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Poesía y espacio público

2016

El libro La poesia  actual en el espacio publico recientemente editado por Alba Cid e Isaac Lourido muestra la complejidad y dispersion del panorama poetico de estos ultimos anos. En efecto, lejos de concentrarse unicamente en los marcos tradicionales del soporte del libro,  el universo actual de la poesia se ha inclinado por las practicas performativas, el trazo callejero del grafiti y el trazo sobre la piel del tatuaje, la irrupcion abrupta de las intervenciones, el asedio virtual de las redes sociales, las diversas modalidades combinatorias de la poesia fractal y la problematizacion de la medialidad de los formatos televisivos. Ante este evidente grado de diversificacion de la experiencia poetica parece pertinente indagar sobre los lugares en los que ella transita.

View metadata, citation and similar papers at core.ac.uk brought to you by CORE provided by Revistas - Facultad de Humanidades UNMDP (Universidad Nacional de Mar del Plata) Reseñas/CeLeHis Año 3, número 7, agosto-noviembre 2016 ISSN 2362-5031 Alba Cid e Isaac Lourido (Editores) La poesía actual en el espacio público Villeurbanne Orbis Tertius 2015 396 páginas Facundo Giménez1 Poesía y espacio público El escritor, performer, artista visual y sonoro brasileño Márcio-André describe, en un ensayo titulado “Contaminaciones”, su viaje a la ciudad fantasma de Pripyat (2007), escenario de la catástrofe nuclear de Chernobyl en 1986: Era un viaje lleno de riesgos, claro. En la ciudad, la más afectada por el accidente, no se puede vivir, no se puede comer, no se puede permanecer mucho tiempo. Allí estábamos expuestos a una media de 130 microroentgens por hora de radiación gama […]. Ello nos permitiría permanecer, como máximo, dos horas. 1 Profesor en Letras por la Universidad Nacional de Mar del Plata. Becario doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Estuvimos casi seis. […] En determinado momento, advertí que necesitaba alejarme del grupo y, enfrente del palacio de Cultura, bien en el centro de la ciudad, realicé la primera […]. Conferencia poético-radioactiva de Pripyat. La conferencia contaba con una apertura solemne, lectura de poemas propios y de Paul Dehn, “poeta que escribe sobre y debajo de la era atómica”, y con el “abandono” de algunos libros en el lugar. Allí, en la soledad de aquella conferencia de un solo hombre, a miles de kilómetros de cualquier cosa familiar, circundado por el silencio del fin del mundo, aún sin saberlo, yo estaba haciendo un himno a (CONICET). Mail facugimenez@gmail.com de contacto: 39 Poesía y espacio público las contaminaciones, además, claro, de contaminarme, transformándome probablemente en el primer poeta radioactivo del mundo. Sí, me habían alertado del riesgo de desarrollar un cáncer o tener un hijo anormal, pero pregunto: ¿no sería eso también parte de la performance? (269) (Traducción nuestra). Esta performance, que aparece descrita en el libro La poesía actual en el espacio público recientemente editado por Alba Cid e Isaac Lourido, muestra la complejidad y dispersión del panorama poético de estos últimos años. En efecto, lejos de concentrarse únicamente en los marcos tradicionales del soporte del libro, el universo actual de la poesía se ha inclinado por las prácticas performativas, el trazo callejero del grafiti y el trazo sobre la piel del tatuaje, la irrupción abrupta de las intervenciones, el asedio virtual de las redes sociales, las diversas modalidades combinatorias de la poesía fractal y la problematización de la mediatización de los formatos televisivos. Ante este evidente grado de diversificación de la experiencia poética parece pertinente indagar sobre los lugares en los que ella transita. El libro de Cid y Lourido apunta a esta franja del estudio poético. El interesante volumen recoge un conjunto de trabajos académicos que abordan una serie de prácticas poéticas que, tal como se afirma en la contraportada, no se encuentran acotadas en términos lingüísticos, nacionales o interartísticos, para comprender su incidencia entendida como interacción y mediación pública, y también sus efectos socio-políticos. Se trata de un libro que apuesta por la heterogeneidad. La colaboración de más de una decena de autores, entre los que podemos encontrar académicos y poetas, le otorgan una conformación antológica sumamente rica en la lectura que, como explican los editores, desde “la pluralidad de enfoques, marcos teóricos y metodologías ponen a la luz tanto la diversidad de procedencias y escuelas académicas, como la potencialidad [del] contraste y la búsqueda de complementariedades entre ella” (11). Esta diversidad, además, puede ser fácilmente evidenciada por el carácter políglota de sus textos, que se encuentran escritos en cuatro lenguas diferentes (catalán, gallego, español y portugués). La noción de “espacio público” presentada por Cid y Loureido es uno de los principales aciertos del libro. Este término de amplio recorrido en la tradición filosófica y teórico-política (Arendt, Luhmann o Habermas) es utilizado en su doble significación. Por un lado, sirve para señalar el ámbito de debate social, abstracto, con conocido rendimiento en las teorías sobre la (inter)subjetividad, la acción comunicativa o el conflicto social. Por otro, es comprendido como el ámbito físico, real, de la intervención poética. De esta forma, los diversos artículos científicos van mostrando los alcances del término a partir de la modulación de una visión teórica y crítica sobre objetos de diversa procedencia, propiciando lo que los editores consideran una “lectura cruzada”. La emergencia de estas poéticas tan poco homologables a la tradición lírica obligan a los diferentes investigadores a un interesante trabajo de reflexión teórica. Estos objetos novedosos, en efecto, no pueden ser analizados desde una perspectiva tradicional, por lo que requerirán, al momento de ser examinados, de una calibración de los marcos teóricos y metodológicos consolidados académicamente. El primer apartado del libro, titulado “Poesía y espacialidad”, 40 Facundo Giménez aborda este problema al que se enfrentan los especialistas. Es allí que podemos encontrar un texto como el de Burghard Baltrusch que, analizando grafitis, instalaciones (Banksy, ±MaisMenos±, Camilla Watson, Batania Neorrabioso) y objetos poéticos (Augusto de Campos y Helmut Seethaler), busca describir las determinaciones del espacio público, entendido como marco en el que dichas expresiones intervienen en la realidad social y política. Es también en ese apartado donde Antònia Cabanilles, partiendo de la lectura de una frase de Samuel Beckett en el antebrazo de un tenista profesional, se pregunta sobre el espacio del poema en la actualidad, señala la necesidad de salir del ámbito de lo genérico y a la vez propone, siguiendo a Rancière y a Kristeva, al poema como un escenario de una performatividad compartida. Al mismo tiempo, Arturo Casas retoma alguna de sus consideraciones sobre la “poesía no lírica” para señalar la inestabilidad funcional del sujeto poético en relación con el espacio de intervención y enunciación; el crítico gallego, además, haciendo una lectura precisa de la filosofía rancieriana, propone que el proceso de subjetivación presente en este tipo de poesía produce un “nuevo espacio de sujeto” (103) vinculado íntimamente con una práctica del orden de lo político. Finalmente, podemos hallar en este apartado un artículo de Laura López Fernández que, en el marco de la poesía experimental y particularmente en el de la poesía fractal de autores como Ramón Dachs y Roger Olivera, se pregunta sobre el uso del espacio del poema y en particular sobre las modalidades de lectura que este impone. Si la aparición de estas poéticas obliga a los investigadores a recalibrar los marcos de lectura académicamente consolidados en el abordaje de la poesía, la cuestión del sujeto poético también va a necesitar ser replanteada. El segundo apartado, cuyo título es “Subjetivación e identidad”, por lo tanto, se detendrá en conceptos como los de autoría, autoficción o subjetividad lírica para constatar su deficiencia y cuestionarlos. Alethia Alfonso, partiendo de las nociones de literaturas transatlánticas y de ecología de la literatura, aborda la polifacética obra del artista peruano Jorge Eduardo Eielson de trayectoria iniciada en los setenta. El rastreo de la figura del nudo o quipu en la obra del peruano le permitirá iluminar una forma de circulación que no se agota en el homenaje a la cultura precolombina y establece una movilidad asentada en la reapropiación de las culturas no europeas. Alba Cid se dedicará, por otra parte, a analizar las diferentes formas de autorreferencialidad presente en textos escritos por mujeres en la poesía gallega de la década del noventa. David Muíño Barreiro, finalmente, se centrará en la obra de la escritora mexicana Cristina Rivera Garza y en su particular problematización de la subjetividad lírica. Los textos de la mexicana le permitirá a Muíño Barreiro describir una voz poética construida desde la alteridad, que acaba por indagar “las tensiones y conflictos que derivan tanto del sistema de género sexual como de las categorizaciones de los géneros literarios” (200). Otra cuestión interesante que aborda el libro de Cid y Lourido es la relacionada con la performatividad y las intervenciones. En el apartado dedicado al tema, podemos encontrar un texto como el de Pablo Aros Legrand que estudia la obra poética de Antonio Méndez Rubio a partir de las relaciones de la escritura con el cuerpo y con el mundo. Isaac Lourido, por otra parte, recupera la trayectoria vital de Patricia Heras, activista queer y escritora, cuyos textos de circulación fragmentaria e 41 Poesía y espacio público inédita salen a la luz luego de ser víctima de un montaje policial (Caso 4F) que derivaría en su suicidio. La lectura de sus textos permite observar una evidente tensión entre su “tímida experiencia personal activista y la progresiva configuración como referente de lucha para grupos y procesos activistas” (231). Alberto Valverde, por último, realizará un completo y complejo análisis del programa televisivo Sitio Distinto (1990) dirigido por Antòn Reixa y emitido por la Televisión de Galicia (TVG). El análisis de este producto pluridisciplinar a partir de la noción de habitus (Bourdieu) le permitirá a Valverde describir el estado de la cultura gallega durante la Transición. Al mismo tiempo, la noción de “vanguardia posmoderna”, previamente acuñada por Burghard Baltrusch, funcionará como apoyatura en la comprensión de este magazine. Finalmente, el libro le cede la palabra a los actores de estas prácticas poéticas para que puedan ser explicadas “en primera persona”. A este último apartado, pertenece el ya citado texto de Márcio-André “Contaminaciones”, en el que el performer brasileño utiliza aquella incursión en tierras radiactivas para explicar, por un lado, la incidencia de la poesía sobre el cuerpo y por otro, para impugnar cualquier esencialidad en el fenómeno poético, abogando por la alteración, la mutación, la influencia y la fusión. A esta poética de Márcio-André, le sigue el ensayo del poeta y traductor Xavier Farré, en el que propone indagar sobre los alcances y la función de la poesía, en particular luego de las experiencias traumáticas vividas en Europa. Por último, Ester Xaray, al referirse a la repercusión de la poesía, prefiere hablar de disidencia en lugar de incidencia pública. De esta forma, la poeta y videoartista realiza una defensa del “fracaso”, es decir, de una resistencia a incidir sobre las expectativas del público. La poesía actual en el espacio público de Alba Cid e Isaac Lourido es un libro significativo en la medida en que traza una serie de coordenadas para la lectura crítica de las nuevas prácticas culturales emergentes. Lejos de ofrecer una perspectiva cerrada, su acercamiento plural indica una preocupación por pensar las dinámicas actuales sin prejuicios ni encorsetamientos teóricos. La reunión de voces académicas y artísticas que provee este volumen puede –y debería– leerse como un testimonio de la presencia ineludible de un campo crítico y creativo en construcción, en el que sin dudas todavía queda mucho por decir y por hacer. 42