Introducción A Las Ciencias Sociales
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Introducción A Las Ciencias Sociales
Ámbar Santana
Nombre
Matrícula
Lr 202305063
CÓMO NACIÓ EL SISTEMA ECONOMICO DE REPUBLICA DOMINICANA
La evolución económica y social de la República Dominicana desde 1961 en adelante muestra marcados altibajos ocasionados
por factores y circunstancias que determinaron cambios básicos en períodos muy breves. De ellos ha surgido, en un proceso de
decantación y selección, el ordenamiento institucional y los instrumentos que le han dado estabilidad al proceso de desarrollo
del país desde 1967 en adelante.
Los cambios políticos de 1961 tuvieron repercusiones de trascendencia en la estructura económica y social. La reivindicación
para el patrimonio nacional de los principales bienes productivos y el despertar de la conciencia social impusieron al nuevo
Gobierno las funciones de administrar las empresas y buscar la justicia social esperada. La reincorporación de la ciudadanía a la
vida política, el pujante surgimiento del movimiento obrero, la práctica libre del derecho de reunión y la formación de los
partidos políticos que tuvieron lugar durante los primeros años de la década, se vieron acompañados por numerosos y
complejos problemas que requerían solución con recursos e instrumentos limitados y por el comportamiento desfavorable del
sector externo, y se combinaron para propiciar la agitación y finalmente el desencadenamiento de la contienda bélica. Sin
embargo, el espíritu de progreso y la voluntad de moldear un futuro de estabilidad y crecimiento se mantuvo latente en la
población, culminando con la instalación del Gobierno constitucional en 1966 y abriéndose una etapa de transición y
ordenamiento con objetivos definidos.
BREVE HISTORIA ECONÓMICA DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
La historia económica de la República Dominicana a partir del siglo XIX puede dividirse en cuatro grandes
períodos. El primero comprende desde inicios hasta el último cuarto del siglo XIX, antes de la aparición de la
producción capitalista y la generación sistemática de excedente. Un segundo período abarca desde finales del
siglo XIX hasta finales de los años sesenta del siglo XX, cuando la industria azucarera gravitó de forma
determinante. Durante tres cuartos de siglo fue la única actividad que generó excedentes, y solo al final
aparecieron algunas actividades industriales modernas. El tercer período va desde finales de la década de los
sesenta hasta mediados de los ochenta. Se caracterizó por un impulso articulado y explícito de una política de
industrialización para la sustitución de importaciones, mientras el azúcar y otros productos primarios
continuaron siendo los principales bienes de exportación. El cuarto y último período inició en los años noventa,
con la emergencia y consolidación de nuevas actividades de exportación, luego de la crisis irreversible del azúcar
LA SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES
El ajusticiamiento de Trujillo en 1961 abrió un período de intensa inestabilidad y activismo
político. El vacío de poder perduró hasta 1966: la fuerte movilización para construir un Estado más
democrático chocaba con los remanentes del trujillismo, incluyendo las fuerzas militares, que se
aferraban al poder. Y todo ello en el contexto de la Guerra Fría y las acciones permanentes de
Estados Unidos para “evitar otra Cuba”.1 En el ámbito económico, la burguesía comercial
importadora que estaba subordinada a Trujillo se liberó del control económico al que estuvo
sometida y, en medio de una expansión del consumo, logró crecer en términos económicos y
políticos. No es gratuito que en ese período haya surgido el Consejo Nacional de Hombres de
Empresas (CNHE), hoy Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), la agrupación
empresarial más importante del país. El ciclo de inestabilidad política se cerró en 1966. Después
de unas elecciones sin alternativas reales se impuso a Joaquín Balaguer, una figura destacada de la
élite trujillista, como presidente de la República
IMPORTACIONES A LA ECONOMÍA DE SERVICIOS
Desde mediados de los años ochenta, las políticas de industrialización se desmantelaron gradualmente, al
tiempo que se transitaba hacia un modelo de economía de servicios. Los principales factores para explicar
este cambio fueron, por un lado, la crisis de las exportaciones de azúcar y, por el otro, la insostenibilidad de la
política de promoción industrial. La devaluación del peso y la desregulación cambiaria se constituyeron como
las principales fuerzas motrices de la reinserción económica del país en el exterior a través de las
manufacturas de las zonas
El empréstito con Edward H. Hartmont consistió en un desembolso de 420,000 libras esterlinas,
equivalentes más o menos a dos millones de dólares, al Estado Dominicano, el cual amortizará 58,900
libras esterlinas al año pagaderas cada 6 meses a un plazo de 25 años, lo que lleva el total de la deuda a
1,472,500 libras esterlinas. La deuda sería representada por emisiones al portador, pudiendo ser
colocadas por los señores Hartmont a su mejor discreción. Las comisiones y los intereses fueron
exageradamente altos alegando grandes riesgos.
En cambio, el Estado Dominicano ponía como garantía los siguientes puntos:
Hipotecas sobre activos del Estado
Control directo de las aduanas en los puertos de Santo Domingo y Puerto Plata garantizándose los ingresos de los
que eran los principales puertos del país.
Garantía sobre la explotación de las Minas de Carbón y los bosques de la península de Samaná.
Garantía sobre la explotación y derechos de exportación de las reservas de guano de la isla de Alto Velo.
Hartmont solamente entregó a Báez 38,000 mil libras esterlinas. Sin embargo, emitió bonos por encima de la suma
total del empréstito con lo que estafó al gobierno dominicano.
Debido a esto, el Senado Dominicano anula el contrato Hartmont el 20 de julio de 1870, aunque éste siguió emitiendo
bonos que luego se incorporaron a la deuda dominicana
La crisis financiera generada fue peor que la situación antes de la toma del préstamo. Este fue el
primer préstamo a capitales extranjeros por parte del Estado e iniciaría una feria de préstamos por
parte de los siguientes gobiernos, llegando el Gobierno de Lilís a tomar parte de otro préstamo
(Empréstito de la Westendorp y Cía. En octubre de 1888) para pagar este primer empréstito.