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Astronomía en el Área Maya

Es un compendio de investigaciones en materia de arqueoastronomía y etnoastronomía en entre los grupos mayas prehispánicos y contemporáneos. El libro versa sobre el desarrollo de las prácticas astronómicas en tierras mayas, aborda los aspectos culturales en los que se relaciona y lo desarrolla en una visión diacrónica.

! "! Temas de divulgación Fomento a la producción editorial en la Universidad Autónoma de Yucatán Convocatoria 2003 ! #! Astronomía en el área Maya Orlando J. Casares Contreras ! $! Orlando J. Casares Contreras Astronomía en el área Maya Ediciones de la Universidad Autónoma de Yucatán Mérida, Yucatán, México 2016 ! %! D.R. © UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE YUCATÁN 2016 Primera edición 2004 Segunda edición 2016 Prohibida la reproducción Total o parcial de la obra sin permiso escrito del editor DIRECCIÓN GENERAL DE DESARROLLO ACADÉMICO Coordinación General de Extensión Departamento Editorial Calle 55 Av. Rafael Matos Escobedo por Circuito Colonias, Fraccionamiento del Parque librería@uady.mx Impreso en Mérida, México Printed in Merida, Mexico ISBN 970-698-072-5 (Serie) ISBN 970-698-074-1 (v.2) F 1435.3 .C14 .C37 2016 Casares Contreras, Orlando J. Astronomía en el área Maya, c2016 (Temas de divulgación / UADY ; v.2) 1. Astronomía maya. 2. Calendario maya. 3. Mayas – Vida social y costumbres. I. t. ISBN 970-698-072-5 (Serie) ISBN 970-698-074-1 (v.2) Lib-UADY ! &! Contenido PRÓLOGO 9 INTRODUCCIÓN 11 CAPÍTULO I EL CALENDARIO MAYA Funcionamiento y características del calendario maya El calendario maya y las orientaciones de estructuras 15 21 36 CAPÍTULO II ASPECTOS SOCIOCULTURALES DE LA ASTRONOMÍA MAYA La astronomía y la mitología maya La astronomía y la actividad bélica La astronomía y la legitimación del poder La astronomía y el urbanismo 52 54 63 69 72 CAPÍTULO III LA ASTRONOMÍA MAYA: EL PASADO El período Preclásico El período Clásico El período Postclásico 77 78 87 111 CAPÍTULO IV LA ASTRONOMÍA MAYA Y SU DESARROLLO ACTUAL Los tres códices mayas La conquista y época colonial La astronomía maya contemporánea Desarrollo de la astronomía maya 122 125 133 140 154 CONSIDERACIOENS FINALES 159 BIBLIOGRAFÍA 162 ! '! AGRADECIMIENTOS La realización de la presente obra es producto del esfuerzo y apoyo de muchas personas e instituciones, sin ellas no hubiese sido posible la finalización y publicación de la misma. A la Universidad Autónoma de Yucatán, en especial a la Escuela Preparatoria No. 2 de la misma, por el apoyo brindado por quienes fueron mis compañeros y generaciones de alumnos con los que tuve el gusto de coincidir y conocer en pasillos como aulas. Al Instituto Nacional de Antropología e Historia, lugar donde laboro a la fecha de la segunda edición, y a su personal por los apoyos, experiencias, oportunidades y preparación adquirida en ésta etapa, especialmente al museólogo Abraham Guerrero Escobar por las oportunidades presentadas para mi desarrollo académico y personal. Al Dr. Jesús Galindo Trejo, astrónomo del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, por ser mi mentor en la apasionante disciplina de la Arqueoastronomía y ante todo, un gran amigo que me sigue acompañando en las travesías académicas que depara ésta especialidad. A mi familia, Venus Estrella Cabrera y Helena Casares Estrella, quienes han sido mis musas inspiradoras en todo momento, mi razón de todos los días por superarme y darles lo mejor de mi. A mi madre María Eugenia del Rosario Contreras, por aguantarme día con día, apoyarme y brindarme todo su cariño. A mi padre Q.E.P.D., Orlando José Casares Rodríguez, museógrafo del INAH y por quién decidí imitarlo en vida, obra y figura, mi principal motivación para adentrarme en los estudios de Cultura Maya y sus museos. ! (! NOTAS A LA SEGUNDA EDICIÓN Todo producto académico debe ser susceptible de ir cambiando al mismo ritmo –de ser posible- que cambia la disciplina de la cual emana. La arqueología es una de las áreas del conocimiento que siempre experimenta constantes cambios, cada descubrimiento, cada interpretación o reinterpretación de la información nos va ofreciendo diferentes panoramas para entender a las culturas de la antigüedad, sus modos de vida así como la forma en la cual la entendían. En el área de la astronomía antigua, a pesar de que el cielo que observaron es nuestro único punto fijo para su análisis, la información con la que contamos va poniendo nuevas perspectivas a raíz de las relecturas de las fuentes, así como de los nuevos hallazgos. En nuestro caso concerniente a una de las culturas mesoamericanas más emblemáticas como la cultura maya, del 2004 al 2015 se han realizado nuevas mediciones a las estructuras y al mismo tiempo, se han revisado antiguas mediciones junto con sus resultados lo que ha creado un nuevo horizonte en torno a la misma. Con las nuevas lecturas, los nuevos datos y con la incorporación de la información suministrada en la lectura de los glifos mayas, es que se han incorporado éstos nuevos descubrimientos en la presente obra, con ligeros cambios en el estilo a raíz de la consecuente madurez académica de un servidor y con ajustes en los temas presentados. También se eliminó información a la cual, tanto desde la perspectiva de los nuevos avances arqueológicos, históricos y antropológicos, ya no es sostenible y que se encontraba presente en la primera edición. Astronomía en el área maya se presenta ante usted como un documento que explica las formas en que la práctica astronómica transformó a una cultura y a pesar de la conquista europea, sus alcances se conservaron como una forma de identidad que es compartida en nuestros días que logró incorporar cambios para su mantención pero al mismo tiempo, también defendió, protegió y resguardó su razón de ser en la memoria de quienes pertenecen a ella. ! )! PRÓLOGO Sin lugar a dudas en la historia de humanidad el firmamento ha inspirado profundas emociones que condujeron no sólo a acrecentar el sentimiento religioso sino también a plantear explicaciones al comportamiento de los astros. El conocimiento así generado permitió al hombre establecer sistemas calendáricos que hicieron posible organizar toda actividad en la sociedad. Por otra parte, la clase dirigente que poseía ese conocimiento lo utilizó para legitimar su poder terrenal favorecido por las deidades que moraban en el cielo. De esta manera sus obras frecuentemente eran realizadas de acuerdo a principios que consideraban la regularidad, la apariencia e incluso la espectacularidad de eventos astronómicos. Esto ponía en armonía completa tales obras con el ámbito sagrado del firmamento y justificaba ante el pueblo la posición privilegiada del soberano. En Mesoamérica las cosas del cielo también jugaron un papel fundamental en su evolución cultural y su trascendencia se puede reconocer en muchos vestigios materiales, en la arquitectura, en la pintura mural, en la cerámica, en los códices, etc. En particular, los mayas alcanzaron un gran refinamiento en el uso ritual y práctico de la Astronomía, favorecidos por el desarrollo de un ingenioso sistema jeroglífico y de una variante calendárica de gran exactitud. Estas innovaciones hicieron factible el registro meticuloso de información relacionada con fenómenos astronómicos de notable trascendencia para su propia sociedad. La labor de los sacerdoteastrónomos mayas al observar el firmamento, al asentar su periodicidad y elegir direcciones celestes hacia donde se orientaron sus principales templos, puede considerarse una acción que en nada difiere de la de un científico moderno. El libro que tiene Usted en sus manos habla precisamente de lo expuesto anteriormente y es el resultado de la investigación y del entusiasmo sincero de un joven arqueólogo, Orlando Josué Cásares Contreras, quien ha encontrado en la recuperación del conocimiento astronómico de los antiguos mayas uno de los temas fundamentales de su quehacer profesional. Esta obra resulta muy atractiva para el público en general porque difunde en un lenguaje claro y ameno los más destacados resultados de la reciente ! *! investigación arqueoastronómica justamente en tierra maya. Dedicándose él mismo a estudiar a la cultura maya y a divulgar los resultados de sus estudios, contribuye de manera significativa a dar a conocer al lector la perspicacia y los alcances intelectuales de nuestros antepasados prehispánicos. A partir de la lectura de este libro el lector podrá percatarse, al visitar cualquier zona arqueológica en la región maya, de que los antiguos sacerdote-astrónomos planearon sus ciudades con el mayor cuidado para ponerlas en consonancia con los preceptos que definían su cosmovisión, involucrando en forma natural a sus conceptos de espacio y tiempo que estuvieron vigentes por lo menos dos mil años. De esta forma, el libro de Orlando Cásares va ilustrando con numerosos ejemplos cómo, a lo largo de los diferentes períodos arqueológicos, la arquitectura maya va adoptando las diversas orientaciones calendárico-astronómicas que expresan una de las principales características culturales de lo mesoamericano. Algo que merece destacarse especialmente en el presente libro es que aborda el tema de la presencia de la Astronomía entre la población indígena y campesina actual en la región maya. Lo que nos hace reflexionar sobre la herencia viva y vigorosa de la cultura prehispánica en nuestro país. No obstante los siglos transcurridos y el afán colonial y aún contemporáneo por borrar la herencia ancestral de nuestro pueblo, el constatar que todavía pueden reconocerse destellos de prácticas culturales de la época prehispánica resulta impresionante y a la vez esperanzador de que la población mayoritariamente mestiza de nuestro país pueda revalorar el rico legado de la cultura mesoamericana y lo reconozca como suyo. Seguramente la descripción tan minuciosa de la antigua práctica de utilizar la Astronomía presentada en este libro fomentará el creciente interés por un aspecto tan sobresaliente de la cultura maya como fue su percepción del firmamento. Jesús Galindo Trejo Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM ! "+! INTRODUCCIÓN La astronomía es una práctica tan antigua como el hombre mismo. El presente trabajo se enfoca en el estudio de una actividad que buscó la explicación de todo lo relacionado con la bóveda celeste y sus diversos elementos. La astronomía moderna está considerada como una actividad de las ciencias exactas1, la cual difícilmente se considera subjetiva o especulativa, aunque como toda área del conocimiento, no es ajena a los cambios en sus contenidos pero siempre en función de los datos y la evidencia recolectada por métodos científicos. En los inicios de la humanidad como hoy la conocemos, la actividad astronómica de tiempos pasados era vista con otra perspectiva, no existía la ciencia como tal y por ello, la forma más adecuada para mencionarla sería como una astrología del pasado, ya que su observación respondía a intereses religiosos, míticos e ideológicos sobre el carácter divino de sus elementos contenidos en la bóveda celeste. Los eventos que emanaban de los cielos eran explicados como una manifestación de lo sagrado, de las deidades que clamaban por ser escuchados, obedecidos para que puedan interceder por la humanidad. Para ello, no cualquiera podía acceder a éstos medios para su respectiva comunicación, era a través de los especialistas religiosos, que también eran hábiles observadores de la naturaleza y los únicos capaces para decodificar la voluntad divina. Ellos fueron quienes a través de sus observaciones transferían sus significados a la organización de la sociedad. Una de las culturas que desarrolló un complejo sistema de inspección de la naturaleza y las mismas observaciones las transformó en principios sociales por comparación a la misma, especialmente a la astronomía fue la cultura maya. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 1 Término que se refiere a una actividad científica que implica el uso de complejas ecuaciones y operaciones matemáticas que la hacen poco accesible o muy difícil de entender para los públicos no especializados en el tema. ! ""! El contenido de ésta obra versa acerca del avance que tuvo tal actividad, la que denominaremos como astronomía maya. Cabe señalar que, pese a que por sus contenidos míticos es una actividad más cercana a la astrología, la precisión con la que fue realizada merece el calificativo dado, pero con las precauciones pertinentes de no confundir ambos términos ni tampoco traslapar sin el contexto adecuado ambas denominaciones. Para los mayas, los astros simbolizaron a sus deidades. Su movimiento era una señal que expresaba su voluntad divina, la cual quedó plasmada en sus narrativas de vasos, ollas y cerámica; en sus pinturas murales, rituales y ceremonias así como los códices y principalmente en la memoria colectiva de su gente, factor que les permitió seguir con la misma a pesar de la llegada de los conquistadores. Uno de los objetivos de la obra, es demostrar que la actividad astronómica fue un proceso propio 2 , producto de la capacidad de abstracción de sus miembros, los cuales fueron desarrollando metodologías para perfeccionar sus observaciones de la naturaleza, encontrando patrones y adaptándolos a sus necesidades particulares. Muchas de éstas características todavía están presentes en algunas de las comunidades mayas que existen a lo largo del mismo territorio que las vio nacer, pero con matices culturales ajenos e impuestos, los que fueron asumidos y reinterpretados desde la misma lógica de los mayas. Entre otros objetivos, se busca que el lector se familiarice con los elementos que componen la astronomía maya, tales como la aritmética y su calendario (compuesto por una cuenta civil y otra ritual), su posible origen y funcionamiento así como las posibilidades prácticas que emanan de dicha actividad. Aunque se incluyen algunos tecnicismos, se buscará explicarlos de forma amena para que familiarice su uso en los textos que tratan los temas relativos a la Arqueoastronomía y Etnoastronomía. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 2 Cabe señalar que muchos de los procesos encontrados dentro de la astronomía maya (como parte de su cosmovisión) son préstamos culturales de étnicas epiolmecas o ístmicas, los cuales igual se compartieron con otras áreas culturales de Mesoamérica. Eso explica las similitudes con otras culturas que se desarrollaron pero también no hay que olvidar de sus particularidades sociales que las hace diferentes y son parte de sus propias necesidades. En el caso de los mayas, veremos algunas de esas particularidades como única en su tipo en Mesoamérica, una de ellas el contar con un punto de partida como se mencionará en el capítulo I del presente libro. ! "#! Una vez que el lector esté habituado a ellos, se le facilitará el entendimiento de ésta disciplina y los motivos de su creación, usos culturales y principalmente para discernir entre la práctica científica de ésta disciplina con aquellas otras personas que en afanes mercantiles y ajenos a toda ética del trabajo antropológico y especialmente del quehacer científico, se han dado a la difusión de conceptos anticuados y muchas veces emanados de la imaginación sin ninguna evidencia material, sea arqueológica o sociológica que las respalde. No se trata de idealizar una actividad, sino de que el lector la entienda en su justa dimensión y contexto social, en la que, la astronomía maya fue una práctica cultural que fusionó conocimientos esotéricos, religiosos con observaciones tan precisas que parecerían emanadas de una ciencia. Vertió dichos conocimientos en mitos, prácticas bélicas y otras actividades de su vida y éstos quedaron expresados en fuentes de información como sus estructuras, escritos y la memoria colectiva. Otra aclaración, es que a lo largo de los trabajos realizados en torno a las mediciones en estructuras, calzadas y pirámides, muchas veces se utilizan técnicas basadas en brújulas, ya sea sobre los muros de las edificaciones o mediante el uso de instrumentos ópticos como el teodolito y su brújula interna. Esta técnica conlleva algunos errores que son ajenos a quien las usa, como las correcciones por las variaciones magnéticas que cambian año con año, logrando algunas imprecisiones que al momento de ubicar alineaciones, aportan datos con algún error de un par de días en las fechas. Para ello, se recomienda usar teodolitos manuales y consultar las cartas de correcciones magnéticas para ser un poco más precisos (muchas universidades las editan) o usar la brújula astronómica, la cual consiste en que el teodolito mide arbitrariamente un azimut (pudiendo no corresponder) y posteriormente se mide la altura y azimut del Sol registrando la hora exacta de la medida. Con ello, al consultar el azimut real del Sol en la hora exacta, se ajusta la medida del teodolito al medir el Sol con relación a la que tenía al momento de la medición y esa diferencia se aplica a la medición con el azimut arbitrario para la obtención de la medida con una mayor precisión. Finalmente, el lector podrá valorar la importancia de la astronomía cultural y su importancia dentro de los estudios de una cultura con ! "$! profundas raíces en el pasado y con éste elemento, demostrar su relevancia en tiempos presentes, relevancia que adquiere al asimilar la observación de la naturaleza dentro de sus procesos de identidad, creando vínculos con su entorno que prevalecen vivos en sus prácticas presentes. ! "%! CAPÍTULO I. EL CALENDARIO MAYA "Debemos sumergirnos en el conocimiento de la cultura e historia de aquella gente. Aparte de comprender la astronomía, debemos prestar atención detallada a los descubrimientos de la arqueología y finalmente debemos tratar de mirar su astronomía con ojos no europeos. Sólo entonces comenzaremos a entrar en la piel del Sacerdote Astrónomo" Anthony Aveni 1980a: 22 El calendario, es sin duda una de las mayores aportaciones que se han podido generar de la observación del cielo y de los cuerpos celestes que se encuentran en él. Sin temor a una equivocación, podemos afirmar que el hombre, después de su evolución biológica y cultural hacia una especie más compleja, comenzó a tener conciencia sobre la naturaleza y los elementos emanados de ella que lo rodeaban, desde las aves, manadas de mamíferos, el cambio de color de las hojas hasta los elementos de la bóveda celeste, con lo cual esto último dio pie a lo que hoy llamamos astronomía. Desde aquellas etapas tempranas de la vida del hombre hasta la fecha, el clima ha sido uno de los principales factores por los que el ser humano se ha preocupado. Si nos situamos unos 10,000 años3 a.C., el hombre apenas se encontraba cruzando el estrecho de Bering y comenzaba a poblar el continente Americano. A partir de ese momento, el hombre tomó conciencia de las diferencias en el clima, de que existían momentos en los cuales había más frío y como consecuencia, los alimentos escaseaban; en otros tiempos había más calor y el agua era escasa y así sucesivamente fue asociando a las estaciones con los cambios que necesitaba para su supervivencia. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 3 Existe la discusión entre las fechas de migración del Cro-Magnon hacia América, recientes investigaciones han logrado datar la llegada del hombre alrededor de 40,000 años a.C. (Core 2002: 146) y se afirma que su llegada no sólo fue por el estrecho de Bering según los datos de la cueva Ribeira en el Brasil ! "&! El hombre se tenía que adaptar a las situaciones climáticas que se le presentaban y fue capaz de ajustarse exitosamente al medio ambiente, a través de elementos naturales pero cuya creación fue cultural como el uso del fuego, del uso de pieles y la tecnología lítica (que puede ser apreciada mediante sus restos arqueológicos) así como también el movimiento de los astros, principal indicador de los cambios climáticos en la tierra, en especial del movimiento aparente de la estrella principal y más grande visible, el sol. El clima siempre ha estado presente en la evolución biológica y cultural del hombre y en algunos casos, por el mismo fue catalizador de los cambios evolutivos que se fueron dando lugar. Siendo un cazador – recolector, la dependencia de las migraciones de sus animales de caza, lo que le obligó a perseguirlos y a conocer los períodos en los cuales se movían, así como también los ciclos en los cuales florecían ciertas especies vegetales, cuando había que encontrar otras y a la vez, cuando escaseaban sus fuentes de alimento. Al momento de domesticación de las plantas se acabaron algunos problemas 4 pero surgieron otros, teniendo como común denominador al mismo clima. El cultivo no podía ser en cualquier época del año, pues existía un determinado momento en el cuál se debían sembrar las semillas y bajo ciertas circunstancias propicias, generar una producción adecuada para alimentar a la población. También se debía cuidar de la pérdida de la cosecha y también habían épocas en las cuales podía desaparecer toda la producción por causas tan diversas pero promovidas por los ciclos naturales del clima. Ante éstas situaciones solo quedaba una posible solución, la anticipación a los acontecimientos climáticos, y con esto poder trasladarse o cultivar en el momento específico. Para lograrlo, el hombre tuvo que encontrar señales en el cielo y en la naturaleza para que le avisará de los próximos acontecimientos, sin duda, el movimiento de los cuerpos celestes era la respuesta a sus necesidades, especialmente en el movimiento del Sol5. En éste largo y continuo proceso de observación de la naturaleza, el hombre se percató de que algunos astros (como el Sol) tenían una !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 4 En torno a la persecución de animales y a la dependencia de la recolección de plantas y frutos, pues éstos últimos los podía cultivar 5 Que es el responsable de los cambios de las estaciones, de ahí radica su importancia mundial. ! "'! regularidad repetitiva en su movimiento, notando que cuando un astro se presenta en un lugar (visto desde un punto fijo) después de algún tiempo determindo6 se volvía a presentar en el mismo lugar. Con éste principio es que se fueron creando los calendarios, los cuales también fueron y siguen siendo una necesidad para un grupo social determinado, el cuál tiene que regular no sólo sus tiempos de producción, sino las actividades laborales y religiosas del mismo. El calendario es parte de un engranaje importante en el desarrollo de cualquier sociedad, sea pasada o presente, ya que representa un punto de apoyo con el cuál se organiza, sin importar lo compleja que sea (Casares 2002 y 2011). Un calendario se elabora a partir del movimiento de uno o varios astros, aunque por lo general, siempre el más regular o simbólicamente más importante para cada cultura es usado como base, mayormente el Sol por ser el más regular, seguido de los calendarios lunares y otros basados en ciertos astros más irregulares (Cossard 2010: 41). Muchas de éstas diferencias, radican en aspectos culturales más que geográficos, es la cultura quien decide desde que momento se inicia la cuenta, los valores numéricos, lugares de observación y las asociaciones de la naturaleza, tomando como referencia cualquier evento astronómico, mítico o por cualquier otra vía social. Existen unidades básicas para el conteo que generalmente no cambian de una cultura a otra, tal unidad puede ser el día, el cuál se mide por el movimiento del Sol; desde que aparece en el horizonte, recorre la esfera terrestre hasta que desaparece y vuelve a presentarse en el horizonte. En nuestra cultura occidental usamos los días para contar pero veamos algunos ejemplos de cómo otras culturas tienen diferentes calendarios. Para el caso de la cultura china, su calendario regido principalmente por el movimiento de la Luna7. La primera Luna nueva marca el inicio de un nuevo mes, el año de los chinos contiene de 12 a 13 lunaciones y cada una de 29 a 30 días. Los intervalos quedan en una variación de 353, 354 y 355 días para los años cortos y para los años largos –en donde se encuentran nuestros años bisiestos- un período de 383, 384 y 385 días. Se dejó el inicio !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 6 El cuál varía según del astro, por ejemplo el Sol tarda aproximadamente 365.25 días, Venus es de aproximadamente 584 días. 7 Aunque también se calibra con el movimiento del Sol pero en menor medida. ! "(! del año nuevo para la segunda Luna llena después del solsticio de invierno (que es el 21/22 de diciembre aprox.). Este sistema es muy parecido al de la actualidad, pues permaneció casi sin ningún cambio a lo largo del tiempo (Aslaksen 2000: 25-38, Chen 1996: 33-36 y Thurston 1994: 25-38). Otros culturas aunque tienen al Sol como principal regidor de sus calendarios tienen diferentes fechas de inicio de sus años, tal es el caso de los antiguos hebreos que inician su año en abril, el de los romanos en nuestro mes de enero o de los griegos que inicia su año en nuestro mes de marzo y cuyo calendario es asignado mayormente por la posición de ciertas constelaciones de estrellas que en total son doce. Existieron y existe una gran diversidad de calendarios, tan grande como la diversidad humana. Nuestro interés se enfocara un calendario surgido en el llamado nuevo mundo, en la región mesoamericana y es el calendario maya. Este comparte muchas de sus características con otros calendarios de Mesoamérica, por lo que algunas personas han pensado que se pueda tratar de un solo calendario para la región. En la discusión, algunos investigadores, como es el caso de Rafael Tena ha argumentado que en algún momento8 existió un solo calendario para el área de Mesoamérica y que luego se fue diversificando por toda el área mencionada (Tena 2000: 4), cabe señalar que una idea que hasta la fecha mantiene vigencia entre la mayoría de los investigadores. La idea anterior se fundamenta en que los calendarios mesoamericanos, que son principalmente cinco, el mixe-zoque, el zapoteca, el maya, el mixteco y el mexica tienen –aparentemente- el mismo funcionamiento o algunas características comunes. Para la Joyce Marcus como para otros investigadores, tales características son parte de un sistema dual, que se compone de dos calendarios, uno ritual de 260 días llamado Tzolkín y otro civil de 365 días llamado Haab, ambos calendarios funcionan al mismo tiempo y se combinan para formar días y meses (Aveni 1991, Galindo 1994, Marcus 2000, Tena 2000). Si bien estos calendarios comparten algunas características comunes y son parecidos en su estructura, en la actualidad se ha demostrado que tienen diferencias entre sí, acorde con las diferencias entre las culturas anteriormente mencionadas. Contienen diferentes nombres para los días y !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 8 ! Posiblemente en la época de las culturas itsmicas o epiolmecas. ")! meses, sus años comienza en diferentes días y meses. Como consecuencia no es recomendable tomar a unos de éstos calendarios como modelo para interpretar y entender a los otros calendarios (Marcus 2000: 12 y 13), ya que sus características culturales son distintas, así como de sus significados simbólicos. En el caso del calendario maya, veremos a continuación que aún con rasgos comunes con otros de Mesoamérica, por sus propias características socioculturales, es diferente a los demás calendarios, ya que contiene elementos autónomos y modificaciones en sus préstamos culturales, confirmando la propuesta de Marcus anteriormente citada. Antes de entrar a su funcionamiento, nos detendremos en un aspecto fundamental, como conocemos a que fechas corresponden las expresadas por los mayas con relación a las de nuestro calendario occidental reciente, es decir, el calendario gregoriano. Y es que no es un asunto concluido, pero en el consenso de propuestas, unas tienen más peso que otras, que para nuestro caso, será la elaborada por Goodman, Martínez y Thompson, también denominada como GMT. En 1905, cuando apenas se comenzaba a formalizar la arqueología y comenzaban las expediciones a distintas áreas de Mesoamérica, el banquero Joseph Goodman se puso como reto –por influencia de su amistad con Alfred Mudslay– el tratar de entender la mecánica del calendario maya e incursionó la idea de su posible correlación. Esa línea, fue continuada por Juan Martínez Hernández en 1926, a lo que posteriormente, fue el británico Eric Thompson quien en 1927 en adelante, propuso que a partir del método que usan los astrónomos para calcular eventos celestes desde el 1º de enero del 4713 del calendario juliano, por un evento astronómico en común que ocurrió y se registro tanto en Europa como en América (Goodman 1905: 644, Martin 2012: 3, Martínez 1926: 31 y Thompson 1927: 3 – 6). Es así, como se obtuvo una constante de 5842849 días del calendario juliano a partir de la fecha de inicio del calendario maya, expresada como 13.0.0.0.0 en cuenta larga y 4 ajaw 8 kumku en cuenta corta, que en nuestro !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 9 La fecha de Cuenta Larga 11.16.13.16.4 registra lo que se ha llamado un “Número Maya de Día” de 1,704,204 días transcurridos desde la fecha 13.0.0.0.0 4 Ajaw 8 Kumk’u. Así es como se obtuvo: Número Juliano de Día 2288488 - Número Maya de Día 1704204 = 584284. ! "*! calendario gregoriano corresponde a un 13 de agosto del 3114 a.C. Esta propuesta ha ganado popularidad a partir de su correlación con métodos para fechar objetos como el carbono 14, cuyos resultados se acercan a los obtenidos por ésta constante así como de las recientes investigaciones de Victoria y Harvey Bricker en los que propone que sus análisis de documentos etnohistóricos arrojan evidencias sólidas para sustentar la propuesta conocida como GMT por las iniciales de los personajes citados (Bricker 2011: 79 – 87 y Marton 2012: 4). Esta propuesta, también ha sido empleada con modificaciones como la del investigador Floyd Lounsbury, que le agregó dos días más a la constante como una precisión propuesta para mejorar la concordancia con fechas, también denominada GMT+2 o la “astronómica” (Lounsbury 1978: 791 – 794). A pesar de su notoria popularidad y aceptación por la mayoría de los académicos, no es la única propuesta de correlación que existe, y cada una tiene distintas constantes e incluso, algunas ni siquiera están basadas en el calendario juliano usado por los astrónomos. Un recuento de éstas propuestas más utilizadas después de la GMT y GMT+2 con sus respectivas constantes expresadas en días julianos. Una de ellas fue presentada por el norteamericano Charles Pickering Bowditch, matemático economista y aficionado a la arqueología, quien sugirió en a inicios del siglo XX según sus estudios en manuscritos coloniales que la constante era de 394483 días julianos (Ayala 1995: 159). Está la correlación realizada por Makesom con la constante de 489138 y similar pero con algunos ajustes la de Spinden 489384 días julianos. En el caso de Bryan Wells y Andreas Fuls, quienes usando únicamente el dato astronómico (sin el apoyo de ninguna fuente más), publicaron en el 2000 una propuesta basada en la constante 660208 días julianos, misma que no goza de suficiente popularidad y fuertemente rechazada por la mayoría de los mayistas. ! #+! FUNCIONAMIENTO Y CARACTERÍSTICAS DEL CALENDARIO MAYA El conocimiento que tenemos sobre la estructura y contenido de los calendarios se basa en cuatro fuentes de información: las descripciones etnográficas modernas que permanecen en la tradición oral10, los reportes de prácticas antiguas registradas en las fuentes etnohistóricas, en los manuscritos mayas conocidos como los códices (siendo los más conocidos el códice Dresde, Madrid o Trocortesiano y el París) y en las inscripciones en piedra 11 y cerámica, tanto de origen maya como de otras regiones de Mesoamérica (Gibbs 1980: 43 y Tedlock 1999). En cuanto a sus orígenes, la propuesta más aceptada por los investigadores, es que se derivó en forma conjunta con otros calendarios mesoamericanos en la región Epiolmeca, en la época denominada preclásica o formativa (1200 a.C. – 150 d.C.). Para la autora Joyce Marcus (2000) sostiene que los orígenes de los calendarios están estrechamente ligados a los orígenes de la escritura, y que éstos provienen de la región zapoteca, en el valle de Oaxaca12. El que le sigue se origino en la zona del Golfo de México de posible origen Zoque, que data de 50 a.C. y después le siguió el maya (Ilustración 1). De la evidencia que se tiene sobre los orígenes de la escritura y/o el calendario maya, la fecha más antigua data del período clásico temprano (150 - 350 d.C.). Una de las evidencias arqueológicas de los primeros orígenes del calendario y la escritura maya se puede observar en la Estela 29 de Tikal (Ilustración 2), cuenta con una de las fechas más antiguas. Expresada en el sistema de numeración maya, corresponde al 8.12.14.8.15 en cuenta larga y 13 men (3 zip) en la cuenta corta, que corresponde a la fecha del calendario gregoriano (el nuestro) un día de julio de 292 d.C. (Marcus 2000: 13-17). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 10 Las cuales se podrán apreciar en el apartado IV.2. del capítulo IV del presente texto: La astronomía maya actual. 11 Debido a que colocaron sus eventos políticos, míticos e históricos en un contexto cronológico preciso. 12 El registro se encuentra en las estelas 12 y 13 en el sitio arqueológico de Monte Albán, en el extremo sur de la Galería de los Prisioneros. Datan del 600 al 500 a.C. y es hasta el momento de la presente publicación el registro más antiguo encontrado en Mesoamérica. ! #"! Otra de las evidencias arqueológicas que demuestran la aparición de fechas calendáricas asociadas con escritura en el área maya es la Placa de Leyden, cuya fecha inscrita es de 8.14.3.1.12 en cuenta larga y 1 Eb 0 Yaxkín, que corresponde a la fecha del 16 de septiembre de 320 d.C. de nuestro calendario. Estas fechas que se mencionaron son las más antiguas que se hayan encontrado o se hayan podido identificar, pudiendo existir la probabilidad de que puedan encontrar fechas más tempranas y con eso habría que modificar todas las propuestas anteriormente descritas. Según el modelo presentado, los mayas no crearon su sistema calendárico, se ha propuesto que es un préstamo de las culturas zoque y epiolmeca –ubicadas en el área del Istmo de Tehuantepec– con posible influencia de los zapotecas del preclásico. A pesar de ser un préstamo cultural, los antiguos mayas le dieron a éste sistema un estilo único y autónomo –al mismo tiempo que a su escritura–, pues a diferencia de otros sistemas calendáricos mesoamericanos, los mayas contaron con múltiples ventajas aritméticas debido a sus propias características que veremos más adelante. Ante los datos presentados anteriormente, el público no especializado podría preguntarse cómo funciona y principalmente que quieren decir esos cinco puntos seguidos de un numeral y una palabra en maya. Aclaro que esto se mencionó como un antecedente importante a su funcionamiento, con la finalidad de comprender sus orígenes y algunos datos sobre las fechas más tempranas. Ahora, veamos cuáles son sus principios aritméticos con los que se contabilizó el tiempo. Este es un campo todavía en discusión, pues hay varias teorías acerca de la aritmética maya. Una de estas discusiones es sobre el sistema vigesimal que fue empleado por los antiguos mayas. En el sistema de cuenta de los mayas, se utilizó un punto para denominar una unidad, dos puntos para dos unidades y así sucesivamente hasta el cuatro. El número cinco se representa con una barra, y de la combinación de barras y puntos es que se obtienen las cantidades. Para los mayas el cero se representaba con una concha. La cuenta terminaba en la combinación de tres barras horizontales y cuatro puntos encima de las barras, teniendo el número 19 que es en realidad 20 (se cuenta del 0 al 19). Para expresar cantidades más grandes se utilizó el valor posicional de los símbolos anteriores (Lizardi 1962: 345, Marcus 2000: 15-18 y Tena 2000: 8-11), lo cual veremos más adelante veremos como se empleó esto. ! ##! Algunas teorías han tratado de interpretar éste sistema vigesimal como parte de la condición digital humana, es decir, el número de los dedos de las manos y de los pies que en total suman veinte. Paulino Romero confirma ésta teoría basándose en la supuesta utilización de ésta técnica por los hindúes, quienes utilizan como base el número diez (numeración decimal) debido a que contabilizan con los dedos de las manos y considera que los mayas utilizaron los dedos de los pies junto con los de las manos (Romero 1999: 4-7). Este dato parece corresponderse con algunas investigaciones históricas y etnográficas en las que el clima parece ser un factor importante en la designación de los sistemas numéricos usados en cada cultura. Es así como los Inuit de Canadá, suelen tener un sistema de conteo de cinco en cinco, debido a que sólo hacen uso de una mano, la cuál tienen que descubrir de un grueso guante para realizar el conteo (Boyer 1999: 39). Ciertamente estos argumentos deben tomarse con cuidado, ya que es muy común encontrarlos en la literatura relacionada al tema, y muchas ocasiones no cuentan con un sustento comprobable ya que no todas las culturas han utilizado la condición digital humana. Tal es el caso de los pueblos mesopotámicos (específicamente los Asirios) quienes emplearon un sistema sexagesimal13, el cuál no tiene correspondencia con los dígitos del ser humano. La numeración maya, no sólo se remitió a su representación a través de los puntos, las barras y la cocha, sino que cada uno de los valores representados del cero al diecinueve, era también una forma abreviada de representar a sus deidades, sean de cuerpo completo o con las llamadas variantes de “cabeza” que los representaron. En cada una de ellas, hay elementos que nos permiten distinguirlos y también pueden ser utilizados por su valor fonético (Guillermo Kantún –comunicación personal- 2013 y Pitts 2009: 36). Los glifos mayas eran polisémicos y sus números no fueron ajenos a esa característica (ver ilustración 3). Recalcando sobre los orígenes de la escritura y el calendario maya, éste sistema es parte del préstamo cultural proveniente de las culturas ístmicas o !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 13 Que es muy similar al que nosotros utilizamos para medir el tiempo en segundos, minutos y horas para determinar la duración de un día. ! #$! epiolmecas, ya que en el registro arqueológico proveniente de las zonas anteriormente citadas ya se había empleado el sistema vigesimal. Haciendo ésta aclaración continuamos con sus otras características del calendario maya. Una de las características en el calendario maya (la cuál es única) es que todas sus cuentas se iniciaron a partir de un punto de partida14, del cual contamos con el registro arqueológico e histórico. Este punto de partida sirvió para ubicar las fechas en momentos precisos, pues se calculaba el número de días que habían transcurrido hasta el evento que se quería registrar. Una muestra de su existencia se encuentra en uno de los costados la Estela C de Quiriguá, en la cual se refiere a un acontecimiento que indica ésta fecha de partida señalada en cuenta larga como 13.0.0.0.0 (4 ahau 8 cumkú), que según la correlación GMT corresponde al 13 de agosto de 3114 a.C. de nuestro calendario (Aveni 1991, Galindo 1994, González 1988a: 576586, Maupomé 1986: 23, Marcus 2000: 18 y Sharer 1998). La designación del punto de partida había causado controversia entre algunos investigadores, pues unos hacían mención a la mitología para designar una fecha arbitraria mientras otros, buscaban algún tipo de explicación astronómica, como algún evento ocurrido en un pasado remoto a partir del cual se usara como referencia. Lo que hasta el momento de la publicación es aceptado, viene de la epigrafía en la que, según algunos investigadores, la fecha se designó según un relato mítico. !"#$%&'()*'"+","&'()'*-'./0)*-'1'()' 2$"3"4$56'7&+($3-/',&+'*-'8),9-' :;<=<=<=<='>'?%-@'A'B$CDE !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 14 Como nosotros utilizamos en nuestro calendario gregoriano el nacimiento de Cristo para iniciar nuestro calendario (después de Cristo / d.C.) o para referirnos al pasado (antes de Cristo / a.C.). ! #%! En términos generales, las razones mitológicas encontradas en fechas que aluden al 4 Ajaw 8 Kumku hacen referencia a un punto en el cual, los dioses deciden que ese día era el adecuado para comenzar a crear el universo, para lo cual se establecieron tres piedras para hacer un fogón, con el cuál comerían los dioses y apartir de ahí, comenzaría la construcción del mundo (Callaway 2011: 45 – 51, Schaefer 2012: 1138 y Van Stone 2010: 72 – 81). Nótese que en la interpretación de las lecturas sobre la fecha de inicio sea asimilan a muchos de los rituales mayas actuales –especialmente mayas yucatecos- en los que se invocan a los cuatro rumbos cardinales para bendecir el lugar y se comienza con la puesta del fogón de tres piedras para que coman los trabajadores antes de iniciar con la colocación de los postes15. Como ya se había mencionado, el calendario maya (al igual que otros de la región mesoamericana) era un calendario dual ya que se componía de dos partes que se unían y mezclaban sus fechas para dar una sola16. Estos dos calendarios son diferentes en cuanto a su duración, uno es más corto que el otro, al calendario más largo se le conoce como el calendario civil, cuya duración es de 365 días y se puede apreciar que es un calendario cuyo origen es solar17. Tambien se le conoce como el Haab18 en maya yucateco (Galindo 1994: 31-33, Marcus 2000: 15, Morley 1980: 246 y 247, Sharer 1988: 534536). Este calendario se divide a su vez en 18 grupos de 20 días formando un total de 360 días, éstos 18 grupos son considerados como meses19, a este total le quedan cinco días, que para los mayas fueron considerados días aciagos o de mala suerte (Landa 1966: 63) y con eso conformaban los 365 días. En este calendario, cada uno de los grupos tenía su propio nombre, en donde cada nombre respondía a deidades, animales sagrados y objetos de su entorno natural20: Pop -estera, tejido, petate-; Uo -obscuridad-; Zip -negro- !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 15 Aspecto que se retomará y explicará con más detalle en el Capítulo IV. Esta característica se puede apreciar en las fechas de cuenta corta, las cuales se comenzaron a utilizar con mayor frecuencia a partir del clásico terminal (830 – 1000 d.C.). 17 Pues concuerda con el período de 365 días que tarda el Sol en hacer su recorrido por nuestro planeta. 18 En el Altiplano Mexicano se le conoce como Xiuhpohualli (cuenta de los años en Náhuatl); (Galindo 1994: 31). 19 Según Fray Diego de Landa los mayas se referían a ellos como Uinal Hunekeh (Landa 1966: 61). 20 Siendo ésta característica un argumento más para afirmar la estrecha relación entre la astronomía, la religión y el calendario en el área maya y el resto de las culturas mesoamericanas. 16 ! #&! ; Zotz -murciélago-; Tzek -penitencia-; Xul -perro, final-; Yaxk’in -Sol nuevo, verde-; Mol –agrupar; Chen -pozo, cenote-; Yax -primero, verde-; Zac -blanco-; Ceh –rojo-; Mac -tapar, cerrar-; Kank’in -Sol amarillo-; Muan –buho; tecolote-; Pax -tambor, período de 360 días-; Kayak -loro amarillo-; Cumkú -horno sagrado- y Uayeb -lo que espanda o asusta21 (Galindo 1994: 51 y 52). Meses del calendario civil de 365 días o Haab. ! Al calendario más corto se le conoce como el calendario sagrado o el Tzolk’in 22 (nombre asignado arbitrariamente y que en maya yucateco significa “la cuenta de los días) que tiene una duración de 260 días. El origen de este calendario ha sido dudoso y polémico, actualmente todavía no se llega a un acuerdo sobre su origen, él cual, tiene diversas explicaciones, que van desde procesos biológicos hasta períodos astronómicos así que veamos algunas de las propuestas. Algunos investigadores como Brosche y Maupomé (1990) han querido relacionar el origen del calendario ritual con el período de 584 días de !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 21 Haciendo referencia al período de 5 días aciagos que completan el año de 365 días. En el Altiplano Mexicano se le conoce como Tonalpohualli (cuenta de los destinos o signos en Náhuatl); (Galindo 1994: 32). 22 ! #'! Venus (período sinódico 23 ) haciendo una serie de combinaciones de las frecuencias angulares del planeta (Brosche y Maupomé 1990). El astrónomo Jesús Galindo hace notar, al respecto de ésta propuesta, que los períodos en los cuales el planeta Venus se puede observar como lucero de la mañana y de la tarde, hacen un total de 9 meses cada uno, lo cual tiene un valor promedio de 263 días aproximadamente (Galindo 1994: 51). Otra de las teorías con las que se pretende explicar éste período de 260 días es en cuanto al período del embarazo de la mujer, que es de aproximadamente 9 meses (alrededor de 270 días aproximadamente). Otra de las propuestas entre algunos investigadores, consta en hacer una serie de cálculos entre eventos solares tales como los equinoccios y los solsticios y asociarlos con los períodos de siembre en la milpa moderna (Tedlock 1991: 179 y 180). El geógrafo Vincent Malmström propone que el origen del calendario de 260 días debió haber estado situado en una latitud de 15º norte. El motivo de tal afirmación es que en los días en que ocurre el tránsito o paso del Sol por el cenit del lugar24 suceden el 29 de abril y el segundo tránsito el 13 de agosto (nótese la similitud con la fecha de partida un 13 de agosto de 3114 a.C. según la correlación GMT). Es a partir del 13 de agosto que deberán transcurrir 260 días exactos para llegar al 29 de abril, es decir, según ésta propuesta son los pasos del Sol por el cenit quienes definen el período. Los sitios propuestos son Izapa, Copán y Monte Albán (éste último es poco probable por su latitud de 16º) y de éstos sitios el más probable es Izapa, puesto que es un sitio preclásico (Galindo 1994, 2001 y Malmström 1973, 1991). El calendario ritual de 260 días se encuentra compuesto por 20 días divididos en 13 grupos, a diferencia del calendario civil, en el calendario ritual los 20 días son los que tienen nombre (pues son los que componen a su vez a los 18 meses del civil). Al igual que el calendario civil de 365 días, los nombres de los días están relacionados con elementos de su religión, siendo los siguientes nombres con sus significados: Imix –monstruo de la tierra-; Ik’ –viento-; Akbal –noche-; Kan –maíz-; Chikchán –serpiente-; !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 23 Es el número de días que tardaría el planeta Venus en ser observado desde nuestro planeta, es decir, si observamos a Venus desde un punto fijo cualquiera, tardaríamos 584 días en volverlo a ver en el mismo punto inicial. 24 Se refiere a un evento en el cuál el Sol se sitúa al mediodía a 90º del lugar y no genera sombra, éste evento solo puede ser visto en las latitudes que se encuentran entre los trópicos de cáncer y capricornio. ! #(! Cimí –muerte-; Manik –caza-; Lamat –Venus, estrella-; Muluk –agua, inundación-; Oc –perro-; Chuen –mono, artesano-; Eb –humedad-; Ben – maíz verde-; Ix –jaguar-; Men –ave, deidad de las artes-; Cib –era-; Cabán – tierra-; Eznab –cuchillo de pedernal-; Cuauac –lluvia-y Ahau –señor(Galindo 1994: 51). El calendario civil y el ritual actúan al mismo tiempo, es decir, para explicar su funcionamiento se ha usado un modelo imaginario con engranes que sirven para ilustrar las combinaciones de los días y numerales del calendario ritual con los meses y sus numerales del calendario civil –cómo si fuera un reloj–. Cada día del calendario ritual se asocia con un numeral del 1 al 13, y a su vez se junta el numeral del mes que le corresponda en el calendario civil a éste sistema se le conoce como la rueda calendárica maya (Aveni 1991: 173-176, Marcus 2000: 1519 y Tena 2000: 8-10). En el sistema de la rueda calendárica, los calendarios coinciden en un momento específico, como un calendario es Meses del calendario ritual de 260 días, también llamado Tzolkin. más largo que el otro, se van alejando, pero algún momento vuelven a coincidir y es cuando se ha completado un ciclo o lo equivalente a un siglo en nuestro calendario. El calendario civil, al ser más corto, requiere de 52 años de 365 días para alcanzar al ritual, en tanto que éste ultimo tiene que hacer más vueltas y tarda 73 años de 260 días para que nuevamente partan desde el mismo punto (Galindo 1994, 2000 y 2001). Estos intervalos de tiempo para el cumplimento de un ciclo (algunas veces se menciona como equivalente a un siglo maya) no son únicos de ésta zona, también se empleo éste sistema en otros calendarios mesoamericanos, especialmente los del centro de México, es decir, es un elemento ! #)! panmesoamericano. Este registro puede ser encontrado “entre líneas” en los ordenamientos de fechas encontrados en las estelas, también existe el registro etnohistórico y etnográfico en algunas regiones mesoamericas, como la fiesta de los náhuatl del fuego nuevo (Broda 2000: 49-52). ! Modelo imaginario con el que se explica a manera de engranes la forma en la que se combinan los numerales del 1 al 13 con los meses del calendario sagrado de 260 días al mismo tiempo con los numerales y meses del calendario civil de 365 días. Los modelos presentados como engranes que combinan fechas de meses entre uno y otro calendario a menudo se ha representado como un conjunto de tres engranes que combinan meses del civil con meses del sagrado para realizar combinaciones en la llamada cuenta corta. Debido a confusiones de públicos no especialistas en el tema sobre si este sistema existió en algún contexto arqueológico o histórico, señalo que no, es simplemente un recurso didáctico usado por los investigadores para ejemplificar las formas en las que uno puede imaginarse su funcionamiento. Para ordenar éste ciclo, se utilizó el sistema vigesimal descrito en el inicio del capítulo, ahora veamos como funciona éste valor posicional. Imaginemos cinco espacios verticales, el primero de abajo hacia arriba ! #*! corresponde a los días o K’in y va de 0 a 19, el segundo corresponde a los meses o Uinal y son 20 kines, el tercero corresponde a los años o el Tun y son 18 Uinales, el cuarto corresponde al Katún que son 20 Tunes y el ciclo o el Baktún que son 20 Katunes, su equivalencia en días es como se ilustra con sus respectivos glifos en la siguiente tabla: Según el lugar en donde tengamos el conjunto de barras y puntos, sacamos su valor (es decir, su equivalencia en unidades) y lo multiplicamos según la posición en la que se encuentre en la tabla (si se encuentra en la segunda se multiplicará por 20, en la tercera por 360 y así sucesivamente). Con éste sistema se han podido registrar fechas muy extensas en cuanto a ! $+! años y miles de años25 como lo muestra en la ilustración (Aveni 1991: 172176, Ayala 1995: 397-401, Galindo 1994: 53, Marcus 2000:5-18). Esta capacidad de presentar fechas tan lejanas se ha propuesto como un recurso retórico en el cual, muchas de las élites mayas que plasmaron semejantes cantidades, lo hacían para indicar que su asociación con ellas era una forma de legitimar su posición social, vinculándola con relatos míticos tan antiguos como para indicar que fueron los primeros, incluso a veces, señalando ser anteriores a muchas otras deidades. Su equivalente sería similar a expresar la frase de “tan antiguo como el tiempo mismo”. Ejemplos de éstos casos los podemos ver en la Estela 10 de Tikal como señala el dibujo, o la Estela 1 de Cobá. El calendario maya no sólo fue usado para regular las actividades sociales y el registro de acontecimientos históricos, también fue un recurso para la actividad astronómica y/o religiosa. Existen y existieron códices en los cuales se plasmaron el curso de algunos astros, se establecieron almanaques astrológicos 26 , adivinatorios y rituales mitológicos como lo demuestran los códices prehispánicos del Dresde, Madrid o Trocortesiano y Paris (Bricker 2011). Estela 10 de Tikal con una cuenta superior a los cinco millones de años. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 25 Aunque también existe el registro arqueológico usando éste sistema (el de cuenta larga) de un evento sucedido hace cinco millones de años, ésta fecha se encuentra en la Estela 10 de Tikal. Véase Marcus 2000: 16. 26 Un calendario con pronósticos de los sucesos terrestres a partir de la posición de algunos astros, estrellas y constelaciones. ! $"! Otro aspecto propuesto sobre el calendario maya es su versatilidad para las actividades agrícolas. Autores como Aveni y Hartung (1991) afirman que muchas de las fechas presentadas por las estructuras mayas tienen relación con eventos agrícolas, especialmente con la siembra del maíz y el movimiento del Sol (Aveni 1991: 68 y Sharer 1988: 141). El calendario maya es tan complejo en su funcionamiento que se repite en toda el área geográfica abarcada por los mismos, tomar como cierto el argumento que su origen es puramente agrícola puede resultar problemático, debido a que las fechas de siembra y sus ceremonias rituales varían según las regiones del área maya, la cual fue y sigue siendo diversa. Esta información se sustenta en fuentes arqueológicas, etnográficas y coloniales, ya que el clima afecta de maneras diferentes a los altos de Chiapas y Guatemala comparado con las tierras cálidas del norte de Yucatán. Sin embargo, negar la relación tan estrecha entre los calendarios y las prácticas agrícolas entre los mayas resultaría catastrófico, ya que entre las funciones prácticas del calendario maya se encuentra la regulación de la temporada de siembra27 -tumba, roza y quema-, principalmente del maíz usando la cuenta ritual de los 260 días que se mantiene presente hasta nuestros días (Tedlock 1991), tomando en cuenta que ésta cuestión todavía se mantiene polémica y lo que se ha presentado son una serie de propuestas. Estos sistemas calendáricos no desaparecieron con la llegada de los conquistadores, muy a pesar de los sistemas occidentales de medición del tiempo impuestos. Ya sea en la clandestinidad de las cuevas o de la selva, a través de la memoria histórica o en narraciones mitológicas, la mayor parte de ese conocimiento perduró y se fue adaptando a las necesidades de su tiempo, aspecto en el que profundizaremos en el Capítulo IV tanto en los tiempos de la colonia, de las independencias como de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 27 ! Para mayor información consultar Capítulo IV.2. pág. 81. $#! ! ,-./0123456!" Principales zonas culturales del territorio mesoamericano (tomado de Arqueología Mexicana, 2000). ! Ilustración 2 Dibujo de la Estela 29 de Tikal, Guatemala (www.latinamerican studies.org 2009). ! $$! ! ! ! F*$/03-,"G+';'H$C)3-*)/'C-I-/')+'/$'J-3"-+0)'()'K,-#)L-M<'?N-30)'()*'J-*&3'+EC)3",&6',-(-' $+-'3)N3)/)+0-'-'$+-'()"(-('&'-'$+-'8-,)0-'()'*-'C"/C-'()"(-(<' ! ! $%! ! Ilustración 4. Sitio arqueológico de Izapa al sur de Chiapas en México es un lugar donde se ha propuesto el origen del punto de partida o día de inicio en el calendario maya, según su latitud geográfica y su temporalidad del Preclásico. Foto Orlando Casares. ! $&! EL CALENDARIO MAYA Y LAS ORIENTACIONES DE ESTRUCTURAS En el presente capítulo, haremos una vinculación entre los sistemas numéricos contenidos en el calendario y una de las principales propuestas en torno a su relación con algunas de las estructuras arquitectónicas de los mayas, especialmente de los llamados observatorios astronómicos. Como se mencionó, la astronomía es la piedra angular de los calendarios (que regulan la actividad agrícola y a la sociedad) y el calendario maya no pudo ser la excepción. Para poder precisar el movimiento de los astros es necesario tener un lugar de observación como punto fijo, pudiendo ser uno tan simple como una colina lo suficientemente alta para poder observar todo el horizonte (Cossard 2010). Para la realización de las observaciones astronómicas, basta con mirar con detenimiento a la bóveda celeste durante la noche y se podrá ver como es que la mayoría de los astros visibles a simple vista, se mueven mientras transcurre el tiempo. En el día el Sol da la apariencia de rodear el cielo desde que aparece hasta que se oculta. En todo éste proceso, el observador se podrá dar cuenta de que el cielo está en constante movimiento. Cuando pasa una cantidad considerable de tiempo, el observador ya se habrá percatado de que algunos astros vuelven a posicionarse en el mismo lugar en donde los observó las primeras veces, especialmente cuando se tiene un punto fijo en donde observar (Aparicio 1994). En el Medio Oriente para el siglo X aproximadamente y posteriormente en el siglo XI en Europa, se comenzaron a utilizar dispositivos mediante los cuales se realizaron observaciones astronómicas con mayor precisión, éstos aparatos son conocidos como los telescopios, astrolabios, etc. Erróneamente algunos imaginan que fue a partir de ese momento en donde la astronomía cobró un papel relevante y que los avances en materia astronómica se pueden medir tomando ese momento como una referencia única. En el continente americano no se necesitaron éstos dispositivos para observar al cielo. En cambio, se utilizaron otros métodos y técnicas en apariencia rudimentarias, pero si examinamos toda la evidencia reunida hasta nuestros tiempos, nos percataremos que la complejidad de las observaciones astronómicas a simple vista, requirieron de otros mecanismos ! $'! igual de efectivos para la vigilancia celeste y de gran capacidad de abstracción, necesaria para la producción de asombrosos cálculos astronómicos (como los vistos en los códices) y matemáticos. A lo largo de la historia de las regiones contenidas en el área maya, han existido personas que no consideran que una tecnología utilizada por los métodos europeos y/o asiáticos así como los dispositivos de observación mencionados fuera capaz de producir semejantes avances. Hoy en día también existen individuos que piensan que el resultado de ésta evolución intelectual fue el resultado de otros factores ajenos a la capacidad de la etnia en cuestión, (debido a las fantasías de productores cinematográficos, falta de información e interés en el tema y la idealización cultural con fines comerciales). La falta de comprensión de éste problema, en donde no se entienden los sistemas culturales que se encuentran en su propio contexto de su religión, cosmogonías y mitología, hace que se generen respuestas sin sustento sobre el desarrollo de éstos aspectos intelectuales, en nuestro caso de los mayas prehispánicos y contemporáneos. Escritores, productores de televisión, psíquicos e incluso algunos autodenominados investigadores “independientes”, han atribuido el desarrollo de la cultura maya (y de otros pueblos mesoamericanos) a viajeros del espacio de planetas distantes, a visitas de habitantes de continentes lejanos 28 (como los egipcios) o de continentes hundidos entre otras teorías (Aveni 1991:14 y Coe 1980: 13). En la actualidad se esperaría sean reconocidos los logros culturales e intelectuales como un proceso acorde a la capacidad de adaptación propia de los mayas. Aunque éste es un avance, todavía existe otro problema, el cual radica en que éste reconocimiento se le adjudica únicamente al “indio muerto29”, es decir, algunas personas pueden ver y decir con orgullo que éstos grandes logros son parte de los antiguos mayas, y niegan a los actuales mayas como sus descendientes sosteniendo que ya no tienen esa capacidad. En el capítulo IV se demostrará todo lo contrario. Si bien en la edición anterior a ésta, realizada en el 2004 se insistió mucho en el tema, traigo a colación un punto en el cual derivó en una !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 28 Haciendo argumentos sin una sustentación basada en evidencias arqueológicas e históricas, simplemente haciendo uso únicamente de mitos y leyendas. 29 En palabras de Bonfil Batalla (Estrada 2003). ! $(! masificación de movimientos milenaristas con motivo de un error interpretativo que se sacó de contexto y se usó para comercializar el mundo maya con relación al año 2012 como un año en el que se acabaría el mismo y aparentemente predicho por los mayas. Las consecuencias de dichas políticas comerciales, han traído una enorme cantidad de prejuicios, tergiversaciones y especulaciones en torno a éstos temas. En esta obra, seguimos procurando a través de la presente actualización el presentar investigaciones serias con suficientes evidencias arqueológicas, epigráficas, históricas, etnohistóricas y etnográficas en materia de Arqueoastronomía y Etnoastronomía. Dejando a un lado el comentario anterior, regresemos al aspecto metodológico propuesto para medir el tiempo en la sociedad maya prehispánica. El calendario maya es en principio un calendario solar, especialmente en el calendario civil o haab como vimos en el apartado anterior. El Sol define cuatro estaciones en las cuales el clima es diferente, las que conocemos como la primavera, el verano, el otoño y el invierno. El Sol, a diferencia de otros astros, es el más brillante desde la tierra y su movimiento es más preciso y fácil de percibir. En su movimiento diario, cuando aparece, genera una curva o elíptica. Esta elíptica varía según la latitud del observador, en una región como El Ecuador (latitud 0º), el Sol saldrá y se ocultará en una elíptica perfecta haciendo 90º, en alguna región de Mesoamérica a una latitud de 20º, la curva del recorrido diario del Sol tendrá los mismos 20º, tal como lo ilustra la gráfica. ! Movimiento aparente del Sol visto desde diferentes latitudes de nuestro planeta. Tomado del observatorio Griffin, Californa. ! $)! En un año solar, el Sol parece detenerse en cuatro posiciones, las cuales definen a las estaciones del tiempo que se mencionaron, cuando se encuentra a 90º del norte al momento de su aparición alcanza la declinación cero y es equinoccio, esto sucede dos veces al año (el equinoccio de primavera y otoño), en donde los días duran lo mismo que las noches. Después del equinoccio de primavera que es el 20/21 de marzo, el Sol irá avanzando hasta alcanzar su punto más al norte, entonces será el solsticio de verano correspondiente al 21/22 de junio (declinación de +23º 30’), de ahí regresará hasta el equinoccio de otoño el 20/21 de septiembre (nuevamente la declinación cero) y se ira a su punto más al sur y será el solsticio de invierno cuya fecha es el 21/22 de diciembre (declinación -23º 30’), e irá regresando hacia el equinoccio de primavera para volver a iniciar su ciclo, tal como lo muestra la gráfica de la página 14 (Aparicio 1994, Aveni 1991, Galindo 1994 y Mateu 1962). Los mayas se dieron cuenta de éste movimiento y de su importancia, especialmente para la regulación de las actividades agrícolas, y es así como construyeron observatorios y lugares ideales para la observación de estos fenómenos naturales. Estas construcciones tienen la función de marcar los equinoccios, los solsticios, los pasos del Sol por el meridiano del lugar o todos estos eventos en una sola construcción. Con éste principio se establece un calendario solar de 365 días, que es el número aproximado30 de días que tiene el año solar, mismo que lleva la sociedad occidental (y nosotros). También dejaron éstos principios en la misma forma de representar gráficamente al Sol (ilustración 5, basado en Ishihara 2009: 35). Últimamente se ha podido demostrar, realizando mediciones en algunas estructuras de asentamientos mayas que existen alineaciones que hacen referencia hacia eventos astronómicos (Hartung 1982, Aveni 1980a, 1980b, y 1991) y calendáricos (Galindo 1994 y 2001). Una idea que se manejó en los inicios de la arqueoastronomía (y también en la arqueología) por autores 31 como Aveni (1980a y 1991), Andrews (1977), Carlson (1978), Coe (1965) y Hartung (1980) es que a simple vista se puede notar que la mayoría de las estructuras de las ciudades mayas se orientan hacia los cuatro !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 30 Ya que el calendario solar no es de 365 días exactos sino de 365.242 días, tiene unas horas que se van acumulando a lo largo de los años. Nuestro calendario corrige éste error mediante el establecimiento de los años bisiestos a partir de la reforma del Papa Gregorio XIII en 1582 d.C. 31 Hay que aclarar que éstos autores seguían con los conceptos de Thompson de que la sociedad maya era pacífica y sólo observaba a los cielos. ! $*! puntos cardinales. Esta propuesta la apoyan en la cosmovisión cuatripartita maya que se manifiesta en escritos coloniales como el de Landa y de otras fuentes etnohistóricas y etnográficas32. No se puede argumentar que todas las estructuras de los asentamientos mayas se erigieron pensando en su relación hacia los cuatro puntos cardinales, pues en algunas zonas hay estructuras que no presentan ésta alineación, ni que todas se hicieron pensando registrar eventos astronómicos, pues no todas contienen estos eventos33. Tampoco se puede afirmar que no tomaron en cuenta el orientar algunas de sus estructuras hacia eventos astronómicos, pues hay información34 que avala la existencia de tal actividad como lo demuestran las orientaciones de algunas estructuras en varias regiones de Mesoamérica y especialmente del área maya (Galindo 1994). De igual manera, no todas las estructuras prehispánicas de los mayas fueron construidas con el propósito de servir de observatorios astronómicos y los mismos pueden contenerse en templos, palacios, pirámides, arcos, cámaras subterráneas, cuevas y cualquier otra forma constructiva empleada para ese fin. Esto viene a colación como una medida en la cual, el lector entusiasta en realizar éstos trabajos considere la enorme complejidad simbólica de las estructuras, siendo cuidadoso en su análisis para obtener mejores resultados. Un principio común, es que las construcciones orientadas a un cuerpo celeste tienen un punto de observación fijo desde el cuál se puede apreciar a un astro saliendo por algún marcador en el horizonte, siendo los marcadores algunos cerros y/o estructuras35 (Hartung 1980, Galindo 1994, 2001), o en otros casos, el eje de simetría de lugar donde se observa. Este punto de observación es sugerido por marcas en la arquitectura o la disposición de algunos elementos de la estructura, el lugar desde donde se realiza la observación pude ser la entrada de un cuarto, alguna ventana, una banqueta, algún altar, etc. (Casares 2002). La mayor parte de las !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 32 Véase el capítulo IV del presente libro. De hecho éstos eventos astronómicos se registran mayormente en pirámides y templos, muy pocas veces en estructuras de tipo palacio o residencias. 34 La cual se encuentra resumida en los casos mencionados en el apartado II.5. del capítulo II: Estudios arqueoastronómicos en el área maya (pág. 40). 35 Ya sea que el Sol aparezca por encima de la estructura, en alguna de sus ventanas o puertas. 33 ! %+! orientaciones de alguna movimientos del Sol. construcción señalan principalmente los Existen estructuras que señalan la salida de otros astros aparte de nuestra estrella solar más cercana, como es el caso de Venus, cuya importancia no sólo es relacionada con la actividad religiosa sino también con el calendario. Estas construcciones tienen los mismos principios que las que sirven para hacer observaciones solares, como el Palacio del Gobernador (Aveni 1991, Hartung 1982, Segovia 1991 y Sprajc 1996), y en algunos casos, existen edificaciones que sirven para hacer observaciones solares y venusinas como el Templo 22 de Copán (Sprajc 1987-1988). Un evento solar que sin lugar a dudas llamó la atención de los antiguos mayas -y sigue vigente por los mayas actuales- es cuando el Sol pasa por el meridiano del lugar, es decir, cuando el Sol pasa por el Cenit 36. Como vimos en la ilustración del movimiento del Sol, la elíptica va a depender de la latitud del lugar, lo mismo pasa con el evento anteriormente mencionado. El paso del Sol por el cenit sólo ocurre en latitudes que se encuentren entre los trópicos de Capricornio y de Cáncer, y fue un evento que se registró en sus estructuras arquitectónicas mediante orientaciones y observatorios especializados (Casares 2001b). La importancia de éste tipo de eventos radica en el hecho de que sirven para indicar el inicio de la temporada más calurosa y por lo mismo la temporada de lluvias, estos eventos se repiten dos veces al año en el área maya y varían en fechas según el lugar (como ya se explicó con anterioridad). Otro aspecto cultural que se le atribuyó a éste evento es que para los mayas, el segundo paso del Sol por el cenit es el que marca el inicio de su calendario civil. Ésta información procede de fuentes etnohistóricas, ya que Landa menciona que para la época de la conquista, el 16 de junio se iniciaba su año, haciendo la correlación al calendario gregoriano, corresponde a un 26 de junio, fecha en la que ocurre el segundo paso del Sol por el cenit en el norte de la península de Yucatán37 (Casares 2002b: 16 y 17). Este movimiento solar, también fue representado en las páginas 75 y !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 36 Es el punto de la esfera celeste que se encuentra exactamente encima del observador. Este punto hay que tomarlo con reserva, ya que sólo es la única referencia al mismo y en términos etnográficos, muchas localidades, especialmente de Chiapas y Guatemala celebran en diferentes fechas su inicio de calendarios. Es probable que ese mismo sistema pudiera prevalecer durante los períodos prehispánicos, razón por la cual se pide tomar la información con reservas y en espera de nuevas evidencias arqueológicas que refuten o complementen la propuesta. 37 ! %"! 76 del códice Madrid en donde por medio de pies y puntos se hace un conteo calendárico, así como el lugar que ocupan los dioses ancianos al centro representa el cenit y las esquinas de donde parten los pies, el recorrido del Sol de su punto solsticial hacia el cenit (ilustración 8). Existen otro tipo de orientaciones que se pueden apreciar en los observatorios y estructuras con alineaciones astronómicas. Estas orientaciones se llaman calendárico – astronómicas, y tienen como función seguir, coordinar y calibrar directamente el calendario civil y ritual con el movimiento del Sol y de otros astros, a través de los principios aritméticos y numéricos del calendario38 (Galindo 1993, 1994a, 1994b, 2000a, 2000b y 2001). Y las mismas, parecen ser una respuesta a la discusión de cómo ajustaban su calendario con respecto al movimiento del Sol sin el principio del año bisiesto. En los inicios de las investigaciones arqueoastronómicas, existía la discusión sobre la presencia de algunas alineaciones solares en estructuras que indicaban fechas sin aparente importancia astronómica, tales como el 9 y el 29 de abril, el 2 de septiembre o el 4 de marzo entre otras, por lo que se trató de interpretarlas según los calendarios agrícolas mayas actuales 39 y luego se procedió a agruparlas según la tendencia de la alineación que presentaran los ejes de las estructuras (Aveni 1980b), pero esos criterios clasificatorios no respondían a las fechas que se presentaban. Según éstos criterios, en cuanto las fechas que presentaban, su explicación tenían como crítica que las propuestas no eran válidas para toda el área maya, ya que aunque para ese tiempo (en los años ochentas del siglo XX) éste tipo de alineaciones solares y sus fechas aparecían en diversos sitios del área maya y en algunas otros sitios del área mesoamericana. Etnográficamente, no todas las etnias mayas y las de otras regiones de Mesoamérica tienen las mismas fechas para sus calendarios agrícolas y su significado difiere en algunas casos. En el caso de clasificar las orientaciones según la dirección que presentan los ejes centrales de las estructuras prehispánicas, su crítica radica !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 38 Estas orientaciones fueron descubiertas y llamadas calendárico – astronómicas por el arqueoastrónomo e investigador mexicano Jesús Galindo Trejo. 39 Especialmente los pertenecientes a los mayas provenientes de la región central de Guatemala, véase Aveni 1991: 275-277. ! %#! en que justamente no se está tomando en cuenta la inclinación del Sol, lo cual afecta a las fechas que usemos, puesto que no serán las mismas y dependerán del lugar de observación. Esto se debe a que el Sol tiene un movimiento en forma de elíptica y su inclinación es igual a la latitud del lugar, es decir, si nos encontramos en Izapa, la latitud del lugar es de 15º, y su inclinación será de 15º respecto al cenit (vertical a 90º). Debido a toda ésta problemática, las alineaciones calendárico – astronómicas, tienen como propuesta la clasificación de eventos astronómicos según los principios del calendario mesoamericano 40 . Este criterio no sólo puede ser usado para las estructuras astronómicas del área maya sino de toda el área mesoamericana. Como se mencionó al principio del capítulo, la principal aportación de la astronomía es el calendario y en las siguientes líneas veremos como funciona éste criterio con relación al calendario maya. Pongamos como fecha de partida según nuestro calendario al 29 de abril, usando como ejemplo la alineación de la fachada oeste del Templo Redondo de Mayapán que ocurre en la misma fecha. Al llegar la fecha mencionada, desde el eje central de la entrada poniente del Templo Redondo podemos observar una hora antes del atardecer que el Sol se encuentra entre las dos jambas de la entrada (en el eje central) iluminando de manera directa al templo y a su entrada. Al dirigirse el Sol hacia su punto más al norte que es el solsticio de verano (el 21 de junio), transcurrirán 52 días y cuando regrese el Sol al punto de observación será un 13 de agosto, transcurriendo otros 52 días (Galindo 1994a: 143 y 1994b). Nótese que los intervalos de días entre una fecha y otra con respecto al evento solar del solsticio de verano es de 52, número que nos recuerda la cantidad de años solares o civiles que se necesitan para completar un siglo maya. Pero eso no es todo, si partimos de la segunda fecha en la que el Sol se alinea con la estructura, el 13 de agosto, y contamos el número de días que se necesitan para llegar nuevamente al 29 de abril, veremos que es de 260 días, es decir, el número de días que tiene el calendario ritual. De ésta forma, vemos que con éste sistema, podemos llevar la cuenta dentro del calendario civil de 365 días al calendario ritual de 260 días. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 40 Que es igual en forma, como ya se mencionó, se conforma de dos calendarios, uno ritual de 260 días y otro civil de 365 días. La aritmética es la misma, sólo cambia su significado cultural. ! %$! Otro aspecto interesante del sistema propuesto por Jesús Galindo, es que tiene como pivote a un evento solar, como es el caso del solsticio de verano y propone que el inicio de la cuenta no es el 29 de abril sino el 13 de agosto, ya que es la fecha que según la correlación GMT tiene como origen el punto de partida de los mayas como se mencionó en un principio -13 de agosto-. Pero ésta no es la única fecha que contiene tal información y explicación, al respecto se han encontrado en el área maya tres tipos de fechas 41 a las cuales les llamaremos familias, según las fechas a las que correspondan. Otra familia encontrada de fechas con el mismo sistema corresponde a las estructuras alineadas al Sol el 12 de febrero y del 29 de octubre. El sistema es el mismo, pero con dos diferencias: el evento solar usado como pivote es el solsticio de invierno, ya que del 29 de octubre al 21 de diciembre transcurren aproximadamente unos 52 días, y del solsticio de inverno al 12 de febrero transcurren otros 52 días, teniendo que pasar 260 días de ésta última fecha hasta el 29 de octubre para repetir el ciclo. Una característica de ésta familia, es que se encuentra mayormente en los sitios del altiplano central durante el Postclásico, como caso más emblemático se encuentra en el Templo del Sol en Malinalco42, cuyo eje de simetría se encuentra alineado con la salida el Sol en tales fechas. Con éstas dos familias de alineaciones, ya tenemos una idea de cómo el año solar puede calibrar al año sagrado en funciones aritméticas exactas, pero no son las únicas familias ni en el área maya ni en el resto de Mesoamérica. Existieron otras dos con un sistema diferente al anterior, con sus diferencias y similitudes. Entre las similitudes se encuentra el uso de eventos solares como pivote, siendo los mismos que los anteriores, el solsticio de verano y el solsticio de invierno. Otra parecido es que dividen al año en porciones iguales dentro de los intervalos del calendario y aritmética !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 41 Hay que aclarar que éstas fechas no son exclusivas del área maya, de hecho se encuentran en toda el área mesoamericana. Del mismo modo que se comparte un calendario, se comparte un sistema de calibración y coordinación proporcionado por la astronomía, recalcando que su significado dependía de la cultura de cada etnia. 42 Perteneciente a la cultura Azteca, en el postclásico. El templo era considerado como un santuario para las tropas de élite aztecas, es decir, para los guerreros tigre y jaguar. Al mismo tiempo, las fuentes etnohistóricas e históricas señalan al 2 de febrero como su inicio de año, que al hacer el ajuste a nuestro calendario gregoriano, correspondería con el 12 de febrero (Galindo 1994: 129 y 130). ! %%! maya. Las diferencias radican en las proporciones de división de días y las fechas del calendario, veamos como funcionan éstas diferencias: Las fechas en las que ocurre éste sistema son la familia del 9 de abril y 2 de septiembre y la familia del 9 de octubre y 4 de marzo. En el primer caso, del 9 de abril al solsticio de verano hay un lapso de 73 días, el mismo lapso se repite del solsticio de verano al 2 de septiembre y tendrán que pasar tres períodos más de 73 días (219 días) para completar el ciclo, que justamente es de 365 días. De la misma forma ocurre con la otra familia, pero el evento solar que sirve de pivote cambia, partamos del 9 de octubre, deberán transcurrir 73 días para llegar al solsticio de invierno y otros 73 días para llegar al 4 de marzo y de ahí deberán pasar otros tres períodos de 73 días para completar el ciclo del calendario solar de 365 días. En éstas familias de alineaciones, vemos que el número 73 representa dentro de la aritmética del calendario maya, el número de vueltas o años del calendario ritual o sagrado de 260 días para alcanzar al calendario civil y completar el siglo maya (que equivale a 52 años de 365 días), así como 73 representa el único número en que puede ser divisible el año trópico de 365 días. Otro de los puntos interesantes de ésta familia ocurre cuando a éste período de 73 días lo multiplicamos por ocho y obtenemos la cantidad de 584 días que es justamente el período sinódico de Venus 43. Los mayas describían el movimiento de Venus en sus escritos conocidos como códices, con ésta alineación vemos como es posible observar el movimiento de Venus usando al Sol y su movimiento como referencia (Galindo 1994ª, 2000 y 2001). La asociación del Sol y su movimiento con el planeta Venus no sólo existe a través de éstas alineaciones, sino que también se puede apreciar en el Códice de Dresde. Según Merideth Paxton, el Códice de Dresde señala entre su iconografía, una serie de numerales para predecir las apariciones y desapariciones de Venus. Según la autora, aquí se incorporan los intervalos solares ya que en su análisis se dio cuenta que la proporción en que se expresa las líneas de 2,920 días, existen cinco períodos sinódicos de Venus, cuya equivalencia es de ocho años solares, es decir 365 x 8 = 2,920 y que justamente las apariciones de Venus coinciden en los solsticios, mayormente con el de verano (Paxton 2001: 108-116). Esto se ubica según !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 43 Es decir, el tiempo que necesitamos para volver a ver a Venus completar su ciclo (visto desde la tierra.) En términos astronómicos el período sinódico de Venus es de 583.92 días. ! %&! la investigadora, en las páginas 4 y 5 del mismo códice como se presenta en la imagen: Aquí vemos como éstas dos clases de familias sirven para dividir al año en proporciones que van de acuerdo al número de días de los calendarios civil y ritual, de ésta manera, mediante al menos una de éstas estructuras, es posible seguir y coordinar el calendario maya, tanto el civil de 365 días con el ritual de 260 días, así como también calibrar el movimiento de otros astros como Venus con el movimiento del Sol, especialmente en las últimas familias con intervalos de 73 días. Pero, ¿por qué sería necesaria la calibración, año con año, de los dos calendarios que conforman al calendario maya? El año trópico44 es de 365.242 días y el anomalístico 45 de 365.25964 días, en ambos casos no tenemos la duración de 365 días en términos exactos. Los romanos (calendario juliano) intentaron corregirlo mediante un ajuste de 0.25 días a cada año, pero como vemos en ambos casos hay pequeñas diferencias que hacen que se adelante y/o retrase el Sol año con año. Más adelante, el Papa Gregorio XIII corrigió el problema en 1582 con la aparente solución de agregar un día en todos los años que sean divisibles por cuatro, exceptuando los años seculares o los finales de siglo que no sean !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 44 45 ! Es el tiempo que transcurre entre los dos equinoccios. Es el paso sucesivo de la Tierra por su perihelio %'! divisibles entre cuatrocientos, a los que se denominaron como bisiestos46. De ésta forma, nuestro calendario occidental, llamado gregoriano, corrige ésta diferencia. Los mayas no utilizaban años bisiestos en sus calendarios47, por lo que muchos investigadores ignoran como corregían éste problema y hay quienes consideran que el calendario maya se atrasaba con respecto al movimiento del Sol. La propuesta es que éste tipo de alineaciones, las que se denominan calendárico – astronómicas, pueden coordinar el movimiento del Sol, año con año, con sus calendarios civil y ritual, y en otros casos, coordinar el movimiento del Sol con el de otros planetas como Venus, según los principios aritméticos del calendario maya. De ésta manera entendemos el lado práctico de la astronomía empleada por los mayas. ! Ejemplo de una familia de alineación calendárico - astronómica con fechas 9 de octubre y 4 de marzo en la Estructura C4-A de Oxkintok, donde se puede observar como su eje de simetría apunta a esas fechas y permite la observación solsticial así como de Venus en su extremo sur. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 46 Información tomada del Anuario Astronómico Nacional que publica el Instituto de Astronomía de la UNAM, en los años 1999, 2000, 2001, 2002 y 2003. 47 Sólo existe una mención en la obra de Landa, pero en su contexto literario se entiende que el autor estaba tratando de comprender el sistema calendárico de los mayas usando una lógica propia y no la de la cultura en cuestión. La evidencia arqueológica hasta el momento de la publicación, no ha revelado ningún uso del sistema del año bisiesto de forma explícita por lo que asumiremos que para los mayas, no utilizaron dicho sistema para corregir el error del desfase de su calendario con el movimiento del Sol. ! %(! Para finalizar con éste capítulo, presentamos un cuadro que clasifica a éstas alineaciones calendárico – astronómicas, de acuerdo a las familias de fechas y sus intervalos de tiempo Clasificación de alineaciones solares y calendárico - astronómicas, con las fehcas y algunos ejemplos de donde ubicarlas. ! %)! Ilustración 5 Representación de la deidad solar, la cual se caracteriza por llevar entre sus ornamentos un glifo en forma de flor con cuatro pétalos o cinco puntos que representan el movimiento del Sol Ilustración 6. Representaciones del glifo solar. En todas ellas se puede notar un signo en forma de flor con cuatro pétalos y algunas veces con un punto al centro. Cada una de las esquinas representa la posición solsticial y el centro el cenit. ! ! ! %*! ! ! Ilustración 7. Incensario con el medallón solar en su pecho. Procedente de Mayapán, México y es parte de la colección del Museo Regional de Yucatán Palacio Cantón. Foto de Orlando Casares. ! &+! ! Ilustración 7. El palacio del Gobernador en Uxmal, cuyo eje central apunta hacia la salida del extremo sur de Venus. Fotografía de Edward Kurjack. Ilustración 8. Diagrama del Códice Madrid donde se ilustra el movimiento del sol en sus recorridos hacia el cenit, representado por un árbol y los dioses ancianos de la creación (Lee 1985) ! &"! ! CAPITULO II. ASPECTOS SOCIOCULTURALES DE LA ASTRONOMIA MAYA “El cielo se vinculaba a casi todos los aspectos de la cultura; por consiguiente encontramos a la astronomía entretejida con el mito, la religión y la astrología. Tanto confiaban en el Sol y la Luna que los deificaron”. Anthony Aveni 1980: 23 La astronomía no sólo se limita al tema de los calendarios, ésta actividad se encontraba rodeada de otros aspectos culturales tales como la mitología (religión, mitos de creación, dioses, etc.), la actividad bélica, rituales, legitimación de poder y puntos prácticos como el uso del conocimiento astronómico para la planeación y construcción urbana de un asentamiento. La astronomía, como otros aspectos culturales, jugaba un papel importante en la sociedad, tan importante como los aspectos económicos, y políticos de los mayas. Hay que recordar que el fenómeno social de la observación de los cielos no es exclusivo de los mayas (tanto en la antigüedad como en el presente) sino que se repite en otras regiones. El área cultural conocida como Mesoamérica. Los elementos encontrados en los asentamientos, tales como su arquitectura y la función social de sus estructuras, así como también los aspectos mitológicos, bélicos, rituales, etc. se repiten de una manera similar en el área mencionada48 (Casares 2002: 67). En muchos casos, es a través de analogías entre dichas áreas culturales de la región mesoamericana con las que se sustentan algunas de las propuestas que veremos a continuación, tomando como un punto clave para nuestro análisis el concepto de núcleo duro, acuñado por Alfredo López Austin con el cual señala que a pesar de las diferencias encontradas en cada uno de los !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 48 ! Tal como sucede con las alineaciones calendárico – astronómicas. &#! grupos culturales que componen Mesoamérica, existen afinidades compartidas que no sólo son comunes a éstos grupos, sino que también perduraron con el tiempo y la conquista (López 2001: 48 – 52). En otros casos, parte de las metodologías empleadas para los siguientes apartados, se fundamentan en analogías con las etnografías de los pueblos mayas de inicios del siglo XX ycontemporáneos, en los que se siguen respetando muchos de sus principios sociales basados en la observación de la naturaleza, incluyendo a la bóveda celeste y sus elementos (Casares 2014). Ilustración 9. Plato polícromo con representación del glifo estrella. Procedencia desconocida, colección Palacio Cantón. ! &$! LA ASTRONOMÍA Y LA MITOLOGÍA Dentro de la actividad que llamamos astronomía, ésta no se fundamentaba en explicaciones de tipo “científicas” como las que existen en la actualidad. La observación del cielo en Mesoamérica se involucraba y se vinculaba con muchos aspectos de la cultura maya, en éste caso dentro de la estructura ideológica de dicha sociedad. Es así como la astronomía maya se encuentra estrechamente relacionada con los mitos y la religión, de modo que lo ideal sería nombrar a esta actividad como astrología 49 de tal forma que éste conocimiento servía para explicar el universo de los rodeaba, incluyendo los eventos astronómicos (Eliade 1994: 101 y Lacadena 2002: 178). Los mitos son también un recurso de la identidad de un grupo cultural, con el cual van reproduciendo la misma a través de narraciones sobre su entorno, éstos relatos mitológicos no son inocentes ya que están cargados de una esfera moral en la que también se reproducen sus valores ideológicos no sólo sobre el orden del universo, sino sobre las formas correctas e incorrectas con las que se ejerce el mismo orden. Es por excelencia, un reproductor de la cultura (Casares 2014: 41, Krader 2003: 61, López 1996: 78 – 81 y Portal 1994: 165). Sobre éste punto, se pueden realizar explicaciones astronómicas sobre algunos mitos de la sociedad maya. El investigador polaco Stanislaw Iwaniszewski propuso una serie de puntos en donde define los elementos principales que contienen los mitos. Su trabajo es en principio ajeno al área maya, pero podemos tomar su modelo para aplicarlo al análisis de algunos mitos mayas. Los elementos que el propone como parte de un mito son: • El reflejo de acontecimientos históricos. • La explicación a un nivel popular de todo el universo. • La explicación a nivel esotérico del funcionamiento del universo. • Un medio que facilita ideas de suma importancia • El reflejo y/o explicación de las revoluciones científicas de los astros (Iwaniszewski 1986: 103). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 49 Que es un sistema de fundamentos subjetivos, es decir no científicos, con los que se pretende explicar el carácter y comportamiento humano, tomando como base las posiciones de los astros en el cielo. ! &%! El estudio que realiza Iwaniszewski es sobre como podemos asociar el mito de Quetzalcóatl con el movimiento de Venus, de tal modo que la vida de éste héroe mítico sirve para explicar las apariciones matutinas como vespertinas del astro. En su modelo, propone que hay que buscar en el registro arqueológico, apoyado en fuentes históricas, etnohistóricas y etnográficas la relación de los personajes o elementos que intervienen en el mito y si se relacionan con algún astro. De aquí partimos para analizar de que manera el comportamiento de éstos personajes o elementos, nos recuerdan las principales características con el astro asociado (Iwaniszewski 1986). Aunque éste mito no sea del área maya, su modelo de interpretación puede ser usado para otros relatos, como los mitos mayas, tal como el de la creación (de procedencia Quiché) del Popol Vuh. En éste caso citaremos el trabajo de Dennis Tedlock en donde analiza uno de los relatos contenidos en éste libro que se trata de los hermanos Uno y Siete Hunahpú, y de los hijos de Uno Hunahpú, es decir, de Hunahpú e Xbalanqué 50 con las apariciones de Venus por las mañanas y por las tardes. Otra versión un poco más reciente, elaborada por Oswaldo Chinchilla (2011) sobre las cualidades astronómicas de los héroes gemelos citados en el Popol Vuh, son su asociación con el origen del maíz, el sol y la luna. A partir de su análisis iconográfico de vasijas provenientes en su mayoría de la colección del fotógrafo Justin Kerr, en las que relaciona las travesías de los gemelos por el inframundo hasta el momento en que fueron ascendidos a los cielos como Sol y de la Luna, explicando así el ciclo de los astros con la mitología y como éstos son igualmente importantes para los ciclos del maíz en sus diferentes etapas (Chinchilla 2011: 103 – 108). En su análisis, compara el tiempo y acción de los personajes principales (los gemelos Uno y Siete Hunahpú, y los hijos del primero) con las apariciones de Venus. Menciona también de que manera actúan los dioses “Corazón del Cielo” y “Siete Guacamayo” que son Hurakan (o el Huracán) y los Terremotos, los cuáles son causados como movimiento del gran lagarto Zipacná, algunas de éstas deidades están asociadas a elementos terrestres y otras a constelaciones de gran visibilidad en latitudes tropicales (Chinchilla 2011 y Tedlock 1991). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 50 Hunahpú es conocido como el Sol (deidad masculina) e Xbalanqué como la Luna (deidad femenina). ! &&! En el mito, se narra de cómo los gemelos jugaban a la pelota (el juego de pelota) y fueron llamados al territorio de Xibalbá (el inframundo) a jugar la pelota, como fueron derrotados, fueron asesinados y enterraron la cabeza de Uno Hunahpú, de la cuál salió un arbol. Una mujer, hija de los señores de Xibalbá, queda embarazada cuando la calavera de Uno Hunahpú le escupe51 en la mano y queda embarazada de gemelos (Hunahpú e Xbalanqué). Los gemelos, al pasar el tiempo, deciden jugar a la pelota y después de un tiempo son descubiertos y llamados a jugar contra los señores de Xibalbá, en ésta ocasión, los señores de Xibalbá son derrotados (Recinos 1984: 2399). Hunahpú e Xbalanqué reaparecen, victoriosos, pero en ésta ocasión, es una zarigüella la que acompaña a los héroes, haciendo cuatro surcos en el cielo. Más adelante, éstos héroes desafían al “Corazón del cielo” o “Hurakan" conocido como Siete Guacamayo, le tienden una trampa y cae al suelo. Luego desafían a Zipacná (representando al terremoto), puesto que había matado a “Puñado de Muchachos” o “Cuatrocientos Muchachos”. Luego de vencer a Zipacná y dejarlo en la tierra, fueron liberados los “Cuatrocientos Muchachos”, quines aparecen cada noche. Zipacná cuando se acuerda de su derrota, trata de salir a buscar a sus opositores, pero sólo logra moverse sin poder salir, causando destrucción y caos. Al mismo tiempo, los 400 guerreros formaron con sus almas las estrellas del firmamento (Recinos 1984: 103-158, Chinchilla 2011: 188 – 190). Forma completa para referirse a Venus En ésta primera parte, la historia compuesto por los glifos de Chak (rojo/grande) Ek (estrella), que juntos se pueden referirse de los primeros gemelos, su derrota, la como la gran estrella o la estrella roja. descendencia de uno de ellos (aparición de otros gemelos) y como éstos últimos (siendo un hombre y una mujer) derrotan a los señores de Xibalbá, muestran una explicación mitológica de cómo ocurre el movimiento de Venus y sus intervalos en días. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 51 Según el relato, el escupitajo es un símbolo para el semen, cuya importancia ritual dentro de las ceremonias mayas yucatecas es sagrado, ya que es un símbolo de la fertilidad de la tierra, que asegura el bienestar de las cosechas. ! &'! La propuesta es que los gemelos representan a Venus (Tedlock 1991) quizá en su máxima posición extrema, norte y sur52. En el caso de los primeros gemelos, se podría estar haciendo relación a las posiciones de Venus en el oriente, cuando los gemelos bajan al territorio subterráneo de Xibalbá a jugar la pelota durante ocho días, se refiera al período en que Venus desaparece como “estrella matutina (Tedlock 1991: 164-166)53”. ! Cuando mueren los gemelos, aparecen los hijos de uno de ellos, que regresan a Xibalbá y vuelven a aparecer, victoriosos pero con otra apariencia para poder enfrentar a otros dioses. Aquí se refiere a que Venus reaparece como “estrella vespertina”, baja y regresa a otra de sus posiciones, según la historia, los gemelos vuelven a aparecer, pero de otra manera, con otro aspecto. En el caso de Hunahpú, aparece como el Sol y de Xbalanqué como la Luna (Tedlock 1991: 168 y Chinchilla 2011: 129). Posteriormente en el texto, nos habla sobre como se relacionaban algunas constelaciones con la posterior historia de los gemelos. Cuando los gemelos se enfrentaron a Huracán, hacen la relación de éste personaje con el nombre de Siete Guacamayo, al derribarlo de un árbol, hay quienes asocian la caída de Siete Guacamayo con el descenso de la constelación de la Osa Mayor (Tedlock 1991: 169). Cuando derrotan a Zipacná, los gemelos liberan a los Cuatrocientos Muchachos (o Puñado de Muchachos), a lo cual, el mismo autor hace referencia a lo que los Quichés consideran como Motz que significa puñado de estrellas, en referencia a la constelación de las Pléyades (Tedlock 1991: 171). En otras versiones más conservadoras, simplemente se asume que el puñado de muchachos es alusivo a la mutitud de estrellas de la bóveda celeste (Chinchilla 2011: 190). Otro aspecto alusivo a las historias narradas sobre los héroes gemelos del Popol Vuh y su asociación con ciclos celestes, está envuelta en su iconografía con relación a objetos celestes representados como animales. En una de las escenas de la colección de Justin Kerr, se puede apreciar a uno de los héroes con una cerbatana apuntándole a Siete Guacamayo. Si bien el ascenso a los cielos de ambos héroes ha sido tomado como la aparición del !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 52 En donde muchas de las estructuras que han sido identificadas con Venus y presentan alguna alineación con el astro, mayormente es cuando se encuentra en sus posiciones extremas, tanto la posición norte como el sur así como también en sus apariciones matutinas y vespertinas. 53 Haciendo la distinción que es un planeta y no una estrella, aunque en muchas culturas se cree que es una estrella. ! &(! Sol y la Luna, en uno de los vasos aparece un escorpión en la misma escena siendo el vaso K1226. El investigador Alfonso Torres, ha señalado que ésta imagen corresponde al escorpión celeste y una de sus atribuciones en la escena pudiera ser la salida de Venus al poniente, momento en el que llegada la noche es derribado Itzam Yeh –o Siete Guacamayo- (Torres 2002: 143 y 144). Si bien algunos astrónomos aseguran que puede tratarse de la constelación del escorpión, Torres utiliza a la información epigráfica para consolidar su propuesta, ya que Venus también tenía una fuerte relación con el Sol y el maíz 54 . Iconográficamente, es común ver algunas representaciones del dios del maíz dentro el glifo de estrella y en la parte baja una cola de escorpión que emerge, tal como lo muestra el plato de la colección fotográfica Kerr, el K4565. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 54 Tal como se mencionó en el Capítulo I, segundo apartado, en donde una de las familias de alineaciones calendárico – astronómicas es usada para calibrar el movimiento del Sol con el período sinódico de Venus usando el mismo mecanismo y las mismas fechas presentadas. ! &)! No remitiéndose a éste único dato, nos señala que en la página 46b del códice de Dresden, justamente en una de las secciones señaladas como las Tablas de Venus, en una de sus menciones, la referencia es como el “asentamiento al poniente de Sinan Chaak Ek”, recordando que en maya yucateco Sinan significa escorpión o alacrán, mientras Chaak Ek hace referencia a Venus como “la estrella roja” o “la gran estrella” (Torres 2002: 126 – 131). Esto mismo se ilustra en la siguiente imagen. Otro de los libros mayas que contienen relatos es el Chilam Balam, el cual, más que una serie de historias, es un libro con un contenido profético – esotérico. En el escrito nos encontramos con latinismos que son muestra de la influencia europea, debido a que se escribió durante la época colonial. Aquí haré una breve mención del trabajo de Maria Montoliu sobre el contenido cosmológico en el Chilam Balam de Chumayel. La autora estudia el contenido del Chilam Balam de Chumayel, específicamente a los relatos conocidos como “el ritual de los ángeles”, “la creación del uinal”, “una canción de los itzaes” y “la creación del mundo”. En el primero de los relatos, en el cuál Montolui menciona que se trata de ! &*! una teogonía, es decir, se trata sobre el origen de algunas divinidades propias de los mayas (Montolui 1991: 154). El texto comienza narrando como el Gran Padre (en alusión a Dios) despierta de una piedra y toma conciencia de su divinidad, y de ésta forma, va creando al universo en diferentes tiempos (Katunes), junto con la ayuda de la Gran Madre Tierra, llamada Itzam Cab (Montolui 1991: 154). Itzam Cab es una divinidad mencionada en los libros del Chilam Balam. De manera simple y somera podríamos referirnos a un dios relacionado con la tierra. En un análisis más detallado, el investigador Edmundo López de la Rosa nos menciona que al realizar un examen minucioso de su significación lingüística y apoyado tanto en los datos arqueológicos como epigráficos, podemos asociarlo con Itzamná (y hasta asegurar que se trata del mismo personaje) y su posible verdadero significado sea “el punzador de la sustancia divina, lo viviente” (López 2002: 99-103). La segunda parte narra acerca del ordenamiento de los cielos (sobre como aparecieron los astros y los planetas). Se habla de que una gran guacamaya descendió a la tierra, para vigilar la piedra angular (Acatún), ésta ave es la guardiana del maíz, de cuyo calor hace que germine cuando se encuentra encima de él. La ave podría ser (según la autora) la representación de Kinich Kak Mo (que significa Guacamaya de ardiente rostro solar) y el relato es un símbolo de cuando el Sol pasa por el Cenit, ya que este evento solar indica el día más caluroso y el inicio de la temporada de lluvias (Montolui 1991: 154 y 155). Un dato interesante que se menciona en éste relato, es el significado de Acatún, ya que según Landa (1966) eran cuatro montones de piedra que se ubicaban en cada uno de las cuatro esquinas del mundo, y menciona que los mayas señalaban con las piedras el paso de los años y de los katunes (Landa 1966: 67 y Montolui 1991: 156). En el capítulo IV del presente escrito volveremos a mencionar ésta idea del Acatún desde la perspectiva de la ideología religiosa de los mayas actuales. En el segundo relato del Chilam Balam de Chumayel nos relata sobre el origen del día, menciona que el Gran Padre le dio el poder al Sol de su destello cegador y la capacidad de moverse, de igual forma que lo hizo con la Luna. La Luna comenzó a moverse y el Sol fue siguiendo cada uno de sus pasos para poder alcanzarla, pero como nunca supo en donde se ! '+! encontraba, caminaba en varias direcciones en el Cielo y el inframundo. La Luna por su parte, caminaba en rumbos desconcertantes, sin seguir rutina alguna, a veces, se escondía del Sol mostrando una sola parte (Barrera y Rendón 1972). Aquí se menciona la explicación del movimiento del Sol y de la Luna, el por qué nunca coinciden y quizá en algún momento se podría pensar de las fases lunares. Otro aspecto que se menciona en éste relato es la explicación del día, ya que aquí se dice que “siete más trece es uno”, si hacemos la suma matemática el resultado es veinte, pero la suma simbólica se refiere al uinal, es decir, a un mes maya. Esta unidad es un pivote en los calendarios civil y ritual de los mayas, ya que si tomamos al 13 multiplicado por 20 tenemos un total de 260 días, y si usamos al 18 con el 20 tenemos un total de 360 días o un Tún. Es decir, en cualquiera de los calendarios, el uinal cumple como un múltiplo de importancia matemática y sagrada (Montolui 1991: 156). El relato “La creación del mundo”, es un texto en que narra la muerte y la renovación del universo. El motivo de su redacción, según el propio libro es para que los mayas no olvidaran su propia historia ni como funcionaba el universo. Según éste relato, muchos de los acontecimientos climáticos se repetirán, así como también los acontecimientos políticos, económicos y sociales al final de los trece katunes55. El libro menciona que en un katun 11 ahau cuando todo lo que imperaba era caos y desorden, todo tuvo un fin, los dioses de los vientos pusieron orden y un nuevo orden comenzó con justicia divina (Barrera y Rendón 1972; y Montoliu 1991). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 55 Siguiendo su calendario, la fecha sería nuevamente un 13.0.0.0.0, que sería el 23 de diciembre del 2012 d.C. ! '"! Ilustración 10. Foja 53r del Chilam Balam de Chumayel, donde se mencionan fechas proféticas, entre ellas un Katún 11 Ajaw que se ha propuesto como referencia al 13.0.0.0.0 de la cuenta larga o 21 de diciembre de 2012, según la correlación GMT. ! '#! ! LA ASTRONOMIA Y LA ACTIVIDAD BÉLICA Astronomía y guerra son dos conceptos que al tratar de asociarlos no parecen tener una relación directa. Cuando escuchamos cualquier suceso que involucre la palabra guerra nos imaginamos un conflicto entre dos partes, ya sea por un territorio, por situaciones económicas y en otros casos, por cuestiones ideológicas. En el caso de los mayas, las luchas entre ellos tenían como principal denominador el territorio, el poder político y económico y la ideología. Desde que se comenzaron a descifrar los glifos mayas y a partir de los estudios de Tatiana Proskouriakoff es que se derrumbó la imagen que tenían de pacíficos56 y se pudo comenzar a leer su historia (Coe 2000: 188-198), y por supuesto, el registro de sus guerras. Uno de los cuerpos celestes a los que se asocia todo tipo de tragedias, malos presagios y campañas militares es Venus. Existe la información que respalda estas afirmaciones, en el Altiplano Central la podemos encontrar de manera explícita en los escritos que realizaron misioneros y soldados, así como en las fuentes etnohistóricas. Para el área Maya, no contamos con información tan explícita como en el área del Altiplano Central, lo que tenemos, es el registro de fechas en las estelas y relatos como el Popol Vuh y el Chilam Balam de manera implícita. Como las representaciones de Venus en los códices no varían mucho (en términos de sus atuendos, objetos bélicos, períodos y contextos) estoy de acuerdo en la propuesta 57 de que el significado bélico de Venus es un fenómeno social panmesoamericano y que podemos reconstruir sus características culturales usando información aparentemente ajena a la región maya como lo son los relatos y escritos de misioneros y soldados de la orden de Hernán Cortes, para luego contrastarlos con las características implícitas que tenemos para el área maya. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 56 Que en ese momento, en la década de los cincuentas y sesentas del siglo pasado, ir en contra de las ideas de Eric Thompson representaba un desafío a la más grande autoridad académica entre los mayistas, y una de las ideas centrales era que los mayas fueron una sociedad pacífica. Para mayor detalle leer a M. Coe, El desciframiento de los glifos mayas reimpreso en el 2000. 57 Algunos autores coinciden en que su significado es bélico y es parte de los elementos que identifican a la zona cultural conocida como Mesoamérica. Podemos citar a Galindo (1994), Aveni (1991), Arellano (2001) y Sprajc (1996), entre otros. ! '$! El misionero Fray Bernardino de Sahagún, recolectó una serie de características culturales sobre una gran parte de los pueblos de la región central, en cuanto a las propiedades de Venus escribió lo siguiente: “A la estrella de Venus la llamaba esta gente citlalpul o huey citalin. Y decían que cuando sale por el oriente hace arremetidas, y a la cuarta sale con toda su claridad y procede por su curso y dicen que su luz se parece a la de la Luna. En la primera arremetida tenianla de mal agüero., diciendo que traía enfermedad consigo, y por esto cerraban las puertas y ventanas, porque no entrase su luz. Y a las veces la tomaban por buen agüero, al principio del tiempo que comenzaba a aparecer por el oriente” (Sahagún 1987: 154). Francisco López de Gómara, compañero de las expediciones de Hernán Cortés, relata sobre las costumbres que tenían los naturales con respecto a Venus: “Y al lucero que tienen por la mejor estrella, mataban un esclavo del rey el día que primero se les mostraba, y lo descubren en otoño y lo ven doscientos sesenta días… Creen que Topilcin su primer rey, se convirtió en aquella estrella. Otras cosas y poesías razonaban sobre éste planeta; mas porque para la historia bastan las dichas, no las cuento; y no solo matan a un hombre al nacimiento desta estrella, sino que hacen ofrendas y sangrías y los sacerdotes le adoran cada mañana de aquellas y sahúman con inciensos y sangre propia, que sacan de diversas partes del cuerpo” (López de Gómara 1985: 213). Según la región, Venus es conocido con distintos nombres, en el centro de México tiene cuatro principales formas de nombrarlo, cada una con similar o diferente significado: Citlalcholoa (estrella que huye o salta), Totonametl (rayo que alumbra como el Sol o flecha), Tlahiuzcalpantecuhtli (señor de la casa del alba) o Huey Citlalin. En el área maya se le conoce entre otros nombres como Xux Ek (estrella avispa) Noh Ich (gran ojo o gemelo) Chac Ek (estrella roja o estrella grande) o Ahzah Kab Ek (estrella que despierta a la tierra) (Galindo 1994: 80-81). En el área maya, como se mencionó anteriormente, no contamos con fuentes etnohistóricas ni relatos de misioneros que nos informen explícitamente sobre las cualidades de Venus en cuanto a la guerra. Aún así, si vemos las inscripciones veremos “entre líneas” tal relación. Alfonso Arellano (2001) propone que el relacionar eventos políticos con las ! '%! apariciones de algunos astros, especialmente de Venus, tenía el fin (para los antiguos mayas) de conocer si los dioses aprobarían o rechazarían las acciones de los hombres (Arellano 2001: 41). Diferentes formas en las que se puede representar "estrella" o "estrella de Venus". En las primeras dos formas de la esquina superior izquierda, se usaron para representar genéricamente como “estrella” sin especificar a una concreta. Las que aparecen en la parte inferior con rasgos zoomorfos hacen alusión al venado – cocodrillo, una forma compleja de referirse a Venus (punto debatible entre algunos investigadores mayistas). Arellano pone de ejemplo el caso del gobernante maya Chaan Muan II de Bonampak, el cuál subió al trono el 11 de junio de 776 d.C. concordando con la conjunción de Venus con Marte nueve días antes. Las actividades que seguían era la de levantar estelas, edificios, hacer guerras y tomar prisioneros. Procuraban que al efectuar cada batalla y tomar prisioneros concordara con las apariciones de Venus, ya que si se revisan las fechas en las que ocurre estos eventos y junto con programas de computadoras para determinar el movimiento de los astros se pueden ver etapas importantes en el ciclo del planeta mencionado (Arellano 2001: 4142). Otro aspecto que menciona Arellano sobre la deidad bélica que simboliza Venus, es en sus representaciones en los códices. Estas representaciones aparecen en los códices como el Dresde y el Cospi, así como en los Anales de Cuauhtitlan. Es común en los códices mayas que se ! '&! mencionaron, junto a las cuentas del planeta Venus (ver ilustración 11) a personajes atacando con lanzas, venados y jaguares, aparentemente en sufrimiento (Arellano 2001: 38 y Galindo 1994: 85-87). Otro ejemplo de la asociación de Venus con eventos de batallas, lo podemos encontrar en fechas e inscripciones como en la Estela 2 de Aguacateca y en la Estela 16 de Dos Pilas, aquí se encuentra grabada la fecha 9.15.4.6.4, que corresponde a 8 Kan 17 Muan, fecha que se encuentra acompañada de un glifo de Venus y el glifo emblema de Seibal (otra localidad cercana a la región). Ésta fecha conmemora el ataque de las tropas de Aguacateca y Dos Pilas contra Seibal (Proskouriakoff 1999: 92 y 93). Al día siguiente de la batalla que fue un 3 de diciembre de 735 d.C., fue capturado el gobernante de Seibal, justamente el día en que Venus apareció por primera vez después de su período de invisibilidad, en éste caso como el lucero de la tarde. Una situación similar ocurrió cuando Caracol (sitio maya que se encuentra en Belice) atacó a la ciudad de Naranjo (en Guatemala), la fecha de la inscripción se encontró en la Estela 3 de Caracol y se repite en la escalera jeroglífica de Naranjo, la fecha es 9.9.18.16.3 en 7 Akbal 16 Muan (Proskouriakoff 1999: 62-64) que corresponde a un 27 de diciembre de 631 d.C., ambas fechas se grabaron después de la conquista de Naranjo y coinciden con la aparición de Venus por primera vez después de un período de invisibilidad como “estrella vespertina” (Sprajc 1996: 150 y 151). En muchas de éstas inscripciones aparece el glifo de Venus y mayormente ocurre en la época Clásica (300 – 900 d.C.) en la cual se habían desarrollado grandes campañas bélicas a lo largo de todas las tierras bajas del área maya, desde Copán hasta Calakmul. Estos sucesos se encontraban acompañados de ciclos de Venus a los cuales posiblemente se les adjudicaba otros eventos solares y lunares como los eclipses, quizá tratando de exponer que éstos conflictos eran producto de una “manipulación divina” (Davoust 2001: 169). Otro de los sitios en donde las escenas representadas son de conflictos bélicos y también se puede observar la presencia de Venus es en los murales de Cacaxtla. Éste no es un sitio que se encuentre en la región maya, de hecho se encuentra en la región del Altiplano Central. Lo interesante de éste sitio es que en los murales el contenido bélico es asociado con aspectos ! ''! míticos, así como también se distingue en la iconografía una fuerte presencia de rasgos mayas (Sprajc 1996: 158 y 159). ! Texto de la Escalinata Jeroglífica de Naranjo donde señalan la "guerra de estrellas" y el sitio de Caracol en Belice. (Chase 2008: 103) Aún así, no todos los investigadores coinciden en que las salidas vespertinas de Venus por el poniente sean relacionadas con la guerra ni tampoco todas las guerras registradas sean asociadas únicamente con eventos astronómicos como las apariciones del astro señalado (Torres 2002: 135). Este dato es preciso señalarlo, ya que al parecer, la asociación también responde con criterios relacionados con fechas agrícolas y no precisamente ! '(! bélicas. Esto nos indica, que la presencia de una asociación astronómica con un evento militar sólo se presentaba en ciertas ocasiones y al parecer, éstas necesitaban de un contexto religioso que legitimara su mención. ! Ilustración 11. Página 46 y 47 del Códice de Dresde, en la que se mencionan las apariciones de Venus por el oeste y en la iconografía se aprecian deidades con atuendo de guerreros (figuras centrales) atacando las figuras inferiores. ! ')! LA ASTRONOMÍA Y LA LEGITIMACIÓN DEL PODER Con el surgimiento de personas dedicadas todo el tiempo a la contemplación de los fenómenos astronómicos58 cuya labor era aplicar su conocimiento para el supuesto bien de la comunidad, se crearon y reforzaron algunas instituciones. Para poder ser más precisos en sus observaciones, los antiguos astrónomos mayas construyeron lugares de observación cada vez más precisos, algunas veces con marcas naturales en el horizonte y otras con marcas artificiales como algunas estructuras o conjunto de estructuras. Su labor también consistía en relacionar todos los fenómenos que ocurrían en el cielo con los eventos que ocurrían en la tierra, siendo éstas personas los intermediarios. La astronomía les proporcionaba mecanismos para legitimar su poder en las sociedades prehispánicas, pues parecía que esos “sacerdotes astrónomos” daban la apariencia de controlar esos fenómenos y poderlos provocar deliberadamente, que se podía asociar con la ejecución correcta de algún ritual, ceremonia o sacrificio. El encargado de este conocimiento no se limitaba únicamente a la astronomía, también podía ser un curandero, posiblemente un escriba59, etc. También podría darse el caso de que algún gobernante se iniciara en la observación del movimiento de los astros, tal como lo relatan las fuentes etnohistóricas para el caso del altiplano mexicano, en donde se afirma que el emperador azteca Moctezuma tenía por pasatiempo la astrología (Aveni 1980, 1991, Broda 1986, 1991, Cortés de Bradesfer 1991, Galindo 1994, Maupomé 1986 y Sprajc 1996). Sobre el término de “sacerdote – astrónomo” quisiera hacer algunas aclaraciones. En primer lugar, el término fue acuñado por el mayista John Eric Sydney Thompson, el cuál trabajo durante muchos años con la Institución Carnegie de Washington a lado de Sylvanus G. Morley. Este investigador fue conocido como un gran mayista, su personalidad junto con su intelecto le ayudaron a ser todo un erudito en los estudios mayas, especialmente en lo relacionado a la escritura y religión. Para Thompson, !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 58 las cuales dejaron de participar directamente en la producción de los alimentos. Esta misma función se ve en la actualidad en el área maya, ya que el encargado del conocimiento de su calendario, época de siembras, realización de ritos y curandero es el H’men –para el caso de la península de Yucatán, especialmente en el norte (Bastarrachea –comunicación personal- marzo de 2001). 59 ! '*! los mayas eran una sociedad pacífica, que ante todo su principal actividad era la astronomía (Coe 2000: 135-148), argumentos que a cualquier arqueoastrónomo le parecerían convenientes. El emplear el término de sacerdote – astrónomo, implica aceptar aquellas ideas, es por eso que prefiero utilizar el término de antiguo astrónomo o en su defecto especialista religioso para referirme a los practicantes de tal actividad, tomando en cuenta los argumentos presentados con anterioridad. Para el área maya los ejemplos se podrían encontrar en los sucesos de entronización, nacimiento y muerte de algunos gobernantes. Estos sucesos políticos de gran importancia, que fueron registrados en estelas, dinteles, pinturas murales, etc., casi siempre coinciden con fechas de eventos astronómicos solares o con apariciones de algunos astros (Arellano 2001), especialmente la presencia de Venus en sus apariciones ya sea como estrella de la mañana o como estrella de la tarde. Un ejemplo de este caso lo vemos en las inscripciones del Templo 22 en Copán (Closs 1984, Sprajc 1994 y 1997). El Templo 22 tiene una temporalidad que corresponde a los años 700 a 900 d.C. de nuestro calendario. Este edificio contiene en su fachada la representación de serpientes, el dios Chak y de figuras antropomorfas. Las fechas inscritas son 9.15.15.12.16 que corresponden a un 5 Zip 9 Pop que corresponde un 12/13 de febrero del año 747, éstas fechas indican la entronización del monarca Yax Pac, fecha que también indica la primera aparición de Venus como “estrella de la tarde” en su máximo extremo norte, después de su conjunción con Marte. Este edificio tiene una orientación hacia la salida de Venus en uno de sus extremos norte, y se pudo observar en la misma fecha de su entronización (Galindo 1994: 176). Ya en el anterior apartado explicamos la relación entre una actividad recurrente en el área maya (la guerra) y cómo algunos de éstos eventos se relacionan con quienes las dirigen, justamente los gobernantes. Con aquella mención y los argumentos presentados en éste apartado, es que se hace explícito el punto sobre el cual, la astronomía maya no era practicada más que por una élite que monopolizó dicho conocimiento para usarlo a sus conveniencias religiosas, políticas y sociales. ! ! ! (+! ! Ilustración 12. Fachada interior del Templo 22 en Copán, Honduras. ! ("! ! LA ASTRONOMÍA Y EL URBANISMO Otro de los usos de la astronomía era la de fijar puntos para la planeación urbana. Primero expondré algunos puntos con los cuales se puede definir a una ciudad o asentamiento de carácter urbano en los términos utilizados por los investigadores George Andrews, Gordon Childe y Joyce Marcus. Empezando con la propuesta de Childe, él propone diez elementos necesarios para poder definir ciudad, los cuales son: • Especialización del trabajo en tiempo completo. • La existencia de clases sociales. • Un aparato represivo y coercitivo. • Organización estatal. • Redes de comercio a gran escala y de larga distancia. • La presencia de la escritura. • Conservación de un excedente (su recolección, administración y redistribución). • Arte monumental y estilos artísticos estandarizados. • Arquitectura pública monumental, la creación de obras públicas, obras defensivas, caminos (en nuestro caso de Sacbeo’ob) y de abastecimiento de agua. • Conocimiento científico como las matemáticas, geometría, astronomía, medicina, etc. entre otras ciencias (Childe 1950). Para Andrews (1977) y Marcus (1983) una ciudad expresa dos condiciones que son la conceptualización de ideas de orden en los sistemas de diferenciación para las actividades humanas y la formulación de técnicas para el aprovechamiento de sus alrededores y sus espacios. También hablan de elementos a tomar en cuenta como el tamaño, la ubicación, la función, la posición en una jerarquía y su forma. En Mesoamérica, se distingue de tres modelos de crecimiento para las ciudades, el concéntrico, el modelo de sectores, conglomerados, de múltiples núcleos, etc. Otra de sus propuestas es la distinción entre forma y función, ya que una ciudad puede tener la misma función pero diferente forma o tener la misma forma y diferente función (Marcus 1983: 185-206). En el caso anterior tenemos otro ejemplo proporcionado por Sprajc (1996) en el cual compara la función de la subestructura 1 o Templo de las ! (#! Siete Muñecas de Dzibilchaltún con el Satunsat de Oxkintok. Sprajc afirma que ambas estructuras tienen la función de registrar el equinoccio de marzo y septiembre, aunque no se asemejan en su forma. También afirma que su función puede variar un poco, ya que el Satunsat no sólo sirvió como observatorio, sino que a su vez pudo ser un lugar en donde se realizaban ritos de paso asociados con el inframundo debido a su forma laberíntica (Sprajc 1990; 1996). Para el área maya, las ciudades o asentamientos urbanos consistieron en una serie de espacios abiertos, con previa planificación, definidos por grandes plataformas o edificios y templos erigidos en grandes bases piramidales, marcados por puntos visibles y aspectos de monumentalidad. También se caracterizan por tener actividades económicas, religiosas, políticas y sociales dentro de ella, así como zonas habitacionales cercanas y una alta densidad poblacional (de más de 7,500 habitantes) (Andrews 1976: 6-15). En materia de arqueoastronomía, Andrews también reconoce que las ciudades mayas orientaban sus edificios hacia los cuatro puntos cardinales y que la desviación magnética es de 8° a 10° al este del norte y que muchas de sus estructuras y grupos de estructuras están orientadas con fines de precisar fenómenos astronómicos (Andrews 1976: 51-53 y 71). Autores como George Andrews (1977), Joyce Marcus (1983) y Rafael Cobos (comunicación personal- octubre de 1999) están a favor de que las ciudades o los asentamientos mayas fueron establecidos con el fin de aprovechar los recursos ambientales, como el asentarse en valles, en las laderas de las montañas, cerca de fuentes acuíferas –como ríos, cenotes o aguadas, etc. Una vez que se haya determinado el lugar del asentamiento, según Andrews (1976) se comienza a la construcción a gran escala60 y en este se necesitan líneas de referencia para dar orden a las estructuras. Es aquí en donde el conocimiento del movimiento de los astros puede aportar estas líneas de referencia61 básicas como los cuatro puntos cardinales. De esta manera la astronomía se convierte en un elemento clave (más no el único) para la planificación 62 y la construcción de estructuras o grupos de !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 60 Si las condiciones naturales y humanas lo hacen posible. El este y el oeste marcados por los equinoccios, la estrella polar o Polaris mirando el norte y su posición contraria marcando el sur. 62 No se pretende entrar en una discusión sobre los factores que llevan a la planeación de una ciudad, sino el mencionar como la astronomía es parte de dichos factores. 61 ! ($! estructuras (Cortes de Bradesfer 1991: 58 y 59, Marcus 1983 y Andrews 1976). Para esto quizá sea necesario exponer algunas propuestas sobre la metodología que pudieron emplear para obtener éstos puntos de referencia. Para realizar las observaciones astronómicas se ha propuesto que se empleaban algunos objetos simples como dos varas cruzadas. Se utilizaba un punto fijo dentro de algún templo, pudiendo ser un punto señalado por la arquitectura o en el eje central del edicificio, de ahí se localizaba el lugar en donde se quería fijar las varas entrecruzadas a manera de una mira (como en las armas de fuego) que apunte a la salida del Sol o de otro astro (en alguna fecha astronómica o calendárico – astronómica, por ejemplo) y con eso se obtenía un punto fijo de referencia de la estructura con otra estructura o con algún punto en el horizonte. Esta metodología se encuentra reforzada por información iconográfica como lo muestran las ilustraciones (Hartung 1980b). ! Iconografía del Códice Bodley (izquierda) y Selden (derecha) en las que se ilustran varas cruzadas para realizar las observaciones astronómicas desde estructuras o templos. (Tomado de Hartung 1980b). Con éstos argumentos, tenemos algunos elementos para señalar que los mayas tenían la capacidad tecnológica de diseñar y construir edificios en la coordinación con el fenómeno natural que querían resaltar (Broda 1991: XIII) o buscando una línea de referencia natural sin la necesidad de orientar una estructura o varias hacia un evento astronómico. Lo más sorprendente es que no sólo orientaban sus estructuras entre sí y hacia algún evento astronómico o calendárico, sino que también realizaron líneas de referencia astronómica a larga distancia entre ciudades, es decir, una tendencia hacia la planeación geográfica y cosmológica en gran escala, como lo apoyan las ! (%! investigaciones realizadas en Copán sobre las Estelas 10 y 12, los petroglifos de Teotihuacan con otros sitios como Chalchihuites, etc. (Aveni 1980: 18, Cortés de Bradesfer 1991: 59, Folan 1980: 20-25 y Galindo – comunicación personal- abril de 2000). En torno a las estelas 10 y 12 del sitio arqueológico de Copán, el arqueólogo Claude Baudez rechaza la propuesta inicial que respondería a un patrón urbanístico usando el conocimiento astronómico para trazar líneas de gran distancia, entre sus argumentos se encuentra que para las fechas de dicha alineación, no corresponden a patrones de milpas y siembras (Baudez 1987: 64 – 66). La importancia para destacar que dicha alineación si es válida, radica en los principios de clasificar a éstas fechas según su importancia calendárica, y es así como la propuesta de Jesús Galindo sobre las familias calendárico – astronómicas provee una explicación adecuada al uso social de tales fechas y su importancia para la traza urbanística del asentamiento. Estos argumentos no están basados solamente en la evidencia arqueológica y en las inscripciones, también existen relatos de fuentes históricas que confirman nuestras propuestas. Como ejemplo se encuentra el caso de un misionero, el padre Motolinía, que nos relata que Moctezuma, emperador de los aztecas, mandó construir el Templo Mayor para que se alineara con la salida del Sol con ciertas fechas y cuando este edificio no correspondía con esa referencia astronómica, lo mandaba destruir para que correspondiera (Aveni 1980: 16). ! (&! ! ('! CAPÍTULO III. LA ASTRONOMÍA MAYA: EL PASADO “La belleza del cielo estrellado ha inspirado al hombre en todas las épocas, la mayoría de las culturas de la humanidad han desarrollado, a partir de la observación celeste complicadas interacciones mítico – astronómicas del Universo en términos de sus propios principios religiosos” Jesús Galindo (1994: 29) En el presente capítulo veremos como fue cambiando y progresando la astronomía en el área maya desde los tiempos prehispánicos. Este proceso no es único del área mencionada, sino que fue avanzando en toda la región mesoamericana y desde sus inicios hasta el final se fueron gestando algunos préstamos culturales, entre ellos el calendario y metodologías sobre la observación de los cielos. Como otros aspectos culturales propios y no propios de la cultura maya, la astronomía fue sufriendo un constante proceso en donde la astronomía se fue haciendo cada vez más compleja hasta la llegada de los conquistadores. Es importante señalar que sobre los sitios mencionados, algunos de los que se citaron en la primera edición han cambiado sus interpretaciones a raíz de nuevos hallazgos, otros más fueron agregados en función de la información que se tiene hasta el momento y muy pocos fueron removidos debido a que éstos mismos se hicieron a través de mapas sin ir al campo, por lo que al someterse a las mediciones empíricas resultó ser información falsa o creada para otros fines. El capítulo se dividió en tres apartados que corresponden a los tres principales períodos culturales de los mayas, el Preclásico, el Clásico y el Posclásico. En cada uno de ellos mencionaré únicamente a los sitios que tienen estructuras con funciones astronómicas, ya que aunque existan muchos más sitios arqueológicos pertenecientes a los tres períodos mencionados, nuestro interés es el de mostrar éste proceso de evolución de astronomía maya. ! ((! EL PERÍODO PRECLÁSICO (2,500 A.C. – 200 D.C.) El período Preclásico se ha dividido comúnmente en tres subperíodos que son el Preclásico Temprano (2,500 a.C. – 1,200 a.C.), Preclásico Medio (1,200 a.C. – 400 a.C.) y el Preclásico Tardío (400 a.C. – 200 d.C.) pero en nuestro caso agruparemos a nuestro objeto de estudio dentro de un solo período que es el Preclásico en su totalidad. La razón es porque no son muchos los sitios arqueológicos del Preclásico (hasta el momento de la presente publicación) que contengan estructuras con funciones astronómicas. Una de las características de éste período desde la etapa temprana para el área maya fue el establecimiento de pequeñas poblaciones sedentarias cuya organización, se ha propuesto era en aldeas, apenas dominando la agricultura y el uso de la cerámica burda para realizar vasijas o figurillas. La diferenciación social no era muy marcada y muy posiblemente era de dos niveles (García-Bárcena 2002: 16), los que participaban en la producción de alimentos y los que organizaban y distribuían (o redistribuían) la producción de alimentos, en donde posiblemente en el segundo nivel se encontraran especialistas religiosos, considerados los primeros astrónomos63. Más adelante, surgió una cultura que esparció su presencia en buena parte de la región mesoamericana, se trataba de la cultura Olmeca. Aunque para ese tiempo existía una gran diversidad cultural, la presencia Olmeca se encontraba no sólo en la planicie costera del Golfo de México (Tabasco y sur de Veracruz) en sitios como la Venta, San Lorenzo y Tres Zapotes, sino que se extendió hasta Guerrero en el sitio de Teopantecuantitlán; en el Altiplano Central en el sitio de Tlatilco; en Oaxaca, posiblemente en sitios como Monte Alban y San José Mogote, éste último con la presencia del calendario ritual de 260 días. Esta última región es propuesta como la iniciadora del calendario dual mesoamericano (Galindo 2011: González 2002: 25-27 y Sprajc 2015: 84). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 63 Teniendo otras actividades aparte de la astronomía como practicantes de magia, curanderos, etc., pero la astronomía les permitía regular las épocas de siembras y cosechas como ya se expuso en el apartado II.3, pág, 35. ! ()! En la última etapa del Preclásico es en donde muchas culturas comenzaron su máximo desarrollo tanto en el comercio, en las artes, en lo urbanístico, en lo monumental y por supuesto en lo astronómico. En ésta etapa se fueron gestando muchos sitios del área maya que más adelante llegaron a ser grandes capitales. Las cerámicas diagnóstico de la época eran la Mamon temprano y Mamon tardío, con la supuesta ausencia de la policromía, así como el uso generalizado de los complejos altar – estela. Aquí es en donde se han encontrado los primeros registros escritos para el área maya. En dicha área aparecieron las primeras sociedades estatales, en consecuencia, los niveles sociales estaban altamente marcados y existían más de tres niveles de estratificación social. También se extendió la práctica del juego de pelota (Clark 2002: 29-32). Arqueoastronómicamente hablando, no todos los sitios mayas del Preclásico han sido estudiados, por lo que sólo haremos un análisis de las estructuras arquitectónicas de los sitios de Izapa, Edzná, Uaxactún, Cerros, San Antonio Chel y El Mirador. Comenzaremos por el sitio arqueológico de Izapa. El investigador Vincent Malström (1973) ha propuesto que el calendario maya (e incluso el mesoamericano) se pudo haber localizado cualquier sitio que se ubique en la latitud 15º norte, ya que en éstos lugares el paso del Sol por el cenit es el 29 de abril y el 13 de agosto64, siendo ésta última fecha a la que se le atribuye el punto de partida y el intervalo entre fechas al calendario ritual de 260 días (Malström 1973 y 1991). El sitio de Izapa fue propuesto como un sitio clave para el objetivo anteriormente mencionado, ya que su período de apogeo fue más antiguo que el de Copán. Izapa tuvo su auge durante el período Preclásico tardío que corresponde de 300 a 100 a.C. Aunque no se han encontrado evidencias de observatorios solares o cualquiera que tenga una alineación hacia la salida del Sol el día de su paso por el meridiano, por principio astronómico se ha propuesto que cualquier estela pudo haber servido de Gnomon65 (Galindo 1994: 126 y Malström 1978). Uaxactún es un sitio que igual pertenece al Preclásico, específicamente en su etapa tardía (300 a.C. al 200 d.C.). Se encuentra en la región del Petén guatemalteco inmersa en la selva a unos 12 kilómetros de Tikal. Esta !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 64 La importancia de éstas fechas se expuso en el capítulo I, en el apartado I.2., especialmente del segundo paso del Sol por el meridiano del lugar. 65 Estaca u objeto vertical que en el momento que el Sol pasa por el cenit no proyecta sombra alguna ! (*! ciudad se ha caracterizado por sus mascarones estucados y por ser uno de los sitios en donde se han hallado los mejores ejemplares de cerámica preclásica y figurillas de barro (Morley 1980 y Sharer 1998). Para nuestro estudio hay dos aspectos astronómicos que contiene el asentamiento, el primero es la presencia de unos petroglifos grabados en estuco y el segundo es un conjunto arquitectónico usado como observatorio solar. En el primer caso, en Uaxactún han aparecido unos petroglifos en forma de cruz con un círculo, éstos petroglifos se han encontrado en otras regiones de Mesoamérica como en Chalchihuites, Cerro de la Campana, Xihuingo, entre otros. Estos grabados son evidencia de la clara influencia teotihuacana a finales del período Preclásico y comienzos del Clásico y las orientaciones de las cruces son muy similares en ambos casos. El significado astronómico indica que sirvieron para fijar puntos en el horizonte, de la misma manera que se realizaba en Teotihuacan (Aveni 1978: 4, 1991: 259 y 314, 2000: 2325, Broda 1986: 78-84 y Galindo 1994: 133 y 134). Los petroglífos encontrados en Uaxactún se asemejan al presentado en la foto de un costado. El segundo aspecto se relaciona con el conjunto arquitectónico conocido como el Grupo E. Este grupo se caracteriza por una subestructura conocida como el Edificio E-VII sub, el cual tiene en su costado oriente a la Estela 20, al pie de la escalinata. Sobre éste costado se observa una plataforma alargada con tres recintos, denominados de norte a sur como la E-I, E-II y E-III. Estos recintos junto con la E-VII sub formaron hasta hace unos años el complejo arquitectónico con funciones astronómicas (específicamente solares) de los más antiguos del área maya. Éste conjunto arquitectónico (como lo ilustra la siguiente gráfica tomada de la revista Arqueología Mexicana, año 1999 y al final del apartado en la ilustración 13 y 14) se utilizó para registrar los solsticios y los equinoccios. El punto de observación es sobre el eje central de la escalinata oriente de la E-VII sub. Cuando el Sol aparece detrás de la E-I indica el solsticio de verano, cuando se alinea la E-VII sub con la E-II marca los equinoccios de primavera y otoño y cuando aparece por la E-III indica el solsticio de invierno (Aveni 1991: 34 y 315 y Galindo 1994: 132). Cerros en un sitio que se encuentra localizado en Belice, enfrente de la Bahía de Chetumal. El sitio es considerado como Preclásico y también se ! )+! caracteriza por sus mascarones de estuco como en el asentamiento de Uaxactún. Aquí se puede apreciar el simbolismo de su religión en la arquitectura del asentamiento, especialmente en la Estructura 5C-2a que data del 50 a.C. al 100 d.C.; la pirámide está orientada hacia el sur, y en su parte superior se encuentra un templo que contiene cuatro postes, éstos cuatro postes según la cosmología maya, simbolizan los cuatro árboles sagrados que sostienen al cielo. A los costados de la escalinata principal se encuentra cuatro mascarones de estuco, dos en cada cuerpo (son dos cuerpos). Los mascarones del segundo cuerpo simbolizan a Venus. En el poniente se encuentra “la estrella de la tarde” y en el oriente “la estrella de la mañana”, y los mascarones del primer cuerpo simbolizan al Sol en salida y ocaso (Galindo 1994: 177).Las gráficas se ilustran al final del apartado (Ilustraciones 15 y 16). Edzná fue un sitio cuya ocupación se inició desde el 600 a.C. hasta el 900 d.C., durante el Clásico Terminal. El sitio se ha caracterizado por la arquitectura monumental y por influencias de las tierras bajas del Sur, la evidencia se puede ver en la construcción de la acrópolis en donde se encuentran las estructuras principales del asentamiento, como la gran pirámide de los Cinco Pisos (Benavides 1997). A finales del Preclásico se comenzó un primer período de apogeo que culminó durante el Clásico tardío (200 a 600 d.C.), aquí se comenzó la construcción a gran escala y posiblemente las obras hidráulicas que caracterizaron al asentamiento. Más adelante se inició otro período durante finales del Clásico tardío y principios del Clásico terminal (700 a 900 d.C.) en ambos, muchas de sus actividades resaltaron: el comercio, edificación de estelas y otros conjuntos arquitectónicos (Benavides 1997: 33 a 35). Nuestro interés como sitio Preclásico se basa en los argumentos de Malmström, quien propone que la importancia del sitio como uno de los primeros centros astronómicos, y de la misma forma destaca la importancia que tuvo para el calendario civil y ritual del norte de la península de Yucatán (Malström 1991: 42). Propone que al igual que Izapa, en la primera etapa de su apogeo se usó un Gnomon, el cual pudo haber sido una estela localizada en el altar que se encuentra en la parte central de la Gran Acrópolis. La fecha en la que ocurren los pasos del Sol por el cenit son los días 18 de mayo y 26 de julio, la importancia radica en el segundo paso del Sol por el cenit, ya que según Landa, en ésta fecha es en la que se iniciaba el ! )"! calendario (posiblemente el civil) que describió en su obra (Malström 1991: 42). Uno de los más recientes descubrimientos fue en el sitio arqueológico de San Antonio Chel. Este sitio se encuentra en el norte de la península de Yucatán, a unos cuantos kilómetros de la costa del Golfo de México. Los arqueólogos Andrews y Robles (Madera 2002) habían fechado al sitio y su temporalidad resultó ser del año 800 al 200 a.C. durante el Preclásico medio y principios del tardío (Ilustración 17). Se había hablado de que el conjunto principal del sitio (que consiste en una acrópolis de 80 metros de frente por 20 metros de ancho, con una pirámide y otras estructuras) podía tener algún significado astronómico. Se logró ver la disposición de los edificios que asemejaban al conjunto arquitectónico del Grupo E de Uaxactún. En el equinoccio de marzo se logró ver que la disposición de los edificios era la misma que la del Grupo E de Uaxactún y tenía el mismo significado astronómico. Se pudo constatar que se trataba del conjunto arquitectónico con significado astronómico más antiguo en el área maya hasta ahora (Mézquita –comunicación personalmarzo de 2007). Una de las grandes urbes de fines del Preclásico fue el sitio de El Mirador, ubicado en el Petén de Guatemala, cercano a la frontera con Quintana Roo en México. Es a partir de éstos las disposiciones arquitectónicas denominadas Complejo Grupo E, los cuales también han sido asociados con los Grupos de Patrón Triádico -como lo señala Laura Velázquez-, es que se deducen que algunos de ellos tuvieron múltiples funciones, para alojar a grupos dinásticos así como también para ser usados como observatorios astronómicos, específicamente para observar el movimiento del Sol durante el transcurso del año. Si bien no todos los ellos fueron creados para ese fin, una buena parte parece tenerlo y son un rasgo diagnóstico de sitios del Preclásico (Velázquez 2014: 17 y 18). En dicho sitio, se realizó la observación entre el conjunto arquitectónico de El Tigre en dirección oriente, siguiendo una línea recta de dos kilómetros hacia la acrópolis de La Danta, con una dirección de 283º33’ y a 6º12’ de altura, teóricamente se encuentra alineado con el Sol los días 29 de abril y 13 de agosto al amanecer, teniendo como pivote entre ambas al solsticio de verano. Al lado opuesto, mismos puntos corresponderían a ! )#! 103º63’’, poniendo una altura similar del horizonte se podría observar su puesta un 13/14 de febrero, lo que es una versión similar a la familia anteriormente citada, pero con el solsticio de invierno como su pivote. En ambos casos, estas fechas dividen al año de 365 días en un período de 105/260 días (Sprajc 2009: 86 – 91 y Sprajc 2012: 981 – 984). Podríamos situar a ésta gran urbe como la primera en utilizar este sistema de fechas por familias calendárico – astronómicas. Anticipadamente, pudiera resultar probable, debido a que en éste asentamiento se comenzó con la complejidad social, arquitectónica y estilística que dio pie a uno de los períodos donde se plantea que las ciudades mayas del centro de la Península de Yucatán alcanzaron su máximo esplendor, justamente del 300 al 900 d.C. en lo que se conoce como el período Clásico. ! Ilustración 13. Templo de los Máscarones de Uaxactún, vista hacia el oriente desde la cima de la Pirámide de los Mascarones (Estructura E-VII sub). La observación es desde la base de la Estala 20 hacia las Estructuras E-I, E-II y E-III. ! )$! Ilustración 14 diagrama que indica los eventos solares observables desde el Grupo E de Uaxactún, Guatemala (tomado de Arqueología Mexicana 1999). Ilustraciones 15. Arriba se aprecia la Estructura 5C-2a de Cerros, Belice. ! ! )%! ! ! ! Ilustración 16. simbolismo solar en los mascarones de estuco de la Subestructura (Dibujo tomado de Galindo 1994). Ilustración 17. Fotografía con montaje de salidas del Sol en fechas astronómicas. Es el observatorio de tipo Grupo E del Preclásico tardío al norte de la Península de Yucatán (Foto de Alberto Mézquita). ! )&! ! ! Ilustración 18. Alineación registrada desde la cima de la Pirámide de la Acrópolis de El Tigre hacia el punto más alto de la Pirámide de la Acrópolis de La Danta, correspondiendo teóricamente la salida del Sol un 29 de abril y 13 de agosto. ! )'! EL PERÍODO CLÁSICO (200/300 D.C. – 900/1000 D.C.) Durante el período conocido como Clásico, muchas de las características que se estuvieron gestando durante el Preclásico tuvieron su mayor auge en ésta época. Para su estudio, muchos investigadores prefieren subdividir a éste período, en Clásico temprano (200 al 600 d.C.) y Clásico tardío (600 al 900 d.C.). Aquí voy a presentar los estudios arqueoastronómicos de sitios arqueológicos pertenecientes al período Clásico en términos generales sin dividirlos temporalmente entre Clásico temprano y tardío. Dentro de los aspectos generales de éste período podemos mencionar que en cuanto organización política, control político y militar se encontraba centralizado en manos de un solo gobernante, ésta información es proporcionada por las inscripciones en estelas y monumentos de piedra que glorifican a sus gobernantes (Cowgill 2002 y Sharer 1998). En cuanto al comercio, ya se habían desarrollado algunas zonas estratégicas para el intercambio de bienes. Las rutas comerciales eran tanto por tierra como por mar, que con el paso del tiempo, se fueron incrementando y la actividad comenzó a tomar cada vez más una importancia crucial en el desarrollo de ciudades – estado y otros asentamientos urbanos. La escritura se encontraba bastante desarrollada, incluían elementos fonéticos y sintácticos. Gracias a la escritura jeroglífica podemos leer los sucesos anotados, por ello sabemos que a finales del Clásico la actividad bélica era muy común y desempeñaba un papel importante en la formación del estado maya (Cowgill 2002, Marcus 2002, Sharer 1998). A finales de éste período, se interrumpieron muchas de las construcciones monumentales de las tierras bajas mayas, razón por la cuál muchos investigadores pensaron en un “colapso maya”. Ciertamente no se puede hablar de un colapso, ya que cuando muchas ciudades – estado caían, otras comenzaban a surgir o entraban en una etapa de apogeo, tal como sucedió con los asentamientos del norte de la península de Yucatán, que más adelante, a principios del Posclásico comenzaron su apogeo (Marcus 2002: 51). Otras actividades no desaparecieron, por el contrario, incrementaron, como el comercio, la aparición de pequeños estados (Andrews 1983 y Ball 1977: 105-126) y la escritura, que ya no era en ! )(! piedra, sino que se comenzaron a escribir en papel amate, documentos que conocemos como códices. Después de éste panorama general del período, comenzaremos con nuestro análisis. El primer lugar que expondré será el asentamiento de Copán. Esta ciudad comenzó su período de apogeo durante el Clásico temprano y principios del Clásico tardío (500 a 800 d.C.), se ha pensado que su influencia llegó hasta los sitios del norte de la península de Yucatán como el caso de Oxkintok (Rivera 1998 y 2001). De dicho sitio citaré tres eventos astronómicos registrados: el primero es la orientación que tiene la Estela 1 con respecto a las estructuras 3 y 4 que va de una línea recta de oriente a poniente, posiblemente en dirección posiblemente hacia los equinoccios66 (Vogrin 1979: 11). Un evento astronómico representativo se encuentra en las alineaciones del Templo 22, en el cual se puede observar desde el eje de su ventana oeste, la puesta del Sol en línea recta con la ventana el 9 de abril y el 2 de septiembre en dirección hacia la Estela 10. Estas fechas están indicando nuevamente la presencia del calendario, puesto que del 9 de abril transcurren 73 días para llegar al solsticio de verano y deben transcurrir otros 73 días para llegar al 2 de septiembre, nuevamente pasan tres veces 73 días para repetir el curso para dividir en cinco partes iguales al año de 365 días67. También se le asocia al Templo 22 con las apariciones de Venus pues si partimos del 9 de abril y en lugar de que pasen cinco ciclos de 73 días (365 días) transcurren ocho ciclos de 73 días o 584 días, Venus será observable en el mismo lugar un 2 de septiembre, justamente después de cumplir con el período sinódico visto desde la Tierra. Además, en la iconografía del Templo 22 se encuentran las representaciones del icono de Venus, asociados con fechas de importancia política como relacionar sus salidas y puestas con eventos políticos de gran importancia (Aveni 1991: 273-276, Broda 1984: 88, Galindo 1994: 174-176 y Sprajc 1987-1988, 1996: 171172). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 66 las investigaciones se hicieron a mediados de 1970 por lo que los resultados pueden variar un poco en cuanto a fechas, pues todavía no se conocían muy bien las familas de alineaciones calendárico astronómicas 67 Mismo que ya se había mencionado para ilustrar la relación del urbanismo con la astronomía en el capítulo II. ! ))! De las orientaciones a gran escala debemos mencionar que las estelas 10 y 12, que se localizan en los extremos opuestos del grupo principal de Copán, se encuentran alineadas en un eje oriente – poniente con la salida del Sol el 9 de abril y el 2 de septiembre, igual que el Templo 22 con la Estela 10, justamente a un lado de la Estela 12, por lo que las fechas pueden variar de un día a otro (Aveni 1991, Hartung 1980a y Sharer 1998: 547). ! Alineación de la ventana oriente del Templo 22 de Copán, Honduras (Tomado de Aveni 1991). Otro evento que se registra en Copán es la alineación de la estructura 8N-66C o la Skyband Bench –por la iconografía que representa motivos ! )*! astronómicos como las bandas celestes- en donde se alinea su eje de simetría con la puesta del Sol en el día de su paso por el cenit el lugar que son los días 30 de abril y 13 de agosto (Bricker 1999: 437-441), evidencia que apoya la Tesis de Vincent Malmströmn68 sobre el origen del calendario mesoamericano y la de Jesús Galindo sobre la importancia calendárica de las fechas presentadas. Tikal es un sitio considerado como la gran urbe del área maya. Junto con Calakmul, ha sido uno de los pocos sitios que han mantenido por mayor tiempo una hegemonía política y militar en su región. Tikal comenzó a crecer a principios del Clásico y rápidamente mantuvo el control de la región y estableció lazos comerciales con otras urbes como Teotihuacan. Este control de la región lo perdió por problemas y asedios de sus enemigos y por segunda ocasión volvió a resurgir como una gran potencia, sólo que en éste caso su segunda caída fue definitiva. Esta ciudad se caracterizó por monumentalidad con respecto a otras ciudades el área maya, así como la gran cantidad de estelas que contiene el asentamiento. (Culbert 1988: 138145 y Laporte 1992: 325-340). Aquí se puede apreciar una alineación que va de este a oeste la cual conecta en una línea recta al Grupo A con el Grupo D, en el cual vemos alineados al Templo I con el Templo II (ilustración 19), que a su vez se alinean ambos con el Templo IV para las salidas y puestas del Sol en los equinoccios, lo cual nos da argumentos para pensar que las orientaciones astronómicas de las estructuras de Tikal son una muestra de como el conocimiento astronómico puede ser empleado para la construcción de estructuras a gran escala (Aveni 1991, Hartung 1980: 148-164 y Sprajc 2012: 982). Entre los sitios pertenecientes al Petén Guatemalteco, muchos de ellos no se encuentran restaurados o en su defecto, los derrumbes y el paso de los años no permiten hacer mediciones con suficiente precisión, la cuál es un requisito básico para los estudios arqueoastronómicos, pero dentro de algunas suposiciones basadas en estados de conservación con suficiente claridad, es posible señalar los ejes de simetría y rasgos en la arquitectura que nos indiquen puntos de observación, muchos de éstos sitios se ubican en el sur de Campeche en México. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 68 ! Consultar el capítulo I, sobre la astronomía y el calendario. *+! El arqueoastrónomo eslavo Ivan Sprajc, a través de trabajos de mapeo y reconocimiento en dicha zona, así mismo como de mediciones ha sugerido el uso astronómico para los grupos arquitectónicos parecidos al Grupo E de Uaxactún, uno de ellos se ubican las Estructuras VI y VIII de Balakbal el cual data desde el Clásico Temprano hasta el Tardío (350 al 700 d.C. aproximadamente), cuyo uso posiblemente permitió vislumbrar el paso del Sol a lo largo de su eje central. Las fechas señaladas por el investigador son 14 de abril y 29 de agosto (Sprajc 2012: 234). Dada las imprecisiones por el estado de conservación de los montículos, es posible que se tratara del 12 de abril y 2 de septiembre, fechas que igualmente separan al año en cinco partes iguales de 73 días y se pueden extender para relacionar el movimiento del Sol con Venus. En la misma zona, no podía faltar una de las grandes urbes que compitió social, económica y políticamente con Tikal, se trata de Calakmul, al corazón de la biósfera que lleva el mismo nombre, cercano a la frontera con Guatemala. Su ocupación va desde el Preclásico y tuvo su máximo esplendor durante el Clásico Tardío (600 al 909 d.C.), período donde se erigieron las principales estructuras y estelas del lugar, así como también se extendieron sus dominios hasta el sur de la zona del Petén Guatemalteco (Folan 2001). Entre sus edificaciones más prominentes tenemos a la Estructura I, cuyo eje de simetría hacia el poniente apunta hacia las fechas del 25 de abril y 19 de agosto, así como en su lado oriente hacia su contrario que es el 13 de febrero y 29 de octubre (Sprajc 2008: 235). En ambos casos, con diferencias menores de días, se mantiene la proporción de 105/260 días, aunque el usar brújula causa cierta impresión por la desviación magnética, por lo que también podría ser probable que las fechas fueran del 29 de abril / 13 de agosto por las mañanas y del 12 de febrero / 29 de octubre por las tardes (ilustración 20). Este mismo patrón de orientaciones en dichas fechas (12 de abril / 2 de septiembre) parece repetirse en otros sitios cercanos a la zona de Calakmul, así como algunos de la región de Chenes y Sur de Quintana Roo, tal como lo señala Ivan Sprajc (2008) y Fernando Cortés (1990 y 2014). Para el caso de la zona sur de Campeche, tenemos a las edificaicones más emblemáticas de cada sitio, como la Estructura 1 de Altar de Reyes, Cheyokolnah (1-a), ! *"! Chicanticaanal, El Gallinero (A1) y otras como la Estructura 15-a de Champerico, la pirámide sur de El Palmar, la Estructura 2 de Las Delicias, la Estructura XI de Uxul y otras que apuntan hacia el Solsticio de Invierno como la Estructura C-4 de El Gallinero y el Grupo F de Yaxnohcah (Sprajc 2008: 235). En esa misma zona, también ha sido reportada una alineación al poniente en Becan, en la Plaza C, donde se ve desde la Estructura X hacia su costado ocultarse el Sol sobre un mascarón que simboliza el Monstruo de la Tierra (Cortés de Bradessfer 2014). Palenque es otra ciudad maya que, aunque su ocupación va desde el Preclásico según muestras cerámicas, su momento de ocupación en donde se encuentra su período de esplendor y apogeo fue a partir de 400 años a 900 años d.C. (Ruz 1977: 5). Este asentamiento se caracterizó por la gran cantidad de inscripciones que se encuentran en sus templos, siendo un paraíso para los epigrafistas. En el contenido de las inscripciones se puede apreciar sucesos de entronización, guerras y períodos relacionados con el calendario en que enterraban a sus gobernantes, como el caso del gobernante Kinich Janab Pakal que fue enterrado después de haber transcurrido 260 días69. Aquí expondré dos eventos astronómicos, uno de estos se localiza en el interior de la Torre del Palacio, en donde se aprecia una abertura en forma de T que es símbolo arquitectónico bastante común en otras estructuras del asentamiento. Tomando en cuenta que esta abertura se encuentra en dirección hacia el oeste, se midió su acimut y la altura del horizonte y se logró determinar que tiene una alineación con el Sol en las fechas del 29 de abril y del 13 de agosto. Aquí vemos otro sitio maya con la presencia de ésta familia de fechas. También se asocia la forma de la T con el segundo día del calendario maya Ik’ que glificamente se representa con la T y significa “viento”. No es de extrañar que se asocie con el calendario, pues nuevamente esta alineación astronómica es conmemoración del calendario, pues del 29 de abril al solsticio de verano y de ahí al 13 de agosto pasan 104/105 días en intervalos de 52 días y luego una cuenta de 260 días para repetir el curso (Ilustración 21). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 69 Aunque los datos del análisis de sus restos óseos no coincidan, pero la intencionalidad se hace presente al vincular su mortalidad con el calendario de 260 para imprimirle una visión sacra a su gobernante. ! *#! Otro evento astronómico encontrado en la ciudad de Palenque sucede el día del solsticio de verano en donde se midió el acimut del ocaso del Sol para esa fecha y coincide con la alineación este – oeste del Templo de las Inscripciones que apunta hacia el Templo de la Cruz. En el Templo de las Inscripciones se encuentra en su interior el sarcófago del gobernante Pakal y a los costados de éste sarcófago se narran algunos sucesos importantes en su vida. En ésta estructura se localiza, en la misma dirección con el Templo de la Cruz, unos orificios en su eje oriente–poniente que en un principio se pensaba que eran respiraderos, pero después se pudo constatar su función astronómica (Anderson 1981b: 35-36, Anderson 1981a: 30-32 y Galindo 1994). El sitio arqueológico de Bonampak se ha caracterizado por las pinturas y los murales conservados en el interior de algunas de sus estructuras. Este es otro asentamiento que pertenece al período Clásico. En la estructura conocida como el Edificio de las Pinturas se puede apreciar una serie de murales que representan momentos importantes dentro del reinado del gobernante Chan Muan II. Anteriormente ya habíamos mencionado que muchas de las fechas presentes en el edificio se encontraban relacionadas con guerras y con los períodos sinódicos de Venus. ! Pinturas de Bonampak, donde se observa a Chan Muan II en un evento bélico con toma de esclavos. Nótese el detalle superior de la derecha, la tortuga con tres glifos de estrella ! *$! También se ha descubierto que el Edificio de las Pinturas, en el momento de su construcción se orientó hacia el norte, con una pequeña desviación para que su eje de simetría pudiera estar alineado con la gran banda celeste con un brillo tenue que es conocida como la Vía Láctea que se extendía a lo largo de la estructura. La fecha que corresponde a la inauguración de la estructura es en el año 792 d.C., y según los programas de computadora para cálculos astronómicos indican que para esa madrugada la alineación se daba como lo ilustra el siguiente esquema: Alineación del eje de simetría de la fachada de la Estructura 1 o Edificio de las Pintura con la Vía Láctea y otras constelaciones (ilustración de Galindo 2000a). La evidencia arqueológica que justifica ésta alineación se encuentra en las mismas representaciones de los murales de la estructura. Se puede apreciar la representación del Monstruo del Cielo (que es identificado como Itzamná) en la cerradura de la bóveda de los tres cuartos. En el techo de la estructura también se aprecian algunos animales como una manada de pecaríes (que pueden representar a una constelación, posiblemente a las Pléyades), también se puede apreciar la imagen de una tortuga con tres glifos que representan una estrella en el interior de la tortuga que representa a las tres estrellas de la constelación de Orion, a dos personajes con glifos de ! *%! estrella que pudieran representar a Marte y Aldebarán que justamente se encontraban a un costado de la Vía Láctea en los murales del cuarto y que en la fecha señalada se pueden apreciar éstos mismos astros a un lado de la Vía Láctea en el cielo de esa madrugada. Eso nos señala la importancia de la pintura mural con la arquitectura, para representar eventos astrónomicos (Galindo 1994: 99 y 100, 2000a: 46 y 47). Nuevamente mencionamos el caso de Edzná, ya que para el período Clásico durante su segunda etapa de apogeo y una vez levantada la pirámide de los Cinco Pisos, (aproximadamente del 600 al 1000 d.C.) se presentan algunas propiedades astronómicas de la estructura. Primeramente Galindo (1994) había medido el eje de simetría del templo que se encuentra en la parte superior de la estructura que se orienta hacia el poniente. En ésta orientación se realizaron las medidas correspondientes y al analizarlas y comprobarlas se pudo constatar que su eje de simetría se alineaba al Sol los días 29 de abril y 13 de agosto (Galindo 1994: 169, 2000: 45 y 2001: 35), fechas cuya importancia ya ha sido tratada desde el primer capítulo (Ilustración 22). Después de la investigación anterior, Espinosa (2002) realizó otras observaciones astronómicas en Edzná acerca de la función astronómicas de la pirámide de los Cinco Pisos, no sólo del templo que se encuentra en su parte superior sino de toda la estructura. Su propuesta es que la estructura de los Cinco Pisos sirvió como referencia para medir los pasos del Sol a lo largo del año, vistos desde la plataforma – altar que se encuentra enfrente de la estructura (Espinosa 2002). Los resultados a los que llegó fueron los siguientes: En el costado norte, cuando el Sol aparece a un lado de la estructura del primer piso durante el solsticio de verano (21 de junio); la esquina superior del primer piso indica la salida del Sol por ese punto en los días 8 de agosto y 2 de mayo que según el autor 70 indican períodos secos dentro de la temporada de lluvias; en el segundo piso, en su esquina superior, el Sol señala las fechas del 16 de abril y 26 de agosto que indican la fiesta de San !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 70 En mi opinión, opto por pensar que éstas fechas y otras que no tengan pivotes aritméticos relacionados con el movimiento del Sol, con los principios del calendario maya o que estén fuertemente apoyadas en datos históricos, etnohistóricos o etnográficos, posiblemente no contenían ningún significado cultural para los antiguos mayas. ! *&! Bartolomé71; entre la esquina superior del tercer piso son las fechas del 7 de septiembre y 5 de abril que nuevamente identifica con el santoral maya actual72; en el costado del templo, el Sol indica las fechas del equinoccio que son el 20 de septiembre y 21 de marzo (Espinosa 2002: 61 y 62). En la crestería encontró que muchos de los orificios marcaban fechas cercanas al 4 de marzo y 9 de octubre, fechas de importancia calendárica y que se asocian con Venus. En los costados sur de la estructura, en el ángulo formado por el techo del quinto piso y la pared sur de la crestería obtuvo las fechas del 14 de octubre y 28 de febrero que las relaciona con festividades de la cuaresma73; en el costado sur del cuarto piso encontró que el Sol señala las fechas del 17 de octubre y 24 de febrero que según el autor no encontró relación con ninguna festividad; en el costado del tercer piso encontró que el Sol señala las fechas del 11 de noviembre y 24 de febrero que las asocia con el ocaso de las Pléyades y por último en el costado del segundo piso encontró que el Sol señala el solsticio de invierno. Llegó a la conclusión de que el promedio de días que suceden entre las salidas solares es de 18 días cuya importancia señaló como importante para el calendario (Espinosa 2002: 63 y 64). Nuevamente, al revisar la metodología del autor, muchas de las mediciones fueron hechas a partir de brújula, por lo que ajustando los errores e imprecisiones ocasionados por la desviación magnética de los polos, es probable que las mismas (con diferencias de +/- un día74) puedan coincidir por la distancia de las fechas calendárico astronómicas, como las registradas en 29 de abril / 13 de agosto y 29 de octubre / 12 de febrero que en ambos casos dividen al año en una porción de 105/260 días, así como aquellas que señalan al sol en 4 de marzo / 9 de octubre y 12 de abril / 2 de septiembre que dividen al año en cinco partes iguales de 73 días. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 71 Otra observación es que considero que debe existir especial cuidado con éste tipo de interpretaciones basándose en el santoral maya actual, ya que como pudo haber tenido un significado prehispánico, este significado pudo haber sido impuesto por los conquistadores. 72 Yo me inclino por pensar que se trataría más bien de las fechas 2 de septiembre y 9 de abril, cuyo significado calendárico ya se expuso en el capítulo I, apartado I.2. “El calendario maya y las orientaciones de estructuras”. 73 Que no existía sino hasta después de la llegada de los españoles, mucho menos durante el Clásico. 74 Estas diferencias de +/- un día, son debido a que la astronomía practicada en tiempos prehispánicos fue a simple vista, por lo que el lector no deberá tomar con rigidez las fechas mencionadas, sino que podrá dar por válido aquellas que se acerquen con la diferencia de días mencionada. Lo más importante, es destacar las proporciones en las que fue dividido el año para fines del calendario y sus múltiplos. ! *'! Cercano a Edzá se encuentra el sitio arqueológico de Kankí es un asentamiento que también data del período Clásico, ya que, según su cerámica, se puede fechar alrededor de los años 600 a 700 d.C., durante lo que sería la etapa perteneciente al Puuc temprano. Este sitio es considerado como de tercer rango por lo que posiblemente no fue ninguna capital estatal, sino que pertenecía a alguna. Nuestro interés se enfoca a la investigación del arqueólogo Florentino García (2002), sobre la función astronómica de un mascaron del dios solar Kinich Ahau. El evento astronómico tiene lugar en el grupo principal del asentamiento que contiene a la Estructura Oeste que contiene el mascarón, la Estructura Noroeste y la Estructura Noreste. Desde la Estructura Norteste hacia el mascarón de Kinich Ahau, el cual tiene dos orificios en el lugar de los ojos, su eje es oriente – poniente, por lo que desde el marcador arquitectónico que se encuentra a un costado de la Estructura Noreste se puede observar al Sol ocultarse detrás del mascarón, creando un efecto de luminosidad sobre los ojos del mascarón. Los días en que ocurre éste acontecimiento según García son del 1 al 3 de mayo y del 7 al 9 de agosto y los asocia con la festividad de la Santa Cruz usada para la petición de lluvias (García 2002: 74). Yo propondría que al hacer la medición nuevamente pudiera ser que la alineación ocurra en fechas cercanas al 29 de abril y 13 de agosto, es decir, en fechas con importancia calendárica astronómica, las cuales no son muy lejanas de las propuestas por Florentino García. Otro punto que arqueoastronómicamente confirmará que éste asentamiento dependía de otros, es que la fecha presentada fuera debido a la influencia de un gran asentamiento cercano como lo es Edzná, ambos asentamientos fueron contemporáneos y se requiere la suficiente información que indique la relación entre éstos dos sitios, como por ejemplo lo podría ser algún registro epigráfico o de la cerámica. Una estructura peculiar en Campeche es la Torre del sitio de Puerto Rico, es un edificio cilíndrico, en el cual se encuentran unos respiraderos o ventanillas a los que se les ha atribuido una referencia astronómica en relación con la posición de algunas estrellas como Aldebarán, Sirio y quizá Pólux, la estrella más brillante de Géminis. Todo esto para su momento de construcción que es de 600 a 830 d.C. (según Ball 1973: 293), idea que todavía se mantiene presente entre algunos investigadores (Aveni 1991: 306 ! *(! y Benavides 1999: 148-149). Tichy (1992) había propuesto que las torres que se levantan de forma aislada sobre plataformas de los sitios del área de los Chenes en Yucatán tenían la función astronómica de marcar los pasos del Sol por el cenit, a manera de Gnomos. Los sitios que fueron estudiados son Nocuchich, Tabasqueño, Hopelchén y Hochob (Tichy 1992: 36-45). Sobre éstas estructuras, mencionaremos que también han sido identificadas con otros propósitos, como el de Torres emblemas o más recientemente como indicadores de entrada y salida al recinto sagrado de alguna ciudad maya. La arqueóloga Rossana May sostiene que en un estudio que las Torres de la Estructura 8 en Labná, se pueden observar representaciones míticas de personas y animales con características antropomorfas, así como también entre otras de sus funciones pudieran ser las que ya se mencionaron anteriormente, descartando que pudieran haber tenido un o función astronómica (May 2000), punto que todavía se encuentra en debate. Kohunlich es un sitio que se encuentra en el estado de Quintana Roo a unos cuantos kilómetros de la ciudad de Chetumal, el cual se le ha caracterizado por sus grandes mascarones en sus estructuras y sus representaciones del dios solar. En 1980, se localizó un evento astronómico importante: existe una línea que va desde la Plaza de las Estelas hacia el Edificio Este, en donde la orientación de éstas estructuras concuerda con la puesta del Sol el 9 de abril75 y el 2 de septiembre, tal como sucede en Copán con las estelas 10 y 12 y con el Templo 22 y la Estela 10. En este caso se propone que la presencia de líneas astronómicas de este tipo son indicadores de una técnica astronómica para el trazo urbano en el área maya y quizá en toda Mesoamérica (Cortes de Bradesfer 1991: 54-59). Uxmal es un sitio de gran tamaño que comenzó a florecer a partir del Clásico temprano y alcanzó su época de apogeo de 770 a 1,000 d.C. (Barrera 1985: 28). A Uxmal se le puede considera como un sitio de finales del Clásico tardío, aunque hay investigadores que lo sitúan en un período denominado Epiclásico que va del 900 al 1,050 d.C. aprox y es como un período de transición entre el Clásico y el Posclásico (Kowalsky 1987: 14). Observando la traza del sitio, vemos cómo hay una estructura que se sale un poco de la orientación general con respecto de toda el área nuclear del sitio. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 75 Se había propuesto el 12 de abril y el 4 de septiembre pero nuevos estudios corrieron la fecha hasta el 9 de abril y 2 de septiembre, de acuerdo con la clasificación de Galindo. ! *)! A esa estructura se le conoce como el Palacio del Gobernador (Aveni 1991), en la cual se ha detectado que su eje central se orienta a la salida de Venus en su extremo sur por las mañanas y en esa misma línea a unos 8 km de distancia se encuentra la pirámide principal de Tzetzuc76. Como otra referencia hacia la alineación descrita, se puede notar en la ornamentación del edificio varios mascarones de Chaac con el glifo de Venus (ilustración 23) en sus párpados inferiores, por lo que su arquitectura confirma el uso astronómico (especialmente de Venus) del recinto señalado (Hartung 1982 y Sprajc 1996: 172-173). Según el arqueólogo Víctor Segovia (1991), en el Palacio del Gobernador existe un gran simbolismo solar, ya que en la estructura se encuentran alrededor de 180 (pudiendo ser de 182 a 183) mascarones en cada lado. La cantidad ésta indicando el número de días que transcurren de un solsticio al otro y que por la orientación de la estructura el Sol siempre va a iluminarla sin importar cualquier época del año (la posición del Sol). También dio a conocer que en el grupo de El Palomar, al oeste de la Gran Pirámide, se crea un efecto de luz y sombra en el solsticio de invierno, ya que cuando se oculta el Sol, al pasar por la crestería crea el efecto visual de una serpiente (Segovia 1991: 62). Otro sitio que igual pertenece a finales del Clásico tardío y principios del Posclásico es Cobá. Es un sitio que se encuentra en el norte del estado de Yucatán y que se le conoce por el Sacbé que lo comunica con Yaxuná, siendo uno de los caminos más extensos de Mesoamérica y el más grande del área maya. Su temporalidad va del 600 al 900 d.C. en un primer período de apogeo y del 900 al 1200 d.C. en su segundo apogeo (Benavides 1981: 21-23). En éste asentamiento se puede ver otro tipo de alineaciones que no son solares y que están respaldadas por la pintura mural de sus estructuras. Se trata de la Estructura 1, del Grupo de las Pinturas. Aquí se puede apreciar un mural en el friso de su fachada con la representación en distintos paneles de las dos variantes del dios Itzamná. El eje de simetría del edificio se encuentra dividido por una columna y en el momento de su construcción se podía apreciar por las noches que la dirección de ésta entrada coincidía con las estrellas más brillantes de la constelación de Géminis que son Castor y Pollux. De ésta manera se podría asociar a las !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 76 ! Que antes se creía que era de Nopaht. **! representaciones de Itzamná y sus dos variantes con las dos estrellas (Galindo 2000a: 48). Oxkintok es un sitio en donde se pueden apreciar cómo en distintas épocas surgieron diferentes estilos arquitectónicos y cada uno de éstos se asociaba con motivos económicos y principalmente políticos (Lacadena 1990 y Rivera 1998). El sitio arqueológico cuenta con un patrón de asentamiento en el cual se concentran todas las estructuras en un pequeño valle formando grupos arquitectónicos. Las faldas de los cerros eran empleadas para el cultivo, ya que en la temporada de lluvias el agua arrastraba los sedimentos y minerales que nutrían a la tierra. En éste sitio se localizan algunos eventos astronómicos, cada evento difiere respecto al otro según la época en la cuál se emplearon. En la primera etapa de apogeo del sitio que va del 300 al 550 d.C., se comenzó con la etapa de urbanización, aquí se establecieron los conjuntos de tipo Acrópolis, se erigieron estelas y se edificó una estructura de planta laberíntica conocida como el Satunsat (Varela 1991). El Satunsat, es una estructura que consta de tres pisos, a su vez, estos tres pisos contienen una serie de pasillos que lo conforman como un laberinto, y según el diseño de su planta en su interior se mantiene obscuro. La estructura contiene alineaciones para los días del equinoccio a través de unas ventanillas (que se creían eran respiraderos), igual para cuando ocurren los pasos del Sol por el cenit, todo esto a la puesta del Sol, ya que su entrada se encuentra al poniente. Lo que llama la atención, es que cuando entran los rayos de luz al inmueble por las ventanillas iluminan todo el interior del edificio, claro que en la actualidad la estructura no se encuentra completamente restaurada (ilustración 25). El arqueólogo Ivan Sprajc lo asocia con ritos de paso e historias relacionadas con el universo y el inframundo (Sprajc 1990 y 1995). En la etapa siguiente que va del 550 al 710 d.C. hubo un cambio importante en la ciudad (posiblemente por la influencia teotihuacana) en donde se dejaron de labrar estelas e inscripciones, se levantan pirámides con templos en su parte superior. Posteriormente con el inicio del estilo arquitectónico conocido como Puuc temprano (710 al 820 d.C.) se dejaron de construir pirámides con templos y se levantan palacios, resurgen las estelas y las inscripciones, Oxkintok se encontraba en un período de apogeo y posiblemente dominaba la región (Rivera 1998 y Varela 1991). ! "++! Durante éste período se encontró un evento astronómico peculiar. En la estructura conocida como el Palacio Ch’ich (CA-7) se encuentra en su eje central un pilar con un personaje que se desconoce si era un gobernante o no, ya que se encuentra en un grado de erosión que no permite identificar ningún glifo u otro elemento que nos ayude a reconocerlo. Si nos situamos exactamente hacia donde observa el personaje, podemos apreciar el Grupo May, específicamente la pirámide MA-1 (que es una de las más grandes de la ciudad), midiendo la orientación se pudo ver que el Sol se oculta detrás de la pirámide en los días 9 de octubre y 4 de marzo, fechas calendárico – astronómicas lo que sugiere que el personaje se encuentra asociado a esas fechas (Casares 2002: 133). Después de aquella época, de los 850 a los 1,000 años d.C., Oxkintok deja de ser el principal centro político de la región puesto que Uxmal se encontraba en pleno apogeo, por lo que nuevamente se vuelven a interrumpir las inscripciones y algunos arqueólogos proponen que pasó a ser parte de los centros dominados por Uxmal, ya que el estilo arquitectónico presente es el Puuc Clásico con la variante Mosaico. Aquí se registra otro fenómeno astronómico. Este se encuentra localizado en la plaza noreste en la Estructura CA-9ª o Estructura del Arco. Benavides (1990) ya había mencionado que los arcos mayas tenían la principal función de servir de indicador de entrada y salida a los conjuntos arquitectónicos, pero también deja la posibilidad de que tuvieran otra función, en éste caso la función del arco aparte de servir de entrada al grupo Ah Canul, también es astronómica. Dibujo de las alineaciones de la Estructura CA-9a de Oxkintok, Yucatán. ! "+"! En la estructura se puede ver en su costado poniente una serie de piedras incrustadas en el piso formando un semicírculo. Este semicírculo es el marcador que indica las principales posiciones del Sol a lo largo de su curso, así como también nos indica las posiciones extremas de Venus. Desde el eje de simetría del semicírculo hacia el centro del arco hay una orientación que se alinea al Sol en las fechas del 4 de marzo y 9 de octubre (Ilustración 26), anteriormente presentes en el asentamiento. La orientación desde el extremo norte del semicírculo hasta la esquina sur del arco señala la salida del Sol en el solsticio de invierno y la línea de los extremos del arco permite ver a Venus en su máximo extremo sur. En la orientación del extremo sur del semicírculo hacia la esquina norte del arco se puede apreciar la salida de Venus en su máximo extremo norte. Al importante recordar la importancia de las fechas del 4 de marzo y 9 de octubre con el movimiento de Venus77 (Casares 2002: 130-132). En la misma época en Oxkintok, se puede apreciar otro evento astronómico en una estructura enfrente de la CA-9a, se trata de un baño de vapor, cuya entrada se encuentra en el oriente. En las mismas fechas del 4 de marzo y 9 de octubre se puede ver al Sol alineado con el eje central de la entrada al baño de vapor, creando un rayo luminoso que pega en el centro de una pequeña banqueta en su interior. También se puede apreciar el solsticio de invierno y el solsticio de verano, ya que el Sol en ésas fechas ilumina con un rayo de luz los extremos norte (21 de diciembre) y sur (21 de junio) de la banqueta que se encuentra en su interior (Casares 2002: 131 y 132). Dzibilchaltún es un sitio maya al norte de la península de Yucatán, muy cercano a la costa norte del estado de Yucatán. El asentamiento comenzó a florecer en el Clásico tardío (600 a 830 d.C.) y alcanzó un período de apogeo durante el Clásico terminal (830 a 1,000 d.C.). Aquí se encuentra un evento astronómico muy popular en la actualidad, que es un poco similar al que se encuentra en el grupo E de Uaxactún. Este es el caso de la Estructura 1-Sub o Templo de las Siete Muñecas (Ilustración 27), en donde se puede notar como el Sol sale por la ventana este para los equiniccios y en las diagonales de sus jambas para los solsticios (Casares 2001a, Huchim 1990: 36, Morales 1990: 29-31 y Sprajc 1995). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 77 ! Véase el Capítulo I, apartado I.2. sobre las orientaciones calendárico – astronómicas. "+#! También se ha propuesto que la Estructua 1 tenía un uso para la observación del paso cenital del Sol usando la “chimenea” que se encuentra en la parte superior de la estructura. En el interior se pudo observar un rayo luminoso que alumbraba a un altar (en donde se encontraron las siete figuras de barro con motivos relacionados con la fertilidad). La evidencia etnohistórica, específicamente en la relación de Landa, se registró el inicio del año a partir del segundo paso del Sol por el Cenit en un lugar cerca de lo que hoy es Conkal –a una latitud de 21º, justamente a la que se encuentra el sitio de Dzibilchaltún y su cercanía con el poblado (Casares 2001b). Otro evento astronómico registrado en Dzibilchaltún se encuentra en el Grupo de la Estructura 38. Este conjunto arquitectónico se levantó durante el Clásico tardío, las primeras estructuras eran la Sub 38, la 384, 385 y 386, más adelante, las estructuras 384, 385 y 386 (Andrews 1980) perdieron funcionalidad cuando (el edifico la Estructura 38 sobre el templo conocido como la Subestructura 38) se detectó la presencia de una alineación que pertenece a la familia que divide al año en cinco partes de 73 días con referencia al solsticio de invierno. Aquí se analizó la alineación de la Subestructura 38 y el cuarto que se encuentra en la estructura 386 del mismo grupo y se encontró que al amanecer el Sol pasa a través de la ventana este de la subestructura 38 en los días del 9 de octubre y 4 de marzo (Casares 2001b). En otro sitio yucateco ubicado al centro del estado, Acanceh, se pueden apreciar elementos arquitectónicos del Preclásico tardío y Clásico Temprano pero la estructura que presentaré se ubica en una primera fase durante el Clásico Tardío (600 al 800 d.C.) la cual fue cubierta sin ser clausurada por otra en el Clásico Terminal (800 al 900 d.C.), por lo que sólo se le añadieron funciones con la nueva, se trata de la Estructura 6-A de Acanceh u Observatorio. En su interior, la subestructura conservó una entrada estrecha para ingresar a su interior y en su parte superior se encontró que no presenta ninguna tapa o techo, por lo que inicialmente la arqueóloga Beatriz Quintal infirió que se trataba de un observatorio cenital (Quintal 2011). Haciendo mediciones al sitio, no sólo se pudo constatar de la posibilidad de hacer observaciones cenitales de la Subestructura 6-A, sino que en su mismo interior, el acceso estaba orientado a la puesta del Sol durante los ! "+$! equinoccios. Al no ser clausurado el acceso, no sólo siguió registrando los equinoccios y pasos del Sol por el meridiano del lugar, sino que los adosamientos posteriores diversificaron las observaciones, incluyendo aquellas que permiten determinar fechas de importancia calendárica. En las medidas con la brújula astronómica, las fechas que arrojaron fueron las del 9 de octubre / 4 de marzo, periodos en los que el Sol deja de ser visto desde el interior de la subestructura (Casares 2014). Aunque un asentamiento mayor que floreció durante el Clásico Tardío y Clásico Terminal (del 650 al 900 d.C.) fue la ciudad de Ichkaantijoo, también conocida como Thó en lengua maya- la cual se encuentra debajo de la capital yucateca que es Mérida. Al ser descrita en fuentes coloniales y con evidencia de sus edificaciones y materiales arqueológicos encontrados durante trabajos de mantenimiento a las calles de la ciudad moderna, es que en revisiones se propuso que una de sus calles pudiera respetar uno de sus antiguos caminos o Sacbeo’ob78. Esta práctica fue muy común entre los primeros conquistadores, quienes ávidos de fundar sus primeras ciudades, utilizaron muchos recursos urbanísticos previos para ahorrarse trabajo, pues todavía no contaban con suficiente mano de obra (Galindo 2006 y 2013). Justamente a un costado de Catedral de la ciudad, es que se reportó la existencia de una gran pirámide, la cual fue usada (junto con otras más) para la construcción de la misma y de edificaciones aledañas. Es en la actual calle 61 del centro de la ciudad donde su eje oriente coincidiría con el eje central de la misma, la cual tenía adjunta un camino blanco. Al conservarse la misma traza urbana, las mediciones que se realizaron con teodolito y ajustadas con la brújula astronómica nos dieron que el Sol se alineaba con la calle a su salida en las fechas del 30 de octubre y 3 de marzo, similares a las vistas en Acanceh, Dzibilchaltún y Oxkintok (Galindo 2006 y 2013). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 78 ! Forma plural en maya para designar el término de camino blanco. "+%! Ilustración 19. Alineación equinoccial vista desde el Templo II hacia el Templo I en Tikal, Guatemala. ! ! ! Ilustración 20 Estructura 1 de Calakmul vista desde la Estructura 2. Su eje de simetría apunta a las fechas del 29 de abril / 13 de agosto al oriente y del 12 de febrero / 29 de octubre al poniente. ! ! ! "+&! ! Ilustración 21. Torre de la Acrópolis de Palenque. Nótese el detalle de la entrada en forma de T en su vista poniente en la Torre<' Ilustración 21 Templo de las Inscripciones en su costado oriente. En la parte superior del templo, se ubican dos orificios que se alinean con el Sol durante el Solsticio de Verano. ! "+'! ! Ilustración 22. Estructura conocida como Edificio de los Cinco Pisos, localizada en el sitio arqueológico de Edzná. Ilustración 23. Nótese el glifo de Venus en los párpados inferiores de los mascarones de Chaac, que son un elemento decorativo del Palacio del Gobernador en Uxmal.' ! ! ' "+(! ! ! Ilustración 24. Pirámide del Adivino, Uxmal, Yuctán. Ilustración 25. Satunsat o Laberinto, Oxkintok, Yucatán. En su interior existen orificios que se alinean con el equinoccio, dejando ver su haz de luz. ! "+)! ! Ilustración 26. Vista desde el eje central del semicírculo al costado poniente del Arco Falso de la Estructura CA-9a de Oxkintok en fechas del 9 de octubre y 4 de marzo. ' ! Ilustración 27. Subestructura 1 o Templo de las Siete Muñecas en Dzibilchaltún, México. Vista del Sol durante el equinoccio. ! ! ! "+*! Ilustración 28. Interior de la Subestructura 6-A de Acanceh durante los equinoccios. Ilustración 29. Interior de la Subestructura 6-A de Acanceh, México. ! ""+! ! ! EL PERÍODO POSCLÁSICO (900/1,000 – 1,521 D.C.) Después del período Clásico se habla de un “supuesto colapso” de la civilización maya, punto que sólo tiene validez para las grandes urbes del Petén Guatemalteco, ya que al iniciarse el Clásico Terminal / Posclásico, muchos sitios –especialmente del norte de la península de Yucatáncomenzaron a florecer y en algunos casos iniciaron su período de máximo apogeo. Una de las principales características de éste período es el militarismo extremo, la actividad comercial y un constante flujo de migraciones en toda la región mesoamericana. Aquí se puede apreciar una gran diversidad cultural y la presencia de ciudades multiétnicas como Chichén Itzá. Con el paso del tiempo, las rutas comerciales se fueron expandiendo tanto que pronto el comercio llegó a ser una de las principales actividades de la época (Andrews 1998, Nalda 2002 y Fernández 1997). Durante éste período, aparece un grupo denominado los Putún – Chontales, quienes se supone llegaron en oleadas al norte de los altos de Guatemala y de la península de Yucatán. Este grupo étnico es conformado por la influencia de las culturas del Golfo de México y del Altiplano Central y son los que dominaron las rutas comerciales de éste período (Ciudad 1995: 92-94). A través de las oleadas de éste grupo, lograron establecerse por la costa hacia tierra adentro en el norte de Yucatán. De aquí se habla de un supuesto origen Tolteca en la cuidad prehispánica de Chichén Itzá (Ciudad 1995: 93 y Rivera 1995: 127) el cuál todavía sigue siendo objetos de acalorados debates entre los investigadores del área maya. La organización política durante el Posclásico se dio como parte del colapso de los estados hegemónicos de las tierras altas de Guatemala, como consecuencia, muchos grupos emigraron hacia las planicies del norte de Yucatán, por lo que aquí se pueden apreciar pequeños estados con sus territorios bien delimitados a manera de cacicazgos, que generalmente estaban presididos por linajes como en el caso de Mayapán, así como también a finales del período se pueden notar murallas en sus sitios (Nalda 2002 y Rivera 1995). Asimismo, durante este período disminuyó el número de estelas erigidas y su significado se convierte puramente en asuntos políticos con poca asociación a los aspectos divinos (Rivera 1995: 137). ! """! En cuanto a los aspectos ideológicos, se dejaron de labrar fechas usando el sistema de Serie Inicial, en cambio se simplifican los cálculos usando un sistema de cuenta corta en el cual a finales del período, se empleaban mayormente las cuentas del calendario sagrado como los períodos del Ahau, sistema que se empleo en crónicas de los nativos y fuentes como el Chilam Balam. También hay evidencias de que la escritura comenzó a tener una presencia más fuerte en códices que en estelas u otro registro labrado en piedra. La escritura se estaba formalizando cada vez más (Rivera 1995: 137139). Chichén Itzá es una de las urbes mayas más grandes, especialmente durante el Posclásico. Hay que señalar que Chichén Itzá se estableció durante el período Clásico, pero su período de apogeo comenzó a principios del Posclásico, o como muchos autores sostienen, durante el Epiclásico o Clásico Terminal (800 – 1,100 d.C.). Durante éste período, Chichén Itzá llegó a ser una gran capital en el norte de Yucatán, según Cobos esto ocurrió cuando los “Toltecas” llegaron al sitio y sólo reocuparon algunos edificios. El asentamiento contaba con un puerto que es el sitio conocido como Isla Cerritos, por medio del cual podía acceder a muchos bienes suntuarios y básicos (Cobos 1998 y Willey 1986). Dentro de ésta ciudad, se localiza uno de los eventos astronómicos más difundidos en toda Mesoamérica. Este evento se relaciona con la deidad de K’uk’ulkan, uno de los símbolos encontrados en la estructura conocida como el Castillo. En cada equinoccio, se presenta una hierofanía al atardecer, cuando se comienzan a formar triángulos de luz en toda la alfarda norte hasta llegar a la cabeza de serpiente (Ilustración 30). En la actualidad, miles de personas se reúnen para admirarlo. Pero no sólo en ésta estructura se da esta orientación, en el Osario (parecido a una pequeña replica de el Castillo) que tiene una forma y alineación similar a la estructura mencionada, parece repetirse en esta misma hierofanía. A éste caso no se le ha dado la completa atención, pues el que ocurre en el Castillo ha sido mucho más difundido (Arochi 1986 y 1991, Krupp 1991 y Galindo 2014). En años recientes, muchos investigadores han vuelto al sitio con nuevas interpretaciones, así como revisando algunas pasadas y entre sus propuestas en materia arqueoastronómica, han revelado nuevos datos que hacen aún más compleja la relación del Castillo con su entorno. Uno de éstos trabajos es del arqueólogo Arturo Montero, en los que destaca la orientación del eje ! ""#! poniente de la escalinata, visto desde el templo superior de El Castillo en las fechas 23 de mayo y 19 de julio, días del primer y segundo paso del Sol por el Cenit respectivamente. De igual forma, vemos como la ubicación urbanística de la pirámide, fue simbólicamente situada en el eje central donde convergen cuatro cenotes, incluyendo el cenote sagrado (Montero 2014: 123 – 128). Diagrama basado en el portal www.eleconomista.mx sobre el reportaje de El Castillo de Chichén Itzá y la entrevista a Arturo Montero y Guillermo de Anda, publicado el 3 de septiembre de 2013. En el Templo de los Jaguares, que se localiza en la parte superior del Juego de Pelota –el más grande de toda Mesoaméria- se localiza otro evento astronómico que en un primer acercamiento propusieron las fechas del 23 de mayo y 20 de julio que corresponden al paso del Sol por el cenit del lugar, lo que hace que en la puesta del Sol, se iluminen las jambas del Templo y también el cuarto en donde se encuentra la pintura de un guerrero (Ilustración 31). Ignorando las causas por las cuales se llegó a este conclusión Jesús Galindo revisó las alineaciones y obtuvo que las fechas eran correspondientes al 29 de abril y el 13 de agosto (Galindo 1994, Milbrath 1982 y Sprajc 2013). Ambas fechas dividen al año Solar de 365 días en la relación 104/260 días respecto al solsticio de verano. Esta relación está definida por las caracterísitcas numéricas del calendario mesoamericano. Otra estructura en el mismo sitio en donde se localizan orientaciones astronómicas y calendáricas es en el Caracol (Ilustración 32). Desde la parte superior podemos observar cómo cada una de sus ventanillas están orientadas hacia las salidas del Sol, de la Luna, de Venus y de otras estrellas que por desgracia no podemos presenciar debido a su constante movimiento ! ""$! (Arochi 1986, 1991, Aveni 1991, Broda 1984, Hartung 1978, Krupp 1991, Galindo 1994a, 1994b y 2014, Milbrath 1982 y Sharer 1998). Mayapán es otro sitio del posclásico que comparte muchas características arquitectónicas con Chichén Itzá. En éste sitio también se sostienen los argumentos sobre la presencia de la ocupación de grupos étnicos provenientes del Altiplano Central. Mayapán es una de las últimas capitales mayas que cayeron en manos de los conquistadores europeos. En éste lugar también se presenta un evento astronómico muy parecido al que sucede en Chichén Itzá. En la estructura conocida como el Castillo sucede la misma hierofania (Ilustración 33), con la única diferencia de que el evento se puede apreciar durante el atardecer del solsticio de invierno, en donde se puede observar el descenso de Kukulkán iluminando unos triángulos de luz hasta llegar al lugar en donde se encontraban las cabezas de serpiente (Arochi 1991 y Casares 2014). En Mayapán también encontramos eventos astronómicos que se encuentran representados en la pintura mural (con clara influencia del centro de México). En el costado oriente de el Castillo se localizan unas pinturas de un personaje descendiendo que se encuentra en medio de una esfera que es la representación de un disco solar, a los lados del disco aparecen dos personajes que se encuentran custodiando al personaje central, éstos dos personajes llevan unas lanzas y por su vestimenta se presume representean guerreros o guardianes. Según Galindo (2000a) por las condiciones en las que se presenta el cuarto sur del recinto, su orientación permite que sea iluminado por el Sol, ocurriendo éste evento en los días 9 de abril y 2 de septiembre, fechas que tienen como pivote al solsticio de verano, recordemos que el periodo entre las fechas presentadas y el solsticio de verano es de 73, que divide en cinco partes iguales al año y su movimiento puede ser calibrado con el del planeta Venus, el cual pudo ser observado desde éste lugar en las fechas de 1200 a 1350 d.C., cuando el Sol se encontraba saliendo y Venus atravesaba al Sol, apareciendo como una mancha solar (Ilustración 35). La pintura mural tiene en el centro del disco, una serie de manchas que pudieran ser indicativo de éste evento (Galindo 2000a: 49-51) Otro evento arqueoastronómico ocurrido en éste asentamiento ocurre en el Templo Circular, ubicado en el costado este del Castillo. Esta estructura ! ""%! se asimila al Caracol de Chichén Itzá, con la única diferencia que en su techo no contiene ninguna ventanilla o accesos hacia la parte superior, situación que a muchos investigadores los hizo pensar que no se trataba de ningún observatorio. Recientemente Galindo (1994) analizó y midió los ejes de las entradas del recinto y determino que si existían eventos solares (Ilustración 34). Según las mediciones, el Sol se alinea con la entrada oeste en los días 29 de abril y 13 de agosto, mismas fechas en que ocurren eventos solares en el Caracol de Chichén Itzá (Galindo 1994: 142 y 143). Considerando las construcciones de tipo caracol o estructuras circulares, Aveni y Hartung (1978) consideraron que su función es para fines astronómicos, como en los dos casos descritos anteriormente. En el sitio de Paalmul se encuentra una estructura circular o mejor dicho, dos cuerpos ovalados sobrepuestos encima de una pirámide de diez metros de altura. Al analizar las cámaras de observación y las entradas al recinto, se pudo determinar que su acceso norte – poniente se alinea con la máxima posición norte de la Luna. Según Aveni y Hartung, esta alineación lunar no es muy común, aunque Galindo (1994) identifica que los adoratorios lunares pueden ser comunes en sitios de la costa oriental como es el caso de la isla de Cozumel, en donde se encuentra un importante altar hacia la diosa de la Luna, anteriormente llamada Ixchel –hoy conocida como Ix Sak Uh79-, además que en esa isla existe una estructura en forma circular que pudiera tener alguna función astronómica (Galindo 1994 y Hartung 1978). De los trabajos recientes en materia arqueoastronómica a resaltar en la isla de Cozumel, están las mediciones en el sitio arqueológico de San Gervasio, que es el más grande encontrado en la isla, pero también en otros de menor rango como Buenavista y La Expedición. En ellos, resalta un patrón de estructuras que se orientan en un punto que va más allá de la salida y puesta solar en sus extremos solsticiales, siendo que el único astro de gran visibilidad como la Luna es posible su alineación en sus extremos norte o sur. A esto se le agregaría las representaciones en restos de la pintura mural el culto a la deidad lunar, práctica que fue muy extendida en la costa oriental durante el postclásico (Robles 1986, Sprajc 2010 y 2012). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 79 Investigadores como Traci Ardren han señalado que el término Ixchel no fue más que una invención del mayista Eric Thompson, quien mal entendió el término descrito para la deidad. El avance de la epigrafía ha hecho posible la lectura de la mujer asociada a la Luna como Ix Sak Uh (Ardren 2006: 29 e Isihara 2009: 23). ! ""&! El edificio que resalta por el de mayor tamaño en el sitio arqueológico de San Gervasio es el de la Casa Alta o Ka’Na Nah (Ilustración 36). Esta pirámide tiene un eje central este – oeste en cuya parte superior hay un pequeño templo que tiene entradas en el mismo. Es justamente desde ahí que el arqueólogo Ivan Sprajc es posible observar los solsticios de invierno hacia el oriente y el solsticio de verano hacia el poniente (Sprajc 2009: 117). En otras edificaciones como “Las Manitas” del mismo sitio, son posibles ver alineaciones solsticiales como la mencionada anteriormente, pero es la estructura de “Los Murales” la que más destaca, pues alude directamente a las salidas lunares extremas al sur y posiblemente de Venus también pero en su extremo norte (Sprajc 2009: 120 y 121). Otro tipo de orientación hacia cuerpos celestes nocturnos o constelaciones los podemos apreciar en otro sitio perteneciente a la costa oriental: se trata de Xelhá. Este sitio, durante el Clásico tardío, fue utilizado como puerto por el sitio de Cobá. Durante el posclásico sus edificios mantuvieron una similitud con otros sitios como Ecab, El Meco y Tulum. En el Templo del Jaguar, que pertenece al el grupo arquitectónico conocido como el Grupo de la Casa del Jaguar, se encontró en su interior una representación de una figura con forma de un posible jaguar que se encuentra descendiendo. La entrada al templo tiene un eje de simetría que, durante los años de 1,200 a 1,350 d.C. se encontraba alineado con la constelación occidental de El Escorpión. Lo anterior quizá esté indicando que el jaguar se podía identificar con ésta constelación, ya que la forma de la pintura se asemeja a la posición de los astros que conforman la constelación de El Escorpión (Galindo 2000a: 48 y 49). En Tulum, un sitio posclásico de la costa oriental, podemos seguir afirmando la idea de que el conocimiento astronómico sirvió para la construcción de algunas estructuras o grupos de estructuras dentro de ciudades en el área maya y casi toda el área de Mesoamérica, pues si observamos con detenimiento el mapa de Tulum, podemos establecer muchas líneas con referencias astronómicas hacia otras estructuras (Morales 1990: 33-34). En este sitio, mencionaremos el trabajo realizado por Stanislaw Iwaniszewski en el Templo del Dios Descendente que se encuentra al noroeste de El Castillo, mejor conocido como la Estructura 5, en donde un reflejo de luz, ilumina en la figura del Dios descendente el día del solsticio de invierno, o sea, el 21 de diciembre (Iwaniszewski 1987). ! ""'! Como ya se había mencionado, las representaciones de la deidad lunar Ix Sak Uh se hacen constantes en muchos de los sitios arqueológicos de la costa oriental, pero es en Tulum donde sus representaciones son más abundantes (Sprajc 2012: 981), coincidente con el hecho de que éste sitio es el más grande de la región citada en la temporalidad mencionada. Es también en la estructura más grande del sitio, conocida como El Castillo, que su eje de simetría al poniente coincide con la puesta del Sol durante el día del Paso del Sol por el meridiano o cenit del lugar, que es el 20 de mayo y 22 de julio (Sprajc 2013: 44). ! ""(! Ilustración 30. El Castillo de Chichén Itzá durante el equinoccio (Foto de Jesús Galindo) Ilustración 31. Templo de los Jaguares, ubicado sobre el Juego de Pelota en Chichén Itzá. Su entrada está alineada con la puesta del Sol los días 29 de abril / 13 de agosto. ! "")! ! ! ! Ilustración 32. Estructura conocida como El Caracol. Muchas de sus entradas superiores están alineadas con estrellas nocturnas, pero la mira al poniente está alineada al Sol en las mismas fechas calendárico astronómicas del Templo de los Jaguares. ! Ilustración 33. Pirámide de Kukulkan en Mayapán, México. Descenso de la serpiente durante el Solsticio de Invierno. ! ""*! ! Ilustración 34. Templo Circular de Mayapán. En su entrada oeste el Sol se pone en las fechas 30 de abril y 12 de agosto. Las fotos de la derecha muestran la alineación en su interior. Ilustración 35. Murales hallados en el costado oriente de El Castillo en Mayapán, donde se ven unos soles atacados por guerreros y puntos en su interior y la comparativa con una foto tomada durante el tránsito de Venus en la parte superior de la misma estructura en 2012. ! "#+! ! ! Ilustración 36. Estructura conocida como la Casa Alta o Ka’Na Nah en San Gervasio, Cozumel. La parte superior tiene un eje alineado con los solsticios de invierno y verano en sus opuestos. ! Ilustración 36. Tulum, Quintana Roo. A la izquierda el Templo del Dios Descendente y a su derecha El Castillo, ambos con propiedades astronómicas. ! ! ! "#"! ! CAPÍTULO IV. LA ASTRONOMÍA MAYA Y SU DESARROLLO ACTUAL “Si consideramos que la bóveda celeste, aunque a simple vista de todos, no es de fácil comprensión, resulta incluso lógico que los cuerpos celestes llegaron a ser objeto de devoción religiosa y los cielos se convirtieron en la morada de los dioses, de cuya voluntad, al fin y al cabo, dependía el bienestar y la supervivencia de la gente” Antonio Aparicio (1994: 21) Algunas personas tienden a pensar que después de la conquista española se extinguieron todos los aspectos ideológicos de los mayas, tales como su religión (incluyendo a sus dioses y a su zodiaco), sus rituales y todos los aspectos relacionados con su cosmogonía. Ciertamente ese era uno de los fines de la conquista ideológica protagonizada mayormente por los misioneros españoles de las órdenes franciscanas, dominicas y agustinas. Para la ejecución de éste fin se realizaron “autos de fe”, se obligó la doctrina cristiana a los hijos de los caciques y se castigó duramente las prácticas “herejes y paganas” de “adorar al demonio” pasando de los regaños hasta la misma muerte. En cambio, los mayas resistieron y adoptaron algunas de las prácticas impuestas por los conquistadores mezclándolas con las propias, creándose así un sincretismo religioso que es desde la época de la colonia hasta nuestro tiempos, parte de la identidad de los mayas, redefiniéndose de esta forma los cargos religiosos y los rituales prehispánicos para asegurar la existencia de la ideología maya. Por supuesto, la astronomía nunca se extinguió pero tuvo, al igual que otros aspectos de su cultura, transformarse y adaptarse para sobrevivir. Se continuó con la elaboración de códices y tratados, pero en lengua maya con escritura castellana. Pocas personas se interesaron por el registro de las actividades ideológicas, con el mismo deseo de acabar con tales prácticas, dichas personas tomaron registro de algunas prácticas rituales y religiosas. ! "##! Aún persiste la discusión si acaso de trató de una imposición de sistemas sobre otro, o si bien se mezclaron a manera de un sincretismo entre ambas ideologías religiosas y cosmogónicas. En el caso de la presente publicación, la postura que asumiremos es semejante a la propuesta por el antropólogo Mario Ruz, quien en uno de sus textos señala que desde la época colonial hasta nuestros días, los mayas poseen una capacidad de adaptación basada en su flexibilidad religiosa, la cual puede o no, adoptar ciertos elementos y la misma dependerá de cada grupo maya o de cada población (Ruz 1992: 212 y 2002: 249). A esta capacidad, la señala –como parte también de sus experiencias de campo- como “amarrar juntos” (Ruz 2002). Cada contexto, público y privado, particular o comunitario va a generar que, el ritual a seguir pueda ser de origen católico, prehispánico o incluso como hoy en día se asumen muchos mayas a los grupos cristianos no católicos que hay en sus comunidades. Pueden rezarle a los santos en las iglesias, a los cristos y al mismo tiempo también hacer las ofrendas a los señores del monte, ya sean en permisos a conceder o como agradecimiento por los favores recibidos (Casares 2014: 129). Este proceso que posibilitó la transmisión de conocimientos y saberes a través de los siglos, replanteándose, adaptándose y transformándose mediante los rituales, la tradición oral y los mitos. En ellos, estuvo contenido a forma de “núcleo duro”, un conjunto de conocimientos derivados de la observación de la naturaleza, que al mismo tiempo les permitió mantener una identidad que los unía con su propia tierra a pesar de la presencia extrajera, la cual en muchas comunidades sigue siendo ajena a las tierras en donde viven (López 2001, Casares 2014). Antes de entrar al desarrollo de la época colonial, durante esta edición se pensó en separar de forma más explícita un apartado donde se desarrolle el contenido astronómico vertido en los tres códices mayas existentes, haciendo la debida aclaración que si bien su origen es de temporalidades prehispánicas, presumiblemente durante el Postclásico, fue a raíz de la conquista que se dieron a conocer y llegaron a Europa, sobreviviendo a los autos de fé mencionados y con ello conocer sus contenidos hoy día. Es por ese contexto con el cual sobrevivieron que se toma la decisión de manejarlos en ésta sección y no en la anterior. ! "#$! En la actualidad, los mayas hacen uso de un zodiaco80, el cuál todavía se mantiene hermético entre los especialistas religiosos o sacerdotes tradicionales mayas, personas que se encargaron de mantener viva la memoria colectiva y el conocimiento de su cosmología. Son personas asignadas al cuidado y preservación de todo éste conocimiento, también se encargan de la realización de los rituales apropiados para las necesidades de las personas, tales como la petición de lluvias, cura de malos espíritus y la protección de su comunidad. Los sacerdotes mayas actuales mantienen sus jerarquías dentro de éstos procesos y en cuanto al dominio del conocimiento ancestral, como se supone también fue en las épocas prehispánicas. También habrá que mencionar, que con los movimientos milenaristas del New Age y las políticas comerciales en materia de turismo del mundo maya y algunos movimientos políticos de reivindicación han generado una enorme cantidad de personas que se autonombran como sacerdotes mayas, la cual, en poco o nada coinciden con las formas descritas del proceder de su actividad según las primeras etnografías en la misma región hasta la fecha, en otros casos, incluso esos mismos autoproclamados sacerdotes mayas no hablan la lengua maya y apenas entienden algunos aspectos. Captadores de energías, mensajeros de paz y todo tipo de mensajes causan incompatibilidad con lo que los estudios arqueológicos han encontrado, al igual que los mismos estudios históricos, lingüísticos y antropológicos. En el caso de la astronomía, la remiten a un sentir astrológico más cercano a las concepciones occidentales que mayas. En este sentido, se le pide al lector que conforme a los conocimientos vistos en las secciones anteriores, haga un análisis crítico de la información que será vertida a continuación, en vista de que el mismo pueda ser fundado con información derivada de las ciencias antropológicas y que, al hablar de las formas en las que fue presentado dicho conocimiento, tenga un panorama más claro y amplio de cómo y porqué fue preservado, apoyado en datos que pueda constatar así mismo en el campo si así lo desea. Esto nos permitirá valorar el desarrollo cultura maya y su astronomía en su propia dimensión cultural. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 80 Una serie de días asociados a eventos o deidades que predicen el futuro, realmente existe discusión si existe propiamente un zodiaco maya tal como en tiempos prehispánicos. La realidad es que existe entre los mayas una serie de cuentas en torno al calendario de 260 días y los respectivos múltiplos calendáricos (Cfr. Cap. I.2.), en Yucatán, tal práctica es llevada a cabo por el J-Meen. ! "#%! LOS TRES CÓDICES MAYAS Durante el período inicial de La Conquista, los mayas se encontraban en un momento de reconfiguración, habían dejado una organización de ciudad – estado – hegemónica hacia la creación de pequeños territorios o cacicazgos. A la llegada de los españoles, mientras en el Altiplano Central la conquista territorial fue un proceso rápido, en el área maya requirió bastante tiempo y no todas las comunidades sucumbieron ante las armas españolas, ya que muchos grupos se refugiaron en la inmensidad de sus selvas y montes, lugares tan inhóspitos para los europeos que durante mucho tiempo permanecieron en aparente libertad. El proceso de la conquista aniquiló a muchos habitantes –junto con todas las nuevas enfermedades para los pobladores americanos– y se estableció un régimen político diferente, por otro lado, la conquista espiritual trató de aniquilar el conocimiento “endemoniado” de las nuevas tierras, destruyendo y quemando toda información (códices) y castigando a los practicantes de las idolatrías y herejías en algunos casos. En otros casos trataron de persuadir a los nativos para cambiar sus hábitos religiosos y sociales, para ello, trataron de usar los mismos símbolos de los mayas para convencerlos de que tenían otro significado o usando sus propias palabras para evangelizarlos. Uno de los ejemplos más remarcables, fue el uso de dos conceptos mayas para la enseñanza del monoteísmo, descrito únicamente en algunas fuentes coloniales como el Diccionario Maya de Motul, donde se introduce como el concepto del maya yucateco Junab Kú81 (Jun = uno, Ab = solo, Kúj = Dios/deidad). Esta práctica se encuentra ausente en fuentes etnohistóricas y mucho menos en fuentes escritas del maya prehispánico (Guillermo Kantún –comunicación personal- 2013). En todo éste proceso, lo único que lograron fue un sincretismo entre los conceptos religiosos cristianos y los conceptos religiosos mayas. En muchos casos se trató de cambiarles a una divinidad por un Santo, por lo que sólo cambio el aspecto físico de la divinidad por el del Santo, pero mantuvo sus propiedades religiosas originales. Para los mayas, K’in era una de las principales divinidades, su poder lo hacía el centro del universo y de sus !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 81 ! Algunas personas del área mística del New Age se refieren al mismo como Hunab Ku. "#&! puntos cardinales, los misioneros intentaron cambiar a éste Dios por Cristo, el hijo de Dios, el centro del universo, es por eso que en muchas comunidades mayas contemporáneas se puede ver la asociación de Cristo con el Sol. A pesar de todos éstos intentos, muchos de los sacerdotes mayas, decididos a conservar y seguir transmitiendo el conocimiento ancestral sobre su religión y sus orígenes, comenzaron la elaboración de códices en donde se plasmaban sus textos de carácter esotérico y adivinatorio, sus ciclos de 260 días y sus significados, así como también los ciclos de muchos astros como parte de su zodiaco y de sus propiedades sobre los hombres. Estos ejemplos se pueden apreciar en los códices de posible origen colonial como lo son el Dresde, el París y el Trocortesiano, que lograron escapar a las hogueras de los misioneros. Analizando cada uno de éstos códices, podemos ver que el códice de Dresde, se encuentran buena parte de los ciclos del planeta Venus, especialmente en algunas páginas como la 24, 46, 47, 48, 49, 50 y 58. Muchos de los numerales acompañados de los signos de Venus tienen una suma de 584 días y a un costado de los ciclos se puede apreciar posibles propiedades del astro, como en la guerra asociada a Venus en la página 47 (Davoust 1997: 121-123). También se puede encontrar en el códice Dresde períodos de 260 días junto con deidades como es el caso de la página XLII C del presente códice, en donde se puede notar a Chaak, la deidad de la lluvia atacando al dios del maíz, y junto a los personajes se puede notar una cuenta de 260 días (Brito 1991: 146). Otra información astronómica del códice Dresde son las posibles estaciones de los eclipses solares relacionados con el ciclo de Venus en las páginas 52, 54, 55, 56, 57 y 58, en donde se pueda apreciar al glifo de la noche junto con una banda celeste encima del glifo que aparece devorado por una serpiente. Este conjunto ilustra el momento en el que ocurre el eclipse (Davoust 1997: 121-123), además según la información etnográfica, el eclipse sucede cuando el Sol es poseído por un monstruo e intenta comerse a la Luna 82 (Ilustración 37). Una imagen similar puede ser apreciada en la vasija K5359 de la colección de fotografías de Justin Kerr. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 82 Como un dato cultural, cuando una mujer ve un eclipse y no intenta espantar al monstruo y se rasca, su hijo tendrá un gran “angioma venoso” en el lugar en donde la madre se rascó, que en Yucatán se le conoce con el nombre de Chi’iba Luna. ! "#'! Otro de los contenidos vertidos en el códice, el cual se malinterpretó por desconocimiento o intencionadamente con otros fines distintos a los académicos, fue la página final que es la 73 y 74 en la se aseguraba un diluvio como señal del fin del mundo para el 2012. En ella y a pesar de la falsedad de la información, se aprecia en efecto una escena con abundante agua saliendo del cocodrilo celeste, del dios L y una combinación de Chaak con Ix Chak Chel vertiendo agua de un cántaro, al que algunos epigrafistas leen como Chaak Chak Chel, que entre los cuales y previo a una era se encontraban destruyendo al mundo. Lo que se lee en el texto, es equivalente a “la tierra y el cielo se oscurecen”, iconográficamente coincidente con los glifos de eclipses que se ven en el abdomen del lagarto vertiendo agua (Ilustración 40). Otro códice que posee información astronómica es el Códice París, que contiene una serie de ciclos que todavía no han podido ser identificados debido al deterioro del biombo y porque a lo mejor representan constelaciones que posiblemente formen parte del zodiaco maya y se representen en forma de animales, como los que aparecen en la ilustración anterior, ya que algunos de los animales aparecen devorando al glifo de la noche que en su parte superior aparece junto a una banda celeste (Bricker 2011). Posiblemente éstos animales sean criaturas celestiales que representan alguna constelación (Ilustración 41). El otro códice es el Madrid o Trocortesiano). Aquí se ilustra la actividad astronómica asociada con la agricultura, ya que en la página 34 (Ilustración 42) aparece un personaje sentado rodeado de ojos que representan estrellas, aquí se ilustra ésta actividad de forma similar a los códices del centro de México, en especial a la foja 63r del códice mendocino, en la cual se encuentra un antiguo observador del cielo de forma similar a la mencionada para el códice maya. (Aveni 1991 y Galindo 1994). En la literatura etnohistórica de códices mixtecos, se narra que las estrellas fueron guerreros, algo similar a lo que sería su alma y desde los cielos observan lo que acondece en la vida terrestre. Un similar para el área maya, es la narrativa del Popol Vuh en referencia a lo que sería la historia de los 400 muchachos que mató el cocodrilo Zipacná (Chinchilla 2011: 189 y 190). En el códice Madrid, en la página 76 y 75 aparece una representación del universo maya, en donde se ilustran las cuatro esquinas del mundo, ! "#(! asociadas con divinidades y en el centro una pareja (Ilustración 43). Aquí también aparecen unos numerales que no se encuentran agrupados de la forma tradicional, pero que al contar cada uno de ellos según su color, forman la cantidad de 260 días, justamente el calendario ritual (Paxton 1997: 108 y 109). Esta representación esquematiza el movimiento del Sol a través de los equinoccios al centro y por cada una de sus esquinas en la posición solsticial, en ella, se aprecia unos signos en formas de pies cuya dirección es hacia el centro del mismo, en lo que serían los glifos para Be que en maya yucateco significa camino o caminar. Al mismo tiempo, la posición central está compuesta de los dioses ancianos de la creación con las mismas tres piedras que aparecen en aquel mítico evento. En los extremos se aprecia a través de la iconografía, las direcciones cardinales con sus colores y los rituales asociados a cada una de ellas (Bricker 2011). En términos generales, los códices contienen rituales asociados a las principales actividades que mantenían en la sociedad maya prehispánica, así mismo también éstos mitos y ritos se asocian con el movimiento de astros y constelaciones como señal divina y de contenido adivinatorio. Entiendo en su propio contexto, no se señalan fechas exactas y son de información muy escueta en sus almanaques, lo cuál es una características de muchos de los documentos adivinatorios en las principales culturas, pues éste carácter ambiguo, permitió a quienes lo usaron contar un margen de error en caso contrario a lo especulado. ! "#)! Ilustración 37. Páginas 44, 45, 46 y 47 del códice de Dresden donde se pueden ver las representaciones de los ciclos de Venus junto con una iconografía bélica en sus costados. ! ! Ilustración 38. Fragmentos inferiores de las páginas 56 y 57 del códice Dresden. Acá se puede observar la representación del eclipse con el glifo de noche siendo devorado por una serpiente. ! ! ! ! "#*! ! Ilustración 39. Vasija de procedencia desconocida, en ella se aprecia al centro, una serpiente devorando a la luna representada por la diosa joven y el conejo (Justin Kerr K5359). ! F*$/03-,"G+'>=<'O-4P+-/'Q;'I'Q>'()*',G(",)'!3)/()+6',$I&',&+0)+"(&'-*$()'-'$+'),*"N/)<' ! "$+! ' ' ' ' F*$/03-,"G+'>:<'O54"+-/'R;'I'R>'()*',G(",)'O-3P/'S$)'"*$/03-+'#-+(-/',)*)/0)/'I'N&3'()#-%&' ()')**-/6')*'4*"8&'()'+&,9)'/")+(&'()J&3-(&'N&3'-+"C-*)/',)*)/0)/<' ' ' ! "$"! ' F*$/03-,"G+'>R<'1&CN-3-0"J-')+03)')*',G(",)'T-(3"('UN54"+-';>V'I')*',G(",)'T)+(&L-'U8&*"&' W;3V<'.+'-C#&/'/)'-N3),"-'*-'8"4$3-'()*'-+0"4$&'&#/)3J-(&3<' ' ' F*$/03-,"G+'>;<'O54"+-/'QX'I'QW'()*',G(",)'T-(3"(6'3)N3)/)+0-+(&')*'$+"J)3/&'C-I-<' ! "$#! LA CONQUISTA Y ÉPOCA COLONIAL La práctica de orientar las estructuras con fines astronómicos aparentemente desapareció a raíz de la conquista, aunque según estudios arqueoastronómicos y urbanísticos actuales, se ha demostrado que durante la colonia, algunas estructuras coloniales como las iglesias seguían un patrón de orientación solar, persiguiendo algunas fechas en donde el Sol se alineara con la iglesia para supuestas festividades cristianas pero que también contenían un remanente prehispánico. En Yucatán y otras regiones del área maya, muchas de las orientaciones de las iglesias (incluyendo a la Catedral de la ciudad capital Mérida) están orientadas hacia el poniente y todas éstas comunidades tienen sus ejes centrales (pudiendo haber sido antiguas calles prehispánicas reusadas) orientados hacia las cuatro esquinas del mundo maya, es decir, los cuatro puntos cardinales, especialmente en comunidades pertenecientes a los siglos XVI y XVII en el municipio actual de Maní y específicamente, algunos de los municipios cercanos tenían como eje a la ciudad de Maní (Aveni 1991: 312 - 313 y Galindo 2013: 39 – 43). Una gran fuente de información acerca de prácticas astronómicas durante la colonia son los relatos proporcionados por los misioneros y viajeros que anotaron todas las costumbres que habían estado observando. Estas fuentes coloniales son tan valiosas como los códices para entender prácticas y costumbres pasadas y coloniales. Para le época de la colonia, todavía se preservaban algunas prácticas rituales con contenido astronómico 83. Una de las principales fuentes para el área maya es Fray Diego de Landa. Una de ellas era el conteo de los días en veintenas y su agrupamiento de cinco en cinco y de cuatro en cuatro. Este sistema de numeración al parecer se mantenía intacto en tiempos de Landa y aunque no menciona explícitamente el uso de un calendario dual de 260 y 365 días si menciona nombres del calendario ritual y del calendario civil (que se utilizaron en épocas prehispánicas según los registros arqueológicos). Entre las prácticas rituales que menciona Landa, llama la atención cuando indicaba que la gente adoraba a cuatro deidades conocidas como los Bacab que se dividían !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 83 Cabe aclarar que la información presentada es una transición entre el período postclásico y la época colonial que más adelante sufriría modificaciones a partir del proceso de sincretismo cultural. ! "$$! en cuatro (hermanos según Landa) y que Dios los había puesto en cuatro puntos de la tierra cuando la creo, para que la sostuvieran y el cielo no se cayese (Landa 1966: 62). Los nombres que les habían asignado junto con sus direcciones cardinales fueron (según el orden de mención de Landa): para Kan era el medio dia (sur), Muluc el oriente, Ix el norte y Cauac el poniente. También menciona que éstos dioses aparecían en las principales festividades de los naturales y cada uno era puesto en las cuatro esquinas de la comunidad (Landa 1966: 61-63), concordando con las prácticas de orientación de edificios y comunidades (indicados en la página anterior) según su cosmovisión cuatripartita, que se mantiene viva en la actualidad. ! Rueda de los Katunes, a la que Fray Diego de Landa refiere como “la guerra de los katunes” y se explica la forma de calendarizar el tiempo con el sistema de cuenta corta. ! "$%! Otra de las aportaciones de Fray Diego de Landa, fue la descripción del funcionamiento de su calendario, que de forma muy similar aparece en otras fuentes etnohistóricas como los Chilam Balam. En ella, la llamada “rueda de los katunes” se explica la forma en la cual se contaba usando el sistema de cuenta corta, el cual fue usado de forma más extendida en el Postclásico, momentos antes de la llegada de los conquistadores (Landa 1966: 64). Otra de las fuentes coloniales donde podemos extraer información que nos dé pistas sobre las formas en las que se manifestó la observación de los cielos, son aquellas escritas en la clandestinidad, ocultas de toda presencia de misioneros pero en su contenido. Se trata de los Chilam Balam, los cuales son un conjunto de escritos que provienen de distintas regiones del norte de la Península de Yucatán, el más conocido, el Chilam Balam de Chumayel. Este facsímil cuyas fechas corresponden al calendario juliano contiene información relacionada con el calendario, los linajes y textos proféticos, que difieren de aquellos textos proféticos de los códices prehispánicos. Esta diferencia es debido a que, durante la colonia los mayas ya no tenían el status quo que los caracterizo previo al mismo, sino que se encontraban en una situación desfavorable en cualquier sentido. Esto generó un sentimiento de odio hacia los conquistadores que motivaba a un futuro no muy lejano, a la sublevación. En esta, se puede apreciar el uso de sus sistema calendárico en sus textos (De la Garza 1992: 41). Entre las señales proféticas que ambos investigadores señalan, se menciona una que hace referencia a una profecía del Chilar Balam en donde una catástrofe se repetiría y las señales son eventos astronómicos. Según Mercedes del Garza, una de las profecías dice: “Cuando llegaron los españoles había un gran rey llamado Juan Tutul Xiu, que se fue al Oriente por un sacbé subterráneo, que comienza en Tulum y se prolonga bajo el mat. Este rey está al tanto de la conducta de los mayas; si se entregan a los invasores, hará que Dios ponga una cortina negra delante del Sol, causando la destrucción del mundo. Pero si algunos logran mantenerse separados de ellos, o al menos en alianza con extranjeros que sepan leer jeroglíficos antiguos, ! "$&! entonces Juan Tutul Xiu retornará del Oriente para reinar entre los suyos” (De la Garza 2001: 192). Esta profecía retoma elementos de la conquista y alude a los momentos en que se encontraban los mayas yucatecos. Aquí se puede ver que en el seguimiento de las profecías de los libros del Chilar Balam, tal seguimiento también implica la búsqueda de señales en el cielo que les indicaría el momento para actuar, señales tales como las que se mencionan en el texto, una cortina negra delante del Sol haciendo una clara alusión hacia algún eclipse solar, quizá lunar (Ilustración 44). De igual manera que se mencionó en los textos de Fray Diego de Landa, en la foja 39r del mismo documento se señala una “rueda de los katunes” en la que se ilustra de forma esquematizada, las fechas ajaw del calendario sagrado o cuenta corta con las que se determinaban las fechas., muchas de las cuales están descritas en otros de los textos proféticos mencionados en el documento (De la Garza 1992 y 2001). Lo interesante, es que su funcionamiento nos atestigua de cómo, a pesar de la introducción del calendario europeo, éste se complementa con el calendario maya de 260 días, especialmente para actividades relacionadas con la milpa y la adivinación. En documentos similares, escritos en las regiones mayas, siendo de contenidos medicinales como El Ritual de lo Bacabes o códice Calkini, el Rabinal Achí, o el Chilam Balam de Ixil, es posible encontrar formas que nos demuestran elementos propios de la cosmovisión maya, tales como la visión cuatripartita del universo y del alma humana, rezos que invocan múltiplos alusivos al calendario, tales como el numeral 13, 52, 65, 73, 260 y 365 (Arzápalo 1987, De la Garza 1992 y Casares 2014). Sean éstos partes del alma humana, o como remanentes de los sistemas calendáricos prehispánicos, conformaron parte del núcleo duro de los sistemas ideológicos mayas. Desde finales del período colonial hasta la época independiente de México y otros países centroamericanos del área maya, aparentemente se mantuvo un “hiato” o un profundo vacío en torno a la información que tratara sobre los asuntos religiosos de los mayas, a mi parecer esto es debido a la situación de inestabilidad que existían en esos países y en el caso específico de México, a todos los problemas internos y externos, en donde ! "$'! el único interés de México y especialmente de los gobierno de Campeche y Yucatán era tratar de encasillar a los indígenas dentro de estancias y haciendas y explotar la mano de obra que proporcionaban. Quizá las condiciones ideológicas de los grupos mayas que no se sometieron a éste proceso sean las mismas que se presentarán en el siguiente apartado. Pero a pesar de tal situación, durante éste período del cual no se tiene mucha información, podemos rescatar algunos documentos indígena (como Santo Almaht’an 84 ) e informes militares y de viajeros para obtener información, aunque muy escueta sobre lo que acontecía en cuanto a prácticas rituales con motivos astronómicos. Durante la guerra de castas en Yucatán se hizo evidente un grupo de rebeldes mayas provenientes del oriente de la península, denominados los Cruzo’ob 85 que aparecieron aproximadamente en 1850 (Lizama 2000). Entre los puntos a destacar de éste movimiento se encuentran el análisis de las señales proféticas que indican el antropólogo Jesús Lizama (2000) y la historiadora del arte Mercedes de la Garza (2001), éstas profecías fueron elaboradas durante la época colonial y algunos eventos de la guerra de castas las usaron como estandarte y justificación para tal movimiento de liberación. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 84 85 ! Escrito por Juan de la Cruz Puc, que perdura en las comunidades donde viven los Cruzo’ob. Seguidores de la cruz parlante. "$(! Ilustración 44. Foja 16r del Chilam Balam de Chumayel donde menciona a un eclipse en la parte superior, acompañado de textos proféticos. ! "$)! Ilustración 45. Foja 39 del Chilam Balam de Chumayel que resalta la “rueda de los katunes” con una breve descripción en maya colonial de lo que acontecerá en ellos. ! "$*! LA ASTRONOMÍA MAYA CONTEMPORÁNEA Como ya se explicó en la introducción al presente capítulo y se pudo apreciar en la explicación de la continuidad durante el período colonial e independiente (antes del siglo XX), la actividad astronómica nunca se interrumpió. La temporalidad que consideraré como prácticas astronómicas mayas modernas será a partir de las primeras etnografías realizadas por instituciones académicas de principios del siglo XX hasta las etnografías realizadas durante el primer año del siglo XXI. En cuanto a la actividad estudiada la seguiré nombrando astronomía por el grado de conocimiento necesario para comprender el movimiento de un determinado astro, aunque en realidad nunca ha dejado de ser astrología, ya que para el sacerdote maya, el interés en seguir el movimiento de los astros es para entender el comportamiento del hombre según la voluntad de los dioses y la naturaleza. En el pasado prehispánico, la astronomía maya se hacía presente a través de las pinturas murales, los registros labrados, los códices y en la orientación de sus observatorios y templos. Después de la conquista, la astronomía se manifiesta a través de los rituales y los rezos mayas. Buena parte de los rituales mayas que voy a exponerles tienen su remanente prehispánico, y de una manera implícita demuestran que el conocimiento astronómico no se ha extinguido. Cada ritual puede diferir de una región maya a otra, tanto en el contenido como en las fechas en que se presente, aunque se trate del mismo astro, como lo pudiera ser el Sol o algún otro cuerpo celeste como las Pléyades. En todas éstas etnografías se hacen presentes lo rituales, elementos que según Turner (1988) son el reconocimiento compartido de una existencia de vínculos entre los miembros de un grupo o una etnia (Turner 1988). Como la astronomía se encuentra dentro de los rituales, éste conocimiento también es considerado como un aspecto que representa la identidad maya, así como el tejido y la lengua, ya que también es parte de su cosmovisión. Dentro del mismo, otro elemento que veremos, es el uso del calendario ritual de 260 días en combinación con el año solar de 365 días y sus respectivos múltiplos, los cuales siguen teniendo fuertes vínculos con la agricultura. Con respecto al calendario civil, quizá sólo se reconfiguró con el calendario gregoriano (primeramente juliano) que fue impuesto por los ! "%+! conquistadores y en la actualidad es el regulador de todas las actividades de la comunidad con relación a la vida civil y que los engloba en sus respectivos países y estados de los mismos. En el caso de los mayas contemporáneos, especialmente para los mayas yucatecos, la persona encargada y guardián del alto conocimiento y del orden cósmico es el J-Meen 86 (Bastarrachea 2001 y 2002). Según Thompson (1984) consideró a los J-Meeno’ob como los remanentes de una jerarquía de sacerdotes menores, puesto que sólo se encargaban de adivinaciones, curaciones y la realización de simples ritos y ceremonias de lluvia, ya que al momento de la conquista, desapareció el alto clero sacerdotal de los mayas y únicamente sobrevivieron a causa de su humilde condición (Thompson 1984: 214). Esta idea ha sido controversial, ya que el uso de calendarios sagrados y principios aritméticos similares a los encontrados en códices mayas como el Dresde (Lee 1995) podría decir que son evidencia de que los J-Meeno’ob no son los remanentes de una jerarquía menor sino son directamente los descendientes de la clase sacerdotal maya. Dentro de las actividades del JMeen y a lo largo de su proceso de aprendizaje, existen varias categorías dentro de su grupo de especialistas religiosos. Según Bastarrachea, para que una persona pueda ser un J-Meen, necesita de una formación, pero se dice que los más poderosos son los que al momento de su gestación, reciben el don de la sabiduría y sus poderes cuando se cruzan dos astros de nombres Sáastun y Sáas Kili’ichbitun87. Antes de que alcance la categoría de J-Meen, necesitará pasar por cuatro etapas aunque el esquema varíe un poco de acuerdo a la región. En Chinkindzonot se encuentra la siguiente categoría; el Aj Ts’aak Xiiw o Hierbero, Aj K’in Boobat o sacerdote profeta, el Aj K’in Ch’áak o sacerdote de la lluvia y el Aj K’in Balamtun o sacerdote solar, guardián de la estela (el alto conocimiento). En Espita encontramos otra clasificación similar a la anterior, el Yáax Yul Uk’ik Ka’an o primeros conocimientos, el K’abax T’aan Ka’an o vocero del cielo, el U Jaajats’ Ka’an o Rayo del Cielo y el J-Meen o el que hace porque sabe. La principal función del J-Meen es conservar y transmitir el alto conocimiento así como proteger con su DON a su !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 86 Es la forma en la que se conoce en maya yucateco al especialista religioso que resguarda el antiguo conocimiento que los identifica y les su sello cultural como mayas. 87 Los cuales todavía no has sido identificados dentro de las constelaciones y astros occidentales. ! "%"! comunidad de los malos vientos y la maldad en general (Bastarrachea 2002). Otra de sus características, es que sus rezos siempre son en lengua maya, nunca en español, la que según ellos, esta lengua es traída por los de fuera y los señores del monte no la saben reconocer (Bastarrachea 2001). Esto no es único de la región maya de Yucatán, tanto entre los caqchiqueles como entre los kekchís, la mayor parte de estos conocimientos que Bartolomé (2004) designaría “de costumbre” recaen sobre el papel del especialista ritual – religioso local, llamado en sus respectivas lenguas como chimán (especialmente entre los caqchiqueles de Chimaltenango, Guatemala), cuya labor es la de ser un intermediario entre las deidades y los hombres, un mantenedor de las costumbres y tradiciones, las actividades adivinatorias y el uso de los calendarios prehispánicos. Su poder es maximizado por el uso de fetiches tales como rocas de cuarzo, granos o cualquier piedra o mineral de difícil extracción (Ruz 1992: 234). Regresando con los mayas peninsulares, todos estos principios se hacen manifiestos en la vida ritual de los mayas, tal es el caso del Cha’Cháak. Mientras los hombres preparan los panes de maíz (a manera de ostias) estos deben ser cocidos en un horno subterráneo (pibinales); dichos panes son una representación cosmológica ya que algunos están divididos en trece capas de maíz y otros en nueve capas de maíz, los primeros representando a las trece capas del cielo y los otros a las nueve capas del inframundo. A su vez, sobre la mesa de ofrendas se colocan 16 jícaras y a cuatro metros de ésta se coloca un travesaño de donde penden otras dos jícaras, que en conjunto simbolizan los 18 meses de 20 días del calendario maya prehispánico. A los anteriores se agregan cinco jícaras para ingerir las bebidas rituales, que aluden a los cinco días finales del calendario mencionado (Bartolomé 1988: 243 y 244). Otro de las ceremonias en donde se hace presente estos elementos cosmogónicos es durante la ceremonia del K’ex, en la cual, se colocan varios objetos en el altar doméstico del paciente, previo confeccionamiento de un arco hecho con hojas del ja’abin88. Se colocan 13 pequeñas tortillas de maíz; 13 lek (recipientes) con un guisado de gallina; 13 xcax (pequeñas jicarillas de zacá, en ocasiones se le agregan otros 13 elementos como el pan de maíz envuelto con hojas de plátano (Bartolomé 1988: 241). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 88 ! Árbol de cuyas hoja se infiere tiene propiedades mágicas las cuales son usadas en muchos rituales. "%#! En cuanto a los temas referentes con el calendario ritual, el etnólogo Remington (1977) cuyo trabajo se centró en los grupos pertenecientes a los altos de Guatemala, encontró que como parte de sus creencias cosmogónicas de los grupos mayas Quichés y Caqchiqueles había evidencias del uso de un calendario civil cristiano de 365 días anexo a un calendario ritual de 260 días en el cual se basaban actividades tales como la adivinación y la predicción de presagios tales como el de los eclipses, el más temido por toda la comunidad (Remington 1977: 76-78). En la década de 1940, el etnólogo John Lincoln de la Carnegie Institution of Washington, realizó un trabajo sobre los Ixiles en el municipio guatemalteco de Nebaj, aunque no siendo su intención principal el tratar temas relacionados con cosmovisión y religión maya, entre las descripciones de su etnografía dedica un pequeño apartado en su obra a la descripción que según él pudiera servir de punto de partida para sus compatriotas arqueólogos para entender los misterios del calendario maya, pues en la comunidad que él estudio, relata la presencia del uso de un calendario dual, según el similar al que se pudo haber usado en tiempos prehispánicos (Lincoln 1942: 98). Este calendario, según Lincoln, estaba compuesto por uno de 365 días, considerado de uso civil, en donde un brujo (según la denominación hecha por el autor) tenía una cuenta de 360 días, la cual se sincronizaba con el calendario cristiano de la población y muchas de las fiestas cristianas se celebraban siguiendo a este calendario, pero también contenía portadores de año que eran cuatro y su designación se hacia durante los equinoccios y los solsticios (Lincoln 1942: 100-102). Por otro lado, el calendario de 260 días era utilizado para ceremonias agrícolas de carácter ritual en donde su uso se limitaba exclusivamente al especialista religioso que llevaba la cuenta en múltiplos de 13, mientras que otro brujo lo hacia en períodos de 20 días. Destaca que el nombre de algunos días y meses de este calendario como Imux, I’q, y Akbal tenían el mismo orden que los Imix, Ik’ y Akbal del calendario prehispánico (Lincoln 1942: 99-104). Estos mismos principios, según Anthony Aveni, parecen repetirse entre los Chortís de Guatemala, ya que en comunidades como Chiquimila, Tan Sha y Estipulas (Aveni 1991: 52-54). ! "%$! Más adelante, Bárbara Tedlock (1991) en su trabajo sobre el municipio de Momostenango, Guatemala, perteneciente a los mayas Quichés, encontró las mismas evidencias del uso de un calendario civil o vago de 365 días conocido en la lengua de los nativos como masewal k’ij (el ciclo del hombre) con cuatro fechas de comienzo, las cuales son Quej, Eh, Noj, e Ik, en alusión a los cuatro puntos cardinales, y termina el año con cinco días temidos, conocidos como el mixprix que es una víspera para el cambio de portadores, en la cual se considera que el peligro es latente y todo puede pasar (Tedlock 1991: 181). Así mismo, la presencia del calendario de 260 días, cuyo nombre en Quiché es rajilabal k’ij (cálculo de los días) el cual es calculado –según la investigadora- a través de la observación diaria del movimiento del sol por parte de los especialistas religiosos quichés, especialmente en las salidas y las puestas del astro sobre el horizonte, con las cuales determinan las estaciones según los equinoccios y solsticios a los cuales los conocen como xolcatbe (cambios de senderos) y cuando transita por el cenit del lugar como jalbal (lugares de cambio), en especial este último determina las fechas en las cuales se comenzará a sembrar el maíz blanco y el frijol (Tedlock 1991: 181 y 182). Todas estas observaciones no son en sí únicamente la evidencia concreta de tal actividad, la etnóloga destaca que cada observación es acompañada por momentos rituales y calendáricos, dirigidos por los especialistas religiosos mayas quichés, teniendo entre los más comunes los cambios de los alférez, los jefes de familia, las fiestas del santo patrono y otras festividades maya – cristianas. En este punto, es posible observar de cómo se van relacionando festividades rituales en donde las aparentes luchas entre las creencias nativas y las impuestas conviven mutuamente formando un sincretismo entre ambos, un ejemplo la propuesta del etnólogo mexicano Guillermo Bonfil en donde los elementos ajenos se vuelven propios y su uso es dirigido por el grupo mismo (Bonfil 1992). Dichos rituales tienen su recurrencia en las cimas de los cerros, en medio de los montes sin trabajar, dentro de la capilla y en altares domésticos fijos e itinerantes dentro de los patios de las casas. ! "%%! También basan sus jerarquías según su asociación con astros89 y numerales del calendario (Tedlock 1991: 187-188). Según Calixta Guiteras, ninguno de sus informantes (incluyendo al especialista religioso) conocía lo que es el año bisiesto. Para ellos, el sol cambia de lugar dos veces al año: en el primero el ‘Elech se desplaza hacia el sur y los días son más cortos y el primero Bats’ul se mueve hacia el norte y los días se alargan. Durante estos días los ancianos se levantan con el alba y le ordenan al Sol que tome su verdadero lugar (Guiteras 1965: 38). Dentro de su etnografía, la vida ritual y cotidiana también se rige justamente por algunos elementos celestes como el sol, la luna y Venus (como se mencionó anteriormente) entre otros. Este conocimiento es adquirido a través del especialista religioso conocido como Totime’il el cual obtiene su cargo a través de su contacto con las divinidades mientras sueña o tiene visiones (Guiteras 1965: 37). Aquí es donde la etnografía, reitera el papel del chaman como la persona en la que recae el poder en las relaciones sociales y en la denominación del mismo (Casares 2014: 112). En otro trabajo etnográfico, Gary Gossen encontró entre los Tzetzales de San Juan Chamula, en la comunidad de Milpoteca en el estado de Chiapas, el uso del calendario sagrado de 260 días en combinación con el de 365 días, específicamente sobre una tabla de madera vieja de una antigua puerta, que servía de tabla calendárica en donde se anotaban todas éstas cuentas y cálculos matemáticos (Gossen 1974: 218-234). La tabla fue construida por un especialista religioso llamado Totik me’il de la comunidad (ejido) de milpoteca empleando una serie de marcas de carbón que correspondían a los días del año común o de 365 días. La sucesión de marcas se puede leer de izquierda a derecha empezando por la parte superior, algo similar a como proponen los epigrafistas para la lectura de los glifos mayas prehispánicos -según Ayala 2001-. Una peculiaridad del orden de la tabla es que la vigésima marca es más firme que las demás marcas en el tablero (Gossen 1974: 227-246). Entre otras características de la tabla, es que ésta se llenaba con un total de 18 series de veinte marcas y agrupamiento único de cinco, lo que daba !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 89 el sol a lo masculino y lo más elevado, seguido de la luna, de Venus y otras estrellas hasta el nivel más bajo de su escala social. ! "%&! una suma total de 365 días. El mes infausto de cinco días era llamado C’ayk’iin (en lugar del Uayeb prehispánico) y se encontraba a la mitad de la segunda línea para el año de 365 días que se estaba registrando (Gossen 1974: 242-247). Actualmente, la tabla calendárica que menciona Gossen se encuentra en un museo norteamericano. En otro trabajo similar sobre la vida cotidiana de los Zinancantecos, se demuestra cómo está plasmada de elementos simbólicos que aluden a un orden social basado en un orden cósmico. Menciona que la elaboración de los altares en la población (recalcando que es similar en Chenalhó y Chamula) se encuentran elaborados con una cruz que se establece arriba del altar y delimita las tres regiones en donde el sol hace su aparición al oriente, por lo que se ubican al Este. En su costado poniente de las cruces se encuentran velas mayores, luego en una mesa adjunta en la misma dirección otras velas y flores, preferentemente de color rojo seguido de un incensario, a un lado va el chaman (hacia el Sur) y hacia otro el rezado o el paciente que se atienda (hacia el Norte) (Voght 1979: 80). En estas prácticas curativas, se invocan muchos elementos propios de su cosmovisión que ya vimos en párrafos anteriores. Estos rituales curativos tienen un altar con la disposición que anteriormente cité y cuando es un caso grave se lleva al paciente a los santuarios de la montaña. Se acuesta al paciente en una cama con ramas de plantas, su cabeza hacia el oriente y sus pies hacia el poniente, a manera de simbolizar un mini universo en el cuerpo y disposición de la persona (Voght 1979: 111). Durante el proceso de curación de un paciente, lo que hace el sacerdote maya, es recuperar o volver a armar el alma de su paciente que se ubica en una cama corral previamente orientada, coloca las ofrendas al oriente, del lado de la cabeza del paciente y al culminar el ritual, el paciente consume los 52 granos de maíz para equilibrar su alma, ya que se dice, está compuesta por 52 partes. A su vez en el altar se encuentran 13 ramos compuestos por cuatro plantas diferentes, de ahí que de los 52 gramos hay 13 granos de maíz blanco, 13 de maíz rojo, 13 de maíz amarillo y 13 de maíz negro (Voght 1979: 140). Dentro de la vida religiosa, los rituales son precedidos por el especialista religioso, quien es el encargado de regir y regular la vida ritual y religiosa de los Zinacatecos, incluso su papel llega a permitirse dentro de los rituales de ! "%'! índole católica, en la formación de cargos como los alférez, los mayordomos y otras autoridades locales que presiden estas celebraciones. Su presencia es un indicativo del prestigio que se genera a partir del sistema de cargos llevados en esa comunidad Tzotzil (Cancian 1976: 43). Al final menciona a otro ritual denominado K’In cuya función es la conmemorar el paso del tiempo, se realiza en inicios de año, generalmente en enero y uno de sus propósitos es fijar año con año el ciclo agrícola anual, son de carácter público y se encuentran acompañados de músicos y cohetes, también se realizan de forma conjunta con otros rituales (Voght 1979: 143145). Regresando con los mayas yucatecos, tanto Redfield como Villa Rojas han hecho interpretaciones sobre la importancia del sol no sólo para la milpa sino también presente en algunas de sus ceremonias, tanto de orígenes prehispánico (agrícolas) como las católicas, es ahí en donde la figura del sol es representada por la figura de Cristo (Redfield 1941: 76 y Villa Rojas 1980: 38), como ya se había mencionado a principios del capítulo. Sobre los mayas yucatecos, las mayores referencias hacia el astro rey se han realizado implícitamente a través de sus rituales y sus momentos de clímax, como el medio día (el sol sobre el cenit), por lo que lo explicaré más adelante en el apartado sobre las ceremonias y rituales asociados al monte. El sol es este elemento de su naturaleza próxima que culturalmente mantiene las principales características de lo que era la religión maya prehispánica, como regidor del tiempo, de las temporadas de lluvia y todos los cambios climáticos venideros, así como una figura sagrada de las más importantes dentro del panteón maya. Al mismo tiempo, contiene características de origen cristiano como su personificación en Cristo, de tal forma que el sol es un elemento que concilia tanto aspectos mayas como occidentales. Tampoco es de extrañarse que en algunas comunidades tengan más valor simbólico los Cristos negros por encima de los blancos. Esto presupone que la existencia de situaciones que simbólicamente representan un orden cósmico equilibrado, que es justamente lo que pretende el campesino maya, mantener un equilibrio entre su actividad destructora extractiva y la propia dinámica del monte. Uno de los elementos presentes en las ceremonias agrícolas de Yucatán que García Quintanilla ! "%(! expone como principal es el sol. En su ciclo cósmico, los momentos en el ritual de rogación por los permisos, la ofrenda va para cada esquina, representando los puntos que sostienen el mundo a los cuales existe un vigilante (como se mencionó anteriormente) el cual recibe una ofrenda. Uno de los dos momentos más importantes son justamente cuando el sol, simbólicamente transita por los ejes del mundo que son el cenit y el nadir, representados simbólicamente como las “doce” del día (cenit) y de la noche (nadir) momentos en que las oraciones y las siembras tienen mayor importancia que otras horas (García 2000: 274 y 275). En un trabajo similar, la investigadora Victoria Bricker (1993) en la comunidad de San Juan Chamula estudió la vida ritual y los sustratos mitológicos de la ideología maya en esa comunidad. En ese estudio se puede confirmar las asociaciones anteriormente señaladas, sobre el papel que desempeñan los elementos celestes en la conformación del pensamiento ideológico – ritual de los mayas. Menciona que durante la cuaresma, en los días de la celebración del culto a la pasión de Cristo, los participantes vestidos de personajes cristianos adoptan características sagradas que no sólo representan el orden del universo, sino también incorporan elementos del conflicto étnico entre los chamulas y los ladinos como parte de dicho conflicto (Bricker 1993: 303). Una de estas representaciones, en la cual se asocia a Dios con el sol, es cuando la cabeza de Dios shol htotik se simboliza mediante la punta metálica de una lanza montada en el extremo del astabandera que lleva el pasión en las procesiones. El estandarte representa la vestimenta de Dios “cuando el pasión baila, Dios está bailando; cuando el pasión corre, Dios está corriendo, cuando el pasión se detiene, Dios también”, aludiendo al movimiento solar diario. Esta creencia sustentada por medio de la pasión, representa el regreso de Dios a la tierra mientras dura la semana santa (Bricker 1993: 304). Según Bárbara Tedlock, para los mayas Quiches estos ciclos de observación solar se encuentran estrechamente ligados a la agronomía, pero tiene su complemento con otras observaciones tales como los ciclos de la luna y de algunas constelaciones con apariciones regulares. Para el caso de la luna, este astro regula la temporada de siembras de las semillas de maíz y de frijol, así como las épocas en las cuales los habitantes pueden tener relaciones sexuales, especialmente en las fases menguantes del astro ! "%)! nocturno. Por otro lado, cuando se trata de la producción agrícola en terrenos nuevos, es justamente la constelación de las Pléyares, llamadas mötz (puñado o montón), las que determinan las fechas en las cuales se debe realizar esta actividad, generalmente es para el mes de febrero, abril y mayo, meses en donde se regula y controla la temporada de quemas (Tedlock 1991: 182). El análisis hecho por el investigador Ulrich Köhler, relata que los pableros tienen especial devoción al Wasak Men, dios creador y guardián que vive en cada esquina del mundo y a el Dios solar, también llamado Htotik ta winael o nuestro Santo Padre del Cielo, también personificado como Cristo. A él se le debe el maíz y la vida en la tierra, protege a los hombres y se le dedican oraciones en la mañana (al salir el sol) al medio día y cuando se oculta. La luna es llamada como Hme’tik o nuestra madre y es la madre del Dios solar pero es inferior a él y se le asocia con la Virgen, el agua, con los lagos y a veces con los cerros (Köhler 1995: 14-18). Todos estos elementos se hacen presentes en su análisis de una oración curativa, especialmente para el alma y en la misma encuentra elementos de origen prehispánico y de religión mesoamericana y maya, especialmente en los seres que invoca para la curación. Primero se invoca a las cuatro esquinas del mundo, al Dios solar y a la Santa Madre (la luna) en el orden mencionado, en donde se les suplica que recuperen el alma que otros seres vendieron y que le causa tanto mal (Köhler 1995: 27-61). En cuanto a la luna para los mayas yucatecos, es un astro asociado con la diosa maya lunar Ixchel –cuyo fundamento del nombre, epigráficamente es insostenible-, que en los tiempos prehispánicos servía para correlacionar cuentas calendáricas de 29 días con las cuentas de los calendarios de 260 días y 365 días. Relacionada además con la mujer y la fertilidad. En la actualidad, este pensamiento se mantiene con alguna vigencia y algunos de los sitios arqueológicos en donde se realizaban estas peregrinaciones en honor a la diosa de la luna seguían en uso no hace mucho tiempo, como es el caso del santuario de la isla de Cozumel. Cuando me encontraba realizando un trabajo de campo en la comunidad de Yaxchekú90, platicando con un informante, me comentó que su abuela solía ir de viaje a Cozumel al !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 90 Como parte de la materia denominada “taller etnográfico del área maya”, en la cual, la investigación se enfocó hacia la percepción de los habitantes de comunidades cercanas a zonas arqueológicas y como influían en la generación de mitos. ! "%*! pedir por la fertilidad de sus hijas, llevando flores y atole para la madre de dios (que en realidad pudiera ser la diosa lunar y su imagen en el santuario). De la misma manera, también la asociación mencionada con la fertilidad, hace de su presencia indispensable para el cultivo de algunas frutas y vegetales en ciertas fases de su ciclo mensual, sin contar que también es usada por los J’Meeno’ob para resolver problemas de fertilidad y embarazo entre las mujeres de su comunidad (Marion 1994: 126 y Teran 1994: 257). Este astro caracterizado con propiedades femeninas, también se hace presente en la cantidad de mitos e historias que forman parte del acervo cultural de los mayas yucatecos (Boccara 2001), que son aspectos que permanecen en la memoria histórica y colectiva de un pueblo. Como punto comparativo, Remington pudo recolectar que las actividades rituales establecidas por los especialistas religiosos estaban ligadas a las trayectorias de algunos astros y constelaciones como las Pléyares, como las estrellas de Géminis (Castor y Pollux), Regulo, Escorpión, principalmente en su tránsito por los ortos y ocasos heliácos (posiciones que según el etnólogo definen los momentos cúspides de algunos rituales nocturnos). Llama la atención, de sus registros en torno al funcionamiento de algunos cuerpos celestes como el Sol y la Luna, ya que según los Quichés, no siguen trayectorias iguales, sino que son separadas y que a su vez, cada una cambia de acuerdo a la estación. Para ellos, el sol sale por el norte cuando las noches son cortas y es temporada de lluvias y viceversa, mientras que la luna se dirige en sentido contrario (Remington 1977: 82). En la comunidad Tzotzil de San Andrés Larráinzar y Tzeltal de Chanal en los altos de Chiapas, la luna, como Venus y el sol son astros que reciben veneración o al menos durante los principios del siglo XX, en donde todavía no había una presencia de la iglesia católica (específicamente antes del siglo XIX), por lo que muchos santuarios prehispánicos habían estado en uso constante hasta aquellos días, en donde otra de las cualidades de la cruz era la representación de la cruz estrella en referencia a “Cruz Mu Kul Éek” o Venus, el cual era hijo de la Luna y el hermano menor del sol – Cristo (Hayden 1990: 357). Para los Tzotziles de Zinacatán, el ayudante del Sol es Muk’Ta K’anal o “estrella grande” asociada a Venus. La luna, conocida como Hch’Ul Metik o ! "&+! “nuestra Santa Madre” es asociada con el agua, los cerros y los lagos, al mismo tiempo que con la Virgen María. Las estrellas o K’Analetik son consideradas como velas y veladoras (para el caso de las constelaciones) que sirven para iluminar la noche, algunas de éstas estrellas son asociadas al mismo tiempo con seres del monte (Voght 1979: 34 y 36). Otra de las características que componen el cosmos maya es su vinculación con el plano terrenal, especialmente de los cuerpos celestes. La luna es vinculada con el agua, la fertilidad y con la Virgen. El Sol se le considera como el Santo Padre quien lleva el calor y la vida, a veces con Cristo que es la deidad más respetada y la más atacada por los seres malignos quienes quieren acabar con la vida en la tierra. Los cerros y las montañas son seres aparte y constituyen el hogar de las deidades de la lluvia y de los animales. El sol y la Luna no son eternos, por lo cual son susceptibles de ser aniquilados. Otro de los elementos es el Ch’ulel cuya equivalencia es como el aire, puede ser parte o toda el alma de un invididuo, puede acarrear cosas buenas como cosas malas91 (Guiteras 1965: 236 y 237). Un último aspecto que nos narra Calixta Guiteras sobre la luna, es que la gente, pero especialmente el especialista religioso (Totime’il) observan meticulosamente las fases de la luna, desde “su oscuridad” o luna nueva, su cuarto creciente, su cuarto menguante hasta “su plenitud” o Luna llena hasta su camino a las tinieblas. Estas observaciones se relacionan estrechamente con la puesta del Sol poniente. Es justamente cuando la luna entre en esta fase de visita al inframundo (que dura tres noches) que se le dice a la población que no se puede sembrar nada (Guiteras 1965: 37). Otros astros nocturnos que se involucran dentro de las actividades cotidianas de la agricultura se encuentran las estrellas Castor y Pollux de la constelación de Géminis, llamadas quib pix o quib chuplinic (dos chispas o dos brillantes respectivamente) quienes según los locales anuncian la época de las lluvias más fuertes cuando se encuentran cerca de la salida del sol durante la temporada de verano. Por otro lado se encuentra la constelación de la Vía Láctea o xibalbá be (camino hacia la región subterránea), la cual cada que aparece en el cielo nocturno anuncia la abundancia en las cosechas, la mejora de la fertilidad y se acompaña con danzas y misas para agradecer el renacimiento del maíz del inframundo (Tedlock 1991: 183). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 91 ! Características similares a los ik’oob de los mayas yucatecos como veremos más adelante. "&"! Dentro de las constelaciones que tienen una importancia ritual, también destaca la constelación de Orión, que mayormente son visibles durante la época de inverno en la mayor parte del territorio mesoaméricano. De esta constelación llama la atención tres estrellas que resaltan por encima de las demás a simple vista. Estas tres estrellas eran consideradas como tres piedras sagradas por el J-Meen de la comunidad de Yaxchekú, ya que según él, cada una de éstas piedras representan el origen del mundo, en sus palabras: “ya que hacía mucho tiempo, cuando el mundo se creó contaban los antiguos que antes de construir las ruinas del cielo se asentaron tres grandes piedras y sobre las piedras se creo el mundo que vivimos, ahora solo quedaron en su lugar del cielo y en la tierra solo lo recordamos cuando se cocina, es así, por eso usamos tres piedras para el fogón, aunque ahora la estufa lo hace todo pero en para ocasiones importantes aunque haya estufa usamos el fogón de tres piedras, así recordamos a nuestras costumbres” (Casares y otros 1999). Es de notar que la visión maya prehispánica también menciona a tres piedras. Los registros arqueológicos se encuentran localizados en la Estela C de Quiriguá, Guatemala, ya que después de mencionar la fecha de inicio de nuestra era, se menciona en el texto jeroglífico que se colocaron tres piedras por diferentes dioses mitológicos (Callaway 2011: 191 y De la Garza 2002: 37). Es interesante notar como la evidencia etnográfica se relaciona con la evidencia arqueológica no obstante el lapso de siglos que existen entre el relato y la inscripción calendárica. Como se mencionó en el apartado anterior sobre la orden de los Cruzo’ob o seguidores de la cruz parlante, sus prácticas rituales, bélicas están asociadas con la astronomía. Esta astronomía se basa en la búsqueda continua de señales en el cielo que serán los indicadores de la liberación del pueblo maya, se basan en las profecías de los libros del Chilam Balam y del Santo Almaht’an. En al apartado anterior se mencionó una cita sobre las señales astronómicas (eclipse de Sol) que indicaran el momento de recuperar su autonomía. En relatos más recientes se puede observar similitudes con el relato histórico, veamos un ejemplo de Jesús Lizama92 (2000): !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 92 El texto se encuentra incompleto, ya que solo seleccione los fragmentos que contienen elementos astronómicos que impliquen observación. ! "&#! “ Nuestro antepasados cuentan que según la leyenda que Dios escribió con su propia mano y que dejó a nosotoros ... Muchas personas lo platican a sus hijos, por eso los jóvenes que crecen saben que la vida va a llegar hasta el año dos mil. Antes de que desaparezca el mundo van a haber bendiciones o señales que pasan normalmente. Anteriormente decía la leyenda, en Chan Santa Cruz va llegar el tiempo en que se van a cruzar cuatro sogas blancas; estas sogas son las carreteras a Mérida, a Valladolid, a Cancún y a Vigía Chico. Estas sogas son signo de que el tiempo va ha cambiar; o sea que ahora el tiempo ya cambió … La guerra que vendrá empezará lejos y terminará aquí, pero antes de que comience se darán varias señales … Cuando se den todas estas señales, aparecerá un Ch’el (arcoiris), si aparece en chik’in (poniente) la guerra va a empezar entre los macehuales; si aparece en lak’in (oriente), la guerra la van a comenzar los dzules. Saldrá también un cometa llamado buts’ek, y quedará rojo el cielo. Esta nube roja es la señal de las balas, los cañones y los humos. Entonces se volverán a tomar las armas y los extranjeros de otros paises van a venir a ayudar a los mayas … Y el mundo se va a poblar de otros hombres, ya que los de ahora van a morir todos, menos cinco, que Dios va a escoger para dejar historia, pero que van a morir después de contar la vida anterior. Estos son los hombres que tienen menos pecados y los que van a quedar vivir en la nueva era que va a comenzar. Para el fin del mundo volverá a bajar Dios personalmente, pero no se sabe cuando sucederá. Cuando baje va a perdonar a todos sean ladrones, ricos o pobres, todos van a ser perdonados ” (Lizama 2000: 58). Dentro de ésta narración profética resaltaré algunos puntos que indican la constante observación en los rituales mayas actuales. Primeramente al hablar de señales en el cielo como el arcoiris, será un indicativo de la voluntad divina ejercida en la tierra de los mayas, así como el cometa (Buts’ek significa cometa o estrella humeante) se presentará para indicar que el fin del mundo está próximo, y con eso una nueva esperanza para la sociedad maya (Lizama 2000). Este dato, ha sido mal interpretado por grupos milenaristas, operadores turísticos y gobiernos estatales haciendo del año 2012 un circo bastante lejano de lo que el propio contexto cultural maya fue, tergiversando una tradición profética y reduciéndola a espectáculos con fines políticos y comerciales. ! "&$! DESARROLLO DE LA ASTRONOMÍA MAYA Son pocos los sitios del Preclásico que han sido investigados en materia de arqueoastronomía hasta el momento de ésta segunda edición. Según la información presentada y actualizada, podemos ver que en éste período se logró retomar de los grupos istmeños Mixe – Zoques, un calendario dual, que a finales de éste período ya era completamente funcional pero que siguió experimentando cambios paulatinos. Los observatorios astronómicos pasaron de ser simples lugares despejados a grandes conjuntos arquitectónicos en donde se registraban los principales eventos solares, es decir, la actividad se fue complejizando y difundiendo por toda el área maya. Durante el Preclásico las alineaciones de las estructuras son mayormente hacia eventos solares y en pocos casos hacia otros cuerpos celestes como la Luna u otros astros visibles como Venus así como alguna otra constelación. Se podría hablar de dos motivos principales, el primero es que el mayor uso de éste tipo de orientaciones hacia eventos solares es para regular los calendarios agrícolas y asegurar una buena cosecha; Otra razón pudo ser que su calendario se comenzaba a establecer y para finales del Preclásico ya estaría consolidado. Todavía no se extendía ampliamente la necesidad de calibrar un calendario que no tenía mucho tiempo de haberse instaurado, pero la probabilidad de que los antiguos astrónomos mayas se percataran de los errores producidos por el movimiento del Sol existe, como el hecho de que el año solar no es de 365 días exactos. Dichos motivos hacen probable que aún no se aprecien las orientaciones calendárico – astronómicas, pero hasta ahora, son pocos casos de su existencia para ese período. Durante el período Clásico podemos distinguir de el desarrollo y los cambios en la astronomía practicada por los mayas. Un ejemplo es que los mecanismos de medición del tiempo se fueron haciendo más completos, complejos y extendidos. A la par con el desarrollo político, económico y social de los sitios y urbes mayas, la astronomía fue desarrollando técnicas más complejas y más apegadas a su calendario, tal es el caso de las orientaciones calendárico – astronómicas que son más recurrentes durante éste período. La razón podría ser los antiguos astrónomos mayas se percataron de que el movimiento del Sol no era del todo exacto y por lo ! "&%! mismo se fue dando cuenta de que su calendario se fue atrasando con respecto a sus cuentas solares. Una de las propuestas del libro, es que estas alineaciones fueron una posible solución a éste problema, en cualquiera de las variantes de familias, se podía seguir el movimiento del Sol a lo largo de todo el año y con él se podía calibrar el calendario civil (de 365 días) con el calendario ritual (de 260 días) al mismo tiempo e incluso podía calibrarse el movimiento del Sol con el de otros astros como Venus. Los edificios en donde se presentan éstos eventos astronómicos comienzan a ser más específicos en sus funciones y claramente pertenecientes a las élites gobernantes. Espacialmente se propone así, ya que la mayoría de las alineaciones se presentan en lugares donde no más de cinco personas podrían observarlos, ya sean sobre pequeñas plataformas o sobre grandes basamentos piramidales. En algunos casos se pueden apreciar en los Palacios y otro tipo de construcciones que contenga funciones rituales, como estructuras con plantas en formas de laberintos. Esto demuestra que éste conocimiento ya no sólo se empleaba principalmente para usos agrícolas, sino que también tuviera la misma importancia en aspectos políticos para legitimar el lugar de los gobernantes o para justificar guerras por medio de motivos religiosos y sagrados (aunque detrás existan circunstancias políticas y económicas), especialmente cuando no existieran justificaciones de tipo político. También se puede apreciar que durante éste período muchos asentamientos son más extensos y las trazas urbanas mantienen una referencia similar. La astronomía les proporcionó una herramienta para poder fijar puntos a grandes distancias, sólo siguiendo la dirección que el Sol les marcaba o cualquier otro astro. Otra situación es que junto con el crecimiento y expansión de rutas comerciales, no sólo dentro del área maya, sino con otras regiones de Mesoamérica, la influencia se hace presente no sólo en cerámica y estilos arquitectónicos, sino que algunos sitios también comienzan a exportar o a imponer su conocimiento astronómico a otros sitios o lo reciben de otros grupos. Un aspecto importante a notar durante éste período, es que los sitios arqueológicos que recibieron algún tipo de contacto –políticoy/o económico-, o bien eran parte del territorio alguno otro sitio mayor por conquista o alianza, también comparte en su mayoría una forma ! "&&! predominante de medir el tiempo a través de alineaciones solares. La propuesta de las familias astronómicas en fechas relacionadas con el calendario de Jesús Galindo, deja expuesta su concordancia con modelos arqueológicos de contactos culturales. Uno de los ejemplos presentados en el libro, fue de la región de Chenes y sus cercanías, donde entre las fechas presentadas, la que predomina en sus estructuras es la alineación con el Sol (matutina o vespertina) en fechas del 12 de abril / 2 de septiembre, así como en sitios del norte de la Península en fechas como 9 de octubre / 4 de marzo y más al oriente, fechas del 29 de abril / 13 de agosto. En el período Posclásico, la astronomía maya siguió mostrando cambios en las orientaciones de sus estructuras y sobre todo en el registro de sus eventos, ya que en éste período se conocían con mayor precisión el movimiento del Sol y otros astros nocturnos como Venus, la Luna y otras constelaciones, ya que para éste momento se habían acumulado varios cientos de años de observaciones realizadas durante otros períodos y el antiguo astrónomo maya cada vez perfeccionaba sus métodos y técnicas para la calibración del año solar y sagrado, así como los complicados zodiacos mayas que hasta la fecha siguen siendo un misterio. Debido al crecimiento de la actividad económica durante éste período, la astronomía adquirió un nuevo significado, ya que se hace presente una de las deidades celestes que ayudaba a los viajeros y comerciantes a no perderse en su camino93, se trata de Xaman Ek’ o la estrella del norte en relación a Polaris o la estrella polar. Las propiedades de éste astro no sólo es que se encuentra en el norte, sino que coincide con el eje central de rotación de nuestro planeta, de tal forma que todas las estrellas y constelaciones giran alrededor de ésta estrella, es decir, es el único punto fijo durante la noche. El que los viajeros pudieran seguirlo, les aseguraba la llegada a su destino pues podían ubicarse tomando como referencia a éste astro nocturno. Otro aspecto de la astronomía practicada en el Posclásico fue el cambio de la disposición de algunas de las estructuras con funciones astronómicas, principalmente para eventos solares como son los equinoccios y los solsticios. Las estructuras no sólo contenían alineaciones para que algunas de sus entradas o ventanas sirvieran de marco para el disco solar en eventos !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 93 De hecho, la veneración a Xaman Ek’ pudo existir desde el período Clásico y posiblemente desde el Preclásico, pero la evidencia etnohistórica y arqueológica más evidente se dio durante el Posclásico. ! "&'! solares o fechas de importancia calendárica, sino que la disposición de sus estructuras cambiaba para presentar el evento de una forma más espectacular, generalmente de forma piramidal cuya demostración pudiera ser apreciada por varios espectadores, como es el caso del descenso de Kukulkán en las estructuras conocidas como El Castillo, tanto de Chichén Itzá como de Mayapán. Durante la época colonial, la astronomía sufrió grandes cambios, pues muchas prácticas astronómicas tuvieron que ser abandonadas (como la observación de los astros por medio de observatorios astronómicos) así como otros ritos y ceremonias religiosas tuvieron que adoptar elementos occidentales (religión cristiana) para sobrevivir. Debido al choque cultural, a principios de éste período mucha de la información se registró por ambos bandos. Por parte de los españoles, los cronistas reales y los misioneros (para el caso del área maya) recopilaron todas las características culturales que pudieron o que les llamaron la atención y por parte de los mayas, con el fin de preservar su cultura, comenzaron la elaboración de códices y manuscritos en los que plasmaban su afán de preservación y auguraban mejores tiempos. En la época independiente aparece un vacío debido a la falta de información que relate los aspectos religiosos de los pueblos mayas, tal vacío surge del poco interés que se tenía hacia los mayas, pues el mayor interés era encerrarlos en estancias y haciendas, bajo las peores condiciones de vida, en tanto que otros grupos mayas huían hacia los montes y las selvas, en donde se mantuvieron aislados hasta las primeras expediciones de los etnógrafos extranjeros. A principios del siglo XX, después de un cambio político en la nación mexicana y a la par con los primeros expedicionarios en busca de antigüedades y zonas arqueológicas se encontraron a diversos grupos étnicos en un estado aparentemente puro94, con el nacimiento de la antropología como una actividad científica institucionalizada surgen diversas políticas para tratar de integrar a los indígenas hacia las zonas urbanas y el “progreso de la nación”. A lo largo del siglo XX, a través de las etnografías se ha podido apreciar que existen muchos elementos mayas fundamentales para la articulación de una identidad común, y la astronomía maya debería ser incluido dentro de éstos elementos, pues a lo largo del texto se expusieron !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 94 ! Sin una supuesta influencia occidental en su cosmovisión o al menos no muy marca. "&(! muchas características compartidas por todos los grupos mayas como lo es el calendario dual de 365 y 260 días, el cómputo del tiempo, las observaciones solares y sus significados, así como la cosmovisión y orden del Universo. También existen algunas diferencias en algunos grupos y regiones mayas, como las orientaciones y sus fechas (en el pasado) y en los ritos y ceremonias religiosas (en el presente). La astronomía maya comenzó a desarrollarse desde los tiempos preclásicos y llegó a ser cada vez más compleja hasta el momento de la conquista, pero la actividad no desapareció, sólo se reconfiguró adoptando elementos impuestos por los españoles, pero se siguió practicando y es parte fundamental en la vida de los mayas, les ayuda a regular las cosechas, les indica la época de tempestades (como la temporada de huracanes) y es un elemento más para la comunidad ritual en términos de Víctor Turner, desde la realización de rituales privados (como los altares domésticos) hasta los rituales públicos (como el Ch’a’ Cháak) y puede notarse en la disposición urbana de un asentamiento maya (prehispánico y colonial), orientándolo hacia puntos cardinales o puntos específicos en el horizonte. Uno de los últimos matices que tomó la astronomía maya, fue su uso bélico actual entre algunos grupos, como los denominados Cruzo’ob, éstos en la veneración de la Santa Cruz, que representa al Sol – Cristo, en una dualidad maya cristiana, viven esperando señales proféticas en el cielo que les puedan indicar el momento para retomar su autonomía, la cual se asocia con el fin de la presente era y el inicio de una nueva mejor para la sociedad maya. En conjunto, aunque utilizé el término de astronomía maya, tanto desde tiempos prehispánicos hasta la actualidad, tales prácticas culturales entretejidas con la religión, el mito, las creencias, la guerra, la resurrección, la construcción, la agricultura y las profecías han hecho dicha actividad un conjunto astrológico – cosmogónico maya. ! "&)! CONSIDERACIONES FINALES A lo largo del texto, se pudo constatar los cambios que ha sufrido la astronomía maya con el paso del tiempo. Durante la época prehispánica, desde el Preclásico hasta el Posclásico, la actividad se fue diversificando y creciendo hasta la conquista española. No obstante, durante el período de la colonia, ésta actividad se reconfiguró y adoptó elementos ajenos que se mezclaron con los elementos prehispánicos hasta llegar a ser lo que hoy guardan celosamente los sacerdotes mayas o especialistas religiosos mayas, con el fin de seguir reproduciendo sus prácticas rituales y evitar que estas caigan en el olvido colectivo. Una de las situaciones que obstaculizan las investigaciones arqueoastronómicas es la dificultad que existe para la arqueología para reconstruir la cosmovisión de una cultura “aparentemente extinta” y según Hodder, no podemos interpretar cosmovisiones, mitos y sistemas religiosos de pueblos pasados ya que nunca tendremos una visión total o parcial de éstos fenómenos culturales a través de sus restos materiales (Hodder 1994). En éste caso, no hablamos de una cultura extinta sino de una cultura viva como lo es la maya, cuya capacidad adaptativa basada en su flexibilidad religiosa sigue asombrando a propios y ajenos al tema. Aunque sus estudios presenten dificultades metodológicas, si es posible proponer modelos de interpretación de sus pensamiento y cosmovisión pasados a través de los vestigios, a lo cual retomo el comentario de Blas Castellón que nos dice: “No podemos pretender conocer lo que pensaban personas que ya no existen… Pero si esto fuera así, tampoco deberíamos intentar conocer ningún otro aspecto de las antiguas culturas, pues tampoco sabemos acerca de los motivos e intereses reales que llevaron a esas culturas a fabricar ciertas formas de alfarería, cestería o arquitectura”(Castellon 1997: 16). En nuestro caso no cabe duda que el pensamiento de los pobladores del área maya había procesos ideológicos que iban más allá de sus necesidades económicas, políticas y sociales (Coe 1980: 13). Ciertamente algunos materiales culturales no nos permiten interpretar éstos procesos, por lo que muchas veces se recurre hacia otro tipo de información alterna, para nuestro caso serán las alineaciones hacia eventos astronómicos y calendáricos, con el ! "&*! respaldo de la información cronológica (derivada de los estudios cerámicos), la información de códices, fuentes etnohistóricas y datos etnográficos para lograr nuestro objetivo. Quizá la anterior cita nos ilustra una realidad en la arqueología, no podemos hacer a un lado los aspectos ideológicos de los políticos, económicos y sociales, por lo que la arqueología (como disciplina antropológica) debe integrar todas sus aportaciones en todas las esferas sociales de la cultura a estudiar. Cuando hablamos de etnoastronomía nos encontramos con otra serie de circunstancias, ya que en éste campo no ha crecido el suficiente interés para estudiar el papel que sigue jugando la astronomía dentro de las sociedades actuales, especialmente en nuestro caso, la sociedad maya. Este texto es tan solo una propuesta de cómo ha ido desarrollándose la astronomía maya (o mejor dicho, astrología maya) y de que forma se reconstituyeron estas practicas y rituales asociados con los astros con la identidad de los mayas.. El tema tiene muchas líneas de investigación en las que se pueden incluir a investigadores sociales como los arqueólogos, historiadores, antropólogo sociales, lingüistas, etnólogos, etc. así como a los astrónomos y matemáticos en general para sigan produciendo interesantes propuestas sobre el tema, sea desde la arqueoastronomía o la etnoastronomía. Cabe señalar que algunas de las propuestas vistas en el texto han sido y siguen siendo motivo de controversia y debate, tal es el caso de los orígenes del calendario ritual de 260 días que asociado con la agronomía y las prácticas rituales, existen dos corrientes en torno a su origen, una en torno la actividad agrícola (especialmente la siembra del maíz) y otro en torno a la observación de cuerpos celestes. Sin lugar a duda sabemos que el movimiento de ciertos astros influyen sobre el comportamiento vegetal (incluso animal), por lo que quizá me inclinaría a considerar su origen en la observación de los astros y eventos astronómicos sin restar la importancia agrónoma, ya que según la posición del Sol junto con otros astros, indicaba los momentos precisos para sembrar, para preparar el campo, para el riego (temporada de lluvias) y para su posterior cosecha, en un ciclo anual que por el carácter sagrado de la milpa, siempre estaba asociado con rituales, como hoy en día podemos observar en los pueblos mayas. ! "'+! Incluso, como se mencionó en el apartado I.1. (pág 12) la propia actividad agrícola (milpa) tiene diferentes fechas según la región y el grupo étnico. A su vez, a éste tema controversial le podemos añadir otras corrientes que proponen su origen en la observación de un solo astro (ajenos al Sol, la Luna o Venus) o de una sola constelación, el problema con éstos argumentos es la posición de algunos astros y/o constelaciones puede variar de una región a otra y principalmente con el transcurrir de los años, ya que lo que hoy vemos en el cielo en unos meses o en algunos siglos se verá en otras direcciones, haciendo muy difícil la determinación de su movimiento a simple vista. Todavía falta mucho por investigar y algunas propuestas pueden cambiar con el paso del tiempo, como se puede constatar entre ésta edición y la primera, así como el continuo el surgimiento de nuevas investigaciones y revisiones a otras. En resumen, la actividad astronómica practicada por los mayas es un elemento que fue, sigue y seguirá siendo una pieza importante dentro de su dinámica cultural, y es a su vez, un elemento más de la identidad maya ya que ésta actividad siempre ha estado presente en los rituales, mitos y narrativas de los mayas a lo largo de todo el tiempo por lo que merece mayor atención por parte de los investigadores sociales y públicos en general. ! "'"! BIBLIOGRAFÍA CITADA ANDERSON, Neal S. y Moisés Morales 1981a Solsticial alignment of the Temple of the Inscriptions at Palenque. Archaeoastronomy, Vol IV, July – September, 3: 30-33. 1981b A Solar alignment of the Palace Tower at Palenque. Archaeoastronomy, Vol IV, July – September, 3: 34-36. ANDREWS, Anthony P. 1983 Ancient Maya Salt Production and Trade. University of Arizona Press, Tucson. 1998 El comercio marítimo de los mayas del Posclásico. Arqueología Mexicana. 33: 16-23. ANDREWS, George 1977 Maya cities: Placemaking and Urbanization. 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