Margulis Lynn Planeta Simbiotico

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Lynn Margulis Planeta simbidtico Un nuevo punto de vista sobre la evolucién Primera edicién: septiembre 2002 Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacién escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccién total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografia y el tratamiento informiatico, y la distribucién de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo publicos. Titulo original: Symbiotic Planet © Lynn Margulis, 1998 © De la traduccién, Victoria Laporta Gonzalo, 2002 © De la presente edicién, Editorial Debate, S. A., 2002 O'Donnell, 19, 28009 Madrid ISBN: 84-8306-998-9 Depésito legal: B. 25.948 - 2002 Compuesto en gama, s. |. Impreso en A & M Grafic, S. L., Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona) Impreso en Espana (Printed in Spain) C 849989 SUMARIO INDICE DEILUSTRACIONES 1... 0-0-0000 2 eee PROLOGO ...... Lo ee eee Lo es 1. Simbiosis por todas partes... 2... 2-2 ee 2. Contralaortodoxia .........2..224.-. 3. Individualidad por incorporaci6n ....... 4. Elnombredelavid ........---.-.- 5. La vida a partir de la escoria 6. Sexoanimal . 2 0. 2 ee ee 7. Tierraadentro......... So ee 8. Gaia... 2... ee eee Ce NoTas INDICE 2. ee i) 23 45 65 85 105 125 133 155 163 {NDICE DE ILUSTRACIONES 1. Comparacién de las células procaridticas y las eucaridticas . . . . . . 17 2. Filogenia de la SET (teorfa de la endosimbiosis serial)... 2... 42 3. Las espiroquetas se convierten en ondulipodios ... 2... .-..-- 47 4. Lamano de los cincoreinos 2... ee 67 5. Mixotricha paradoxa, un protoctista © 6. 6 es 78 6. Biota ediacarense de finales de laera proterozoica .. 1... 2... 115 7. Protistas apareandose . 6. 119 Créditos de las ilustraciones: 1, Christie Lyons; 2, 6, Laszlo Meszoly; 3, 5, Kathryn Delisle; 4, 7, Dorion Sagan. PROLOGO El tiempo pasa— Les digo contenta a los que sufren— Sobreviviran— Hay un sol— Aunque ahora no lo crean— (1121)* «Mama, ,qué tiene que ver la idea de Gaia con tu teoria simbi6ti- ca?», me pregunté mi hijo Zach, de diecisiete afios, después de volver del trabajo un dia. Ya no era aspirante a politico, sino el desilusionado ayudante de un legislador del gobierno estatal de Boston que acababa de regresar a casa después de un agotador in- tento de redactar un borrador de ley para residencias de ancianos por encargo de uno de sus dos jefes ausentes. «Nada —respondf inmediatamente—, 0 por lo menos, que yo sepa, nada.» Desde entonces he estado ponderando su pregunta. El libro que el lector sostiene ahora en sus manos intenta proporcionar la respuesta. Las dos principales ideas cientificas en las que he tra- * Time does go on—/ 1 tell it gay to those who suffer now-/ They shall survive— / There is a sun—/ They don’t believe it now— [Todos los ep{grafes de los capitulos son citas de Emily Dickinson (1830- 1886); numeradas en T. H. Johnson, editores, The Complete Book of Poems of Emily Dickinson (Little Brown and Company, 1955).] Prélogo bajado durante toda mi vida profesional, la teorfa de la endosimbio- sis serial (SET) y Gaia, y la relaci6n de la una con la otra, forman su tema central. La pregunta de Zach, cémo encajan la simbiosis y Gaia, fue lim- piamente contestada con un chiste por un magnifico antiguo es- tudiante mio llamado Greg Hinkle que ahora es catedratico de la Universidad de Massachusetts en South Dartmouth. Antes de doc- torarse Greg sabia y ensefiaba que la simbiosis es simplemente la vida en comin y en contacto fisico de organismos de especies dife- rentes. Los socios de la simbiosis —los compafieros simbiontes— moran, tocdndose literalmente ei uno al otro, o incluso el uno den- tro del otro, en el mismo lugar y al mismo tiempo. El concepto de «Gaia», un viejo nombre griego para la Madre Tierra!, postula la idea de que la Tierra esta viva. La hipotesis Gaia, propuesta por el quimico inglés James E. Lovelock, mantiene que determinados as- pectos de los gases atmosféricos y de la superficie de las rocas y del agua estan regulados por el crecimiento, la muerte, el metabolismo y otras actividades de los organismos vivos. Greg bromea: «Gaia es simplemente la simbiosis vista desde el espacio»; todos los orga- nismos se tocan, puesto que estan bafiados por el mismo aire y la misma agua que fluye. Las razones por las que creo que Greg tiene raz6n serdn expuestas con detalle en las siguientes paginas. Sieste libro ensefia algo acerca de la simbiosis y la teoria Gaia en el contexto de visiones radicalmente nuevas de la vida sera uinica- mente por la conjuncién de cuatro afortunados hechos: primero, la pregunta de Zach; segundo, la contribucién de Dorion Sagan a la ca- lidad de mi pensamiento y mi escritura*; tercero, porque Lois Byrnes cuestion6, reorganizé y reestructuré este manuscrito con una pre- clara honestidad y un delicado gusto artistico?; y en ultimo lugar, por la razonable insistencia de William Frucht, de Basic Books, en una organizacién mas concentrada y una menor dosis de narrativa autoindulgente. El placer de trabajar con un editor-con tanta curiosi- dad intelectual y una capacidad critica tan adecuada prosigue. 10 Prélogo Este libro trata de la vida planetaria, de la evoluci6n planetaria y de cémo esta cambiando la imagen que tenemos de ellas. Si hay un trasfondo tiene que ver con la exploracion, concretamente con la exploraci6n cientffica, y con las muchas casualidades y compromi- sos que pueden nutrirla o bloquearla. Muchas circunstancias cons- piran para que los descubrimientos cientificos se extingan, espe- cialmente aquellos que causan incomodidad a las sagradas reglas de nuestra cultura. Como especie, nos agarramos a las familiares y reconfortantes conformidades de la corriente principal. Sin embar- go, la «convencién» penetra mas profundamente de lo que tende- mos a admitir. Incluso aunque carezcamos de un nombre adecuado para ello y conozcamos la historia de cualquier filosofia especifica o estilo de pensamiento, todos nosotros estamos encastrados en nuestra propia y segura «realidad». La manera en la que miramos da forma a lo que vemos y a como sabemos. Cualquier idea que concebimos como un hecho o una verdad esta integrada dentro de un estilo completo de pensamiento del que frecuentemente somos inconscientes. Llamemos a las restricciones culturales «incapaci- dades aprendidas», «pensamientos colectivos» o «construcciones sociales de la realidad», amemos como Ilamemos a las inhibicio- nes dominantes que determinan nuestro punto de vista, nos afectan a todos, incluyendo a los cientificos. Todos ellos estan cargados con pesados impedimentos a la percepcién, ya sean lingiiisticos, nacionales, regionales o generacionales. Como las de todos los de- mas, las asunciones ocultas de los cientificos afectan a su compor- tamiento, restringiendo imperceptiblemente el pensamiento. Una asuncién implicita muy extendida es la de la gran cadena del ser. En ella se define la venerable posicién de los humanos como el centro exacto del universo en el medio de la cadena del ser, por debajo de Dios y por encima de las rocas. Esta idea antro- pocéntrica domina el pensamiento religioso, y también el de aque- llos que afirman rechazar la religi6n y la reemplazan con una vi- sién cientifica del mundo. Para los griegos la cadena enlazaba a 1] Prélogo una panoplia de dioses en lo alto con los hombres, las mujeres, los esclavos, los animales y las plantas en orden descendente. Un sustrato de rocas y minerales ocupaba el eslab6n més bajo. La version judeo-cristiana introducia una ligera modificaci6n: las per- sonas, por encima de los animales, estaban situadas un poco por debajo de los angeles. El hombre, por supuesto, era obvia e indis- cutiblemente superado por el Todopoderoso’. La visi6n cientifica del mundo rechaza estas ideas como estupi- deces obsoletas. Hoy en dia todos los seres vivos estén igualmente evolucionados. Todos ellos han sobrevivido a tres mil millones de afios de evolucién desde ancestros bacterianos comunes. No hay seres «superiores», ni «animales inferiores», ni angeles ni dioses. El diablo, como Santa Claus, es un mito util. Ni siquiera los prima- tes «superiores» —los monos y los simios— son, a pesar de su nombre (primate viene del latin primus, «primero»), superiores. Nosotros, los Homo sapiens sapiens, y nuestros parientes los pri- mates, no somos entidades tan especiales; mds bien somos recién llegados al escenario evolutivo. Las similitudes de los humanos con otras formas de vida son mucho més impactantes que las dife- rencias. Nuestra intima conexién, durante vastos periodos de tiem- po geoldgico, deberfa inspirar admiracisn, no repulsi6n. Como especie, todavia tememos lo excéntrico en nuestra ima- gen de nosotros mismos. A pesar de Darwin, 0 tal vez debido a él, nuestra cultura todavia no entiende realmente la ciencia de la evo- lucién. Cuando la cultura y la ciencia entran en conflicto, siempre gana Ja cultura. La ciencia evolutiva merece ser comprendida mu- cho mejor. Sf, desde luego los humanos hemos evolucionado, pero no sélo a partir de los simios o de otros mamiferos; hemos evolu- cionado a partir de una larga linea de progenitores y, en Ultimo tér- mino, a partir de la primera bacteria. La mayor parte de la evolucién tuvo lugar en aquellos seres a los que Ilamamos desdefiosamente «microbios». Ahora sabemos que -toda la vida evolucions a partir de las formas de vida mas peque- 12 Prélogo fias, las bacterias; pero nosotros no tenemos por qué alegrarnos. Los microbios, y especialmente las bacterias, son considerados enemi- gos y denigrados con el nombre de gérmenes. Los microbios, en realidad, son cualquier ser vivo —algas, bacterias, levaduras y de- mads— que requieren de un microscopio para poder ser observados con precision. Yo afirmo que los humanos, como el resto de los si- mios, no son obra de Dios sino de miles de millones de afios de in- teraccion entre microbios altamente receptivos y sensibles. Para al- gunos esta visiOn es inquietante; para otros, noticias escalofriantes que nos trae la ciencia, una fuente de informacion desestimable. Yo lo encuentro fascinante: me estimula a aprender mas. 13

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