentaba en la cama,
ulteriormente estiró sus brazos soltando un último bostezo que lo despertó
completamente.

Jungkook miró seriamente a Kim y éste, por el contrario, le regaló una


sonrisa al mirarlo.

—¿Tienes algo con abrazar al dormir? Lo has hecho éstos dos días —
Taehyung se encogió de hombros despreocupado y Jeon bufó por el
desinterés —. No lo vuelvas a hacer, ya hablamos sobre esto, es una de las
reglas. No vuelvas a hacerlo.

A pesar del severo regaño, Taehyung pareció hacer caso omiso, pues sólo
acarició su estómago y subsiguiente a aquello abrió la boca y la cerraba como
si estuviera masticando algo. Jeon entendió el mensaje.

—Ya veo, tienes hambre —musitó levantándose de la cama y caminando


hacia Taehyung —. Vamos a ver que podemos desayunar.

Cuando llegaron a la cocina, Jungkook descubrió que su alacena estaba vacía


y recordó que no había ido al supermercado ese fin de semana por estar
cuidando de Taehyung. Pudo salvar la situación y desayunaron cereales que a
Taehyung le encantaron.

Mientras ambos desayunaban gustosamente, Jungkook tomó su celular y


marcó a un número para realizar una llamada importante.

—¿Hola? —contestó en la otra línea.

—Hoseok, no iré a clases hoy, necesito que le digas eso a los profesores y si
llegan a preguntar inventa una excusa —respondió directamente —.
¿Entendido?
Jung tardó en contestar.

—¿Escuché bien? ¿De verdad vas a faltar?

El pelinegro rodó los ojos.

—Sí, eso dije, ¿puedes o no?

—C-claro, no hay problema, pero ¿por qué decidiste faltar tan de repente? —
cuestionó perplejo —. Claro, si se puede saber.

—No, no se puede. Adiós.

Colgó la llamada antes de que Hoseok comenzara a preguntar más cosas. Y,


nuevamente, su atención fue a Taehyung que ya había terminado su segundo
plato de cereal.

—¿Listo? Hoy aprenderás a caminar por tu cuenta —dijo Jeon —. Después


de eso todo será más fácil.

Jungkook estaba nervioso, muy nervioso, y emocionado. Luego de practicar


toda la mañana, Taehyung iba a caminar por su cuenta por primera vez. Y
Jeon no pudo ocultar su preocupación, pues había rodeado de almohadas y
cobijas al rededor del camino por el que Taehyung iba caminar.

—¿Estás listo? —Taehyung, luciendo sumamente nervioso, asintió. Jeon


suspiró —. Te soltaré poco a poco y estaré avanzando contigo, así que tu sólo
concéntrate.

Taehyung asintió repetidas veces y fue entonces cuando Jungkook lo soltó.


Cuando el menor pudo estar de pie por su cuenta, Jeon se relajó más y
suspiró aliviado, sin embargo se puso alerta nuevamente cuando vio a
Taehyung decidido a avanzar.

—¡Cuidado! —gritó Jungkook corriendo hacia Taehyung cuando éste perdió


el equilibrio.

Taehyung iba caer, pero Jeon fue más rápido y, buscando una solución
rápida, se dejó caer en el piso para que Taehyung cayera sobre él y no sobre
el duro piso. Y funcionó, pero Jungkook terminó con dolor de espalda luego
del impacto del peso de Taehyung.

Taehyung, aún sobre él, lo miró con preocupación.

—Estoy bien, solo me rompiste la costilla —bromeó.

Taehyung emitió sonoras carcajadas, logrando que Jeon también encontrara


el lado divertido de la situación.

Cientos de intentos pasaron. A veces Taehyung caía de rodillas, a veces se


iba de lado y otras simplemente se distraía y terminaba haciendo otra cosa.

—Taehyung, no, no tienes que gatear —espetó Jungkook, desesperado


viendo a Taehyung irse gateando mientras reía —. ¡Vuelve aquí!

Y el único que se cansó en todo ese tiempo fue Jungkook por las incontables
veces que corrió a cargarlo o sostenerlo cuando se caía.

—Ahora sí, hazlo de nuevo —dijo Jungkook luego de tanto tiempo de


práctica —. No te detengas.

Taehyung, poco a poco, comenzó a dar pasos lentos hacia enfrente.

Y una singular emoción invadió a Jungkook cuando vio a Taehyung lograr


caminar, lentamente, por su propia cuenta.

—¡Lo logramos! —exclamó Jeon con entusiasmo. Taehyung sonrió


igualmente emocionado —. Vamos, inténtalo de nuevo, avanza hasta el final.

Y tal como lo indicó, Taehyung lo hizo. Avanzó lentamente hasta la meta y,


aunque a veces perdía el equilibrio, Jeon cumplió su palabra y estuvo a su
lado para cuidarlo. Al final del día Taehyung logró caminar por sí mismo,
cada vez mejor y más rápido, hasta el punto de caminar emocionado por toda
la sala sin que Jeon estuviera detrás de él.

Y el tiempo de enseñarle a caminar a Taehyung por fin concluyó.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
Luego de un rato, Jungkook no podía dejar se sacarse un tema de la mente; lo
que realmente le ocurría a Taehyung. Se preguntó si éste realmente estaría
bien.

Desde que éste apareció frente a su puerta presentó un comportamiento


extraño, parecía perdido e indefenso, no comprendía nada del mundo. ¿Qué
ocurrió en la vida de Taehyung los años anteriores? Miles de escenas
horribles llegaron a su mente de lo que pudo haberle ocurrido. Y es que las
personas eran horribles y no le sorprendería si alguien en algún momento
llegó a aprovecharse de la inocencia de Taehyung.

Ante esa idea, se alteró y, para poder tranquilizarse tomó una decisión.

—¡Taehyung! —le llamó desde su habitación. Y se sintió profundamente


orgulloso cuando vio al menor entrar caminando por la puerta del cuarto—.
Saldremos a un lugar, ponte éste abrigo.

Taehyung abrió la boca sorprendido cuando escuchó "saldremos". Parecía


nuy emocionado por eso y Jungkook lo notó, pero ya no le sorprendió,
porque sabía que a Taehyung todo le causaba emoción.

Dejó en la cama la ropa seleccionada que no le quedaría tan grande a


Taehyung y salió esperando al menor en la sala. No pasó mucho tiempo
cuando ambos salieron de casa.

Lo primero que hizo para poder calmar su intriga, fue llevarlo al hospital para
un chequeo de médico.

Mientras caminaban al hospital Jeon notó lo brillantes y esplendorosos que se


volvieron los ojos de Taehyung mientras miraba todo a su alrededor con una
sonrisa.

También descubrió cuan grande era su ropa para Taehyung, pues las mangas
de su abrigo eran tan largas que cubrían por completo las manos de éste.

Jeon se detuvo, al igual que el otro, y tomó la manga de su abrigo que tenía
Taehyung para doblarla y que no le quedara tan grande.
—Veo que también necesitaremos ir a comprarte ropa antes de que acabes
con la mía —murmuró Jeon. Kim asintió mientras le mostraba la otra manga
para que también la arremangara. Jungkook lo hizo sin reclamos—. ¿No
conoces nada de lo que ves aquí afuera?

Taehyung negó mientras volvían a caminar y Jungkook se agregó una


pregunta más a su lista de preguntas que esperaban el momento en que
Taehyung pudiera hablar para ser respondidas. ¿Por qué Taehyung no
conocía el exterior de su propio mundo?

—Que suerte tienes de no conocer nada, pero con el tiempo no estarás tan
emocionado de salir. Parece que no sabes que el mundo exterior está repleto
de seres idiotas llamados humanos y lamentablemente nosotros somos parte
de ellos —pronunció Jeon con seriedad—. Como sea, solo bastará que
conozcas a más personas para odiar el mundo.

Finalizando aquellas palabras, siguieron su camino.

Un tiempo después llegaron y fueron atendidos por una amable doctora que
atendió muy bien a Taehyung.

Fue un poco tardado ya que era un examen general y por ende requería
pruebas de sangre, orina y chequeo se signo vitales. Sea como sea, Jungkook
cooperó al saber que con eso estaría tranquilo.

Ahora solo esperaban pacientemente en las sillas del consultorio a que


llegaran con los resultados.

Y, poco después, la doctora entró con todo listo.

—No hay alergias, no hay enfermedades congénitas ni ETS y, en concreto,


todo está funcionando perfectamente con éste chiquillo de aquí —informó
señalando a Taehyung, quien le sonrió dulcemente. La doctora le sonrió de
vuelta y les extendió una carpeta—. Es todo, aquí están todos sus estudios.

Jungkook se sintió aliviado, pero a la vez un poco confundido. ¿Cómo podía


Taehyung estar tan bien si ni siquiera sabía comer cuando lo conoció?
Aún desorientado, tomó la carpeta con una mano.
La doctora de inmediato se levantó del escritorio.

—Quisiera quedarme más tiempo, pero un paciente me espera —murmuró


acomodando su bata—. Hasta luego, chicos.

En ese instante Jeon reaccionó.

—Espere —espetó parándose de la silla también. La doctora volteó—. Como


pudo darse cuenta, Taehyung no sabe hablar, ¿eso es-

—Oh eso, normalmente esos retrasos del habla están relacionados con
traumas psicológicos. También podría ser un tema más complejo, pero ya que
hemos analizado su estado de salud podemos descartar esa posibilidad —
contestó hablando rápidamente por la prisa—. No había conocido un caso de
alguien de su edad que no hable, pero no descarto la posibilidad, así que por
favor si quiere atender ese caso vaya con un encargado de psicología en
cuanto Taehyung encuentre una manera de comunicarse.

Jeon suspiró cabizbajo, tan solo imaginar que Taehyung pudo haber vivido
cosas horribles en su infancia le ponía triste por alguna razón. Simplemente
estaba siendo empático con esa situación.

—De verdad debo irme ahora, pero asegurese de cuidar del estado emocional
de Taehyung —indicó—. Nos vemos.

La mujer salió del consultorio y de inmediato llegó una enfermera, así que
Jungkook y Taehyung salieron del lugar.

Comenzaron a caminar en la calle, bajo el clima frío y el atardecer en el cielo.


Jungkook volteó a ver a Taehyung, éste estaba distraído mirando el cielo con
una sonrisa. Parecía que no había nada que no hiciera feliz a Taehyung.
Jungkook sonrió con tristeza al verlo, porque le parecía tierno de alguna
manera y se preguntó quién habría sido capaz de atormentar tanto a
Taehyung al punto de dejarle traumas severos.

Suspiró aún mirándole.

—¿Qué fue realmente lo que te pasó? —susurró Jungkook esa pregunta.


Posteriormente aclaró su garganta y regresó la mirada al frente.

—Por poco lo olvido —dijo recibiendo la atención de Kim—. Debemos pasar


al supermercado, aún no hago las compras.

Avanzaron unas calles indicadas por el mayor y, al visualizar el centro


comercial, Taehyung comenzó a dar leves brinquitos emocionado.

Al estar dentro del supermercado, Jungkook conducía el carrito de compras y


se cuestionó mil veces la idea de meter a Taehyung dentro del carrito para
evitar más situaciones problemáticas.

—Taehyung suelta eso —el mencionado negó mientras se aferraba a una


colorida caja de galletas. Jeon se pasó una mano por el rostro con frustración
—. Ya te dije que no podemos llevar algo solo porque tenga muchos colores,
devuelve esa caja a su lugar.

Kim negó y señaló el dibujo de galletas de colores en la caja que decía


"cookies".

Jeon tomó la caja y, después de analizarla, miró a Taehyung.

—Te la compraré si pronuncias la palabra "cookie", es una buena forma de


iniciar tu siguiente lección —dijo Jungkook —. Vamos, di cookies, es fácil.

Taehyung abría y cerraba la boca soltando titubeos e intentando pronunciar


con dificultad. Balbuceos salían de su boca, así como murmullos
ininteligibles. Pero si algo reconoció Jungkook fue la diligencia de Kim.

—Gook-ki —fue lo que pudo pronunciar.

Taehyung agachó la mirada dándose por vencido creyendo que no le


comprarían nada. No obstante, Jungkook sonrió satisfecho, había notado el
arduo esfuerzo de Taehyung, por ende colocó la caja de galletas en el carrito
de compras y, ante eso, Taehyung volvió a sonreír feliz.

Luego de las compras domésticas, Jeon decidió comprarle algo de ropa a


Taehyung, por lo que ambos caminaban por el centro comercial viendo las
vitrinas con maniquíes mostrándo la ropa de las tiendas.
—¿Qué te parece esa? —preguntó Jeon señalando una tienda de ropa negra
con logos de grupos de rock, botas negras y chaquetas de cuero. Taehyung,
caminando a su lado, frunció los labios y negó —. ¿Qué? No sabes de los
buenos colores para la ropa.

Y es que Jungkook sólo le mostraba las tiendas donde él solía comprar su


ropa, pero por un momento decidió dejar de pensar en él y pensó en
Taehyung, fue entonces que por fin lo llevó a una tienda de ropa que había
visto siempre que iba al centro comercial, pero a la que siempre se negó a
entrar, hasta ahora.

Al entrar dejaron sus bolsas de compra en el mostrador para guardarlas y se


adrentraron completamente. Taehyung miró el lugar y su sonrisa finalmente
volvió. Jungkook descubrió los gustos de Taehyung.

—Creo que estoy comenzando a comprenderte —susurró Jeon,


posteriormente alzó más la voz para que Taehyung escuchara sus
indicaciones—.
Iré detrás de ti, tú elije algunas cosas que te gusten y veremos lo que pueda
pagar, ¿bien?

Y tal como lo indicó, Taehyung caminó emocionado por los pasillos de ropa
mirando cada una de las prendas. Todo iba bien hasta que llegaron a una zona
donde había ropa de colores claros y, cuando Jungkook vio aquel peculiar
brillo en los ojos de Taehyung, supo que debía preocuparse por su billetera.

—Taehyung —le llamó antes de que éste corriera a tomar toda la ropa—. No
puedes simplemente tomar todo lo que veas como en el supermercado,
¿entiendes? No estoy dispuesto a gastar tant-

—La tienda se encuentra en promoción —habló una empleada de la tienda


dirigiéndose a Taehyung, quien obviamente no entendía que significaba una
promoción —. Tenemos el 40% de descuento directo en toda la tienda. Tú
elige lo que quieras, no le costará tanto.

Jeon se alarmó, pues Taehyung había asentido con la cabeza en dirección a la


empleada, lo que significaba dos cosas: Taehyung había entendido cuando la
chica dijo "elige lo que quieras" y segundo, debía preocuparse aún más por su
dinero. Taehyung no esperó más y sonriente corrió a ver la ropa.

—¿A ti quién te invitó a la plática? —cuestionó cortante dirigiéndose a la


empleada—. ¿Eh, zopenca?

La chica abrió la boca ofendida.

—No debes ser tan tacaño con tu novio —respondió la chica alejándose de
ahí.

Jeon se quedó tan perplejo cuando escuchó "tú novio" que no reaccionó hasta
que la chica ya se encontraba lejos.

—¡No es mi novi- Agh ya no me escucha —se quejó con él mismo.

Buscó a Taehyung con la mirada encontrándolo felizmente eligiendo ropa


colorida. Y, al verlo tan feliz, decidió aprovechar las ofertas de aquella
tienda.

▬▬▬▬▬▬▬▬

Luego de unas horas fuera, llegaron a casa y Jungkook pudo jurar que nunca
había llegado con tantas bolsas de compras en su vida. Y sólo intentaba
convencerse de que realmente lo había hecho por aprovechar las ofertas de la
tienda y no por Taehyung.

Taehyung al instante volvió a sacar su ropa nueva para observarla con


emoción. Y, después de mirarlo, Jungkook no se arrepintió del dinero
invertido. Y es que Jeon nunca había sentido aquel placer de dar algo a
alguien que realmente lo anhelaba y fue tan boyante aquel sentimiento que ni
siquiera su lado impolítico pudo negar que le gustó.

—¿Estás feliz con tu ropa? —Taehyung le miró y asintió repetidas veces —.


Muy bien, porque esa actitud es la que necesitamos para tu siguiente lección.

Ambos estaban en el estudio de Jungkook, sentados en el pequeño sillón.


Taehyung comía las galletas que Jungkook le había comprado esa tarde en el
supermercado, ínterin Jeon buscaba información en su laptop. Taehyung le
ofreció de sus galletas al mayor que miró la caja por un segundo y
posteriormente volvió a mirar su laptop.

—No como dulces, ahora esucha, estuve leyendo y resulta que lo que más
ayuda a alguien a hablar es conversar de algo interesante o palabras
consecutivas —informó. Taehyung lo miraba con confusión—. Tampoco
entendí mucho, pero por el momento podrías comenzar por aprender palabras
necesarias, por lo menos hasta que sepa cómo enseñarte. Comencemos con
mi nombre, es fácil, Jungkook.

Taehyung miraba la forma en la que Jeon movía los labios para imitarlo y
Jungkook lo notó, por lo que exageró el movimiento de sus labios y lo
pronunció de manera lenta.

Luego de muchos intentos no logró que Taehyung pronunciara algo más que
balbuceos. También se dio cuenta que Taehyung podía pronunciar las vocales
con más facilidad a diferencia de las consonantes, las cuales le estaban
costando mucho trabajo.

—Taehyung no nos iremos a dormir hasta que no sepas cómo llamarme —


suspiró—. Lo haremos más fácil, solo di "kook", con eso es suficiente.

Taehyung asintió y puso su mayor esfuerzo en pronunciar algo tal como


Jungkook.

—G-goo —pronunció el menor.

Jeon al escucharlo llegó a una conclusión.

—¿No puedes pronunciar la "K"? —Preguntó enfatizando el sonido de la


letra. Taehyung negó con tristeza —. Ahora entiendo todo, está bien, con el
tiempo aprender-

El tono de llamada de su celular le interrumpió y, tomando en cuenta que no


tenía quien le llamara, supo que eran Hoseok o Jimin. Dejó su celular en la
mesa frente a él y contestó la llamada poniéndolo en altavoz para escuchar
mientras buscaba más información en su laptop.
—¡Jungkookie!

—Park, te he dicho mil veces que no me llames así —se quejó—. Juro que te
golpearé si escucho ese apodo una vez más.

Jimin soltó una carcajada lo que le provocó a Jeon fruncir más las cejas.

—Solo bromeaba, la verdad yo no quiero hablarte, pero Hoseok sí —dijo


Jimin —. Me pidió que te marcara, así que en te lo paso ahora sí.

—¡Kookie! —exclamó ésta vez Hoseok, en un grito que hizo vibrar su


celular por el sonido.

Jeon rodó los ojos comenzando a enojarse, pero la tenue risa a su lado le
distrajo. Taehyung reía con diversión ante la situación, haciendo que sus ojos
se entrecerraran por la risa y Jungkook solo pudo observarlo e
inevitablemente sonreír también.

—¿Te causa risa mi estrés? —comentó divertido y más cuando Taehyung


asintió.

—¿Con quién hablas, Jungkook? —habló de nuevo Hoseok por el teléfono


—. Espera, ¿estás hablando con alguien? No, no, espera otra vez, ¿hay
alguien en tu casa contigo?

—Veo que no recuerdas nada de lo que te conté —murmuró Jeon—. Como


sea, ahora no tengo ganas de hablar, Hoseok, mañana responderé tu
cuestionario solo dime por qué me llamaste.

—Me preocupó que faltaras hoy, solo quería asegurar que vendrás mañana y
saber si necesitas algo.

—Estoy bien, te dije que mañana te explicaré —respondió con desinterés.

—Bien, nos vemos mañana, kookie —dijo colgando la llamada.

—Con un carajo, que no me llamen así —se quejó dejando su celular a un


lado.
—Googi —pronunció una vocecita a su lado.

Jeon volteó sorprendido al escuchar que Taehyung había dicho algo.

—¿Qué? —cuestionó confundido y, cuando vio a Taehyung señalar su


celular susurrando "googi". Pronto comprendió que quería decirle "Kookie"
como sus amigos lo habían hecho—. Espera no, estoy enseñándote a hablar,
lo mínimo que debes hacer es aprenderte mi nombre real y no ese ridículo
apodo que suena para mascotas.

Taehyung rió. Parecía darle risa su desesperación por deshacerse de ese


apodo.

—No te rías —regaño Jeon.

—Googi —repitió Kim para hacerle enojar más.

—Lo haces a propósito, ¿cierto? —Taehyung siguió riendo e, ignorando su


pregunta, se fue corriendo. Jeon se quedó mirando el lugar por el que
Taehyung se había ido y, con una sonrisa, negó con la cabeza mientras
susurraba: —Te dejaré ganar por ésta vez, Kim Taehyung.
Capítulo O4
✧。・゚・✧。・゚・✧

El aturdidor sonido de una alarma provocó que Jeon abriera los ojos de par en
par y, aún un poco adormecido, recordó un detalle que había olvidado por
completo.

Debía ir a la universidad.

El verdadero problema era que Taehyung aún no podía quedarse sólo en casa
y no tenía con quien dejarlo. Se quedó sin opciones, por lo que no tuvo de
otra más que acudir a su única alternativa.

—Debo estar completamente loco —susurró. Posteriormente volteó a mirar a


Taehyung y, Jeon estaba tan distraído pensando en su idea, que no le importó
el hecho de que Taehyung aún le abrazaba al dormir —. Taehyung, levántate.

Kim poco a poco fue abriendo los ojos hasta que finalmente estuvo despierto.
Jeon se levantó de la cama y buscó en su lado closet su ropa. Ahora tenían un
lado de mueble también, pues Jeon le había cedido a Taehyung la otra mitad
del closet para que éste guardara su ropa.

Finalmente Jeon eligió un conjunto negro. Miró a Taehyung que le miraba


curioso.

—Elije lo que vas a ponerte, yo iré a ducharme y cuando regrese quiero que
ya estés listo.

Taehyung asintió emocionado y corrió al closet para sacar su ropa nueva.


Cuando Jeon verificó que Kim le haría caso, fue a ducharse.

Poco tiempo después, Jungkook entró a la habitación encontrando a


Taehyung ya vestido, con pantalones café claro, una camisa metida en el
pantalón y un sueter tejido que le quedaba grande y cubría parte de sus
manos, todo combinaba perfectamente, incliso aquellos lindos zapatos de
broche.

Taehyung se acercó a él con una boina café en sus manos y la extendió en su


dirección. Jeon la tomó y lo miró confundido.
—¿Qué quieres? —espetó. Taehyung señaló su propia cabeza con emoción y
entonces el pelinegro comprendió—. Ah, quieres que ayude a colocarla.

Taehyung asintió sonriendo con entusiasmo. Jeon suspiró resignado y asintió


pero, antes de ponersela, notó lo derdenado que estaba su cabello.

—¿Desde cuando no te cepillas el cabello? —después de hacer esa pregunta,


inmediatamente Jungkook recordó algo importante —. Cierto, no te he
enseñado.

Jeon se acercó a un mueble y tomó un cepillo sin creer lo que estaba apuntó
de hacer. Y sí, tal como lo pensó, terminó cepillando el cabello de Taehyung
mientras éste miraba a través del espejo para aprender. Posteriormente le
colocó la boina que Taehyung tanto quería y fue entonces que ambos
estuvieron listos.

Desayunaron con tranquilidad, Taehyung jugaba moviendo sus pies en un


vaivén de adelante a atrás en la silla y Jeon pensaba si era buena idea lo que
iba a hacer.

—Escucha, Taehyung —éste le miró —. A partir de ahora me vas a


acompañar a la universidad. Por lo menos hasta que encuentre otra
alternativa.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Minutos de camino pasaron y Jeon agradecía que su casa no quedara tan lejos
de su facultad.

Taehyung jugaba en las banquetas de la calle, manteniendo el equilibrio y


caminando por la orilla. Jungkook solo caminaba con las manos dentro de su
abrigo, la mirada al frente y con el rostro serio. Sin duda eran un dúo atípico.

—¿Recuerdas los seres idiotas de los que te hablé, Taehyung? —éste dejó de
jugar para caminar a un lado del pelinegro y miró hacia arriba para conectar
miradas con Jeon. Finalmente asintió cómo respuesta —. Pues el lugar al que
vamos está repleto de ellos y son aún más idiotas. Así que no te apartes de mí
y no interactues con nadie, ¿quedó claro?
Taehyung dio un asentimiento con seguridad.

Poco tiempo después se vio a lo lejos una edificación grande con varios
jóvenes frente al gran patio de pasto. Taehyung miró con asombro la
construcción.

—He aquí el peor lugar que podrás visitar —murmuró Jeon —. También con
algunas de las peores personas que podrás conocer.

Unos cuantos pasos después, se encontraba acercándose a ellos un alegre y


sonriente chico. Radiante de alegría mientras caminaba. Un chico llamado
Jung Hoseok.

—Ay no —se quejó Jeon al verlo, pues sabía que le haría mil preguntas al ver
a Kim. Nuevamente se dirigió a Taehyung para hablar —. Sobre todo con él
evita interactuar—indicó Jeon señalando disimuladamente al feliz Hoseok
acercándose a ellos.

Taehyung miró el lugar al que Jeon señalaba y, para sorpresa de Jungkook, en


cuanto Kim miró a Hoseok, sonrió enormemente luciendo sumamente feliz
de verlo. Aún más extraño fue que Taehyung corrió hacia Hoseok y lo abrazó
fuertemente como si fuesen conocidos.

Hoseok, por otro lado, tuvo una expresión de asombro y confusión al tener a
un chico desconocido abrazándole. Pero al final, positivo, encontró el lado
divertido de aquella situación, por lo que sonrió nuevamente y correspondió
el abrazo riendo.

Jungkook miró perplejo aquella escena y decidió intervenir.

—Idiota, ¿todo éste tiempo lo conocías? —habló Jeon con enojo.

Hoseok dejó de reír y Taehyung se separó del abrazo.

—¿De qué hablas? —preguntó Hoseok confundido.

—Todo este tiempo pudiste llevarte a Taehyung a tu casa —reclamó Jeon —.


¿Por qué no hiciste nada?
—Espera, no estoy entendiendo, ¿tú amigo se llama Taehyung? —cuestionó
confundido y se quedó pensando un poco hasta que recordó todo —. ¡Ah!
¿Éste es el chico que encontraste fuera de tu casa? Vaya, al final decidiste
ayudar.

Jungkook notó que Hoseok realmente estaba confundido y parecía ser la


primera vez que veía a Taehyung. Además, por más que lo odiara, sabía que
Hoseok nunca mentía. Miró a Taehyung, quien miraba sumamente contento a
Hoseok.

—Taehyung, ¿lo conoces?

Esperó respuesta, hasta que vio a Kim señalar a Hoseok.

—Lucecita —pronunció Taehyung.

Hoseok sonrió en dirección al peligris al escuchar eso y soltó una alegre risa.

—¿Lo ves, Imbécil? —dijo Jeon enojado dándole un golpe a Jung en la


cabeza. Éste dejó de reír ante el leve golpe —. ¿Por qué el te conoce?

—¿Qué? ¿Acaso crees que me llamo lucecita? —espetó a la defensiva


sobandose la zona del golpe —. Obviamente no sabe quien soy.

Jungkook rodó los ojos y revolvió sus cabellos con brusquedad. No creía que
llevar a Taehyung a su facultad traería tantos nuevos escrúpulos.

—¿Por qué te molestas? Obviamente acaba de inventarme un apodo —dijo


Hoseok. Posteriormente se dirigió completamente a Taehyung —. Me llamo
Hoseok.

Se presentó Jung esperando que el otro hablara, pero eso nunca ocurrió.

—Tal vez no me escuchaste —murmuró Jung—. Soy Hoseok, Jung Hoseok,


vamos dime Hoseok.

Taehyung asintió e intentó pronunciar con todo su esfuerzo.

—No sabe hablar aún —intervino Jeon al ver que Taehyung se esforzaba de
más —. Deja de molestarlo.

Hoseok asintió y, aunque tenía muchas dudas, sabía que Jungkook estaba
estresado, por lo que no dijo nada más.

—Bien, entonces puedes llamarme lucecita si quieres —le dijo amablemente


a Taehyung, éste asintió—. Debo irme, mi clase está por empezar, nos vemos
más tarde.

—Sí, como sea —respondió desinteresado mientras Hoseok se iba corriendo


a sus clases—. Creo que también debemos entrar, debo hablar con los
profesores para que sepan que estarás aquí.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Si por algo todos reconocían a Jeon era por su apuesto rostro, elegante
postura y su asidua vestimenta negra. Destacaba por su largo cabello, sus
tatuajes y piercings, ya que no era muy común ver a alguien con tatuajes ni
aretes en el rostro gracias a los prejuicios de la gente. Pero, sobre todo, era
conocido por su terrible actitud con cualquiera.

Jungkook era alguien serio, no hablaba, no hacía ruido en clase, pero se había
revelado contra algunos profesores por estar en desacuerdo y no callar sus
palabras. Afortunadamente Jungkook mantenía uno de los mejores
promedios, era un joven sobresaliente por su inteligencia y por ello los
profesores nunca pudieron perjudicarlo más que dándole advertencias por su
comportamiento.

A Jungkook nunca le importó ser el primer lugar en promedio, pero


realmente estaba agradeciendo serlo en esos momentos, porque gracias a ello
le habían permitido que Taehyung estuviera con él en clases sin problemas.

Al entrar al salón de clases, todos y todas voltearon con curiosidad y


quedaron asombrados al ver como Jeon entraba acompañado de un chico tan
sonriente y adorable.

—¿Será su novio? ¿A Jungkook le gustarán los hombres? Tal vez por eso te
rechazó —murmuró una chica a su amiga inmediatamente al verlos entrar—.
¿Cómo podría estar con alguien como él antes que contigo?

—No lo sé, pero se ve tan infantil que debería estar en una guardería y no
aquí.

Como siempre, los chismes comenzaban por una simple escena. Esos eran
solo unos de los comentarios que sus compañeros comenzaron a divulgar en
el salón.

Si bien Taehyung no entendió mucho de lo que decían, se sintió nervioso ante


tantas miradas, fue un sentimiento nuevo y que le aterró. Por lo que, sin saber
que hacer, se escondió detrás de Jeon aferrándose a la chamarra negra del
mayor.

Jungkook ni siquiera había notado las miradas de los demás e ignoró los
murmullos completamente. Estaba dispuesto a pasar de largo a todos, pero
cuando sintió como Taehyung se agarraba de su abrigo lo volteó a ver y notó
la tímida y asustada mirada de Kim y esa fue la única razón que necesitó para
tomar la decisión de intervenir.

—Ya sabía que la mayoría son unos metiches. —habló Jeon recibiendo la
atención de aquellos que les miraban —. Pero ahorrense sus miradas. Por lo
menos esperen a que llegue a mi lugar y comiencen a hablar a mis espaldas
como los hipócritas que son, porque no quiero escuchar sus estúpidos
chismes llenos de mediocridad.

El salón quedó en silencio y es que Jeon causaba temor gracias a un chisme


que se inventó sobre él. Alguien en la escuela había divulgado que Jeon
mandó al hospital a golpes a alguien. Luego de ese rumor las miradas de
desaprobación no faltaron en su persona, pero Jungkook los ignoró, como
siempre, y agradeció un poco a quien divulgó ese rumor, pues de gracias a
ese chisme, y a que tenía compañeros muy idiotas, muchos se habían alejado
de él por su cuenta.

—Ya sueltame y camina —le indicó a Taehyung siguiendo su camino a su


lugar—. Siéntate aquí —señaló el asiento vacío a un lado del suyo.

En ese momento su profesor entró y Jungkook se dirigió a Taehyung para


indicarle algo.

—Si necesitas algo o algo sucede tocas mi hombro y voltearé, no hagas ruido
y quedate sentado, ¿entendido?

Taehyung asintió y de esa forma dio por iniciada la clase.

El tiempo pasó y Jungkook no pudo concentrarse bien en la clase. Ponía


atención y tomaba apuntes, como siempre, pero su mente sólo estaba
pensando que era lo que estaba haciendo Taehyung a su lado.

Las primeras horas Kim se había dormido en la mesa, pues se habían


levantado temprano y no estaba acostumbrado a eso. Cuando la tercera hora
inició Taehyung se despertó y miró curioso las cientas de operaciones en el
pizarrón, no entendía nada, pero él solo los veía como pequeños dibujos.

Pronto Taehyung comenzó a aburrirse y entonces se distrajo cuando su


mirada se posó en un chico que rayoneaba una hoja con aburrimiento. No le
interesó tanto el chico, sino la acción que realizaba éste. Por lo que, algo
emocionado, tocó el hombro de Jungkook para indicarle que quería hacer lo
mismo que el chico de al lado, pero fue ignorado totalmente. Nuevamente
tocó su hombro y éste volteó algo enfadado.

—Déjame, estoy ocupado —regañó susurrando.

Kim se sintió mal por el tono de voz con el que le habló, sin embargo,
Jungkook le había dicho que tocara su hombro si necesitaba algo y siguió la
indicación tocando su hombro varias veces.

—Carajo, Kim —susurró Jeon a regañadientes —. No me molestes ahora.

Taehyung se sintió intimidado y Jungkook volvió a ignorarlo totalmente para


concentrarse en el trabajo que le estaba estresando demasiado. Taehyung
agachó la mirada sintiéndose mal y un puchero apareció en sus labios
mientras volvía a recostarse sobre la mesa nuevamente.

No fue hasta que pasaron unos minutos que la sonrisa volvió al rostro de
Taehyung, pues recordó algo que podía hacer para obtener lo que quería.
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Cuando la clase dio fin, Jungkook por fin pudo estirarse para relajar sus
músculos, tenía una hora libre antes de continuar su horario, por lo que se
sentía un poco aliviado.

Luego de un bostezo, recordó a Taehyung y cerró los ojos mientras hacía una
mueca de arrepentimiento al recordar la manera tan grotesca con la que lo
había tratado en medio de clase. A su mente llegó el recuerdo de él
hablándole de forma grosera a Taehyung hace unos momentos. Sabía que ya
le había hablado de forma brusca antes, pero en ésta ocasión él mismo le
había dicho a Kim que le avisara cualquier situación y éste lo hizo recibiendo
una grosera actitud de su parte.

Como siempre la culpa comenzó a invadirlo. Quería disculparse, pero nunca


lo había hecho, por lo que sentía un poco de vergüenza.

Tomando la suficiente fuerza de voluntad, volteó para aclarar las cosas.

—Taehyung yo...

Pero lo que vio solo lo dejó confundido.

Taehyung no estaba triste o enojado por la manera en la que le había hablado,


de hecho parecía haberlo olvidado, pues solo le sonrió mientras le mostraba
un dibujo que realizó en una libreta que él nunca le dio.

—¿De dónde sacaste eso? —señaló la libreta y los colores con los que estaba
dibujando—. ¿Se lo quitaste a alguien?

Taehyung negó repetidas veces y, posteriormente se señaló a sí mismo

—¿Es tuyo? —Taehyung asintió y Jungkook frunció las cejas —. ¿Y de


dónde lo sacaste si es que es tuyo?

Sonriendo, Taehyung tomó una hoja limpia de su libreta y comenzó a dibujar


algo. Jeon lo miró con un gesto que parecía de enojo, pero en realidad solo
estaba confundido.
Cuando Kim terminó su dibujo, lo mostró con alegría. Pero Jungkook no
pudo deducir nada, pues era una estrella lo que Kim había dibujado.

—¿Se lo robaste a alguien que se llama estrella?

Taehyung bufó rodando los ojos y negó, ulterior a ello, se señaló a sí mismo.

—¿Tú eres una estrella? —preguntó Jeon extrañado y Taehyung asintió —.


Claro... fingiré que eso no denota ningún problema mental.

Jungkook, un chico de realistas pensamientos, solo quiso ignorar aquello. No


comprendía bien a Taehyung, era como hablar con un bebé, por lo que era
probable que solo se tratara de la imaginación de Taehyung.

Dejando para después los abundantes escrúpulos de su mente, Jeon se levantó


de su silla.

—Como sea, estrellita —espetó intentando burlarse con ese apodo, pero
Taehyung soltó risitas tímidas y bajó la mirada encantado. Jeon lo miró con
una ceja alzada.

Ignorando a Kim, Jungkook tomó la libreta y los colores para llevarlos a las
cosas perdidas. Pues seguía creyendo fehacientemente que Taehyung le había
quitado sus cosas a alguien.

—Hay un lugar de comida aquí cerca, a mí me da asco porque hay muchos de


mis compañeros ahí —hojeó la libreta y luego volvió a cerrarla para mirar a
Taehyung —. Pero supongo que lo soportaré hoy solo para compensar la
manera en que te hablé hace un rato, solo lo haré por eso.

Tiempo después llegaron al establecimiento de comida que estaba cerca de su


facultad. Algunas de las personas que estaban ahí conocían a Jeon como el
chico apático y solitario que odiaba a todos, por ende no pudieron evitar
mirarlo con asombro de verlo entrar a la cafetería y sobre todo acompañado
de un chico tan alegre.

Llegaron a la zona donde se mostraban los platillos del lugar y Taehyung


miraba con curiosidad la comida que ofrecía el establecimiento.
—No parece nada comestible lo que venden aquí —murmuró Jeon —¿Qué te
parce el Japchae? Parece que es lo único que no da náuseas.

Taehyung asintió sin tener ningún problema de comer eso, por lo que Jeon
ordenó un plato y él se compró un paquete de frituras para comer.

Poco tiempo después se sentaron en la mesa que Taehyung eligió y Jeon dejó
frente a Taehyung el plato de comida junto con unos palillos. De esa forma
Jungkook dio por finalizado su trabajo y estaba dispuesto a ignorar todo por
un momento comiendo sus frituras mientras se distraía con su celular, tal
como solía pasar todas sus horas libres antes.

—Googi —le llamó Taehyung.

Jungkook reaccionó ante aquel apodo y lo miró con desagrado.

—¿Qué? —espetó algo fastidiado, pero sólo necesitó un momento para


recordar que Taehyung aún no sabía comer y mucho menos con palillos. Jeon
se quejó y cerró los ojos buscando tranquilizarse —. Agh, ésto no puede
estarme pasando a mí.

Jeon pensó por un largo rato en una manera de darle de comer, una manera
que no fuese tan humillante para él. De repente el estómago de Taehyung
emitió un leve ruido por el hambre.

Luego de escuchar ese ruido, por fin Jungkook tomó valor para realizar la
única opción que le quedó. Apretando los labios, frustrado consigo mismo,
tomó los palillos y comenzó a mezclar un poco la sopa. Taehyung lo miraba
con curiosidad. Por último, Jeon tomó una porción de la comida y la acercó a
Kim

—Abre la boca —indicó mascullando molesto, intentando no avergonzarse ni


sonrojarse.

Taehyung hizo lo indicado con una sonrisa y comió la porción que Jeon llevó
hasta su boca

—Que quede claro que solo lo hago por... —se quedó callado al no tener una
excusa—. Solo come.

Taehyung hizo caso y comió feliz, abriendo la boca para pedir más y
Jungkook, por más molesto que fingiera estar, le daba más comida a
Taehyung sin rechistar.

Mientras le daba una porción de carne a Taehyung, Jungkook dirigió sus ojos
hacia las demás mesas, encontrando a sus compañeros viéndolo pasamados y
con la boca abierta.

—¿Qué tanto miran? —espetó Jungkook con molestia.

Todos, asustados, apartaron la mirada de inmediato. Jungkook aún los miraba


con enojo, pero cuando escuchó las risas de Taehyung, su rostro se relajó al
igual que sus emociones y volteó para mirarlo reír. Inevitablemente, Jeon rió
también con una sonrisa de lado.

—Hasta tú tienes más valentía que esos fracasados y eso que solo eres una
torpe estrellita —comentó —. Sabes, creo que no estaría tan mal venir aquí
de vez en cuando.

Jeon y Kim siguieron riendo, comiendo y charlando.

Unas horas más pasaron y el horario de clases de Jeon había terminado. Por
lo que ambos se encontraban caminando en otra facultad de la universidad.

—¿Estás cansado? —le preguntó a Taehyung. Éste negó y era cierto, ya que,
luego de comer, su nivel de hiperactividad había aumentado —. Bien,
entonces sigamos.

Mientras caminaban por el edificio, se toparon con alguien con quien


Jungkook ya sabía que podrían encontrarse.

—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí? —pronunció Hoseok en un tono


interrogativo, totalmente sorprendido de verlo en su facultad—. Oh y vienes
con el tierno Taehyung.

Taehyung sonrió encantado.


—Lucecita.

—¿Dónde está Min YoonGi? —cuestionó Jeon de repente, interrumpiendo la


interacción de Hoseok y Kim.

Jung se concentró de nuevo en Jungkook.

—¿Qué ustedes no se odian? ¿Para qué lo quieres?

Jungkook y Yoongi convivieron pocas veces, ya que no se soportaban el uno


al otro o, más bien, ninguno quería dejar de lado su personalidad egoísta e
indiferente. Al principio ambos creyeron que podrían ser un buenos amigos,
pues eran inteligentes, sinceros y ambos muy directos con sus palabras. Sin
embargo, cuando llegaban a charlar solían pelear y nunca arreglaron sus
diferencias al ser orgullosos.

—¿Sabes o no? —preguntó Jeon nuevamente evadiendo las preguntas de


Jung.

Hoseok estaba tan curioso que decidió intentar algo para persuadirlo.

—Sé donde está, pero no te diré si no me dices qué vas a hacer.

Jungkook resopló fastidiado y decidió hablar para no perder más el tiempo.

—Él estudia literatura, así que creo que el podría enseñarle a Taehyung a
hablar.

—Oh, ¡yo también estudio literatura! —exclamó Hoseok —. ¿Por qué no me


lo pediste a mí?

—Eres muy distraído —respondió directamente Jungkook y Hoseok ya no


replicó más, pues no tenía como defenderse—. Y te la pasarás jugando.
YoonGi es más serio, está en su penúltimo año, tiene más experiencia y es el
mejor de su clas-

—Ya entendí, ya entendí —interrumpió Jung—. Está en la biblioteca.

Hoseok los acompañó hasta la dichosa biblioteca. Jeon sólo aceptó que éste
fuera con ellos para que los guiará a Yoongi.

Y, tal como lo dijo Hoseok, Min YoonGi se encontraba sentado en una mesa
de la solitaria biblioteca leyendo un libro.

—Min —llamó Jungkook cuando estuvo cerca. Éste levantó la mirada—.


Necesito hablar contigo.

—Jeon —pronunció sorprendido, aunque su rostro solo mostró seriedad —.


No tengo ganas de soportar tu apática personalidad.

—¿Quieres que hablemos de apatía? —contestó circunspecto —. Porque no


creo que ganarías la discusión.

Evidentemente aquel par no interactuaba pacíficamente y no se llevaban bien.


Sus personalidades eran parecidas por lo que chocaban en algunas
particularidades.

—Tranquilos, tranquilos, no necesitan discutir sobre nada —intervino


Hoseok—. Les aseguro que ambos son igual de apáticos y fastidiosos.

Las profundas miradas de ambos chicos se posaron en Hoseok y éste pudo


asegurar que nunca se sintió tan intimidado, pero aún así sólo sonrió para
relajar el ambiente.

—Jung, también estás aquí —espetó Min con desinterés, posteriormente


volvió a dirigirse a Jeon —. Cómo sea, ¿qué es lo que quieres y por qué crees
que te ayudaría?

—Yo no necesito tu ayuda, la necesita alguien más —respondió —. Quiero


que le enseñes a hablar a alguien.

YoonGi rió y se cruzó de brazos recargándose en el respaldo de su silla.

—¿Acaso parezco maestro de preescolar? Yo no me entiendo mucho con los


niños.

—Taehyung —pronunció Jungkook llamando al chico que se mantenía


escondido detrás de él.
Y, cuando éste estuvo frente a ellos, Min se quedó sin palabras.

—Debe ser un chiste —dijo YoonGi—. ¿Por qué no sabría hablar alguien de
su edad?

Jungkook exhaló profundamente.

—No puedo darte explicaciones sobre él, porque tampoco yo entiendo mucho
—sinceró Jeon—. Solo sé que necesita mucha ayuda. Y si yo lo ayudé aún
siendo el apático orgulloso que dices que soy, sé que tú también puedes.

YoonGi se detuvo a pensar por un momento, se levantó de su silla y caminó


para quedar frente a Taehyung. Lo observó detenidamente y ésta vez ignoró a
todos dirigiéndose totalmente a él

—¿Tú nombre es Taehyung? —éste asintió volviendo a sonreír —. Soy Min


YoonGi, ¿cuántos años tienes? Indicalo con tus dedos si no sabes hablar, no
importa.

Taehyung ladeo la cabeza con confusión, no respondió nada por un momento.


Hasta que, después de pensar, pareció recordar algo y extendió sus brazos
intentando expresar algo muy grande. Min solo vio a Taehyung con
curiosidad, sin juzgarlo, simplemente analizando su comportamiento y eso
fue algo que Jungkook agradeció internamente.

—¿Muchos años? ¿A eso te refieres con eso? —preguntó Yoongi copiando el


ademán de Kim.

Taehyung asintió sonriente, contento de haber sido entendido.

Yoongi intentó obtener una respuesta más acertada.

—Bien, por como te veo puedo darme una idea. ¿Tienes entre 18 y 20 años?
—Taehyung negó y nuevamente realizó su ademán indicando una mayor
cantidad—. ¿De 20 a 25 años?

Nuevamente realizó la misma acción. Y entonces, tartamudeando y con


dificultad, pronunció:
—Miles, a-años luz de estrella...

Taehyung mostró una sonrisa sincera. Yoongi intentó encontrar algún rastro
de mentira o falsedad en el rostro del menor, pero éste parecía realmente un
ser pulcro.

—Tampoco puedo explicarme muchas cosas sobre Taehyung incluso cuando


llevamos días viviendo juntos —habló Jeon —. Él entiende lo cotidiano, pero
hay muchas cosas que no sabe. Hace tiempo que dejé de cuestionarme que
sucede y me limito a ayudarlo a ser una persona normal.

YoonGi quedó sorprendido por aquella confesión. Y es que, según el sabía y


era verdad, Jeon era un chico malhumorado que solo pensaba en sí mismo sin
intentar ayudar a los demás. Entonces, si eso era cierto, ¿por qué habría
cambiado por aquel chico?

—¿Cómo encontraste a Taehyung? —cuestionó Yoongi—. ¿Qué sabes sobre


él?

—¿Lo ayudarás? —preguntó ésta vez Jeon evadiendo las cuestiones de Min
—. Porque si no es así no necesitas saber nada sobre él.

YoonGi lo pensó un momento y, luego de mirar una vez más a Taehyung,


tuvo una respuesta.

—Bien, haré lo que pueda.

Fue entonces que la siguiente lección de Taehyung inició; aprender a hablar.


Capítulo O5
✧。・゚・✧。・゚・✧

Luego de finalizar aquel trato, analizaron sus horarios y así asignaron horas
específicas en las que Min podría darle clases a Taehyung.

Decidieron comenzar desde ese día, pero la biblioteca de la escuela había


cerrado y Jeon no quiso compartir la ubicación de su hogar por lo que los tres
se encontraban camino a la casa de YoonGi.

Caminaban por las calles iluminadas con el sol de los últimos días de verano.
Taehyung iba jugando en la orilla de las banquetas o saltando dentro de los
cuadros del pavimento, mientras Jungkook y Yoongi dos solo caminaban
circunspectos.

—Taehyung ya te dije que dejes de jugar —reprendió Jeon, sin embargo,


Taehyung no le hizo caso—. Si te caes no pienso levantarte y tendrás que ir
lastimado a la casa de Min.

Taehyung lo pensó bien y, aún inconforme, dejó de jugar siguiéndoles el paso


a sus acompañantes.

YoonGi soltó una pequeña risa burlona. Jeon lo volteó a ver sin expresión
alguna como siempre.

—¿Qué? —le espetó la pregunta a Yoongi.

—¿Seguro que no te preocupa Taehyung? —preguntó directamente. Jeon


alzó una ceja interrogativo—. Ya sabes, lo dices muy seguro, pero si algo le
pasara estoy seguro que correrías a ayudarlo.

Jungkook volvió la mirada al frente pensando. Y finalmente respondió.

—Yo no soy así.

—Sé que no lo eres, de hecho sé que eres un fastidio, pero con Taehyung eres
diferente y se nota —opinó YoonGi—. Tal vez comienzas a encariñarte y es
una buena compañía para ti, ¿no te parece?

La respuesta no llegó inmediatamente, pues en la mente de Jeon pasaban


como flashback los pequeños detalles que había hecho por Taehyung y que,
tal como dijo Min, se habría negado a realizar con los demás.

— Claro que no —respondió Jungkook, internamente sabiendo que su


respuesta carecía de veracidad.

En ese momento YoonGi dejó de caminar y comenzó a mirar al rededor.


Jungkook también se detuvo para verlo.

—¿Por qué te detienes? —cuestionó con seriedad—. ¿No eras tú el que tenía
tanta prisa?

—Claro que tengo prisa —contestó en seguida—. Pero cómo se supone que
le daré clase a Taehyung si él ni siquiera está aquí.

Jeon se congeló aterrado al escuchar eso y rápidamente comenzó a mirar en


la calle buscándolo con la mirada. Miró gran variedad de gente dispersa en
las tantas tiendas de aquella calle y con tanta gente comenzó a preocuparse
porque Taehyung no estaba en ningún lado. Sin importarle nada más,
Jungkook caminó rápidamente buscando por todos lados, Min le siguió el
paso.

—Idiota, todo ésto es tu culpa —acusó Jeon caminando rápidamente sin dejar
de buscar.

—¿Mi culpa? —repitió Min, perplejo por la acusación, mientras buscaba en


la dirección contraria a Jungkook.

—Sí, tú culpa, si no me hubieras distraído con tus tontas preguntas habría


cuidado bien a Taehyung.

—¿Y qué? No debería importarte, deberías dejarlo así —Jeon frunció el ceño
y miró mal a YoonGi—. ¿No sería una molestia menos en tu vida? De todos
modos llegó como interrupción en tu modo de vi-

Jungkook detuvo su búsqueda de repente y tomó por el cuello de la camisa a


YoonGi con algo de rudeza.

—¿Tú que sabes de todo esto, imbécil? —respondió más afectado de lo que
Min creyó—. La única distracción y molestia aquí eres tú, Taehyung no es
nada de eso, así que deja de hablar así de él.

Contrario a lo que Jungkook esperó, escuchó risas de Yoongi.

—¿Ya ves que sí te preocupas por él?

Jungkook se quedó estático y soltó a Min apartando la mirada avergonzado,


sin creer la manera en la que había actuado.

—No es para tanto.

Una carcajada salió de los labios de Yoongi.

—Además eres malo mintiendo —pronunció entre risas—. Bueno, chico


iluso, Taehyung está por allá.

Min señaló una tienda y Jeon volteó al instante encontrando una gran tienda
de peluches y Taehyung mirando con una sonrisa cada uno de ellos a través
de la vitrina.

Ambos chicos se acercaron hasta quedar frente al menor. Taehyung volteó a


verlos sonriente.

—Googi, googi —le llamó Taehyung emocionado señalando un tierno oso de


peluche.

—Creo que quiere que le compres un peluche, "googi" —dijo Min


enfatizando el apodo.

Taehyung asintió entusiasmado, pero en ese instante Jungkook recordó el


pequeño incidente de segundos atrás.

—¿Por qué diablos te separaste de nosotros? —regañó Jeon ignorando


aquella petición, Taehyung bajó la mirada—. No debes alejarte cuando
salimos, te lo dije. ¿Sabes que pudiste perderte? ¿En qué estabas pensando?

Taehyung negó cabizbajo sintiendo su labio inferior temblar.


Yoongi vio a Taehyung a punto se llorar, se veía tan indefenso y tierno.

—Calmate, Jeon, obviamente no lo sabía —lo defendió Yoongi—. Recuerda


que aún está aprendiendo, ¿no eres tú el que más lo sabe en primer lugar?

Jeon exhaló profundamente para tranquilizarse.

—Como sea, no lo vuelvas a hacer.

Taehyung asintió lentamente, su entusiasmo se había ido. Jeon se dio cuenta


que nunca lo había regañado tan severamente, pero también sabía que nunca
había sentido una preocupación tan imponente como la que sintió al creer que
Taehyung se había perdido.

—Les dije que tengo prisa —dijo YoonGi para romper el silencio mientras
daba un bostezo—. Vámonos.

De esa forma, los tres siguieron su camino hasta que llegaron a casa de Min
en silencio. Al llegar a la residencia, Jeon se detuvo antes de entrar por la
puerta.

—Vendré por él en una hora exactamente —informó Jeon.

—Espera, ¿no te quedas? —preguntó YoonGi—. ¿No se sentirá incómodo si


lo dejas solo conmigo?

—No te preocupes por eso, Taehyung es muy sociable, seguro ya se


acostumbró a tu presencia —respondió sin darle importancia—. En fin, me
voy, vengo en una hora.

Jungkook dio la vuelta y se fue alejándose de aquella casa.

—Bien, Taehyung, entremos —indicó Min llamando la atención del peligris,


pero notó que aún se veía algo triste—. ¿Qué tienes? ¿Aún te sientes mal
porque Jeon te habló así?

Taehyung asintió alzando un poco la mirada para verlo a los ojos. Yoongi le
sonrió comprensivo y, aunque no estaba acostumbrado a convivir con otras
personas, en realidad no era tan amargado como muchos creían, solo no se
sentía en confianza ni sentía la seguridad de mostrar otra parte de su
personalidad con cualquiera. Pero con Taehyung se sintió seguro.

—Creí que estarías acostumbrado a eso con días viviendo con ese amargado
—susurró Min. Posteriormente alzó más la voz para hablarle a Kim—. No te
sientas mal, él solo estaba preocupado por ti, pero no quiere admitirlo, ya
sabes, es cosa de tipos amargados —comentó haciendo reír a Taehyung, ante
eso él también sonrió—. En fin, ahora sí entremos. Esto de enseñarte a hablar
será como un proyecto para ambos.

La noche se hizo presente y, tal como lo habían acordado, Jeon llegó a la casa
de Yoongi una hora después con exactitud. Tocó el timbre y luego de unos
minutos la puerta se abrió.

—Oh, llegaste —murmuró Min recargándose en el contorno de la puerta —.


¡Taehyung!

El mencionado llegó al poco tiempo.

—¡A, e, i, o, u! —entonó el menor con alegría mientras se acercaba a la


puerta.

Min sonrió al verlo y, posteriormente, borró su sonrisa para dirigirse a Jeon.

—Se aprendió la canción de las vocales y del abecedario, lo siento por ti,
seguramente se la pasará cantándolas toda la noche.

—Tranquilo, le gusta dormir —aseguró Jeon despreocupado—. Ahora está


emocionado, pero te aseguro que al llegar a casa solo querrá ir a dormir.

Min bajó la mirada y notó que Jeon traía una gran bolsa de una tienda en
específico

—¿Qué traes ahí?

Jeon tensó los músculos de su cuerpo por los nervios y rápidamente intentó
esconder la bolsa.

—No es nada, solo pasé a comprar unas cosas. Taehyung, vámonos.


El menor asintió y salió por la puerta despidiéndose de Min con una mano.
Finalmente ambos chicos emprendieron camino a casa.

—¿Aprendiste algo hoy? —cuestionó Jeon.

Y ni el sabía por qué lo había preguntado, o tal vez sí, sabía, pero no iba
aceptar que en realidad le gustaba la compañía y las convivencias con Kim.

Taehyung asintió y comenzó a entonar de nuevo la canción del alfabeto.

—¡A, b, c, d, e, f, g...

Jeon cerró los ojos y suspiró al escuchar aquella canción de nuevo.

—Eso me pasa por preguntar.

Luego de que Kim cantara la canción tantas veces que Jungkook perdió la
cuenta, por fin llegaron a casa.

Tal como Jeon lo había dicho, Taehyung comenzó a bostezar al entrar a casa
y le pidió con señas que se fueran a dormir. Jeon también estaba tan cansado
que, luego de una rápida cena, le hizo caso al menor y ambos se fueron a
cepillar los dientes para dormir.

Taehyung se encontraba con su pijama puesto sentado en su lugar de la cama


esperando pacientemente a que Jungkook llegara para dormir.

Jeon por otro lado llegó a la habitación vistiendo el pans con el que dormía y
con una bolsa de compras en la mano. Al ver la gran bolsa, Taehyung tuvo
curiosidad y no apartó la mirada de ella. Jeon se sentó en su lado de la cama y
dejó el misterioso objeto en sus piernas bajo la atenta mirada de Kim.

Un suspiro salió de los labios de Jeon ínterin se preparaba para hablar.

—Agh, no sé cómo iniciar, nunca hice algo como esto —murmuró más para
él mismo que para Taehyung, pero al final pudo controlar sus malas
emociones y siguió—. Soy un idiota, ¿okey? Lamento haberte gritado en la
clase y haberte regañado en la calle. Estaba estresado por tantos trabajos, la
universidad me pone así... creo que solo intento decir que lo siento, sí eso, ya
lo dije.

Jeon apartó la mirada, algo avergonzado, pero la risa de Taehyung hizo que
se sintiera mejor y volvió a mirarlo sin evitar sonreír también. De repente
sintió el peso de Taehyung caer sobre el suyo cuando éste le envolvió en un
cariñoso abrazo. Jeon iba apartar, pero cuando ambos estuvieron apunto de
caerse de la cama solo pudo reír en armonía con Taehyung y sostenerlo.

—Bueno, creo que estoy perdonado, supongo, entonces que ésto no será
necesario —bromeó Jeon levantando un poco la bolsa con una mano para
hacerla notar.

Taehyung se separó completamente del abrazo y se sentó en la cama con una


catadura reflejando su exuberante curiosidad.

—Ten —dijo entregándole la bolsa.

Taehyung rápidamente la abrió y de ella sacó el mismo osito de peluche que


había visto de camino a casa de Min.

Jeon se rascó la nuca apenado.

—Creo que era ese el que señalabas, no soy bueno poniendo atención a los
demás, pero es la primera vez que me esforcé en redordar —nuevamente
recibió un abrazo de parte de Taehyung—. Oh, otro abrazo, bien, supongo
que elegí el peluche correcto, ¿cierto?

Taehyung se separó y asintió mientras abrazaba con fuerza el peluche.

—Te gusta abrazar cuando duermes —recordó Jeon—. Así que pensé que
ahora puedes abrazar tu peluche y no a mí, así no rompes las reglas y serás
una buena estrella y no una de las que odio.

Así sucedió esa noche, la lámpara encendida y un tierno Taehyung abrazando


su adorado peluche.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Dos semanas completas viviendo juntos concluyeron. Las cosas habían


mejorado notoriamente. Jungkook ya no se enojaba tanto, por lo menos no
con Taehyung, pues con los demás seguía siendo igual de indiferente.

El viernes de un momento para otro llegó. Taehyung seguía tomando clases


con Min, cuando éste tenía tiempo. Por ende, ahora podía comunicarse mejor,
aún no hablaba completamente, pero YoonGi le había enseñado algunos
monosibalos y asimismo algunas palabras con las que podía informar cosas
importantes o cotidianas.

Afortunadamente el horario de Jeon en la universidad comenzaba más tarde,


por lo que ambos se encontraban en la sala viendo la televisión. El teléfono
de Jeon comenzó a sonar de repente, éste lo tomó y al ver que era Jimin no
contestó, sin embargo el teléfono sonó una vez más por lo que se vio
obligado a responder.

—Te juro que si no es nada importante te mato —amenazó al instante de


contestar la llamada.

—Alguien amaneció de buen humor —ironizó Park.

Jeon rodó los ojos. Jimin y Jungkook no eran buenos amigos. De hecho la
única razón por la que se conocían era por el trabajo y gracias a que Hoseok
si era amigo de Jimin y los había presentado. No obstante, la única persona a
la que Jeon podría consideraba "amigo" era a Hoseok en ocasiones.

Claramente la actitud apática de Jungkook y la burlona y bromista de Jimin


no encajaban bien.

—¿Para qué me llamaste? —insistió Jeon.

—Seojung me pidió que lo hiciera para decirte que quiere que vuelvas al
trabajo mañana.

Jungkook frunció las cejas.

—Seojung se puede ir al diablo, yo le informe a su padre que no podría asistir


esta semana a trabajar —respondió—. Además yo no trabajo los sábados.

—Verás, tú le dijiste al dueño que te diera esos días para estudiar, pero
alguien le dijo a Seojung que habías faltado solo por estar con tu novio —
informó Jimin—. Y Seojung está a cargo ésta semana, es por eso que se
molestó y quiere que mañana repongas esos días.

—¿Novio? ¿Es en serio? —se burló Jeon. —Seojung me conoce y sabe que
no tengo ni tendría novio. Además sabe que casi no hablo con nadie, no
importa cualquiera idiota que se lo haya dicho, Seojung sabría que es
mentira.

—Lo sé, pero resulta que yo soy ese idiota —dijo Park, soltando una
carcajada como si fuera lo más divertido del mundo.

Jeon juró que podría matarlo si lo tuviera cerca.

—¿Qué fue lo que le dijiste?

—Te vi con un chico en la tarde, solo los vi de espaldas, pero me pareció


sospechoso tomando en cuenta que tu no soportas estar con nadie. Entonces
le dije a Seojung que te vi con tu novio y me creyó, ¿no es divertido que me
haya creído? —Jeon estaba tan enfadado que no respondió ni siquiera con
sarcasmo—. En fin, te quiere mañana en la cafetería. Nos vemos.

La llamada se cortó y Jeon de inmediato arrojó a la mesa de la sala su celular


e intentó calmar todo ese enojo que sentía.

—¡Maldito idiota! —exclamó Jeon revolviendo su cabello con brusquedad—.


Idiota, idiota, idiota.

—¡Idiota! —gritó Taehyung con el mismo tono, intentando imitarlo.

Entonces Jungkook recordó que tenía compañía.

—No, no aprendas palabras malas —le dijo a Taehyung—. Mejor di Jimin,


de todos modos es lo mismo.

—Jimin —pronunció con más facilidad.

Jeon sonrió ante una idea que llegó a su mente.


—Eso es, sabes, se les dice "Jimin" a las personas fastidiosas e idiotas que
arruinan la vida de los demás, ¿sabías eso? —Taehyung negó—. Bueno,
ahora lo sabes, ese es el verdadero significado.

Kim asintió, feliz de aprender una palabra nueva y Jungkook, por otro lado,
checó la hora en su celular descubriendo que era hora de ir a la universidad.

Las horas pasaron más rápido que de costumbre, y Jeon no pudo amar más
los viernes gracias a eso.

Jungkook y Taehyung se encontraban comiendo en el restaurante cerca de la


facultad al igual que toda esa semana lo habían hecho. Y, con el tiempo, una
presencia más llegó a a compañarles.

—Creí que todos se habían vuelto locos en tu facultad cuando me respondían


que estabas aquí —dijo Hoseok tomando asiento frente a aquel par.

Jeon se encogió de hombros.

—Es el único lugar cercano donde venden comida.

—Una semana sin verte y ya todo se volvió loco —comentó incrédulo ante lo
oído—. ¿De verdad estás comiendo en el restaurante de la facultad lleno de
tus compañeros?

—Yo no, pero a Taehyung le gusta comer mucho, ¿verdad? —le dijo al
menor y Taehyung sonrió asintiendo en dirección a Jung—. En fin, ¿qué
haces aquí?

Hoseok no contestó, no pudo hacerlo por lo pasmado y perplejo que estaba de


ver aquella escena; Jungkook tomando porciones de comida y dándoselas en
la boca a Taehyung. En ese momento Jung se preguntó si de verdad era Jeon
Jungkook el chico frente a él.

—Entonces, ¿vas a responder? —volvió a preguntar Jeon sacando de sus


pensamientos a Jung.

—A-ah yo... solo quise venir a ver si todo estaba bien con Taehyung —
nuevamente Jeon le dio de comer un bocado a Taehyung—. Uhm, ¿todo va
bien en el tiempo que llevan viviendo juntos?

—Estamos bien, Hoseok —respondió Jeon.

—Googi —lo llamó Taehyung para volver a tener la atención del mayor.

Jung, al escuchar el apodo, esperó un regaño o quejas de parte de Jeon y ya


estaba preparando para defender a Taehyung de cualquier ofensa o regaño,
pero nada de eso ocurrió.

—Sed —pronunció Taehyung.

Jungkook asintió y se levantó de la mesa.

—¿Qué quieres tomar?

—¡Rosa! —exclamó el menor cómo respuesta.

Jungkook sonrió. A Taehyung le había gustado la caja rosa que vio en la


máquina de bebidas y, desde entonces, no dejaba de pedirla. Decía "rosa", ya
que aún no podía pronunciar una oración tan larga.

—Cuidalo, Hoseok, no tardo.

Cuando Jungkook se fue a comprar el jugo, Hoseok quedó pasmado por un


momento con lo recién visto. ¿Jungkook había sonreído?

—Taehyung, ¿Jungkook siempre te da de comer y sonríe muy seguido? —


Taehyung asintió contento y Hoseok realmente estaba sorprendido—. Tal vez
sólo cambió.

Jungkook nuevamente ingresó al restaurante con el jugo rosa en su mano.


Hoseok intentó ver algo diferente en Jeon, pero no encontró nada. Seguía
siendo profundamente serio, ignoraba a todo el mundo, su ropa negra, sus
piercing, sus tatuajes y su cabello largo seguían ahí... todo seguía
exactamente igual.

Jungkook llegó a a la mesa sentándose a un lado de Taehyung nuevamente,


abrió el jugo y, luego de ponerle la pajilla, se lo dio para que lo tomara.
Hoseok quiso probar si su amigo realmente había cambiado.

—Jungkook, ¿podrías ir a comprarme algo a la maquina?

—¿Acaso tengo cara de sirviente? —espetó bruscamente.

—No, pero creí que querrías hacerme ese favor.

Dubitativo y con una catadura reflejando incredulidad, Jungkook miró a


Hoseok por un rato, hasta que volvió a concentrarse en Taehyung.

—Es obvio que no —dijo Jungkook y, posteriormente, soltó una risa de burla
y tristeza —. Vaya, por todo lo que hiciste hace años, demostraste que no te
importo, pero creí que me conocías aún así.

Jung intentó ignorar el sentir funesto de su corazón ante las palabras de


Jungkook y aseguró que éste definitivamente no había cambiado.

—Yo solo-

—Da igual —interrumpió Jungkook con desinterés—. Por cierto, procura


mantener lejos de mí a tu amigo, Park.

—¿Ahora que hizo según tú?

Hoseok sabía que Jeon y Park no se llevaban del todo bien. Había intentado
hacerlos amigos, pero siempre terminaba con Jeon amenazándolo a muerte y
Park riéndo de la situación.

—¿Acaso sabe hacer algo además de molestar? Obviamente metió sus narices
donde no le importa otra vez —respondió enfadado de sólo recordar—. Ah y
si me vuelve a llamar "kookie" juro que esta vez lo mato.

Hoseok había creído que ya no le molestaba el apodo, considerando que


Taehyung lo había llamado así y Jungkook no hizo nada.

—Pero, ¿entonces por qué Taehyung... —se interrumpió a él mismo luego de


pensar mejor las cosas.
Iba preguntar por qué dejaba que Taehyung le llamara de esa forma, pero no
quería causar problemas.

—Taehyung qué —insitó a qué siguiera, pero Jung no contestó.

—Nada, debo irme —respondió rápidamente tomando sus cosas—. Adiós.

Taehyung se despidió de él con una mano, Jungkook no dijo nada.

Hoseok se alejó del lugar lo suficiente y, desde lejos, observó como


Jungkook le ponía su total atención a Taehyung de nuevo, sonriéndole de vez
en cuando mientras le daba de comer en la boca.

Al verlos Jung también sonrió por aquella escena. Llevaba años conociendo a
Jungkook y conocía también lo que éste había pasado, es por eso que
entendía su forma de ser. Sin embargo en tantos años Jeon nunca se había
comportado de esa manera, ni había sonreído tanto como con Taehyung. Se
sentía feliz, muy feliz por Jungkook, porque sabía que una persona como
Taehyung era lo que Jeon siempre necesitó, porque parecía que los momentos
de Jungkook solo eran boyantes cuando Kim estaba en ellos.

Al final Hoseok pudo conjeturar que Jungkook había cambiado, pero no


había cambiado para el mundo, había cambiado para Taehyung.
Capítulo O6
✧。・゚・✧。・゚・✧

El sábado llegó y ambos ya estaban listos para ir al trabajo de Jungkook.

Jeon era mesero en una cafetería de Seúl. Su jefe se llamaba Seojung, era un
chico de su misma edad pero que había dejado de estudiar y dirigía la
cafetería de sus padres, los señores Choi. Jungkook consiguió el trabajo
gracias a que los señores Choi lo adoraban por alguna razón y Jeon agradecía
que los dueños le quisieran tanto, pues de no ser así ya habría perdido aquel
empleo hace mucho tiempo.

Seojung siempre le pidió sonreír y notarse alegre en el trabajo, pero Jungkook


nunca le hizo caso. Y otra razón por la que no despedían a Jeon, a pesar de su
carácter, era porque desde que había llegado a trabajar como mesero, la
clientela del lugar había aumentado notoriamente. Claramente gracias las y
los adolescentes que les gustaba ver al atractivo mesero.

Jimin ídem había causado la misma emoción en la clientela, sin embargo éste
disfrutaba la situación coqueteando con chicas. A diferencia de Jeon, que solo
miraba mal a las chicas que llegaban a insinuar cosas.

—Solo serán algunas horas y nos vamos—informó Jeon.

Taehyung asintió y siguió caminando agarrado de la mochila de Jungkook.

Luego de aquel incidente de camino a casa de Min, en el que creyó que


Taehyung se había perdido, Jungkook decidió tomar algunas medidas, por lo
que le indicó a Taehyung que cada que salieran debía sostenerse de su abrigo
o su mochila. De esa forma no lo perdería de vista.

Poco después llegaron a la dichosa cafetería donde Jeon trabajaba. Ambos


entraron y al instante se encontraron con Seojung.

—Por un momento pensé que no vendrías —dijo Seojung queriendo verse


imponente—. ¿Y bien? ¿Cuál es tu excusa y por qué mentiste?

—¿Por qué daría una excusa si puedo decir la verdad? —espetó con
indiferencia —. En primer lugar no tengo novio y lo sabes, en segundo lugar
creo que no hay mayor acto estúpido que hacer caso a lo que los comentarios
de los demás y eso te hace el mayor estúpido ahora.

—¿A mí? —exclamó Seojung ofendido.

—Por supuesto, aún más porque creíste algo que Jimin te dijo sobre mí a
pesar de saber que yo nunca le cuento nada a nadie. ¿Alguna vez me viste
conversando con él? —Seojung negó apenado comenzando a comprender—.
Claro que no, en cambio, ¿alguna vez me he quejado de lo fastidioso y
chismoso que es Jimin para mí?

Seojung asintió aún más apenado.

—Lo siento, Jungkook, de verdad me siento muy apenado contigo.

—Sí, deberías.

—Es sólo que estaba estresado porque las ventas habían disminuido toda la
semana, además las chicas no te veían y no compraban nada. Por eso cuando
Jimin dijo eso pensé que sería buena excusa —explicó de inmediato y suspiró
—. Puedes irte si quieres, de verdad siento no haber analizado las cosas.

—¿Crees que vine solo por eso? No soy idiota, pude aclarar todo esto por
llamada —aclaró—. Sé seguir una orden, me pediste que viniera a trabajar y
eso hago, pero más te vale pagarme el día si no quieres que le diga a tus
padres que me hiciste venir a trabajar cuando claramente pedí un descanso.

Seojung tragó saliva nervioso y asintió, entonces su vista se dirigió al chico


peligris que miraba alrededor mientras con una mano se sostenía de la
mochila de Jungkook.

—Oh, ¿quién es él? —preguntó con curiosidad.

—No quiero decirte —dijo sincero, para después dirigirse a Taehyung —.


Vámonos.

Jeon ignoró a Seojung y se acercó a una mesa cerca del mostrador para así
poder vigilar a Taehyung mientras trabajaba.
—Siéntate aquí —le indicó al menor y éste obedeció —. Estaré viniendo a
cada momento, ¿okey? Así que no te levantes de aquí mientras no esté.

—Sí, googi —pronunció Taehyung.

Jungkook sonrió al oír aquello.

—Has estado aprendiendo bien con Min, ¿cierto?

Kim dio un asentimiento con orgullo de sí mismo.

Jungkook sacó su celular quitándole la contraseña para que el menor pudiese


ocuparlo. Días atrás, descubrió a Taehyung mirando su celular con
curiosidad, por lo que decidió enseñarle cómo funcionaba. No obstante, a
Taehyung solo le había interesado el único juego que su celular tenía.
Jungkook nunca había jugado aquello, pero aprendió a utilizarlo para poder
enseñarle a Taehyung cómo hacerlo y éste había quedado tan encantado con
el dichoso juego que lo había jugado toda la tarde.

—Ten, úsalo para distraerte mientras no esté —Taehyung asintió tomando el


celular.

—Jeon, apresurate —indicó Seojung.

Jungkook rodó los ojos y resopló.

—Debo irme, un idiota me está apresurando.

—¿Jimin? —cuestionó inocente Taehyung.

Jungkook sonrió y rió un poco.

—Eso es, un Jimin.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Jungkook resopló frustrado cuando vio entrar a una chica que reconoció de
inmediato. Se llamaba Eunhye y eso lo sabía gracias a que ésta prácticamente
se lo había gritado miles de veces. Eunhye asistía de vez en cuando a la
cafetería y, cuando lo hacía, se esforzaba por llamar la atención.

No pasó mucho tiempo para que Eunhye ya se encontrara armando una


escena desastrosa, pues le estaba gritándo a una asustada chica acusándola
por "empujarla". Jeon rodó los ojos al ver aquello, sintió pena por la chica
que estaba siendo regañada, pero no le interesaba tanto como para ayudar.

—Pobre chica, deberías hacer algo, Jeon —opinó Seojung.

—¿Me aumentarás el sueldo por defender personas?

—No, per-

—Entonces no me interesa —interrumpió dispuesto a regresar a su trabajo.

—Tienes razón, no te interesa, de lo contrario ahora estarías defendiendo a tu


chico.

Jeon volteó a ver a Taehyung con rapidez luego de escuchar eso. Encontró a
Eunhye frente a la mesa donde estaba Taehyung y sabía que nada bueno
ocurría.

—Te dije que te quites, idiota, vete antes de que llame a alguien para que te
saquen —exclamó la chica. Taehyung hizo un puchero al ser llamado así—.
¿Ves al mesero de allá? Se llama Jungkook y ambos somos muy cercanos,
¿quieres meterte en problemas con él?

Taehyung intentó decifrar lo que eso significaba y su rostro se iluminó


cuando recordó algo importante.

—¿E-eres... la p-persona especial? —preguntó entre tartamudeos —. ¿La p-


persona es-especial de googi?

Eunhye lo miró con desagrado, pero sonrió al comprender un poco las


palabras.

—Parece que tienes retraso mental —comentó ella—. Pero sí, soy una
persona especial para kookie, seguro lo hago feliz a diferencia de otras.
Taehyung sonrió aún más y, en ese momento, vio a Jungkook llegar a la
mesa.

—¿Ocurre algo? —preguntó Jeon cruzandose de brazos mirando con


molestia a Eunhye.

Ella pareció emocionarse con la presencia de Jungkook y fingió un rostro de


inocecia, pero antes de que Eunhye pudiera hablar. Taehyung tomó la manga
de la camisa de Jungkook y la jaló para llamar su atención, Jeon lo miró con
un gesto más relajado.

—Googi, ella... tu p-persona especial —titubeó Kim señalando a Eunhye y,


posteriormente, señalandolo a él —. T-te hará feliz.

Jeon frunció las cejas con desagrado ante lo oído y confusión por la razón por
la que lo dijo. En ese momento, sintió una fuerza invisible que lo hizo tomar
la mano de Eunhye y entrelazar sus dedos. Al parecer Eunhye sintió lo
mismo, porque parecía asustada y emocionada a la vez.

—¿S-sentiste eso? —preguntó Eunhye y, posteriormente, sonrió al analizar la


situación —. Debe ser el destino, hasta el chico raro sabe que seríamos felices
juntos, ¿no te-

Jungkook se apartó de ella bruscamente.

—Deja de decir estupideces, mejor dime por qué estabas hablándole así a
Taehyung hace un momento, ¿tienes algún problema con él?

—Ah, cierto —murmuró ella, recordando el problema inicial —. Que bueno


que vienes porque sabes que yo siempre me siento en ésta mesa, así que
¿podrías decirle a éste tipo raro que se quite de aquí?

Jeon vio que Kim bajaba la mirada con tristeza y al ver eso no detuvo sus
palabras.

—¿Acaso crees que vengo a defenderte? No me interesa si te sientas aquí


siempre, hay muchas mesas vacías, así que busca otra o vete de aquí —espetó
enojado. La chica quedó perpleja —. Solo vine a advertirte que, si vuelves a
molestarlo, yo mismo me aseguraré de que no vuelvas a entrar a éste lugar.

Eunhye miró mal a Taehyung antes de irse de la cafetería y éste se encogió en


su lugar ante la mirada.

—¿Te dijo algo malo? —preguntó Jungkook tomando asiento junto a él. Éste
asintió aún desanimado—. No hagas caso, las personas son así cuando se
sienten superiores hasta que alguien les da un golpe de realidad.

—Jeon —lo llamó el gerente —, ve a atender la mesa cinco.

Jungkook resopló e iba levantarse para ir a trabajar, pero Taehyung lo detuvo


abrazándose de su brazo con fuerza. Jeon volteó a verlo y supo que no le iba
a soltar.

—Taehyung debo ir a trabajar —le dijo a Kim, pero éste negó aferrándose
aún más a su brazo.

Jeon suspiró, tomó uno de los menús que llevaba consigo y lo dejó frente a
Taehyung.

—En mis descansos tengo derecho de pedir algo del menú para comer, pero
nunca lo he hecho, pero a ti que tanto te gusta la comida podrías aprovecharlo
—le dijo con calma—. Pronto será mi descanso y vendré contigo, por lo
mientras ve que es lo que te gusta y cuando vuelva lo pediremos.

Y por supuesto que cumplió su palabra, pues Jungkook pasó todo su descanso
dándole pastel a Taehyung y, asimismo, estuvo acompañadolo cuando tenía
tiempo.

Luego de unos momentos, Jungkook regresó a la cocina y Taehyung jugaba


con una servilleta de la mesa. De repente un conocido llegó a la cafetería.

—¿Taehyung? —pronunció Min con perplejidad de verlo ahí. El mencionado


alzó la mirada y le sonrió saludándolo alegremente —. ¿Dónde está Jeon? No
te dejó solo, ¿cierto?

—No, no lo hice —contestó Jeon llegando a la mesa de nuevo.


—Vaya, no sabía que trabajabas aquí, creí que eras un vago sin trabajo —
comentó, pero Jeon le ignoró —. Cómo sea, sólo vengo por un capuchino
descafeinado para llevar.

Jeon rodó los ojos, molesto sin razón aparente, y dio la vuelta para irse a
preparar la orden. YoonGi tomó asiento a un lado de Taehyung y comenzó a
hacerle preguntas cerradas que el menor contestaba con sí y no. También
miraba como Taehyung hacía figuras con una servilleta.

—Aquí está tu capuchino y tu ticket —anunció Jungkook dejando el café


frente a Min —. Ahora paga y vete.

—¿No deberías tratar bien a tus clientes? —preguntó dejando el dinero en la


mesa.

—Debería, pero no me pagan más por fingir mi actitud así que no lo hago —
respondió tomando el dinero y contándolo.

Min dio una mirada en dirección a Taehyung y posteriormente se dirigió a


Jeon de nuevo.

—Sabes, deberías comprarle cosas a Taehyung para que se distraiga, te


acompaña a todos lados y, aunque siempre se emociona y se muestra alegre,
también debe aburrirse —cuando YoonGi notó que Jeon no reclamaba o se
quejaba, decidió seguir—. No necesitas gastar mucho, él es feliz con lo que
sea y creo que tú más que nadie lo sabe. Le gusta mucho dibujar, lo he notado
cuando le doy clase, deberías pensar en algo —recomendó por último
dándole una palmada en la espalda a Jeon y después se dirigió a Taehyung
—. Adiós, Taehyung, ¿recuerdas cómo se dice?

—Adiosh -pronunció riendo.

YoonGi sonrió igualmente.

—Trabajaremos en quitar esa "h" al final.

Min se fue y la siguiente hora pasó rápido, tanto que Jeon ya se había
cambiado el uniforme de trabajo por su ropa casual y ambos se encontraban
saliendo de la cafetería. Taehyung se agarró de la mochila de Jeon mientras
caminaba y éste solo pensaba en las palabras de Yoongi.

Porque sabía que Min tenía razón, en realidad Taehyung aún no tenía muchas
cosas propias, no había algo que pudiese tener para pasar el rato. Pero había
una cosa que le impedía comparle cosas a Taehyung; su presupuesto había
disminuido luego de comprarle ropa y no podría reponer ese dinero hasta por
lo menos un mes. Y la única manera de conseguir dinero era acudir a
Seojung.

Si iba con su padrastro el dinero no sería problema por mucho tiempo, pues
éste siempre le daba cantidades exorbitantes de dinero, pero Jungkook
llevaba mucho tiempo sin verle la cara a ese hombre y se negó muchas veces
a regresar a aquel lugar que alguna vez fue su hogar.

Luego de debatir entre las dos opciones, Jungkook miró a Taehyung. Éste
caminaba con una mano sosteniendo su mochila, no se veía triste, pero
tampoco alegre era como si simplemente dejara el tiempo pasar con
indiferencia y Jungkook no quería que Kim viera el mundo de la manera en
que él lo veía.

Por ende, tomó una decisión.

—Aún no iremos a casa, hay un lugar al que debo ir.

Taehyung lo miró con curiosidad y asintió sin problema alguno.

En el camino la mente de Jungkook no descansó. Ya que, a medida que iban


acercándose a la casa de Seojung, recordó cada noche llorando por ser
ignorado, por miedo o simplemente por tristeza.

Pudo haber sido peor, por lo menos Jungkook agradecía que Seojung nunca
le dañó físicamente como lo había con sus parejas, a él nunca lo golpeó ni lo
ofendió, pero si lo traumó al hacerlo vivir esas experiencias a tan corta edad.
Aún así le dio una buena vida y siempre se aseguró de que no le faltara nada,
hablando de lo económico y material, claramente. Todo era confuso, habían
sentimientos encontrados y confusión sobre lo que sentía por su padrastro.
Porque aun si lo odiaba, a su vez le agradecía internamente por haberlo
sacado del orfanato y darle la posibilidad de superarse en la vida. Nunca supo
aclarar su relación ya que huyó del problema sin enfrentarlo.

Solo se quedó con los malos recuerdos sin enfrentar la situación, como
siempre. Y ahora, tal vez, por fin podría culminar con aquella etapa de su
vida que incluía a Lee Seojung.

—Googi.

Esa voz lo devolvió a la realidad. Jungkook bajó la mirada y vio a los ojos a
Taehyung. Sintió calma y sociego llegar a su alma, vio la inocencia de un ser
pulcro y recordó la razón por la que estaba a punto de enfrentar todo eso.

No caminaron tanto y llegaron a una enorme casa que Taehyung miraba


maravillado.

Se detuvieron antes de tocar la puerta y Jungkook suspiró.

—Ignora todo lo que diga ese hombre y no te alejes de mí, si ves algo que no
te guste me lo haces saber y te sacaré de ahí de inmediato, ¿bien?

—B-bien, googi —aseguró Taehyung, intentando hablar cada vez más.

En cuanto escuchó esa respuesta, Jeon tocó las grandes puertas de la casa y
no tardó mucho en salir a recibirlos un empleado.

—Oh, pero que sorpresa verlo por aquí, Lee Jungko-

—Soy Jeon, no Lee, no me llames con su apellido —espetó entrando a la


casa sin saludar —. ¿Está él aquí?

El empleado cerró la puerta y, luego de brindarle una sonrisa a Taehyung,


asintió.

—Está en su oficina —informó y, posteriormente, dio una reverencia —. Lo


dejaré solo, bienvenido, cualquier cosa estoy a sus órdenes.

Jungkook no dijo nada, siguió su camino hacia la oficina de Seojung. Poco


después llegó, no quería perder más el tiempo, por lo que abrió la puerta sin
previo aviso y dio un paso adentro.

Sin embargo, tan pronto como entró vio a Seojung, con su traje desordenado,
riendo con uno de sus amigos alcohólicos, totalmente perdidos por los efectos
del alcohol y probablemente otras sustancias ilícitas.

Jungkook no se sorprendió ni un poco por la escena, era como ver un


recuerdo de sus seis años. Solo sintió como Taehyung se abrazó se su brazo
con fuerza y, al voltearlo a verlo, notó su expresión de susto.

—¿Puedes por lo menos fingir ser una persona decente por un momento? —
espetó Jungkook.

Seojung volteó al escuchar su voz y, al ver a Jungkook, rió y peinó sus


cabellos hacia atrás.

—Ah, mi querido hijo se dignó en aparecer. Mira Hanjoon, te presento a mi


hijo —le dijo a su amigo—. ¿A qué se debe tu visita?

Jungkook no respondió, vio a Taehyung mirar con temor a Hanjoon que casi
se caía de borracho y continuaba bebiendo.

Inmediatamente cubrió los ojos de Taehyung para que no se asustara más con
la escena.

—Oh, trajiste compañía —dijo Seojung con una sonrisa mientras se servía
whisky con dificultad, regando el anegado vaso por lo alcoholizado que ya
estaba —. ¿Quién es? ¿Es un amigo?

Con un rostro serio Jungkook se quedó parado frente a Seojung mientras


Taehyung solo estaba parado a su lado.

—No te importa, ¿ya podemos hablar?

—Vamos, solo dime, ¿acaso es tu novio? —hipó dando un sorbo a su bebida


—. No t-tiene nada de malo ser homosexual, Jankoo, si eso es lo que te gusta
está bien.

Ni siquiera recordaba su nombre.


—Es Jungkook y él no es-

—¡Por fin tienes una pareja! —exclamó Seojung—. Y yo que creí que
morirías virgen, después de que tanto rechazaras a las chicas que quise
presentarte.

—Contrario a ti, puedo vivir perfectamente sin utilizar a otras personas —


contestó—. Jamás sería como tú o como alguno de tus amigos.

Seojung le miró con seriedad, pero el amigo de su padrastro se rió y se acercó


a ellos metiéndose a la plática.

—Vamos, hombre, solo disfrutamos del placer que dan todas las experiencias
—mientras bebía de su vaso de whisky, Hanjoon posó sus ojos en Taehyung
e inmediatamente Jungkook se puso alerta —. Para ti no debe ser difícil
excitarte con este chico en casa.

—Oye —espetó con fuerza y un tono de advertencia, dando un paso en


amenaza hacia él—. ¿Qué carajos te pasa? Mantén a Tae fuera de tu
asquerosa boca.

Hanjoon rió mientras caminaba al sofá para sentarse.

—¿Qué tiene? Solo digo que tiene buen cuerpo —se sentó en el sofá y miró a
Taehyung de arriba a abajo, éste solo tembló por esa mirada —. Un muy
lindo cuerpo.

Jungkook tomó la mano de Taehyung y lo jaló hacia atrás para ponerse frente
a él y cubrirlo. De inmediato los ojos de Hanjoon dejaron de ver el cuerpo de
Taehyung y esta vez miró a Jeon a los ojos.

—Eso no es un halago si viene de alguien como tú, Taehyung no es solo eso,


así que respétalo o cierra la boca.

—Claro que no es sólo un cuerpo, imagino que hay más cosas que puedes
hacer con-

Jungkook no lo dejó terminar, llevó a Taehyung de la mano de vuelta hacia la


puerta y lo llevó afuera.
—¿Puedes esperarme aquí? —preguntó calmado, no queriendo que Kim le
viera enojado y se asustara más—. Aún tienes mi celular, ¿no?

Taehyung asintió más entusiasmado y sacó el celular para jugar. Al verlo tan
distraído, Jungkook suspiró y le aseguró que regresaría rápido. Ulteriormente,
regresó a la oficina cerrando con seguro.

—¿Dónde se fue el chico? —preguntó Hanjoon—. Pensé que nos lo traías


para pasar un rato.

Jeon se acercó y de un manotazo le tiró al piso su vaso de whisky


rompiéndolo en pedazos, posteriormente lo tomó del cuello de su camisa.

—Te lo advierto —amenazó Jeon, esta vez más serio, tanto que Hanjoon dejó
de reír y de verdad se asustó—. No vuelvas a decir algo de él, es más, ni
siquiera te atrevas a pensar en él.

Seojung alzó las manos en signo de paz y se interpuso entre la discusión.

—Bien, bien, calma. Hanjoon deja de ser tan grosero con las visitas de mi
hijo —murmuró—. Vamos disculpate, es la primera visita que hace mi hijo
en mucho tiempo.

Hanjoon rodó los ojos.

—Sí, como sea, lo siento.

Seojung sonrió y regresó su atención a Jungkook soltó a Hanjoon, pero no


aceptó esa disculpa y seguía molesto.

—Entonces, ¿a qué se debe tu visita, hijo? —cuestionó sirviéndose otro trago


inmediatamente después de beber el que tenía.

—Quiero dinero —respondió —. Es para ayudar a alguien, no para mí.

Rodando los ojos, molesto al no ser una respuesta esperada, Seojung


respondió mientras bebía de su vaso de vidrio.
—Agh, hubiera preferido escuchar que lo utilizaras para ir a un prostíbulo por
tu evidente falta de sexo.

—Y yo hubiera prefiero que no me adoptara un alcohólico con problemas de


promiscuidad, pero la vida es horrible para todos.

Seojung pasó su lengua por el interior de su mejilla con enojo, subsiguiente a


ello tomó de golpe lo que le quedaba de whisky y dejó el vaso en una mesilla.

—¿Cuánto quieres?

—No lo sé, es para Taehyung, necesita algunas cosas.

De inmediato Hanjoon volvió a alzar la mirada y miró con una sonrisa de


lado al chico escondido detrás de Jungkook.

—En ese caso, Seojung, dale una gran cantidad de mi parte también para que
le compre una linda lencerí-

De un puñetazo en la mandíbula, Jungkook hizo que Hanjoon cayera al suelo


y se quejara adolorido.

—Te lo advertí —interrumpió Jungkook esta vez más molesto y con las cejas
fruncidas.

—Ya se lo merecía, te tardaste —murmuró Seojung riendo a la vez que


sacaba una tarjeta y la extendía hacia Jungkook —. Es la tarjeta de crédito
que rechazaste hace años, sigue teniendo el dinero que nunca sacaste, te
depositaré un poco más para que se active la cuenta. ¿Eso es todo?

Jungkook no lo miró y tomó la tarjeta asintiendo.

—Es la última vez que vengo aquí, supongo que también vengo a despedirme
—apartó la mirada y extendió una mano hacia su padrastro —. Fuiste un
padre de mierda, te odiaré toda mi vida recordándote con rencor por la
asquerosa persona que eres y voy a repudiar el día en que te demostré
cariño... pero supongo que gracias por sacarme del orfanato y darme dinero.

Seojung lo miró sonriendo y se levantó del sofá, caminó hacia Jungkook y


correspondió a la despedida uniendo sus manos.

—Bueno, Jansuk-

—Jungkook —corrigió rodando los ojos.

—Jungkook, eso iba decir —murmuró, posteriormente se puso más serio,


seguía borracho, pero se notaba se nostalgia—. Lamento no haber podido ser
el padre que quise ser en algún momento y el que tú pudiste ver cuando te
adoptamos. No pude volver a ser ese hombre aunque lo intenté. Supongo que
ambos nos llevamos algo del otro.

En ese momento sintió que los recuerdos dolían menos, tal vez sus memorias
por fin podrían ser superadas poco a poco.

Cuando Taehyung y Jungkook salieron de la casa de Seojung, caminaron


unas cuantas calles y se sentaron en una banqueta solitaria.

Jeon cerró los ojos y respiró profundamente con tranquilidad el aire fresco
del exterior, por alguna razón sintió un peso menos sobre sus hombros que no
sabía que había cargado todo ese tiempo. Se sentía libre de una de sus
cadenas de tortura y supo entonces que había muchas cosas que había evitado
enfrentar, pero que aún así le seguían hiriendo.

—Desde los diecisiete me fui de casa, le dije a Seojung que me quería ir lejos
de él y solo me dio dinero... lo odié todo éste tiempo porque arruinó parte de
mi infancia, pero ahora ya no siento nada por él —le explicó a Taehyung —.
Creo que debía enfrentarlo en persona para superarlo, no vale la pena sentir
nada por ese idiota, simplemente ya no es parte de mi vida.

Kim le sonrió y le miró orgulloso.

—Por ciento, lamento que hayas tenido que escuchar lo que decía sobre ti,
aunque tal vez ni siquiera entendiste mucho ahora que lo pienso —Taehyung
se encogió de hombros despreocupado—. Como sea, ¿sabes por qué tuve que
venir a pedirle dinero a éste hombre?

Taehyung negó esperando una respuesta.


—Bueno, Yoongi me dijo que te gusta dibujar, lo noté el día que le robaste
las cosas a alguien para dibujar —Kim le miró enfadado y negó su acusación,
Jungkook lo ignoró —. El caso es que ya no tendrás que quitarle sus cosas a
nadie, iremos ahora a comparte algunas cosas para dibujar, solo porque estoy
de buen humor.

Luego de esa indicación se fueron caminando hasta que llegaron a una zona
céntrica donde habían más establecimientos. Encontraron un enorme
establecimiento de papelería y fue cuando Jungkook le indicó a Taehyung
que podía entrar a elegir algunas cosas.

Taehyung sonrió y le abrazó de manera rápida para luego entrar a ver los
productos de la tienda.

Los abrazos se habían hecho normales, sorprendentemente, Jeon se había


acostumbrado a que Taehyung le abrazara de repente cuando estaba feliz o
quería agradecer algo. Y aunque nunca correspondía los abrazos, tampoco le
molestaban cuando venían de parte de Kim.

Pasó un tiempo y Jeon caminaba detrás del menor mientras llevaba cargando
unos cuantos cuadernos decorados que a Taehyung le gustaron, colores y
crayolas. Entonces se dio cuenta que Kim no había dejado de ver una
pequeña mochila color café claro con una carita en medio que reconoció
como el personaje de una de las caricaturas que Taehyung veía en la
televisión.

Dicha mochila parecía algo infantil. Sin embargo, a pesar de ser amargado y
fastidioso a la vista de los demás, Jeon nunca se atrevería a juzgar los gustos
o ideas de los demás. No haría algo que ya le había zaherido tanto en su
niñez.

De repente Jeon recordó cuando en la escuela primaria él era fanático de una


caricatura en aquel entonces. Se compró con emoción una mochila de dicha
caricatura y él estaba feliz con ello. No obstante, al llegar a la escuela con
aquella mochila que tanta felicidad le había causado, sus compañeros, e
inclusive amigos, se mofaron en su cara de sus gustos. Ese día el corazón
casto de un pequeño infante se rompió y junto con él su pueril personalidad
desapareció poco a poco.
—¿La quieres? —le preguntó a Taehyung. Éste le miró dubitativo —. Si la
quieres tómala, te gusta ese personaje de tus caricaturas, además así podrás
llevar tus cuadernos a todos lados.

En el rostro de Taehyung apareció una resplandeciente sonrisa que Jeon


conocía bien. Era inocente sonrisa representante de la felicidad cuando de
verdad anhelas algo y te sientes agraciado de tenerlo, una sonrisa por un
boyante momento, una sonrisa que Jeon alguna vez poseía.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

El lunes por la tarde Taehyung se levantó más emocionado que de costumbre.


Jeon no supo por qué, hasta que ambos estaban apunto de salir camino a la
escuela y vio a Taehyung correr a ponerse su mochila y guardar sus cosas
nuevas ahí. Al ver tanta felicidad, Jungkook no pudo evitar sonreír también,
pues YoonGi tenía razón, Taehyung era muy feliz con todo.

Horas pasaron y, luego de tanto trabajo y aburrimiento, su horario terminó.


Pero aún no podían ir a casa, pues Jeon recordó que tenía una clase especial
de matemática avanzada.

Lo habían metido a dicha clase obligatorianmente y a pesar de eso no podía


faltar, pues podría afectar su promedio y esa era la única razón por la que
asistía. Jeon no hablaba u opinaba en dicha clase, pero entregaba todos sus
trabajos con rapidez.

Ambos entraron al aula de estudio y de inmediato miradas curiosas


aparecieron. Jungkook tomó asiento donde siempre y Taehyung se sentó a su
lado.

—Esto es aún más aburrido que las demás clases, así que si quieres colorea
para que se te pase rápido el tiempo.

Taehyung asintió y sacó las cosas de su mochila.

—Si escucho un solo ruido les bajaré puntos a todos—exclamó su profesor al


entrar. Los alumnos de inmediato guardaron silencio —. Se supone que hoy
no deberíamos tener clase por el festival de la facultad de arte, pero como no
me interesa su vida social, tendremos un repaso de la clase pasada.

Jeon odiaba a su profesor, el profesor Junseok. Era un señor con una manera
de enseñar anticuada y mediocre que Jungkook siempre odió. Solía enfadarse
cuando alguien no entendía sus temas, algo sumamente estúpido tomando en
cuenta que nunca explicaba bien. Jeon agradeció internamente que la clase
solo fuera un repaso, porque no tenía ánimos ni ganas de estar una hora
completa con aquel profesor.

La clase, por suerte, pasó rápido y tan aburrida y banal como siempre. Sólo
faltaban diez minutos para poder salir de ahí.

—Para finalizar la clase, dictaré un ejercicio y lo resolverán en parejas, no


podrán retirarse hasta que alguien obtenga la respuesta correcta —explicó el
profesor y de inmediato comenzaron a separarse en parejas—. Como dije, es
un tema que ya deben saber, así que no responderé dudas y solo le daré
puntos a quien lo resuelva primero.

—Trabajaré individualmente —avisó Jeon.

El profesor le miró algo enfadado.Jeon sabía que su profesor también lo


odiaba porque era el único que decía algo en contra de su forma de enseñar.

—Anoten; sea ABCD un rectángulo, M punto medio de BC, PM


perpendicular al plano ABC, O centro del rectángulo —comenzó a dictar tan
rápido que apenas se le entendía —. Si BC = 2AB = 8 y PM = AB, determina
el área de la región triangular APO.

—Uhm, ¿podría repetir-

—No repetiré, debieron prestar más atención —interrumpió el profesor a la


alumna que iba a hablar —. Pueden comenzar.

Unos minutos pasaron, el salón se encontraba en total silencio como siempre,


únicamente se escuchaban murmullos y sonidos de lápiz, reglas y goma
chocando con las libretas. Hacía tiempo que Jeon había terminado de resolver
el ejercicio, únicamente miraba a los demás y aquel ambiente le estaba
estresando. No decía la respuesta porque sabía que tenía compañeros que
necesitaban esos puntos mientras que a el no le servían para nada.

—Googi —susurró Taehyung mostrándole su dibujo de un cielo estrellado


coloreado con crayolas y en ese dibujo, una estrella más grande sobresalía.

Jungkook sonrió y tomó el dibujo.

—¿Te hiciste un autorretrato, torpe estrella? —bromeó Jeon en un susurro,


sonriendo junto con Kim —. Deberíamos colgar tus obras de arte en casa.

Taehyung asintió con entusiasmo.

—Jeon, vuelva a su trabajo si no quiere que le baje puntos —espetó el


profesor —. Creo que ese chico es una distracción y le estorba, porque le
aseguro, Jeon, que no ha entendido el tema por estar con ese muchachito.

Jungkook había permitido un sin fin de regaños y ofensas injustificadas de su


profesor anteriormente. Pero de ninguna manera iba dejar que juzgaran a
Taehyung, llamándolo distracción y estorbo.

—¿Quiere que le explique el tema? —retó indiferente, escuchando bisbiceos


de sus compañeros —. O mejor le doy la respuesta al problema y me deja
irme de aquí.

Jungseok se cruzó de brazos y lo miró enfadado.

—Diga el resultado si ya lo obtuvo, pero si es incorrecto tendrá una mala


calificación final por su actitud —espetó confiado, pues no había pasado
mucho tiempo y no había visto trabajar a Jeon.

—Y si es correcto, deberá ponerle los puntos a todos y todas en el salón —


completó la apuesta Jungkook.

Jungseok, totalmente confiado, rió mientras asentía.

—Bien

Jungkook rodó los ojos ante la emoción de su profesor por intentar


humillarlo. Solo exhaló con aburrimiento y acató su parte del trato.
—El tema es geometría del espacio, la solución del problema, por ende, es el
teorema de las tres perpendiculares —comenzó a explicar viendo el rostro
desesperado de su profesor —. Por fórmula básica, el triangular ABC es
notable de 53 grados sobre 2, del gráfico AO igual a 2 raíz de-

—El procedimiento no —interrumpió el profesor impaciente, golpeando su


pie contra el piso —. Quiero el resultado ahora, si es que de verdad lo tiene.

Jeon resopló antes de dar su respuesta. Porque era obvio que el procedimiento
era muy importante.

—La respuesta es raíz cuarta de seis.

Todos y todas voltearon a ver al profesor en espera de una afirmación o


negación. Jungseok alcaró su garganta.

—S-sí, bien, es correcto —murmuró —. Aunque si su procedimiento no es el


que yo di, me temo que no podré ponerle puntos.

—No utilicé su método anticuado porque nunca lo explicó bien y se negó a


explicar de nuevo —dijo Jeon indiferente —. Utilizaré mis propios métodos
porque no estoy estudiando matemáticas aplicadas para que un profesor poco
profesional me estanque con su forma de enseñar. Además, llegué al
resultado y eso es lo que importa.

Luego de esas palabras, Jeon tomó su mochila e indicó a Taehyung que


guardara sus cosas. El profesor indicó que todos podían irse y no dijo nada
más, se dedicó a mirar mal a Jeon. Todos los alumnos salieron del aula
murmurando cosas por la reciente escena.

Taehyung y Jungkook comenzaron a caminar juntos hacia la salida del salón,


pero entonces, dos compañeros se acercaron. Kyumin y Gohyun.

—Eso fue genial, Jungkook —halagó Kyumin.

Jeon siguió caminando con la mirada al frente sin prestarles atención.


Taehyung caminaba a su lado, sosteniéndose de su abrigo y mirando con
desconfianza a los compañeros de Jeon.
—Sí, gracias por esos puntos, los necesitábamos —murmuró Gohyun—.
¿Quieres venir con nosotros a una fiesta ésta noche? Habrá chicas lindas.

—No me hablen —espetó Jungkook.

Ambos estudiantes se quedaron callados por un segundo al recibir aquel trato,


pero decidieron seguir con su plan de hacerse cercanos a Jeon, pues eso les
beneficiaría en sus calificaciones si éste les permitía hacer los trabajos con él.

—Vamos, no seas así con nosotros —con un tono animado le dijeron—. Solo
queremos ser amables y amistosos.

—Mienten —dijo Taehyung de repente, señalándolos acusatorio con un dedo.

Ésta vez Jungkook se detuvo y, luego de mirar a Kim, volteó a ver a sus dos
compañeros con una ceja alzada.

Gohyun y Kyumin miraron a Taehyung temiendo haber sido descubiertos,


pero disimularon con algo de nerviosismo cuando se percataron de que
Jungkook los miraba.

—¿P-por qué crees eso? Eso no es verdad.

Con las cejas fruncidas Kim los miró y se colocó frente a Jungkook para
intentar protegerlo.

—Ustedes no sienten lo que dicen, ¡mentir es malo! No le mientan a


Jungoogi.

Jungkook sonrió con los labios sellados, mirando a Taehyung frente a él, era
adorable su intención de protegerlo y se veía más tierno con esa expresión de
enojo. Borró su sonrisa para ver a sus compañeros.

—¿Ya lo oyeron? Váyanse de una vez.

Gohyun y Kyumin, a pesar de sus nervios, sonrieron y siguieron su plan


esperando que Jeon les creyera ante su perseverancia.

—Seguro tu amigo solo bromea, ¿cómo sabría él si mentimos? —rió Kyumin


—. Solo queremos ser tus amigos.

Jungkook tampoco sabía si lo que dijo Taehyung era cierto, pero lo que sí
sabía era que Kim nunca mentía. Y confiaba mil veces más en Taehyung que
en cualquier persona de su universidad.

—¿Un charlatán y un hipócrita? Si quisiera ese tipo de personas en mi vida


todos en ésta universidad serían mis amigos —respondió volviendo a su
camino —. Es obvio que la respuesta es no, ahora vayan a intentar mentirle a
alguien más.

Ni siquiera le interesó la reacción de sus compañeros ante sus palabras, solo


quería irse de ahí, por lo que salió por fin del salón con Taehyung caminando
a su lado.

—Si todas las clases son así podría considerar unirme —bromeó Min, quien
había estado esperándolos fuera del aula.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó ignorando el comentario.

—Vine por Taehyung —Jeon le miró con seriedad —. Tenemos clase, ¿lo
olvidas?

Jeon no respondió y simplemente lo pasó de largo siguiendo su camino


mientras Taehyung intentaba seguirle el paso. Al poco tiempo YoonGi les
acompañó en su camino.

—¿No crees que fuiste muy grosero con el profesor? —preguntó Yoongi.

—No buscaba ser amable.

—Yo sé que muchos lo odian —insistió Min—. Y tienen razón, pero se veía
muy molesto.

—Su trabajo es enseñarle a los demás y no lo hace. Realmente no le importa


si alguien entiende o no —explicó —. Ignora las peticiones de los demás y no
acepta críticas. Si no le gusta su trabajo no me interesa, pero no sólo está
retrasando su propio conocimiento, nos retrasa a todos y alguien debía
decirlo.
YoonGi a veces admiraba un poco a Jeon, porque éste tenía una
particularidad que inusitadas personas poseían; el que no le importaran los
comentarios ajenos y poder decir lo que piensa. Jeon realmente ignoraba todo
y, siempre se mostraba igual de indiferente, asimismo decía lo que pensaba, y
aunque le había traído ciertos problemas, nunca había dejado de ser así. Y no
sabía si era una ventaja o una desventaja.
Capítulo O7
✧。・゚・✧。・゚・✧

Vaya que eran días plenos y boyantes en la vida de Jeon y Kim.

Cada día que pasaba las cosas cambiaban en la vida de Jeon sin que éste se
diese cuenta. Eran ínfimos detalles, pero que poco a poco se hicieron más
notorios.

Los colores obscuros solían estar en todos lados de la casa de Jeon. No


obstante, ahora a esos tonos sombríos les acompañaba un toque de color, ya
sea en peluches, almohadas coloridas que a Taehyung le habían gustado o
algunos juguetes que le había comprado. En su cocina por lo regular solo
habían comidas instantáneas y sodas y, aunque seguía siendo así, ahora había
gran cantidad de dulces.

Eran esos inusitados detalles que Jeon no había asimilado, porque


internamente estaba siendo feliz con su nuevo estilo de vida.

Un sábado por la tarde Jeon y Kim se encontraban en la sala acompañándose


el uno al otro. Jungkook veía televisión y Taehyung se encontraba sentado en
la alfombra frente al sillón, dibujando y coloreando alegremente.

Tiempo después Taehyung terminó su dibujo y dejó de lado sus colores para
mostrárselo a Jungkook.

Jeon despegó la mirada de la televisión para ver lo que Taehyung le


enseñaba. Era un dibujo, donde habían tres personas, una vestía de negro y
otra tenía el cabello gris.

—¿Estos somos nosotros dos? —preguntó Jungkook señalando dos de los


personajes. Taehyung asintió feliz.

Jeon sonrió y asintió, pero luego, vio la tercera persona del dibujo. Era una
persona sin rostro, ni ninguna particularidad en general, solo era una silueta
que sostenía la mano de Jungkook en el dibujo mientras un corazón estaba
sobre ellos y Taehyung los miraba con una sonrisa.

—¿Quién es el tercer dibujo y por qué está tomándome de la mano? Ni


siquiera es real y ya me dio asco.

Taehyung frunció las cejas al escuchar eso.

—Persona especial —pronunció Taehyung.

Jungkook, extrañado, volvió a observar el dibujo y notó algo en el personaje


de Taehyung.

—¿Y por qué te dibujaste en el cielo? ¿Estás volando o de nuevo crees que
eres una estrella?

—Eres felliz... y yo cumplí un-un deseo.

—Feliz, Taehyung —corrigió Jeon a pesar de su confusión —. Bueno, que


gran imaginación tienes, pero debiste dibujarte como un mago porque eso es
más creíble a pensar que una estrella cumplió un deseo. Las estrellas son tan
inútiles que-

Dejó de hablar cuando sintió que un cojín chocó contra su rostro. Jeon miró a
Kim, encontrando a éste con las cejas fruncidas y los brazos cruzados.

—¿Qué? Solo dije la verdad y hablo de las estrellas de verdad, no de ti, torpe
estrellita —espetó Jungkook devolviéndole la misma mirada molesta a Kim
—. Las estrellas no sirven, no cumplen deseos, son estúpidas y nunca
escuchan a quienes les hablan.

—¡Tonto! —gritó Taehyung.

Jungkook elevó sus cejas y abrió la boca mostrando su asombro de escuchar


eso.

—¿Cómo me llamaste?

Taehyung dejó de verse molesto y solo comenzó a reír.

—¡Baboso! —exclamó Kim de nuevo mientras reía.

—¿Siquiera sabes qué significan esas palabras?


Taehyung negó y se encogió de hombros.

—Yoongi dice q-que te diga eso —explicó con inocecia Taehyung—.


Cuando me enoje.

Jungkook apretó los labios y apartó la mirada.

—Ese idiota —musitó entre dientes —. Por lo menos te enseñó insultos más
inofensivos.

El timbre de la casa sonó repentinamente, Jeon obviamente no esperaba


visitas, pero aún así fue a ver quien era.

Y al abrir la puerta se encontró a Hoseok sonriente como siempre.

—¡Hola! —saludó Hoseok.

—Hola, gracias por venir a saludar —respondió volviendo a cerrar la puerta.

Jung evitó que la puerta fuese completamente cerrada poniendo su pie como
impedimento.

—No solo vine a saludar —dijo frunciendo las cejas—. Yo sé que no te


gustan las visitas, pero vi estos pasteles y recordé a Taehyung así que se los
traje.

Fue entonces cuando Jeon lo pensó dos veces.

—¡Taehyung! —le llamó —. ¿Quieres pastel?

—¡Sí! —se escuchó que alguien exclamó adentro.

—Bien, puedes pasar —indicó Jeon abriendo la puerta completamente.

Y Hoseok pudo jurar que era la primera vez que Jeon lo recibía bien en su
casa.

Al entrar dentro de la casa de Jeon, Hoseok comenzó a buscar con la mirada a


Taehyung para saludarlo, pero se distrajo mirando la casa en general. ¿Desde
cuando Jungkook ponía cojines de colores en la sala y peluches como
decoración?

—Veo que hiciste algunos cambios —murmuró Jung aún mirando al rededor.

Jeon miró el lugar también, pero no encontró nada sorprendente y es que para
él ya era normal, por lo que no encontró lo inusual.

Hoseok prefirió dejar el tema de lado y miró a Taehyung dibujando en la


mesita de la sala. Cuando el menor alzó la mirada vio a Jung y no dudo en
correr a abrazarlo.

—¡Hola lucecita! —exclamó abrazándole dulcemente.

Jung correspondió el abrazo y le sonrió. Había tomado demasiado cariño a


Taehyung en poco tiempo. El menor se separó del abrazo y emocionado le
mostró a Hoseok uno de los dibujos que había realizado.

—Vaya, eres un verdadero artista, Taehyung —halagó Jung mirando el


dibujo de un paisaje.

Taehyung rió tímido y entonces decidió dárselo a Jungkook. Éste sonrió y


tomó el dibujo en sus manos.

—Éste es mucho mejor que el otro, por lo menos aquí no hay ninguna
"persona especial" tomándome la mano —dijo Jungkook haciendo reír a
Taehyung —. ¿Dónde deberíamos colgar éste?

Taehyung pensó un momento y tomó la mano de Jeon para guiarlo a la


cocina y señalar el refrigerador. Jungkook asintió y tomó un imán para
colocar el dibujo ahí.

Hoseok siguió a aquel par, encontrando a Jungkook pegando el dibujo de


Taehyung en el refrigerador junto con otros cuantos. Entonces analizó mejor
y un recuerdo llegó a su mente; antes de la llegada de Taehyung, Jeon era
sumamente cuidadoso con sus cosas. Nunca había permitido que colgaran
cosas en las paredes o que modificaran sus muebles, pues según él le
quitaban la elegancia.
Claramente, muchas cosas del Jungkook de antes habían cambiado. Ahora
era feliz.

Los tres se encontraban sentados en la mesa comiendo porciones de los


pasteles que Hoseok había llevado. Siendo específicos, Hoseok y Taehyung
comían, Jeon solo tomaba agua.

—Creí que Taehyung no sabía comer por sí mismo —recordó Jung viendo a
Taehyung comer con una cuchara.

Jungkook vio como Taehyung se manchó de pastel mientras comía, por lo


que dejó su agua de lado y tomó una servilleta para limpiar el merengue en su
mejilla.

—Eso fue hace semanas, hace unos días le enseñé y ahora sabe comer con
cuchara aunque aún se ensucia mucho —explicó —. Pero no le gustan los
palillos así que tendrá que practicar más.

Cuando finalmente terminó de limpiarle la boca a Taehyung, Jungkook


volvió a mirar a su amigo. Encontrando a Hoseok perplejo mirándolo con la
boca abierta.

—¿Qué? —espetó extrañado.

—Oh, nada—reaccionó rápidamente—. Es solo que te noto más feliz,


Jungkook, es todo.

—Me siento bien —respondió sonriéndole, de verdad le estaba sonriendo.

La nostalgia invadió a Hoseok, eso era todo lo que siempre quiso escuchar.
Que Jungkook fuera feliz de nuevo.

Nuevamente el timbre sonó y Jeon respló.

—¿Acaso es el día de recibir idiotas?

—¡Oye! —se quejó Hoseok ofendido.

Jeon le ignoró y abrió la puerta encontrando a Min.


—Hey —saludó Min con desinterés.

—No recibimos a más de un idiota en ésta casa y Hoseok ya está aquí.

—¿Entonces que haces tú adentro? —respondió Yoongi —. Como sea, vengo


a ver a Taehyung.

Jeon frunció las cejas.

—Hoy no tienen clase.

—Lo sé, pero dejó una de sus libretas en mi casa, así que voy a pasar, quítate
—avisó adentrándose a la casa antes de que Jeon reaccionara.

Jeon intentó regular su respiración. Nunca había permitido visitas en su casa.

Resignado, regresó de nuevo a la sala, donde Yoongi, Hoseok y Taehyung


charlaba alegres.

—Ahora que somos tantos deberíamos comer juntos —propuso Hoseok


sintiéndose feliz con el ambiente creado.

—No tengo nada más que hacer —respondió Min —. ¿Qué opinas,
Taehyung? ¿Comemos todos juntos?

—¡Sí!

Jeon resopló mirando la escena desde lejos.

—Oigan ya pasaron mucho tiempo aquí, ¿acaso no tienen casa?

—Vamos, Jungkook, será divertido convivir —dijo Jung, intentando


convencerlo —. Además Taehyung también quiere, ¿verdad?

—Por favor, googi —pidió Taehyung utilizando por primera vez esas
palabras.

Jungkook sabía que Hoseok se estaba burlando de él, porque no podía negarle
nada a Taehyung.
—Como sea, hagan lo que quieran —respondió mirando hacia otro lado.

Los otros tres festejaron.

—Perfecto, ¿qué hizo el chef Jungkook para comer?

—Prepara algo saludable, no puedo comer cualquier cosa —pidió Yoongi.

Jeon comenzó a reír sarcastico.

—Yo no cocino, por si no lo sabían y ustedes no me harán cocinar —


respondió—. Pediremos pizza y si quieren otra cosa pidanlo por su cuenta.
No haré ninguna complacencia.

—Pastel —pidió Taehyung.

—C-comeremos pizza y pastel, pero nada más.

Hoseok aguantó las ganas de reír. Después de todo él mismo lo había dicho,
Jungkook solo estaba dispuesto a cambiar si era por Taehyung.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Jungkook podía decir en voz alta lo que por dentro realmente no sentía.
Utilizaba las palabras como un método de defensa, pero solo era un alma en
pena que buscaba su sanación en silencio.

Decía que nada le importaba, que no le preocupaba nadie o que no había


nadie a quien le tuviera cariño. Empero, realmente no era así.

Una noche de viernes ambos llegaron a casa luego de un largo día en el


trabajo de Jeon. Al llegar Taehyung de inmediato fue a acostarse al sillón.
Jungkook suposo que estaba cansado, por lo que rió por la reciente acción y
se acercó para encenderle la televisión.

—Voy por un vaso se agua, ¿quieres algo? —preguntó. Al no obtener


unabrespuesta, volteó a verlo—. Taehyung...

Vio a Taehyung recostado en el sofá temblando, con una expresión se


cansancio y la piel pálida. Comenzando a asustarse, Jeon se acercó a él y se
sentó a su lado.

—¿Qué pasa? —preguntó asustado. Sintió la frente de Kim con su palma


pensando que era fiebre, pero su temperatura era normal.

—D-duele... —fue lo único que pudo decir Taehyung.

Jungkook vio que Taehyung tenía espasmos de repente y, supo que éste
quería vomitar, por lo que de inmediato lo guió al baño, donde Taehyung no
aguantó más y vomitó. Jungkook no sintió asco alguno, solo estaba
sumamente preocupado, por ende se quedó a su lado y se dedicó a acariciar la
espalda de Taehyung.

Cuando Kim terminó, Jeon se acercó a limpiarle la boca con una toalla
húmeda.

Taehyung solo seguía soltando quejidos de dolor y poco a poco perdía más la
fuerza.

—Ven, vamos a que te recuestes —murmuró intentando no temblar ante las


emociones de preocupación que sentía. Taehyung asintió con poca fuerza y
Jeon sintió que su corazón se detenía al ver que Taehyung de repente ya no
reaccionaba —. ¡Taehyung! No, no, no, despierta por favor.

La impotencia y preocupación de su interior nunca las había experimentado.


Tanta preocupación sentía que podría llorar en cualquier momento de solo
ver a Taehyung así.

A altas horas de la noche, llegaron al hospital en un taxi. Jeon pagó y cargó a


Taehyung en sus brazos para llevarlo adentro donde una enfermera le atendió
casi de inmediato.

—¿Qué tiene? —preguntó la enfermera al ver a Taehyung.

—¿Cómo quiere que sepa, señora? —respondió en medio de su


desesperación con enojo —. Para eso lo traje al hospital.

—Le pido que se tranquilice, los doctores ya vienen. Pero necesito saber los
síntomas.

Con la ansiedad torturando internamente, Jeon intentó responder con


coherencia.

—N-no lo sé, solo se puso pálido y débil, estaba temblando, tuvo vómito y-y
luego se desmayó —explicó tartamudeando del nerviosismo —. Por favor
hagan algo.

Los médicos llegaron con una camilla. Le pidieron que dejara a Taehyung ahí
y así lo hizo. De inmediato comenzaron a avanzar con la camilla mientras
revisaban al paciente. Y Jungkook les seguía el paso para ver a Taehyung.

—¿Notas algo? —preguntó uno de los doctores con calma hacia otra doctora.

—Nada, su estado no presenta ninguna anomalía —respondió ella aún


analizando el estado de Taehyung —. Parece que los dolores que tuvo no
venían de una reacción del cuerpo.

—¿Q-qué sucede? —preguntó Jungkook, aún temblando de preocupación.

Los doctores no respondieron y se adentraron a una de las habitaciones donde


al parecer atenderían a Taehyung.

—Está despertando —indicó uno de los doctores.

Rápidamente Jeon se acercó a Taehyung notando cómo poco a poco los


brillantes ojos de éste se abrían. Taehyung comenzó a quejarse de nuevo en
llanto y Jungkook se alejó para dejar trabajar a los doctores.

Pasó un momento y una doctora se acercó a hablarle.

—Es extraño lo que sucede, aunque el paciente siente esos dolores, su estado
en general es casi perfecto y no sabemos lo que ocasiona todo eso —explicó
ella —. Le haremos estudios, debe esperar fuera mientras tanto.

Jeon no entendió nada, pero aún así se preocupó.

Una enfermera se acercó a él y comenzó a guiarlo afuera.


—Lo siento, pero no puede quedarse, debe esperar afuera.

—P-pero tengo que estar con él.

—Lo entendemos, pero le pedimos que coopere, debe esperar afuera.

Jeon comprendió la situación y simplemente asintió. Pero antes de salir se


dirigió a Taehyung, supuso que él también estaría asustado.

—G-googi —murmuró sonriendo débilmente, mirándole a través de sus


húmedos ojos por las lágrimas.

Jungkook sonrió, incluso en esa situación Taehyung no dejaba de sonreír.


Acarició las mejillas del menor y, por primera vez, extrañó su alegre sonrisa.

—Debo irme por un momento y tú debes hacer lo que los doctores te digan
—indicó intentando sonar calmado. Taehyung sujetó su mano con fuerza para
que no se fuera—. No te asustes, volveré contigo muy pronto, ni siquiera
notarás que me fui.

—¿P-promesa?

Jeon sonrió y, sin controlar su sentir, se acercó y dio un tenue beso en la


frente del menor.

—Promesa.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Jeon llevaba horas esperando despierto en la sala de espera. Se paseaba de un


lado a otro o simplemente se ponía a pensar en lo que podía haberle pasado a
Taehyung.

Él fue testigo del dolor que Taehyung sintió, pero los doctores no detectaban
la razón por la que sintió esos síntomas. Eso era sumamente extraño y no
encontraba una explicación lógica.

Al poco tiempo Hoseok llegó corriendo, buscándolo con la mirada y, cuando


lo encontró, corrió hacia él.
—¿Qué sucedió? ¿Dónde está Taehyung? —cuestionó rápidamente.

—Está en observación, al parecer su situación es extraña y ni siquiera los


doctores lo comprenden—informó mirando hacia la nada, poniendo todas sus
fuerzas para que su voz no se cortara—. Solo espero que no sea grave.

Hoseok observó a su amigo. Realmente parecía afectado, la última vez que lo


vio tan mal fue cuando Soojin falleció.

Jung tomó asiento lentamente a un lado de Jeon y decidió distraerlo.

—¿Recuerdas a SooJin? —Jungkook le miró con seriedad y las cejas


fruncidas al escuchar ese nombre —. S-sé que no te gusta que yo hable de él,
pero-

—No quiero que su nombre salga de tu boca —espetó molesto.

Hoseok bajó la mirada por un momento y aguantó las lágrimas para sonreír y
fingir estar bien.

—Y-yo solo recordé cuando él buscaba que mostraras afecto y nunca lo logró
a pesar de considerarte como un hermano —murmuró recordando y, cuando
vio que Jungkook no se enojaba, siguió hablando—. ¿Recuerdas la vez que
estuvo en el hospital? Quisiste fingir que no te importaba y tu orgullo no te
dejó visitarlo.

Más calmado y, ligeramente feliz por el recuerdo, Jeon sonrió con


melancolía.

—Tuviste que robarme las llaves de mi casa para que fuera al hospital a
quitartelas y así visitar a SooJin.

Ambos rieron con nostalgia.

—Siempre fuiste perfecto actuando como si nada te importara, pero ahora te


escuchabas tan preocupado cuando me llamaste que pensé lo peor.

Jungkook suspiró ante las cavilaciones que llegaron a su mente. No era que
no le importara nada, simplemente le costaba trabajo expresar sus emociones
y prefería fingir que nada le importaba. Así actuó con Soojin.

Pero ahora todo había cambiado, tal vez simplemente no estaba dispuesto a
revivir otro trauma como el que vivió con Soojin.

—Estaba muy preocupado. Se me hizo tan normal ver a Taehyung sonreír y


jugar que nunca imaginé a un Taehyung sin ninguna expresión adorable o
felicidad —relató tan concentrado, que Hoseok comenzó a creer que
realmente Jungkook estaba hablando consigo mismo como un soliloquio —.
Debiste ver su rostro y como se quejaba de dolor, no sabía que hacer, verlo
así de nuevo es lo que menos quiero a partir de ahora, y haré que sea así.

Terminó de hablar y seguía con la mirada perdida, al parecer igual que sus
pensamientos. Hoseok comenzó a acariciar la espalda de Jeon para consolarlo
y, con ese toque, fue que Jeon pareció despertar de su abismal mente.

Se aclaró la garganta tosiendo falsamente

—Olvida todo lo que dije, debo tener sueño, es todo —se excusó —iré por un
café, ¿quieres algo?

—Una excusa más creíble, tal vez —pidió Hoseok con diversión.

Jungkook no supo como reaccionar, por lo que optó por mirarle con enojo. Y
sin decir nada más se fue a la cafetería del hospital.

Por otro lado, Hoseok sabía que todo lo que dijo era verdad. Aunque Jeon
había cambiado, aún le faltaba aceptar en voz alta las cosas y dejar de fingir
indiferencia ante todo. Sobre todo, dejar de tener miedo ante los nuevos
sentimientos.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Horas pasaron sentados en la sala de espera, Hoseok se había quedado


dormido en su silla. Cuando la puerta del consultorio se abrió, Jungkook se
levantó tan rápido que alarmó a Hoseok en el proceso, provocando que éste
cayera al suelo asustado.

—¿Él está bien? ¿Qué sucedió? —cuestionó Jeon rápidamente.


Hoseok se levantó de prisa al despertar completamente.

—Tranquilo, todo está bien, nada de que preocuparse... por el momento.

Jeon sonrió como nunca al escuchar aquello, pero su sonrisa disminuyó un


poco luego de analizar las palabras del doctor.

—¿Por el momento?

El doctor suspiró y les miró serio.

—Miren, voy a ser honesto con ustedes; no logramos detectar lo que ocasiona
los síntomas en el paciente. Simplemente su cuerpo está funcionando
correctamente a pesar de sus dolores —explicó—. Por ahora los síntomas han
pasado, pero deberá recibir cuidados diarios si no quieren que ocurra algo
más grave, sobre todo si se trata de lo que sospechamos.

Confundido, Jeon le miró interrogate.

—¿A qué se refiere?

—Creemos que podría tratarse de una extraña enfermedad cardíaca que


apenas está formándose —contestó—. La falta de aire, desmayos y pérdida
de fuerza, dolores de cabeza, probablemente estén relacionados con un
defecto del corazón. Lo cual, como deben saber, es sumamente peligroso y
mortal. Aunque aún no notamos ninguna anomalía en su corazón,
probablemente en un futuro sí la habrá. Así que requerirá de muchos
cuidados para no agravar su situación —informó anotando en una hoja—. Se
quedará hospitalizado unos días y estará en observación para que podamos
actuar de inmediato si los dolores vuelven y tal vez así sepamos lo que
ocurre.

Jungkook se tensó por un momento. ¿Una enfermedad mortal? Eso


definitivamente nunca esperó escucharlo. Quería llorar, de solo imaginar que
algo podría pasarle a Taehyung...

Sintió una mano sobre su espalda, al voltear encontró a Hoseok quien le


miraba con consuelo y tristeza.
Jungkook no pensó en nada más que en la salud y seguridad de Taehyung,
por lo que no se preocupó por el dinero y asintió sin dudar. También
agradeció internamente el haberle pedido dinero a Seojung, pues les estaba
beneficiando más de lo que pensó. Nunca creyó que lo de Taehyung fuera tan
grave y mortal, pero estaba seguro de que a partir de ese momento daría todo
para ayudarlo.

—¿A-algo más que deba saber?

El doctor asintió y le entregó los estudios de Taehyung.

—¿Él vive con usted?

—S-sí, vive conmigo.

—Entonces es necesario que sepa ésto; gracias a los estudios que le hicimos,
descubrimos que el nivel de colesterol en el paciente está demasiado elevado
al igual que la acumulación de triglicéridos —informó el médico —. Como
mencioné, el paciente requiere muchos cuidados por su enfermedad, cardíaca
y, aunque ahora no presenta problemas por eso, puede afectarlo a largo
plazo. Le recomiendo que comience a dejar las comidas instantáneas o
rápidas y preparen comidas balanceadas y más saludables. Llevará una dieta
mientras esté aquí y cuando salga debe cuidar más de su alimentación.

Jeon no pudo sentirse más culpable luego de escuchar eso. Era cierto, desde
que Taehyung llegó a su hogar lo único que habían comido era chatarra y
nada saludable. Sin saberlo, pudo haber afectado mucho a Taehyung y aún
más por la enfermedad tan grave de éste.

Sea como sea, en ese instante tomó una severa decisión; cuidaría de
Taehyung con diligencia, le ayudaría lo necesario. Porque estaba totalmente
motivado y se prometió a sí mismo jamás dejar que Taehyung sufriera.

A los pocos minutos dejaron entrar a Jungkook a la habitación de Taehyung y


vio a éste riendo con una doctora, pero al verlo entrar, su atención fue solo
para él.
—¡Jungoogi! —exclamó animado.

Jungkook sonrió entenecido por el apodo y se acercó rápidamente a


Taehyung, sentándose a su lado en la cama de hospital.

¿Cómo podía decirle que tenía una enfermedad del corazón? Jeon se sentía
incapaz de decirle a Taehyung que padecía de una enfermedad mortal y
peligrosa. Era horrible pensar en eso incluso para él.

—¿Ya no te duele nada? —el menor negó —¿Cómo te sientes?

—¡Muy feliz! —pronunció.

De repente Taehyung se acercó y le abrazó con cariño. Y, por primera vez,


Jungkook correspondió el abrazo de la misma manera, cerrando los ojos y
disfrutando la sensación cálida que recorría su cuerpo.

—No dejaré que vuelvas a sentir tanto dolor —murmuró abrazándolo más
fuerte —. Lo juro.

Jungkook siempre actuó muy orgulloso e indiferente con Soojin, pero ahora
se arrepentía de no haberle demostrado que en realidad era como su hermano.
No quería cometer el mismo error ahora que era tan cercano a Taehyung y
tomó la decisión de comenzar a mostrarle lo que sentía por él, porque no
quería volver a vivir un arrepentimiento tan grande como el que sintió cuando
supo que Soojin se fue del mundo sin saber lo mucho que lo quería.

—Necesitaremos que llene un formulario y, a más tardar mañana, presente la


documentación del paciente.

Jeon y Taehyung se separaron del abrazo y voltearon a ver al doctor.

Jungkook no supo lo que haría. No tenía ningún papel o documentos sobre


Taehyung.

—Uhm, ¿qué papeles necesitan?

—Su acta de nacimiento y, si es mayor de edad, la identificación del paciente


—explicó —. Necesitamos que usted nos proporcione su credencial si es que
es el tutor o responsable, además debe llenar un formulario rápido.

Jeon se quedó pasmado por minutos y asintió. Sacó su cartera y tomó su


credencial para mostrarla.

—S-sí, aquí está, pero en cuanto a los papeles de Taehyung...

—Oh, ya venían preparados —interrumpió el doctor con una sonrisa,


acercándose a él.

Jeon, confundido dirigió su vista hacia donde miraba el doctor y encontró una
carpeta sobre sus piernas. Perplejo, Jungkook abrió la carpeta y encontró los
papeles de identificación de Taehyung. Su cuerpo se tensó y su mente no
pudo responder cómo había ocurrido eso.

El doctor tomó los papeles y comenzó a observarlos. Jungkook miró a


Taehyung esperando que éste estuviera igual de confundido, pero no lo
estaba. Kim solo le sonreía con tranquilidad.

—Parece que hubo un error en su proceso de registro —comentó el médico,


mirando a través de sus lentes el acta de nacimiento.

Jeon aclaró su garganta e intentó actuar normal a pesar de su desorientada


mente.

—¿Por qué? ¿Hay algún problema?

—Dice que el año de nacimiento fue en 1897 —explicó extrañado. Se quitó


sus lentes y comenzó a limpiarlos mientras seguía hablando —. ¿En qué año
nació? Se ve como de 20, debió nacer en 1995 aproximadamente, ¿estoy en
lo correcto?

Jungkook frunció las cejas al escuchar esa información, pero ni siquiera sabía
de dónde Taehyung había sacado esos papeles así que no supo que responder.

—Uh, n-no lo sé, yo-

—Qué extraño, ¿cambió la fecha de la nada? —dijo el doctor al ponerse sus


lentes limpios y ver de nuevo el acta —. Seguro mi vista me falló. Como sea,
es correcto, 30 de diciembre de 1995, todo en orden.

El médico siguió dando indicaciones sobre el costo, formas de pago y


órdenes del hospital. Pero Jungkook no pudo presentar atención, solo se
quedó viendo a Taehyung con total intriga.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Jungkook volvió a casa para cambiarse de ropa. Dejó a Taehyung


acompañado de Hoseok, así que no se preocupó, pero aún así se apresuró a
cambiarse para volver lo antes posible.

Luego de una ducha rápida, se vistió y tomó sus llaves para irse, pero antes
de salir recordó que Taehyung estaría una semana en el hospital, por lo que
decidió llevarle algo para que no se aburriera tanto.

—Solo le llevaré una libreta —le convenció a sí mismo —. Tampoco me


preocupa tanto.

Fue a su habitación y, en él lugar de Taehyung, encontró una de sus libretas.


Al tomarla vio los crayones de Kim y decidió llevarselos. Iba salir del cuarto,
pero tropezó con el oso de peluche de Taehyung y otro inconveniente
atravesó su mente; Taehyung no podía dormir sin abrazar algo.

Jeon bajó las escaleras con la libreta, los crayones y el peluche. Y sabía que si
veía más cosas las llevaría para Taehyung, por lo que fue directamente hacia
la salida sin mirar nada más. No obstante, antes de atravesar la puerta vio la
mochila de Taehyung en el perchero y recordó que éste le llevaba a todos
lados, porque tenía todas las cosas que más utilizaba.

Luego de negarse mil veces, al final tomó la mochila de Taehyung y se la


puso para llevársela al menor. Y así iba por las calles el imponente Jeon
Jungkook, matando con la mirada a todos, pero con una tierna mochila de
caricaturas color pastel y un peluche en sus brazos.

Luego de un tiempo por fin llegó al hospital y se dirigió de inmediato a la


habitación de Taehyung.
Entró de mala gana abriendo la puerta con brusquedad, pues pasearse con un
osito de peluche no fue exactamente una experiencia que le agradó.

De mal humor, le dio a Taehyung su peluche.

—Ten, te traje a tu panquesito.

Taehyung le había puesto panquesito a su osito de peluche hace unas


semanas. Jungkook no supo la razón, hasta que YoonGi le contó que en sus
primeras clases comieron panques y esa fue la primera palabra que Taehyung
aprendió. Desde entonces había comenzado a decirle panquesito a su peluche
y ese nombre se le quedó incluso para Jungkook.

Taehyung tomó emocionado su peluche y lo abrazó fuertemente.

—G-gracias, Jungoogi —dijo con dificultad.

Fue entonces que mal humor de Jeon se esfumó tan rápido como los muones
de los rayos cósmicos. Pues la alegre sonrisa de Taehyung fue la paga
suficiente para su frío corazón.
Capítulo O8
✧。・゚・✧。・゚・✧

El primer día de Taehyung en el hospital fue tranquilo. Hoseok estuvo ahí


haciéndolo reír mientras Jeon lo cuidaba silenciosamente. Por la noche le
habían permitido a Jungkook quedarse, por lo que no hubo tanto problema.
Taehyung durmió plenamente y Jeon se recostó en el pequeño sofá del
cuarto, pero estuvo casi toda la noche al no poder dormir por lo incómodo del
sofá.

El siguiente día Jeon amaneció con unas notorias ojeras y es que llevaba dos
días sin poder dormir bien. Pero no le tomó importancia, pues en esos
momentos tenía otro problema.

—Taehyung come —pidió con una cucharada de comida frente a la boca del
menor, quien hizo una expresión se asco y negó—. Es por tu bien, te aseguro
que no es tan malo como se ve.

La verdad Jeon estaba mintiendo, pues esa comida se veía horrible a simple
vista. Taehyung se había negado a comer desde que vio eso.

—Si no comes, no te dejaré probar la gelatina —amenazó y Taehyung le


miró negando—. Entonces come.

Kim asintió y Jungkook por fin pudo darle la primera cucharada de comida.
Inesperadamente a Taehyung le gustó, aunque eso no le sorprendió mucho a
Jeon, sabía a Kim siempre le gustó mucho comer.

Taehyung abrió la boca para pedir más y Jeon rió dándole otra cucharada.

—Ya ves, no porque se vea horrible significa que de verdad lo sea.

Taehyung asintió y comió mientras movía la cabeza de un lado a otro


felizmente. De repente vio a su oso de peluche y temía que éste tuviera
hambre también, así que lo tomó y lo puso en su regazo.

—Panquesito igual —dijo pidiéndole a Jeon que también le diera de comer al


peluche.

Jungkook rió y, en otras circunstancias, habría fruncido las cejas con disgusto
y se habría negado a hacer tal estupidez infantil, por ello se desconoció a sí
mismo cuando fingió darle de comer al peluche del menor. Así pasó su
mañana, dándole de comer a Taehyung y a panquesito.

Por la tarde ambos estaban sentados en la cama de Taehyung mirando la


televisión concentrados. Específicamente, miraban una serie de televisión que
regularme veían ambos por las tardes en casa. Anteriormente Jeon miraba
dicho programa solo, pero ahora tenía a Taehyung, con quien compartía sus
pensamientos sobre el programa.

—Yo digo que la niña tiene poderes —opinó Jeon sin dejar de ver la
televisión.

—No, ella n-no es una estrella —espetó Taehyung inconforme.

—Claro que tiene poderes, sino cómo explic- —la puerta de la habitación fue
tocada interrumpiendo su plática —. ¡No vamos a abrir, váyanse!

La puerta fue tocada más veces y Taehyung miró con curiosidad.

—Googi.

Jeon vio que Taehyung miraba hacia la puerta y sabía qué era lo que quería.
De mala gana se levantó y caminó hacia la puerta abriéndola para ver quién
interrumpió.

—Ah, eres tú, ¿qué haces aquí? —dijo Jeon.

YoonGi le miró indiferente.

—Jung me contó lo de Taehyung y vine a verlo, ¿no es obvio?

—Vaya, el tipo amargado y solitario dando visitas —comentó Jeon con burla
—. ¿Qué te pasó?

—Bueno, tú también estás aquí desde ayer, ¿no? —contraatacó, dejando sin
argumentos a Jeon.

—¡YoonGi! —exclamó Taehyung al verlo.


En ese momento YoonGi pasó de largo a Jeon y se acercó a Taehyung para
saludarlo.

Jeon respló y cerró la puerta nuevamente. Al dar la vuelta miró la caja que
Min llevaba en manos.

—¿Qué traes ahí?

—Traje pastelillos para Taehyung.

A Taehyung le brillaron los ojos al escuchar eso.

—Ah no, nada de eso —intervino Jeon —. No puede comer pasteles ni dulces
por ahora, está llevando una dieta.

—¿Crees que soy idiota? Investigue antes de venir, son panques de matcha,
no le hará daño —informó para dirigirse nuevamente a Taehyung.

Un tiempo pasó. Taehyung comía uno de los pastelillos al igual que YoonGi,
Jeon no había querido tomar nada. Al poco tiempo YoonGi llamó a Jeon
afuera de la habitación y éste le siguió algo confundido.

—Jeon, le daré clase a Taehyung esta tarde —informó. Jungkook le miró sin
entender por qué se lo decía—. Necesito que te vayas.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó incrédulo—. No me iré, puedo cuidarlo en


silencio mientras le das clases.

—La cosa es que si te quedas no podré enseñarle mucho, porque se distrae


demasiado contigo —explicó —. Se emociona mucho cuando aprende algo,
si te quedas querrá enseñarte mil veces cada palabra aprendida.

Jungkook comenzó a comprender poco a poco.

—¿Solo serán unas horas?

—Claro, además así podrás volver por un momento a la vida que tanto te
gustaba —Jeon le miró confundido—. Ya sabes, tu casa solitaria y sin ruidos.
Debe ser bueno volver por un momento a lo de antes, después de todo tu eres
así y nada te cambia, ¿o no?

Jungkook se quedó callado un momento.

—Por supuesto, extrañaba eso.

—Perfecto, ve a disfrutar de tu antigua vida que tanto extrañas.

—Sí...

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Llegó a casa luego de un rato. Taehyung se veía entusiasmado por aprender y


por eso no se sentía tan mal de dejarlo.

Además pensó que tal vez YoonGi tenía razón. Tendría una tarde o una
semana entera para estar solo en casa y revivir su antiguo modo de vida, que
según recuerda, lo disfrutaba.

Se encerró en su estudio como antes lo hacía e intentó estudiar algo, pasó


horas así y no fue hasta que su estómago rugió por el hambre que se dispuso
a salir. Salió de la habitación y se sintió sumamente decaído cuando ningúna
risa lo recibió en la sala, ni el sonido de las caricaturas, ni un chico sonriente
apareció de repente mostrándole algún dibujo realizado.

Revolvió sus cabellos con frustración e intentó dejar de pensar en ello para ir
a la cocina y preparar un ramen, pero se maldijo a sí mismo cuando, por
costumbre, terminó sacando dos ramen y un jugo de fresa para Taehyung.

Para distraerse, se fue a comer a la sala y encendió la televisión, puso un


capítulo de la serie que veía con Taehyung pensando que así podría distraerse
y sentirse como antes cuando la veía solo. Y estaba funcionando, se sentía
cómodo pasando el tiempo viendo su serie favorita.

—¡Te dije que tenía poderes! —exclamó emocionado esperando alguna queja
—. ¿Lo ves, Taehyung? ¿Acaso no-

Y al voltear la mirada no había nadie sentado a su lado. Estaba solo, como


antes, ¿no debería sentirse bien?
Los segundos pasaban sintiéndose como largos minutos y los minutos como
horas. Jeon miraba su reloj a cada momento, pusilánime en sus acciones. Y es
que no fue hasta luego de un tiempo que aceptó el hecho de que extrañaba a
Taehyung.

Ya no se sentía bien la soledad luego de descubrir lo que se siente tener a


alguien. Ya no quería estar solo, no más.

Había descubierto que realmente nunca le gustó estar solo, simplemente se


había adaptado al modo de vida. Y bastaron solo unos minutos para darse
cuenta de lo que realmente significaba Taehyung en su vida.

No aguantó más y le marcó a YoonGi para saber si ya había terminado.

—Jeon —espetó sorprendido —. ¿Tan rápido te diste cuenta lo mucho que


extrañas a Taehyung?

Jungkook se puso nervioso ante eso.

—Por supuesto que no.

—Bien, en ese caso me quedaré más tiempo con Taehyung para que puedas
disfrutar más tu asombrosa vida sin Tae.

—Espera —Yoongi colgó y Jeon se maldijo por ser tan orgulloso.

Al final Jeon durmió algunas horas para matar el tiempo y reponer su sueño.
Al despertar de inmediato se preparó para ir al hospital, pero no esperó que al
salir de casa se toparía con la oscuridad del cielo y la luz de la luna. No
esperaba que ya fuera de noche.

Llegó al hospital y se encontró a Min saliendo por la puerta de entrada.

—¿No deberías estar cuidando a Taehyung? —cuestionó algo preocupado.

—El horario de visitas terminó —contestó Yoongi —. Tranquilo, Taehyung


se quedó dormido.

Jeon no dijo otra respuesta y siguió su camino. Llegó a la habitación y entró


en silencio encontrando a Taehyung dormido abrazando su peluche.
Jungkook se acercó y se quedó ahí parado frente a él, simplemente mirando
la adorable escena de Taehyung durmiendo. Inconscientemente sonrió.

De repente una enfermera entró silenciosamente y le llamó. Jeon salió algo


confundido para ver que sucedía.

—Lo sentimos, pero el horario de visitas terminó hace tiempo —informó la


empleada.

Jeon frunció las cejas.

—No voy a dejarlo solo, puedo quedarme en la sala de espera, pero no pienso
irme.

—Son reglas de éste hospital, lleva dos días aquí sin dormir bien, eso puede
afectar su salud también, me temo que no podemos permitirlo —explicó
calmada —. Le pedimos su comprensión, puede venir mañana temprano a
verlo. Además ya está dormido, no habrá ningún problema.

Jungkook resopló. A decir verdad, tenía miedo de dejar a Taehyung solo,


pero el enfermera tenía razón y ya estaba dormido. No tuvo más remedio que
acatar las indicaciones.

Regresó a casa nuevamente. Su solitaria y silenciosa casa. Subió a su


habitación, se cambió su pijama, cepilló sus dientes sin ánimo y se fue a
acostar esperando que el tiempo pasara rápido.

Pero no pudo dormir, a pesar de no haber dormido bien por dos días, no podía
conciliar el sueño. Se quejó con el mismo y giró en la cama encotrando un
lugar vacío a su lado. Una nostalgia y tristeza llegó a su corazón cuando no
vio rastro alguno de que Taehyung hubiese estado ahí. No había ninguna luz
de la lámpara que tanto le molestaba antes, ni sintió un peso más en la cama,
no vio a panquesito y sobre todo Taehyung no estaba ahí.

Era como si Kim nunca hubierse estado ahí y ese solo pensamiento aterró a
Jungkook.
Nuevamente volvió a estar solo. Ya no tenía a quien darle las buenas noches.

De repente el tono de llamada de su celular resonó en la habitación. Jeon,


decaído, tomó el teléfono y contestó.

—¿Qué? —espetó de mala gana.

—¿Hola? —respondió la misma enfermera que lo había corrido del hospital


—. Me ocurrió algo y-

—¿Y eso por qué me interesa?

—El paciente Kim despertó hace poco —en ese momento un sollozo se
escuchó.

Un sollozo de alguien que el pelinegro reconoció al instante, era Taehyung, y


fue cuando Jeon reaccionó completamente sentándose de golpe en la cama.

—¿Qué le hicieron? Juro que si le pasó algo yo mismo les devolveré el favor
—amenazó levantándose completamente de la cama.

—T-tranquilo, le aseguro que no hicimos nada, el paciente despertó y


comenzó a llorar de repente —explicó—. Le di su oso y encendí las luces
como me lo indicó usted, pero no funciona. ¿Usted es jooki?

—Googi —corrigió sin pensar —. Digo no, claro que no... bueno, solo para
él, ¿por qué?

—No para de repetir su nombre, es por eso que lo llamé —dijo algo
desesperada—. Lamento no haberle permitido quedarse, ¿podría venir a
ayudarme?

Y no había que preguntar, pues Jeon desde que escuchó el sollozo de


Taehyung se había levantado para cambiarse e ir al hospital.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Jeon llegó corriendo a la habitación de Taehyung encontrando a éste llorando


desconsolado y a la pobre enfermera intentando calmarlo.
—¡Googi! —exclamó entre lágrimas al verlo.

Jungkook no dudo ni un segundo y se acercó a Taehyung, cuando estuvo


frente a él lo abrazó para que se calmara, cosa que estaba funcionando pues
los sollozos estaban parando.

—Estoy aquí, tranquilo —susurró escuchando sobre su pecho los tenues


espasmos que el menor tenía por el llanto.

—Me disculpo por no haberle permitido quedarse, no tenía idea de la


situación —habló la empleada sonrojada —. G-gracias por venir a ayudarme,
fue muy lindo de tu parte... los dejaré solos.

La enfermera salió, tras ella la puerta fue cerrada y la luz de la habitación


apagada. La livida luz de la luna que entraba por la ventana los cubrió al
instante. Taehyung se aferraba a él y Jeon le acarició sus sedosos cabellos
para tranquilizarlo. Poco después, Taehyung se separó y se limpió los rastros
de lágrimas que quedaban en sus ojos.

—N-no te vayas, por favor, googi—le pidió lentamente para pronunciar bien.

Jungkook le sonrió.

—No me iré, lo prometo. Ahora duerme, yo estaré aquí —indicó esperando a


que se acostara de nuevo y, posteriormente, lo tapó con las cobijas.

Jeon dio la vuelta y suspiró al ver el sofá, pues debía prepararse mentalmente
para una noche más sin dormir bien en aquel incómodo lugar. Iba dar un paso
hacia el sofá, pero Taehyung le tomó del brazo antes de que se alejara.

—¿Googi duerme? —preguntó.

—Sí, Tae, voy a dormir ahí —señaló el sofá—. No te preocupes.

Kim negó con la cabeza en desacuerdo.

—Debes dormir conmigo, como en casa.

Al saber que Kim quería que durmiera con él, observó su cama, era grande y
cabían ambos. Pero estarían más juntos y a Jeon le alteraba los nervios esa
idea.

—No vamos a caber bien, estaremos incómodos —se excusó—. Ahora


duerme.

—Pero tengo miedo de que te vayas —confesó su temor —Por favor, googi.

Jungkook lo pensó y dudó por un buen tiempo.

Muchas veces caminó a la cama de Taehyung, pero luego se alejaba


nuevamente. Hasta que, finalmente, evitando pensar tanto, se acercó y se
acostó en la cama a un lado de Taehyung.

—Ahora duerme —ordenó fingiendo que no estaba nervioso.

Kim sonrió satisfecho. Y Jungkook se sintió extraño cuando Taehyung


comenzó a taparlo con sus cobijas.

—¿Ahora estás calentito? —le preguntó.

Jeon se quedó pasmado por unos instantes.

—Sí...

Taehyung sonrió aún más y se recostó en la cama, abrazó a Jungkook de


repente y cerró los ojos para dormir. Jeon se exaltó por el repentino abrazo,
su respiración se aceleró. Bajó la mirada y encontró a Taehyung
acurrucándose contra su pecho mientras le abrazaba intentando dormir
plenamente. Fue entonces que, con dudosas acciones, Jeon lentamente fue
correspondiendo al abrazo, hasta que finalmente sostuvo a Taehyung entre
sus brazos sintiendo el cálido cuerpo del menor. Y sonrió, porque
definitivamente no quería dormir solo de nuevo.

—Buenas noches, Taehyung —susurró el mayor.

—Buenas noches, Jungoogi —respondió—. Buenas noches, panquesito.

Jeon recordó a aquel oso y miró tras Taehyung, encontrando al peluche


recostado y tapado también con las cobijas, supuso que Kim lo había tapado.

—Lo siento panquesito, te quité tu trabajo —dijo Jeon escuchando las risitas
del menor.

Jungkook cerró los ojos con una sonrisa en los labios, sintiendo esa sensación
cálida en el pecho. Acercó más a Taehyung en aquel abrazo y finalmente
pudo dormitar con plenitud.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

El fin de semana pasó y Jeon tuvo que asistir a la universidad. Así que dejaba
a Taehyung en el hospital bajo la vigilancia del personal médico mientras el
se iba a clases, aun así se aseguraba de volver lo más pronto posible.

Hoseok a veces iba por las mañanas a ver a Taehyung y YoonGi iba por las
tardes a darle clase.

Jungkook, por otro lado, se iba a casa cuando Min le estaba dando clases a
Taehyung. Ya no se sentía solo, pues había encontrado algo que hacer y tenía
una motivación.

Debía aprender a cocinar.

Jeon estaba en su cocina, con un delantal, varios ingredientes en la mesa y


una revista de cocina analizando los pasos para cocinar. Había dejado la
televisión de la sala encendida con las caricaturas haciendo eco en la casa,
porque internamente eso le daba algo de alivio.

—¿Cómo se supone que sabré si están cocidas las verduras? —se preguntó
estresado—. Agh, no puedo hacerlo.

Jeon arrojó la revista lejos y salió de la cocina estresado, pero bastaron unos
segundos para que volviera a entrar luego de recordar que debía cocinar
saludable para Taehyung. De mal humor recogió la revista del piso y
nuevamente siguió las instrucciones.

Estaba poniendo un gran empeño en ello. Se había quemado muchas veces,


también se había cortado con el cuchillo soltando mil insultos al aire. Había
desperdiciado una caja completa de huevos aprendiendo a romperlos en un
tazón.

Al final terminó aquella receta como lo decía el tutorial, pero se llevó una
enorme decepción al ver que no se parecía en nada a la imagen de la revista.
Se sintió mal consigo mismo, pues definitivamente eso no era algo que
Taehyung quisiera comer. Exhaló profundamente y miró con tristeza el
platillo preparado.

Entonces una alarma sonó y fue cuando recordó que ya era hora de ir con
Taehyung.

Le había prometido a Taehyung que le llevaría algo de comer e hizo esa


promesa porque creyó que su comida saldría mejor. Y, aunque estaba
decepcionado de su platiillo, aún así lo llevó en un pequeño recipiente.

YoonGi ya se había ido, encontró a Taehyung solo en su cama, dibujando en


una libreta. Jeon se acercó a la camilla Kim y éste al verlo le sonrió.

—Googi —lo saludó felizmente, dejando su dibujo de lado —. ¿Traes


comida?

Jungkook se rascó la nuca avergonzado.

—Sobre eso... no les quedó muy bien la comida a los cocineros —mintió
apenado, optando por culpar a alguien más—. Si quieres puedes dejarla,
ordenaré un mejor servicio.

Kim le miró ladeando la cabeza confundido y, posteriormente, negó con la


cabeza.

—Quiero probar.

Jeon asintió y se sentó en la camilla a un lado de Taehyung. Abrió el


recipiente y lo dejó en las piernas de Kim junto con una cuchara, éste tomó la
cuchara y comió un bocado, en ese momento Jeon apartó la mirada y cerró
los ojos sin querer ver los gestos de asco de Taehyung ante su comida, pues
honestamente le iba doler.
—Mmm —emitió Taehyung aquel sonidito que hacía cuando algo le gustaba
mucho—. Me gusta mucho.

Jeon volteó a verlo asombrado.

—¿Sí te gustó? —Kim asintió feliz, con las mejillas llenas de comida—.
¿Aunque se ve horrible de verdad te gustó?

Taehyung rió y negó comiendo con gusto.

—No porque sea ho-horrible significa que en realidad lo sea, Jungoogi.

Jungkook sonrió al reconocer las palabras que él mismo había dicho y solo
pudo verlo tan contento con aquella comida que él había considerando una
basura, mientras que Taehyung de verdad la disfrutaba. No pudo estar más
encantado con la forma de ser de Kim y agraciado de tenerlo en su vida.

La semana había en el hospital había pasado más rápido de lo que creyó.


Muchas cosas fueron aprendidas en aquel lapso de tiempo.

Taehyung cada vez mejoraba su pronunciación y ampliaba su vocabulario.


Asimismo cada vez le costaba menos trabajo decir oraciones largas.
Jungkook no podía estar más orgulloso de él.

Jeon Jungkook se había llevado más lecciones y escrúpulos dilucidados.


Pues, de no ser por aquella efímera experiencia en la que revivió el cómo
eran sus días sin Taehyung en su vida, no se habría dado cuenta lo mucho que
significaba éste para él.

También se había vuelto un buen cocinero, considerando que solo llevaba


algunos días aprendiendo. Él era feliz cocinando, pues cada que preparaba
algo y se lo llevaba a Taehyung éste lo comía con gusto, se veía sumamente
feliz y halagaba la comida, halagaba su trabajo y Jeon se sentía agraciado en
sobremanera.

Actualmente era el último día de Taehyung en el hospital. Luego de que no


presentó ninguna complicación ni dolor, dieron por concluido su caso.
Jungkook le había llevado un conjunto de ropa para que se cambiara y, poco
después, apareció un alegre chico despidiéndose de los empleados que
estuvieron con él. Ellos de verdad se habían encariañado con el adorable
peligris.

Jeon veía de lejos la escena y, detrás de él, llegó la enfermera que lo había
corrido aquella noche.

—Es algo raro —espetó la chica —. Él es como un niño.

Jeon volteó mirándola indiferente.

—Espero que no lo digas para ofenderlo o criticar porque entonces


tendríamos muchos problemas.

De inmediato la chica se exaltó.

—No, no, claro que no —aclaró —. Me refiero a que es inocente y adorable


como un niño.

Jeon se relajó al escuchar eso.

—Lo es —respondió volviendo a poner su mirada en Taehyung.

—Soy Hyesun, uhm, sabes, me pareció un gran detalle que vinieras a


ayudarme con Taehyung aquella noche —dijo sonrojada, sin recibir respuesta
—. Me preguntaba si querrías salir conmigo a algún lugar hoy en la noche.

—No, no quiero —respondió directamente.

Hyesun se sorprendió por la respuesta cortante, pues no estaba acostumbrada


a que la trataran así, pero lo ignoró porque había visto al pelinegro ser así
hasta con sus amigos.

—Podríamos conocernos y tal vez cambies de opinión —comentó sonrojada


—. Me gustaste mucho cuando llegaste incluso de noche a ayudarme lamento
si te incómoda.

—Y yo lamento que hayas malinterpretado las cosas. —completó Jeon


mirándola esta vez—. Si vine corriendo incluso a altas horas de la noche, no
fue para ayudarte, ni por ti, fue por Taehyung y sólo por él. Y lo lamento,
pero no me interesa conocer a nadie —murmuró mirando nuevamente a
Taehyung, quien se acercaba a él poco a poco con una sonrisa—. Tengo todo
lo que quiero.

Jungkook no dijo nada más y se acercó a Taehyung, para cargar por él la


bolsa donde llevaba algunas de sus pertenecías.

—¿Listo para volver a casa? —le preguntó a Taehyung.

—Sí, vamos —dijo con alegría halando de la manga al mayor para


apresurarlo—. Camina más rápido.

Jeon rió, porque definitivamente tenía todo lo que quería y más.


Capítulo O9
✧。・゚・✧。・゚・✧

Los días, las semanas y los meses pasaban. Mientras tanto la relación de
aquel par florecía cuál girasol en primavera, ídem sus sentimientos aún sin
darse cuenta.

El cariño comienza con recuerdos y letíficos momentos y ellos ya habían


tenido innumerables memorias juntos que los hacían más cercanos.

Taehyung era muy inteligente y eso Jeon lo sabía porque Min se lo había
dicho y por experiencia propia. Ahora podía hablar de manera fluida con las
palabras que ya conocía y, aunque aún habían palabras y cosas desconocidas
para él, siempre aprendía rápido.

Una noche, Hoseok fue a visitar a Jeon y Kim. Aunque claramente dijo que
fue por Taehyung para que Jungkook aceptara que se quedara.

Taehyung se había ido a bañar. Jungkook solo lavaba los platos y Hoseok
miraba los dibujos de Taehyung pegados en el refrigerador.

—Le gusta mucho el cielo, ¿verdad? —le preguntó a Jeon.

—Dibuja mucho sobre eso últimamente —contestó siguiendo con su labor de


lavar los trastes.

Hoseok iba dejar de mirar, pero hubo un dibujo en especial que le llamó la
atención. Era un parque y en aquel parque un muñequito dibujado mirando
hacia arriba con los ojos cerrados, a aquel muñeco le rodeaban algunas ondas
de luz y en el cielo habían estrellas fugaces. Hoseok se sorprendió por la
similitud que ese dibujo tenía con el recuerdo de cuando pidió aquel deseo a
las estrellas y no pudo evitar pasmarse.

—Oye, Jungkook, ¿habías visto este dibujo?

Jeon volteó la mirada encontrando uno de los tantos dibujos de Taehyung.

—Sí, cuando me lo mostró dijo lucecita, creo que eres tú o se refería a las
estrellas de su dibujo, no estoy muy seguro.
La perplejidad era mucha en los sentidos de Jung.

—¿Cómo supo que esa noche...

No terminó la pregunta, pues iba mencionar aquella noche que pidió el deseo
y no quería que Jeon se burlara.

—¿Qué? —preguntó Jeon ante la pregunta de Hoseok.

—N-nada, me confundí.

Jeon miró extrañado a Hoseok mientras se quitaba los guantes para lavar
trastes y se secaba las manos.

—Estas raro —opinó —. Como sea, debo ir a hacer las compras, ¿puedes
cuidar a Taehyung mientras vuelvo?

—A Taehyung le gusta ir a hacer las compras —recordó Jung.

—Lo sé, pero si sale después de bañarse puede enfermarse, ya es noche y


comienza el invierno, no es bueno —checó la hora en su reloj de mano —.
Cuídalo, Hoseok, no tardo.

Jeon salió de casa rápidamente y Jung se dedicó a observar los demás dibujos
de Taehyung. En uno se veía el planeta tierra dibujado y en el planeta un
puntito destellante resaltaba, eso le confundió mucho, pues era dibujado
como si fuese visto desde el cielo.

De repente Taehyung apareció por la puerta de la cocina con el cabello


mojado y el pijama puesto.

—¿Y Jungoogi? —preguntó al instante.

—Jungkook tuvo que ir a un lugar —el menor frunció las cejas y realizó un
puchero —. ¿Por qué tan enojado? ¿No quieres estar conmigo?

Hoseok lo dijo como broma, pero Taehyung no captó eso y de inmediato


negó con la cabeza totalmente asustado de que creyera eso.
—No es eso, yo te quiero mucho lucecita, pero me gusta ir a comprar galletas
y googi no me llevó —explicó cruzando los brazos molesto.

Riendo enternecido, Hoseok intentó animarlo.

—Jungkook solo te quería proteger del frío, mañana puedes ir por galletas —
acarició los cabellos plateados del menor —. Vamos a la sala mientras llega.

Al poco tiempo ambos se sentaron en la sala. Hoseok miraba un reality show


de cocina, mientras Taehyung, sentado en la alfombra, realizaba trazos en su
libreta sobre la mesita de la sala.

Yoongi le había dejado de tarea llenar hojas con figuras extrañas que lo
ayudarían a poder escribir mejor. Taehyung estaba entusiasmado por
aprender a escribir, por lo que siempre hacía sus tareas a tiempo.

Todo iba normal, hasta que Taehyung hizo un comentario que causó revuelo
en Hoseok.

—Lucecita, ¿por qué googi trata mal a las demás personas? —preguntó de
repente, mientras trazaba figuras en su libreta.

Hoseok, al escuchar esa pregunta se quedó congelado, porque recordó su


pasado, aquel del que nunca había hablado con nadie. Después de todo,
Jungkook no era el único que guardaba el dolor de los recuerdos en su
interior.

—Él vivió muchas cosas difíciles en el pasado —murmuró sin saber qué
responder exactamente —. Por eso comprendo que sea así incluso conmigo.

Curioso, Kim dejó de escribir y se recargó en la mesa con sus antebrazos para
poner su mirada y atención totalmente en Hoseok.

—Lucecita, ¿tú tienes algo que ver con su pasado difícil?

Jung no dio una respuesta porque por alguna razón le pareció que Taehyung
ya sabía algo sobre lo que había pasado. Luego de pensarlo por un rato,
decidió que debía contarle toda la verdad.
—Taehyung, hay algo que debes saber para comprender la razón por la que
Jungkook es así conmigo — Taehyung asintió prometiendo no decir nada.
Hoseok suspiró preparándose para hablar —. Todo tiene una razón de ser y el
como soy tratado por Jungkook no es simple obra de su mal carácter...
acertaste, yo fui parte de su pasado triste.

Taehyung miró con curiosidad a Hoseok, esperando la historia que éste le


relataría, mientras tanto Jung ponía mucho empeño en no llorar con la simple
imagen de los recuerdos.

—Jungkook y yo fuimos vecinos desde los cinco hasta los dieciocho años,
por eso siempre fuimos muy cercanos, éramos los mejores amigos y, aunque
no lo creas, Jungkook era muy carismático y divertido cuando era pequeño,
pero cambió conforme comenzó a crecer y una de las razones fue su padre
adoptivo.

—¿S-seojung? —preguntó Taehyung recordándolo.

Hoseok asintió.

—Sí, Seojung ilusionó a Jungkook con la idea de que serían una familia feliz
y comenzó siendo un buen padre, pero después dejó casi abandonado a
Jungkook para tener tiempo para sus novias —relató —. Jungkook siempre
fue muy inteligente. Recuerdo que llegábamos emocionados a su casa para
mostrarle sus buenas calificaciones a su padre, pero él siempre estaba
borracho y con muchas mujeres a su alrededor, por eso no le prestaba
atención. Jungkook siempre lloraba en silencio cuando eso pasaba.

—Googi —pronunció el menor con tristeza ante lo oído.

Antes de contar la peor parte de la historia, para él, Jung jugó nervioso con
sus manos y se preparó para enfrentar cualquier reacción que tuviera
Taehyung.

—En la secundaria Jungkook se volvió más callado, era reservado y serio,


por eso lo molestaban mucho los demás, claro que él fingía que no le
importaba, pero aún así sé que le dolía... yo era un adolescente tonto en ese
entonces y me preocupaba mucho lo que los demás pensaran de mí, por eso
comencé a hacerme amigo de los populares de la escuela, incluso si ellos eran
los que le hacían daño a Jungkook —confesó apenado aún sin atreverse a
levantar la mirada —. Hablaba con Jungkook en casa, pero en la escuela no
lo hacía, lo dejé solo por temor a lo que los demás dijeran de mí al hablar con
él.

El rostro de Taehyung comenzó a mostrarse inconforme, pero no dijo nada,


solo esperaba escuchar más de lo que sucedió con Jungkook después de que
éste salió del orfanato.

—Después llegó Soojin, él consiguió muchos amigos al llegar a la escuela,


pero dejó a todos para quedarse con Jungkook y, aunque Jungkook lo trataba
mal, Soojin nunca lo dejó porque quería que Jungkook disfrutara más la vida
y tuviera razones para ser feliz —Hoseok sonrió ante el recuerdo, aunque su
rostro plasmó la nostalgia con lágrimas acumuladas en sus ojos—. Ellos dos
se volvieron inseparables y después me incluyeron a mí, éramos los tres
mejores amigos en casa, pero en la escuela yo fingía no conocerlos porque
Soojin y Jungkook se volvieron dos chicos rachazados por los demás.

—Eso no se hace lucecita— espetó Taehyung cruzandose de brazos molesto.

—Lo sé, Tae y me arrepiento mucho —musitó pronunciando con dificultad


por la zozobra de sus recuerdos —. Los chicos populares con los que yo me
juntaba agredían mucho a los demás, en especial a Soojin y yo no hacía nada
al respecto solo para seguir con ellos... nunca tuve el valor para luchar contra
toda la presión social —sin aguantar más todo el dolor, Hoseok sollozó con
fuerza, jadeó y dejó que las lágrimas salieran luego de que sus ojos dolieran
al retenerlas—. N-nunca creí que eso ocasionaría algo tan terrible... t-te juro
que nunca pensé en que algo así pasaría. Estaba cegado, Taehyung, nunca
pude ver claramente hasta que tuve que enfrentar el dolor de algo que pude
haber evitado.

Taehyung, intentando no contagiarse con el llanto del otro, tomó las manos
de Hoseok entré las suyas y le brindó su comprensión mientras esperaba que
éste calmara los espasmos de su llanto y retomara una normal respiración.

—S-soojin nunca habló sobre cómo se sentía, siempre fingía estar feliz y
alegre con su vida, pero nadie se dio cuenta del tormento que en realidad
escondía, hasta ese día... —tragó el doloroso nudo de su garganta y limpió
sus lágrimas en vano, ya que inmediatamente salieron más de sus ojos —. U-
un día Soojin no aguantó más todos los insultos y agresiones, él estaba
sufriendo mucho más de lo que cualquiera hubiera pensado... así que dejó
éste mundo por su cuenta. E-el se suicidó, Taehyung, y yo pude haber hecho
algo al respecto todo ese tiempo.

Taehyung lo miró con tristeza y perplejidad, casi incrédulo ante esa


posibilidad.

—Él se deshizo del hogar de su alma...

Hoseok asintió mientras apretaba los ojos y dejaba salir sus funestos sollozos
rebosantes de suplicio.

—Jungkook me odio desde la muerte de Soojin, porque sabía que pude haber
hecho algo, porque sabía que los dejé solos para irme con quienes les hacían
daño a ellos —sorbió su nariz e intentó calmar su llanto—. Después de eso yo
por fin reaccioné y dejé esas malas amistades. Intenté acercarme a Jungkook
nuevamente para recuperar nuestra amistad, pero era muy tarde —musitó con
sus cristalinos ojos mirando fijamente al frente, como si su mente estuviera
rememorando cada detalle —. No me habló por años, pero ésta vez no lo dejé
solo. Siempre lo cuidé desde lejos cuando no me quería cerca y me acerqué a
él poco a poco hasta que por fin me dirigió la palabra... me costó mucho
trabajo que me hablara de nuevo y, como te das cuenta aún no lo hace
completamente, pero yo lo entiendo y por eso siempre estoy cerca de él a
pesar de todo.

Finalmente no aguantó más y los ojos de Hoseok comenzaron a perlar,


lágrimas que venían directo de su corazón destrozado. Taehyung no dudó en
acercase a abrazarlo con cariño. Acto correspondido totalmente por Hoseok,
quien se aferró a Taehyung para soltar aquel llanto.

—Soy una horrible persona y nunca podré vivir bien por eso —pronunció
con dificultad, respirando agitado mientras lloraba—. Nunca podré pagar lo
que hice en el pasado, esa culpa me seguirá por siempre y lo merezco.

Taehyung acarició los cabellos de Hoseok, que aún se aferraba a él mientras


lloraba.

—Sabes, mi mami decía que los errores solo son dignos de ser perdonados
cuando se aprende de ellos —dijo Taehyung —. Las cosas malas del pasado
no importan si aprendes de ellas, porque hay quienes nunca aprenden y
cometen el mismo error afectando a más personas o quienes aprenden y con
ello ayudan a los demás. Las personas tienen muchas facetas a lo largo de su
vida, y la persona que eres hoy, no es la misma que fuiste en ese momento,
ahora tu alma brilla de tanta bondad.

—¿T-tu crees? —pronunció recibiendo un asentimiento de Taehyung. Jung


limpió sus lágrimas y se sentó de nuevo —. ¿Crees que algún día podré ser
perdonado?

—Estoy seguro, confía en mí, lucecita, yo no puedo mentir.

Hoseok sonrió y, en ese momento, sintió que su corazón se sentía más


tranquilo. Sintió que por fin, luego de años, podría dormir bien sin tener
pesadillas o levantarse a llorar por la culpa de los recuerdos. Tal vez podría
vivir sin antidepresivos y dejar de fingir estar feliz todo el tiempo, para por
fin serlo de verdad.

—Gracias y por favor no le digas a Jungkook que te conté esto o enterrará mi


cabeza en la tierra literalmente hablando —bromeó haciendo reír a Taehyung
—. Probablemente él te cuente la historia más detalladamente, por lo
mientras espero que soportes su mal carácter y lo entiendas.

Sin previo aviso, la puerta de la casa fue abierta y un grito se escuchó en la


casa. Inmediatamente, Taehyung se levantó para ir con Jungkook y Hoseok
se limpió las lágrimas que quedaban en su rostro.

—¡Ya llegué, Taehyung!

Casi al instante, fue recibido por Kim, quien lo ayudó a cargar las bolsas de
compras mientras Jeon se quitaba su abrigo y lo colgaba en el perchero.

Ambos fueron a la cocina, dejando los víveres en la isla de cocina.


—Ah, te compré tus galletas, obviamente no iba olvidarlas —dijo con una
sonrisa, mostrándole la colorida caja de galletas. Taehyung, emocionado, las
tomó en sus manos—. Recuerda que no puedes comerlas antes de comer algo
saludable.

—¡Gracias, googi!

Hoseok observaba la escena desde lejos, admirando lo feliz que Jungkook era
con Taehyung.

—¿Qué te pasó? —preguntó Jeon sorprendido al ver los ojos llorosos de


Hoseok.

Hoseok se exaltó y pensó en una excusa rápida.

—Me golpeé el dedo pequeño con la esquina de un mueble, ¿verdad


Taehyung?

Kim no afirmó, ni negó nada, porque era cierto que no podía mentir. Así que
optó por responder de otra manera.

—Lucecita lloró de dolor.

Creyendoles totalmente, Jungkook soltó una risa de burla.

—Que idiota, lloras por nada.

—Lo sé, no puedo evitarlo —murmuró Hoseok —. En fin, es hora de irme,


ya es noche.

Luego de despedirse Hoseok se fue del hogar de Jeon y Kim y partió caminó
a casa acompañado de las calles iluminadas de Seúl, de vez en cuando miraba
el cielo mientras pensaba en las palabras de Taehyung. "Los cosas malas del
pasado no cuentan si aprendes de ellas", y se repitió eso toda la noche para
tener calma consigo mismo.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Es difícil saber darle el justo valor a las cosas.


Nunca se sabe cuando será la última vez que podremos ver a alguien, así que
es fácil dejar de apreciar la presencia de un ser querido al creer que será
costumbre estar a su lado.

Siempre es importante despedirse de alguien como si fuera la última vez,


porque aquel símil puede convertirse en una realidad.

Jungkook tenía un examen sumamente importante y, aunque él no estudiaba


por lo regular, esta vez decidió encerrarse por unas horas en su estudio para
asegurar que sabía todos los tópicos de la prueba académica.

Había tenido una ligera pelea con Taehyung, pues éste había comido sus
galletas antes de la cena y podía hacerle daño. Jungkook estaba tan estresado
que le había gritado a Taehyung más de lo que él mismo esperó. Esa era otra
razón por la que Jeon se encerró en su estudio; su orgullo no le permitía salir
y disculparse porque eso sería admitir su error.

Pasó el tiempo, escuchando el ligero eco de la televisión encendida en la sala


y las risas de Taehyung.

Jeon ya se había asegurado de todos los temas, por lo que ya no estaba tan
preocupado por el examen. No obstante, algo le pareció extraño, pues en los
últimos minutos no había escuchado ni una sola risa de Taehyung. Supuso
que se había quedado dormido, pero para asegurar se levantó de su silla y fue
a la sala.

Caminó con tranquilidad, despreocupado, pero se quedó estático cuando no


vio rastro de Taehyung en la sala. Decidió restarle importancia, pues
seguramente Taehyung estaría jugando.

—Taehyung —llamó en voz alta sin obtener respuesta—. Ya no es divertido,


no quiero jugar a las escondidas. Sal de una vez.

Su pedido se volatizó en el aire al no obtener una respuesta. Buscó en la


habitación, en la cocina, en su estudio, en el baño y en cada rincón de la casa.
Pero Taehyung no estaba en ningún lugar de su hogar.

Apenas habían pasado unos minutos, pero su corazón se aceleró por la


preocupación provocando una terrible sensación de llanto. Apretaba sus
cabellos frustrado, se paseaba de un lugar a otro sin saber que hacer. ¿Y si
Taehyung se hartó de él y se fue de casa? Con ese pensamiento sus ojos se
llenaron de lágrimas que se negó a dejar salir.

Su carácter siempre había sido horrible después de todo lo que vivió, pero
nunca le importó herir a los demas hasta ese momento. Taehyung nunca tuvo
la culpa de sus traumas y no tenía que aguantar gritos por su mal genio. Si tan
solo hubiera pensado que Taehyung podía irse por eso, definitivamente
habría cambiado antes y no ahora que Kim ya no estaba.

Desesperado e impotente, Jungkook quería ir incluso a la policía para


reportar la desaparición. Pero entonces miró la puerta de la casa y se maldijo
internamente, pues no había revisado el patio delantero. No lo había hecho ya
que Taehyung nunca salía de casa solo, por eso creyó innecesario el buscar
afuera, pero si desesperación era tanta que fue a buscar afuera.

Rápidamente corrió hasta la puerta abriéndola de golpe con una sonrisa


esperanzada de encontrar a Taehyung ahí, pero la desilusión que sintió al no
verlo fue tanta que quiso llorar como nunca. No sabía dónde estaba
Taehyung.

Afuera estaba oscuro, no se podía ver mucho, pero bastaron unos segundos
para que Jungkook enfocara mejor su vista entre tantas lágrimas y viera un
parque a lo lejos, con un poste emanando un ínfimo y débil rayo de luz
iluminando una banca y, en esa banca de madera, pudo reconocer aquellos
sedosos cabellos grises moviéndose con el ligero aire. Ahí estaba Taehyung,
mirando el cielo con concentración.

Jungkook sintió su corazón feliz de nuevo, el alivio de ver a Taehyung fue


tanto que corrió hacia él con una rebosante alegría.

Kim volteó el escuchar pasos apresurados en su dirección. Lo que no esperó


fue que, justo cuando volteó, Jeon le abrazó con fuerza al estar frente a él.

—¿Googi? —pronunció confundido mientras era abrazado por el mayor.

Los ligeros sollozos de Jungkook se escucharon y Taehyung sintió como el


mayor lloraba sobre su hombro aferrándose al abrazo.

—¿Por qué lloras? —preguntó, sintiendo su labio inferior temblar por las
repentinas ganas de llorar —. Si googi llora yo también lloro.

Jungkook se separó del abrazo para tomar a Taehyung por los hombros y, con
los ojos llororos y rojos del llanto, habló:

—No vuelvas a salirte sin avisarme antes, Taehyung —dijo Jungkook con
voz temblorosa—. No desaparezcas así de nuevo, ¿sabes lo asustado que
estaba?

Taehyung negó haciendo un puchero, sacando de sus ojos unas gotas


cristalinas de tristeza al ver a Jungkook tan deprimido.

—Lo siento, no quería hacerte llorar —murmuró Jungkook limpiando con sus
pulgares las pocas lágrimas de los ojos y mejillas de Kim—. Solo no lo hagas
de nuevo.

Taehyung asintió limpiando sus ojos llorosos mientras pronunciaba:

—¿Ya no estas enojado conmigo?

Y Jeon sintió la culpa golpear su corazón internamente al recordar como le


había hablado al menor.

—No Taehyung, lo siento, estaba estresado y por eso actué como un tonto —
explicó volviendo a abrazar al peligris—. Perdóname, prometo cambiar para
no volver a hablarte así.

Taehyung correspondió el abrazo poco a poco.

—Jimin. —Le dijo Taehyung sobre su hombro.

Jeon rió y se separó del abrazo para verlo a los ojos.

—Así es, soy un completo Jimin —jugó con los cabellos del menor—.
Volvamos a casa, ya es noche.
Taehyung sonrió nuevamente.

—¿Me llevas cargando? Tengo sueño y no me gusta caminar.

Jungkook rió y miró con ternura a Kim.

—Bien, pero solo lo haré porque me perdonaste.

Tomó a Taehyung en sus brazos para llevarlo cargando a casa como se lo


había pedido.

—A todo esto, ¿qué hacías afuera? —preguntó caminando.

—Estaba viendo las nubes y el sol, pero se tuvieron que ir a iluminar otra
parte del mundo, así que estaba viendo las estrellas —contó con trivialidad—.
Por cierto, ¿mañana podemos salir a ver las nubes?

Jeon sonrió y sintió como Taehyung recargaba su rostro sobre su hombro y


soltaba suspiros por el sueño.

—Bueno, no me gusta salir en la tarde porque hay mucha gente, pero


conozco un lugar —explicó —. ¿Quieres ir al campo a ver el cielo?

—¿Como un día de campo? —exclamó animado, despertando


completamente.

—Como un día de campo, así será.

Antes de entrar a casa, Jeon vio de reojo como Taehyung se despedía de las
estrellas y sintió una inmensa ternura en su interior. Definitivamente no sabía
que haría sin él, no quería volver a su vida antes de Taehyung y no había
nadie que pudiera ocupar el lugar de Taehyung en su vida.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Jungkook odiaba el sol. Siempre prefirió la noche y el frío antes que los
bochornosos y extenuantes días de calor.

Aún así, le había prometido a Taehyung un día de campo y cumpliría su


palabra. Por ende, llegaron a un verde e inmenso campo. Kim iba recogiendo
flores en el camino y se las daba a Jungkook para que las sostuviera por él,
Jungkook solo lo lo vigilaba mientras cargaba una canasta de comida y
algunas cosas en su mochila.

Finalmente llegaron a un voluminoso árbol que minimizaba los potentes


rayos de sol. Colocaron una manta debajo del árbol y se sentaron a comer lo
que Jeon había preparado. Taehyung relataba mil historias de sus sueños,
muy raros a decir verdad, pero aún así Jeon le presentaba atención
adentrándose en las historias del menor y fantaseando un poco.

Terminaron de comer y Taehyung se recostó en la manta para ver el cielo


como era su querencia inicial.

—Mira, esa nube parece un perrito —señaló.

Jungkook miró exactamente donde Taehyung le indicó, pero no vio nada


extraordinario.

—¿Cómo puedes ver algo tan simple como las nubes y convertirlo en algo
tan diferente? —preguntó Jeon sin entender lo que Taehyung encontraba
divertido.

—Aunque sea lo más banal tú mismo le das el significado a las cosas, googi
—explicó el menor—. Acuéstate conmigo y ve las nubes.

Jeon suspiró e hizo lo indicado, recostándose a un lado del menor.

—Intentalo. Mira —señaló una nube—. Esa parece una flor, ¿tú que has
visto?

Jeon entrecerró los ojos fingiendo concentrárse.

—Esa parece... humo.

—Así no es —se quejó el menor entre risas. Risas que fueron acompañadas
por las de Jeon.

—Bien, bien, ahora sí me concentraré.


Jeon miró el cielo, sintió el aire fresco y algunos rayos de sol pasar a través
de las hojas de los árboles. Se sentía relajado y en paz. Se concentró en las
nubes y comenzó a liberar su imaginación.

—Esa —señaló —. Esa se parece al gato de la vecina.

Taehyung rió contento.

—Es verdad, ese gatito es muy lindo.

—Es un demonio.

Ambos rieron. Siguieron encontrando formas en las nubes y compartiendolas


con el otro. Jeon hizo un comentario y Taehyung rió alegre. Aquella risa que
ya se había quedado grabada en la mente de Jungkook, la armoniosa risa de
Taehyung.

Jeon, aún acostado, volteó la cabeza y miró a Taehyung sonriendo. Aquella


peculiar sonrisa que lucía sus dientes cual perlas pulcras, los fanales brillantes
del menor se entrecerraron transmitiendo la felicidad pura del menor.
Jungkook amaba esa sonrisa y recién comenzaba a apreciarla como se debía.

Tiempo después, el sol y las nubes se fueron, pero ambos seguían ahí
disfrutando el ambiente creado. Estaban sentados en la manta uno junto al
otro cuando el bello atardecer comenzó frente a sus ojos, una paleta de
colores naranja, rojo y amarillo se combinaron en el cielo. Jungkook miraba
el atardecer como algo banal, en cambio Taehyung miraba fascinado el cielo.

—Nunca había visto el cielo así —comentó conmovido —. Cuando vuelva a


ver uno recordaré este sentimiento.

Jeon dejó de ver el cielo y miró a Taehyung.

—¿Recordar un sentimiento?

El menor asintió y respondió sin despegar su vista el espectáculo del cielo.

—Recuerdo los sentimientos que tenía al momento de hacer algo especial.


Por ejemplo: hoy me siento muy feliz de estar contigo, siento mi corazón
cálido por estar viendo el cielo contigo en un día de campo. Así que cuando
vea un atardecer, recordaré lo feliz que fui de estar contigo en este día —
emocionado, Kim miró a Jungkook —. ¿Tú que recordarás de éste día?

Jeon pensó por unos instantes. Nunca se había tomado el tiempo de analizar
los recuerdos que formaba cada día con Taehyung y lo que éstos podrían
causar en él al rememorarlos.

—Cuando vuelva a un campo recordaré nuestro primer día de campo; cuando


vea una arboleda, te recordaré recogiendo las flores; ¿qué recordaré cuando
vea el atardecer? Tal vez tu sonrisa —dijo Jungkook viendo la tímida sonrisa
que mostró Kim—. Lo que ambos compartimos es el sentimiento de ahora,
ese sentimiento cálido. Pero, ¿sabes qué más recordaré?

—¿Qué? —preguntó curioso.

—Cuando vea las nubes recordaré al odioso gato de la vecina—bromeó.

Las risas de ambos se mezclaron con gracia hasta que fueron cesando. Poco
después se concentraron de nuevo en el cielo. Taehyung se acercó más a
Jungkook y recostó su cabeza en el hombro de éste. Jeon no hizo nada para
impedir esa acción.

—Me gustó mucho este día, googi —le dijo Taehyung —. Gracias por
traerme.

Jeon sonrió con la mirada en el atardecer. Entonces sintió los labios del
menor chocar dulcemente contra su mejilla. Un delicado beso, pero que había
alterado su corazón. Volteó a ver a Taehyung algo asombrado, encontrando a
éste con las mejillas sonrojadas y dedicándole una sonrisa.

—¿P-por qué hiciste eso? —preguntó nervioso.

—Las personas le dan besitos a otras cuando las quieren mucho y yo te


quiero mucho a ti —confesó sonrojado, volviendo a recostar su cabeza en el
hombro de Jungkook.

Jeon dejó el tema de lado. Aún sintiendo hormiguear su mejilla donde el


menor le había besado. Su mente divagó por un rato, recordando el ínfimo
momento de los labios del menor contra su mejilla y sólo él rememorar
aquello le hacía sonrojarse de vergüenza.

—Googi —le llamó el menor sobre su hombro con una voz suave y tranquila.

—¿Sí?

—¿Tú me quieres?

Jungkook se quedó estático, ni siquiera recordaba cuando fue la última vez


que le dijo a alguien que lo quería y eso era por simple sinceridad. No había
querido tanto a alguien como para decirle aquellas palabras que lo harían ver
como un sensible. Así que él mismo se preguntó; ¿Quería a Taehyung?
¿Quería su singular inocencia, su preciosa personalidad y forma de ser?
¿Acaso adoraba cada ínfima particularidad perteneciente a Kim? ¿Quería a
Taehyung completamente? Y es que querer era algo muy diferente, pues Jeon
comprendió que realmente amaba a Taehyung.

—Sí —respondió finalmente —. Te quiero.


Capítulo 1O
✧。・゚・✧。・゚・✧

Afuera las calles se volvían cada vez más frías, por lo que el ambiente
hogareño y cálido dentro de su hogar era satisfactorio.

Las casas cada vez se llenaban de más adornos y las calles repletas de luces.
Árboles con esferas y negocios llenos de decoraciones. Todo indicaba la
llegada de la navidad.

Ambos se encontraban en casa, Jeon preparaba la comida mientras Taehyung


veía televisión en la sala.

Una película muy interesante se transmitía en la televisión. Por ende Kim


miraba con curiosidad, poniendo total atención. Era una película navideña en
la que estaba aprendiendo muchas cosas. Miraba como una chica y un chico
decoraban su hogar con diversas cosas que él desconocía. Decoraron un
árbol, comían, abrían cajas decoradas, entre otras cosas. Se divertían juntos.
Taehyung quería hacer eso también.

Estaba apunto de ir con Jungkook, pero una escena más le llamó la atención.

—No me arrepiento de aceptar vivir contigo —dijo el personaje de la chica


—. Porque gracias a eso ahora te puedo llamar esposo.

—E-espo... —Pronunció con dificultad hasta que pudo pronunciarlo también.


—¿Esposo?

—¡Taehyung ven a comer! —le llamó Jeon desde la cocina.

Taehyung pensó en la situación por un momento al igual que en la película.


Llevándose una nueva curiosidad a la cabeza.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

YoonGi había ido a su casa para darle clase a Taehyung. Hacía tiempo que
ambos se habían encerrado en el estudio de Jeon y, cuando una hora pasó, la
puerta del estudio por fin se abrió indicando que ya había terminado la clase
de Taehyung. Min salió seguido de un feliz Taehyung.
—Me voy —le indicó Yoongi a Jeon, ulteriormente se dirigió a Taehyung—.
Nos vemos en otra clase, Tae.

La puerta de salida fue cerrada y Taehyung se acercó corriendo para tomar


asiento junto a Jungkook en la sala.

—¿Quieres que nos quedemos despiertos toda la noche viendo películas? —


propuso Jeon. Taehyung asintió emocionado—. Pondré palomitas, ahora
vuelvo.

Taehyung asintió, tomando el control remoto para buscar películas. Al poco


tiempo, Jeon llegó comiendo un puño de palomitas y con un recipiente lleno
de estas, posteriormente le dio el recipiente al menor quien lo sostuvo de
inmediato.

Taehyung sonrió. —Gracias esposo.

Al escuchar eso, Jungkook comenzó a ahogarse con las palomitas gracias a


la impresión. Tosió desesperado para calmar su garganta, tomó agua y, al
estae más calmado, miró a Taehyung.

—¿Q-qué fue lo que dijiste? —preguntó perplejo.

—Googi es mi esposito —dijo felizmente el menor.

—¿Qué dices? —frunció las cejas —. ¿Quién te dijo eso?

—Yoongi dice que los esposos son personas que se quieren mucho y tú me
dijiste que me quieres —explicó seguro de sus palabras—. Además la
película los esposos viven juntos.

Taehyung saltó animado a los brazos de Jungkook abrazándolo. Éste tomó el


peso del menor en sus brazos, pero al instante volvió a dejarlo en su lugar del
sillón.

—No, Taehyung no es así.

El entusiasmo disminuyó en Kim, su rostro animado se volvió una catadura


de decepción.
—¿No eres mi esposo?

—No, Tae, los esposos no son-

—¿Yoonie puede ser mi esposo?

—No —respondió de inmediato—. Primero déjame explicarte lo que


significa ser esp-

—¡Pero yo quiero uno! —reclamó cruzandose de brazos y frunciendo las


cejas—. ¡Si googi no es mi esposo, Yoongi va ser mi esposo!

Jeon apretó los labios frustrado y ligeramente molesto. No le iba agradar


escuchar a Taehyung decirle "esposo" a Min. No le agradaba la idea para
nada.

—Que no, YoonGi ni siquiera puede ser tu esposo porque... —pensó en una
excusa —. Porque no vive contigo, tu mismo lo dijiste, los esposos viven
juntos.

—¡Entonces googie es mi esposo! —Exclamó feliz nuevamente como si no


hubiesen tenido toda esa disyuntiva.

Jeon apartó la mirada avergonzado y con las mejillas rojas.

—Como sea d-da igual —dijo fingiendo desinterés.

Nuevamente Taehyung se acercó para abrazarlo aún sentados en el sofá. Jeon


estaba muy avergonzado como para hacer algo al respecto.

Un tiempo después Jungkook miraba con desinterés la película y Taehyung


estaba recostado en su hombro. De repente, Kim notó que en la película las
calles eran diferentes, estaban decoradas con muchas luces y flores rojas.
Pronto descubrió, gracias a la película, que eso se hacía en Navidad.

—Googi, ¿qué es navidad?

—Un invento de los gobiernos para estimular la economía de los países. —


Explicó. —No es importante.
Taehyung frunció los labios por esa explicación, pero su curiosidad y anhelo
por celebrar era más que la negatividad de Jungkook.

—¿Y cuando es?

Jungkook miró la fecha en su celular.

—En una semana empiezan mis vacaciones y unos días después la gente
celebra eso.

Taehyung se alejó del hombro de Jeon al saltar para verlo emocionado.

—¿Podemos celebrar navidad?

Jeon le miró de reojo. —No, yo nunca he celebrado eso.

—P-pero yo tampoco —se quejo con tristeza —. Quiero celebrar navidad por
primera vez.

Jeon resopló ante la mirada tierna del menor.

—Ni siquiera tengo adornos o árbol. Es mucho trabajo, no quiero.

—Por favor, esposito. —Pidió adorablemente. —¿Podemos?

Jeon aguantó por un momento. Realmente intentó, pero al final no pudo. —


Agh, te estoy consintiendo mucho. Como sea, sólo por esta vez.

Taehyung sonrió alegre y, agradecido, abrazó a Jeon quien sólo negaba


mientras reía tenuemente.

Al siguiente día ambos ya estaban listos para salir a comprar los adornos de
navidad que tanto quería Taehyung. A decir verdad, ídem le causaba cierta
emoción a Jeon, pues a pesar de haber dicho que no le gustaba la navidad, y
era cierto, ahora tenía a Taehyung, y sería la primera navidad de ambos.

—¡Taehyung ya vamonos! —gritó Jeon desde la puerta de su hogar.

Taehyung bajó las escaleras luciendo adorable con su gran chamarra blanca,
éste rápidamente se puso su mochila y caminó hasta la puerta. Jeon, con las
manos en los bolsillos de su abrigo, miró a Taehyung.

—¿Olvidas algo? —preguntó Jeon. El menor le miró confundido—. Debes


sostenerte de mí abrigo por precaución, rápido, se hace tarde.

Taehyung inmediatamente enrolló su brazo al rededor del de Jungkook,


abrazándose de éste con cariño. Jeon, algo sorprendido por la acción, bajó la
mirada para ver a Taehyung, encontrando la inocente y feliz sonrisa de éste
mientras se abrazaba aún más a su brazo. Fue entonces que decidió dejarlo
pasar.

—Sólo te dejo hoy porque estoy de buen humor. —Se excusó Jeon
sonriendole.

Llegaron al centro comercial, donde Taehyung miraba asombrado la


decoración navideña del lugar. Poco después se adentraron a una tienda de
artículos navideños y aunque Jeon había dicho que él no participaría en nada
que tuviera que ver con Navidad, se encontraba escogiendo los adornos junto
con Taehyung. Debatiendo entre cuáles quedarían mejor y cuáles no.

Al final salieron con más bolsas de las esperadas y una caja donde se
encontraba el árbol de navidad. Tuvieron que regresar en taxi por las tantas
cosas que llevaban.

Al estar en casa, Jeon se quitó el abrigo sintiendo la calidez de su hogar al


instante. Taehyung se fue corriendo a la sala para abrir las bolsas de
inmediato, ansioso por sacar los adornos. Jeon hizo lo mismo que Taehyung,
pero luego de un rato comenzó a tener sueño.

—Taehyung —le llamó —. Ya es tarde, hay que dormir, decoraremos


mañana, ¿okey?

Taehyung hizo un puchero, pero aún así hizo caso al comprender que
Jungkook debía dormir bien para ir a la escuela, por lo que dejó de sacar
adornos y comenzó a caminar con Jungkook hasta la habitación para dormir.

Luego de cepillar sus dientes y cambiarse la pijama, se acostó en su lugar de


la cama.

—¿Puede venir lucecita a decorar? —pidió abrazando a panquesito —. Y


Yoongi también.

Jeon, acostado en su lado de la cama soltó un quejido.

—Agh, Taehyung, sabes que no me gustan las visitas.

—Pero lucecita te quiere mucho —dijo Kim —. Debes pasar tiempo con él
para no estar solito por siempre.

En ese momento Jeon soltó un profundo suspiro.

—No me quiere tanto como crees —murmuró Jeon posteriormente volteando


para ver al menor—. De todos modos no estoy solo, ¿no te tengo a ti?

Taehyung sonrió débilmente gracias al sueño y asintió repetidas veces.

—Googie, ¿eres feliz?

El pelinegro pensó en la pregunta por unos instantes.

—Siento que comienzo a serlo, Taehyung.

Kim dio un último bostezo comenzando a cerrar los ojos.

—Mi mami estaría orgullosa de mí.

El menor cayó dormido, abrazando su osito con fuerza. Jungkook sonrió y se


quedó mirando el adormecido rostro del menor. Lo miró por más tiempo del
que creyó, acarició los sedosos cabellos plateados de Taehyung hasta que
cayó dormido susurrando:

—Buenas noches, Taehyung.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Viernes por la tarde, el horario de clases había terminado. Sólo se


encontraban en su última clase para poder irse de ahí.

—Como bien sabrán las vacaciones de navidad están a nada de llegar —


habló el profesor—. Para nuestros últimos días de clases realizaremos
actividades con respecto a dicha celebración así que espero que estén listos.

Los alumnos comenzaron a emitir bisbiceos en todo el salón. Mientras tanto


Jeon bostezó aburrido, él no participaba en actividades navideñas de la
escuela.

—Googi, ¿irán a casa lucecita y Yoongi? —recordó Taehyung con la mirada


en su libro de dibujos coloreando.

—Sí, les avisé ayer en la noche luego de que te durmieras.

Taehyung se mostró algo sorprendido.

—¿Eso no fue muy noche?

Jeon apartó la mirada, recordando que había pasado gran parte de la noche
admirando el adorable rostro del menor al dormir. —No podía dormir. —Se
excusó, últimamente el profesor le llamó para que pasara a dejar su trabajo y
Jeon se levantó obedeciendo. —Ahora vuelvo.

Taehyung retomó su labor y continuó con la tarea que Yoongi le había


dejado, hasta que sintió como alguien tocaba su hombro. Volteó por
curiosidad, encontrando a un chico mirándole con una sonrisa.

—Hola, estoy organizando una fiesta de navidad junto con mis amigos —
Taehyung lo miró confundido—. Ya sabes, una fiesta, habrá un dj y todo tipo
de bebidas, puedes hacer amigos ahí.

Taehyung conoció por primera vez el término.

—¡Como en la caricatura de Russell! —exclamó emocionado.

El otro soltó una carcajada.

—Esa es una caricatura super tonta, ¿realmente la ves? —Taehyung se


sonrojó apenado. Y el chico vio la mochila del menor —. Oh Dios realmente
ves eso. Ah como sea, estás invitado a la fiesta, sólo no lleves a Jeon.

Aquel chico parecía decirlo divertido, como si fuese un comentario


cualquiera. Sin darse cuenta que había herido a una persona. Taehyung se
sintió sumamente mal. Nunca le habían dicho algo así.

En ese momento comprendió la razón por la que Jungkook siempre le


advertía sobre convivir con otras personas de su universidad.

—Taehyung, ¿qué haces hablando con la gente idiota? —dijo Jeon con
indiferencia al estar parado frente a ellos.

— Oye sigo aquí —espetó su compañero.

Taehyung se veía desanimado y triste. Al verlo de inmediato Jungkook


comenzó a enojarse con su compañero por lo que sea que le hubiera dicho a
Taehyung para hacerlo sentir mal.

—No soy ciego, imbécil —respondió Jungkook —. Estás en mi lugar, ¿se te


perdió algo ademas de la materia gris de tu cerebro?

El chico rodó los ojos y apretó la mandíbula con molestia.

—¿Estoy hablando contigo?

—Eso no me interesa, yo si te hice una pregunta.

El chico ignoró a Jeon para dirigirse a Taehyung.

—Aquí está la invitación, espero verte ahí.

El timbre sonó y todos salieron a excepción de Jeon que sólo tomó asiento a
un lado de Taehyung quien se veía algo decaído.

—¿Russell es para tontos? —preguntó el menor.

—¿Quién lo dijo? —Taehyung señaló el asiento vacío de atrás, donde estaba


hace unos momentos el chico. —Te lo dijo un simple imbécil más, no fue
alguien importante para ti. ¿Acaso importa entonces lo que él diga? —
Taehyung negó puchereando. —No. Y no es un programa para tontos, a ti te
gusta y te hace pasar un buen rato. Si dejas de verla por lo que dijo ese
imbécil me enojaré mucho.

Taehyung sonrió de nuevo animado con las palabras de Jungkook. Pero una
nueva pregunta surgió.

—¿Por qué las personas son... goseras?

—Groseras —corrigió y Taehyung asintió aprendiendo a decirlo—. No tengo


una respuesta. Actualmente, el compartir tus gustos es suficiente razón para
recibir insultos y criticas estúpidas.

—¿Tú eres así?

—No, Taehyung —respondió seriamente —. Yo solo guardo rencor a todos,


en especial a ese tipo de personas.

Jeon tenía una inusitada forma de pensar. Había aprendido a ser así con base
a sus experiencias. Y sin duda guardaba un desmesurado rencor al mundo en
el que vivía, pues ese mundo y sus personas le habían quitado a un amigo al
que consideraba hermano.

Poco tiempo después las clases terminaron y, en la salida de la escuela, se


encontraron a Hoseok esperándolos afuera. El problema para Jeon fue cuando
se acercaron y notó que Jung estaba hablando con Jimin.

—¡Hola kookie! —saludó Jimin. Y Jungkook sabía que utilizaba ese apodo
para molestarlo.

Jeon rodó los ojos y tomó el brazo de Hoseok para alejarlo un poco de Park.

—¿Qué hace Jimin aquí?

Hoseok se rascó la nuca con nerviosismo.

—Me encontró cuando venía para acá y quiso acompañarme, también es mi


amigo, no pude decirle que no.
—Hoseok sabes que no lo soporto, no entrará a mi casa.

—Tranquilo, dijo que tenía algo que hacer, se irá cuando nos vayamos —
Jeon suspiró aliviado—. Jungkook, es navidad, si por fin quisiste decorar tu
casa también puedes recibir a los demás a tu hogar.

—Estoy decorando por Taehyung, así que lo de recibir a los demás no me


interesa.

Hoseok abrió los ojos sorprendido.

—¿En serio? ¿Tanto te gusta Taehyung?

Con esa pregunta las acciones de Jungkook se volvieron torpes y sus mejillas
rojas, pero aun así solo frunció el ceño fingiendo enojo para disimular su
nerviosismo.

—No digas tonterías si no quieres que te corra de mi casa a partir de hoy.

Hoseok solo rió. Jeon iba decir otra cosa, pero vio a Jimin hablando sin parar
con Taehyung.

—¡Eres adorable! Aunque muy infantil. Es decir, entiendo tus gustos pero es
algo raro para tu edad —comentó Jimin —. Por cierto, ¿cómo puedes
soportar a Jeon viviendo con él? Es que, bueno, el es insoportable y un idiota
en ocasiones, no entiendo como podrían convivir juntos ustedes siendo tan
diferentes.

Taehyung miraba con el rostro neutro al rubio y el como éste no dejaba de


hablar.

—Park, ¿quieres dejar de molestarlo? —habló Jeon quedándose a un lado de


Taehyung.

—Uy, llegó Jeon. ¿Cómo te fue aquel día en la cafetería? Es decir, lamento
haberte acusado, claro. ¿Él es tu novio? Porque pudiste conseguir uno más...
de tu tipo, si sabes a lo que me refiero —comentó —. Ah, además Seojung
me puso más trabajo porque te acusaste, ¿cómo pudist-
—Jimin. —Espetó la vocecita de Taehyung mientras señalaba con un dedo al
rubio.

Park se mostró feliz al escuchar su nombre y Jeon rió al saber la verdadera


razón.

—¿Le dijiste mi nombre? Vaya, eso es un gran detalle —dijo Jimin


emocionado para luego dirigirse a Taehyung —. Jungkook debe hablar
mucho de mí, ¿cierto?

—Jimin es una persona que fastid-

—Nada —interrumpió Jungkook intentando no cerse nervioso —. No


significa nada, ya vámonos.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Llegaron a casa los tres, esperando la llegada de Min. No pasó mucho cuando
el timbre de la casa sonó y Jeon fue a abrir sintiendo el aire frío chocar contra
su rostro.

—¿No piensas dejarme pasar? Hace frío afuera —se quejó Min cuando
Jungkook no se quitó de la entrada.

Jeon rió y finalmente abrió la puerta y Min entró rápidamente. Taehyung no


tardó mucho en correr a abrazar a YoonGi, quien lo recibió en sus brazos
dulcemente.

Cuando el trabajo fue distribuido, todos comenzaron a decorar. Hoseok y


Taehyung decoraban con escarcha las paredes. YoonGi y Jungkook peleaban
mientras intentaban armar el árbol. Pero al final todos se esforzaron.

Jeon sostenía una de las ramas del árbol, entonces vio a Hoseok sostener una
escalera y Taehyung subiendo a ésta para alcanzar más arriba.

—¡Hoseok! ¡Ten cuidado con Taehyung! —exclamó recibiendo un


asentimiento de parte de Jung.

YoonGi rió mientras colocaba una parte más de la decoración.


—Te preocupas demasiado, para ser un chico al que no le importa nada.

Jeon colocó la rama que tenía en sus manos. —Y qué si no lo soy con
Taehyung.

Min dejó de trabajar para mirarlo algo perplejo.

—Dime una cosa, ¿tú quieres a Taehyung?

Jeon siguió armando el árbol para distraerse y evitar mirar a Min a los ojos.
—Lo quiero.

Min sonrió, volvió a trabajar en el árbol para colocar la última parte y


concentrado en armar la decoración espetó:

—¿Admitirás que te gusta Taehyung o lo vas a negar por otros días más?

A Jungkook se le cayó la rama que estaba sosteniendo al escuchar eso.


Escuchar algo así por segunda vez lo hizo caer en la realidad. Y es que si no
le gustaba, ¿por qué se sonrojaba con la sóla mención de eso?

—¿Se pusieron de acuerdo para decirme eso? —preguntó fingiendo


desinterés concentrándose nuevamente en construir el artefacto.

—No sé quién más te lo haya dicho, pero si ya somos dos los que pensamos
así debe ser por algo, ¿no lo crees?

—Sí, porque les gusta molestarme por alguna razón.

YoonGi rodó los ojos volviendo a mirar a Jeon.

—No lo digo para que te enojes, sabes que no hay nada que me importe
menos que tu estado de ánimo —respondió con sinceridad —. Lo digo para
que te des cuenta de las cosas antes de que sea demasiado tarde.

"Demasiado tarde" se repitió en la mente de Jeon.

—¿A qué te refieres con demasiado tarde?


YoonGi apartó la mirada nervioso y comenzó a leer el instructivo con fingido
interés.

—Nada...—explicó aclarando su garganta y cambiando de tema rápidamente


—. De todos modos, ¿qué tiene de malo si te gusta?

Jeon notó la pésima actuación de Min y, aunque tenía curiosidad por el


inexplicable nerviosismo de éste, decidió dejarlo pasar. Puso seriedad a la
pregunta que le hizo Yoongi.

—He convivido más con él que con cualquier persona, pero no el tiempo
necesario como para poder conjeturar algo así.

—El tiempo es la peor excusa que se te pudo ocurrir, dejar pasar el tiempo
para asegurar algo, no es hacer algo —aconsejó—. Vamos, deja pasar días,
semanas o meses, ¿de qué servirá?

—No estoy admitiendo que me guste —aclaró rápidamente—, pero cualquier


persona que lo haga seguro es para asegurar que de verdad le guste la otra
persona, que sea correspondido y así evitar un rechazo.

—Es perder el tiempo y no tener valentía. Debes afrontar las situaciones al


momento en que se presenten. Si sabes que te gusta tienes que hacer algo al
respecto —le animó —. Aprende a aprovechar el tiempo y a las personas a tu
alrededor, no sabes cuándo será la última vez que estarán contigo.

Aquellas palabras llegaron directamente a una parte sensible del corazón de


Jeon. Si le hubiesen dicho que aquella tarde jugando videojuegos con SooJin
iba ser la última, la hubiera aprovechado al máximo.

Sus pensamientos dieron fin cuando Taehyung llegó corriendo junto con
Hoseok, luciendo sonriente y feliz como siempre.

—Googi, mira, quedó muy bonita la casa —dijo emocionado señalando las
decoraciones—. Puse todo mi esfuerzo para que te guste la navidad, ¿te gusta
la decoración?

Jeon sonrió y luego de mirar al rededor asintió.


—Quedó muy bien.

—El árbol está listo también —habló Yoongi —. Comencemos a decorar


esto.

Rápidamente todos tomaron esferas y luces para decorar. Jungkook, mientras


colocaba una de las esferas, miró de reojo a Taehyung y la preclara sonrisa
que tenía en el rostro por el boyante momento del presente. Sus sedosos
cabellos grises haciéndolo lucir hermoso, ¿siempre había sido tan precioso?
Claro que sí y siempre lo supo.

Mientras miraba aquella sonrisa, perteneciente al ser adonis frente a él, se


preguntó si Yoongi tenía razón. ¿Acaso le gustaba Taehyung de esa manera?
Capítulo 11

✧。・゚・✧。・゚・✧

Las ansiadas vacaciones de navidad llegaron junto con un ambiente frío y


cálido a su vez; un clima frigido para un cándido corazón.

Normalmente Jeon se la pasaba en su sofá mirando las noticias, en su estudio


leyendo algún libro o simplemente durmiendo. Para él no era importante la
navidad, estaba solo, ¿qué sentido tenía celebrar algo cuando no tenía a nadie
con quien pasarla? Así que lo que era una bella festividad para muchos, para
él no era más que un día normal en el que veía a los demás ser felices,
mientras él esperaba algún día sentir lo mismo.

Pero ahora las cosas eran muy diferentes. Ahora tenía a alguien y alguien
muy especial.
Hoseok se iría con sus padres en navidad al igual que YoonGi.

En los días transcurridos, la mente de Jeon había pasado cavilanda entre


desmesurados escrúpulos que no pudo dilucidar. Y es que, desde que YoonGi
y Hoseok afirmaron que le gustaba Taehyung, cada vez le ponía más nervioso
pensar aquello. Claramente dejaba esos pensamientos internamente, pues no
le diría nada a Taehyung.

Unos días antes de navidad, Jeon y Kim se encontraban sentados planeando


que hacer dicho día.

—Supongo que querrás cenar pavo como lo viste en la película. —Taehyung


asintió. —Bien, tendré que arruinar dos pavos como mínimo para aprender.

—¿Qué son las cajas decoradas? —preguntó el menor —. ¿Puedo tener una?

—Son los obsequios... —en ese momento un dato importante llegó a su


mente; no tenía ningún regalo para Taehyung.

—¿Y cómo se hacen? —preguntó curioso.

El mayor salió de su ensimismada mente para responder.

—Pues le das algo especial otra persona para hacerla feliz, un regalo de
navidad.

El rostro del menor resplandeció de boyante entusiasmo.

—Yo quiero hacerte feliz —dijo Taehyung emocionado —. ¿Puedo darte un


regalo?

—No se pide permiso, Tae, solo lo haces si de verdad quieres hacerlo —


indicó —. Además debe ser sorpresa, no debes decirlo.

Taehyung se tapó la boca rápidamente ante lo oído. —Lo siento.

El tiempo pasó rápido y la noche llegó. Taehyung se asomó por la ventana,


como de costumbre en las noches, y ésta vez se le ocurrió una fantástica idea.
—Esposo, ¿Podemos salir al patio ver las estrellas?

Jeon despegó la vista de su libro, se quitó los lentes de lectura y miró a


Taehyung.

«¿Salir a ver las estrellas?» se preguntó Jungkook. Tenía años sin hacer eso,
después de que dejó de creer en ellas.

—Hay muchas personas en la calle —se quejó el mayor viendo como


Taehyung bajaba la mirada con un puchero. Al ver esa reacción funesta, Jeon
cambió de opinión —. Pero podemos subir al techo a verlas, incluso será
mejor.

El menor nuevamente alzó la mirada, renovando la sonrisa que hace unos


momentos había desaparecido y brincó emocionado mientras asentía.

—Bien, vamos a abrigarnos y subir unos cobertores —Indicó. Taehyung lo


miró con curiosidad y Jeon supo que debía glosar —. Es invierno, hace frío y
está nevando, puedes enfermarte si sales al frío sin abrigarte.

Taehyung asintió comprendiendo aquel nuevo dato. Rápidamente caminó


hasta la habitación y se colocó una abrigada chamarra blanca. Jeon se colocó
una chamarra negra acolchada y tomó unas cobijas para salir.

Subieron por una escalera que conectaba el segundo piso con el techo.
Taehyung subió primero a petición de Jeon, pues de esa manera se aseguraba
de que no le pasara nada al menor.

Taehyung ya se encontraba arriba y Jeon le alcanzó segundos después luego


de subir, encontrando al menor luciendo conmovido al ver las estrellas. Jeon
sonrió al verlo y decidió dejarlo en su fascinación, mientras él colocaba una
cobija en el suelo y otra dejándola para que Taehyung se tapara.

Minutos después, Jeon invitó a Taehyung a sentarse en la cobija, el menor


hizo caso sentándose a su lado. Al instante, Jungkook colocó la cobija al
rededor de Taehyung. Y ambos permanecieron sentados, mirando el cielo y
sintiendo tranquilidad.
—Hay muchas estrellas —murmuró Jeon mirándolas —. Supongo que eso es
lo que te gusta.

Taehyung rió al escucharlo.

—La mayoría de las estrellas no se ven desde aquí —Comentó dejando


perplejo a Jungkook —. El cielo desde la tierra es en realidad una pequeña
muestra de lo que en realidad es.

Jeon supuso que Taehyung lo había visto en algún documental de televisión.


Además no subestimaba la inteligencia de Taehyung.

—¿Por ejemplo? —vociferar Jeon curioso.

—Por ejemplo, hay puntitos luminosos que todos creen que es una sola
estrella y en realidad es una galaxia con más estrellas —explicó con la mirada
al cielo —. Además todos creen que el sol es la estrella más grande, pero no
es cierto, yo conozco más grandes.

Jeon sonrió con ternura al verlo cruzarse de brazos.

—Esos son los datos que brinda la escuela. Pero te creeré a ti, porque no
confío en nadie más —aseguró Jeon—. ¿Hay muchas estrellas más

—Sí, son muy grandes —exclamó abriendo sus brazos para expresar un gran
tamaño—. Más que tu universo. Desde aquí no se ven, pero no porque no se
vea significa que no existe.

Jeon escuchó curioso a Taehyung. Escuchó por aquella noche todos y cada
uno de los datos que le daba sobre el espacio exterior. Le ponía atención,
claro que lo hacía, porque todo eso era importante para Taehyung.

—Vaya, tengo a mi lado un verdadero genio —halagó Jeon ocasionando


tímidas y adorables risas en el menor. Risas que el mayor disfrutó escuchar
—. ¿Y qué tipo de estrella eres tú? ¿La más pequeña o la más grande?

A pesar de que Jungkook siempre jugaba cuando lo llamaba así, Taehyung


parecía realmente adentrarse al seudónimo.
—Soy una estrella pequeña, pero muy brillante si la ves desde aquí porque
estoy cerca del planeta —explicó con seriedad.

Jungkook se extrañó por la detallada descripción de Taehyung. Decidió creer


que éste había inventado toda una historia por su gran imaginación.

—Vaya, que gran imaginación tienes, estrellita —rió —. Tal vez algún día
suene lógico.

Taehyung no respondió nada más, solo siguió mirando el cielo.

Poco después el menor dejó salir su nostalgia en un suspiro que llamó la


atención de Jungkook.

—Desde aquí se ven muy pequeñas todas, me gustaría verlas más cerca —
murmuró.

Jeon se quedó mirando a Kim por unos instantes. Hipnotizado con la simple,
pero preciosa presencia del menor.

Taehyung volteó y Jeon se encontró con aquellos ojos. Aquellos bellos


fanales centellando con trémulas luces reflejadas en éstos. Era hermoso, todo
de él lo era. Su apolineo ser le cautivaba por completo.

Taehyung le sonrió. ¿Había una sonrisa más hermosa? Jeon tenía una
respuesta, y era que no existía ninguna. Para él, no habría perlas tan brillantes
como los dientes de Taehyung cuando sonreía. Porque su sonrisa siempre era
verdadera, y eso lo hacía especial.

Jeon salió de su ensoñación cuando sintió como Taehyung pasaba una parte
de la cobija por sus hombros y se acercaba más hasta estar completamente
juntos.

—También debes taparte, esposito —dijo acurrucandose a un lado de Jeon—.


Eres calentito, por eso me gusta abrazarte.

Jeon sonrió y tomó la punta de la cobija que estaba en su hombro para


acomodarla bien y taparse como Taehyung le había dicho.
Esa noche se quedaron ahí acurrucados. Abrigandose con la misma cobija y
Taehyung recargando su cabeza en el hombro de Jeon. Ambos se quedaron
ahí, disfrutando la noche y la vista que las galaxias les permitían apreciar.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Dos noches antes de navidad. Las calles estaban llenas de luces, adornos y, lo
que más odiaba Jeon, aglomeraciones de gente en todas las calles.

—Googi, ¿qué es eso? —preguntó Taehyung abrazado de su brazo.

A pesar de haberle dicho al menor que no permitiría que volviera a abrazarse


de él al caminar, se había vuelto una costumbre. Pues cada que salían,
Taehyung enrollaba su brazo con el suyo.

Jeon miró dónde Taehyung señalaba y encontró una de las típicas costumbres
de navidad. Un hombre disfrazado de santa y cientos de niños esperando su
turno para pedir regalos.

—Una de las cosas que hacen en navidad —contestó —. Un montón de niños


ilusos se sientan a un lado de un anciano barbón y piden regalos.

Taehyung abrió la boca sorprendido.

—¿Él tiene poderes?

—No, se llama credibilidad.

—¿Entonces qué hace?

—Los niños creen fehacientemente que si se portan bien, ese vejete les dará
regalos, pero es una excusa perfectamente inventada por los padres para
poder soportar a sus hijos un poco más.

Taehyung no dijo nada más y siguió caminando con Jeon a su lado. Entonces
algo le llamó la atención, más bien alguien.

—Mira —le detuvo Taehyung.


Jeon nuevamente buscó lo que el menor veía y sus ojos se concentraron en
una chica que parecía de su edad, estaba sentada en una banca, llorando, triste
y cabizbaja.

—¿Una banca? —Preguntó Jeon ignorando a la chica sentada ahí.

Taehyung rodó los ojos y frunció los labios.

—No, esa persona parece triste y todos se ven felices.

—No todos la pasan bien en estos días, Taehyung —respondió—. Lo sé por


experiencia. No hay nada que podamos o que quiera hacer, vámonos.

Jeon estaba dispuesto a seguir caminando. Pero, en esos momentos, agradeció


haber puesto la regla de tener a Taehyung cerca, pues de no ser así no habría
notado cuando éste se soltó de su brazo y corrió hasta la chica.

Jungkook resopló, mirando desde lejos a Taehyung sentado hablando con la


joven. No tuvo más remedio que acercarse.

Taehyung notó su presencia y le sonrió.

—Mira googi, se llama Shinhye, suena muy bonito, ¿no crees?

La chica sonrió naturalmente ante lo oído. Y Jeon admiró otra particularidad


de Taehyung, pues éste no hacía halagos para quedar bien ante los demás, no
decía palabras vacías y sin significado. Él era completamente sincero.

No respondió, en cambio Taehyung seguía dispuesto a descubrir la razón de


la tristeza en Shinhye.

—¿Estás bien? Te ves un poco triste —dijo Taehyung—. Las personas se ven
más bonitas cuando sonríen.

Shinhye sonrió un poco nuevamente, pero la tristeza no abandonó su rostro.

—N-no creo que les interese quedarse a escuchar mi historia.

—Tiene razón. —Pronunció Jeon frente a ellos.


—No digas eso —regaño Taehyung mirándolo molesto y puchereando.
Jungkook simplemente apartó la mirada esperando a que el menor terminara
lo que sea que fuera a hacer. Taehyung volvió a mirar a Shinhye —. Yoongi
me dijo que si dices en voz alta las cosas, te sentirás mejor contigo mismo,
porque ya no las guardarás en tu interior acumulando el dolor.

Shinhye lo pensó por un momento hasta que finalmente suspiró y habló.

—Mis padres casi nunca están en casa por el trabajo. Por eso ansiaba tanto la
navidad, para pasarla con ellos. Habíamos planeado una navidad perfecta
junto con mis hermanos menores —relató —. Pero ellos dijeron que no
estarán con nosotros este año porque irán a trabajar a la fábrica. Me enojé
mucho con ellos cuando me lo dijeron y solo salí corriendo, pero ahora me
siento peor.

Taehyung escuchó atento.

—Tus padres trabajan para tus hermanos y para ti, seguramente ellos también
extrañan a sus hijos, pero trabajan para darles lo mejor —aconsejó el menor
—. Las personas buenas son capaces de amarse a sí mismas tanto como amar
a los demás, y tus padres no solo piensan en ellos mismos sino en ustedes.

—Lo sé, mi familia necesita el dinero —confesó avergonzada —. Pero estaba


tan frustrada que no pude evitar gritarles.

—Fue muy idiota de tu parte actuar por impulso —habló Jeon esta vez
recibiendo las miradas de ambos —. Eres afortunada de tener padres que te
quieren y hacen cosas por ti. Algunos ni siquiera llegamos a sentir amor de
parte de ellos. Date cuenta de lo que tienes y aprecialo.

La chica bajó la mirada, dándose cuenta de sus acciones.

—C-creo que nunca lo había visto de esa forma —Suspiró—. Solo que a
veces desearía que todo mejorara para mi familia.

Taehyung sonrió en dirección a la chica y Jeon se perdió en la sonrisa del


menor. Al poco tiempo una señora llegó corriendo a Shinhye, luciendo
cansada y con ojeras. Jungkook vio a dicha señora y dilucidó que era la
madre de la chica. Lo confirmó cuando la vio a Shinhye correr a abrazar a la
señora con cariño.

—Taehyung —le llamó—. Ahora sí es hora de irnos. Dales su privacidad.

El menor asintió emocionado nuevamente. Tomando el brazo de Jungkook


para comenzar a caminar.

—¿No deberías estar triste por ella? —cuestionó al ver la alegría en el menor.

—Lo pidió de corazón, así que lo tendrá —Respondió feliz.

Jeon no supo bien a qué se refería, pero tampoco le importó mucho hablar
sobre esa chica.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Una noche antes de navidad y Jeon estaba desesperado. Aún no sabía que
regalarle a Taehyung. Él sabía que Taehyung sería feliz con lo que sea,
incluso si le regalaba unas simples crayolas él sería feliz. Pero Jeon no quería
darle eso, quería algo especial, algo que hiciera brillar los ojos de Taehyung.

Hoseok y Kim se habían quedado en casa preparando galletas navideñas.


Ínterin él salió a buscar el regalo del menor.

Visitó numerosos establecimientos y en ninguno encontró algo que le gustara.

—Entonces, recapitulando, necesito un regalo para alguien que parece


pequeño, pero es un adolescente, es inocente y adorable a la vez, le gustan los
dibujos y ver el cielo. —Explicó por décima ocasión. —No es tan difícil,
¿Tienes algo?

El joven que atendía se quedó callado por un momento.

—No lo sé.

Jeon resopló. —¿Cuál es tu función en esta vida entonces?

—¿Jungkook?
Jungkook volteó ignorando al trabajador, quien salió corriendo al ver la
oportunidad de zafarse del imponente pelinegro.

—¿Min? —Respondió indiferente. —¿No deberías estar en un tren muy lejos


de aquí?

Min rió sarcástico y sin gracia, ulteriormente volvió a ponerse serio.

—Mi tren se retrasó —espetó —. Como sea, ¿dónde está Taehyung?

—Está con Hoseok en casa, ¿por qué?

—¿No puedo preguntar por él? —respondió a la defensiva—. De todos


modos, ¿qué haces en una tienda de regalos? ¿le comprarás algo a Taehyung?

Jeon actuó nervioso por un momento al sentirse incapaz de aceptar lo que


haría, hasta que pudo controlar sus emociones y asintió.

—Sí, lo comparé un regalo —admitió apartando la mirada—. Solo que no sé


qué comprarle.

—Estás dudando demasiado —dijo Min—. Piensa en algo en específico, algo


que sepas que Taehyung ame. Él dice todo lo que piensa, seguro te habrá
dicho algo que quiere y que tu puedes conseguir para él.

De inmediato Jeon recordó algo. Algo que Taehyung había dicho que quería
y que podría ser su regalo. Ya no debía dudarlo, pues sabía lo que compraría.

—D-disculpe —habló una voz femenina tras él.

Jeon y Min voltearon a ver. Jungkook reconoció a la chica con la que


Taehyung había hablado el día anterior.

—¿Qué quieres?

Aún no aprendía a ser amable con los demás, cabe aclarar.

—¿Taehyung no está contigo? —preguntó la chica. El mayor negó silencioso


—. Es que, quería agradecerle.
Jeon frunció el ceño.

—¿Por qué?

—Ayer que le conté lo que pasó, me sentí mejor como el dijo —murmuró
apenada—. Y no puedo evitar pensar que el me ayudó con mi deseo de estar
con mis padres.

Aún sin comprender, Jungkook la miró desesperado y curioso a la vez.

—Ve al punto, ¿qué quieres que le agradezca exactamente?

—Hoy en la mañana ascendieron a mis padres en el trabajo y también les


dieron un aumento. Así que van a poder pasar navidad y más tiempo
conmigo. —Relató. —Aún si cree que estoy loca, quiero agradecerle a él,
porque creo que es un ángel de navidad.

—¡Shinhye! —Le llamaron a la lejanía. Era una mujer mayor, su madre


seguramente.

—Ya debo irme, apenas decoraremos la casa. —Informó emocionada. —


Saluda a Taehyung de mi parte.

Shinhye se fue corriendo hacia su madre y Jeon dio la vuelta indiferente.

—¿No dirás nada? —preguntó Min.

—¿Con respecto a qué?

—Te acaban de decir que Taehyung ayudó a cumplir un deseo, ¿no te parece
extraño?

Jeon sonrió con burla.

—¿Le creíste? Creí que eras más inteligente —espetó —. Digo, no juzgo sus
creencias, pero fue una simple casualidad.

YoonGi le miró seriamente por unos segundos y, posteriormente, miró la


hora en su celular.
—Debo irme. Dile a Taehyung que le traeré su regalo de navidad de Daegu
—avisó y, antes de alejarse , volteó de nuevo —. Ah, y Jeon.

—¿Qué?

—Un poco de credibilidad no le hace daño a nadie.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

La noche de navidad llegó, la ansiada noche. El pavo estaba listo, al igual que
algunos pastelillos y bebidas en la mesa, un ambiente cálido y hogareño se
formó con los villancicos resonando tenuemente a través de una radio.

Jungkook se había vestido más elegante que otros días a petición de Hoseok y
Taehyung, pues le dijeron que era un día especial y debía estar formal. Por lo
que se encontraba vistiendo un pantalón de vestir, una camisa blanca y una
corbata negra.

Estaba en la cocina, asegurandose que todo estuviera listo para la cena. Luego
de corroborar aquello, salió de la cocina con la intención de ir a la mesa, pero
tan pronto como salió, se quedó en completo asombro y perplejidad al ver la
escena frente a sus ojos.

Taehyung bajaba las escaleras con una resplandeciente sonrisa, se veía


sumamente precioso con un atuendo que nunca había visto y que favorecía su
curvilineo cuerpo, incluso tenía aretes puestos y su brillante cabello bien
peinado.

Jeon se tambaleó un poco en su lugar por los repentinos nervios de ver a


Taehyung.

—¿D-dónde conseguiste esa ropa Taehyung? —Preguntó.

—Hoseok la compró para mí como regalo de navidad —informó contento —.


Dijo que luciría bien en mí. Esposo, ¿me veo bonito?

—Y-yo, bueno, ya sabes eres... —Exhaló profundamente para darse


tranquilidad. —Te ves hermoso, Taehyung.
Las mejillas del menor se sonrojaron y su sonrisa se agrandó.

Al ver esa reacción en Taehyung, de inmediato Jungkook sonrió complacido.

Al poco tiempo, ambos se encontraban sentados comiendo la vianda navideña


que habían preparado. Disfrutando la compañía del otro, riendo con relatos
contados y anécdotas graciosas. Eso era todo lo que necesitaban, pues eso fue
suficiente para tener una navidad perfecta.

—Me gusta lo que cocinas —halagó Kim —. Eres un buen cocinero.

Jeon rió. —Sí, bueno, quemé dos intentos antes de éste pavo, pero creo que
salió bien.

Al terminar de comer se fueron a la sala a disfrutar de un chocolate caliente


con galletas ínterin miraban una película navidadeña.

—Esposo, ¿cuando puedo tener mi regalo? —preguntó Taehyung


distrayendose y dejando de ver la película.

—Aún debo arreglar algo, así que mañana por la mañana los regalos estarán
debajo del árbol —indicó mirando como Taehyung fruncía las cejas y hacía
un puchero—. Vamos, solo debes dormir, no es tan difícil.

—Bien —en ese momento una canción llegó a sus oídos y la reconoció al
instante—. Esposito, escucha.

El mayor hizo caso concentrándose en la balada lenta que era reproducida en


algún lugar del vecindario a todo volumen.

—Seguro es la vecina. —Se quejó Jeon. —Ni siquiera en navidad deja de


molestar.

—A mí me gusta esa canción —dijo Taehyung—. En la película de las


princesas bailan ésta canción.

—Las princesas de las películas son Jimin. —Bromeó cambiando de tema.


Taehyung rió empujandolo levemente.
El menor dejó de reír unos segundos después.

—¿Podemos bailar nosotros? —pidió. Vio a Jungkook apartar la mirada, por


lo que supo que lo estaba dudando—. Por favor esposito, quiero que me
enseñes a bailar, se ve divertido.

Luego de unos momentos de indecisión, el mayor suspiró. Claro que quería,


sabía danzar aquellas valsísticas canciones. Pero los nervios le hicieron
pensarlo demasiado.

—Bien, sólo porque es navidad.

El menor aplaudió emocionado, levantándose al instante del sofá. El mayor


copió la acción lentamente, sintiendo como Taehyung le tomaba de la mano y
lo guiaba a una parte de la casa donde podrían bailar libremente.

El menor, completamente feliz, pasó sus brazos al rededor del cuello de Jeon.
Y éste, por su parte, con manos temblorosas dejó sus manos en la fina cintura
del menor. Aquella cintura, que al sentirla por primera vez así, le hizo sonreír
inconscientemente.

—No es tan difícil, sólo sígueme en la dirección que vaya —dijo viendo a
Taehyung asentir.

A continuación el mayor comenzó a danzar con pasos lentos y suaves, de vez


en cuando caminando a otra dirección. Su mirada se perdió el la de
Taehyung, éste no había dejado de sonreír en todo el baile.

—Googi, me gusta estar contigo —pronunció Kim, escondiendo su rostro


sonrojado en el pecho fornido del mayor.

Jeon sonrió a Kim. —A mí también contigo.

Taehyung le dedicó una sonrisa y, posteriormente, Jungkook vio como la


mirada de Kim ya no estaba en él, ahora estaba concentrado viendo algo que
estaba arriba, como si algo estuviese encima de él. Taehyung pasaba su
mirada de arriba a los ojos de Jungkook, una y otra vez por largos segundos,
parecía dudar mucho en hacer algo.
—¿Qué sucede? —preguntó Jeon preocupado.

La respuesta no llegó, en cambio, Jeon vio a Taehyung pararse de puntitas y


acercarse rápidamente a su rostro. Su corazón se aceleró y más cuando sintió
los labios del menor chocar con los suyos.

Un efímero y nulo choque de labios de algunos segundos. Pero que Jeon


repetía en su mente mil veces.

Jungkook dejó de moverse, pasmado. Cuando su respiración se reguló, miró a


Taehyung encontrando a éste con las mejillas rojas.

—Las personas le dan un besito en los labios a otras cuando están bajo el
muérdago con alguien a quien quieren más que a nadie —explicó tímido
señalando sus labios—. ¿Estás enoja-

Sus palabras fueron interrumpidas cuando Jeon lo acercó tomándolo por la


cintura y uniendo sus labios nuevamente. Esta vez, un beso más profundo y
verdadero. Un beso que sabía que significaba. Y significaba que había caído
por Kim Taehyung.

Jungkook no era experto en el tema de los besos claramente, pero no le


importó, pues se sentía en una perfecta ataraxia al sentir los labios también
inexpertos del menor. Ambos aprenderían juntos.

Cuando se separaron del beso, sus miradas se conectaron. Jeon vio el rostro
sonrojado y sorprendido de Taehyung. Era precioso sin duda alguna.

Jungkook le sonrió a Taehyung y acercó el cuerpo del menor para abrazarlo


dulcemente con una sonrisa. Se sentía completo, sentía que la felicidad que el
mundo le había arrebatado, Taehyung se la estaba devolviendo.

—Jungoogi —llamó Taehyung sobre su pecho. El mayor emitió un tenue


sonido indicado que lo escuchaba—. Dicen que un beso en los labios tiene
mucho significado, ¿qué significa exactamente?

—Significa que no sólo te quiero, Taehyung. —Espetó separando a


Taehyung del abrazo para verlo a los ojos. —Significa que en realidad te
amo.

Los ojos del menor brillaron con aquel centello que Jungkook amaba. Y, al
ver sus ojos, sentir sus acelerados latidos y aquel sonrojo en sus mejillas,
Jungkook lo supo; estaba siendo correspondido y eso era lo mejor que le
había pasado en la vida.

—¡Yo también te amo!

El mayor sonrió y atrajo a Taehyung nuevamente a su pecho para abrazarlo.


Porque no había duda al respecto, YoonGi tenía razón, no tenía sentido seguir
negándolo. Estaba enamorado de Taehyung.

•••
Les dejo éste dibujo hecho por: @cook_ie44 quien realizó esa perfecta
representación de la escena y es de verdad tan hermoso que creo que
todos deberían verlo.
Agradezco de corazón esos detalles.
Capítulo 12
✧。・゚・✧。・゚・✧

Ambos se hallaban en la cama arropados con sus pijamas puestos y


dispuestos a dormir. Estuvieron tan cariñosos luego de aquel beso que no
dejaron de abrazarse en toda la noche y, de vez en cuando, Jungkook le
robaba besos inocentes a Taehyung. Ni siquiera al dormir fueron capaces de
separarse, Jungkook abrazó el cuerpo de Taehyung contra su pecho mientras
éste soltaba ligeros suspiros al dormir.

Jeon aún no dormitaba, su mente ensimismada estaba arraigada a la


remembranza de aquel beso bajo el muérdago. El vivo sentir de los labios
cándidos de Taehyung lo guardó en su corazón y, lo atesoró tanto, que fue
capaz de sentir nuevamente lo que experimentó con ese primer beso.

Entonces se desconoció a sí mismo. ¿Realmente había besado y abrazado a


Taehyung por iniciativa propia? Sí, lo había hecho y era una faceta
totalmente nueva y anormal. Nunca había actuado así, ni creía hacerlo, pero
probablemente había sido producto de la limerencia lo que le hizo actuar así.

Aún si la limerencia fuese culpable, Jeon no se arrepentía de haberse


confesado con aquel "te amo". No obstante, se sentía extraño, extraño de ser
tan feliz. Desde que se dio cuenta de sus sentimientos, había tenido miedo de
enfrentar su amor subrepticio hacia Taehyung y, afortunadamente todo había
resultado más letífico de lo que alguna vez imaginó. Se sentía bien, sentía paz
y felicidad como nunca antes de Taehyung.

Jamás se imaginó que podría tener pareja, ya que odiaba a todas las personas
que se le acercaran; no pensó que alguien pudiese hacerlo feliz alguna vez;
mucho menos pensó que la persona que calmó su alma atormentada fuera un
hombre. Pero, ¿qué más daba si era un chico del que estaba enamorado? No
le importaba lo que pensarían los demás, estaba siendo feliz y eso ya era una
fortuna exuberante.

Su mirada fue hacia abajo donde Taehyung se encontraba con un puchero al


dormir y se abrazaba de su torso.

Una sonrisa apareció en el rostro de Jeon. ¿Hace cuanto no había dormido así
con Taehyung? La última vez fue en aquel hospital, y para que mentir, Jeon
había extrañado dormir abrazado de Taehyung desde que éste tenía a
panquesito.

Dicen que si duermes abrazado con una persona que amas trae numerosos
beneficios, emocionales sobre todo, y Jungkook lo comprobó esa noche, pues
nunca se sintió tan pleno al dormir.

La mañana siguiente, Jungkook sintió la ausencia del cálido cuerpo que le


abrazaba en la noche, y sintió como la cama se hundía y rebotaba en una
secuencia repetitiva que lo estresó. Rápidamente talló sus ojos
acostumbrándose a los potentes rayos del sol de la mañanay miró lo que
ocurría. Era Taehyung brincando alegremente en la cama.

—Taehyung deja de brincar —se quejó el mayor sentándose en la cama aún


con adormecimiento.

Kim hizo lo indicado sin dejar de sonreír y se acercó a Jeon.

—Quiero mi regalo, quiero mi regalo, quiero mi regalo —pidió emocionado.


Al ver que no obtenía la atención de Jungkook decidió seguir hablando—. Tú
dijiste que en la mañana podría tenerlo.

El mayor se quitó los cobertores de encima y se levantó de la cama.

—Bien, ya estoy despierto, vamos.

Taehyung brincó emocionado y corrió hasta el primer piso directo al árbol de


navidad. Jungkook iba caminando despacio mientras bostezaba.

Al estar frente al árbol, Taehyung se quedó observando la caja más grande,


forrada con papeles navideños y Jeon lo notó.

—Obviamente ese es tuyo —informó Jeon. Taehyung lo miró inseguro—.


Vamos, ábrelo.

Taehyung, con el entusiasmo dominando sus acciones, corrió hacia el regalo


más grande y comenzó a abrirlo sin cambiar su sonrisa por ningún otro gesto.
Cuando estuvo completamente desenvuelto, miró la gran caja con un objeto
desconocido y su entusiasmo pasó a ser confusión.
Al verlo, Jungkook temió haber fallado en su ardua busqueda del regalo
perfecto. Así que de inmediato glosó las misteriosas dudas de Taehyung.

—Es un telescopio —Jungkook no supo cómo descifrar la mirada del menor


y creyó que no le había gustado, por lo que se apresuró a dar más
explicaciones—. Dijiste que querías ver las estrellas más cerca, según lo que
me dijeron es el mejor para ver las galaxias más cercanas a la tierra, s-solo
supuse que te gustaría.

El alivio disipó el temor en su interior cuando Taehyung sonrió genuinamente


dando brinquitos emocionado.

—Gracias, gracias, gracias esposo.

Kim se apresuró a correr a él para abrazarlo, como siempre lo hacía cuando


estaba feliz, pero esta vez Jeon correspondió con el mismo cariño.

Taehyung se separó un poco para ver al mayor a los ojos.

—¿Podemos utilizarlo hoy?

—No veo por qué no.

Kim iba volver a saltar con emoción pero en ese momento recordó algo que
parecía ser importante por la expresión que cambió.

—Espera, aún no ves tu regalo —dijo Taehyung —. Abre tu regalo, googi.

El mayor se sorprendió al escuchar eso. Aunque Taehyung dijo que le


regalaría algo, en realidad creyó que lo olvidaría.

Con curiosidad, Jeon se acercó al árbol encontrando una caja perfectamente


decorada con papel. Miró de reojo al menor, que le miraba expectante, y
subsiguiente a ello comenzó a abrir el regalo. Creyó que sería un dibujo o
algún dulce, pero al ver el contenido se quedó pasmado. Su sonrisa se borró,
pero sus latidos aumentaron el ritmo.

—¿C-cómo conseguiste...
La inacabada pregunta se quedó en el aire. Y es que sentía tanto sentimiento
en su interior que simplemente no pudo controlarlo. En la caja yacía una
fotografía en un marco que recordaba muy bien. Una fotografía de él y Soojin
a los quince años, antes de la muerte de éste.

En la fotografía SooJin posaba con una radiante sonrisa abrazando a Jeon por
los hombros, mientras Jungkook miraba enojado a SooJin e intentaba alejarse
del abrazo.

Los ojos de Jeon se llenaron de lágrimas y su corazón dañado solo le hizo


sentir nostalgia. Aún tenía la inquietante duda de saber cómo Taehyung había
conseguido esa fotografía que fue destruida por él mismo hace muchos años.

Había destruido y desechado aquella fotografía gracias a una pequeña pelea


con SooJin. La había destruido sin saber que tanto SooJin como la fotografía
se quedarían en un simple recuerdo, pues unos días después fue el incidente
donde SooJin se quitó la vida. Desde ese día Jeon había llorado mucho,
anhelando volver a recuperar aquella foto que destruyó por un enojo pasajero,
pero que sería el único recuerdo que tenía del mejor amigo que tuvo.

—Lucecita me contó de tu amigo, dijo que siempre deseaste retroceder el


tiempo para poder salvarlo... yo no puedo hacer eso —dijo Taehyung con un
atisbo de culpa en su tono —. Pero si puedo darte el recuerdo de él que tanto
querías.

Jeon tragó sus lágrimas. Ya ni siquiera le importaba el hecho de que Hoseok


había hablado se SooJin, solo le importaba el presente nostálgico en el que se
encontraba al recordar tantas cosas con esa sola foto y al escuchar las
palabras de Taehyung.

—E-esta fotografía desapareció hace años, Taehyung. —comentó aún


confundido —. N-no entiendo cómo la obtuviste... pero es lo mejor que
pudiste hacer por mí.

Estaba sumamente confundido, mucho, pero también se sentía muy feliz por
recuperar aquel recuerdo de su amigo. Por lo que, sin poder aguantarlo más,
se acercó para abrazar cariñosamente a Taehyung y dejó salir sus lágrimas
sobre su hombro.
—¿Por qué lloras? —preguntó Taehyung.

Jeon se separó un poco del abrazo y limpió sus lágrimas dándose cuenta de
que últimamente lloraba mucho, pero todas esas lágrimas tenían una
respuesta:

—Porque eres lo mejor que me ha pasado en la vida, Taehyung.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Taehyung estuvo emocionado con su regalo en todo el día. Por ende, al


anochecer, Jungkook ya se encontraba instalando el telescopio en el techo de
la casa, mientras Taehyung lo esperaba sentado en los cobertores comiendo
algunas frituras.

—Está listo —indicó Jungkook provocando que al instante Kim se levantase


emocionado dejando las botanas de lado —. Solo mira por el lente y
enfócalo.

El menor asintió e hizo lo indicado, se arrodilló frente al telescopio y, con un


ojo, se asomó a través del lente. Se quedó mirando por unos segundos, hasta
que dejó de hacerlo para mirar a Jeon y sonreírle, notificándole lo feliz que
estaba.

—Gracias, googi, me gusta mucho mi regalo.

Jungkook miró los brillantes ojos de Taehyung y su rostro feliz, fue entonces
que él también se sintió aliviado de saber que le gustó aquella dádiva.

—No fue nada, estrellita.

Unos minutos pasaron, Taehyung seguía mirando en el telescopio, mientras


Jeon, sentado en las cobijas, comía frituras.

—¿Es cierto que Soojin era como tu hermano además de ser tu mejor amigo?
—la pregunta salió de sus labios aun cuando su vista estaba ocupada mirando
en el telescopio.

Jeon comió una fritura y sonrió mirando al distraído Taehyung.


—Es cierto, era de las pocas personas que podía soportar.

Kim dejó de mirar el cielo nocturno, e interesado en el tema, se concentró en


Jungkook, sentándose a su lado.

—¿Cómo lo conociste?

Jeon pensó un rato para recordar. —Se sentó a mi lado y yo lo tiré de su silla
para que se fuera.

Taehyung rió y Jeon acompañó sus risas. No pasó mucho cuando las risas
fueron disminuyendo y, entonces, Jungkook continuó su respuesta

—Aun así él siempre volvía a sentarse a mi lado sonriendo e intentando


hablarme —relató nostálgico pero feliz del recuerdo de SooJin—. Siempre
estuvo conmigo, porque sabía que lo necesitaba.

Taehyung parecía muy feliz ante su descripción de Soojin.

—¿Y siempre fueron muy buenos amigos?

—Muy buenos amigos, nunca se lo dije, pero siempre lo supe, incluso si lo


trataba mal a veces por mi torpe orgullo —murmuró y sus cejas se fruncieron
ante un mal recuerdo —. Fue el único verdadero amigo que tuve y que estuvo
conmigo sobre todo, incluso cuando los demás se iban.

Y más recuerdos llegaron a la mente de Jeon aumentando el enojo en su


interior, hacía tiempo que no recordaba nada de su pasado. Cuando sintió que
explotaría de enojo sintió unos labios chocando sobre su mejilla rápidamente.

Jungkook volteó a ver a Taehyung sorprendido.

—¿P-por qué hiciste eso?

—Tu carita se veía enojada, y así ya no lo está. Ahora estás rojito.

Jeon frunció el ceño fingiendo enojo aunque en realidad solo estaba nervioso,
feliz por el beso y su ostensible sonrojo lo delataba.
—Estás alucinando, mejor ve a ver a ver el cielo, torpe estrella.

Taehyung rió e hizo lo indicado corriendo nuevamente a ver las estrellas sin
reclamo alguno. Mientras tanto Jungkook intentaba regular sus latidos
después de ese beso.

—¡Googi! —exclamó Taehyung con total euforia en su tono —. Ven a ver.

Taehyung se acercó y le tomó la mano para obligarlo a levantarse y mirar a


través del telescopio. Jungkook se dejó guiar hasta que estuvo frente al
telescopio y le hizo caso al pedido de Taehyung, se asomó por el lente y miró
el cielo y las estrellas que se podían admirar.

—No entiendo, ¿qué quieres que vea exactamente? —preguntó confundido


buscando algo interesante—.Todas son iguales.

—¿Ves el espacio vacío al lado de la estrella grande y solitaria de ahí?

Jeon observó con más minuciosidad, notando de inmediato un espacio vacío


entre tantos puntitos pequeños, al lado de una estrella más grande.

—Lo veo —afirmó aún desinteresado —. ¿Y qué con eso?

—Era mi lugar antes de venir aquí, googi —diijo Taehyung en un tono


alegre.

Jeon se apartó del telescopio y, luego de quedarse pasmado por segundos,


miró a Taehyung confundido.

—¿De qué hablas? —cuestionó sin comprender a lo que se refería.

Kim no captó su incredulidad, así que continuó con su informativa charla.

—Mi lugar, Jungoogie, ahí estaba yo antes de bajar a tu planeta.

Eso era exactamente lo que Jeon había escuchado antes, pero aún no lo
entendía. Podrían repetírselo mil veces y él continuaría siendo un escéptico
de esa idea.
—No estoy entendiendo la broma —dijo seriamente —. Explícame por qué
dices eso.

Taehyung se encogió de hombros totalmente despreocupado de su descreída


postura.

—Aún no sé bien lo que es una broma, yo solo te quería enseñar en dónde es


mi lugar —explicó con sinceridad—. Desde ese lugar podía ver este planeta,
a veces también podía ver a las personas, te vi a ti también muchas veces.

Jeon acercó una mano a la frente de Taehyung, intentando verificar que no


estaba delirando por algún efecto secundario de alguna fiebre. Pero su
temperatura era normal.

—¿Lo viste en algún programa, Taehyung? —preguntó nuevamente esta vez


riendo —. Esta vez sí es muy fantasioso.

Taehyung negó riendo ligeramente por sus comentarios.

—Te estoy diciendo la verdad, ya te dije que no puedo mentir.

Lo que más le causaba confusión a Jeon era la naturalidad con la que


Taehyung lo decía, como si fuese algo banal y fácil de procesar.

—¿Por qué no dices nada? ¿Estás molesto? —preguntó Kim luego de unos
segundos sin recibir ni una reacción de Jungkook.

Jeon parpadeó un par de veces saliendo de su trance.

—Taehyung, me estás diciendo básicamente que antes eras una estrella —


dijo explicando su actitud —. Aún creo que estas jugando, ¿es un juego? No
me enojaré, solo dilo ahora.

Taehyung rió a la vez que rodaba los ojos por su insistencia.

—No estoy jugando.

Jungkook no entendía qué sucedía. Simplemente no podía creerlo, era


imposible que Taehyung estuviera hablando en serio.
—Es difícil saber que pensar, ¿Sabes?

Vaya que lo era, no sabía qué creer. Taehyung era sumamente sincero en
todos los aspectos. No obstante aquello que dijo era simplemente imposible
de ser una realidad o, por lo menos, algo muy complicado de creer. Toda era
tan contradictorio que la disyuntiva que se creó en su mente no le dejó pensar
claramente.

—¿No me crees? —preguntó con un puchero —. ¿Crees que tus compañeros


tienen razón y soy tonto por eso?

Al escuchar eso Jeon reaccionó volteando a ver a Taehyung y se apresuró a


hablar.

—Mírame a los ojos, nunca creería eso de ti, ni siquiera lo pienses —


Taehyung asintió aún puchereando. Jeon sólo pudo suspirar para calmarse —.
Creo en ti, solo dame tiempo para asimilar tus palabras, ¿está bien?

La sonrisa de Taehyung volvió al escuchar eso, y se apresuró a abrazar a


Jungkook, quien sin dudarlo le abrazó de vuelta, aliviado de haber
pronunciado las palabras correctas.

Y es que no era una total mentira, pues creía en Taehyung, creía en él


fehacientemente. Empero, a aquellas palabras era difícil darles veracidad.

—————————————

Una tarde de sábado ambos se encontraban sentados en el sofá viendo


películas como de costumbre. Taehyung comía palomitas mientras el mayor
buscaba algo que ver.

El tema de Taehyung diciendo que venía de las estrellas fue cosa sólo de
aquella noche, no lo había vuelto a mencionar los días subsiguientes. Pero,
Jungkook aún no lo olvidaba, inclusive investigó a profundidad sobre el
tema. Y es que, desde la llegada de Taehyung, el había preferido suponer que
este había perdido la memoria y esa era la razón de su nula conciencia sobre
el mundo, pero con la confesión de esa noche ya no sabía qué creer.
—Odio todos los programas de ahora —se quejó Jeon cambiando canal por
canal—. Ahora recuerdo por qué bloqueé todos los canales.

La puerta fue abierta de un momento para otro. Y Jungkook ni siquiera tuvo


que voltear para ver quién era. Sabía que era Hoseok, pues era el único que
tenía el valor para entrar a su casa sin tocar, lo que no esperaba era que Min
también estuviera ahí.

Taehyung se apartó de la cómoda posición en la que estaban ambos para


correr a abrazar a ambos chicos. Jeon sólo bufo ante eso.

—Los extrañé mucho —exclamó Taehyung abrazándolos más fuerte.

Hoseok sonrió alegre.

—Yo también te extrañé, Tae, los dos te-

—¿Por qué están aquí? —interrumpió Jeon—. ¿Ahora se ponen de acuerdo


para venir a molestar?

Hoseok no dejó de sonreír y se acercó, junto con YoonGi y Taehyung, a la


sala dejando unas bolsas en la mesa de centro.

—Esta vez si nos pusimos de acuerdo, porque ambos traemos regalos —dijo
emocionado tomando una caja y dándosela a Taehyung quien sonrió y se
apresuró a abrirla.

—¡Más regalos! —exclamó entusiasmado abriendo la caja que le dio Hoseok,


mostrándose aún más feliz al ver en contenido —. Mira, googi, es como el
que tú tienes, ¿cómo se llama?

—Vaya, un celular —espetó Jeon fingiendo poco interés, aunque por dentro
estaba sorprendido por el regalo.

Definitivamente el cariño que le tenían a Taehyung era demasiado.

—Creo que te servirá y te hará falta, puede ayudarte en cualquier emergencia.


—informó Hoseok—. ¿Te gustó?
Taehyung asintió acercándose a abrazarlo.

—Gracias, lucecita.

Cuando se separaron de ese abrazo, Hoseok miró a Jungkook de repente


sintiéndose timido y con temor de ser rechazado cruelmente de nuevo.

—También te traje algo, Jungkook.

Jeon le miró seriamente y sin decir nada, pero mostrando el rencor en sus
ojos. Aquella noche que habló con Taehyung sobre Soojin, los recuerdos de
su pasado llegaron uno tras otro atacado su mente, recordándole todo lo que
hizo Hoseok y el resentimiento que le guardaba a éste.

Jung le dio la bolsa de regalo y Jungkook la tomó para abrirla. Encontró


dentro un collar dorado con un dije ovalado.

—Es un collar relicario —explicó de inmediato —. Es para poner una foto


dentro... pensé que podrías poner una fotografía con Taehyung.

Jungkook abrió el dije mirando el espacio donde se colocaba la fotografía, en


realidad no le desagradó la idea de poner ahí una fotografía suya con
Taehyung, pero tampoco quería ceder.

—No utilizo collares —espetó mirando hacia otro lugar y volvió cerrar el dije
—. Son incómodos, no lo usaré, pero supongo que gracias.

—Y-ya veo —murmuró apenado, posteriormente volviendo a sonreír


fingiendo no estar afectado—. No hay problema, no fue nada.

Nadie dijo nada más y Min notó lo tenso que se ponía el ambiente cuando el
silencio reemplazó el lugar que utilizó la charla de Jeon y Hoseok.

—Bueno, yo también traje algo —dijo Min acercándose a Taehyung para


darle una pequeña bolsa de regalo—. Ábrelo, lo traje con cariño.

El menor asintió abriendo la bolsa sacando un estuche donde se encontraba


algo que no era desconocido para el, pero que aún así lo hizo brincar de
alegría.
—Es como el que me dio mi mami —exclamó emocionado.

—Es un brazalete, Taehyung. —Informó Min. —La piedra que tiene en


medio significa inocencia y ternura, y eso me recordó a ti.

Las mejillas del menor se sonrojaron y sonrió tímido al escuchar eso.

Jungkook rodó los ojos mientras apartaba la mirada de ellos y susurró: —


Cualquiera pudo darle eso.

Hoseok comenzó a reír a su lado al escucharlo, por lo que lo miró mal.

—Ah, Jeon. —Dijo Min. —No supe que comprarte, así que te traje lo mismo
que a Taehyung, sólo que la tuya significa molestia y enojo.

Hoseok y Taehyung rieron al escuchar eso. Jungkook sólo pudo atrapar la


bolsa que Min le lanzó.

—Pueden ser pulseras de pareja —propuso Hoseok.

—¿Pulseras de pareja? —Preguntó Taehyung.

—No es na-

—Las parejas se ponen pulseras iguales para demostrar cuando se aman —se
apresuró a explicar Yoongi.

A Taehyung le brillaron los ojos y Jeon sospechaba que querría hacer eso.

—¿Serán nuestras pulseras de pareja? —preguntó emocionado —. Tú me


dijiste que me amas. ¿Pueden ser pulseras de pareja? ¿Sí?

Tanto Hoseok como YoonGi quedaron estupefactos al escuchar eso. Jeon


ignoró las miradas de ellos y se concentró en Taehyung.

—Está bien, entonces lo serán —respondió sonriéndole de vuelta.

Taehyung le miró feliz y le abrazó siendo correspondido. Poco después se


separó al recordó algo.
—¡Cierto! —exclamó —. Yoongi, te iba mostrar mi dibujo, espera, iré por el.

Kim se fue a su habitación dejando atrás la escena wue él mismo había


creado. Con la ausencia de Taehyung en la sala, los otros dos miraron a Jeon
esperando que éste explicara lo que Taehyung había dicho. Jungkook sólo los
miró con indiferencia.

—¿Qué? —Los otros no respondieron, pero Jungkook sabía que pensaban. —


Agh, ya sé, esperan que les explique lo que Taehyung acaba de decir, bueno
quédense esperando, no quiero hacerlo.

—Pero no puedes esperar que no estemos sorprendidos. Le dijiste que lo


amas y además te dice esposo —dijo Hoseok —. No esperaba algo así.

—¿Y qué? ¿No fuiste tú el que me dijo que actuara rápido? —respondió
dirigiéndose a Min, quien asintió ante la pregunta —. Bien, pues me di cuenta
que tienes razón e hice algo al respecto.

—De acuerdo, supongo que eso quiere decir que son novios. ¿Cierto? —
Preguntó Min. Jeon se quedó callado pensando. —Qué fue lo que hiciste
exactamente.

—Agh son un tan metiches que me están estresando —Se quejó. —No le
pedí eso solo-

—¡Mira Yoonie hyung! —exclamó Taehyung bajando de las escaleras


alertando al trío de jóvenes que discutían —Este es mi dibujo.

YoonGi y Taehyung se quedaron entretenidos en dicho dibujo. Mientras


Hoseok se acercó sentándose junto a Jungkook quien parecía ensimismado.

—¿Por qué no se lo pides? —preguntó Jung —De todos modos ya diste el


primer paso.

—No tiene sentido, el sabe que lo amo y el dijo que me ama. —Respondió.
—No entiendo por qué hacerlo.

—Probablemente sea una simple palabra, pero siendo novios estás


asegurando algo y dándole un lugar a Taehyung en tu vida —explicó. —Si
algún día alguien le explica a Tae lo que es ser novios, se decepcionará
porque nunca se lo pediste.

Jungkook lo pensó esta vez con mas detenimiento. Probablemente Hoseok


tenía razón. Para él era innecesario el declarar aquella pregunta, pero podría
jurar que a Taehyung le encantaría todo ello.

Por la noche ambos estaban listos para irse a dormir. Permanecían recostados
en la cama. Jeon con sus anteojos puestos, leía un libro mientras mantenía
cerca a Taehyung, abrazándolo por los hombros. Mientras tanto Taehyung
jugaba con su nuevo celular acurrucado al lado de Jeon.

Unos minutos después Jeon se deshizo de sus anteojos, masajeó sus sienes y
dejó el libro en el mueble de madera que estaba al lado de la cama.

—Ya es hora de dormir, Taehyung —indicó levantándose para apagar la luz.

Taehyung por su parte se apresuró a encender su lámpara. Jeon regresó a la


cama y se acostó acercando a Taehyung para abrazarlo. Sin embargo éste se
separó y agarró a panquesito.

Jeon lo miró perplejo.

—¿Qué haces?

Kim le miró igualmente. —Recuerda las reglas, googie, no debo tocarte.

El mayor frunció las cejas y quiso quejarse de mil maneras, pero estaba aún
atónito.

—P-pero eso-

—Panquesito también quiere que lo abrace.

—Panquesito no importa —espetó molesto. Taehyung rió y le dio la espalda


para dormir. —Oye, torpe estrella, te estoy habland-

—Buenas noches, esposo. —Interrumpió riendo el menor, y entonces


Jungkook supo que lo hacía a propósito.
Jeon pataleó las cobijas molesto y maldijo en voz baja arrepintiendose de el
día que decidió poner reglas. Aún así, luego de un momento de rabieta,
sonrió, porque Taehyung se había atrevido a bromear con él y hacerlo enojar.
Sin dudas, lo amaba demasiado.
Capítulo 13
✧。・゚・✧。・゚✧

Vaya que eran días plenos en la vida de Jungkook. Sus pequeñas vacaciones
de navidad habían terminado, pero Jeon no se quejaba, porque sabía que, con
o sin vacaciones, disfrutaría cada día con la compañía de Taehyung.

Se había convertido en una rutina el salir las noches a ver las estrellas y
sentarse uno junto al otro para abrigarse con la misma cobija. Esa era sin
duda una rutina que disfrutaban mucho.

Era el primer día de clases de Jungkook luego de las vacaciones y aunque


Taehyung ya era capaz de estar solo en casa, no lo hacía, pues le gustaba
acompañar a Jungkook, y para que mentir, Jeon amaba tener la compañía del
menor.

En cuanto tuvieron una hora libre salieron del salón de inmediato. Taehyung
comía de un recipiente lleno de comida que Jungkook había preparado para
él. Pronto Hoseok llegó a su mesa junto con Jimin y YoonGi y Jungkook tuvo
la premonición de que terminaría de mal humor.

—¿Les molesta si nos sentamos? —preguntó Hoseok recibiendo una sonrisa


de parte de Taehyung.

—Me alegra que preguntes —habló Jeon. —Porque definitivamente es lo


que-

—Perfecto, me sentaré aquí. —Interrumpió Min tomando asiento.

Los otros dos hicieron lo mismo que YoonGi tomando asiento en la mesa.
Jungkook frunció las cejas y, cuando sentía que el mal humor dominaría sus
sentidos, sintió un beso en su mejilla que lo hizo voltear rápidamente a ver a
Taehyung quien sólo le sonreía.

—No me gusta cuando tu carita se pone enojada —le dijo Taehyung.

Jeon dejó de lucir molesto y comenzó a sonreír gracias a eso. Entonces pensó
que ya no sería tan malo soportar tantas personas.

Siguieron comiendo, charlando y haciendo comentarios o acciones joviales


que hacían reír a todos, incluso a Jeon, a pesar de que Jimin era quien lo
hacía reír, pasó un buen momento.

De repente alguien interrumpió el momento tocando el hombro de Jeon. Éste


volteó encontrando a un chico de su clase de matemática avanzada.

—No estamos en clase así que no tengo por qué hablarte. —Se apresuró a
decir Jeon dejando de mirar al chico.

Su compañero de clases rodó los ojos ante las palabras de Jungkook.

—El profesor Kang te está esperando en la facultad para la reunión de


alumnos con los mejores promedios, ¿lo olvidaste?

En ese momento Jeon recordó lo importante del asunto y le tomó más


importancia.

—Taehyung, debemos irnos —indicó levantándose de la mesa para irse.

—La junta es privada, no puedes entrar acompañado —intervino su


compañero.

Jeon chasqueo la lengua molesto.

—¿Por qué? No interrumpirá.

El otro chico se encogió de hombros y Jeon rodó los ojos pensando en una
alternativa.

—Yo tengo clase ahora —se quejó Yoongi—. Lo siento, Taehyung quisiera
quedarme contigo.

—¿Qué importa? Puede quedarse con Hoseok —espetó Jeon. Sin embargo
éste le miró apenado —. ¿Qué?

—Lo siento, Jungkook, mi madre vendrá esta tarde y me iré en unos minutos.

Jeon maldijo en voz baja. No podría dejar a Taehyung fuera de la oficina


debido a que era muy distraído y probablemente se perdería.
—Yo puedo cuidarlo —propuso Jimin. Jeon lo miró dubitativo—. No tengo
clase, puedo esperar con él un tiempo antes de irme.

—Jeon, te perderás la junta —apresuró su compañero.

El pelinegro se quejó. No quería dejar a Taehyung con Jimin, pero no tenía


otra opción.

▬▬▬▬▬▬▬▬

Taehyung y Jimin se agradaron demasiado y convivieron muy bien en el


tiempo que habían estado juntos. Taehyung le mostraba sus dibujos a Jimin,
quien los veía y lo halagaba, bromearon e inclusive colorearon juntos para
pasar un buen rato.

—Hyung, eres muy lindo, y me agradas mucho. —Dijo Taehyung haciendo


sonreír a Park. —No sé por qué googie dice que eres Jimin.

Park rió. —Pero sí soy Jimin, Taehyung.

El menor negó con la cabeza de inmediato, notándose su rostro inconforme

—No digas eso, en verdad eres muy agradable.

Jimin dejó de reír y esta vez parecía más confundido.

—No estoy entendiendo, es que de verdad soy Jimin, así me llamo.

Después de pronunciar aquello Taehyung comenzó a reír a carcajadas. Jimin,


siendo naturalmente contagiado por la risa del menor, no pudo evitar reír un
poco también.

—No te puedes llamar así —dijo Kim—. Eso sería feo.

—¿Por qué? ¿Qué tiene mi nombre? —preguntó—. Desde hace un momento


lo dices como algo malo.

—Jungoogi dice que Jimin significa una persona fastidiosa y odiosa que
arruina la vida de los demás —explicó Taehyung—. También dijo otras
palabras, pero son palabras malas y groseras, así que no puedo decirlas.

La expresión de Jimin se congeló por unos momentos con el ceño fruncido,


pero poco después comenzó a reír escandalosamente.

—Ese idiota —susurró Park. Taehyung lo miró curioso—. Taehyung,


Jungkook te mintió, Jimin es un nombre, es mí nombre, seguramente te dijo
eso porque me odia.

Un gesto triste se formó en el rostro de Taehyung, pues para él mentir era


algo sumamente malo.

—¿Él mintió?

Al ver esa actitud tan desmotivada, Park se apresuró a explicar.

—Seguro lo hizo porque estaba enojado conmigo, de todos modos no tiene


importancia.

Kim asintió dejando ese tema de lado. Sin embargo Jimin quiso contarle algo.

—¿Sabes por qué soy tan molesto con Jungkook? —preguntó recibiendo una
negación de parte éste —. En realidad, siempre he estado algo molesto con él.

—¿Por qué? ¿Hizo algo malo?

Jimin sonrió sin gracia.

—Bueno, nunca se dio cuenta... él me gustaba —confesó —. En realidad me


gustan más las chicas, pero cuando lo vi me sentí muy atraído a él, pero la
primera vez que Hoseok nos presentó él dijo: "¿por qué me importaría su
existencia?"

Contrario a la reacción que muchos esperarían, Jimin comenzó a reír ante el


recuerdo.

—¿No te pone triste? —Preguntó Taehyung.

—En su momento me dolió, pero ahora ya no siento nada de eso. El siempre


me trató así y en realidad trata así a todos, pero yo me lo tomé mal y por eso
comencé a molestarlo más —explicó —. De hecho, ¿recuerdas cuando acusé
a Jeon en la cafetería y tuvo que ir a trabajar?

—Sí, él estaba muy enojado.

Park suspiró profundamente.

—La verdad me sentí muy celoso de ti cuando los vi juntos. Es verdad que ya
no me gusta, pero sólo no pude evitarlo —confesó apenado—. Incluso por
eso dije todas esas cosas la primera vez que nos conocimos. Solo estaba
celoso, pero ahora sé que ni siquiera tenía derecho de estarlo. Sólo fui un
idiota.

El menor hizo un gesto triste. —Pero, hyung, si lo amas tú debes estar con él.

—¿Él y yo? ¿Juntos? Taehyung eso es como el mejor chiste de la vida, ¿te
imaginas el desastre que sería eso? —bromeó riendo de nuevo —. Ni siquiera
lo amo, solo me atraía un poco, no es para tanto.

Taehyung asintió como respuesta acompañando a Jimin con sus risas y con
cierto alivio en su corazón.

Poco después de la escuela salía Jeon, circunspecto y serio como siempre.


Recibiendo algunas miradas de los demás que también estaban en el patio,
pero que Jeon ignoraba. Pronto llegó a la banca donde Park y Taehyung
estaban sentados.

—Vaya, kookie llegó —habló Jimin con un tono de burla al pronunciar el


apodo que sabía que Jeon odiaba—. El rey de los amargados está aquí.

—Lo que significa que tu presencia es inútil aquí ahora —respondió Jeon.

Park suspiró y miró su reloj.

—De hecho tienes razón, es hora de irme —murmuró Park levantándose de la


banca con su mochila —. Nos vemos después.

Kim asintió viendo a Jimin irse lejos de ahí.


—También deberíamos irnos nosotros —habló Jeon. Lo que no esperaba era
que Taehyung le mirase con las cejas fruncidas y el típico puchero que hacía
cuando se molestaba —. ¿Qué? Si estás enojado porque te dejé con Park, lo
siento, ¿sí? Era mi única alternativa.

Taehyung apartó la mirada cruzado de brazos. Y Jeon nunca se imaginó


buscando la atención de alguien, pero ahí estaba sentándose a un lado de
Taehyung para volver a mirarlo a los ojos.

—Vamos estrellita, ¿por qué estas enojado?

—Mentiste —dijo molesto.

Jungkook frunció las cejas confundido con aquella acusación.

—¿Cuándo lo hice?

—Dijiste que Jimin significa algo malo y es el nombre de tu amigo —explicó


—. Eso fue muy malo.

Por fin Jeon comprendió y como primera reacción soltó una divertida
carcajada.

—Ah, no es para tanto, estaba molesto y solo se me ocurrió —se excusó —.


Además no es del todo una mentira.

—Pero Jimin hyung es muy divertido y amigable. —Se quejó el menor. —


Me hiciste insultarte con su nombre.

Nuevamente el mayor rió y esta vez Taehyung volvió a apartar la mirada.

—Taehyung, vamos, no exageres —éste le ignoró y Jeon dejó de reír


completamente al ser ignorardo—.¿No me hablaras, estrellita? —Kim negó
con la cabeza —. Solo fue una pequeña mentira, nunca más te he mentido.

Al ser completamente ignorado el mayor se levantó y se hincó frente a


Taehyung para mirarlo.

—¿No me perdonarás? —preguntó. El menor esta vez lo dudó—. Si me


perdonas te compraré un helado de camino a casa.

Entonces la sonrisa volvió al rostro de Taehyung.

—Bueno te perdono —habló sonriendo inocentemente —. Solo porque te


quiero mucho.

Jeon sonrió conforme y volvió a levantarse.

—Entonces no hace falta el helado.

Taehyung lo miró con inconformidad.

—P-pero también quiero helado.

Jungkook rió y asintió levantándose junto con Taehyung para llevarlo por
aquel helado.

Tiempo después se quedaron en un parque a comer el helado recién


comprado, ambos sentados en una banca de madera.

—¿Feliz? —preguntó Jeon viendo a Taehyung terminar su helado.

—Mucho —respondió sonriente.

Con esa sonrisa Jungkook estuvo conforme y, luego de un mutismo, decidió


romper el silencio.

—Sabes, siempre me pregunté algo —dijo Jungkook—. ¿Por qué no puedes


dormir sin luz? La primera vez incluso lloraste por la oscuridad.

Taehyung recordó aquella vez, la primera vez que durmió con Jungkook.

—Cuando estaba arriba todas las estrellas iluminaban mucho, me acostumbré


tanto a la luz que la oscuridad me asusta —explicó con trivialidad —. Esa vez
me asusté mucho, lloré porque apenas estaba experimentado cosas de tu
planeta, me sentía perdido.

Jungkook, luego de escuchar esa respuesta, apartó la mirada con una sonrisa
ingenua.

—Ah, claro, otra vez dirás que eras una estrella —comentó Jeon —. Supongo
que esa sería una razón muy lógica.

El menor frunció las cejas.

—¿Por qué no me crees?

Jungkook, frustrado, suspiró intentando explicar con calma para no hacer


sentir mal a Taehyung.

—Nací en un mundo donde es difícil aceptar lo nuevo y que resulta extraño.


Me gustaría ser diferente, pero no puedo simplemente escuchar eso y decir
que es verdad, Taehyung. Confío en tus palabras, pero no es fácil saber si es
verdad.

Taehyung continuó con un gesto de molestia y apartó la mirada.

—Lucecita me creería.

—¿Qué importa él? —preguntó Jeon de manera brusca—. No me importa lo


que piense él.

De repente la molestia se disgregó del rostro de Taehyung sin dejar un rastro,


en cambio su catadura se volvió melancólica.

—¿Por qué lo sigues tratando mal?

Jeon apartó la mirada y se sintió incapaz de hablar de eso.

—No importa, Taehyung, nada de eso importa ahora.

Taehyung ya sabía una parte de la historia, pero debía conocer la versión de


Jungkook.

—Si no importara no te molestaría, googi, y lo que tu piensas es importante


para mí.
Jeon lo pensó minuciosamente, nunca le había contado a nadie sobre su
pasado. Pero ahora tenía a Taehyung y era algo primordial que el menor
debía saber. Así que exhaló profundamente antes de hablar e intentó con
todas sus fuerzas no llorar.

—Hoseok y yo éramos muy buenos amigos desde la primaria. Recuerdo lo


feliz que estaba por entrar a la secundaria con él, pero también tenía miedo y
le pedí que nunca me dejara solo —comenzó a relatar —. Todo empezó bien,
yo era amistoso pero los demás comenzaron a burlarse de mis gustos y de mí
en general, desde ese momento tuve miedo y vergüenza de conocer gente,
luego mi padrastro dejó de mostrarme cariño a las semanas de adoptarme y
comenzó a ignorarme, yo estaba tan triste que me volví más callado y serio
apartandome un poco más de todos. Esperaba que Hoseok estuviera conmigo
en esos momentos, pero él ya había conseguido nuevos amigos.

Jeon sintió la tristeza y el enojo atacar su corazón mientras relataba cada


palabra.

—En este mundo siempre molestan a los más débiles, porque son los únicos a
los que tienen agallas de enfrentar, por eso comenzaron a molestarme todos,
porque sabían que yo no haría nada —espetó con cierto dolor —. Hoseok
había dejado de hablarme en la escuela para ese entonces y yo no sabía por
qué. Mis días de secundaria pasaron entre burlas y palabras que me herían
internamente... Luego llegó SooJin, él era alegre y amigable, consiguió
algunos amigos, pero siempre estuvo conmigo, teníamos gustos muy
parecidos, así que nos hicimos buenos amigos.

—SooJin era una persona muy bonita —aseguró Taehyung recibiendo una
sonrisa de parte de Jungkook.

Posteriormente la sonrisa de Jeon se borró, porque el dolor de sus recuerdos


eran tan palpables que no podía ni siquiera fingir una sonrisa.

—SooJin y Hoseok también se llevaron muy bien, los tres solíamos ser
mejores amigos, pero en la escuela sólo éramos SooJin y yo. Nunca supe por
qué Hoseok no nos hablaba en la escuela, pero una tarde lo descubrí de la
peor manera —tragó saliva sintiendo su garganta doler —. Un grupo de
chicos que solían molestarnos, nos llevaron hasta un parque lejano y
comenzaron a molestarnos. Recuerdo muy bien el momento en que mi
mirada se encontró con la de Hoseok, él estaba ahí con ellos y yo
estúpidamente creí que sería nuestra salvación y nos ayudaría, pero no lo
hizo... Él no hizo nada más que verme con temor.

Mientras relataba cada palabra, Jeon sentía que estaba empezando a enfadarse
con las vivas memorias de ese día

—Esa misma tarde nos golpearon a SooJin y a mí, y llorando le pedí ayuda a
Hoseok pero él solo puso una excusa para irse y nos dejó ahí —rió con
molestia y amargura—. SooJin me convenció de perdonar a Hoseok, pero en
realidad nunca lo perdoné.

—Y-yo no esperaba eso de lucecita —murmuró Taehyung sin saber


exactamente lo que debía decir.

—Ni yo, Taehyung... cuando me di cuenta que no dejarían de molestarme


hasta que hiciera algo al respecto, comencé a enfrentarme a ellos y sólo así se
alejaron. Pero SooJin era más bondadoso y se negaba a enfrentar a todos ellos
de la misma forma, por eso siguió siendo molestado por los amigos de
Hoseok. Yo lo defendí muchas veces, pero siempre que estaba solo,
regresaba con moretones —sus puños se apretaron de enojo y sintió como las
lágrimas caían poco a poco—. Un día SooJin fue a mi casa a jugar
videojuegos y se fue temprano, debí acompañarlo a casa, d-debí haber
sospechado, pero no lo hice, esa tarde los amigos se Hoseok molestaron a
SooJin de nuevo... al otro día cuando lo esperaba para ir a la escuela juntos
como todos los días, su madre salió y llorando me dijo que habían encontrado
el cuerpo de SooJin sin vida en su habitación.

Jeon lloraba sin control alguno, Taehyung también soltaba algunas lágrimas.
Jeon no aguantó más su cuerpo y se dejó caer en brazos de Taehyung, quien
le abrazó dulcemente para consolarlo. En la mente de Jungkook un sin fin de
remembranzas llegaron y gracias a eso soltó todas esas lágrimas que había
retenido ante esos recuerdos. Poco después limpió sus ojos humedos, pero no
se separó de Taehyung, pues necesitaba su fortaleza.

—Fui a terapia por un tiempo, mi padrastro pensó que tenía depresión y me


envió al psicólogo, pero en realidad no era así, solo guardaba un profundo
odio y rencor a Hoseok y las personas que son como las que le hicieron tanto
daño a Soojin —sorbió su nariz y nuevamente limpió sus ojos al sentir más
lágrimas—. Lo odié por años, lo trataba peor que ahora, llegué a goleparlo...
y aún así nunca dejó de insistir. Sé que cambió, pero no puedo evitar sacar
todo ese rencor que tengo hacia él, me cuesta mucho trabajo verlo de otra
manera.

Taehyung comprendió totalmente, entendió la historia completa y, al conocer


ambos lados de la historia, pudo por fin hablar para sanar una más de las
cosas que impedían que Jungkook fuera feliz.

—Sabes, eres una persona muy especial y pura, lo veo en tu corazón. Otras
personas ni siquiera volverían a hablar con alguien que les hizo tanto daño,
pero tú a pesar de todo volviste a relacionarte con él. Con el tiempo sé que
puedes olvidarte de ese rencor que tanto daño te hace a ti mismo —murmuró
Kim —. No significa que deben volver a ser mejores amigos, pero sí dejar ir
el pasado que te distrae. Él se arrepiente más de lo que crees, actuó muy mal,
pero todas las personas llegan a ser malas en algún momento... Hoseok
aprendió de ello y te quiere mucho, su corazón ahora también está lleno de
pureza y sus errores también lo ham torturado más de lo que crees.

Jeon escuchó cada palabra mientras su mirada se encontraba perdida en algún


lugar del parque. Pensó seriamente en las palabras de Taehyung y se sintió
mejor. Luego de unos segundos se separó del abrazo y miró a Taehyung.

—Creo que me sirvió hablar contigo, eres bueno escuchando y siento que me
quité un peso de encima. —dijo con una tenue sonrisa que Taehyung
correspondió—. Uhm, te conté esto porque quise hacerlo, no para que odies a
Hoseok. Por muy imbécil que haya sido, no quiero más involucrados. Tienes
razón, cada quien tiene sus problemas.

Taehyung asintió indicando que no diría nada. Jeon estaba más calmado, pero
parecía un poco triste y con la mirada perdida, pero todos esos pensamientos
malos cambiaron cuando sintió el toque de los labios de Taehyung sobre los
suyos.

—No me gusta que estés triste, esposito —se quejó acercando sus manos al
rostro de Jeon para tomar sus pómulos y alzarlos para crear una sonrisa —.
Así está mejor.

Jeon rió y tomó las manos de Taehyung delicadamente, prosiguiendo a


acercarse y besar los labios contrarios con amor y profundidad. Disfrutando
la sensación de la boca de Taehyung y su dulce sabor.

Unos segundos después el beso se disgrego, Jungkook sonrió y se recostó


sobre las piernas de Taehyung mientras éste jugaba con su rostro y reía
adorablemente.

—¿Por qué tuvieste que ir con tu profesor? —preguntó curioso.

—Me ofrecían un cambio de escuela en otro lugar muy lejos de aquí —


informó Jeon.

Taehyung dejó de jugar con su rostro y se quedó totalmente serio por un


momento.

—¿Aceptaste?

—No —respondió—. No habría podido llevarte conmigo, además sé que te


gusta más estar aquí.

Taehyung de inmediato entristeció y eso se notó en su rostro.

—Pero no debes preocuparte por mí, debes pensar en ti—murmuró —. Tú


deberías ir, probablemente serías más feliz en otro lugar que no sea aquí.

—Ya soy feliz, Taehyung... contigo lo soy —Kim sonrió y Jeon se levantó de
las piernas de Taehyung para verlo frente a frente —. Pensé medio año en ese
intercambio y siempre me agradó la idea, porque estaría solo en otro país
alejado de todos. Pero ahora no quiero eso, me siento mejor teniendo a una
adorable estrellita corriendo y jugando en la casa.

Taehyung se sonrojó de una manera tan linda que Jeon no pudo evitar sonreír
enternecido, embelesado con el menor y en ese momento las palabras de Min
llegaron a su mente. Por lo que sin dudarlo tomó las manos de Taehyung y
las sostuvo con delicadeza mirándole a los ojos.
—Sabes, Hoseok y Yoongi me dijeron que debía hacer algo y yo no quería
hacerlo porque es una cursilería —dijo Jeon pensando en sus palabras —.
Pero ahora que te veo, siento que de verdad quiero hacerlo.

Taehyung ladeó la cabeza interrogativo y curioso mientras Jungkook se


sonrojaba por lo que estaba a punto de hacer.

—No sé que me pasa, estoy cambiando mucho por ti, y eso me asustaba, pero
ahora entiendo que realmente es algo hermoso —continuó Jungkook
explicando a medias y recibiendo una mirada confundida de Taehyung. En
ese momento sacó del bolsillo de su abrigo una pequeña caja de terciopelo
—. Y-yo compré esto ayer para ti. No tenía planeado pedirte esto hoy, pero
creo que es el momento perfecto.

—¿Qué es, googie? —preguntó emocionado.

—Taehyung, tú ves películas románticas, ¿has visto cuando dos personas se


aman tanto que quieren estar siempre una con la otra? ¿Y como están tan
enamorados que no dejan de pensar en aquella persona? —Kim asintió con
unos brillantes ojos—. Taehyung, y-yo quiero todo eso contigo. Descubrí que
eres la única persona que puedo y que quiero amar y sólo puedo amarte de
esa manera si aceptas ser mi novio. Así que... ¿quisieras ser mi novio?

Kim lo miró sin expresión por un momento, parecía razonar lo que eso
significaba. Jeon comenzaba a asustarse y sentise avergonzado, pero casi cae
al suelo gracias al cuerpo de Taehyung que le abrazó con fuerza.

—Sí quiero, googi —respondió finalmente dejando un tierno beso en la


mejilla del mayor —. Quiero ser tu persona especial y que tú seas la mía.

Jeon sintió la felicidad volver a su cuerpo, sintió su alma boyante ante la


situación. Abrazó con fuerza a Taehyung, temiendo que todo fuese un sueño,
y afortunadamente no lo era. Taehyung estaba en sus brazos, y ahora era su
novio.

—Googi —le llamó sobre su hombro. Jeo emitió un sonido con la garganta
para indicar que le escuchaba —. Ahora que soy tu novio, ¿significa que ya
no somos esposos?
Jungkook rió y separó un poco a Taehyung para verlo a los ojos, con sus
dedos apartó delicadamente unos de los cabellos grises en la frente de Kim
mientras respondía.

—Significa que tenemos más tiempo para planear eso.

Taehyung sonrió y volvió a abrazarlo, Jeon confirmó que nunca había sido
tan feliz y que esa felicidad apenas estaba comenzando.

Llegaron a casa con el corazón contento, pero sus cuerpos exhaustos por
tanto caminar. Ya era noche, por lo que no dudaron en ir a dormir luego de
realizar su rutina de higiene.

Jeon encendió la lámpara y apagó la luz de la habitación. Subsiguiente a ello


se acercó a su cama, levantó las cobijas y se metió dentro de ellas para
sentarse en su lugar de siempre en la cama. Su mirada de inmediato se posó
en el inquieto Taehyung a su lado que buscaba por todos lados.

—No encuentro a panquesito —se quejó el menor y Jeon fingió una


expresión de sorpresa —. Lo dejé aquí en la mañana, ¿sabes dónde está?

Jeon apartó la mirada y rascó su nuca con nerviosismo.

—Probablemente se cansó de su rutina y decidió tomarse unas vacaciones, no


debe ser fácil ser un oso de peluche.

—Googi, sé que eso no es cierto —se quejó Taehyung —. Pero no puedo


dormir sin él.

En ese momento Jungkook tomó el brazo de Taehyung halandolo un poco


hacia él. Taehyung cayó sobre el cuerpo de Jeon y éste de inmediato lo
sostuvo en un abrazo.

—Tú pusiste las reglas —dijo Taehyung entre los fornidos y tatuados
brazosde su novio.

—Haremos una modificación a las reglas mañana, ahora estoy cansado —


habló Jeon cerrando los ojos —. Y ahora que eres mi novio, supongo que
puedo hacer una excepción por ti.
Taehyung rió y está vez abrazó de vuelta a Jungkook acurrucandose en el
pecho del mayor.

—Buenas noches, novio —murmuró Taehyung.

Jungkook sonrió besando los cabellos del menor.

—Buenas noches, novio.


Capítulo 14
✧。・゚・✧。・゚・✧

Tener un novio totalmente opuesto a él era toda una experiencia para


Jungkook, una que disfrutaba en su totalidad, pero no dejaba de ser un gran
cambio. Taehyung era cariñoso y dulce, así que Jungkook intentaba, con
ardua determinación, demostrar su amor con muestras de cariño a las que no
estaba muy acostumbrado. De cualquier modo, Jeon disfrutaba los días con
Taehyung al máximo y no tenía poblema alguno con darle aquellos besos y
abrazos que le pedía.

Una tarde normal como cualquier otra, la pareja estaba en el sofá, con
Jungkook con un brazo al rededor de los hombros de Taehyung y éste último
sobre el pecho del mayor.

—Besito —pidió Taehyung abultado sus labios en dirección al mayor.

Jeon dejó de mirar la televisión y dio un casto y rápido beso en los labios de
su novio, acción que dejó muy feliz a Taehyung.

El timbre de la casa sonó y Taehyung se levantó emocionado.

—¡Ya llegó YoonGi!

Jeon dejó que Taehyung fuera a abrir la puerta, aunque aun así lo observó de
lejos por si acaso. Pronto Min y Taehyung llegaron abrazados a la sala donde
Jeon los veía con la seriedad de siempre.

YoonGi miró a Jungkook con curiosidad.

—No sabía que te gustaba pintarte los labios.

Jungkook frunció el ceño y se miró en la pantalla de su celular. Entonces


pudo corroborar lo que Min había dicho, pues tenía los labios rojos. Sabía
que era porque Taehyung había estado comiendo paletas de fresa y
seguramente le había pegado el colorante al besarlo, por lo que simplemente
lo dejó pasar.

—Es que le di un besito de fresa —dijo Taehyung.


—¿Besito de fresa? —preguntó Min. Taehyung asintió. —¿Por qué de fresa?
¿Eso qué significa?

—Porque los labios de Jungoogi saben a fresas. —respondió el menor —. Y


le di un besito en los labios.

YoonGi abrió los ojos sorprendido y subsiguiente a ello esta vez miró a Jeon.

—¿Actúan como pareja?

—Nadie está actuando nada —respondió Jungkook —. Somos novios.

Parecía que Min no esperaba esa respuesta para nada pues se quedó pasmado
por un momento. Hasta que después volvió a la realidad.

—Vaya, no sé que decir.

—No estás obligado a decir algo —espetó Jeon.

—¡Yoongi! Mire lo que me dio googi —habló emocionado Taehyung


tomando el collar que le había regalado Jungkook aquella noche que le pidió
que fuera su novio —. Es una estrellita, él dijo que le recordó a mí.

YoonGi miró de manera burlona a Jungkook, pues no esperaba que fuera tan
cursi. Jeon apartó la mirada apenado.

—Es muy bonito, Taehyung —-alagó —. En fin, ¿listo para librarte del
gruñón de Jeon por un momento?

Kim rió y asintió como respuesta afirmativa.

Desde que Taehyung aprendió a hablar, Min había decidido seguir con
aquellas clases. Sin embargo ahora le enseñaba a escribir y leer.

Ambos, como de costumbre, se quedaron en el estudio de Jeon. Su labor iba


bien, YoonGi era azacanado en el trabajo de enseñarle a Taehyung a escribir
y éste último sin duda aprendía rápido, por lo que no había muchas
dificultades.
—Mira, escribí "googi" —habló Taehyung mostrándole a YoonGi la hoja
donde se encontraba dicho seudónimo escrito.

Min sonrió y acarició los cabellos del menor con ternura.

Por otro lado, Jeon salía de la cocina por décima vez desde que Taehyung y
Min se habían encerrado para estudiar. No tenía nada más que hacer.

Entonces una idea cruzó por su mente; nunca había visto como Yoongi le
daba clases a Taehyung, nunca escuchó lo que hablaban en todo el tiempo
que estaban ahí y la curiosidad no lo dejó en paz; así que decidió espiar un
poco solo para saciar sus dudas. Sigilosamente se acercó hasta la puerta de su
estudio. Cuando estuvo frente a dicho cuarto, pegó su oído contra la puerta
para escuchar.

—Después de eso me regañaron y no me dejaron cumplir deseos —escuchó


que dijo Taehyung con aquel típico tono de tristeza —. Pero yo solo lo hice
porque quería hacer felices a todos, no quería romper las reglas.

—No todas las personas son buenas, Taehyung —respondió Min —.


Entiendo que no conocías a los humanos en ese entonces, pero ahora sabes
que hicieron lo correcto al regañarte.

Jeon se separó un poco de la puerta y ladeó la cabeza confundido. No tenía


sentido nada de lo que había escuchado, pero ellos parecían hablar como si
fuese algo cotidiano. YoonGi había dicho "En ese entonces no conocías a los
humanos", eso fue sumamente extraño de escuchar tomando en cuenta la
naturalidad de sus palabras. ¿Qué significaba exactamente? Entonces a la
mente de Jeon llegó la voz de Taehyung diciéndole que antes estaba en el
cielo con las estrellas y todos esos argumentos que él mismo había
catálogado como mentiras.

Nuevamente pegó su oído a la puerta para escuchar más.

—¿Se lo dijiste a Jeon? —preguntó Min.

—No me cree —a pesar de que Jeon no estaba viendo directamente a


Taehyung, sabía que éste estaba haciendo un puchero.
—Era de esperarse —espetó el otro—. ¿Lo ves? Por eso antes te dije que no
le dijeras nada.

Jeon frunció el ceño al escuchar eso. YoonGi siempre supo todo, siempre lo
supo y le prohibió a Taehyung decirle la verdad. Sus pensamientos quedaron
en el olvido cuando escuchó el eco de pasos que se acercaban cada vez más,
por lo que rápidamente corrió a la cocina de nuevo ya que era el lugar más
cercano.

La puerta fue abierta, y Jeon fingió salir con naturalidad de la cocina.

—¿Tan rápido terminó su clase?

—Si claro, como si no hubieses extrañado a Taehyung en esa simple hora,


eres tan cursi —dijo poniéndose su mochila—.Como sea, me voy.

—De hecho quiero hablar contigo —espetó Jungkook cruzando de brazos —.


A solas.

YoonGi frunció las cejas por la extraña sensación de misterio que Jeon le dio
a sus palabras.

—¿Por qué querrías eso?

—Taehyung, ¿puedes ir a hacer un dibujo a la sala? —pidió ignorando la


pregunta de Min—. Creo que hace falta uno en el refrigerador.

El menor asintió feliz y se fue a la sala a dibujar poniendo caricaturas en la


televisión.

Cuando el menor se fue, Jeon caminó a la cocina y YoonGi, algo confundido,


lo siguió.

—¿De qué quieres habl-

—¿Desde cuándo lo sabes? —lo interrumpió Jungkook con desespero.

Min sabía a qué se refería, pero le gustaba jugar con la paciencia de


Jungkook, así que dio una respuesta redundante.
—¿Saber qué? Yo sé muchas cosas.

Jeon rodó los ojos y dio una profunda exhalación.

—Una noche que estaba viendo las estrellas con Taehyung, él dijo
prácticamente que era una estrella antes de estar aquí —explicó con la mayor
calma que pudo acumular —. ¿Cómo confirmaste que eso es verdad?

YoonGi rió de manera burlesca antes de responder con más preguntas.

—¿Confirmar? ¿Debía hacerlo?

Jungkook, desesperado, jadeó exasperadamente.

—Estás acabando con mi paciencia y no me das respuestas.

—Oye, no me culpes por tu incredulidad, mejor cuestionate a ti mismo por no


confíar en tu novio —espetó Yoongi—. Yo sólo decidí creer.

—Pero eso no-

—Lo pondré más fácil, Taehyung apareció una tarde frente a tu casa sin saber
absolutamente nada, como si nunca hubiera estado en éste planeta —dio sus
glosas resaltando palabras clave—. De repente las personas pedían deseos y
Taehyung los cumplía. Si te pones a pensar, lo que dijo Taehyung no es algo
tan loco como lo que ocurría alrededor, sólo es lo que justifica todo lo aún
más raro que estaba sucediendo.

Jeon se quedó pensando internamente, cada vez dándole más la razón a


Taehyung y YoonGi.

—¿Cómo es que te lo dijo a ti primero? —decidió preguntar Jeon para aclarar


todas sus dudas.

—Obviamente me quiere más —respondió despreocupado.

—Min —pronunció su apellido con enojo.

—Está bien —murmuró riendo para proseguir a poner más seriedad—. Te


recuerdo que fui yo quien le enseñó a hablar a Taehyung, yo vi todos sus
avances. Él habló conmigo antes que con cualquiera y lo primero que dijo fue
eso.

—Y tú simplemente le creíste —preguntó y Yoongi asintió de inmediato —.


¿Y sabes que es verdad?

—Obviamente no lo sabía, pero siempre le creí, él no tiene nada de malicia,


él aún conserva aquella inocencia y pureza, además nunca miente, ¿Sabes por
qué? Porque no es completamente humano.

Jeon repasó cada una de esas palabras en su mente.

—¿Y por qué le prohibiste que me lo dijera?

Min suspiró con indiferencia.

—Antes no eras así, aún eras algo frío con Taehyung. Si ahora que lo amas te
costó creerle, en aquel entonces y con aquella personalidad apática, hubieses
creído que tenías a un loco en tu casa y habría traído muchos problemas —
explicó —. ¿O me equivoco?

Jungkook negó con la cabeza, YoonGi tenía mucha razón. Probablemente


había cambiado con Taehyung, pero aún así probablemente habría buscado
algún psicólogo. Agradecía internamente a YoonGi.

—Solo algo más —comentó Jungkook, con una duda exorbitante en su


interior —. ¿Por qué Taehyung vino a éste planeta?

YoonGi mostró en su catadura una sonrisa ladeada.

—Alguien deseó una estrella sin saberlo.

Una obtusa respuesta que, por su laberintica estructura, solo causó más
interrogantes en la mente de Jungkook.

—¡Ya terminé! —exclamó Taehyung desde la sala. Poco después éste llegó
corriendo con una hoja en la mano —. Miren, nos dibujé a los tres.
Min observó el dibujo con interés, mientras tanto Jeon se había quedado
pensando en aquella plática. Unos segundos después llegó a una conjetura y
era que le creería a Taehyung. No había razón para dudar e él y, por más
fantasioso que sonara, debía aceptarlo pese a su realista mentalidad.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Aceptar no se limita simplemente al significado de la palabra. Al aceptar algo


llegan más escrúpulos, más cuestiones sin dilucidar y menos respuestas
claras. Jungkook aceptó, aun con su incredulidad, que Taehyung era una
estrella. Sin embargo, ese ya no era el tópico principal en su mente. Más
preguntas llegaron, una tras otra, atacando con su incertidumbre la
desesperada mente de Jungkook. Y es que, si verdaderamente era una
estrella, ¿por qué mencionaba que tenía una mamá? ¿las estrellas tienen
familia? ¿siempre fue una estrella? Esas y más preguntas debían esperar un
poco más y Jungkook esperaba de verdad que fueran respondidas pronto.

Ese día, decidieron salir a un día de campo como de costumbre. Jungkook


sostenía en sus manos una canasta de comida y en su mochila unas cuantas
cosas más mientras Taehyung caminaba a su lado tomándolo de la mano.

—Me gusta caminar con nuestras manos juntas, así es más cálido —comentó
Taehyung.

Jeon, que antes tenía una mirada neutra, sonrió al escuchar eso.

—¿Sabes qué? Yo pensaba lo mismo desde que tomé tu mano.

El menor rió tímido y entonces el teléfono de Jeon sonó. Jeon soltó un


quejido antes de responder.

—Espera, Taehyung, debo contestar.

Kim asintió y ambos se detuvieron en una banca. Jeon se alejó un poco,


dejando a Taehyung sentado, pero aún cuidándolo desde lejos.

—Estoy ocupa-

—¡YoonGi me dijo lo de tu relación con Taehyung! —gritó Hoseok en la


otra línea telefónica.

—Creí que era una emergencia.

—Aún no puedo creerlo, ¿de verdad le pediste a Taehyung que fuera tu


novio? —continuó Hoseok ignorando a Jeon —. Es que, sé que yo te lo dije,
pero aun así no esperaba que lo hicieras.

Jungkook rodó los ojos.

—Si, Hoseok, estamos saliendo.

Un grito en la otra línea se escucho, Jeon tuvo que alejar un poco el teléfono
por el ruido.

—Estoy tan feliz, aún más que cuando YoonGi me contó que están saliendo.

—Ahora veo que Min es aún más metiche que tú.

Hoseok rió y posteriormente dejó de hacerlo al darse cuenta que había sido
ofendido. —¡Oye!

Jeon rió y rodó los ojos, entonces volvió a la realidad dándose cuenta que
había dejado de cuidar a Taehyung. No sabía en qué momento, pero se había
distraído inevitablemente en esa llamada.

Sin despedirse colgó la llamada y volteó a ver a Taehyung. Suspiró aliviado


cuando lo vio parado frente a la misma banca, pero el alivio se fue cuando
vio a un chico frente a Taehyung. Rápidamente se acercó.

—Taehyung, ¿verdad? —el menor asintió inocente como respuesta al chico


con el que había estado hablando mientras esperaba a Jungkook—. Sabes,
normalmente no me fijo en chicos, pero me agradas y eres muy sexy a mi
parecer. ¿Qué te parece si vamos a pasar el rato a mi casa? Si sabes a lo que
me refiero.

Jeon había escuchado eso mientras se acercaba y juraba que nunca había
aplicado tanta fuerza en sus puños. Esas insinuaciones indecentes solo las
había escuchado en su antigua casa con Seojung.
—¿Pasar el rato? —repitió Taehyung con confusión.

El chico sonrió y se acercó tomando la cintura del menor.

—Ven conmigo y te enseñaré a lo que me refiero.

Kim dejó de sonreír al sentir la mano de ese extraño afianzarse en su cintura.


No le gustaba esa sensación si no era Jungkook, quien le tomaba la cintura
con delicadeza y cariño.

—YoonGi dice que no debe tocarme así un extraño —habló Taehyung de


nuevo alejándose del chico —. Solo quien tiene mi consentimiento.

El otro rodó los ojos.

—No me vengas con esas cosas —dijo intentando acercarse de nuevo.

—No te atrevas a tocarlo de nuevo —espetó Jeon con calma, sin intenciones
de pelear, deteniéndose frente a Taehyung para protegerlo y dejando la
canasta de comida en el suelo —. Te dijo que no quiere que lo toques así, no
es muy difícil respetar el espacio personal de las demás personas.

El otro alzó las manos en son de paz aunque una sonrisa burlesca y pícara aún
estaba en su rostro.

—Calmate, no puedes culparme —dijo el chico —. Con ese cuerpo quién se


resistiría.

Jungkook se consideraba una persona pacífica y lo era. A pesar de su mal


carácter y odiar a todos, realmente nunca se había metido en una pelea, sólo
intimidaba a los demás para alejarlos. Pero ahora podría golpear a él tipo
frente a él sin arrepentimiento.

—No me interesa si te gusta presumir tu nivel de ignorancia con los demás al


hablar así, pero no voy a permitir que te vuelvas a faltar al respeto a mi
novio.

Aquel tipo le miró enfadado por un momento.


—Bien, lo siento.

Jeon asintió y dio por terminada la discusión. Volteó para dirigirse a


Taehyung, pero el chico habló de nuevo.

—De todos modos sólo lo quería para una noche.

Con esas simples palabras el enojo en Jeon aumentó. Y, sin dudarlo, volteó
de nuevo con el puño en alto, dándole un golpe justo en la mejilla a aquel
tipo, claramente había medido un poco su fuerza.

Lo que no esperaba era que el otro de inmediato le devolviera el golpe


haciéndolo caer al piso.

—¡Jungkook! —exclamó Taehyung apunto de llorar corriendo a levantarlo.

Al escuchar al menor, Jeon reaccionó sintiendo unas leves cortadas en su


mejilla sangrando gracias al impacto en el piso. Y sólo le bastó recordar
cómo ese chico había hablado de Taehyung para odiar el tipo de persona que
tenía enfrente. Nuevamente Jeon se levantó y dio un golpe en el rostro del
chico, pero esta vez con una fuerza que ni el mismo sabía que poseía, no
midió la fuerza que utilizó en aquel golpe hasta que vio al chico quejarse en
el suelo con la nariz sangrando.

La gente comenzó a mirarlos y, cuando Jeon se aseguró que el tipo no se


levantaría de nuevo, con una mano tomó la canasta en el piso y con otra tomó
la mano del menor para irse lejos.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Volvieron a casa luego de eso. Afortunadamente no estaban tan lejos y


llegaron rápido. En el trayecto a casa nadie dijo nada, pues Jeon intentaba
calmar el enojo acumulado.

Al llegar a su hogar, Taehyung entró primero y Jeon cerró la puerta tras él.
Entonces Jungkook miró a Taehyung encontrando a éste cabizbajo y con los
labios abultados temblando apunto de llorar.

Su corazón se ablandó y rápidamente se acercó al él para abrazarlo, éste


correspondió el abrazo con fuerza.

—Lamento si te asusté —susurró —. Nunca actúo así, pero mientras no sepas


defenderte, espero que me dejes hacerlo por ti para que nadie te falte al
respeto jamás.

Taehyung asintió y volvió a abrazarlo dejando el tema de lado.

—Me asusté mucho cuando salió sangre de tu cara y ahora tienes heridas, no
me gusta que pelees.

Jeon sonrió sin mostrar los dientes, con total confianza.

—Sabes, ni siquiera me acordaba de eso porque no dolió para nada, ese tipo
era un simple Jimin.

Taehyung rió al escuchar eso luego de tanto tiempo, subsiguiente a ello


recordó algo más importante.

—Ya no hicimos nuestro día de campo —espetó Taehyung cruzandose de


brazos.

—¿Qué te parece si vamos al patio trasero a hacer el día de campo? Sé que no


es lo mismo, pero nadie nos molestará y podemos recostarnos a ver las nubes.
—Taehyung lo pensó aún dudando, así que Jeon pensó en algo mejor para
convencerlo—. Prometo llevarte mañana mismo al campo de siempre.

Taehyung asintió sonriendo.

—Está bien.

A los pocos minutos ambos ya estaban sentados en la grande manta sobre el


pasto mientras Taehyung, con una toallita humeda limpiaba delicadamente
las heridas de Jungkook, quien aseguraba que no le dolía para no preocupar a
su novio.

—Otra vez está sangrando —dijo Taehyung preocupado —. ¿Te duele


mucho?
Jeon tocó con su mano la herida y esta vez no pudo contener un jadeo de
dolor.

—Agh, ese idiota me golpeó más fuerte de lo que pensé.

De repente escuchó a Taehyung sollozar, así que volteó a verlo preocupado y


lo vio lagrimear ligeramente. Jeon olvidó su dolor y acercó a Taehyung para
limpiar sus lágrimas.

—¿Por qué lloras, estrellita?

—Porque te lastimaron, googi —contestó —. Y no me gusta que sientas


dolor.

Jeon se sintió sumamente enternecido ante esa respuesta, se sintió querido y


amado por Taehyung. Acercó el cuerpo de Kim al suyo y le dio un beso en la
frente para después sostenerlo en su pecho.

—Esta herida desaparecerá y la olvidaré, Taehyung —afirmó intentando


animarlo —Me duele más verte llorar, porque eso sí lo recordaré.

Taehyung limpió sus pocas lágrimas y volvió a estar feliz poco a poco.

—Entonces, hay que ser felices siempre, así sólo tendrás recuerdos bonitos
por siempre.

Jungkook sonrió y asintió.

—Contigo será fácil ser feliz.

Taehyung nuevamente sonrió y volvió a curar las heridas.

—¿Qué habrá pasado con él? —reguntó curioso el menor.

Jeon sabía que se refería al tipo de la pelea.

—No te preocupes, algunas personas seguro se acercaron a ayudarlo cuando


nos fuimos.
—Pero el fue malo.

—Las personas sólo se limitan a ver y juzgar Taehyung —respondió —. Ante


esas personas yo fui el malo porque solo vieron el fuerte golpe que le di.

Criticar y juzgar parece una de las especialidades de las personas. Cada vez
indagan menos y juzgan más, haciendo críticas tontas llenas de mediocridad.
Pero eso a Jungkook ya no le importaba, porque era experto en ser criticado.

—Pero yo sé que no eres malo, googi.

—Entonces con eso me basta, porque los demás y sus opiniones dejaron de
importarme hace mucho tiempo.

Aquella pareja de amados disfrutaba la compañía de su acompañante, gozaba


de compartir historias, y se alegraban el corazón con su presencia y atención
mutua.

—Googi, dejé mi celular en el cuarto, ¿me prestas el tuyo? —pidió


pestañeando repetidas veces.

Jungkook asintió y tomó su celular para dárselo al menor.

—¿Qué harás? ¿Prefieres un celular antes que estar con tu novio? —bromeó.

Taehyung negó y siguió realizando algo en el celular de Jeon.

—Ayer Yoongi me enseñó a tomar fotos, dice que es para captar momentos
bonitos.

—Uhm, no me gustan las fotos.

Kim puso la cámara y comenzó a tomarse fotos a él mismo.

—A mí me gusta tomarme fotos, me veo bonito.

Jungkook sonrió y acomodó los cabellos de su novio con cariño.

—Lo eres.
—Tú también eres bonito, ¿nos podemos tomar una foto? —pidió —. Así
seremos bonitos juntos.

—Bien, pero solo una.

Como siempre Jeon ponía una limitante y Taehyung se encargaba de no


cumplir lo que decía. Pues habían tomado muchas fotografías esa tarde y
Jungkook ni siquiera se quejó.

Unos minutos pasaron y se dedicaron a platicar y comer algunos de los


refrigerios preparados.

—Googi, ¿qué pasó con tu familia? —preguntó curioso—. ¿Qué pasó antes
de Seojung?

Desde hace mucho tiempo a Jungkook había dejado de entristecerle hablar de


ese tema. Ya nada era funesto, sólo era una realidad más.

—Me dijeron que mis padres me abandonaron en el orfanato cuando recién


nací, ninguno quiso hacerse responsable de mí —explicó indiferente—.
Después Seojung me adoptó y, desde ese momento, solo esperaba poder irme
de su casa pronto —dio un suspiro al terminar de relatar—. Como te puedes
dar cuenta, yo solo tuve un padrastro que me mantenía por obligación y una
madre y un padre que me dejaron a la deriva porque no me querían en sus
vidas. Así que nunca he tenido una familia.

Taehyung puchereo y colocó su cabeza en el hombro de Jeon. Posterior a un


ápice de tiempo, Taehyung levantó la cabeza para mirar entusiasmado a
Jungkook.

—¿Nosotros podemos ser una familia? Las familias están formandas por una
pareja y nosotros somos una. Panquesito también será parte de nuestra
familia para que seamos más —expresó animado y después su ánimo decayó
al recordar algo—.Bueno, cuando encuentre a panquesito será parte de
nuestra familia.

Jeon rió por el último comentario y atrajo a Taehyung a su cuerpo para besar
la mejilla de éste.
—Sabes, yo pensaba lo mismo, tú eres mi familia Taehyung —dijo Jeon —.
Y, bueno, ahora que panquesito es parte de nuestra familia, supongo que debo
confesar que él me pidió que lo dejara en mi parte del closet por un buen
tiempo.

—Panquesito no sabe hablar —reclamó cruzandose de brazos.

—Bien, bien, tal vez por casualidad lo dejé ahí a propósito —espetó.
Taehyung lo miró con desaprobación —. ¿Qué? Preferías abrazar a
panquesito antes que a mí, debía hacer algo al respecto.

—Me gusta más dormir contigo, pero también quiero abrazar a panquesito —
dijo Taehyung—. Ahora que somos familia no debe molestarte eso.

Jungkook sonrió y abrazó el cuerpo de Taehyung conmovido con el dulce


corazón de éste. Posteriormente, se recostó en la manta con su bello novio en
sus brazos.

—Sabes, Taehyung, otra vez puedo estar seguro de algo —Kim le miró con
curiosidad—. Que ser feliz será muy fácil teniendote a mí lado.

Taehyung sonrió con las mejillas sonrojadas.

—Besito.

Jungkook se acercó y besó los labios del menor con todo el amor y cariño que
sentía por él. Un beso de ritmo marcado, en el que el mayor pudo sentir la
cálida boca del menor.

Al separarse, Jungkook miró los bellos ojos como fanales brillantes de


Taehyung. Y, en medio de su abismal mente donde solo pensaba en la belleza
de Taehyung, un nuevo recuerdo llegó acompañado de asombro.

—Por cierto, no creas que olvidé lo de ésta tarde —comentó Jungkook,


Taehyung le miró en espera de una explicación —. Me dijiste "Jungkook"
esta tarde, confiesa de una vez, estrellita ¿por qué no me llamas por mi
nombre?

Taehyung fingió sorpresa, pero después no pudo evitar reír. Jeon lo


acompañó en sus risas.

—No sé de qué hablas, googi —respondió enfatizando el apodo.

—Oye, torpe estrella, sabes de lo que hablo —insistió—. Ahora hazlo, dime
"Jungkook".

Taehyung fingió pensarlo por un tiempo y asintió con seriedad.

—Jungkook —pronunció Taehyung.

Jeon apenas podía creerlo, después de tanto tiempo por fin escuchaba su
nombre salir de los dulces labios de Kim.

—No puedo creerlo —comentó —. Sabía que algún día lo harías, ésto ya
alegró mi día de nuevo.

—Lo que sea por hacerte feliz —contestó Taehyung dando un espacio de
suspenso antes de terminar su oración con un: —, googi.

La sonrisa de Jeon se borró, mientras que Kim rió escandalosamente.


Ulteriormente, Jungkook no pudo evitar contagiarse con aquellas risas, así
que rió también.

—Bueno, creo que ese apodo ya se quedó para toda la vida —suspiró
resignado —. Tu ganas, estrellita, seré googi por un tiempo más.

Saltando de alegría Taehyung celebró y se abalanzó sobre Jungkook para


envolverlo entre sus brazos. Esa tarde, llena de besos castos y dulces abrazos,
sin duda fue una que disfrutaron inmensamente. A pesar de no estar en un
lugar especial, la presencia del contrario era lo que lo hacía hermoso.
Capítulo 15

✧。・゚・✧。・゚・✧

El tiempo parecía pasar muy rápido. Jeon sabía que lo sentía así porque
estaba muy ocupado siendo feliz con su novio que no tenía ni siquiera la
intención de contar los días.

La vida de Jungkook había dado un cambio drástico sin darse cuenta. Incluso
los compañeros de Jeon notaron tan drástico cambio, les era extraño al
principio verlo reír y sonreír tanto, sin embargo, luego de meses con
Taehyung ya era normal verlo feliz en cualquier momento.

—Jóvenes —habló su profesor haciendo que todos se callaran —. Me alegra


informarles que dentro de una semana se realizará la excursión a la montaña
inwangsan.

Todos de inmediato comenzaron a susurrar con sus amigos, planeando y


organizándose emocionados. Jungkook solo esperaba para irse, recargado
sobre su mano con el codo sobre el escritorio.
—¿Las excursiones son donde muchos viajan juntos, googi? —preguntó
curioso. Jeon asintió sin interés—. ¿Podemos ir?

Jungkook vio los ojos destellantes de Kim, que reflejaron rotundamente su


anhelo de ir.

—Taehyung, las excursiones en grupo son de lo peor, iremos en un camión


lleno de estos idiotas —se quejó recibiendo miradas enojadas de sus
compañeros, pues no se molestó en bajar su tono de voz al decirlo.

—Ah, Jeon —lo mencionó su profesor—. Anticipando que se negaría a


asistir al viaje, me vi en la obligación de bajar puntos a quien no asista, ya
que dejaré trabajos que solo podrán realizar si asisten al viaje. Me temo que
sus notas perfectas no lo salvarán esta vez.

Jeon rodó los ojos, aunque de cualquier manera ya planeaba ir a ese viaje,
pues Taehyung realmente parecía querer experimentar eso.

—Da igual.

—Se incorporarán algunos alumnos de otras facultades, así que si tienen


amigos de literatura o ingenierías pueden ponerse de acuerdo para ir en
grupos —indicó —. La excursión solo será por la tarde y regresaremos ese
mismo día. Recuerden que aún hay clima de invierno y al ser una zona alta lo
más probable es que esté nevando, abríguense bien.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

La primera excursión de Jeon en todos los años de carrera. No estaba


emocionado, pero Taehyung en cambio si lo estaba.

Se encontraban en el patio de la universidad, abrigados con chamarras,


abrigos y guantes, sus mochilas descansaban en el piso y ellos parados
esperando que llegarán los camiones para poder irse.

—Adivinaré, Taehyung quiso asistir al viaje —dijo Jimin de manera burlona


acercándose a ellos junto con Hoseok—. Y tú ya no puedes negarle nada.

—Felicitaciones, no ganaste nada con decirlo— respondió Jeon.


—Yoongi dice que allá hay nieve —habló Taehyung ignorando la pelea de
los mayores—. Ya quiero jugar con ella.

—En ese caso pasaremos mucho tiempo en la nieve —respondió Hoseok.

Kim asintió, su corazón alegre y lleno de entusiasmo plasmaron en su rostro


una sonrisa que no desapareció.

De repente alguien más llegó a hacerles compañía, un chico serio y que


parecía disgustado con el simple hecho de estar ahí presente.

—Lo que me faltaba —se quejó Yoongi deteniéndose frente a ellos y


arrojando su mochila al piso—. Hice lo posible por llegar tarde y de todos
modos debo esperar.

Los camiones llegaron unos minutos después y todos tomaron sus asientos
dentro. Era un viaje muy largo, y aún era muy temprano, por lo que
Taehyung se quedó dormido recostado en el hombro de su novio casi todo el
camino.

—Taehyung —susurró Jeon para no despertarle de manera brusca—. Ya


llegamos.

El menor talló sus ojos y miró afuera admirando muy cerca el monte lleno de
nieve.

Al poco tiempo los estudiantes se dividieron en tres grupos, afortunadamente


todos habían quedado con sus amigos, incluso Jeon, pero para él esas no eran
precisamente buenas noticias.

—Jimin, ya cállate —ordenó Jeon por décima vez en el camino.

—Taehyung deberías venir conmigo mientras Jeon se calma —habló Min,


que últimamente se esforzaba por hacer enfadar a Jeon.

Jungkook miró mal a YoonGi, sabiendo que sus intenciones eran molestarlo.

—¡Miren! —gritó Hoseok cerca del oído de Jungkook, quien se quejó por
ello—. Ahí hay mucha nieve, vamos a hacer muñecos.

Jimin y Jung corrieron a la nieve, Min les siguió caminando lentamente. Jeon
por su parte se quedó atrás viéndolos e intentando calmar sus malas
emociones.

—Espero que este viaje acabe pronto —susurró Jeon.

Taehyung se puso de puntitas y dio un casto beso a los labios de Jeon.

—Gracias por aceptar venir a tu excursión —murmuró con las mejillas y la


nariz rojas gracias al frío, ulteriormente le abrazó —. Te amo, Jungkook.

Jungkook correspondió al abrazo con una sonrisa y el corazón acelerado.


Amaba escuchar su nombre salir de los labios de Taehyung con aquel tono
adorable y profuna voz.

—También te amo, estrellita —contestó de repente muy feliz —. Solo por ti


soporto esto, eres lo único bueno de este viaje.

Kim se separó emocionado cuando Hoseok le llamó.

—¡Vamos a jugar con la nieve!

Kim haló a Jeon de la mano hasta la nieve donde muchos estudiantes se


encontraban jugando.

Hicieron muñecos de nieve y asimismo algunas guerras donde Jeon disfrutó


arrojar bolas de nieve a Yoongi, Hoseok y Jimin para desquitar su enojo
mientras defendía a Taehyung en su espalda.

A pesar de haberse quejado tanto, sin duda disfrutó jugar con sus amigos.

Y esa era otra particularidad inusitada de la nueva versión de la vida de Jeon;


tenía amigos. Tenía un grupo de amigos ahora. Taehyung logró unirlo a las
personas que siempre rechazó y lo hizo darse cuenta de que esas tres personas
eran en realidad bastante buenas para su vida. Así que Jungkook podía
sonreír con el corazón contento al saber que había conseguido buenos
amigos.
Siguieron la excursión con normalidad, algunas risas y juegos aminoraron el
ambiente estudiantil, pero aun así todo estuvo lleno de datos que el profesor
brindaba. Pronto la excursión terminó y, justo antes de que llegarán al
autobus, Hoseok detuvo a sus amigos.

—Tengo una excelente idea —dijo Jung—. Escuché que hay cabañas cerca
de aquí, podríamos quedarnos lo que queda del día y también mañana en la
mañana.

—¡Eso sería fantástico! Nunca había visitado una montaña en invierno,


podríamos pasar más tiempo juntos —apoyó Jimin —. Yo me apunto.

Taehyung asintió eufórico.

—¡Podríamos jugar más tiempo en la nieve!

—Oigan, no se emocionen —intervino Jeon—.¿Olvidan que venimos gracias


a la universidad?

—No seremos los únicos, algunos de mis compañeros se irán a un hotel ahora
—lo calmó Hoseok —. Yo hablaré con el profesor, de todos modos no somos
niños y nos dejará tomar nuestras propias decisiones.

—Bien, entonces me quedo —habló Yoongi, internamente emocionado por


pasar una tarde con amigos, ya que eso era nuevo para él —. No tengo nada
que hacer al llegar a casa. ¿Qué hay de ti Jungkook?

Jungkook y Yoongi tenían en común que siempre intentaban parecer


indiferentes incluso en situaciones que les llenaban de alegría.

—Si Hoseok consigue que nos quedemos entonces sí —respondió.

Hoseok había conseguido zafarse del regreso a la universidad. Así que


pudieron pasar una tarde boyante y apacible en ese lugar. Sin duda crearon
recuerdos muy bellos ese día.

Cuando llegó la noche caminaron hasta las cabañas que habían rentado por
una noche. Por fortuna el costo por noche no era tan elevado. En una cabaña
estarían Hoseok, Jimin y YoonGi y en otra Taehyung y Jeon. Ésto último a
petición de Jungkook ya que no quería que ninguno de sus amigos invadiera
su espacio personal o no le dejaran dormir con Taehyung.

Luego de caminar más lejos de la cabaña de sus amigos, Taehyung y


Jungkook llegaron a la suya. Entraron y sintieron el acogedor clima cálido
recibirlos, aunque aún hacía frío no se comparaba con el frío invernal de
afuera.

Jungkook encendió la chimenea de la habitación mientras Taehyung veía el


cielo desde la ventana abierta parado frente a ella. Una vez la chimenea
estuvo encendida, Jungkook se acercó a su novio y le abrazó por la cintura
dejando su mentón en el hombro ajeno.

—¿Extrañas tu lugar en el cielo junto a esa estrella grande? —preguntó Jeon.

—No, me gusta más estar aquí abajo contigo —respondió sonriendo


recibiendo un beso en la mejilla de parte de Jeon—. ¿Ya me crees?

—Claro que te creo —aseguró —. ¿Y sabes qué? No volverél a dudar de ti.

Taehyung sonrió conmovido y dirigió su vista de nuevo a las estrellas


mientras dejaba libres sus pensamientos.

—Me alegra que creas de nuevo en las estrellas —murmuró —. Tal vez
quieras volver a hablar con ellas como cuando eras niño.

Jungkook frunció las cejas al escuchar eso, ya que en ningún momento


recordó haberle contado a Taehyung esa parte de si infancia en la que amaba
las estrellas.

—¿Cómo sabes eso? Nunca te lo dije.

Taehyung respondió aún mirando las estrellas mientras Jungkook lo miraba


aún recargado en su hombro.

—Las estrellas podemos escuchar cuando nos hablan, pero depende de


nosotras saber a quién hacerle caso —explicó —. Cuando alguien nos habla
con intenciones buenas y bondadosas entonces vemos brillar a esa persona, a
esas personas les tomamos más importancia.
Jungkook seguía atónito. ¿Las estrellas si lo escucharon en su infancia?

—¿Q-quién me escuchó?

Esta vez Taehyung dio la vuelta y quedó frente a frente con Jungkook para
por fin decirle algo importante.

—Yo escuché tus historias cada noche, ¿recuerdas cuando hablaste de cómo
te comiste a escondidas los dulces de la cocina del orfanato? —dijo
Taehyung riendo ligeramente, mientras Jungkook no podía creerlo —. Solo
una vez te vi brillar, la primera vez que hablaste lo hiciste con el alma
inocente así que te noté. Las demás veces ya no brillabas, pero aún así te
seguí escuchando aunque eso va en contra de las reglas. Eras un niño muy
tierno.

Jeon parpadeó intentando alejar sus lágrimas.

—¿P-por qué nadie concedía mis deseos? —preguntó dolido, de repente


sintiéndose de nuevo como cuando era aquel infante hablando con las
estrellas.

Los ojos de Taehyung se volvieron tristes y apagados.

—No es tan fácil, Jungkook, no puedo conceder deseos de alguien que no


brilla con pureza, intenté hacerlo, pero nunca funcionó —dijo de nuevo
sintiéndose mal consigo mismo—. No podemos interferir con el ciclo natural
de la vida humana, así que podemos brindar felicidad momentánea, pero no
felicidad eterna. Y tú siempre deseabas ser feliz, no podía cumplir eso, así
que solo pude darte dulces y calmar tu corazón cuando hablabas conmigo.

Jungkook recordó aquellas veces que llegaba a su habitación después de sus


labores en el orfanato y encontraba algunos dulces en su cama o en su
mueble. Él creía que eran de alguien más, así que los guardaba y los comía en
la noche a escondidas mientras charlaba con las estrellas. En ese momento
entendió por qué se sentía tan tranquilo al hablar con ellas en la noche y
volvía a sentirse mal al siguiente día cuando despertaba.
Internamente uno de los suplicios de Jungkook finiquitó. El odio que le tenía
a las estrellas ya no dañó su corazón con rencor. Se concentró en el
conocimiento que tenía presente y por fin pudo sonreír al recordarse hablando
con las estrellas; porque todo ese tiempo estuvo hablando con Taehyung.

—Siempre estuviste ahí —musitó viéndolo con los ojos llenos de lágrimas
retenidas mientras una sonrisa en sus labios vislumbraba su felicidad —.
¿Hasta cuándo me escuchaste?

Taehyung intentó recordar.

—Te escuché cada noche que estuviste en el orfanato, hasta que un día
dejaste de estar ahí... creo que fue cuando te adoptaron, porque cuando saliste
del orfanato te perdí —contó bajando la mirada—. Tu alma no brillaba
cuando hablabas, así que no pude volver a encontrarte. Después de que no te
encontré, me concentré en conceder deseos de almas bondadosas y decidí
creer que ya eras feliz.

Jungkook sonrió y tragó sus lágrimas. La conmoción del momento atacó su


interior rotundamente. Y entonces pensó que sería el momento indicado para
responder la duda más grande, la interrogante indescifrable que surgió desde
que apareció Taehyung.

—Dime algo, si me habías perdido, ¿cómo volviste a encontrarme? —


preguntó —. ¿Por qué bajaste al mundo en realidad y justo frente a mi casa?

Taehyung mostró una sonrisa tímida y reflejante de emoción.

—Bajé para cumplir un deseo —respondió dejando a Jungkook igual de


curioso, así que continuó —. Una noche escuché un llamado, era una persona
parada en un parque y deseó una persona especial que sanara el corazón de su
amigo y lo hiciera volver a ser feliz.

Jungkook negó de inmediato, parecía incrédulo de nuevo, así que Taehyung


continuó la historia.

—Al ver que el deseo era pedido con el corazón y el alma llenos de buenas
intenciones, decidí cumplir el deseo, así que fui guiado hacia el amigo de la
persona que pidió el deseo... y eras tú —explicó aún sonriente ante el
recuerdo —. Te vi por tu ventana y cuando vi tus tatuajes y tus aretes creí que
no eras tú, pero al ver tus ojos te reconocí... Yo siempre quise hacerte feliz en
tu infancia, pero nunca pude y esa era la oportunidad perfecta, así que no solo
quería darte cualquier persona que te diera felicidad momentánea, quería
asegurarme de que sería una persona buena que de verdad sanara tu corazón
de por vida.

Esta vez Jungkook ya no pudo retener sus lágrimas, no sabía exactamente por
cuál de todas sus emociones estaba llorando. ¿Conmoción? ¿Felicidad?
¿Tristeza? Tal vez era una intensa combinación de todas esas sensaciones.

—Creí que sería rápido, pero no contaba con que sería difícil adaptarme al
mundo humano al no saber nada. Afortunadamente estuviste ahí para
ayudarme —continuó Kim—. Y después de eso todo fue más fácil.

—Taehyung... —dijo Jungkook luego de un rato, calmó su llanto y por fin


preguntó —. Ni siquiera tenía amigos en ese entonces, ¿q-quién pidió el
deseo?

Jungkook esperaba ansioso esa respuesta, así que el tiempo que Taehyung
tomó para sonreír le pareció eterno.

—De lejos no puedo ver bien a los humanos, solo veo luces destellando
cuando un deseo se pide de corazón... esa noche fue la única luz que destelló
en la tierra, una luz muy pequeña, así que tuve que bajar a verlo más de cerca
—dijo Taehyung —. Esa persona que pidió el deseo era una lucecita, fue
Hoseok.

Nuevamente el corazón de Jeon latió rápidamente y la perplejidad junto con


la nostalgia lo dejaron helado.

—E-eso no es cierto, debe ser una broma —espetó —. No le importo a él, sé


que no le he importado después de lo que hizo.

El llanto de Jungkook fue una revelación tortuosa. Taehyung sintió a


Jungkook caer sobre su hombro y llorar ahí, así que lo consoló con caricias
dulces hasta que éste se separó. Sus ojos seguían perlando sin control, ojos
rojos del llanto como un rastro del dolor.

Nunca había creído algo así de Hoseok, porque toda su adolescencia de


mentalizó con la idea de que Hoseok solo pensaba en sí mismo y que era una
horrible persona incapaz de querer alguien. Pero en ese momento su
perspectiva cambió y eso fue lo que lo hizo confundirse, porque nunca quiso
perdonar a Hoseok, pero su corazón le decía que ya lo había hecho. Y sí, se
sentía agradecido, tanto que por fin lo perdonó.

—¿Por qué lloras, googi? —preguntó Taehyung limpiando con sus pulgares
las mejillas humedas de Jungkook —. ¿No querías que fuera yo quien
cumpliera el deseo?

Jeon sorbió su nariz por el llanto y negó esa posibilidad.

—No hay persona más perfecta para cumplir ese deseo que tú, Taehyung —
pronunció juntando su frente con la de Kim mientras cerraba los ojos—. Solo
estoy muy feliz de nuevo, estoy feliz de tenerte a mi lado.

Taehyung besó los labios de Jeon, quien apretó su cintura y correspondiendo


el beso sintiendo como cada vez menos lágrimas salían de sus ojos.

—Te amo, Taehyung —susurró sobre sus labios.

Ambos continuaron en esa cómoda posición, de vez en cuando Jeon repartía


besos en el cuello del menor porque le gustaban las adorable risas de
Taehyung cuando le causaba cosquillas.

Quién sabe cómo había sucedido, tal vez fue el calor de la chimenea que
encendió el ambiente, tal vez sólo se trataba de su perenne amor que por fin
dejó que mostraran el anhelo que sentían el uno por el otro. Pero de repente
los besos comenzaron a desviarse del objetivo que era hacer reír a Taehyung,
cada vez su calor corporal y deseo aumentaban al sostener la cintura del
menor y besar el cuello de éste.

—Jungkook —pronunció Taehyung en un susurró, y bajó la mirada


sonrojado —. Y-yoongi me explicó lo que pasa cuando... cuando las personas
comienzan a sentirse así.
Jeon dio un último beso al cuello del menor y se detuvo para verlo a los ojos.

—¿Qué sientes? ¿Tienes la respiración agitada y tu cuerpo siente calor? —


preguntó recibiendo un asentimiento nervioso de Taehyung —. Significa que
también sientes ese deseo que yo siento por ti.

Actuando por instinto, tomó a Taehyung y lo llevó a la cama, recostandolo


con suma delicadeza y acercándose a besarlo nuevamente. Los besos en los
labios pasaron a besos en el cuello del menor, y un botón de la camisa de
Taehyung fue desabotonado por Jeon dejando ver las perfectas clavículas del
menor, fue entonces cuando los besos siguieron camino hasta las clavículas
de éste. Jeon saboreaba cada rastro de piel besado mientras escuchaba
suspiros de parte del menor.

Jungkook dejó de besar las clavículas para acercarse y dejar un dulce beso en
la mejilla de Kim.

—Creo... que quiero hacerte el amor, Taehyung —confesó para aclarar los
pensamientos de Kim.

—E-eso es lo que Yoongi dijo que ocurría al sentir éste calor —pronunció
con la voz un poco entrecortada sintiendo aún los besos de su novio —. ¿Será
algo lindo?

—Lo descubriremos juntos —contestó Jeon entrelazando sus manos con las
de Kim—. Solo si tú te sientes listo también, no haré nada en contra de tu
voluntad. ¿Quieres descubrirlo conmigo?

Taehyung no lo dudó y le dio un beso rápido en los labios.

—S-sí... quiero descubrirlo contigo.

Fue en ese momento y con esas palabras que le concedieron autorización a


Jeon, que las acciones se volvieron más lujuriosas, los besos más profundos,
la libido aumentando con cada toque y en sus corazones el amor mutuo
creciendo inconmensurable.

Taehyung y Jeon descubrieron el verdadero placer de esa forma, con la


chimenea acompañando su noche, entre el sudor que brotaba de sus poros
ante los movimientos vehementes cuando se unieron en cuerpo y alma, los
besos que compartían y complacientes gemidos armónicos que se mezclaban.

A pesar del dolor y lágrimas que inevitablemente tuvo que sufrir Taehyung
en el acto, unirse de esa forma fue algo que ambos disfrutaron. Porque al
sentir sus cuerpos unidos, su piel chocar y el estar dentro del otro,
descubrieron el verdadero significado de estar en una ataraxia, ese era su
paraíso.

Terminaron extenuados, recostados en la cama abrazando la desnudez del


otro. Mientras un ligero hormigueo pasaba por las zonas que fueron
megreadas al hacer el amor. Jungkook sostenía cerca el cuerpo de su amado,
sintiendo la piel desnuda y las largas piernas de Taehyung sobre tu torso, aún
dando caricias y mimos al cuerpo de su novio que tanto le encantaba.

—Googi —susurró Kim, algo cansado, sobre el pecho desnudo del mayor y
jugando inocentemente con el abdomen marcado de Jeon—. ¿Por qué tu
tienes cuadritos en tu pancita y yo no?

Jeon rió con ternura.

—No debes preocuparte por eso, tu cuerpo ya es perfecto sin que le hagas
nada.

El menor rió apenado, y Jungkook dejó un beso en la frente de éste.

Pasó un rato y decidieron tomar una ducha antes de dormir. Taehyung aún
estaba adolorido, pero Jungkook estaba para él, así que lo cargó y lo llevó a la
ducha de la cabaña. Jeon se sentó en la tina de baño con Taehyung sentado de
espaldas frente a él, lo ayudó a ducharse con cuidado y delicadeza, dándole
masajes en las zonas de dolor para que se sintiera mejor.

Pronto estuvieron listos para dormir, limpios y comodos se arroparon de


nuevo en la cama con sábanas limpias y se abrazaron como siempre para
dormir.

Pero Jungkook no pudo concentrarse en dormir, pues había una pregunta


rondando en su mente y que le rompía el corazón.

—Taehyung —le llamó con el doloroso pensamiento llegó a su mente.

—¿Sí? —respondió ajeno a la tristeza de otro.

—Tú... ¿solo estás conmigo por ese deseo? —preguntó con palabras llenas de
dolor y decepción —. ¿Solo dices que me amas para hacerme feliz? ¿O
incluso me soportas solo porque es tu obligación?

Un silencio tortuoso pasó para Jungkook, apenas fueron unos segundos de


mutismo absoluto, pero ya sentía que su corazón dolía.

Y como siempre, Taehyung estaba ahí dándole un beso en los labios para
animarlo.

—Yo no bajé a tu planeta para hacerte feliz, yo iba buscar una persona que te
hiciera feliz, ese era mi trabajo como estrella —Respondió sorprendiendo a
Jeon —. Pero con el tiempo nos hicimos cercanos y me olvidé de ese deseo,
me gustó tanto estar contigo que simplemente me quedé a tu lado. No lo hago
porque me obliguen, lo hago porque te amo mucho y quiero ser tu persona
especial.

Fue entonces que el corazón y los sentidos de Jeon volvieron a la normalidad,


sintiendo alegría nuevamente con esa respuesta.

—Lo eres, Taehyung, eres mi persona especial, todo este tiempo eras tú —
susurró sobre los labios del menor.

Taehyung durmió al poco tiempo, gracias a la exhaustiva actividad realizada


anteriormente, los mimos que su novio le brindaba y el cálido fuego de la
chimenea. Jungkook no pudo dormir, no cuando tenía a Taehyung en sus
brazos luego de haberle hecho el amor. Por lo que esa noche, para Jeon, se
basó en admirar por completo a su novio.

▬▬▬▬▬▬▬

La mañana siguiente Jeon despertó temprano, se quedó mirando a Taehyung


dormir hasta que tuvo que levantarse para vestirse antes de que los demás
llegaran. Dejó a Taehyung seguir durmiendo y, luego de dejar un beso en la
mejilla de su adormecido rostro, fue a preparar café en la pequeña cafetera
que la cabaña les brindaba.

Al poco tiempo Taehyung despertó también y se sentó en la cama con las


sábanas cubriendo su bella figura. Sin embargo, al sentarse de inmediato hizo
gestos de dolor. Jungkook entró a la habitación en ese momento y vio las
molestias que parecía tener su novio así que se acercó a él.

—¿Duele mucho? —preguntó preocupado.

No pasó mucho, cuando Taehyung volvió a sonreír.

—Estoy bien, soy fuerte googi —respondió estirandose un poco en la cama


—. Solo debo acostumbrarme a ésta sensación, nunca la había sentido.

Jeon asintió más tranquilo y, de repente, se quedó observando a su novio


luciendo hermoso con sus rosados labios y rostro somnoliento, su cabello
despeinado y las pequeñas marcas que había dejado inevitablemente en la
piel canela.

—Tengo hambre. —dijo Taehyung en modo de queja, sacando a Jungkook de


su mente enamorada.

—No tardan en llegar los chicos para que vayamos a desayunar a algún
restaurante —respondió Jungkook —. ¿Puedes cambiarte solo o quieres que
te ayude?

—Creo que puedo solo —aseguró Kim.

Tiempo después, la puerta de su cabaña fue tocada y varias voces se


escucharon afuera. Jeon supo quienes eran, así que dejó a Taehyung terminar
de vestirse y él fue a abrir.

—¿Están listos? —preguntó Hoseok desde afuera—. Encontramos un


restaurante para ir a desayunar que seguro nos gustará a todos.

—Mas les vale —respondió Jeon saliendo por la puerta para esperar afuera
con la los demás. —¡Taehyung apresurate!
—¿No lo esperaras adentro? —preguntó Jimin extrañado de que Jeon no se
preocupara tanto.

Jungkook metió las manos en su abrigo y se encogió de hombros con


indiferencia.

—¿Cuál es la diferencia? Lo voy a esperar de todos modos.

La respuesta no pareció convencer a Park, quien se adentró a la cabaña para


buscar a Taehyung mientras Jeon se quedaba peleando con yoonGi y Hoseok
sobre el lugar al que irían a comer.

—¿Taehyung? —le llamó entrando a la habitación, y encontró a éste


luchando con el cierre de su chamarra.

—¿Me ayudas? —pidió ya desesperado.

Jimin rió y se acercó para ayudarlo. Pero esa sonrisa desapareció cuando,
mientras subía el cierre, vio las clavículas de Taehyung con unas manchas
rojas y ligeros tonos morados.

—Taehyung, ¿qué te pasó aquí? —preguntó señalando.

El menor le miró confundido, dio la vueltas para mirarse al espejo y entendió.

—Ah creo que deben ser marquitas de amor.

Jimin arqueó una ceja.

—¿Marquitas de amor? —repitió subiendo el cierre de Taehyung


completamente.

—Sí, Jungoogi las hizo anoche —explicó tímido e inocente.

Jimin había escuchado muchas cosas en la universidad acerca de Jeon. Uno


de los chismes más populares sobre él era que éste sólo utilizaba a las
personas para una noche. Muchas chicas y algunos chicos le habían contado
que ellos se habían acostado con Jungkook y que éste solo los trataba bien al
principio y, después de acostarse con ellos, volvía a ser igual de grosero
como con todos. Y Park temia que Jeon hiciera lo mismo con Taehyung.

No esperó otra explicación, prefería escucharlo de la boca de Jeon. Así que


salió corriendo de la cabaña encontrando a Jeon de espaldas, por lo que lo
tomó del hombro y lo volteó bruscamente recibiendo una mirada enfadada de
Jungkook.

—¿Ahora qué diablos te suce-

No pudo terminar su pregunta, pues Jimin lo tomó bruscamente del cuello de


su abrigo.

—Si utilizaste su inocecia a tu favor para hacer algo contra su voluntad, te


juro que te mato —masculló Park.

Jeon frunció el ceño. YoonGi y Hoseok sólo miraban la escena llenos de


asombro.

—Jimin, ¿qué te pasa? —intervino Hoseok —. Calmate.

—No voy a calmarme hasta saber la verdad —contestó para de nuevo


dirigirse a Jeon—. ¿Te metiste con una persona tan inocente como Taehyung
sólo por una noche más?

Entonces Jeon comprendió lo que pasaba. Probablemente Taehyung le había


dicho a Park lo que había pasado entre ellos anoche. Al procesar la
información comenzó a reír y Park se acercó dispuesto a golpearlo, pero fue
detenido por Hoseok.

—"Una noche más" —repitió Jungkook riendo—. Veo que tú eres de esos
idiotas que creen todo lo que les cuentan, ¿no?

—Oigan —habló Jung—. ¿Pueden explicarnos qué sucede?

—Pasa que éste idiota se acostó con Taehyung anoche —explicó Park —. Y
seguro después de ésto cambiará y lo tratará como a los demás, además
significa que utilizó su inocencia.
Hoseok casi cae a la nieve de la impresión, pero volvió a retomar el
equilibrio.

YoonGi tensó su cuerpo por un momento, se notaba lo pasmado que lo dejó


la noticia. Al reaccionar, aclaró su garganta y habló sin siquiera mirar a Jeon.

—¿En serio... ya dieron ese paso?

Jungkook asintió despreocupado.

—Claro que sí, el es mi novio, era algo que algún día iba suceder —
respondió —. Park piensa que corrompí a Taehyung y que solo quise "una
noche más con él" aunque claramente eso no es verdad.

—Pruébalo —dijo Jimin a la defensiva.

Jungkook dio un alargado y aburrido suspiro.

—¿Debería probarlo?

Jimin apretó la mandíbula y Hoseok lo sostuvo por si acaso quería golpear a


Jungkook.

—Jeon, solo habla para que podamos ir a desayunar. —pidió Yoongi.

—Como sea, para empezar yo amo a Taehyung y si lo hicimos o no, fue algo
que ni siquiera debían saber ustedes porque son cosas de nosotros dos —
espetó —. Y respondiendo tu pregunta, ésta también fue mi primera vez, por
lo que tus acusaciones son aún más absurdas.

Hoseok soltó a Park de la impresión y miró a Jeon con la boca abiertas.

—¿Eras virgen?

—¿Por qué lo dices como algo malo? No me interesa si no seguí sus


estúpidos estereotipos —confesó—. Y sí, fue la primera vez de ambos,
¿quieren que lo repita de nuevo?

—Por favor —pidió Min igual de impresionado.


Jeon solo rodó los ojos ignorando las palabras de YoonGi.

El enojo de Park disminuyó notoriamente, ahora solo había preocupación en


su gesto.

—Pero seguramente no sabía lo que hicieron -dijo Park.

—Lo sabe —respondió Yoongi recibiendo miradas interrogantes de todos—.


¿Qué? Su inocencia no va desaparecer por informarse si se le explica
correctamente.

Estuvieron de acuerdo con Yoongi. Después de todo, era un humano, uno que
debía formarse correctamente. Jungkook inmediatamente sintió que había
tomado una muy buena decisión al dejar de lado su orgullo y sus rencores,
para pedirle ayuda a Yoongi.

—Gracias, Min —pronunció Jeon, con seriedad, pero con sinceridad.

YoonGi dio un asentimiento afirmativo. Tal vez no eran muy expresivos,


pero sabían que eran honestos y eso era lo importante.

—Ya estoy listo, ¿estaban hablando de algo importante? —preguntó


Taehyung saliendo por fin de la cabaña luego de cepillar su cabello.

YoonGi lo miró de una manera indescriptible, posteriormente se acercó a


Kim y le abrazó escondiéndolo en su pecho, le abrazó con fuerza y cerrando
los ojos.

Todos miraron la escena ligeramente confundidos.

—¿Te sientes bien después de anoche? —preguntó preocupado. Taehyung


estaba a punto de hablar—. No, mejor no me expliques, ni siquiera puedo
escucharlo, ¿por qué debes ser tan adorable?

Jeon rodó los ojos al ver la dramática escena que armó Yoongi.

—En lo que Min deja a mi novio en paz, Hoseok —le llamó seriamente—.
¿Podemos hablar?
Hoseok se quedó perplejo ante la pregunta, pero aun así asintió. Jungkook
comenzó a caminar más lejos, detrás de la cabaña específicamente para que
los demás no le vieran. Y Jung supo que debía seguirlo.

Mientras caminaban y se alejaban, Hoseok comenzó a asustarse más.

—No planeas hacerme daño, ¿verdad?

Jeon no respondió, en cambio siguió caminando delante de él.

—Sabes, he visto muchas películas y en una escena así las víctimas terminan
abandonadas en un lugar vacío como éste luego de la tortura de-

Hoseok dejó de hablar cuando sintió unos brazos que le rodearon en un


abrazo.

Jungkook le estaba abrazando.

Estaba totalmente paralizado, no creía lo que estaba pasando, podía jurar que
Jeon aún lo odiaba y nunca en su vida le había abrazado.

—Gracias —susurró Jeon sobre su hombro.

—P-pero, ¿por qué?

—Ayer, me enteré de tu deseo —contó separándose del abrazo para verlo a


los ojos—. Deseaste a las estrellas una persona especial que me hiciera feliz.

Hoseok rió nervioso creyendo que Jeon se burlaría de él por hacer eso.

—Burlarte si quieres, para mí son importantes.

Jungkook negó con la cabeza y apretó los labios.

—Hoseok, Taehyung es quien vino a cumplir tu deseo —confesó viendo


como los ojos de Jung se abrían con sorpresa —. T-taehyung está aquí
gracias a ti.

Hoseok escuchó como la voz de Jeon se quebraba poco a poco y sus ojos
perlaban.

—Sin Taehyung volvería a ser tan miserable como lo era antes —pronuncio
soltando algunas lágrimas—. Y aun con lo que hiciste en el pasado, me siento
muy agradecido contigo.

Hoseok comenzó a llorar también, limpió sus lágrimas una y otra vez en
vano, pues muchas más salieron.

—Lo siento mucho, Jungkook, de verdad lo siento fui un idiota —habló


refiriéndose al pasado—. Sé que me odias y yo no hubiera podido alegrar tu
vida porque no me querrías cerca, por eso yo quería que alguien especial para
ti.

Jeon tragó saliva y limpió sus húmedas mejillas.

—Yo ya te perdoné, Hoseok, Taehyung me hizo darme cuenta que esa es la


mejor forma de sentirme mejor conmigo mismo y dejar el rencor que me
daña —dijo con calma y sinceridad—. Y lo siento, pero eso no significa que
todo volverá a ser como antes, sobre todo nuestra amistad, porque aunque ya
te he perdonado, aún no puedo retomar esa confianza.

Hoseok bajó la mirada y asintió.

—Y-yo entiendo, es lo menos que merezco.

—Taehyung me hizo darme cuenta de que no he sido el único sufriendo, tú


sufriste mucho, has estado sufriendo tanto como yo y honestamente creo que
lo merecías —continuó Jeon—. Pero también creo que ha sido suficiente... es
hora de que te perdones, es hora de que seas feliz de verdad.

Hoseok asintió sin poder dejar de llorar. Él ya era feliz al saber que Jeon le
había perdonado y entendía aquella desconfianza de Jungkook, tampoco
esperaba que toda su amistad volviese a la normalidad de la noche a la
mañana. Pero internamente sentía que una herida iba sanando poco a poco.

Un tiempo pasó luego de su pequeña platica y regresaron al lugar donde sus


demás amigos estaban. De inmediato se toparon con la escena de YoonGi aún
abrazando protectoramente a Taehyung y diciéndole palabras cariñosas
mientras Jimin reía en silencio al ver la cursi faceta de Yoongi.

Cuando estuvo frente a YoonGi, Jeon tomó la mano de Taehyung y lo jaló


hacia él.

—Min, ¿te importaría dejar a mi novio en paz? Creerá que lo que hicimos es
malo por tanto drama.

—¿Qué te pasó lucecita? —preguntó Taehyung preocupado al ver los ojos


llorosos del mayor.

Hoseok sonrió dándole calma al menor.

—No pasó nada malo, son lágrimas de felicidad.

Taehyung asintió convencido con la respuesta y entonces le sonrió.

Jeon por otro lado sintió que todo mejoraba poco a poco. Su corazón también
estaba sanando y, aunque el plan inicial no era que Taehyung estuviera a su
lado, agradecía que todo terminara así, porque definitivamente no había
persona que le hiciera más feliz la vida como lo hacía Taehyung.
Capítulo 16
✧。・゚・✧。・゚・✧

El sol deslumbrante y cálido mantenía un clima soleado, las flores volvían a


dar vida a la vista de los campos y la brisa fresca del viento creaba un toque
perfecto.

Una estación del año había trascurrido y aquella pareja de amados


permanecía más feliz que nunca.
Era una tarde de primavera en la que Jeon y Kim pasaban un entretenido rato
en el campo de flores donde siempre iban a ver el cielo.

Taehyung se encontraba recostado boca abajo en un lugar donde los rayos de


sol le cubrían completamente y escribía en la libreta que colocó frente a él.
Mientras Jeon, a su lado, prefirió acostarse en el lado de la sombra. Kim
escribía con concentración ínterin Jungkook contemplaba el rostro de
Taehyung bajo los rayos de sol.

De repente, Taehyung se sentó y lo miró emocionado.

—¿Hice bien ésta? —preguntó mostrándole la hoja de su libreta a Jungkook


y señalando una ecuación.

Cada vez Taehyung aprendía más y más, así que Jungkook decidió no
limitarle a Taehyung la información y solo dejarlo con lo que YoonGi le
enseñaba. Las matemáticas eran importantes y algo en lo que era bueno, así
que comenzó a explicarle temas básicos a su novio.

Jungkook se acercó un poco para verificar el procedimiento y,


posteriormente, volvió a recostarse sobre el pasto con la cabeza entre sus
brazos flexionados.

—Felicidades, estrellita, lo hiciste bien —respondió mirándolo.

Taehyung emitió tenues risitas complacido con el halago.

—Entonces, ¿puedo comer un cupcake más como recompensa? —pidió


juntando las manos en señal de súplica, Jungkook fingió pensarlo—. Por
favor, googi, ya casi no me dejas comer dulces.
Era por simple preocupación, Jungkook había mejorado la alimentación de
ambos desde la última vez que fueron al hospital y le advirtieron de los
problemas que podría tener Taehyung a futuro. Así que no comían muchos
dulces ya, lo hacían de manera controlada o cuando Jeon quería complacer
los caprichos de su novio.

Jeon se iba negar, pero entonces Taehyung lo miró con unos ojitos tiernos
mientras parpadeaba coqueto.

—Bien, pero solo uno —aceptó Jeon finalmente, aún hipnotizado con la
ternura del menor.

Taehyung festejó con un divertido baile que ocasionó risas en Jungkook.

Se levantó, dispuesto a acercarse a la canasta de comida para tomar un


delicioso pastelillo, sin embargo, al dar el pimer paso sintió que perdía la
fuerza de las piernas y cayó de nuevo al piso, puso las manos por reflejo para
no caer de cara y disminuir el impacto.

Jungkook reaccionó de inmediato y, alterado, se levantó casi tropezando para


correr hacia su novio. Se sentó a un lado de Taehyung, que parecía intentar
retomar el aliento.

—¿Estás bien? ¿Qué sucedió? —preguntó Jeon, mirando el estado de


Taehyung con detenimiento.

Cuando Taehyung volvió a respirar con normalidad, lentamente fue


sentándose en el pasto, quedando frente a Jungkook.

—E-estoy bien, solo... me sentí extraño —explicó confundido, pero después


volvió a sonreír —. Pero me siento bien ahora.

En ese momento Jungkook recordó lo que ocurrió en el hospital. Los doctores


nunca pudieron darle una respuesta sobre el caso de Taehyung, nunca supo
por qué se había desmayado de dolor aquella noche, nunca supo lo que había
ocurrido exactamente. Tal como en ese momento.

Y en realidad temía conocer la razón por la que Taehyung presentó esos


síntomas.

—¿Te has sentido mal éstos días? —preguntó Jeon —. Si algo te duele debes
decirme, sin importar cuan insignificante parezca el dolor, puede ser
importante.

Taehyung asintió con seguridad.

—Lo haré, googi.

Jungkook asintió y se levantó, extendiendo una mano hacia Taehyung para


ayudarlo a pararse.

—Ahora vámonos, te hará bien un descanso.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Afortunadamente Taehyung se sintió mejor al despertar el siguiente día y no


presentó problema alguno. Aunque Jungkook seguía alerta por cualquier
situación que ocurriera.

—¿Qué te pareció? —preguntó Jungkook

No obtuvo respuesta sino más suspenso. Jeon había preparado un nuevo


platillo saludable y delicioso, se había esforzado porque quería que Taehyung
comiera bien para mejorar su salud después de los síntomas extraños que
sufrió el día anterior.

Taehyung masticaba lentamente, saboreando cada detalle mientras Jungkook


lo miraba ansioso en espera de su veredicto. Finalmente, Kim tragó su
bocado y sonrió.

—¡Me gusta! —exclamó levantando los pulgares demostrando su aprobación


—. Eres mi chef favorito, googi.

Al obtener esa respuesta Jeon volvió a sonreír y procedió a comer él también.

—Lo soy, tienes suerte de ser una estrella adorable, porque de lo contrario te
cobraría mi comida —bromeó haciendo reír a Kim.
La hora de la comida transcurrió de manera apacible, se sentían bien juntos y
por ende no había ni el más ínfimo momento que no disfrutaran, inclusive el
silencio era cómodo.

Cuando estaban por terminar de comer, el timbre sonó interrumpiendo sus


actividades. Jungkook, quien estaba tomando agua, dejó su vaso de mala
gana en la mesa y frunció las cejas.

—Siempre llegan en el momento perfecto para molestar —se quejó Jeon


escuchando las risas de Taehyung mientras se paraba para ir a abrir la puerta
—. Seguro es Hosek, iré a correrlo, no tardo.

Taehyung solo continuó comiendo.

Jeon llegó a la puerta y giró la perilla, pero al abrirla no encontró a quien


creía que estaría frente a su hogar, sino a alguien completamente
desconocido.

—No lo conozco, así que cerraré la puerta esperando que no vuelva —dijo
Jeon.

Y, cuando estaba por hacer lo que dijo, el hombre parado en la entrada habló.

—¿Eres Jeon Jungkook?

Jeon tensó sus gestos. No contestó, no iba ser tan confiado, en cambio analizó
al hombre con detenimiento.

—¡Namjoonie! —gritó emocionado Taehyung corriendo a abrazar al


desconocido frente a la puerta.

Jeon miró confundido la escena. Taehyung y aquel tipo parecían conocerce


bien, pues no dejaban de abrazarse.

—¿Alguien puede explicarme qué está pasando? —preguntó Jeon extrañado.

Los otros dos se separaron del abrazo y le voltearon a ver.

—Mi nombre en éste planeta es Kim Namjoon, y yo puedo explicarte lo


necesario —indicó para después mirar nuevamente al menor—. Contigo
también tengo una charla pendiente, Taehyung.

Kim hizo un puchero al sentirse regañado y corrió a esconderse detrás de


Jungkook. Éste lo cubrió de manera protectora aunque en su mente aún
estaba muy confundido.

Dejó pasar a Namjoon a su casa, los tres se sentaron en el comedor a platicar.

—Entonces, ¿estás aquí por Taehyung o algo así? —preguntó Jeon


inmediatamente después de tomar asiento—. Hace un momento dijiste que
Namjoon es tu nombre en éste planeta, ¿también eres una estrella como él?

—En parte lo soy, pero poseo más poder —respondió mirando alrededor con
una juzgona mirada—. De casualidad, ¿cuánto tiempo lleva Taehyung aquí?

Jeon contó los meses en su mente.

—No estoy muy seguro, creo que medio año o más. ¿Qué no deberías
saberlo?

—Es difícil saberlo, puede que aquí sea medio año, pero arriba puede que
haya pasado lo que aquí serían dos días —explicó —. De todos modos
necesito hablar con él a solas.

—No lo dejaré solo.-habló Jeon—. Parecía tener miedo de lo que le dirías,


sea lo que sea estaré con él.

Namjoon dio un suspiro resignándose a aquella condición.

—Bien, supongo que Taehyung te ha contado de donde viene.

Jeon asintió. —¿Sucede algo malo con eso?

—Sucede que éste pequeño se escapó para estar aquí. —explicó mirando a
Taehyung, quien bajó la mirada y buscó protección abrazando a Jeon del
brazo.

—¿Escapó? —preguntó ligeramente atónito y temeroso por las consecuencias


de eso—. ¿Y eso es malo? No entiendo a qué quieres llegar con esto.

—Creo que necesitaré hablar contigo a solas primero —espetó Namjoon


recibiendo una mirada confundida de parte de Jeon—. Tu amigo Hoseok
estará aquí para cuidar a Taehyung mientras nosotros tenemos una charla
fuera.

—¿Conoces a Hoseok? —cuestionó tan confundido que las preguntas


llegaron acompañadas de más duda—. Espera, ¿cómo lo llamaste? Ni
siquiera te moviste.

El timbre sonó en ese momento y Jeon corrió a la puerta para ver si Hoseok
estaría ahí como Namjoon dijo.

En su interior creyó que se trataría de una farsa, pero al abrir la puerta su


perplejidad aumentó.

—Recibí tu mensaje sobre cuidar a Taehyung desde hace un rato y vine


corriendo —dijo Hoseok percatándose del rostro desconocido—. ¿Tienes un
nuevo amigo?

Jungkook, sin poder soportar más la confusión, decidió aceptar aquella


plática y se acercó al perchero a un lado de la puerta para tomar su chaqueta.

—Te explicaré todo cuando yo mismo entienda lo que sucede, solo cuida
bien a Taehyung.

Hoseok asintió y, antes de irse, Jeon se acercó a Taehyung para dejar un beso
en su frente e indicándole en un susurro que no demoraría.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Decidieron ir a una cafetería para charlar cómodos. Así que ahí estaban, en
una mesa para dos con dos cafés sin terminar frente a ellos.

—¿Cómo pudiste llamarlo sin moverte y sin siquiera conocerlo? —preguntó


Jeon moviendo su pierna con impaciencia ante el silencio del otro.

Namjoon dio un ligero sorbo a su café y después habló.


—Te lo dije antes, poseo lo que en éste mundo se le conocen como "poderes"
—respondió haciendo comillas con los dedos.

—¿Taehyung también los tiene?

—Uhm, los tiene, pero no con tanta intensidad como el mío —comenzó a
explicar —. Su función y especialidad son los deseos, así que tiene un límite
con los poderes propios.

Jeon sentía que estaba escuchando un cuento de hadas, así que discretamente
se pellizco con fuerza para reaccionar si es que era una quimera o un sueño.
Pero tan pronto sintió el dolor, se quejó e intentó disimular preguntando algo
más.

—¿Entonces no todas las estrellas son iguales?

—En absoluto, de hecho casi ninguna puede hacer más de su función natural
—contestó —. Taehyung es una de las muy pocas estrellas que pueden
conceder deseos.

—¿Su madre también puede?

Namjoon ladeó la cabeza al escuchar eso y dejó ver su confusión.

—Las estrellas no poseemos una figura materna —después de decir eso


recordó algo que parecía ser importante por sus gestos —. A Taehyung
siempre le gustó mucho tu planeta, así que probablemente lo escuchó en uno
de sus acercamientos con este mundo y recordó un poco de su vida humana.

Jeon, que estaba tomando café, reaccionó con sorpresa y se ahogó con la
bebida. Tosió un par de veces y abrió los ojos sumamente atónito,
posteriormente, aún tosiendo un poco, miró a Kim que le miraba disgustado.

—¿Su vida humana? ¿Quieres decir que antes era un humano?

Kim no respondió inmediatamente, al parecer estaba pensando y dudando


mucho.

—Hagamos un trato —propuso, aclarando la razón de su silencio—. Yo te


explico a profundidad lo que sucede con Taehyung y después tú me ayudas a
mí a protegerlo.

Jungkook lo dudó al principio, pero si se trataba del bienestar de Taehyung,


¿por qué iba negarse?

—Hecho, ahora explícame eso que dijiste, ¿Taehyung era humano?

El suspiró melancólico de Namjoon, fue el preámbulo de la tristeza que le


dejó en claro a Jungkook que no sería una historia bonita.

—Sí, en su vida pasada Taehyung fue un humano como tú, tuvo una vida
muy corta, pero siempre fue un niño de corazón noble y con una inocencia
peculiar; características que muy pocos humanos poseen con honestidad —
relató cabizbajo —. Tenía una vida llena de tristeza; nunca tuvo un padre, ya
que él lo abandonó desde que nació y su madre, a la que amaba con todo su
corazón, falleció por cáncer cuando él apenas tenía cuatro años. Llevaron a
Taehyung a un orfanato donde su vida fue una tortura, pero a pesar de la
tristeza él siempre sonreía y se encargaba de ayudar a las demás personas y
siempre buscaba hacerlas felices.

—Aún es así —susurró Jeon algo triste por la verdadera historia de Taehyung
y aún incrédulo al poder escucharla —. Entonces, ¿por qué dice que tiene una
madre?

Namjoon sonrió, sonrió tan nostálgico que la tristeza y felicidad eran


palpables a la vez.

—Existió una estrella con los mismos poderes que yo, solo que él además
podía conceder deseos. Su nombre era Kim SeokJin —comenzó a relatar —.
SeokJin siempre odió el mundo humano y repudiaba a todos los humanos en
general, pero cuando conoció a Taehyung su perspectiva cambió. Luego de
tanto convivir, SeokJin le tomó un cariño especial a Taehyung y siempre
bajaba a la tierra solo para visitarlo.

Jeon sintió que su corazón se ablandaba y sentía unas inmensas ganas de


abrazar a Taehyung con todo el amor que sentía por él. Pero se limitó a
preguntar algo más.
—Eso no explica lo de su "mamá", ni cómo cambió de vida para dejar de ser
humano y pasar a ser una estrella.

—A eso voy —espetó Namjoon irritado al ser interrumpido en su narración


—. ¿Podrías esperar?

Jungkook se encogió de hombros despreocupado.

—La paciencia no es una de mis virtudes.

Kim rodó los ojos ante la actitud de su acompañante, aun así hizo caso y
continuó la historia.

—SeokJin sabía que Taehyung llevaba una vida muy triste y decidió que él
no merecía eso ni mucho menos éste mundo, así que quiso darle una vida y
un poder que mereciera y así fue como más adelante le cedería su capacidad
de conceder deseos luego de convertirlo en una estrella —continuó su relato
viendo el rostro intrigado de Jeon—. A los cinco años, Taehyung tuvo que
dejar su vida humana para reencarnar completamente como una estrella y, al
hacerlo, su lugar incluso en el espacio siempre fue a un lado de SeokJin.
Ellos dos fueron muy unidos, y él siempre protegió a Taehyung hasta el día
de su muerte... —nuevamente suspiró, su rostro parecía indiferente, pero en
realidad se notaba que le entristecía contar esa historia—. SeokJin colapsó
hace unos años y, por aquellos cuidados y cercanía tan amorosa, es que
Taehyung lo nombró "mamá".

En ese instante y luego de esa historia, Jungkook comprendió todo y,


asimismo, se preguntó lo que sintió Taehyung cuando SeokJin dejó de estar a
su lado luego de tanto tiempo juntos.

—Ahora entiendo, Taehyung nunca tuvo un padre, así que comparó el trato
de Seokjin con el de su mamá porque era lo único que tenía de referencia —
aclaró su garganta intentando no llorar por la historia de su novio—. ¿Por qué
nunca me contó de eso?

—SeokJin borró todos los recuerdos que Taehyung tenía sobre su vida
humana. Lo hizo para evitar el sufrimiento interno de Taehyung —contestó
—. ¿Alguna otra duda?
—Muchas —dijo de inmediato, intentando concentrarse en una pregunta a la
vez de las miles que había en su mente —. Cuando Taehyung llegó a éste
planeta tenía un collar, ¿qué era?

—Me preguntaba cómo es que Taehyung pudo venir hasta aquí y obtener su
forma humana —murmuró más para él mismo para después dirigirse a Jeon
—. Era el collar de SeokJin, lo utilizaba para transportarse a éste planeta en
específico. Sin ese collar jamás habría podido bajar aquí.

—Por un momento dudé que todo ésto fuera real... —confesó—. Así que es
cierto que Taehyung concede deseos.

Namjoon, luego de tomar de su café, dejó la taza en la mesa.

—Por supuesto, pero no todos son cumplidos, claro que hay algunas
peculiaridades que deben seguirse para conceder un deseo.

Jungkook, curioso con el tema, se tomó la libertad de cuestionar más acerca


de eso.

—¿No puedes simplemente con cumplirlo y ya?

—No, en realidad no. Al principio Taehyung concedía todos los deseos que
pidiera la gente, lo hacía por ayudar y entiendo, pero los humanos cada vez
son más ávidos y maliciosos, así que sin querer a veces concedía deseos a
personas egoistas —explicó con trivialidad —. Sabes, las estrellas que
conceden deseos tienen un sentido especial, sienten y ven brillar a una
persona cuando pide un deseo desde el fondo de su corazón, con bondad y es
solo entonces que el deseo se cumple.

—Ahora entiendo —musitó recordando cuando Tae concedió un deseo a una


chica en navidad —. ¿Se maneja con tres deseos por persona? Ya sabes,
como en las películas.

Al escuchar eso, Namjoon rió cubriéndose la boca con una mano.

—No, son ideas humanas, en realidad se pueden conceder todos los deseos
que quieran. Pero es difícil que un humano consiga más de dos, porque no
tienen tanta pureza en el corazón y al primer deseo cumplido el segundo lo
hacen con avaricia.

—Bueno, concuerdo con SeokJin, odio la raza humana —comentó con


decepción —. Por cierto, ¿por qué dijiste que Taehyung se escapó para estar
aquí?

—Porque es justamente lo que él hizo, las estrellas no podemos bajar a otros


planetas por cuestiones de seguridad —aclaró—. Seguramente Taehyung
quería cerciorarse él mismo de encontrar a alguien perfecto para cumplir
aquel deseo, encontrar a esa persona que te hiciera feliz.

—Y él fue esa persona —susurró sonriendo, posteriormente una duda más


llegó a su mente—. Espera... dijiste que tuvo una vida corta, ¿eso significa
que aún es como un niño?

Era su novio, él lo miraba como lo que era físicamente; un adolescente.


Taehyung ahora poseía los conocimientos básicos de una persona de su edad,
todo gracias a Yoongi. Sin embargo, temía que en realidad Taehyung nunca
hubiera madurado como tal.

—Taehyung creció adecuadamente, pero creció como estrella, no como un


humano —explicó Namjoon—. Creció en otro lugar, claro que al llegar a tu
planeta no conocería nada y parecería un niño ante su desconocimiento, pero
es más inteligente de lo que cree tu inferior cerebro de humano.

Jeon bufó al escuchar el último comentario.

—Que halago —murmuró—. Entonces, ¿puedo dejar de preocuparme por la


situación sobre su estado mental?

Namjoon asintió.

—Tu amigo, Yoongi, ya hizo un buen trabajo al educarlo sin hacerle perder
su aura pulcra —respondió—. Yo veo su interior, él está bien en ese aspecto.

Y un suspiro salió de los labios de Jungkook. Porque no podían llevar a


Taehyung con cualquier persona, terminaría hablando sobre su vida de
estrella y probablemente eso traería más problemas cuando la gente se
enterara. Ahora podía dejar su preocupación constante.

—Bien, entonces, creo que ya aclaraste todas mis dudas, pero aún no me
dices a que has venido.

—Cierto —se incorporó en la silla para poner más seriedad—. Quiero que
Taehyung vuelva conmigo.

Esa definitivamente no fue una respuesta que Jeon hubiera esperado, así que
se quedó congelado al escucharla.

—¿Qué? ¿V-volver a dónde?

—A su lugar en el espacio, claro —respondió calmado, sin saber el desastre


de emociones que sentía Jungkook —. De esa forma no se eliminará su
valioso poder y continuará con su vida estelar.

—Espera —espetó intentando regular su respiración para no alterarse —. Te


refieres a llevarlo por un tiempo, ¿verdad? Él va a regresar.

Namjoon lo miró por segundos y pareció comprender su ansiedad, así que no


respondió por un momento y suspiró apartando la mirada.

—Te dije que en el espacio el tiempo pasa más rápido que en la tierra —
habló en un tono más funesto —. Si Taehyung vuelve por un tiempo a su
deber en el espacio, cuando vuelva a la Tierra es probable que tú ya ni
siquiera existas.

En ese momento todo pareció congelarse para Jungkook. Había pasado tanto
con Taehyung que ni siquiera se imaginó un futuro sin él y ahora que esa
posibilidad parecía cercana, su corazón no pudo estar en paz.

—Pero su poder no se irá, él cumplió deseos estando aquí —dijo intentando


buscar soluciones desesperadamente —. No es necesario que se tenga que ir.

—Eso es temporal, si sigue aquí por más tiempo el poder desaparecerá —se
apresuró a aclarar Kim—. No podemos dejar que un poder tan inigualable sea
destruido.
—¿No eres tú el que habla del egoísmo humano? —preguntó enfadado—. No
sabes qué es lo que Taehyung siente, ¿qué harás si él no quiere volver? ¿lo
obligarás?

Namjoon se encogió de hombros sin negar esa posibilidad.

—Escucha, Jeon, no sé si lo entendiste o no, pero Taehyung no es un


humano, es una estrella y por ende su vida también pertenece al espacio —
explicó—. Los elementos que recibimos en el espacio no son los mismos que
aquí y necesitamos de esos elementos para sobrevivir y, a su vez, poder
mantener los poderes..

Las piernas le temblaban, las manos sudaban con nervios y sus musculos
tensos, Jeon no podía calmarse.

—Pero Taehyung está aquí por un deseo, ¿no debe cumplir los deseos?

—Si no me equivoco está aquí para buscar a alguien que conceda el deseo —
en el momento en que dijo eso, Jungkook sacudió sus cabellos con
frustración —. Tranquilo, aún tiene unos días para encontrar a esa persona y
puede que-

—No quiero una persona —interrumpió a punto de llorar —. No logrará


conseguir a alguien porque nadie puede cumplir ese deseo más que
Taehyung.

Namjoon se paralizó por un segundo sin esperar aquella confesión.

—Creo que llegué algo tarde —susurró negando con la cabeza —. Pero lo
siento, Jeon, no puedo permitir que quede.

Jungkook tomó unos billetes de su cartera y los dejó en la mesa con rudeza,
para después levantárse de inmediato.

—No pienso volver a hablar contigo si es para intentar convencerme de que


Taehyung tiene la obligación de seguir esa vida —espetó con rabia—. Me
voy.
—Jeon hiciste un trato —se quejó el mayor—. ¿Tú palabra no tiene validez?

—En éste mundo las palabras no tienen validez para nadie, todo son
promesas vacías y mentiras ocultas. Y ya que vivo en este asqueroso mundo
aprovecharé ese privilegio —contestó casi escupiendo cada palabra —.
Bienvenido al mundo real.

Sin nada más que decir, Jeon dio la vuelta dispuesto a olvidarse de Kim
Namjoon.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Unos días después, ambos miraban las estrellas desde el techo abrazados
entre los cobertores.

Namjoon había ido a su casa muchas veces, insistiendole una y mil veces que
lo dejara llevarse a Taehyung. Obviamente siempre recibía una respuesta
negativa de parte de Jungkook.

Los momentos en los que nadie los molestaba eran los más apreciados por
Jeon y Kim, porque solo así podían demostrarse el amor que sentían por el
otro.

—Taehyung —le llamó para recibir atención—. ¿Por qué nunca me hablaste
de SeokJin?

—Sí lo hice, te conté de mi mami —respondió Taehyung.

—Lo sé, pero nunca hablaste de él —murmuró—. ¿Era muy importante para
ti?

El rostro de Taehyung plasmó una sonrisa radiante mientras miraba el cielo y


en sus ojos la tristeza aún palpable se vislumbró como un destello.

—Sí, él siempre fue muy bueno conmigo, y me recuerda un poco a ti porque


siempre decía malas palabras de los humanos —relató riendo, risas que
fueron acompañadas por las de Jeon. Posteriormente, Kim dejó de reír y la
melancolía de su rostro acompañó sus palabras — Lo extraño, lo extraño
mucho... me dijo que debía irse para siempre, pero dijo que sería feliz, así que
yo también estoy feliz por él.

Jeon trago saliva sin saber que responder. Se acercó a Taehyung y besó
dulcemente los labios de éste. Cuando se separaron, Taehyung acercó sus
manos al rostro de Jeon, jugando con las mejillas del mayor, quien sólo reía y
miraba a su novio.

—¿Me das otro besito? —pidió abultado los labios.

Jungkook, enternecido, se acercó a los labios del menor y los unió con los
suyos. Disfrutando la sensación de los suaves labios de su novio, y el calor de
la boca contraria, el beso de labios se disgregó. Jeon procedió a dejar un beso
en la fría mejilla del menor y finalmente en la frente de éste.

Taehyung le sonrió con ternura, pero de repente su rostro cambió a uno de


dolor y colocó una mano en su cabeza. Jungkook lo miró preocupado.

—¿De nuevo la cabeza te duele? —preguntó con un tono triste. Taehyung


asintió —. Vamos, te daré las pastillas que recetó el doctor.

Jungkook se paró y posteriormente se agachó un poco para tomar el cuerpo


de Taehyung entre sus brazos, pasando un brazo detrás de sus muslos y otro
detrás de su espalda, así lo cargó hasta llevarlo dentro de la casa, donde lo
llevó a su habitación y lo recostó en la cama.

Taehyung tomó la pastilla de inmediato, con un poco de agua que Jungkook


sirvió para él momentos atrás. Solo se quedó recostado, esperando que el
dolor pasara, mientras Jungkook se sentó a su lado en la cama, acariciando
sus cabellos y consolando su dolor.

—¿Ya pasó el dolor? —preguntó Jeon con un tono dulce.

Taehyung asintió —. Me siento mucho mejor.

Inmediatamente el alivio llegó a sanar la preocupación de Jungkook, y pudo


respirar más tranquilo.

—Me tranquiliza más escuchar eso —musitó y, posteriormente, decidió abrir


su corazón y expresar su sentir—. Sabes, Taehyung, quiero decirte algo
ahora.

Taehyung tomó asiento en la cama, con la espalda en el respaldo y así pudo


mirar a los ojos a Jeon.

—¿Qué es? ¿Es algo malo?

No era nada malo, era una revelación, porque en esos momentos Jungkook
sintió que debía sincerar su corazón, pero no era fácil ya que nunca había
actuado así.

—Es solo que... a veces siento que no te merezco, Taehyung y temo que
dudes de lo que siento por ti porque no soy tan cariñoso como tú, por eso me
esfuerzo en mejorar mi personalidad —suspiró—. Solo... solo quiero que
sepas que realmente te amo.

Los ojos de Taehyung brillaron, porque eran pocas las ocasiones que
escuchaba palabras tan dukces de parte de su novio. Así que, con felicidad y
emoción, se abalanzó a los brazos de Jeon, quien lo sostuvo con fuerza
disfrutando tenerlo en sus brazos.

Porque su amor no era ningún capricho o cosa de unos días, sino que se
trataba de un amor inefable que sin duda iba perdurar eternamente.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

El timbre de su hogar resonó, Jeon fue a abrir sabiendo que Namjoon se


encontraría afuera. Y efectivamente aquel chico de piel canela y hoyuelos se
encontraba ahí.

—No puedo estar mucho tiempo aquí, necesito hacerme cargo de allá arriba
también —dijo Namjoon—. ¿Podrías por lo menos escucharme bien?

—Ya te escuché una vez y no soy tan amable como para hacerlo dos veces.
—Respondió.

—Si me escuchas hoy prometo no volver a venir —se apresuró a decir—.


Será la única vez.
Jeon alzó una ceja, mirándolo dubitativo.

—¿Me crees idiota? Estás en el mundo de la hipocresía, yo mismo te lo


expliqué. No me importan la palabras.

—Yo no soy humano, siempre digo de verdad —insistió —. No puedo mentir


o de lo contrario perdería parte de mi poder.

Jeon analizó la situación y finalmente abrió la puerta completamente dejando


entrar a Namjoon. Ambos tomaron asiento en la sala.

—¿Dónde está Taehyung? —preguntó Namjoon buscando alrededor de la


casa.

—Está durmiendo.

Kim revisó su reloj y sus cejas mostraron inconformidad.

—Son las cinco de la tarde y no es normal que duerma tanto.

—Dormimos tarde ayer, sólo está cansado. —respondió sin darle mucho
interés —. ¿De eso querías hablar?

—No, claro que no —suspiró —. Sé que será difícil convencerte, pero de


verdad necesito que dejes que Taehyung vuelva a su lugar en las estrellas.

—Dame tus razones.

—Como dije, el poder de Taehyung se perdería, un poder muy valioso y


escaso entre las estrellas —explicó —. En segundo lugar, él no es
completamente un humano, su vida no es humana, es vida estelar, son cosas
diferentes. Él se adaptó por un tiempo, pero sigue perteneciendo a otro lugar
y no sé qué consecuencias pueda traer.

—¿No puede dar su vida de estrella a alguien más? —preguntó buscando


soluciones —. Fue lo que SeokJin hizo.

—Es diferente, SeokJin tuvo la fortuna de encontrar a Taehyung, pero


realmente es muy difícil encontrar a alguien que pueda heredar algo así, es
por eso que Taehyung es tan especial —contestó —. Si conoces a alguien,
que aún conviviendo en éste mundo, sea completamente puro y acendrado,
dímelo y podría suceder.

El mismo Jungkook era el que odiaba a todas las personas por su egoísmo e
hipocresías. Definitivamente no conocía a nadie así.

—Pues mi vecina va tener un bebé y no es por nada pero no creo que de


verdad quiera tenerlo.

—Jeon —intervino exasperado —. Un bebé no podría controlar aquella vida,


e incluso si crece como estrella, no está permitido que un alma tan pequeña
sea poseedora de ningún poder porque aún no puede razonar bien.

Jeon cerró los ojos suspirando y masajeó sus sienes al sentirse tan impotente.

—Jungkook necesito que entiendas que también lo hago porque me preocupa


Taehyung.

—¿Te preocupa Taehyung o el poder de Taehyung? —preguntó a la


defensiva.

—Ambos —respondió.

Jeon negó con la cabeza, pensando seriamente en lo que ocurría.

—No voy a irme de aquí sin Taehyung.

—Está bien. —Respondió de inmediato. —Bienvenido a Seúl.

Jeon se levantó del sofá caminando de un lado a otro en la sala, dando por
terminada aquella plática. Entonces pensó en Taehyung, ¿él querría volver a
ser una estrella?

—¿Por qué no se lo preguntamos a él? —opinó Jeon —. Después de todo no


se trata de lo que nosotros decidamos, sino de lo que Taehyung quiera.

—Perfecto —apoyó la idea completamente y se levantó de su asiento—.


Vamos ahora mismo.
Caminaron hasta la habitación donde Taehyung dormía abrazado de su
peluche en plena tarde de domingo. Al verlo, Jeon se maldijo a él mismo por
estar a punto de interrumpir el sueño del menor.

—Taehyung —susurró acariciando la mejilla del menor quien poco a poco


abrió los ojos—. Perdón por despertarte.

Taehyung se sentó en la cama tallando sus ojos para después alzar los brazos
en dirección a su novio. Jungkook entendió todo y se acercó a abrazarlo
contra su pecho.

—Hola Namjoonie —saludó Taehyung, aún adormilado—. Te extrañaba


mucho aquí abajo.

Al escuchar eso Jeon sintió un poco de dolor, pues ciertamente temía que
Taehyung decidiera irse. Y ante aquella idea, una enorme tristeza que nunca
había sentido llegó a su corazón. Entonces se preguntó qué, sí de sólo
pensarlo sentía que moría, ¿qué pasaría si realmente sucediera?

—Solo te fuiste unos minutos, pero también te extrañé —respondió


Namjoon.

—Taehyung estamos aquí para hacerte una pregunta. —habló Jeon, optando
por hacer eso lo más rápido posible.

Taehyung se separó de los brazos de Jungkook y miró a ambos con


curiosidad.

—¿Qué es?

—Esto es simple, solo elige lo que tú quieras —comenzó Namjoon—.


¿Quieres volver a tu lugar como estrella o prefieres quedarte en éste planeta?

Taehyung no respondió de inmediato, se tomó su tiempo para pensar y


aunque Jeon sentía muchos nervios, entendía que Taehyung dudara sobre lo
que quería.

—Recuerda que SeokJin te dejó un gran poder, si te quedas ese poder se


perderá para siempre —espetó Namjoon—. No puedes simplemente dejarlo
atrás.

—Cierra la boca, deja de intentar persuadirlo, ésto es decisión suya —


intervino Jeon para después dirigirse al menor—. Taehyung, no pienses en
Namjoon, en SeokJin, ni siquiera en mí,. Olvida el deseo por el que viniste,
elige lo que tú quieras y te haga feliz a ti.

Taehyung pasó su mirada de Namjoon a Jungkook una y otra vez, tomándose


su tiempo para debatir. Mientras los otros dos esperaban con desespero la
respuesta final que solo beneficiaría a uno de ellos.

—Quiero quedarme con googi —respondió finalmente.

Aquellas palabras se repitieron mil veces en la mente de Jungkook,


causándole una profunda felicidad, pudo volver a respirar normalmente,
sintió el alivio luego de esa respuesta que volvió boyante el tenso momento.
Sin poder evitarlo, atrajo el cuerpo de Taehyung nuevamente a él para besar
todo su rostro con cariño.

-Agh, sabía que esto pasaría -susurró Namjoon masajeando sus sienes-. Bien,
lo prometí y lo cumpliré, así que me voy, pero antes ten ésto, Taehyung.

Una singular piedra brillante le fue entregada a Taehyung. Una piedra celeste
con un diamente en el medio.

-Si quieres regresar, ésto te llevará de vuelta a tu lugar -indicó -Solo funciona
en cuerpos celestes que tienen cualidades como SeokJin o tú, así que el
diamante reconocerá al instante tu rastro.

Taehyung asintió y dejó dicho objeto en un mueble de madera que estaba a


un lado de la cama. Posteriormente se levantó para acercarse a darle un fuerte
abrazo a Namjoon como despedida.

Kim Namjoon cumplió su promesa dejando a la feliz pareja viviendo días


plenos y llenos de felicidad. Porque Taehyung ya había tomado una decisión
y era que prefería a Jungkook por sobre todas las cosas.
Capítulo 17
✧。・゚・✧。・゚・✧

Con el paso de los meses Jeon pudo descubrir que su vida no era tan mala si
Taehyung estaba en ella. Siempre le gustó salir solo y sin nadie que le
interrumpiera en sus actividades, sin embargo aprendió que prefería mil veces
que Taehyung le acompañase a todos lados antes que ir solo.

Con la decisión de Taehyung su amor solo floreció aún más. Porque si lo


eligió a él aun si eso significaba perder algo valioso e invaluable, Taehyung
demostró que aquel amor inconmensurable era mutuo.

Kim bajó las escaleras luciendo su elegante ropa nueva, mientras Jeon le
esperaba en la puerta con un traje negro. Una cita especial les esperaba en un
esclarecido restaurante. Jungkook tomó un poco del dinero qe ahorraba para
su futuro auto, y lo invirtió en una cena romántica solo para ver feliz a su
novio.

Un taxi los llevó hasta el lugar y, al estar dentro del restaurante, de inmediato
los llevaron a la mesa para dos que había sido reservada, una mesa solitaria
para evitar miradas inconformes en ellos que pudieran incomodarlos.

Sentados en la mesa, pidieron su orden al mesero, quien a los pocos segundos


se fue dejando a la feliz pareja sola de nuevo.

—¿Te gusta? —preguntó Jungkook admirando lo feliz que se veía el rostro


de Taehyung al mirar todo del lujoso restaurante.

—Me gusta mucho —asintió sonriente, posteriormente recordó algo—. ¿Qué


se hace en las citas?

—Pues, no lo sé, pero nunca habíamos tenido una. —Sé sinceró el mayor
riendo. —Las parejas tienen citas, y salen a algún lugar, platican, conviven
juntos y supongo que sólo es para demostrar cuando se quieren.

—Entonces nosotros siempre tenemos citas —exclamó animado —. Todos


los días son como una cita.

—Creo que tienes razón —contestó con la misma felicidad—. Pero quería
traerte a éste lugar, porque estos son los lugares en los que mereces estar, así
que espero que seas feliz las veces que pueda organizarte citas así.

Taehyung tomó la mano de Jungkook sobre la mesa entrelazando sus dedos.

—Agradezco el esfuerzo que hiciste para pagar esta cena, me hace feliz estar
contigo —le dijo aún conmovido —. Eres un novio muy lindo.

Jungkook tomó la mano de Taehyung y la acercó a sus labios para darle un


beso en el dorso.

El tiempo pasó, comieron una exquisita vianda, tomaron los más esclarecidos
vinos y sobre todo pasaron un increíble momento juntos, platicando y
bromeando.

—Namjoon me dijo que puedes darle tu poder de conceder deseos a alguien


más —recordó Jeon—. ¿Por qué no lo haces?

—Porque no he conocido a una persona que cumpla con lo que se necesita —


respondió triste—. Es difícil encontrar alguien así, googie.

—¿Y qué con Hoseok y aquella chica del parque? —preguntó curioso—. ¿No
se supone que los viste brillar porque son de corazón puro?

Taehyung negó con la cabeza antes de dar una respuesta explícita.

—Pidieron el deseo de corazón y con bondad, por eso vi aquel brillo en ellos
por unos segundos, pero si su corazón fuese puro, entonces los habría visto
brillar desde el primer momento en que los vi —suspiró —. Es difícil
encontrar a alguien.

Jeon asintió, había estado buscando alternativas en su mente, porque después


de todo tal vez Taehyung extrañaría aquel poder y no quería perderlo.

—¿Qué pasa si les das ese poder aun si no cumplen con lo que dijiste?

—Seokjin dijo que podrían morir y de cualquier manera perderían el poder.

Jungkook pasó su mano por su rostro, sintiéndose frustrado


inconscientemente por esa respuesta.

—¡Oh! ¿sabías que las estrellas con poderes pueden morir de tristeza o dolor?
—preguntó Kim curioso cambiando de tema—. Namu dice que es porque
convivimos con las emociones humanas, por eso debemos ser fríos ante todo
como él o muy felices, por eso yo siempre estoy muy feliz.

Jungkook sonrió y olvidó su frustración al concentrarse en su novio.

—No sabía que una estrella podría morir —murmuró curioso ante el tema.

—Sí, Namjoon me explicó —dijo orgulloso—. Dice que su luz comienza a


parpadear porque se debilita, y después estalla y se convierte en polvo de
estrellas que termina en varios lugares, incluso en tu planeta.

Siguieron charlando del tema, pues a Taehyung le encantaba hablar de eso y


Jeon estaba dispuesto a escucharlo.

—Bueno, estrellita, no cabe duda de que eres muy inteligente —halagó Jeon
consiguiendo que las mejillas de Taehyung se sonrojaran tan como él quería
—. Me gustaría escuchar más sobre el tema, pero debemos irnos ahora antes
de que se nos haga tarde.

Pronto salieron del lugar sonrientes, felices y con una experiencia más
añadida a su baúl de recuerdos juntos.

Caminaron de regreso a su hogar, Jeon tenía una mano alrededor de la cintura


de Taehyung mientras caminaban y Taehyung no tenía ninguna incomodidad
con eso.

—Sabes, Taehyung —habló Jeon comenzando a relatar algo—. Éste año me


gradúo, en unos pocos meses.

Kim abrió aún más los ojos con sorpresa.

—¿En serio? No creí que faltara tan poco tiempo —exclamó emocionado.

—Sí, pero eso no es realmente lo que quería decirte —musitó pensando en


las palabras que utilizaría para confesarse—. Estuve pensando... que
deberíamos mudarnos después de mi graduación.

—¿Mudarnos? ¿Por qué? —preguntó curioso a la vez que dejó de caminar


para mirar a los ojos a su novio.

Jeon igualmente se detuvo y lo vio frente a frente, aún sosteniendo su cintura.

—Esa casa solo tiene bellos recuerdos desde que llegaste y por eso no pienso
venderla ni deshacerme de ella —comentó con total seriedad, pero un atisbo
de nervios—. Pero creo que después de graduarme necesitaremos un
comienzo juntos.

Aún sin comprender totalmente lo que Jeon quería decir, Taehyung lo miró
curioso e interrogante, no respondió nada, así que Jungkook tuvo que
tranquilizar su nervios y hablar directo al punto.

—Me refiero... a algo más allá de ser novios y más allá de la forma en la que
comenzamos a vivir juntos que fue por una coincidencia —explicó con más
seguridad—. Esta vez quiero que ambos comencemos a vivir juntos porque
nos amamos, quiero algo planeado para toda la vida, solo si tu aceptas.

Un destello iluminó los bellos ojos de Taehyung.

—¿Entonces quieres que estemos juntos toda la vida?

Embelesado con los ojos del menor, Jungkook asintió.

—Lo quiero y lo sé desde hace tiempo, por eso junté el dinero que Seojung
me dio hace tiempo y creo que puedo utilizarlo por fin para comenzar
nuestros planes —confesó apenado —. Entonces, ¿qué dices? ¿aceptarías
estar conmigo toda la vida?

—Sí —respondió parándose de puntitas para besar la mejilla del mayor—.


Quiero estar contigo siempre.

Jungkook devolvió el beso a Taehyung y de esa manera un nuevo objetivo


fue sellado esperando ser cumplido, porque lo sabían y no había dudas.
Querían estar juntos por siempre.
Al llegar a casa nada se sentía igual, pues tanto Jeon como Taehyung, tenían
el corazón contento por los nuevos objetivos impuesto y esperaban con ansias
el momento de mudarse a la casa de sus sueños.

—Nuestra casa será la más linda de todas —dijo Taehyung con emoción,
sentado en su cama y sosteniendo a panquesito con fuerza entre su brazo.

Jungkook lo miró sonriendo mientras terminaba de abotonar los botones de


su pijama. Ulteriormente, cuando ya estaba listo para dormir, fue a la cama
con Taehyung y se acostó a su lado. De inmediato ambos se acurrucaron con
el otro.

—¿Cómo quieres que sea?

Taehyung, ahora recostado sobre el pecho de Jungkook, se quedó pensando


minuciosamente.

—Estaba pensando en vivir en un campo para tener miles de flores, también


quisiera un cachorrito, así podríamos hacer más grande nuestra familia —
relató alegremente. Jungkook sonreía enamorado mientras escuchaba hablar a
Kim—. ¡Oh! Y si vivimos en un campo podríamos hacer días de campo todos
los días con solo salir de casa y ver el cielo con distintos colores todos los
días.

Jungkook sonrió con la mirada perdida, se imaginaba perfectamente en un


lugar así con Taehyung.

—Por lo visto el campo suena como una buena opción —opinó. Taehyung
alzó un poco la mirada sobre su pecho y le miró sonriendo—. Lástima que no
me gusta.

La sonrisa de Kim fue reemplazada por un puchero de inconformidad y


decepción. Jeon solo rió un poco.

—Oye, dijiste que te gustaba.

—Claro, pero no me gustan los insectos, ¿sabes cuántos insectos hay en un


campo? —preguntó. Aún bromeaba, pero Kim no captaba eso—. Además
estaremos solos, cualquier loco podría entrar y asesinarnos, ¿recuerdas esa
película que vimos sobre eso?

Taehyung arrugó su nariz aún desanimado de que Jungkook no quisiera ir al


campo. Lo que no sabía era que Jeon sonreía divertido y con ternura por sus
reacciones.

Posteriormente la felicidad nuevamente se apoderó de los gestos de


Taehyung cuando se le ocurrió algo.

—¡Yo nos protegeré si eso pasa! —aseguró con determinación—. Nadie


entrará a nuestra casa, ¿así ya no te da miedo?

Jeon ocultó su sonrisa y fingió dudar.

—No lo sé, ¿qué hay de los insectos? ¿También los matarás por mí?

Asustado, Taehyung negó.

—¡No! ¿por qué mataría a un insecto? —preguntó aterrado.

Jeon actuó decepcionado.

—Qué lástima, tendremos que buscar otra opción donde no haya insectos.

Kim bajó la mirada, pero posteriormente volvió a ver a Jeon esperanzado.

—Pero promete que lo pensarás, tal vez los insectos no nos hagan nada si los
tratamos bien —dijo con ilusión—. ¿Lo pensarás?

—Uhm... —demoró unos segundos—. Bien, lo pensaré.

Taehyung sonrió alegre con esa simplemente respuesta. Jungkook también


sonrió e, internamente, se propuso buscar casas de campo tan pronto como
pudiera.

—Ahora hay que dormir —dijo Jeon cerrando los ojos dispuesto a dormir—.
Pronto comienzan nuestros planes, tenemos tiempo para pensar.
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Todo avanzaba con normalidad. El elegir el que sería su nuevo hogar, fue un
pequeño paso hacia su futuro incierto pero anhelado.

Tomaron la decisión de mudarse hasta que Jeon se graduara, para comenzar


en ese momento su nueva etapa de vida. Por ende aún se encontraban en su
antigua casa, pero siendo sumamente felices.

—Te aseguro que ésta receta me quedará mejor que a ese tipo de los
tutoriales de cocina que ves —habló Jungkook cocinando mientras su novio
le hacía compañía riendo—. ¿Aún crees que él es mejor que yo? Por favor,
podría hacer todo lo que él hace con los ojos cerrados.

Taehyung rió, sentado en la isla de la cocina mientras veía cocinar con


esmero a Jeon.

—Solo dije que su pasta se veía deliciosa.

—Nada de excusas, me traicionaste —continuó bromeando sonriendo al


escuchar las carcajadas del menor—. Mejor cambiemos de tema, ¿puedes
pasarme la sal?

Taehyung asintió y detuvo sus risas poco a poco, posteriormente se paró de


su silla y caminó hasta la alacena para tomar lo que Jungkook le había
pedido, se estiró un poco y, antes de poder tomar la sal, un extraño
estremecimiento pasó por todo su cuerpo arrebatandole todas sus fuerzas y
haciendo que cayera al piso.

Jungkook volteó inmediatamente al verlo de reojo.

—¡Taehyung! —exclamó dejando lo que estaba haciendo para acercarse a él


y ver su estado—. ¿Qué sucedió? ¿Estás bien?

Kim pudo retomar las fuerzas luego de un momento, por lo que asintió
sentándose en el piso intentando mejorar sus sentidos.

—Estoy bien —murmuró con una débil voz —. Solo me sentí mareado, pero
ya estoy bien.
Jungkook negó con la cabeza, no lo dejaría pasar esta vez. Necesitaba
respuestas de inmediato.

—No, no está bien, iremos al doctor ahora mismo —dijo levantándose y


cargando a Taehyung—. Si no tienes fuerzas para caminar te llevaré
cargando, pero no dejaré que pases un día sintiéndote mal.

Un tiempo después, llegaron al hospital y fueron atendidos por un doctor. Le


explicaron los síntomas de Taehyung y el médico tomó algunos datos del
menor, como su peso y temperatura, para saber qué sucedía.

—Los estudios fueron revelados hace un momento por la enfermera —


comentó el doctor viendo los papeles y escribiendo en una receta los datos—.
Todo indica que el paciente está en perfecta salud, no padece ninguna
enfermedad. Por cierto, ¿es su hermano o su amigo?

—Es mi novio —contestó mirándolo serio —. ¿Y cómo explica sus síntomas


entonces?

El doctor parecía sorprendido por esa confesión, le miró titubeando hasta que
aclaró su garganta y continuó con su trabajo. Jeon agradeció ese
profesionalismo a pesar de que se notó que le costó aceptarlo, conocía su país
y sabía que no todos lo tomaban bien.

—Bueno, en ese caso indíquele a su tutor que se asegure de que lleve una
dieta correcta, lo más probable es que se trate una deficiencia de vitaminas —
opinó escribiendo en un papel posteriormente dándoselo a Jeon—. Que tome
esas pastillas cada doce horas por una semana y vuelvan hasta entonces para
ver los resultados.

Jungkook asintió tomando la receta médica y guardándola en la bolsa de su


abrigo sin estar muy convencido con el diagnóstico. No obstante no podía
quejarse, solo podía esperar fehacientemente que las pastillas funcionaran.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

El tiempo pasó y los medicamentos aumentaron para desaparecer los dolores


de Taehyung.

Conforme los días pasaban los dolores de Taehyung empeoraban y, aunque


las pastillas lo calmaban por un momento, el dolor siempre volvía y cada vez
con más intensidad.

Una noche, mientras Jeon servía un vaso de agua y preparaba las pastillas de
Taehyung, recordó algo que Namjoon le dijo antes de irse. "No es
completamente humano y no sé qué consecuencias traerá el que siga aquí,
necesita elementos que solo él espacio puede brindarnos para sobrevivir".
Luego de recordar esas palabras, dejó con fuerza el vaso en la isla de la
cocina mientras sentía sus lágrimas caer, porque temía que lo que Namjoon
había dicho fuera la respuesta a todo. ¿Dónde se había ido aquella esperanza
que tenía de que Taehyung estuviera mejor? Aún la tenía, pero también podía
conjeturar muchas otras cosas y en cierta parte temía que todo fuese como
Namjoon lo había dicho.

—Googi, no llores —dijo Taehyung corriendo abrazarlo.

—Lo siento —respondió con voz temblorosa, sintiendo los brazos delgados
alrededor de su torso—. No me gusta que sufras, Taehyung.

—Pero ya no me duele nada, estoy bien, ¿ves? — sonrió de manera tierna,


logrando que Jungkook sonriera también. —A mí tampoco me gusta que
sufras, googi.

Y es que sí, Taehyung mejoraba por un momento con las pastillas, pero aquel
dolor siempre le torturaba si no las tomaba. Jungkook no quería que
Taehyung viviera dependiendo medicamentos para estar bien todos los días.

—Ya no lloraré, lo prometo —aseguró acercándose para besar los labios del
menor, le besó de manera corta y posteriormente susurró sobre sus labios —.
¿Quieres subir a ver el cielo? Eso siempre nos anima.

Kim asintió, sonriendo. —Vamos.

Subieron al techo de la casa, Taehyung llevaba las cobijas y Jeon la caja


donde estaba el telescopio. Cuando llegaron al techo, Jungkook fue el
primero en avanzar y se quedó parado en medio, miró el cielo y se percató de
que estaba nublado.

—Creo que no fue buena idea —murmuró Jeon sintiendo como una gota caía
en su rostro —. Está a punto de llover, deberíamos ir a dormir, mañana
podremos volver.

No recibió respuesta y eso le extrañó, pues normalmente su novio estaría


quejándose adorablemente. Así que dio la vuelta para verlo con curiosidad y
encontró a Taehyung cabizbajo tambaleándose de un lado a otro intentando
mantener su peso. Preocupado, Jungkook se acercó pasando su brazo por los
hombros de éste y en ese momento Taehyung dejó todo su peso caer sobre él.

—¿Qué pasa? —preguntó preocupado sosteniendo su peso—. Dime qué


sientes por favor.

—N-no tengo más fuerza...

Luego de proncunciar eso sus ojos se cerraron y su cuerpo dejó de reaccionar.

Con las manos temblando, Jungkook tomó el rostro del menor quien no
reaccionaba. Las lágrimas no demoraron en salir de sus ojos.

—Taehyung, despierta, por favor.

Taehyung se quejó débilmente, pero no reaccionó, su piel canela perdió el


color y la calidez de su cuerpo desapareció. En ese instante, el pensamiento
que había torturado a Jeon toda la semana llegó nuevamente; "necesita del
espacio para sobrevivir". Fue testigo de cómo el estado de Taehyung se
deterioraba poco a poco y como su cuerpo se quedaba cada vez con menos
fuerzas, aquel rostro alegre se apagaba poco a poco.

Al verlo en ese estado, la zozobra aumentó en el corazón de Jungkook quien,


entre lágrimas y con todo el dolor que nunca sintió, tomó una decisión.

Cargó a Taehyung pasando un brazo tras su espalda y otro en la parte de atrás


de sus muslos, así lo llevó a su habitación y con cuidado lo dejó en la cama,
mientras él entre lágrimas y llanto buscaba aquella singular piedra que
Namjoon les había dado. La encontró junto a la lámpara de Taehyung.
Rápidamente la tomó con sus manos temblorosas y se acercó al menor
nuevamente.

Taehyung reaccionó poco a poco, parpadeando débilmente. Jeon le sonrió a


pesar de estar llorando, se sentó en la cama y lo cargó sentándolo en su
regazo y abrazándolo dulcemente sintiendo como Kim correspondía sin
fuerza aquel abrazo.

—M-me siento mal —pronunció el menor.

—Lo sé, haré que ese dolor pare, Taehyung —respondió apartando los
cabellos de la frente del menor.

Kim vio en las manos de Jungkook aquella peculiar piedra que Namjoon dejó
antes de irse. De inmediato comenzó a negar con la cabeza removiéndose
inquieto al saber lo que haría Jungkook.

—N-no... —dijo Taehyung intentando alejarse de Jungkook—. No quiero,


no-

—Prométeme que jamás olvidarás que te amo —pronunció Jeon entre


sollozos, sintiendo como su corazón dolía al ver que Taehyung se negaba irse
—. Estarás bien, eso es lo único que importa.

Llorando Kim negaba y forcejeaba, sollozando pidiéndole que no lo hiciera.


Jungkook ya estaba totalmente destrozado con esa escena, prefería que le
arrancaran el corazón del pecho antes de ver a su novio así, pero debía
enfrentarlo.

—¡No quiero irme! No quiero —murmuró Taehyung por último. Solo podía
llorar, porque ya no tenía fuerzas ni para gritar—. N-no quería que esto
pasara, no quiero dejarte.

Jungkook cerró los ojos totalmente dolido, acercó sus labios a la frente de
Taehyung y lo besó con fuerza. Porque ninguno quería eso, pero ya no se
trataba de complacencias, sino de un trágico destino que debían aceptar.
Unieron sus frentes y permanecieron así con los ojos cerrados, sintiéndose
cerca, sintiéndose juntos.

—Nunca existirá algo más valioso para mí de lo que eres tú, Taehyung, sin
importar qué pase, te amaré siempre —susurró Jungkook cuando sus llantos
se aminoraron—. ¿Puedes prometerme... que seguirás amándome también?

Taehyung ya no se movió mucho, no tenía fuerza, pero unas lágrimas se


deslizaron por sus mejillas.

—Lo prometo —contestó sintiendo más lágrimas acumularse—, esposo.

Jungkook le miró sonriente a pesar de que en sus ojos no había más que la
tristeza que vislumbraba la tragedia que se avecinaba.

—Por favor nunca me olvides, torpe estrellita —contestó casi susurando,


porque su corazón se rompía en cada palabra que decía y no tenía fuerzas ni
para hablar.

Taehyung, lloró en silencio, asintió mientras miraba a los ojos a Jungkook,


éste sonrió débilmente y se acercó a los labios de Taehyung para darle un
último beso lleno de amor y cariño; un último beso igual de especial que los
demás; uno en el que intentó memorizar lo suaves que era los labios de
Taehyung, lo dulce que era su tacto y lo perfectos que eran ambos juntos. Se
besaron con fervor y pasión, mientras las lágrimas se mezclaban en sus
rostros.

Al separar sus labios, Jeon nuevamente juntó su frente con la del menor.

—Te amo, novio —dijo Jeon disfrutando llamarlo de esa manera.

—Te amo, novio —respondió Taehyung sintiendo sus ojos cada vez más
pesados—... Jungkook

Jeon sorbió su nariz e intentó calmar su llanto, le sonrió a Taehyung y le puso


su atención.

—Me llamaste por mi nombre de nuevo —comentó intentando sonreír—.


¿Qué pasa?
Taehyung tragó saliva, respiró con dificultad y le miró a los ojos.

—¿C-cumplí el deseo?

La sonrisa de Jeon tembló y sus ojos se nublaron de nuevo ante las lágrimas
que se avecinaban. Taehyung se lo advirtió; no puede conceder felicidad
eterna, pero sí un momento de felicidad memorable; debió repetirse más
veces esas palabras.

—Lo hiciste —respondió con una voz triste y entrecortada —. Me diste los
momentos más felices de mi vida.

Taehyung sonrió a leer de las lágrimas que se deslizaba por sus mejillas y
alzó su mano para posarla delicadamente sobre la mejilla de Jungkook para
acariciarlo dulcemente.

—Siempre te cuidaré... googi.

Jeon tragó sus lágrimas y elevó las comisuras de sus labios por un momento,
acarició los cabellos plateados de Kim y se acercó para darle un beso en la
frente y le susurraba al oído:

—Y tú siempre serás mi estrellita.

Kim reunió las pocas fuerzas que le quedaban y elevó un poco su rostro para
besar delicadamente los labios rosas del mayor. Jungkook cerró los ojos,
sintiendo sus ojos perlando mientras disfrutaba el toque de Taehyung.

De repente dejó de sentir ese tacto y sintió todo el peso de Taehyung sobre su
regazo y brazos. Kim cayó en un profundo sueño en su pecho.

Jungkook sollozó sin control y abrazó por unos minutos más a su novio. No
tenía el valor de dejar ir a Taehyung, era difícil dejarlo ir cuando en ese
momento estaba entre sus brazos. Pero dio una profunda respiración, se
calmó recordándose que todo era por Taehyung y fue así que por fin lo dejó
ir.

La respiración de Jungkook se aceleró cuando Taehyung comenzó a


desaparecer emanando una luz que poco a poco se apagaba. Alterado,
ansioso, triste, Jeon no sabía cómo se sentía, pero tembló y sollozó con fuerza
mientras veía a Taehyung desaparecer. Sus exuberantes lamentos no cesaron
mientras se aferraba al cuerpo de Taehyung abrazándolo fuertemente hasta el
último segundo que lo sintió junto a él. Se aferró hasta que no sintió más el
calor del cuerpo contrario, ni los ligeros suspiros de Taehyung al dormir.

Se aferró a él cada segundo que estuvo ahí, hasta que abrió los ojos y se
encontró a sí mismo solo en aquella habitación.

Con el corazón deshecho, Jeon se dejó caer en la cama soltando un llanto


desgarrador, gritos vehementes para dejar salir con fervor las crueles penas
que enfrentó por amor.

Taehyung marcó su vida por completo, jamás podría olvidar ni el más corto
momento que vivió con él, ni la más mínimo detalle de su rostro y cuerpo.

De algo estaba seguro y podía prometer de por vida que, aún con la distancia,
Taehyung siempre sería su estrella.
Capítulo 18

✧。・゚・✧。・゚・✧

La mañana siguiente, muy temprano, el timbre fue tocado.

Jungkook lo escuchó y despertó de golpe ante el ruido, pero no hizo el


mínimo esfuerzo por moverse, sus ojos estaban rojos e hinchados y sus
mejillas húmedas por su nocturno llanto.

La puerta de la entrada fue abierta de repente, pero ni ese fue suficiente


motivo para que Jeon se levantara de la cama.

—¿Jungkook? —escuchó el eco de la voz de Hoseok.

—No creo que haya nadie aquí —dijo Yoongi—. Taehyung siempre viene
corriendo cuando llegamos.

Un momento después, la puerta de su habitación fue abierta de golpe. Y


Jungkook solo vio los rostros de sus tres amigos mandándole con asombro y
preocupación.
—Jungkook —pronunció Jimin extrañado adentrándose a la habitación—.
¿Qué sucede?

YoonGi entró después, pero de inmediato comenzó a buscar con la mirada


alrededor de esa habitación.

—¿Y Taehyung? —preguntó Min con el miedo en su tono de voz al no


encontrar rastro de él.

Jeon no se movió ni respondió ninguna de sus preguntas. Pero aun así


ninguno de los tres se fue, se quedaron con él, viéndolo en el grave estado en
el que estaba.

Yoongi era el más desesperado, caminaba de un lado a otro y aún buscaba a


Taehyung con esperanza de hallarlo.

—Sé que no quieres hablar, pero también estamos preocupados —murmuró


Hoseok luego de un rato—. ¿Qué sucedió? ¿Dónde está Taehyung?

—Él volvió a donde pertenece —respondió.

YoonGi abrió los ojos en sobremanera, se tensó totalmente sorprendido ante


lo oído e, incrédulo, respondió:

—No —pronunció intentando negarse a esa posibilidad—. T-taehyung no


pudo irse, estás bromeando.

—Ojalá fuera una broma —dijo Jeon, de nuevo con la voz entrecortada—.
Yo lo regresé a su lugar.

—¿Por qué? —preguntó Jimin a punto de llorar—. ¿Por qué harías eso?

Jungkook no pudo evitar volver a llorar ante el recuerdo. Bajó la mirada


mientras sus ojos perlaban en intentó limpiar sus lágrimas, pero más y más
salían.

—¿Recuerdan todas esas veces que se sentía mal o que perdía la fuerza de la
nada? Lo llevaba al hospital cuando eso ocurría y nunca me dieron respuesta,
solo decían que podía tratarse de una enfermedad —explicó rememorando
con nostalgia—. Pero no, él no estaba enfermo, nunca lo estuvo...

Antes de poder seguir hablando, tuvo que aguantar sus sollozos y apretar los
labios. Mientras tanto, los otros tres ya habían unido los hechos.

—El no tenía una enfermedad, todo lo que le ocurrió siempre fue porque él
no pertenece aquí —limpió sus lágrimas y sorbió su nariz—. Las pastillas lo
ayudaban, pero estaba siendo forzado... no podía estar mucho tiempo aquí.

—Pero pudo haber seguido aquí si seguía tomando las pastillas —dijo Jimin
de inmediato—. Pudimos... pudimos ayudarlo, todos podíamos comprar más
y-

—No se trata se eso —interrumpió Jungkook con la mirada perdida—.


Aunque las pastillas ayudaban, él seguía sufriendo... no quise forzarlo, él no
merecía vivir así. Ahora él seguirá siendo una estrella donde pertenece.

Yoongi sintió que perdía el control, quería llorar y gritar, se sentía sofocado.
Dio la vuelta y, con pasos fuertes, salió de la habitación y se fue para calmar
su tormentoso dolor y llorar en soledad.

Taehyung había marcado y cambiado sus vidas en cada aspecto. Sin


Taehyung, YoonGi seguiría encerrado en la biblioteca, manteniendo una
injustificada guerra con Jungkook y sin conseguir sus primeros amigos en la
universidad.

Jimin seguiría en aquel confuso conflicto con Jungkook, con el odio de los
recuerdos golpeando su corazón.

Hoseok jamás habría conseguido el perdón de Jungkook, sus días seguirían


siendo tristes por tantas memorias sin superar y aquel dolor de antaño
seguiría creciendo tanto que sus antidepresivos ya no funcionarían.

El tiempo que duró fue bueno, todos solo tendrían recuerdos felices con
Taehyung, pero esos recuerdos también serían su suplicio de por vida.

Era una noche tranquila, dos meses transcurridos desde la perdida de


Taehyung.

Jungkook bajó por un vaso de agua a la cocina, todo estaba en silencio,


hasta que volteó y, a unos metros de distancia, vio a Taehyung parado
viéndolo.

Jeon dejó caer su vaso de agua al piso y dio un paso hacia atrás para no
caer de la impresión.

—¿Taehyung? —murmuró—. ¿Er-

—¿Por qué me dejaste ir sin aviso, googi? —preguntó Taehyung


comenzando a llorar con un puchero en sus rosados labios—. Cuando
desperté ya no estaba contigo... me dejaste.

Jeon se apresuró a negar intentando reaccionar.

—No, yo nunca quise dejarte —contestó intentando acercarse, pero Kim


retrocedía—. Lo hice por ti, solo quería que estuvieras bien.

—¿Crees que lo estoy ahora? —espetó esa pregunta.

Jungkook se tensó y se quedó parado mirándolo con susto.

—¿Q-qué quieres decir?

Taehyung le sonrió a pesar de estar llorando y se acercó a él esta vez,


Jungkook cerró los ojos cuando sintió que acariciaba su rostro, ese cálido
tacto lo había extrañado.

—Me enviaste directamente a mi sufrimiento —susurró—. Esta es mi


despedida de por vida.

Jeon abrió los ojos y vio a Taehyung alejarse y comenzar a desaparecer.


Rápidamente, desesperado, intentó correr hacia él pero sus piernas no
reaccionaban.

—¡Espera! —gritó alterado—. N-no desaparezcas, encontraré una solución


y-yo-
—Tú ocasionaste mi muerte —pronunció Kim—. Yo nunca quise esto.

Entre lágrimas Jeon negó desesperadamente y vio a Taehyung desaparecer


por completo.

—¡No! Yo nunca quise-

—Adiós, Jungkook.

—¡No!

Las luces de la habitación fueron encendidas.

—¡Vuelve! ¡Por favor regresa! —gritaba Jeon desesperado moviéndose de un


lado a otro en la cama mientras lloraba—. ¡No me dejes!

Hoseok, Yoongi y Jimin entraron corriendo a la habitación de Jungkook y,


acostumbrados, solo tomaron cartas el asunto. Jimin se fue a preparar un
poco de té relajante para Jungkook, Yoongi se acercó a Jungkook para
detener con fuerza las rudas acciones inconscientes de éste y Hoseok se
apresuró a despertarlo con palabras.

Los tres habían tomado la decisión de quedarse en casa de Jungkook cuando


se enteraron de lo que le ocurría en la madrugada, llevaban una semana entre
desvelos y tristeza intentando apoyar con todo a su deprimido amigo.

—Jungkook, Jungkook, está bien —murmuró mientras Yoongi sostenía las


manos de Jungkook para que éste dejara de golpear bruscamente por todos
lados. Jeon fue despertando poco a poco—. Despierta, todo está bien,
tranquilo.

En cuanto Jungkook reaccionó y vio a Hoseok frente a él a Yoongi sujetarlo


y a Jimin entrando con otro té como el de todos los días. Jeon apretó los
labios mientras aún lagrimeaba.

—N-no puedo dejar se soñar lo mismo, tal vez en realidad está sufriendo —
musitó Jungkook apretando la mandíbula—. Si tan solo pudiera saber que
está bien...
Hoseok se acercó y lo abrazó por los hombros, logrando que Jungkook
llenara de lágrimas su pijama.

—Lo está, Jungkook, estoy seguro.

Poco después, Jeon sorbió su nariz y se incorporó.

—Necesito estar solo por un tiempo —dijo seriamente. Los otros tres se
miraron dudando—. Por favor, solo quiero enfrentar la realidad antes de
volver a mi vida cotidiana. No se preocupen por mí, sin importar cuanto
tiempo sea, les aseguro que estaré bien.

Aún no tan convencidos, Hoseok, Yoongi y Jimin hicieron caso a la petición


y desde ese día no volvieron a molestarlo. Le enviaban mensajes de apoyo,
dejaban comida frente a su puerta e intentaban hacerle saber que seguían con
él. Jungkook agradeció todo ese esfuerzo, pero aún así continuó solo.

¿Tristeza? Jungkook sentía que esa palabra no era suficiente para describir
todo lo que sentía. No pudo dormir por días, seguía despertando a mitad de
las noches llorando y gritando con dolor.

Era un difícil etapa para Jungkook sin duda alguna. Quién sabe cuánto podría
durar.

Luego de un tiempo, Jungkook por fin se sintió capaz de regresar a la


universidad.

Había reprobado ya algunas materias gracias a sus faltas, muchos profesores


no eran comprensivos con el tema, así que su graduación se retrasaría un año
más. Pero eso le daba igual.

Al entrar al aula se encontró a muchos de sus compañeros viéndole curiosos e


interrogantes. No les tomó importancia, de cualquier manera no eran sus
amigos, así que solo caminó directamente a su asiento sin darse cuenta que a
sus compañeros les fue extraño verlo sin aquel chico que siempre sonreía,
incluso fue raro ver a Jeon tan malhumorado luego de tanto tiempo.

A mitad de la primer clase, Jeon miraba el atardecer del cielo desde la


ventana. Tomó entre sus dedos aquel collar que alguna vez Hoseok le regaló,
abrió el dije y dentro de éste se vislumbró una fotografía de Taehyung
sonriendo, una foto que él mismo había colocado ahí. Sonrió con la mirada en
Taehyung, porque a pesar del dolor, la sonrisa de Taehyung siempre logró
hacerlo sonreír también.

—Jeon —habló su profesor Jungseok, el mismo profesor de matemáticas al


que odiaba—. ¿Está prestando atención? ¿O acaso necesita otro novio para
poder concentrarse en clase?

Algunos de sus compañeros nuevos rieron, mientras que sus compañeros


pasados se quedaron callados.

Jungkook no mostró su enojo a pesar de tener el impulso de golpear a su


profesor. Solo cerró su dije, borró de inmediato su sonrisa y tomó su mochila
poniéndosela sobre un hombro. Sus compañeros y profesor dejaron de reír y
le miraron curiosos, Jungkook siguió caminando hacia la salida.

Jungseok intentó detenerlo interfiriendo en su camino, Jeon se quedó parado


mirándolo seriamente.

—Aún no termina la-

—Tu respuesta está mal, Jungseok —espetó Jeon.

Jungseok, nervioso, dio una mirada a sus demás alumbos y después la regresó
a Jungkook.

—¿De qué habla?

Suspirando aburrido, Jeon miró el pizarron con indiferencia.

—Desde la perpendicular C, hay un radio de una circunferencia inscrita, por


ende B será tangente y la línea sera igual al radio del triangulo ABC —
explicó haciendo operaciones mentalmente—. Por el teorema de poncelet se
calcula el valor de r, que sería igual a dos y con el teorema de pitagoras,
calculamos la longitud que dará 6 de altura. El area será igual a B= 13
multiplicado por h=6 dividido entre 2 —escuchó el asombro de sus
compañeros en el aula—. La respuesta es 39. ¿Acaso necesita recursar su
carrera para saber explicar un tema tan simple como éste?

Jungseok se quedó callado y Jungkook solo siguió su camino a la salida del


aula, el profesor no pudo decirle nada, pues la clase ya había terminado.

Dentro del aula, tanto sus compañeros como su profesor, notaron el cambio;
cuando Taehyung estaba con él en clases, lo hacía tan feliz que este ya ni
siquiera discutía así con los profesores y los corregía con tranquilidad, había
mejorado su carácter de cierta manera. Pero en ese momento, se dieron
cuenta que el Jungkook de antes había vuelto.

Jungkook caminó en silencio hasta que salió de su facultad, ya había


terminado su horario. Pronto llegó al restaurante cercano a su facultad para
comer algo.

Comía en silencio, sin darle importancia a nada más que a la comida en su


plato.

La puerta del restaurante fue abierta y Jungkook vio a Hoseok, Jimin y


Yoongi entrar buscándolo con la mirada. Jeon no se inmutó y continuó
terminando de comer.

Cuando los tres lo vieron, Hoseok y Jimin se acercaron hacia él sentándose


en su mesa. Yoongi se quedó parado.

—Jungkook, te estábamos buscando. No podíamos creerlo cuando nos


dijeron que estabas aquí —dijo Hoseok al estar frente a él. Éste no respondió
—. S-solo queríamos saber cómo estás, hace tiempo que no te vemos, ¿cómo
te sientes ahora?

—No se preocupen —respondió con seriedad—. Pueden ver perfectamente


que estoy muy mal.

Hoseok suspiró y se quedó callado, creyó que Jungkook estaría mejor


después de tanto tiempo, pero aún no superaba el dolor.

Esta vez fue Jimin el que habló.


—Estábamos pensando en salir a algún lugar, deberías venir, tal vez te ayude
salir.

Desinteresado, Jeon empujó su plato hacia enfrente cuando terminó.

—Tal vez no —contestó levantándose de su silla.

Hoseok insistió.

—Espera, ¿por qué no lo inten-

—No vamos a presionarte —dijo Yoongi, dirigiéndose un poco más hacia


Hoseok, para posteriormente hablarle a Jungkook—. Seguiremos cerca para
cuando te sientas mejor, pero tú decides si quieres compañía o no.

Jeon suspiró y les miró con menos seriedad.

—Sé que sus intenciones son buenas, de hecho estoy mejor de lo que creen y
cuando quieran pueden visitarme —dijo sonriendo un poco—. Pero Yoongi
tiene razón, hoy prefiero estar solo.

Sin decir nada más, Jeon dio la vuelta dándoles la espalda a sus amigos y
caminando hasta salir del restaurante.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Los meses pasaron y algunas cosas seguían igual.

Por las noches dormía abrazado de panquesito, aquel peluche que alguna vez
perteneció al amor de su vida. Ya no podía dormir sin la singular lámpara que
había iluminado las noches de Taehyung y sin querer también las suyas.

Era viernes por la noche cuando Jeon llegó a casa después del trabajo. Al
entrar a casa no prestó atención alrededor, solo se detuvo para quitarse su
mochila dejándola en el piso y arrojó las llaves a un mueble que estaba en la
entrada, posterior a ello pasó totalmente de largo la sala y fue a la cocina para
buscar algo de comer. Pero el sonido de llamada de su teléfono le
interrumpió. Tomó su celular y vio que era Jimin, así que respondió.
—¿Hola? Jungkook, ¿estás ocupado?

—No, pero de todos modos no quiero salir contigo.

—Maldito engreído —murmuró Jimin.

Ambos comenzaron a reír, escuchando las risas del otro por la bocina del
celular.

—Como sea, ¿entonces qué quieres? —preguntó Jeon mientras tomaba una
manzana y le daba un mordisco para calmar su hambre mientras charlaba.

—Ah, cierto —Jimin aclaró su garganta, parecía ser algo serio—. Todos
tenemos una sorpresa para ti... es mejor de lo que imaginas así que, ¿podrías
regresar a la sala de tu casa?

La llamada se colgó, Jungkook frunció las cejas y dejó su teléfono en la isla


de la cocina, pero no salió, seguía pensando en las posibilidades.
Inmediatamente su mente pensó «¿La sorpresa tendrá que ver con
Taehyung?». Probablemente habían encontrado una manera de poder volver a
verlo. Sintió su corazón acelerarse de emoción ante esa idea y es que sabía
que era imposible, pero siempre tenía esperanzas para la posibilidad de volver
a ver a Taehyung. Siempre esperaba con todo su corazón verlo aunque sea
una vez más. Así que, ligeramente ilusionado, salió de la cocina y buscó
alrededor esperando encontrar indicios de Taehyung.

—¡Sorpresa! —voces en eco gritaron en conjunto a la vez que salían de sus


escondites con carteles y tirando serpentina.

La emoción de Jungkook se quebró, pero ya estaba acostumbrado a lidiar con


la desilusión de no ver a Taehyung, así que solo tragó sus lágrimas.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó cuando enfocó a Jimin, Hoseok y Yoongi.

—Oye es tu cumpleaños, no podíamos pasarlo desapercibido —dijo Hoseok


—. Sabíamos que no querrías salir, así que trajimos una fiesta hacia ti.

Su cumpleaños. Jungkook se pasmó al escuchar eso, ni siquiera lo recordaba


y no le importaba eso.
—Invitamos a algunas personas para crear un mejor ambiente —informó
Jimin—. Tal vez sea bueno que conozcas personas nuevas.

Jungkook miró alrededor a los que reconoció como amigos de Jimin y otras
personas desconocidas.

Entonces concentró su mirada en Yoongi, éste estaba parado con el rostro


serio, sosteniendo con las dos manos un letrero de "feliz cumpleaños" y con
un gorro de fiesta en la cabeza. Tampoco se veía muy feliz de estar entre
tanta gente.

—¿Tú estuviste de acuerdo con esto? —le preguntó directamente a Yoongi.

Min se encogió de hombros.

—Dijeron que esto podría animarte y no descarté la posibilidad, así que


decidí intentarlo.

Jeon esta vez pensó más en aceptar.

—Esto terminará cuando tú lo decidas —aclaró Jimin al verlo dudar—. Solo


creemos que podría ayudar a distraerte.

Si bien la idea de una no le agradó mucho, decidido cooperar un poco con las
buenas intenciones de sus amigos. Tal vez tenían razón y podría disfrutar un
poco de la situación y distraer su mente.

Dos horas pasaron, Jimin estaba disfrutando mucho la fiesta al igual que
Hoseok, Yoongi se reía de ellos ante la manera en la que actuaban al estar un
poco borrachos. Jungkook no estaba disfrutando mucho en realidad, pero
pudo distraerse por un momento y reía al ver a Jimin y Hoseok bailar tan
gracioso.

Un rato después, Jungkook entró a la cocina para tomar un vaso de agua y


alejarse un poco de todos. Escuchaba la resonante música del exterior junto
con las risas, todos parecían estar a gusto, pero él ya estaba harto.

Estaba únicamente esperando el momento correcto para dar fin a esa fiesta,
cuando de repente sintió la presencia de alguien más. Volteó la mirada hacia
la entrada de la cocina y encontró a un chica que reconoció como una
compañera de algunas clases en la universidad el año pasado. Nunca le habló
así qie tampoco le interesó su presencia en ese momento.

—Lo siento, solo venía a pedir un poco de agua —murmuró ella.

Jeon se encogió de hombros y dejó su vaso en la isla de la cocina, para


servirle agua a la chica. Cuando finalizó, le extendió el vaso, ella lo tomó
murmurando "gracias". Jungkook la ignoró y volvió a sentarse,
posteriormente vio a la chica sentarse a su lado.

—Me llamo Hyejin, por cierto.

—No pregunté —espetó Jeon.

Hyejin comenzó a reír.

—Sigue siendo difícil charlar contigo, ¿eh? —comentó—. Te vi solo desde


hace un rato, parece que no disfrutas la fiesta.

—No puedo disfrutarla cuando la mitad de las personas son una bola de-

—No pregunté —interrumpió ella. Jungkook ka volteó a ver con una ceja
alzada.

Hyejin comenzó a reír, contagiando un poco a Jeon. Tal vez no sería tan malo
conocer gente nueva.

—Nunca te había visto reír más que con el chico que solía acompañarte a
clases —murmuró—. ¿Dónde está él, por cierto?

La sonrisa de Jungkook se tornó nostálgica mientras apretaba los labios,


posteriormente dejó salir un suspiro.

—Él tuvo que irse.

Hyejin supuso que se trataba de una pelea o tal vez un rompimiento.


—Oh, ya veo, así que te dejó —musitó—. Bueno.. eso facilita las cosas.

Jungkook frunció las cejas y la miró confundido.

—¿De qué hablas?

—Hablo de ir a tu habitación y divertirnos un rato —murmuró—. ¿No te


gustaría sentirte bien conmi-

Jungkook la interrumpió de inmediato.

—No necesito nada de ti para sentirme bien —espetó—. Seré directo; no


quiero nada de lo que propones. Busca a alguien más, a mí no me interesas.

Estaba a punto de irse, pero antes de pararse sintió una mano sobre su muslo
y vio la mirada de Hyejin tornarse seductora mientras se acercaba.

—Vamos, ¿acaso no quieres olvidar todo el dolor que te hizo sufrir al


dejarte? —susurró. Jungkook solo de quedó quieto esta vez—. Es hora de
que sigas adelante, estoy segura que podrías olvidarlo a él y a toda esa
tristeza fácilmente estando conmigo solo una noche.

Jungkook pensó en todo ese dolor que seguía ahí, todos los recuerdos que aún
lastimaban. ¿Sería capaz de dejar de pensar en eso?

—¿Lograrías hacerme olvidar? —preguntó—... ¿Y qué si no funciona?

—Bueno, por lo menos pasarás una buena noche, te ves tan triste que
realmente quiero hacer algo al respecto —dijo con una seductora voz—.
Estoy segura de que él no sabía complacerte siendo tan ingenuo, apuesto que
te haré darte cuenta de eso, yo te enseña-

Eso era todo lo que Jeon quería escuchar, así que al cumplir su objetivo, se
levantó de golpe de la silla donde estaba sentado, haciendo que Hyejin
perdiera el equilibrio al estar inclinada hacia él y cayera al piso.

A Jungkook no le importó si ella se había lastimado, estaba ocupado


decepcionandose con las personas que lo rodeaban. Le pareció absurdo que
Hyejin quisiera aprovecharse de su momento de duelo para intentar algo que
jamás correspondería.

—Nunca te atrevas a intentar algo conmigo porque te juro que lo único que
causas en mí es repudio. Desde un principio te dije que no quiero nada, ¿eres
sorda? —dijo Jungkook viendo como Hyejin lo mirada desde el piso
totalmente enojada—. Solo te dejé hablar para tener motivos para odiarte y
logré mi objetivo. Así que te lo advierto; no vuelvas a hablar así de mi novio.
Ni tú ni nadie podrían hacerme olvidar a Taehyung, jamás.

Hyejin jadeo ofendida.

—Si ese imbécil se fue entonces ya no es tu nov-

—Sí, Taehyung se fue —interrumpió Jeon con un tono más enojado—, pero
no significa que dejó de ser mi novio, así que más te vale respetarlo si no
quieres verme enojado de verdad. Largate de mi casa.

Hyejin se levantó apretando los puños y se fue totalmente molesta,


empujando a las dos personas que habían visto todo desde el mural de la
entrada de la cocina.

Jungkook miró a Jimin y Hoseok, que por alguna razón le veían preocupados.

—¿Qué? —espetó.

Jimin no podían creer que Jeon llegó al punto de rechazar a una hermosa y
bella chica por alguien que no volvería. Mientras Hoseok estaba preocupado
por lo aferrado que Jungkook parecía a pesar de que ya habían pasado meses
desde que Taehyung se fue.

—¿Dijiste que sigue siendo tu novio? —preguntó Jimin.

Jeon, despreocupado tomó los vasos de la encimera y lo colocó en el


fregadero.

—Lo es, ¿acaso terminamos alguna vez?

Ninguno se atrevió a decir nada más, pero en su mente sí que opinaron al


respecto.
Jungkook buscó algo en su refrigerador para comer, como era su plan inicial
antes de aquella inesperada fiesta. Mientras tanto Hoseok salió para terminar
con esa fiesta y hacer que todos se fueran, pues sabía que Jungkook ya no
podía más con ese ambiente.

Tiempo más tarde, después de cenar, Jungkook salió de la cocina y vio a


Hoseok y Yoongi limpiando en la sala. Estos también voltearon a verlo.

—Sé que querían hacerme feliz y de alguna manera pude disfrutar un poco —
dijo intentando sonreír—. Así que gracias por esto.

Ellos asintieron y le sonrieron de vuelta.

—Feliz cumpleaños.

Jeon iba decir algo más, pero en ese momento recordó a la tercera persona
que faltaba ahí.

—¿Y Jimin?

Hoseok rió antes de responder.

—Está algo pasado de copas —contestó luego de calmar su risa—. Debe


estar durmiendo en algún lugar de aquí, lo encontraremos.

Jeon rió también y asintió, posteriormente dejó el tema de lado y les informó
que iría a dormir.

Subió las escaleras y llegó a su habitación, entró y de inmediato su primera


intención fue ir a la cama, pero antes de recostarse, notó algo diferente.

Panquesito no estaba.

Confundido, Jungkook levantó las sábanas y quitó los cojines ligeramente


desesperado al no encontrarlo. Y, mientras buscaba arduamente, se percató de
algo más; la lámpara de Taehyung tampoco estaba y, al dirigir su mirada
hacia el closet, lo encontró abierto y la mitad donde se encontraba la ropa de
Taehyung, también estaba vacía.
Sus ojos picaron al sentir la premonición de sus lágrimas. Dio la vuelta,
caminando con pasos fuertes y casi corriendo, salió de su habitación y
comenzó a registrar todo el segundo piso. Al no encontrar nada, comenzó a
actuar más desesperado y bajó al primer piso para buscar.

Hoseok y Yoongi, desde la cocina donde limpiaban, lo vieron pasar corriendo


y eso les dejó confundidos.

—¿¡Ocurre algo Jungkook!? —preguntó Hoseok desde la cocina, gritando


para ser escuchado.

Jungkook ignoró esa pregunta, su mente estaba ya concentrada en algo y no


iba detenerse hasta encontrar una respuesta.

Su mirada pasaba de una dirección a otra, estaba a punto de ir a pedir ayuda a


sus amigos, cuando de repente se topó con la escena que fue la explicación de
todo.

Jimin estaba frente a un mueble de la sala quitando las fotografías de


Jungkook y Taehyung juntos. Park stenía una bolsa donde se podía ver a
panquesito y la ropa de Taehyung.

—¿Q-qué haces? —espetó Jungkook, mirándolo con los ojos muy abiertos de
incredulidad, posteriormente caminó con pasos fuertes hacia Jimin y le
arrebató la bolsa que tenía en las manos—. Ésto es de Taehyung, ¿qué carajos
estás haciendo?

Jimin volteó a verlo con el rostro empapado de lágrimas y apenas pudiendo


estar de pie por la ebriedad.

—Él no va volver —dijo, llorando y tambaleándose—. Es hora de que lo


superes y lo dejes ir junto con todo lo que tenga que ver con él.

Park se apresuró e intentó tomar las demás cosas de Taehyung, pero


Jungkook le arrebataba todo con brusquedad.

Hoseok y Yoongi, al escuchar tanto alboroto, salieron de la cocina y entraron


a la sala apresurados.
—¿Está todo bien? —preguntó Hoseok al entrar y, al ver la escena completa,
se tensó—. ¿Qué ocurre?

—Ocurre que este idiota no puede controlar el alcohol —dijo Jeon,


aguantando las ganas de llorar ante las palabras de Jimin momentos atrás.

—¿Aún tienes todas las cosas de Taehyung? —preguntó Hoseok


impresionado—. ¿Guardas todo eso?

—Son sus cosas, no voy a tirarlas —contestó sorbiendo su nariz.

—No puedes seguir aferrándote así —insistió Jimin—.¡Entiende que jamás


va volver contigo! ¡No va a regresar!

Jeon no aguantó más y empujó a Jimin lejos, éste al estar bajo los efectos del
alcohol, perdió el equilibrio y cayó al piso. Jungkook, no conforme, se acercó
amenazante con intenciones de golpearlo.

Asustado, Hoseok volteó a ver a Yoongi, éste solo miraba la escena con
indiferencia.

—Yoongi has algo, va golpear a Jimin

—Bueno, él se metió con sus cosas —dijo despreocupado.

—Yoongi —insistió Hoseok.

Este rodó los ojos y caminó hasta sus amigos para tomar a Jungkook por los
hombros y alejarlo, mientras Hoseok ayudaba a Jimin a pararse.

Bruscamente, Jeon se apartó de Yoongi y miró a todos con lágrimas


deslizándose por su rostro, se veía tan destrozado, pero de inmediato dio la
vuelta y se quedó parado dándoles la espalda a sus amigos.

—T-todos lo saben —balbuceó Jimin—. Saben que no es sano que siga así...

Hoseok, dubitativo, preguntó con un tono tranquilo:

—Jungkook...
Exasperado, Jeon volteó para encararlos de nuevo.

—¡Es lo único que me queda de él! —dolido, exclamó Jungkook sosteniendo


las cosas de Taehyung con fuerza.

—No quis-

—Váyanse —espetó con la mirada pérdida—. Váyanse de aquí y no vuelvan


si es para forzarme a olvidar a Taehyung.

Hoseok sabía que debían darle su espacio a Jungkook, éste jamás los
escucharía estando enfadado, decidió volver después para aclarar las cosas.
Así que tomó a Jimin por los hombros y lo ayudó a caminar.

Yoongi suspiró resignado, pasó a un lado de Jungkook y le dio una


reconfortante palmada en la espalda, posteriormente se fue al igual que
Hoseok y Jimin.

Cuando la principal fue cerrada, fue cuando Jeon sollozó con fuerza. El que
le recordaran que Taehyung no volvería le afectó más de lo que creyó.
Porque sabía que ellos tenían razón, pero simplemente no podía hacérselo
entender a su corazón.

Aún llorando, comenzó a caminar hacia su habitación, subió las escaleras


arrastrando los pies desganado y funesto mientras atravesaba el pasillo,
cuando de repente su mirada se detuvo instantáneamente en la puerta que
daba hacia la azotea.

Al toparse con esa puerta inmediatamente recordó todas las noches que subió
al techo con Taehyung para ver las estrellas. Tenía meses que no subía a ese
lugar. Desde que Kim se fue, Jungkook no tuvo las agallas ni la fuerza de
volver a poner un pie en la azotea, tenía miedo de enfrentar el dolor de los
recuerdos que le traería ese lugar.

Sin embargo, en ese momento, en el que ya estaba lo suficientemente


destrozado su corazón, solo sintió nostalgia cálida al ver ese lugar. Así que,
dándose ánimos, caminó lentamente y casi temblando, hasta que por fin puso
un pie en la azotea.
Todo estaba exactamente igual a la última vez que pisó ese lugar. Las cobijas,
ahora sucias, estaban tiradas desordenadamente en la entrada de la azotea;
Jungkook rememoró que se encontraban ahí porque él mismo las había
arrojado al piso para cargar a Taehyung cuando éste ya se encontraba en sus
últimos respiros. Sintió sus ojos picar por esas memorias, se agachó
lentamente y, cuando estuvo hincado, tomó con una mano las cobijas. Ejerció
fuerza en su mano, apretando las cobijas con exuberante dolor al igual que
apretó los labios por el llanto que se avecinaba.

El telescopio de Taehyung estaba en su caja, justo bajo el techado.

Al estar ahí, en esa azotea donde compartió momentos cálidos y memorables,


Jungkook se sintió cerca de Taehyung nuevamente, sintió su compañía, como
si este aún continuara ahí para sanarlo. Miró al cielo mientras las lágrimas
escurrían de su rostro y no pudo evitar desahogarse como si realmente
Taehyung estuviera escuchando y no solo fuera su imaginación.

—Nos quieren separar, estrellita —pronunció con dificultad respirando


entrecortado por su llanto—. E-ellos quieren que me olvide de ti...

Continuó llorando, hasta que pudo seguir hablando.

—Pero no puedo hacerlo —bajó la mirada mordiendo su labio inferior con


fuerza, para después liberarlo y hablar con la mirada hacia la nada—. Han
pasado meses, pero el tiempo no me hará olvidarte... no quiero estar con
nadie más y ellos no lo entienden.

Tragó saliva para no ahogarse en sus lágrimas y después de respirar


profundamente sintió la necesidad de seguir hablando.

—Tengo miedo de que realmente estés sufriendo, tengo mucho miedo de que
mis pesadillas sean verdad y no estés bien... por favor, estrellita, dime que no
es verdad, dime que hice lo correcto —rogó lleno de ansiedad—. ¡Por favor
dime que estás bien!

Anegado en la desgracia de sus propias palabras que reflejaron sus


pensamientos, Jeon cayó de rodillas contra en frío techo llorando con
exuberantes lamentos.
Casi hiperventilaba, estaba perdiendo el control, hasta que de repente miró
hacia arriba y admiró el cielo nocturno. Inevitablemente, miró aquel punto
que Taehyung siempre le enseñaba cuando subían a ver el cielo. En su mente
pudo escuchar claramente su voz diciendo «Googi, ese es mi lugar».

Antes de apartar la mirada, un detalle le llamó la atención a Jungkook, pues


parecía que ya no sólo eran tres estrellas como antes.

¿Podría ser?

Una indescriptible sensación de conmoción e ilusión se encendió en su


interior. Corrió para tomar la caja del telescopio que yacía tirada y lo armó en
el mismo lugar de siempre. Sus manos temblaban un poco por la
desesperación de sus acciones. Al estar todo listo, miró a través del lente y
buscó el lugar de Taehyung.

Hasta que por fin pudo encontrarlo.

Tres estrellas solitarias en un punto en específico como siempre, solo que ésta
vez no había un espacio vacío notorio, pues una estrella más estaba ahí. Una
estrella más pequeña, pero más luminosa. Ese era Taehyung, Jungkook lo
sabía.

Una sonrisa apareció iluminó su rostro, una sonrisa verdadera y con plena
felicidad luego de tanto tiempo. Su corazón se sintió tranquilo, las penas y
preocupaciones se volatizaron en el aire y parte de su tristeza se disipó al
saber que Taehyung estaba bien. Taehyung estaba perfectamente bien, siendo
una estrella nuevamente y una sumamente hermosa. Su corazón volvía a
sentirse boyante por un momento, pues aunque Taehyung no estaba a su lado,
ahora sabía que estaba ahí y eso era todo lo que necesitaba.

Apartó la mirada del telescopio y esta vez miró directamente al cielo.

—¿Estás escuchando ahora, estrellita? —habló con lágrimas retenidas en los


ojos, sintiendo el interno alivio al hablar mientras miraba a Taehyung en su
forma estelar—. Espero que estés siendo muy feliz, Taehyung... te prometo
que nunca te olvidaré.
Los ojos de Jeon comenzaron a perlar, pero su sonrisa preclara demostró que
su llanto era en realidad de pura felicidad.

Despegó la vista del cielo y de reojo pudo percatarse de la presencia de algo


que antes no estaba ahí. Así que regresó la mirada rápidamente al mismo
lugar y encontró un pastel y un sobrero de fiesta en forma de cono.

Titubeó por un momento, estaba incrédulo, pero después reaccionó y con


acciones torpes se estiró aún sentado, hasta que alcanzó el pastel y el gorro
puntiagudo, los tomó en sus manos para después sentarse bien dejando el
postre en su regazo y sostener el gorrito de fiesta con una mano.

Era un pastel con una vela encendida y en medio de éste una frase escrita;
"Feliz cumpleaños, googi". Al leer eso, sonrió con ternura y felicidad
inmensa. Taehyung siempre estaría con él.

—Supongo que feliz cumpleaños a mí, ¿cierto, estrellita? —dijo intentando


dejar de llorar mientras sonreía—. Mi mejor regalo hoy ha sido volver a
verte, pero aún así, pediré un deseo.

Se colocó el sombrero de fiesta y después elevó un poco el pastel con sus


propias manos hasta dejarlo frente a su rostro. Sentía que estaba a punto de
pedir más que un deseo de fiesta, sino un deseo de verdad que venía desde el
alma.

—¿Se puede desear una estrella? —preguntó Jungkook antes de pedir el


deseo, rió luego de unos segundos, risas de tristeza—. Deberíamos
descubrirlo, ¿no?

Luego de sus palabras, tragó saliva e intentó calmarse, así que suspiró y cerró
los ojos, para posteriormente hablar con palabras llenas de esperanza.

—Deseo... una estrella, una estrella tierna e inocente, de corazón puro y alma
bondadosa, la única estrella que me hace feliz —susurró—. Deseo seguir por
siempre con Taehyung.

En un soplido, la llama de esa vela fue apagada y en cambio se encendió la


felicidad.
Esa noche se quedó viendo a Taehyung a través del telescopio. Comió aquel
pastel y sintió que era lo más delicioso que había probado aún si antes el
pastel no era de su agrado.

Cuando ya era muy noche y el cansancio del día se hizo presente, Jungkook
poco a poco se quedó dormido. Sin importarle que estuviera afuera, sin
importarle nada más, se quedó dormido en el techo, sabiendo que lo último
que vería en su día sería a Taehyung siendo una preciosa estrella.

—Buenas noches, novio —pronunció Jeon antes de caer dormido.

La siguiente mañana Jungkook esperó despertar con un terrible dolor de


cuerpo o tal vez con una pulmonía por dormir afuera en el frío sin siquiera
acobijarse. Pero no, al despertar estaba en su cama arropado entre sus sábanas
y con panquesito en sus brazos.

Confundido y algo asustado, se sentó de golpe buscando con la mirada rastros


de alguien más en su casa. Pero sabía que estaba solo.

Luego de pensar mil posibilidades, llegó a una conjetura. Taehyung lo había


hecho. Fue Taehyung quien lo llevó hasta su cama, probablemente no en
persona, pero sí con su especial poder.

Sonriendo volvió a recostarse en la cama, pues a pesar de la distancia


Taehyung seguía ahí, seguía con él, aunque no estaba en forma humana,
estaba su esencia y rastro y con eso Jungkook se conformaba, porque su amor
por él podía soportar todo eso.
Capítulo 19

✧。・゚・✧。・゚・✧

Jungkook subió al techo de su casa cada noche los trescientos sesenta y cinco
días de ese año, solo para admirar y sentir la físicamente ausente presencia de
Taehyung y seguía haciéndolo. Cada noche subía a verlo, lo apreciaba y
charlaba con él por horas aún si no obtenía respuesta.

Parecía que la esencia de Taehyung seguía ahí, Jungkook quería creer que
Taehyung bajaba a verlo aún. Todas esas ideas se formaron en su mente
cuando compró por nostalgia un paquete de las galletas favoritas de
Taehyung, las dejó en la sala mientras iba a cambiarse y, cuando regresó, las
galletas ya no estaban ahí. Eso lo dejó extrañado, por ende la siguiente noche
realizó la misma acción y dejó las galletas en un lugar mientras el se iba a
hacer otra cosa y de nuevo desaparecieron. Desde ese entonces supo que
aunque no podría ver en persona a Taehyung, podía sentir y notar su alma.

Era lunes por la tarde, iba de regreso a casa luego de que su horario escolar
terminara.
Llegó a casa luego de un largo camino y se encontró con Yoongi sentado en
los escalones del porche frente a su casa, traía una mochila negra consigo y
una carpeta, parecía pensativo.

Era común que lo visitaran sus amigos en conjunto, pero era raro que llegara
solo uno de ellos, sobre todo Min, quien por lo regular no salía mucho.

Avanzó unos pasos más, llamando la atención de Yoongi.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Jeon realmente confundido.

Yoongi dubitativo, le dedicó una sonrisa triste y reconfortante.

—Traje algo para ti.

Yoongi le extendió la carpeta, Jungkook la tomó con dudosas acciones.

—¿Qué es? —cuestionó mirándolo con desconfianza.

Yoongi metió las manos a las bolsas de su abrigo y solo suspiró.

—Es algo que quería mostrarte desde hace tiempo, realicé una investigación
cuando conocí a Taehyung y di con éste expediente —explicó a medias.
Jungkook le miró confuso—. Esto es una de las razones por las que le creí a
Taehyung cuando me dijo que era una estrella... quiero que lo leas, estoy
seguro que te ayudará a recordar y creer de nuevo cuando lo necesites.

Jungkook no tenía idea de lo que podría tratarse ese expediente, tampoco


sabía si darle importancia, ¿qué quería decir con "te ayudará a creer"? Él ya
creía, no necesitaba nada de eso. Además las palabras de Yoongi solo
hicieron que aumentara su confusión y que ninguna de sus preguntas se
respondiera.

—No sirves para dar explicaciones, ¿lo sabías? —le dijo Jungkook.

Yoongi rió y rodó los ojos, Jungkook acompañó sus risas.

—Solo léelo cuando lo creas necesario —espetó—. Como sea, debo irme.
Se despidió de Yoongi con un ademán y el también siguió su camino hasta
que entró a su casa. Se quitó su abrigo dejándolo en el perchero y luego
caminó a la sala donde dejó la mochila que Yoongi le dio y arrojó la carpeta a
la mesa de centro.

Se fue a la cocina y dejó su bolsa de compras en el respaldo. Se dirigió a una


alacena para tomar un plato y ulteriormente sacó la caja de galletas que había
comprado para colocar todas en el recipiente. A Taehyung siempre le gustó
comer sus galletas así.

Cuando todo estuvo listo, tomó el plato y regresó a la sala.

—Traje tus favoritas —dijo Jungkook, escuchando su propia voz hacer eso
en su solitaria casa. Colocó el plato sobre la mesa con una sonrisa y tomó
asiento en un sofá—. Tal como te gustan, amor.

Suspiró ante el silencio de su hogar, comenzaba a odiar esa sensación


después de hablar y no obtener respuesta. Porque eso le recordaba que en
realidad estaba solo.

Luego de decir eso, más pensamientos negativos llegaron a su mente. Así


que, decidido a distraerse, de inmediato se levantó para ir a su habitación a
estudiar, quería evitar a toda costa afrotar la realidad de su vida.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Jimin y Hoseok estaban más que preocupados por Jungkook.

Jungkook parecía feliz a simple vista, pero también parecía obligarse a creer
que Taehyung realmente podría volver con él. ¿Cuánto tiempo planeaba
estancar su vida? Lo único que le importaba ya, era pasar noches en vela por
ver a Taehyung, no dormía bien, cada vez se notaba más su extenuado estado
y su rendimiento iba en declive.

Habían intentando ya muchas veces hacer algo, pero Jungkook se negaba a


escucharlos, quería seguir viviendo en su propia mente. Para ese punto creían
que la única manera de regresarlo a su vida normal, era sacándolo de sus
quimeras.
Hoseok tocó la puerta de la casa de Jungkook, venía acompañado de Jimin,
Yoongi. Querían analizar un poco más a fondo el estado de Jungkook.

Yoongi solo iba para ser un mediador en la situación, realmente él no estaba


muy de acuerdo con los planes de Hoseok y Jimin, ya que tenía sus propias
razones para apoyar a Jungkook.

La puerta fue abierta luego de un momento de espera y vieron a Jungkook


recibirlos con unas ojeras tenues que ya eran parte de su día a día desde hace
poco más de un año, aún así no se veía triste ni deprimido.

—Hey, no sabía que vendrían —les dijo Jungkook haciéndose a un lado para
dejarlos entrar—. Pueden pasar por un rato, pero los correré si no se van al
anochecer.

Todos aceptaron las condiciones sin preguntar el trasfondo de la advertencia


y entraron a la casa. Jungkook dio la vuelta hacia la cocina aún con los brazos
cruzados. Los demás le siguieron y, al llegar, tomaron asiento en las sillas
frente a la isla y se quedaron en silencio. Jungkook continuó lo que, al
parecer, estaba haciendo antes de que llegaran; cortar frutas en cubitos.

Se mantuvo todo en silencio por un momento mientras decidían cómo


comenzar a hablar. Hoseok y Yoongi pelaron con la mirada por ver quién
comenzaba la plática.

Yoongi perdió.

—Ahm... —emitió antes de hablar—. ¿Cómo has estado, Jungkook?

Jeon sonrió sin mirarlo, su mirada seguía concentrada en cortar frutas.

—Bien, estamos bien.

Confundido, Hoseok alzó una ceja.

—¿Estamos? —repitió.

Jungkook elevó un poco la vista, dejando de cortar fruta, y miró a Hoseok


como si fuera obvia la respuesta.
—Taehyung y yo...

Jeon prosiguió con su labor de cortar fruta luego de responder. Mientras


todos compartieron miradas preocupadas.

—O-oh claro... —expresó Jimin. Aclaró su garganta—. Uhm, ¿Taehyung te


lo dijo o cómo lo sabes?

Jeon tragó saliva, Hoseok notó que evitaba a toda costa mirar a los ojos a los
demás y su mano apretaba, con más fuerza de la necesaria, el cuchillo con el
que cortaba fruta.

—Solo lo sé, siempre me demuestra que es así.

—Casi lo olvido —dijo Hoseok—. Tú puedes verlo, ¿cierto?

Jungkook solo colocó la última porción de fruta en el recipiente donde estaba


toda. Posteriormente, se limpió las manos y tomó el plato.

—Ahora vuelvo —les avisó caminando a la salida de la cocina.

Cuando salió totalmente y sus pasos ya se oían muy lejanos. Todos se


miraron.

—¿Lo ven? —preguntó Jimin.

Hoseok titubeó.

—Realmente me preocupa que siga así —comentó—. Parece que no ha


procesado nada, actúa como si él siguiera aquí aún, cuando es claro para
todos que no volverá a verlo.

—¿Quién no volverá a ver a quién?

Asustados, voltearon la mirada en dirección a la voz que reconocieron.


Jungkook les miraba seriamente, con los brazos cruzados en espera de una
explicación.

Titubeando, Hoseok intentó disimular.


—Nadie, solo estábamos...

Miró a Jimin y Yoongi, esperando que lo ayudaran, pero ninguno supo qué
decir.

Jungkook rió ligeramente.

—No soy idiota Hoseok, ya sé que hablaban de mí —dijo calmado—. Lo que


no entiendo es por qué, yo estoy totalmente bien.

Manteniendo esa sonrisa, aparentemente tranquila, Jungkook nuevamente


caminó dentro de la cocina para ordenar y limpiar.

Dubitativo, Jimin de atrevió a hablar.

—¿Escuchaste lo que dijimos?

Jeon asintió. Aclaró su garganta y levantó la vista para verlos a los ojos.

—Sí, escuché sus suposiciones equivocadas sobre los hechos —respondió.


Esta vez se notó un poco más su molestia—. Así que, ¿creen que estoy
actuando? ¿Imagino a Taehyung?

Jimin miró nervioso a Hoseok, quien le indicó que estaba bien que
respondiera.

—No creemos que estés equivocado, pero tampoco puedo asegurarte nada,
solo aporto-

—Sabes que me gusta la total sinceridad, sé directo —espetó.

Jimin suspiró y asintió.

—Bien, seré directo si eso quieres —declaró. Dio un paso al frente y


continuó—. No has procesado el hecho de que Taehyung se fue, nunca
concluirse tu proceso de duelo y las secuelas de ello se ven claramente por la
manera en que te aferras a fundamentos irracionales.

Yoongi, Jimin y Hoseok de inmediato dirigieron su mirada hacia Jeon.


—Oh claro —contestó Jungkook, con la ironía rebosando en la felicidad de
su tono—. Supongo que todos esos meses de sufrir no contaron como un
"proceso de duelo".

—No se trata solo de sufrir —aseguró. Los demás miraban expectantes la


revelación—. Cuando estabas por superarlo, preferiste manipular tu mente y
crear situaciones imaginarias para sentirte mejor.

El rió sarcástico, chocó su lengua contra el interior de su mejilla y negó con


la cabeza.

—¿Situaciones imaginarias? Tú realmente no sabes nada, pero opinas mucho


—borró su sonrisa totalmente—. Yo lo siento conmigo y eso es suficiente.
Estoy totalmente bien, no necesito consejos.

Jimin alzó una ceja incrédulo.

—¿Crees que está bien creer todas esas quimeras después de la muerte de
alguien?

Jeon apretó los labios y la mandíbula. Miró a todos con desprecio.

—No son quimeras, yo sé lo que veo —espetó—. Cuando veo cosas que
aparecen o desaparecen de repente, ¿es mi imaginación? No tienes siquiera
idea de las inexplicables cosas que me demuestran que él sigue aquí. ¿¡Podría
imaginar eso!?

Jungkook dio un paso amenazante en dirección a Jimin, éste no de inmutó.

—La mente es muy poderosa, Jungkook —respondió calmado.

Jeon se quedó ligeramente desconcertado por esa respuesta, pues por mucho
que quisiera negarlo, le hizo dudar.

Jungkook, sintiéndose débil, recargó las manos en el respaldo de la cocina,


con la mirada agachada.

—¿Por qué? —preguntó Jeon en un débil tono de voz—. ¿Por qué siguen
haciéndome ésto?
Hoseok dio un paso hacia Jungkook, pero no se acercó más.

—Estamos muy preocupados por ti, ha pasado mucho tiempo y no sales de tu


imaginación con-

—¡No es mi maldita imaginación! —exclamó alzando la mirada y dejando


ver su furioso rostro exasperado lleno de lágrimas.

Jeon respiró tranquilamente para no alterarse, no había razón para enfadarse,


todo estaba bien, ¿cierto?

Yoongi decidió intervenir.

—¿Leíste lo que te di?

Jungkook le miró y le dedicó una hipócrita sonrisa.

—No, realmente no me interesa leer algo que seguramente escribiste con la


finalidad de separarme de Taehyung —fingió una sonrisa—. Después de todo
eso es lo que quieren, ¿no? Solo quieren que me olvide de él.

—No, nadie lo olvidará —dijo Jimin de inmediato—, pero tampoco es


normal actuar como si estuviera presente. Si comienzas a salir con otras
personas, puede que te des cuenta de que-

—No —interrumpió Jungkook—. No quiero salir con nadie, ¿por qué no


aceptan que puedo vivir sin buscar pareja?

Hoseok se apresuró a negar.

—Escucha un poco, Jungkook —pidió amablemente Hoseok—. Yo no te


pediré que salgas con alguien, pero tampoco puedes vivir así, está afectandote
mucho todo este asunto al punto de alucinar.

Con fuerza, Jungkook dejó caer su puño sobre la isla de la cocina y alzó la
mirada para ver a sus amigos.

—No, Hoseok, esta es la realidad; estoy bien, no estoy alucinando y no


necesito ayuda —respondió. Bajó la cabeza para no verlos—. Váyanse, si
siguen haciendo esto les juro que no volveré a hablarles nunca.

—Jungkook, nosotros no-

—Váyanse —interrumpió Jungkook, casi rogando, mientras aguantaba las


ganas de remplazar su seriedad por un llanto—. Váyanse ya...

Resignados a la petición, los tres se levantaron y caminaron en silencio hasta


que llegaron a la puerta. Hoseok dio una última mirada a Jungkook, quien
seguía fingiendo seriedad a pesar de que se notaba la zozobra en su mirada.
Dio un último suspiro de tristeza antes de abandonar por completo la casa y
salir junto con los demás.

Cuando la puerta fue cerrada, toda la casa volvió a su mutismo asiduo. Ni un


ruido, ni una risa, ni un alma.

Mientras más pensaba, más le dolía, porque la realidad funesta era un


suplicio. ¿Sus amigos tenían razón?

Comenzó a sentirse mal. No le dolía nada físicamente, pero se sentía mareado


y con inmensas ganas de llorar. Salió de la cocina mientras intentaba
calmarse y dejar de pensar tanto. «Todo está bien» se repitió mentalmente.

Llegó a la sala, caminó de un lado a otro sin poder calmar sus pensamientos.
Se quedó quieto cuando su mirada se detuvo en la mesa de la sala, donde el
plato de fruta que dejó hace un momento se hallaba.

"La mente es muy poderosa". Esas palabras se repitieron como eco en su


mente.

De repente se sintió avergonzado y estúpido por todas esas veces que dejó ahí
la comida favorita de Taehyung. Aún le compraba sus dulces favoritos, aún
actuaba como si siguiera ahí, pero qué tal si Taehyung solo era una estrella
como las demás que ni siquiera podía escucharlo.

—Nunca has estado aquí realmente, ¿cierto? Solo estoy imaginando todo y ni
siquiera te importa —dijo hacia la nada. Su respiración comenzó a agitarse
por las ganas de un llanto exuberante—. Solo eres una estrella vacía igual a
las demás.

Estaba cegado, se sentía tan tonto con la idea de que Taehyung nunca estuvo
con él, que lo único que podía expresar la ira y la decepción profunda del
alma.

—Se supone que debías hacerme feliz, ¿sabes qué? Ahora pienso que estaría
más feliz si jamás te hubiera conocido —masculló apretando los labios y
sintiendo poco a poco como las lágrimas salían—. ¿¡Por qué dejaste de
hacerme feliz!?

La ira quemaba en su interior, la tristeza jamás había dolido tanto. Pateó con
fuerza el perchero que estaba a su lado haciéndolo caer, tomó sus negros
cabellos entre sus dedos y lo apretó mientras caminaba de un lado a otro
llorando desesperado. No sabía que la realidad lastimaría tanto.

Nunca podría volver a sentir sus cálidos abrazos, mucho menos volvería a
sentir aquella cándida emoción en su corazón ante sus dulces besos.

Desecho por la trágica verdad, Jungkook miró por última vez el plato de fruta
que había dejado para Taehyung. No sabía si Taehyung le escucharía en ese
momento, de hecho, ya dudaba que en realidad alguna vez lo haya escuchado.
Porque en ese momento creía que era verdad que había alucinado todo.

—Tal vez ellos tengan razón y deba dejarte de lado —escupió las palabras de
repente molesto—. Quisiera olvidarte, sería mejor si simplemente
desaparecieras.

Con la poca fuerza que tenía y los ánimos por los suelos, Jeon dio la vuelta
hacia las escuelas y, arrastrando los pies, subió.

Se encerró en su habitación y lloró sobre su almohada hasta quedarse


dormido.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Al siguiente día no mejoró nada.

Pero pudo dilucidar la razón de su histérica reacción la noche anterior y la


ansiedad funesta que lo descontroló.

En realidad nunca había superado ni analizado el hecho de que no volvería a


ver a Taehyung. El verlo en su forma estelar y sentirlo cerca, le hizo olvidar
eso y crearse la idea de que algún día Taehyung regresaría.

Pasaron y en ninguno de ellos disminuyó la esperanza de volver a verlo. Pero


la noche anterior se dio cuenta de que pasaría toda su vida sin Taehyung y
eso lo destruyó totalmente. Luego de haber imaginado toda su vida pasando
letíficos y dulces momentos con él, ahora debía deshacerse de esas ilusiones
y afrontar que estaría el resto de sus días él solo.

¿Seguiría dejándole a Taehyung su comida favorita aún sabiendo que jamás


lo vería? ¿Seguiría pasando desvelos viéndolo y volvería a hablar con él? Ya
no sabía qué tanto sentido tenía, incluso sus amigos lo tachaban de loco.

Pasó una semana entera intentando vivir como si Taehyung no existiera de


ninguna manera.

Casi no salía de su habitación, ni siquiera iba a la sala, solo quería dormir


para no pensar. ¿No debía sentirse bien al seguir los consejos de sus amigos?
Ya no dejaba comida para Taehyung y estaba intentando vivir como si este
no estuviera ni siquiera como estrella, pero nunca se sintió mejor al hacer eso.

Era un viernes por la noche, despertó con los ojos hinchados de tanto dormir.
Se sentía vacío, como si ya no hubiera nada que le motivara.

Cansado de pensar, se levantó de la cama y bajó las escaleras dispuesto a ir a


la cocina para preparar la cena. Pero, antes de entrar a la cocina, dio un
vistazo a la sala y vio aquel plato de frutas que había dejado hace una semana
para Taehyung. No había hecho el aseo en esa semana, así que la fruta ahora
estaba podrida y con mal olor.

Frunció las cejas extrañado, normalmente ya habría desaparecido, siempre


desaparecía después de unos minutos. Pero habían pasado días y seguía ahí.

Tragó saliva nervioso y de repente le asustó que algo le hubiera pasado a


Taehyung. Pero nuevamente llegó la voz de sus amigos a su mente
diciéndole: "estás alucinando". Tal vez había vuelto a la realidad y por eso
nada había desaparecido.

No pudo con tanta intriga.

Así que decidió, por primera vez en toda esa semana, subir a ver a Taehyung.

Se preparó mentalmente cada escalón que subía, controlando su emoción. Y,


al estar en la azotea finalmente, miró hacia arriba.

Pero Taehyung no estaba.

Era como si no hubiera rastro alguno de él. Solo estaba Namjoon ahí y el
espacio a su lado, que pertenecía a su estrella, estaba vacío.

Eso dejó totalmente pasmado a Jungkook, porque si de algo estaba seguro,


era que Taehyung era una estrella. Lo único que no pudo haber alucinado
eran aquellas veces que lo vio en el cielo, así que debía preocuparse por la
razón por la que ahora no estaba.

Esperaba que no se tratara de nada malo.


Probablemente volvería al día siguiente.

▬▬▬▬▬▬▬▬

Dos días después Jungkook estaba al borde del colapso; habían pasado ya dos
días y Taehyung no regresaba a su lugar.

No podía evitar pensar solo cosas negativas que le hacían preocuparse, estaba
tan angustiado que no obtuvo ni un poco de consuelo hasta que pensó en algo
que podría ser de ayuda; Yoongi fue el primero en saber que Taehyung era
una estrella, así como muchas otras cosas que él no sabía. Así que Yoongi era
quien podía aclarar sus escrúpulos interminentes.

Lo llamó esa misma tarde pidiéndole hablar, Yoongi aceptó y aseguró que
esa misma tarde iría.

Mientras tanto Jungkook seguía alterado al punto de sentir la ansiedad


recorrer cada ínfima parte de su ser. Su mente no estaba tranquila. Iba irse a
su habitación para intentar dormir un poco y así dejar de pensar, pero antes de
irse su mirada se detuvo en la carpeta que descansaba en la mesa de centro.
La carpeta que Yoongi le había dado hace dos semanas.

¿Debería leer lo que había ahí? De repente sintió que era importante.

Solo por curiosidad, tomó la carpeta y se sentó en un sofá de la sala. Demoró


unos segundos simplemente mirando la carpeta con aquella etiqueta que
decía "expediente no. 022".

Luego de un momento, se animó a abrirla.

Lo primero que vio fue lo que parecía ser un anuncio con la fecha de 1902,
muy viejo y descuidado a decir verdad, el papel café y desgastado hacía que
se notara que era una impresión de hace muchos años.

Leyó el encabezado de aquel anuncio:

"Testifican la desaparición de un infante de cinco años de edad proviniente


del orfanato Yeongsan".

Jungkook alzó una ceja con indiferencia, no entendía la relación de Taehyung


con esa información.

Quitó el anuncio y pasó a la siguiente hoja, a primera vista solo vio un


pedazo de periódico viejo, pero al comenzar a leer la noticia que se podía ver
en ese trozo de periódico, esta vez su ceño fruncido pasó a ser un rostro de
perplejidad, asombro, conmoción, no sabía cómo describir lo que estaba
sintiendo.

"La policía local encuentra examine el cuerpo de Kim Taehyung, el pequeño


huérfano de cinco años desaparecido.
Algunas personas aseguran haberle visto con un hombre de hombros anchos,
cabello negro y piel pálida, la policía sigue investigando.
No se detecta ningún tipo de agresión en el cuerpo y aún se desconocen las
causas de muerte.
Oremos todos por la paz de un alma inocente".
Leyó eso una y otra vez, hasta que pudo relacionar esa información con los
hechos que llegaron a ocurrirle. Aquella vez que la policía le dijo que había
un expediente de un niño desaparecido hace muchos años, se referían al
mismo Kim Taehyung. Pero por lo menos él sabía la verdad completa;
Taehyung no desapareció, dejó su cuerpo humano, para ser una esplendorosa
estrella.

Pasó a la siguiente hoja del expediente. Esta vez sus ojos se llenaron de
melancolía y su corazón rebosó felicidad, pues una fotografía en blanco y
negro yacía ahí, una fotografía de un pequeño niño de cinco años sonriendo
felizmente resaltando sus inocentes y tiernos ojitos entrecerrados como luna
menguante.

Sonriendo entre lágrimas, Jungkook tomó la foto con sus temblorosas manos
y, con su pulgar, acarició con delicadeza el rostro de Taehyung ahí. Lo
extrañaba tanto.

Despegó la mirada de la fotografía por un momento y vio el siguiente papel


del expediente, era una hoja blanca reciente, contrario a los otros papeles
cafés desgastados.

"Todo es real, no dudes nunca de lo que tenga que ver con Taehyung, ni
dejes que nada te separe de él.
Él sigue contigo, lo sé, pero esta es la nueva realidad y debemos vivir con
eso. No estanques tu vida, siempre intenta seguir adelante mientras lo
recuerdas, amalo como si nunca se hubiera ido y vive de la misma manera.

Atte: Min Yoongi, a quien Taehyung siempre quiso más que a ti"

Entre lágrimas de felicidad, Jungkook rió sintiendo las lágrimas deslizarse


por su rostro hasta caer sobre esa carta.

Todo ese tiempo, Yoongi jamás quiso hacer que olvidara a Taehyung.
Siempre quiso asegurarse de que no cayera ante las ideas de los demás. Si tan
solo hubiera leído todo eso antes, jamás habría gritado todas esas cosas que
estaba seguro que Taehyung escuchó.

—Lo leíste.
Jungkook reaccionó al escuchar esa voz y volteó, vio a Yoongi parado detrás
de él. Siempre entraba sin tocar.

Jeon limpió sus lágrimas y asintió.

—Debí haberlo leído antes...

Yoongi suspiró comprensivo y tomó asiento a su lado en el sillón.

—Temía que dejaras de creer en todo este asunto de Taehyung y que


olvidaras todo lo que pasaron ahora no está presente y, al parecer, estaba
sucediendo eso, ¿verdad? —preguntó. Jungkook apartó la mirada apenado
consigo mismo—. Esta bien, sé que fue por todo lo que te dijeron. De todos
modos, no creo que debas olvidar a Taehyung y dejarlo de lado para poder
seguir adelante, serás más feliz haciendo ambas cosas.

—Sí, lo sé —sonrió—. Lo sé.

Yoongi asintió y, para no poner triste el ambiente, cambió de tema.

—En fin, ¿de qué querías hablar?

Jungkook limpió totalmente sus lágrimas y se concentró en la importancia de


esa charla.

—Taehyung habló contigo muchas cosas que conmigo no, ¿recuerdas? Esas
cosas que solo tú creías —intentó no sonar desesperado por saber—. En
alguna de esas pláticas que tuviste con él, ¿dijo que podía moverse de su
lugar como estrella?

Yoongi se quedó pensando un momento, estaba recordando.

—Bueno, naturalmente las constelaciones siempre cambian de lugar por la


rotación de la tierra —comenzó a explicar. Jungkook asintió—, pero
Taehyung y la estrella grande a su lado son diferentes, siempre permanecen
en el mismo lugar porque es su deber cumplir los deseos de ésta parte de
mundo.

Jeon estaba asombrado por un nuevo conocimiento sobre Taehyung, pero eso
no calmó su preocupación por él.

—¿Y si llegara a desaparecer por qué sería?

Yoongi le miró curioso por esa pregunta.

—Eso no me lo explicó —respondió ligeramente asustado—. ¿Por qué me


preguntas eso? Él no desapareció... ¿verdad?

Jungkook apartó la mirada, aún sentía que era su culpa.

—Lleva días sin estar en su lugar... —contestó. Yoongi abrió los ojos
reflejando su temor y preocupación en ellos—. Antes de eso, le grité que
sería mejor si simplemente desapareciera y luego estuve ignorando lo que
tuviera que ver con él...

Yoongi se levantó del sofá con ímpetu y miró a Jungkook con un gesto
rebosante de enojo.

—¿¡Hiciste qué!? —expresó exasperado—. ¿Acaso olvidas que él te escucha


cuando le hablas?

—¡Estaba confundido! —espetó de vuelta—. Llegaron todos a confundirme y


realmente creí que tendrían razón y estaría todo mejor si me olvidaba de él, lo
siento... nunca pensé que esto pasaría.

Yoongi le miró por unos segundos, estaba dudando en qué responder.

—Jungkook, Taehyung no debe estar triste siendo una estrella, ¿recuerdas lo


que dijo que ocurría si estaba triste? —preguntó aún afligido. Jeon no
respondió, no recordaba—. Él no es humano, no sabe cómo controlar lo que
siente así que...

Con los ojos rebosando temor, Jungkook le miró esperando que concluyera
sus palabras.

—¿Qué?

Yoongi tragó saliva, sus ojos se veían llenos de lágrimas, pero se negó a
llorar y simplemente parpadeó para alejarlas.

—Intenta seguir hablándole, demuéstrale que estás arrepentido de haber


dudado de él y de haber intentado alejarte —murmuró—. Tal vez podamos
regresar todo a la normalidad.

Jungkook asintió desesperado, Min no había respondido su pregunta lo cual


hizo todo más preocupante.

Yoongi dio la vuelta para irse, pero se quedó parado sin dar un paso más.
Jungkook vio curioso sus acciones y lo vio voltear nuevamente, pero ahora
con los ojos más llorosos.

—Si algo le pasa, no me perdonaré jamás, pero mucho menos te perdonaré a


ti —dijo con la voz entrecortada—. Porque yo jamás le habría hecho esto y
aún así te dejé todo el camino libre...

Sin decir nada más o esperar una respuesta, Yoongi se apresuró a salir de la
casa y dio un portazo al salir.

Jungkook se quedó congelado en su asiento, pero no se detuvo a pensar en lo


que Min dijo ni en lo que significaba, solo se concentró en que tenía que
hacer algo por Taehyung rápido y eso era lo único que le importaba en ese
momento.

Sus pensamientos ya estaban claros, Yoongi le había ayudado a aclara todo.

Sus amigos intentaban hacer lo que creían correcto solo porque estaban
preocupados, pero en realidad eso jamás ayudó ni un poco a Jungkook.

Las cosas se vislumbraron con más claridad. El amor que sentía por
Taehyung jamás sería superado y estaba bien con eso. Podía imaginarse
soltero de por vida y sería feliz, pero no sin su amada estrella.

Con la mente clara, tomó una decisión; no olvidaría a Taehyung, viviría


plenamente y seguiría su vida, pero jamás lo dejaría de lado.

Sintió su alma renacer, pudo sonreír con sinceridad y pudo palpar la


ostensible manera en que su cuerpo recuperó la alegría. Entonces supo que
esa era la decisión correcta para una boyante vida.

Con el corazón alegre y lleno de motivación, Jungkook corrió de regreso a


casa. Ni siquiera se sintió cansado, su respiración estaba agitada, pero su
sonrisa jamás desapareció. Entró por la puerta cerrandola con fuerza detrás de
él, subió las escaleras entre risas y casi tropezando por llegar. Llegó a la
azotea y se quedó parado con la respiración agitada mirando al cielo, buscó
nuevamente el lugar en el cielo que conocía de memoria.

Pero de nuevo no lo encontró.

Su sonrisa se borró lentamente hasta que su gesto pasó a ser uno de absoluta
tristeza. La felicidad fue cambiada por una incertidumbre asfixiante.

Ahora eran tres días; tres días habían pasado sin verlo.

De repente comenzó a temer que la desaparición de Taehyung tuviera que ver


con la manera en que lo ignoró y las cosas horribles que le gritó.

En ese momento supo que debía seguir los consejos de Yoongi. Con suerte,
Taehyung aún le escuchaba.

—Taehyung, ¿puedes oírme aún? —comenzó a hablar con la voz temblorosa


—. Si te fuiste por lo que dije el otro día... lo lamento. Lamento mucho haber
dicho todo eso y haberte tratado como si no existieras.

Tragó saliva al recordar lo que había dicho, "sería mejor si simplemente


desaparecieras". Jamás había pensado eso de verdad. Apretó los puños y
quiso golpearse.

—N-nunca estuvo mal para mí hablarte y dejarte tantas cosas que te gustan,
sin embargo todos actuaron como si estuviera mal y realmente pensé que
tendrían razón... así que creí que al olvidarme de ti todo sería mejor —se
desahogó recordando ese momento—. Pero fue la peor semana que haya
tenido, dormía mucho para no pensar y siempre me sentía cansado, la comida
no tenía sabor, no quería ni siquiera despertar... si eso es lo que Jimin y
Hoseok creen que es estar bien, no quiero estarlo nunca.
Negó con la cabeza totalmente ido en los recuerdos. Tragó saliva y bajó la
mirada, no quería llorar, pero era difícil contenerse.

—Perdóname, jamás dejaste de hacerme feliz, vuelve por favor —rogó


apretando los labios para no llorar—. Déjame verte de nuevo.

Soltó algunas lágrimas esa noche.

Y, aunque Taehyung no apareció, Jeon no se rindió. Tomó asiento junto al


telescopio y se quedó mirando el cielo por horas esperando que Taehyung
volviera.

Y, cuando el sueño comenzaba a ganarle, decidió dar un último vistazo por el


telescopio. Estaba temblando, su mirada agachada estaba dudando en ver al
cielo; tenía miedo de no ver a Taehyung de nuevo. Hasta que, en un arranque
de valor, levantó la vista y miró de nuevo el mismo lugar.

Y ahí estaba él.

Estaba ahí de nuevo. Jungkook sintió le regresaba el alma al cuerpo, se le


llenaron los ojos de felicidad al verlo.

Al reaccionar, sonrió con plena alegría. Cuán boyante era verlo después de
casi haberlo perdido.

Esta vez estaba más motivado en hablarle al ver a su preciosa y amada


estrella luego de días sin su resplandor fulgurando la nubosidad de sus días.

—Volviste —susurró—. Realmente volviste.

Casi temblaba ante tanta conmoción, estaba tan feliz como nunca. Le
alegraba el alma volver a verlo.

Por un momento juró ver temblar la luz de Taehyung, pero lo dejó pasar y
simplemente siguió hablando, seguramente solo se debía a las lágrimas que
anegaban sus ojos.

—¿Estuviste bien? —preguntó—. Honestamente temía que algo malo


ocurriera, Yoongi también estaba preocupado, pero ahora-
Nuevamente vio la luz de su estrella parpadear. Eso ya no era normal.

—¿Qué pasa? —susurró frunciendo las cejas mientras intentaba buscar una
explicación.

En absoluto era normal. Cuando vio que esos parpadeos de luz se volvían
más constantes, sintió que su respiración se cortaba.

—Estrellita, ¿qué te está pasando? —cuestionó preocupado. Sintiendo la


ansiedad golpear con fuerza su estómago y su corazón estrujarse—. Dime
que no es nada malo.

Entonces, rememoró por fin a lo que Yoongi se refería antes. «Una estrella
puede morir de tristeza, por eso yo siempre estoy feliz» eso fue lo que
Taehyung le había contado en una cena. Y, según recordaba, cuando la luz de
una estrella comenzaba a parpadear, era como empezaba a perder vida.

Negó con la cabeza, se negaba rotundamente a creer que eso estaba pasando.

—No, no, Taehyung escuchame —imploró con desespero. La ansiedad le


estaba habiendo temblar—. Estrellita si esto es por lo que dije el otro día, por
favor perdóname.

Se le cortó la voz por el llanto, estaba al borde.

—Te lo suplico, por favor escúchame, nunca quise decir eso, ¡nunca quise
alejarme! —cerró los ojos y los apretó mientras hablaba, rogando desde el
fondo de su corazón que no le quitaran a su estrella—. Quiero seguir contigo
el resto de mi vida, no importa cuán lejos estés, nunca volveré a dudar de ti,
¡por favor perdóname!

Gritos cual imploro al cielo, el dolor de su garganta ante la potencia de sus


ruegos era ostensible, pero continuó suplicando entre lágrimas mientras veía
con sus propios ojos como su estrella se iba

La luz de Taehyung colapsó de momento, dejó de parpadear, se quedó


estática por unos segundos. Jungkook sintió que su corazón se detenía por
completo, porque en ese momento supo lo que seguía.
—No...

Como un destello que se apagaba, vio a Taehyung desaparecer sin dejar


rastro. Fue testigo de la explosión de una bella estrella. Vio a su preciosa y
amada estrella convertirse en nada más que restos y polvo de estrellas.

Jeon quedó totalmente paralizando por unos minutos, cada sentido de su


cuerpo dejó de funcionar; oídos sordos, vista desenfocada y se sentía mudo.
Un colapso interno del que no reaccionó sino a los minutos. Al regresar a sí,
notó que estaba temblando mucho, le dolía con fuerza el corazón y sentía
como si le golpearan el estómago con fuerza. Dejó su peso caer al piso sin
ánimos y sin fuerza, cayó de golpe sobre aquellas sábanas en el techo que
compartió con Taehyung cada noche, pero que ahora serían un simple
recuerdo de él.

—¡Taehyung! —gritó con dolor a pesar de saber que no sería escuchado.

No sería escuchado jamás.

Desearía regresar el tiempo, pero la estrella de sus deseos, ya se había


marchado a otra vida.
Capítulo 20

⚠ Capítulo muy largo.


Gracias a @cook_ie4 por hacer éste hermoso la historia♡

✧。・゚・✧。・゚・✧

Afrontar la desaparición de Taehyung destruyó hasta la más ínfima parte de


su felicidad.

Todas las noches lloraba, porque el solo mirar el cielo nocturno le hacía
recordarlo. Eran tan profundos sus llantos que realizaba ejercicios de
respiración para calmarse, no estaba para nada bien en ese aspecto. Y aunque
asistía a terapia dos veces por semana, nunca sintió una mejora.

Estaba tocando fondo. No veía sentido de seguir adelante, ya nada le


motivaba, ya nada le importaba. Se sentía perdido, sin rumbo y sofocado,
simplemente sin remedio.

Yoongi se dio cuenta por sí mismo de la desaparición de Taehyung y, desde


ese momento, no le volvió a dirigir la palabra. Jungkook lo veía pasar por su
facultad de vez en cuando, pero todo había vuelto a ser como si nunca se
hubieran hecho amigos.

Sea como sea, sabía que no había nada más que hacer, que aceptar el trágico
destino.

Por si fuera poco tampoco la estaba pasando bien en la universidad. Sus


profesores solían mencionar a Taehyung para herirlo y atacarlo, inclusive sus
nuevos compañeros hablaban de él creando rumores, estaba siendo una
tortura.

Tanto fue su pesar y dolor, que ya sentía que los psicólogos no funcionaban
para él. Estaba perdido, se sentía tan mal.

Una tarde se encontraba sentado en una banca del campus de la universidad


fumando un cigarro. Intentaba relajarse aunque en realidad no estaba
funcionando.

Pasos acercandose sonaron por el pasto hasta que dos chicos llegaron a
acompañarlo. Joohyun y Danwoo, ambos eran lo más cercano a amigos que
había conseguido en su curso. Siempre se acercaban a hablarle sin otras
intenciones más que convivir.

—Hey, Jeon, ¿quieres compañía? —pregunto Danwoo.

—De ser así lo habría pedido —respondió sin mirarlos.

Sin embargo ninguno se fue.

—Oye solo queríamos venir a relajar el ambiente después de tu pelea con el


profesor Junseok —dijo Joohyun—. Esa mención de tu novia fue
inapropiada.

Jungkook rememoró la pelea de hace unos momentos, su profesor intentó


burlarse de su situación y él le respondió con la misma ironía, ocasionando
una disyuntiva en medio de la clase.

—Es novio —corrigió aún indiferente—. Y no necesito que vengan a


decirme lo que es obvio.

—Bien, no hablemos de cosas obvias, cuéntanos qué ocurrió con tu novio —


dijo Danwoo sentándose con él—. Tal vez podamos ayudarte con su relación,
¿ocurrió algo malo?

¿Que si algo malo ocurría? Sí, pero no podía decir nada sin soltar un llanto
tormentoso.

Danwoo notó lo afectado que Jeon parecía, así que sacó bebidas de su
mochila y extendió una hacia Jungkook, quien lo miró extrañado.

—Cuando vas a contar algo que te afecta es bueno tener algo con qué
distraerte, bebamos algo mientras hablamos —explicó—. Podría ayudar.

Jungkook decidió ceder, dejó que aquellos dos le ayudaran, porque


necesitaba desahogarse de esas pesadas penas de zozobra. Quería un consejo
de lo que debía hacer. Ya no podía solo.

Tomó la bebida que le estaba regalando y asintió. Danwoo le sonrió.


Entonces les contó todo, omitiendo los hechos difíciles de creer y trágicos
como la muerte. Simplemente relató lo importante que fue Taehyung para él
y lo mucho que había marcado su vida, finalizando la historia con que éste se
había ido.

Al finalizar la historia, ambos estaban sin palabras.

Danwoo tragó saliva lentamente y le miró.

—No creí que estuvieras cargando con todo eso, lamento que se haya ido.

Jeon negó cabizbajo.

—Todo fue mi culpa.

—No creo que lo sea del todo, fuiste manipulado —respondió Danwoo de
inmediato—. Ambos tenían sus propios problemas, pero él probablemente
estaba sufriendo más de lo que crees.

Jungkook asintió suspirando, pensando en esa respuesta, hasta que Joohyun


habló.

—No lo sé, Jungkook también estaba sufriendo, ¿no? —comentó dejando


pensando a Jeon—. Dijiste que Taehyung te veía, ¿acaso no le importó?

—Joohyun —pronunció Danwoo a manera de advertencia.

Pero Jungkook ya estaba identificado con lo que dijo.

—¿Te ocurrió algo así?

Joohyun asintió y soltó un triste suspiro antes de relatar.

—Mi novia y yo teníamos una relación difícil a distancia —explicó—. Yo di


mucho por la relación, yo sufrí lo inimaginable, pero ella no tomó en cuenta
mi esfuerzo, así que simplemente desapareció sin aviso sin pensar en lo que
yo sentiría, ¿no es algo similar lo que pasaste? Ambos sufrían, pero él decidió
irse, él decidió dejarte y no luchar por ti.
Jungkook relacionó todo; él había soportado tiempo sufriendo, meses
dolorosos cuando seguramente Taehyung solo habría pasado horas, ¿tan poco
valía su dolor?

—Joohyun, no compares las cosas —espetó Danwoo—. Tu-

—No, tiene razón —dijo Jeon, soltando una corta risa dolorosa—. Él me vio
sufrir y nunca hizo nada, él sufrió menos que yo y aún así...

Al verlo tan ensimismado con una expresión de tragedia. Danwoo


nuevamente habló.

—Jungkook, no creo que-

—Gracias por ayudarme a aclarar las cosas —dijo levantándose de la banca


—, creo que esta es la única manera de seguir.

Tomó de golpe su bebida y, cuando estuvo vacía apretó la lata con la mano y
la arrojó con fuerza al bote de basura. Dio la vuelta para irse, pero al hacerlo
se detuvo, porque vio Yoongi parado ahí cerca.

Había escuchado la plática.

Yoongi le miró, la decepción, resentimiento y enojo eran sentimientos que


plasmaba con su mirada mientras lo veía. No dijo nada, pero no había falta
cuando ya le había dicho todo con esa mirada, solo dio la vuelta y se fue.

Jeon estaba odiando sentirse así de vulnerable y sensible. Así que ignoró
aquella mirada de Yoongi, si éste lo odiaba ya no debía importarle, ya no
importaría nada.

Y fue cuando decidió que ya no iba sufrir más. No quería vivir así,
simplemente si Taehyung se fue, él también seguiría su vida. Pero, para éste
punto, la única forma que tenía para seguir adelante, era olvidando todo lo
que tuviera que ver con Taehyung.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

La casa de Seojung, el padrastro al que tanto quiso evitar y al que ahora


volvería.

Seojung no había parado de enviarle mensajes e ir a visitarlo, le pedía una


charla para arreglar todo, pero Jungkook siempre se negó. Y ahora él mismo
sería el que regresaría a Seojung.

Tocó la puerta con fuerza, una empleada doméstica que conocía desde
pequeño le abrió, solo que ahora no parecía alguien explotada laboralmente
sino alguien feliz con su trabajo.

—Jungkook —le saludó sonriente—. ¿Vienes a ver a Seojung?

Jeon asintió y entró a la casa.

—Si está con alguna de sus parejas esperaré aquí hasta que calme sus
hormonas.

La empleada rió en voz baja.

—No, en realidad eso ya no pasa, está en su oficina trabajando —indicó—.


Puedes ir a verlo, le alegrará verte.

Jeon se encogió de hombros y asintió.

Ella dio una reverencia y se fue a otra parte de la casa para continuar con su
trabajo.

Jungkook notaba algo diferente en el ambiente de ese hogar.

Caminó hasta la oficina de Seojung, ni siquiera tocó y solo abrió la puerta


esperando encontrar una desagradable escena, pero no. La empleada tenía
razón, Seojung estaba sentado leyendo papeles a través de sus lentes de
aumento.

Seojung alzó la mirada y, al verlo, se congeló por segundos, hasta que


reaccionó con una alegre sonrisa y se levantó para caminar a él.

—Jungkook...
—¿Tienes tiempo para hablar? —preguntó.

El mayor asintió de inmediato y lo guió a un sofá de su oficina donde


tomaron asiento.

—Has cambiado —comentó—. No recuerdo la última vez que te vi más de


dos minutos sobrio, sin drogas ni nudistas alrededor.

Seojung bajó la mirada con una sonrisa tranquila, parecía rememorar algo
significativo.

—Tampoco sé qué ocurrió exactamente —le dijo—. Solo sé que una mañana
desperté y la esperanza de mejorar volvió a mí...

Jeon le miró extrañado de esas palabras.

—¿Qué?

—Esto fue luego de que vinieras con tu amigo, ¿recuerdas? Aquel chico de
cabello gris-

—Basta —interrumpió al no querer rememorar a Kim—. Evitemos esta


platica si tiene que ver con él, en realidad vengo por otra razón.

A pesar de la grotesca respuesta de Jungkook, Seojung continuó hablando


feliz de verlo.

—Bien, ¿qué necesitas?

Jungkook se quedó callado por un momento, pensando y realizando planes en


su mente.

—Necesito donde quedarme—respondió con la mirada perdida—. No quiero


volver a mi antigua casa... jamás.

Seojung frunció las cejas preocupado.

—¿Pasó algo?
Bajando la mirada, Jungkook negó, sacó el cigarro de su boca y lo sostuvo
entre sus dedos.

—No quiero volver al lugar que compartí con alguien que me dejó sin
importarle mi sufrimiento —masculló cada palabra con resentimiento y
tristeza—. No puedo estar en esa casa sin recordar, solo quiero irme de ahí.

—Uhm, ¿hablas del chico de aquella vez? —preguntó Seojung dubitativo—.


¿Él te dejó?

Jungkook solo asintió, sintiendo lágrimas acumularse en sus ojos.

—Sí, sin siquiera darme un aviso.

Seojung mordió su labio inferior, de alguna manera le resultaba poco creíble.

—¿Estás seguro? ¿Hace cuánto pasó? Tal vez simplemente-

—El me vio sufrir, por tanto tiempo me escuchó decirle lo destrozado que
estaba y cuanto ansiaba tenerlo conmigo —explicó totalmente dolido—. Me
vio tan triste por su ausencia y aún así se fue sin intentar explicarme... ¡me
dejó!

Al escucharlo tan roto, Seojung decidió no preguntar más y, con cierta


desconfianza, acarició la espalda de su hijastro, dándole consuelo.

—Uhm, tu habitación está impecable, podemos remodelarla si quieres...


puedes venir a vivir aquí el tiempo que quieras —rascó su nuca nervioso—.
Sé que la imagen que tienes de mí no es la mejor y así permanecerá hasta que
me permitas aclarar todo. Solo quiero ayudarte como debí hacerlo todo este
tiempo y te pido perdón por lo que te hice pasar.

Jeon no reaccionó inmediatamente. Estaba analizando esa disculpa que,


internamente, nunca dejó de esperar. Seojung fue por mucho tiempo la figura
paterna que más amó, tenía buenos recuerdos con él, es por eso que nunca
dejó de anhelar el momento en el que éste cambiara. Y ya había dado por
perdido ese deseo.

Sin embargo, ahí estaba frente a sus ojos, el padrastro que amó y odió, y
estaba hablando con un tono sincero que solo escuchó de su parte cuando era
un niño

Aun así no mostró sus emociones, simplemente asintió y aceptó toda esa
ayuda.

A partir de ese momento su futuro cambiaría y sabía eso, porque empezaría


un nuevo método de superación donde dejaría todo sentimiento en el olvido
para comenzar completamente desde cero.

Ya no aguantaba el dolor, ya no aguantaba sentirse sin salida y no ver


solución. Si Taehyung se fue, él también seguiría a su manera, sin importar
nada como él lo decidió.

✧ time later ✧

Cada quien encuentra la manera de seguir.

Jungkook siguió su vida y logró encabezar la empresa de Seojung.

Nunca concluyó sus estudios universitarios; el ambiente grotesco de ese lugar


solo aumentaba sus motivos para ir a terapia y, aunque amaba su carrera, su
situación emocional no soportó a sus profesores y compañeros.

Aún así, gracias a su inteligencia, logró liderar bien su puesto en la empresa.


Trabajaba casi todo el día por decisión propia.

Las cosas con Seojung se arreglaron luego de tanto tiempo juntos. Jungkook
descubrió que realmente el hombre al que tanto quizo de infante había vuelto.
Así que, aún sin saber las razones de su drástico cambio, le dio una
oportunidad de reconciliarse y pronto su relación padre e hijo funcionó, ahora
incluso podía llamarlo "papá" sin remordimientos.

Recuperar a su padre, había sido el único consuelo y el único hecho que


realmente le hizo feliz en esos años.

Pero él no fue el único que avanzó. Sus amigos ya se habían graduado


también. Hoseok en literatura y Jimin en un ingeniería.
Solían salir los tres juntos o visitarse de vez en cuando. Yoongi era otro tema.

Yoongi trabajaba en una importante editorial y pronto publicó sus propios


libros que obtuvieron relevancia y popularidad.

Y, aunque jamás volvieron a hablar ni arreglar las cosas, Jungkook lo


apoyaba en silencio y compraba cada uno de sus libros desde sus comienzos.

Esperaba que fueran libros de terror, temáticas oscuras o reflexivas, pero no,
se llevó la gran sorpresa de que Yoongi escribía más libros sobre amor. En
sus libros siempre mencionaba a aquel amor que nunca pudo ser, su amor
imposible al que nombró su "flor blanca". Jeon nunca supo quién era esa
misteriosa persona que Yoongi mencionaba tanto en sus libros, pero tampoco
pudo aclarar sus dudas ya que no hablaban.

¿Y qué pasó con él? Jungkook se sentía tranquilo, eso era algo parecido a la
felicidad, o eso quería creer.

—Señor Jeon.

Jungkook se concentró en el presente ante ese llamado.

—Sí, pase.

Jinsung, el gerente financiero de la empresa, entró a su oficina y caminó hasta


su escritorio.

—Jeon, ya casi son las seis, dijiste que debía dejar el día libre en nuestra área
por un asunto personal —dijo curioso—. Debe ser importante, casi nunca
tomas horas libres.

Jungkook suspiró nostálgico y asintió.

—Sí, es algo importante, gracias por avisarme—respondió dándole una corta


sonrisa—. Es todo por hoy, Jinsung, puedes ir a casa.

Jeon continuó firmando y escribiendo en su papeleo, hasta que, luego de un


minuto, se percató de que Jinsung no había salido de su oficina.
Alzó la mirada y le miró curioso y con una ceja alzada.

—¿Hay algo más pendiente, Jinsung?

Éste habló notoriamente nervioso.

—Algo sí, pero no tiene que ver con trabajo —comentó—. Recientemente
escuché algo que me sorprendió, ¿puedo preguntarte algo personal?

Despreocupado, Jungkook asintió con la mirada en sus papeles mientras


escuchaba.

—Solo dilo.

Jinsung mordió su labio inferior y, luego de segundos se atrevió a preguntar.

—¿Es verdad que tienes novio?

Jeon se congeló totalmente, su mirada se perdió y su bolígrafo quedó a


centímetros de la hoja que estaba a punto de firmar.

Reaccionó momentos después y regresó la vista a sus papeles.

—No.

Luego de responder, siguió trabajando como si nada, como si no estuviera


forzandose a no recordar ni sentir.

Jinsung frunció las cejas dubitativo.

—¿En serio? Tu padre dijo que tuviste un novio y que seguía contigo a
distancia —dijo intrigado—. De verdad me sorprendió, llevamos años
conviviendo juntos y jamás creí que te gustaran los chicos-

—¿Hablarás sobre mi orientación sexual ahora, Jinsung? —preguntó Jeon,


recargándose sobre el resplando de su silla ligeramente aturdido por la
mención indirecta de Taehyung—. Pasaron ya muchos años de esa relación y
no es un tema del que quiera hablar.
—Lo siento, creo que no me expresé bien, no quería era incomodar —
murmuró aún más nervioso—. En realidad, esa no era la pregunta principal,
solo quería aclararlo.

—Habla ya no quiero hacerme viejo esperando —bromeó Jungkook, para


calmar el ambiente y distraerse a sí mismo.

El gerente captó el mensaje y se notó menos tenso también.

Jinsung demoró unos segundos en hablar.

—Hace tiempo que lo pienso y, me gustaría que pudiéramos tener una


relación más cercana que la que ya tenemos —murmuró—. Y me preguntaba
si quisieras salir hoy en la noche... como una cita.

Jungkook se tensó totalmente, porque sabía lo que pasaría si aceptaba esa


salida.

El rostro de Taehyung llegó a su mente, aquel amor del que buscaba huir.

Vio a Jinsung por un momento, era joven, probablemente sería la edad que
Taehyung tendría si jamás se hubiese ido.

Ante ese pensamiento de inmediato quiso golpearse, quería dejar de pensar


en Taehyung, pero en esas situaciones no podía alejarlo de su mente.

Estaba mal, debía superarlo, debía aprender a seguir adelante.

—Bien.

Jinsung, sorprendido, le tomó un momento reaccionar.

—¿En serio?

—Hoy a las 6:00 pm en Flavors, es tu favorito, ¿cierto? —preguntó. Su


asistente asintió ilusionado—. Perfecto, haré la reservación.

—Perfecto —contestó ilusionado.


Jungkook solo le miró por unos segundos para sonreírle y, posteriormente,
volvió la mirada seria a sus hojas.

Jinsung salió emocionado de la oficina y, cuando Jeon se quedó solo, pensó


mejor las cosas y los contras llegaron a su mente.

No pudo concentrarse en el trabajo ante tantos negativos pensamientos, así


que decidió dejar todo para después y distraerse en ese momento. Dejó los
papeles de lado, tomó su abrigo del perchero y salió en busca de su auto para
ir a su nuevo destino.

Afuera el clima era nublado, tan funesto el cielo como la situación; se


cumplía un año más desde la muerte de Soojin.

Llegó al panteón cargando un ramo de flores moradas, porque esas eran las
favoritas de su mejor amigo. Avanzó por el camino que se sabía de memoria,
hasta que estuvo frente a la tumba de Soojin.

Suspiró con nostalgia y dejó cuidadosamente las flores sobre la lápida.

—Un año más, amigo, pasó rápido el tiempo, ¿no?

Continuó un rato más ahí disfrutando del silencio y la tranquilidad, con el


corazón contento al estar frente a la tumba de su mejor amigo. Pero se
desconcertó de su tranquilidad al escuchar pisadas en las hojas secas del
suelo. Curioso, volteó para ver quien se estaba acercándose y quedó más
sorprendido al ver a Hoseok casi temblando y con la mirada agachada.

Cuando Hoseok alzó la mirada, se topó con Jungkook de frente, éste le


miraba de una indescriptible manera y se sintió mal al creer que a Jungkook
aún no le gustaba la idea de verlo cerca de Soojin.

Bajando la mirada, Hoseok titubeó.

—-J-jungkook, no sabía que estarías aquí —titubeó—. S-solo quería visitarlo,


sé que te molesta, pero-

—Está bien —dijo sonriendo ligeramente. Hoseok levantó la vista y le miró


incrédulo—. Esto demuestra que todo quedó en el pasado.
Jung sonrió, parpadeó rápidamente para limpiar las lágrimas de sus ojos y
respiró lento para tranquilizarse, hasta que por fin reunió valor nuevamente y
se acercó con más confianza.

En silencio permanecieron frente a la lápida de aquel al que rememoraban


con alegría. Le hablaron en su mente. Los tres amigos reunidos sin rencores.

Tiempo después salieron del panteón juntos y se acompañaron en las calles


que coincidían con el camino de ambos.

El silencio entre ellos era notorio, Jungkook ya se sentía nervioso, porque


regularmente Jung mencionaba mucho a Taehyung.

Hoseok siempre supo lidiar con la situación, siempre recordó a Taehyung con
amor y cariño, es por eso que no le afectaba hablar de él. Pero Jungkook era
diferente, para poder salir adelante tuvo que intentar evadir a toda costa lo
que tuviera que ver con Kim.

—Supe que Yoongi tendrá una firma de libros —comentó Jungkook, para
acompañar con una charla el poco tiempo que compartirían de camino.

Hoseok le miró por un segundo y luego volvió la mirada al frente asintiendo.

—Sí, está emocionado por hablar con los fanáticos de sus libros, tal vez por
fin explique algo sobre esa persona que tanto menciona.

Jungkook lo volteó a ver, esta vez más interesado en el tema.

—¿También lo notaste? —preguntó. Jung asintió—. ¿Nunca les dijo quién


es?

Hoseok suspiró.

—¿Por qué no se lo preguntas tú mismo? Iré a verlo esta noche, puedes venir
—Jungkook dudó mucho y apartó la mirada—. ¿Qué fue lo que les pasó?
Cuando íbamos a la universidad creí que ya eran mejores amigos y de repente
se dejaron de hablar.
Jungkook nunca aclaró ese tema. Sabía que la razón por la que Yoongi no le
dirigía la palabra tenía que ver con la muerte de Taehyung y no enfrentaría
eso jamás.

—Tal vez algún día hable con él —respondió—. Ahora debo hacer algo.

—Vamos, deja el trabajo por un rato —le dijo—. Si te la pasas siempre en tu


oficina nunca podrás-

—Saldré con alguien —interrumpió el sermón.

Hoseok detuvo sus pasos, se quedó mirando a Jeon con asombro. Jungkook
paró también para ver a su amigo.

Jung nunca esperó eso, aún recordaba a aquel Jungkook que hace años juraba
una y otra vez que Taehyung siempre su novio y nunca dejaría de serlo.
Claramente la perspectiva de Jeon ya había cambiado y Hoseok no sabía si
era bueno o malo.

—Ya veo... —musitó nervioso—. ¿Con quién saldrás?

—Jinsung —contestó con un tono serio y sin emoción.

Jung le miró sorprendido. Conocía a Jinsung, lo vio las pocas veces que llegó
a visitar a Jungkook al trabajo.

—¿El gerente?

Jungkook asintió circunspecto.

Hoseok notó que Jungkook ni siquiera era feliz con la mención de ese chico,
ni mucho menos se veía entusiasta por aquella cita. Jeon solía sonreír con
cualquier mención de Taehyung, se notaba su alegría y amor. ¿Acaso
Jungkook ya no volvería a sentirse igual que con Taehyung? Y es que
Hoseok temía que Jeon estuviera a punto de resignarse y conformarse con
algo que ni siquiera quería.

—Sabía que se llevan bien, pero nunca creí que llegarías a sentir algo por él
después de-
—Se me hace tarde —interrumpió fingiendo una sonrisa—. Hablamos luego.

Dubitativo, Hoseok asintió.

—Bien, suerte con tu cita —le dijo. Jeon solo le sonrió a medias—. Y
Jungkook.

Éste lo volteó a ver por última vez.

—De verdad espero que seas sincero con tus sentimientos.

Se miraron a los ojos por un tiempo, hasta que Jung dio media vuelta y dobló
la esquina para irse por su propio camino.

Jungkook decidió ignorar todo lo que ocurría en su mente y se fue hacia su


auto.

Eran las seis en punto, llegó al restaurante prometido y, al ingresar, de


inmediato fue guiado a su mesa.

Al llegar vio a Jinsung ahí, se notaba lo mucho que se había esmerado en su


apariencia. Jungkook se sintió mal por no tomarle la misma importancia a la
cita.

—Llegaste temprano —dijo llamando la atención de Jinsung. Tomó asiento


frente a él—. ¿Ordenamos ya?

Las charlas amenizaron el ambiente, las bromas, los juegos y las risas
lograron hacer que ambos disfrutaran.

Para sorpresa de Jeon, esa fue una cena de disfrutó sin incomodidades.

Luego de aproximadamente una hora, decidieron ir a casa. Fueron en el auto


de Jeon y, en el transcurso del solitario camino, Jinsung puso música y
cantaba.

Una canción finalizó con un desentonado canto de Jinsung. Jungkook rió con
la mirada en el camino.
—Pon algo más tranquilo —espetó—. Me dejarás sordo si sigues cantando
eso.

Riendo Jinsung tomó su teléfono y comenzó a buscar.

—Bien pondré algo más calmado —musitó–. Ah, esta canción es hermosa y
muy romántica.

Jeon no le tomó interés a lo dicho por Jinsung solo siguió manejando.

Cuando Jinsung puso play a la canción, ésta comenzó a sonar en todo el auto
y Jeon de inmediato abrió los ojos sobradamente, apretó el volante con fuerza
y se quedó pasmado por los recuerdos que llegaron a su mente al reconocer
que, la canción que Jinsung puso, era una de las favoritas de Taehyung, una
canción que bailaron en navidad; la canción que sonó de fondo cuando se
dieron su primer beso.

—Quita eso...

Jinsung no hizo caso, solo le miró confundido. Jungkook sentía ansias que lo
descontrolaban.

—Dije que lo quites —repitió.

Jeon reaccionó impulsiva y rápidamente; descuidó el volante tomándolo solo


con una mano mientras giraba hacia Jinsung, se estiró hacia su lugar para
arrebatarle el celular a éste mientras el auto iba de un lado a otro
descontroladamente.

—¡J-jungkook! ¿¡Qué haces!? —exclamó Jinsung.

Finalmente Jungkook tuvo el teléfono en sus manos y de inmediato quitó la


canción. Una vez la canción cambió, retomó su lugar y su concentración al
camino.

Su mirada tensa estaba centrada al frente, como si no hubiera pasado nada.


Jinsung seguía mirándolo con preocupación.

—Odio esa canción —espetó Jeon.


Jinsung aún seguía impactado por lo recién vivido, miraba a Jeon esperando
una explicación, pero éste solo manejaba como si nada, aunque aún de notaba
la fuerza con la que sostenía el volante.

No quiso alterar más a Jungkook, así que simplemente cambió de tema y el


ambiente volvió a la normalidad.

Pronto llegaron a casa de Jinsung, Jeon se estacionó enfrente.

—Me gustó la cita —dijo Jinsung mirándolo con una sonrisa.

Jeon volteó a verlo con una tenue sonrisa solo para responderle.

—Fue... entretenido, supongo.

Aunque la respuesta fue corta y sin mucho entusiasmo, Jinsung se conformó


y bajó la mirada sonrojado.

—Me gustaría que tuviéramos otra cita más formal.

Jeon bajó las comisuras de sus labios poco a poco borrando la sonrisa que
tenía. ¿Una cita formal? Eso significaba dar un siguiente paso hacia algo
duradero, ¿quería eso?

—Lo pensaré después —contestó simplemente.

A Jinsung le brillaron los ojos de ilusión.

—Debo irme.

—Sí, ya es tarde —balbuceó concentrándose de repente.

Volteó para despedirse cordialmente, pero no pudo siquiera hacerlo; Jinsung


estaba mirándolo profundamente a los ojos mientras, poco a poco y con
nervios notorios, se acercaba a él.

Jungkook se pasmó completamente, no sabía cómo reaccionar ni cómo


sentirse.
Sus latidos estaban acelerados, ¿eso era bueno? Recordó claramente cómo
sus latidos se aceleraban cuando estaba con Taehyung. Tal vez era el mismo
sentimiento.

Jinsung seguía acercándose a él. ¿Realmente iban a besarse?

—No puedo —susurró Jeon deteniéndose totalmente antes de que sus labios
chocaran.

Jinsung abrió los ojos y ambos se congelaron por segundos. Hasta que
Jungkook se incorporó en su asiento soltando un suspiro y mirando al frente.
En ese momento se dio cuenta de que sus latidos acelerados solo eran por
incomodidad, no por nada como lo que sentía por Taehyung. Jamás sería
igual.

Jinsung también se alejó poco a poco hasta que se sentó aún mirándolo.

—En realidad... —murmuró con la mirada perdida—. Nada de ésto es lo que


quiero.

Jinsung no se alteró, ni una queja soltó, en cambio sonrió triste y le miró


lastimoso.

—Esto es por Taehyung, ¿verdad?

Inmediatamente Jeon volteó a verlo asombrado.

—¿Cómo sabes de él?

—Has dicho su nombre, lo mencionas sin darte cuenta —comentó bajando la


mirada—. Supongo que hay cosas que no has superado, ¿cierto?

—No hay nada que superar, solo me resigné —espetó—. Él me dejó y no hay
nada que yo pueda hacer.

El silencio posterior a su respuesta le hizo pensar mucho, porque tenía tiempo


que no mencionaba ese tema.

—Puedes dejar de actuar como si lo odiaras, cuando en realidad solo quieres


evitarlo porque no lo has superado —dijo Jinsung con una sonrisa labial. Jeon
le miró—. A pesar de todo... no quiero rendirme.

—¿Sobre qué? —preguntó confundido.

—Me gustas —expresó. Jungkook siguió con una mirada seria aunque se
sintió incómodo—. Y tal vez yo no te gusto ahora, pero en algún momento
tampoco te gustó Taehyung, y aún así logró enamorarte... tal vez algún día
podría tener una oportunidad como él.

Jeon no detuvo sus pensamientos esta vez, porque no le agradó para nada que
Jinsung se comparara con Taehyung. No sabía si llegaría a sentir algo por
Jinsung alguna vez, pero sabía que jamás sería como lo que sintió con
Taehyung, porque Taehyung no hizo nada para enamorarlo más que ser él
mismo, no tuvo "una oportunidad" él tuvo su corazón desde el comienzo. No,
jamás sería igual.

Entonces lo supo; no podía amar a nadie más que a Taehyung.

Jinsung salió del auto sin esperar una respuesta y caminó hasta que entró por
la puerta y cerró esta misma detrás de él, pero aún cuando éste se había ido,
Jeon no encendió el auto.

Se quedó en silencio y congelado, de repente cayendo en cuenta lo afectado


que Jinsung lo había dejado. Porque tenía razón, el odio que tenía hacia los
recuerdos con Taehyung era un simple método de defensa para no enfrentar
el dolor.

Tragó saliva y, con las manos ligeramente temblorosas, encendió el auto y


comenzó a manejar.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Con una mano al volante y otra sostenienso una botella de whisky que se
llevaba a la boca dando grandes sorbos, Jungkook manejaba a un lugar
incierto con la mente cada vez más perdida, justo como quería.

Era media noche ya, no quería llegar a casa y que su padre le diera un
sermón.

Manejó sin rumbo por un tiempo, hasta que el panorama se hizo conocido de
repente.

Había manejado hacia su antiguo hogar con Taehyung, aquel que había
dejado atrás todos esos años.

La curiosidad y la nostalgia, aunado a la gran cantidad de alcohol en su


sistema, le hicieron querer entrar de nuevo a ese laberinto de recuerdos.

Estacionó su auto en el patio delantero, muy mal estacionado cabe destacar, y


bajó cerrando la puerta con fuerza y sosteniendo la botella de alcohol en sus
manos. Buscó sus llaves en la bolsa de su traje y las halló, miró indeciso la
casa, dio un sorbo a su whisky y se limpió la boca bruscamente.

Entonces se animó a entrar.

Tambaleandose llegó a la entrada, inmediatamente los recuerdos llegaron


incluso mientras abría la puerta; la misteriosa llegada de Taehyung, la
primera vez que cruzaron miradas.

Logró abrir la puerta luego de varios intentos, el interior oscuro lo recibió,


ingresó a la entrada azotando la puerta detrás de él. Buscó el interruptor
tanteando hasta que lo encontró y, cuando encendió la luz, encontró todo tal
como la última vez que dejó esa casa.

Los dibujos de Taehyung decorando por doquier, sus fotografías juntos, todo
era la remembranza de los ayeres en los que realmente era feliz.

Caminó hasta la sala y arrancó un dibujo de la pared para verlo de cerca.


"Nuestro deseo" era el título del dibujo. Un dibujo donde Taehyung y
Jungkook se hallaban cultivando flores frente a una casa de campo, había un
cachorro con ellos y miles de árboles alrededor de su hogar. Ese siempre fue
el deseo de ambos, esos eran sus planes justo días antes de que éste se fuera.

Una lágrima cayó sobre la hoja del dibujo, los ojos de Jungkook estaban
inundados en lágrimas de tantas emociones que solo quería gritar y arrancarse
el corazón del pecho para no sentir.

—Si tan solo me hubieras dado una señal de que sufrías... —murmuró Jeon,
apenas pudiendo respirar por el funesto sentir de su corazón—. Si tan solo
hubieras resistido como yo, seguiríamos juntos... ¡yo habría resistido toda mi
vida!

Llorando arrojó su botella, casi vacía, al piso, viendo los vidrios esparcirse
por doquier. Rió con rabia entre lágrimas funestas.

—Intenté seguir contigo, lo intenté y fracasé, intenté vivir como si no


existieras y no sirvió, intenté todos estos años actuar como si te odiara para
convencerme a mí mismo y no puedo olvidarte —espetó cada palabra
mascullando con recelo y un trágico dolor—. Si tan solo me hubieses dicho
que ibas a dejarme... Namjoon bajó muchas veces igual que Seokjin, tú
pudiste bajar por una última vez y explicarme las cosas, pero no lo hiciste...
no lo hiciste, Taehyung.

Una pesadumbre arraigada como cadenas de tortura que estarían atadas a él


de por vida, así se sentía en ese momento al revivir desde el fondo de su
corazón aquellas situaciones que intentó fingir por años que no existían.

No sabía cómo sentirse, estaba temblando, una exuberante ansiedad causando


efectos tormentosos. Lloró, gritó, sollozó y jadeó, hasta que se quedó sin
fuerza.

Se dejó caer en el sofá, sus ojos se cerraron poco a poco mientras sentía que
se quedaba sin conciencia.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

De golpe despertó Jeon, abrió los ojos de par en par viendo el techo de la
habitación en la que tenía años que no dormía.

Se sentó en la cama y el dolor de cabeza conocido por la resaca le hizo soltar


quejas bajas. Aún con el dolor, se quitó la cobija y se levantó de la cama, de
inmediato se colocó sus zapatos negros que descansaban bajo la cama y, una
vez puestos, salió de la habitación.
Se sentía extraño estar en esa casa luego de tanto tiempo.

Al estar a punto de bajar las escaleras, se detuvo, porque escuchó ruidos en el


piso de abajo. Estaba confundido, porque no había nadie conocido que,
actualmente, pudiese estar ahí.

Al salir del trance, bajó las escaleras procurando ser silencioso. Llegó al
primer piso. Lentamente caminó a la cocina y los sonidos cada vez eran más
sonoros, la envoltura aún sonando, crujidos de galleta.

Caminó más rápido y pronto llegó a la entrada de la cocina. Se quedó parado


ahí, viendo de espaldas a quien se hallaba comiendo, éste dio la vuelta
lentamente hasta que por fin Jungkook lo vio.

—No tienes nada de comer aquí —dijo Namjoon quejándose mientras daba la
vuelta viendo la caja de galletas—. Esto sabe horrible.

La desilusión ya era algo a lo que Jeon estaba acostumbrado, desde que vio
esa espalda fornida, la altura y el cabello, supo que no concordaban con la
persona que estaba buscando. Aún así le dolió que no fuera él.

—Ya no vivo aquí —respondió—. Acabas de comer galletas que caducaron


hace años.

Namjoon dejó la galleta que estaba a punto de morder y tragó con asco el
bocado en su boca.

—Creí que ese toque rancio era canela —se quejó.

—¿Qué haces aquí? —preguntó directamente.

Namjoon limpió las migajas en sus manos y se recargó en la encimera.

—¿Cuánto pasó desde que Taehyung se fue de este planeta?

Jeon apartó la mirada, pasó su lengua en el interior de su mejilla e intentó no


verse débil o triste.

—Años, muchos años soporté yo, ¿cuánto tiempo pasó él allá arriba? —
preguntó con un tono sarcástico y dolor—. ¿Una hora tal vez?

Namjoon lo miró con molestia disimulada y suspirando respondió calmado.

—Las fases de superación que tienen los humanos me resultan


desagradables...

—¿Qué esperabas? No hizo ni el más mínimo esfuerzo por darme señales o


bajar como tú a verme aunque sea una vez —espetó—. Dímelo tú, ¿acaso él
sufrió como yo?

Namjoon continuó mirándolo cada vez con más intensidad.

—No voy a responder eso, puedo ver que éste no eres tú realmente. Te
hablaré con la verdad cuando salgas de tu etapa de odio —respondió—.
Vengo porque le prometí algo a Seokjin, no porque quiera escuchar la
persona en la que te convertiste...

La respuesta de Namjoon dejó a Jeon pensando. No fue hasta que Kim


comenzó a caminar, que Jungkook nuevamente le prestó atención y, mientras
lo miraba, encudriñaba su actitud.

—Parece que supiste superar lo de Taehyung mejor que yo —dijo con un


tono interrogativo—. A pesar de que probablemente conviviste más tiempo
con él.

Namjoon suspiró, no triste, pero con nostalgia.

—Así como Taehyung se mantuvo feliz aun después de la muerte de Seokjin,


yo debo seguir siendo el mismo incluso después de su trágica partida —
explicó—. No somos humanos, ustedes pueden sentir tantas cosas con una
sola situación que a veces logra confundirlos.

Jungkook escuchó esas sinceras palabras, que de inmediato relacionó con su


vida los últimos años.

De repente, Namjoon le arrojó una pequeña libreta de pasta gruesa color


morado. Jungkook la atrapó contra su pecho con ambas manos.
Miró la libreta y, posteriormente, a Namjoon.

—¿Ésto qué es?

Namjoon sonrió y metió ambas manos en las bolsas de su abrigo.

—Es una revelación... te ayudará.

Jeon, aún confundido, lo vio dar la vuelta y caminar.

—¿Qué?

Namjoon le ignoró y respondió otra cosa.

—Espero que pronto descifres qué es lo que quieres sentir realmente. La


calma no es lo mismo que la felicidad, puede que sientas que todo mejoró por
evitar tus tragedias, pero eso jamás te hizo feliz —le dijo aún sonriente—. Me
voy, buena vida, Jeon.

—Espera...

—Ah, una cosa más —murmuró Namjoon—. Cuando la vida decida que
estás listo, es cuando te dará lo que mereces, hasta entonces solo te queda
seguir mejorando... espero volver a verte pronto, Jeon.

En un parpadeo, Namjoon desapareció, dejando a Jungkook solo y con dudas


creciendo.

Miró la libreta en sus manos, temía abrirla, no quería más malos recuerdos,
pero decidió enfrentar las situaciones por primera vez.

Abrió la libreta y vio una caligrafía impecable en tinta negra adornaba las
hojas blancas de la libreta.

Comenzó a leer.

❝Hola, me llamo Kim Taehyung.


Yoongi me enseñó a escribir recientemente y también me regaló un "diario",
dijo que los diarios sirven para desahogarse, escribir sobre uno mismo o
cosas que no decimos a los demás.
Dejaré esto como la huella de mi corta vida❞

Con los ojos tristes y llenos de melancolía, Jungkook se pasmó. Le daba una
enorme sensación de nostalgia saber que todo eso fue escrito por Taehyung,
sentía como si estuviera con él mientras leía cada palabra.

Habían relatos divertidos, Jimin, Hoseok y Yoongi eran parte de muchos de


éstos. Yoongi mucho más, era muy mencionado y solo así Jungkook recordó
lo cercanos que ellos eran.

❝Bajé al planeta Tierra para cumplir un deseo a una persona importante,


debía darle una persona especial a Jungkook. Jamás pensé que esa persona
especial podría ser yo.

Sí, estoy muy feliz, pero sigo teniendo miedo de lo que pueda pasar❞

El final de esa nota hizo que Jungkook frunciera las cejas.

❝Mi cabeza duele todo el tiempo, me canso cada vez más rápido, mi
corazón no soporta mucho. Tal vez por eso Namjoon y Seokjin me
prohibieron bajar a la tierra.
A pesar de todo no me importa arriesgarme para seguir con él❞.

Con las manos temblando, Jeon pasó la siguiente hoja y entonces todo se
relacionó.

❝En realidad hay algo que no le he dicho a nadie...

Yo no puedo vivir en el planeta de Jungkook. No soy un humano, mi vida


ahora pertenece a las estrellas, no a la tierra, así que mientras esté en su
planeta, estaré perdiendo vida...

Solo tenía un tiempo límite como estrella para cumplir el deseo de Jungkook,
pero el tiempo pasó demasiado rápido y comencé a perder vida.

Jungkook no me creería si le cuento ésto, aún ni siquiera cree que sea una
estrella. ¿Saben quién me creyó siempre? Yoongi, él me creyó al instante.
Yoongi siempre ha sido y será mi humano favorito❞.
Las lágrimas mancharon las hojas del diario, Jeon leía con el corazón
destrozado de saber todo eso. Esa era la razón por la que Namjoon insistió
con tanta determinación en llevarse a Taehyung con él.

❝Siempre que pise la tierra mi corazón fallará, mi tiempo estará contado,


pero no temo morir, porque después de estar con Jungkook, iré con Seokjin y
le contaré de la maravillosa corta vida que tuve.

Googi, por favor sigamos juntos hasta que mi tiempo se acabe❞.

Más y más llanto, sus ojos ya dolían de tanto perlar.

Sorbió su nariz y, aún llorando, pasó la siguiente hoja.

❝Hace mucho que pasó mi tiempo para cumplir el deseo y mi vida de


estrella ha empezado a apagarse, no he estado muy bien.

Tengo miedo de decirle a Jungkook. No quiero que me aleje al no creerme,


pero no quiero ser un humano egoísta, Seokjin odiaba a esos humanos❞.

Jungkook sospechó lo que seguía después de esa nota, pero se armó de valor
y pasó a la siguiente.

❝Desperté a muchos años luz lejos de Jungkook, ni siquiera pude explicarle


las cosas. No tengo fuerzas, no puedo cumplir deseos y no puedo bajar a
verlo, no sé si podré recuperar la energía que perdí. Supongo que es el fin,
solo quisiera haber podido despedirme de todos❞

Apenas podía centrar su vista ante tantas lágrimas, pasó a la siguiente hoja
pero ya no había nada escrito. Ahí terminaba el diario.

No sabía cómo sentirse, desesperadamente siguió pasando las hojas en blanco


esperando encontrar algo más.

Y lo hizo.

Un sobre, que se hallaba guardado entre las hojas del diario, cayó al piso.
Jungkook se agachó y lo tomó.
"Para Jeon Jungkook".

Tragó saliva nervioso, abrió el sobre con las manos temblando y comenzó a
leer.

❝Esta es mi última nota.

Espero que la leas, porque hay cosas que quise decirte y no pude nunca.

Siempre te escuché, ¿sabes? Me dolió saber que llegaste a odiarme, me duele


saber que la última vez que te vi querías olvidarme, ¿todavía desearías
nunca haberme conocido?
Lamento no haber tenido fuerza para darte más señales, realmente lo intenté.

Deseaste que me alejara de ti, dijiste que sería mejor si desapareciera... No


sé si lo pediste con devoción, pero no quiero siquiera averiguarlo, solo
quiero que seas feliz.

Es mi deber como tu estrella cumpir tus deseos, ese es mi deber❞

Sollozó al leer eso. Deshecho en lágrimas, Jeon se dejó caer sobre la


encimera para llorar sobre sus antebrazos. Por eso Taehyung se había ido, esa
era la razón de su partida. Le dolió tanto el pecho al leer eso que tuvo que
detenerse un momento antes de seguir.

❝No hay más tiempo, solo quiero dejarte a ti mis últimos pensamientos❞

Al seguir leyendo, las lágrimas cambiaron de sentimiento, porque ya no era


más tristeza sino felicidad lo único que expresaban.

Mientras leía la última nota de Taehyung, su corazón se sentía sanando, con


cada palabra que le escribió logró disipar sus penas. Cada párrafo lo
guardaría en su corazón.

Y fue entonces que, por fin, luego de años y años, sintió esperanzas.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

❝Jungkook, googi, Jungoogi, ¿has estado bien? Espero que la respuesta sea
un "sí".

Quisiera poder explicar las razones por las que no volverás a verme, pero
todo es muy complicado. Mientras escribo ésto, no me queda tiempo, solo
quiero que sepas que no me arrepiento de haber estado contigo incluso si mi
vida se fue en eso❞.

—¿No vas a comer?

La pregunta hizo que Jeon volviera a concentrarse y mirara a su padrastro


sentado en el comedor desayunando con él.

—Sí... —respondió.

Pero aún así no comió, en cambio se quedó encudriñando con profundidad a


Seojung con una mirada minuciosa.

❝¿Recuerdas cuando fuimos a ver a tu padrastro?


Cuando lo vi supe que estaba sufriendo. Estaba atrapado en un vicio del que
quería salir, pero no podía por más que intentara.

Sé que lo odias ahora, pero también sé que lo necesitas❞

—¿Por qué tienes los ojos llorosos? —preguntó Seojung preocupado dejando
de comer para mirarlo.

Jeon ni siquiera se había percatado de que la tristeza lo iba hacer llorar de


nuevo, pero esta vez sabía que las lágrimas no eran de tristeza. Sus ojos
querían derramar lágrimas de felicidad pura, la esperanza nostálgica se
encendió hasta en el más recóndito lugar de su alma, porque Taehyung, antes
de morir, se aseguró de dejarlo en buenas manos.

❝Lo necesitas más de lo que crees y mi deber es buscar tu bienestar, así que
haré lo mejor para ti❞.

—Nada —contestó limpiando sus ojos rápidamente—. Uhm, nuestra reunión


comienza en 15 minutos.

Seojung asintió y acercó una mano al cabello de su hijo para sacudirlo con
cariño. Jungkook sonrió y miró a Seojung, quien también le sonrió antes de
volver al desayuno.

Definitivamente fue un gran apoyo.

Más tarde Jungkook se hallaba en un campo junto a su padre y varios


profesionistas analizando el terreno y los puntos favorables del lugar.

Los demás comenzaron a hablar apoyando la idea y dando aportaciones.

Jeon estaba parado escuchando sin mucho interés, con una lata de refresco en
una mano. De repente, al voltear con curiosidad, encontró algo que le llamó
la atención.

—¿Qué te parece a ti, Jungkook? —preguntó Seojung. Pero, al no obtener


respuesta, volteó a verlo—. ¿Hijo?

Jungkook caminó más al fondo de aquel campo, hasta que llegó a una zona
rodeada de árboles, el sol iluminaba bien toda esa zona con su luz cálida.

—Creo que te perdiste del camino, la junta es por allá —bromeó Seojung.

Jeon rió un poco, metió la mano que tenía libre en la bolsa del pantalón de su
traje negro y continuó mirando ese campo.

—Lo quiero.

Confundido, Seojung miró alrededor.

—No podemos construir aquí, tendríamos que talar y esa no es la idea —


comentó—. Aunque podríamos-

—Para mí —interrumpió Jeon, mirando a su padre con determinación—. Lo


quiero para mí.

Seojung, aún sin comprender los planes de su hijo, asintió.

—Okey, ¿y qué construirás aquí?


Jungkook solo le sonrió, bebió lo que le quedaba de bebida y dio la vuelta sin
responder nada.

Sonrió mirando por última vez el campo antes de irse. Se sentía bien haber
tomado esa decisión.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Más tarde, no regresó a casa con su padre, sino que tomó su propio rumbo
hacia un lugar importante.

Frente a una casa elegante Jungkook se encontraba parado. La casa de


Yoongi.

Descubrió que perder su amistad era uno de sus pesares. No sabía si podrían
recuperarla, pero por lo menos podrían arreglar las cosas.

Tocó el timbre y, tiempo después, la puerta se abrió.

El rostro de Yoongi se tornó asombrado, pero después intentó ocultarlo.

—¿Qué haces tú aquí?

Tragándose sus nervios y orgullo, Jungkook le mostró uno de los libros que
había publicado.

—Me preguntaba si el ermitaño de esta casa podría firmar mi libro.

Yoongi miró su libro en las manos de Jungkook. Nunca creyó que éste
comprara o leyera su trabajo. Pero disimuló su conmoción y aclaró su
garganta.

—El ermitaño no está en un evento de fans para firmar libros —respondió—.


Tampoco firma libros de egoístas que no controlan sus acciones, vete.

—Qué decepción —expresó con fingida lástima—. Tendré que comunicarlo


con el sitio de fans de Min Yoongi, estoy seguro que odiarán saber lo que le
has dicho a uno de tus fans.
Yoongi torció los labios y, ante eso, Jungkook quiso reír.

—Bien —espetó abriendo la puerta de su hogar—. Pasa mientras consigo un


bolígrafo.

Triunfante, Jeon pasó a la casa de Yoongi y cerró la puerta. Yoongi se fue a


una sala de estar, él lo siguió detrás.

Y, mientras Min buscaba en sus muebles algún bolígrafo, él miró alrededor.


Habían cuadros de pintura, ostentosas decoraciones y lo que más le llamó la
atención fue un elegante cuadro enmarcado donde se encontraba un dibujo
hecho con crayolas. Jeon frunció las cejas y se acercó para tomar ese dibujo
en sus manos, lo miró de nuevo y reconoció los trazos de Taehyung.

Eran Yoongi y Taehyung dibujados tomados de las manos.

—¿Lo dibujó él? —preguntó de la nada.

Yoongi volteó para ver a qué se refería y, cuando lo vio observando aquel
dibujo, supo que se refería a Taehyung. Solo asintió en silencio y apartó la
mirada.

Jungkook regresó el dibujo a su lugar, al perecer Yoongi guardaba bien los


recuerdos de Taehyung.

Continuó mirando y encontró un hermoso marco donde habían varias


fotografías de Yoongi y Taehyung. En un parque, en el estudio de Yoongi, en
el hospital, en varios lugares en los que estuvieron a lo largo del tiempo.
Todas las fotos eran selfies tomadas por Taehyung y Yoongi sonreía en todas
ellas.

Un minuto después, Yoongi se acercó a él con un bolígrafo en mano.

—El libro —pidió extendiendo la mano.

Jungkook se lo dio de inmediato, viéndolo firmar por delante y poniendo una


nota.

—No sabía que pasaron tantos momentos juntos —comentó señalando el


cuadro de fotos—. Tú y Taehyung, no recordaba lo cercanos que eran.

La mirada de Yoongi se perdió y, tiempo después, volvió a concentrarse en


firmar.

—Pasamos más tiempo juntos del que crees.

Jeon asintió y esta vez se quedó en silencio.


Segundos después, Yoongi le entregó el libro firmando.

—¿Satisfecho? —preguntó con seriedad. Jungkook sonrió—. Bien, puedes


irte ya.

—En realidad, uhm, también vine para... ya sabes, lo del libro fue una
excusa, yo quería —balbuceó. Yoongi le miró con las cejas fruncidas al no
entender. Así que se calmó y fue al grano—. Quiero disculparme.

El gesto de molestia desapareció del rostro de Min, pero le miró aún serio.

—¿Por qué?

Jeon suspiró y se encogió de hombros.

—No sé exactamente —contestó—. Se que hice mal las cosas con el tema de
Taehyung y, también sé que no todo es mi culpa, pero lo arruiné todo contigo
también, así que lo siento.

Yoongi le analizó minucioso, no respondió inmediatamente.

—¿Dejaste ya de pensar mal de Taehyung? ¿Dejaste de creer que él fue


egoísta por "no resistir lo que tú"? —preguntó ala defensiva. Jeon bajó la
mirada y asintió—. Eso espero.

—Entonces... —murmuró—. ¿Aceptas mi disculpa?

La mirada de Yoongi era de duda e indecisión, bajó la mirada por un


momento y luego volvió a mirarlo a él.

—Lo pensaré —respondió dubitativo—. Es doloroso para mí verte, no puedo


evitar odiarte por...

—¿Por? —insistió Jeon.

—Olvídalo, tengo mis propios problemas —apartó la mirada—. Debo pensar


las cosas.

Jeon suspiró rendido y asintió, iba dejar las cosas así e irse, pero cuando dio
un paso hacia la salida, decidió que ya no quería guardar nada.

—De alguna manera, en aquellos años de la universidad en los que


hablabamos, realmente te consideré mi mejor amigo sin siquiera saberlo —
comentó sonriendo hacia la nada. Yoongi le miró casi asombrado—. Es raro,
¿cierto? Pero espero que algún día vuelva esa rara amistad sin muestras de
afecto que teníamos.

Yoongi nuevamente se quedó totalmente en silencio mientras le miraba irse,


pero esta vez no dijo nada más.

Y despidiéndose con un "adiós", Jungkook se fue.

De regreso a casa, se sintió con un peso menos en sus hombros, aunque la


respuesta de Yoongi aún era un enigma.

Pasó por un callejón para llegar a casa rápido y, al atravesar el lugar, escuchó
un ladrido fuerte.

Volteó ligeramente temeroso de que se tratara de un perro peligroso. Y se


encontró con un perro doberman de pelaje café.

Le tomó unos minutos analizar su estado. Parecía ser callejero, se notaba que
estaba hambriento y solitario.

Jungkook sonrió y decidió hacer lo correcto.

Se acercó al can y lo acarició con cariño.

—A él realmente le habrías agradado, mi estrella quería una familia grande


—comentó riendo con nostalgia—. Y tú serás parte de nuestra familia...
Desde ese momento un compañero se unió a él e hizo menos tristes las demás
situaciones.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

❝No sé cómo seas en éste momento mientras lees esto, quisiera saber qué
fue de tu vida.

No lo sé, solo espero que sigas siendo todo lo bueno que conocí de ti❞

Jungkook tenía un nuevo objetivo ahora y eso lo tenía motivado. Todos los
días, después del trabajo iba directamente a su nueva casa en el campo para
terminar de construir el hogar de sus sueños.

Esa tarde fue igual, llegó del trabajo y se cambió su traje por ropa casual y
botas de trabajo.

El timbre sonó y Jungkook bajó a abrir.

❝Espero que tus amigos sigan contigo. Sé que no te gusta aceptar muchas
cosas, pero sé que su compañía te hacía muy feliz❞

—¡Trajimos botanas! —exclamó Jimin—. Y refrescos baratos de la máquina


porque se nos hizo tarde para pasar a una tienda... tal vez no debí decir eso.

Riendo Jeon lo recibió en su nuevo hogar en el campo. Posteriormente pasó


su mirada a quien seguía en la entrada, era Hoseok y alguien detrás de él.

—Adivina quién aceptó venir a acompañarnos a arreglar tu nueva casa —dijo


Hoseok emocionado. Se hizo a un lado y un chico fingiendo seriedad le miró
—. El mismísimo Min Yoongi, éste es el reencuentro que he estado
esperando. Arreglen las cosas, ¿pueden?

Sin decir nada más, Hoseok dio un apretón de hombros a ambos, les dedico
una sonrisa y, se fue adentro con Park.

Yoongi aclaró su garganta y, aunque se notaban sus nervios, su rostro


intentaba permanecer indiferente.
—Me obligó a venir —dijo Yoongi.

Jungkook rió.

—Sí, claro.

Yoongi suspiró y le miró a los ojos.

—En realidad... algunos de mis libros tratan sobre dejar ir, sería hipócrita de
mi parte escribir sobre eso y yo no poder dejar ir un resentimiento que puede
ser sanado —dijo con seriedad—. Acepto tu disculpa.

Sonriendo Jeon le miró con una cálida sensación en el pecho.

—¿De verdad?

Yoongi asintió.

—Supongo que tenías razón —comentó. Jeon le miró confundido—. Tal vez
ambos éramos mejores amigos, sin quitarle su lugar a Soojin, claro está.

Jungkook estiró una mano, Yoongi le sonrió y la estrechó con la suya.


Posteriormente se acercaron y se dieron un rápido abrazo con una palmada en
la espalda.

—¿Eran mejores amigos? —dijo Jimin confundido interrumpiendo el


momento—. Siempre creí que se odiaban, ¿o acaso esa cara de amargados es
su forma de decir "te quiero"?

Riendo, todos ingresaron al hogar.

—No seas tan Jimin —bromeó Yoongi.

Reclamando entre risas, Jimin le arrojó frituras a Yoongi, mientras los demás
reían y disfrutaban el ambiente.

—Bien —dijo Hoseok dando un estruendoso aplauso para llamar la atención


—. Hora de trabajar, hay mucho que hacer.
Asintiendo, todos tomaron posiciones, Hoseok pintaba, Jimin atornillaba bien
las ventanas y puertas, mientras Yoongi y Jungkook discutían sobre el orden
de las flores del jardín.

Al final sí seguían siendo un gran equipo.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

El tiempo pasaba, los recuerdos no.

Jungkook se sentía bien después de tantos años de martirio. Podía pensar en


Taehyung sin que pensamientos suicidas y de odio le invadieran y no se
sentía estancado en ningún aspecto.

❝¿Eres feliz, Jungkook?


Realmente quiero que lo seas.

No podré estar contigo los mejores años de tu vida, pero estuve en los que
me necesitabas.

Después de todo, para eso desearon una estrella❞.

Una moderna casa estilo colonial, grande y con areas al aire libre. Un enorme
campo y jardines delanteros llenos de flores.

Jungkook disfrutaba vivir así.

—¡Bam! Fuera de las flores —indicó Jungkook, vestido con ropa de campo
cómoda y un sombrero cubriendolo del sol. Arrojó la pelota lejos—. ¡Allá va!

Bam era el nombre de aquel perro al que adoptó, un enorme can con lindos
ojos.

❝Yo siempre fui feliz con lo que tenía, no sentía la necesidad de pedir
deseos, pero lo único que anhelaba era vivir algo en especial. Mi último
dibujo refleja lo que más anhelaba vivir contigo, dibujé mi deseo, pero jamás
pude pedirlo...

Era nuestro deseo, ¿aún lo recuerdas? Ibamos a construir nuestra casa de


campo y vivir felices ahí. Y lamento no haberlo podido cumplir... ❞

Jungkook tomó asiento en una silla mecedora de madera que estaba frente al
jardín frente a su casa, desde donde podía ver todo el campo y a Bam correr
por todo el lugar.

De la bolsa de sus pantalones, sacó una hoja perfectamente doblada y


conservada en excelentes condiciones. La desdobló y miró aquel dibujo de
Taehyung titulado "nuestro deseo".

La casa de campo, el ambiente relajante, el jardín, bam corriendo y jugando


mientras el atardecer del cielo decoraba la vista. Era la representación
perfecta del dibujo.

Con una sonrisa, suspiró seguido de una sonrisa.

—Cumplí nuestro deseo, Taehyung —murmuró conmovido—. Lo logré.

❝Ojalá desde un principio hubieran deseado que tu estrella se quedara


contigo hasta el final❞

El sol se fue y las luna llegó de visita junto a las estrellas.

Bam ya se encontraba dentro de casa durmiendo. Mientras Jungkook


desempacaba aún algunas últimas cosas en su habitación.

Colocó algunos cuadros, ropa, libros y, lo más importante, a panquesito en


medio de su cama descansando. Sonrió al verlo.

Posteriormente decidió salir a su balcón para relajarse un poco antes de ir a


dormir.

El aire frío le recibió acariciándolo con delicadeza. Se recargó en el barandal


y miró el cielo.

❝Pero no importa, aún podemos desearlo nosotros mismos, ¿cierto? ❞

Las comisuras de los labios de Jungkook se curvearon.


❝Quiero pedir un deseo por primera y última vez, lo pediré con los últimos
respiros de mi vida y espero que se cumpla.

Pide un deseo también para volver a estar juntos. Sé que desearemos lo


mismo, pero solo si de verdad lo anhelas con el alma y el corazón, se
cumplirá❞

Jeon cerró los ojos, vaho saliendo de sus labios, un corazón alegre le hizo
sentir una ataraxia mientras se preparaba para decir en voz alta su último y
más querido deseo.

❝Y si de verdad deseaste lo mismo con devoción...

—Deseo... estar con Taehyung por una eternidad, para poder cumplir lo que
tanto queríamos ambos —pronunció sintiendo cada palabra—. Ese es mi
único deseo de por vida.

Nos reencontremos en otra vida❞.

Abrió los ojos, miró nuevamente el cielo, casi jura ver una estrella iluminarse
con mucha intensidad, como un parpadeo de luz intensa. Ubicó a Namjoon, la
estrella grande, y la estrella que había parpadeado era la estrella a un lado de
él, ¿ese no era el lugar de Taehyung?

Era el lugar de Taehyung, siendo ocupado nuevamente después de tanto


tiempo... ¿qué significaba eso?

Decidió no hacer más conjeturas, probablemente las demás estrellas ocuparon


el lugar, no quería ilusionarse con ideas que podían ser equivocadas.

Simplemente suspiró y se concentró de nuevo en su deseo recién pedido y


estaba ilusionado. Porque sabía que su deseo lo pidió de corazón y sabía que
se cumpliría.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Había olvidado lo que se sentía ser feliz, pero en los últimos días realmente
sintió la diferencia de su vida antes de las cartas de Taehyung.
❝Pensándolo bien, no sé si desearás lo mismo que yo... ni siquiera sé si
quieres volver a verme. Tal vez, sigues deseando no haberme conocido.

Seguro han pasado muchos años en tu planeta, así que tal vez, en el momento
en que leas esto, ya tengas otra persona especial a tu lado.

Si es así, me alegro mucho por ti. Yoongi me dijo que a veces, aunque ames
mucho a una persona, debes dejarla ir, porque la amas tanto que solo
quieres verla feliz no atarla a ti.

Si ya tienes otra persona especial, espero que seas muy feliz con esa persona.
Y si no es así, espero seguir siendo tu estrellita por un tiempo más, hasta que
llegue alguien a ti. Después de todo, no todo es para siempre, ¿verdad?❞.

—Jungkook...

Jeon, quien estaba tomando sus cosas de su escritorio para irse temprano del
trabajo, vio a Jinsung entrar.

—Si traes más papeleo me arrojaré por la ventana —bromeó.

❝Me pregunto cómo será la persona que pueda estar a tu lado si ya no me


amas a mí. Tal vez te haga reír mucho❞.

—Si lo haces dime dos minutos antes para llamar a la ambulancia —


respondió, disminuyendo sus risas poco a poco—. No, en realidad, tengo
ganas de ir a bailar un poco a un club, tal vez a tomar algo también y me
preguntaba si quieres venir conmigo.

❝Tal vez muchos huyan de ti, considerando que para lograr hablarte debe
soportar indiferencia de tu parte, pero si esa persona aún sigue contigo a
pesar de eso, probablemente te quiera de verdad❞

—¿Un club? —repitió Jeon—. Yo no voy a esos lugares, dicen que la gente
siempre se pierde a sí misma ahí y terminan relacionándose con cualquiera.

—Uhm... lo sé —emitió sonriendo—. Por eso creí que tal vez podría ser
nuestra segunda cita.
❝Pero, me pregunto si tú sentirás lo mismo por esa persona❞.

—No —respondió Jeon, posteriormente miró a Jinsung—. Lo siento, no


daremos nunca ese siguiente paso.

La desilusión hizo a Jinsung sufrir más de lo que pensó, pero aun así, solo
sonrió y asintió.

—Y no quiero que sigas insistiendo o confundiendo las cosas, acepté una


primera salida porque mi estado anímico estaba desequilibrado, pero ahora sé
qué es lo que quiero —espetó—. Y lo que quiero es lo que he estado
haciendo a lo largo de mi vida, que es mejorar yo sólo y sin la necesidad de
una pareja, más que de mi estrella.

Jungkook pasó a su lado luego de tomar sus cosas y sacudió sus cabellos con
cariño, pero un cariño muy lejano al de él.

—Lo siento, yo no podría amarte a ti cuando ya amo a alguien más —le dijo
—. Sé que puedes conseguir algo mejor que eso, no soy tu persona especial.

❝Solo quiero que, lo que sea que hagas y cualquier decisión que tomes, lo
hagas pensando en ti, en lo que quieres y en lo que te hará feliz❞

Jeon siguió su camino al ver que Jinsung no reaccionaba y no le respondería.

Se sentía mal por Jinsung, pero también sentía libre después de aclarar las
cosas. Era mejor así.

❝Mientras tanto, yo sigo teniendo esperanzas. El tiempo volverá a reunirnos


si ambos lo deseamos de verdad, ¿cierto?❞

Salió del edificio, se quedó parado en la lujosa entrada viendo a la gente


pasar por esa importante zona.

Suspiró, sintió el aire refrescante chocar con su rostro y miró el cielo.

❝Solo me queda decirte una última cosa

—Donde sea que estés ahora, Taehyung...


Te amo y siempre lo haré...

—Te sigo amando solo a ti —susurró con palabras sinceras—. Esperaré


nuestro reencuentro, porque eres el amor de todas mis vidas.

Sonriendo, volvió la mirada al frente y tomó bien su portafolio dispuesto a ir


a casa. Acomodó su saco mientras bajaba las escaleras del edificio mientras
pensaba. ¿Tener a otra persona especial? Taehyung realmente llegó a creer
que podría conseguir a alguien que lo remplazara y, aunque Jungkook llegó a
pensar que así sería, siempre supo que eso no era lo que quería.

En algo Taehyung se había equivocado, porque Jungkook sí creía que había


cosas que podían durar para siempre. Y ambos eran un claro ejemplo.

Amó a Taehyung, lo amó como jamás volvería a amar a nadie y era feliz con
eso ahora que, gracias a la última carta de Taehyung, supo que éste sentía lo
mismo por él.

Ten una buena vida, googi❞.

Al final, si ambos deseaban lo mismo, podrían cumplir todos los deseos que
pidieron en esa vida. Nada estaba perdido, Jungkook podía vivir tranquilo y
feliz sabiendo que le esperaban muchas vidas futuras junto a Taehyung.

Era el amor de todas sus vidas, así que al final volverían a reencontrarse,
¿cierto?

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
Final
Drawing by: @kokimotochan, hecho para esta historia.♡
Alguien solo lo adaptó a ésta versión.

✧。・゚・✧。・゚・✧

La vida del campo le sentó bien en todos los aspectos. Era tranquila, lejana a
la ciudad, de las personas y por ende, del estrés.

Era feliz, Bam le hacía compañía siempre, sus amigos lo visitaban seguido,
más Yoongi ahora quien , oficialmente, eran su mejor amigo.

Pero había algo por lo que Jungkook no se sentía realizado. Nunca terminó su
carrera universitaria. Sus traumas de aquel tiempo le hicieron abandonarla
por salud mental. Y, aunque sabía que fue una buena decisión haber salido de
ese ambiente en ese entonces, jamás volvió a ingresar a la carrera.

Recordaba una página en el diario de Taehyung que decía

"Jungkook ama las matemáticas, estudia para ser un gran matemático y sé


que lo logrará.
Y cuando lo haga, estaré muy orgulloso de que haya cumplido su sueño. Seré
el más feliz en su graduación".

Jamás cumplió su sueño.

—¿Hola? ¿Está Jungkook ahí adentro? —espetó Yoongi, pasando una mano
frente al rostro de su amigo.

Jungkook reaccionó, miró a Yoongi, sentando en una silla a su lado y río.


Ambos estaban en el patio de su casa simplemente charlando y bebiendo algo
en medio del atardecer.

—Estaba teniendo una epifanía —se quejó jugando—. Tal vez era dios quien
me hablaba, gracias por interrumpir.

Yoongi rió mientras daba un sorbo de su cerveza.

—Escribiré un libro de todas las estupideces que dices luego de perderte en tu


mente —comentó—. Mi primer libro de comedia.
Ambos rieron y, por un momento, Jungkook se quedó mirando a Bam correr
por el campo. Hasta que, segundos después, se decidió totalmente a hablar.

—Quiero volver a la universidad.

Yoongi bajó la cerveza a la que estaba a punto de tomarle y le miró


asombrado.

—Definitivamente agregaré ese comentario al libro —contestó—. El título de


ese capítulo será "¿Realmente Jungkook dijo ésto o es otra epifanía de
Jesucristo?"

Jeon rió tenuemente con la mirada perdida, posteriormente volteó a ver a su


amigo.

—Sabes que la dejé por el ambiente y por mi salud emocional, pero yo amaba
mi carrera, siempre soñé con el día en que pudiera graduarme —explicó—.
Realmente quiero volver, quiero hacer algo más por mí.

—¿Seguro que eso es lo que quieres?

Jungkook no dudó ni un segundo en responder.

—Estoy seguro.

Al verlo tan motivado, Yoongi regresó la mirada al frente, bebió toda su


cerveza y dejó la lata en el pasto. Y, con determinación, se levantó de su silla.

—Vamos.

Confundido y con una ceja alzada, Jeon le miró.

—¿A dónde?

—A jugar a las princesas, imbécil —respondió irónico—. Claro que a buscar


opciones para tu futura universidad.

—¿De verdad? —preguntó ilusionado—. ¿Tan rápido?


Yoongi asintió.

—¿Por qué pensarlo más? No vale la pena desperdiciar el tiempo.

Riendo emocionado, Jungkook asintió y se levantó también.

—Eres el mejor amigo menos horrible que existe.

Min rodó los ojos mientras reía.

Ese día ambos la pasaron investigando y visitando universidades y ofertas


educativas. Analizaron mucho las opciones, Jungkook agradecía tener la
opinión de alguien sabio y serio como Yoongi para tomar la decisión.

Una escuela privada fue su mejor opción, de alto nivel, podría trabajar en la
empresa y estudiar a la vez. Las personas que estudiaban ahí eran
superficiales y clasistas, pero Jungkook ya no le tomaba importancia a la
gente, solo a sí mismo. Su edad no afectó su rendimiento, además seguía
luciendo joven.

Se inscribió y pronto comenzaría a reanudar su primer triunfo personal.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Llegaba a ser estresante tener que ir a trabajar después de haber soportado a


sus compañeros de la universidad, pero Jungkook jamás se rindió.

Yoongi, Hoseok y Jimin estaban siempre ahí para apoyarlo, a veces con el
trabajo, a veces con las tareas de la universidad, pero siempre lo ayudaban y
gracias a eso podría graduarse con honores.

Esa mañana se levantó muy temprano, se arregló, se perfumó y peinó bien


sus largos cabellos.

¿La razón? 30 de diciembre, una fecha especial.

Jimin, Hoseok, Yoongi y Jungkook decidieron que, cada 30 de diciembre,


todos se reunían y pasaban un rato para honrar la memoria de Taehyung en el
día de su cumpleaños.
Era una fecha importante y significativa para todos, pero para Jungkook
muchísimo más.

Por esa ocasión, la reunión no sería en ninguna de sus actuales casas, sino
que decidieron ir a la antigua casa de Jungkook, donde vivió Taehyung.

Estaban emocionados de volver.

Cuando estuvo listo, tomó las llaves de su auto y, luego de despedirse de


Bam, emprendió camino hacia su antiguo hogar.

Eran las 7:00 pm, el cielo ya estaba oscuro, las estrellas se veían. En un
semáforo en rojo, Jungkook miró hacia el lugar de Namjoon, e
inconscientemente también miró a la curiosa estrella a su lado. Seguía
preguntándose quién podría ser esa peculiar estrella. Cuando Taehyung se
fue, ese lugar quedó vacío por años y, de un momento a otro, al pedir su
deseo aquella noche, el lugar se ocupó. Quería responderse esa pregunta, pero
solo podía aumentar su curiosidad. El semáforo cambió a verde y tuvo que
dejar de ver a la estrella para seguir avanzando.

Llegó minutos después, se encontró el auto de Yoongi ya estacionado ahí y,


por ende, Jimin y Hoseok también estaban con él, pues era el que los iba a
traer y a dejar a casa.

Estacionó su auto junto al de Yoongi, tomó en sus manos el pastel que


descansaba en el asiento de copiloto y bajó.

—¿Planeabas llegar mañana? —preguntó Yoongi de inmediato—. Ya me


dolían las piernas.

—A eso se le llama envejecer —comentó Jimin, todos rieron.

Caminaron a la entrada y, una vez que Jeon abrió, entraron cada quien
cargando sus cosas.

—Vaya, ha pasado mucho tiempo desde que entré —comentó Hoseok


mirando alrededor—. Todo es exactamente como lo recuerdo.

—Miren, el dibujo que Taehyung hizo de todos —señaló Jimin. Todos se


acercaron a verlo—. Nos dejó los mejores recuerdos.

Jungkook sonrió totalmente alegre y asintió.


Taehyung siempre hizo lo mejor.

Tomaron utensilios y cubiertos y los llevaron a la sala junto con todo lo


demás. Decoraron con luces, arrojaron serpentinas, pusieron música y usaron
ridículos gorritos de fiesta. La atmósfera era tan alegre.

Jungkook no había dejado de sonreír, inconscientemente miraba al cielo por


la ventana cada segundo, dedicándole sus risas a Taehyung.

Luego de comer el pastel y cantar feliz cumpleaños, todos se sentaron en los


sofás a platicar nuevamente. Jimin se levantó para llenar sus copas de nuevo
y, una vez que lo hizo, se paró frente a todos.

—Quiero brindar por Taehyung... porque gracias a él es que nosotros cuatro


estamos juntos, fue la persona más linda que conocí y gracias a él los conocí
también a ustedes —dijo, recibiendo sonrisas de todos—. Además, sin él
seguiría odiando al amargado, apático y fastidioso mostruo que es
Jungkook... ¡salud!

Riendo, todos alzaron sus copas y aceptaron el brindis. Jungkook arrojó


cojines a Jimin y éste se las devolvía, mientras Hoseok se paraba para esta
vez brindar él.

Cuando estuvo listo, guardaron silencio y le prestaron atención.

—¿Por dónde comienzo? Para empezar sigo creyendo que la mejor decisión
de mi vida fue haber pedido ese deseo en el parque —comenzó—. En
realidad, esa ha sido la única decisión que me salió bien...

Rieron por el comentario, sin alejar la nostalgia del ambiente. Posteriormente


Jung se puso más melancólico.

—Hablando en serio, siempre voy a recordarlo con muchísimo cariño, me


escuchó cuando lo necesité, me llamó "lucecita" y me ayudó a sanar... sin él,
probablemente yo ya no estaría en éste mundo por la depresión —confesó
recibiendo miradas de consuelo—. Así que brindo por siempre recordar a
Taehyung como nuestro salvador.

«Salud» pronunciaron todos. Luego de ese brindis, esperaron al siguiente que


era Yoongi. Pero Yoongi fingía apartar la mirada.

No era que no quisiera pasar, pero temía hablar de más.

Hoseok le empujó ligeramente para hacerlo reaccionar.

—Es tu turno, apresurate.

Suspirando, Yoongi se levantó, parecía nervioso. Se paró en frente como los


demás y le tomó un rato animarse a hablar.

—Bien, uhm, Taehyung... —musitó indeciso, hasta que pensó en él, recordó
sus momentos y así inmediatamente las palabras llegaron por sí solas—.
Taehyung siempre será parte importante de mi vida, lo que siento por él es
algo que jamás creí, me refiero a nuestra amistad, y ha perdurado mucho... —
su mirada estaba perdida mientras hablaba. Todos le miraban curiosos—.
Taehyung, siempre se quedará en mi corazón. Brindo por la persona blanca y
angelical que era.

Brindaron con él. Una vez terminó, Yoongi regresó a su lugar y se sentó.

Jungkook sintió las miradas de todos, así que se vio obligado a pararse,
esperaba no llorar enfrente de todos.

Jugó con su copa por un momento mientras sus amigos le esperaban


pacientemente.

—Nunca perdí la esperanza de verlo una última vez —dijo y rió


posteriormente—. Ya sé, es tonto porque es obvio que ya no está, pero el
amor me hacía alucinar a veces, no podía evitar ilusionarme.

Alrededor le miraron compasivos.

Jungkook sonrió ligeramente mientras dejaba libre sus pensamientos.


—Han pasado años, soy un adulto ahora y aun así jamas olvidaré ese amor
adolescente. Taehyung fue mi mejor etapa y lo recuerdo como lo que es: mi
confidente, mi apoyo, mi primera vez en todo... mi pareja —suspiró y aclaró
su garganta—. Por todo lo que significó para mí, es la razón por la que
seguiré recordalándolo. Así que brindo por los recuerdos, que nunca
desaparezcan...

—Por los recuerdos —respondieron todos, procediendo a beber el vino de la


copa.

La fiesta terminó, se quedaron un rato más para limpiar y ordenar y, después,


Jimin, Hoseok y Yoongi se fueron a casa dejando a Jungkook en solo.

Estaba ordenando unas últimas cosas, siempre que iba limpiaba la casa para
darle mantenimiento. Ya no tenía ningún remordimiento, no sufría por los
recuerdos, podía estar en esa casa libremente y recordar a Taehyung sin
sufrir, así que decidió conservarla en buen estado.

Cuando terminó de limpiar ya era poco más de media noche y estaba muy
cansado. Pero por alguna razón, no quería irse aún.

Decidió quedarse un tiempo más y pasarla en un lugar especial. Subió las


escaleras hasta que llegó a la azotea.

Suspiró al estar ahí, miró alrededor sonriendo. Se sentía bien poder regresar a
esos lugares especiales sin llorar.

—También me pregunto qué es de ti ahora, Taehyung —dijo Jungkook, hacia


el cielo—. Hay muchas cosas que quisiera decirte, supongo que solo me
queda la esperanza de que puedas escucharme.

Se sentó en el techo, aún mirando las estrellas.

—Siempre leo tu diario y tu carta, los leo con tu voz y me hacen recordarte
—confesó sonriendo—. Ahora que lo pienso, no debería leer tu diario y,
aunque es culpa de Namjoon, me disculpo.

Rió tenuemente hasta que todo cesó.


—Sabes, llegan muchos recuerdos a mi mente al estar en nuestra casa,
¿recuerdas cuando te enseñé a caminar? —relató riendo nostálgico—. Aún no
sé de dónde saqué tanta paciencia.

—¡Cuidado! —gritó un Jungkook adolescente, mientras corría para sostener


a Kim antes de que éste cayera—. Oye, ¿crees que ésto es un juego? Pudiste
haber caído hacia atrás, romperte los algún hueso, golpear tu cráneo, tu
nuca y morir.

Taehyung solo reía en sus brazos.

Jungkook se calmó ante esas risas y negó con la cabeza mientras reía
también.

—Tienes suerte de que eso no pasará porque estoy aquí pada salvarte.

El recuerdo era claro, las palabras y los momentos eran tan memorables.
Jungkook sonrió al recordar y siguió.

—¡Ah! Y aquella vez que quise saber si realmente existías y no eras una
alucinación —rió—. Me daba curiosidad, eras como un bebé con cuerpo de
adolescente, aunque tal vez sí lo eras, pero yo no lo sabía en ese entonces... tu
cabello era raro, tus acciones también y yo era un incrédulo de todo.

Era ya noche, Taehyung había subido a la habitación primero, mientras


Jungkook fue luego de terminar de estudiar.

Subió las escaleras cansado y entró a su habitación. Inmediatamente se fue a


la cama, se sentó en ella y volteó a ver a Taehyung, éste estaba dormido
abrazando a panquesito como cada noche, su rostro parecía tan calmado,
sus cabellos lucían tan suaves y brillantes, sus pestañas sobresalían.

Era lindo, pero Jungkook decidió concentrarse en otra cosa. Taehyung


parecía un ser irreal, siempre creyó que se teñía el cabello, pero no, había
pasado tiempo y no había rastros de tinte ni decoloración en el cabello, eso
hizo todo más extraño. ¿Por qué alguien tendría el cabello gris natural?

La curiosidad le ganó a todas las advertencias que le dio su mente y,


lentamente, intentando no moverse mucho, acercó su mano al cabello de
Taehyung hasta que tomó dos cabellos en sus dedos.

—No es posible que sea tan suave —susurró Jeon—. Seguro es una peluca.

Contó hasta tres y, finalmente, haló con fuerza su mano hacia atrás para
arrancar lo que él creía que era cabello falso.

De inmediato Taehyung despertó soltando un agudo grito de dolor. Jungkook


se asustó por el grito y lo miró asombrado. Taehyung se llevó una mano a la
cabeza para sobarse y volteó a ver a Jungkook con un rostro de molestia y un
puchero en los labios.

Jeon vio que Taehyung notó los dos cabellos que sostenía en sus dedos, así
que llevó su mano hacia atrás de su espalda intentando ocultar las cosas y
sonrió inocente.

Lo que pasó después fue un Jungkook parado frente a su habitación mientras


le cerraban la puerta en la cara. Taehyung lo había sacado.

—¡Lo siento! —exclamó Jeon.

Chasqueó la lengua y suspiró bajando las escaleras para dormir en el sofá.

—Eso te pasa por querer saciar tus dudas, Jeon —se dijo a sí mismo.

Aunque esa noche terminó durmiendo en el sofá y le costó trabajo y muchos


dulces para encontentar a Taehyung, era un recuerdo feliz para Jungkook.
Todos lo eran.

Eran recuerdos tan realistas que con sólo cerrar los ojos podía sentir

—Ahora que lo pienso todos los recuerdos contigo son felices para mí —
murmuró—. ¿Eso demuestra que ya sané?

Sí, ya no iba a terapia, ya no requería ayuda profesional, sabía que sí había


logrado superar y recordar a la vez.

—¿Recuerdas la pregunta que me hiciste en tu carta? "¿Eres feliz,


Jungkook?" No podía responderla en ese entonces, pero ahora sí, y lo soy...
—sonrió—. Me tomó años, pero lo logré.

Suspiró, se sentía bien hablar.

—Donde sea que estés ahora, Taehyung, realmente espero que estés bien —
musitó—. Sigo deseando nuestro reencuentro, sino es en esta vida, esperaré
con ansias la siguiente.

Antes de poder seguir hablando, un rayo iluminó el cielo seguido del


estruendoso ruido del trueno, no pasó mucho tiempo cuando una fuerte
tormenta cayó.

Jeon soltó una maldición cuando comenzó a mojarse por la lluvia y se levantó
rápidamente para regresar adentro.

Su camisa, su saco y cabello ya estaban empapados, la lluvia era sumamente


fuerte.

Ese diluvio fue la razón por la que tomó la decisión de quedarse a dormir ahí.
No quería manejar en medio de una tormenta y exponerse a accidentes ,
prefería dormir ahí y llegar seguro al siguiente día.

Inmediatamente fue a su habitación. Se quitó su saco y lo dejó en el piso para


lavarlo después, bostezó con sueño y estiró su cuerpo lleno de cansancio. Fue
a buscar una pijama para cambiarse, solo quería dormir ya.

Pero, antes de que pudiera hacer algo, escuchó como algo se quebraba afuera
de su casa. Un corto deja vú pasó por su mente, aquel mismo sonido lo había
escuchado cuando Taehyung apareció por primera vez.

Solo sonrió de lado ante el recuerdo y también se rió un poco de sí mismo por
comparar las cosas.

—Y no dejas de ilusionarte, Jeon —se dijo a sí mismo.

Volvió a tomar su pijama dispuesto a cambiarse, desabotonó los primeros


botones de su camisa y también los botones de las mangas.
El timbre fue tocado una vez.

Jeon frunció las cejas y, por un momento, le asustó la situación, pero después
decidió ignorarlo.

Iba sacarse la playera, cuando el timbre fue tocado muchas veces más. Esta
vez no se asustó, más bien se desesperó, todo parecía una broma. Por lo que,
quejándose en voz alta, abotonó de nuevo los botones de su camisa mientras
bajaba las escaleras casi corriendo y abrió la puerta de golpe ansiando
intimidar a quien sea que le estuviera jugando esa broma.

Nadie estaba afuera.

Frunció las cejas y salió al porche, bajó las escaleras frente a su casa, se
asomó un poco más por las calles esperando encontrar a alguna persona
escondiéndose, pero no podía ver bien por la cantidad de gotas que caían con
intensidad. El frío le erizó los vellos de la piel y le hizo temblar, así que
decidió regresar adentro.

—Malditos adolescentes —espetó Jeon—. Ya recuerdo por qué odiaba a los


vecinos.

Dio media vuelta y rápidamente subió los escalones del porche, caminó
directamente hasta su puerta y dio algunos pasos dentro de su casa.

—¿Googi?

Sus pasos se detuvieron al igual que todo en su interior. Un escalofrío le pasó


por todo el cuerpo tensaba todos sus músculos.

Su corazón se aceleró, las le manos sudaron y su cuerpo se congeló.

Tenía miedo de voltear, pero también quería hacerlo para asegurar que no era
otra más de sus ilusiones.

Lentamente, comenzó a girar mientras su cuerpo colapsaba internamente.


Cuando volteó totalmente, la boca se le secó y se le fue la voz por segundos.

—Taehyung...
Kim Taehyung, el mismo al que le había estado llorando los últimos años, se
hallaba ahí parado frente a él temblando y mirándolo con una expresión de
impacto.

Jeon se quedó sin habla, dio pasos hacia atrás temblando. Sus ojos, muy
abiertos y llenos de sorpresa, comenzaron a verse cristalinos por las lágrimas
acumuladas.

—No es verdad... —pronunció Jeon negando con la cabeza y llenando más


sus ojos de lágrimas—. N-no puede ser real.

Sentía que moriría, todas sus emociones y sentidos eran una catástrofe.

Taehyung también parecía sorprendido, estaba boquiabierto mirándolo con


los ojos rojos llenos de lágrimas. Temblando, se miró a sí mismo de arriba a
abajo, parecía incrédulo al sentir de nuevo su cuerpo humano.

¿Acaso era un reencuentro para ambos?

Arrastrando los pies con poca fuerza, Jeon se fue acercando a Taehyung.

Apretó la mandíbula y continuó mirando a Taehyung mientras sus lágrimas


caían.

Se veía más alto, más maduro, más adulto, había cambiado, pero seguía
conservando su aura tierna y delicada.

Con acciones nerviosas, acercó sus manos temblorosas al rostro de Taehyung


frente a él, rodeando el contorno del rostro del menor con sus manos,
acariciando delicadamente la suave piel de su amado, confirmando que no se
trataba de una quimera, Taehyung realmente estaba frente a él luciendo tan
adonis como siempre. Sonrió entre el llanto mientras volvía a sentir aquella
tersa y suave piel.

Taehyung tragó saliva, sus ojos perlaron mientras sentía el tacto de Jungkook.
Sollozó con fuerza y colocó una mano sobre la de Jungkook solo para
asegurar que no se trataba de uno de esos sueños que parecían ser muy reales.
Pero no lo era, todo era real, la mano de Jungkook en su mejilla era real.
—Jungkook...

Al escuchar nuevamente hablar a Taehyung, Jungkook sonrió.

—De verdad eres tú —pronunció Jeon, incrédulo, sonrió en medio de su


llanto mientras sus manos seguían temblorosas—. Estás aquí...

Taehyung cerró los ojos y los apretó con fuerza mientras sollozaba y las
lágrimas caían. Cayó de rodillas sobre el suelo, llorando y negando con la
cabeza mientras cubría su rostro con ambas manos. Jeon de inmediato se dejó
caer también y tomó las manos de Taehyung para alejarlas de su rostro.

"Estoy tomando las manos de Taehyung" se repitió Jungkook en la mente,


porque seguía sin creerlo y jamás creyó volver a hacer eso.

Cuando destapó el rostro de Kim, estaba estaba totalmente cubierto de


lágrimas, respiraba con dificultad y seguía en shook.

Jeon estaba casi igual, pero él estaba tan feliz que las lágrimas y la tribulación
no le impidieron sonreír.

Finalmente, Taehyung pareció reaccionar y le sonrió mientras lloraba.

Jungkook lo miró una vez más, miró su esplendorosa sonrisa, aquella que
tanto amaba. No pudo aguantar más y atrapó con euforia el cuerpo de
Taehyung, sosteniéndolo contra el suyo para abrazarlo como nunca.

—Abrázame, por favor abrázame y no desaparezcas esta vez.

Taehyung correspondió con la misma fuerza e intensidad. Jungkook,


llorando, se aferró con todas sus ganas, al cuerpo en sus brazos, abrazando la
cintura del menor y acariciando el cuerpo que estaba contra el suyo.

—N-nunca creí volver a verte —susurró Taehyung contra su hombro.

Jeon asintió apretando los ojos mientras lo abrazaba más.

—Yo nunca dejé de esperar este momento.


Se separaron lentamente del abrazo, aún así sus rostros seguían uno frente al
otro. Se miraron a los ojos, ambos transmitiendo tristeza y nostalgia, pero
más que nada, el mismo amor que nunca se fue.

Jungkook tragó saliva, acercó su rostro al de Taehyung, disfrutando la


manera en que poco a poco sentía el calor y la cercanía. Taehyung cerró los
ojos y se acercó también hasta que, por fin, sus labios sintieron los contrarios,
uniéndolos totalmente. Con solo sentir los cálidos labios rosas de nuevo, Jeon
no soportó más, lloró con intensidad mientras acercaba el cuerpo de
Taehyung al suyo para besarlo con pasión. Ambos fundiendose en aquel beso
anhelado. Disfrutando como nunca la sensación de sus latidos acelerados.
Nada era mejor que eso, nada era mejor que estar juntos de nuevo.

Y ahora que volvía a sentir a su amado entre sus brazos, Jungkook no


planeaba apartarse de Taehyung ni un segundo por el resto de su vida.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Los reencuentros son conmovedores, aquel momento en el que vez a alguien


a quien haz esperado tanto.

Pero su reencuentro era diferente. Porque jamás pensaron volver a verse, aún
cuando la esperanza seguía ahí.

Juntos luego de meses, Taehyung se encontraba sentado en el regazo de


Jungkook y éste abrazando con cariño el cuerpo sobre sus piernas. Los ojos
del mayor estaban hinchados y húmedos por tantas lágrimas y llanto. Jeon se
aferraba a Taehyung y es que desde que volvió a ver a Kim, no había querido
separarse de él ni un centímetro y no planeaba alejarse nunca.

—No tienes idea de cuánto extrañé ésto, estar contigo. —Murmuró Jeon. —
Te hablé todas las noches y eso me hacía feliz, pero prefiero escuchar tu voz
respondiéndome.

—Te escuché —Aseguró el menor. —Aunque no podía responder, también


me hacía feliz escucharte.

Jeon sonrió acariciando el cabello del menor.


—Aún no puedo creer que estés aquí conmigo. —Murmuró acunando el
rostro de Kim con una de sus manos. —¿Qué fue lo que te pasó en todo éste
tiempo?

Taehyung bajó la mirada, claramente recordando memorias infaustas.

—Creí que iba morir —dijo Taehyung de repente, con un puchero en los
labios y el labio inferior temblando—. Escribí una carta para ti con mis
últimas fuerzas y luego... perdí toda mi fuerza y cedí mi energía, se supone
que eso debería acabar con mi vida, pero al abrir los ojos desperté aquí.

Jungkook tampoco comprendía lo que estaba pasando. Tenía 21 años cuando


vio a Taehyung por última vez, pasó el tiempo y nunca hubo señales de que
Kim regresaría. Pero sabía que entre la tierra y el espacio, había mucho
tiempo de diferencia y, mientras Taehyung pasaba poco tiempo, en la tierra
avanzaban años.

Si Taehyung sintió que pasó solo un minuto y, realmente había muerto,


significa que desde que murió estaba regresando al planeta, pero avanzaba en
un diferente tiempo.

Pero, ¿cómo era posible que Taehyung siguiera con vida si él mismo dijo en
su carta que ya se había agotado toda su vida?

—¿R-realmente ibas a morir?

Taehyung bajó la mirada, totalmente decaído.

—Creí que era lo mejor para ti... —murmuró—. Y-yo solo quería hacerte
feliz y, cuando dijiste que preferías que desapareciera... Pensé que de verdad
lo querías.

Apretando la mandíbula, Jungkook tragó más lágrimas, sintiendo el peso de


la culpa golpearle.

—No, perdóname por todo eso, Taehyung, todo fue un proceso largo de
superación —respondió con la voz temblorosa—. Lo que dije la última noche
que te vi como estrella, realmente no es lo que sentía —tragó saliva nervioso
—. Mi mente y estado emocional estaban muy mal, me dejé manipular
muchas veces y-

—Está bien, no fue del todo tu culpa —dijo al notar que a Jungkook le dolía
recordar ese momento—. Estabas pasando un proceso de duelo diferente al
mío.

Jungkook sonrió, completamente enamorado y comenzó a acariciar las


mejillas de Taehyung.

—Todo este tiempo sin ti fue doloroso, pero nada dolió más que aquella
anoche... cuando desapareciste. Lloré más que en todos estos meses. —
Murmuró. —Era feliz si podía verte en las noches como la preciosa estrellita
que eras, pero cuando vi que desapareciste sentí que moría...

—De verdad creí que me odiabas —murmuró—. Creí que si volvíamos a


vernos me odiarías, pero ahora estoy feliz porque no fue así... y no puedo
creer que no me hayas olvidado en todos estos años.

Jungkook sonrió triste y se separó un poco del abrazo, tomó los hombros de
Taehyung y lo vió a los ojos.

—Jamás, ni siquiera cuando intenté alejarme de ti, pude olvidarte, ¿sabes por
qué? Porque mi alma ya está unida a la tuya —murmuró, viendo los ojos de
Taehyung llenarse de lágrimas de alegría—. Nunca tuve ninguna otra persona
especial y sé que jamás habría podido tenerla, nadie es como tú.

Kim sonrió y bajó la mirada.

—¿S-seguimos siendo novios? —preguntó Taehyung.

Jungkook sonrió con ternura y lo miró, inmediatamente su corazón latió con


fuerza y se llenó de calidez, seguía completamente enamorado de él.

—Nunca dejamos de serlo —dijo acariciando las mejillas de Taehyung—.


Desde que leí tu carta supe que, aún si siguieras siendo una estrella y yo un
humano, seguirías siendo mi novio para siempre.

Repentinamente, luego de esa respuesta, Taehyung comenzó a llorar.


Preocupado, Jungkook se acercó más a él y le miró.

—¿Qué pasa, Tae?

Taehyung negó con la cabeza.

—Nada, solo... —sorbió su nariz—. Eres tan viejo, Jungkook.

Jungkook rió por ese comentario que sabía que Taehyung solo había dicho
para bromear y evitar decir otra cosa.

Era cierto, jamás avanzaron la misma edad, Taehyung seguía siendo más
joven, aunque se notaba que también había crecido y aumentado edad, seguía
siendo más joven que Jungkook.

—Hey, ¿acaso esperamos años para que al regresar quieras a alguien más
joven? —preguntó bromeando—. Creí que estaba en mis mejores años,
acabas de romper mi corazón.

Continuaron riendo, mientras Taehyung limpiaba sus lágrimas. Jungkook le


miró y se puso más tranquilo.

—Vamos, dime qué ocurre de verdad —insistió.

Taehyung suspiró y se preparó para hablar.

—Es solo que, todo el tiempo que estuve lejos de ti, sabía que pasaría mucho
tiempo aquí, pero no creí que tanto... y creí que ya estarías con alguien más
—murmuró nuevamente sintiendo su labio inferior temblar—. Todo ese
tiempo tuve que aprender a aceptar que debías estar con alguien más.
Lamento no haber podido darte señales de que yo seguía contigo.

Jeon amando lo sensible que era Kim.

—No llores por eso, Taehyung —le pidió al ver que estaba a punto de hacerlo
—. Eres el único que me hace feliz, ya no me importa lo que pasó, porque
ahora estamos juntos de nuevo.
Kim asintió y, nuevamente, volvió a refugiarse en el pecho de Jungkook.

Toda esa tarde no se separaron. Se acurrucaron en el sofá charlando.


Jungkook le contó todo lo que había sido de su vida esos años y Taehyung lo
escuchaba atentamente.

—Así que justo ahora estás estudiando —murmuró Taehyung, con esperanza
e ilusión—... ¿significa que podré ir a tu graduación?

Jeon asintió emocionado.

—Eso mismo estaba pensando —respondió—. No puedo creer que podrás


estar ahí.

Taehyung sonrió, pero posteriormente borró su sonrisa al pensar más las


cosas.

—¿Cuánto tiempo creés que podré vivir? —preguntó. Jeon se quedó callado
—. Quiero decir, ni siquiera sé por qué estoy aquí, ni siquiera sé si sigo
siendo una estrella...

Jeon suspiró y bajó la mirada.

—No lo sé, yo solo no puedo evitar ilusionarme al verte —murmuró y sonrió


tristemente—. Obtendremos respuestas, solo hay que tener esperanza, haré lo
que sea para que estemos juntos.

No sabían qué pasaba, pero tampoco podían obtener respuestas por sí mismos
en ese momento, así que solo disfrutaron el momento.

—Sabes, Taehyung, aún hay algo que no me queda claro —dijo luego de un
rato. Taehyung le miró con curiosidad—. Tu lugar en el cielo estuvo vacío
desde aquella noche que creí que habías muerto... hasta que pedí un deseo y
de repente el lugar se ocupó, ¿es posible que alguien ocupe tu lugar como si
nada?

Taehyung sonrió.

—No, no se puede utilizar el lugar que ya pertenece a otra estrella, —


contestó—, a menos que ésta misma se lo done a alguien más.

Jeon, curioso y asombrado, le miró.

—¿Le diste tu lugar a alguien? —preguntó. Kim asintió—. ¿P-por qué?

—Bueno, yo creí que estaba a punto de morir, así que antes de hacerlo quería
dejar que alguien aprovechara mi don y mi lugar —explicó sonriente—. Y
encontré a alguien perfecto que necesitaba ese lugar más que yo.

Taehyung parecía conmovido y nostálgico mientras hablaba. Jeon se


preguntaba quién podría ser.

—¿Y quién es?

—Creo que yo puedo responderte —espetó alguien de repente.

Ambos chicos voltearon encontrando a Namjoon, quien había aparecido ahí


de repente y ahora caminaba hacia ellos.

—¿Piensas aparecer de la nada dentro de mi casa todos los días? —reclamó


Jeon—. Para algo son las puertas.

—¡Namjoon! —exclamó Taehyung emocionado y con tristeza, no podía


levantarse ya que aún no podía caminar bien, así que solo estiró los brazos en
dirección a él pidiéndole un abrazo.

Namjoon sonrió e hizo caso, caminó hacia Taehyung y le abrazó con cariño.

—R-realmente creí que moriría y no te vería jamas, namu —dijo Taehyung


con la voz temblorosa.

—Estás bien... —lo consoló Namjoon—. Todo estará bien.

Jeon miró la escena frente a él y sonrió feliz por Taehyung.

Cuando los dos se separaron del abrazo, Namjoon tomó asiento en el sofá
frente al de ellos.
—Vine a inspeccionar que Taehyung estuviera bien, además siempre que
llega aquí rompe algo —Taehyung se cruzó de brazos por la acusación. En
cambio Namjoon le miró alegre—. Me alegra que te sientas mejor aquí.

—Tú sabes qué es lo que está pasando, ¿cierto? Tú tienes las respuestas —
dijo Jungkook. Namjoon asintió—. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué Taehyung
murió y luego despertó aquí?

Namjoon se paró del sofá, caminó de un lado a otro y comenzó a relatar.

—Dejaré algo en claro, Taehyung jamás murió —respondió, dejando


impactados a los otros dos—. Lo que perdió fue su vida estelar porque la
cedió a alguien, pero aún tenía vida humana. Taehyung tenía dos vidas de dos
sitios diferentes porque perteneció a ambos lugares.

Jeon miró a Taehyung, quien estaba igual de asombrado.

—Pero era poco tiempo de vida el que tenía —dijo Taehyung—. No me


quedaban fuerzas y mi corazón casi se detiene en muchas ocasiones, ¿qué
sucedió?

Namjoon miró lo asustado que Taehyung parecía, así que se apresuró a


explicar.

—Seokjin era el más inteligente... él te rescató, pero sabía que tu alma seguía
perteneciendo a la tierra y, en algún momento, querrías regresar. Por eso
siempre te cuidé mucho, Taehyung, yo quería que cuando volvieras a la tierra
fueras más adulto y supieras lo que querías —explicó—. Seokjin dejó parte
de su energía y vida cuando sintió que estaba por morir, dijo que quería que
te cediera esa parte de vida a ti, para cuando quisieras volver a la tierra.

Incrédulo, Taehyung se quedó sin habla por un momento.

—¿S-seokjin? P-pero el odiaba a los humanos, odiaba este planeta, ¿por qué
me dio su vida para estar aquí?

Namjoon le sonrió.

—Odió este planeta y a sus personas hasta el último día de su existencia, pero
le importabas tú y por eso cedió —contestó—. No le importó que fueras a
hacer, él quería verte feliz.

Taehyung, con el corazón lleno de calidez y melancolía, se lamentó por


nunca poder agradecerle el enorme regalo que le había brindado. Seokjin
siempre su única familia.

—E-entonces... —habló Jeon—. ¿Eso significa que Taehyung podrá vivir


bien aquí?

Taehyung y Jeon miraron expectantes a Namjoon, ilusionados con su


respuesta.

—Es un humano ahora, Jungkook, su esperanza de vida es equivalente a la


tuya.

El asombro luego de esas palabras les hizo reaccionar segundos después.

—Estaremos juntos —exclamó Jungkook, llorando de felicidad—.


¡Podremos estar juntos!

Inmediatamente se abrazaron eufóricos por esa noticia, podrían vivir juntos


los años que les quedaban de vida.

—Supongo que eso es todo —dijo Namjoon—. Debo irme así que-

—Espera —lo detuvo Jeon de inmediato—. Aún no responden mi duda,


¿quién está en el lugar de Taehyung?

Ambos Kim se sonrieron mutuamente, como si supieran ambos un secreto.

Namjoon suspiró, dudando sobre qué palabras utilizar, hasta que al final
decidió ser directo y después explicar mejor.

—Uhm, ¿te suena el nombre de... Lee SooJin?

Parecía que las sorpresas no se acabarían nunca.

Jeon estaba totalmente impactado, pensó en mil maneras de que eso pudiera
ser verdad, pero no encontró ninguna lógica, no era posible.

—D-debes estar bromeando. SooJin él... él murió a los 18 —habló algo


nervioso y lleno de nostalgia—. El ni siquiera estaba vivo, eso no puede ser.

Taehyung le tomó la mano, entrelazándola con la suya intentando ayudarlo a


calmarse y procesar bien todo.

—SooJin se quitó la vida, Jeon, es muy diferente, él realmente nunca dejó


éste mundo —respondió—. SooJin se deshizo de su cuerpo humano, pero su
alma seguía aquí.

Jeon apretó la mano de Taehyung con fuerza y aguantó lo más que pudo las
lágrimas porque sus ojos ya dolían de tantos llantos.

—P-pero si murió ya no era un humano, dijiste que solo los humanos de


corazón puro podían heredar el lugar, de cualquier manera él no-

—El cuerpo es el hogar del alma, ya te lo dije, un humano de corazón puro es


igual que un alma pura. Solo que ustedes, a diferencia de las estrellas, no
puedes ver las almas —explicó tomando una profunda respiración—.
Taehyung buscó, con sus últimas fuerzas, el alma de tu amigo por mucho
tiempo. Lo encontró vagando por tu ciudad natal, Busan, no podía escapar del
lugar donde cometió su pecado.

Jeon apretó los labios pero aún así no pudo evitar llorar de nuevo.

—Hay almas que desquitan su odio por la humanidad y se vuelven almas


impuras, pero SooJin nunca lo hizo —continuó Namjoon—. Taehyung dice
que cuando encontró a SooJin, de inmediato vio un brillo a su alrededor y de
esa forma supo lo preclara que seguía su alma.

Jeon sollozó, sin miedo o vergüenza de ser escuchado. Miró a Taehyung


totalmente conmovido y lleno de amor. Taehyung realmente puso mucho
esfuerzo en rescatar a Soojin de ese infierno.

—SooJin s-siempre fue así.

—Taehyung habló con él, le explicó las cosas y le ofreció su lugar como
estrella.

Taehyung asintió emocionado.

—Sí, estaba muy feliz cuando le propuse la idea —aseguró alegre—. Él sólo
quería irse de éste mundo, así que será feliz con su vida siendo una estrella.

Jungkook le sonrió con cariño, su corazón se llenó de felicidad por su mejor


amigo al escuchar eso.

—De esa forma, fue como pude liberar a SooJin de éste mundo —dijo por
último Namjoon—. En cuanto a Taehyung, le devolví su cuerpo y alma
humana para que fuese completamente una persona.

Jeon aún terminaba de procesar el hecho de que su amigo realmente estaba


bien ahora, y que estaba en un lugar donde podría verlo. Se sentía agraciado y
lleno de alivio, porque definitivamente eso era lo que su amigo merecía, una
vida y un lugar que le brindarían felicidad.

Luego, miró a Taehyung a su lado, ya la alegría aumentó.

Todos esos años de espera, valieron la pena.

Atrajo el cuerpo de Taehyung al suyo y le abrazó con fuerza, con cariño, con
amor.

Aún no podía creer lo mucho que cambiaría su vida en ese momento.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

El siguiente día lo primero que hicieron fue adaptarse nuevamente.

Afortunadamente solo tomó unos cuantos intentos para que Taehyung


pudiera volver a caminar bien después de tantos años sin hacerlo.

Algunas cosas de Taehyung seguían en esa casa, así que le dio la ropa que
encontró ahí para que se vistiera después de la ducha.

No fue incómodo para ninguno el convivir luego de esos años, porque


seguían siendo los mismos chicos enamorados. Aunque ahora Taehyung era
más maduro, seguía siendo adorable y aunque Jungkook era todo un hombre
hecho, seguía queriendo el cariño de su novio.

Solo faltaba algo por hacer para hacer oficial el regreso de Taehyung.

—Llegarán en un minuto —dijo Jeon emocionado—. ¿Estás listo?

Taehyung asintió eufórico.

—Sí, solo un poco nervioso —el timbre sonó—. Ya llegaron.

Jeon asintió y se acercó a darle un beso en la frente.

—Estarán muy felices, iré a abrir.

Corrió hasta la puerta y abrió, viendo a sus tres amigos ahí parados
mirándolo.

—¿Cuál es la emergencia? —preguntó Hoseok entrando a la casa


inmediatamente como los demás—. Dejé mi clase a medias y vine
corriendo...

—Se dice "gracias por salvarme del aburrido día de trabajo que estaba
teniendo" —dijo Jimin.

Ingresaron a la casa, quedándose en la sala.

—No has dejado de sonreír, pareces maníaco, además nunca te había visto
tan feliz desde hace mucho tiempo —espetó Yoongi—. Ni siquiera parece
que nos hayas llamado por algo importante.

Jeon solo rió aún más, no podía controlar su entusiasmo.

—Oficialmente se volvió loco —susurró Jimin—. Les dije que no debíamos


dejarlo tanto tiempo solo.

Hoseok y Yoongi querían negarlo, pero en realidad Jungkook sí parecía loco


por esos cambios de humor tan alegres.
—Ninguna emergencia será tan importante como ésta —dijo Jungkook—.
Créanme.

Sin embargo, los tres continuaron mirándose extrañados.

—Lucecita —se escuchó una vocecita a sus espaldas.

Todos quedaron paralizados.

Hoseok volteó rápidamente, casi desperado por encontrar al dueño de esa


voz, encontrando a Taehyung viéndoles directamente con una sonrisa.

—¡Taehyung! —exclamaron Jung y Jimin a la vez.

Sin dudarlo, ambos corrieron a abrazar a Taehyung con tanto cariño y


nostalgia de verlo nuevamente. Las lágrimas no demoraron en salir.

Unos segundos después se separaron para verse a los ojos.

—No puedo creerlo, no puedo creer que estas aquí —dijo Hoseok limpiando
sus lágrimas—. Nos hiciste tanta falta.

—Y cuánto te recordamos todos estos años —murmuró Jimin—. Dios, te


extrañé demasiado.

El que aún no reaccionaba era Yoongi, ya no estaba pasmado, pero seguía


mirándolo a la distancia mientras sus ojos tristes le veían llenos de lágrimas.

Jimin y Hoseok le dejaron el paso libre a Taehyung para que éste se acercara
a Yoongi y así lo hizo. Caminó hasta Min, se paró frente a él y le sonrió
sacando lágrimas de felicidad.

—Sigues siendo mi humano favorito, Yoongi —le dijo—. ¿Sigo siendo tu


flor favorita?

Al escuchar eso, Jungkook frunció las dejas confundido, sintió que eso se
relacionaba con algo importante, pero al final le restó importancia al no
recordar.
YoonGi sonrió poco a poco y se acercó a Taehyung también para abrazarlo.

—Lo eres... —respondió en un susurro mientras le abrazaba fuertemente—.


No tienes idea de todas las veces que soñé con éste día.

Un emotivo reencuentro, tuvo que pasar tiempo para que dejaran de llorar y
por fin aceptaran que realmente Taehyung había regresado.

Todo cambiaría a partir de ese momento, lo sabían.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

—¿Por qué tus cosas ya no están aquí y faltan muchas cosas mías? —
preguntó Taehyung—. ¿Te deshiciste de panquesito otra vez?

Taehyung se encontraba sentado en la isla de la cocina comiendo galletas y


viendo a Jungkook preparar la comida. Jeon había extrañado mucho esos
momentos en los que cocinaba para su novio.

Se concentró en la pregunta y recordó que aún no llevaba a Taehyung a su


casa actual. Yoongi había estado cuidando de Bam esos dos días que estuvo
fuera, así que había olvidado que debía regresar.

—No, ya aprendí a aceptarlo como parte de nuestra familia —respondió


haciendo reír a Kim—. Está en un lugar especial ahora, todo está en ese
lugar.

Taehyung ladeó la cabeza confundido.

—¿y dónde es?

—Ya lo verás —sonrió—. Pero primero debes comer, y ya casi superaste tu


cantidad de galletas diarias, guarda las últimas para después de comer.

Taehyung puchereó y arrugó la nariz, pero asintió, sabía que debía cuidar de
su alimentación tal como Namjoon le advirtió. Jungkook solo rió y se acercó
a dejarle un plato de comida y un beso en la mejilla.

—Vamos, hay alguien a quien debo presentarte aún y nos espera en ese lugar
especial.

Después de esas palabras, Taehyung se apresuró a comer, realmente estaba


emocionado y Jungkook mucho más.

Una hora después ya se estaban por llegar, Taehyung no dejaba de sonreír, se


notaban sus ánimos. Eso hizo que Jungkook se emocionara aún más.

Se estacionó en un sitio donde aún no se veía su casa, bajó del auto junto con
Taehyung y, a partir de ahí, comenzó a caminar tapándole los ojos.

—¿Ya puedo ver? ¿Ya puedo ver? ¿Ya puedo ver? —repetía Taehyung
siendo guiado.

Jeon rió y continuó avanzando.

—Oye vas a hacer que ambos caigamos al piso si sigues moviéndote —dijo
riendo y, segundos después por fin se detuvo—. Y... llegamos.

Quitó sus manos de los ojos de Taehyung, permitiéndole ver de nuevo. Kim
parpadeó para acostumbrarse a la luz y, una vez que lo logró, miró el
hermoso panorama.

—E-es... —pronunció conmovido—. Es nuestro deseo.

Jeon le abrazó por detrás, dejando su rostro sobre el hombro ajeno.

—¿Qué te parece? —preguntó—. ¿Es como lo imaginaste?

Taehyung asintió con las ganas de llorar a flor de piel.

—Es exactamente como lo imaginé, porque estoy contigo.

Jeon sonrió, amando de mil maneras a su novio.

Entraron a la casa para verla por dentro, Taehyung conoció a Bam y lo amó
de inmediato, ambos congeniaron bien afortunadamente.

Para celebrar abrieron una botella de vino, Jungkook sirvió dos copas y fue a
la sala para darle una a Taehyung quien estaba sentado.

—Hoy comienza todo lo que planeamos hace años en nuestra adolescencia —


dijo Jeon sentándose a un lado de Taehyung—. Brindaré por un nuevo y
perfecto comienzo juntos y que sea esta vez sea para siempre.

Taehyung sonrió.

—No sé qué es brindar, pero suena como un deseo, así que quiero que
seamos felices ambos a partir de ahora.

Jeon rió por lo adorable que era su novio. Esa noche chocaron sus copas con
aquel brindis, esperando que todos sus planes salieran perfectamente como lo
pensaban.

Pasaron días oficialmente viviendo en su casa de campo. Habrían muchos


cambios en su vida.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Los siguientes dos meses pudieron adaptar una rutina muy bien. Jungkook
debía ir a la universidad y trabajar, así que Taehyung se quedaba en casa y
aprendía de sí mismo.

Taehyung aún aprendía cosas de la vida humana, pero ya sabía valerse por sí
mismo. Al igual que conoció sus propios gustos y aptitudes.

Un día salieron de casa para dar un paseo y hacer algunas compras. Y,


mientras caminaban por calles llenas de gente, una pequeña tienda de flores
le llamó la atención a Taehyung.

Jeon notó ese interés.

—¿Quieres ir a ver?

—No, solo es muy bonito el lugar —se apresuró a decir. Pero un pensamiento
invadió por completo su mente y, nervioso, preguntó—. Googie, ¿yo puedo
trabajar como tú?
Jungkook se detuvo haciendo que el menor también lo hiciera y le miró a los
ojos para responder.

—Taehyung, no debes pedirme permiso para eso. Tu eres dueño de tu vida y


de tus desiciones y a mí como tu pareja sólo me corresponde apoyarte —
explicó con parsimonia—. Sé que lo has visto con otras parejas, pero no
quiero que tú tengas esas ideas, las cosas no son así con nosotros

Taehyung asintió entendiendo un nuevo punto sobre su vida humana.

—Hoseok dice que puedo tener una florería. Dice que cuidan flores y hacen
decoraciones bonitas ahí —dijo algo sonrojado y penoso—. Uhm pensé que
podría intentar tener una, p-pero no sé si pueda...

—Hazlo —apoyó el mayor sintiéndose orgulloso de su novio. Taehyung lo


miró con algo de duda—.Te gusta todo lo que tenga que ver con tus plantas,
serías un buen florista. Además es bueno que tengas tus propios pasatiempos,
no sólo desde casa.

Kim sonrió con los ojos brillantes de esperanza.

—¿En serio, googi? —el mayor asintió recibiendo un abrazo del menor. —
¡Seré un florista!

—El más hermoso —apoyó abrazando de vuelta al menor—. Tienes mi


complemento apoyo, sabes, me encargaré de que tengas lo mejor para tu
florería. Después de mi graduación, prometo que la tendrás.

Jeon no podía sentirse más orgulloso de estar con una persona como
Taehyung. Su amado novio era de corazón noble y preclaro, y era algo que
amaba con toda el alma.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

El día de su graduación llegó.

Sus amigos y su padre estarían ahí para acompañarlo en ese día tan especial.

Jungkook vestía un elegante traje negro y no tenía intenciones de arreglarse


más, pero Hoseok le regañó diciéndole que peinara su cabello. Por lo que,
minutos más tarde, estando peinado, vestido y bien arreglado, bajó esperando
que su novio llegara para acompañarlo.

Taehyung al poco tiempo llegó a la sala, luciendo su elegante traje con una
pañoleta en el cuello, era simplemente hermoso.

—¡Te ves tan apuesto, googi! —halagó el menor al estar junto a él—. Yo
también me siento bonito con esta ropa.

—Eres más que bonito —dijo besando la frente del menor y tomando su
mano—. Vamos, nos están esperando.

—Espera —lo detuvo—. Uhm, le pedí a Namjoon que me hiciera un favor.

Jeon miró a Taehyung con confusión.

—¿Ahora? ¿Qué favor?

—Jungkook —pronunció una voz que recordaba muy bien a pesar del paso
de los años.

Jeon se preparó mentalmente, sabiendo que si volteaba encontraría a aquel


amigo que había considerado hermano. El hermano que había perdido desde
hace muchos años. Pero aún así, volteó anhelando en su interior volver a
verlo. Ahí encontró a SooJin, parado frente a él con una sonrisa.

Sin percatarse, Jungkook comenzó a soltar pequeñas lágrimas que intentó


ocultar. El sentimiento de ver a su amigo nuevamente era simplemente
indescriptible. No sólo era triste, era letífico.

—¿Me extrañaste tanto? — dijo SooJin con una sonrisa—. Realmente estás
llorando por mí, y pensar que me tiraste de una silla cuando nos conocimos.

Jeon limpió sus lágrimas.

—N-no seas idiota... —se detuvo a pensar por unos segundos, esta vez le
diría lo que sentía de verdad—. Te extrañé demasiado, hermano.
Conmocionado por esa respuesta, Soojin se acercó a Jeon. Los dos amigos de
la infancia se abrazaron con cariño. Un inolvidable reencuentro. Al poco
tiempo Taehyung se unió al abrazo con una sonrisa, logrando hacer sonreír a
ambos chicos con ternura.

—N-no puedo creer que estés aquí, Soojin —dijo Jeon aún atónito, casi
temblando.

—Ni yo... solo podía escucharte cuando me hablabas, pero nunca pude verte.

Ulteriormente, Jungkook bajó la mirada.

—Soojin... lamento no haberte acompañado a casa esa noche —murmuró—.


D-debí haber hecho algo, no sabes lo mucho que me arrepentí todos estos
años de no haber pasado esa última tarde contigo, de no haber hablado
contigo y no haber pasado tanto tiempo fingiendo que no me importabas
cuando siempre fuiste un hermano para mí.

Soojin le sonrió melancólico.

—Está en el pasado y comprendo que te duela el recuerdo, pero si yo pude


superarlo ya sé que tú también puedes —respondió volviendo a sonreír—. Al
final pudimos volver a vernos, no puedo creerlo.

—¿S-sólo a mí viniste a verme? ¿Qué hay de tus padres?

Soojin bajó la mirada, aún sonriendo, pero con melancolía.

—No, ir a verlos a ellos sería hacerlos revivir un duelo y también tendría que
darles muchas explicaciones del pasado, ellos están bien y siguieron su vida,
es lo que importa —respondió —. Los visité en sus sueños y lo haré cada
noche, pude sentir el amor que aún tienen por mí y con eso es suficiente.

Jeon devolvió la sonrisa a su amigo, feliz por la manera madura de actuar de


éste.

—Entoces, ¿estarás en mi ceremonia de graduación?

—No me la perdería por nada, por eso Taehyung y Namjoon me ayudaron a


estar aquí por esta noche. —Explicó. —Aunque mañana debo volver me ha
hecho muy feliz volver a verte y saber que estás bien.

Un cláxon sonó afuera.

—Debemos irnos —dijo Jeon, reaccionando y secando sus húmedos ojos.

—Ve con tus amigos, los veré allá —aseguró Soojin.

Jeon asintió y, antes de irse, le dio un abrazo más a Soojin.

Luego de un momento, Jungkook y Taehyung subieron al auto y por fin


emprendieron camino a la ceremonia.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Jungkook estaba sentado entre sus muchos compañeros de clase pensando en


la nueva etapa de su vida que comenzaría luego de toda esa ceremonia. Y no
podía estar más feliz porque Taehyung estaría en ella.

No prestó atención a la ceremonia, no le importaban mucho las palabras


planeadas de algún compañero que esperaba no volver a ver nunca.

Poco después dijeron su nombre por el micrófono y Jeon se levantó para


caminar hasta el escenario y tomar su diploma. Mientras estaba arriba miró a
su alrededor, buscó inmediatamente a las personas importantes para él, vio a
su padre aplaudiendo y tomándole fotos, SooJin en una esquina del recinto le
miraba con una sonrisa y, en sus respectivos asientos, su novio y sus mejores
amigos. Taehyung brincaba emocionado mientras aplaudía como los demás,
mientras Yoongi tomaba fotografías.

—Entregamos un reconocimiento especial a un alumno que logró un


promedio sobresaliente —habló su director por el micrófono—. El alumno de
matemáticas aplicadas, Jeon Jungkook.

Todos aplaudieron aún más y Jeon, circunspecto, sólo hizo una reverencia
con respeto sin intenciones de realizar alguna otra acción.

—Acérquese joven Jeon, diga unas palabras —incitó su director—.


Cuéntenos su experiencia en la universidad.

El hombre colocó el micrófono cerca de Jeon, éste exhaló con aburrimiento.

—¿Experiencia? Uhm, claro, la escuela apesta y está repleta de idiotas —en


ese momento los aplausos se detuvieron. —De miles de alumnos sólo pocos
son realmente buenas personas, los demás se pueden ir al diablo por ser tan
hipócritas. Todos siempre juzgan todo sin ayudar, incluso los mismos
profesores. Así que agradezco a la universidad porque gracias a ella pude
lograr que no haya cosa que me importe menos que lo que digan los demás
—finalizó su discurso, viendo cómo todos se quedaban callados de repente,
menos sus amigos que aplaudían—. Ya quiero irme de aquí y no volver, así
que no diré nada más.

Jeon bajó del escenario nuevamente tomando asiento en su respectiva silla,


mientras algunos padres de sus compañeros le miraban con desaprobación.
Por otro lado el director siguió de inmediato la ceremonia para evitar toda la
incomodidad y tensión.

—No puedo creer que ni en su graduación sonría éste amargado —comentó


Jimin desde su asiento mirando las fotos que tomó Taehyung.

—SooJin hyung debe estar orgulloso —comentó Taehyung—. Me dijo que


siempre quiso verlo cumplir sus sueños.

—Lo está, Taehyung —aseguró Hoseok—. Aunque no esté aquí presente, sé


que lo está.

—Lucecita, SooJin está aquí —informó Taehyung, mirando como Hoseok se


ponía tenso y nerviosos como nunca—. Debe estar esperando en algún lugar
de aquí.

—N-no puede ser cierto —tartamudeó—. Dijiste que él está en tu lugar, él es


una estrella.

—Es como cuando yo bajé aquí la primera vez, tenemos energía para bajar al
planeta por un tiempo —explicó—. Lo verás después de la ceremonia.
Hoseok bajó la mirada, sintió que sudaba por la tensión.

—C-claro... —musitó jugando con sus manos lleno de ansias—. Si es que


quiere verme.

Taehyung volteó y tomó las manos del mayor entre las suyas.

—SooJin supo perdonar y dejar todo atrás. Es una persona muy buena y
también te extrañó —le dijo calmado—. La primera vez que hablé con él
incluso me preguntó por ti, así que no tengas miedo.

Hoseok sonrió en dirección a Taehyung, aún algo nervioso, pero confiando


plenamente en el menor.

Luego de más discursos aburridos, la ceremonia dio fin, de inmediato todos


se dispersaron en todo el recinto. Jungkook vio cómo algunos de sus
compañeros lloraban mientras se despedían. Pero él ni siquiera miró a alguno
de sus compañeros, fue directamente hacia Taehyung que lo esperaba fuera
de la universidad acompañado de todos los demás. Emocionado, Jungkook
corrió había Taehyung y lo tomó en sus brazos, cargandolo en el aire y
dándole vueltas mientras escuchaba sus adorables risas.

—Mira esto —le mostrós su diploma a Taehyung, éste lo tomó emocionado


—. Significa que cumplí por fin mi sueño y seré libre de este lugar, ahora
oficialmente podremos completar nuestros planes.

A Taehyung le brillaron los ojos al recordar.

—¿Pasaremos más tiempo juntos y tendré una florería?

—Así será —prometió sellando la promesa con un beso en los labios.

—Oigan, saben que los quiero, pero no significa que quiero verlos comerse la
boca —intervino Jimin haciendo un gesto de disgusto.

Jeon y Kim, rieron separándose.

—¿No te despedirás de tus compañeros primero, Jungkook? —preguntó Min.


Jungkook se encogió de hombros.

—Les dije que me alegraba no volver a verlos nunca, eso cuenta como
despedida, ¿cierto?

Sus amigos rieron, sabiendo por experiencia que Jungkook sí había dicho
todo eso a sus compañeros.

—Hijo, son ya las 9:00 pm —informó Seojung—. Los empleados esperan en


casa para iniciar la cena, debo ir a darles indicaciones.

Su padre había organizado una cena elegante y costosa, todos estuvieron de


acuerdo en ir.

—Te alcanzaremos pronto, papá —aseguró.

Seojung asintió y se despidió cordialmente de todos, yéndose casi corriendo.

Pronto alguien más llegó.

—Felicidades, Jungkook, oficialmente eres todo lo que siempre quisiste —le


dijo SooJin llegando a su lado—. Un matemático que no volverá a ver a sus
compañeros mediocres. Supongo que puedes ser feliz con eso.

—Soy más que feliz, porque además de eso, tengo a Taehyung —aseguró
abrazando al menor por los hombros.

De inmediato Jungkook les preguntó a Jimin y YoonGi a Soojin, quienes se


llevaron muy bien inmediatamente. Por otro lado, algo alejado del grupo de
amigos, se encontraba Hoseok cabizbajo sin tener el valor de acercarse,
creyendo que no querrían verlo.

—¿No me saludarás? —escuchó Jung de repente, levantando la mirada de


inmediato y encontrando de frente a SooJin sonriendole—. Yo estaba muy
emocionado de volver a verlos.

Hoseok sonrió tímido.

—Uhm hola —musitó nervioso. Posteriormente, sin soportarlo más, se


acercó a SooJin abrazándolo con fuerza, sintiendo su corazón latiendo
rápidamente y un nudo en la garganta—. Lo siento... lo siento mucho.

—Está bien —dijo SooJin, correspondiendo dulcemente al abrazo—. Todo


quedó atrás, ahora estoy feliz porque has cambiado y cuidaste tanto a
Jungkook. Sabes, nada de esto estaría pasando si no fuera por ti y por
Taehyung. Gracias por pedir ese deseo.

Hoseok asintió soltando algunas lágrimas sobre el hombro de su amigo,


sintiendo después de todos esos años que podía perdonarse a sí mismo.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Luego de su graduación, más planes llegaron, más anhelos, sobre todo, uno
en especial.

Esa tarde, estaban teniendo un picnic en el campo de su casa, justo frente al


comienzo del atardecer. Sentados uno frente al otro, platicaba gustosamente,
rememorando lo bien que se sentía pasar tiempo juntos.

—Lucecita me ayudó a plantar girasoles —comentó el menor mientras comía


fresas—. Dice que serán verán bonitos en el jardín y le creo.

—Realmente amas las flores —dijo con interés, dándole más fresas a
Taehyung.

—Sí, es bonito cuidarlas y decorarlas —explicó con cierta emoción.

Tiempo después, cuando el atardecer se intensificó y ambos estaban sentados


uno junto al otro disfrutando la vista.

Jungkook, discretamente, estaba intentaba juntar todo el valor posible. Hasta


que por fin se animó, se separó girando un poco para estar frente a frente con
Taehyung, quien lo miró sorprendido por la inesperada acción.

—Taehyung, hay algo que quiero decirte.

—¿Qué es? ¿Es una sorpresa? —cuestionó emocionado.


El mayor sonrió.

—Sí, creo que en parte lo es —suspiró—. Sabes que no soy muy bueno con
las palabras, solo sé que te amo más de lo que podría decir y también sé que
quiero estar contigo toda mi vida.

Jeon sacó una pequeña caja color negro.

—Sé que no podemos casarnos formalmente por las estúpidas mentes


cerradas en éste país, pero quiero hacer algo representativo para ti, demostrar
lo mucho que te amo —explicó—. La primera vez que me llamaste esposo
sentí mi corazón volverse loco, pero tú realmente no sabías el verdadero
significado. T-Taehyung yo... quisiera que volvieras a llamarme esposo,
aunque no podamos casarnos formalmente, hagamos algo parecido nosotros
mismos y juremos con un anillo que estaremos juntos siempre como si
fuermos esposos, ¿aceptas ésta propuesta?

Una vez que terminó de recitarle aquellas bellas palabras, Taehyung no dudó
en rodear el cuello del mayor con sus brazos, demostrando con cariño que
realmente anhelaba todo ello también.

—¡Sí! —respondió finalmente repartiendo besos en todo el rostro de


Jungkook—. No importa si no es como los demás, es como nosotros lo
sentimos y para mí será como una unión real.

Jungkook tomó con delicadeza el mentón de Taehyung acercando sus rostros


y besó los labios rosáceos del menor. Taehyung correspondió el beso con el
mismo cariño y sentimiento.

Se separaron del beso y entonces Jungkook se perdió en sus pensamientos,


rememorando una y otra vez que estaba por cumplir su más grande anhelo.

Salió de su ensoñación cuando Taehyung le dio un corto ósculo en los labios.

—Los besitos hacen que te sientas feliz.

Jungkook sonrió, porque eso era cierto.

—Solo tus besos —respondió abrazándo al menor y volviendo a besarlo con


anhelo, separándose luego de un momento para bisbisear cerca de los labios
contrarios—. Entonces, futuro esposo, ¿le gustaría pasar una romántica y
larga noche conmigo como la primera vez en aquella cabaña?

Tímido y con las mejillas rojas, Taehyung sonrió.

—Sí, sí quiero, googi.

Jungkook besó con parsimonia los labios del menor, tomándose el tiempo de
apreciar cada segundo en que sus labios estaban juntos. Entonces, tomó a su
amado en brazos, cargándolo de forma nupcial hasta que entraron a la casa y
llegaron a su habitación, lo recostó suavemente en el colchón y se acercó de
nuevo a besarlo cada vez con más deseo. A medida que pasaba el tiempo, sus
besos lujuriosos siguieron camino hasta el cuello y las tentadoras clavículas
del menor, saboreando la suave piel del menor. Poco a poco la ropa fue
desapareciendo y su desnudez fue como una dádiva para el contrario, pues
era un deleite en su totalidad apreciar el cuerpo de la persona que amaban.

Sus coritos cuerpos eran megreados con desespero, chocando sus pieles con
ímpetu, caricias libidinosas eran repartidas por sus cuerpos desnudos,
buscando más contacto ante el deseo que invadía sus cuerpos candorosos.
Fue una noche plena de pasión y amor. Besos fogosos, sonidos obscenos de
pieles chocando, movimientos vehementes, gemidos placenteros y una escena
impúdica fue creada donde se sintieron completamente el uno al otro hasta
que sintieron sus almas unirse. Jungkook se aseguró que fuese un acto que
ambos disfrutaran, por lo que examinó por completo la anatomía tan preciosa
de su amado, tocando y descubriendo los lugares sensibles que causaban
placer al menor.

Terminaron extenuados por el acto, pero seguros de que el amor que sentían
el uno por el otro era exorbitante. Jungkook limpió superficialmente ambos
cuerpos, ulteriormente se recostó acercando el cuerpo sin fuerza de su novio
en sus brazos, abrazando y sintiendo la desnudez del menor sobre la suya.

—Googi —murmuró a punto de caer dormido—. ¿Prometes que estaremos


juntos y seremos felices?

Prometer algo a largo plazo era muy precipitado, Jungkook siempre pensó
así. Porque no se podían hacer promesas sobre un futuro incierto. Pero en esta
ocasión, Jungkook creía y tenía una sensación fehaciente de que estarían
juntos por siempre. Porque no se trataba de atarse a esa relación, sino de
saber que realmente se amaban tanto que sentía de corazón que podrían estar
juntos toda la vida.

—Lo prometo —contestó—. El tiempo que nos da la vida se queda


demasiado corto a comparación del tiempo que quisiera estar a tu lado.

Jungkook sintió la sonrisa de Taehyung sobre su desnudo pecho, y pudo jurar


que esa era una de las sensaciones más hermosas que pudo apreciar su
corazón.

Al día siguiente en su hogar, sus amigos les fueron a visitar. Y Jungkook se


encargó de hacerles saber las nuevas noticias y la respuesta de Taehyung ante
su propuesta.

—No puedo creerlo, ¡será como si de verdad fueran a casarse! —exclamó


Hoseok entusiasmado gritando junto con Jimin.

—Hey, Yoongi, ¿no deberías estar feliz por tu mejor amigo? —preguntó
Jungkook, acercándose a él animado—. No te preocupes porque no será una
boda real, nosotros la consideramos así y eso importa, ¿no?

Yoongi reaccionó, les miró tranquilo y sonriendo con nostalgia. Aclaró su


garganta y por fin habló.

—Felicidades a ambos, al final todo valió la pena —dijo con sinceridad.

Siguieron platicando de temas triviales, sólo pasando un agradable tiempo


como los buenos amigos que eran.

—Yo puedo encargarme del pastel para la fiesta —aseguró Jimin—. Me


encanta eso, tendrán el mejor pastel.

—No he comido pastel desde hace tiempo —puchero Taehyung por el


repentino antojo—. Desearía tener pastel ahora.

En un parpadeo, apareció en la mesita de la sala un pastel que se veía


delicioso a simple vista. Taehyung sonrió y se acercó al pastel emocionado,
posteriormente se fue a la cocina para llevar platos y cubiertos para compartir
con sus amigos.

—Y yo desearía un millón de dólares —exclamó Yoongi estirando una mano.

—¿Cómo sucedió eso? —preguntó Hoseok ignorando el comentario de Min


por lo sorpendido que estaba.

Jeon se encogió de hombros. Había experimentado tantas cosas extrañas que


no le sorprendía.

—Taehyung casi no convive con las personas del exterior, así que sigue
siendo el alma pura de siempre —explicó—. Probablemente por eso cuando
pide algo siempre lo hace de corazón y sin malas intenciones.

Todos asintieron viendo como Taehyung llegaba nuevamente para partir el


pastel y repartirlo a sus mayores.

—Eso es genial, Taehyung —le dijo Jimin—. Podrías desear ser el dueño de
todo el mundo si quisieras o incluso ser el más millonario del mundo.

Taehyung ladeo la cabeza confundido.

—¿Por qué querría eso si ya soy feliz, Jiminie?

—Pues para-

Un golpe en la cabeza fue lo que recibió Jimin antes de poder responder la


pregunta. Jungkook, siendo dueño de ese golpe, lo miró mal.

—No corrompas a mi prometido —le advirtió a Jimin, para después dirigirse


a su novio—. No es nada, Taehyung, olvídalo.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Todos sabían que no se casarían realmente, no ante la ley, pero entre ellos era
muy significativa esa unión y eso era lo importante.
Sus amigos y, algunos familiares de éstos, les acompañaron en esa pequeña
fiesta frente a su casa. Era elegante la decoración blanca que habían elegido,
todo se sentía cómodo y la atmósfera boyante.

—Yo Jeon Jungkook, te doy éste anillo prometiendo que la sinceridad, amor
y respeto serán el sustento de nuestra relación —pronunció, colocándole su
anillo a Taehyung—. Nunca dejaré de admirarte, aprenderé de ti todos los
días y juro solemnemente que estaré a tu lado hasta la eternidad.

El turno de Kim llegó y se preparó para leer la hoja donde pidieron que
escribiera lo que sentía.

—Yo, Kim Taehyung, prometo que amaré mucho a Jungkook, lo apoyaré , ¡y


siempre seguiremos viendo las estrellas juntos! —exclamó emocionado—.
Nuestra relación será la más feliz del mundo y quiero que seamos esposos en
ésta y todas nuestras otras vidas.

YoonGi limpió discretamente una lágrima que salió desprevenida, se sentía


bien ver a ambos tan felices.

También se sintió orgulloso de ver a Taehyung leer, porque él había visto


cada avance y superación personal de Taehyung. Desde aprender a hablar a
escribir, leer y contar. Sin duda estaba feliz de haber aceptado ayudarlo desde
un inicio.

Con el sentimiento letífico a flor de piel, Jungkook tomó a su esposo de la


cintura para acercarlo y unir sus labios en un cariñoso ósculo, con el que por
fin finalizaron la ceremonia. Disgregaron el beso, mirándose a los ojos con
una sonrisa, nada se comparaba con aquel sentimiento en sus corazones.

—¿Ya somos esposos? —exclamó Taehyung con emoción.

Los invitados rieron con ternura. Jungkook acomodó uno de los rizos
platinados de Taehyung acomodandolos tras su oreja con delicadeza.

—Sí, somos esposos —respondió—. Y yo el hombre más feliz del mundo.

Aplausos y gritos de festejo inundaron el lugar festejando a la nueva pareja.


Pronto una fiesta se inició y nuevos recuerdos fueron creados junto a sus
amigos como una familia. Bailaron y festejaron como los buenos amigos que
eran, incluso Jungkook intentó bailar a petición de Taehyung. Al final fue
una fiesta de bodas que disfrutaron ambos.

Era de tarde, el sol seguía iluminando, aunque estaba a punto de ocultarse.

Un baile en pareja finalizó y Jungkook salió de la pista tomado de las manos


con Taehyung.

—¿No quieres seguir bailando? —preguntó Taehyung.

—Me duelen los pies, además Jimin canta con gritos cada canción, está
hartandome —espetó. Ambos rieron—. Si quieres regresa con Hoseok a
bailar.

Taehyung asintió.

—Bien, te alcanzaré después.

Jungkook acercó la mano de Taehyung y le besó el dorso con cariño, pero al


hacerlo notó la pulsera que éste traía.

Una pulsera con un dije de una flor blanca.

—¿Quién te dio ésta pulsera? —preguntó.

—Yoongi —respondió sonriendo—. Es bonita, ¿verdad? Me la dio hace


muchísimos años y la encontré en mis cosas cuando regresé.

Flor blanca. "Mi flor blanca" así lo mencionaba Yoongi en sus libros.
Jungkook se abrió los ojos sorprendido al saber que, aquel amor imposible de
su mejor amigo, siempre fue Taehyung.

—Hoseok me habla, iré con él —dijo Kim acercándose para darle un beso en
la mejilla—. Ahora vuelvo.

—S-sí, está bien —respondió rápidamente.


Taehyung se fue corriendo con sus amigos.

Mientras tanto, Jungkook seguía pasmado, hasta que Yoongi apareció


dándole una palmada en la espalda.

—¿Por qué tienes esa cara tan preocupada en tu propia fiesta? —le preguntó
y río, posteriormente bebió un poco de champagne de su copa—. ¿Quieres
que vayamos a sentarnos? A eso iba yo.

Jeon asintió.

—Sí, sería bueno.

Se sentaron en una banca, charlaron un poco hasta que decidieron guardar


silencio.

De repente Jungkook notó que la mirada de Yoongi veía algo en específico,


estaba tan concentrado que por eso no habló más. Siguió la dirección de su
mirada y notó que estaba viendo a Taehyung riendo mientras bailaba alegre.

Jungkook se quedó pensando un poco más en la situación, hasta que


finalmente decidió hablar.

—¿Llegaste a enamorarte de Taehyung?

Yoongi tensó la mandíbula, tragó saliva nervioso y no lo volteó a ver ni


siquiera para responder, continuó mirando a Taehyung.

—Eso no importa.

Jeon frunció las cejas.

—Eso no es-

—No era conmigo con quien debía estar —le interrumpió volteando a verlo
con una triste sonrisa de labios sellados.

Jungkook se quedó callado, no sabía cómo sentirse.


Yoongi bebió lo poco que quedaba de su copa y la dejó en la banca,
posteriormente se levantó. Jungkook lo vio comenzar a caminar, notó sus
intenciones de irse.

—Yoongi —le llamó. Éste se detuvo y volteó—. Gracias...

Min sonrió por la sinceridad en las palabras de Jeon.

—Para eso están los mejores amigos menos horribles.

Sin más que decir, Yoongi nuevamente siguió su camino y se fue.

Jungkook estaba triste por Yoongi, pero tenía esperanza de que éste pudiera
superar su enamoramiento por Taehyung. Después de todo, si todos tienen
una persona especial, algún día llegaría la de Yoongi.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Con el tiempo que pasó, su relación fue como un paraíso. Realmente


disfrutaban tanto su relación como sus vidas personales.

Taehyung adoptó a su propio cachorro, un adorable cachorrito al que nombró


Yeontan. También abrió su propia florería. Afortunadamente logró progresar
por su gran atención e impecables decoraciones. Asimismo había conseguido
varios clientes frecuentes, tratándose de algunas señoras que se habían
encariñado con el adorable Taehyung.

Jeon estacionó su auto y bajó, caminó hasta llegar a la florería de su esposo.

Se detuvo antes de entrar, observando cómo Taehyung adornaba un hermoso


ramo púrpura para un señor de la tercera edad. Kim se veía tan feliz haciendo
su trabajo que Jungkook sólo sintió un enorme orgullo de estar con ese bello
hombre.

—Gracias, Taehyung, a mi esposa le gustaron tanto las flores anteriores que


me mandó a comprarle más —informó riendo el hombre luego de pagar el
ramo, Taehyung rió con su cliente—. Nos vemos y ten un buen día.

—Adiós, Señor Kang —se despidió guardando el dinero en la caja


registradora escuchando la campanilla de la puerta soñar indicando que
alguien había entrado.

—Quisiera comprar un ramo para mi esposo —dijo alguien entrando a su


tienda—. Aunque no sé si le guste porque ninguna de éstas flores es tan bella
como él.

—¡Googi! —exclamó corriendo a los brazos del mayor, quien le tomó por la
cintura.

—¿Listo para ir a casa, amor?

Por lo general, luego del trabajo, Jungkook pasaba por Taehyung a la florería
y ambos se iban a casa a disfrutar del bello día. Aunque algunas veces,
Taehyung tenía pedidos de adornos y debía trabajar más tarde, por lo que
Jeon no dudaba en ayudarle.

—Sí —tomó su bolso—. ¿Haremos nuestro día de campo?

Jungkook asintió besando la frente del menor.

—Por supuesto.

ᵵᶅᶋ ᶍᵿᶂᶂ ᵷᶂᶍᵷᶏᶉ ᵸᵻ ᶃᶏ ᵸᵻᶂᶅᶌᵻᵺ ᶉᶊᵷᶈ ᵻᶌᵻᶄ ᵿᶄ ᵷᵼᶊᵻᶈᶂᵿᵼᵻ

—¡Yeontan devuélveme mi maldito zapato! —exclamó Jeon desde la manta


en medio del campo donde se encontraba con su esposo. Yeontan siguió
corriendo jugando con el zapato de Jeon. —Quisiera que ese perro alguna vez
me hiciera caso.

Taehyung rió.

—No te enojes con él, Jungkook, es como nuestro hijo.

—Tienes razón —apoyó la idea—. Y amo nuestra familia, pero nuestro hijo
está terminando con todos mis zapatos.

El tiempo pasó como siempre, horas jugando, platicando y llenas de cariños


repartidos con sinceridad. De un momento a otro las estrellas comenzaron a
verse en el cielo, pero ellos siguieron afuera recostados uno junto al otro
mirando el cielo.

—Sabes, Jungkook, me pregunto si el deseo que pedimos hace años para


volver a vernos se cumplirá en nuestras otras vidas, ¿te digo qué deseé? —
murmuró. Jeon asintió—. Deseé poder estar a tu lado en cada una de mis
vidas y prometí que, si se cumplía el deseo, me encargaría de que siempre
estemos juntos.

Jungkook sonrió, se sentó en la manta haciendo que Taehyung también lo


hiciera.

—Yo deseé lo mismo —reveló—. En cada momento y en cada respiro estar


contigo y, en cada vida, recordarte para así siempre estar unido a ti.

Un largo suspiro salió de los labios de Kim.

—¿Y si no me recuerdas? —preguntó abultando su labio inferior.

Por tan boyantes palabras Jungkook se acercó al menor y poco a poco


unieron sus labios en un preciado ósculo. Cerraron los ojos y se sintieron en
la misma ataraxia en la que se sentían al estar juntos. Un paraíso sin
comparación, lleno de su sincero amor y honestas palabras.

Cuando disgregaron el beso, Jungkook cerró los ojos y juntó ambas frentes
sintiendo el cálido aliento contrario chocar contra su rostro.

—Yo sé que lo haré, porque siempre que vea el cielo te recordaré y entonces
le pediré a pediré a SooJin, que me reúna de nuevo con mi bella estrella —
aseguró—. ¿Recuerdas que dije que siempre pediré como deseo volver a estar
contigo?

—Tienes razón —aseguró Kim—. Lo pedimos de corazón así que se


cumplirá.

—Claro que sí, significa que los dos nos amamos de la misma forma —
musitó—. Solo nos queda disfrutar ésta vida y esperar que en la que sigue
podamos estar juntos también.
Con esos deseos una promesa fue sellada, una promesa que venía desde el
alma y esperaba ser cumplida en el futuro incierto. Aún así sentían la
tranquilidad de saber que, en ese presente, su amor siempre fue tan preclaro y
noble que nada lo podía comparar.

ᶾᶲᶯ ᶯᶸᶮ

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