Etica Como Amor Propio
Etica Como Amor Propio
Etica Como Amor Propio
FERNANDO SAVATER
Marzo
2020
PRESENTADO POR:
Martin Espín 553207
Daniela Oviedo 558887
Maria Hurtado 555683
SIGNIFICADO O DEFINICION
La dignidad humana consiste en querer ser más, su naturaleza consiste en completarse, esto supone que
el ser humano constantemente se tiene que inventar a sí mismo a lo cual lo lleva a querer seguir siendo,
querer ser más, querer ser de forma más segura, más plenaria, más rica de posibilidades, más armónica y
completa y transformarse en un ser contra la debilidad, la discordia paralizante, la impotencia.
siempre ha existido otra inspiración, no transmundana sino inmanente, basada en la ilustración del
egoísmo y en el apasionado interés de una ética como amor propio, la cual no es menos social sino sólo
menos hipócrita que la anterior. Dentro de esa corriente Fernando Savater se plantea cuestiones como la
vinculación entre individuo y sociedad y el sentido cultural de la inmortalidad, en un diálogo con
pensadores favorables y contrarios a ese planteamiento, que van de Aristóteles a Heidegger, de
Schopenhauer a Foucault. Esta edición incorpora un ensayo inédito titulado "Las virtudes como necesidad
y libertad".
LA ETICA: Es el buen comportamiento de cada persona con valores como: la responsabilidad, la honestidad,
el compromiso, a ser las cosas bien sin dañar a otras personas que están a nuestro alrededor con acciones
nocivas, en especial, si se trata de obtener un beneficio en particular, siempre pensando en las delas
personas.
LA VIRTUD: Es la capacidad que tiene cada persona de no solo pensar en el beneficio propio si no también
en terceros, una virtud puede ser entendida como un tipo de disposición moral que garantiza un buen
comportamiento de alguien. En este sentido puede referirse a una enorme cantidad de virtudes, todas ellas
destacando un determinado aspecto de la conducta humana que puede valorarse por sus consecuencias
beneficiosas
LA DIGNIDAD: Es la que nos conduce siempre por el mejor camino. A mejorar como personas, a
respetarnos, a querernos a nunca denigrarnos como persona y cada día ser mejor.
SITUACION CONTEXTUAL
Decíamos en este espacio hace unos meses que Colombia era un país muy raro: no se encuentra explicación
para que tanta indignación colectiva y social —a menos que sea ficticia, claro, eso explicaría todo de una vez
— no se cristalice en opciones políticas nuevas, que puedan hacerle frente al clamor popular.
Indignan, claro, los problemas del país y las situaciones vergonzosas que muchas veces tenemos que
afrontar como nación. Y por eso es que salen a las redes sociales y a las calles —aunque en menor medida—
las personas a quejarse. Pero indigna mucho más, por supuesto, que miremos hacia nuestros aspirantes a
dirigentes y tengamos que informar siempre sobre lo mismo.
¿En dónde queda tanta alharaca ciudadana? Y no queremos referirnos esta vez a la muy poco renovada lista
de líderes aspirantes al Congreso, donde se ve a las claras que de cambios en el frente más bien poco (los
mismos nombres, los mismos apellidos de hace veinte, a veces cien años), sino también a la costumbre de
que se lancen como candidatos personas relacionadas directamente con políticos que están siendo juzgados
o, incluso, que han sido condenados por la justicia.
Que puedan o no es otra historia. Claro que pueden: mal haría una sociedad en condenar los llamados
“delitos de sangre”. Pero es que, mucho más allá de eso, como le dijo Alejandra Barrios, directora de la
Misión de Observación Electoral (MOE), a este diario: “los partidos han mantenido la prioridad de los votos
sobre los requerimientos éticos”. Dicho de otra manera, siguen apostando por un nombre y su respaldo, sin
perjuicio de sus orígenes y sus contextos. Un nombre en este caso es mucho más que su simple nivel
simbólico: se trata de estructuras locales que no siempre (como
ha dicho la justicia en muchos casos) se comportan dentro de los parámetros legales. Y así, bajo este
concepto, personas que no tienen mucho que ver con la función pública, que no saben de eso, llegan por
cuenta de un apellido y la estructura que han montado en las regiones a punta de conductas que son
reprochables.
Los nombres sobran. Son muchos. Podríamos atenernos al lado positivo de la situación y esperar a que antes
de la fecha límite de inscripción los partidos decidan hacer, por una sola vez, un acto de cierta enmienda.
Pero así no funciona la política colombiana, lamentablemente. Y menos la electoral: funciona con nombres,
replicándolos, accediendo a los cargos a través de lo que ellos significan.
¿Un ejemplo? Varios. Luz Stella Cáceres, hija de Javier Cáceres, condenado por vínculos con paramilitares,
quien buscará Cámara de Representantes por Bolívar en el Partido Conservador; o Nadia Blel Scaff, hija del
exsenador Vicente Blel, condenado por parapolítica, quien aparece en la lista al Senado, también dentro del
conservatismo; u Óscar Villamizar, hijo de Alirio Villamizar, exsenador condenado por el llamado carrusel de
las notarías, quien busca Cámara de Representantes en Santander por Opción Centro. Y así, muchos más.
Cierto, los delitos no se heredan y un Estado serio no se puede dar el lujo de condenar por anticipado a
alguien. Penalmente. Pero cuando revisamos la ética y la forma como se hace política en Colombia, queda muy
difícil decir que la sociedad es libre a la hora de votar. No lo es. Mucho menos cuando hay crimen y balas y
sangre detrás de esa decisión.
No puede haber renovación en la política, y mucho menos para una sociedad que la pide, indignada, si no nos
pronunciamos sobre esto más a menudo. Y si no actuamos en consecuencia. ¿Seremos capaces?
EL ESPECTADOR, 15 DE MARZO
CONFRONTACIÓN
Para tener una buena convivencia en nuestra vida debemos contar con valores éticos y morales, lo cual
se refuerzan con cada comportamiento de cada persona, esto hace que las personas actúen
correctamente en todos los escenarios que estén sujetos a interactuar, bien sea en lo social, laboral,
familiar, todo esto viene en la recopilación de principios, valores éticos y morales enseñados desde la
niñez fueron las bases solidas para que nuestro comportamiento sea correcto, tienen una enmarcada
importancia dentro de la vida del ser humano, pues ello va de la mano a la confianza que se tenga en sí
mismo y en sí al amor propio.
Analizando lo anterior la noticia de la corrupción en el campo político en Colombia, la cual por su nombre
o contactos políticos, se evidencia como la falta de valores morales, éticos y sobre todo el amor a sí
mismo, hacen que su comportamiento sea inadecuado donde se evidencia claramente la falta de
principios, donde los políticos por tener familiares en este campo se aprovechan de ello para seguir en la
corrupción sin importar la afectación directa a los ciudadanos de este país. Se puede evidenciar también
la falta de amor propio de los candidatos y de su profesión, pues para poder amar y dar a conocer a los
demás debemos tener un amor propio para poder así decir que podemos brindar amor a los demás y
pensar en este caso en beneficios a terceros y no propio.
REFLEXIÓN
Las personas buscan mejorar cada día, quieren lograr las metas
y propósitos que se han propuesto para tener una mejor vida,
clara esta que en muchas ocasiones la vida nos enfrenta a
muchos obstáculos y contratiempos, pero con los principios
ético y morales y sin dejar atrás el amor propio, tanto en uno
como en los proyectos de vida que se han planteado, lo cual
hacen que estos problemas no sean un impedimento para llegar a
cumplir lo que nos proponemos. Cabe resaltar que para que todo
lo que nos proponemos salga bien debemos empezar por amor
propio y poner amor en todo lo que hacemos diariamente y poder
demostrar como somos como seres humanos en el buen
comportamiento ético t moral que demostremos con los demás.
Poner en práctica los principios éticos y morales que demuestren los buenos comportamientos en los
diferentes escenarios de la vida.
Para ser buenos profesionales, debemos realizar acciones que se destaquen y que realicen cambios
significativos en el ámbito en el que se encuentren, siempre haciendo todo con amor propio y amor
en lo que estemos haciendo, teniendo siempre principios y valores éticos y morales firmes, para no
afectar a las demás personas ni a uno mismo.
Se debe encaminar hacia la realización de metas y sueños, hacia las buenas acciones, a acciones
justas y conscientes, a tomar decisiones de basadas en la buena fe y en el campo laboral que se
desempeñe en el diario vivir.
BIBLIOGRAFIA
https://www.elespectador.com/opinion/editorial/etica-politica-articulo-462791
Ética en la política,Editorial,7 Dic 2013 - 11:00 PM