Ejemplos ?
Ibu Abucab se mesó, pensativamente, la barba. De modo que el desconocido era hermano de una favorita del Califa. Aquel hombre podía hacerle mucho daño.
Amábala el español Con tan ciega idolatria Que antes que en ella creeria Que hubiera mancha en el sol. (149) Y amábale la francesa Con intensidad tan rara Que mejor se la juzgara Favorita que condesa.
Hago, pues, omisión de todas sus observaciones, en la inteligencia de que el lector no encontrará tanto interés en ellas como mi tío, para quien, como buen aldeano, eran la salsa favorita.
si dije cosas raras en los versos por no entender las materias, no hubiera llegado a pescar, como es su frase favorita, al señor director de la Junta de la Exposición, que es persona a quien se debe venerar, porque es un sabio de los que andan más escasos que Correos, y no se hubiera informado de él?
Esperábala para decirte: amigo mío, colmadas todas mis ambiciones y agobiado por los desengaños, quiero abandonar la corte y respirar el aire libre de tus montañas, única campiña que he visitado en mi vida, y en la cual espero realizar todas las ilusiones que he adquirido con mi lectura favorita.
¿Dios, en dónde está si la deja morir así, después de haber sido buena, después de no haber hablado nunca mal de nadie, ni proferido una queja por las amarguras que le han tocado en suerte, de haber derramado a su alrededor el oro para enjugar lágrimas, después de regalar su esmeralda favorita para distraer a alguien, que no la quiere, de un sufrimiento de un instante?...
Muchos días hace que estos nombres vienen siendo la ocupación favorita de ciertos periodistas españoles. También han resonado en la Cámara de Florencia, y el telégrafo oficioso, y hasta el oficial, los ha transmitido de pueblo en pueblo y del uno al otro continente.
En los fértiles collados extendida está Granada, que respira embalsamada los perfumes del abril adorada de las aves favorita de las flores, adormida en los amores, y en poder de Boabdil.
Por eso ahora te voy a comer a ti. Tú vas a ser mi comida favorita. -¿Te refieres a mí?- Dijo como si fuera un dechado de inocencia.- Me has de estar confundiendo.
Aconteció una vez a este caballero, hallándose en su favorita diversión acompañado de su hija, cuya belleza singular y extraordinaria blancura le habían granjeado el sobrenombre de la Azucena, que como se les entrase a más andar el día engalfados en perseguir a una res en el monte de su feudo, tuvo que acogerse durante las horas de la siesta, a una cañada por donde corría un riachuelo, saltando de roca en roca con un ruido manso y agradable.
Por eso, y por las observaciones y peligros que más atrás apunté, los señores bailarines de las romerías determinaron amparar su diversión favorita con un muro sólido y elevado, contra la curiosidad irreverente de la muchedumbre.
Llegó al malecón y sus ojos preñados de lágrimas se perdieron en la negra inmensidad del mar, iluminado a trechos por el incendio, y que parecía gemir por la destrucción de su villa favorita.