Año Litúrgico
Año Litúrgico
Año Litúrgico
Se llama Año Litúrgico o año cristiano al tiempo que media entre las primeras
vísperas de Adviento y la hora nona de la última semana del tiempo ordinario,
durante el cual la Iglesia celebra el entero misterio de Cristo, desde su nacimiento
hasta su última y definitiva venida, llamada la Parusía. Por tanto, el año litúrgico es
una realidad salvífica, es decir, recorriéndolo con fe y amor, Dios sale a nuestro
paso ofreciéndonos la salvación a través de su Hijo Jesucristo, único Mediador
entre Dios y los hombres.
El Año Litúrgico tiene dos funciones o finalidades:
a) Una finalidad catequética: quiere enseñarnos los varios misterios de Cristo:
Navidad, Epifanía, Muerte, Resurrección, Ascensión, etc. El año litúrgico celebra el
misterio de la salvación en las sucesivas etapas del misterio del amor de Dios,
cumplido en Cristo.
b) Una finalidad salvífica: es decir, en cada momento del año litúrgico se nos otorga la
gracia especifica de ese misterio que vivimos: la gracia de la esperanza cristiana y la
conversión del corazón para el Adviento; la gracia del gozo íntimo de la salvación en la
Navidad; la gracia de la penitencia y la conversión en la Cuaresma; el triunfo de Cristo
sobre el pecado y la muerte en la Pascua; el coraje y la valentía el día de Pentecostés
para salir a evangelizar, la gracia de la esperanza serena, de la honestidad en la vida
de cada día y la donación al prójimo en el Tiempo Ordinario, etc
En lenguaje más simple: el Año Litúrgico honra religiosamente los
aniversarios de los hechos históricos de nuestra salvación, ofrecidos por
Dios, para actualizarlos y convertirlos, bajo la acción del Espíritu Santo, en
fuente de gracia divina, aliento y fuerza para nosotros: