Las Preguntas de La Vida-Fernando Savater
Las Preguntas de La Vida-Fernando Savater
Las Preguntas de La Vida-Fernando Savater
Fernando Savater
2002-2003
INDICE
Anexo
Este libro de Fernando Savater se nos presenta como un manual de introduccin a la Filosofa. Contiene varias partes: 1- Advertencia previa 2- Introduccin. El por qu de la filosofia 3- Captulo primero. La muerte para empezar 4- Captulo secundo. Las verdades de la razn. 5- Captulo tercero. Yo adentro, yo afuera 6- Captulo cuarto. El animal simblico 7- Captulo quinto. El universo y sus alrededores 8- Captulo sexto. La libertad en accin 9- Captulo sptimo. Artificiales por naturaleza 101112131415Captulo octavo. Vivir juntos Captulo noveno. El escalofro de la belleza Captulo dcimo. Perdidos en el tiempo Eplogo. La vida sin por qu Despedida Principales estrellas invitadas
Cada capitulo pretende tratar una parcela determinada de dicho saber, pero teniendo en cuenta, por encima de todo, su concatenacin. La idea fundamental latente en la composicin del libro es el hecho de la filosofa como sistema, como conjunto de elementos relacionados entre s. Slo de esa forma se podr llegar a poseer una visin general de este saber en su relacin temtica y con otros saberes, como el cientfico. La respuesta
cientfica es una respuesta complementaria y vlida de la cientfica. La sistema de y creencias en las que el ser humano basea su sistema vital.
Pero la filosofa supone, por encima de todo, la curiosidad de la duda. La adolescencia, como edad del descubrimiento, supone el descubrimiento de la complejidad de la realidad y del ser humano, y de la complejidad, de la falta de entendimiento, de la curiosidad, nace la sucesin de preguntas que supone la filosofa.
Lucrecio lo constata en unos versos y lo resume as: ni antes nos doli no estar ni es razonable suponer que luego nos doler nuestra definitiva ausencia: si la muerte es no ser ya la hemos vencido una vez el da que nacimos. Lichtenberg daba la razn a Lucrecio: nuestro estado anterior es al presente lo que el presente es al futuro. Provenimos de un estado en el que sabamos del presente menos que del futuro. La muerte nos hace pensar, nos convierte a la fuerza en pensadores, en seres pensantes, pero an as no sabemos que pensar de la muerte. Segn Spinoza un hombre libre piensa ms que nada en la muerte, sin embargo el conocimiento obtenido de esa meditacin es sobre todo de la vida (cuando la muerte nos angustia es por algo negativo, por los goces de la vida que perdemos con la muerte propia o por la perdida de seres queridos si se trata de la muerte ajena). Cuando la vemos como un alivio es tambin por algo negativo, por los dolores de la vida que nos ahorrara la muerte. Sea temida o querida la muerte es pura negacin. La muerte sirve para hacernos pensar no sobre la muerte sino sobre la vida. La muerte, con su urgencia, despierta el apetito de pensar, es decir, de querer estar realmente vivo.
c. Cmo puedo ampliarlos, mejorarlos o cambiarlos por otros ms fiables? Unas cosas las sabemos porque nos las han dicho otros, o nuestros padres o conocidos o tambin puedo saberlo por experiencia propia. Pero casi nunca tenemos certeza acerca de las preguntas que nos surgen con respecto a los temas comentados. Otras cosas se saben porque las hemos estudiado. Como
son las asignaturas de nuestra infancia. Pero tambin hay una gran parte de estos conocimientos que estn formados gracias a nuestras propias experiencias, como por ejemplo que el fuego quema y que el agua moja. Pero hay que saber hasta que punto se est seguro de estas cosas, y no en todas se tiene el mismo grado de certeza. Es imprescindible revisar de vez en cuando algunas cosas de las que crees saber, y compararlas con otros conocimientos. La razn no es algo que me cuentan ni que aprendo ni nada de eso, es el procedimiento que utilizo para organizar las noticias que recibo, buscar y sopesar argumentos antes de aceptar como bueno lo que creo saber. El objetivo del mtodo racional es establecer la verdad, es decir, la mayor concordancia entre lo que creemos y lo que es realmente. La verdad se busca mediante el examen racional de nuestros conocimientos. La verdad y la razn buscan la universalidad es decir su validez para todos los humanos hasta para mi mismo. La razn intenta unir, armonizar, lo subjetivo con un punto de vista ms objetivo. Para desconfiar de los criterios universales de razn y de verdad necesitamos algo as como una razn y una verdad que sirvan de criterio universal.
Al escepticismo se le reprocha que es contradictorio consigo mismo (Yo solo s que no se nada). Para el escptico todo supuesto conocimiento es dudoso y no somos capaces e establecer si hay algn conocimiento verdadero. Contra eso se puede decir que tiene buenos argumentos contra la posibilidad del conocimiento racional, pero para ello necesita utilizar la propia razn para convencernos de que razonar no sirve para nada. Podemos sostener que cada una de nuestras creencias concretas es fallible pero si nos equivocamos debe entenderse que podramos acertar. Se define conocimiento como una combinacin de cuanto aporta la realidad con las formas de nuestra sensibilidad y las categoras de nuestro entendimiento. A finales del siglo XVIII en su critica de la razn pura Immanuel Kant afirmo que no conocemos la realidad pura sino solo como es lo real para
nosotros. Tal explicacin esta de alguna manera presente en Aristteles y en Locke. El relativismo pone en cuestin que podamos alcanzar alguna vez la verdad mediante la razn debido a que no hay verdad absoluta y universal, por que segn nuestra etnia, sexo, clase social y otros condicionamientos subjetivos, tendremos una manera de razonar y de considerar lo que es verdad mediante la razn.
El razonamiento es universal, no se puede excluir a nadie del dialogo en el que se argumenta. El correcto razonamiento no se aprende en soledad, sino que se inventa dialogando con nuestros semejantes toda la razn es fundamentalmente conversacin. Conversar no es escuchar lo que te dicen o que te escuchen, tiene que ser una conversacin entre iguales. La razn no slo es un instrumento para conocer sino que tiene relevantes consecuencias polticas. La democracia se basa en la igualdad de las personas, como en la razn en las que todo el mundo tiene derecho a opinar, consiste en defender pblicamente las propias opiniones, no se pueden tener a todas las opiniones igual de validas, ya que de alguna manera hay que jerarquizarlas para poder aceptar las mejor argumentadas y desechar las errnea para poder llegar a la verdad, Pero eso no quiere decir que no se tengan en cuenta estas opiniones, ya que todas deben de ser analizadas y debatidas para poder llegar a encontrar la verdad. Para poder utilizar correctamente la razn no basta con ser solo racional sino que tambien razonable, acoger en nuestro razonamiento el peso argumental de otras subjetividades que tambin se expresan razonablemente. Debemos sopesar los argumentos que nos dan y si lo creemos necesario sustituir los nuestros por los que se nos han argumentado ya que la verdad es el resultado de un razonamiento, no su punto de partida
En cualquier caso, parece que siempre se ha intentado definir lo humano por contraposicin con lo animal y con lo divino. Sin embargo, a partir del siglo XIX, desde que Darwin afirm que el hombre proceda del mono y que era el resultado de la evolucin de las especies, nuestra filiacin zoolgica (argumento fundamental que demuestra nuestro parentesco con los animales) se ha convertido en doctrina cientfica casi universalmente acepta menos por algunos religiosos que niegan asumir nuestro origen animal, ya que creen que por el hecho de someternos a Dios, se nos eleva a un nivel superior al de los otros seres.
Pero la zoologa no es una ciencia bastante amplia para comprender lo humano ya que este es un ser mucho mas complejo que los dems, un ser insatisfecho (la razn humana busca medios para lograr determinados fines y tambin nuevos fines, lo contrario de la razn animal que busca los mejores medios para alcanzar ciertos fines estables y determinados). En los animales, la inteligencia parece estar exclusivamente al servicio de sus instintos que sirven para satisfacer sus necesidades vitales bsicas mediante conductas fijas idnticas para todos los individuos de la especie. En cambio los humanos utilizamos la inteligencia para satisfacer nuestros instintos como para descubrirnos necesidades nuevas, para lograr fines aun inciertos o indeterminados. Para marcar esta diferencia, algunos hablan de conducta animal (predeterminada) frente a comportamiento humano (indeterminado, libre) as pues, el hombre nunca esta satisfecho con lo que obtiene, es un animal insatisfecho, siempre busca algo mejor, en cambio los animales se conforman con sobrevivir. Algunos filsofos contemporneos (como Max Scheler) distinguen entre el medio propio en el que habitan los animales y el mundo en el que vivimos los humanos. -En el medio ambiente del animal, no hay nada neutral. -Al contrario, en el mundo humano cabe cualquier cosa, incluso lo ajeno a nosotros, lo pasado, lo posible, el futuro... En un ensayo, Tomas ngel se pregunto cmo ser eso de sentirse murcilago. A esta pregunta es imposible dar respuesta porque para ello deberamos compartir su mismo medio ambiente como seres independientes (los hombres vivimos en el medio del murcilago como interferencias. Los lenguajes animales se refieren siempre a las finalidades biolgicas de la especie, mandan avisos o seales tiles para la supervivencia del grupo (sirven para decir lo que hay que decir) Los lenguajes humanos son ms complejos y profundamente distintos, no tienen un contenido previamente definido, se puede hablar de cosas que han ocurrido o que no han tenido lugar o referirse a la posibilidad o imposibilidad de que ocurran. Al contrario de los animales, lo hombres utilizamos el lenguaje para decir lo que queremos decir que revela una voluntad de comunicacin por ejemplo: los nios tienen una gran ansia de aprender y poder hablar, no
necesitan motivaciones ni recompensas por hacerlo sin embargo el chimpanc esta estimulado por las recompensas sin mostrar ningn gusto personal por el lenguaje. El lenguaje nos sirve tanto para expresarnos como para comunicarnos (podemos comunicar lo que queremos expresar), todo idioma nos permite tener un mundo pero una vez adquirido este no lo cierra a las aportaciones de nuestros sentidos ni mucho menos a la voluntad de comprender e intercambiar con nuestros semejantes. Un pensador contemporneo, Ernst Cassirer afirm que el hombre es un animal simblico es decir que su principal realidad es simblica as como el lenguaje humano o la vida misma del hombre.
obligacin de respetar la vida. El valor unitario, la obligacin de no contaminar el aire. El criterio esttico, el respeto por la naturaleza, que nos proporciona placer al observarla. La relacin entre el hombre y la naturaleza se bas en gran medida en la tcnica. A diferencia de la ciencia, que es comparativa y cutre de la naturaleza, la tcnica tiene la intencin de obtener algo nuevo sin ser imitacin de nada ni de nadie. De todos modos existen muchas opiniones acerca de la naturaleza, pero se centran todas en que tiene que recibir una cierta adoracin por parte de la vida que la habita.
La muerte:
La muerte es la incgnita que invade nuestro pensamiento, aquello que ni nuestra mente, ni nuestra ciencia puede resolver; la muerte, ese misterio de nuestra vida oculto entre las sombras de lo desconocido, esa barrera que a pesar de nuestros intentos sigue atormentando nuestro futuro. En las sociedades occidentales, la muerte se ha considerado tradicionalmente como la separacin del alma del cuerpo. En esta creencia, la esencia del ser humano es independiente de las propiedades fsicas. Debido a que el alma carece de manifestacin corprea, su partida no puede ser vista. Los hombres al hablar de la muerte en general o de la muerte de personas que nos son extraas, la declaran perfectamente natural; con gran conviccin asentimos a los argumentos a favor de la necesidad absoluta de la muerte, pero se nos muestra inmediatamente como una amenaza como una desgracia, hasta como una injusticia, cuando afecta a una persona querida. En esos casos la muerte deja de ser algo natural para convertirse en una fatalidad. A lo largo de las diferentes pocas de la literatura espaola la muerte fue afectando a los autores en diferentes formas, imponiendo muchas veces miedo pero tambin paz. La mayora de los hombres se desdoblan imaginariamente, se ven morir y muertos, como si fuesen exteriores a s mismos como si estuviesen a la vez muertos y sin embargo vivos. Imaginan el dolor de sus parientes, la alegra de sus enemigos y suelen horrorizarse ante los hechos. Cuando un hombre tiene miedo de que alguien muera suele deberse a que lo amamos y le deseamos ese bien natural supremo que es la vida, aunque a veces el miedo a la propia muerte es otra de las causas. El miedo a la muerte, es entonces, perfectamente natural pero deja de serlo, sin embargo, cuando en lugar de servir a la vida, impide vivir. Muchas veces la muerte de los dems nos recuerda la propia y as como pasamos gran parte de nuestro tiempo comparndola con los placeres de la vida o afirmando que es largo el tiempo que nos queda.