Fomento
de la capacidad
creativa en la educación
Katharsis - Institución
Universitaria
de Envigado
Fomento de la capacidad creativa
en la educación
Olena Klimenko1
Resumen
La creatividad como un valor y un bien social representa una necesidad
básica para un desarrollo exitoso y sano de la humanidad en el siglo XXI. En
este panorama, la educación enfrenta un reto de repensar su relación con la
creatividad con el fin de crear nuevas estrategias didácticas y pedagógicas
dirigidas a fomentar la capacidad creativa en los alumnos en todos los niveles
desde el preescolar hasta la educación superior. En esta dirección apunta la
reflexión desarrollada en este escrito dirigida a pensar la relación dialéctica
entre el proceso del desarrollo de la capacidad creativa y la educación, tomando
los valiosos aportes que ofrece la teoría socio-cultural.
En este orden de ideas, el docente aparece como el principal actor encargado
de la creación de atmósferas creativas que propician y establecen esta relación
entre la educación y creatividad. La implicación y apropiación del docente de la
temática de la creatividad, así como la creación de las estrategias pedagógicas
y didácticas necesarias, al igual que la emergencia de la creatividad como
un valor cultural al nivel de la filosofía de las instituciones educativas y de la
sociedad en general, permite llevar a la realidad el ideal de un alumno creativo
y reflexivo, que con el tiempo se convierte en un ciudadano comprometido con
la transformación creativa de la realidad social.
Palabras clave: capacidad creativa, leyes de la dialéctica, educación
desarrollante, ambientes creativos, relación entre enseñanza y desarrollo.
1
Psicóloga, Magister en Ciencias Sociales, Candidata a Doctor en Educación de
la Universidad de Antioquia; Docente Universidad Cooperativa de Colombia;
Coordinadora del Grupo de investigación EDUCACION Y DESARROLLO, UCC;
Miembro del Grupo de investigación PLACERSA, IUE.
Katharsis - ISSN 0121-7816, No. 7, pp 7-41 - enero - junio de 2009, Envigado, Colombia
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Olena Klimenko
Abstract
The creativity as a value and a corporate property represent a basic necessity
for a successful and healthy development of the humanity in century XXI. In
this order of ideas the education affront to a great dare consisting of challenge
an educative revolution directed to create a “development teaching” oriented
to foment the creative capacity in the students in all the levels from the kinder
garden to the superior education. The teaching appropriation of the thematic
of the creativity, as well as creation of necessary pedagogical and didactic
strategies, and the emergencies of the creativity like a cultural value at the level
of the philosophy of the educative institutions and the society in general, allows
to obtain the compromise with the reality of the ideal of a creative student and
obtain the contribution of all of each the citizens with the creative transformation
of the social reality. In this order of ideas it is important to think the dialectic
relation between the process of the development of the creative capacity and the
education, taking the valuable contributions that the sociocultural theory offers
in this direction.
Key words: creative capacity, laws of the dialectic one, development teaching,
creative atmospheres, relation between education and development.
1. Introducción
Hablar de la creatividad y educación en el inicio de un nuevo siglo es
expresar la esencia de este momento histórico en el desarrollo de la
humanidad. En este momento cuando el ser humano está llamado por
el desarrollo de las ciencias a repensar su relación con el conocimiento,
con la realidad y consigo mismo; cuando como nunca antes surge la
necesidad de construir una sociedad constructiva y no autodestructiva,
la creatividad se convierte en algo absolutamente necesario, permitiendo
al ser humano a afrontar los desafíos de un mundo de veloces cambios
que exigen decisiones rápidas, acertadas y novedosas.
En épocas pasadas, cuando una sociedad se encontraba en crisis
o necesitaba un empujón para salir del estancamiento, dirigía su
atención y recursos al fomento de la creatividad. Como ejemplos
podemos ver en la Grecia Antigua, Florencia del siglo XV, París del
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Fomento de la capacidad creativa en la educación
siglo XIX. La crisis de la sociedad contemporánea es quizás mayor
que nunca en la historia de la humanidad, porque no solamente abarca
la esfera personal (pérdida de valores, vacio existencial, angustia
aniquiladora frente al abrumador peso económico, estrés crónico,
pérdida del sentido de vida, etc.) y la esfera social (desintegración
familiar, creciente ola de adicciones, marginación, desplazamiento,
avasalladora cultura del consumo desenfrenado, aumento de la
brecha abismal entre clases sociales, etc.), sino también la esfera
del hábitat humano - el planeta entero (destrucción de los recursos
naturales y la destrucción de la vida en general).
Esta clase de crisis requiere de cambios radicales que implican la
participación de todos, basada en la toma de conciencia sobre el
verdadero estado de las cosas. El concepto del desarrollo económico
tiene que ser cambiado por el concepto del desarrollo humano. Las
altas estadísticas de diversas problemáticas en la salud mental de las
personas, sobre todo en los países más desarrollados económicamente,
permiten ver que el progreso económico no garantiza directamente el
bienestar psicológico o existencial. Al contrario, mientras más se infla
la dimensión del tener en el ser humano, más vulnerable y desatendida
se encuentra su dimensión del ser.
El desarrollo del potencial creativo de los ciudadanos, apoyado en
el fomento de la consciencia éticamente responsable, es el camino
que, aunque no llevará a la humanidad a la solución completa de sus
problemáticas urgentes, puede proporcionar un gran soporte en cuanto
a las alternativas y propuestas dirigidas a introducir nuevas direcciones
en el desarrollo social, basadas en la conservación de recursos naturales,
protección del medio ambiente y satisfacción de necesidades humanas
fundamentales, que surgen como una alternativa a la presente crisis
y la desacreditación de las tendencias del crecimiento económico
irresponsable.
Este reto está relacionado directamente con el papel que cumple la
educación en la formación de los educandos como sujetos racionales
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con el sentido de responsabilidad social frente a la sociedad en la cual
viven y frente a todo el planeta en general.
La consideración de la importancia de la creatividad para afrontar
los retos del progreso social en el mundo contemporáneo implica la
necesidad de tomar en cuenta las implicaciones que acarrea este hecho
para la educación en todos sus espacios y para todos sus participantes.
Pensar el asunto de la creatividad en la educación requiere de la
comprensión acerca de la manera en la cual estas dos realidades de gran
complejidad interna establecen una relación no menos compleja entre
sí. Relación que posee un carácter dialéctico, que permite ires y venires,
definiciones y redefiniciones, construcciones y deconstrucciones, que
posibilitan, a su vez, un continuo proceso de desarrollo de la capacidad
creativa en todos los agentes involucrados en el proceso educativo.
Es importante aclarar que las reflexiones que se exponen a continuación
se basan en una concepción sobre la creatividad como un potencial
creativo propio de cada ser humano y que se expresa mediante una
capacidad creativa susceptible de ser desarrollada en cada uno. Siendo
una característica individual, la capacidad creativa se apoya en ciertas
habilidades tanto de índole cognitiva y metacognitiva, como afectivoemocional y motivacional (Boden, 1994; Sternberg & Lubart, 1997;
Puente, 1999; Csikzentmihalyi, 1998; Romo, 1997; Torre de la, 2003,
2006; González, 1994; Martínez, 1998; Mitjans, 1998; Amabile, 1983;
1996), que permiten realizar una actividad creativa que culmina en la
producción de algo novedoso, útil y original, desde el punto de vista
personal y cultural, dependiendo del grado de su desarrollo.
La capacidad creativa representa una capacidad humana compleja
y requiere igualmente de variadas influencias educativas para su
desarrollo. Un estudio sistematizado y orientado metodológicamente
de estas influencias permite precisar las estrategias de enseñanza y
características del ambiente educativo como condiciones necesarias
para el desarrollo de la capacidad creativa en los estudiantes.
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Fomento de la capacidad creativa en la educación
2. Desarrollo
2.1. Fomento de la capacidad creativa como un complejo
proceso de interrelación dialéctica entre los agentes del
proceso educativo.
Es necesario señalar que el desarrollo de la capacidad creativa
constituye un proceso dialéctico complejo donde interviene tanto la
interacción entre las diferentes dimensiones de la creatividad, como la
relación entre los planos psíquico y social.
Este proceso dialéctico es regido por las leyes de la evolución dialéctica
propias a la naturaleza de todas las cosas del universo (Politzer, 1979). Si
contemplamos a la capacidad creativa y el proceso de su desarrollo en
el ser humano desde la óptica de estas leyes podemos entender un poco
más sobre algunos aspectos relacionados con las condiciones educativas,
pedagógicas y didácticas, necesarias para el fomento de la creatividad.
La primera ley de la dialéctica versa sobre un constante cambio al cual
están sometidas las cosas: nada permanece inmóvil, nada es estático,
todas las cosas, hasta las más inmóviles aparentemente, se encuentran
en un proceso de cambio y progreso: “nada queda donde esta, nada
permanece como es” (Politzer, 1979, p. 133). Estudiar las cosas desde el
punto de vista dialéctico, significa estudiarlas desde el punto de vista
del movimiento, de su pasado, presente y del porvenir que les espera. El
cambio dialéctico además está determinado por una lógica interna de
las cosas o de los procesos. El proceso de cambio se hace comprensible
sólo si se advierte su lógica interna.
Si miramos al proceso del desarrollo de la capacidad creativa desde
esta primera ley de la dialéctica advertimos que la creatividad es
un proceso de la formación y la transformación continua de las
estructuras psíquicas, soportado a su vez en los cambios neurológicos
y representacionales en los ámbitos cognitivo, emocional, motivacional
y ejecutivo.
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La capacidad creativa se encuentra en un constante progreso
y desarrollo desde los niveles menos eficaces hasta los niveles
superiores con mayor desenvolvimiento y fluidez. Torrance (1998)
definió varios niveles sucesivos de la creatividad como expresivo,
productivo, emergente, inventivo, innovador y emergente. La
existencia de estos niveles implica el desarrollo interno de la
capacidad creativa basado en el despliegue de una lógica interna
inherente a esta.
Desde la visión dialéctica, la creatividad se desarrolla durante toda
la vida, y en cada edad evolutiva. A esta capacidad se agregan ciertos
elementos que son propios a cada edad. Si partimos de la definición
de la capacidad creativa como un conjunto tridimensional que abarca
dimensiones de lo cognoscitivo, afectivo-motivacional y operacionalejecutivo, vemos que en cada edad hay desarrollos y avances en todas
estas dimensiones que tienen que considerarse por la educación a la
hora de fomentar la creatividad.
Desde este punto de vista no podemos hablar sobre la capacidad
creativa en la edad adulta como algo separado de la capacidad creativa
en la adolescencia o infancia. Todas estas etapas representan niveles
de un proceso evolutivo dialéctico que permite que se realicen los
avances cognitivos, afectivos, motivacionales, del conocimiento, de
ciertos hábitos de ejecución, técnicas, etc., los cuales a su vez producen
transformación de la personalidad, transmutando el ejercicio de la
creatividad desde el nivel expresivo o productivo hasta los niveles
superiores, como innovador, desde el punto de vista no sólo personal,
sino también cultural, o nivel existencial, convirtiéndola en una actitud
personal frente a la vida, en una forma de ser.
Al tomar en cuenta este proceso dialéctico de la evolución y constante
cambio de la capacidad creativa, comprendemos que las influencias
educativas dirigidas a fomentarla deben ser distintas dependiendo del
nivel del desarrollo en el cual se encuentra el alumno; y además para
poder causar el efecto desarrollante, fomentando y no cohibiendo su
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Fomento de la capacidad creativa en la educación
evolución, las estrategias pedagógicas y didácticas dirigidas a este fin
deben estar orientadas a la Zona del Desarrollo Próximo (ZDP) de cada
alumno superando en un cierto nivel a su capacidad actual, mediante
la apelación al potencial interno.
La segunda ley de la dialéctica: la ley de la acción recíproca, nos habla
sobre el encadenamiento de los procesos, que todo influye sobre todo,
y que el desarrollo es un proceso de evolución en el espiral con una
trayectoria progresiva (Politzer, 1979).
Esta ley nos permite entender que las diferentes maneras de abordar la
creatividad, bien sea, valorándola desde el punto de vista del producto,
proceso o las características de una personalidad creativa, no pueden
concebirse como miradas distintas o excluyentes, sino complementarias.
Detrás de un producto considerado como creativo según los criterios
establecidos para tal fin, está un proceso que lo originó y que también
posee ciertas características específicas que distinguen los procesos
creativos desde lo cognitivo y conativo (el hacer), y a su vez todo esto
está respaldado por una personalidad con un sistema de motivaciones y
características personológicas (Mitjans, 1995, 1997) desde lo cognitivo
y afectivo que distingue a las personas creativas. Las manifestaciones
de producto, proceso y persona son tres lados de un solo triangulo que
constituye la unidad en la transformación continua y el movimiento
dialéctico entre la objetivación y subjetivacion, adentro y afuera.
Se puede concebir la relación entre estas tres formas de manifestación de
la creatividad como un proceso de movimiento continuo de dos vías que
coexisten y se complementan: el primer movimiento es desde adentro
hacia fuera, desde el plano intrapsíquico de la subjetividad (persona),
que mediante el proceso de objetivación (proceso) lleva a la creación de
objetos culturales (producto); y el segundo movimiento es desde afuera
hacia adentro, según el cual los logros culturales (producto) siendo el
resultado de la creación humana, mediante el proceso de apropiación
(proceso) se convierten en las cualidades subjetivas (persona) mediante
cambios de la estructura psíquica.
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Desde esta mirada el proceso creativo no sólo es concebido como algo
dirigido al exterior, a la creación de un producto objetivo, sino también
como un proceso dirigido al interior, a la creación y fomento de ciertas
características personológicas, bien sea en lo cognitivo, efectivo o volitivo.
PERSONA
PROCESO
PRODUCTO
Esto refleja la lógica interna de la creatividad como una dialéctica de la
transformación continua y ascendente en el espiral en la interrelación
entre el sujeto y objeto unidos por una actividad. Esta concepción
permite entender la importancia que posee en el ámbito de lo educativo
la cuestión de la valoración de la creatividad: “la creatividad debe
valorarse no sólo a través del producto de la actividad que realiza el
alumno, sino también desde el proceso” (Betancourt, 2007).
Esto implica tener en cuenta las características del proceso o sea, de la
actividad que realiza el alumno, necesarias para propiciar la formación
de diversas habilidades desde lo cognitivo y metacognitivo, al igual como
de la configuración de la esfera afectiva y motivacional. La implicación
del alumno en una actividad, que según sus características ambientales
y comunicacionales lo lleva a crear un producto, tiene un efecto al nivel
de sus estructuras psíquicas desde lo cognitivo, afectivo, volitivo y
emocional, lo cual a su vez acrecienta la eficiencia de su actividad de
creación y permite mejorar las características de los productos creados.
Este es el fenómeno del autodinamismo que produce el encadenamiento
de los procesos, sobre el cual nos habla la segunda ley de la dialéctica.
Las condiciones apropiadas desde los ambientes educativos fomentan
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Fomento de la capacidad creativa en la educación
esta tendencia autodinámica de la capacidad creativa produciendo su
constante progreso hacia los horizontes nuevos.
La ley de encadenamiento de los procesos también lleva a reflexionar
sobre la importancia de desarrollar uniformemente las tres dimensiones
constitutivas de la capacidad creativa: cognitiva, afectivo - motivacional
e instrumental. Generalmente en la educación se hace énfasis en
las actividades que apuntan al desarrollo de la dimensión cognitiva
relacionada con los procesos cognitivos y metacognitivos, como también
de la dimensión instrumental relacionada con el manejo de los hábitos
determinados, técnicas específicas y conocimientos necesarios desde
cada campo de saberes. Sin duda estas dimensiones son de gran
importancia para el fomento de la capacidad creativa. Pero para conseguir
un desarrollo verdaderamente dialéctico de la capacidad creativa es
necesario tener en cuenta la importancia que representa desde el punto
de vista de la dinámica interna del proceso de evolución tanto personal,
como social, la dimensión afectivo-motivacional y valorativa.
La capacidad creativa concebida unilateralmente desde la dimensión de
los procesos cognitivos separados de su complemento en la dimensión
afectivo-motivacional y valorativa, puede llevar al ser humano a ejercer
el poder ciego del intelecto y producir la creación de toda clase de
artefactos de aniquilación.
Precisamente ahora, cuando la humanidad se enfrenta a un creciente
aumento de la conciencia colectiva frente a su dramático papel en la
autodestrucción del hábitat natural al nivel planetario, la creatividad
debe concebirse desde un punto de vista muy distinto. Además de
valorar y fomentar la dimensión de procesos intelectuales relacionados
con la creatividad como la capacidad de resolver problemas y encontrar
soluciones novedosas y productivas, el pensamiento flexible y fluido,
el nivel de conocimientos acumulados y experticia en un campo
determinado, etc. (Romo, 1997, 2006; Gonzales, 1994, 2004; Torre de
la, 2003, 2006) es necesario hacer un especial énfasis en la formación
de la dimensión personológica (Mitjans, 2006) de la creatividad,
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especialmente en sus componentes
valorativos (Amabile, 1983, 1996).
afectivo-motivacionales
y
Esta formación debe ser concebida desde dos niveles, tanto desde el
nivel intrapersonal, como desde el nivel interpersonal. Desde el nivel
intrapersonal es necesario formar los motivos intrínsecos, actitudes,
estados afectivos y valores relacionados con la significación de la
creatividad en el nivel personal, como una forma de actuar frente a
la realidad en situaciones particulares y una forma de ser en general
(Herrán, 1998, 2006). Y desde el nivel interpersonal es la formación
de valores, actitudes y motivaciones dirigidas a la construcción social
conjunta, donde la creatividad cumpla el papel de una herramienta de
progreso social y no de la destrucción mutua (Herrán, 1998, 2006).
La construcción de una sociedad mejor es un proceso de una relación
dialéctica entre el individuo y su situación social del desarrollo: ambas
partes determinan una a la otra y se autotransforman mediante la
evolución mutua. Por esta razón “no basta con ofrecerle a los sujetos
el qué (conocimientos) y el cómo (habilidades), sino que hay que
ofrecerles, además, los por qué (valores, motivaciones, actitudes,
estados afectivos) debe aprender” (Chibàs, 2001, p. 55). Este enfoque
a su vez cambia las concepciones tradicionales sobre los papeles y
relaciones entre los docentes y alumnos, quienes constituyen los
elementos esenciales del ambiente educativo.
El ambiente educativo adquiere una dimensión muy importante si
tomamos en cuenta la premisa que plantea la teoría socio-cultural
acerca de que el ser humano se constituye y se forma dentro de una
relación social. No se puede hablar sobre el fomento de la capacidad
creativa en un ser humano sin tomar en cuenta las condiciones de su
ambiente socio-cultural. “Las posibilidades de la creatividad residen en
la persona y en su circunstancia; en su contacto con otros individuos,
con la cultura” (Martínez, 1997, p. 16).
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Fomento de la capacidad creativa en la educación
El contexto socio-cultural puede analizarse desde el nivel macro o global
de la cultura de una sociedad determinada con sus valores, filosofía,
y modo de producción, como desde el contexto micro o contexto
inmediato donde esta inmerso el individuo, como una institución con
sus políticas educativas especificas, o el ambiente del aula de clase con
sus integrantes.
Desde este punto de vista es importante tener en cuenta las condiciones
socio-culturales de la educación, “pues hay condicionantes de carácter
meramente social que pueden retardar o acelerar el proceso de formación
de una persona creadora o el resultado” (Martínez, 1997, p. 13).
La orientación al contexto o ambiente educativo nos acerca a la tercera
ley de la dialéctica: la ley de la contradicción, la que nos explica cuáles
son los mecanismos internos de este proceso de autodinamismo, según
el cual se realiza el progreso y cambio (Politzer, 1979).
Es la ley del movimiento dialéctico que surge de la tensión y de una
relación específica entre los contrarios. Tanto desde el nivel micro, al
interior de una cosa o un proceso, como en el nivel macro, en la relación
entre las cosas o distintos fenómenos o procesos, existen fuerzas
opuestas, antagonismos que mediante una interacción recíproca
producen el movimiento dialéctico y el desarrollo. Una de las formas de
esta interacción es la unión y la lucha de los contrarios.
Aplicando esta ley al fomento de la capacidad creativa mediante las
influencias educativas podemos observar que en este caso existen
dos opuestos: el alumno y la situación social educativa en la cual está
inmerso. La capacidad creativa surge en el alumno debido a un proceso
de cambios dialécticos entre los estados de unión y la lucha entre estos
dos opuestos. El estado de la unión se manifiesta en la interdependencia y
mutua relación del alumno y la situación educativa, entre la enseñanza y
el desarrollo. Tanto la enseñanza como el desarrollo son dos fenómenos
diferentes pero muy relacionados porque constituyen las dos caras de
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la misma moneda: la enseñanza requiere de un nivel determinado del
desarrollo, pero al mismo tiempo produce el desarrollo.
Capacidad creativa
ambiente educativo
(Desarrollo)
(Enseñanza)
Si partimos de la ley dialéctica de la unión y la lucha de los contarios,
vemos que la capacidad creativa, como una característica interna del
individuo, no aparece de la nada, sino que nace dentro de su opuesto:
ambiente exterior o situación social del desarrollo, en la cual se
encuentra inmerso el niño en una etapa determinada de su vida - se
nutre de esta (momento de la unión) y entra en la contradicción o lucha,
cuando esta situación deja de ser una situación estimulante y deja de
proporcionar los elementos necesarios para el incremento continuo de
la capacidad creativa.
Este es el momento cuando el estudiante pierde el interés por el
estudio, debido a las actividades repetitivas y memorísticas, cuando
su aprendizaje deja de ser significativo, cuando la fuerza dinámica del
desarrollo interno mediante el aprendizaje se encuentra en crisis.
Es importante subrayar que la concepción dialéctica de la naturaleza
sostiene, que dentro de cada objeto, sujeto o fenómeno, está contenida
una fuerza autodinámica del desarrollo y progreso, que origina su
constante cambio y evolución. Desde esta posición dialéctica el sujeto
(alumno) es concebido como alguien activo, que se encarga de su propio
proceso de aprendizaje realizando una actividad reconstructiva de
internalización a partir de una realidad externa (Hernández, 1998). El
alumno es un ser social activo, tanto “producto como protagonista de
las múltiples interacciones sociales en que se involucra a lo largo de su
vida escolar y extraescolar” (Hernández, 1998, p. 232).
Esta posición dialéctica frente al análisis de los fenómenos educativos
es reflejada con toda su fuerza en el enfoque histórico-cultural de
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Fomento de la capacidad creativa en la educación
L.S.Vigotsky. Según esta concepción teórica, “el sujeto, a través de la
actividad mediadora, en interacción con su contexto sociocultural y
participando con los otros en practicas socioculturalmente constituidas,
reconstruye el mundo sociocultural en que vive, produciendo al mismo
tiempo su desarrollo cultural en el que se constituyen progresivamente
las funciones psicológicas superiores y la consciencia” (Hernández,
1998, p. 220).
Este proceso de reconstrucción de la información mediante las prácticas
y actividades contextualizadas y mediadas socialmente constituye
precisamente el proceso de aprendizaje. Así que se puede definir el
aprendizaje como una construcción de la realidad interior mediante la
internalizacion reelaborativa y reconstructiva del mundo exterior. Desde
este punto de vista la creación aparece como algo inherente a la naturaleza
humana y a la naturaleza del proceso de aprendizaje. Aprender es crear
una realidad interna a partir de una realidad externa dada.
El problema consiste en determinar qué es lo que se crea con el
aprendizaje: una acumulación reproductiva de datos sin sentido, los
hábitos repetitivos y memorísticos de actuar y pensar, la concepción de
rigidez de cosas y representaciones, una pasividad receptiva frente al
mundo y al propio proceso de aprendizaje, etc.; o se crea una actitud
transformadora y de indagación frente al saber, una confianza en su
propia actividad constructiva, y una visión flexible frente a la verdad
de conocimiento. Estos dos polos y las graduaciones entre ellos van a
determinar qué nivel de la capacidad creativa va a desarrollar el alumno.
Y este nivel está directamente determinado por las condiciones del
ambiente educativo (o sociocultural, hablando en términos de la teoría
histórico-cultural).
Si el ambiente educativo estimula en los estudiantes una creación de
un mundo interno según los patrones de reproducción estéril de datos
y procedimientos, un temor a los cuestionamientos y un apego a la
seguridad de opiniones ajenas, no es posible decir que este ambiente
posibilita la creación de una capacidad creativa. Al mismo tiempo el
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proceso de aprendizaje pierde su capacidad del desarrollo dinámico, su
autodinamismo porque desaprovecha la tensión entre sus contrarios
internos intrínsicos: elementos reproductivos y productivos.
Es claro que al interior de cada proceso de aprendizaje existen unos
elementos reproductivos que el alumno debe aprender a reproducir
de una manera casi exacta, como por ejemplo, algunos conocimientos
disciplinares, los hábitos ejecutivos, como escritura, cálculo, etc. Pero
este tipo de aprendizaje reproductivo tiene un efecto muy limitado al
nivel del desarrollo psíquico de alumno debido a que refuerza sólo el área
periférica de la estructura intelectual consistente en el entrenamiento
de hábitos y destrezas, basados en la memoria.
El verdadero efecto desarrollante ocasiona la enseñanza que apunta al
núcleo (Rubinstein, 1988) de la estructura intelectual relacionado con
las capacidades de análisis y síntesis, con la capacidad metacognitiva
de autoorganizar y dirigir su proceso de aprendizaje, de trabajar con lo
aprendido, abstrayéndolo y trasformándolo en nuevos conceptos, etc.
Aunque el desarrollo de las destrezas correspondientes a la periferia
de la estructura intelectual del individuo es necesario para poder pasar
a los procesos nucleares, las primeras no producen automáticamente
a los segundos, es necesaria una influencia educativa especial que
estimula el desarrollo de este tipo de procesos. Allí es donde aparecen
los elementos productivos del ambiente educativo: situaciones
problema que ponen en cuestionamiento el conocimiento adquirido,
tareas que exigen el pensar en lugar de repetir, preguntas que implican
la realización de un análisis y síntesis de lo aprendido para resolver
los problemas nuevos. Precisamente este ambiente educativo que
incorpora los elementos productivos y trasciende la reproducción
suscita el fomento de la capacidad creativa en los alumnos mediante la
tensión dialéctica entre estos dos opuestos intrínsicos.
Y este ambiente estimulante con su proceso interno de autodinamismo
dialéctico emergente de la lucha y la unión de los elementos reproductivos
y productivos, produce a su vez una relación dialéctica entre el proceso
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de enseñanza y el desarrollo que consiste en estimulación y creación
del desarrollo: “solo es buena la enseñanza que produce el efecto del
desarrollo” (Vigotsky, 1983, p. 59). Cuando existe esta sintonía entre
la enseñanza y el desarrollo podemos hablar sobre el estado de unión
entre estos dos elementos constitutivos del proceso educativo. Este
estado es acompañado por el ambiente afectivo de interés, alegría,
y entusiasmo frente al aprendizaje, porque se originan los cambios
cualitativos al nivel del desarrollo psíquico.
Por otro lado, cuando la enseñanza es expresada mediante la situación
educativa donde predominan los elementos reproductivos, repetitivos
y memorísticos, se producen sólo cambios a nivel cuantitativo en
las destrezas ejecutivas, lo cual genera monotonía, disminución de
interés y actitud negativa frente al proceso de aprendizaje. En este
sentido podemos referirnos a un estado de lucha entre dos contrarios
intrínsecos del proceso educativo: alumno (desarrollo) y situación social
(enseñanza). Por esta razón las problemáticas que manifiesta el alumno
en su proceso educativo a menudo hacen parte de este proceso critico
de lucha dialéctica con la situación social o el ambiente educativo que
van en contra de sus intereses intrínsecos del desarrollo, consistentes
a su vez en una necesidad del desarrollo creativo expresado mediante
la creación cada vez mayor de las estructuras de naturaleza psíquica de
mayor complejidad según las leyes dialécticas de la evolución en espiral.
2.2. Estrategias para el desarrollo de la capacidad creativa y su
relación con los contenidos curriculares
La revisión de la literatura dedicada a las diferentes propuestas para
el desarrollo de la creatividad en la educación, permite dividirlas en
dos grandes líneas de trabajo: propuestas extracurriculares y las
propuestas de la integración curricular.
La primera consiste en la implementación de ciertos programas
extracurriculares que se componen de las actividades especiales
dirigidas a fomentar la creatividad y que se realizan por fuera del
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proceso educativo formal. Estas propuestas se sustentan generalmente
en una concepción sobre el desarrollo de la capacidad creativa de
los estudiantes como un proceso que requiere de ciertas influencias
complementarias al proceso de enseñanza que acontece dentro del
aula, relacionándolo con diferentes actividades extracurriculares o
incluso extramurales. Dentro de las características específicas de
estas propuestas educativas para el desarrollo de la capacidad creativa
se encuentra un marcado énfasis en las actividades lúdicas, artes
plásticas, narrativa y expresividad. Como ejemplo de estas propuestas
extracurriculares puede servir el programa CRISOL, llevado a cabo
con éxito por Comfenalco en Medellín, donde se hace énfasis en la
lúdica, artes plásticas, danza, folclor, teatro y utilización creativa de
tecnologías, así como, por ejemplo, los trabajos para el desarrollo de
la imaginación creativa mediante la implementación de estrategias
imaginativas en niños de 9 a 12 años (Arango y Henao, 2006), o los
intentos de estimular la escritura creativa en los niños desde la primaria
hasta el bachillerato (Bautista y Frías, 1997). Aunque estos aspectos
son muy importantes para el fomento de la capacidad creativa, por sí
solos no abarcan toda la complejidad de las estrategias y ambientes
educativos necesarios para el desarrollo de la capacidad creativa.
En la literatura internacional se encuentran también, muchas
publicaciones sobre los resultados de la implementación de diversas
propuestas formativas, que sustentan un enfoque extracurricular y que
no representan en sí mismos una forma de la práctica de enseñanza
incorporada de una manera permanente dentro del proceso educativo
(Simanovskiy, 1996; Maslova, 1998; Gagay, 1999; Franco, 2006;
Strauning, 2000; Rojas de Escalona, 2000; Ellermeyer, 1993; González,
1995; Amabile, 1983, 1996; Garaigordobil, 2002).
Otra línea de trabajo educativo dirigido a fomentar el desarrollo de
la capacidad creativa en los estudiantes consiste en una integración
curricular de diversas estrategias que van dirigidas desde el
desarrollo de las habilidades cognitivas y metacoginitivas, hasta el
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Fomento de la capacidad creativa en la educación
trabajo con el diseño de los ambientes y atmosferas creativas en el
aula de clase. Estas propuestas plantean la posibilidad de introducir
las “modificaciones en la impartición de las materias escolares,
fundamentalmente transformaciones de los métodos de enseñanza”
(Mitjans, 1997, p. 10). Este enfoque apunta a realizar cambios
internos en la organización del material impartido en los cursos,
en la manera de presentarlo, como también en la estimulación de
estrategias creativas de su abordaje, en la evaluación y la creación
de ambientes especiales que fomentan la creatividad.
Por ejemplo, la propuesta de la Doctora Albertina Mitjans (1997)
representa un aporte importante en este enfoque. Siendo la
creatividad, según la autora, determinada por recursos personológicos
tales como “formaciones motivacionales complejas, capacidades
cognitivas diversas, flexibilidad, apertura a la experiencia, capacidad
de autodeterminación, seguridad y confianza en sí mismo, capacidad
de estructurar el campo de acción, cuestionamiento y elaboración
personalizadas y otros” (Mitjans, 1997, p. 5), una de las vías a través
de la cual la escuela puede contribuir al desarrollo de la creatividad
es la “de la contribución al desarrollo de la configuración de recursos
personológicos que la hacen posible” (Mitjans, 1997, p. 5) realizada
dentro del proceso educativo.
La complejidad del proceso del desarrollo de estos recursos implica,
en primer lugar, utilizar todos los elementos del proceso educativo,
como son objetivos, contenidos, métodos, orientación del trabajo
independiente, sistema de evaluación, comunicación alumno-profesor.
Y, en segundo lugar, implica desarrollar estrategias “sistémicas y
sostenidas”, o como los nombra la autora, sistemas de actividadescomunicación, que implican utilización de técnicas y actividades
especificas, su articulación con la modificación de materias escolares,
creación del clima creativo en el salón de clase mediante el sistema de
comunicaciones, entre otras. (Mitjans, 1997).
Katharsis - ISSN 0121-7816, No. 7, pp 7-41 - enero - junio de 2009, Envigado, Colombia
23
Olena Klimenko
Esta configuración compleja obtiene el nombre de “Sistema didáctico
integral”. Dicho sistema contiene un conjunto de principios, que siendo
asimilados por cada profesor pasan a ser parte de su práctica diaria en
el trabajo en el salón de clase (Mitjans, 1997).
Igualmente, en esta línea de trabajos la Doctora Martha Martínez
Llantada (1997, 1999), presenta una propuesta que apunta a una
integración intracurricular de las estrategias, objetivos y propósitos
formativos dirigidos al fomento de la capacidad creativa. Inicialmente,
ella afirma que la creatividad no es exclusiva de genios, sino que “todos
los hombres pueden ser creadores si son educados para ello, que no
depende de rasgos biológicos hereditarios, que no es una capacidad
innata y menos que se logra por azar ni casualidad. Depende de la
calidad de la educación” (Martínez, 1999, p. 1 7).
El concepto de la actividad permite a la autora hacer una conexión con
las estrategias prácticas en el ambiente educativo, dirigidas al desarrollo
de la creatividad: “En el proceso docente se forma la actividad creadora
sobre la base de la propia experiencia social. Para ello el maestro debe
crear un ambiente propicio mediante las relaciones interpersonales
que se establezcan, respetando el trabajo individual de los estudiantes
cuando los enseña a aprender, abierto al cambio, retomando ideas y
conminando a sus alumnos a buscar soluciones en clases reflexivas que
planteen problemas para investigar” (Martínez, 1999, p. 20).
Aquí aparece el asunto de la didáctica para la creatividad en el proceso
educativo. “El sistema didáctico debe dar amplias posibilidades para
poner de manifiesto el dinamismo propio de cada persona. Si se
aspira a formar un individuo creador, es preciso brindar al estudiante
todas las posibilidades para la autorrealización, autoorganización,
autoeducación y autodesarrollo” (Martínez, 1999, p. 24).
Siendo estas cualidades las características de la personalidad del
estudiante y tomando en cuenta el postulado del enfoque históricocultural sobre la actividad práctica (trabajo) como una vía de formación
24
Katharsis
Fomento de la capacidad creativa en la educación
de lo psíquico, la autora llega a la conclusión de que la organización
adecuada de la actividad del alumno permite lograr el desarrollo de
las habilidades necesarias. “El estudio se debe organizar de tal manera
que el alumno domine los métodos de la actividad, o sea, las acciones
y operaciones que le permitan la formación de su personalidad”
(Martínez, 1999, p. 29).
Para este fin la autora propone un modelo didáctico especial que se
apoya en la dialéctica del proceso docente-educativo orientado y
mediatizado por el concepto de la actividad que se llama “Enseñanza
problemica”.
Este modelo plantea a los “estudiantes tareas que les interesen y los
lleven a buscar vías y medios para su solución lo que favorece no sólo
la adquisición de nuevos conocimientos, sino de métodos de acción
e investigación” (Martínez, 1998, p. 52). De esta manera se logra el
desarrollo de las habilidades importantes desde el punto de vista de la
educación creativa.
Otra autora cubana -América González-, ha desarrollado una propuesta
intracurricular para el desarrollo de la creatividad y del pensamiento
crítico-reflexivo que puede ser trabajado con las asignaturas de ciencias
y humanidades. El programa llamado PRYCREA (González, 1994),
para el desarrollo de la persona reflexivo-creativa, ha tenido mucho
éxito tanto en Cuba, como en otros países.
La propuesta de la formación de la persona creativa se basa en la
definición de los elementos de mayor importancia que influyen en
esta formación, estos son: recursos cognitivos (pensamiento críticoreflexivo), motivación hacia la actividad creadora, autovaloración de
los recursos personales.
Igualmente, a nivel internacional encontramos esfuerzos por pensar el
asunto del desarrollo de la creatividad dentro del proceso educativo,
como propuestas de modelos curriculares. Por ejemplo, el estudio
de Maker, C., Jo, S. y Muammar, O. (2008) quienes propusieron
Katharsis - ISSN 0121-7816, No. 7, pp 7-41 - enero - junio de 2009, Envigado, Colombia
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Olena Klimenko
desarrollar la creatividad mediante las estrategias curriculares como
el aprendizaje activo, el acceso a variados materiales, la exploración,
la autoevaluación, la búsqueda y la resolución de problemas. O el
estudio de Richard L. Kurtzberg, R. y Reale, A. (2007) que plantean
una integración curricular de las estrategias dirigidas a identificar
y solucionar problemas utilizando los contenidos base del plan
de estudios. Todas estas propuestas apuntan en la dirección de la
búsqueda y definición de las características de una enseñanza creativa
que se concibe como un proceso permanente, plural y continuo, que
permite avanzar en el desarrollo de la capacidad creativa de una forma
constante a lo largo del proceso educativo.
Comparando estos dos enfoques en las propuestas para el desarrollo
de la capacidad creativa se puede ver que cada una de ellas cuenta con
ciertas ventajas y desventajas inherentes a las problemáticas de su
implementación.
El primer enfoque no requiere de los cambios en la estructura
curricular, permitiendo adaptar las actividades extracurriculares a los
tiempos disponibles, fomentando a la vez la capacidad creativa de los
alumnos, lo cual lógicamente repercute en su desempeño en las clases.
La desventaja de este camino, como menciona la doctora Albertina
Mitjans, consiste en que muchas veces esta adición de actividades al
currículo “no produce resultados apreciables y duraderos” (Mitjans,
1997, p. 4), como también contribuye a la formación de una concepción
errónea sobre la creatividad como algo que se encuentra aparte del
proceso educativo, como algo extraño que necesita de unas actividades
especiales para ser desarrollada.
Frente a esta problemática, el segundo enfoque, consistente en la
integración curricular de las estrategias, permite concebir la creatividad
no como algo extraño y raro, que hay que desarrollar de una manera
especial y aislada, sino como una actitud normal y habitual, que hace
parte integral de la enseñanza formal. Sin embargo, su implementación
requiere de unos cambios, a veces radicales, en la forma de impartir
26
Katharsis
Fomento de la capacidad creativa en la educación
las clases, de organizar los contenidos, y sobre todo de fomentar una
actitud creativa frente a la enseñanza en los docentes con el fin de que
estos últimos puedan crear ambientes estimulantes en clase. Todo
esto puede afectar un curso normal de las actividades curriculares y
no todas las instituciones educativas están dispuestas a aceptar estos
cambios radicales.
En este orden de ideas, la integración curricular de las estrategias
dirigidas al desarrollo de la capacidad creativa es una opción que,
aunque exige un mayor compromiso por parte de los docentes, trae
múltiples ventajas para el proceso educativo garantizando un efecto
duradero en el desarrollo de dicha capacidad. Según A. Mitjans (1997)
esta forma de abordar el fomento de la creatividad dentro del proceso
educativo permite concebirla como una forma de pensar y proceder
cotidianamente presente en todo el proceso de enseñanza.
Desde este punto de vista la diferencia entre una enseñanza tradicional
y la enseñanza creativa consiste en que “la tradicional se caracteriza
por focalizar los contenidos, y la creativa se basaría en la creación de
situaciones estimuladoras” (Torre de la, 2006, p. 319). Precisamente el
lugar de la creación de estas situaciones estimuladoras es el aula “como
espacio de los procesos de enseñanza-aprendizaje, de interacciones,
convivencia y flujo de conocimientos a través del intercambio de
informaciones, emociones” (Torre de la, 2006, p. 312), expectativas
y proyecciones, espacio donde se construyen y se reconstruyen las
practicas de enseñanza.
Con relación a las características de la enseñanza creativa muchos
autores apuntan a varios aspectos, entre los cuales se encuentran:
características de las atmósferas creativas, estrategias de enseñanza y
evaluación, desarrollo de las habilidades, entre otras.
Algunos trabajos sobre educación y creatividad apuntan a varios
aspectos importantes en relación a la organización de ambientes o
atmósferas educativas creativas, como la flexibilidad, aceptación,
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Olena Klimenko
respeto, participación, exploración libre, cooperación, humor,
comunicación, el conflicto socio – cognoscitivo, la interacción social
con niños mayores, la libertad de acción, la seguridad brindada por
el ambiente, la retroalimentación positiva y motivante, la presencia
de tareas o actividades donde el niño puede explorar, indagar y crear
(Gagay, 2004; Strauning, 2000; Betancourt, 2000, 2007; Rojas de
Escalona, 2000; Ellermeyer, 1993; González, 1994; Mitjans, 1995,
1997; Torre de la, 2003, 2006; Gonzales, 2006; Martínez, 1999).
Otros estudios orientan la atención a las diversas influencias educativas
dirigidas a promover las habilidades de los estudiantes (tanto desde el
aspecto cognitivo como afectivo-motivacional) con el fin de contribuir
al fomento de la creatividad, tales como el pensamiento críticoreflexivo, pensamiento divergente, flexibilidad cognitiva, fluidez verbal,
motivación intrínseca, autoestima positiva, autocontrol, la orientación
al logro, persistencia, motivación intrínseca por el aprendizaje y no por
la nota, tolerancia a la frustración frente al fracaso en la solución de
problemas, motivación procesal y creadora, etc. (Simanovskiy,1996;
Maslova, 1998; Gagay, 1999; Franco, 2006; Mitjans, 1995; Chibas,
2001; González, 1994, 1999; Villoria, 2003).
Algunos autores que dedican su atención al análisis de las
características de los elementos de enseñanza necesarios para el
fomento de la creatividad, hacen énfasis en las estrategias tanto de
enseñanza, como evaluativas, destacando que éstas deben ser diversas,
flexibles, novedosas y orientadas más a los procesos en lugar de los
resultados. (Torre de la, 2003, 2006; Chibas, 2001; Mitjans, 1995, 1997;
Betancourt, 2007; García, 2004). Entre las estrategias referenciadas se
encuentran la creación libre, comunidad de indagación, formulación y
reformulación de problemas (González, 2004); búsqueda de soluciones a
los problemas desconocidos, discusión polémica, comunicación abierta
y libre, aceptación de ideas (García, 2004); la enseñanza problémica
mediante la exposición problémica, la búsqueda parcial, la conversación
heurística, la introducción de contradicciones y preguntas problémicas,
28
Katharsis
Fomento de la capacidad creativa en la educación
formulación de hipótesis y el método investigativo (Martínez y
Hernández, 2004); fomento de la motivación procesal, construcción de
la base orientadora de las acciones de exploración, enseñanza de las
estrategias metacognitivas (Suanes, Ortega y Rodríguez, 2004).
2.3. Fomento de las atmosferas creativas como una estrategia
pedagógica para fomentar la capacidad creativa
Varios autores resaltan la importancia que representa el hecho de
ocuparse en la educación de las atmósferas educativas que propician
y fomentan la creatividad como parte integral del desarrollo humano:
“Educar en la creatividad implica partir de la idea que ésta no se
enseña de manera directa, sino que se propicia” (Betancourt, 2007), y
se propicia mediante la creación de atmósferas educativas creativas y
estimulantes.
Estas atmósferas constituyen un fenómeno psicosocial muy complejo.
La atmósfera en la cual transcurren las actividades de los alumnos
puede ser cordial u hostil, fría o cálida, creativa e innovadora o rígida
y tradicional; puede fomentar o bloquear la creatividad. Cuando el
contexto educativo es favorable para el desarrollo de la capacidad
creativa estamos presenciando el estado de la unión dialéctica entre el
aprendizaje y la enseñanza.
Julian Betancour plantea varios principios que facilitan la creación de
un ambiente o atmósfera educativa que propician la potencializacion de
la creatividad. Algunos de ellos son: (Betancourt, 2007):
•
En el aula es importante favorecer un clima donde se dé una relación
entre los afectos y el intelecto.
•
Debe darse un espacio al error.
•
Valorar no sólo el producto, sino el proceso.
•
La atmósfera creativa debe estar asociada a los valores humanos.
•
Un espacio creativo es sinónimo de una motivación intrínseca.
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29
Olena Klimenko
•
Implementación de lo lúdico como un elemento vital para propiciar
las atmósferas creativas.
•
Fomentar la cooperación.
•
Propiciar las condiciones materiales adecuadas
•
Libertad, motivación, respeto y aceptación como elementos de los
espacios de mayor potencial y transformación.
•
Comunicación que busca el encuentro, la comprensión, la confianza
y miradas más allá de lo cotidiano.
•
Ambiente que tolere la ambigüedad y fomente la sensibilidad, la
originalidad y el sentido de humor.
Estos principios, que permiten sintonizar las influencias externas con
los estados internos y producir el efecto desarrollante en los aspectos
cognitivos, efectivos, motivacionales y operacionales de mayor
relevancia para la creatividad, deberían de hacer parte de cualquier
proceso de enseñanza y de cualquier ambiente educativo.
América González (1994) considera que “las atmósferas creativas no
pueden ser vistas sólo desde el ángulo psicológico o desde el ambiental.
Dependen tanto de agentes exteriores, situacionales, como del modo de
pensar, imaginar, sentir, desear, intentar, proyectar y actuar típico del
funcionamiento psíquico creativo” (Gonzales, 1994, p. 47). Esta opinión
remite al concepto de las prácticas de enseñanza como un acontecer
particular que nace en el aula de clase mediante la interacción de todos
los participantes y donde intervienen todos los elementos anteriores. El
docente ocupa el lugar de un conductor, un líder y un guía que orienta
y direcciona las actividades y las comunicaciones, permitiendo el
surgimiento de un ambiente propicio para la expresión creativa. En este
orden de ideas, la creatividad emerge como un elemento indispensable
del proceso de enseñanza en general: sin un ambiente favorable y
sin una dosis suficiente de la enseñanza creativa no se produce un
30
Katharsis
Fomento de la capacidad creativa en la educación
aprendizaje significativo, un aprendizaje que sirve para la vida, para un
desarrollo integral del ser humano.
Pero no siempre el alumno se encuentra en una atmósfera educativa
que propicie el fomento de la creatividad. El alumno está inmerso en
un contexto socio-cultural inmediato que es el contexto del aula, con
todos sus componentes del ambiente físico, actividades de aprendizaje
y sistema de comunicación entre los integrantes (alumnos y docente).
Este contexto puede ser tanto fértil para la capacidad creativa como
inhibidor de todos los intentos creativos de los estudiantes. Este
contexto a su vez está determinado por el contexto social general y
por el contexto pedagógico de la institución. Por esta razón cuando
se realiza el análisis del ambiente del aula desde el punto de vista de
su fertilidad para la capacidad creativa de los alumnos, es necesario
también tomar en cuenta otros niveles de inmersión educativa, tales
como políticas institucionales, características del clima organizacional,
y metas formativas desde la legislación educativa.
2.4. El maestro como mediador y facilitador de atmosferas
creativas
Sin embargo, cuando hablamos del ambiente educativo inmediato,
la figura del maestro como un facilitador-mediador y creador de las
condiciones ambientales desde el diseño de las actividades, desde la
creación de las condiciones afectivas, motivacionales y volitivas y desde
el fomento del clima abierto, colaborativo y estimulador, adquiere el
papel protagónico.
Dentro de los trabajos analizados se presta mucha atención al docente
como un protagonista del proceso de enseñanza quien se encarga
de diseñar y aplicar las estrategias, establecer un clima favorable y
promover actitudes y valores, todo lo anterior como parte de una
enseñanza orientada al fomento de la creatividad. En esta dirección,
se resaltan las características de la personalidad de los docentes
(flexibilidad del pensamiento, tolerancia a la frustración, respeto,
Katharsis - ISSN 0121-7816, No. 7, pp 7-41 - enero - junio de 2009, Envigado, Colombia
31
Olena Klimenko
liderazgo, una sana relación con el ejercicio de la autoridad, capacidad
de autocuestionamiento, etc.), el comportamiento en clase y las
habilidades de comunicación, entre otras (Betancourt, 2000, 2007;
Martínez, 1997, 1999; Sternberg & Lubart, 1997; Torre de la, 2003,
2006; Landau, 1987; García, 2004; Mitjans, 1995, 1997).
Con el fin de propiciar una atmósfera fértil para el fomento de la
creatividad durante el proceso educativo es necesario que se “produzca
una transformación del papel del maestro o profesor y del alumno
dentro de las aulas, donde el primero deja de ser el omnipotente
poseedor de la verdad del conocimiento, que organiza el suministro
y ordenamiento de la información para pasar a ser el conductorfacilitador de los distintos procesos grupales y muy especialmente del
proceso enseñanza-aprendizaje” ( Chibàs, 2001, p. 57)
Aquí como nunca antes, salen en primer plano las características
propias del educador como persona y como profesional, que se hacen
indispensables para que pueda crear un ambiente favorable en sus clases
y organizar la estructura de su materia y las actividades didácticas de
tal manera que todo el proceso de enseñanza se convierta en un proceso
dirigido al fomento de la creatividad.
Se pueden nombrar algunas de estas características de mayor
relevancia, como por ejemplo:
32
•
Un pensamiento flexible, apertura a nuevos conocimientos y formas
de concebir la realidad.
•
Una curiosidad intelectual constante, indagación por la razón y
origen de las cosas.
•
Sentido de humor positivo.
•
Capacidad de una comunicación abierta, sin prejuicios.
•
Una relación sana con el poder propio como educador.
•
Vocación por la profesión docente.
Katharsis
Fomento de la capacidad creativa en la educación
Betancourt (2007) hace énfasis en la formación del docente como
facilitador-mediador, quién propicia un clima humano y pensante
en el grupo. Desde este punto de vista el educador debe ser “un
excelente facilitador de procesos grupales, así como un buen puente
entre el conocimiento que tiene el alumno y el que desea alcanzar”
(Betancourt, 2007).
El autor nombra algunas de las funciones que debe cumplir un maestro
como facilitador –mediador eficiente (Betancourt, 2007):
•
Mostrar interés en diferentes puntos de vista aunque no esté en
posesión de la idea correcta o errónea.
•
Enfatizar al proceso de diálogo en torno a lo vivido en la actividad
más que en el logro de una conclusión especifica.
•
Crear una atmósfera de ofrecer y recibir.
•
Respetar y hacer respetar cada punto de vista, tomarlo seriamente
y con imparcialidad.
•
Propiciar que cada alumno desarrolle razones para sus opiniones a
acciones durante la clase.
•
Mantener el clima en el cual se está construyendo el conocimiento
en una dirección constructiva y productiva.
•
Propiciar la mayor participación posible de la clase.
•
Estimular las líneas de discusión creativas e inteligentes en función
de la actividad que se está realizando.
•
Buscar que la actividad tenga un final abierto.
•
Captar la ocasión apropiada para modelar formas de preguntas
reflexivas, así como actitudes de iguales características.
•
Ser muy respetuoso de los diferentes estilos y ritmos de aprendizaje.
Igualmente es necesario que el docente aprende a aprovechar las
oportunidades durante la clase para (Betancourt, 2007):
Katharsis - ISSN 0121-7816, No. 7, pp 7-41 - enero - junio de 2009, Envigado, Colombia
33
Olena Klimenko
•
Facilitar al alumno la exploración de nuevas visiones de los
problemas.
•
Propiciar la indagación al respecto de cuales ideas pueden
conjugarse adecuadamente.
•
Remarcar o reforzar algunas de las ideas expresadas por los
participantes.
•
Permitir que el alumno elabore una conclusión sobre lo aprendido
durante la actividad, la cual, en algunos casos, pueda ser aplicada
a su vida cotidiana.
•
Emplear un repertorio variado de preguntas e introducirlas con un
estilo natural, como si fueran casuales e improvisadas.
•
Respetar el curso espontáneo de la actividad, sin forzarla, pero
orientando hacia cuestiones productivas.
•
Buscar continuos ángulos de apertura sobre los temas que surgen
•
Sugerir posibles líneas de amplitud de la actividad.
•
No interpretar y si acompañar al crecimiento de los estudiantes.
Un maestro creativo es capaz de instaurar una atmósfera creativa
que permite “que la persona o el grupo estén en su zona de mayor
potencial de desarrollo, donde la productividad, la originalidad, el
sentido de humor y la comunicación se convierten en herramientas
cotidianas de una creatividad auténtica que impacta en cambios
significativos en la persona y en los procesos y los productos que
realiza” (Betancourt, 2007).
Este espacio de la zona del desarrollo próximo tanto individual, como
grupal es precisamente el espacio donde los dos contrarios expresados
mediante los espacios intrapsíquicos e interpsíquicos se unen y
permiten un desarrollo continuo de la capacidad creativa.
34
Katharsis
Fomento de la capacidad creativa en la educación
El tema del educador como creador de ambientes que fomentan la
creatividad y al mismo tiempo como mediador y facilitador de los
procesos de enseñanza formativa, basada en la obtención de un efecto
desarrollante, nos acerca a la cuarta ley dialéctica que versa sobre
el efecto de la transformación de la cantidad en la calidad (Politzer,
1979, p. 171).
Esta ley nos enseña que los cambios cualitativos, que son generalmente
los cambios visibles en la naturaleza de las cosas, no se producen por
sí mismos, sino que están generados por una serie de cambios ocultos
o cuantitativos, los cuales llegando a un nivel determinado o tope
cuantitativo dan lugar a la manifestación de una nueva cualidad.
El entendimiento de esta ley de la transformación dialéctica implica
orientar el interés al asunto de la formación de los docentes, tanto desde
sus aspectos pedagógicos y didácticos generales, como específicamente
en los aspectos relacionados con la problemática de la creatividad. Si
un docente no está familiarizado con el concepto de la creatividad, si
su actitud personal frente al ejercicio de la creatividad es cerrada o
temerosa, si no entiende bien cómo y qué efecto ocasiona su enseñanza
Katharsis - ISSN 0121-7816, No. 7, pp 7-41 - enero - junio de 2009, Envigado, Colombia
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Olena Klimenko
en los alumnos, no estamos frente a un docente idóneo para una
formación creativa y desarrollante.
Muchos docentes creen que aplicando una serie de actividades
determinadas dirigidas a desarrollar por ejemplo, el pensamiento
divergente, o expresividad en los estudiantes consiguen enseguida
el aumento de la capacidad creativa en los alumnos. Tomando en
consideración la cuarta ley dialéctica, es necesario comprender que
los cambios cualitativos en la capacidad creativa de los alumnos que
sean visibles y que pueden ser percibidos mediante los productos
creativos y nuevas actitudes y comportamientos, son el resultado de
un trabajo pedagógico arduo y constante que engendra unos cambios
cuantitativos imperceptibles en su mayoría, pero cuya acumulación
gracias a la persistencia y constancia del docente lleva finalmente a la
conversión en una cualidad nueva manifestada mediante una expresión
creativa. Es un proceso de conversión de una serie de eventos externos
cuantitativos o acciones de enseñanza en los eventos internos o cambios
cualitativos en la estructura psíquica individual del alumno.
Desde esta posición emergen como determinantes las características
del docente como mediador del proceso de enseñanza-aprendizaje,
porque no basta con aplicar un programa de acciones o actividades
determinadas, por buenas que sean éstas, sino ser un creador constante
de condiciones formativas que fomentan la creatividad en los alumnos.
Y esto implica no sólo diseñar las actividades dirigidas al aprendizaje
cognitivo, sino crear ambientes con una comunicación abierta, positiva,
de aceptación y estimulación de indagaciones y búsquedas creativas de
los alumnos, tratando de fomentar los recursos personológicos que son
indispensables para el desarrollo de la creatividad.
La doctora Albertina Mitjans afirma que “la creatividad tiene en su base
una configuración compleja de recursos personológicos cuya formación
y expresión dependen de las múltiples y complejas interacciones del
sujeto en los distintos sistemas actividades-comunicación donde ha
36
Katharsis
Fomento de la capacidad creativa en la educación
transcurrido y transcurre su irrepetible historia individual” (Mitjanz,
1997, p. 4).
Desde este punto de vista la acción cotidiana de los docentes representada
por la manera cómo organizan la exposición de los contenidos, cómo se
dirigen a los estudiantes, cómo hacer las preguntas, cómo evalúan y
cómo reaccionan a las manifestaciones emocionales de sus alumnos,
a las dificultades y los errores, a las preguntas en clase y los aparentes
desvíos temáticos, etc., todo esto es lo que permite crear un ambiente
socio-cultural formativo que tanto puede posibilitar el fomento de la
capacidad creativa en los alumnos, como coartar cualquier expresión
de una iniciativa indagatoria o creativa por parte de estos.
Saturnino de la Torre (2003) afirma que la enseñanza creativa debe estar
dirigida al desarrollo de las habilidades cognitivas de los estudiantes.
El hecho de propiciar un pensar reflexivo y creativo en el salón de
clase permite no sólo dominar y asimilar los contenidos académicos,
sino desarrollar las habilidades cognitivas: “Una enseñanza creativa
busca desarrollar al máximo las capacidades y habilidades cognitivas
de cada sujeto. El dominio o asimilación de contenidos no conduce
necesariamente a mejorar la creatividad, pero si el desarrollo de
habilidades como observar, sintetizar, relacionar, inferir, interrogar,
imaginar, dramatizar, etc. Si la actividad creativa no es el mero
resultado de aplicar la imaginación, sino que en ella concurren todas
nuestras capacidades y habilidades mentales, el desarrollo de estas
contribuirá sin duda al crecimiento del potencial creativo” (Torre de
la, 2003, p. 206).
América González (1994) considera que “las atmósferas creativas no
pueden ser vistas sólo desde el ángulo psicológico o desde el ambiental.
Dependen tanto de agentes exteriores, situacionales, como del modo de
pensar, imaginar, sentir, desear, intentar, proyectar y actuar típico del
funcionamiento psíquico creativo” (Gonzales, 1994, p. 47). Esta opinión,
remite al concepto de las prácticas de enseñanza como un acontecer
particular que nace en el aula de clase mediante la interacción de todos
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Olena Klimenko
los participantes y donde intervienen todos los elementos anteriores. El
docente ocupa el lugar de un conductor, un líder y un guía que orienta
y direcciona las actividades y las comunicaciones, permitiendo el
surgimiento de un ambiente propicio para la expresión creativa.
Según Marta Martínez Llantada (1997, 1999), “el proceso docente
educativo tiene que crear condiciones mejores diversificando los
métodos, medios y formas de enseñanza, estimulando la actividad
cognoscitiva de los estudiantes, organizando óptimamente las tareas”
(Martínez, 1999, p.19), además debe ser “imaginativo, combinar
métodos, ideas y materiales viejos y nuevos, enseñar a descubrir
relaciones reforzando la iniciativa” (Martínez, 1999, p. 20). El papel
principal en este proceso recae en el docente como creador de ambientes
propicios para el fomento de la capacidad creativa, emergiendo la
importancia de una capacitación continua con el fin de desarrollar las
habilidades comunicativas y organizativas, la curiosidad intelectual e
indagación, llevando al docente a ser más flexible y abierto a las nuevas
metodologías y formas de constituir las prácticas de enseñanza.
3. Consideraciones finales
Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente podemos definir el
proceso del desarrollo de la capacidad creativa como un proceso de
formación y de transformación continua de las estructuras psíquicas,
neurológicas y representacionales, desde las dimensiones cognitiva,
emocional-motivacional, actitudinal y operacional, que se realiza
dentro de una interacción dialéctica del sujeto con un ambiente sociocultural. Ambiente, que permite estimular su inquietud intelectual
indagativa, expresar libremente sus exploraciones de la realidad,
fomentar una sana confianza en sí mismo y los demás, posibilitando así
una flexibilidad en el pensar, sentir y actuar frente a las experiencias y
conocimientos.
En este orden de ideas, los elementos tales como el docente con
sus características personales y las estrategias mediacionales, las
38
Katharsis
Fomento de la capacidad creativa en la educación
características del contexto sociocultural, el ambiente del aula, la
institución educativa, entre otros., emergen como componentes
constitutivos del proceso educativo, capaces de facilitar o inhibir el
proceso del desarrollo de la capacidad creativa en los estudiantes.
El desempeño docente requiere a su vez de un apoyo institucional,
permitiendo una libertad de expresión en el ejercicio de su quehacer
pedagógico, al igual que el fomento de iniciativas nuevas y creativas en
las metodologías de enseñanza.
Y por último el aspecto del estado de la consciencia social al respecto
de la creatividad como elemento indispensable para poder proyectar
los alcances de las influencias educativas al terreno de la sociedad en
general: “Conciencia colectiva que promueve la creatividad es aquella
que promueve la tolerancia, valora la independencia de pensamiento,
presta atención a la diversidad, reconoce el esfuerzo, premia la iniciativa,
valora positivamente las nuevas ideas” (Torre de la, 2003, p. 168).
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