Además, estaban los pajes que, como parte de su servicio, ayudaban a los caballeros a lancear o rejonear a caballo, realizando los quites cuando fuera necesario.
Tras un paréntesis en Lisboa para su presentación en la plaza de Campo Pequeño –donde sufrió un boicot de los rejoneadores varones portugueses- Conchita Cintrón logró el permiso para rejonear, y debutó en la Feria de Sevilla de 1945, en la última de abono.
Este junta los brazos, inclina el cuerpo hacia el toro, para lo que suele desestribar un pie y clava los palos con la precisión posible, pues la absoluta no se puede exigir, porque las distancias las dan el toro y el caballo en sus respectivas carreras. Esta suerte es más difícil que la de farpear y rejonear.
Su origen se encuentra en los primeros tiempos de la tauromaquia cuando los caballeros que salían a rejonear y sus ayudantes de a pie vestían con capa y se servían de ellas en su lance con el toro.
Polifacético e inquieto, en 1952 comienza a rejonear cuando ya era conocido en el salto ecuestre, revelándose como un magnífico jinete con un dominio del toreo que lo situará en poco tiempo en los primeros puestos.
Al igual que en la estampa 24, aparece montado sobre un novillo, que lo sacude y zarandea de forma brutal, mientras el indio intenta rejonear a un toro.
/ más pulido que Medoro / y en el vestir sin segundo, / causaban asombro al mundo / sus trajes bordados de oro... / Muy diestro en rejonear, / muy amigo de reñir, / muy ganoso de servir, / muy desprendido en el dar.
Consiste en montar a pelo potros salvajes o reses vacunas bravas (como novillos y toros) y realizar diversos ejercicios, como arrojar el lazo, rejonear, etc.
Relación de la célebre fiesta de Toros, que para diversión de el Excelentissimo señor Duque de Osuna se celebró con la circunstancia de rejonear su Excelencia, el Marqués de Almarza, y Don Joseph Niño, en la Casa de Campo de esta Ciudad de Toledo, a tres de Septiembre de este presente año de 1696.