Este documento presenta los principios prácticos que constituyen la ética de la Iglesia de Dios. Estos principios incluyen la práctica de disciplinas espirituales como la oración y el estudio bíblico, lealtad a Dios y dedicación a la iglesia a través de la asistencia y diezmos, y buena administración de los dones y talentos. También incluyen vivir una vida moralmente pura, mantener la integridad personal mediante el fruto del Espíritu Santo, y dar prioridad a las responsabil
Este documento presenta los principios prácticos que constituyen la ética de la Iglesia de Dios. Estos principios incluyen la práctica de disciplinas espirituales como la oración y el estudio bíblico, lealtad a Dios y dedicación a la iglesia a través de la asistencia y diezmos, y buena administración de los dones y talentos. También incluyen vivir una vida moralmente pura, mantener la integridad personal mediante el fruto del Espíritu Santo, y dar prioridad a las responsabil
Descripción original:
Este es material de Educación para el que lo desee practicar..
Este documento presenta los principios prácticos que constituyen la ética de la Iglesia de Dios. Estos principios incluyen la práctica de disciplinas espirituales como la oración y el estudio bíblico, lealtad a Dios y dedicación a la iglesia a través de la asistencia y diezmos, y buena administración de los dones y talentos. También incluyen vivir una vida moralmente pura, mantener la integridad personal mediante el fruto del Espíritu Santo, y dar prioridad a las responsabil
Este documento presenta los principios prácticos que constituyen la ética de la Iglesia de Dios. Estos principios incluyen la práctica de disciplinas espirituales como la oración y el estudio bíblico, lealtad a Dios y dedicación a la iglesia a través de la asistencia y diezmos, y buena administración de los dones y talentos. También incluyen vivir una vida moralmente pura, mantener la integridad personal mediante el fruto del Espíritu Santo, y dar prioridad a las responsabil
Descargue como PPT, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como ppt, pdf o txt
Está en la página 1/ 35
Pastor.
Tomas Hernández Tzul
PRINCIPIOS PRÁCTICOS Los principios prácticos constituyen la ética de la Iglesia de Dios. Determinan la conducta que todo miembro de esta iglesia debe manifestar. Por lo tanto somos llamados a practicarlos como un estilo de vida, enseñándolos a las siguientes generaciones con palabras y con ejemplo. EJEMPLO ESPIRITUAL Demostraremos nuestro compromiso con Cristo poniendo en práctica las disciplinas espirituales; demostraremos nuestra dedicación al cuerpo de Cristo siendo leales a Dios y a su iglesia; y demostraremos nuestra dedicación a la obra de Cristo siendo buenos administradores. 1. Práctica de las disciplinas espirituales. Las disciplinas espirituales implican prácticas como la oración, la alabanza, la adoración, la confesión, el ayuno, la meditación y el estudio.
a. A través de la oración expresamos nuestra
confianza en Jehová Dios, el dador de todas las cosas, y reconocemos nuestra dependencia de Él para suplir nuestras necesidades y las de otros (Mateo 6:5-15; Lucas 11:1-13; Santiago 5:13-18). 1. Práctica de las disciplinas espirituales. b. A través de la adoración, tanto pública como privada, alabamos a Dios, tenemos comunión con Él y recibimos diariamente enriquecimiento espiritual y crecimiento en la gracia. c. A través del ayuno podemos acercarnos a vivir bajo el control del Espíritu Santo en todos los aspectos de nuestra vida (Mateo 6:16-18; 9:14-17; Hechos 14:23). 1. Práctica de las disciplinas espirituales. d. El compartir nuestra confesión con otros creyentes da la oprtunidad de pedir la oración y ayudarnos mutuamente a llevar nuestras cargas (Gálatas 6:2; Santiago 5:16). e. Por medio de la meditación y el estudio de la Palabra de Dios fortalecemos nuestro crecimiento espiritual y nos preparamos para guiar e instruir en las verdades bíblicas (Josué 1:8; Salmos 1:2; 2 Timoteo 2:15, 23-26). 2. Lealtad a Dios y dedicación a la Iglesia. a. La vida del discipulado cristiano implica el cumplimiento de nuestros deberes hacia el cuerpo de Cristo. Cristo nos trasladó de las tinieblas a la luz. Ahora somos parte de su iglesia universal, de la cual la iglesia local es una representación. Ser miembro de una iglesia implica privilegios pero también responsabilidades. Defraudar a nuestra iglesia local es defraudar a todo el cuerpo de Cristo.
b. Debemos ser fieles en nuestra asistencia a la iglesia.
Gracias a Dios por la libertad y la oportunidad que todavía tenemos de congregarnos para alabar al Señor, nutrirnos con su Palabra y predicar las buenas nuevas del evangelio. 2. Lealtad a Dios y dedicación a la Iglesia. c. Debemos proveer para las necesidades financieras de la iglesia a través de nuestros diezmos y ofrendas. Solamente somos administradores de los recursos económicos que Dios ha puesto en nuestras manos. Gracias a Dios por los miembros responsables que dan como para el Señor y no para los hombres.
d. Es nuestro deber respetar y someternos a aquellos
que el Señor ha puesto por líderes en la iglesia. Esto también significa que los que son líderes deben ser ejemplos espirituales y no ejercer autoridad como dueños o señores del rebaño. 3. Buena Mayordómía Cristiana a. Dios nos ha encomendado bendiciones temporales para que cuidemos de ellas. Somos administradores de Dios. esto es un gran privilegio pero también implica una gran responsabilidad, porque se requiere que cada administrador sea hallado fiel (1 Corintios 4:2).
b. Las virtudes del ahorro y la sencillez son
honrosas; no así el despilfarro y la ostentación. Debemos imitar a Cristo, quien por amor a nosotros se hizo pobre, siendo rico, para que nosotros con sus pobreza fuésemos enriquecidos (2 Corintios 8:9). 3. Buena Mayordómía Cristiana c. El cristiano debe administrar muy sabiamente el tiempo. Con el tiempo que trabajamos, oramos, o nos recreamos, debemos honrar el nombre de Dios (1 Corintios 10:31).
d. Los dones espirituales y los talentos
naturales son bendiciones que Dios nos concede. El uso apropiado de uno y otro es parte esencial de la economía de la vida del cristiano. PUREZA MORAL Participaremos de toda actividad que glorifique a Dios en nuestro cuerpo y evitaremos la satisfacción de los deseos de la carne. Leeremos, miraremos y escuhcaremos todo lo que sea de beneficio para nuestra vida espiritual. 1. Debemos glorificar a Dios en nuestro cuerpo Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, por lo cual debemos usarlo para la gloria de Dios (Rom. 12:1, 2; 1 Corintios 6:19, 20; 10:31). Debemos andar en el Espíritu y no satisfacer los deseos de la carne (Gálatas 5:16). La escritura contiene ejemplos de conductas carnales que no glorifican a Dios, las prácticas pecaminosas más prominentes que aparecen en estos pasajes icluyen: la homosexualidad, el adulterio, actividades mundanas (odio, envidia, celos), comunicación corrupta (chisme, palabras iracundas, etc.), robo, asesinatos, borracheras y brujería. La brujería tiene que ver con prácticas de ocultismo, las cuales son prohibidas por Dios y conducen a la adoración de Satanás. 2. Lo que leemos, miramos y escuchamos. La literatura que leemos, los programas que miramos y la música que escuchamos, afectan profundamente nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y nuestra conducta. Es imperativo, por tanto, que el cristiano lea, mire y escuche las cosas que inspiran, instruyan y desafían a alcanzar un nivel moral más elevado. Por otro lado debemos evitar la literatura, programas y música de contenido mundano y de naturaleza pornográfica. Un cristiano no debe mirar en el cine o televisión películas u obras que sean de naturaleza inmoral (Romanos 13:14; Filipenses 4:8). 3. Fomento del bienestar espiritual El cristiano debe usar su tiempo libre en actividades que edifiquen tanto al individuo como al cuerpo de Cristo (Romanos 6:13; 1 Corintios 10:31, 32). Debemos evitar prácticas y lugares mundanos. Consecuentemente, un cristiano no debe participar en ningún tipo de entretenimiento que apele a la naturaleza carnal y traiga descrédito al testimonio cristiano (2 Corintios 6:17; 1 Tes. 5:21, 22; 1 Juan 2:15-17). INTEGRIDAD PERSONAL
Debemos vivir una vida que
inspire responsabilidad y confianza, que produzca el fruto del Espíritu y manifieste el carácter de Cristo en toda nuestra conducta. 1 Responsabilidad y Confianza El cristiano debe ser una persona confiable y de palabra (Mateo 5:37; 1 Pedro 2:11, 12). El jurar es contrario a la confiabilidad del cristiano, por lo tanto debe evitarse (Mateo 5:34-37; Santiago 5:12). Cristo enseñó, por precepto y ejemplo, que debemos amar a nuestros enemigos y preferir a nuestro prójimo (Mateo 5:43-48; Romanos 12:10; Filipenses 2:3; 1 Juan 3:19). Debemos comportarnos de tal manera que nuestra conducta lleve a otros a Cristo (Mateo 5:16; 1 Corintios 11:1). 2. Fruto del Espíritu Si vivimos en el E´píritu, manifestaremos el fruto (actitudes y acciones) del Espíritu y no satisfaremos los deseos de la carne (Gálatas 5:16, 22-25; 1 Juan 1:17). Las relaciones con otros, son el resultado natural de nuestra relación positiva con el Señor (Salmos 1:1-3; Mateo 22:37-40). Seremos juzgados por no llevar fruto en nuestra vida (Mateo 7:16-20; Lucas 13:6- 9; Juan 15:1-8). 3. El ejemplo de Cristo La característica de la vida de Cristo fue su amor por otros (Juan 13:34-35; 15:9-13; 1 Juan 4:7-11). En su relación con el Padre, Jesús mostró sumisión (Lucas 22:42; Juan 4:34; 5:30). En su relación con otros, demostró aceptación (Juan 8:11), compasión (Mateo 9:36; Marcos 6:34) y perdón (Mateo 9:2; Lucas 5:20). No podemos llevar el fruto del Espíritu y manifestar el carácter de Cristo, si no estamos espiritualmente unidos a Él (Juan 15:4, 5) y sin tener la semilla de la Palabra sembrada en nuestro corazón (Juan 15:3; 1 Pedro 1:22, 23). RESPONSABILIDAD FAMILIAR Debemos dar prioridad al cumplimiento de las responsabilidades familiares, preservar la santidad del matrimonio y mantener el orden bíblico en el hogar. 1. La Prioridad de la Familia La familia es la unidad básica de las relaciones humanas y como tal es indispensable tanto para la sociedad como para la iglesia (Génesis 2:18-24). El origen divino de la familia y su carácter institucional, exigen que se le ministre con prioridad, tanto desde el punto de vista personal como colectivo. La práctica de las disciplinas y virtudes cristianas debe empezar en el hogar (Dt. 6:6,7). Por lo tanto, la familia cristiana debe establecer un plan para los devocionales familiares y proveer una atmósfera cristiana en el hogar (1 Timoteo 3:3, 4; 5:8). 2. La Santidad del Matrimonio El matrimonio es ordenado por Dios y es un acto de unión espiritual en el que un hombre y una mujer se juntan para vivir como una sola carne (Génesis 2:24; Marcos 10:7). Por su carácter divino, el matrimonio es un compromiso para toda la vida y el adulterio es la única concesión bíblica para el divorcio (Mateo 5:32; 19:9). La relación sexual ya sea antes del matrimonio o con otra persona que no sea el cónyuge se prohíbe estrictamente en la Biblia (Éxodo 20:14; 1 Corintios 6:15-18). Para alcanzar santidad en el matrimonio, los cónyuges deben esforzarse por mantener una relación placentera, armoniosa y santa. 3. Orden Bíblico en el Hogar Cuando Dios creó al hombre, varón y hembra los creó (Génesis 1:27). Los dotó con características diferentes (1 Corintios 11:14, 15; 1 Pedro 3:7) y les dios responsabilidades diferentes (Génesis 3:16- 19; 1 Pedro 3:1-7). En el orden bíblico, el esposo es cabeza del hogar (Efesios 5:22-31; Colosenses 3:18,19), los padres deben criar y disciplinar a sus hijos (Efesios 6:4; Colosenses 3:21) y éstos deben obedecer y honrar a sus padres (Éxodo 20:12; Efesios 6:1-3; Colosenses 3:20). Para que haya armonía en el hogar debe observarse el orden bíblico de responsabilidades. TEMPLANZA EN LA CONDUCTA
Debemos practicar la templanza
en la conducta y evitar actos y actitudes ofensivas a nuestros semejantes o que conduzcan a la adicción o a la esclavitud o a las drogas. 1. Templanza Una de las virtudes cristiana cardinales es la templanza o dominio propio (1 Corintios 9:25; Tito 1:8; 2:2). Se encuentra en la lista del fruto del Espíritu (Gálatas 5:23). Se nos amonesta a ser moderados y equilibrados en nuestra conducta (Filipenses 4:5). El ejercicio del domino propio refleja el poder de Dios en nuestra vida (1 Corintios 9:27; 2 Pedro 1:5-11). 2 Conducta Ofensiva La Biblia enseña claramente que debemos ser sensibles a las necesidades y sentimientos de los demás, como una demostración de nuestro amor por ellos. A veces tenemos que controlar nuestros impulsos para no ofender a otros. Nuestra relación con los demás deben caracterizarse por el respeto y la tolerancia hacia sus diferencias. 3. Adicción y Esclavitud Uno de los beneficios principales de nuestra libertad en Cristo es la facultad que tenemos de dominar los impulsos negativos. Se nos aconseja no volver a quedar bajo el yugo de esclavitud. Por lo tanto, un cristiano debe abstenerse totalmente de toda bebida alcohólica y de cualquier sustancia química que forme hábito y altere el ánimo. Se debe evitar el uso del tabaco en cualquier forma, la marihuna y cualquier otra sustancia que cause adicción. APARIENCIA MODESTA
Demostraremos el principio bíblico
de la modestia vistiendo y luciendo de una manera que realce nuestro testimonio cristiano, y evitaremos el orgullo, la presunción y la sensualidad. 1. Modestia De acuerdo con el concepto bíblico, la modestia es una gracia espiritual interna que evita todo lo que parece indecente e impuro; es limpia en pensamiento y conducta y no actúa con crudeza ni indecencia en el vestir ni en el comportamiento (Efesios 4:25, 29, 31; 5:1-8; 1 Timoteo 2:9,10). 2. Apariencia y Vestido La vida, el carácter y el concepto que tengamos de nosotros mismos se reflejará en nuestra apareicnia y manera de vestir. La amonestación bíblica “no os conforméis a este siglo” nos recuerda que la manera de vestirnos deben ser modesta y decente en todo sentido. A Dios no le desagrada que nos vistamos y arreglemos bien. Sin embargo, sobre todo debemos buscar la belleza espiritual, la cual no viene por el adorno externo de joyas, vestidos y cosméticos costosos, sino de obras, de la conversación pura y de un espíritu afable y apacible. 3. Orgullo, Presunción y Sensualidad Como pueblo santo debemos obstenersnos de toda lascivia de la carne y evitar vestirno de un modo que provoque pensamientos, actitudes y estilos de vida inmorales. Nuestra belleza no depende de vestidos ostentosos, atavíos extravagantes y costoros, del uso de joyas y cosméticos, sino de nuestra relación con Cristo. El adorno externo, sea vestido o joyas, como una demostración externa del valor personasl, es contrario a la actitud espiritual. OBLIGACIÓN SOCIAL
Nuestro objetivo será cumplir
con las obligaciones que tenemos hacia la sociedad, siendo buenos ciudadanos, corrigiendo injusticias sociales y protegiendo la santidad de vida. 1. Ser buenos ciudadanos Como cristianos somo miembros del reino de Dios, pero también somos miembros de la sociedad de este mundo. La obediencia a Dios nos requiere que actuemos de una manera responsable como ciudadanos de nuestro países. Por lo tanto debemos apoyar la ley y el orden civil; tener respeto por nuestros líderes y orar por ellos; participar en actividades de las escuelas, de la comunidad y del gobierno; ejercer nuestro derecho al voto; y expresarnos en relación con asuntos morales claramente definidos. 2. Corregir Injusticias Sociales El amor por los demás y el reconocimiento de que todos los hombres son iguales ante los ojos de Dios, deben motivarnos a hacer algo por mejorar la situación de los menos privilegiados, abandonados, hambrientos, sin hogar y víctimas de prejuicios, la persecución y la opresión. 3. Proteger el carácter sagrado de la vida La vida es algo que sólo Dios puede dar, por lo tanto, todos somos responsables ante el creador de cuidar de la vida nuestra y la de otros. Dios es el único que confiere la vida y sólo Él decide cuando debe terminar. Además, creemos que es nuestra responsabilidd cuidar de la tierra y sus recursos.