Ermitas Rurales Yeclanas

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ERMITAS RURALES YECLANAS

Juan Blzquez Miguel y Martn Azorn Cant


1. INTRODUCCIN. Raro es el paraje yeclano, donde se agrupen varias casas, que no tenga una ermita aneja en sus proximidades. Las ermitas rurales son evocadores de calurosas jornadas agrcolas, a cuya sombra acudan los trabajadores a reponer sus agotadas fuerzas. Evocadoras de tradicionales bodas campesinas, que eran recordadas en las ociosas y largas noches pueblerinas. Evocadoras de misas domingueras y festivas en los interminables estos. Evocadoras, en fin, de unas pocas de las que en muchos aspectos son los nicos testigos que an yerguen sus maltrechas y desconchadas paredes en los campos de nuestra tierra. Su presencia se observa por doquier a lo largo y ancho del trmino municipal de Yecla: El Espinar, el Arab, Los Hitos, La Hoya del Mollidar, La Casa de la Ermita, la Venta de las Quebradas, etc. La ermita rural ha tenido un largo uso tradicional hasta hace varias dcadas. Tiene su origen en la Edad Media. En Yecla, es probable que la primera fuese la del Castillo, desconocindose datos histricos o documentales que avalen este aserto, pero la leyenda tejida en torno a ella, y recogida por Gimnez Rubio, as parece indicarlo. (1) La ermita d San Roque es, con toda seguridad, de finales de la Edad Media. En su momento estaba ubicada extramuros, y actualmente se halla englobada en pleno casco urbano. Su construccin est datada en el ao 1451, segn constaba en una inscripcin ya desaparecida. (2) Hasta no hace mucho, se haba venido considerando que la mayora de las ermitas rurales yeclanas eran del siglo XVIII, pero como mnimo existen 13 edificadas en el siglo XVII (3) y varias de la centuria anterior, ya debidamente estudiadas. Mencin especial merece, por su singular devocin y representatividad, la de la Magdalena, que tradicionalmente se consider fundada por los franciscanos en el 1565, error lgico -y muy comn- cuando un aserto histrico se basa solamente en la tradicin, la cual, evidentemente, siempre refleja una realidad concreta, pero adulterada o deformada con el transcurso de los siglos. La Magdalena era ya una antigua ermita en 1530, y estaba casi en ruinas de pura vetustez. Para su reparacin y mantenimiento era una tradicin, al menos desde principios del siglo XVI, dejar en los testamentos un donativo. (4)

Ermita de la Venta de las Quebradas, antes de su restauracin. Plumilla de Cati Azorn.

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edificios -o sus ruinas- se alzan en el agro, en la amplia llanura, y la documentacin ha sido exhumada de los polvorientos legajos de los archivos. Y eso ha sido lo que nos ha inducido a escribir estas lneas y dar a conocer una pgina minscula, pero entraable, de la vida de antao. Las ermitas, junto con los vestustos caserones y los antiguos aljibes, constituyen una arquitectura singular en el campo yeclano, fiel reflejo, de alguna manera, de las directrices arquitectnicas de la poca. Son, en su gran mayora, severas y sencillas, dependiendo su ornato del poder econmico de su fundador. Muchas se encuentran anejas al casern de labranza; otras, separadas, constituyendo un conjunto arquitectnico de recia personalidad. Los materiales son idnticos a los empleados en los caserones, usndose el tapial en muchos casos. Es poco frecuente la utilizacin de la piedra sillar. Pocas ermitas ostentan escudos en sus fachadas. Actualmente se conservan en la ruinosa ermita del paraje del Carrascalejo, y en la denominada Casa de la Ermita. Algunas muestran sencillos adornos, a veces de sillera, como la de la Venta de las Quebradas. No son raras las ermitas que poseyeron pinturas murales en el interior y que, posteriormente, fueron cubiertas por una fina capa de yeso, como puede apreciarse todava en la de Los Hitos y El Espinar. Por lo general suelen ser diminutas y de planta rectangular. Su fachada termina en varios ejemplares en un cuerpo elevado: la espadaa, donde se colocaba la campana. Algunas poseen una especie de pequeo atrio, con un enrejado alrededor de la fachada principal. No son muy numerosas las que cuentan con una pequea sacrista donde se guardaban los objetos religiosos.

Ermita de la Casa de Don Germn. Plumilla de Cati Azorn.

Durante el siglo XIX, tambin se edificaron varias ermitas en diferentes parajes del trmino municipal, e incluso las hay construidas en pleno siglo XX. Estas modestas construcciones religiosas no han merecido el inters de los estudiosos hasta hace pocas dcadas, y Yecla no ha sido una excepcin. Con todo, los

Fachada ruinosa de la Ermita del Carrascalejo, de principios del siglo XVII. Foto Diego Vicente.

Ermita rural ubicada en las proximidades del paraje de Los Torrejones. Plumilla de Juan Ortuo.

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Sus dimensiones no permiten ms que la asistencia de la familia y de sus allegados, pero no faltan las que, a pesar de su modestia, tienen cabida para una docena de fieles, que durante los actos religiosos se colocaban dejando un estrecho pasillo en el centro. Las ermitas, que durante siglos se han conservado, restaurado y enriquecido desde el xodo rural, hacia la ciudad -desde hace varias dcadas-, se encuentran de capa cada. A excepcin de muy pocas que se conservan en perfecto estado y en las que se ha oficiado misa en los ltimos aos en algn acontecimiento extraordinario, la mayor parte de ellas estn en ruinas o sirven de almacn agrcola, establo o cochera. Les faltan las campanas, objetos religiosos y, en varios casos, hasta la techumbre. Algunas han sido expoliadas. Los muros desconchados, las puertas envejecidas y la desidia de alrededor, pregonan la muerte de muchas de estas ermitas. 2. ERMITAS DEL SIGLO XVIII. Concretamente del siglo XVIII, nos ha llegado informacin de 20 ermitas, aunque tan slo 13 corresponden propiamente a esta poca, ya que las otras siete son anteriores, aunque pertenezcan a este siglo, debido

a que su funcionamiento dejaba mucho que desear -en algunos casos, incluso no funcionaban en absoluto-, y es ahora cuando son dotadas para que cumplan los fines para los que fueron creadas. El importe necesario para estas dotaciones variaba segn las pocas. As, en 1730 eran necesarios, como mnimo, seis ducados anuales de renta, habiendo subido la cantidad, a finales de siglo, a quince ducados. Era preciso, como es natural, tener permiso del obispo para poderlas edificar, siendo tradicin solicitarlo apovechando su visita a esta localidad. - El 2 de marzo de 1705, Jos Qulez de los Ros dota la ermita que haba sido edificada por Elvira Quflez de Amaya, la cual no estaba consagrada a pesar del tiempo transcurrido, con 4 fanegas de tierra junto a ella, en el Carche. (5) - El 2 de abril de 1734, Francisco Palao de Espejo, dota con 41 fanegas en el Cerro, valoradas en 2.460 reales, la ermita sita en el mismo paraje, bajo la advocacin del Dulcsimo Nombre de Jess. (6) - Dos son las dotadas en el ao 1754. Una el 20 de mayo, en el paraje de los Cerros del Campo, para lo cual, Jos Daz Muoz ofrece 12 fanegas en dicha partida,

Ermita de la Casa de la Ermita, en la Boquera del Carche. Dibujo de Juan Ortuo.

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valoradas en 2.000 reales, advirtiendo que el obispo le ha indicado que el valor de la dote ha de ser 8 ducados de renta anual, pero lo que l ofrece supera con creces esa cifra. (7) - La otra se encuentra ubicada en El Pozuelo, y con fecha de 26 de septiembre, Bartolom Lorenzo Ortuo Navarro la dota con 9 fanegas y 5 celemines, tasados en 1.806 reales. (8) - El 6 de septiembre de 1770, los esposos Francisco Valentn Soriano y Mariana Azorn, edifican y dotan una ermita en el Revertiente, ofreciendo para ello una via de 8 peonadas, con olivos, en la Senda de los Jinetes, por un valor de 4.000 reales. (9) - Ocho aos despus, concretamente el 28 de abril de 1778, Luis Antonio de Mergelina, dota una ermita en La Balsa, con 6,5 fanegas en dicha partida, valoradas en 3.900 reales, lo que produce una renta anual de 10 ducados. (10) - Exista en El Pulpillo una ermita muy antigua (ya consta su existencia en 1620), pero era tal su abandono que, en la ltima visita del obispo, fue mandada cerrar. Nadie saba quin la haba mandado edificar ni cundo. As pues, los terratenientes de los alrededores decidieron unir sus fuerzas y sus dineros, y se comprometieron a reedificarla. Fueron stos: Juan Ortuo Soriano, Juan Ibez Soriano, Antn Hidalgo de Quintana y Francisco Muoz Vicente. No la dotaron con cantidades concretas, sino, simplemente, obligaron sus bienes a tal fin. Fue el da 24 de enero de 1782. (11) - El 29 de abril de 1784, Antn Palao de Espejo dota otra ermita en El Pozuelo, con 10 fanegas de tierra junto a ella, valorada en 4.500 reales. (12) - Al ao siguiente, el 22 de junio, Felipe Pascual Daz edifica y dota una ermita en Marisparza con dos fanegas en la misma partida, tasadas en 3.600 reales. (13) En el ltimo decenio de este siglo, hay una verdadera fiebre de deseos de erigir y dotar ermitas rurales, pues son nada menos que 10, casi la mitad de todas las de esta centuria, las que ven elevarse sus muros en los campos yeclanos. - La tanda empieza en 1793, en la que se construyen 4. El 15 de septiembre, Felipe Pascual Daz Alarcos y Palao dota y termina la construccin de una ermita en Marisparza, que haba sido comenzada a construir en 1784, pero las obras se paralizaron, y la dotacin -requisito imprescindible- nunca se hizo efectiva. A tal fin ofrece 10 fanegas en dicha partida. (14) 62

- Cuatro das despus, Miguel Gil Marco, dota la situada en La Carrasquilla. Esta haba sido edificada en 1740, pero las escrituras se haban extraviado y su situacin legal no deba estar muy clara. Son cinco las fanegasde tierra que son ofrecidas, sitas junto a ella. (15) - El 8 de octubre confirma la dotacin efectuada por su antepasado, Francisco de Yarza y Olacarn a la ermita de la Caada del Pulpillo, consistente en 20 fanegas en esa misma partida. (16)

Estado de la pila de agua bendita de la ermita de "El Espinar". Foto Diego Vicente.

- Cinco das despus, Pedro Serrano Spuche, hombre al parecer muy devoto, se obliga con todos sus bienes, por s y por sus sucesores, a cuidar de las ermitas edificadas por sus antepasados, que eran dos: una en la Hoya del Mollidar, bajo la advocacin de San Pedro Apstol, y otra en Los Charquillos, bajo la de la Expectacin de Nuestra Seora. De ambas ermitas se haban perdido los documentos y l desea poner en claro su situacin. (17) - Con fecha 24 de febrero de 1794, el presbtero Matas Fontes Prez, dota la ermita de Nuestra Seora del Rosario, en El Pozuelo, con una renta de 15 ducados anuales, con cargo al heredamiento de su propiedad, de unas 40 fanegas de tierra en dicha partida. (18) - El 25 de febrero de 1795, Jos Qulez Yarza, clrigo de menores, dota y construye una ermita en El Carche, dotndola esplndidamente con un cuarto de jornal de huerta en el Plano, valorado en 5.800 reales, y otro tanto en La Redomilla, con un cuarto de agua para

el riego, tasado en 6.000 reales, todo lo cual suma la nada despreciable cantidad de 11.800 reales. (19) - Dos aos despus, el 13 de julio de 1797, es Catalina Snchez de Amaya, viuda de Jos Joaqun de la Torre Martnez, quien dota la ermita situada en la umbra de Pea Blanca con dos fanegas junto a ella, las cuales producen una renta de quince ducados anuales. (20) - Unos meses ms tarde, el 14 de diciembre, Felipe Santiago Muoz y Azorn, dota a la ermita de Las Moratillas con el importe de arrendamiento anual de su casa en la plaza, contigua al mesn situado bajo la lonja, que era tambin suyo, cuyo importe asciende a 300 reales. (21) - Las dos ltimas ermitas corrresponden a 1798. El 29 de junio, Alonso Soriano dota la de La Caada, bajo la advocacin del Santsimo Cristo Crucificado, fundada mucho antes por Juan Soriano Vicente, comprometiendo para ello todos sus bienes. (22) - La ltima ermita de este siglo, documentada histricamente, es de fecha 6 de julio. Francisco Muoz Vicente Ibez dota la situada en El Portichuelo con una via sita junto a ella, valorada en ms de 7.000 reales y cuya renta anual es superior a los quince ducados. (23) Esto es cuanto, histricamente, puede decirse hasta el momento de estas singulares edificaciones. Nuestro deseo es que estas pginas sirvan para concienciar a la sociedad, que en modo alguno puede ser permisible que por desidia, desinters o ignorancia, estos venerables recuerdos de nuestro pasado sigan sufriendo una progresiva y, en algunos casos, definitiva ruina y que a nuestros hijos y a nuestros nietos no les sea dado solazarse con la entraable visin de estas modestas construcciones que son parte indeleble de Yecla. Es algo que la historia difcilmente nos perdonara y ellos, casi con toda seguridad, no.

(2) SORIANO TORREGROSA, F.: "Historia de Yecla". Valencia, 1972. Pg. 168. (3) BLAZQUEZ MIGUEL, J.: "Yecla en el siglo XVII". Yecla, 1988. Pgs. 314-318. (4) BLAZQUEZ MIGUEL, J.: "Yecla en su historia". Yecla, 1989. Pg. 87. (5) Archivo Histrico de Protocolos Notariales de Yecla (A.H.P.N.Y.), Leg. 71,5, fol. 12. (6) A.H.P.N.Y., Leg. 114,11, fol. 7. (7) A.H.P.N.Y., Leg. 63,5, fol. 82. (8) A.H.P.N.Y., Leg. 63,5, fol. 171. (9) A.H.P.N.Y., Leg. 47,7, fol. 87. (10) A.H.P.N.Y., Leg. 49,2, fol. 71. (11) A.H.P.N.Y.,Leg. (12) A.H.P.N.Y., Leg. 125,1, fol. 86. (13) A.H.P.N.Y., Leg. 125,1, fol. 122. (14) A.H.P.N.Y., Leg. 112,7, fol. 158. (15) A.H.P.N.Y., Leg. 52,2, fol. 79. (16) A.H.P.N.Y., Leg. 112,7, fol. 174. (17) A.H.P.N.Y., Leg. 52,2, fol. 93. (18) A.H.P.N.Y., Leg. 52,3, fol. 37. (19) A.H.P.N.Y., Leg. 132,3, fol. 27. (20) A.H.P.N.Y., Leg. 132,5, fol. 62. (21) A.H.P.N.Y., Leg. 54,1, fol. 120.

3. BIBLIOGRAFA Y ARCHIVO DE PROTOCOLOS NOTARIALES DE YECLA. (1) GIMNEZ RUBIO, P.: "Memoria de apuntes para la historia de Yecla". Yecla, 1865. Pgs. 107/112.

(22) A.H.P.N.Y., Leg. 54,2, fol. 139. (23) A.H.P.N.Y., Leg. 135,6, fol. 109.

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