Le dijimos al pueblo que cuando la tiranía fuese derrocada nadie tomase venganza por sus propias manos, porque las revoluciones eran calumniadas cuando después de la victoria aparecían los cadáveres de los esbirros arrastrados por las calles. ¿Es que esté mal que se arrastre a un esbirro?
Pues bien, yo les digo a esos congresistas que, aparte de que no tienen nada por qué meterse en los problemas de Cuba (EXCLAMACIONES), estamos fusilando a los esbirros para lograr la paz, y estamos fusilando a los esbirros para que el día de mañana no nos asesinen otra vez a nuestros hijos, y que, al fin y al cabo, los esbirros que fusilemos no van a pasar de 400, es decir, ¡más o menos un esbirro por cada 1 000 hombres, mujeres y niños asesinados en Hiroshima y en Nagasaki!
---- Corre la noticia de que Santanón ha sido muerto por la décima vez a manos de los heroicos bandidos de la policía rural. Lástima que esos laureles no sean para la frente del poeta
esbirro Díaz Mirón.
Práxedis G. Guerrero
Porque la patria no es sólo el aire que respiramos, el río de que bebemos, el terreno que sembramos, la casa donde vivimos y el cementerio en que duermen nuestros antepasados; es también el soplón que nos delata, el esbirro que nos apercolla, el juez que nos condena, el carcelero que nos guarda y la suprema autoridad a quien debemos obediencia y sumisión, ya esté representada por un general sudamericano que a duras penas sepa leer y escribir, ya por un reyezuelo español que lleve por cerebro un trozo de bacalao frito en el aceite de alguna sacristía.
Ese tipo de hombre hay que eliminarlo de nuestro medio social, y ese tipo de hombre será eliminado de nuestro medio social cuando se acabe el mal ejemplo, cuando se acabe el abuso, cuando se acabe la discriminación, cuando se acabe la explotación. Porque una sociedad como ha sido la sociedad cubana, tenía que producir un tipo como el esbirro y un tipo como el chivato.
Antes, político —y mucha gente lo sabe, porque la política se había convertido en una palabra peyorativa; nadie quería que lo llamaran político, casi casi como nadie quiere que lo llamen hoy chivato, confidente, esbirro o algo de eso— (RISAS), político quería decir ladrón, político quería decir hombre de poca palabra que lo prometía todo y no daba nada (APLAUSOS); político quería decir compadre, porque la política que se hacía era a base de “compadre”; política quería decir “botella”; política quería decir compradera de votos; política quería decir que allí el que tenía 100 000 pesos podía salir, el que no tenía un peso, por muy honrado, por muy capaz que fuera no podía ser nada (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
Sirvió de esbirro, de verdugo a otro tirano; vivió del tablaje y la estafa; ni pundonor como soldado, ni hazañas de valiente: pereza y ociosidad, subiendo y bajando por ese cuerpo desmedido, le tienen a mediodía en el lecho, dormida el alma a las sensaciones y los cuidados del ser inteligente.
Si el ser humano nace con una dignidad innata, y hasta a un niño cuando se le ofende se le hiere, cuando se le trata mal de palabra llora, cuando el padre le pega se siente humillado, ¿qué país era este, donde a los hombres respetables, padres ya de numerosos hijos, en cualquier esquina un esbirro les pegaba una bofetada?
(EXCLAMACIONES.) ¿Es o no es verdad que había gente que vendían el voto por cinco pesos? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) ¿Y el que vende el voto no es tan malo como un chivato o como un esbirro?
Hay algo a lo que el ser humano no se adapta jamás: a lo que le produce asco, a lo inmoral; a la presencia de toda una serie de sujetos que iba desde el botellero hasta el chivato, desde el politiquero hasta el bolitero, desde el policía esbirro al policía picador...
Nunca un pueblo había dado un ejemplo tan alto de civilidad: ningún esbirro fue arrastrado por las calles, ningún esbirro fue torturado como hacían ellos, ningún esbirro fue maltratado.
Sin embargo, nadie podrá desacreditar al pueblo cubano, nadie podrá sacar la fotografía de un cadáver destrozado y decir: “Fueron las turbas, no hay orden, impera la anarquía, aquí hace falta una dictadura porque no hay orden”, que es lo que dicen los enemigos de la libertad y de la democracia; se valen de la tal casa saqueada y del esbirro arrastrado, para estar escribiendo por tiempo indefinido y para estar sacando fotografías por tiempo indefinido...