El documento resume la decadencia del Imperio Romano y el surgimiento del Imperio Bizantino. La crisis del Bajo Imperio Romano se debió a la infiltración de pueblos germanos y la adopción del cristianismo. El Imperio se dividió en Occidente y Oriente, siendo Constantinopla la capital de este último. Aunque el Imperio Bizantino perduró más que el de Occidente, finalmente cayó ante los turcos otomanos en 1453.
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El documento resume la decadencia del Imperio Romano y el surgimiento del Imperio Bizantino. La crisis del Bajo Imperio Romano se debió a la infiltración de pueblos germanos y la adopción del cristianismo. El Imperio se dividió en Occidente y Oriente, siendo Constantinopla la capital de este último. Aunque el Imperio Bizantino perduró más que el de Occidente, finalmente cayó ante los turcos otomanos en 1453.
El documento resume la decadencia del Imperio Romano y el surgimiento del Imperio Bizantino. La crisis del Bajo Imperio Romano se debió a la infiltración de pueblos germanos y la adopción del cristianismo. El Imperio se dividió en Occidente y Oriente, siendo Constantinopla la capital de este último. Aunque el Imperio Bizantino perduró más que el de Occidente, finalmente cayó ante los turcos otomanos en 1453.
El documento resume la decadencia del Imperio Romano y el surgimiento del Imperio Bizantino. La crisis del Bajo Imperio Romano se debió a la infiltración de pueblos germanos y la adopción del cristianismo. El Imperio se dividió en Occidente y Oriente, siendo Constantinopla la capital de este último. Aunque el Imperio Bizantino perduró más que el de Occidente, finalmente cayó ante los turcos otomanos en 1453.
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UNIDAD TEMÁTICA: FIN
DEL IMPERIO DE OCCIDENTE A ORIENTE NOMBRE: ANGELINA URGILES CURSO: SEGUNDO P.I. “F” LA DECADENCIA DEL IMPERIO ROMANO
La crisis del Bajo Imperio
La crisis del Bajo Imperio Romano se debe a dos razones: la barbarie de los pueblos germanos que se infiltraron paulatinamente en el Imperio Romano, y a la adopción del cristianismo como religión oficial, en detrimento del paganismo, pero también se suman otras varias como: la debilidad de los diferentes emperadores, el desgobierno, la dificultad en la recaudación de impuestos y la presión de los pueblos bárbaros sobre las fronteras. La inseguridad en los limes o fronteras La función de los limes no era constituir una barrera infranqueable, cosa difícil ya que eran fortificaciones ligeras que no habrían podido resistir un ataque masivo. Su verdadero propósito era servir de puntos de avanzada desde los cuales enviar señales, de una torre a otra, hasta las fortificaciones situadas más en retaguardia donde estaban acampadas las legiones. Aunque muchas de las fortificaciones de los limes fueron destruidas en el curso de los ataques de las tribus bárbaras, otras tantas han sido reconstruidas y sirven hoy como atracción turística. La mayoría se encuentran en Alemania, aunque también hay algunos en las zonas de Suiza que baña el Rin. En siglo III d.C saqueadores germanos penetraron en el Imperio en diversos ataques. Durante mucho tiempo se consideró que las líneas fronterizas fortificadas del Limes en el alto Rin y en el curso superior del Danubio, habían caído en un súbito y masivo ataque germano, que eliminó toda vida romana a lo largo de la frontera. Hoy esa teoría debe ser matizada. En el 213 d.C bandas germanas atacaron la frontera por primera vez. El ejército romano contraatacó y se restableció la paz por veinte años. Entonces, los Alamanes penetraron en el Imperio, aprovechando que muchas tropas de aquella frontera habían sido enviadas a otras zonas bélicas del Imperio dejando desprotegida la línea. El aumento del poder del ejército El ejército romano no siempre dominó la técnica guerrera, de esta manera, sufriendo algunas derrotas, tuvieron la gran virtud de no considerar el fracaso en unas batallas como la derrota total de la guerra. Al respecto, supieron aprovechar la experiencia para mejorar las técnicas y conseguir ser el poderoso regimiento que mantuvo unido por siglos al Imperio. Los ciudadanos más adinerados contaban con el mejor armamento o integraban la reducida caballería que acompañaba a la legión. Todavía no era una fuerza profesional ni permanente, sino un ejército ocasional de ciudadanos que, aunque dedicados a sus tareas profesionales particulares, se alzaban en armas cuando eran requeridos para defender la ciudad. La crisis económica (Invasiones, crisis económica, y política del siglo II y III, crisis social, crisis militar) Fue larguísima, duró 50 años, entre los reinados de los emperadores Alejandro Severo (que murió en el 235) y la subida al trono de Diocleciano (284). La civilización romana no fue en caída constante hasta su desaparición desde esta crisis, como algunos autores han indicado, pero sí que perdió un esplendor que nunca recuperaría. No se puede hablar de la crisis económica sin entender la política. Tras la finalización de la expansión del territorio con los emperadores Adriano y Trajano, el Estado se dedicó a defenderse. Los ejércitos se acumulaban en el limes y aumentaba constantemente el número de soldados. Así, el poder militar ya no estaba en la ciudad de Roma, sino en las fronteras. Los ejércitos empezaron a nombrar emperadores, y se sucedieron las coronaciones y los asesinatos de gobernantes. Esto creó una enorme inestabilidad en todo el territorio. La devaluación de la moneda Para hacer frente a los enormes gastos del ejército y del aparato burocrático imperial, los césares solo tenían una forma de recaudación: los impuestos. Aun así, recaudar los impuestos de un territorio tan inmenso con unos métodos tan precarios era una misión complicadísima. Por ello, muchos emperadores decidieron devaluar la moneda. Actualmente el valor de la divisa es fiat (dinero por decreto), es decir, vale lo que el país emisor dice que vale. Esto hace que las monedas puedan tener escaso valor material. Sin embargo, en la antigüedad este valor del dinero dependía de la proporción de metal precioso que incluyera. Recuperación y fin de la crisis: Aunque a partir del gobierno de Diocleciano el Imperio comenzó a recuperarse después de casi 50 años de crisis, nunca recuperó el esplendor que tuvo en sus mejores momentos. La división del Imperio El Imperio Romano de Occidente, se encontraba al Oeste del Imperio Romano, el cual, tiempo después pasaría a llamarse Sacro Imperio Romano. Para el año 285 d. C., el territorio romano había crecido tanto que era prácticamente imposible gobernar todas las provincias desde la propia capital de Roma. El emperador Diocleciano decidió entonces dividir el imperio en dos mitades, con el Imperio de Oriente gobernado desde Bizancio (posteriormente Constantinopla) y el Imperio de Occidente, gobernado desde Roma. EL IMPERIO BIZANTINO
La formación del Imperio
El Imperio Romano de Oriente o también llamado Imperio Bizantino, se originó en el año 395 d.C. cuando el emperador Teodosio dividió el Imperio Romano en dos: Oriente y Occidente. A diferencia del Imperio Romano de Occidente, que fue destruido por los germanos en el año 476 d.C., el Imperio Bizantino logró sobrevivir a la amenaza germánica. Por eso perduró por casi diez siglos, hasta el año 1453 en el que los turcos otomanos ocuparon su capital, Constantinopla. El Imperio bizantino se consideró a sí mismo el auténtico continuador del Imperio Romano y, durante su larga permanencia, fue el eje del comercio entre Oriente y Occidente. A partir del siglo XI comenzó un proceso de decadencia que se acentuó a partir de la ocupación de la ciudad por las tropas de la cristiandad romana durante la cuarta Cruzada. Constantinopla capital del Imperio Actualmente esta ciudad no existe con este nombre, hoy en día esta antigua ciudad se llama Estambul. Fue construida por el emperador Constantino en el año 330, se construyó sobre la antigua ciudad griega de Bizancio. En sólo seis años edificó una ciudad cuyo tamaño y arquitectura eran equiparables a los de Roma y la llamo Constantinopla. Constantinopla se ubicó entre el Mar Negro y el Mar Mármaro; estaba rodeado de mar y era el paso obligado de todos los comerciantes que viajaban por mar o por tierra entre Asia y Europa. Hasta el siglo XIII fue una de las ciudades más pobladas del mundo: sólo Bagdag la gran ciudad del Islam la igualó. Para proteger Constantinopla de los germanos, el emperador Teodosio II, construyo en el siglo V una muralla triple de unos 12 metros de altura que rodeo la ciudad. Esta muralla recorre unos 19 km y tiene 96 torres, desde las cuales los soldados bizantinos divisaban al enemigo. Decadencia y fin del Imperio Durante el reinado de los Emperadores Paleólogos, comenzando desde Miguel VIII en el año 1261, la economía del otrora poderoso Estado Bizantino se encontraba paralizada, y nunca más volvería a recuperar su antiguo poderío. En el 1369, el Emperador Juan V fracasó en la búsqueda de ayuda financiera desde el Occidente, para poder afrontar la cada vez más creciente amenaza de los turcos. El agotamiento producido por las guerras y las ásperas disputas religiosas entre cultos cristianos rivales, hundieron las defensas y la moral bizantinas, dejando al Imperio en condiciones muy precarias para hacer frente a otro peligro en la década siguiente. Las condiciones agrícolas empeoraron para la población rural. Los turcos otomanos, después de 1354, ocuparon los Balcanes y finalmente tomaron Constantinopla, lo que supuso el fin del Imperio en 1453, además se considera el fin de la Edad Media. Política y Sociedad El Imperio bizantino era teocrático, por tal razón el emperador que además de tener el poder absoluto se consideraba que era un delegado de dios; tanto él como su familia eran sagrados. Era el jefe supremo de las fuerzas militares y el poder administrativo. En cuanto a la organización social, el Imperio Bizantino se dividió en 5 clases: el emperador y su familia que estaban en lo más alto de la pirámide; lo seguía la nobleza que actuaban como asesores del emperador y como tal contaban con beneficios sociales y políticos. La tercera clase eran los sacerdotes, eran los encargados de promulgar la religión, también tenían beneficios de la clase alta como la nobleza; seguía la clase media que eran los artesanos y los comerciantes, tenían beneficios, pero muy pocos y debían pagar impuestos. Finalmente, se encuentra la clase trabajadora que eran la clase más baja, pagaban altos impuestos; eran los campesinos y los trabajadores que servían a todas las autoridades del imperio. La organización política y social del Imperio bizantino hace alusión a las estructuras de poder y de orden que se mantuvieron vigentes en el período Bizancio: desde los albores de la Edad Media hasta el inicio del Renacimiento. El Imperio bizantino se desarrolló en el Mediterráneo Oriental, por lo que su ciudad principal fue Constantinopla (actual Estambul). GRACIAS POR SU ATENCIÓN