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KEYWORDS:
Latin American thought. Decoloniality.
Emancipation. Interculturality. Education.
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Em meus textos somente utilizo a palavra ‘homem’ no sentido de humanidade ou se referindo ao ‘gênero humano’ quando usado
por autora ou autor no texto original citado em meus textos. Minha opção é sempre por usar ‘ser humano’ ou ‘seres humanos’; uso
‘pessoa’, no sentido de criatura humana, de indivíduo.
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“fue establecida una relación de dominación directa, política, social y cultural de los europeos sobre los conquistados de todos los
continentes. Esa dominación se conoce como colonialismo” (QUIJANO, 1992, p. 11).
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“La colonialidad, en consecuencia, es atin el modo mas general de dominacion en el Mundo actual, una vez que el colonialismo
como orden politico explícito fue destruido (QUIJANO, 1992, p. 14).
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Quando Leopoldo Zea faz referência às “más cópias” refere-se à importação de ideias filosóficas ou sistemas filosóficos da
Europa por parte dos filósofos, de maneira geral, os latino-americanos, que desejam importar estas ideias sem levar em conta as
circunstâncias, inserindo-as nestas dadas circunstâncias e vendo-as tomarem diferentes direções daquelas esperadas, pois as
circunstâncias, através da ação dos homens, modificam essas ideias originais. Assim, esta importação de ideias transforma-se em
cópias ruins e equivocadas das ideias originais. Sobre este assunto, consultar En torno a uma filosofía americana,
de 1945.
⁵ Dentro de la literatura relacionada a la colonialidad del poder, se encuentran referencias —incluyendo en este mismo libro— tanto
a la descolonialidad y lo descolonial, como a la decolonialidad y lo decolonial. Su referencia dentro del proyecto de modernidad/co-
lonialidad inicia en 2004, abriendo así una nueva fase en nuestra reflexión y discusión. Suprimir la “s” es opción mía. No es
promover un anglicismo. Por el contrario, pretende marcar una distinción con el significado en castellano del “des” y lo que puede
ser entendido como un simple desarmar, deshacer o revertir de lo colonial. Es decir, a pasar de un momento colonial a un no
colonial, como que fuera posible que sus patrones y huellas desistan en existir. Con este juego lingüístico, intento poner en eviden-
cia que no existe un estado nulo de la colonialidad, sino posturas, posicionamientos, horizontes y proyectos de resistir, transgredir,
intervenir, in-surgir, crear e incidir. Lo decolonial denota, entonces, un camino de lucha continuo en el cual se puede identificar,
visibilizar y alentar “lugares” de exterioridad y construcciones alter-(n)ativas (WALSH, 2013, p. 24-25).
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De ahí que una implicación fundamental de la noción de ‘colonialidad del poder’ es que el mundo no ha sido comple-
tamente descolonizado. La primera descolonialización (iniciada en el siglo XIX por las colonias españolas y seguida
en el XX por las colonias inglesas y francesas) fue incompleta, ya que se limitó a la independencia jurídico-política de
las periferias. En cambio, la segunda descolonialización —a la cual nosotros aludimos con la categoría decolonialidad
— tendrá que dirigirse a la heterarquía de las múltiples relaciones raciales, étnicas, sexuales, epistémicas, económi-
cas y de género que la primera descolonialización dejó intactas. Como resultado, el mundo de comienzos del siglo
XXI necesita una decolonialidad que complemente la descolonización llevada a cabo en los siglos XIX y XX. Al
contrario de esa descolonialización, la decolonialidad es un proceso de resignifi cación a largo plazo, que no se puede
reducir a un acontecimiento jurídico-político (GROSFOGUEL, 2005 apud CASTRO-GÓMEZ; GROSFOGUEL, 2007,
p. 17).
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“la interculturalidad despeja horizontes y abre caminos que enfrentan al colonialismo aún presente, e invitan a crear
posturas y condiciones, relaciones y estructuras nuevas y distintas” (WALSH, 2009, p. 14).