La guarda desque lo vido abriólas de par en par. -Tomádesme ese macho, de él me querades
curare: dejádesme a mí la vela, porque yo quiero velare.
Anónimo
Bien es verdad, la condesa, que comigo os querría llevare; mas yo voy para batallas y no cierto para holgare. Caballero que va en armas, de mujer no debe
curare, porque con el bien que os quiere la honrra habría de olvidare.
Anónimo
el fruto es elipsoide o subglobular, de 11 a 20 mm de longitud por 10 a 15 mm de diámetro, en racimos hasta de 40. Los Yanomami usan la resina de la corteza como enteógeno y también en el curare.
La primera referencia escrita que se tiene del curare corresponde a las cartas del historiador y médico italiano Pietro Martire d'Anghiera (1457–1526) que se imprimieron parcialmente en 1504, 1507 y 1508.
Incluye este grupo los derivados de la destilación del petróleo y muchos hidrocarburos saturados, no saturados y aromáticos; alcohol metílico y etílico, éter, formol, hidrato de cloral y acetona; aminas aromáticas constituyentes de las anilinas; derivados clorados de los hidrocarburos aromáticos utilizados como insecticidas y combinaciones orgánicas del fósforo; salicilatos, aspirina y fenacetina, también derivados de hidrocarburos aromáticos; disolventes de grasas, como el sulfuro y tetracloruro de carbono; cloroformo y los cloruros y bromuros de metilo; barbitúricos; alcaloides obtenidos de plantas como morfina, codeína, cocaína, atropina, papaverina, curare, estricnina, nicotina, quinina, aconitina, ergotamina, etc.
En tales comparecencias, se determinó que Powers había seguido órdenes y no había divulgado información crítica a los soviéticos, y actuó como "un buen joven bajo circunstancias peligrosas". que escondía una aguja impregnada con la sustancia tóxica tropical conocida como curare.
Aunque en general la concepción de la salud-enfermedad es de tipo animista o espiritual, el profundo conocimiento de hierbas y principios naturales dotó de un arsenal importante a estas culturas: Se pueden destacar el uso de la coca (erytroxilon coca), el yagé (banisteriopsis caapi), el yopo (piptadenia peregrina), el pericá (virola colophila), el tabaco (nicotiana tabacum), el yoco (paulinia yoco) o el curare y algunas daturas como agente anestésico.
Para 1595 Sir Walter Raleigh escribe la primera descripción de la raíz tupara de la planta Strychnos toxifera y su producto el urari (ourari), conocida más tarde como curare.
La obra completa de este autor con el nombre de Decades de Orbe Novo se publicó en 1516 y reseñaba el uso de flechas emponzoñadas con curare por los nativos americanos.
Para su último proceso se dejan ocultar en cuevas que alberguen animales muertos para que su olor se junte con la sustancia del curare.
En 1510 Juan De la Cosa, geógrafo de Colón, murió a causa de una flecha cuya punta estaba untada con pasta de curare, disparada por cerbatana.
La mezcla de diferentes tóxicos en el curare contribuye a ampliar el abanico de efectos tóxicos, aumentando su letalidad y acelerando el tránsito hacia la parada cardiorespiratoria, por el bloqueo irreversible de los receptores nicotínicos de la placa motriz, es entonces cuando el individuo muere por asfixia.