azotado

Cansado el país de las frecuentes revoluciones y trastornos, que lo habían azotado y deseoso de encontrar un hombre probado, ya que los ensayos de hombres nuevos habían llevado al país de tumbo en tumbo, de desastre en desastre, abrieron camino a mi elección.

Al despeñarse el huracán furioso, Al retumbar sobre mi frente el rayo, Palpitando gocé: vi al Oceano, Azotado por austro proceloso, Combatir mi bajel, y ante mis plantas Vórtice hirviente abrir, y amé el peligro.

l lisonjero juez que para su rey ha habido por interés de su gracia y por no perder su oficio. En un balcón de su casa, azotado y escupido, para que el pueblo le vea puso al inocente Cristo.

El viento había bramado durante todo el día, y la lluvia había azotado las ventanas, de manera que, incluso aquí, en el corazón del inmenso Londres, obra de la mano del hombre, nos veíamos forzados a elevar, de momento, nuestros pensamientos desde la diaria rutina de la vida, y a reconocer la presencia de las grandes fuerzas elementales que ladran al género humano por entre los barrotes de su civilización, igual que fieras indómitas dentro de una jaula.

Quince prostitutas pasan de tres en tres, una de ellas lo azota, otra le chupa, otra caga; después la que ha cagado azota, la que ha chupado caga y la que ha azotado chupa.

Aquella noche Curval, siempre animado contra la bella Constanza, dice que se puede muy bien dar a luz con un miembro roto y, por consiguiente, se rompe el brazo derecho de esa infortunada. Durcet la misma noche corta una teta a María, a quien se ha azotado, y antes la hace cagar.

Antínoo jode al presidente con otra hostia, mientras el presidente introduce una tercera hostia, con su lengua, en el ano de la Fanchón. = 16. Sólo le gusta dar por detrás a mujeres muy viejas mientras es azotado. 17.

40. Entonces llamaron a los apóstoles; y, después de haberles azotado, les intimaron que no hablasen en nombre de Jesús. Y les dejaron libres.

Rara era la incursión de los bandoleros a la capital en que no se llevasen cautivo algún terranova, que pocos días después devolvían bien azotado y con la cabeza al rape.

A los quince años, y con licencia de su protectora, se metió novicio en Santo Domingo; pero habiéndolo azotado un día el guardián, fugose el mocito y no paró hasta Matucana, de donde siguió peregrinando hasta llegar al Yauli y establecerse como maestro de escuela.

Cuanto más, que el que es azotado por justicia, entre nosotros, es tener un hábito en las espaldas, que le parece mejor que si le trujese en los pechos, y de los buenos.

Pero Pablo les contestó: «Después de habernos azotado públicamente sin habernos juzgado, a pesar de ser nosotros ciudadanos romanos, nos echaron a la cárcel; ¿y ahora quieren mandarnos de aquí a escondidas?