Los Colores Nos Recuerdan A Dios
Los Colores Nos Recuerdan A Dios
Los Colores Nos Recuerdan A Dios
RECUERDAN A DIOS
Arco iris en el cielo
Génesis 9.13-16.
“Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por
señal del pacto entre mí y la tierra.
14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la
tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.
15 Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y
vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no
habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.
16 Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me
acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser
viviente, con toda carne que hay sobre la tierra”.
Como el mundo antiguo fue destruido para ser un monumento
de justicia, así este mundo permanece hasta ahora como un
monumento de misericordia. Pero el pecado, que ahogó al
mundo antiguo, quemará a este.
ÉX.38:18
La cortina de la entrada del atrio era de obra de
recamador, de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; era de
veinte codos de longitud, y su anchura, o sea su altura, era
de cinco codos, lo mismo que las cortinas del atrio
• Como vimos anteriormente, en cuanto a los materiales utilizados
en la construcción del Saltuario, aquí los colores de las cortinas
representan lo mismo:
Cordón azul
Efod Pectoral
Cordón azul
En este caso, el cordón azul representa a Cristo quien a
través de su muerte y resurrección, nos une con el cielo,
“Él dice. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene
al Padre, sino por mí”. (Juan 14:6).
Aarón, al igual que todos los sumos sacerdotes que le
habrían de suceder, debía llevar los nombres de los hijos
de Israel no sólo sobre sus hombros según lo dice
(Exo.28:12), sino también "sobre su corazón". De este
modo los presentaba continuamente ante el Señor sobre
sus hombros para demostrar que soportaba la solemne
responsabilidad de ellos, y sobre su corazón para indicar el
afecto y el amor que sentía por ellos.
Cuando quiera entraba al tabernáculo en representación
del pueblo, su corazón se inclinaba ante el Señor por la
conciencia de su pecado y de su necesidad.
Cristo, nuestro Sumo Sacerdote en el santuario celestial (ver
Heb.3:1; Heb.8:1,2), ha aceptado la responsabilidad de
nuestra salvación, porque el "principado del reino" de la
gracia está "sobre su hombro“, dice (Isa.9:6). También nos
lleva sobre el corazón (ver Gal.2:20), porque en toda nuestra
"angustia", "él fue angustiado", y puede "compadecerse de
nuestras debilidades“, lo dice (Isa.63:8,9; Heb.2:14-18; y
Heb.4:14-16).
Números 15.38-41.
Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los
bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en
cada franja de los bordes un cordón de azul. 39 Y os servirá de
franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los
mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis
en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los
cuales os prostituyáis. 40 Para que os acordéis, y hagáis todos
mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios.