Se encomendó al patrón dar la respuesta, ya de consuno antes concertada: que tienen quien la prueba a hacer se presta, hábil en el lecho y la estacada.
Y de consuno las monstruosas fieras sangre beben, de sangre se alimentan, y las naciones devorando enteras, con llanto y sangre se sustentan.
161 »E los que lo çercan por alderredor, puesto que fuesen magníficos ombres, los títulos todos de todos sus nombres, el nombre los cubre de aquel su señor; ca todos los fechos que son de valor para mostrarse por sí cada uno, quando se juntan e van de consuno, pierden su nombre delante el mayor.
Sin que de allí se partan, con sospiros calientes, más que la llama ardientes, los enjugo del llanto, y de
consuno casi los paso y cuento uno a uno; juntándolos, con un cordón los ato.
Garcilaso de la Vega
Por Dios, esto la mente os mueva y con piedad miréis cada uno las lágrimas del pueblo doloroso, que, pues en vos reposo sólo espera tras Dios, si de consuno mostráis favor alguno, virtud, no destemplanza, tomando el arma, hará el combate breve, que la antigua pujanza aún Italia por sus venas mueve.
Tomó la flauta Cloe, aplicó a ella los labios y sopló con cuanta fuerza pudo. Oyéronla las vacas, reconocieron al punto el son, mugieron todas, y de consuno se tiraron con ímpetu a la mar.
En esta dispersión no sólo cada pueblo reasumió la autoridad que de consuno habían conferido al monarca, sino que cada hombre debió considerarse en el estado anterior al pacto social de que derivan las obligaciones que ligan al rey con sus vasallos.
108.- Transcurrido el plazo de dos meses, a petición de los cónyuges o de sus procuradores especiales, el juez de lo civil les convocará a una audiencia de conciliación, en la que, de no manifestar propósito contrario, expresarán de consuno y de viva voz su resolución definitiva de dar por disuelto el vínculo matrimonial.
Por mi parte, debo al infortunio estar en contacto con los hombres y las cosas de la Europa moderna, y si en ella no alcanza España una posición digna de su historia, y de consuno independiente y simpática, culpa mía no será ni ahora ni nunca.
¡Todo era, en fin, santa tristeza y patético alborozo desde San Sebastián a Cádiz, desde La Coruña hasta Gerona; todo era referirse grandes hazañas de una y otra provincia, de una y otra ciudad, de una y otra aldea, empeñadas de
consuno en sacudir el yugo extranjero; todo era dar gracias a Dios por la victoria, conmemorar religiosamente a los difuntos, y restaurar ciudades o construirlas de nuevo, con la esperanza de alcanzar en ellas mejores y más dilatados días que los heroicos mártires de la Patria!
Pedro Antonio de Alarcón
utor: Martes 1ro de septiembre de 1891, EL DIA Editorial BANCOS NACIONALES Y BANCOS PARTICULARES La prensa constitucional y el Gobierno de consuno han lanzado el más terrible anatema sobre los bancos nacionales o de Estado.
¡Cuántas veces impaciente metió el brazo, que no cupo, el garzón, y lo atentado le revocaron por nulo! ¡Cuántas el impedimento acusaron de
consuno, al pozo que es de por medio, si no se besan los cubos!
Luis de Góngora y Argote