Crecimiento Estancado

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CRECIMIENTO ESTANCADO

Efesios 4:13-16 “3 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,
a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 

Mateo 13:3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4 Y
mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5 Parte
cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6
pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos
crecieron, y la ahogaron. 8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál
a treinta por uno. 9 El que tiene oídos para oír, oiga.
La explicación: 18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra
del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue
sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al
momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la
aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos,
éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se
hace infructuosa. 23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da
fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno. -- (Mateo 13:1-9; 18-23; Marcos 4:1-9, 14-20; Lucas
8:4-15).

INTRODUCCION: Cuando uno va creciendo, uno se va transformando, sino es así es porque hay un retraso,
eso es muestra de que algo anda mal, algo no está funcionando bien. Efesios 4:13-16 “3 hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida
de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en
aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí
por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro,
recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”

Esta parábola describe cuatro clases de terreno en las que cae la semilla sembrada. Se llama comúnmente "la
parábola del sembrador", pero el énfasis no está sobre el sembrador, sino sobre las varias clases de terreno que
reciben la semilla. El sembrador (predicador) puede ser bueno o malo, elocuente o aburrido, pero de todas
maneras los resultados dependerán en gran manera de los oyentes mismos. Jesús es el Maestro Perfecto, pero no
logró convertir a todo el mundo.
La semilla es la palabra de Dios, Mar. 4:14 “El sembrador es el que siembra la palabra”. 
Las cuatro clases de terreno son cuatro clases de oyentes. La parábola enseña la responsabilidad de oír la
palabra, porque por el oír viene la fe (Rom. 10:17). Jesús bien sabía que la semilla no puede germinar y
producir en toda clase de corazón humano.
Multitudes le seguían a veces, pero ¿con qué propósito? Algunos le seguían por curiosidad, algunos buscaban
panes y peces, algunos tenían motivos políticos y revolucionarios, y otros eran sinceros.
En esta parábola Jesús les presenta un retrato de ellos mismos; pone delante de sus ojos el espejo para que
puedan ver cómo eran (qué clase de oyentes eran). Les cuenta una historia acerca de ellos mismos y de cómo
ellos oyen la palabra. ¿Cómo recibirían su enseñanza? De la misma manera en que los varios terrenos de Judea
recibían la semilla del sembrador.

-- parte de la semilla cayó junto al camino.-- Estos oyentes son los que permiten que sus corazones
sean "pavimentados" (endurecidos) por todos los sucesos y actividades de esta vida. Su vida ha sido fuertemente
afectada e influenciada por los asuntos de la vida diaria: el empleo, la familia, los planes, las bodas, los
funerales, los crímenes y docenas de otras cosas. Estos tienen corazones desatentos, insensibles, preocupados e
indiferentes en cuanto a los asuntos espirituales. Su intelecto está lleno de prejuicio, la conciencia cauterizada y
la voluntad perversa. No pone atención a la palabra de Cristo.
Satanás arrebata la palabra con miles de distracciones. Presenta el error como tan bueno o mejor que la verdad.
Presenta ante la atención del hombre toda clase de intereses terrenales, no necesariamente malos en sí, pero
demandan la atención y esta clase de corazón no recibe la palabra.
El diablo sabe el poder de la palabra de Dios. No quiere que nadie permita que entre en el corazón. No quiere
que la gente oiga. Si oye, no quiere que crea. Si cree, no quiere que obedezca. Siempre le anima a posponer la
obediencia.
Así es que la semilla fue "hollada, y las aves del cielo la comieron", Luc. 8:5. No hace impresión sobre la
mente del oyente.
¿Qué se puede hacer para ayudar a los tales? Desde luego, la palabra es muy poderosa (Heb. 4:12 Porque la
palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir
el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón.; Jer. 23:29 ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la
piedra?). A veces la tribulación prepara el "terreno" para recibir la semilla.

-- parte cayó en pedregales (sobre la piedra). -- Cae sobre una capa delgada de tierra sobre la roca
sólida, donde no hay humedad. Brota pronto pero no puede echar raíces. El punto clave es que PRONTO brota
y PRONTO muere. Es cuestión de recibir LUEGO y entonces caer LUEGO. Este es el oyente superficial,
emocional, impresionable, impulsivo. Obedece con gozo pero es gozo pasajero. No obedece por convicción.
Oye un sermón conmovedor y obedece. Los amigos obedecen, por eso él también obedece. Tal vez obedece
durante una "campaña emocionante" (le gustaron los himnos y los hermanos fueron muy amables, etc.), pero no
calculan gastos, Luc. 14:25-33 “25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: 26 Si
alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y
aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de
mí, no puede ser mi discípulo. 28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se
sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29 No sea que
después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer
burla de él, 30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. 31 ¿O qué rey, al
marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez
mil al que viene contra él con veinte mil? 32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía
una embajada y le pide condiciones de paz. 33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a
todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. No considera la cruz que debe llevar. No toma en cuenta la
oposición que encontrará. Obedece, pero no se acerca a Dios en oración y con lectura bíblica, no es
debidamente activo en la iglesia, no se fortifica, no se confirma (Hech. 14:22 confirmando los ánimos de los
discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de
muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.).
Vienen persecuciones, tribulaciones, críticas, burlas, pruebas, las cuales deben fortalecerle (Rom. 5:3-5
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación
produce paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5 y la esperanza no
avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
que nos fue dado.) y acercarlo a Dios, pero más bien le alejan de Dios y le hacen tropezar.
- Si Es un terreno pedregoso hay que quitar las piedras para que haya profundidad de raíz. Si
hay profundidad de raíz entonces saldrá el sol no va a secar la planta porque sus raíces
estarán tomando del agua profunda. ¿Cuáles piedras tenemos que quitar para que podamos
tener profundidad de raíz? Tal vez una personalidad que no quieres cambiar porque dices soy
así y punto, una mala relación que te tiene estancado y está haciendo que te seques y
mueres, una forma de ser que no te deja moldar al carácter de Cristo, un trabajo, un gusto, un
sentimiento, una pasión, etc

-- parte cayó entre espinos. -- Los espinos absorben toda la humedad y fertilidad, y excluyen de la
planta la luz y el aire; por eso, el crecimiento es retardado e impedido. "El afán de este siglo". Según Mat. 6:24-
34 “24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará
al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. 25 Por tanto os digo: No os
afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué
habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las
aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las
alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que
se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los
lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda
su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en
el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis,
pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan
todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34
Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada
día su propio mal. el afán (1) es innecesario, porque nuestro Padre sabe nuestras necesidades; (2) es
prohibido, (3) es vano, porque ¿qué logra el afán? Luc. 10:41 “Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta,
afanada y turbada estás con muchas cosas.”; 21:34 “Mirad también por vosotros mismos, que
vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga
de repente sobre vosotros aquel día.”; Fil. 4:6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.; 1 Ped. 5:7 echando toda
vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. La ansiedad indica falta de fe en Dios.
Indica una preocupación excesiva por los asuntos de esta vida, y una falta de interés en cosas espirituales. El
afán de este siglo no quiere decir vicios, sino una preocupación excesiva por tales asuntos como el empleo, el
negocio, la educación, y los problemas ordinarios de la vida.
"El engaño de las riquezas" es muy peligroso. 1 Tim. 6:9,10 Porque los que quieren enriquecerse caen en
tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y
perdición; 10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.; Mar. 10:34. La prosperidad es más
peligrosa que la pobreza. Recuérdese Prov. 30:8,9 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me
des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; 9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga:
¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios. Muchos hermanos
abusan de la "tarjeta plástica", haciendo muchas compras y así comprometiéndose más allá de sus posibilidades,
y luego viene un afán abrumador. Esta práctica bien ilustra el amor al dinero (cosas materiales). Muchos se
entrampan con deudas que nunca pueden pagar. Esta práctica es una forma de mentira y de robo, porque
prometen pagar lo que no pueden pagar. La avaricia es idolatría (Col. 3:5 “Haced morir, pues, lo terrenal
en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es
idolatría;).
Sant. 1:8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.; 4:8 Acercaos a Dios, y él se
acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad
vuestros corazones. Santiago habla del doble ánimo. Compárense los casos de Balaam, Lot, Demas y otros
personajes bíblicos que querían servir a Dios pero también amaban el mundo.

-- parte cayó en buena tierra. – Esta es tierra fértil, limpia (preparada), húmeda, buena, como Samaria
(Jn. 4:35-37 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo:
Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. ; Hech. 8:5-12); los
3000 en el día de Pentecostés (Hech. 2:41); el eunuco (Hech. 8:35-39); Saulo de Tarso (Hech. 9:18; 22:16;
26:19); Cornelio (Hech. 10:33,48); Lidia (Hech. 16:13-15); el carcelero (Hech. 16:30-34); los corintios (Hech.
18:10); y los efesios (Hech. 19:1-5). Estos oyen la palabra, la entienden, la obedecen y llevan fruto. Luc. 8:15,
"Son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia". Es el corazón
bueno que puede ser conmovido por las grandes verdades del evangelio, y que celosamente las guarda. Oye la
palabra atentamente, la estudia, la entiende y la obedece no importa quién la predique, ni con qué motivos la
predique, ni quién más la obedezca, ni cuántas ofensas vengan.
La que cayó en buena tierra no es como la que cayó junto al camino, porque sí entiende. No es que tenga
intelecto superior, sino atención superior. No es como la que cayó en la capa delgada de tierra sobre una piedra,
porque sí echa raíces y no es vencida por las pruebas de la vida. No es como la que cayó entre espinos, porque
evita el afán y el engaño de las cosas materiales. Es la única que lleva fruto, "algunas semillas a ciento por uno,
otras a sesenta y otras a treinta". Muchos quieren culpar al "sembrador" (predicador) por el poco fruto que se
lleva en la obra, pero Jesús culpa también a los oyentes. La lección es que cada quien debe examinar cuidado -
samente su corazón.

Entendemos que Jesús está presentando cuatro clases de oyentes, o cuatro clases de corazones en que se siembra la
palabra. No aclara quien es el sembrador. Algunos piensan que representa al discípulo que enseña y predica la palabra,
pero en relación con otra parábola Jesús dice que el hijo del hombre es el sembrador (13:37). El hijo del hombre inició la
siembra de la palabra del reino, pero los discípulos serían comisionados para continuarla.
a. El que oye la palabra del reino y no la entiende (v. 19) es el que no quiere entenderla. Es indiferente al
mensaje del reino, o lo rechaza (comp. vv. 10–15). La palabra no logra penetrar, aunque la intención del
sembrador era buena. Jesús dice que las aves (v. 4) representan al maligno, (v. 19) o al “malo”, términos que
se refieren al diablo (comp. 13:37). Este enemigo del reino procura en toda manera evitar que la palabra penetre y
brote en el corazón de los oyentes.
b. La segunda clase de terreno, pedregales, describe un suelo donde hay un estrato de roca cubierto por pocos
centímetros de tierra. En Palestina, como en el Uruguay, hay zonas así donde el grano sembrado brota y comienza
a crecer rápidamente por causa del calor reflejado del subestrato rocoso. Pero está destinado al fracaso; pues
cuando el sol aprieta, la capa de tierra se seca, y los cultivos, al no tener profundidad de raíz, se queman. Este
terreno representa el corazón que se siente atraído por los beneficios del mensaje del reino y sin demora lo recibe
con gozo. Pero no cuenta el costo de seguir a Jesús: el negarse a sí mismo y tomar su cruz.
Jesús menciona específicamente dos cosas que causan sorpresa y tropiezo: la aflicción o la persecución por
causa de la palabra (v. 21b). Tales personas no esperaban que el mundo los tratase como había tratado a Jesús (Juan
15:20). La sorpresa viene cuando uno no presta atención a las demandas del evangelio, o que escucha la presentación de
un “evangelio de ofertas” que lo promete todo y no demanda nada. Tropieza (v. 21b) traduce un término griego del cual
viene nuestra palabra “escandalizar” (ver sobre 5:29). Se escandalizan al experimentar incomprensión, insultos, rechazo y
daño físico por causa de la palabra.
c. La tercera clase, en espinos (v. 22), describe un terreno lleno de malezas espinosas. Normalmente la maleza y
los yerbajos crecen más rápidamente que la buena planta, y la ahogan. Impiden su desarrollo normal y la hacen
infructífera. Tales personas reciben la palabra con las mejores intenciones, pero no le dan prioridad. No permiten
que la palabra haga su obra de transformación en su vida. Jesús menciona específicamente dos cosas que
impiden el desarrollo de la palabra: las preocupaciones de este mundo (v. 22b; comp. 6:25–34) y el
engaño de las riquezas (v. 2c). Distraídos y divididos en sus prioridades, no producen fruto; defraudan la
esperanza del Señor.
d. La cuarta clase, en buena tierra (v. 23) describe el terreno blando, profundo y limpio que recibe la semilla, y le
permite crecer y dar el fruto que se espera. Aun así, hay distintos grados de producción, de acuerdo a su
capacidad. La persona que oye la palabra y la entiende (v. 23) es la buena tierra y produce lo que el Señor
espera.
El énfasis en la parábola es sobre la producción de fruto. Las primeras tres clases de terreno, aunque distintas, son
realmente de una clase: infructífera. Se aplica aquí el proverbio del Señor: Por sus frutos los conoceréis (7:16). En
verdad, los frutos visibles revelan la condición del corazón en la misma manera que la cantidad y calidad de cosecha revela
la condición del terreno. Jesús subraya la necesidad de oír y entender la palabra en contraste con los líderes religiosos que
oyeron, pero no entendieron.

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