"Reniega de Dios, de la Virgen, de todos los santos, del bautismo y confirmación, de ambas crismas, de sus padrinos y padres, de la fe y de todos los cristianos, fórmula teológica que reproduce en inversión el rito que parodia".
Antes de fallecer traspasó su estudio al fotógrafo Sandine, aunque mantuvo una publicación anual de crismas, que continuó Carmiña hasta el año 1975.
Se juega a ellos para atraer más suerte para el nuevo año. Otra importante costumbre japonesa es el intercambio de tarjetas de felicitación (parecidas a los crismas occidentales).