También he visto una verdadera visión. Cuando Jeshua escuchó esto se echó a reir y le dijo: - Tú, treceno espíritu, ¿por qué intentas hacérmelo difícil?
Ya no calentamos nuestros recipientes desde fuera, sino desde dentro, y la consecuencia es que cocinamos en recipientes de papel sobre fogones de madera, igual que hacían los salvajes en recipientes de corteza de abedul con piedras calientes, porque, así dicen los filósofos, la historia se repite en una espiral ascendente." Y entonces Edith comenzó a reir ante mi expresión de perplejidad.
Flora posee dos docenas de perros en Macloskie y llenaría nuestra casa de Londres con una verdadera ménagerie si su padre lo permitiese. -Pues eso es precisamente lo que hago yo los jueves por la noche -replicó lady Windermere, echándose a reir-.
¿Acaso no está aquí en este reino? Cuando Jeshua escuchó esto, se echó a reir y les dijo: - ¿Por qué creeis que sois una generación fuerte y perfecta?
Eclesiastés 3 1 PARA todas las cosas hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene su tiempo: 2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; 3 Tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; 4 Tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; 5 Tiempo de esparcir las piedras, y tiempo de allegar las piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de alejarse de abrazar; 6 Tiempo de agenciar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de arrojar; 7 Tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; 8 Tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Saludaba con humildad, con aquella voz trémula que hizo
reir a Yáñez, y al quitarse el sombrero descubrió una cabeza pequeña, cana y cuidadosamente rapada.
Vicente Blasco Ibáñez
Mi cara no debe expresar suprema alegría, porque el taimado galeno se echa a
reir y agrega: —Le vamos a dar en cambio una compensación… Los Funes han vivido estos quince días con la cabeza en el aire, y no extrañe, pues, si han olvidado muchas cosas, sobre todo en lo que a Vd.
Horacio Quiroga
—Digo—le he respondido—que casi estoy tentado de declinar el honor que me hacen los Funes, admitiéndome a su mesa… Ayestarain se echó a
reir.
Horacio Quiroga
Estos adivinos principian adivinando en favor del gefe de la nacion, en seguida adivinan para ellos mismos, y toman parte en el gobierno: y por último el mas fuerte y el mas hábil subyuga á los demás, despues de siglos de carnicería que hacen estremecer, y de bribonería que hacen reir.
Este percance fué tan sonado, que en muchos dias no se habló de otra cosa en tertulias y corrillos; y como una caida, y mas con circunstancias tan agravantes, aunque la dé el papa, tiene siempre un no sé que de risible, la del ser inquisidor supremo dió tanto que reir, y fué tan discantada por los poetas, que hasta un Grande ingenio que diz que hace los versos boca abajo escribió unas copias al asunto.
—Sí,—le dije, observando sus ojos;—me acuerdo de que antes no los tenía… Y miré a otro lado. Pero María Elvira se echó a
reir: —Es cierto; Vd.
Horacio Quiroga
---- Díaz Mirón, el poeta gendarme, está enfermo; el inspirado esbirro autor de las famosas Lascas, se encuentra en su casa hecho una piltrafa, de resultas de su valerosa campaña en persecución de Santanón, que ha de
reir todavía de las bravatas del Bate-polizonte, que prometía ridículamente ir a cortarle la cabeza.
Práxedis G. Guerrero