El reflejo. Por José Sanabria García, Bolivia 2015
El Reflejo
U i te to por alla ar el ca i o…
En una sociedad que se ufana de los logros del postmodernismo materialista, hay una fuerte
te de ia de i te p eta la realidad” a través de nuestros cinco órganos sensoriales. Ese tipo
de interpretación promocionada por el marketing, la publicidad y el espectáculo superficial de
los medios, están reduciendo al ser humano a una especie reptil, sin consciencia, sin voluntad,
con miedo y supersticiones de diversa categoría.
Pero esa interpretación sensitiva es pobre en contenido y significación como ya lo advirtieron
Heráclito y Parménides hace ya más de 500 años antes de Cristo. A pesar de que estos filósofos
diferían fuertemente en su concepción de la realidad – el primero sostenía que todo fluye y el
segundo sostenía que el cambio no existe y que el movimiento es solo una ilusión – ambos
distinguían claramente entre el conocimiento vulgar o sensitivo y el conocimiento científico o
intelectual. Con nuestros sentidos conocemos cosas y sucesos particulares que nuestra
inteligencia coordina en forma rudimentaria e ínfima sobre lo concreto que está sujeto al
espacio-tiempo y a la mutación o cambio. Por otra parte el conocimiento científico aspira a
conocer la esencia de las cosas y su razón de ser formulando juicios de validez universal.
Tenemos dos sentidos químicos (el olfato y el gusto) y tres
sentidos físicos (tacto, oído y visión). Hoy sabemos que a
través de ellos el cerebro recibe una enorme cantidad de
información equivalente a unos 400.000 millones de bits
cada segundo (46,6 GB/s) que es el equivalente a unos
46.600 libros gruesos de la Biblioteca del Congreso de
Estados Unidos. Esta enorme cantidad de información que
recibimos como estímulos en cada segundo provenientes
del entorno que nos rodea, de nuestro propio cuerpo y de
una ilusión llamada tiempo; no suele ser procesada por
completo por nuestro cerebro. Estamos conscientes de
solo unos 2.000 bits/s que equivalen solamente a un
párrafo de cuatro líneas en una página de un libro. En
otras palabras la información que procesa nuestro cerebro
solo representa el 0,0000005% del total de los estímulos
ue e i i os de la realidad . Esto es, nada. Los
estímulos recibidos se filtran y en cada paso se va
eliminando mucha información, al final queda en la consciencia lo que más nos interesa. Es
aquello en lo que nos concentramos o ponemos atención.
Las principales religiones de la tierra suelen proclamar de manera coincidente con la ciencia
que no es sabio confiarse en los sentidos . Los istia os atóli os suele o o e la egla del
control de los sentidos a través de la meditación en los siete pecados capitales. Los hinduistas
suelen comparar a los sentidos con caballos desbocados. Los judíos ahuyentan a los sentidos a
través de los diez mandamientos y los musulmanes combaten a los sentidos a través del Corán.
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Además si usaríamos la tecnología
sanitaria de la medicina nuclear PET
(Tomografía por Ignición de Positrones)
para observar qué redes neuronales de un
cerebro se activan mientras se está
mirando un objeto; observaríamos que se
a tiva
las is as edes eu o ales
cuando cerramos los ojos que cuando nos
estamos imaginando al objeto. Ello es una
demostración de que el cerebro humano
no distingue entre lo que observa y lo que
recuerda.
Como si eso fuera poco, nuestros sentidos
o sensores son sumamente limitados en
su capacidad: Un perro escucha y huele
mejor que los humanos. Los seres
humanos escuchamos hasta unos 20 KHz, en cambio los perros pueden escuchar el ultrasonido
por encima de los 20 KHz. Los perros además tienen el olfato muy desarrollado, tanto que se
estima que es entre 10,000 y 100,000 veces más sensible que el olfato humano. A través de su
órgano de Jacobson o vomeronasal que se conecta directamente al cerebro de los perros,
estos son capaces de recibir una enorme cantidad de información aromática compuesta de
trimetilamina y varios ácidos grasos volátiles, y el aroma puede cambiar de acuerdo a la
genética y al sistema inmunológico del animal. El perro es capaz, con solo oler a otro perro, de
detectar su género, lo que come y hasta su estado emocional.
Lo humanos emitimos feromonas que a veces suelen ser detectadas por el sexo opuesto, pero
también emitimos otras substancias químicas que indican nuestro estado emocional, esto no
suele ser detectado por otras personas, pero si por los perros. Ellos nos detectan, por ejemplo,
el miedo que les tenemos. Sin embargo muchos seres humanos solemos definir la realidad con
base a esa insignificante información proveniente de nuestros sentidos.
El hábito intelectual de algunos seres humanos como Parménides, Sócrates, Aristóteles,
Avicena, Al-Khwarizmi, Ibn-Khlandum, Tomás de Aquino, Kepler, Albert Einstein, Dirac, Alice
Boole y otros, ha sido la base para desarrollar tecnología que nuestros sentidos no pueden
detectar con el objetivo de extender nuestra capacidad de observación de la realidad. Así por
ejemplo, las frecuencias entre 2 MHz y 5 MHz se suelen usar para detectar imágenes por
ultrasonido del abdomen de un ser humano. O usamos radiotelescopios para extender nuestra
capacidad visual más allá del espectro de luz visible.
El espectro electromagnético (EEM) es mucho más amplio que lo que puede detectar nuestros
sentidos. Los seres humanos no podemos detectar, por ejemplo, las ondas de radio AM/FM;
para ello algunos científicos desarrollaron tecnología de radiocomunicaciones con la que sí se
puede detectar dichas ondas incluidas las microondas, las ondas de radar, los rayos X, los rayos
gamma y otras. En la misma dirección, el hábito intelectual de algunos hombres y mujeres
permitió desarrollar una teoría de la materia compuesta de átomos. A partir de esta teoría se
han desarrollado tecnologías que permiten detectar partículas tan pequeñas como los
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neutrinos que no tienen ni masa ni carga. Esta misma teoría permitió descubrir el
sorprendente mundo de la física cuántica que contradice nuestro sentido común, pero que
elevó la calidad intelectual y la comprensión íntima de la materia cuyos resultados permiten el
desarrollo de tecnologías muy avanzadas que disfrutamos hoy en día.
Hubiera sido imposible detectar neutrinos o desarrollar la teoría de las cuerdas, o encontrar el
bosón de Higgs si los científicos hubieran usado solamente sus órganos sensitivos. Por esa
razón es que no podemos afirmar que las ondas de la radiación de microondas del universo o
de una cocina eléctrica no existen simplemente por el mero hecho de que nuestros sentidos
no los detecten. Para ello se ha desarrollado tecnología que permite detectar esa radiación y
tenga aplicaciones prácticas para mejorar la calidad de vida como es el caso de los teléfonos
inteligentes o SmartPhones denominados así por la inteligencia rudimentaria del marketing.
Como podemos observar en la ilustración el espectro electromagnético EEM es muy amplio
con longitudes de onda que van desde el tamaño de un núcleo atómico hasta el tamaño de
montañas. La mayoría de las longitudes de onda son invisibles para nuestros ojos que pueden
detectar solo una pequeñísima porción del EEM comprendida entre los 400 y 700 nanómetros
que denominamos luz visible.
Las grandes longitudes de onda están asociadas a bajas temperaturas. La energía del EEM varía
desde una temperatura igual a -272°C hasta más de 10.000.000°C. Hay grandes zonas de este
EEM que aún son inexploradas. Las zonas más recientes exploradas han revelado detalles
sorprendentes del universo. Por ejemplo en una zona de las microondas, explorada por la nave
espacial Planck de la NASA se ha descubierto que la información que disponemos del universo
es muy pequeña frente a lo que desconocemos. El universo conocido o materia ordinaria solo
representa un 4.9% de toda la materia del universo. La sonda espacial Planck arrojó
resultados precisos sobre lo que no conocemos en marzo del 2013: la materia oscura
representa el 26.8% del universo y la energía oscura el 68.3%. Inclusive el actual modelo
cosmológico del universo – conocido como LCDM - y la materia oscura siguen siendo tema de
debate entre los científicos dedicados a esta área del conocimiento. Hay otro modelo
denominado MOND (Modified Newtonian Dynamics), que no requiere la hipótesis de la
existencia de la materia oscura.
De acuerdo a los datos de la sonda WMPA (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) la edad del
universo es de 13.700 ± 200 x 106 años. Esta sonda fue lanzada el 30 de Junio del 2001 para
estudiar la radiación de fondo de microondas del universo. Es decir que con todos los avances
en ciencia y tecnología solo conocemos menos del cinco por ciento de todo el universo. Con
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ello queda demostrado que para llegar al conocimiento de la realidad tampoco es suficiente el
hábito intelectual conocido como conocimiento científico.
Lo sorprende es que con tan poca información que disponemos:
El cerebro procesa solo el 0,0000005% de todos los estímulos que recibimos
Nuestros órganos sensoriales son muy limitados
La ciencia ha descubierto que solo conocemos menos del 5% del universo
Nos atrevemos a diseñar modelos sociales, políticos y religiosos. Nos atrevemos a emitir juicios
de valor sobre nosotros mismos y sobre los demás. Esta actitud irracional solo puede ser
calificada con un adjetivo: Arrogancia.
Esta arrogancia ocasiona unas
enormes asimetrías sociales,
económicas, políticas y de
impacto a la naturaleza;
reflejadas en que solo el 2%
de la población mundial
concentra el 90% de la
riqueza material del planeta
tierra desarrollando al mismo
tiempo un modelo y estilo de
vida depredador. Esa misma
arrogancia está destruyendo los recursos naturales a tal punto que un reciente estudio de la
WWF advirtió que la biodiversidad animal del planeta ha disminuido en más del 30% desde
1970. La región más afectada por el consumo irresponsable es el océano donde la tasa de
mortalidad de la vida marina es la más elevada que en otras regiones: más del 70%. Por ello no
es de extrañar que el precio de los productos que provienen del mar haya subido de manera
alarmante y que sea más difícil encontrar sardinas o atunes para los pescadores.
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Con esa misma arrogancia estamos
destruyendo nuestro hogar terrestre
donde vivimos más de 7.000
millones de personas con tanta prisa
que al ritmo de consumo actual ya
se requiere un planeta y medio para
mantener el estilo de vida que
llevamos. Si el planeta consumiría al
mismo ritmo irresponsable que lo
hace Norteamérica entonces se
requerirían dos planetas tierra como se puede apreciar en el gráfico de la huella ecológica
mundial elaborada por la fundación para la vida silvestre WWF (World Wildlife Fund).
El caso más representativo de esta
arrogancia depredadora es el atún de aleta
azul. Este pez está desapareciendo a un ritmo
desesperante como podemos apreciar en la
figura.
De
aproximadamente
60.000
toneladas de atún que había en reserva el
año 1971 se ha reducido hasta menos de
10.000 toneladas en al año 2004. Ese ritmo
no ha disminuido sino todo lo contrario.
Los valores universales se han debilitado y hemos sacado a Dios de nuestras vidas colocando
en su lugar al dios-hombre orgulloso de sus pretendidos logros tecnológicos y científicos con
las consabidas consecuencias en el orden ético y espiritual. Ante este panorama es imperativo
perfeccionar nuestro hábito intelectual con los aportes de Jesucristo y de varios hermanos
olvidados como Aristóteles, Tomás de Aquino, Gandhi, Teresa de Calcuta, Pio de Pietrelcina,
Martín Luther King, Mahoma, Confucio, Tomás Hemerken con Kempis, Francisco de Asís, etc.
Esos aportes resolverían las contradicciones sostenidas por aquella visión ridícula y enfermiza
que defiende la suprema ía Bourne del apital sus fala ias. “i e a go ha sido olvidados,
ocultados y desvirtuados sistemáticamente por mentalidades think-tank que pregonaron el
fin de la historia o el is o espí itu e gañoso ue los ego ia tes de los fines del
mundo . Estos ego ia tes de la esperanza y de la fe seguirán inventando toda sarta de
mentiras para perpetuar el status quo, que favorece solo a ese risible 2% de humanidad.
Las autoridades políticas de las periferias activas e imitadoras (copycat) de la estrategia de los
países ricos y sus espe tivas so iedades, tie e u p o e to pa a calcar a uel siste a; po
otro lado en las periferias marginales (copy-paste) como ocurre en América Latina, la
a tilógi a está deja do ue aseso es e te os pie se po osot os au ue estas solu io es
tengan un alto grado de contradicciones.
Una raíz importante de la explicación para el origen de estos problemas se encuentra en la
antilógica moral que invade y reduce a los hombres a una especie antropológica mucho antes
de la existencia del hommo faber: la especie reptil. Esta especie se arrastró en el pasado y lo
sigue haciendo hasta nuestros días. Se arrastró, por ejemplo en el año 2002, por los pasillos de
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la auditora corporativa Arthur Andersen y por las empresas ENRON y MCIWorldCom
p e u so as de la autode o i ada crisis financiera del primer mundo . Esta especie no sólo
se arrastra en los pasillos de las grandes corporaciones donde se manejan billones de dólares,
sino también en los pasillos de las alcaldías, gobernaciones, y otras instancias de gobierno en
América Latina donde se arrastran
sa a la ug e po u a comisión . El reptil,
acertadamente defenestrado en la simbología del cristianismo, siempre se arrastrará y no
admitirá ninguna lógica formal, moral, difusa, religiosa o de otro tipo. Con esta especie será
imposible crear las condiciones de equilibrio para un desarrollo espiritual y material de los más
de 7.000 millones de personas que habitamos en nuestro único hogar llamado tierra.
Además del debilitamiento de los valores vitales para la supervivencia de la humanidad, la
lógica humana enfrenta hoy por hoy enemigos colosales como:
La pereza mental (el uso excesivo de los sentidos),
La masificación (opinión pública, market-share, montón sindical, pueblo, masas, etc.)
Los slogans como sucedáneos del pensamiento racional,
La misma tecnología (robótica, Smart-Phones, automatización, singularidad, etc.).
El desarrollo material requiere de la ciencia y de la tecnología que a su vez requiere una lógica
holística que involucre todos los aspectos de la realidad y no solo esa pobre realidad
interpretada por los órganos sensoriales.
Los reiterados fracasos para salir del subdesarrollo tienen gran parte de su explicación en un
enfoque antilógico de la realidad. Los profesionales y científicos que se dedican a la
politiquería desvirtúan y manipulan el proceso lógico de la mente para el bien común y lo
ponen al se vi io de su oportunidad , como en el caso de los negociantes hoteleros que no
podían ingresar a las costas indonesias por años debido a la oposición de los lugareños, pero lo
hicieron después que el Tsunami mató a muchos oponentes . El Tsunami fue una oportunidad
sin referencia ética con un
enorme peso balanceado hacia
el bolsillo de los inversionistas.
Por otro lado el empirismo está
sumergiendo a la ciencia en una
experiencia pulverizada, ciega,
privada de significación racional
y de conexiones necesarias. El
cerebro aprende mucho mejor
que las supercomputadoras y
más rápido, sin embargo este
recurso natural está quedando
sistemáticamente en desuso ya que ot os pie sa po osot os. Por ejemplo varias tareas
complejas son delegadas a los 8 petaflops de capacidad que tiene la computadora más veloz
del mundo llamada K , que se encuentra en el Instituto Avanzado RIKEN para Ciencias
Computacionales en Kobe, Japón.
Por ello no es de extrañar la promoción y defensa de la singularidad tecnológica que hacen los
tecnófilos: un supuesto hito en el desarrollo tecnológico en el cual los robots habrán superado
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la inteligencia natural del hombre científico. Esa ultrainteligencia produciría –según esta
hipótesis – una explosión de la inteligencia similar a la explosión de biodiversidad del período
cámbrico. Los tecnófilos promocionados por el cine y la ciencia & ficción ( Her con Joaquin
Phoenix, I robot con Will Smith, AI con Haley Joel Orment, Contacto con Jodie Foster,
Elysium con Matt Damon, etc), y el desarrollo - sin regulación - del oxímoro denominado
Inteligencia Artificial (AI), creen que con la poquísima información de su cerebro pueden
definir lo que es inteligencia. Según esta definición Jesucristo no fue inteligente. Tampoco lo
fue Mahoma o Buda ni tampoco sus seguidores que murieron por una realidad revelada.
Si bien I.J. Good fue quien acuñó el término singularidad tecnológica en su artículo
Speculations Concerning the First Ultraintelligent Machine en el año 1965; ello se refiere
solamente al desarrollo de una inteligencia definida desde un punto de vista netamente
comercial y sin regulación que hoy por hoy hasta preocupa a uno de los principales científicos
que eliminó a Dios de sus hipótesis: Stephen Hawking. Hay una evidente insuficiencia en la
exploración de mecanismos de control y seguridad adecuados dentro de la investigación de la
AI. Un área de preocupación es el nivel de "incertidumbre" asociado tanto con la rapidez de su
desarrollo como con los riesgos potenciales de la AI. Así lo reconoció el afamado científico a la
cadena BBC en Diciembre del 2014: El desarrollo de una completa inteligencia artificial (IA)
podría traducirse en el fin de la raza humana . Una afirmación alarmista al mero estilo de los
fabricantes de fines del mundo que mira nuestra condición biológica como una limitación,
cuando la limitación es nuestra miopía sobre la realidad.
Por esta vía se corre el peligro de que el saber científico quede reducido a duda, especulación y
corrupción. Los age tes de la o up ió
ee
ue de ta to epeti algo está pe sa do.
Es que el slogan produce sobre las masas y sus representantes un efecto similar al que produce
la chicha, la cerveza o el brandy. Los períodos dominados por el slogan son históricamente
períodos de decadencia reptil en los que la humanidad retrocede.
Por ello es pertinente recordar que no es conveniente provocar distorsiones epistemológicas
que no son enriquecedoras del discurso de la ciencia o de la ingeniería. Los contenidos de
conocimiento deben ser dinámicos, holísticos, conformes a la realidad y responsables con los
impactos de orden social, económico, mediambiental, epistemológico y político que producen.
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Un concepto realista del conocimiento o saber se apoya necesariamente en dos postulados
fundamentales:
1. Existe una realidad y
2. Podemos conocerla.
No existe la ciencia no la filosofía en sí mismas concebidas a la manera de Platón como si
fueran entidades subsistentes. La ciencia no es una realidad substancial, sino un modo de
conocimiento, un hábito mental accidental, adquirido y elaborado artificialmente con el
esfuerzo de la inteligencia natural del hommo sapiens sapiens y no del reptil. Toda la realidad
es objeto de conocimiento y, por lo tanto, ciencia. Estos postulados deberían tomarse en
cuenta en todas las universidades, colegios e institutos del mundo desarrollando sistemas que
enriquezcan el factor humano en todos sus componentes: Dios, el Hombre y la Naturaleza.
Si deseamos aportar al crecimiento de nuestro mundo creo que no podemos ignorar estos
hechos y sepultarlos detrás de la anécdota o la indiferencia. Debemos retomar los orígenes del
pensamiento científico desarrollado en las periferias de Grecia en particular el Corpus
Aristotelicum que ofreció el panorama científico más completo de la antigüedad con
excepción de la Matemática (). Jamás hubo ninguna distinción entre Ciencia y
Filosofía ni para Aristóteles ni para ningún otro filósofo de la época.
La filosofía es, en su entender más simple y profundo, amor a la sabiduría o su equivalente,
igualmente válido, sabiduría del amor y que a pesar de una posterior contraposición entre
ciencia racional versus ciencia revelada elaborada por los judíos alejandrinos, ello no debió
desvirtuar la visión integral y enciclopédica del saber que conservaron tanto Aristóteles como
Tomas de Aquino.
La distinción entre el saber racional y el saber revelado por Dios no constituye una antítesis,
sino un conjunto armónico y complementario. Lo natural no anula lo sobrenatural como
pretende hacerlo el científico Stephen Hawking al afirmar que Dios no existe o que la filosofía
ha muerto basado en los estudios del Bosón de Higgs y la teoría de las cuerdas de la física
cuántica. No se puede aplicar los mismos métodos teóricos experimentales de la física a la
teología o a las ciencias sociales.
Considero que tenemos que hacer el esfuerzo de superar la antilógica reptil fomentada por la
pereza mental y la arrogancia que solo ve el saber racional como la única verdad y recuperar la
imagen perdida de la fe como bien le enseñó Francisco de Asís a su hermano espiritual Antonio
de Padua: La fe es ver claro nuestro reflejo a pesar de que las aguas turbulentas de la
realidad la distorsionan .
Bolivia, Marzo 2015
El autor agradece la contribución de varios científicos que buscan honestamente la verdad. Los gráficos de la evolución del universo
y de la sonda WMAP son de la NASA. Los gráficos sobre el índice de mortalidad del planeta y la huella ecológica mundial son de
WWF/ZSL 2012. Los últimos dos grafitis son del artista Bansky.
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