Uncion de Los Enfermos 3
Uncion de Los Enfermos 3
Uncion de Los Enfermos 3
DE LOS
ENFERMOS
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reís sobre la fe
aban Escudero
po de Palencia
Abordaremos estos temas:
El sacramento de la Unción
El ritual de la Unción
La enfermedad y el enfermo
La enfermedad es
algo extraño a No sólo sufre un miembro o una parte del cuerpo, sino
nosotros mismos, que todo mi yo personal.
altera nuestra vida.
"No tengo plata ni oro -le dijo-, "La gente sacaba los enfermos a
El anuncio del evangelio en el
pero te doy lo que tengo: en las plazas, y los ponía en catres y
mundo debía de estar
nombre de Jesucristo Nazareno, camillas, para que, al pasar Pedro,
acompañado del cuidado y de la
levántate y anda" su sombra, por lo menos, cayera
curación de los enfermos.
(Hch 3, 1-10). sobre alguno" (Hch 5,15)
Deber de un cristiano
Desde los primeros siglos, los cristianos se han
distinguido por su atención a los enfermos.
• De su solicitud amorosa surgieron los primeros hospitales.
El sacramento de la Unción
confiere una gracia particular,
• Que une más íntimamente al enfermo a la
Pasión de Cristo
Por su bien y por el de toda la Iglesia
Otorgándole fortaleza, paz, ánimo y
también el perdón de los pecados, si
el enfermo no ha podido confesarse. En todo caso, esta
Unción prepara al
enfermo para pasar
a la Casa del
Padre.
Además, este
sacramento concede a
veces, si Dios lo
quiere, la recuperación
de la salud física.
Unción de los enfermos
Por tanto, el
El concilio Para indicar que tiempo oportuno
Vaticano II ha no está destinado para recibirlo
llamado a este sólo a los comienza
sacramento enfermos que • “Cuando el cristiano
“unción de los están a punto de ya empieza a estar en
peligro de muerte por
enfermos” morir. enfermedad o por
vejez” (SC 73).
Por esta santa Unción
r ^
Te rogamos, Redentor nuestro, que por la gracia del
Espíritu Santo, cures los dolores de los enfermos, sanes
sus heridas, perdones sus pecados, ahuyentes todo
sufrimiento de su cuerpo y de su alma y les devuelvas la
salud espiritual y corporal, para que, restablecidos por tu
misericordia, se incorporen de nuevo a los quehaceres de
su vida. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
i. J
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