polilla

polilla

1. s. f. ZOOLOGÍA Denominación genérica que reciben diversas especies de insectos lepidópteros, cuyas larvas destruyen los tejidos, en especial la lana.
2. ZOOLOGÍA Larva de estos insectos.
3. Lo que destruye una cosa de forma lenta e insensible. carcoma
4. polilla de la cera ZOOLOGÍA Insecto lepidóptero nocturno cuya larva se alimenta de la cera de los panales, que pueden sufrir graves daños.
5. comerse una persona de polilla coloquial Sufrir pasiones o preocupaciones que la van consumiendo de forma insensible.
6. no tener polilla en la lengua coloquial Hablar con franqueza y libertad.
NOTA: Nombre científico: (Tinea.)
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

polilla

 
f. zool. Nombre común de diversos lepidópteros de pequeño tamaño pertenecientes a varias familias.
fig.Lo que destruye poco a poco una cosa.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

polilla

(poli'ʎa)
sustantivo femenino
1. zoología pequeña mariposa nocturna cuya larva destruye las telas y tejidos Las polillas se comieron mi jersey favorito.
2. cosa que destruye otra de forma paulatina la polilla los celos
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Traducciones

polilla

Motte

polilla

moth, bookworm

polilla

můra

polilla

møl

polilla

koi

polilla

moljac

polilla

polilla

나방

polilla

mot

polilla

møll

polilla

ćma

polilla

traça

polilla

моль

polilla

nattfjäril

polilla

ผีเสื้อราตรีออกหากินกลางคืน

polilla

güve

polilla

con nhậy

polilla

飞蛾,

polilla

polilla

עש

polilla

SF (= mariposa) → moth; (= oruga) → grub; [de la ropa] → clothes moth; [de la madera] → woodworm; [de libros] → bookworm
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
9 He aquí que el Señor Jehová me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos como ropa de vestir se envejecerán, los comerá polilla.
Por maravilla se hallará entre tantos uno que crea derechamente en la sagrada ley cristiana; todo su intento es acuñar y guardar dinero acuñado, y para conseguirle trabajan y no comen; en entrando el real en su poder, como no sea sencillo, le condenan a cárcel perpetua y a escuridad eterna; de modo que, ganando siempre y gastando nunca, llegan y amontonan la mayor cantidad de dinero que hay en España. Ellos son su hucha, su polilla, sus picazas y sus comadrejas; todo lo llegan, todo lo esconden y todo lo tragan.
Todo esto tenía don Silvestre; y digo mal: tenía también un pleito que le consumía la mitad de sus rentas, hubiera o no celliscas, paperas o coscojo; pues el abogado trabaja a subio, y en sus minutas no cabía más enfermedad que la polilla, la cual evitaba perfectamente renovándolas con frecuencia y poniéndolas bajo el amparo de los haberes de su defendido.
Maldito si ni por el forro consultaba clásicos, ni si sabía por experiencia propia que los viejos pergaminos son criadero de polilla.
Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. 6.21. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Detrás de mí solía sentarse Magrujo, revistero de El Harpa -periódico semiclandestino-, cuyo suspirado y jamás cumplido ideal era una butaca de favor, para darse tono y lucir cierto frac picado de polilla y asaz anticuado de corte.
Los que no se separaron de los divinos consejos de Jesucristo, que por boca de San Mateo nos dice: «No queráis congregar tesoros en la tierra, adonde la polilla y el moho los corrompen, y adonde los ladrones los desentierran y hurtan, sino atesoraos los tesoros en el cielo, adonde no llega el ladrón ni la polilla lo corrompe, porque adonde estuviere vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.» En el tiempo de la tribulación y de las calamidades experimentaron con cuánta discreción obraron en no haber desechado el consejo del Divino Maestro, fidelísimo y segurísimo custodio.
18 He aquí que en sus siervos no confía, Y notó necedad en sus ángeles 19¡Cuánto más en los que habitan en casas de lodo, Cuyo fundamento está en el polvo, Y que serán quebrantados de la polilla!
Mas los que opinan que estas dos cosas, el fuego y el gusano, pertenecen a los tormentos del alma y no a los del cuerpo, dicen que los desechados del reino de Dios también se abrasan y queman con la pena y dolor del alma, los cuales tarde y sin utilidad se arrepienten, y por eso pretenden que no sin cierta conveniencia se pudo poner el fuego por este dolor que así quema, pues dijo el Apóstol: «¿Quién se escandaliza sin que yo no me queme y abrase?» Este mismo dolor, igualmente, creen que se debe entender por el gusano, porque escrito está, añaden: «que así como la polilla roe el vestido, y el gusano el madero, así la tristeza consume el corazón del hombre».
Pero en esto no vemos razón para que, por los siglos de los siglos, se conserve inédito y sirviendo de pasto á ratones y polilla un libro que, dígase lo que se quiera en contrario, será siempre tenido en gran estima por los que sabemos apre- ciar los quilates del humano ingenio.
Andando los tiempws, la polilla que no respeta ni el man- to real ni las efigies de los santos, les comió las orejas y el cuer- po, de modo que las puso inservibles para el culto.
Por eso multitud de documentos curio- sos se han destruido, y otros existen arrinconados en los archi- vos, entre espesa capa de polvo, dando sabroso alimento á ra- tones y polilla.