Al anochecer vuelvo a mi cuartujo de cenobita, y mientras espero que la sirvienta -una chica muy bruta y muy irritable- ponga la mesa, "sotto voce"
canturreo Una furtiva lágrima, o sino Addio del passato o Bei giorni ridenti...
Roberto Arlt
En sus ojos brillaban pintas rojas como salpicaduras de sangre; el bigote se erizaba, y su estatura parecia mayor, como si la bestia feroz que dormía dentro de él, al despertar, hubiese dado un formidable estirón a la envoltura. En el silencio de la cárcel resonaba cada vez más claro el doloroso
canturreo que venia del calabozo: «Pa.
Vicente Blasco Ibáñez
Para el que aspira a volver a la Naturaleza, a la realidad de que le ha separado el sucio charco de tinta, el almacén de signos muertos que los dómines amontonan; para el que busca las fuentes fecundas del mundo y de su propia conciencia, lo urgente es raspar la tiña contagiada en los bancos de escuela, olvidar los libracos elementales, pedantes y embusteros como ellos solos, enderezar la razón enviciada, sometida a una docilidad ignominiosa, cauterizar las llagas de pereza y deshonestidad intelectual adquiridas en clase, galvanizar la médula yerta y erguir el espinazo, resucitar la admiración y la curiosidad aletargadas al canturreo de las lecciones.
Avanzaba mucho la diligencia sobre la nieve ya endurecida, y hasta Dieppe, durante las eternas horas de aquel viaje, sobre los baches del camino, bajo el cielo pálido y triste del anochecer, en la oscuridad lóbrega del coche, proseguía con una obstinación rabiosa el canturreo vengativo y monótono, obligando a sus irascibles oyentes a rimar sus crispaciones con la medida y los compases del odioso cántico.