El señor Dean Doctor Don David Letona, hallándose en la Iglesia Catedral el Ilustrísimo Señor Obispo Diocesano con el Venerable Cabildo, ofició la misa en acción de gracias al Todopoderoso por conservarnos en el goce de nuestra libertad política; de esa valiosa joya que los salvadoreños jamás arrancaran de la frente de la patria.
Al día siguiente, cuando las campanas de la
catedral asordaban los aires tocando a gloria, y los honrados vecinos de Toledo se entretenían en tirar ballestazos a los Judas de paja, ni más ni menos que como todavía lo hacen en algunas de nuestras poblaciones, Daniel abrió la puerta de su tenducho, como tenía por costumbre, y con su eterna sonrisa en los labios comenzó a saludar a los que pasaban, sin dejar por eso de golpear en el yunque con su martillito de hierro; pero las celosías del morisco ajimez de Sara no volvieron a abrirse, ni nadie vio más a la hermosa hebrea recostada en su alféizar de azulejos de colores.
Gustavo Adolfo Bécquer
otable compositor ecuatoriano, nacido en Cuenca el 8 de noviembre de 1891, hijo único del Profesor Francisco Paredes Orellana, Músico y Organista, Maestro de Capilla y Cantor de la Iglesia Catedral, de San Francisco y de la capillita de los Salesianos; y de su cónyuge Virginia Herrera, que falleció joven en Cuenca.
Entonces no existía el puerto que usted ha visto ni la
catedral con sus dos torres de cemento, ni el hospital, ni la Escuela de Artes e Industrias, ni alumbrado eléctrico en la calle de Sacramento, ni negros en bicicleta.
Roberto Arlt
El 4 de Junio del antedicho año de 1747, á las nueve de la mañana, entró en la
Catedral doña Antonia Peñaranda, mujer del abogado don Pedro Echevarría.
Ricardo Palma
A CARTA DE LA LIBERTADORA Los limeños, que por los años de 1825 á 1528, oyeron can- tar en la Catedral, entre la Epístola y el Evangelio, á guisa de antífona.
A la sazón las campanas de la Catedral tocaban los fatídicos dobles, cuyo sonido abre de par en par las puertas del infierno á los excomulgados.
Don José Mariano de Almanza, consejero de Estado. : Don Manuel de la Bárcena, arcediano de la Santa Iglesia Catedral de Valladolid y gobernador de aquel obispado.
El día en que no platico con ella, en que no me miro en las niñas de sus ojos, en aquellos dos charranes que Dios le ha puesto en la cara; en que no güelo el olor a nardos y a claveles que le nace en aquella boca suya, que es un cintillo de rubíes; en que no siento el metal de su voz, que es el repiquetear de una campanillita de plata; el día, en fin, que no la veo, ese día me parece a mí que la vía me está poniendo el desahucio y me dan la mar de ganitas de morder y de pelear y de subir a la catedral y desde allí pegar un brinco, u dos brincos, y de meterme en la luna.
I El Dean de la
Catedral del Cuzco doctor don Fernando Pérez Oblitas fue elevado á la categoría de Provisor del obispado en sede vacante por fallecimiento del ilustrísimo doctor don Pedro Morcillo, acaecido el sábado santo lro de Abril de 1747, precisamente á la hora en que las campanas repicaban gloria.
Ricardo Palma
Los Jefes (1959) La ciudad y los perros (1963) La casa verde (1966) Los cachorros (1967) Conversación en La Catedral (1969) Pantaleón y las visitadoras (1973) La tía Julia y el escribidor (1977) La guerra del fin del mundo (1981) Historia de Mayta (1984) ¿Quién mató a Palomino Molero?
allá el muezzín que murmura una sura del Korán: allá lejana campana de cristiana catedral: allí la audaz gritería de insurrección popular; allá arrullo de palomas; allí el fragor de un volcán; allí la trompa de guerra, un mandolín más allá: aquí el brindis de la boda, allí un salmo funeral… todo el rumor de la tierra; más lejos… el de la mar…; más lejos… los ruidos vagos del aire en la inmensidad: una aura que en él suspira… un eco que en él expira… un átomo que en él gira… un vagido…, un son fugaz que en él vaga, que vacila, que se apaga, que titila, que se queja, que se aleja, que se va; que perdido ya no da son ni ruido… ¡Se fué ya!