La Gran Comision

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LA CINCO AES DE ÑA

GRAN COMISIÓN
AUTORIDAD
Jesús dijo: “Toda potestad [autoridad] me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto…” (Mateo
28:18-19). Es decir, basó Su encargo en el hecho que Él había recibido toda autoridad del Padre;
¡este es el fundamento de la Gran Comisión! Sin autoridad para comisionar, no hubiera autoridad
para ir; sin autoridad para ir, no hubiera autoridad para predicar; sin autoridad para predicar, no
hubiera autoridad para creer; y sin autoridad para creer, no hubiera autoridad para obedecer 
• ACCIÓN
• Cuando la iglesia del Señor comenzó en Jerusalén, creció
considerablemente. Según Hechos 2:41, alrededor de 3,000 personas
creyeron en la predicación de Pedro y los demás apóstoles. Hechos
4:4 registra que poco después el número de creyentes era por lo
menos 5,000. Hechos 6:7 informa que “el número de discípulos se
multiplicaba grandemente en Jerusalén”. Y para el tiempo en que
Pablo escribió su epístola a los Colosenses, indicó que el “evangelio…
ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo
• ADOCTRINAMIENTO
• Aunque la palabra “id” (o “yendo”) enfatiza la urgencia de la Gran
Comisión, el mandamiento directo realmente es “predicad” (o
“proclamar”) o “haced discípulos” (o “discipular”). Un discípulo es un
aprendiz, una persona que sigue la enseñanza de otro 
• ALCANCE
• Una de las diferencias principales entre la Gran Comisión y las
comisiones limitadas que Jesús dio antes de Su muerte es que,
mientras que las comisiones previas tenían un alcance limitado (e.g.,
Mateo 10:5-6), la Gran Comisión tiene un alcance universal: “todas las
naciones” (Mateo 28:19; Lucas 24:47), “todo el mundo” y “toda
criatura” (Marcos 16:15), “en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y
hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
• ASOCIACIÓN
• La Comisión había sido dada. La tarea era grande. Había muchos kilómetros que recorrer,
muchas almas que rescatar y muchos peligros que enfrentar. Los obreros eran pocos (Lucas
10:2), los recursos eran escasos (1 Corintios 4:11-12) y las habilidades eran ordinarias (1
Corintios 1:25-29). No había canales “cristianos” para llegar a los hogares, no había autos o
aviones para recorrer las ciudades y países, y no había Internet para alcanzar al mundo
entero. No cabe duda que al considerar su condición insuficiente e impotente ante el reto
inmenso (cf. Lucas 17:10), una de las cosas que llenaba los corazones de los discípulos de
esperanza y determinación era las palabras de ánimo y asociación que su tierno Maestro
pronunció al final de la Comisión: “[H]e aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el
fin del mundo” (Mateo 28:20). Ciertamente, como un escritor ha señalado,
• CONCLUSIÓN
• No cabe duda que la Gran Comisión es grande a causa de su autoridad,
acción, adoctrinamiento y alcance. Pero la grandeza de la Gran Comisión
no estuviera completa sin la promesa de asociación de nuestro Señor.
Cuando vayamos por el mundo, predicando y haciendo discípulos a todas
las gentes, no olvidemos que mientras tocamos una puerta, Jesús todavía
está allí observando; mientras entregamos un folleto, Jesús todavía está
allí observando; mientras limpiamos el polvo de nuestros zapatos, Jesús
todavía está allí observando; y mientras sostenemos a alguien que
lentamente es cubierto por las aguas bautismales, Jesús todavía está allí
observando. ¡Gracias a Dios por el regalo de la Gran Comisión!

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