Vertientes del cuidado:
experiencias multidisciplinarias en salud
Grever María Ávila Sansores
Gerardo Ruvalcaba Palacios
Ma. Gloria Vega Argote
(coordinadores)
Vertientes del cuidado:
experiencias multidisciplinarias en salud
Grever María Ávila Sansores
Gerardo Ruvalcaba Palacios
Ma. Gloria Vega Argote
(coordinadores)
Título original:
Vertientes del cuidado: experiencias multidisciplinarias en salud
© 2021 Derechos reservados
Grever María Ávila Sansores
Gerardo Ruvalcaba Palacios
Ma. Gloria Vega Argote
(Coordinadores)
unas letras industria editorial
Calle 64 No. 560 x 73 y 71
Centro Histórico de Mérida, Yucatán
editoraunasletras@gmail.com
Cel. 9991204210
Fotos: Alfredo Lara Morales
ISBN: 978-607-9054-72-4
Primera edición: diciembre de 2020
Colaboradores
Los académicos y alumnos participantes en este libro son parte de la
Red Multidisciplinaria de Investigación para la Salud Integral (Red-MISI).
MC Grever María Ávila Sansores, Dr. Gerardo Ruvalcaba Palacios y Dra. Ma.
Gloria Vega Argote. Cuerpo Académico Prevención y Cronicidad actualmente en consolidación reconocido por PRODEP, adscrito al Departamento de
Enfermería y Obstetricia, División Ciencias de la Vida, Campus Irapuato-Salamanca, Universidad de Guanajuato, México.
MSP Ma. Eugenia Barreto Arias, MTFS Claudia Marcela Cantú Sánchez,
ME Lourdes Alejandra Vergara Hernández, MEyAS Monserrat Fernández
Moya y Dr. Osmar Antonio Jaramillo Morales. Cuerpo Académico Promoción de la Salud y Cuidados en Grupos Vulnerables, actualmente en formación reconocido por PRODEP, adscrito al Departamento de Enfermería
y Obstetricia; División Ciencias de la Vida, Campus Irapuato-Salamanca,
Universidad de Guanajuato, México.
DCE Lucero Fuentes Ocampo y MCE Jorge Emmanuel Mejía Benavides.
Grupo de Investigación Interdisciplinaria aplicada a la Salud del Centro Interdisciplinario de la Universidad de Guanajuato, México.
Dr. Raúl Fernando Guerrero Castañeda y Dra. María de Jesús Jiménez
González. Cuerpo Académico Cuidado al final de la vida, actualmente
en consolidación reconocido por PRODEP, adscrito al Departamento de
Enfermería Clínica; División Ciencias de la Salud e Ingenierías, Campus
Celaya-Salvatierra, Universidad de Guanajuato, México.
DCE Alejandro Morales Jinez, MESC Alicia Ugarte Esquivel, DE Francisco
Javier López Rincón, ME Luz Elena Rodríguez Mejía y LE Laura del Carmen
Soto Sosa. Cuerpo Académico Enfermería Geronto-Geriátrica, actualmente
en formación reconocido por PRODEP. Pertenece a la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón, México.
DCSP Laura Alemán de la Torre, DCB Susana Facio Arciniega, ME Alma
Rosa Quiroz Guerra, MCE Hermelinda Guzmán Daniel y ME Roxana
Martínez Cervantes. Grupo de Investigación Educación para la Salud y
Formación Universitaria de la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón, México.
Dra. Patricia Isolina del Socorro Gómez Aguilar y Dr. Antonio Vicente
Yam Sosa. Cuerpo Académico Cronicidad y Salud Pública actualmente
en consolidación con reconocimiento PRODEP. Adscrito a la Facultad de
Enfermería de la Universidad Autónoma de Yucatán, México.
ME Cielo Isabel Ladrón de Guevara Vázquez. Grupo de Investigaciones
Sociales y Jurídicas (GRIP), Fundación Universitaria Tecnológico COMFENALCO, Cartagena de Indias, Colombia.
Dra. Gloria Mabel Carrillo González. Grupo de Investigación Cuidado
y práctica de Enfermería, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá,
Colombia.
Dra. Sofía Sabina Lavado Huarcaya. Grupo de investigación Enfermería
Social y Cuidado de la Persona Adulta (GIESCA) adscrito a la Universidad
Católica Santo Toribio de Mogrovejo, Chiclayo, Perú.
Con la colaboración del estudiante de la licenciatura de Enfermería
y Obstetricia, Ángel Guadalupe Segura Manjarrez y el alumno de la
especialidad de Enfermería Médico-Quirúrgica, Víctor Hugo Ramírez
Rodríguez, ambos adscritos al Departamento de Enfermería y Obstetricia División Ciencias de la Vida, Campus Irapuato-Salamanca, Universidad de Guanajuato, México.
ÍNDICE
Presentación
9
Eje 1. Adultos mayores
13
Capítulo I
Actitudes hacia la sexualidad en personas adultas mayores
15
Cárdenas Cortés, Adriana Mayela; Hernández Torres, José Luis; Martínez Cervantes,
Roxana; Cárdenas Torres, Romme y Martínez Ávila, Mayra
Capítulo II.
Nivel de autogestión del cuidado
en personas mayores de edad que viven con diabetes
31
Quiroz Guerra, Alma Rosa; Morales Salazar, Manuel; Román Ortiz, José Rubén; Aguilera
Téllez, Leyla; Valerio Candela, María del Refugio; Pérez González, María Emma; Guzmán
Daniel, Hermelinda y Villagrana Guerrero, Natalia Eduviges
Capítulo III
Estereotipos de la vejez de una población de 50 años o más
51
Morales Salazar, Manuel; Morales Jinez, Alejandro; López Rincón, Francisco Javier;
Ugarte Esquivel, Alicia; Paz Navarro, Sonia Guadalupe y Rodríguez Gómez, Irma Lizeth
Eje 2. Jóvenes universitarios
65
Capítulo IV
Nivel de estrés percibido en estudiantes universitarios
67
Grever María Ávila Sansores, Gerardo Ruvalcaba Palacios, Ma. Gloria Vega Argote,
Lourdes Alejandra Vergara Hernández, Raúl Fernando Guerrero Castañeda, Patricia
Isolina del Socorro Gómez Aguilar, Gloria Mabel Carrillo González
Capítulo V
La depresión y el estrés asociados en la ideación suicida de
los estudiantes universitarios de enfermería
Morales Salazar, Manuel; Quiroz Guerra, Alma Rosa; Valerio Candela, María del
Refugio; Pérez González, María Emma y Salazar Plaza, Karen Amira
81
Eje 3. Misceláneo
93
Capítulo VI
Importancia de la comunicación en la intervención comunitaria
95
Gerardo Ruvalcaba Palacios, Grever María Ávila Sansores, Cielo Ladrón de Guevara
Vázquez, Sofía Sabina Lavado Huarcaya
Capítulo VII
Intervenciones de enfermería en tratamiento acortado
estrictamente supervisado de pacientes con tuberculosis
111
Gómez Torres, Daniela Ramírez Delgado, Rebeca Mejía Ayala, María Berenice
Capítulo VIII
Plan de cuidados en el paciente en hemodiálisis
125
Fernández Moya Monserrat, Vergara Hernández Lourdes Alejandra, Barreto Arias
Ma. Eugenia, Cantú Sánchez Claudia Marcela, Flores Pérez Giovanni Bernabé
Capítulo IX
Estimulación temprana en el desarrollo motor fino
141
Puente Ramírez Reyna de los Ángeles, Pacheco Rico María Guadalupe, Esquivel Franco
Claudia Gabriela, Fuentes Ocampo Lucero, Mejía Benavides Jorge Emmanuel
Capítulo X
Impacto de la nueva epidemia de COVID-19 en la salud mental
de los profesionales sanitarios que trabajan en hospitales:
evidencia que arroja la investigación científica
153
Alfredo Lara-Morales, Quetzalli Xiadany Macías-Cervantes
Capítulo XI
Grupos focales: una revisión conceptual
Ma. Gloria Vega Argote, Jorge Emmanuel Mejía Benavidez, Gerardo Ruvalcaba Palacios,
Grever María Ávila Sansores, Claudia Marcela Cantú Sánchez, Lucero Fuentes Ocampo
173
PRESENTACIÓN
Ruvalcaba Palacios, Gerardo
Ávila Sansores, Grever María
Gómez Aguilar, Patricia Isolina del Socorro
Universidad de Guanajuato
Universidad Autónoma de Yucatán
México
El título “Vertientes del cuidado: experiencias multidisciplinarias” se refiere en parte a los planteamientos generados
en la búsqueda del cuidado integral. Desde esta visión, la
calidad de la atención se incrementará en la medida en que
se fortalezcan el trabajo multidisciplinario y las estrategias de
intervención creativas basadas en los avances recientes en
prevención, diagnóstico, tratamiento y reinserción social del
paciente y sus familiares. Es triste darse cuenta de que las
personas, aunque vivan cada vez por más tiempo, desgraciadamente lo harán siendo víctimas de sufrimiento, pues las enfermedades crónicas están repuntando de manera drástica,
lo que en términos reales significa que una persona pasará
gran parte de su vida padeciendo una enfermedad, su tratamiento y las secuelas que ambas cosas pudieran significar.
Por ejemplo, a nivel mundial se ha visto que, aunque se
espera que una persona viva hasta los 73 años de edad, la
expectativa de vida saludable será solo de 63 años, lo que
quiere decir que la persona vivirá cuando menos una década con una pobre salud (Ngai, et al. 2020). Actualmente, las
enfermedades crónicas constituyen la principal causa de enfermedad y deceso (Croocks, Hansen, Satterfield, Layton &
Van Dongen, 2019). En México, el panorama es el mismo: las
primeras tres causas de muerte desde el 2007 a la fecha han
sido las enfermedades crónicas, entre las cuales las cardiopatías ocupan el primer lugar, seguidas de la enfermedad renal
y la diabetes. Además, también están dentro de las cuatro
primeras causas de muerte prematura, siendo solo superadas
por la violencia interpersonal (Institute for Health Metrics and
Evaluations [IHME], 2019)
9
Desde el punto de vista clínico, el cuidado y la atención
del paciente crónico son a largo plazo; además, este tipo de
trastornos son muy difíciles de tratar, y las personas que los
padecen enfrentan cambios sociales, psicológicos y físicos
radicales que afectan tanto el desarrollo de sus actividades
como su calidad de vida, en general. Incluso se ha visto que
padecer un trastorno crónico puede condicionar la aparición
de otras afectaciones de índole físico o psiquiátrico (De Siqueira, De Siqueira & Teixeira, 2020; Mun, Ruehlman & Karoly, 2019).
Es cierto que el cuidado no se refiere solamente a los trastornos crónicos, pero este tipo de afecciones es muy prevalente y se presenta a edades cada vez más tempranas, por lo
que parece que el estilo de vida actual condiciona su aparición (Kim, Lee & Riesche, en prensa). El tema central del presente libro es de actualidad y de suma importancia. Todos los
profesionales de la salud debemos de ser conscientes de la
relevancia de brindar a las personas un cuidado integral bajo
las condiciones actuales.
Los objetivos principales de esta obra son, en primera instancia, establecer un referente para el desarrollo de las investigaciones de los futuros profesionales de la salud, ante todo
los especializados en enfermería y psicología. Por lo tanto, el
libro va de la mano con el desarrollo práctico de la asignatura
de Investigación, pues plantea instrumentos, variables y la
manera de medir su resultado. De igual manera, esta obra
tiene otro objetivo: ampliar los conocimientos de los profesionales de la salud, tanto clínicos como comunitarios, que
decidan llevar a cabo investigaciones para generar nuevas
estrategias de intervención, proporcionando las bases para
su seguimiento y evaluación. En el presente libro se presentan investigaciones y revisiones de la literatura trascendental
que ayudarán a los profesionales de la salud y a los estudiantes a mejorar la calidad de vida de los cuidados.
El libro está dividido en tres ejes. El primero, dedicado al
abordaje de los pacientes adultos mayores, su sexualidad, el
nivel de autogestión y los estereotipos que los propios ancianos tienen sobre este estadío de vida. En el segundo eje
se encuentran estudios dedicados a la población joven; par10
ticularmente con temas relacionados al estrés, la depresión y
sus experiencias emocionales. Por último, en el tercer eje se
presenta un conjunto misceláneo de textos que van desde el
impacto del COVID 19 en la población hasta la atención de la
tuberculosis, el movimiento fino y la comunicación.
En suma, el libro refleja la preocupación que existe entre
los profesionales de la salud por brindar al paciente un cuidado y una atención integral. Esperamos que el material aquí
reunido sea de interés para el lector, y motive la reflexión
sobre la manera en que debe abordarse al paciente en el
siglo XXI.
Referencias
Croocks, E., Hansen, A.D., Satterfield, C.B., Layton, E.M.
& Van Dongen, P.A.P. (2019). Cardiac Autonomic Activity
During Sleep Deprivation with and without Caffeine Administration. Physiology and Behavior, 210, 112643. https://
doi.org/10.1016/j.physbeh.2019.112643
De Siqueira, S.R.D.T., De Siqueira, J.T.T. & Teixeira, M.J. (2020).
Chronic Pain, Somatic Unexplained Complaints and Multimorbidity: A Multimorbidity Painful Syndrome? Medical Hypotheses, 138. https://doi.org/10.1016/j.mehy.2020.109598
11
Institute for Health Metrics and Evaluations [IHME] (2019).
Causas de muerte por país. México. Washington, DC: Universidad de Washington. http://www.healthdata.org/mexico?language=149
Kim, E., Lee, Y. & Riesche, L. (en prensa). Factors Affecting Depression in High School Students with Chronic Illness: A Nationwide Cross-sectional Study in South Korea.
Archives of Psychiatric Nursing. https://doi.org/10.1016/j.
apnu.2020.01.002
Mun, M.Ch., Ruehlman, L. & Karoly, P. (2019). Examining the
Adjustment Petterns of Adults with Multiple Chronic Pain
Conditions and Multiple Pain Sites: More Pain, no gain. The
Journal of Pain. https://doi.org/10.1016/j.jpain.2019.06.002
Ngai, S.S., Cheung, Ch., Ng, Y., Tang, H., Ngai, H. & Wong,
K.H. (2020). Development and Validation of the Chronic Illness Self-management (CISM) Scale: Data from a Young
Patient Sample in Hong Kong. Children and Youth Services
Review, 114, 105077. https://doi.org/10.1016/j.childyouth.
2020.1050
12
Eje 1
ADULTOS MAYORES
La Organización Mundial de la Salud (OMS)1 señala que entre
el 2000 y 2050 se observará el envejecimiento poblacional a
nivel mundial, con un salto de cifras de 605 millones a 2000
millones de adultos mayores; la proporción de los habitantes
del planeta mayores de 60 años se duplicará, pasando del
11% al 22% en el transcurso de medio siglo. (OMS, 2015).
De la mano con el envejecimiento de la población está la
necesidad de atender a los adultos mayores incapaces de
valerse por sí mismos, pues muchos padecen limitaciones de
la movilidad, fragilidad u otros problemas físicos o mentales,
tales como el Alzheimer, entre otras. Igualmente, una gran
1
Organización Mundial de la Salud (2015). Informe Mundial Sobre el Envejecimiento
y la Salud. https://www.who.int/ageing/publications/world-report-2015/es/
13
mayoría necesita alguna forma de asistencia a largo plazo,
que puede consistir en cuidados domiciliarios o comunitarios, ayuda para la vida cotidiana, ser internados en asilos, o
bien, estadías prolongadas en hospitales.
Por todo lo expuesto, se hace necesario el abordaje de
este sector de la población, pues no hacerlo conllevará a
problemáticas que pueden complicar su calidad de vida. Los
estudios, proyectos y programas en torno a esta población
vulnerable permitirán la creación de estrategias que mejoren
sus condiciones de vida y calidad de atención.
14
CAPÍTULO I
ACTITUDES HACIA LA SEXUALIDAD
EN PERSONAS ADULTAS MAYORES
Cárdenas Cortés, Adriana Mayela
Hernández Torres, José Luis
Martínez Cervantes, Roxana
Cárdenas Torres, Rommel
Martínez Ávila, Mayra
Universidad Autónoma de Coahuila
Universidad María Esther Zuno de Echeverría
Torreón, Coahuila, México
Resumen
El número de Personas Adultas Mayores (PAM) va en aumento, habitan en el mundo más de 650 millones; en México,
10,055,379, y se estima que uno de cada cuatro habitantes
lo sea para el año 2020, esto obliga a los profesionales de la
salud a considerar los aspectos que mantienen y mejoran su
funcionalidad, entre ellos la sexualidad, vista como un componente de bienestar bio-psico-social.
Material y métodos
Con el propósito de identificar las actitudes hacia la sexualidad en PAM que asistían a una plaza pública de la ciudad de
Torreón, Coahuila en 2015, se realizó un estudio no experimental, transversal y descriptivo, seleccionando una muestra
de 91 individuos, a quienes se administró la escala de actitudes hacia la sexualidad, previa firma de consentimiento
informado.
El análisis de datos se realizó en IBM SPSS 22, obteniéndose estadística descriptiva.
Resultados
Del total de la muestra, 70.3% corresponde al género femenino vs el 29.7% masculino. La edad promedio fue de 65.6
años (± 4.9). En el 36.3% se encontró actitud positiva hacia la
sexualidad vs el 63.7%, negativa; por género y edad, preva15
leció positiva en mujeres (28.6%) vs hombres (7.7%), y mayor
en el grupo más joven (29.7%) vs el de mayor edad (6.6%)
(71-80 años).
Conclusión
Enfermería debe participar en la generación de programas
de promoción para la salud y en el diseño de intervenciones
para limitar secuelas o complicaciones que influyan negativamente en el ejercicio sexual, así como fomentar estilos de
vida saludables desde etapas tempranas que potencien comportamientos y actitudes favorables hacia el disfrute pleno
de la sexualidad durante el envejecimiento en sus distintas
formas de expresión.
Palabras clave: anciano, sexualidad, México.
Introducción
Diversos factores, tales como el aumento en la esperanza de
vida y la disminución de la tasa de fecundidad, han propiciado
el acelerado incremento de la población de Personas Adultas Mayores (PAM) en todo el mundo. Según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), entre 2015 y 2050 pasará de 900
millones hasta 2000 (OMS, 2017). El Centro Latinoamericano
de Desarrollo (CELADE) estima que en Latinoamérica viven
57 millones (CELADE, 2010). En México, en 2010, el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) contabilizó 10.1
millones, y estima que para el 2025 sean alrededor de 12.5
millones, (INEGI, 2014).
El envejecimiento de la población puede asimilarse como
el éxito de las políticas de salud y de desarrollo económico
de un país, sin embargo, constituye un importante reto para
la sociedad ya que debe adaptarse a los cambios físicos, patológicos, psicológicos y sociales que el proceso conlleva para
potenciar el bienestar funcional y la calidad de vida, por ende
su participación social y su seguridad (INAPAM, 2016).
Llanes (2013) refiere que un aspecto trascendental en la
vida humana y que durante la vejez se ha visto modificado es
16
el componente de la sexualidad, específicamente el aspecto
físico, con cambios que se originan en la piel, las mucosas, el
sistema vascular y circulatorio, a nivel neurológico, hormonal,
en la percepción de calor y/o frio, y en los ritmos circadianos.
Asimismo, a nivel sexual y reproductivo se enuncian la disminución de niveles de estrógenos, lubricación vaginal, elasticidad y tono muscular, de la longitud y profundidad vaginal,
del tejido vulvar y del tamaño del clítoris, y adelgazamiento
de la mucosa vaginal.
En el caso del hombre, la disminución gradual de niveles
de testosterona, de excitación, meseta, orgasmo y resolución, mayor necesidad de estimulación peniana para lograr y
mantener la erección, reducción del volumen seminal, y prolongación del periodo refractario, disminución de la frecuencia y duración del orgasmo, así como de la lubricación. En
este sentido, el hecho de que las PAM ya no se encuentran
en periodo reproductivo ha limitado ser vistos como seres
humanos sexuales (Llanes, 2013).
La sociedad ha negado, impuesto y rechazado toda práctica sexual en este grupo poblacional, víctimas de la falta de
educación, expresando ideas retrógradas y erróneas que se
han difundido por generaciones, alimentadas por una serie
de tabúes y mitos que afectan el ejercicio pleno de sexualidad, y muchas veces llegan a desvalorizarlos con actitudes y
percepciones negativas hacia su persona, a deshumanizarlos
considerando que es improcedente vivirla, y a ridiculizarlos
con la idea de que las y los jóvenes son los únicos seres sexuados (Wong, Álvarez, Domínguez & González, 2010) (Llanes, 2013). La falta de expresión sexual puede generar sentimientos de aislamiento, soledad, vergüenza, culpabilidad
y miedo, lo que repercute a nivel social y funcional, sin encontrar felicidad, bienestar pleno o satisfacción personal. Por
otra parte, entre las variables determinantes que influyen en
el ejercicio y/o expresiones de la sexualidad en las PAM está
el estado de salud. La relevancia de las enfermedades en la
vejez contrastan lo beneficioso que es el sexo para la salud y
la mejora de la salud para la práctica del sexo (Pedrero, Moreno-Crespo, & Moreno, 2018).
Las patologías cardiovasculares, endocrinológicas, neuro17
lógicas, nefrourológicas, osteomusculares y respiratorias son
condiciones que frecuentemente afectan las expresiones de
la sexualidad en este grupo debido a sus manifestaciones
y tratamiento. Sin embargo, la sexualidad no debe ser vista
desde la genitalidad; ellas y ellos deben encontrar nuevas
formas de expresión, tales como caricias, piropos, besos,
abrazos, la aproximación en sus formas de tacto, intimidad
emocional, compañía, diálogo amoroso, la masturbación y
no solo el coito (Pedrero, Moreno-Crespo, & Moreno, 2018).
La sexualidad geriátrica se define como “La expresión psicológica de emociones y compromisos, que requiere mayor
cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en
una relación de confianza, de amor, de compartir placer con
coito o sin él” (Rodríguez-Benítez, Rodríguez, & Sayers, 2010).
Es decir, la sexualidad nace con el ser humano y se mantiene
hasta el final de la vida, constituyendo parte de su identidad
y personalidad, se enfatiza que en las PAM demanda mayor
capacidad de diálogo, amor, ternura, confianza, afecto en la
relación de pareja y entre compañeros, sentimientos generadores de placer, con o sin coito, lo que permite mejorar
el bienestar físico, mental y social de las PAM y, por ende,
optimizar su calidad de vida (Guadarrama, Ortíz, Moreno, &
González, 2010).
De Los Santos y Reyes (2017) señalan que el envejecimiento de la población mundial debe plantearse en la necesidad
de estudiar todas las actividades que mejoren la funcionalidad y la calidad de vida de las PAM, ubicando la sexualidad
como derecho y parte de estas actividades. Se trata de promover el interés por la sexualidad a través de la educación
sobre el proceso de cambio, el ejercicio consciente y libre de
la expresión de su sexualidad, y orientación sobre las opciones que incrementen la autoestima, lo cual permitirá lograr
y disfrutar de una vida saludable (De Los Santos & Reyes,
2017).
La asistencia por parte del personal de salud, desde el
cuidado holístico e integral es necesaria en el reconocimiento
de la persona incluyendo la sexualidad, desafiando las propias suposiciones sobre el tema. Los elementos teóricos sobre la sexualidad y el envejecimiento otorgan la capacidad
18
de re-direccionar las inquietudes de las PAM. El papel del
personal de salud, específicamente de enfermería, debe enfocarse a eliminar aquellos estereotipos sexuales, realizar una
historia clínica detallada para identificar lo que quieren, el
interés y el funcionamiento sexual para planificar de acuerdo
a ello (De Los Santos & Reyes, 2017).
La importancia de abordar la sexualidad de las PAM en la
disciplina de enfermería pone de manifiesto la responsabilidad de este gremio en la promoción de estilos y condiciones
de vida saludables que disminuyan el impacto de las enfermedades coexistentes, permitiendo cambios actitudinales a
través de actividades educativas que contemplen los cambios orgánico-fisiológicos e implicaciones sociales, mediante
la implementación de estrategias para preservar la capacidad sexual y mantener su calidad de vida (Guadarrama, Ortíz,
Moreno, & González, 2010).
Tal como lo refiere Dorothy E. Johnson en el Modelo del
Sistema Conductual, la enfermería debe actuar como fuerza de regulación externa en la prevención y/restauración de
enfermedad, estabilizando el comportamiento de la persona
en la doble función de procreación y de satisfacción, sin limitarse a ellos, comenzando por el desarrollo de la identidad
del rol y las conductas asociadas con el papel sexual, por lo
que se propone la realización de este estudio que permita
identificar las actitudes hacia la sexualidad en PAM, a fin de
responder si estas serán o no positivas (Holaday, 2015).
Marco teórico-conceptual
Según la OMS, “la sexualidad es un aspecto central del ser
humano, presente a lo largo de su vida. Abarca el sexo, las
identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la
intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos,
creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles
y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por
la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales,
19
económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos,
religiosos y espirituales” (Mullo, 2015).
Dorothy Jhonson, autora del Modelo del Sistema Conductual, se refiere a la función sexual de la persona (sistema)
como una parte integrada e interrelacionada de otras (subsistemas); dependencia, ingestión, eliminación, agresividad/
protección, realización y afiliación con requisitos estructurales
(meta, predisposición a actuar, centro de la acción y conducta), y funcionales (protección de las influencias dañinas, nutrición y estimulación para aumentar el desarrollo y prevenir
el estancamiento) que pueden sufrir tensión, producir desequilibrio y/o enfermedad. Por tanto, la conducta sexual de
cada sistema podría afectar y/o afectarse por estereotipos
que tienen que ver con la procreación y el emparejamiento,
así como con otras conductas o comportamientos evasivos
en relación al ejercicio pleno de la sexualidad y la adaptación
a los cambios físicos, emocionales, sociales, que el envejecimiento trae consigo, (Holaday, 2015).
En este sentido, la enfermería debe intervenir ayudando a
la PAM a enfrentar mejor las debilidades y amenazas, debe
lograr que todos aquellos cambios orgánicos sean vistos
como normales y puedan potenciar la expresión de su sexualidad libremente mediante besos, caricias, tacto, comunicación, pensamientos, emociones, etc., con o sin coito, con
el fin de preservar su capacidad sexual y desarrollar valores y
actitudes, ya que es uno de los principales motivadores de la
conducta humana, y le permitirán un bienestar pleno, ajeno
a estereotipos sociales y culturales (Cremé, Alvarez, Pérez,
Fernández, & Riveaux, 2017).
En México, Guadarrama, Ortiz, Moreno y González (2010)
refieren que son las adultas mayores quienes poseen menor
interés en cualquier forma de expresión sexual vs los adultos mayores, quienes poseen mayor satisfacción; asimismo
señalan que existen diferencias entre la edad, el estado de
soltería o viudez y la inactividad sexual, sin embargo reportaron relación con las dimensiones del perfil de salud física,
emocional y social. Por otra parte, Altamirano y De la Cruz
(2018) demostraron mediante un estudio cualitativo que en
una pareja, hombre y mujer adultos mayores conciben per20
cepciones negativas hacia la sexualidad, rechazándola por
ellos mismos, con falta de expresiones en cuanto a deseos
y fantasías eróticas, y reprimiendo la práctica del sexo; igualmente demostraron con base en las entrevistas estructuradas
que el papel o rol de la mujer en el sexo depende de estereotipos culturales (Altamirano & De la Cruz, 2018).
Metodología
El diseño de estudio fue no experimental, transversal y descriptivo. La población participante consistió en 91 personas
adultas mayores que asistieron a una plaza pública consecutivamente en Torreón, Coahuila, a quienes se administró una
cédula de datos sociodemográficos y la Escala de Actitudes
hacia la Sexualidad en el Adulto Mayor (EASA), previa firma
de consentimiento informado. La EASA consta de 44 ítems
en escala tipo ordinal, agrupadas en cinco factores: Estereotipos sexuales, mitos sociales y religiosos, prácticas sexuales,
deseo sexual y rol de la mujer en el sexo. Las categorías fueron: totalmente de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo y totalmente en desacuerdo, asignándose una puntuación entre
0 y 56 “actitud positiva hacia la sexualidad” y de mayor a 57
“actitud negativa hacia la sexualidad”. El alfa de Cronbach
es de 0.95 (Rodríguez, et al., 2010). El análisis de los datos
se realizó mediante el paquete estadístico IBM SPSS 22 para
Windows obteniéndose estadística descriptiva.
Resultados y discusión
La muestra final se integró por 91 PAM, 70.3% mujeres y
29.7%, hombres. El grueso de los participantes (79.1%) se
concentra entre los 60 a 70 años, mismo rango en el que se
ubica el promedio de edad, de 65.6 años (± 4.9) (ver tabla 1).
21
Tabla 1. Análisis proporcional
por sexo y edad
Frecuencias
%
Mujer
64
70.3
Hombre
27
29.7
Total
91
100
60-70
72
79.1
71-80
19
20.9
Total
91
100
Sexo
Edad
Fuente: Cédula de datos sociodemográficos, 2020. Autoría propia.
El 73.9% del total de la muestra refieren actitudes positivas
hacia la sexualidad vs 26.1% negativas.
Tabla 2. Análisis proporcional de las actitudes hacia
la sexualidad en personas adultas mayores en
relación al sexo y edad
Sexo
Actitudes positivas
hacia la sexualidad
Mujer
Hombre
Total
60-70
71-80
Total
Frecuencias
26
7
33
27
6
33
%
28.6
7.7
36.3
29.7
6.6
36.3
Actitudes negativas
hacia la sexualidad
Frecuencias
38
20
58
45
13
58
%
41.7
22
63.7
49.4
14.3
63.7
Fuente: EASA (Escala de actitudes hacia la sexualidad en el adulto mayor).
Copyright [2010] por R. J. Rodríguez.
22
En lo que respecta a estereotipos sexuales, la mayor parte refiere que las mujeres son fáciles para tener relaciones sexuales (37.4%); sin embargo, 46.2% difieren en que tienen sexo
solo por placer, 45.1% en que prefieran que sus parejas sean
agresivas o que las dominen en el sexo (36.3%). Además, están totalmente en desacuerdo en que las mujeres insatisfechas sexualmente busquen otra pareja para hacerlo (48.4%)
o que manipulen a los hombres con sexo (34.1%). Finalmente
rompen con el estereotipo de preferir un pene grande en sus
relaciones coitales (64.8%) (ver tabla 3).
Tabla 3. Categoría de estereotipos sexuales
Ítem 18
Ítem 19
Ítem 20
Ítem 22
Ítem 27
Ítem 36
F
%
F
%
F
%
F
F
F
%
F
%
Totalmente en
desacuerdo
18
19.8
0
0
25
27.5
19
20.9 44 48.4
31
34.1
7
7.7
En
desacuerdo
19
20.9
42
46.2
41
45.1
33
36.3 26 28.6
26
28.6
59
64.8
Totalmente
de acuerdo
20
22.0
25
27.5
19
20.9
26
28.6
7.7
7
7.7
6
6.6
De acuerdo
34
37.4
24
26.4
6
6.6
13
14.3 14 15.4
27
29.7
19
20.9
Estereotipos
sexuales
Ítem 7
%
7
%
Fuente: EASA (Escala de actitudes hacia la sexualidad en el adulto mayor).
Copyright [2010] por R. J. Rodríguez.
En proporción a los mitos sociales, la mayoría expresó estar
totalmente de acuerdo en que las mujeres adultas mayores
no deben tener relaciones sexuales (42.9%), que si determinada mujer está interesada en el sexo es una enferma mental
(35.2%), y en la misma proporción refirió que no deben tomar
la iniciativa para establecer una relación de pareja; sin embargo, el 37.4% está en desacuerdo en que durante la vejez
las mujeres deben abstenerse de tener relaciones sexuales, y
que en caso contrario, quienes disfrutan del acto sexual son
pervertidas sexuales (44%). Asimismo, difiere con el hecho
de que está mal que la mujer adulta mayor tome la iniciativa
en el acto sexual (37.4%), y 42.9% en que sea un tema que
no deba discutirse; finalmente, que la promiscuidad sea una
práctica en personas sexualmente insatisfechas (ver tabla 4).
23
Tabla 4. Categoría de mitos sociales
Mitos sociales
Ítem 1
F
%
Ítem 2
F
%
Ítem 4
F
%
Ítem 6
F
%
Ítem 12
F
%
Ítem 16
F
%
Ítem 30
F
%
Ítem 38
F
%
Totalmente en
26
desacuerdo
28.6 26
28.6
13
14.3
32
35.2
25
27.5
19
20.9
39
42.9 34
37.4
En
desacuerdo
20
22.0 33
36.3
27
29.7
34
37.4
40
44.0
34
37.4
26
28.6 39
42.9
Totalmente
de acuerdo
39
42.9 32
35.2
32
35.2
19
20.9
19
20.9
31
34.1
7
7.7
19.8
De acuerdo
6
6.6
0
19
20.9
6
6.6
7
7.7
7
7.7
19
20.9 0
0
18
Fuente: EASA (Escala de actitudes hacia la sexualidad en el adulto mayor).
Copyright [2010] por R. J. Rodríguez.
Respecto a los mitos religiosos, están en total desacuerdo
con que el sexo entre personas adultas mayores sea pecado
(63.7%), y 70.3% en que el placer sexual sea pecaminoso (ver
tabla 5).
Tabla 5. Categoría de mitos religiosos
Mitos religiosos
Ítem 29
F
%
Ítem 31
F
%
Totalmente en desacuerdo
58
63.7
64
70.3
En desacuerdo
20
22.0
20
22.0
Totalmente de acuerdo
7
7.7
7
7.7
De acuerdo
6
6.6
0
0
Fuente: EASA (Escala de Actitudes Hacia la Sexualidad en el Adulto Mayor).
Copyright [2010] por R. J. Rodríguez.
En la dimensión que integra las prácticas sexuales, la mayor
parte de la población adulta mayor evidenció estar en desacuerdo con que las mujeres no deban masturbarse (36.3%),
así como que quienes tienen relaciones anales son unas
“cualquiera” (42.9%), y respecto al sexo oral, la mayoría está
en total desacuerdo en que no sea practicada por mujeres en
la misma proporción. En relación, 51.6% se mostró en desacuerdo en que los hombres tengan más fantasías sexuales o
sexo (30.8%) que las mujeres (ver tabla 6).
24
0
Tabla 6. Categoría de prácticas sexuales
Prácticas sexuales
Ítem 9
F
%
Ítem 10
F
%
Ítem 11
F
%
Ítem 13
F
%
Ítem 14
F
%
Totalmente En Desacuerdo
25
27.5
32
35.2 39
42.9
6
6.6
26
28.6
En Desacuerdo
33
36.3
39
42.9 32
35.2
47
51.6
28
30.8
Totalmente De Acuerdo
20
22.0
13
14.3 20
22.0
32
35.2
25
27.5
De Acuerdo
13
14.3
7
7.7
0
6
6.6
12
13.2
0
Fuente: EASA (Escala de actitudes hacia la sexualidad en el adulto mayor).
Copyright [2010] por R. J. Rodríguez.
De las prácticas relacionadas con el estado marital o conyugal
de las y los adultos mayores, 41.8% aseguró que los hombres
deben tener sexo con su futura pareja antes de casarse para
tener química posteriormente; 50.5% se mostró en desacuerdo, y sólo 7.7% de acuerdo ante este hecho (ítem 32). 63.7%
están de acuerdo en que deben convivir antes del matrimonio
vs 36.3% en desacuerdo o totalmente en desacuerdo (ítem 33).
Respecto a si la masturbación es aceptable solo cuando la persona envejecida no tiene pareja, en mayor proporción se está
en desacuerdo o totalmente en desacuerdo (50.5%) vs 49.5%
que aceptan este hecho (ítem 43). Por último, la población entrevistada señaló que las leyes no deben castigarlos si no siguen
la norma social sexual (86.8%) vs 13.2% que acepta este hecho
(ítem 44).
En relación a la dimensión del rol del deseo sexual, el 48.4%
refirió estar totalmente de acuerdo en que la mujer durante
la menopausia pierde deseo sexual; sin embrago, expresaron sentirse en desacuerdo en que tienen menos deseo que
los hombres (44%), y que este se pierde mientras se envejece
(50.5%). El 44% está en desacuerdo en que las mujeres practican relaciones solo por amor, sin embargo la mayoría está
totalmente de acuerdo en que las caricias son más importantes que la penetración (41.8%), y para finalizar se manifestaron
totalmente en desacuerdo en que las mujeres adultas mayores
prefieren hacer el amor sólo de noche (35.2%) (ver tabla 7).
Respecto del rol del deseo sexual, el 36.3% señaló que
las mujeres sienten vergüenza al pedir caricias sexuales al
hombre (ítem 25); el 57.1%, que la mujer utiliza el sexo para
25
mantener contenta a su pareja (ítem 37), pero 44% está en
desacuerdo en que para el hombre la sexualidad es prácticamente la penetración (ítem 39), resultándoles difícil si no la
tienen (41.8%) (ítem 40). Un 50.5% está de acuerdo en que
los hombres adultos mayores tienen relaciones sexuales sin
pensar en enfermedades de transmisión sexual (ítem 41), y
en desacuerdo en que para tener relaciones sexuales tiene
que gustarle su pareja (44%) (ítem 42).
Tabla 7. Categoría de rol de deseo sexual
Rol de deseo
sexual
Ítem 3
F
%
Ítem 8
F
%
Ítem 15
F
%
Totalmente en
desacuerdo
6
25
27.5
19
20.9 13
14.3 19
20.9 32
35.2
En desacuerdo 28
30.8 40
44.0
46
50.5 40
44.0 6
6.6
26
28.6
Totalmente de
acuerdo
44
48.4 13
14.3
19
20.9 38
41.8 38
41.8 13
14.3
De acuerdo
13
14.3 13
14.3
7
7.7
0
30.8 20
22.0
6.6
Ítem 17
F
%
0
Ítem 21
F
%
28
Ítem 23
F
%
Fuente: EASA (Escala de Actitudes Hacia la Sexualidad en el Adulto Mayor).
Copyright [2010] por R. J. Rodríguez.
En cuanto al rol de la mujer en el sexo, el 44% está totalmente de acuerdo en que la mujer adulta mayor debe estar
siempre dispuesta a tener sexo con su pareja; sin embargo,
están en desacuerdo en que durante el acto sexual deben
dejarse llevar por el hombre (42.9%), así como totalmente en
desacuerdo en que la infidelidad sea aceptable en el hombre
(54.9%).
Respecto a la iniciativa para el sexo, se manifestó desacuerdo en que las mujeres no deban tomarla (42.9%), así
como que deban estar disponibles para el sexo en todo momento (40.7%), pero están totalmente de acuerdo ante el
hecho que deben satisfacer las necesidades sexuales de los
hombres (42.9%) (ver tabla 8).
26
Tabla 8. Categoría de rol de la mujer en el sexo
Rol de la mujer
en el sexo
Totalmente en
desacuerdo
En desacuerdo
Ítem 5
F
%
Ítem 24
F
%
Ítem 26
F
%
Ítem 28
F
%
Ítem 34
F
%
Ítem 35
F
%
12 13.2
13 14.3
50
54.9
20 22.0
7
7
6
39 42.9
20
22.0
39 42.9
37 40.7
25 27.5
6.6
7.7
7.7
Totalmente de
acuerdo
40 44.0
19 20.9
7
7.7
19 20.9
26 28.6
39 42.9
De acuerdo
33 36.3
20 22.0
14
15.4
13 14.3
21 23.1
20 22.0
Fuente: EASA (Escala de Actitudes Hacia la Sexualidad en el Adulto Mayor).
Copyright [2010] por R. J. Rodríguez.
Las actitudes hacia la sexualidad fueron mayormente negativas (63.7%), en específico en mujeres (41.7%), resultado que
difiere de Guadarrama, Ortiz, Moreno y González, quienes
señalaron que mantener una vida sexual es “muy importante” para los hombres en 92.1% vs 51.4% de las mujeres. Asimismo, contrasta con lo reportado por Altamirano, y De la
Cruz, quienes señalan actitudes negativas en temas de sexualidad sin género particular, por consecuencia de mitos,
tabúes y creencias socioculturales.
Conclusiones y recomendaciones
La sexualidad se vive y se expresa a través de distintas prácticas, tales como: besos, caricias, comunicación, deseos y fantasías, además de actitudes favorables hacia la masturbación,
el coito, relaciones anales y orales, evidenciándose que no
son seres asexuados o bien que los estereotipos que la sociedad ha impuesto entorno al sexo, roles de género, mitos
religiosos y sociales no han limitado por completo su vida
sexual, lo que rechaza el supuesto que no serán positivas.
Sin embargo, se encontraron actitudes negativas entorno al
rol de la mujer en el sexo; sobresale el fin de la procreación, el
miedo o pudor a pedir caricias sexuales al hombre durante el
matrimonio y, finalmente, a siempre estar dispuesta a satisfacer sus necesidades y dejarse llevar por él, situaciones de desigualdad de género que se han mantenido por generaciones.
27
En cuanto a algunos estereotipos sociales y sexuales que
señalan que la mujer no debe tener relaciones en la vejez, o
que durante esta se pierda el deseo sexual, un porcentaje
alto de hombres y mujeres afirmó estos hechos, aunque difieren en las prácticas de masturbación, sexo anal u oral, deseo
o placer en ellas, lo que ratifica que se ha estigmatizado su
percepción en cuanto a la satisfacción y el interés sexual.
En el estudio, dos tercios de la población pertenece al
género femenino y tiene edades comprendidas entre 60 y 70
años, en quienes no fueron evaluadas la presencia de morbilidades y comorbilidades, y tampoco su capacidad física,
psicológica o social, por ello es recomendable involucrar las
variables funcionalidad, sexo y edad para ampliar el conocimiento del tema. En este sentido, enfermería debe participar en la generación de programas de promoción para la
salud, diseño de intervenciones para limitar secuelas o complicaciones que influyan negativamente en el ejercicio sexual,
así como fomentar estilos de vida saludables desde etapas
tempranas que potencien comportamientos y actitudes favorables hacia el disfrute pleno de la sexualidad durante el
envejecimiento en sus distintas formas de expresión.
Referencias
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php?script=sci_arttext&pid=S1029-30192017000700012
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28
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http://internet.contenidos.inegi.org.mx/contenidos/productos//prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/censos/poblacion/2010/perfil_socio/adultos/702825056643.pdf
Llanes, C. (2013). Scielo. Revista Cubana de Enfermería:
http://scielo.sld.cu/pdf/enf/v29n3/enf08313.pdf
Mullo, M. (2015). Cybertesis. Universidad Nacional Mayor de
San Marcos: cybertesis
OMS. (Mayo de 2017). Cifras y datos. https://www.who.int/
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Formación universitaria: https://scielo.conicyt.cl/pdf/formuniv/v11n2/0718-5006-formuniv-11-02-00077.pdf
Rodríguez-Benítez, R., Rodríguez, J., & Sayers, S. (2010). Validation of the Attitudes Toward Sexuality Scale with a Puerto
Rican Elderly Population. Boletín Asociación Médica de Puerto Rico, 2(102), 15-23.
Wong, L., Alvarez, Y., Domínguez, M. d., & González, A.
(2010). SciELO. Revista Médica: http://scielo.sld.cu/scielo.
php?script=sci_arttext&pid=S1684-18242010000300011
29
CAPITULO II
NIVEL DE AUTOGESTIÓN DEL CUIDADO
EN PERSONAS MAYORES DE EDAD
QUE VIVEN CON DIABETES
Quiroz Guerra, Alma Rosa
Morales Salazar, Manuel
Román Ortiz, José Rubén
Aguilera Téllez, Leyla
Valerio Candela, María del Refugio
Pérez González, María Emma
Guzmán Daniel, Hermelinda
Villagrana Guerrero, Natalia Eduviges
Universidad Autónoma de Coahuila
Universidad Autónoma de la Laguna
Torreón, Coahuila, México
Resumen
La diabetes está considerada como una pandemia. La Federación Mexicana de Diabetes en 2018 reportó que de las
personas diagnosticadas, el 46.4% no realizan medidas preventivas para evitar complicaciones ni las acciones inherentes de autogestión del cuidado. El objetivo del estudio es
determinar el nivel de autogestión del cuidado por género
en las personas mayores de edad que viven con diabetes en
el área urbana. Es un estudio, descriptivo, transversal, comparativo con una muestra por conveniencia de 120 personas
que aceptan participar, previo consentimiento informado. Se
utilizó un instrumento autoministrado diseñado a partir del
contexto de antecedente, con una consistencia interna de
.94 de alfa de Cronbach y una consistencia externa de .93 de
Índice de validez de contenido, integrado en tres dimensiones con 43 variables. La escala de medición de 0 a 10 a mayor puntuación mayor autogestión del cuidado; una escala
de resultado 0 a 4, autogestión deficiente; 5 a 7 autogestión
insuficiente, y 8 a 10 autogestión adecuada. Se empleó estadística descriptiva, de tendencia central y paramétrica con
31
un nivel de confianza de 0.05. El 69% son mujeres, el 31%
hombres, el alfa de Cronbach fue de .95, con una media total
de 6.02. La media por dimensiones, autocuidado de la dieta
5.47, manejo de la incertidumbre 6.50; corresponsabilidad,
6.43, por género; mujer 6.21 hombre 5.60, concluyendo que
la autogestión del cuidado es significativamente mayor en
la mujeres con valor de p 0.000 t 6.49, la totalidad de las
dimensiones se encuentran por abajo del valor de 8 por tanto la autogestión es insuficiente, el instrumento ofrece a la
persona que vive con diabetes una guía para la autogestión
del cuidado y para el profesional de salud, lo orienta en qué
aspectos requiere ser más enfática la asistencia en salud para
favorecer la adaptación y la conservación.
Palabras clave: Autocuidado, Incertidumbre, corresponsabili-
dad, diabetes, rol de la enfermera(o).
Introducción
En el 2017, en América del Norte y el Caribe la prevalencia de la diabetes fue de 14.8% (Federación Internacional de
Diabetes, 2017); en México, de acuerdo a la Encuesta Nacional y Nutrición de Medio Camino 2016, la prevalencia por
diagnóstico fue de 9.4%, en tanto que en Coahuila, la prevalencia de diabetes mellitus tipo 2 es de 9.23% (Federación
Mexicana de Diabetes, 2018), y en la Laguna, del 12%, información emitida por el Secretario de Salud Jorge Eduardo
Verástegui Saucedo (González, 2016); el rango de edad de
las personas que viven con diabetes tipo 2 es de 40 a 59
años (Gómez, Calderón, Márquez y Vázquez, 2018), la cual
corresponde a la edad productiva, lo que implica un impacto
importante en la economía del país y de las familias, aunado
al costo elevado del manejo terapéutico. La diabetes, enfermedad no trasmisible, está considerada como pandemia. La
Federación Mexicana de Diabetes (2018) reporta que de las
personas diagnosticadas, el 46.4% no realizan medidas preventivas para evitar las complicaciones, acciones inherentes a
la autogestión del cuidado. Los estilos de vida no saludables
32
influyen en el desarrollo de la diabetes (Federación internacional de la diabetes, 2017). De acuerdo a Prado, González,
Paz y Romero (2014), la recuperación de la funcionalidad, del
bienestar y la conservación de la salud están supeditados a
las acciones deliberadas de autocuidado, así como a acciones de corresponsabilidad con los prestadores del servicio de
salud para propiciar estilos de vida saludable a través de la
educación en salud activa en la que participa la familia y los
cuidadores (Alonso, et al., 2015).
Los estilos de vida saludables que establece la Organización
Mundial de la Salud (2018), tales como la dieta adecuada, mantener o reducir el peso corporal, la actividad física moderada y
evitar el consumo de bebidas alcohólicas y de tabaco, favorecen el control de la diabetes, y ante la presencia de deterioro
o alteración de la tolerancia a la glucosa, postergar la aparición
de la diabetes tipo 2; sin embargo, para transitar a los estilos de
vida saludable se requiere aceptar la enfermedad, lo que implica un manejo adecuado de la incertidumbre.
Mercado (2017) en su investigación “Incertidumbre frente a
la enfermedad” menciona que el proceso de aceptación es gradual en relación con la apropiación del conocimiento y las habilidades requeridas para el manejo de la enfermedad. En el presente estudio se determinó el nivel de autogestión del cuidado
por género en una muestra de personas mayores de edad que
viven con diabetes en Torreón Coahuila de Zaragoza. A partir de
medir las variables simples con la recolección de la información,
de la frecuencia en que se realizan las actividades listadas en
el instrumento, los resultados permiten a la persona que vive
con diabetes identificar lo que hace o ha dejado de hacer para
su autocuidado, y para el profesional asistencial, establecer las
acciones de promoción de la salud que propicien estilos de vida
saludables, disminuir las complicaciones y la mortalidad prematura por las enfermedades no trasmisibles, establecido como
acuerdo en la Cumbre de Desarrollo Sostenible 2015 (Organización Mundial de la Salud, 2015).
33
Marco teórico-conceptual
De acuerdo con la Federación Internacional de la Diabetes
(2019), la diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no puede producir insulina o cuando
el organismo no puede utilizar la insulina que produce. Existen tres tipos de diabetes: Diabetes tipo 1, Diabetes tipo 2
y Diabetes gestacional. La diabetes implica un riesgo para la
salud a corto y largo plazo por su impacto socio-económico.
A nivel mundial se estima que el 9.3% de la población de
adultos entre 20 y 79 años tiene diabetes, lo que representa
una cifra de 463 millones de casos, pero además se estima
que 374 millones de personas adultas presentan tolerancia
anormal a la glucosa, lo que indica el riesgo a desarrollar diabetes tipo 2. La diabetes no controlada o no diagnosticada predispone la presencia de complicaciones o incluso la
muerte prematura. Ante este panorama, la Atención Primaria
de Salud debe estar centrada en propiciar la autonomía y
el empoderamiento para el autocuidado, con acciones deliberadas que permita regular los recursos internos y externos
para la recuperación y conservación de la salud (Evia, 2015 y
Prado, et al., 2014). La relación prestador de servicio de salud
y persona que vive con diabetes es de corresponsabilidad, y
esto implica la realización de acciones conjuntas, equitativas
y humanas con responsabilidades y compromiso ante lo que
se hace o se deja de hacer, con una regulación vital y mutua
(Flores, Ramírez, Cueto, Marín y Calvo, 2011).
En cuanto al sustento teórico, de acuerdo con la teoría de
Dorothea Elizabeth Orem acerca del Déficit de autocuidado,
la persona tiene la capacidad de autocuidado y autoconocimiento, es pensante, reflexiva y racional, integrado en un
todo dinámico (Prado, et al., 2014), en tanto que para Merle
H. Mishel, en su Teoría de la incertidumbre ante la enfermedad, la persona es un sistema biopsicosocial habitualmente
alejado del estado de equilibrio, receptivo al cambio; su habilidad cognitiva le permite procesar información ante el desequilibrio, disminuyendo la incertidumbre (Mercado, 2017 y
Johnson y Hurtado, 2017). En el Modelo de Adaptación de
Sor Callista Roy, la persona está integrada como un todo de
34
forma compleja, susceptible de adaptase a los cambios del
entorno, gestionando los estímulos internos y externos fortaleciendo la adaptación. La persona es influida por el entorno
externo y a su vez la persona influye en el entorno detonando
el cambio (Marriner y Raile, 2018); para Myra Estrin Levine en
su Modelo de conservación, la persona está integrada por
sistemas organizados que actúan de forma razonable como
proceso vital, con sus propios recursos internos y externos,
para modificar la realidad y alcanzar la conservación (Pascual,
Elers y Garzón, 2018 Quiroz y Fajardo, 2019).
Las intervenciones educativas, de acuerdo con la investigación de Flores y Sánchez (2015), Giménez y Peyro (2013),
y Ruiz, García, Antúnez y Rodríguez (2008), incrementan el
nivel de conocimiento. El conocimiento que tiene la persona
que vive con diabetes en relación con la enfermedad es muy
bajo, tal como lo demuestran los resultados de las investigaciones mencionadas y los de Vergara, Anarte, Masoliver y
Herrera (2016) y González, Alvara, Martínez y Ponce (2007).
En la mayoría de los estudios prevalece el género de mujer.
Metodología
Estudio descriptivo, transversal, comparativo. La población
corresponde a personas que viven con diabetes, mayores de
edad, del área urbana de la ciudad de Torreón Coahuila de
Zaragoza, con una muestra no probabilística, no aleatorizada
de 120 participantes; con un muestreo de localización de casos por referencia (Hernández, Fernández y Baptista, 2014)
en el centro de la ciudad y colonias del sur poniente y nororiente, que aceptaron participar, que estén en condiciones
para contestar el instrumento de manera independiente o
con apoyo, previa firma del consentimiento informado.
En relación con los aspectos éticos, el estudio cubrió los
requisitos de la Dirección General Académica y la Coordinación general de Posgrado y Educación Continua de Investigación de la Universidad Autónoma de la Laguna, otorgando
un dictamen favorable para su realización al dar cumplimiento con lo establecido en los artículos 98 y 100 en el Título
Quinto, y el Artículo 14, fracción VII, en el Título Segundo
35
del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de
Investigación en Salud. La investigación es de riesgo mínimo;
solamente se utilizó un instrumento escrito, la valoración de
la tensión arterial, sonometría y la medición de la glicemia
capilar para valorar el nivel de autogestión del cuidado de las
personas que viven con diabetes. La participación es de manera voluntaria y en todo momento respetando la integridad
y bienestar de los participantes, como se establece en el artículo 13, 14 fracción I y V, 16, 17 fracción II en el Título Segundo del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de
Investigación en Salud (Diario Oficial de la Federación, 2014).
El instrumento se diseñó a partir del referente contextual y
teórico, conformado en tres dimensiones correspondientes a
las variables complejas y 43 variables simples.
Tabla 1
Variables complejas y simples
Variables complejas
Variables simples
Dimensión autocuidado de la dieta
19
Dimensión corresponsabilidad
17
Dimensión manejo de la incertidumbre
7
Ʃ
43
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes. n=120
Las 43 variables simples fueron recolectadas y ponderadas
con una escala de 0 a 10, al contestar en qué medida realiza
cada una de las actividades que corresponden a las variables
simples por dimensión; a mayor puntuación, mayor realización de la actividad como autogestión de cuidado con la escala de resultados que se puede ver en la tabla 2.
36
Tabla 2
Escala de resultados-recomendación de movilización de recursos
internos y externos
Escala Resultado
Movilización de recursos
0a4
Deficiente
Prioritario la gestión del autocuidado
5 a 7 Insuficiente Conveniente la gestión del autocuidado
8 a 10 Adecuada Continuar con la autogestión del cuidado
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes.
Previa capacitación de las personas que colaboraron en la
recolección de la información y la ubicación de las personas
clave de la comunidad, a quienes se les informó de los pormenores del estudio, se calendarizaron las fecha y horarios
para la recolección de la información. Para la presentación de
resultados se utiliza la estadística descriptiva, medidas de tendencia central, la prueba de fiabilidad del coeficiente de alfa
de Cronbach y la prueba no paramétrica de t. Para el análisis
estadístico se empleó el paquete estadístico STATISTICA 10, y
para la presentación de resultados el programa de Excel.
Resultados y discusión
Posterior a la explicación general del estudio y la firma del
consentimiento informado, se procede a la recolección de la
información correspondiente a la ficha sociodemográfica física clínica, y de las 43 variables simples. Para la presentación
de los resultados se elabora una base de datos en el programa de Microsoft Excel, se emplea estadística descriptiva por
frecuencias con valores absolutos y relativos, la medida de
tendencia central de media y la prueba no paramétrica t, para
la comparación por género. El análisis estadístico se realiza
con paquete estadístico STATISTICA 10.
En la Tabla 3 se observa que prevalecen el género femenino, con una media de 58 años, mínima de 24 años y máxima
de 87 años; 75% refieren haber recibido información acerca
de la diabetes, el 20% refiere no contar con servicio médico,
el 78% tiene servicio médico público, el 63% vive en pare37
ja: 52% están casados y el 11%, en unión libre. En cuanto a
los valores glucémicos, la mínima encontrada fue de 94 mg.
de azúcar en sangre capilar, una máxima de 549 mg. y una
media de 215 mg., solo 28 participantes tuvieron valores <
al valor de referencia; el 60% tiene obesidad, el 40% refiere
ser hipertenso, el 27% no refiere antecedentes de diabetes,
prevalece el antecedente por la línea materna con un 60%;
el 4% no tiene ningún tratamiento y el 48% toman hipoglucemiantes.
Tabla 3
Grupo etario y género
Frecuencia
Ʃ
%
20
66
55
37
17
54
45
Ʃ
83
37
120
%
69
31
Grupo
Mujer
Hombre
20 a < 60 años Adulto
46
60 y + años Adulto Mayor
100
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes. n=120
La media de la dimensión autocuidado de la dieta Tabla 4
es de 5.47, con una mínima de 4.53 y una máxima de 6.74.
La totalidad del rango de las medias se encuentra por debajo de 8,15 de las variables están dentro del rango de 5 a 7
con un resultado de autogestión del cuidado insuficiente, y 4
variables están por abajo del valor de 5 con un resultado de
autogestión del cuidado insuficiente.
38
Tabla 4
Dimensión Autocuidado de la dieta
Variables de autocuidado de la dieta
Come sus tres comidas al día
6.74
Toma de seis a ocho vasos con agua
6.60
Come alimentos cocinados con poca grasa
6.37
Come verduras
6.19
Evita comer pasteles
5.66
Evita comer alimentos enlatados
5.56
Evita comer pan de azúcar
5.53
Come frutas permitidas
5.48
Evita comer dulces
5.38
Evita comer pan blanco
5.38
Evita comer tortillas de harina refinada
5.36
Evita comer carnes frías
5.21
Evita comer alimentos fritos
5.20
Evita tomar jugos enlatados no naturales
5.18
Come a las mismas horas
5.16
Evita comer galletas
4.93
Evita tomar refrescos
4.88
Evita comer frutas no permitidas
4.63
Come dos colaciones saludables
4.53
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes. n=120.
En la Tabla 5, sobre la Dimensión de corresponsabilidad,
la media encontrada fue de 6.43, sólo la variable de “mantiene la esperanza” se encuentra con una media de 8.03 que
corresponde al resultado de autogestión adecuada de autocuidado, 14 variables se encuentran en el rango de resultado
de autogestión insuficiente del cuidado, y de 2 variables la
media está por abajo del valor 5 que corresponde al resultado de autogestión deficiente de autocuidado.
39
Tabla 5
Dimensión Corresponsabilidad
Variables de corresponsabilidad
Mantiene la esperanza
8.03
Toma sus propias decisiones
7.79
Realiza las actividades sin ayuda
7.67
Afronta los problemas
7.67
Mantiene el optimismo
7.63
Tiene apoyo de su familia
7.17
Toma su tratamiento a la hora indicada
7.08
Acude a las citas para su atención
7.06
Aclara las dudas en relación con su enfermedad
6.54
Aclara las dudas en relación con su tratamiento
6.32
Aclara las dudas en relación con su alimentación
6.00
Aclara las dudas en relación con el ejercicio que debe realizar
5.61
Evita tomar bebidas con alcohol
5.61
Evita fumar o consumir tabaco
5.43
Planea sus cuidados
5.17
Se realiza la prueba de azúcar
4.39
Hace algún tipo de ejercicio
4.15
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes. n=120
La media de la dimensión “manejo de la incertidumbre”
(Tabla) 6 fue de 6.50 y la totalidad de las variables simples
se encontraron en el rango de 5 a 7, que corresponde al
resultado de autogestión insuficiente.
40
Tabla 6
Dimensión Manejo de la incertidumbre
Variables del manejo de la incertidumbre
Acepta su enfermedad
7.44
Acepta su estado de salud
7.31
Controla la inseguridad
6.31
Controla la melancolía
6.25
Controla la tristeza
6.16
Controla la ansiedad
6.13
Controla las preocupaciones
5.92
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes. n=120
En la Tabla 7, la media de la autogestión del cuidado es de
6.02, ubicándose en el resultado de autogestión insuficiente.
La media de 6.21 en la mujer se encuentra ligeramente por
arriba de la media correspondiente a los hombres.
Tabla 7
Autogestión del cuidado por dimensiones y género
Mujer
Hombre
Autocuidado de la dieta
5.59
5.20
5.47
Corresponsabilidad
6.62
6.00
6.43
Manejo de la incertidumbre
6.88
6.21
5.65
5.56
6.50
6.02
Dimensiones
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes.
En la gráfica 1, Autogestión del cuidado por dimensiones y
género, el valor de las medias en la mujer osciló de 5.59 a
6.88, en tanto en el hombre fue de 5.20 a 6.00. En la totalidad de las dimensiones el valor de las medias en la mujer
está por arriba del valor de las medias de los hombres.
41
Gráfica 1
Autogestión del cuidado por dimensiones y género
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes.
En el comparativo por género presentado en la Tabla 8 se
encontró una diferencia significativa, con un valor de t 6.49 p
0.000, con un nivel de confianza de 0.05, la autogestión del
cuidado es significativamente mayor en la mujer.
Tabla 8
Comparativo por género
Mujer
Hombre
Media
Varianza
Observaciones
Grados de libertad
Estadístico t
P(T<=t) una cola
Valor crítico de t (una cola)
6.21
1.28
43
42.00
6.49
0.000
1.68
5.59
0.73
43
P(T<=t) dos colas
0.000
Valor crítico de t (dos colas)
2.02
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes.
42
En cuanto al comparativo por género en cada una de las dimensiones gráfica 2, Tabla 9 se encontró una diferencia significativa en las tres dimensiones, con un intervalo de confianza
de 0.05; en el Autocuidado de la dieta con un valor de t 3.20
con una p 0.002 p 0.005, en la Corresponsabilidad con un
valor de t 3.97 con una p 0.001 y en el manejo de la incertidumbre con un valor de t 8.02 con una p 0.000 p 0.001.
Gráfica 2
Comparativo por Género y Dimensiones
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes.
43
Tabla 9
Comparativo por Género y Dimensiones
Autocuidado
de la dieta
de la
Corresponsabilidad Manejo
incertidumbre
Mujer
Hombre
Mujer
Hombre
Mujer
Hombre
Media
5.59
5.20
6.62
6.00
6.88
5.65
Varianza
0.45
0.41
1.86
0.94
0.39
0.44
19
19
17
17
7
7
Observaciones
Grados de
libertad
Estadístico t
18.00
16.00
6.00
3.20
3.97
8.02
P(T<=t) una cola
0.002
0.001
0.000
Valor crítico de t
(una cola)
1.73
1.75
1.94
P(T<=t) dos colas
0.005
0.001
0.001
Valor crítico de t
(dos colas)
2.10
2.12
2.45
Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en
las personas que viven con diabetes.
De acuerdo con la Federación Internacional de la Diabetes,
Flores y Sánchez, Ruiz, et al.; Vergara, et al, y González, et
al., prevalece más la diabetes en la mujer, concordando con
la prevalencia encontrada del 69%. La Organización Mundial
de la Salud refiere que el control de la diabetes tiene relación
estrecha con una dieta adecuada y la reducción de peso. Las
investigaciones de Vergara et al., Flores y Sánchez, Gómez y
Peyro, Ruiz et al., y González et al. refieren que las personas
que viven con diabetes tienen muy poco conocimiento acerca de la dieta y, por tanto, está presente el sobrepeso, la obesidad y el control glucémico. Fue similar el resultado encontrado en cuanto a la obesidad, con un valor de 60%, y el 85%
obesidad abdominovisceral y valores glucémicos por arriba
del valor de referencia en el 77% de la población estudiada.
El resultado de la media encontrada de la totalidad de las
variables estudiadas fue de 6.02, que corresponde al resultado de autogestión insuficiente; similar a lo encontrado en
la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino
44
2016, en cuanto a que solo el 53.6% de las personas diagnosticadas realiza medidas preventivas para evitar o retardar
complicaciones, y al muy bajo conocimiento de la enfermedad en las investigaciones de Vergara et al., Flores y Sánchez,
Gómez y Peyro, Ruiz et al., y González et al.
Conclusiones y recomendaciones
El análisis y la reflexión sobre los resultados permite concluir
que la movilización de los recursos de la persona que vive con
diabetes para la autogestión del cuidado no es suficiente; así
también es posible concluir que la responsabilidad inherente
a la disciplina de enfermería de generar los estímulos necesarios no ha sido suficientes para controlar la incertidumbre.
Este control favorece el proceso de cambio como estrategia
vital de la persona que vive con diabetes al procesar la información del exterior asumiéndola como un autoconocimiento
para la autogestión del cuidado, con sus recursos internos
y únicos, siendo receptiva (cada persona) por medio de las
sensaciones y la capacidad cognitiva.
Se requiere una actuación de corresponsabilidad en la que
el personal de salud intervenga con los estímulos necesarios
y focalizados para controlar la incertidumbre, en tanto que
la persona que vive con diabetes esté en la posibilidad de
movilizar sus recursos internos para la apropiación de los conocimientos que le permitan lograr estilos de vida saludables
y alcanzar la adaptación y conservación del estado de salud
y bienestar.
La aportación disciplinar estriba en que el instrumento utilizado facilita la actuación de corresponsabilidad. A la persona que vive con diabetes le es útil como guía de lo que debe
hacer para modificar sus estilos de vida y para la gestión de
salud ante el personal asistencial. En contraparte, para el
personal de salud sirve como instrumento base para la planeación de las intervenciones más adecuadas a partir de los
resultados aportados por los usuarios, permitiendo ser más
enfáticos en aquellas variables en las que la puntuación se
encuentre por abajo del valor de 8, de acuerdo a la escala
de resultado. Además de lo anterior, para ambos, usuario y
45
prestador de servicio de salud, facilitará el proceso de comunicación en torno al cuidado.
La principal problemática enfrentada al realizar el estudio
fue el reclutamiento de las personas y la negativa a participar en una actividad en la que se les ofrecían aspectos de
promoción de la salud que no representaban gasto alguno,
lo que refleja una gestión pobre de asistencia en salud y control de su enfermedad. Otro de los retos afrontados fue el
desembolso generado, pues no se contó con financiamiento
para el estudio.
Por último, sobre las recomendaciones, sería conveniente
continuar el estudio con una muestra mayor y de manera
multicéntrica a nivel nacional e internacional. Se debe considerar ampliar el estudio con investigación cualitativa para
identificar los determinantes de vivir con diabetes y de convivir con la persona que padece diabetes. También sería útil
migrar el instrumento a un recurso electrónico que facilite su
accesibilidad y la emisión del resultado.
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49
CAPITULO III
ESTEREOTIPOS DE LA VEJEZ DE UNA
POBLACIÓN DE 50 AÑOS O MÁS
Rodríguez Mejía, Luz Elena
Morales Salazar, Manuel
Morales Jinez, Alejandro
López Rincón, Francisco Javier
Ugarte Esquivel, Alicia
Paz Navarro, Sonia Guadalupe
Rodríguez Gómez, Irma Lizeth
Universidad Autónoma de Coahuila
Universidad Autónoma de la Laguna
México
Resumen
La vejez es una construcción social, cultural e histórica que
se fabrica desde diferentes percepciones o imágenes sobre
lo que es ser “viejo”. En la vejez influye el sistema social de
significados en el cual se envejece. Los estereotipos por motivo de la vejez, en condición de conductas prejuiciosas, actos
discriminatorios y prácticas institucionales se dan en forma generalizada en todas las sociedades, generando en los adultos
mayores que se vuelvan realidad y susciten consecuencias
trascendentales, entre ellas menor autonomía, escasa productividad y mayor tensión, lo que puede ocasionar riesgo cardiovascular, y repercutir en la calidad del cuidado de la salud.
El propósito es analizar la percepción que las personas de 50
años y más tienen sobre los estereotipos de la vejez; esto permitirá conocer las condiciones visualizadas en la posteridad, y
la autopercepción de los adultos mayores. Estudio descriptivo,
transversal, la muestra fue de 115 personas de 50 años o más,
muestreo no probabilístico por conveniencia. El instrumento
se diseñó en base a los referentes teóricos, consta de 15 ítems
que miden estereotipos positivos y negativos. Se realizó prueba piloto con alfa de Cronbach de .92. Se utilizó paquete estadístico Statistica para el análisis de frecuencias.
51
El resultado muestra percepción de estereotipos positivos, al igual que negativos sobre la vejez, de modo similar
a otros estudios, donde prevalecen con mayor magnitud los
negativos. Algunos estereotipos son considerados como normales sin reparar en ellos como discriminación. En ciertos estereotipos negativos ha disminuido la percepción.
Los sentimientos positivos hacia el adulto mayor contribuyen a mantener su autoestima afianzada; sin embargo, los
estereotipos negativos crean discriminación por la edad y
provocan en el adulto mayor peor salud física y psicológica.
Estas imágenes también afectan a los profesionales de la salud, lo que puede originar una mala atención a las personas
mayores en general.
Palabras clave: Estereotipos, vejez, personas de 50 años o más.
Introducción
La vejez es una construcción social, cultural e histórica que se
fabrica desde diferentes percepciones o imágenes sobre lo
que es ser “viejo” (Valdés, 2012). La vejez es el resultado de
una población que atraviesa los 60 años de edad y que por
la disminución de las tasas de mortalidad y fecundidad tiene
como efecto que la población llegue a edades que antes resultaba difícil y que en la actualidad aumenta la esperanza de
vida, dado a los avances en el factor salud y descubrimientos
para el cuidado de padecimientos, además que desde edad
temprana es frecuente una vida saludable y atención oportuna de enfermedades (CONAPO, 2017).
Los estereotipos por motivo de la vejez, en condición de
conductas prejuiciosas, actos discriminatorios y prácticas institucionales se dan en forma generalizada en todas las sociedades, generando en los adultos mayores (AM) que se
vuelvan realidad y susciten consecuencias trascendentales,
entre ellas menuda autonomía, escasa productividad y mayor
tensión, todo lo cual ocasiona riesgo cardiovascular, y también puede repercutir en la calidad del cuidado de la salud
(Organización Mundial de la Salud [OMS], 2015).
52
En la Declaración Política y Plan de Acción Internacional
de Madrid sobre el Envejecimiento 2002 (Organización de
las Naciones Unidas [ONU], 2002) se plantea promover una
imagen positiva de la vejez resaltando el reconocimiento a
los AM en cuanto a la autoridad, la sabiduría, la dignidad y la
prudencia que han acumulado como resultado del curso de
la vida.
Es bien sabido que la misma colectividad, por tradición,
reconocía a la vejez como equivalente a sabiduría. En algunas culturas se respetaba a los longevos, pero también
está presente la idea de que el llegar a esta edad desacredita a la persona al percibirla como inferior. Los mexicanos
relacionan la vejez con la enfermedad, decadencia, pérdida de la belleza, funcionalidad, memoria, dependencia,
repulsión y fealdad, alejándolos socialmente (Montes de
Oca, 2013).
Los profesionales que practican la atención a los AM manifiestan una actitud paternalista debido a los estereotipos
que comparten con la demás población, pues los consideran
menos competentes comparados con la población joven y,
a su vez, provocan ese efecto impuesto en ellos (Bustillos y
Fernández, 2012).
Los estereotipos negativos en el personal de salud continúan vigentes, por lo que es fundamental un cambio cultural
que redefina el concepto social de la vejez y que incluya al
campo de la salud, pues son los responsables de la atención
de este grupo de edad ( Franco, Villarreal, Vargas, Martínez
y Galicia, 2010). Al igual que la sociedad en general, los profesionales de la salud deben integrar a los AM con el resto
de la población para que desarrollen sus capacidades, sin ser
paternalistas; hacer que se les respete y vea como personas
sabias, con experiencia y utilidad en la sociedad.
Por otra parte, la edad adulta –que fluctúa entre los 50 y
60 años de edad– se identifica por la reflexión del sentido de
la vida, el desenredo de problemas, capacidades de afrontamiento y búsqueda de armonía en la proporción que enfrentan los retos de la vida y poder llegar a la siguiente etapa del
ciclo vital, la cual puede ser negativa, pero también puede
ser satisfactoria (Manjarrez, 2013).
53
En la vejez influye el sistema social de significados en el
cual se envejece. Por lo anterior, se considera de gran utilidad analizar cuál es la percepción que las personas de 50
años y más tienen sobre los estereotipos de la vejez, lo cual
permitirá conocer las condiciones visualizadas en la posteridad, además de la autopercepción de los AM.
Marco conceptual
En 2017 se calculó que el 13% de la población mundial eran
personas de 60 años o más, o sea, 962 millones, con un crecimiento anual o tasa del 3%. Europa es la región con más personas mayores, aproximadamente 25%. Esa vejez de la población
llegará a otras partes del mundo para 2050. Se estima que para
2030 habrá 1,400 millones de personas mayores en el mundo
(ONU, 2018). Asimismo, en América Latina y el Caribe se prevé
un crecimiento acelerado similar al proyectado a nivel mundial
(Aranco, Stampini, Ibarrarán y Medellín, 2018). En México, el
Consejo Nacional de la población proyecta que para 2050 la
población de adultos mayores será de 21.5%, a diferencia del
2015, que fluctuaba en el 10% (González, 2015).
El envejecimiento es un proceso comprendido como un
ciclo vital, en el cual se produce crecimiento y madurez, traspasando experiencias de índole biológico, psicológico y social, por lo tanto, el envejecimiento es el paso continuo desde el nacimiento hasta la vejez. Las experiencias y el contexto
de cada etapa de la vida determina la siguiente (Rodríguez,
2011). Implica una vivencia única, diferente en cada persona,
que involucra todas las dimensiones de la vida, y su significado depende de la referencia que cada cultura haga de ello
(Alvarado y Salazar, 2014).
La vejez es una etapa que trascurre en todo ser humano;
es un proceso complicado, y la sociedad la define por la edad
cronológica, por cuestiones de clasificación de grupos etarios, aunque existen entidades en que la vejez se establece
por la edad mental y física, realmente, aunque pueden perderse capacidades físicas también pueden adaptarse a cada
cambio y continuar integrados en la sociedad, tal como sucede en las otras etapas de la vida (Pinillos y Quintero, 2017).
54
Valdés (2012) subraya que como cada etapa del ciclo de
vida, la vejez es una “construcción social e histórica” que simboliza al patrón actual que se tiene en ese momento de los
procesos orgánicos que los define, es decir, le da un significado a la vejez de acuerdo a claves que construye a partir
de condiciones fisonómicas de las personas y le da un valor
social.
Los estereotipos se construyen a partir de representaciones de la vejez, son trasmitidos de generación en generación en la etapa de formación de valores y cimentación de
impresiones del contexto social a través del medio familiar,
las instituciones de enseñanza y del entorno, y así los adultos
mayores terminan siendo vistos generalmente como seres
marginales e improductivos (Castillo, 2019).
Los estereotipos son juicios inexistentes de creencias apegados a un fenómeno, generalmente negativas y obstinadas
en el paso del tiempo, difícil de cambiar, a pesar de que quien
lo percibe puede en algún momento de su vida experimentar
tal discriminación (Rello, López y Muñoz, 2018).
Barranquero y Ausín (2019) investigaron el impacto de los
estereotipos negativos en la salud física y mental de los AM,
y encontraron que a mayor daño a su identidad (autoestima)
atribuidos a los estereotipos, es mayor la posibilidad de presentar afección psicológica, grandes probabilidades de invalidez, bajo nivel de bienestar psíquico y alta probabilidad de
muerte.
La manera en que la población percibe a los AM influye
en su bienestar físico y emocional. Los llamados estereotipos
negativos generan su discriminación debido a la edad, así
como exclusión y aislamiento social, resultado de la ignorancia, pues desconocen la diferencia individual, la extensión de
aportación, el beneficio social y la gran diversidad que define
a este grupo de la población.
Los estereotipos más comunes adjudicados a los AM son
los relacionados con la salud física, la salud mental y su personalidad: deterioro de la memoria, se irritan con facilidad,
son como niños, su salud es mala, pierden el interés por las
cosas, son dependientes, tienen menor interés por el sexo,
tienen menos amigos que los jóvenes, tienen peor higiene
55
que los jóvenes; son menos productivos, tienen menos capacidad para resolver los problemas, los jóvenes trabajan menos que los mayores y las personas mayores ya no aprenden
(Secretaría de salud [SSA], 2016).
Existe la otra cara del estereotipo negativo que genera
discriminación, el positivo, que genera conductas de veneración. Según Castellano y De Miguel (2010), son las visiones opuestas, y esta última no es considerada de interés en
general; por el contrario, ha pasado de la admiración por la
sabiduría y la experiencia a un pensamiento devaluado de
los AM calificados por una fuerza inútil causante de ineptitud
dentro de la sociedad.
Los AM tendrían que enfrentar retos en su vejez, integrando experiencias vividas y conservar el sentido de la vida sin
desalentarse, por lo que es necesario animar esos deseos de
cristalizar proyectos o recobrar ese deseo de experimentar
nuevas vivencias contraponiendo –en la medida de lo posible– todas las limitaciones surgidas del proceso de envejecimiento (Goncalves y Segovia, 2018).
La sociedad, en general, incluidos los profesionales de la
salud deben convencerse del fundamento base para la atención de los AM descrito por la Organización Panamericana
de la Salud (2012 p. 15): “el reconocimiento del envejecimiento como éxito y un desafío de la sociedad actual, de lo
viejo como un valor deseable inherente y fortalecedor de la
trama social, y de la vejez como una etapa del proceso vital
humano”.
Metodología
El diseño del estudio fue descriptivo, de corte transversal. La
población seleccionada pertenece a una comunidad de Torreón Coahuila. La muestra consistió en 115 personas de 50
años o más que participaron de manera voluntaria a través de
consentimiento informado; el muestreo fue no probabilístico
por conveniencia.
El instrumento utilizado se diseñó en base a los referentes
teóricos que sustentan esta investigación, y consta de ficha
de recogida de datos que colectan: edad, género, estado
56
civil, ocupación, escolaridad y si padece o no enfermedades.
Las variables ordinales que miden la percepción de los estereotipos positivos de la vejez evalúan el reconocimiento
social y valoración del ser de los AM y los estereotipos negativos. Las connotaciones perjudiciales de la vejez fueron
constituidas por 16 ítems con una escala de Likert del 0 al 10,
que según Bisquerra y Pérez (2015) es un tipo de escala que
se propone como alternativa, pues aumentan las opciones de
respuesta y, por ende, aumenta la sensibilidad, en la cual el 0
se considera respuesta negativa (no) y el 10 es positivo (sí) y
sus números intermediarios son una aproximación.
Para comprobar la confiabilidad del instrumento se aplicó
prueba piloto, se midió la fiabilidad con el coeficiente alpha
de Cronbach, que según Quero (2010) no debe ser menor
a 0.8, y el resultado fue de .920. Para el análisis de datos se
utilizó el paquete estadístico Statistica v. 7, se efectuó estadística descriptiva: frecuencias y porcentajes; medidas de
tendencia central: media, mediana y medidas de dispersión:
desviación estándar.
Resultados y discusión
Al analizar las características sociodemográficas se observó
que el promedio de edad fue de 63 años, de los cuales el
34.78% corresponde al grupo de 50 a 59 años, y el 65.22%
al grupo de 60 años o más. En el género predominó con un
56.52% el grupo de mujeres. En la tabla 1 se puede distinguir
que con respecto al estado civil prevaleció casado (67.8%);
en cuanto a la ocupación sobresalió ama de casa (42.6%), y
en la escolaridad destacó la primaria (44.3%).
57
Tabla 1.
Características sociodemográficas
Variables
nominales
Categoría
f
%
Estado civil
Casado
78
67.8
Separado/divorciado
12
10.4
Viudo
15
13.0
Soltero
10
8.6
Ama de casa
49
42.6
Empleado
33
28.7
Jubilado
15
13
Pensionado
13
11.3
Desempleado
5
4.3
Primaria
51
44.3
Secundaria
41
35.6
Preparatoria
9
7.8
Universidad
14
12.1
Ocupación
Escolaridad
Fuente: Ficha sociodemográfica elaboración propia. f = frecuencia, % =por ciento
En el análisis descriptivo de la percepción de los estereotipos de la vejez, se examinó cada una de las variables ordinales, la técnica es la distribución de frecuencias (Ávila, 2006) en
la que se determina el límite superior, que son las medias de
las variables más altas, por lo que son percepciones positivas
de los participantes de este estudio, el límite medio delimita
las variables regulares que los sujetos consideraron dentro
58
de lo “normal” y también arroja las medias más bajas de las
variables o límite inferior, por lo que resultan percepciones
negativas de algunos aspectos (tabla 2).
En el resultado sobresalen la percepción de estereotipos
tanto positivos como negativos sobre la vejez, entre los que
prevalecen el reconocimiento respecto a la experiencia, sabiduría y la confianza del AM, actitudes efectivas, pero a la
par se sigue considerando a los AM con una imagen negativa
aludiendo actitudes infantiles y de malhumor, lo cual coincide
con el estudio realizado por Gómez y León (2010) en el que
se mantiene la autopercepción positiva y negativa, pero percepción negativa de otros AM.
Tabla 2.
Percepción de estereotipos de la vejez
Límite superior
Variables ordinales
Media
La vida le ha dado experiencia
Valor
Valor
Desviación
Mínimo Máximo Estándar
9.31
4
10
1.27
Vuelven a ser como niños
9.24
1
10
1.32
Posee sabiduría por lo aprendido en la
vida
Son muy enojones
9.18
2
10
1.41
9.15
0
10
1.45
Puede brindar consejos a los demás
9.04
1
10
1.76
Límite medio
Se les olvida todo
8.79
0
10
2.01
Cuando se es mayor se vuelve una
carga para la familia
Tiene autoridad moral ante los demás
8.78
0
10
1.85
8.64
0
10
2.14
Ya no les interesa el sexo
8.36
0
10
2.33
No cuidan de su aseo como los jóvenes
8.30
0
10
2.24
Ya no tienen amigos como los jóvenes
8.27
0
10
2.52
Límite inferior
Ya no aprenden cosas nuevas
7.79
0
10
2.54
Ya no pueden resolver problemas
7.51
0
10
2.62
7.3
0
10
3.03
Ya no pueden realizar trabajos
Fuente: elaboración propia.
59
En los resultados obtenidos, se repara que los estereotipos negativos perduran en el grupo estudiado, pues se sigue
considerando “normal” situaciones tales como: trastornos
de la memoria, sentimiento de agobio, sentimiento de dependencia, asexuados, desaseados y solitarios (sin amigos),
información similar al estudio de Sánchez y Trianes (2009), en
el cual trascendieron estereotipos negativos de tipo carácter
personalidad. Reaparece el reconocimiento positivo dentro
de lo cotidiano y la autoridad moral que expresa autonomía
de los AM.
De manera disminuida reflejaron los estereotipos negativos referentes a la dificultad para el aprendizaje, resolución
de problemas e incapacidad para realizar trabajos, contrario
al estudio anterior referido (Sánchez y Trianes, 2009) en el
que manejan estereotipos relacionados con falla de intereses
vitales y capacidad decadente para trabajar.
Conclusiones y recomendaciones
Se concluye que los sentimientos positivos hacia el adulto
mayor contribuyen a mantener su autoestima afianzada; sin
embargo, los estereotipos negativos crean discriminación
por la edad y provocan en el adulto peor salud psicológica.
Muchos de los estereotipos negativos no son apreciados
como tales; es decir, la discriminación está disimulada. Estas
imágenes también afectan a los profesionales de la salud, lo
que puede originar una mala atención de las personas mayores, en general.
Se recomienda ampliar el estudio utilizando instrumentos
que abarquen más estereotipos positivos.
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64
Eje 2
JÓVENES UNIVERSITARIOS
En 2016, los jóvenes representaron el 26% de la población total de la región (237 millones) de América Latina y el Caribe.
Viven en un mundo que experimenta un período de transición
demográfica, globalización, cambios ambientales y un uso creciente de las nuevas tecnologías de comunicación. Son fundamentales las políticas y los programas abocados a la salud
de la población joven para proteger a su vez las inversiones
efectuadas en la niñez, y es determinante para la salud de la
futura población adulta.
La mayoría de los hábitos perjudiciales para la salud se
adquieren durante la adolescencia y la juventud, y se manifiestan como problemas de salud en la edad adulta.2
Por otra parte, las enfermedades crónicas constituyen un
problema en cualquier etapa de la vida. La población joven
con enfermedades crónicas tiene mayor riesgo de depresión
65
y autoagresión, así como de tener pensamientos o tentativas
de suicidio. Esta población requiere de especial atención por
ser el futuro de una nación.3
2
Organización Mundial de la Salud (2018). Perfil de los adolescentes y jóvenes de
la región de las américas. https://www.paho.org/informe-salud-adolescente-2018/
part-one-a-profile-of-adolescents-and-youth-in-the-americas.html
3
Campbell F, Biggs K, Aldiss SK, O’Neill PM, Clowes M, McDonagh J, et al.(2016).
Transition of Care for Adolescents from Paediatric Services to Adult Health Services. Base de datos Cochrane de re. sistemáticas; 4:CD009794. Clave DOI:
10.1002/14651858.CD009794.pub2.
66
CAPÍTULO IV
NIVEL DE ESTRÉS PERCIBIDO
EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
Ávila Sansores, Grever María
Ruvalcaba Palacios, Gerardo
Vega Argote, Ma. Gloria
Vergara Hernández, Lourdes Alejandra
Guerrero Castañeda, Raúl Fernando
Carrillo González, Gloria Mabel
Gómez Aguilar, Patricia Isolina del Socorro
Universidad de Guanajuato
Universidad Autónoma de Yucatán
México
Universidad Nacional de Colombia
Bogotá, Colombia
Resumen
El estrés es una reacción fisiológica natural del organismo
frente a una situación que se percibe como amenazante o
de demanda incrementada. El estrés es un fenómeno de
estudio para la enfermería por su importancia en la salud;
a su vez, el estrés también puede desarrollarse en el medio
académico, donde retoma importancia particular por sus repercusiones a corto y largo plazo. Algunos estudios señalan
que puede afectar el rendimiento académico del alumno,
generar repercusiones físicas y psicológicas, trastornos de
sueño y cefaleas que a la larga se asocian con el desarrollo
de enfermedades crónicas, tales como la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
Objetivo
Determinar la asociación entre estímulos focales (género) y el
estrés percibido en estudiantes universitarios.
Metodología
Estudio descriptivo, correlacional, transversal, aplicado. De
un universo de 1,867 alumnos universitarios, se obtuvo una
67
población de 886 personas por muestreo aleatorio simple; el
cálculo se realizó con el programa Epidat 3.1, con una precisión del 2% y un intervalo de confianza al 95%, del cual se
obtuvo un tamaño de muestra de 843 sujetos, y se consideró
un incremento del 5% por posibles pérdidas.
Resultados
En relación al análisis realizado se encontró que la prevalencia del estrés académico para la población en general fue de
83.7%; la prevalencia por género fue de 87.60% en el género
femenino y 78.93% en el masculino; la razón de prevalencia
fue de 1.10, de manera que los femeninos presentan entre
1.04 y 1.18 más probabilidades de sufrir estrés académico
que los masculinos. Al asociar el género con el estrés académico se observó una relación estadísticamente significativa,
con una Chi2: 12.07 p. <. Los estresores más importantes
identificados para promover intervenciones fueron las evaluaciones docentes en un 15% de la muestra, y el tiempo
limitado para hacer trabajos académicos en un 13% de los
alumnos participantes. Discusión: El estrés académico, según
Barraza (2006), es “un proceso sistémico, de carácter adaptativo y esencialmente psicológico, que se presenta cuando el
alumno se ve sometido, en contextos escolares, a una serie
de demandas que bajo la valoración del propio alumno son
consideradas estresantes. Entre los estresores focales más
importantes detectados se encontró: las evaluaciones de los
docentes, el tiempo limitado para hacer determinado trabajo, sobrecarga de trabajos y tareas.
Palabras clave: Estrés, afrontamiento, estresores.
Introducción
En la actualidad, la sociedad exige constantes demandas, las
cuales tienen que ser atendidas de forma inmediata en un
entorno cambiante; los roles asumidos y las diferentes etapas
de la vida promueven situaciones de adaptación, de manera
que cuando el cuerpo percibe que no puede lograr dicha
68
adaptación y se ve superado por las demandas del entorno,
genera el estrés.
Selye fue uno de los pioneros en investigar el estrés; desarrolló su trabajo acerca de la influencia del estrés en la capacidad de las personas para enfrenarse o adaptarse a las
consecuencias de lesiones o enfermedades; en 1960, definió
el estrés como “la suma de todos los efectos inespecíficos
de factores que pueden actuar sobre la persona” (Martínez
y Díaz, 2007, p. 13). La Organización Mundial de la Salud
(OMS) definió el estrés como “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción”; es decir,
es un sistema de alerta para la conservación de la vida; un
determinado nivel de estrés hace que el organismo pueda alcanzar sus objetivos y cuando éste cesa, se regresa a un estado basal. El problema se desencadena cuando se incrementa
la demanda y se presenta un estado de resistencia, como por
ejemplo problemas económicos, sobrecarga laboral, escolar
y/ o familiar, que al mantenerse en el tiempo pueden ocasionar fallas orgánicas y aparición de enfermedades crónicas
(OMS,2010; Berrío & Mazo, 2011).
Por otra parte, el estrés puede clasificarse como laboral y
académico, este último definido como una reacción de tipo
fisiológica, cognitiva y conductual a estímulos y situaciones
académicas; varios estudios señalan que más del 50% de los
estudiantes universitarios presenta estrés moderado, y a la
par experimentan trastornos alimenticios, de sueño y mayor
susceptibilidad hacia las enfermedades crónicas, de manera
que el estrés impacta en su salud física y mental.
Maldonado, Hidalgo y Otero (2000, citado en Román, Ortiz
y Hernández, 2008) plantean que un nivel elevado de estrés
académico:
…altera el sistema de respuestas del individuo a nivel cognitivo, motor y fisiológico. La alteración en estos tres niveles
de respuestas influye de forma negativa en el rendimiento
académico; en algunos casos disminuye la calificación de los
alumnos en los exámenes y, en otros casos, los alumnos no
llegan a presentarse al examen o abandonan el aula (…) antes de dar comienzo el examen (p. 2).
69
La influencia del estrés académico en el rendimiento escolar puede deberse a diversos factores; en primera instancia
surgen los desencadenantes de estrés, tales como: sobrecarga académica, trabajos obligatorios, grupos grandes en salones pequeños, presentar trabajos ante el grupo, además de
pertenecer al género femenino, que al interactuar sinérgicamente provoca pensamientos, emociones y comportamientos negativos y poco adaptativos, lo que puede repercutir a
su vez en el aprovechamiento académico (Pozos, et al., 2015).
Cabe señalar que una de las posibles consecuencias fatales debidas al estrés académico es el riesgo de suicidio;
López (2016) y sus colaboradores en un estudio encontraron
que del total de la muestra, un 92.5% de alumnos presentaron estrés académico, de los cuales el 11% manifestó ideas
suicidas.
El estudio de los niveles de estrés en universitarios permitirá identificar la problemática y crear estrategias que lo
prevengan, al igual que evitar desenlaces fatales, como las
enfermedades crónicas y, en el peor de los casos, el suicidio.
Marco teórico
Los seres humanos se adaptan a través de procesos de aprendizaje adquiridos mucho tiempo atrás; por esta razón, la enfermera debe considerar a la persona como un ser único,
digno, autónomo y libre, que forma parte de un contexto del
cual no se puede separar. Este concepto está directamente
relacionado con el de adaptación, de tal forma que la percepción que tiene de las situaciones a las cuales se enfrenta
son individuales y diferentes para cada uno.
El modelo adaptativo de Callista Roy señala la necesidad
de valorar a la persona como un todo, especialmente retoma
el modo fisiológico y el psicosocial, en los cuales se puede
conocer la percepción de la situación que está viviendo el
individuo, cuáles son sus estrategias de afrontamiento y cuáles sus expectativas de apoyo para la adaptación. Por tanto,
desde el enfoque teórico la meta de la enfermera es promover la adaptación del ser humano, lo que se entiende como
el bienestar máximo a alcanzar (Roy, 1970).
70
Los conceptos que abarca el modelo teórico de Roy son:
1. El ambiente; es decir, todo lo que rodea y afecta al ser
humano. Este ambiente puede ser interno o externo.
2. Los estímulos, considerados como todo aquello que
provoca una respuesta, y resulta de la instrucción con el ambiente; se dividen en focales (el principal desencadenante de
la respuesta inmediata del individuo), contextuales (coadyuvan
con el estímulo focal) y residuales (factores ambientales sin embargo no es claro el efecto). Para el caso del estrés académico,
se consideran como estímulos focales los diferentes problemas
a los que enfrenta un estudiante; los contextuales y residuales
implican su género, nivel socioeconómico, edad, etc.
3. Nivel de adaptación. Según Roy, representa la condición del proceso vital, y se describe en tres niveles: integrado, compensatorio y comprometido. En el nivel de adaptación integrado, el individuo ha sido capaz de satisfacer las
necesidades humanas, y sin ninguna alteración del sistema
de salud, por lo que ha logrado la adaptación; en el compensatorio, los mecanismos reguladores y cognitivos se activan
en la búsqueda de respuestas adaptativas, y el nivel de adaptación comprometido se presenta cuando las respuestas a los
mecanismos mencionados son inadecuadas y, por lo tanto,
resulta un problema de adaptación (Roy, 1970).
El referente teórico también señala los mecanismos de
afrontamiento, se basa en las respuestas del sistema neuroquímico ante un estímulo y su acción sobre los órganos efectores. Las entradas son de naturaleza química y se transmiten
a través de los sistemas circulatorio y nervioso. El subsistema
cognitivo trabaja al nivel del sistema nervioso central para
interpretar los estímulos ambientales internos y externos;
la cognición se relaciona con “las habilidades humanas de
pensar, sentir y actuar”, de tal forma que la estructura es el
cerebro, los procesos son neuropsicológicos y la base del conocimiento tiene relación con la experiencia y la educación
(Andrews y Roy, 1991).
Finalmente, la salud es la adaptación; las personas se
adaptan de diferentes formas, y esto lleva a que los individuos sean cada vez más complejos y tengan un mayor crecimiento (Roy, 1970).
71
Metodología
El tipo de estudio fue descriptivo, correlacional, transversal,
aplicado; de un universo de 1,867 alumnos universitarios se
obtuvo una muestra de 886 personas por muestreo aleatorio
simple; el cálculo se realizó con el programa Epidat 3.1, con
una precisión del 2% y un intervalo de confianza al 95%, del
cual se obtuvo un tamaño de muestra de 843 sujetos, y se
consideró un incremento del 5% por posibles pérdidas.
La colecta de datos se realizó de octubre a noviembre del
2017 en una división de la Universidad del Estado de Guanajuato en México, con alumnos universitarios. El criterio de
inclusión fue: ser alumno matriculado de nivel licenciatura, y
se excluyó a las personas que no quisieron participar en el
estudio. Se utilizó el instrumento SISCO de estrés académico realizado por Arturo Barraza Macías en 2006 en Durango,
México con una confiabilidad de alfa de Cronbach de .90. El
instrumento está constituido por 31 ítems: un ítem de filtro
que en términos dicotómicos (si-no), permite determinar si el
encuestado presenta estrés académico, o el estrés percibido
concebido desde el enfoque de Roy; un ítem que, en un escalamiento tipo Likert de cinco valores numéricos (del 0 al 4,
donde cero es nunca y cuatro es siempre) permite identificar
el nivel de intensidad del estrés; ocho ítems que, en un escalamiento tipo Likert de cinco valores categoriales (nunca, rara
vez, algunas veces, casi siempre y siempre), permite identificar la frecuencia en que las demandas del entorno fueron
interpretadas acorde al modelo de Callista Roy como estímulos focales; 15 ítems que, en un escalamiento tipo Likert
de cinco valores categoriales (nunca, rara vez, algunas veces,
casi siempre y siempre) permiten identificar la frecuencia con
que se presentan los síntomas o reacciones al estímulo estresor; finalmente, seis ítems que, en un escalamiento tipo Likert
de cinco valores categoriales (nunca, rara vez, algunas veces,
casi siempre y siempre) permiten identificar la frecuencia de
uso de las estrategias de afrontamiento homologable a los
mecanismos de afrontamiento propuestos por Roy. Para la
ponderación del instrumento, a cada escala Likert se le asignaron valores desde 0 para nunca hasta 4 para siempre; se72
guido se transformó el puntaje en porcentaje, sea a través de
la regla de tres simple o multiplicando la media obtenida por
20. Los rangos y valores que se asignaron son los siguientes
para la intensidad del estrés: de 0 a 20, bajo; de 21 a 40,
medio bajo; de 41 a 60, moderado; de 61 a 80, medio alto,
y de 81 a 100, alto. Para la frecuencia: de 0 a 20, nunca; de
21 a 40, rara vez; de 41 a 60, algunas veces; de 61 a 80, casi
siempre y de 81 a 100, siempre.
Para la colecta, en primera instancia se contactó al alumno, y cada uno de los que aceptaron participar firmaron el
consentimiento informado, seguidamente se le proporcionó
el cuestionario para ser contestado en un tiempo de alrededor de 10 minutos.
Para el análisis estadístico se realizó para las variables categóricas descripción con frecuencias, en tanto que para las
variables numéricas se utilizaron medidas de tendencia central y de dispersión. Para la asociación de las variables de
estudio se realizó chi2, y cálculo de razón de prevalencias.
Discusión y conclusiones
En la población estudiada, se observó que del 100% (886)
predominó el género femenino con un 56% (492); sin pareja, el 93% (817). El nivel de estrés del 75% de los estudiantes se encontró entre medio y alto (ver gráfica 1 y tabla 1).
Este resultado es consistente con otros estudios que señalan
que el estrés académico está entre medio y alto en el mayor
porcentaje de los alumnos, y especialmente afecta en mayor
proporción a las mujeres (Oro, Esquerda, Viñas, Yuguero, &
Pifarre,2019; Gelabert y Muntaner, 2017), lo que señala su
vulnerabilidad a complicaciones, tales como enfermedades
crónicas, agudas, y vulnerabilidad de la salud mental, lo cual
puede tener como desenlace el suicidio, entre otras consecuencias de gran importancia (Duval y Rabia, 2010, Sánchez,
2018, Rodríguez, Ríos, Lozano y Álvarez, 2009).
Pero no todo estrés es malo; en contra parte, un estrés
leve es deseable, impulsa el deseo de superación y la sana
competencia de los universitarios. El buen estrés, esto es,
eustrés, es todo aquello que causa placer, todo lo que la per73
sona quiere o acepta hacer en armonía consigo misma, con
su medio y con su propia capacidad de adaptación (Naranjo,
2009).
Los estresores focales más importantes identificados en
esta investigación fueron la sobrecarga de trabajos académicos, la evaluación realizada por docentes y el tiempo limitado
para hacer los trabajos (ver tabla 2). Estos resultados son similares a los encontrados por Castillo, Chacón y Díaz (2016),
quienes explican que es el resultado de una malla curricular
con demasiada carga teórica, bastante carga presencial y no
presencial aunadas a los exámenes memorísticos de opción
múltiple, lo cual incrementa el estrés y la ansiedad en el estudiante universitario.
Es importante señalar que el estrés académico debe ser
identificado a tiempo para intervenir de manera pronta. Algunas estrategia que han llevado a cabo las universidades
abarcan desde la tutoría académica, las asesorías, el apoyo
pedagógico y psicológico, pero aún no está claro cuál es el
impacto de dichas intervenciones en el aprovechamiento
académico y la retención del estudiante.
El género femenino es el más vulnerable a sufrir estrés
académico; en el análisis realizado se encontró que la prevalencia de estrés académico para la población en general
fue de 83.7%; la prevalencia por género fue de 87.60% en
el género femenino y 78.93%, en el masculino. La razón de
prevalencia fue de 1.10, de manera que las mujeres presentan entre 1.04 y 1.18 más probabilidades de presentar estrés
académico que los varones. Al asociar el género con el estrés
académico se observó una relación estadísticamente significativa con una Chi2: 12.07 p. <.01 (ver tabla 1). Andrews y
Roy (1991) señalan que el rol primario, que en este caso sería
el género, determina la mayor parte de la conducta de una
persona en un período concreto de su vida. El subsistema
de afrontamiento regulador, en el modo de adaptación fisiológico, «responde automáticamente mediante procesos de
afrontamiento neurales, químicos y endocrinos» (Andrews y
Roy, 1991, pág. 14). El subsistema de afrontamiento relacionador, a través de los modos de adaptación del autoconcepto, la interdependencia y la función del rol, «responde por
74
medio de cuatro canales cognitivos y emocionales: el procesamiento de la información sensorial, el aprendizaje, el juicio
y la emoción» (Andrews y Roy, 1991, pág. 14). Partiendo de
esta perspectiva, las mujeres tienen la capacidad de regular mejor sus respuestas fisiológicas y conductuales antes de
que se presente la situación estresante (que ajusta al modo
adaptación del autoconcepto), y los hombres muestran tener
una mejor respuesta conductual y fisiológica ante la situación estresante (que ajusta al modo fisiológico). Cote y García
(2016) señalan que los hombres responden más rápidamente
cuando se encuentran bajo estrés que sin estrés, contrario a
las mujeres.
Los resultados obtenidos en esta investigación plantean
la necesidad de un análisis más detallado del mapa curricular
de los programas educativos para equilibrar las cargas académicas, fortalecer a los alumnos con estrategias de aprendizaje y fomentar evaluaciones más integrativas. También es
recomendable realizar talleres que ayuden a los estudiantes
a mejorar sus estrategias para manejar el estrés con técnicas
cognitivo-conductuales, arte-terapia y musicoterapia, entre
otras disciplinas.
75
Tablas y gráfica
Gráfica 1
Fuente: Elaboración propia, Instrumento SISCO. n=886
Tabla 1
Asociación entre género y estrés percibido en alumnos universitarios
Irapuato, Gto. 2018
Límites para la razón de prevalencia
Género
Total
Con
estrés
Sin
estrés
n (%)
n (%)
n (%)
Total
886
(100)
742
(84)
144
(16)
Femenino
492
431
61
Masculino
394
311
83
Chi
Gl
p
12.07
1
.001
Aproximación
logarítmica:
IC 95%
Aproximación Chi2:
IC 95%
1.04-1.18
Fuente: Inventario SISCO del estrés académico, WinEpi. n=886.
76
1.05-1.18
Tabla 2
Frecuencia y porcentaje de estresores focales de estudiantes universitarios
Irapuato, Gto. 2018
Estresores focales
Nunca
N
La competencia con
los compañeros del
curso
Sobrecarga de
tareas y trabajos
académicos
La personalidad y el
carácter del docente
Las evaluaciones
de los docentes
(consulta de temas,
ensayos, mapas
conceptuales, etc.)
El tipo de trabajo
que te piden los
docentes(ensayos,
mapas
conceptuales)
No entender los
temas que se
abordan en la clase
Participación en
clase
Tiempo limitado
para hacer el trabajo
Rara vez
%
Algunas veces
%
Casi
siempre
n
Siempre
n
%
N
n
%
173
23
293
38
222
29
68
%
9
10
1
20
3
97
13
314
41
244
32
91
12
61
8
213
28
324
42
131
17
37
5
35
5
91
12
260
34
265
35
115
15
40
5
158
21
301
39
201
26
66
8.7
53
7
221
30
293
38
144
19
55
125
16
263
34
238
31
101
13
39
5
47
6
157
20
246
32
219
29
97
13
7
Fuente: Inventario SISCO del estrés académico, n=886.
Conclusiones y recomendaciones
La salud de los jóvenes es de vital importancia para evitar
consecuencias como las cronicidades, entre otras. El estrés
académico sólo es una vertiente, es necesario evaluar a esta
población con indicadores antropométricos y clínicos que
mejoren la panorámica de salud de esta población para generar estrategias de intervención más eficaces. Esta investigación pretende ser el primer acercamiento formal para seguir con estudios subsecuentes, y otro propósito es que sirva
77
de referente a los profesionales de la salud y a los alumnos
que cursan la materia de Investigación.
Entre las limitantes del trabajo se encuentran los recursos
económicos, pues no se tomaron los indicadores clínicos de
utilidad para medir el estrés, como por ejemplo, el cortisol en
saliva. En futuros abordajes se recomienda realizar un muestreo estratificado con un análisis comparativo por áreas de la
salud e ingenierías para verificar quiénes manejan mejor el
estrés académico.
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80
CAPITULO V
LA DEPRESIÓN Y EL ESTRÉS ASOCIADOS EN
LA IDEACIÓN SUICIDA DE LOS ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS DE ENFERMERÍA
Guzmán Daniel, Hermelinda
Morales Salazar, Manuel
Quiroz Guerra, Alma Rosa
Valerio Candela, María del Refugio
Pérez González, María Emma
Salazar Plaza, Karen Amira.
Universidad Autónoma de Coahuila
Universidad Autónoma de la Laguna
Torreón, Cohauila
México
Resumen
En México, la ideación suicida ha aumentado, y se ha identificado que las personas con este tipo de problema que acuden a la consulta en los hospitales buscando ayuda profesional son personas con formación profesional: estudiantes de
educación media y universitarios, al igual que los familiares
de estas personas, como indican Rodríguez (2017) y Ballinas
(2016).
El objetivo de esta investigación es analizar las manifestaciones, los signos y los síntomas de depresión y estrés asociados a la ideación suicida en estudiantes universitarios del
sector salud.
Es un estudio descriptivo, cuantitativo, transversal. Se
utilizaron los estadígrafos de Integracional y correlación. La
muestra está conformada por 191 alumnos: 147 mujeres y 44
hombres, suma calculada utilizando la fórmula para muestra
finitas en una población total de 378 estudiantes. El rango de
edad fue de 18 a 27 años, con una media de 20 años. El coeficiente de fiabilidad alfa de Cronbach encontrado fue de 0.87.
Con una prueba t de student se encontró que la mujer tiene
mayor ideación suicida que el hombre con una diferencia de
81
0.637 del valor de la media. En la depresión, una media de
8.20 se observó que hay estudiantes que se deprimen, en
el factor de riesgo de estrés se observa que los estudiantes
presentan estrés moderado de acuerdo a los resultados obtenidos de la media de 4.80. Los principales factores asociados
a la ideación suicida se relacionan con factores depresivos y
estrés, ya que los estudiantes sienten depresión cuando sus
padres no los toman en cuenta, o cuando bajan calificaciones
en la escuela. A veces sienten ganas de llorar, les afecta saber
que alguien se suicida, y en ocasiones se deprimen porque
no sienten ninguna motivación. Se estresan por sobrecarga
de tareas, por exámenes, o al sentirse presionados por determinado problema personal.
Palabras clave: suicidio, depresión, estudiantes.
Introducción
La depresión y el estrés son trastornos mentales frecuentes
que se caracterizan por la presencia de tristeza, pérdida de
interés, sentimientos de culpa o baja autoestima, trastornos
del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de
concentración. También son causa de estrés los conflictos familiares, y en consecuencia se produce un bajo rendimiento
académico, actitudes violentas y ansiedad, tomando en cuenta que los adolescentes son un grupo vulnerable; en ocasiones, cuando joven tiene problemas no se le da la importancia
debida dentro de su entorno y seno familiar (OMS, 2017).
En México, la estadística señala que existen 11.4 millones
de jóvenes, entre los 18 y los 24 años, en estado de depresión y estrés, mientras que en Chiapas este grupo etario es
de aproximadamente un millón de personas, de las cuales,
el 29% reside en cinco municipios del estado, entre ellos la
ciudad de Tuxtla Gutiérrez (INEGI, 2016).
El estrés es un trastorno del estado de ánimo, transitorio
o permanente, determinado por ciertas características, como
son los sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, y causa una incapacidad total o parcial para disfrutar
82
de las cosas y los acontecimientos de la vida cotidiana. Estas
conductas depresivas o de estrés de mayor o menor grado
están acompañadas de ansiedad (Kramer, 2016). En relación
a la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales, se desarrolla en personas que han enfrentado acontecimientos adversos en su medio social o familiar, y manifiestan
incapacidad para resolver los problemas que se le presentan
en la vida cotidiana (González, 2017).
La depresión y el estrés son las principales manifestaciones de conductas para que el estudiante presente riesgos de
ideación suicida. Es muy importante atender a los jóvenes
universitarios, ya que pueden desarrollar un trastorno emocional. La mujer es más susceptible de presentar este tipo
de problemas de acuerdo al estadístico de correlación; esta
población presenta mayor sintomatología depresiva y de ansiedad en comparación con el hombre (Medina, 2017).
El estrés es un problema de salud que afecta a la sociedad
actual. Se encuentra presente en el ámbito laboral y en la familia; es atribuible a la falta dinero y problemas inherentes a
este grupo y al entorno académico, sin importar el género o
la edad de la persona. El estrés se presenta como respuesta a
los problemas que enfrenta el estudiante universitario.
El ser humano tiende a realizar varias actividades a lo largo
de su vida, las que requieren un alto esfuerzo físico, mental
y emocional; las personas pueden presentar estrés como resultado de la interrelación con otro individuo o su entorno,
siendo incapaz de afrontar los problemas que se le presentan
(Lazarus, 2017).
De acuerdo con Lazarus y Folkman, el estrés es un proceso
de doble vía, implica la producción de factores de estrés por
parte del ambiente y la respuesta de una persona sometida a
estos factores (Lazarus, 2017).
La ideación suicida es un problema que algunas veces se
presenta con manifestaciones de depresión o estrés en los
estudiantes, conductas difíciles de tratar y complejas para la
sociedad a nivel mundial, nacional, estatal y regional.
Es la segunda causa de muerte en el sexo femenino, y la
tercera causa en el sexo masculino, con un rango de edades
entre 10 y 24 años. El incremento de riesgo de ideación suici83
da es un problema grave en la sociedad. Los jóvenes planean
su suicidio como si se tratara de un proyecto de vida. Las
manifestaciones de depresión y estrés son muy importantes,
y se deben detectar oportunamente debido a que influyen
de gran manera en los estudiantes que presentan ideación
suicida (Bebbington, 2018).
En los estudiantes universitarios, los motivos que influyen
para llegar a presentar este tipo de conductas se deben a
que perciben que terminó su etapa de adolescencia y entran
en la edad del adulto joven, problemas académicos y otros
factores que les afectan emocionalmente (Wilcox, 2017).
Metodología
Este proyecto de investigación se llevó a cabo con alumnos
de la Escuela de Licenciatura en Enfermería de la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón. En esta escuela
predominan las mujeres; se tomó una población de 378 estudiantes en total; la muestra fue de 191 alumnos cursando
del primero al octavo semestre, siendo 88 hombres y 290
mujeres, cuyas edades oscilan entre 19 y 22 años; el 70%
proviene de zona urbana y el 30% de la zona rural de Torreón,
Coahuila. Son de un estrato socioeconómico medio alto, medio y bajo.
La muestra se calculó utilizando la fórmula para muestras
finitas con una significancia (p) del 95%, un margen de error
del 5%. El diseño de este estudio es de tipo descriptivo,
transversal, cuantitativo y comparativo. Se utilizaron los estadígrafos de Integracional y de correlación.
En la realización de este proyecto se utilizó el instrumento
auto-elaborado de depresión y estrés, el cual consta de 41
variables con una escala del 0 al 10, donde 0 indica ausencia
de la variable que se está evaluando, y 10, el valor máximo.
El Alpha de Cronbach que se obtuvo en este instrumento de
investigación fue de .875057. Se elaboró una base de datos
en una hoja de Excel, el cual se exportó al programa Statistica
versión 10, con el fin de aplicar las pruebas estadísticas, como
la estadística descriptiva. Se aplicó el estadígrafo de análisis
de factores con 41 variables de intervalo agrupándose las va84
riables de acuerdo a las relaciones entre ellas, dando como
resultado de los 7 factores, por medio del método de extracción de componentes. Principales con una carga factorial de
0.50. Se utilizó el estadígrafo de correlación de Pearson, que
expresa el grado de interconexión entre dos variables o una
de una variable con varias variables.
Resultados y discusión
En la tabla 1 se observa que para los estudiantes universitarios son agradables los recuerdos de su infancia; en ocasiones sienten soledad y ganas de llorar; a veces se sienten
decepcionados, deprimidos y sin ningún tipo de motivación;
sienten que son rechazados por las personas; a veces refieren
baja autoestima, se sienten cansados e inseguros, con apatía;
les afecta psicológicamente cuando llegan a cometer algún
error; sienten estrés y en ocasiones han manifestado ideas
suicidas.
Hay estudiantes que presentan sueño durante el día y a
otros les afectan los días nublados; sienten vergüenza por cosas que hacen; ocasionalmente les estresa la sobrecarga de
tareas de determinadas materias; hay quienes sienten dolor
de cabeza a causa del estrés, otros padecen insomnio y son
sensibles a las críticas que les hacen; en ocasiones sienten
que la gente los desespera, se sienten presionados, manifiestan que les sudan las manos, refieren no sentirse relajados;
no valoran la vida porque no logran sus objetivos planeados
y no sienten alegría.
85
Tabla 1
Manifestaciones de depresión
Valoras la vida
Los recuerdos de tu infancia son agradables
Te sientes alegre
Logras todos tus objetivos
Te sientes seguro de ti mismo
Sientes estrés
Tienes sueño durante el día
Te sientes presionado
Te sientes relajado
Te sientes cansado
Sientes que la gente te desespera
Te afecta psicológicamente cometer un error
Sientes apatía
Has sentido baja autoestima
Te estresas por la sobrecarga de tareas
Sientes dolor de cabeza
Eres sensible a las críticas de los demás
Te dan ganas de llorar
Te sientes inseguro
Sientes depresión
Pierdes interés por las cosas que haces
Sientes ansiedad
Te sudan las manos
Pierdes el control fácilmente
Sientes soledad
Te sientes decepcionado
Te da vergüenza cualquier cosa
Sientes palpitaciones
Padeces insomnio
Sientes falta de motivación
Sientes culpabilidad
Has sentido alguna ideación suicida
Sientes que eres rechazado
Te afectan los días nublados
Carga
factorial
9.162
8.89
8.251
7.901
7.78
6.524
6.068
6.068
6.063
6.037
5.419
5.361
5.152
5.147
4.885
4.508
4.304
4.183
4.126
4.068
3.984
3.942
3.775
3.607
3.55
3.508
3.492
3.246
2.639
2.613
2.466
2.325
2.241
1.754
-0.297
0.826
-0.482
-0.333
-0.551
0.515
0.508
0.3
-0.265
0.616
0.361
0.52
0.539
0.623
0.394
0.379
0.362
0.815
0.575
0.741
0.412
-0.264
0.251
0.321
0.812
0.766
0.438
0.342
0.364
0.658
0.568
0.513
0.637
0.438
Fuente: Instrumento de depresión y estrés; n= 191
86
En la tabla 2 se observa que los estudiantes se estresan por
la sobrecarga de tareas; se sienten presionados y se estresan,
sienten dolor de cabeza, se sienten tensos porque les afectan
las bajas calificaciones que sacan en algunas asignaturas; hay
alumnos que sienten temor a ser víctimas de la delincuencia,
sienten cansancio y apatía, se estresan por los exámenes de
algunas materias; hay quienes sí han consumido determinada
droga, han llegado a presentar ideación suicida; y con baja
autoestima mencionan que sus familias se cambian de domicilio continuamente; en ocasiones sienten fobia y no se
llevan bien con sus hermanos.
Tabla 2
Manifestaciones de estrés
Te llevas bien con tus hermanos
Sientes que alguna de las materias te estresa
Te estresan los exámenes
Te estresas por la sobrecarga de tareas
Te sientes presionado
Sientes estrés
Te sientes tenso
Sientes dolor de cabeza
Sientes apatía
Te sientes cansado
Has sentido baja autoestima
Te afectan las bajas calificaciones
Te sientes tenso
Te da temor ser víctima de la delincuencia
Te sudan las manos
Tienes fobia
Sientes palpitaciones
Has sentido alguna ideación suicida
Has utilizado algún tipo de droga
Tu familia se cambia de domicilio continuamente
8.743
7.487
7.361
7.068
7.037
7
6.524
6.068
6.037
5.152
5.147
4.885
4.885
4.508
3.775
3.623
3.246
2.325
1.016
1.01
Carga
factorial
-0.347
0.8
0.287
0.841
0.834
0.269
0.548
0.751
0.293
0.293
0.299
0.43
0.376
0.363
0.597
0.395
0.334
0.42
0.672
0.428
Fuente: Instrumento de depresión y estrés; n=191.
87
En la tabla 3 observamos que la mujer expresa sus sentimientos y le estresa la sobrecarga de tareas; se siente cansada
durante el día y es muy sensible a las críticas de los demás y
siente más ganas de llorar en comparación con los jóvenes
del género masculino; al igual que ellos manifiestan insomnio, aunque en menor proporción, por lo tanto la mujer es
más susceptible de caer en depresión.
Tabla 3
Depresión
Eres perfeccionista
Te estresan los exámenes
Sientes que alguna materia
te estresa
Sientes estrés
Te sientes presionado
Te sientes tenso
Te sudan las manos
Sientes dolor de cabeza
Sientes palpitaciones
Media Media Valor df
Valido Valido
p
1
2
t
N
N
5.7
6.0 -3.2 189 0.001484
44
147
5.5
7.4 -3.1 189 0.002031
44
147
5.5
7.5
-0.4 189 0.660566
44
147
5.2
4.7
4.5
4.0
3.0
2.7
6.9
6.4
4.9
3.6
4.9
3.3
-1.0
-3.8
-3.7
-3.1
0.6
-0.7
44
44
44
44
44
44
147
147
147
147
147
147
189
189
189
189
189
189
0.277883
0.000195
0.000217
0.002217
0.529490
0.441364
Fuente: Instrumento de depresión y estrés; n=191
En la tabla 4 se observa que la mujer es más perfeccionista
que el hombre, así como ella se estresa más por los exámenes, siente más estrés y más presión en comparación con los
jóvenes del género masculino; en ocasiones el hombre percibe que le sudan las manos a la mujer, le duele la cabeza y
siente palpitaciones.
88
Tabla 4
Media Media
valor t
df
2
1
Eres perfeccionista
5.7
6.0 -3.22512 189
Te estresan los exámenes
5.5
7.4 -3.12912 189
Sientes que alguna
5.5
7.5 -0.43983 189
materia te estresa
Sientes estrés
5.2
6.9 -1.08822 189
Te sientes presionado
4.7
6.4 -3.80015 189
Te sientes tenso
4.5
4.9 -3.77083 189
Te sudan las manos
4.0
3.6 -3.10203 189
Sientes dolor de cabeza
3.0
4.9 0.62995 189
Sientes palpitaciones
2.75
3.3 -0.77152 189
Estrés
Valido Valido
n
n
0.001484
44
147
0.002031
44
147
p
0.660566
44
147
0.277883
0.000195
0.000217
0.002217
0.529490
0.441364
44
44
44
44
44
44
147
147
147
147
147
147
Fuente: Instrumento de depresión y estrés; n=191
Autores como Lazarus, R., Folkman, S., (2017) y la Organización
Mundial de la Salud (2017) coinciden con los resultados de este
estudio: las principales manifestaciones de depresión y estrés en
el ámbito universitario se deben al exceso de trabajo académico,
el tiempo limitado que se les otorga para entregar un trabajo,
presiones políticas y económicas, estudiar materias muy complejas, sobrecarga de actividades escolares, así como la presión de
los exámenes.
Aportaciones a la disciplina de enfermería
Contar con un instrumento de valoración en la escuela de
enfermería para aplicarlo a los estudiantes y así detectar con
oportunidad a los alumnos que presenten manifestaciones de
depresión y estrés, para apoyarlos, canalizarlos al departamento de psicología y así evitar riesgos de ideación suicida.
Conclusiones y recomendaciones
En esta investigación sobresalen datos significativos respecto a
los estudiantes de la Licenciatura en Enfermería: las manifestaciones de depresión y estrés más frecuentes fueron síntomas
motivacionales y conductuales, anímicos, cognitivos, interperso89
nales y, en menor medida, físicos. Los estudiantes que presentan acoso escolar han sufrido agresiones físicas, sienten que este
acoso es una de las causas de ideación suicida y que las drogas
les afectan la salud mental. Algunos estudiantes masculinos manifiestan insomnio, no sienten motivación, les afecta enterarse
de casos de personas que se suicidan; otros estudiantes sienten
que son rechazados en su entorno, y algunos mencionan que en
ocasiones han llegado a tener ideas suicidas.
Recomendaciones
- Formar redes de apoyo de forma conjunta entre la comunidad y la institución educativa y conocer los posibles casos
de estudiantes con manifestaciones de depresión y estrés
analizando si estos factores los conlleven a presentar alguna
ideación suicida. El fin último es poder contrarrestar un posible
intento e intervenir con apoyo psicológico.
- Con respecto a la ideación suicida, ya sea por depresión o
estrés, se recomienda la distribución de pequeños manuales
con primeros auxilios de apoyo psicológico.
- Elaborar reuniones de integración que promuevan la participación de los estudiantes y sus familiares con el propósito de
identificar los problemas que afectan a los adolescentes y a la
familia.
- En la escuela, contar con un departamento de Psicología para
apoyar a los estudiantes con problemas de este tipo.
Referencias
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Variables predictoras de la ideación suicida y sintomatología
depresiva en adolescentes de Chiapas, México, Ciencia &
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Medina, Mora., Borges, Lara., Benjet, Blanco., Fleiz, Villatoro., Rojas, Zambrano., Casanova, Aguilar., Gaxiola, S., (2017).
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desempeño académico en estudiantes universitarios, Revista
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Colombia.
Wilcox, HC., (2017). Factores asociados a la presencia de
ideación suicida entre universitarios, en: Revista Latino Americana de Enfermagem, Brasil.
92
Eje 3
MISCELÁNEO
En este eje se abordan fenómenos de salud desde diferentes
enfoques, revisiones conceptuales y perspectivas de estudio;
de igual manera se exponen herramientas de utilidad para la
investigación.
El contenido pretende ser de utilidad tanto para profesionales de la salud como para pasantes o alumnos de investigación que tengan la inquietud de desarrollar programas de
salud, cuidados estandarizados, acercamiento a la población
blanco por grupos focales, entre otros lectores interesados
en la materia.
93
CAPITULO VI
IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN
EN LA INTERVENCIÓN COMUNITARIA
Ruvalcaba Palacios, Gerardo
Ávila Sansores, Grever María
Ladrón de Guevara Vázquez, Cielo Isabel
Lavado Huarcaya, Sofía Sabina
Universidad de Guanajuato
México
Fundación Universitaria Tecnológico COMFENALCO
Cartagena de Indias, Colombia
Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo
Chiclayo, Perú
Resumen
El derecho a la salud es un valor inherente a todas las personas, sin embargo, este derecho no ha podido ser ejercido
por los habitantes de zonas marginadas o rurales, donde la
escasez de personal muchas veces impide los adecuados servicios de salud.
Para llevar mejores servicios de salud a estos habitantes o
para que ellos se acerquen a estos servicios se desarrolla la
intervención de base comunitaria partiendo de la promoción
de la salud como una estrategia importante. Por lo tanto, el
personal de enfermería cobra especial relevancia. Sin embargo, para que desempeñe adecuadamente sus funciones,
este personal debe estar capacitado en el manejo de la comunicación apropiada, haciendo de la escucha y la emisión
de mensajes una habilidad personal.
El siguiente trabajo está dedicado a presentar algunas estrategias que podrían ayudar al profesional de enfermería a
comunicar lo que tienen que decir y escuchar de mejor manera los mensajes que los individuos dentro de la comunidad
desean expresar.
95
Palabras clave: Intervención de enfermería, comunidad, comunicación, intervención psicológica, promoción de la salud.
Introducción
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS,
2017) “el goce máximo de salud que se pueda lograr es uno
de los derechos fundamentales de todo ser humano”, esto
implica que el acceso a los servicios de salud debe ser oportuno, aceptable y asequible y con la calidad necesaria para
satisfacer adecuadamente las necesidades de los usuarios.
Desgraciadamente, los grupos vulnerables y más propiamente dicho, aquellos que sufren pobreza, que viven en zonas
marginadas o en zonas rurales, suelen tener menos probabilidades de disfrutar del derecho a la salud. Para paliar esta deficiencia se ha procurado que la comunidad se involucre en
el proceso de salud enfermedad, de tal manera que el grupo
social y el individuo mismo sean –en última instancia– los responsables de su salud (Miguélez-Chamorro & Ferrer-Arnedo,
2014). Teniendo en cuenta que la salud es un derecho básico
de los individuos, los programas de intervención tanto en salud física como mental deben ser programas de base comunitaria (Cénat et al., 2020); es decir, que sea la comunidad la
piedra angular en la que se levanten (Bang, 2014).
Esta exigencia no obedece a un mero capricho, sino que
más bien representa una realidad innegable en la cual se reconoce que las personas dentro de la comunidad (Costilla-Alba, Chamorro-Vázquez & Herrera-Martínez, 2018):
• Conocen mejor que nadie sus propios problemas,
pues son ellos quienes diariamente los viven y enfrentan. Asimismo, tienen que lidiar a diario con las consecuencias de no
resolverlos o resolverlos inadecuadamente.
• Deben participar activamente en el establecimiento
de los objetivos de intervención. Este aspecto no sólo retoma
el punto anterior, además puntualiza una necesidad innegable: que los individuos se comprometerán más en adoptar
actitudes de cambio cuando participan en el establecimiento
96
de la meta o los objetivos que persiguen. Esto implica también que los individuos deben participar en la evaluación de
la intervención y colaborar activamente en la integración del
reporte final.
• Necesitan empoderarse para promover el cambio individual y social. Obviamente, la labor del personal de enfermería debe centrarse en brindar a las personas el conocimiento, las herramientas y las habilidades necesarias para
que de manera responsable asuman un rol protagónico en la
instalación del cambio. El personal de salud debe intervenir
solamente para bridar aquello que no saben, o que ignoran
que saben, para luego retirarse y dejar que sean los individuos en la propia comunidad los que vivan la aplicación del
conocimiento, dejando de lado la dependencia que pudiera
haber hacia los profesionales de la salud, para comenzar a
trabajar desde su óptica y desde su realidad.
Al final, lo que se busca es la adopción de conductas saludables a partir del cambio personal; en otras palabras, el
cambio que se logra abordando a la persona dentro de su
grupo social o dentro de su comunidad (Lara, Bustos, Sihuay
& Castro, 2020). En este sentido, cuando se habla de “intervención comunitaria” se hace referencia a todo aquel conjunto de acciones encaminadas a promover el desarrollo de
una comunidad o un grupo social, sea un barrio o colonia,
pero específicamente aquellas colectividades que se ubican
en las zonas rurales. Este concepto implica, necesariamente,
que todos los individuos deben participar activamente para
lograr una transformación eficaz de su propia realidad.
La finalidad, o si se quiere, el objetivo de las intervenciones comunitarias es que la persona, como unidad básica en
el entramado social, reciba el conocimiento o la capacitación
necesaria para que su participación contribuya al fortalecimiento de su propia comunidad. Pero no se habla solamente
de conocer o saber, pues esto implica que las personas a partir de ese conocimiento desarrollen su capacidad de decisión
y de acción, haciendo que la participación del personal de
salud sea en un principio orientadora o de acompañamiento,
para transitar luego a la independencia, al convencimiento
97
pleno de que sus acciones, tomadas conscientemente, traerán consigo resultados positivos. Como ya se dijo, contribuir
a que las personas desarrollen este nivel de confianza forzosamente obliga al personal de salud a no ofrecer meramente
recetas para llevar a buen fin un tratamiento, o los cambios
de conducta necesaria para alcanzar un estado específico,
sino más bien a la búsqueda del cambio total de la comunidad a través del cambio individual, es decir, ir más allá del
tratamiento para hacer una verdadera promoción de la salud
(Mori, 2008). Como puede verse, al final lo que se busca es
un cambio en los valores de la comunidad: un cambio en la
forma en que el individuo interpreta el mundo.
Obviamente, no debe proponerse un cambio general,
más bien, debe proponerse un cambio específico para resolver una situación particular, pues solamente así cobrará significado y valdrá la pena el proceso, el esfuerzo de cambio. Por
lo tanto, una parte fundamental de la intervención es el proceso diagnóstico, pues nos permite conocer objetivamente
la realidad de la que partimos al realizar la intervención, así
como visualizar los objetivos (Maya, 2016).
Como se ha puntualizado, el diagnóstico debe estar orientado a identificar un problema para, posteriormente, desarrollar y evaluar acciones congruentes. En su establecimiento
debe participar la comunidad (Maya, 2016), y en dicho proceso el personal de salud solamente debe acompañar y facilitar
la identificación del problema, promoviendo la movilización
de los grupos de la comunidad. Por otro lado, el diagnóstico
debe permitir también conocer las características del grupo y
la comunidad y al mismo tiempo debe permitir identificar sus
necesidades concretas. El diagnóstico es también el punto
de partida para establecer un programa de acción (Casetti &
Paredes-Carbonell, 2020).
El ciclo de la intervención se completa cuando se evalúan
las acciones o el programa de acción. Este paso no se limita
solamente a la identificación de las técnicas a partir de las
cuales se conocerá hasta qué punto se cumplieron los objetivos, sino también deben enunciarse las estrategias a partir
de las cuales se integrará el reporte final junto con los actores
principales de la comunidad, pero sobre todo, la manera en
98
que se facilitará la comunicación –a la propia comunidad– de
los logros, avances y los nuevos objetivos que surjan del proceso de intervención.
Entonces, para realizar una intervención comunitaria adecuada la comunicación juega un rol importantísimo y, por lo
tanto, el personal de enfermería necesita saber cómo acercarse a la comunidad. Esto se logra mediante la aplicación
adecuada de estrategias eficaces y efectivas que permitan
un diálogo que estimule la participación y que rompa con el
viejo paradigma de que el personal de salud es el sabio que
resolverá aquellos problemas que previamente, y desde su
óptica, ha identificado.
La comunicación dentro del proceso
de intervención comunitaria
En términos generales, la comunicación es un proceso de
transferencia de información (datos, valores, visión del mundo, etc.) de una persona a otra, con el objetivo de que el
receptor comprenda adecuadamente el mensaje que desea
expresar el emisor. Por lo tanto, ante todo, la comunicación
es un intercambio social a través del cual se forja el conocimiento (Yang, Saladriagas & Torres, 2016).
En este sentido, comunicar es lo que el receptor comprende, no lo que el emisor dice. Por lo tanto, cuando la comunicación es eficaz, permite la construcción de puentes de entendimiento entre las personas que participan en el proceso
(Guanipa-Pérez, 2012).
La comunicación y la promoción de la salud
La promoción de la salud es definida por la OMS (2020) como
aquel proceso que permite a las personas incrementar el control
sobre su salud. En la práctica, esto supone el uso de un enfoque participativo en el que los individuos, las comunidades y las
instituciones colaboran para crear condiciones que garanticen
la salud y el bienestar para todos. Implica una manera particular
de colaborar: la población es participativa, intersectorial, sensible al contexto y opera en múltiples niveles.
99
Por lo tanto, los objetivos que se persiguen al implementar
un proceso de promoción de la salud implican:
1.
2.
3.
4.
Modificar actitudes promoviendo
y mejorandola salud.
Modificar procesos fisiológicos, previniendo
y tratando la enfermedad.
Promover el cambio sociocultural, implementando
campañas de educación dirigidas a la comunidad.
Modificar el sistema de salud mediante
la creación de políticas sanitarias adecuadas.
En este sentido, el cambio debe presentarse en todos los
implicados; es decir, tanto en las personas que viven dentro
de la comunidad como en aquellas que son responsables de
elaborar las políticas sociales. Además, una adecuada labor
de promoción de la salud debe generar en las personas el
deseo de vivir sanamente; ofrecerles el conocimiento necesario para concretar este deseo, y las herramientas o estrategias
pertinentes para poner en práctica el cambio que se desea.
Dentro de esta cadena, es imprescindible que la socialización
del cambio se lleve a la comunidad mediante el ejemplo: las
personas que ya recibieron apoyo para llegar a comportamientos saludables deben convertirse en agentes de cambio
socializando los aprendizajes obtenidos y desarrollando la capacidad necesaria para pedir ayuda siempre que lo necesite.
De esta manera, resolverán futuros problemas mediante su
propia iniciativa, minimizando la intervención o la dependencia hacia el equipo de salud y, en particular, hacia el personal
de enfermería.
Por lo tanto, las intervenciones para promover la salud
dentro de una comunidad deben ser vistas como un proceso
de diálogo en el cual deben considerarse y manejarse conscientemente todos los elementos que componen dicho intercambio de información. Para ello, el personal de enfermería
necesita ser un comunicador eficaz. Resultan de gran ayuda
pautas como las siguientes (Smith, Duell, Martin, Aebersold
& González, 2018):
100
• La comunicación no verbal, la cual incluye todos los
elementos que forman parte de la comunicación corporal:
vestimenta, actitudes y, en general, el uso de todo lo que el
individuo es y que resulta comprometido en el proceso de
intercambiar significados, información, etcétera.
• Apertura a la comunicación. La persona deseará involucrarse en el proceso de comunicación desarrollando empatía, comprensión y simpatía por la vivencia del otro.
• Retroalimentación constructiva. El papel del personal
de enfermería consiste en comprender lo que el otro dice;
por lo tanto, durante la retroalimentación constructiva se “refleja” lo que entendió sobre lo que el otro quiso decir. Implica dejar de lado los propios prejuicios, valores, normas, etc.
para estar abiertos a la comunicación del que está enfrente.
Así, en esta etapa únicamente repetimos lo que entendimos,
y se hace de manera que nuestra aportación esté libre de
prejuicios y ayude al otro a crecer.
• Escucha activa. Se refiere a que el oyente sea capaz
de concentrarse en las expresiones verbales y no verbales
del interlocutor; poner todas las facultades personales al
servicio del proceso de comprensión del otro. Esto implica
que el oyente debe siempre estar dispuesto a ofrecer una
retroalimentación constructiva al interlocutor, de tal manera
que el puente de entendimiento se construya dinámicamente durante la interacción. Forzosamente, esto implica el uso
de una autorevelación apropiada, en la cual no sólo se expresen aspectos teóricos o superficiales, sino que, mediante
el uso consciente de la todas las capacidades y experiencias,
se contribuya al desarrollo de un intercambio honesto con la
profundidad de la comunicación adecuada para el tema tratado, y en la que el personal de salud se vea como un ente
activo en la construcción de lazos que motiven el cambio y la
superación.
El proceso se observa en la siguiente figura, la cual consigna los elementos de este proceso de manera que el diálogo;
es decir, el intercambio entre dos o más personas sea fluido y
constructivo. Aunado a lo anterior, el personal de enfermería
se beneficiaría en gran medida si utilizara una comunicación
101
efectiva, no solamente para dialogar con los individuos dentro de la comunidad, sino entre el personal mismo y entre los
diferentes profesionales que conforman el equipo de salud.
Comunicarse efectivamente es de gran ayuda para el proceso de promoción de la salud y para establecer programas de
intervención de base comunitaria.
La comunicación efectiva posee las siguientes características:
Figura 1.
El proceso de diálogo en la comunicación comunitaria
Fuente: Robins & Judge (2013).
102
a) Antes que nada, se debe tener en claro que se desea
iniciar una comunicación y, por lo tanto, que existe una idea
que se desea comunicar. Individualmente debe haber una reflexión sobre ¿qué deseo comunicar?, y así tomar consciencia
del mensaje que desea transmitirse.
b) Una vez identificada la idea que se desea transmitir,
debe codificarse adecuadamente utilizando los símbolos que
los interlocutores están acostumbrados a usar y que además
son entendibles para ellos. El profesional de enfermería debe
descentrarse de si mismo y entrar en sintonía con su interlocutor. El nivel básico de esta idea es que si los participantes
no saben leer, no debe planearse un proceso de promoción
de la salud o de intervención comunitaria basado en la transmisión o la elaboración de material escrito.
c) Ya codificado adecuadamente el mensaje, entonces
debe transmitirse de tal forma que los canales y los medios
sean los adecuados para los interlocutores. Si las asambleas
son el medio que normalmente la comunidad usa, entonces
debe usarse este canal y un micrófono. Hay que recordar que
es responsabilidad del emisor (el personal de enfermería)
que los canales y medios funcionen adecuadamente.
d) El siguiente punto implica que el receptor capte el mensaje. En este sentido, se considera que el receptor debe ser
activo y desear entender la información que recibe, por lo
tanto, desea esforzarse en sistematizar la información, almacenarla y significarla, de tal manera que le permita lograr un
cambio. Si existen dudas, es su responsabilidad externarlas, y
debe considerarse que el personal de enfermería estimulará
el proceso. El receptor debe querer también decodificar el
mensaje transmitido, por eso es tan importante el proceso de
retroalimentación, de preguntas, de externar las dudas por
parte del oyente, pues de esta manera se asegura de que la
esencia de la información no se pierda o desvirtúe.
e) Entendido el mensaje, el interlocutor acepta la idea o
el contenido de la comunicación; en este caso, las recomendaciones, justificaciones o indicaciones que el personal de
salud le ofrezca. Es importante notar que, en este paso, los
participantes deben asumir que la información recibida es verídica, deseable y aplicable.
103
f) Uso de la información por parte del oyente. Para que
los puntos anteriores redunden en un cambio significativo de
conducta, el oyente debe hacer uso de la información integrándola a su fenomenología y asumiéndola como adecuada
para su nueva realidad. Se espera que el oyente realice los
cambios necesarios para adecuar su comportamiento, valores y moral al nuevo conocimiento o interpretación de la realidad que ha recibido.
g) El proceso de la comunicación efectiva termina con el
inicio de un nuevo ciclo: el oyente se transforma en emisor
al expresar al interlocutor lo que entendió del mensaje y la
manera en que lo ha incorporado a su vida diaria, o bien,
iniciando una nueva idea en la que ahora el receptor asume
el rol de emisor.
Obviamente, para cerrar el ciclo se requiere que tanto el
receptor como el emisor estén dispuestos a guardar silencio
cuando les corresponda y esforzarse en desempeñar su rol.
Se requiere que el proceso de comunicación efectiva descrito
sea completado con un proceso de escucha activa. La escucha activa implica que el oyente se comprometa a salir de su
propio yo para entender al otro. Para ello son importantes los
siguientes lineamientos:
1. Establecer contacto visual con el interlocutor. Mirarlo a
la cara o mejor, a los ojos.
2. Asentir de vez en cuando con la cabeza y mantener
una expresión de interés, esto estimulará al emisor a seguir
con su idea, y además facilita la escucha activa.
3. Evitar gestos o acciones que distraigan al interlocutor.
Esto no solo es muestra de educación y consideración, sino
que también permite al otro sentirse aceptado e importante
dentro del diálogo. Se recomienda evitar conductas que distraigan la atención.
4. Hacer preguntas. Esto además de permitir la adecuada comprensión del tema y mantener la información dentro
de los límites adecuados, permite transmitir una actitud de
interés y escucha que facilita que el interlocutor se mantenga
transmitiendo información.
104
5. Parafrasear. Hacer pequeños resúmenes de la información recibida permite mantener el hilo de la conversación,
e indica al hablante si sus mensajes se han recibido adecuadamente.
6. No interrumpir al orador. Una parte importante de la
escucha activa es precisamente mantenerse como escucha,
evitar interrumpir al hablante y hacer transiciones suaves entre una pregunta y otra.
7. No hablar de más. En concordancia con lo anterior,
entre menos se hable, más se escucha.
8. Hacer transiciones suaves entre el papel de orador y
escucha. No arrebatar la palabra y estar más dispuesto a escuchar que a hablar.
Estos pequeños lineamientos sobre cómo escuchar y comunicar efectivamente pueden hacer la diferencia entre una buena
o una mala promoción de la salud, y pueden hacer la diferencia
a la hora de invitar a la comunidad a participar, y así realizar una
adecuada intervención comunitaria. Siempre debe tenerse consciencia de que nuestro papel como profesionales de la enfermería implica ofrecer información que convenza, que fácilmente se
comprenda y acepte como adecuada para iniciar un cambio de
actitudes. La intervención comunitaria implica saber escuchar y
saber comunicar, y como profesionales de la salud debemos estar
comprometidos, pues de otra manera nuestros esfuerzos resultarán infructuosos.
Conclusión
La intervención en la promoción de la salud, ya sea a nivel individual o comunitario, requiere de un proceso de intercambio
de información. En la medida en que cada uno como profesional de la enfermería se comprometa a ejercerlo honestamente
interesándose por escuchar a los pacientes, podrá ofrecer una
intervención basada en el adecuado diagnóstico de las necesidades de la comunidad: podrá ofrecer una adecuada intervención de enfermería.
El instrumento esencial del trabajo del profesional de
enfermería es uno mismo, por lo que en materia de comu105
nicación, siempre debemos estar dispuestos a comunicar.
Simplemente hay que recordar que no debemos juzgar, sino
comprender y ayudar en la necesidad.
Las intervenciones comunitarias requieren de un proceso
de intercambio de información, y en la medida en que nos
comprometamos a participar en un proceso honesto de comunicación podremos integrar mejores diagnósticos; mejores estrategias de intervención y, en general, un mejor servicio de enfermería.
No debemos olvidar que la comunicación adecuada comienza con mi deseo de comunicar. No prejuzgar, sino sinceramente querer conocer al otro.
Referencias
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109
CAPITULO VII
INTERVENCIONES DE ENFERMERIA EN
TRATAMIENTO ACORTADO ESTRICTAMENTE
SUPERVISADO EN PACIENTES
CON TUBERCULOSIS
Gómez Torres, Danelia
Ramírez Delgado, Rebeca
Mejía Ayala, María Berenice
Universidad Autónoma del Estado de México
Toluca, México
Resumen
El profesional de enfermería realiza acciones importantes en
la red del Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado
ya que regularmente es el primer contacto entre las personas y los servicios de salud. Esta estrategia ha reducido los
efectos de la tuberculosis y ha resultado una solución parcial
a la enfermedad, sin embargo, no se da visibilidad de su actuación profesional.
Objetivo
Descubrir la visibilidad que tienen los pacientes con tuberculosis
de las intervenciones de enfermería en la red de Tratamiento
Acortado Estrictamente Supervisado.
Metodología
La presente investigación tuvo un enfoque cualitativo, de
tipo descriptivo. La teoría de representaciones sociales de
Moscovici fue su sustento, participaron 31 pacientes, los datos fueron recolectados mediante entrevista. Con la técnica
cromática se seleccionaron los datos significativos, y se etiquetaron las categorías para posteriormente discutirlas. Se
generó el concepto, en seguida el dato empírico se contrastó
con la teoría para después llegar al razonamiento lógico.
111
Resultados
Los hallazgos fueron: detección de la enfermedad, sensibilización, capacitación/enseñanza, supervisión del tratamiento,
visibilidad de la actuación de la enfermera, significado del
cuidado de la enfermera. A su vez, resultaron las siguientes
subcategorías: profesionalismo de la enfermera, proyección
de sensibilización, significado de la información, estrategias
de enseñanza, cambio de hábitos, percepción de la capacitación, visibilidad de la supervisión, el sentir del paciente en el
hacer de la enfermera.
Conclusiones
La atención de enfermería otorgada al paciente en la Red
proyecta profesionalismo, constancia, apoyo, comprensión,
convirtiéndose en guía respetable que impulsa a los pacientes a seguir el tratamiento hasta recuperar su salud.
Palabras clave: enfermería, enfermería primaria, percepción
social, tuberculosis.
Introducción
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que
en la región de las Américas, 14 países registraron en total
12,458 defunciones por Tuberculosis (TB) en el 2016, de ese
número, 2,569 muertes fueron notificadas por México. La TB
afecta principalmente los pulmones, pero también se presenta en el sistema nervioso, huesos, piel, intestinos, genitales,
y ganglios. De todas las formas de tuberculosis, únicamente
la pulmonar es contagiosa, y de mayor interés para su prevención y control debido al riesgo de transmisión cuando las
personas enfermas tosen, platican y estornudan.
La red de Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado de Enfermería es una estrategia de apoyo al programa de
prevención y control de la tuberculosis. Los integrantes de la
Red TAES de Enfermería informan, sensibilizan y capacitan
al personal de salud y a los grupos integrados de la comunidad para la atención en tuberculosis, contribuyendo en la
112
detección, supervisión del tratamiento y seguimiento hasta
su curación, considerando el entorno familiar, social y laboral
(Robles, 2016: 10).
Marco teórico-conceptual
Visibilidad. La presencia en el cuidado de enfermería es dinámica y fluye con énfasis en el acompañamiento de la experiencia de la persona enferma con tuberculosis y el significado que ésta tiene para cada uno, la familia y su grupo. Esta
relación tiene un gran componente subjetivo fundamentado
en la intersubjetividad y la empatía. La finalidad es construir
–con las personas a quienes cuidamos– un campo conceptual
de entendimiento, con presencia auténtica y consciente de
apoyo, reconociendo los sentimientos, creencias y temores
sobre la vivencia de las personas enfermas de tuberculosis
(Ibarra, 2016).
La figura social de la enfermera. La imagen social de la en-
fermería es un fenómeno complejo y dinámico que ha sido
tratado desde diversas perspectivas, en cuya formación intervienen factores socioeconómicos, culturales, profesionales,
históricos y psicológicos. Una imagen estereotipada o distorsionada puede conllevar una serie de efectos negativos:
déficit de entrada de nuevos profesionales, falta de reconocimiento social e institucional, frustración y baja autoestima de
los propios profesionales (Encinas, 2016).
El trabajo realizado por la enfermería no se ha difundido
de manera idónea a la sociedad. Sabiendo que uno de los
papeles principales de le enfermería es el cuidado de la población tanto sana como enferma (Muñoz, 2014), la sociedad desconoce la dimensión cuidadora de la enfermería, así
como del rol preventivo y de promoción de la salud. Esta
imagen construida por las personas –según sus experiencias
respecto a la enfermería– está influenciada por lo que los propios enfermeros conscientemente o no, transmiten; es decir,
la forma de actuar de las enfermeras (os), la manera en que se
desenvuelven en su entorno no pasa inadvertida. La población establece determinados criterios para la construcción de
113
su opinión con respecto a la profesión (Encinas, 2016).
En muchos casos, las creencias de los profesionales sobre
su propio trabajo pueden ser alteradas por la imagen social
que se transmite, y esto puede producir que los profesionales
asuman esta imagen como correcta y desechen la imagen
real de la profesión. Por esta razón es de vital importancia
que los profesionales sean conscientes de la verdadera figura
de le enfermería. Una de las graves consecuencias de una
creencia errónea de la imagen de la enfermería produce que
los profesionales de esta disciplina modifiquen su trabajo
diario inconscientemente. Esta modificación causaría pérdida
de responsabilidad y que adquieran competencias ajenas a
la profesión; si esto se produjese, reafirmaría las creencias
erróneas de nuestra sociedad (Pérez, 2015).
Los principales responsables de transmitir la imagen de la
enfermería son los propios profesionales. Los responsables
de esta invisibilidad somos nosotros mismos, tanto los que
estamos en consulta o a pie de cama como aquellos que nos
representan. También Rodríguez (2013) comenta que, más
allá de los estereotipos, la imagen de la enfermera o de la
enfermería se construye a través de lo que proyecta la propia enfermera. Asimismo, Fernández (2013) argumenta: “Los
profesionales de enfermería tenemos en nuestra mano mejorar o cambiar la imagen que tiene de nosotros la sociedad.
Pero para ello, la actitud ante ciertos temas tiene que cambiar”. Estas dos últimas ideas muestran que algunos profesionales piensan que todos los enfermeros deben trabajar para
poder mostrar su verdadera imagen a la sociedad.
Tratamiento acortado estrictamente supervisado. El establecimiento de estrategias de control incluyendo sistemas reforzados de vigilancia epidemiológica, utilización de Tratamiento
Acortado Estrictamente Supervisado (TAES) y el tratamiento
individualizado de casos de TB multirresistente ha tenido un
importante efecto en la transmisión de la enfermedad y en la
curación de casos.
En el mismo sentido, el 26 de enero de 1995 se publicó
en el Diario Oficial de la Federación la NOM-006-SSA2-1993
para la prevención y control de la tuberculosis en la aten114
ción primaria a la salud. En el mismo año se llevó a cabo
la evaluación anual conjunta del programa de prevención y
control de la tuberculosis con participación del Gobierno de
México y de la OPS/OMS. Como resultado, se recomendó
la instrumentación de la Estrategia de Tratamiento Acortado
Estrictamente Supervisado (TAES) para mejorar las tasas de
curación, reducir la morbilidad, la mortalidad y la transmisión
del padecimiento, con posterioridad en los resultados de la
evaluación, dio inició la estrategia TAES en áreas específicas
de las 32 entidades federativas. Para detener la TB, la OMS
ha formulado la estrategia “Alto a la TB” basada en seis puntos aprovechando los éxitos del enfoque TAES y abordando
expresamente los principales problemas que plantea el control de la enfermedad. El objetivo es reducir radicalmente la
carga mundial de TB, garantizando que todos los pacientes,
entre ellos los coinfectados por el VIH y los que padecen TB
resistente, se beneficien del acceso universal a un diagnóstico de calidad y a un tratamiento centrado en la persona.
Metodología
Esta investigación tiene un enfoque cualitativo, de tipo descriptivo y pretende descubrir la visibilidad que tienen los pacientes de las intervenciones de enfermería en la red de Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado de Enfermería
en pacientes con tuberculosis. Participaron 31 pacientes de
la red TAES, en una la jurisdicción del Instituto de Salud del
Estado de México. El escenario fue el domicilio de los pacientes integrados en la red TAES, los datos se recolectaron
mediante una entrevista con el apoyo de una guía semiestructurada. Las entrevistas fueron grabadas bajo consentimiento informado previamente firmado, especificando el uso
de la información obtenida.
El instrumento de investigación se desprendió de los objetivos, y de ellos las preguntas conductoras, a su vez fuente
de la guía que constó de 9 cuestionamientos, cubriendo cinco pre-categorías: información, sensibilización, capacitación,
detección y supervisión. La última pregunta fue abierta para
captar datos adicionales en cuanto a experiencias vividas por
115
los pacientes al recibir la atención de enfermería dentro de
la red TAES. Se realizó una lectura y relectura, y mediante la
técnica cromática se etiquetaron y se seleccionaron los datos
más significativos para, de esta manera, formar las categorías.
En el análisis de los datos cualitativos y según las representaciones sociales, se buscó conocer los significados que los
individuos dan a su experiencia, y así entender el proceso por
el que la gente define su mundo y actúa en consecuencia.
Los resultados se contrastaron con la teoría de representaciones sociales (RS), la cual sustenta esta investigación; se
siguió la metodología de discusión científica para estudios
cualitativos consistente en conceptualizar la categoría y presentación del dato empírico, contrastándolo con la teoría
para, posteriormente, llegar a un razonamiento lógico.
Para cubrir los aspectos bioéticos se consideró una investigación sin riesgo y el principio del anonimato y privacidad
de acuerdo con el Reglamento de la Ley General de Salud en
materia de investigación título II, capítulo 1, artículo 13, 16,
y 17, fracción 1 y 23 de la Secretaría de Salud, que se refiere
en investigaciones de seres humanos al principio de privacidad y a que prevalezca el criterio de respeto a su dignidad,
a la protección de sus derechos, y a su bienestar. Por tanto,
se respetó la libertad de los pacientes con tuberculosis de
decidir participar o no en este estudio habiéndoles dado a
conocer los objetivos del mismo.
Resultados y discusión
Visibilidad de la supervisión. Requiere conocimientos del
proceso, y tiene que efectuarse con conocimientos, destrezas
y técnicas para desarrollar las actividades; destreza humana
para mantener la moral y motivación de todos los pacientes y
destrezas conceptuales para tomar buenas decisiones y mantener la coordinación efectiva.
La visibilidad de la supervisión consiste en mostrar cómo
se ejecutan las acciones de quien brinde esa atención; si es
con calidad, pero también con calidez tanto en las fases de
prevención, como en la curación y la rehabilitación a la población que demanda servicios de salud, así como promover el
116
trabajo en equipo y desarrollar la eficiencia del personal para
lograr la máxima productividad (Ramírez, 2016). Cabe resaltar
que el personal de la Red TAES, según opinión de los pacientes, es constante en el tratamiento, da seguimiento y –ante
todo– con calidez; ello destaca en las siguientes respuestas
de las entrevistas:
Fueron constantes, sí, notaba la preocupación de la enfermera para guiarme y decirme que si lo estaba haciendo bien,
o si lo estaba haciendo mal, como si me llevara de la mano
para lograr la salud (E - 30).
Además señalaron: son buenas, demuestran que les importamos; la enfermera viene a nuestra casa para ver si estamos siguiendo las indicaciones y si me tomo correctamente
el medicamento (E - 11).
Las expresiones anteriores patentizan que las acciones de
las enfermeras de la Red TAES sirven de guía. De la Paz (2008)
señala que las representaciones sociales incluyen fuertes procesos de legitimación social y se convierten en un saber o
pensamiento ligado a la práctica, que permite la acción, además guían los comportamientos y las prácticas. Permite conformar un sistema de anticipaciones y expectativas constituyendo una acción sobre la realidad. Posibilitan la selección
e interpretación de esa realidad conforme a su representación; en ellas las enfermeras de la red TAES son guías para el
cuidadoso tratamiento de la tuberculosis mediante la visita
domiciliaria continua con respeto, y acompañada de información certera y precisa acerca de la tuberculosis.
Visibilidad de la actuación de la enfermera. La imagen de la
Enfermería se constituye a partir de la percepción que las
demás personas tienen sobre los profesionales de esta rama,
que construyen un determinado juicio según los comportamientos que dichos profesionales muestran en el desempeño
de sus actividades (Encinas, 2016). La imagen construida por
el público según sus experiencias respecto a la enfermería
está influenciada por lo que los propios enfermeros, conscientemente o no, transmiten; es decir, la forma de actuar
de los enfermeros y la manera en que se desenvuelven en su
entorno, no pasan inadvertidas por la sociedad.
117
En consecuencia, la población establece determinados
criterios para la construcción de su opinión con respecto a la
profesión (Encinas, 2016). Es este sentido, las enfermeras de
la red TAES tampoco pasan desapercibidas, y han generado
en los pacientes una opinión, un concepto, una percepción e
identidad, todo lo cual se construye a través del tiempo y de
las interacciones que tienen los profesionales con los pacientes durante el proceso de atención a la salud. Al ser cuestionados, los pacientes respondieron de la siguiente manera:
La enfermera, pues es como una guía que nos va diciendo,
nos va guiando, nos va cuidando, en pocas palabras (E - 30).
Otro paciente señala: va un poco más allá, me ha apoyado,
me ha atendido; en general, creo que han respondido bien
con respecto a esta situación. Creo que es un trabajo bastante diferente al que yo acostumbraría, al de un médico,
es muy necesario (E - 24). Otra respuesta fue: Bien, no me
puedo quejar de la participación de las enfermeras porque sí
fue mucho. Cuando tenía que llevar mis muestras porque estaban detrás de mí (…) y yo digo que está bien, no hay nada
de qué quejarme (E - 1).
En las respuestas de los participantes se proyecta una imagen positiva de la actuación de la enfermera, permitiendo
vislumbrar el significado de su actuación apoyado en las representaciones sociales. Al designar significados para hacer
comprensible la realidad, encauzan las prácticas con respecto
al objeto de representación (Cuevas, 2016). Es así como las
intervenciones que realiza el profesional de enfermería crean
en los pacientes una percepción que tiene significado e importancia; al mismo tiempo genera diferentes opiniones positivas hacia los enfermeros, una de ellas es la importancia del
cuidado que se otorga, la necesidad de obtener atención, y
su participación se evidencia en la opinión de los pacientes
de la red TAES.
La visibilidad de la actuación de la enfermería implica diferentes factores, uno de ellos son las intervenciones y actividades que realiza la enfermera con el paciente, tal visibilidad
se construye bajo determinado juicio que la persona emite o
genera acerca de los comportamientos e intervenciones que
dichos profesionales muestran y realizan en el desempeño de
118
sus actividades, lo cual les da identidad y proyecta la imagen
social de su trabajo ante las demás personas. Por lo referido,
la enfermera con su actuación proyecta una imagen de apoyo, guía e impulso para conseguir la salud.
El sentir del paciente. La integridad del cuidado como prin-
cipal atributo de la calidad requiere que la formación de la
enfermera contemple una preparación humanística, en la que
la relación enfermera-paciente se caracterice por los comportamientos que incluyen percepciones, sentimientos, pensamientos y actitudes; es decir, con empatía (Baum, 2017).
Por empatía entendemos la capacidad humana consistente
en colocarse en el lugar de otra persona, que atraviesa una
situación específica, e imaginarse lo que siente, compartiendo así sus sentimientos mediante un acto de representación mental (Baum, 2017), siendo capaces de acercarse
y sensibilizarse ante el dolor de los pacientes, debido a las
condiciones físicas, emocionales y sociales en que lo pone
su estado de cronicidad. Permite escrutar en nuestro interior
las opciones para aliviar sus sufrimientos En el cuidado de
la enfermería dentro de la red TAES, cada interacción con
el paciente es diferente porque experimenta el mundo y su
cuidado según su propio criterio y manera de actuar, reflejándose en las siguientes respuestas: Es una persona admirable
[la enfermera] porque no cualquier persona va y te enseña
a decirte de tu enfermedad o a enseñarte cómo se trata la
enfermedad, cómo debes tratar a tus familiares; entonces,
para mí es admirable la enfermera, para mí es una persona
que es de mucha vocación (E - 16). Cuida a los enfermos,
hace su profesión, vive su profesión, lo que aprendieron, lo
que estudiaron, se dan a las personas, y eso es lo que cuenta,
eso es lo que vale para nosotros. Cuando nos atiende alguien
así, nos sentimos de esa manera; con ese cariño se siente uno
muy bien (E - 22). Buena, no tengo palabras para agradecer
la atención que recibí de la enfermera (E - 21).
La enfermera –han manifestado anteriormente– es una
persona admirable, con vocación, que se da a las personas,
lo cual en la representación social implica la transformación
o construcción, porque en el proceso de representación, los
119
sujetos interpretan la realidad y esa interpretación está mediada por los valores, religión, necesidades, roles sociales y
otros aspectos socioculturales. Al interpretar esa realidad no
se copia sino que se transforma y se construye. Por tanto, la
representación está asociada al lenguaje y a las prácticas sociales de determinado grupo cultural.
Aquí subyace uno de los aspectos fundamentales de esta
teoría, y es que las representaciones no sólo están en la subjetividad, sino en la cultura, en la sociedad, en el mundo.
Las enfermeras deben poseer las habilidades no verbales
para su práctica diaria, que les permiten enfrentar los propios
sentimientos de los pacientes y familiares, esto es de suma
importancia para establecer la relación enfermera-paciente,
ya que de esta relación emerge la percepción que tienen los
pacientes de las enfermeras.
Significado del cuidado de la enfermera. El cuidado es el obje-
to de conocimiento de la Enfermería y se esboza como criterio
fundamental para distinguirla de otras disciplinas del campo de
la salud. Se consideran como elementos del cuidado aquellos
aspectos afectivos que se relacionan con la actitud y el compromiso de la enfermera y, por otro lado, los elementos técnicos
y tecnológicos que no pueden ser separados para otorgar cuidados. Finalmente, un aspecto importante a considerar de la
enfermera es su interacción con el paciente (Loncharich, 2010).
Los pacientes atendidos por las enfermeras del programa
TAES han generado un concepto, han dado significado a la
atencion que reciben de parte del profesional de enfermeria
porque se da de forma integral; dicha atención está comprometida con una práctica profesional, lo cual genera bienestar
a la persona enferma, cumpliendo con el propio trabajo de
la profesion. Al respecto, los entrevistados mencionaron su
signficado de la siguiente manera: Me gustaría resaltar que
su interés, por un lado, es cumplir de la mejor forma con su
trabajo y, por otro lado, ese interés la hace humana (E - 26).
Son muy buenas, me agradan; en lo personal me trasmitían
mucha confianza para superar mi enfermedad y poder preguntarles cualquier cosa (E - 15). ¡Sí, claro! Es muy valioso el
trabajo que hacen las enfermeras (E - 6).
120
De la información que emerge, es importante resaltar el
impacto y significado de las actividades que realiza el cuidador con el enfermo, pues sus conocimientos y atenciones
benefician la salud de la persona generando confianza; es así
como la teoría de las representaciones sociales nos permite
identificar la relación que existe con la misma, ya que por
representación social entendemos el conjunto de conceptos,
explicaciones, reflexiones generados en el diario vivir, en el
curso de la interacción interpersonal entre enfermera–paciente, familia; entre enfermeros y miembros del equipo de
salud, que conforman el entorno para el cuidado profesional
de enfermería.
La teoría de las representaciones sociales se ocupa principalmente de los saberes producidos en él; en su práctica
cotidiana el saber común, el cuidado humanístico es el referente de la ciencia de la enfermería; debe estar guiada por
la filosofía explícita que confiere identidad al acto de cuidar;
quienes forman parte de ella deben asumirla como tal y sustentar su práctica científica en los ambientes clínicos o comunitarios (Hinostroza, 2016).
La atención otorgada al paciente forma parte de las actividades que el profesional de enfermería realiza. Esta atención genera un significado por parte de quien la recibe, ya
que durante el tiempo que el paciente forma parte de la red
TAES, se le brindan diferentes tipos de cuidados con el objetivo satisfacer sus necesidades y contribuyendo a la recuperación de su salud; asimismo se logra que los pacientes tengan
una perspectiva diferente, fomentando la corresponsabilidad
en el cuidado de su propia salud.
El cuidado que se proporciona a las personas tiene como
propósito enseñar los cuidados necesarios e informar de los
procedimientos durante el proceso salud- enfermedad que
traen consigo esperanza ante la misma, generando en el paciente una identidad de la enfermera como guía, profesional
esencial en esta etapa que más allá de los objetivos profesionales, brinda esperanza ante la enfermedad y le importa
la recuperación de la salud, de tal modo que supervisa el
cumplimiento del tratamiento, lo que genera en la población
sentimientos de confianza, agradecimiento, proyectándose
121
como profesionales de mucha vocación, y los cuidados recibidos son de personas con sentido humano, lo cual hace
valiosas las intervenciones ante la situación de enfermedad.
Conclusiones y recomendaciones
Las pláticas informativas que proporciona el personal de enfermería en los centros de salud sobre tuberculosis permiten animar al paciente y difundir las buenas experiencias que
tiene, y recomendar –en caso necesario– a otras personas
que sean tosedores crónicos. Por otra parte, al conocer los
resultados de la investigación, las enfermeras de diferentes
comunidades verán reflejado su trabajo.
Al asignar enfermera específica para el programa de tuberculosis, se lograrán las metas y mejorará el trabajo realizado en el primer nivel de atención.
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123
CAPITULO VIII
PLAN DE CUIDADOS DE ENFERMERÍA
EN EL PACIENTE EN HEMODIÁLISIS
Fernández Moya, Monserrat
Vergara Hernández, Lourdes Alejandra
Barreto Arias, Ma. Eugenia
Cantú Sánchez, Claudia Marcela
Flores Pérez, Giovanni Bernabé
Universidad de Guanajuato
Hospital Médica Insurgentes
México
Resumen
En México, la enfermedad renal crónica (ERC) es catastrófica, y no tiene una base electrónica que permita conocer con
precisión las características de los pacientes en programa de
diálisis; ni en las instituciones públicas ni privadas se ha podido concretar el uso del Plan de Cuidados Enfermero (PLACE)
enfocados en el paciente con Enfermedad Renal debido a la
falta de los estándares que permitan contar con un mismo
lenguaje, independientemente del sitio en el cual se realiza.
El objetivo de este trabajo fue identificar los principales
planes de cuidados aplicados en pacientes con enfermedad
renal en una unidad de hemodiálisis privada de Irapuato,
Guanajuato, en mayo del 2018.
Metodología
Estudio observacional, descriptivo y transversal en una unidad
de hemodiálisis privada en Irapuato, para lo que se realizó
una valoración del estado de salud a 28 pacientes bajo la guía
de valoración de patrones funcionales de Marjory Gordon, se
construyeron diagnósticos, objetivos e intervenciones.
Resultados
Se logró identificar seis principales diagnósticos de enfermería reales, potenciales y de salud, algunos con una presencia
en el 100% de los pacientes; para los diagnósticos identifica125
dos se elaboraron planes de cuidados; dichos planes permitieron estructurar la actuación de enfermería en función de
los pacientes y de las intervenciones que se utilizaron durante
el tratamiento, así como homogenizar los cuidados o intervenciones en los pacientes con enfermedad renal en terapia
renal sustitutiva en hemodiálisis.
Conclusión
El Plan de Cuidados de Enfermería (PLACE) ayuda a favorecer y dar trascendencia al objeto principal de la enfermería:
el cuidado, e igualmente brinda la oportunidad al personal
de realizar o intervenir con actividades primordiales para la
mejora y manejo efectivo del cuidado.
Palabras clave: Enfermedad renal crónica, hemodiálisis, Plan
de Cuidados de Enfermería.
Introducción
En México, la enfermedad renal crónica (ERC) es catastrófica, y no tiene una base electrónica que permita conocer con
precisión las características de los pacientes en programa de
diálisis. Ni en las instituciones públicas ni privadas se ha podido concretar el uso de Plan de Cuidados Enfermero (PLACE)
enfocados en el paciente con Enfermedad Renal debido a la
falta de los estándares que permitan contar con un mismo
lenguaje, independientemente del sitio en el cual se realiza. En el año 2012, la Comisión Permanente de Enfermería
(CPE), al observar la gran diversidad en los procedimientos
de trabajo de los profesionales de enfermería, detectó la necesidad de estandarizar los cuidados, y fue así como aprobó
el Catálogo Nacional de PLACE, el cual tiene como objetivo
la unificación de criterios para la obtención del conocimiento
y proporcionar atención con seguridad y calidad. En el interior del Catálogo se encuentra el desarrollo de los planes de
cuidados que describen los diagnósticos de enfermería reales, potenciales, de riesgo y de salud clasificados en la North
American Nursing Diagnosis Association (NANDA), resulta126
dos de enfermería Nursing Outcomes Classification (NOC) y,
finalmente, las intervenciones de enfermería Nursing Interventions Classification (NIC) con las actividades sugeridas dirigidas a solucionar o minimizar la problemática planteada en
el diagnóstico. Este catálogo –que incluye en total 25 planes
de cuidados– es un instrumento de referencia para considerar la elaboración e implementación de los Planes de Cuidados de Enfermería que permitan encauzar propuestas a las
necesidades particulares de las instituciones y de los propios
pacientes generando intervenciones cada vez más seguras
y de mayor calidad. Sin embargo, no presenta ningún Plan
de Cuidados para Pacientes con Enfermedad Renal (ER), y
tampoco presenta ningún plan de cuidados para aquellos
que son sometidos a terapia sustitutiva renal en hemodiálisis. Por lo antes descrito, surge la necesidad de elaborar un
plan de cuidados de enfermería destinado al grupo de pacientes relacionados por ER en Tratamiento Renal sustitutivo
en Hemodiálisis, en el que se identifiquen e intervengan las
necesidades individuales del paciente, de la patología y del
tratamiento.
Marco teórico
La ER se define como una disminución progresiva e irreversible en el filtrado glomerular con acumulo de productos nitrogenados (National Kidney Foundation [NKF], 2002). La disminución de la función renal lleva a una acumulación de urea
e incapacidad para mantener el equilibrio de electrólitos, de
agua y ácido-básico. El fracaso para excretar urea de manera adecuada, que se manifiesta como aumento progresivo
de nitrógeno ureico sanguíneo (BUN), la creatinina sérica, y
otras toxinas poco definidas, da lugar a uremia. La uremia
es un síndrome que se caracteriza por un grupo singular de
síntomas, datos en el examen físico y anormalidades de laboratorio, probablemente causado por una acumulación de
una o más toxinas.
Los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) y uremia muestran un conjunto de síntomas, signos y anormalidades de laboratorio, además de los que se observan en la le127
sión renal aguda. Esto refleja la naturaleza de larga evolución
y progresiva de su enfermedad renal y sus efectos sistémicos.
No obstante, la osteodistrofia, la neuropatía, los riñones pequeños bilaterales en los estudios de imágenes y la anemia,
son datos iniciales típicos que sugieren una evolución crónica para un paciente en quien recientemente se diagnosticó
insuficiencia renal con base en BUN y creatinina sérica altos
(Perlman y Heung, 2015).
Hay poblaciones consideradas con altos factores de riesgo
para desarrollar ERC. Los clínicos deben estar particularmente atentos a este riesgo al evaluar cinco grupos de pacientes:
1) Pacientes con hipertensión arterial,
2) Pacientes diabéticos,
3) Pacientes mayores de 60 años,
4) Pacientes con enfermedad cardiovascular, y
5) Familiares de pacientes en diálisis o que han
recibido un trasplante renal (McClellan, 2005).
Epidemiología de la enfermedad renal crónica
Se estima que a nivel mundial, la ERC afecta aproximadamente a un promedio de 8 y 15% de la población; aunado a
esto, los elevados costos de atención deben ser sustentados
por los sistemas de salud debido a su complejo manejo terapéutico y multidisciplinario, situación agravada por la insuficiencia de recursos económicos necesarios para atender a
los enfermos de esta patología (Robles-Osorio, Sabath-Silva
& Sabath, 2015).
En México, la ERC es una enfermedad catastrófica y no
tiene una base electrónica que permita conocer con precisión
las características de los pacientes en programas de diálisis
(Méndez-Durán et al., 2010). En el 2010, las enfermedades
crónicas no transmisibles contribuyeron con el 71% de la
carga global de la enfermedad. Entre los años 1990 y 2010,
la mortalidad en el sexo masculino cambió sus tendencias,
especialmente la ERC aumentó 393%, y pasó de la vigésima a la quinta posición con 122,916 años de vida perdidos
por muerte prematura, mientras que la cardiopatía isquémica
128
pasó de la novena a la segunda posición. En el mismo sentido, la nefropatía crónica también se incrementó en las mujeres en 343% y se ubicó como la segunda causa de mortalidad
con 125,117 años de vida perdidos por muerte prematura.
Así, en México la ERC contribuye con el 25% de las muertes
por Diabetes Mellitus, 28% de las muertes relacionadas con
cardiopatía hipertensiva y con el 6% de las defunciones por
nefritis y nefrosis (Lozano et al., 2013).
Tratamiento
El manejo de la ERC consiste en siete puntos principales:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Tratar las causas específicas de la enfermedad renal.
Identificar y resolver las causas reversibles
de daño renal.
Tratar los factores de progresión.
Manejar y controlar los factores de
riesgo cardiovascular.
Evitar los nefrotóxicos.
Tratar las complicaciones urémicas, y
Preparar al paciente para algún tratamiento
renal de remplazo (diálisis o trasplante)
si corresponde.
Independiente de la causa de base y los otros factores
fisiopatológicos involucrados, el manejo preventivo de la
ERC ya instalada está enfocado en retardar o detener su
tasa de progresión y prevenir los eventos cardiovasculares
(Orozco, 2010).
La Hemodiálisis (HD) es el tratamiento renal de remplazo que se realiza por medio de un acceso vascular, ya sea
catéteres temporales o permanentes, y accesos definitivos,
como la fístula arteriovenosa (FAVI) o el injerto sintético para
la extracción de sangre para su paso a través de un filtro de
membrana sintética. Durante la HD la difusión de solutos entre la sangre y la solución de diálisis resulta en la remoción de
sustancias metabólicas de desecho. La sangre heparinizada
pasa a través de un filtro dializador de plástico a un flujo san129
guíneo determinado a fin de remover sustancias de desecho
del torrente sanguíneo. De forma habitual en las unidades de
HD se realiza tres veces por semana, y con una duración de 3
a 4 horas por sesión, procedimiento que se conoce como HD
convencional (Andrade, Mora & Hernández, 2016).
Proceso Atención Enfermero (PAE)
Rodrigo, Fernández y Navarro (2005) mencionan que el proceso enfermero, también denominado proceso de enfermería o de atención de enfermería, es un método sistemático
que consiste en brindar cuidados humanitarios eficientes
centrados en el éxito de los resultados esperados, y está considerado como la base del ejercicio de la profesión porque se
refiere a la aplicación del método científico a la práctica de
la enfermería, en el que se aplican los conocimientos en la
práctica profesional. Su desarrollo se inició en la mitad del siglo XX y ha tenido cambios sustanciales a lo largo del tiempo
hasta consolidarse como una metodología estructurada con
cinco fases: valoración, diagnóstico, planeación, ejecución y
evaluación, que dan cuenta de la aplicación del método científico para abordar sistemáticamente los asuntos y problemas
propios del cuidado de enfermería en personas sanas o enfermas (Barrios-Gómez et al., 2016). El aporte del proceso
de atención de enfermería ha permitido que el personal de
enfermería adquiera una identidad profesional y, aunque la
trayectoria investigadora en esta disciplina es joven, ha avanzado en educación, conceptualización y desarrollo de estrategias y metodologías propias de la profesión. No obstante,
aún deben documentarse las experiencias de la práctica cotidiana y la validación de métodos que permitan evidenciar la
eficacia y repercusión del cuidado profesional de enfermería
en la salud de las personas y comunidades.
Taxonomía NANDA
Desde hace varios años, la práctica de enfermería ha ido
cambiando con la aplicación del PAE como un método de
prestación de cuidados, la incorporación de sistemas estan130
darizados de lenguaje y diagnósticos propios incorporando
la taxonomía North American Nursing Diagnosis Association
(NANDA), intervenciones Nursing Interventions Classification
(NIC) y, por último, la incorporación de la clasificación Nursing Outcomes Classification (NOC) que contiene criterios de
resultado sensibles a la práctica de enfermería con indicadores específicos (Nanda internacional, 2009; Moorhead et al.,
2009; Bulecheck, Butcher, & McCloskey, 2009).
La CPE ha determinado que los Planes de Cuidados de
Enfermería se estandaricen de acuerdo con el planteamiento
de Myers ya que responde a la necesidad de unificar criterios
en la atención de enfermería, teniendo como objetivo el logro de un lenguaje común entre los profesionales del país,
además de que se contribuye en:
1. Garantizar la seguridad de los pacientes.
2. Aplicar una práctica sistematizada de los
cuidados de enfermería.
3. Replicar y favorecer el camino a la excelencia
en los cuidados de enfermería.
4. Implementar nuevos modelos de atención
centrados en la persona, familia y comunidad.
5. Favorecer el desarrollo profesional a partir
de una buena práctica.
Esta propuesta no es distinta a la utilizada en otros países en donde el ejercicio profesional de la enfermería tiende
a la modernización y a la profesionalización. El proceso de
estandarización constituye la base para homologar los cuidados de enfermería sin que esto suponga alguna limitación a
la atención individualizada a cada persona. Considerando lo
anterior se retoma la integración de las taxonomías NANDA,
NIC y NOC.
Metodología
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal en una Unidad de Hemodiálisis privada perteneciente al
municipio de Irapuato, Guanajuato., en mayo del 2018. Par131
ticiparon los pacientes sometidos a terapia renal sustitutiva
que recibían atención en la unidad privada y que aceptaron
participar en el estudio, utilizando un tipo de muestreo no
probabilístico y a conveniencia. Para la obtención de datos,
se realizó una valoración del estado de salud bajo los patrones funcionales de Margory Gordon, en donde se obtuvieron
datos en forma directa mediante entrevista, exploración física
y del expediente clínico. Para la construcción de los planes
de cuidados (PLACE) se utilizó el formato establecido por la
CPE en su documento publicado “Lineamiento general para
la elaboración de planes de cuidados de enfermería”. Se realizó la valoración del estado de salud de manera personal e
individual a cada uno de los integrantes de la muestra, las
sesiones tuvieron una duración de tres horas, tres veces por
semana. Posteriormente se procedió a realizar la etapa de
diagnóstico identificando la etiqueta diagnóstica con base en
los factores relacionados y las características definitorias según correspondía, para después dar seguimiento a la etapa
de planeación en donde se formularon los resultados esperados (NOC) y se determinaron las intervenciones de enfermería (NIC) a aplicar dentro de la unidad.
Resultados
Se realizó una valoración del estado de salud en 25 pacientes. La distribución de los participantes respecto al género
encontrado fue el 60% (15) de los participantes correspondieron al género masculino y el 40% (10) al género femenino.
Respecto a la edad se encontró que del grupo de 30 a 39
años corresponde al 12% (3) de los pacientes, el grupo de 50
a 59 años es el 44% (11), en el grupo de 60 a 69 años es el
24% (6), en el grupo de 70 a 79 años es el 4% (1) y, finalmente, en el grupo de 80 a 89 años, un 26% (4).
En lo que respecta a las etiquetas diagnósticas se identificaron nueve diferentes; se encontró que solamente seis
pacientes se relacionaron con la etiqueta diagnóstica de
Riesgo de Baja Autoestima Situacional, y 13 presentaron el
diagnóstico de Impotencia. Para cada una de las etiquetas
diagnósticas se elaboraron sus resultados, cada uno con sus
132
respectivos indicadores, escalas de medición, así como las intervenciones de cuidado, desarrollando los siguientes Planes
de cuidados.
Dominio:
01
Clase:
Diagnóstico de Enfermería
(NANDA)
Enfoque:
Disposición para mejorar la
gestión de la salud. 00162
Factores Relacionados:
Características Definitorias:
-Expresa deseo de
mejorar la gestión de la
enfermedad.
-Expresa deseo de mejorar
la gestión de los síntomas.
02
Resultado:
(NOC)
Autocontrol:
Enfermedad
crónica. 3102.
1. Acepta
diagnóstico.
2. Controla
signos y
síntomas de la
enfermedad.
Acciones
personales para
manejar una
enfermedad
3. Sigue el
crónica y su
tratamiento
tratamiento, y
recomendado.
para evitar la
progresión de
la enfermedad
y las
complicaciones.
Intervenciones (NIC):
Ayuda con el autocuidado
Actividades:
Considerar la edad del paciente
al promover las actividades de
autocuidado.
Comprobar la capacidad del paciente
para el autocuidado independiente.
Dominio: 02
Indicador:
Escala de
Puntuación
Medición:
Diana:
1. nunca
demostrado De 1 a 5
(1) a siempre
demostrado
(5)
2. nunca
demostrado
(1) a siempre
demostrado
(5)
3. nunca
demostrado
(1) a siempre
demostrado
(5)
Intervenciones (NIC):
Asesoramiento
Actividades:
• Demostrar empatía, calidez y
sinceridad.
• Ayudar al paciente a que identifique
sus puntos fuertes y reforzarlos.
• Reforzar nuevas habilidades
Clase: 05
Diagnóstico de Enfermería Resultado:
(NANDA)
(NOC)
Indicador:
Escala de
medición:
Enfoque: Riesgo de
desequilibrio electrolítico.
00195
Factores Relacionados:
-Disfunción renal.
-Volumen de líquidos
excesivo.
-Régimen terapéutico.
1. Fatiga
2. Calambres
musculares
3. Calambres
abdominales
4. Náuseas
1. Desde Grave (1)
hasta
Ninguno (5)
2. Desde Grave (1)
hasta Ninguno (5)
3. Desde Grave (1)
hasta Ninguno (5)
4. Desde Grave (1)
hasta Ninguno (5)
Equilibrio
electrolítico y
acido-base (0600).
Definición:
Equilibrio de
electrolitos y no
electrolitos en los
compartimentos
Características Definitorias: intracelular
y extracelular
Puntuación
Diana:
De 1 a 5
133
Intervenciones (NIC):
Manejo de líquidos 4120
Intervenciones (NIC):
Manejo de electrolitos. 2000
Actividades
Actividades
• Controlar los cambios de peso
• Disponer una dieta adecuada para
del paciente antes y después
el desequilibrio de electrólitos del
de la diálisis, si corresponde.
paciente (alimentos ricos en potasio,
• Evaluar la ubicación y
pobres en sodio y bajos en hidratos de
extensión del edema, si lo
carbono).
hubiera.
• Instruir al paciente y a la familia sobre
• Controlar ingesta de alimentos/
modificaciones dietéticas específicas,
líquidos y calcular la ingesta
si procede.
calórica diaria, si procede.
• Fomentar la orientación.
Dominio: 04
Clase: 04
Diagnóstico de Enfermería
(NANDA)
Enfoque:
Riesgo de deterioro de la
función cardiovascular. 00239
Factores Relacionados:
- Agentes farmacológicos.
- Hipertensión.
- Edad ≥65 años.
Características definitorias:
Resultado:
(NOC)
Severidad
de la
hipertensión.
2112
Definición:
gravedad de
los signos y
síntomas por la
presión arterial
elevada.
Intervenciones (NIC):
Monitorización de los signos vitales.
Indicador:
1. Náuseas.
2. Aumento
de la presión
arterial
sistólica.
3. Aumento
de la presión
arterial
diastólica.
Escala de
Medición:
1. Desde
Gravemente (5)
hasta Ninguno (1).
2. Desde
Gravemente (5)
hasta Ninguno (1).
3. Desde
Gravemente (5)
hasta Ninguno (1).
Puntuación
Diana:
De 1 a 5
Intervenciones (NIC):
Manejo de la medicación. 2380
Actividades:
Actividades:
• Monitorizar la presión arterial.
• Determinar cuáles son los fármacos
necesarios y administrarlos de acuerdo
• Observar las tendencias y fluctuaciones
con la autorización para prescribirlos o
de la presión arterial.
el protocolo.
Dominio: 11
Clase:
2
Diagnóstico de Enfermería
(NANDA)
Resultado:
(NOC)
Indicador:
Escala de
Medición:
Enfoque:
Deterioro de la integridad
cutánea.
Factores relacionados:
- Factores mecánicos
-deterioro de la circulación.
- Alteración del volumen de
líquido
Características definitorias:
- Alteración de la integridad
cutánea.
- Materias extrañas que
perforan la piel
Integridad del
acceso para
hemodiálisis.
1105.
1. Flujo de
volumen
de sangre
a través del
shunt/fístula.
2. Hematoma
local
3. Flemorragia
local
1. Desde
Gravemente
Comprometido
(5) hasta
No
comprometido
(1)
134
Definición:
Funcionalidad
del lugar del
acceso para
la diálisis y
estado de
los tejidos
circundantes.
Puntuación
Diana:
De 1 a 5
Intervenciones (NIC):
Cuidados del catéter central Intervenciones (NIC):
Cuidados de las heridas
insertado periféricamente
Actividades:
Actividades:
• Identificar el uso deseado del catéter • Monitorizar las características de la
para determinar el tipo necesario.
herida, incluyendo drenaje, color,
• Conectar el tubo del sistema y aspirar
tamaño y olor.
para conseguir el retorno de sangre.
• Cuidar el sitio de incisión según sea
• Heparinizar la vía de acuerdo con el
necesario.
protocolo del centro, si procede.
• Comparar y registrar regularmente
• Utilizar una técnica estéril para
cualquier cambio producido en la herida.
cambiar el vendaje en el sitio • Enseñar al paciente o a miembros de la
de inserción, de acuerdo con el
familia los procedimientos de cuidado
protocolo del centro.
de la herida.
Dominio: 11
Clase: 1
Diagnóstico de Enfermería
(NANDA)
Resultado:
(NOC)
Enfoque:
Integridad del
acceso para
Hemodiálisis.
1105
- Riesgo de Infección 00004
Factores relacionados:
-Defensas primarias: rotura de
la piel (Colocación de catéter
intravenoso, procedimiento
invasivo)
- Procedimiento invasivo
Definición:
Funcionalidad
del lugar de
acceso para la
diálisis y estado
de los tejidos
circundantes
Escala
de medición:
Indicador:
1. Hematoma local.
2. Hemorragia local.
3. Flujo de volumen de
la sangre a través del
shunt/fístula.
4. Coloración cutánea
local.
5. Edema periférico distal.
6. Hipersensibilidad local.
7. Temperatura de la piel
en el sitio de acceso.
1. Desde Grave
Comprometido
(1) hasta
Ninguno (5).
Puntuación
Diana:
De 1 a 5
Intervenciones (NIC):
Protección contra las infecciones
Intervenciones (NIC):
Mantenimiento del acceso para hemodiálisis
Actividades:
• Observar los signos y síntomas de infección
sistémica y localizada.
• Proporcionar los cuidados adecuados a la piel en
zonas edematosas.
• Inspeccionar la existencia de enrojecimiento, calor
extremo o drenaje de la piel y las membranas
mucosas.
Actividades:
• Controlar si en el lugar de salida del catéter hay migración.
• Evitar la compresión mecánica de los lugares de acceso
periférico.
• Aplicar gasa estéril, ungüento y apósito al lugar del catéter
de hemodiálisis venosa central con cada tratamiento.
• Enseñar al paciente a cuidar el lugar de acceso de
Hemodiálisis
Dominio: 04
Clase: 04
Diagnóstico de enfermería
(NANDA)
Enfoque:
Riesgo de perfusión renal
ineficaz 00203
Factores relacionados:
-Enfermedad renal (fallo
renal)
-Diabetes mellitus.
-Hipertensión arterial.
-Pielonefritis
Características definitorias:
Resultado:
(NOC)
Conocimiento:
Manejo de la
enfermedad
renal. 1857
Definición: Grado
de conocimiento
transmitido sobre
la enfermedad
renal, su
tratamiento y la
prevención de la
progresión de la
enfermedad y las
complicaciones.
Indicador:
Escala de medición:
- Enfermedad renal.
- Signos y síntomas de
enfermedad renal.
- Factores de riesgo de
complicaciones.
- Relación de
enfermedad renal con la
hipertensión.
- Signos y síntomas de
exceso de volumen.
- Medicación utilizada
para la enfermedad
renal.
- Importancia de cumplir
el régimen terapéutico.
Desde ningún
conocimiento (1)
hasta
Conocimiento
extenso (5).
Puntuación
Diana:
De 1 a 5
135
Intervenciones (NIC):
Establecimientos
de objetivos comunes. 4410
Intervenciones (NIC):
Ayuda en la modificación
de sí mismo. 4470
Actividades:
Actividades:
• Fomentar la identificación de valores vitales
• Ayudar al paciente a identificar una meta de
específicos.
cambio específica.
• Identificar el reconocimiento por parte del
• Valorar el nivel de conocimiento y habilidad actual
paciente de su propio problema.
del paciente en relación con el cambio deseado.
• Explicar al paciente que solamente se deben • Ayudar al paciente a valorar los ambientes físicos,
modificar los comportamientos de uno a uno.
sociales e interpersonales para la existencia de las
señales/desencadenadas.
Dominio: 04
Clase: 04
Diagnóstico de Enfermería
(NANDA)
Enfoque:
Riesgo de baja autoestima
situacional.
Resultado:
(NOC)
Aceptación:
estado de
salud (1300)
Factores relacionados:
- Alteración de la imagen
corporal.
- Antecedentes de rechazo.
-Deterioro funcional.
Definición:
Reconciliación
con cambios
significativos
en las
circunstancias
de salud.
Características definitorias:
Indicador:
Escala de vedición:
- Renuncia al
concepto previo
de salud.
Reconocimiento
de la realidad
de la situación
de salud.
- Se adapta al
cambio en el
estado de salud.
- Muestra
resistencia.
1. Nunca demostrado (1)
hasta siempre demostrado
(5).
2. Nunca demostrado (1)
hasta siempre demostrado
(5).
3. Nunca demostrado (1)
hasta siempre demostrado
(5).
4. Nunca demostrado (1)
hasta siempre demostrado
(5).
Puntuación
Diana:
De 1 a 5
Intervenciones (NIC):
Control del estado de ánimo. 5330
Intervenciones (NIC):
Potenciación de la autoestima. 5400
Actividades:
• Evaluar el estado de ánimo inicialmente y con regularidad
a medida que progresa el tratamiento.
• Remitir al paciente para la evaluación y/o tratamiento de
cualquier enfermedad subyacente que pueda contribuir a
una alteración del estado de ánimo.
• Animar al paciente a que adopte un papel activo en el
tratamiento y la rehabilitación según corresponda.
Actividades:
• Determinar la posición de control del
paciente.
• Animar al paciente a identificar sus virtudes.
• Fomentar el aumento de responsabilidad de
sí mismo, si procede.
Dominio: 09
Clase:
Diagnóstico de enfermería
(NANDA)
Enfoque:
Impotencia. 00125
Factores relacionados:
Régimen terapéutico
complejo.
Características definitorias:
- Sentido de control
insuficiente.
- Participación inadecuada
en el cuidado.
136
02
Resultado:
(NOC)
Creencias obre la
salud: percepción
del control (1702)
Definición:
Convicción personal
de que una persona
puede influir en el
resultado sobre la
salud.
Indicador:
Escala de medición:
- Responsabilidad
percibida por
decisiones sobre la
salud.
- Creencia de que las
propias decisiones
controlan los
resultados sobre la
salud.
1. Desde Muy débil
(1) a muy intenso (5).
2. Desde Muy débil
(1) a muy intenso (5).
Puntuación
Diana:
De 1 a 5
Intervenciones (NIC):
Manejo de la autoconfianza. 5395
Intervenciones (NIC):
Aumentar los sistemas de apoyo. 5440
Actividades:
• Identificar los obstáculos al cambio de
conducta.
• Modelar la conducta deseada.
• Fomentar la interacción con otros
individuos que consiguen cambiar su
conducta con éxito.
Actividades:
• Determinar el grado de apoyo familiar y
económico, así como otros recursos.
• Fomentar las relaciones con personas que
tengan los mismos intereses y metas.
• Proporcionar los servicios con una actitud de
aprecio y apoyo
Dominio:
10
Clase:
03
Puntuación
Diana:
Diagnóstico de Enfermería (NANDA) Resultado: (NOC)
Indicador:
Escala de Medición:
Enfoque:
Riesgo de caídas
Factores Relacionados:
-Antecedentes de caídas
-Agentes farmacológicos.
-Periodo de recuperación
postoperatoria.
-Enfermedad vascular.
1. Caídas
caminando.
2. Caídas al ir
al servicio.
1. Mayor de 1-3 (4) a
De 4 a 5
ninguno (5).
2. Mayor de 1-3 (4) a
ninguno (5).
Caídas (1912)
Definición:
Número de veces
que un individuo
se cae
Características Definitorias:
-
Intervenciones (NIC):
Intervenciones (NIC):
Ayuda con el autocuidado: transferencia (1806) Monitorización de signos vitales. (6680)
Actividades:
• Determinar la capacidad actual del paciente para
trasladarse.
• Determinar la cantidad y el tipo de ayuda necesaria.
• Ayudar al paciente a caminar utilizando el cuerpo del
profesional como muleta humana, según corresponda.
Dominio: 10
Actividades:
• Monitorizar la presión arterial.
• Observar las tendencias y fluctuaciones de la
presión arterial.
• Identificar las causas posibles de los cambios
de signos vitales.
Clase: 03
Diagnóstico de enfermería
(NANDA)
Enfoque:
Conflicto de decisiones.
00083
Factores relacionados:
- Sistema de apoyo
insuficiente.
Características definitorias:
- Incertidumbre sobre las
posibilidades.
- Retraso en la toma de
decisiones.
Resultado:
(NOC)
Conocimiento de la
enfermedad renal.
1857
Definición: grado
de conocimiento
transmitido sobre la
enfermedad renal,
su tratamiento y
la prevención de
la progresión de
la enfermedad y
complicación.
Intervenciones (NIC):
Enseñanza: individual (5606).
Indicador:
Escala de medición:
1. Enfermedad
renal específica.
2. Curso
habitual del
proceso de la
enfermedad.
3. Factores de
riesgo de la
complicación.
1. Ningún conocimiento
(1) hasta conocimiento
extenso (5).
2. Ningún conocimiento
(1) hasta conocimiento
extenso (5).
3. Ningún conocimiento
(1) hasta conocimiento
extenso (5).
Puntuación
Diana:
De 1 a 5
Intervenciones (NIC):
Enseñanza: proceso de enfermedad (5602)
Actividades:
Actividades:
• Evaluar el nivel actual de conocimientos del
• Determinar las necesidades de
paciente relacionado con el proceso de la
enseñanza del paciente.
enfermedad específica.
• Determinar la capacidad del paciente
• Identificar cambios en el estado del paciente.
para asimilar información específica.
137
Conclusión
Debemos reconocer que el Plan de Cuidados de Enfermería
(PLACE) nos ayuda a favorecer y dar trascendencia al objetivo
principal de enfermería: el cuidado, el cual debe ser brindado previa valoración del estado de salud, y con la finalidad
de otorgar un cuidado de calidad y con calidez a la persona,
brindando la oportunidad de realizar o señalar las intervenciones primordiales para la mejora y manejo efectivo de la
salud del paciente.
Este ejercicio nos ha permitido identificar los problemas/
necesidades reales y potenciales más comunes en el paciente con ERC que es sometido a la HD, que afectan o pueden
afectar las diferentes esferas del ser humano, siendo un recordatorio de la importancia que conlleva considerar los aspectos físico, emocional, psicológico, social y espiritual a la
hora de realizar el plan de cuidado de enfermería.
Implicaciones para la práctica
Los Planes de Cuidados aquí mostrados ofrecen una propuesta inicial para el cuidado de los pacientes en HD, contribuyen en la estandarización de las actividades de cuidado,
favorecen las intervenciones independientes de los profesionales de enfermería en el servicio de hemodiálisis y pueden
contribuir a la detección de posibles complicaciones derivadas del tratamiento.
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140
CAPITULO IX
ESTIMULACIÓN TEMPRANA
EN EL DESARROLLO MOTOR FINO
Puente Ramírez, Reyna de los Ángeles
Pacheco Rico, María Guadalupe
Esquivel Franco, Claudia Gabriela
Fuentes Ocampo, Lucero
Mejía Benavides, Jorge Emmanuel
Centro Interdisciplinario del Noreste
de la Universidad de Guanajuato
México
Resumen
La Organización Mundial de la Salud menciona que el 60%
de los niños menores de seis años no se encuentran estimulados clínicamente en la primera infancia, esto conlleva un
retraso en cualquiera de las áreas de desarrollo. La estimulación consiste en las actividades que se realizan desde edades
muy tempranas con el objetivo de mejorar las capacidades
que se adquieren con la edad. Esta investigación estuvo sustentada en el Modelo de Sistemas de Betty Neuman.
Metodología
Es una investigación de tipo cuantitativa y descriptiva, de carácter transversal, con una muestra de 38 participantes; se les
aplicó el Test TEPSI que evalúa el desarrollo del niño menor
de 5 años en sus áreas fundamentales. Se realizó al Noreste del estado de Guanajuato, respetando lo enmarcado en
la Declaración de Helsinki, Declaración de los Derechos del
niño y La Norma Oficial Mexicana NOM-031-SSA2-1999. Se
utilizó estadística descriptiva para las variables.
Resultados
El 89% desempeña mejor las actividades perteneciendo al
rango de Normalidad, caracterizado por recibir estimulación
temprana, en comparación con aquellos niños que nunca
fueron estimulados y que reflejan falta de coordinación vi141
so-manual con un porcentaje de 8%, en el rango de riesgo,
mientras que el 3% está clasificado con retraso.
Conclusiones
El modelo de Sistemas de Betty Neuman fue efectivo porque
demostramos que los organismos como sistemas abiertos, la
interacción y el entorno son importantes para que los niños
reciban estimulación temprana y potencialicen sus capacidades naturales, lo que permitirá minimizar los rezagos motrices
imperceptibles a simple vista.
Palabras clave: Estimulación temprana, desempeño psicomotor, plasticidad neuronal, enfermería, desarrollo infantil.
Introducción
El presente ensayo da a conocer los resultados de una investigación que tiene como objetivo describir la importancia de
la estimulación temprana en el desarrollo motor fino. Este
tema fue elegido mediante la observación de la población,
en general, y nos pareció importante resaltar que existen muchos casos en los cuales el desarrollo del niño se ve afectado
por una pequeña pero importante fase en su crecimiento:
la estimulación. Como bien se sabe, la estimulación consiste
en las actividades que se realizan en los niños desde edades
muy tempranas con el objetivo de mejorar las capacidades
que adquieren con la edad (Organización Mundial de la Salud, 2018).
Según las bases científicas revisadas, la mayor parte de la
población no cree necesario dar estimulación temprana a los
pequeños “si no la necesitan”; en este sentido, los únicos
que pueden ser intervenidos son aquellos que ya presentan
algún retraso o descenso en sus capacidades. Sin embargo,
nosotros creemos importante dar estimulación temprana a
todos por igual, sin importar si la necesitan o no, comenzando desde las consultas prenatales, donde se le brindará información oportuna y eficaz a la madre, hasta después del
parto, cuando comenzará la estimulación en casa.
142
Como bien lo mencionamos, esta investigación busca demostrar que la estimulación temprana es un precursor para
que el niño amplíe sus capacidades. Para valorar esto se utilizó el test TEPSI (Haeussler & Marchant, 1997), prueba de
tamizaje que nos permitirá observar los estancamientos en
el desarrollo que lleguen a presentar el niño o niña y, de esta
manera, actuar de manera oportuna y con la intensidad que
el niño necesite en sus intervenciones.
Marco teórico-conceptual
El desarrollo infantil temprano se ha limitado por una mala
implementación en el periodo y duración de la estimulación;
es considerado un problema global que mediante intervenciones de estimulación en la primera infancia podría prevenirse, en particular aquellas que se dirigen directamente a
satisfacer las necesidades de desarrollo del niño que en gran
parte aún permanecen inexploradas.
La motricidad fina se ve afectada porque implica un nivel sobresaliente de maduración y un aprendizaje pleno para
la adquisición de cada uno de los elementos, debido a que
existen diferentes niveles de dificultad en un niño que no recibió estimulación temprana.
Los elementos más afectados respecto al desarrollo de la
motricidad fina son la coordinación viso-manual, motricidad
facial, gestual y fonética. La perspectiva del Modelo de Sistemas de Neuman tiene como propósito que la práctica de
enfermería sea asistir a los niños, niñas y a sus familias para
detener, alcanzar y mantener la estabilidad óptima del sistema óptimo en salud (Freese, Russell, Neuman & Fawcett, pp.
136-152, 2011). En la actual práctica de enfermería, el niño y
la familia son el sistema del cliente y están en una asociación
con la enfermera como cuidador, con el objetivo final de ayudar al niño a lograr el más alto nivel de bienestar posible y la
estabilidad del sistema. Las enfermeras son una herramienta
primordial para determinar los factores de estrés e identificar los objetivos que permitan las estrategias de prevención
como intervenciones dirigidas a clientes pediátricos.
143
Los problemas de interés para las enfermeras basados en
el Modelo de Sistemas son amplios, pues incluyen la promoción y prevención de enfermedades mediante la orientación
anticipada con niños en desarrollo y sus familias, así como la
preservación de la unidad familiar y las respuestas de crecimiento y desarrollo de los niños como un sistema integrado
(Neuman, 1979a).
Específicamente, los problemas de interés en la práctica
de enfermería incluyen una situación real o potencial con
reacciones a los factores estresantes intrapersonales o extra
personales que surgen en un entorno interno o externo a los
niños y sus familias.
Dentro de la Prevención Primaria gran parte de los riesgos
para la salud de la madre y del niño pueden ser detectados,
prevenidos y brindarles un tratamiento con éxito mediante
la aplicación de actividades y procedimientos regulados a la
atención; principalmente acciones preventivas para descartar
los riesgos (Neuman, 1979b). Estas acciones favorecen el desarrollo normal de cada una de las etapas del proceso gestacional en el desarrollo futuro del niño.
El Control Prenatal está dirigido a la prevención, detección y control de factores de riesgo obstétrico que impliquen
la salud de la diada materno-fetal, retraso en el desarrollo y
crecimiento del feto, patologías recurrentes en el embarazo,
así como la detección adecuada de la prematuridad. Como
parte de las actividades que se realizan en el control prenatal
se encuentra la Estimulación Prenatal: actividades realizadas
durante la gestación que favorecen que el niño por nacer
potencialice su desarrollo físico, motor, emocional, y social.
Este tipo de estimulación está basado en el desarrollo y maduración del sistema nervioso central.
En la Prevención Secundaria las consultas periódicas a la
unidad de salud implican la secuencia de actividades que
brindan accesibilidad al campo de la salud, oportunidad a la
atención y resultados factibles a un diagnóstico y tratamiento
una vez que el niño haya estado expuesto a un elemento
estresante. La enfermera debe de involucrar atención proporcionada en entornos de hospitalización, hogares; cuidado de
seguimiento y bienestar, atención brindada en escuelas, pro144
moción a través de la participación en grupos comunitarios
sobre la asesoría de la salud (Neuman, 1979b).
En este sentido, la Estimulación temprana consiste en proporcionar al niño que estuvo bajo un elemento estresante,
mejores oportunidades para desarrollar sus capacidades físicas, motrices, intelectuales y sociales, que le permitan ser
mejor de lo que hubiera sido sin ese entorno rico en estímulos intelectuales y físicos de calidad. Estas intervenciones
potencializan el desarrollo motor fino y grueso, y son: que los
niños suban escaleras, recojan objetos con los dedos, utilicen
un lápiz, aprendan a lanzar y patear una pelota. Se aconseja
a las madres que ayuden a los bebés a caminar brindándoles
apoyo y confianza al sostener su mano. Es importante realizar una valoración y detección precoz para detectar algún
retraso en cualquiera de las áreas de desarrollo durante el
primer año de vida, puesto que en este periodo existe mayor
aprovechamiento de la estimulación debido a la plasticidad
cerebral que disminuirá paulatinamente con la edad. Se observarán los patrones de juego habituales, incluidos los juguetes y actividades favoritas que minimicen cualquier signo
de retraso en el desarrollo; también se toman en cuenta los
principales puntos de referencia del desarrollo, incluyendo el
personal, social, motricidad fina, lenguaje, habilidades motoras gruesas y parámetros de crecimiento esperados, para
que de este modo se brinden los cuidados apropiados para
el desarrollo de los niños y sus familias.
Con ayuda de la Teoría de los Sistemas de Betty Neuman
se pretende mostrar al área profesional de Enfermería que
existe un impacto concreto y abstracto de las intervenciones
de prevención que favorecen a que la estimulación temprana
sea exitosa en el desarrollo motor fino de los niños como
clientes, analizar la interacción entre todos los sistemas que
componen los factores básicos de supervivencia del niño
para enfrentarse ante elementos estresantes como la edad
gestacional, enfermedades del desarrollo infantil, falta de estimulación en el hogar en tiempo y forma adecuada.
Las intervenciones integrales favorecerán la obtención de
un mejor desarrollo en comparación con las intervenciones
únicas, sean las realizadas por los padres o las centradas úni145
camente en los niños de países en desarrollo. En resumen,
los efectos positivos de la intervención dependerán del tipo de
estimulación, su duración, y el apoyo en el hogar, además de
que se confía en que son estrategias prometedoras para potencializar el éxito de los niños en situación de riesgo y su productividad cuando sean adultos (ver figura 1 en la página 151).
Metodología
Es una investigación de tipo cuantitativa y descriptiva, de carácter transversal, se realizó al Noreste del estado de Guanajuato en México. Durante el periodo enero-junio del 2019,
con una población conformada por niños de 24 a 60 meses
de edad, integrada por dos grupos, con 17 y 25 participantes
cada grupo, respectivamente. Se utilizó el tipo de muestra
estratificada con 38 participantes. Los criterios de inclusión
fueron: Niños/as, tuvieron problemas médicos durante su
gestación, por ejemplo: parto prematuro, no respiró al nacer,
productos de una gesta gemelar, macrosómico, niños que no
han sido estimulados o que sí han sido estimulados pero no
en el tiempo ni en la forma adecuados, que asistieran al preescolar Lázaro Cárdenas, del municipio de Victoria, Guanajuato. Se excluyó a los niños con diferentes patologías, como
enfermedades congénitas, metabólicas, neurológicas o con
algún déficit de atención que no les permitiera participar en
la investigación.
En un primer momento se captó la muestra y se le dio
a firmar –de consentimiento informado– a la persona encargada del menor, informándole el objetivo del estudio y los
beneficios, y aclarando las dudas. Posteriormente se realizó
una visita domiciliaria para aplicar una ficha de datos y el Test
TEPSI que evalúa el desarrollo del niño menor de 5 años en
sus áreas fundamentales. Se evalúa mediante 52 ítems repartidos en tres áreas fundamentales: lenguaje, motricidad y
coordinación. Dadas las características, permite que sus resultados sean válidos, objetivos y confiables. Se utilizó estadística descriptiva para analizar los resultados arrojados de la
investigación, se realizó correlación de Pearson entre el puntaje total obtenido en el test y cada uno de los puntajes de
146
los subtest, así como una diferencia de medias (Haeussler &
Marchant, 1997). En todo momento se respetó lo establecido
en la Declaración de Helsinki (Asociación Médica Mundial,
2017), la Declaración de los Derechos del Niño (Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia, 1959) y La Norma Oficial
Mexicana NOM-031-SSA2-1999 (Secretaría de Salud, 2018).
Resultados y discusión
Dirigir la presente investigación a personal de salud y educativo en las áreas de pedagogía, psicología, enfermería y
terapia física para que realicen un giro acerca de la estimulación temprana ayudará a mejorar el desarrollo, conducta y
aprendizaje, permitiendo involucrar a los niños menores de
dos años con intervención temprana.
Se aplicó un total de 38 test a niños de entre 24 a 60 meses de edad, y que asisten al preescolar Lázaro Cárdenas ubicado en la comunidad de Misión de Arnedo. Los resultados
se plasman en la siguiente tabla.
Tabla 1
Desarrollo acorde al test TEPSI Variable
Sexo
Estimulación
Subtest Coordinación
Subtest Leguaje
Subtest Motricidad
Total
Frecuencia
Porcentaje
Femenino
Masculino
19
19
50
50
Sí estimulación
18
47.3
No estimulación 20
52.6
Normal
Riesgo
Retraso
Normal
Riesgo
Retraso
Normal
Riesgo
Retraso
Normal
Riesgo
Retraso
86.8
10.5
2.6
78.9
21
0
81.4
13.1
2.6
89.4
7.8
2.6
33
4
1
30
8
0
32
5
1
34
3
1
Fuente: Instrumento aplicado TEPSI n=38
147
En esta tabla se observa una frecuencia representativa de
19 correspondiente al sexo femenino con un 50%. De la misma manera, se obtiene que el 47.3% de la muestra ha sido
estimulada en algún momento de su vida. En los resultados
obtenidos en los subtest destaca que existe un 10.5% y 21%
que tienen riesgo en el subtest coordinación y lenguaje respectivamente, y un 2.6% con retraso en motricidad.
Se realizó correlación de Pearson entre estimulación y
cada uno de los resultados del test y subtest, y se observó
que la estimulación temprana sí influye en el desarrollo de las
actividades del niño.
Conclusión y recomendaciones
A través este trabajo de investigación se logró concluir –bajo
el modelo de sistemas de Betty Neuman– que los organismos
vivos como sistemas abiertos, la interacción de los mismos y
su entorno son importantes para que los niños que reciben
estimulación temprana logren potencializar sus capacidades
naturales permitiéndoles minimizar los rezagos motrices que
muchas veces son imperceptibles a simple vista, así como
mejorar la atención primaria en salud dirigida a los niños y
niñas de 0 a 6 años, porque en esta etapa la plasticidad neuronal permite ampliar la capacidad de aprendizaje, pues la
estimulación temprana toma un lugar excepcional para generar conocimiento y aprendizaje para el futuros de los niños.
Además, se identificó que la privación de estímulos y de
las experiencias vividas que el entorno le proporciona al niño
como consecuencia de enfermedades infantiles, síndromes
o capacidades diferentes, comprometen el transcurso evolutivo y desarrollo en los primeros años de vida, así que el
periodo de plasticidad neuronal tiene que ser explotado y
aprovechado al máximo para favorecer el proceso de desarrollo del niño. Igualmente, queda manifiesto que los profesionales de enfermería desempeñan un papel muy importante porque sus cuidados pueden tener lugar donde los niños
juegan, aprenden y se desenvuelven día a día, por ejemplo,
estancias, guarderías infantiles, y preescolares, brindando
atención y cuidado terapéutico de prevención de secuelas
148
en cualquiera de sus áreas de desarrollo. También fortalece
a los profesionales de enfermería como personas capaces de
observar, detectar, crear, aplicar y evaluar diferentes actividades dirigidas a la promoción del juego y el uso de materiales
didácticos de gran utilidad, a identificar el tipo de herramientas como popotes, cucharas de colores, conos, plantillas de
figuras y juguetes que el mismo personal de enfermería puede crear para implementar acciones que fortalezcan las habilidades y destrezas específicas en el desarrollo de cada niño,
así como tomar un seguimiento en caso de detectar signos
de alerta o presencia de patologías neurológicas infantiles, e
iniciar un plan de intervenciones de enfermería encaminadas
terapéuticamente a la estimulación temprana involucrando a
la familia en todas las actividades.
Se recomienda al personal de enfermería del primer nivel
de atención que elabore módulos de orientación e información de la estimulación temprana en relación del desarrollo
psicomotriz y las otras áreas de desarrollo dependiendo al
rango de edad al que pertenezcan. En este sentido, al llevar
a cabo acciones de capacitación a la familia –como cuidadores principales–, principalmente la madre del niño, permitirá
extraer investigaciones futuras de orientación e impacto en
ella al recibir información sobre la estimulación temprana, y
permitir la promoción de la práctica continua en el hogar.
De la misma manera, trabajar con ejercicios de estimulación temprana permitirá generar investigaciones sobre la
creación de materiales aptos para los niños que despierten
estímulos sensoriales y motrices en edad de 0 a 2 años, utilizando colores, texturas y los reflejos primarios que permitan
al niño desarrollar sus capacidades futuras.
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unidades/cdi/nom/031ssa29.html
150
*Figura No 1. Adaptación del Modelo
de sistemas de Betty Neuman
Fuente: Adaptado por Puente-Ramírez RA, 2018
151
CAPITULO X
IMPACTO DE LA NUEVA EPIDEMIA
DE COVID-19 EN LA SALUD MENTAL DE LOS
PROFESIONALES SANITARIOS QUE TRABAJAN
EN HOSPITALES: EVIDENCIA QUE ARROJA LA
INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Lara Morales, Alfredo
Macías Cervantes, Quetzalli Xiadany
Universidad de Guanajuato
México
Resumen
La pandemia de la enfermedad por coronavirus se ha convertido en una de las crisis de salud centrales de una generación afectando a personas de todos los países, continentes,
etnias y grupos socioeconómicos. Existe consenso en que la
pandemia de COVID-19 no sólo afecta la salud física, sino
también la mental y el bienestar general. Es necesario comprender el estado mental del personal médico clínico que se
encuentra en la primera línea de atención en la pandemia, y
proporcionar una base teórica para la intervención psicológica. Conocer la situación de la salud mental de los profesionales sanitarios permitirá arrojar luz sobre sus interacciones,
y permitirá también saber cómo impacta en el desempeño
de su trabajo con pacientes infectados. En este ensayo se
brinda un decálogo de sugerencias para la atención a la salud
mental del personal de salud durante y después de la nueva
epidemia de Covid-19.
Palabras clave: Salud mental, profesional de salud, COVID-1.
Introducción
Los coronavirus humanos son comunes en todo el mundo
siendo uno de los principales patógenos que primariamente
153
se dirigen al sistema respiratorio humano que con frecuencia
causan enfermedades graves (CDC, 2020). Los brotes anteriores de coronavirus (CoVs) incluyen el síndrome respiratorio agudo severo (SARS)-CoV y el síndrome respiratorio del
Medio Oriente (MERS)-CoV, se han caracterizado previamente como agentes que son una gran amenaza para la salud
pública. A finales de 2019, un grupo de pacientes ingresó
en hospitales con diagnóstico de neumonía de etiología desconocida. Estos pacientes estaban vinculados epidemiológicamente a un mercado mayorista de mariscos y de “wet
animals” (animales húmedos, es decir, vivos) en Wuhan, provincia de Hubei, China (Lu & Stratton, 2020) (Bogoch et al.,
2020).
El COVID-19 fue declarado oficialmente una pandemia
por la OMS el 11 de marzo, afectando a más de 114 países,
con 118,000 casos y 4291 muertos a nivel mundial. Hasta ese
momento de los casos notificados como positivos, más del
90% se concentraban en tan sólo cuatro países, entre ellos,
China y Corea del sur, donde la epidemia se encontraba –
para esta fecha– en claro declive (Organisation, 2020). Los
reportes al 7 de agosto de 2020 según la OMS indican que
globalmente se registran 18,614,177 casos (259,344 nuevos
casos en las últimas 24 horas) y 702,642 muertes (6, 488 en
las últimas 24 horas); para la región de las Américas se reportan 9,981,204 casos (139,362 en las últimas 24 horas) con un
número de muertes asociadas a la enfermedad de 372,008
(4,074 en las últimas 24 horas), representando para México
un total de 449,961 casos totales y 48,869 muertes, respectivamente (OMS, 2020a). En el estado de Guanajuato las cifras
ascienden a 24,684 casos y 1,472 defunciones (Salud, 2020).
Los síntomas de la infección por COVID-19 aparecen después de la incubación de aproximadamente 5,2 días (Q. Li et
al., 2020a). Aunque la mortalidad del actual COVID-19 (tasa
de letalidad global de 6,7% [OMS, 2020a]) es menor que la
del SARS-CoV y el MERS-CoV, este es mucho más contagioso. La evidencia sugiere que el mecanismo de transmisión
de persona a persona es la ruta para propagar la infección,
respaldado por casos que ocurrieron de familias y entre personas que no visitaron el mercado de animales húmedos en
154
Wuhan (Graham Carlos, et al., 2020) (P. Wu et al., 2020). El
período desde el inicio de los síntomas de COVID-19 hasta
la muerte oscila entre seis y 41 días, con una mediana de 14
días (Mb et al., 2020). Este período depende de la edad y el
sistema inmunitario del paciente. Es más corto entre los pacientes mayores de 70 años que en aquellos menores de esta
edad (Mb et al., 2020), lo que evidencia que el adulto mayor
tiene especial vulnerabilidad ante la enfermedad. Los síntomas más comunes al inicio de la enfermedad de COVID-19
son fiebre, tos y fatiga, mientras que otros síntomas incluyen
producción de esputo, dolor de cabeza, hemoptisis, diarrea
(en algunos casos), disnea y linfopenia. Recientemente se ha
añadido la conjuntivitis a este listado (Mb et al., 2020) (Ren
et al., 2020) (Huang et al., 2020) (Graham Carlos et al., 2020)
(OMS, 2020b).
Es necesario comprender el estado mental del personal
médico clínico que se encuentra en la primera línea de atención en la pandemia y proporcionar una base teórica para
la intervención psicológica. Conocer la situación de la salud
mental (SM) en profesionales sanitarios permitirá arrojar luz
sobre sus interacciones y cómo impacta al profesional en el
desempeño de su trabajo con pacientes infectados. Abordar
el estado de SM de los profesionales de la salud que están
haciendo frente a la pandemia de COVID-19 conlleva a sumergirnos en temas de relevancia social, y que tienen gran
impacto en la salud tanto del profesional como de los pacientes que atienden.
La salud mental de los profesionales de la salud ante la nueva
pandemia de COVID-19
La pandemia de la enfermedad por coronavirus se ha convertido en una de las crisis de salud centrales afectando a personas de todos los países, continentes, etnias y grupos socioeconómicos. Las respuestas requeridas, como la cuarentena
de la población en general, el cierre de escuelas y el aislamiento social han cambiado abruptamente la vida cotidiana.
De acuerdo con diversos autores, existe un consenso de
que la pandemia de COVID-19 no sólo afecta la salud física,
155
sino también la mental y el bienestar general (Brooks et al.,
2020). Los afectados, especialmente en aquellos grupos considerados como vulnerables ante una pandemia con consecuencias psicosociales y de SM particularmente más graves
son los profesionales de la salud debido a un mayor nivel de
exposición ante la enfermedad (Panagioti et al., 2018). Desde
un punto de vista psicopatológico, la pandemia actual es una
forma relativamente nueva de estrés o trauma para los profesionales de la salud (Kang, Li, et al., 2020). Es probable que
en los próximos meses, cuando termine la pandemia, haya
escasez de profesionales de la salud debido al burnout y el
agotamiento mental (Panagioti et al., 2018).
Estudios previos a la pandemia actual sobre personal que
labora en el área de la salud, demuestran que al poseer conocimientos profesionales científicos sobre las diferencias en los
patrones de exposición relativa y la transmisión de diferentes
enfermedades infeccionas, podrían tener cierto grado de comodidad y control sobre su trabajo en el área hospitalaria
(Chowell et al., 2015). Por ejemplo, a lo largo de las décadas,
aunque el virus de la hepatitis y el VHI a menudo han causado
infecciones letales, los médicos, enfermeros (as), radiólogos
etc., sabían que su riesgo de exposición era bajo siempre
que tuvieran precaución en su contacto con los fluidos corporales. La situación ha sido diferente con el COVID-19 debido
a su rápida propagación entre la población. Muchas personas
infectadas presentan síntomas mínimos o nulos mientras que
son contagiosas con un alto nivel de virulencia, por ejemplo,
temprano en el curso de la infección. Por lo tanto, estas personas pueden visitar hospitales y diferentes servicios en un
estado infeccioso pero asintomático, sin saberlo, propagando la enfermedad directamente a través de micro gotas de
saliva o indirectamente a través del contacto de la piel con
superficies manipuladas por un enfermo (Kang, Ma, et al.,
2020).
Las características de la infectividad del coronavirus implican un riesgo importante de exposición para los trabajadores
de la salud, independientemente del servicio hospitalario,
cargo o ubicación en el edificio; por tanto, cualquier trabajador, ya sea médico o enfermero, especialista o generalista,
156
trabajador social, psicólogo, camillero, etc., corre un riesgo
relativamente mayor. El estrés resultante debido a las preocupaciones sobre el riesgo de infección afecta indiscriminadamente a un gran número de personas, golpeando de manera
potente al personal sanitario, sumando las cargas de trabajo
extremas, dilemas morales, entorno de la práctica en rápida
evolución que difiere en gran medida de aquello con lo que
están familiarizados (Kang, Ma, et al., 2020; Shanafelt et al.,
2020).
Entre las principales fuentes de ansiedad de los profesionales de la salud, de acuerdo a la literatura científica, se encuentran las siguientes:
1) acceso al equipo de protección personal apropiado,
2) exposición al COVID-19 en el trabajo y llevar
la infección a su familia,
3) no tener acceso rápido a las pruebas si presentan
síntomas y miedo asociado a propagar la infección
en el lugar de trabajo,
4) incertidumbre de que su institución apoyará/atenderá
sus necesidades personales y familiares si
desarrollan infección,
5) acceso a cuidado de niños durante el aumento
de las horas de trabajo y cierre de escuelas,
6) apoyo para otras necesidades personales y
familiares en la medida de que aumenten
las horas de trabajo y las demandas (alimentación
hidratación, alojamiento, transporte),
7) proporcionar atención médica competente
si es relevado a otra área, y
8) falta de acceso a información actualizada
(Shanafelt et al., 2020).
Ante la incertidumbre, los profesionales se encuentran en
un estado de vulnerabilidad mental, ya que buscan garantías
–por parte de las instituciones donde laboran– de que ellos
y su familia recibirán apoyo. Esto incluye que los hospitales
escuchen sus inquietudes, hagan todo lo posible para protegerlos ante el contagio del COVID-19, y les asegure que, en
157
caso de infectarse, la institución les apoyará en todos los aspectos, tanto médicos como sociales. Todos los factores anteriormente descritos son elementos clave para el desarrollo
(Albott et al., 2020) de múltiples alteraciones de la SM, entre
los que destacan, principalmente, estrés, ansiedad y depresión (Williamson et al., 2018).
Huang Jizheng y colaboradores realizaron uno de los primeros estudios sobre la salud mental (SM) del personal de
salud (PS) que atiende COVID-19 en Wuhan, epicentro de
la pandemia. Los hallazgos de su investigación son consistentes con la literatura, indicando una mayor incidencia de
trastornos de distrés y ansiedad (Q. Li et al., 2020b) (J. Li et
al., 2020).
Otros estudios, además, reportan que una considerable
proporción de participantes presenta síntomas de depresión
(50.4%), ansiedad (44.6%), insomnio (34%) y distrés (71.5%),
pero que la carga psicológica experimentada impacta de manera negativa especialmente a las enfermeras mujeres (Lai
et al., 2020) que trabajan directamente con el diagnóstico,
tratamiento y atención de pacientes (Spoorthy, 2020).
Teniendo en cuenta la frecuencia de las alteraciones mentales que ocurren en los trabajadores de la salud, es necesario diseñar estrategias adecuadas para la atención de estos profesionales garantizando su integridad como personas
biopsicosociales y, además, asegurando que la atención de
estos hacia los pacientes sea de calidad y en las mejores condiciones tanto físicas como mentales (Bohlken et al., 2020).
Por lo tanto, las intervenciones para promover el bienestar
mental en los profesionales de la salud expuestos a COVID-19 deben implementarse de inmediato, y fortalecer las
estrategias de prevención y respuesta mediante su capacitación en ayuda mental y manejo de crisis (El-Hage et al., 2020)
(Greenberg et al., 2020).
Factores de riesgo que influyen en la salud mental del profesional de la salud
Las características de la enfermedad de la pandemia actual
de COVID-19 provocaron un clima generalizado de cautela
158
e incertidumbre, particularmente entre los profesionales de
la salud, debido a una variedad de causas, entre ellas la rápida propagación de COVID-19, la gravedad de los síntomas
que puede causar en un segmento de personas infectadas,
la falta de conocimiento de la enfermedad y las muertes entre los profesionales de la salud. El estrés también puede ser
causado por factores organizativos, como el agotamiento del
equipo de protección personal, las preocupaciones sobre
la imposibilidad de proporcionar atención competente si se
despliega en una nueva área, las preocupaciones sobre la
información que cambia rápidamente, la falta de acceso a
información y comunicación actualizadas, la falta de medicamentos específicos, la escasez de ventiladores y camas de
unidades de cuidados intensivos para atender el aumento de
pacientes críticos, y un cambio significativo en su vida social
y familiar diaria. Se han identificado otros factores de riesgo que incluyen sentimientos de recibir apoyo inadecuado,
preocupaciones sobre la salud de uno mismo, miedo a llevar
infecciones a sus familiares u otros, y no tener acceso rápido
a las pruebas a través de la salud laboral si es necesario, estar aislado, sentimientos de incertidumbre y estigmatización
social, carga de trabajo abrumadora o apego inseguro. Además, discutimos factores sociales y organizativos positivos
que contribuyen a mejorar la resiliencia frente a la pandemia.
Existe un consenso en toda la literatura relevante de que los
profesionales de la salud tienen un mayor riesgo de altos niveles de estrés, ansiedad, depresión, agotamiento, adicción
y trastorno de estrés postraumático, lo que podría tener implicaciones psicológicas a largo plazo (El-Hage et al., 2020).
Algunos de los estresores adicionales a los que se enfrenta
el PS es el ser testigo de una tasa de muertes mayor a la que
está familiarizado, entrando en esta tasa niños, adolescentes y adultos jóvenes, lo cual afecta de manera significativa
porque se relaciona directamente con su labor, y en muchas
situaciones se incrementa debido a que se les pide que realicen actividades que exceden sus habilidades, y se encuentran sometidos a la toma de decisiones difíciles que en su
ejecución pueden llegar a ser el determinante entre la vida y
la muerte (Albott et al., 2020).
159
Existen, desafortunadamente, otros factores además de la
idea de estar en peligro de contagio, las posibilidades de
dañarse ellos mismos, así como la preocupación de llegar a
infectar a algún familiar (W. Wu et al., 2020), y esto puede
llegar a impactar de manera muy significativa sobre el PS, al
igual que las situaciones tanto de discriminación como de
violencia –por parte de la sociedad– que se han suscitado a
raíz de la pandemia culpabilizando al PS de sus consecuencias. Los niveles de apoyo social para el PS se han asociado
significativamente con la autoeficacia y la calidad del sueño
y se asociaron negativamente con el grado de ansiedad y
estrés. Los niveles de ansiedad se asociaron significativamente con los niveles de estrés, que afectaron negativamente la
autoeficacia y la calidad del sueño (Xiao et al., 2020).
Un punto adicional es la compensación salarial en nuestro
país. Según el Informe de Compensación de Médicos 2019
elaborado por el portal especializado Medscape, el PS en
México percibe en promedio 22,000 dólares al año; esto es
casi tres veces menos de lo que ganan los médicos en países
como España (63,000 dólares) o Brasil (58,000 dólares), y cinco veces menos que en Francia (108,000 dólares). Las y los
médicos en Estados Unidos ganan 14 veces (313,000 dólares)
lo que un médico en nuestro país. “En lo que respecta a la
enfermería, la brecha salarial de México con otras partes del
mundo es también notable”, precisa el documento (Ramos,
2020).
Claves importantes para el abordaje oportuno de la SM del PS
Es importante salvaguardar la moral y la SM de los trabajadores sanitarios, ya que esto puede influir en el éxito de la
prestación de la asistencia sanitaria. La organización puede
considerar horarios de trabajo más cortos, períodos de descanso regulares y turnos rotativos para aquellos que trabajan
en áreas de alto riesgo, si es posible. Se ha encontrado que el
apoyo de colegas o supervisores y la comunicación clara de
las directivas, además de las medidas de precaución, pueden
ayudar a reducir los síntomas psiquiátricos. La confianza en
las medidas de control de infecciones puede mitigar y faci160
litar una respuesta adaptativa al estrés. Por lo tanto, es imprescindible contar con una capacitación adecuada sobre el
control de infecciones para el personal, con protocolos claros
a seguir, y las directivas del hospital para COVID-19 deben
ser precisas y difundidas a todo el personal. También deben
adoptarse medidas preventivas para garantizar que los propios trabajadores sanitarios no se enfermen debido al virus
durante la exposición laboral. Sin embargo, en el caso de
que los trabajadores sanitarios se infecten mientras están en
el trabajo, debe considerarse que tiene lesiones relacionadas
con el trabajo. Los superiores podrían hacer un esfuerzo consciente para apoyar al personal en momentos de necesidad, y
también se podría establecer un sistema de apoyo entre pares. Es vital identificar a aquellos que están agotados o tienen
angustia psicológica para que se les pueda proporcionar una
intervención oportuna, y se debe alentar al personal a pedir
ayuda sin temor alguno (Ho et al., 2020).
Algunas de las estrategias que se han visualizado para
apoyar al PS que se enfrenta a las situaciones antes descritas
son programas con enfoque emocional, una de ellas consiste en implementar un “battle budies system”, partiendo de
programas que hasta la fecha se han enfocado en brindar
tanto mentoría como soporte emocional a soldados que se
encuentran en el campo de batalla, ya que se considera un
comparativo justo. En resumen, este sistema busca coordinar
a voluntarios que puedan brindar acompañamiento para lograr escuchar, validar y proporcionar la retroalimentación que
ayude al PS a identificar el estado de su SM en caso de necesitar atención especializada, compartimentar y saber dejar
el trabajo en el trabajo, así como el desarrollo de una cultura
de equipo cognitiva y emocionalmente resiliente (Albott et
al., 2020).
Otra de las medidas que se han ejercido tomando el ejemplo de The Second Xiangya Hospital of Central South University como respuesta a la pandemia fue el desarrollo de un
plan detallado de intervención psicológica que cubrió principalmente las siguientes tres áreas: creación de un equipo
médico de intervención psicológica que proporcionó cursos
en línea para guiar al PS a tratar problemas psicológicos co161
munes; un equipo de línea directa de asistencia psicológica que proporcionó orientación y supervisión para resolver
problemas psicológicos; e intervenciones psicológicas que
proporcionaron diversas actividades grupales para liberar
el estrés. Sin embargo, la implementación de los servicios
de intervención psicológica encontró obstáculos y, en consecuencia, se ajustaron esas medidas. Primero, el hospital
proporcionó un lugar para descansar, donde el personal podría aislarse temporalmente de su familia. El hospital también
garantizó alimentos y suministros para la vida diaria, y ayudó
al personal a grabar en video sus rutinas en el hospital para
compartirlas con sus familias y aliviar así sus preocupaciones.
En segundo lugar, además del conocimiento de la enfermedad y las medidas de protección, se organizó capacitación
previa al trabajo para abordar la identificación y las respuestas a problemas psicológicos en pacientes con COVID-19, y
el personal de seguridad del hospital estaba disponible para
ayudar a tratar con pacientes que no cooperaran. Tercero, el
hospital desarrolló reglas detalladas sobre el uso y manejo de
equipos de protección para reducir la preocupación. Cuarto, las actividades de ocio y capacitación sobre cómo relajarse se organizaron adecuadamente para ayudar al personal
a reducir el estrés. Finalmente, los consejeros psicológicos
visitaron regularmente el área de descanso para escuchar las
dificultades o historias encontradas por el personal en el trabajo y brindar apoyo en consecuencia. De esta manera, se
brindó la posibilidad de descansar en un lugar provisto para
este fin, y la mayoría de los más de 100 miembros del PS de
primera línea manifestó que se sintieron como en casa en
este alojamiento. Mantener la SM del personal es esencial
para controlar mejor las enfermedades infecciosas, aunque el
mejor enfoque para esto durante la temporada de epidemia
sigue sin estar claro. Se espera que el aprendizaje de estas
intervenciones psicológicas ayude al gobierno chino y a otras
partes del mundo a responder mejor a futuros brotes inesperados de enfermedades infecciosas (Chen et al., 2020).
La provisión de alimentos, descansos, tiempo de descompresión y tiempo libre adecuado puede ser tan importantes
como la provisión de protocolos y equipos de protección en
162
la medida de que los días se convierten en semanas y luego
meses. Las sesiones frecuentes de información y retroalimentación con los gerentes locales y la comunidad de instalaciones más amplias, complementadas por una comunicación
clara, concisa y medida, ayudarán a los equipos a mantenerse
enfocados en la atención y en la seguridad de sus funciones
(Adams & Walls, 2020).
En México, la Secretaría de Salud ha establecido protocolos que buscan salvaguardar la integridad física del PS, desinfección de sus áreas de trabajo y recomendaciones para
evitar contraer el virus, sin embargo, los protocolos que atienden a la SM son menores, pero no inexistentes, ejemplo de
ello es la línea de ayuda que el gobierno federal ha puesto a
disposición de toda la población (Secretaría de Salud, 2020).
Existe también un cuestionario para la detección de riesgos
a la SM, el cual tiene un apartado especial para el PS, con
la misma finalidad de enfrentar y evaluar el sentir individual
para así tomar acciones, encontrar ayuda profesional adecuada y confiable. A partir de las respuestas obtenidas, se brinda
tanto retroalimentación como algunas recomendaciones para
actuar ante las emociones, pensamientos y comportamientos
que se identifican y que se presentan como resultado de la
contingencia de salud que enfrentamos (Dirección General
de Atención a la Comunidad UNAM, Facultad de Psicología
UNAM, 2020). Asimismo, se han diseñado cursos cortos con
finalidades similares.
En el estado de Guanajuato, voceros de la Secretaría de
Salud dieron a conocer que en atención a la SM del PS se
tomaron acciones preventivas, siendo que desde el mes de
marzo del presente año, cuando aún no se alcanzaba el punto crítico de afectados, se comenzó a brindar pláticas y capacitaciones sobre el tema en los hospitales, haciendo énfasis en que el sistema tiene a su disposición profesionales
de la SM en todo momento para atender necesidades; de
la misma manera, la atención sigue para mitigar los estragos
provocados por la pandemia. Además, inicialmente se buscó
establecer horarios de trabajo más flexibles que permitieran
el descanso periódico del personal; sin embargo, como el
proceso de desinfección de entrada-salida a las áreas COVID
163
es complejo, ha sido difícil moderar tanto las jornadas como
los descansos (Secretaría de Salud del Estado de Guanajuato,
2020).
Por lo anterior, es importante adaptar y diseñar medidas
que bien aplicadas brinden el soporte emocional necesario
para el PS ante esta pandemia. También es necesario seguir
explorando el fenómeno y desarrollar investigaciones desde
diferentes paradigmas para conocer el estado de salud mental de los profesionales de la salud ante la pandemia de COVID-19, y a partir de estos resultados diseñar intervenciones
adaptadas al contexto local para evitar el desgaste mental
excesivo.
Sugerencias para la atención a la SM del PS durante y después
de la nueva epidemia de Covid-19
Basados en la evidencia científica, las sugerencias para el
protocolo que atienda a la SM del PS se presentan en un
decálogo (ver tabla 1 en la siguiente página).
164
Tabla 1 Decálogo sobre sugerencias para la atención de la
salud mental del profesional de la salud
Sugerencia
Justificación
Frecuencia
1
Cobertura de
seguro adicional
Uno de los estresores más comunes es la
afectación que se puede suscitar en la familia
del PS en caso de que este llegue a enfermar o
faltar. Brindar una cobertura adicional en caso de
contagio generaría mayor seguridad al no verse
desamparado en esta situación.
En caso de
contagio.
2
Voluntarios de
apoyo
Replicar las bases de programas exitosos
que ubican a un voluntario que apoya al PS a
identificar su estado emocional y, de esta manera,
apoyar la búsqueda de atención a su SM.
Semanal
3
Servicios
de atención
psicológica
Como respuesta a todas aquellas necesidades
centradas en la SM del PS, dando atención
oportuna y personalizada en el momento en que
se requiera.
Disponibilidad
diaria
4
Evaluación
psicológica
periódica
Mensualmente
5
Disminución de
jornadas
6
Descansos
7
Turnos rotativos
Hacer del cuidado de la SM una responsabilidad
del PM que no participe de los servicios
voluntarios para evaluar periódicamente si se
encuentra en las mejores condiciones para
brindar atención de calidad a los pacientes a su
cargo.
Se ha demostrado que, en general, las jornadas
de trabajo son exhaustivas en la labor usual del
PS, y más aún durante esta nueva epidemia; al
disminuir las jornadas, brindar descansos cada
cierto tiempo y la rotación de turnos disminuye la
presión y aumenta la confianza y la calidad
de los servicios que se proporcionan.
8
Alimentos y
hospedaje
Esto permite aislar al PS en un lugar donde tenga
las comodidades para descansar entre sus turnos
y así disminuir la preocupación de propiciar un
contagio a algún miembro de la familia en caso
de contraer el virus laborando.
Por siete días
posteriores
a laborar en
áreas COVID
9
Descentralización
del apoyo
Es de suma importancia la inclusión de todos los
miembros del PS para estas sugerencias, desde
médicas y médicos en la primera línea de defensa
hasta los encargados del mantenimiento de los
hospitales los cuales se exponen cada día al
realizar sus labores.
Siempre
10
Reconocimiento
y protección
Miembros del PS han manifestado que para ellos
representa un apoyo grato el que sus labores
sean reconocidas de manera justa, ya sea como
mérito en el excelente cumplimiento de su labor,
con retribución monetaria, o bien con protección
ante posibles agresiones provocadas por la
desinformación social.
Siempre
Al trabajar
en específico
en las áreas
establecidas
para COVID
165
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171
CAPITULO XI
GRUPOS FOCALES:
UNA REVISION CONCEPTUAL
Vega Argote, Ma Gloria
Mejía Benavidez, Jorge Emmanuel
Ruvalcaba Palacios, Gerardo
Ávila Sansores, Grever María
Cantú Sánchez, Claudia Marcela
Fuentes Ocampo, Lucero
Universidad de Guanajuato
México
Resumen
El presente artículo expone la efectividad del uso de los
grupos focales como técnica para el análisis de los índices
de reprobación que presentó el grupo muestra de los estudiantes de la carrera de enfermería.
Objetivo
Describir los conceptos de “grupo focal” que se encuentran
reportadas en la literatura científica durante el período 2016
a 2019.
Material y método
Estudio documental de corte cualitativo; se revisaron artículos originales publicados en español, inglés y portugués
indexados en las bases de datos: Elsevier Instituciones,
ScienceDirect, Ciberindex, Nursing@Ovid, Ebsco Host,
Pubmed Scielo, Lilacs, usando los descriptores grupo focal, estudiantes, enfermería.
Para el análisis de los datos se utilizó el análisis de contenido.
Resultados
Se seleccionaron ocho artículos que respondieron al objetivo
del estudio, siete realizados en Brasil y uno en Canadá. Seis
eran cualitativos, todos realizados por enfermeras; dos presentan explícitamente orientación teórica disciplinar.
173
Conclusiones
El grupo focal constituye una opción adecuada para la investigación y evaluación en el campo de la salud, especialmente para aquellos temas en los que se requiere incorporar la
perspectiva de los pacientes e incluso de los profesionales
en la salud. Como docente y como enfermera considero que
la práctica moderna del cuidado profesional del ser humano
debe contar con bases de las teorías humanistas y valerse de
técnicas holísticas para mejorar cada día esta noble labor y
fomentar la sensibilización de sus practicantes desde la formación en el aula hasta la práctica profesional en el campo
laboral.
Introducción
El presente artículo exhibe la efectividad del uso de los grupos focales como técnica para el análisis de los índices de
reprobación en la materia de Nutrición que presentó el grupo
muestra de alumnos de la carrera de enfermería. Se describe
la necesidad de utilizar la investigación tipo cualitativa para
enriquecer la práctica enfermera a través de técnicas como
los grupos focales, principalmente debido a su acercamiento
personalizado, mayor nivel de control del ambiente y libertad
de expresión entre los participantes. Asimismo, se establece que es necesaria una estrecha relación entre el método
cualitativo y el cuantitativo de estudio y análisis, ya que no
son exclusivos, sino complementarios para el investigador y
el profesional enfermero. En este caso particular se utilizó dicha técnica para determinar las inquietudes y necesidades
de los alumnos de la carrera de enfermería en relación a su
batería de materias, pero entre los hallazgos se establece la
importancia de incorporar este tipo de técnicas a la docencia
y prácticas enfermeras de la actualidad.
Metodología
La profesión de Enfermería no debe su fundamento únicamente al aspecto fisiológico del individuo, su fortaleza y en174
foque provienen de los aspectos psicosociales, culturales y
humanísticos, los cuales la han dotado de carácter y conocimiento integral sobre el ser humano. Esta es la principal razón
por la que la enfermería exige y fomenta el uso de estudios
cualitativos, puesto que estas investigaciones se desenvuelven en un contexto más amplio, estudiando la complejidad
del entorno e individualismo del ser humano (Carbero, 1997).
Investigación cualitativa como método de investigación
La investigación cualitativa alimenta el carácter sensible y
personal de la práctica enfermera, acercándose así cada vez
más a la realidad de las personas que los profesionales en
enfermería tienen a su cuidado. Este enfoque es compartido
por estudiosos como Crespo (2013), quien recalca la importancia de una relación de calidad en la práctica enfermera
como fundamento para realizar una investigación cualitativa
de calidad. Los hallazgos obtenidos por este tipo de investigaciones enriquecen la práctica de la enfermería, ya que
ayudan a medir el impacto de las acciones de cuidado y a
formular nuevas estrategias basadas netamente en las necesidades del paciente con miras a lograr el cuidado óptimo
de su salud. La investigación cualitativa parte desde la experiencia de la enfermedad y la comprensión del espectro de
sentimientos del paciente sobre los efectos de las intervenciones logradas. Es por esto que se entiende la relación complementaria entre la investigación cualitativa y la cuantitativa,
ya que ambas son necesarias para evolucionar la práctica de
la enfermería. Podemos definir a la investigación cualitativa
como aquella que busca conocer la generalidad del problema, justo como la ideología holística de la Enfermería. Para
profundizar en este aspecto es necesario enfatizar que la investigación cualitativa indaga sobre la complejidad de todos
los aspectos posibles que rodean un fenómeno en particular.
A pesar de que es igual o aún mayor la dificultad de entrar a
los terrenos psicosociales que a los fisiológicos del individuo,
es posible armonizar el estudio de ambos para obtener resultados con herramientas holísticas que contribuyan al avance
de la práctica enfermera.
175
Para comprender mejor lo que se desenvuelve en la realidad de la investigación cualitativa es necesario explorar el
paradigma cualitativo, el cual permite estudiar los temas en
mayor profundidad con menor cantidad de sujetos. Asimismo, fomenta la creatividad, ya que las respuestas no se limitan a las categorías establecidas. También describe la unidad en profundidad, basada en el contexto, y de una manera
global. Cuando se requiere conseguir información amplia y
profunda sobre algo menos conocido, no debe faltar el paradigma cualitativo (Salgado, 2007).
El paradigma en la investigación
Un paradigma sirve como guía para los profesionales en una
disciplina porque indica las cuestiones o problemas importantes a estudiar; se orienta hacia el desarrollo de un esquema aclaratorio; establece los criterios para el uso de herramientas adecuadas y proporciona una epistemología. Según
Beltrán (1997), el uso combinado del método cualitativo y
cuantitativo tiene sus desventajas, entre las cuales señala que
la combinación puede resultar costosa; implica más tiempo,
en algunos casos excesivos; cabe la posibilidad de que los
investigadores carezcan del adiestramiento suficiente en los
dos métodos para utilizarlos eficientemente. De acuerdo a
la definición de paradigma de Kuhn (1962), el enfoque que
de la vida social hace el paradigma cuantitativo emplea los
supuestos mecanicistas y estáticos del modelo positivista de
las ciencias, mientras que el paradigma cualitativo propone
un enfoque holístico más orientado a la realidad de la satisfacción y los sentimientos humanos.
Ambos métodos poseen marcadas diferencias; mientras el
paradigma cuantitativo utiliza un método de análisis causal y
correlacional, el paradigma cualitativo utiliza un método de
análisis descriptivo e interpretativo. Mientras el primero le da
más importancia a lo objetivo, entendido como lo medible;
el segundo se muestra más interesado en el uso de la “comprensión” humana. El uso de cualquier método es debatible,
ya que no existe un paradigma que constituya la solución
absoluta a los problemas planteados en la investigación, sino
176
que cada uno de ellos constituye diversas formas de llevar a
efecto una investigación (Herrera, s.f).
Antes de inclinarse por algún paradigma, el investigador
debe tomar en cuenta que el saber científico es precavido y
evita precipitaciones Ramírez (2009); es decir, suspende el juicio
hasta no encontrar evidencia. Aun cuando la ciencia no lo explica todo, pretende llegar hasta las razones más profundas y últimas de su objeto de estudio, esta cualidad significa cierto grado
de humildad en cuanto reconoce que el conocimiento científico
no es definitivo, y es posible profundizar, mejorar, precisar los
hallazgos. Es aquí donde brilla la necesidad de una investigación cualitativa, no para reemplazar, siempre para complementar los fundamentos de la investigación cuantitativa.
El conocimiento científico es práctico en cuanto busca explicar los fenómenos objeto de su estudio. Es también característico del conocimiento científico el uso de un lenguaje
propio distinto del común que aspira al máximo de comunicación en el mínimo de términos.
El paradigma cualitativo
La necesidad de un paradigma cualitativo nace como alternativa al paradigma racionalista ya que este último posee
cuestiones problemáticas y restricciones que no se pueden
explicar ni comprender en toda su existencia desde la perspectiva cuantitativa, como por ejemplo los fenómenos culturales, que son más susceptibles a la descripción y análisis
cualitativo que al cuantitativo (Gurdián, 2007).
Este nuevo planteamiento surge fundamentalmente de
ciencias como la antropología y la psicología. El paradigma
cualitativo fue dotado de fundamentos humanistas para una
mejor comprensión de la realidad social. Por tanto, percibe la
vida social como una creatividad compartida y colectiva de los
individuos. El hecho de que sea compartida determina una realidad percibida como objetiva, viva y cognoscible para todos
los participantes en la interacción social. Además, el mundo
social no es fijo ni estático sino cambiante, mudable, dinámico. Justo como en la ciencia enfermera, el paradigma cualitativo conceptualiza a los individuos como agentes activos en la
177
construcción y determinación de las realidades que se encuentran. Dicho enfoque incluye también un supuesto acerca de la
importancia de comprender situaciones desde la perspectiva
de los participantes en cada situación (Ricoy, 2007).
Ambos paradigmas, cuantitativo y cualitativo, constituyen
dos grandes modelos de investigación, el primero, de mayor
antigüedad que el segundo. Respecto a estos dos paradigmas, Kuhn (1962) expresa que cada uno de ellos explica un
volumen limitado de la realidad, de tal manera que, hasta
cierto punto, las áreas que interesan a una disciplina se encuentran, en mayor o menor grado, adecuadamente cubiertas por un determinado paradigma. Es por ello que resulta
inapropiado situar a uno de los dos modelos, con sus tipos
de investigaciones y métodos, en una posición inferior ya
que ninguno nos lleva con certeza a la respuesta adecuada.
Fue Zellerberg (1995) quien expuso la hipótesis de que el
enfoque cuantitativo y el enfoque cualitativo cumplen distintos roles en el progreso del conocimiento y que ambos, a
pesar de sus diferencias estructurales, son esenciales y complementarios ya que dentro de la investigación no sólo es
necesario cuantificar datos y transformarlos en estadísticas,
sino también es preciso comprender la realidad en que intervienen los programas o proyectos para mejorar la práctica,
estudiar y conocer los procesos y resultados desde una reflexión crítica y sistemática.
El grupo de estudio
Al determinar la importancia de la integración de ambos modelos de investigación es necesario que quien investiga determine las características relevantes que poseen los grupos
y actores de la investigación.
Este importante proceso de sistematización se plantea en
la teoría fundamentada o “Grounded Theory” Badilla (2006),
la cual ayuda a determinar las situaciones y actores o sujetos
de estudio que produzcan información relevante para dar respuesta a las preguntas-problema planteadas. Los criterios de
selección se constituyen en criterios de comprensión en tanto
son pertinentes y no representativos en términos estadísti178
cos. Al inclinarnos por un modelo cualitativo, que incidentalmente tendrá que complementarse con datos cuantitativos,
entendemos que los textos o discursos producidos por las y
los actores muestren relaciones importantes, simbolismos y
representaciones que arrojen información suficiente y pertinente para nuestra investigación.
El procedimiento señalado se denomina selección teórica.
Los investigadores buscan grupos, personas o sucesos específicos, con ciertas características, saben dónde y cuándo encontrarlos, pero lo más importante es que se produzca información relevante para lo que se persigue (Badilla, 2006). Esta
selección teórica no acaba hasta que deja de aparecer nueva
información, es decir hasta que se alcanza un nivel de saturación y una riqueza de información. La selección no obedece
a normas fijas, acepta que el número de participantes puede
variar si se requiere mejorar la riqueza de la información, o
bien puede disminuir si se ha alcanzado la saturación teórica.
En esta investigación se realizaron dos grupos focales utilizando estudiantes del segundo nivel de la carrerea de enfermería. En otro grupo focal participaron alumnos de otros
campus que presentaron los mismos problemas de alto índice de reprobación en la materia de nutrición en comparación
con los sujetos de estudio iniciales.
Se diseñaron ocho preguntas temáticas para las dinámicas
grupales. Los cursos remediales permiten validar estrategias
de reclutamiento y retención de estudiantes. Hubo 40 participantes del RUM y 60 de las escuelas superiores para un total
de 100, lo cual es muy significativo para este componente
cualitativo.
Se optó por un Análisis de Contenido ya que ofrece a los
participantes la oportunidad de expresar su opinión de manera libre fomentando el libre intercambio de ideas. Los jóvenes tienden a ser muy sinceros y espontáneos en el uso de
la técnica, por lo que se tiende a recopilar información muy
valiosa y fidedigna. Es una gran herramienta de aprendizaje
para los investigadores y los participantes.
179
Grupos focales
Las técnicas más utilizadas en la investigación cualitativa son
la observación y la entrevista a profundidad, de ellas se derivan otras que han ido adquiriendo relevancia, entre las que
destacan los grupos focales. Estas técnicas se basan en preguntas que se formulan al sujeto de estudio de forma abierta.
Estas preguntas se guían por teorías de la acción social orientadas por experiencias compartidas de los participantes, por
referencias del acontecer educativo o por valoraciones que
se le atribuyen a ese acontecer.
Los grupos focales se originaron gracias a las ciencias sociales y a la psiquiatría, ya que permiten que las personas
que comparten un problema común estén más dispuestas a
hablar con otras acerca del mismo problema (Krueger, 1988
referenciado por Aramburuzabala, 2000). En experimentos
como el realizado en la Universidad Complutense de Madrid
por Aramburuzabala (2000), se utilizó esta técnica para motivar a que niños asmáticos exteriorizaran sus necesidades y
problemáticas personales en el contexto del grupo con el
apoyo de un moderador, obteniendo resultados satisfactorios abarcando desde sus conocimientos acerca de esta enfermedad hasta su percepción del tratamiento y del personal
médico que les atendía.
La incorporación de la técnica del grupo focal a la investigación y evaluación en salud es relativamente reciente; si
bien la expansión de esta nueva tecnología sigue un ritmo
exponencial. La técnica se originó en la sociología de mediados de siglo con el trabajo pionero de Robert Merton referenciado por Orozco (2010), aunque su uso no se hace extensivo hasta la década de los setenta, cuando es rescatada
para su aplicación en el ámbito de los estudios de mercado.
El supuesto teórico que justifica su utilización es que todas
las organizaciones, también las sanitarias, deberán interesarse en conocer la opción del cliente; es decir, al usuario (real o
potencial) de sus servicios y programas. El grupo focal constituye una técnica especial dentro de la más amplia categoría
de entrevista grupal, cuyo sello característico es el uso explícito de la interacción para producir datos que serían menos
180
accesibles sin la interacción en grupo. Las actitudes y los puntos de vista sobre un determinado fenómeno no se desarrollan
aisladamente, sino en interacción con otras personas.
El grupo focal es «una conversación cuidadosamente planeada, diseñada para obtener información de un área definida de interés, en un ambiente permisivo y no directivo». Se
diferencia de las técnicas grupales de consenso (por ejemplo,
grupo nominal, técnica Delphi) en su propósito fundamental:
comprender el porqué y el cómo las personas piensan o sienten de la manera que lo hacen, y no se pretende llegar a acuerdos. Importa tanto lo que hay de común como lo que hay de
diferente en las experiencias de los participantes. El grupo de
discusión está diseñado para investigar los lugares comunes
de un grupo de personas que, colocadas en una situación discursiva (conversación), tienden a representar discursos más o
menos «tópicos» de los grupos sociales a los que pertenecen.
Frente a la entrevista individual, la principal ventaja del grupo focal es la interacción entre los participantes. La presencia de otras personas, consideradas como semejantes, puede
provocar más fácilmente la «autoconfesión» y ofrece la oportunidad de estimular la generación de ideas y de observar la
interacción entre los individuos. Pero puede convertirse en limitación si los participantes se sienten coartados por la presencia del grupo o por la predominancia de algunos miembros. En
todo caso, elementos tales como el propósito de la investigación, la sensibilidad del tema a tratar y los aspectos logísticos y
de coste son importantes a la hora de considerar la opción por
uno u otro método de entrevista.
En un grupo focal, el carácter abierto y no directivo de la
conversación ofrece flexibilidad al investigador para explorar
nuevos temas no contemplados previamente y libertad a los
participantes para responder o no a las cuestiones planteadas.
Pero son múltiples los peligros potenciales de esta «falta de
control»: invertir tiempo en temas irrelevantes, perder el rumbo
de los objetivos de investigación, disminuir la comparabilidad
entre la información de diferentes grupos, etc. La experiencia
del moderador en la conducción de grupos focales y su familiaridad con los procesos grupales pueden sortear con éxito
estos peligros.
181
Una de las ventajas que el grupo focal comparte con otros
métodos cualitativos es la de ofrecer información respetando las opciones y los términos utilizados por los participantes mismos. Esta característica confiere a la información un
alto grado de validez subjetiva, sobre todo en comparación
con los datos obtenidos a través de instrumentos cerrados,
como un cuestionario. Sin embargo, el análisis de los datos
es más complejo y es más difícil cubrir los requerimientos de
transferibilidad de los resultados. Tradicionalmente, el grupo
focal se considera un método rápido y poco costoso, pero
no siempre resulta así. Un buen diseño y un análisis en profundidad pueden consumir mucho tiempo y, por otra parte,
el proceso de conformar un grupo no resulta fácil, sobre todo
en poblaciones a las que les resulta difícil acceder por cualquier motivo.
Importancia del Grupo Focal en la investigación cualitativa
El grupo focal puede ser utilizado como un método de investigación y evaluación por sí mismo, o bien como complemento de otros métodos cualitativos y cuantitativos de una u otra
forma, estará indicado cuando se desea aprender sobre las
experiencias y perspectivas de los participantes.
El grupo focal es de utilidad cuando se pretende investigar qué piensan los participantes, pero resulta especialmente
valioso para averiguar por qué piensan de la manera que lo
hacen De esta manera, el grupo focal «llega allí donde otros
métodos no pueden alcanzar».
En la actualidad, es amplia la aplicación de los grupos focales en el campo de la medicina, ya que se han utilizado en
el diseño y evaluación de múltiples programas y servicios:
valoración de necesidades y preferencias de los pacientes,
identificación de obstáculos para la puesta en marcha, desarrollo de materiales educativos, talleres para estudiantes o
profesionales de enfermería, e incluso evaluación de la calidad de los servicios médicos. Otras indicaciones tienen que
ver con la investigación en profundidad de un determinado
fenómeno de interés, sobre todo cuando se trata de comprender actitudes y percepciones frente a comportamientos
182
de riesgo o analizar las creencias y valores culturales dominantes.
El grupo focal tiene su utilidad, por último, en el desarrollo de instrumentos de medida adecuados a la población
diana. La información de los grupos focales puede ayudar a
construir un cuestionario utilizando las palabras y categorías
propias de la población a la que va dirigido, a elaborar las
dimensiones para medir un determinado concepto, a la generación de nuevas hipótesis de estudio y al desarrollo de los
procedimientos de encuesta.
Los participantes en los grupos deben ser «representantes» de la población diana, al mismo tiempo que esperamos
obtener información sobre toda la variedad de opiniones
que existe en esa población, cuando consideramos en conjunto todos los grupos realizados. La segmentación consiste
en identificar a los subgrupos que componen la población y
decidir cuáles deben estar incluidos en el estudio en función
de criterios que se corresponden con aquellas características
que marcquen diferencias en la manera de vivir, sentir y opinar acerca del tema de interés. Habitualmente se utilizan tanto criterios sociodemográficos (sexo, edad, estatus, lugar de
residencia) como aquellos que resulten pertinentes en cada
caso. Es pertinente diseñar grupos homogéneos internamente en relación con aquellas características que dificulten la
comunicación, al tiempo que se facilita el análisis en profundidad de aquellos temas comunes a los miembros del grupo.
El tamaño del grupo influye en la dinámica de la discusión.
Grupos pequeños generan discusiones más intensas y detalladas, incluyendo más información sobre cada participante.
No existe una norma fija en cuanto al número de grupos a
realizar, la cantidad dependerá del grado en que podamos
agrupar distintos atributos en un mismo grupo respetando el
criterio de homogeneidad.
Se admite la necesidad de organizar al menos dos grupos
para cada variable de segmentación, pero debe prevalecer
un criterio flexible de realizar grupos hasta llegar a la saturación de la información.
El diseño cualitativo se caracteriza por su flexibilidad y carácter iterativo, de modo que permite redefinir los criterios
183
de segmentación a medida que se produce la información.
En la mayoría de los casos es necesario recurrir a informantes
clave para identificar a personas que reúnan el perfil definido, aunque también se pueden utilizar censos o registros si
están disponibles. Resulta muy útil elaborar un registro con
los datos de contacto y las características relevantes para la
segmentación de los grupos.
El debate y el cierre en un grupo focal
Al realizar un grupo focal se busca provocar un debate a fondo planteando los temas que van de cuestiones generales y
poco «comprometidas» a otras más específicas que se sondean en profundidad. Aquí la moderación adquiere mayor
grado de complejidad, ya que se debe demostrar una actitud
de escucha activa y no enjuiciadora, a la vez que se conduce
la discusión hacia los temas relevantes. Uno de los peligros
frecuentes es la falta de flexibilidad y reflejos del moderador
para retomar y profundizar en nuevos temas, aunque no figuren en el guión. Es importante evitar que algunos participantes dominen la discusión e impongan sus puntos de vista.
Cuando esto ocurre, puede resultar muy útil el lenguaje no
verbal (por ejemplo, apartar la mirada del que acapara la discusión y fijarla en los que no intervienen) o incluso el verbal
de forma explícita.
Aunque la duración de una reunión suele oscilar entre 90 y
120 minutos, no existe un límite prefijado. La reunión termina
cuando se agota la información que surge del grupo. El moderador resume los principales temas identificados, comenta
de nuevo la utilidad de los resultados y que el grupo no se
va a volver a reunir como tal, y finaliza agradeciendo a los
participantes su colaboración.
Después de la reunión, es muy útil que el moderador y observador comenten su desarrollo y recapitulen el contenido
y significado de lo que se ha dicho. Se analiza, a la luz de lo
ocurrido en la reunión, si es necesario reorganizar la guía de
temas, modificar el perfil de los participantes en siguientes
grupos, seguir realizando más grupos de ese segmento o no,
modificar la dinámica de la moderación u otros aspectos del
184
diseño. Es necesario resaltar la importancia del ayudante-observador, cuyo «silencioso» papel consiste en recibir y colocar
a los participantes, manejar el equipo de grabación, registrar
en papel lo que está ocurriendo en el grupo de manera no
verbal (por ejemplo, el lenguaje corporal y gestual) y la dinámica general de la reunión, incluyendo una evaluación de la
moderación.
Los grupos focales aplicados a la práctica enfermera han
logrado resultados satisfactorios cuando se involucra a pacientes y personal enfermero; Este es el caso del Estudio
TELBIL realizado (Martin et al., 2011) en España: los grupos
focales se conformaron con pacientes y los enfermeros encargados de monitorear sus enfermedades crónicas. Gracias
a los grupos focales como herramienta de investigación cualitativa fue posible que los pacientes tomasen consciencia de
su enfermedad y se involucraran más en la monitorización de
la misma, motivando así el autocuidado y la capacidad de
autonomía. Asimismo, al compartir sus experiencias con los
profesionales responsables de su cuidado, se sintieron apoyados y valorados en un nivel más sensible y personal. Esto
provocó en los pacientes y en sus cuidadores una sensación
de seguridad y un alto grado de satisfacción.
Otro ejemplo es el estudio llevado a cabo en cinco pacientes de la unidad de hematología-oncología del Hospital
Juan Ramón Jiménez de Huelva (Calero & Llanes, 2011), donde utilizaron los grupos focales para detectar la percepción
de la higiene en manos y uso de guantes en el personal de
enfermería de ese nosocomio. En este caso, los pacientes
aseguraron que todos los enfermeros utilizaban las soluciones alcohólicas y que ninguno incumplió con alguna medida
de higiene. Al aplicar esta técnica en la práctica enfermera es
necesario darle seguimiento a los hallazgos y a su aplicación
periódica.
Tal como indican Crespo et al. (2007) es necesario registrar
los cuidados enfermeros de una forma metodológica, para
poder cuantificarlos, controlarlos, investigarlos y así se tomen
en cuenta por aquellos encargados de la gestión médica; de
lo contrario, se corre el riesgo de que la aportación enfermera pase inadvertida e infravalorada.
185
De acuerdo con Guillén (2011), el personal enfermero reconoce la habilidad de observación y empatía pero no la de
expresión como una habilidad de la comunicación, lo que
dificulta el diálogo entre los actores sociales. No poseen dominio de los factores que influyen en la comunicación, elemento fundamental para el desarrollo de la competencia y el
desempeño profesional.
Análisis de la información cualitativa
Una vez registrada la información, se puede optar por diferentes modelos de análisis que se tratan en otro lugar de esta serie. La preferencia por uno u otro método depende fundamentalmente de los objetivos del estudio y del paradigma teórico
en el que se mueva el investigador.
El análisis e interpretación de la información producida es
una tarea que demanda bastante tiempo y paciencia. Con frecuencia la cantidad de información es abrumadora y no sabemos cómo iniciar la lectura-relectura y la desconstrucción de
la información, que es la que nos permite reconocer claves
de interpretación. La información obtenida de la investigación
cualitativa será heterogénea, ya que cada sujeto de estudio
posee sus visiones propias de la realidad que nos ocupa. La
desconstrucción inicia con una dialéctica entre la información
(los datos) y su comprensión-traducción-interpretación. Al
respecto se pueden señalar dos acciones. Una se vincula con
descubrir significantes de uno o varios fenómenos (situaciones
educativas) y la otra, identificar categorías teóricas relevantes o
dimensiones que emergen del análisis sistemático de la información y que a la vez nos ayudan a determinar algunos constructos teóricos que nos hacen volver a los acercamientos teóricos iniciales para reconstruirlos. Al inicio del análisis se suelen
identificar muchas categorías, sin embargo, conforme se sigue
con la tarea deconstructora, algunas categorías se asimilan a
otras dada su evidente articulación conceptual o práctica.
Al analizar los datos es fundamental tomar en cuenta que la
información no es la realidad misma que se desea investigar,
sino que hemos obtenido diferentes enfoques o significantes
acerca de ella.
186
Conclusión
El grupo focal constituye una opción adecuada para la investigación y evaluación en el campo de la salud, especialmente
para aquellos temas en los que se requiere incorporar la perspectiva de los pacientes e incluso de los profesionales en la
salud. Pero la incorporación de la investigación cualitativa a la
práctica enfermera no se limita a utilizar dicha técnica. Como
docente y como enfermera considero que la práctica moderna del cuidado profesional del ser humano debe contar con
bases en teorías humanistas y valerse de técnicas holísticas
para mejorar cada día esta noble práctica y fomentar la sensibilización de sus practicantes desde la formación en el aula
hasta el desempeño profesional en el campo laboral.
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