olió largo rato al pie del árbol; introdujo pane del hocico en la covacha, movió de uno a otro lado la cola; y al fin se acostó frente a ella.
192 TRADICIONES Tu prcverai si come sa di sale lo pane altrui, e come e duro calle to scendere e salir per la altrui scale Alpuno hay, sin embargo, que encuentra mas desgarra- dora amargura en este otro lamento; Se vende el gallo?
-Rogar os quiero, sobrino, el buen francés naturale, lleguéis vuestros caballeros, los que comen vuestro
pane; darles heis doblado sueldo del que les soledes dare, dobles armas y caballos, que bien menester lo hane; darles heis el campo franco de todo lo que ganaren; partiros heis a los reinos del rey moro Aliarde.
Anónimo
Quedaréis encomendada a mi tío don Beltrane y a mi primo Gayferos, señor de París la grande; quedaréis encomendada a Oliveros y a Roldane, al Emperador, y a los doce que a una mesa comen
pane.
Anónimo
Como sin la condesa se vido navegando por la mare, movido de muy gran saña, movido de gran pesare, diciendo que por ningún tiempo de ella lo harán apartare, sacramento tiene hecho sobre un libro misale de jamás volver en Francia, ni en ella comer
pane, ni que nunca emviará carta, porque dél no sepan parte.
Anónimo
-Dadnos limosna, señora, que el conde no lo sabrae, así la den a Gaiferos en la tierra donde estáe. Así como oyó Gaiferos, comenzó de sospirare; mandábales dar del vino mandábales dar del
pane.
Anónimo
con que se reprehende à los que quieren mantenerse y vivir sin que les cueste trabajo: como sucéde à la criada del Abád, que de la abundáncia de las ofrendas se mantiene, sin tener el trabajo de cocer y amasar el pan. Lat. Famulus inempto pane vefeitur lubens. El Abád de Bamba lo que no puede comer, dalo por su alma .
El palmero que lo oyera, íbase para San Juane; en entrando por la puerta, bien veréis lo que haráe: humillóse a Dios del cielo y a Santa María, su madre, humillóse al arzobispo, humillóse al cardenale, porque decía la misa, no porque merecía mase, humillóse al Emperador y a su corona reale, humillóse a los doce que a una mesa comen
pane.
Anónimo
Era una de esas posadas que hay en los arrabales provincianos, con grandes caballerizas y pequeños cuartos para dormir, donde se ven en medio del patio gallinas picoteando la avena bajo los cabriolés llenos de barro de los viajantes de comercio; buenos viejos albergues, con balcón de madera carcomida, que crujen al viento en las noches de invierno, siempre llenos de gente, de barullo y de comida, con mesas negras embadurnadas de té o café con aguardiente, con gruesos cristales amarillos para las moscas, y servilletas húmedas manchadas de vino tinto, y que, oliendo siempre a pueblo, como gañanes vestidos de burgueses, tienen un café a la calle, y por la pane del campo, una huerta de verduras.
Con él sale Oliveros, con él sale don Roldane, con él Darderín de Ardeña y Urgel de la fuerza grande; con él salía Guarinos, almirante de la mare; con él sale el esforzado Renaldos de Montalvane; con él van todos los doce que a una mesa comen
pane, sino el infante Gaiferos y el buen conde don Beltrane, que salieron tres jornadas más que todos adelante.
Anónimo
Ya sabemos que el conde Dirlos es esforzado y de linaje, y de los grandes señores que en Francia comen
pane, que quien enojara a él él le basta a enojare, aunque fuese el mejor caballero que en el mundo se hallare.
Anónimo
D. Jean Merlet (Francia) Sr. D. Carlos Flores Marini (México) Sr. D. Roberto Pane (Italia) Sr. D. S. C. J. Pavel (Checoslovaquia) Sr.