Papers by Juan V. Botella
Galeria Antiqvaria Arte Contemporaneo Antiguedades Mercado Coleccionismo, 2000
RESUMEN: Se presenta y comenta el contenido de la obra Historia de las plantas…, gruesa obra en c... more RESUMEN: Se presenta y comenta el contenido de la obra Historia de las plantas…, gruesa obra en cuatro volúmenes, manuscrita e ilustrada por Salvador Ximénez Peset, farmacéutico y botánico ilustrado del siglo XVIII, que trata sobre las plantas y sus usos en el entorno de la ciudad de Castellón. Palabras clave: ABSTRACT: About Salvador Ximénez Peset and his book Historia de las Plantas... The great work Historia de las plantas… written by Salvador Ximénez Peset, Spanish botanist from Castellón is here commented.
Clemente en todas partes, menos en Titaguas (1777), Simón de Roxas tuvo en su pueblo una infancia... more Clemente en todas partes, menos en Titaguas (1777), Simón de Roxas tuvo en su pueblo una infancia plena y feliz. Recibió impresiones previas que le acompañarían para siempre de las bellezas y primores de una maravillosa naturaleza y de las delicias y rigores de la vida campesina y tal como los buenos titagüeños, se hizo observador, diligente y montaraz. Marchó a Segorbe más por la sobresaliente inteligencia despierta, que por verdadera afición al Seminario e imaginamos, que desde allí o posteriormente durante sus estudios en Valencia los últimos años del siglo XVIII, volver al pueblo y llegar probablemente a ayudar en la cosecha o donde hiciera falta, sería gozoso para él. Estas idas y vueltas se ponen más difíciles ya en Madrid (1800) donde elude cantar Misa y sobrevive de profesor en el Seminario de Nobles de hebreo y árabe, lenguas que domina como el griego latín, francés e inglés. En este su nuevo mundo, en la corte más pícara y decadente de Europa, comienza a orientarse hacia las ciencias ambientales. Con prendas como su asombrosa erudición, su potente inteligencia, y su facultad de estar en permanente actividad, pronto esta impartiendo "sabatinas" con clasificación de plantas incluida en el Real Jardín de la capital. En una de estas choca con Lagasca con una formación botánica impecable recibida en Valencia de su maestro Lorente que le enmienda la plana públicamente. Lejos de ofenderse o alterarse, Clemente se admira de estos avances sobre los de la escuela botánica de Gómez Ortega, con quien Clem. se ha formado y se hermana científica y vitalmente con Lagasca para siempre. Tras el asalto de Cavanilles a la dirección de Real Jardín de Madrid, Clemente simultanea sus clases de lenguas orientales, con la actividad investigadora y docente del jardín, logrando en (1801) ver publicado con Lagasca una Introducción a la Criptogamia española. Descubre que ver impreso su trabajo es su máxima satisfacción. Titaguas queda lejos. Aún a mayor distancia de París donde viaja con un alumno doble y compañero doble que es también agente doble de Godoy y de Napoleón. Su maestro Cavanilles, personaje, todo un carácter, se descarta cosa inaudita en él, advirtiéndole donde se mete, pero Simón de Roxas decide seguir, tal era el afecto que se había ganado de su maestro que el abate resignado, no dudara en acreditarlo a sus contactos en las singulares élites científicas inglesas, en Londres gracias a Clemente, Alí Bey podrá tener lo que anhela: el último modelo de cronómetro y el sextante reglamentario de la Royal Navy, con los que emprender con exactitud, la Geografía que le hará famoso, apenas repuestos de un ultimo susto, los viajeros bien equipados ponen rumbo al Magreb y convenientemente disfrazados desembarcan en Cádiz (1803). No le hacen falta estos instrumentos a Simón de Roxas para nivelar correctamente Mulhacén ( 1804_1805), aunque siempre los echará de menos, también al volver a Titaguas en (1812), no tenerlos en el pueblo, no es la única pena que arrastra, el abandono de Badía que escribe a Lambert via Algeciras, calificándolo de su ayudante, la perdida, dolor sincero del abate Cavanilles (1805), su mejor mentor, los vidueños andaluces que no eran todos de uvas dulces, se ha tenido que tragar muchas muy amargas, endeudándose para ver publicada esta obra en (1807) empresa que solo le reportará prestigio, de Sanlúcar no hablamos, de la redacción del Semanario de Agricultura y Artes tampoco, de Granada tiene un voluminoso manuscrito del que verá publicados en (1808) sus datos más preciosos, robados por un protector maestro y
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