Ejemplos ?
Er vino no deja ni pa zargatona, hija mía; pero, en fin, como yo no quiero que tú pienses que mosotros semos de los que se les engorruñe el ombligo por dos pares de lentejas, quiée decir que te daré cuatro en vez de tres, y no me pestañees, que eso que te llevas tú no lo gano yo, só agoniosa, en menos de una quincena.
-Gracias a un divé que te encuentro -díjole el viejo a Pepe el Perejilero, al toparse por fin con él en la barbería del Lentejas.
Percibía la noble dama por los alimentos que la correspondían cuarenta y un reales al mes, una taza de manteca al año, una gallina y un ferrado de lentejas.
11 Después de éste fué Samma, hijo de Age Araita: que habiéndose juntado los Filisteos en una aldea, había allí una suerte de tierra llena de lentejas, y el pueblo había huído delante de los Filisteos: 12 El entonces se paró en medio de la suerte de tierra, y defendióla, é hirió á los Filisteos; y Jehová hizo una gran salud.
9 Y tú toma para ti trigo, y cebada, y habas, y lentejas, y mijo, y avena, y ponlo en una vasija, y hazte pan de ello el número de los días que durmieres sobre tu lado: trescientos y noventa días comerás de él.
Pero la noble señora profesaba ciertas ideas de independencia individual que nadie hubiera podido modificar, y que, en honor de la verdad, conceptuaba amenazadas al lado de una cuñada y varios sobrinos, por lo cual rehusó heroicamente, aunque cariñosa y agradecida, la hospitalidad con que se le brindaba, prefiriendo su taza de manteca, su gallina, sus cuarenta y un reales al mes y su ferrado de lentejas.
Aunque desde luego esto de los acarreos también sucede con los trabajadores organizados por líderes oficialistas, que venden los derechos de los empleados bancarios, a cambio de un plato de lentejas, que representa, en esta ocasión, el Banco Obrero.
Cierto es que ya no eran los sueños del inventor ni del nombre que descubría unos rayos eléctricos, tan poderosos como para fundir moles de acero como si fueran lentejas de cera, ni presidiría la mesa vidriada de la Liga de las Naciones.
El burlar, llame frustrar A las dueñas llame funestas; y si al epíteto pusieron pleyto los cipreces, en tanto que lo juzgan las lentejas, llamarálas desombradas .
¡Excelente remedio para preservar a un viejo de la retención de orina! BDELICLEóN: Aquí traigo además un hornillo encendi­do con una escudilla llena de lentejas, por si se te ocurre comer.
-Sí que es la chipé lo que estás tú platicando, Soledá; pero lo que no saben esas esgrasiaítas es que hay litri de ésos que to lo que llevan en los deos y en la pechera es de oro de peroles y que tiéen la ropa interior que es toíto un alambrao y que por dos pesetas son capaces de golver a conquistar er Perú; ¿Como que conozco yo uno de esos a quien le dicen don Penene, que el día que se come más de tres lentejas se tiée que alargar la trincha y que desabotonarse el chaleco.
no sacaba almanaque ni decía que en Troya y los Alfaques verían abundancia de pepinos y brevas, muchas lentejas en París y en Tebas, y que cierta cabeza de importancia, sin decirnos adónde, faltaría; que por mujeres Venus prometía pendencias y disgustos, como si por sus celos o sus gustos fuese en el mundo nuevo.