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Vertientes del cuidado: experiencias multidisciplinarias en salud

2020, Vertientes del cuidado: experiencias multidisciplinarias en salud

Libro que recoge las experiencias de investigación en materia de salud

Vertientes del cuidado: experiencias multidisciplinarias en salud Grever María Ávila Sansores Gerardo Ruvalcaba Palacios Ma. Gloria Vega Argote (coordinadores) Vertientes del cuidado: experiencias multidisciplinarias en salud Grever María Ávila Sansores Gerardo Ruvalcaba Palacios Ma. Gloria Vega Argote (coordinadores) Título original: Vertientes del cuidado: experiencias multidisciplinarias en salud © 2021 Derechos reservados Grever María Ávila Sansores Gerardo Ruvalcaba Palacios Ma. Gloria Vega Argote (Coordinadores) unas letras industria editorial Calle 64 No. 560 x 73 y 71 Centro Histórico de Mérida, Yucatán editoraunasletras@gmail.com Cel. 9991204210 Fotos: Alfredo Lara Morales ISBN: 978-607-9054-72-4 Primera edición: diciembre de 2020 Colaboradores Los académicos y alumnos participantes en este libro son parte de la Red Multidisciplinaria de Investigación para la Salud Integral (Red-MISI). MC Grever María Ávila Sansores, Dr. Gerardo Ruvalcaba Palacios y Dra. Ma. Gloria Vega Argote. Cuerpo Académico Prevención y Cronicidad actualmente en consolidación reconocido por PRODEP, adscrito al Departamento de Enfermería y Obstetricia, División Ciencias de la Vida, Campus Irapuato-Salamanca, Universidad de Guanajuato, México. MSP Ma. Eugenia Barreto Arias, MTFS Claudia Marcela Cantú Sánchez, ME Lourdes Alejandra Vergara Hernández, MEyAS Monserrat Fernández Moya y Dr. Osmar Antonio Jaramillo Morales. Cuerpo Académico Promoción de la Salud y Cuidados en Grupos Vulnerables, actualmente en formación reconocido por PRODEP, adscrito al Departamento de Enfermería y Obstetricia; División Ciencias de la Vida, Campus Irapuato-Salamanca, Universidad de Guanajuato, México. DCE Lucero Fuentes Ocampo y MCE Jorge Emmanuel Mejía Benavides. Grupo de Investigación Interdisciplinaria aplicada a la Salud del Centro Interdisciplinario de la Universidad de Guanajuato, México. Dr. Raúl Fernando Guerrero Castañeda y Dra. María de Jesús Jiménez González. Cuerpo Académico Cuidado al final de la vida, actualmente en consolidación reconocido por PRODEP, adscrito al Departamento de Enfermería Clínica; División Ciencias de la Salud e Ingenierías, Campus Celaya-Salvatierra, Universidad de Guanajuato, México. DCE Alejandro Morales Jinez, MESC Alicia Ugarte Esquivel, DE Francisco Javier López Rincón, ME Luz Elena Rodríguez Mejía y LE Laura del Carmen Soto Sosa. Cuerpo Académico Enfermería Geronto-Geriátrica, actualmente en formación reconocido por PRODEP. Pertenece a la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón, México. DCSP Laura Alemán de la Torre, DCB Susana Facio Arciniega, ME Alma Rosa Quiroz Guerra, MCE Hermelinda Guzmán Daniel y ME Roxana Martínez Cervantes. Grupo de Investigación Educación para la Salud y Formación Universitaria de la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón, México. Dra. Patricia Isolina del Socorro Gómez Aguilar y Dr. Antonio Vicente Yam Sosa. Cuerpo Académico Cronicidad y Salud Pública actualmente en consolidación con reconocimiento PRODEP. Adscrito a la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Yucatán, México. ME Cielo Isabel Ladrón de Guevara Vázquez. Grupo de Investigaciones Sociales y Jurídicas (GRIP), Fundación Universitaria Tecnológico COMFENALCO, Cartagena de Indias, Colombia. Dra. Gloria Mabel Carrillo González. Grupo de Investigación Cuidado y práctica de Enfermería, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Dra. Sofía Sabina Lavado Huarcaya. Grupo de investigación Enfermería Social y Cuidado de la Persona Adulta (GIESCA) adscrito a la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, Chiclayo, Perú. Con la colaboración del estudiante de la licenciatura de Enfermería y Obstetricia, Ángel Guadalupe Segura Manjarrez y el alumno de la especialidad de Enfermería Médico-Quirúrgica, Víctor Hugo Ramírez Rodríguez, ambos adscritos al Departamento de Enfermería y Obstetricia División Ciencias de la Vida, Campus Irapuato-Salamanca, Universidad de Guanajuato, México. ÍNDICE Presentación 9 Eje 1. Adultos mayores 13 Capítulo I Actitudes hacia la sexualidad en personas adultas mayores 15 Cárdenas Cortés, Adriana Mayela; Hernández Torres, José Luis; Martínez Cervantes, Roxana; Cárdenas Torres, Romme y Martínez Ávila, Mayra Capítulo II. Nivel de autogestión del cuidado en personas mayores de edad que viven con diabetes 31 Quiroz Guerra, Alma Rosa; Morales Salazar, Manuel; Román Ortiz, José Rubén; Aguilera Téllez, Leyla; Valerio Candela, María del Refugio; Pérez González, María Emma; Guzmán Daniel, Hermelinda y Villagrana Guerrero, Natalia Eduviges Capítulo III Estereotipos de la vejez de una población de 50 años o más 51 Morales Salazar, Manuel; Morales Jinez, Alejandro; López Rincón, Francisco Javier; Ugarte Esquivel, Alicia; Paz Navarro, Sonia Guadalupe y Rodríguez Gómez, Irma Lizeth Eje 2. Jóvenes universitarios 65 Capítulo IV Nivel de estrés percibido en estudiantes universitarios 67 Grever María Ávila Sansores, Gerardo Ruvalcaba Palacios, Ma. Gloria Vega Argote, Lourdes Alejandra Vergara Hernández, Raúl Fernando Guerrero Castañeda, Patricia Isolina del Socorro Gómez Aguilar, Gloria Mabel Carrillo González Capítulo V La depresión y el estrés asociados en la ideación suicida de los estudiantes universitarios de enfermería Morales Salazar, Manuel; Quiroz Guerra, Alma Rosa; Valerio Candela, María del Refugio; Pérez González, María Emma y Salazar Plaza, Karen Amira 81 Eje 3. Misceláneo 93 Capítulo VI Importancia de la comunicación en la intervención comunitaria 95 Gerardo Ruvalcaba Palacios, Grever María Ávila Sansores, Cielo Ladrón de Guevara Vázquez, Sofía Sabina Lavado Huarcaya Capítulo VII Intervenciones de enfermería en tratamiento acortado estrictamente supervisado de pacientes con tuberculosis 111 Gómez Torres, Daniela Ramírez Delgado, Rebeca Mejía Ayala, María Berenice Capítulo VIII Plan de cuidados en el paciente en hemodiálisis 125 Fernández Moya Monserrat, Vergara Hernández Lourdes Alejandra, Barreto Arias Ma. Eugenia, Cantú Sánchez Claudia Marcela, Flores Pérez Giovanni Bernabé Capítulo IX Estimulación temprana en el desarrollo motor fino 141 Puente Ramírez Reyna de los Ángeles, Pacheco Rico María Guadalupe, Esquivel Franco Claudia Gabriela, Fuentes Ocampo Lucero, Mejía Benavides Jorge Emmanuel Capítulo X Impacto de la nueva epidemia de COVID-19 en la salud mental de los profesionales sanitarios que trabajan en hospitales: evidencia que arroja la investigación científica 153 Alfredo Lara-Morales, Quetzalli Xiadany Macías-Cervantes Capítulo XI Grupos focales: una revisión conceptual Ma. Gloria Vega Argote, Jorge Emmanuel Mejía Benavidez, Gerardo Ruvalcaba Palacios, Grever María Ávila Sansores, Claudia Marcela Cantú Sánchez, Lucero Fuentes Ocampo 173 PRESENTACIÓN Ruvalcaba Palacios, Gerardo Ávila Sansores, Grever María Gómez Aguilar, Patricia Isolina del Socorro Universidad de Guanajuato Universidad Autónoma de Yucatán México El título “Vertientes del cuidado: experiencias multidisciplinarias” se refiere en parte a los planteamientos generados en la búsqueda del cuidado integral. Desde esta visión, la calidad de la atención se incrementará en la medida en que se fortalezcan el trabajo multidisciplinario y las estrategias de intervención creativas basadas en los avances recientes en prevención, diagnóstico, tratamiento y reinserción social del paciente y sus familiares. Es triste darse cuenta de que las personas, aunque vivan cada vez por más tiempo, desgraciadamente lo harán siendo víctimas de sufrimiento, pues las enfermedades crónicas están repuntando de manera drástica, lo que en términos reales significa que una persona pasará gran parte de su vida padeciendo una enfermedad, su tratamiento y las secuelas que ambas cosas pudieran significar. Por ejemplo, a nivel mundial se ha visto que, aunque se espera que una persona viva hasta los 73 años de edad, la expectativa de vida saludable será solo de 63 años, lo que quiere decir que la persona vivirá cuando menos una década con una pobre salud (Ngai, et al. 2020). Actualmente, las enfermedades crónicas constituyen la principal causa de enfermedad y deceso (Croocks, Hansen, Satterfield, Layton & Van Dongen, 2019). En México, el panorama es el mismo: las primeras tres causas de muerte desde el 2007 a la fecha han sido las enfermedades crónicas, entre las cuales las cardiopatías ocupan el primer lugar, seguidas de la enfermedad renal y la diabetes. Además, también están dentro de las cuatro primeras causas de muerte prematura, siendo solo superadas por la violencia interpersonal (Institute for Health Metrics and Evaluations [IHME], 2019) 9 Desde el punto de vista clínico, el cuidado y la atención del paciente crónico son a largo plazo; además, este tipo de trastornos son muy difíciles de tratar, y las personas que los padecen enfrentan cambios sociales, psicológicos y físicos radicales que afectan tanto el desarrollo de sus actividades como su calidad de vida, en general. Incluso se ha visto que padecer un trastorno crónico puede condicionar la aparición de otras afectaciones de índole físico o psiquiátrico (De Siqueira, De Siqueira & Teixeira, 2020; Mun, Ruehlman & Karoly, 2019). Es cierto que el cuidado no se refiere solamente a los trastornos crónicos, pero este tipo de afecciones es muy prevalente y se presenta a edades cada vez más tempranas, por lo que parece que el estilo de vida actual condiciona su aparición (Kim, Lee & Riesche, en prensa). El tema central del presente libro es de actualidad y de suma importancia. Todos los profesionales de la salud debemos de ser conscientes de la relevancia de brindar a las personas un cuidado integral bajo las condiciones actuales. Los objetivos principales de esta obra son, en primera instancia, establecer un referente para el desarrollo de las investigaciones de los futuros profesionales de la salud, ante todo los especializados en enfermería y psicología. Por lo tanto, el libro va de la mano con el desarrollo práctico de la asignatura de Investigación, pues plantea instrumentos, variables y la manera de medir su resultado. De igual manera, esta obra tiene otro objetivo: ampliar los conocimientos de los profesionales de la salud, tanto clínicos como comunitarios, que decidan llevar a cabo investigaciones para generar nuevas estrategias de intervención, proporcionando las bases para su seguimiento y evaluación. En el presente libro se presentan investigaciones y revisiones de la literatura trascendental que ayudarán a los profesionales de la salud y a los estudiantes a mejorar la calidad de vida de los cuidados. El libro está dividido en tres ejes. El primero, dedicado al abordaje de los pacientes adultos mayores, su sexualidad, el nivel de autogestión y los estereotipos que los propios ancianos tienen sobre este estadío de vida. En el segundo eje se encuentran estudios dedicados a la población joven; par10 ticularmente con temas relacionados al estrés, la depresión y sus experiencias emocionales. Por último, en el tercer eje se presenta un conjunto misceláneo de textos que van desde el impacto del COVID 19 en la población hasta la atención de la tuberculosis, el movimiento fino y la comunicación. En suma, el libro refleja la preocupación que existe entre los profesionales de la salud por brindar al paciente un cuidado y una atención integral. Esperamos que el material aquí reunido sea de interés para el lector, y motive la reflexión sobre la manera en que debe abordarse al paciente en el siglo XXI. Referencias Croocks, E., Hansen, A.D., Satterfield, C.B., Layton, E.M. & Van Dongen, P.A.P. (2019). Cardiac Autonomic Activity During Sleep Deprivation with and without Caffeine Administration. Physiology and Behavior, 210, 112643. https:// doi.org/10.1016/j.physbeh.2019.112643 De Siqueira, S.R.D.T., De Siqueira, J.T.T. & Teixeira, M.J. (2020). Chronic Pain, Somatic Unexplained Complaints and Multimorbidity: A Multimorbidity Painful Syndrome? Medical Hypotheses, 138. https://doi.org/10.1016/j.mehy.2020.109598 11 Institute for Health Metrics and Evaluations [IHME] (2019). Causas de muerte por país. México. Washington, DC: Universidad de Washington. http://www.healthdata.org/mexico?language=149 Kim, E., Lee, Y. & Riesche, L. (en prensa). Factors Affecting Depression in High School Students with Chronic Illness: A Nationwide Cross-sectional Study in South Korea. Archives of Psychiatric Nursing. https://doi.org/10.1016/j. apnu.2020.01.002 Mun, M.Ch., Ruehlman, L. & Karoly, P. (2019). Examining the Adjustment Petterns of Adults with Multiple Chronic Pain Conditions and Multiple Pain Sites: More Pain, no gain. The Journal of Pain. https://doi.org/10.1016/j.jpain.2019.06.002 Ngai, S.S., Cheung, Ch., Ng, Y., Tang, H., Ngai, H. & Wong, K.H. (2020). Development and Validation of the Chronic Illness Self-management (CISM) Scale: Data from a Young Patient Sample in Hong Kong. Children and Youth Services Review, 114, 105077. https://doi.org/10.1016/j.childyouth. 2020.1050 12 Eje 1 ADULTOS MAYORES La Organización Mundial de la Salud (OMS)1 señala que entre el 2000 y 2050 se observará el envejecimiento poblacional a nivel mundial, con un salto de cifras de 605 millones a 2000 millones de adultos mayores; la proporción de los habitantes del planeta mayores de 60 años se duplicará, pasando del 11% al 22% en el transcurso de medio siglo. (OMS, 2015). De la mano con el envejecimiento de la población está la necesidad de atender a los adultos mayores incapaces de valerse por sí mismos, pues muchos padecen limitaciones de la movilidad, fragilidad u otros problemas físicos o mentales, tales como el Alzheimer, entre otras. Igualmente, una gran 1 Organización Mundial de la Salud (2015). Informe Mundial Sobre el Envejecimiento y la Salud. https://www.who.int/ageing/publications/world-report-2015/es/ 13 mayoría necesita alguna forma de asistencia a largo plazo, que puede consistir en cuidados domiciliarios o comunitarios, ayuda para la vida cotidiana, ser internados en asilos, o bien, estadías prolongadas en hospitales. Por todo lo expuesto, se hace necesario el abordaje de este sector de la población, pues no hacerlo conllevará a problemáticas que pueden complicar su calidad de vida. Los estudios, proyectos y programas en torno a esta población vulnerable permitirán la creación de estrategias que mejoren sus condiciones de vida y calidad de atención. 14 CAPÍTULO I ACTITUDES HACIA LA SEXUALIDAD EN PERSONAS ADULTAS MAYORES Cárdenas Cortés, Adriana Mayela Hernández Torres, José Luis Martínez Cervantes, Roxana Cárdenas Torres, Rommel Martínez Ávila, Mayra Universidad Autónoma de Coahuila Universidad María Esther Zuno de Echeverría Torreón, Coahuila, México Resumen El número de Personas Adultas Mayores (PAM) va en aumento, habitan en el mundo más de 650 millones; en México, 10,055,379, y se estima que uno de cada cuatro habitantes lo sea para el año 2020, esto obliga a los profesionales de la salud a considerar los aspectos que mantienen y mejoran su funcionalidad, entre ellos la sexualidad, vista como un componente de bienestar bio-psico-social. Material y métodos Con el propósito de identificar las actitudes hacia la sexualidad en PAM que asistían a una plaza pública de la ciudad de Torreón, Coahuila en 2015, se realizó un estudio no experimental, transversal y descriptivo, seleccionando una muestra de 91 individuos, a quienes se administró la escala de actitudes hacia la sexualidad, previa firma de consentimiento informado. El análisis de datos se realizó en IBM SPSS 22, obteniéndose estadística descriptiva. Resultados Del total de la muestra, 70.3% corresponde al género femenino vs el 29.7% masculino. La edad promedio fue de 65.6 años (± 4.9). En el 36.3% se encontró actitud positiva hacia la sexualidad vs el 63.7%, negativa; por género y edad, preva15 leció positiva en mujeres (28.6%) vs hombres (7.7%), y mayor en el grupo más joven (29.7%) vs el de mayor edad (6.6%) (71-80 años). Conclusión Enfermería debe participar en la generación de programas de promoción para la salud y en el diseño de intervenciones para limitar secuelas o complicaciones que influyan negativamente en el ejercicio sexual, así como fomentar estilos de vida saludables desde etapas tempranas que potencien comportamientos y actitudes favorables hacia el disfrute pleno de la sexualidad durante el envejecimiento en sus distintas formas de expresión. Palabras clave: anciano, sexualidad, México. Introducción Diversos factores, tales como el aumento en la esperanza de vida y la disminución de la tasa de fecundidad, han propiciado el acelerado incremento de la población de Personas Adultas Mayores (PAM) en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2015 y 2050 pasará de 900 millones hasta 2000 (OMS, 2017). El Centro Latinoamericano de Desarrollo (CELADE) estima que en Latinoamérica viven 57 millones (CELADE, 2010). En México, en 2010, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) contabilizó 10.1 millones, y estima que para el 2025 sean alrededor de 12.5 millones, (INEGI, 2014). El envejecimiento de la población puede asimilarse como el éxito de las políticas de salud y de desarrollo económico de un país, sin embargo, constituye un importante reto para la sociedad ya que debe adaptarse a los cambios físicos, patológicos, psicológicos y sociales que el proceso conlleva para potenciar el bienestar funcional y la calidad de vida, por ende su participación social y su seguridad (INAPAM, 2016). Llanes (2013) refiere que un aspecto trascendental en la vida humana y que durante la vejez se ha visto modificado es 16 el componente de la sexualidad, específicamente el aspecto físico, con cambios que se originan en la piel, las mucosas, el sistema vascular y circulatorio, a nivel neurológico, hormonal, en la percepción de calor y/o frio, y en los ritmos circadianos. Asimismo, a nivel sexual y reproductivo se enuncian la disminución de niveles de estrógenos, lubricación vaginal, elasticidad y tono muscular, de la longitud y profundidad vaginal, del tejido vulvar y del tamaño del clítoris, y adelgazamiento de la mucosa vaginal. En el caso del hombre, la disminución gradual de niveles de testosterona, de excitación, meseta, orgasmo y resolución, mayor necesidad de estimulación peniana para lograr y mantener la erección, reducción del volumen seminal, y prolongación del periodo refractario, disminución de la frecuencia y duración del orgasmo, así como de la lubricación. En este sentido, el hecho de que las PAM ya no se encuentran en periodo reproductivo ha limitado ser vistos como seres humanos sexuales (Llanes, 2013). La sociedad ha negado, impuesto y rechazado toda práctica sexual en este grupo poblacional, víctimas de la falta de educación, expresando ideas retrógradas y erróneas que se han difundido por generaciones, alimentadas por una serie de tabúes y mitos que afectan el ejercicio pleno de sexualidad, y muchas veces llegan a desvalorizarlos con actitudes y percepciones negativas hacia su persona, a deshumanizarlos considerando que es improcedente vivirla, y a ridiculizarlos con la idea de que las y los jóvenes son los únicos seres sexuados (Wong, Álvarez, Domínguez & González, 2010) (Llanes, 2013). La falta de expresión sexual puede generar sentimientos de aislamiento, soledad, vergüenza, culpabilidad y miedo, lo que repercute a nivel social y funcional, sin encontrar felicidad, bienestar pleno o satisfacción personal. Por otra parte, entre las variables determinantes que influyen en el ejercicio y/o expresiones de la sexualidad en las PAM está el estado de salud. La relevancia de las enfermedades en la vejez contrastan lo beneficioso que es el sexo para la salud y la mejora de la salud para la práctica del sexo (Pedrero, Moreno-Crespo, & Moreno, 2018). Las patologías cardiovasculares, endocrinológicas, neuro17 lógicas, nefrourológicas, osteomusculares y respiratorias son condiciones que frecuentemente afectan las expresiones de la sexualidad en este grupo debido a sus manifestaciones y tratamiento. Sin embargo, la sexualidad no debe ser vista desde la genitalidad; ellas y ellos deben encontrar nuevas formas de expresión, tales como caricias, piropos, besos, abrazos, la aproximación en sus formas de tacto, intimidad emocional, compañía, diálogo amoroso, la masturbación y no solo el coito (Pedrero, Moreno-Crespo, & Moreno, 2018). La sexualidad geriátrica se define como “La expresión psicológica de emociones y compromisos, que requiere mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de confianza, de amor, de compartir placer con coito o sin él” (Rodríguez-Benítez, Rodríguez, & Sayers, 2010). Es decir, la sexualidad nace con el ser humano y se mantiene hasta el final de la vida, constituyendo parte de su identidad y personalidad, se enfatiza que en las PAM demanda mayor capacidad de diálogo, amor, ternura, confianza, afecto en la relación de pareja y entre compañeros, sentimientos generadores de placer, con o sin coito, lo que permite mejorar el bienestar físico, mental y social de las PAM y, por ende, optimizar su calidad de vida (Guadarrama, Ortíz, Moreno, & González, 2010). De Los Santos y Reyes (2017) señalan que el envejecimiento de la población mundial debe plantearse en la necesidad de estudiar todas las actividades que mejoren la funcionalidad y la calidad de vida de las PAM, ubicando la sexualidad como derecho y parte de estas actividades. Se trata de promover el interés por la sexualidad a través de la educación sobre el proceso de cambio, el ejercicio consciente y libre de la expresión de su sexualidad, y orientación sobre las opciones que incrementen la autoestima, lo cual permitirá lograr y disfrutar de una vida saludable (De Los Santos & Reyes, 2017). La asistencia por parte del personal de salud, desde el cuidado holístico e integral es necesaria en el reconocimiento de la persona incluyendo la sexualidad, desafiando las propias suposiciones sobre el tema. Los elementos teóricos sobre la sexualidad y el envejecimiento otorgan la capacidad 18 de re-direccionar las inquietudes de las PAM. El papel del personal de salud, específicamente de enfermería, debe enfocarse a eliminar aquellos estereotipos sexuales, realizar una historia clínica detallada para identificar lo que quieren, el interés y el funcionamiento sexual para planificar de acuerdo a ello (De Los Santos & Reyes, 2017). La importancia de abordar la sexualidad de las PAM en la disciplina de enfermería pone de manifiesto la responsabilidad de este gremio en la promoción de estilos y condiciones de vida saludables que disminuyan el impacto de las enfermedades coexistentes, permitiendo cambios actitudinales a través de actividades educativas que contemplen los cambios orgánico-fisiológicos e implicaciones sociales, mediante la implementación de estrategias para preservar la capacidad sexual y mantener su calidad de vida (Guadarrama, Ortíz, Moreno, & González, 2010). Tal como lo refiere Dorothy E. Johnson en el Modelo del Sistema Conductual, la enfermería debe actuar como fuerza de regulación externa en la prevención y/restauración de enfermedad, estabilizando el comportamiento de la persona en la doble función de procreación y de satisfacción, sin limitarse a ellos, comenzando por el desarrollo de la identidad del rol y las conductas asociadas con el papel sexual, por lo que se propone la realización de este estudio que permita identificar las actitudes hacia la sexualidad en PAM, a fin de responder si estas serán o no positivas (Holaday, 2015). Marco teórico-conceptual Según la OMS, “la sexualidad es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca el sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, 19 económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales” (Mullo, 2015). Dorothy Jhonson, autora del Modelo del Sistema Conductual, se refiere a la función sexual de la persona (sistema) como una parte integrada e interrelacionada de otras (subsistemas); dependencia, ingestión, eliminación, agresividad/ protección, realización y afiliación con requisitos estructurales (meta, predisposición a actuar, centro de la acción y conducta), y funcionales (protección de las influencias dañinas, nutrición y estimulación para aumentar el desarrollo y prevenir el estancamiento) que pueden sufrir tensión, producir desequilibrio y/o enfermedad. Por tanto, la conducta sexual de cada sistema podría afectar y/o afectarse por estereotipos que tienen que ver con la procreación y el emparejamiento, así como con otras conductas o comportamientos evasivos en relación al ejercicio pleno de la sexualidad y la adaptación a los cambios físicos, emocionales, sociales, que el envejecimiento trae consigo, (Holaday, 2015). En este sentido, la enfermería debe intervenir ayudando a la PAM a enfrentar mejor las debilidades y amenazas, debe lograr que todos aquellos cambios orgánicos sean vistos como normales y puedan potenciar la expresión de su sexualidad libremente mediante besos, caricias, tacto, comunicación, pensamientos, emociones, etc., con o sin coito, con el fin de preservar su capacidad sexual y desarrollar valores y actitudes, ya que es uno de los principales motivadores de la conducta humana, y le permitirán un bienestar pleno, ajeno a estereotipos sociales y culturales (Cremé, Alvarez, Pérez, Fernández, & Riveaux, 2017). En México, Guadarrama, Ortiz, Moreno y González (2010) refieren que son las adultas mayores quienes poseen menor interés en cualquier forma de expresión sexual vs los adultos mayores, quienes poseen mayor satisfacción; asimismo señalan que existen diferencias entre la edad, el estado de soltería o viudez y la inactividad sexual, sin embargo reportaron relación con las dimensiones del perfil de salud física, emocional y social. Por otra parte, Altamirano y De la Cruz (2018) demostraron mediante un estudio cualitativo que en una pareja, hombre y mujer adultos mayores conciben per20 cepciones negativas hacia la sexualidad, rechazándola por ellos mismos, con falta de expresiones en cuanto a deseos y fantasías eróticas, y reprimiendo la práctica del sexo; igualmente demostraron con base en las entrevistas estructuradas que el papel o rol de la mujer en el sexo depende de estereotipos culturales (Altamirano & De la Cruz, 2018). Metodología El diseño de estudio fue no experimental, transversal y descriptivo. La población participante consistió en 91 personas adultas mayores que asistieron a una plaza pública consecutivamente en Torreón, Coahuila, a quienes se administró una cédula de datos sociodemográficos y la Escala de Actitudes hacia la Sexualidad en el Adulto Mayor (EASA), previa firma de consentimiento informado. La EASA consta de 44 ítems en escala tipo ordinal, agrupadas en cinco factores: Estereotipos sexuales, mitos sociales y religiosos, prácticas sexuales, deseo sexual y rol de la mujer en el sexo. Las categorías fueron: totalmente de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo y totalmente en desacuerdo, asignándose una puntuación entre 0 y 56 “actitud positiva hacia la sexualidad” y de mayor a 57 “actitud negativa hacia la sexualidad”. El alfa de Cronbach es de 0.95 (Rodríguez, et al., 2010). El análisis de los datos se realizó mediante el paquete estadístico IBM SPSS 22 para Windows obteniéndose estadística descriptiva. Resultados y discusión La muestra final se integró por 91 PAM, 70.3% mujeres y 29.7%, hombres. El grueso de los participantes (79.1%) se concentra entre los 60 a 70 años, mismo rango en el que se ubica el promedio de edad, de 65.6 años (± 4.9) (ver tabla 1). 21 Tabla 1. Análisis proporcional por sexo y edad Frecuencias % Mujer 64 70.3 Hombre 27 29.7 Total 91 100 60-70 72 79.1 71-80 19 20.9 Total 91 100 Sexo Edad Fuente: Cédula de datos sociodemográficos, 2020. Autoría propia. El 73.9% del total de la muestra refieren actitudes positivas hacia la sexualidad vs 26.1% negativas. Tabla 2. Análisis proporcional de las actitudes hacia la sexualidad en personas adultas mayores en relación al sexo y edad Sexo Actitudes positivas hacia la sexualidad Mujer Hombre Total 60-70 71-80 Total Frecuencias 26 7 33 27 6 33 % 28.6 7.7 36.3 29.7 6.6 36.3 Actitudes negativas hacia la sexualidad Frecuencias 38 20 58 45 13 58 % 41.7 22 63.7 49.4 14.3 63.7 Fuente: EASA (Escala de actitudes hacia la sexualidad en el adulto mayor). Copyright [2010] por R. J. Rodríguez. 22 En lo que respecta a estereotipos sexuales, la mayor parte refiere que las mujeres son fáciles para tener relaciones sexuales (37.4%); sin embargo, 46.2% difieren en que tienen sexo solo por placer, 45.1% en que prefieran que sus parejas sean agresivas o que las dominen en el sexo (36.3%). Además, están totalmente en desacuerdo en que las mujeres insatisfechas sexualmente busquen otra pareja para hacerlo (48.4%) o que manipulen a los hombres con sexo (34.1%). Finalmente rompen con el estereotipo de preferir un pene grande en sus relaciones coitales (64.8%) (ver tabla 3). Tabla 3. Categoría de estereotipos sexuales Ítem 18 Ítem 19 Ítem 20 Ítem 22 Ítem 27 Ítem 36 F % F % F % F F F % F % Totalmente en desacuerdo 18 19.8 0 0 25 27.5 19 20.9 44 48.4 31 34.1 7 7.7 En desacuerdo 19 20.9 42 46.2 41 45.1 33 36.3 26 28.6 26 28.6 59 64.8 Totalmente de acuerdo 20 22.0 25 27.5 19 20.9 26 28.6 7.7 7 7.7 6 6.6 De acuerdo 34 37.4 24 26.4 6 6.6 13 14.3 14 15.4 27 29.7 19 20.9 Estereotipos sexuales Ítem 7 % 7 % Fuente: EASA (Escala de actitudes hacia la sexualidad en el adulto mayor). Copyright [2010] por R. J. Rodríguez. En proporción a los mitos sociales, la mayoría expresó estar totalmente de acuerdo en que las mujeres adultas mayores no deben tener relaciones sexuales (42.9%), que si determinada mujer está interesada en el sexo es una enferma mental (35.2%), y en la misma proporción refirió que no deben tomar la iniciativa para establecer una relación de pareja; sin embargo, el 37.4% está en desacuerdo en que durante la vejez las mujeres deben abstenerse de tener relaciones sexuales, y que en caso contrario, quienes disfrutan del acto sexual son pervertidas sexuales (44%). Asimismo, difiere con el hecho de que está mal que la mujer adulta mayor tome la iniciativa en el acto sexual (37.4%), y 42.9% en que sea un tema que no deba discutirse; finalmente, que la promiscuidad sea una práctica en personas sexualmente insatisfechas (ver tabla 4). 23 Tabla 4. Categoría de mitos sociales Mitos sociales Ítem 1 F % Ítem 2 F % Ítem 4 F % Ítem 6 F % Ítem 12 F % Ítem 16 F % Ítem 30 F % Ítem 38 F % Totalmente en 26 desacuerdo 28.6 26 28.6 13 14.3 32 35.2 25 27.5 19 20.9 39 42.9 34 37.4 En desacuerdo 20 22.0 33 36.3 27 29.7 34 37.4 40 44.0 34 37.4 26 28.6 39 42.9 Totalmente de acuerdo 39 42.9 32 35.2 32 35.2 19 20.9 19 20.9 31 34.1 7 7.7 19.8 De acuerdo 6 6.6 0 19 20.9 6 6.6 7 7.7 7 7.7 19 20.9 0 0 18 Fuente: EASA (Escala de actitudes hacia la sexualidad en el adulto mayor). Copyright [2010] por R. J. Rodríguez. Respecto a los mitos religiosos, están en total desacuerdo con que el sexo entre personas adultas mayores sea pecado (63.7%), y 70.3% en que el placer sexual sea pecaminoso (ver tabla 5). Tabla 5. Categoría de mitos religiosos Mitos religiosos Ítem 29 F % Ítem 31 F % Totalmente en desacuerdo 58 63.7 64 70.3 En desacuerdo 20 22.0 20 22.0 Totalmente de acuerdo 7 7.7 7 7.7 De acuerdo 6 6.6 0 0 Fuente: EASA (Escala de Actitudes Hacia la Sexualidad en el Adulto Mayor). Copyright [2010] por R. J. Rodríguez. En la dimensión que integra las prácticas sexuales, la mayor parte de la población adulta mayor evidenció estar en desacuerdo con que las mujeres no deban masturbarse (36.3%), así como que quienes tienen relaciones anales son unas “cualquiera” (42.9%), y respecto al sexo oral, la mayoría está en total desacuerdo en que no sea practicada por mujeres en la misma proporción. En relación, 51.6% se mostró en desacuerdo en que los hombres tengan más fantasías sexuales o sexo (30.8%) que las mujeres (ver tabla 6). 24 0 Tabla 6. Categoría de prácticas sexuales Prácticas sexuales Ítem 9 F % Ítem 10 F % Ítem 11 F % Ítem 13 F % Ítem 14 F % Totalmente En Desacuerdo 25 27.5 32 35.2 39 42.9 6 6.6 26 28.6 En Desacuerdo 33 36.3 39 42.9 32 35.2 47 51.6 28 30.8 Totalmente De Acuerdo 20 22.0 13 14.3 20 22.0 32 35.2 25 27.5 De Acuerdo 13 14.3 7 7.7 0 6 6.6 12 13.2 0 Fuente: EASA (Escala de actitudes hacia la sexualidad en el adulto mayor). Copyright [2010] por R. J. Rodríguez. De las prácticas relacionadas con el estado marital o conyugal de las y los adultos mayores, 41.8% aseguró que los hombres deben tener sexo con su futura pareja antes de casarse para tener química posteriormente; 50.5% se mostró en desacuerdo, y sólo 7.7% de acuerdo ante este hecho (ítem 32). 63.7% están de acuerdo en que deben convivir antes del matrimonio vs 36.3% en desacuerdo o totalmente en desacuerdo (ítem 33). Respecto a si la masturbación es aceptable solo cuando la persona envejecida no tiene pareja, en mayor proporción se está en desacuerdo o totalmente en desacuerdo (50.5%) vs 49.5% que aceptan este hecho (ítem 43). Por último, la población entrevistada señaló que las leyes no deben castigarlos si no siguen la norma social sexual (86.8%) vs 13.2% que acepta este hecho (ítem 44). En relación a la dimensión del rol del deseo sexual, el 48.4% refirió estar totalmente de acuerdo en que la mujer durante la menopausia pierde deseo sexual; sin embrago, expresaron sentirse en desacuerdo en que tienen menos deseo que los hombres (44%), y que este se pierde mientras se envejece (50.5%). El 44% está en desacuerdo en que las mujeres practican relaciones solo por amor, sin embargo la mayoría está totalmente de acuerdo en que las caricias son más importantes que la penetración (41.8%), y para finalizar se manifestaron totalmente en desacuerdo en que las mujeres adultas mayores prefieren hacer el amor sólo de noche (35.2%) (ver tabla 7). Respecto del rol del deseo sexual, el 36.3% señaló que las mujeres sienten vergüenza al pedir caricias sexuales al hombre (ítem 25); el 57.1%, que la mujer utiliza el sexo para 25 mantener contenta a su pareja (ítem 37), pero 44% está en desacuerdo en que para el hombre la sexualidad es prácticamente la penetración (ítem 39), resultándoles difícil si no la tienen (41.8%) (ítem 40). Un 50.5% está de acuerdo en que los hombres adultos mayores tienen relaciones sexuales sin pensar en enfermedades de transmisión sexual (ítem 41), y en desacuerdo en que para tener relaciones sexuales tiene que gustarle su pareja (44%) (ítem 42). Tabla 7. Categoría de rol de deseo sexual Rol de deseo sexual Ítem 3 F % Ítem 8 F % Ítem 15 F % Totalmente en desacuerdo 6 25 27.5 19 20.9 13 14.3 19 20.9 32 35.2 En desacuerdo 28 30.8 40 44.0 46 50.5 40 44.0 6 6.6 26 28.6 Totalmente de acuerdo 44 48.4 13 14.3 19 20.9 38 41.8 38 41.8 13 14.3 De acuerdo 13 14.3 13 14.3 7 7.7 0 30.8 20 22.0 6.6 Ítem 17 F % 0 Ítem 21 F % 28 Ítem 23 F % Fuente: EASA (Escala de Actitudes Hacia la Sexualidad en el Adulto Mayor). Copyright [2010] por R. J. Rodríguez. En cuanto al rol de la mujer en el sexo, el 44% está totalmente de acuerdo en que la mujer adulta mayor debe estar siempre dispuesta a tener sexo con su pareja; sin embargo, están en desacuerdo en que durante el acto sexual deben dejarse llevar por el hombre (42.9%), así como totalmente en desacuerdo en que la infidelidad sea aceptable en el hombre (54.9%). Respecto a la iniciativa para el sexo, se manifestó desacuerdo en que las mujeres no deban tomarla (42.9%), así como que deban estar disponibles para el sexo en todo momento (40.7%), pero están totalmente de acuerdo ante el hecho que deben satisfacer las necesidades sexuales de los hombres (42.9%) (ver tabla 8). 26 Tabla 8. Categoría de rol de la mujer en el sexo Rol de la mujer en el sexo Totalmente en desacuerdo En desacuerdo Ítem 5 F % Ítem 24 F % Ítem 26 F % Ítem 28 F % Ítem 34 F % Ítem 35 F % 12 13.2 13 14.3 50 54.9 20 22.0 7 7 6 39 42.9 20 22.0 39 42.9 37 40.7 25 27.5 6.6 7.7 7.7 Totalmente de acuerdo 40 44.0 19 20.9 7 7.7 19 20.9 26 28.6 39 42.9 De acuerdo 33 36.3 20 22.0 14 15.4 13 14.3 21 23.1 20 22.0 Fuente: EASA (Escala de Actitudes Hacia la Sexualidad en el Adulto Mayor). Copyright [2010] por R. J. Rodríguez. Las actitudes hacia la sexualidad fueron mayormente negativas (63.7%), en específico en mujeres (41.7%), resultado que difiere de Guadarrama, Ortiz, Moreno y González, quienes señalaron que mantener una vida sexual es “muy importante” para los hombres en 92.1% vs 51.4% de las mujeres. Asimismo, contrasta con lo reportado por Altamirano, y De la Cruz, quienes señalan actitudes negativas en temas de sexualidad sin género particular, por consecuencia de mitos, tabúes y creencias socioculturales. Conclusiones y recomendaciones La sexualidad se vive y se expresa a través de distintas prácticas, tales como: besos, caricias, comunicación, deseos y fantasías, además de actitudes favorables hacia la masturbación, el coito, relaciones anales y orales, evidenciándose que no son seres asexuados o bien que los estereotipos que la sociedad ha impuesto entorno al sexo, roles de género, mitos religiosos y sociales no han limitado por completo su vida sexual, lo que rechaza el supuesto que no serán positivas. Sin embargo, se encontraron actitudes negativas entorno al rol de la mujer en el sexo; sobresale el fin de la procreación, el miedo o pudor a pedir caricias sexuales al hombre durante el matrimonio y, finalmente, a siempre estar dispuesta a satisfacer sus necesidades y dejarse llevar por él, situaciones de desigualdad de género que se han mantenido por generaciones. 27 En cuanto a algunos estereotipos sociales y sexuales que señalan que la mujer no debe tener relaciones en la vejez, o que durante esta se pierda el deseo sexual, un porcentaje alto de hombres y mujeres afirmó estos hechos, aunque difieren en las prácticas de masturbación, sexo anal u oral, deseo o placer en ellas, lo que ratifica que se ha estigmatizado su percepción en cuanto a la satisfacción y el interés sexual. En el estudio, dos tercios de la población pertenece al género femenino y tiene edades comprendidas entre 60 y 70 años, en quienes no fueron evaluadas la presencia de morbilidades y comorbilidades, y tampoco su capacidad física, psicológica o social, por ello es recomendable involucrar las variables funcionalidad, sexo y edad para ampliar el conocimiento del tema. En este sentido, enfermería debe participar en la generación de programas de promoción para la salud, diseño de intervenciones para limitar secuelas o complicaciones que influyan negativamente en el ejercicio sexual, así como fomentar estilos de vida saludables desde etapas tempranas que potencien comportamientos y actitudes favorables hacia el disfrute pleno de la sexualidad durante el envejecimiento en sus distintas formas de expresión. Referencias Altamirano, G., & De La Cruz, A. (2018). Repositorio institucional. (U.A.E.M., Editor) http://ri.uaemex.mx/handle/20.500.11799/98622 Cremé, E., Álvarez, J., Pérez, G. D., Fernández, P., & Riveaux, R. (2017). SciELO. MEDISAN: http://scielo.sld.cu/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S1029-30192017000700012 De Los Santos, P., & Reyes, D. D. (2017). Dialnet. Perspectivas sociales: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6292200 Guadarrama, R., Ortíz, M., Moreno, Y., & González, A. (2010). Redalyc. Revista de Especialidades Médico Quirúrgicas: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=47313840005 28 Holaday, B. (2015). Modelo del Sistema Conductual. En M. Raile, Modelos y Teorías en Enfermería (págs. 322-345). Elsevier España, S.L. INAPAM. (2016). Gobierno de México. https://www.gob. mx/inapam/galerias/estadisticas-sobre-adultos-mayores-en-mexico INEGI. (2014). Perfil sociodemográfico de adultos mayores. http://internet.contenidos.inegi.org.mx/contenidos/productos//prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/censos/poblacion/2010/perfil_socio/adultos/702825056643.pdf Llanes, C. (2013). Scielo. Revista Cubana de Enfermería: http://scielo.sld.cu/pdf/enf/v29n3/enf08313.pdf Mullo, M. (2015). Cybertesis. Universidad Nacional Mayor de San Marcos: cybertesis OMS. (Mayo de 2017). Cifras y datos. https://www.who.int/ features/factfiles/ageing/es/ Pedrero, E., Moreno-Crespo, P., & Moreno, O. (2018). Scielo. Formación universitaria: https://scielo.conicyt.cl/pdf/formuniv/v11n2/0718-5006-formuniv-11-02-00077.pdf Rodríguez-Benítez, R., Rodríguez, J., & Sayers, S. (2010). Validation of the Attitudes Toward Sexuality Scale with a Puerto Rican Elderly Population. Boletín Asociación Médica de Puerto Rico, 2(102), 15-23. Wong, L., Alvarez, Y., Domínguez, M. d., & González, A. (2010). SciELO. Revista Médica: http://scielo.sld.cu/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S1684-18242010000300011 29 CAPITULO II NIVEL DE AUTOGESTIÓN DEL CUIDADO EN PERSONAS MAYORES DE EDAD QUE VIVEN CON DIABETES Quiroz Guerra, Alma Rosa Morales Salazar, Manuel Román Ortiz, José Rubén Aguilera Téllez, Leyla Valerio Candela, María del Refugio Pérez González, María Emma Guzmán Daniel, Hermelinda Villagrana Guerrero, Natalia Eduviges Universidad Autónoma de Coahuila Universidad Autónoma de la Laguna Torreón, Coahuila, México Resumen La diabetes está considerada como una pandemia. La Federación Mexicana de Diabetes en 2018 reportó que de las personas diagnosticadas, el 46.4% no realizan medidas preventivas para evitar complicaciones ni las acciones inherentes de autogestión del cuidado. El objetivo del estudio es determinar el nivel de autogestión del cuidado por género en las personas mayores de edad que viven con diabetes en el área urbana. Es un estudio, descriptivo, transversal, comparativo con una muestra por conveniencia de 120 personas que aceptan participar, previo consentimiento informado. Se utilizó un instrumento autoministrado diseñado a partir del contexto de antecedente, con una consistencia interna de .94 de alfa de Cronbach y una consistencia externa de .93 de Índice de validez de contenido, integrado en tres dimensiones con 43 variables. La escala de medición de 0 a 10 a mayor puntuación mayor autogestión del cuidado; una escala de resultado 0 a 4, autogestión deficiente; 5 a 7 autogestión insuficiente, y 8 a 10 autogestión adecuada. Se empleó estadística descriptiva, de tendencia central y paramétrica con 31 un nivel de confianza de 0.05. El 69% son mujeres, el 31% hombres, el alfa de Cronbach fue de .95, con una media total de 6.02. La media por dimensiones, autocuidado de la dieta 5.47, manejo de la incertidumbre 6.50; corresponsabilidad, 6.43, por género; mujer 6.21 hombre 5.60, concluyendo que la autogestión del cuidado es significativamente mayor en la mujeres con valor de p 0.000 t 6.49, la totalidad de las dimensiones se encuentran por abajo del valor de 8 por tanto la autogestión es insuficiente, el instrumento ofrece a la persona que vive con diabetes una guía para la autogestión del cuidado y para el profesional de salud, lo orienta en qué aspectos requiere ser más enfática la asistencia en salud para favorecer la adaptación y la conservación. Palabras clave: Autocuidado, Incertidumbre, corresponsabili- dad, diabetes, rol de la enfermera(o). Introducción En el 2017, en América del Norte y el Caribe la prevalencia de la diabetes fue de 14.8% (Federación Internacional de Diabetes, 2017); en México, de acuerdo a la Encuesta Nacional y Nutrición de Medio Camino 2016, la prevalencia por diagnóstico fue de 9.4%, en tanto que en Coahuila, la prevalencia de diabetes mellitus tipo 2 es de 9.23% (Federación Mexicana de Diabetes, 2018), y en la Laguna, del 12%, información emitida por el Secretario de Salud Jorge Eduardo Verástegui Saucedo (González, 2016); el rango de edad de las personas que viven con diabetes tipo 2 es de 40 a 59 años (Gómez, Calderón, Márquez y Vázquez, 2018), la cual corresponde a la edad productiva, lo que implica un impacto importante en la economía del país y de las familias, aunado al costo elevado del manejo terapéutico. La diabetes, enfermedad no trasmisible, está considerada como pandemia. La Federación Mexicana de Diabetes (2018) reporta que de las personas diagnosticadas, el 46.4% no realizan medidas preventivas para evitar las complicaciones, acciones inherentes a la autogestión del cuidado. Los estilos de vida no saludables 32 influyen en el desarrollo de la diabetes (Federación internacional de la diabetes, 2017). De acuerdo a Prado, González, Paz y Romero (2014), la recuperación de la funcionalidad, del bienestar y la conservación de la salud están supeditados a las acciones deliberadas de autocuidado, así como a acciones de corresponsabilidad con los prestadores del servicio de salud para propiciar estilos de vida saludable a través de la educación en salud activa en la que participa la familia y los cuidadores (Alonso, et al., 2015). Los estilos de vida saludables que establece la Organización Mundial de la Salud (2018), tales como la dieta adecuada, mantener o reducir el peso corporal, la actividad física moderada y evitar el consumo de bebidas alcohólicas y de tabaco, favorecen el control de la diabetes, y ante la presencia de deterioro o alteración de la tolerancia a la glucosa, postergar la aparición de la diabetes tipo 2; sin embargo, para transitar a los estilos de vida saludable se requiere aceptar la enfermedad, lo que implica un manejo adecuado de la incertidumbre. Mercado (2017) en su investigación “Incertidumbre frente a la enfermedad” menciona que el proceso de aceptación es gradual en relación con la apropiación del conocimiento y las habilidades requeridas para el manejo de la enfermedad. En el presente estudio se determinó el nivel de autogestión del cuidado por género en una muestra de personas mayores de edad que viven con diabetes en Torreón Coahuila de Zaragoza. A partir de medir las variables simples con la recolección de la información, de la frecuencia en que se realizan las actividades listadas en el instrumento, los resultados permiten a la persona que vive con diabetes identificar lo que hace o ha dejado de hacer para su autocuidado, y para el profesional asistencial, establecer las acciones de promoción de la salud que propicien estilos de vida saludables, disminuir las complicaciones y la mortalidad prematura por las enfermedades no trasmisibles, establecido como acuerdo en la Cumbre de Desarrollo Sostenible 2015 (Organización Mundial de la Salud, 2015). 33 Marco teórico-conceptual De acuerdo con la Federación Internacional de la Diabetes (2019), la diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no puede producir insulina o cuando el organismo no puede utilizar la insulina que produce. Existen tres tipos de diabetes: Diabetes tipo 1, Diabetes tipo 2 y Diabetes gestacional. La diabetes implica un riesgo para la salud a corto y largo plazo por su impacto socio-económico. A nivel mundial se estima que el 9.3% de la población de adultos entre 20 y 79 años tiene diabetes, lo que representa una cifra de 463 millones de casos, pero además se estima que 374 millones de personas adultas presentan tolerancia anormal a la glucosa, lo que indica el riesgo a desarrollar diabetes tipo 2. La diabetes no controlada o no diagnosticada predispone la presencia de complicaciones o incluso la muerte prematura. Ante este panorama, la Atención Primaria de Salud debe estar centrada en propiciar la autonomía y el empoderamiento para el autocuidado, con acciones deliberadas que permita regular los recursos internos y externos para la recuperación y conservación de la salud (Evia, 2015 y Prado, et al., 2014). La relación prestador de servicio de salud y persona que vive con diabetes es de corresponsabilidad, y esto implica la realización de acciones conjuntas, equitativas y humanas con responsabilidades y compromiso ante lo que se hace o se deja de hacer, con una regulación vital y mutua (Flores, Ramírez, Cueto, Marín y Calvo, 2011). En cuanto al sustento teórico, de acuerdo con la teoría de Dorothea Elizabeth Orem acerca del Déficit de autocuidado, la persona tiene la capacidad de autocuidado y autoconocimiento, es pensante, reflexiva y racional, integrado en un todo dinámico (Prado, et al., 2014), en tanto que para Merle H. Mishel, en su Teoría de la incertidumbre ante la enfermedad, la persona es un sistema biopsicosocial habitualmente alejado del estado de equilibrio, receptivo al cambio; su habilidad cognitiva le permite procesar información ante el desequilibrio, disminuyendo la incertidumbre (Mercado, 2017 y Johnson y Hurtado, 2017). En el Modelo de Adaptación de Sor Callista Roy, la persona está integrada como un todo de 34 forma compleja, susceptible de adaptase a los cambios del entorno, gestionando los estímulos internos y externos fortaleciendo la adaptación. La persona es influida por el entorno externo y a su vez la persona influye en el entorno detonando el cambio (Marriner y Raile, 2018); para Myra Estrin Levine en su Modelo de conservación, la persona está integrada por sistemas organizados que actúan de forma razonable como proceso vital, con sus propios recursos internos y externos, para modificar la realidad y alcanzar la conservación (Pascual, Elers y Garzón, 2018 Quiroz y Fajardo, 2019). Las intervenciones educativas, de acuerdo con la investigación de Flores y Sánchez (2015), Giménez y Peyro (2013), y Ruiz, García, Antúnez y Rodríguez (2008), incrementan el nivel de conocimiento. El conocimiento que tiene la persona que vive con diabetes en relación con la enfermedad es muy bajo, tal como lo demuestran los resultados de las investigaciones mencionadas y los de Vergara, Anarte, Masoliver y Herrera (2016) y González, Alvara, Martínez y Ponce (2007). En la mayoría de los estudios prevalece el género de mujer. Metodología Estudio descriptivo, transversal, comparativo. La población corresponde a personas que viven con diabetes, mayores de edad, del área urbana de la ciudad de Torreón Coahuila de Zaragoza, con una muestra no probabilística, no aleatorizada de 120 participantes; con un muestreo de localización de casos por referencia (Hernández, Fernández y Baptista, 2014) en el centro de la ciudad y colonias del sur poniente y nororiente, que aceptaron participar, que estén en condiciones para contestar el instrumento de manera independiente o con apoyo, previa firma del consentimiento informado. En relación con los aspectos éticos, el estudio cubrió los requisitos de la Dirección General Académica y la Coordinación general de Posgrado y Educación Continua de Investigación de la Universidad Autónoma de la Laguna, otorgando un dictamen favorable para su realización al dar cumplimiento con lo establecido en los artículos 98 y 100 en el Título Quinto, y el Artículo 14, fracción VII, en el Título Segundo 35 del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación en Salud. La investigación es de riesgo mínimo; solamente se utilizó un instrumento escrito, la valoración de la tensión arterial, sonometría y la medición de la glicemia capilar para valorar el nivel de autogestión del cuidado de las personas que viven con diabetes. La participación es de manera voluntaria y en todo momento respetando la integridad y bienestar de los participantes, como se establece en el artículo 13, 14 fracción I y V, 16, 17 fracción II en el Título Segundo del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación en Salud (Diario Oficial de la Federación, 2014). El instrumento se diseñó a partir del referente contextual y teórico, conformado en tres dimensiones correspondientes a las variables complejas y 43 variables simples. Tabla 1 Variables complejas y simples Variables complejas Variables simples Dimensión autocuidado de la dieta 19 Dimensión corresponsabilidad 17 Dimensión manejo de la incertidumbre 7 Ʃ 43 Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. n=120 Las 43 variables simples fueron recolectadas y ponderadas con una escala de 0 a 10, al contestar en qué medida realiza cada una de las actividades que corresponden a las variables simples por dimensión; a mayor puntuación, mayor realización de la actividad como autogestión de cuidado con la escala de resultados que se puede ver en la tabla 2. 36 Tabla 2 Escala de resultados-recomendación de movilización de recursos internos y externos Escala Resultado Movilización de recursos 0a4 Deficiente Prioritario la gestión del autocuidado 5 a 7 Insuficiente Conveniente la gestión del autocuidado 8 a 10 Adecuada Continuar con la autogestión del cuidado Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. Previa capacitación de las personas que colaboraron en la recolección de la información y la ubicación de las personas clave de la comunidad, a quienes se les informó de los pormenores del estudio, se calendarizaron las fecha y horarios para la recolección de la información. Para la presentación de resultados se utiliza la estadística descriptiva, medidas de tendencia central, la prueba de fiabilidad del coeficiente de alfa de Cronbach y la prueba no paramétrica de t. Para el análisis estadístico se empleó el paquete estadístico STATISTICA 10, y para la presentación de resultados el programa de Excel. Resultados y discusión Posterior a la explicación general del estudio y la firma del consentimiento informado, se procede a la recolección de la información correspondiente a la ficha sociodemográfica física clínica, y de las 43 variables simples. Para la presentación de los resultados se elabora una base de datos en el programa de Microsoft Excel, se emplea estadística descriptiva por frecuencias con valores absolutos y relativos, la medida de tendencia central de media y la prueba no paramétrica t, para la comparación por género. El análisis estadístico se realiza con paquete estadístico STATISTICA 10. En la Tabla 3 se observa que prevalecen el género femenino, con una media de 58 años, mínima de 24 años y máxima de 87 años; 75% refieren haber recibido información acerca de la diabetes, el 20% refiere no contar con servicio médico, el 78% tiene servicio médico público, el 63% vive en pare37 ja: 52% están casados y el 11%, en unión libre. En cuanto a los valores glucémicos, la mínima encontrada fue de 94 mg. de azúcar en sangre capilar, una máxima de 549 mg. y una media de 215 mg., solo 28 participantes tuvieron valores < al valor de referencia; el 60% tiene obesidad, el 40% refiere ser hipertenso, el 27% no refiere antecedentes de diabetes, prevalece el antecedente por la línea materna con un 60%; el 4% no tiene ningún tratamiento y el 48% toman hipoglucemiantes. Tabla 3 Grupo etario y género Frecuencia Ʃ % 20 66 55 37 17 54 45 Ʃ 83 37 120 % 69 31 Grupo Mujer Hombre 20 a < 60 años Adulto 46 60 y + años Adulto Mayor 100 Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. n=120 La media de la dimensión autocuidado de la dieta Tabla 4 es de 5.47, con una mínima de 4.53 y una máxima de 6.74. La totalidad del rango de las medias se encuentra por debajo de 8,15 de las variables están dentro del rango de 5 a 7 con un resultado de autogestión del cuidado insuficiente, y 4 variables están por abajo del valor de 5 con un resultado de autogestión del cuidado insuficiente. 38 Tabla 4 Dimensión Autocuidado de la dieta Variables de autocuidado de la dieta  Come sus tres comidas al día 6.74 Toma de seis a ocho vasos con agua 6.60 Come alimentos cocinados con poca grasa 6.37 Come verduras 6.19 Evita comer pasteles 5.66 Evita comer alimentos enlatados 5.56 Evita comer pan de azúcar 5.53 Come frutas permitidas 5.48 Evita comer dulces 5.38 Evita comer pan blanco 5.38 Evita comer tortillas de harina refinada 5.36 Evita comer carnes frías 5.21 Evita comer alimentos fritos 5.20 Evita tomar jugos enlatados no naturales 5.18 Come a las mismas horas 5.16 Evita comer galletas 4.93 Evita tomar refrescos 4.88 Evita comer frutas no permitidas 4.63 Come dos colaciones saludables 4.53 Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. n=120. En la Tabla 5, sobre la Dimensión de corresponsabilidad, la media encontrada fue de 6.43, sólo la variable de “mantiene la esperanza” se encuentra con una media de 8.03 que corresponde al resultado de autogestión adecuada de autocuidado, 14 variables se encuentran en el rango de resultado de autogestión insuficiente del cuidado, y de 2 variables la media está por abajo del valor 5 que corresponde al resultado de autogestión deficiente de autocuidado. 39 Tabla 5 Dimensión Corresponsabilidad  Variables de corresponsabilidad Mantiene la esperanza 8.03 Toma sus propias decisiones 7.79 Realiza las actividades sin ayuda 7.67 Afronta los problemas 7.67 Mantiene el optimismo 7.63 Tiene apoyo de su familia 7.17 Toma su tratamiento a la hora indicada 7.08 Acude a las citas para su atención 7.06 Aclara las dudas en relación con su enfermedad 6.54 Aclara las dudas en relación con su tratamiento 6.32 Aclara las dudas en relación con su alimentación 6.00 Aclara las dudas en relación con el ejercicio que debe realizar 5.61 Evita tomar bebidas con alcohol 5.61 Evita fumar o consumir tabaco 5.43 Planea sus cuidados 5.17 Se realiza la prueba de azúcar 4.39 Hace algún tipo de ejercicio 4.15 Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. n=120 La media de la dimensión “manejo de la incertidumbre” (Tabla) 6 fue de 6.50 y la totalidad de las variables simples se encontraron en el rango de 5 a 7, que corresponde al resultado de autogestión insuficiente. 40 Tabla 6 Dimensión Manejo de la incertidumbre  Variables del manejo de la incertidumbre Acepta su enfermedad 7.44 Acepta su estado de salud 7.31 Controla la inseguridad 6.31 Controla la melancolía 6.25 Controla la tristeza 6.16 Controla la ansiedad 6.13 Controla las preocupaciones 5.92 Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. n=120 En la Tabla 7, la media de la autogestión del cuidado es de 6.02, ubicándose en el resultado de autogestión insuficiente. La media de 6.21 en la mujer se encuentra ligeramente por arriba de la media correspondiente a los hombres. Tabla 7 Autogestión del cuidado por dimensiones y género Mujer Hombre Autocuidado de la dieta 5.59 5.20 5.47 Corresponsabilidad 6.62 6.00 6.43 Manejo de la incertidumbre 6.88 6.21 5.65 5.56 6.50 6.02 Dimensiones  Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. En la gráfica 1, Autogestión del cuidado por dimensiones y género, el valor de las medias en la mujer osciló de 5.59 a 6.88, en tanto en el hombre fue de 5.20 a 6.00. En la totalidad de las dimensiones el valor de las medias en la mujer está por arriba del valor de las medias de los hombres. 41 Gráfica 1 Autogestión del cuidado por dimensiones y género Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. En el comparativo por género presentado en la Tabla 8 se encontró una diferencia significativa, con un valor de t 6.49 p 0.000, con un nivel de confianza de 0.05, la autogestión del cuidado es significativamente mayor en la mujer. Tabla 8 Comparativo por género Mujer Hombre Media Varianza Observaciones Grados de libertad Estadístico t P(T<=t) una cola Valor crítico de t (una cola) 6.21 1.28 43 42.00 6.49 0.000 1.68 5.59 0.73 43 P(T<=t) dos colas 0.000 Valor crítico de t (dos colas) 2.02 Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. 42 En cuanto al comparativo por género en cada una de las dimensiones gráfica 2, Tabla 9 se encontró una diferencia significativa en las tres dimensiones, con un intervalo de confianza de 0.05; en el Autocuidado de la dieta con un valor de t 3.20 con una p 0.002 p 0.005, en la Corresponsabilidad con un valor de t 3.97 con una p 0.001 y en el manejo de la incertidumbre con un valor de t 8.02 con una p 0.000 p 0.001. Gráfica 2 Comparativo por Género y Dimensiones Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. 43 Tabla 9 Comparativo por Género y Dimensiones Autocuidado de la dieta de la Corresponsabilidad Manejo incertidumbre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Media 5.59 5.20 6.62 6.00 6.88 5.65 Varianza 0.45 0.41 1.86 0.94 0.39 0.44 19 19 17 17 7 7 Observaciones Grados de libertad Estadístico t 18.00 16.00 6.00 3.20 3.97 8.02 P(T<=t) una cola 0.002 0.001 0.000 Valor crítico de t (una cola) 1.73 1.75 1.94 P(T<=t) dos colas 0.005 0.001 0.001 Valor crítico de t (dos colas) 2.10 2.12 2.45 Fuente: Instrumento autoministrado para determinar la autogestión del cuidado en las personas que viven con diabetes. De acuerdo con la Federación Internacional de la Diabetes, Flores y Sánchez, Ruiz, et al.; Vergara, et al, y González, et al., prevalece más la diabetes en la mujer, concordando con la prevalencia encontrada del 69%. La Organización Mundial de la Salud refiere que el control de la diabetes tiene relación estrecha con una dieta adecuada y la reducción de peso. Las investigaciones de Vergara et al., Flores y Sánchez, Gómez y Peyro, Ruiz et al., y González et al. refieren que las personas que viven con diabetes tienen muy poco conocimiento acerca de la dieta y, por tanto, está presente el sobrepeso, la obesidad y el control glucémico. Fue similar el resultado encontrado en cuanto a la obesidad, con un valor de 60%, y el 85% obesidad abdominovisceral y valores glucémicos por arriba del valor de referencia en el 77% de la población estudiada. El resultado de la media encontrada de la totalidad de las variables estudiadas fue de 6.02, que corresponde al resultado de autogestión insuficiente; similar a lo encontrado en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 44 2016, en cuanto a que solo el 53.6% de las personas diagnosticadas realiza medidas preventivas para evitar o retardar complicaciones, y al muy bajo conocimiento de la enfermedad en las investigaciones de Vergara et al., Flores y Sánchez, Gómez y Peyro, Ruiz et al., y González et al. Conclusiones y recomendaciones El análisis y la reflexión sobre los resultados permite concluir que la movilización de los recursos de la persona que vive con diabetes para la autogestión del cuidado no es suficiente; así también es posible concluir que la responsabilidad inherente a la disciplina de enfermería de generar los estímulos necesarios no ha sido suficientes para controlar la incertidumbre. Este control favorece el proceso de cambio como estrategia vital de la persona que vive con diabetes al procesar la información del exterior asumiéndola como un autoconocimiento para la autogestión del cuidado, con sus recursos internos y únicos, siendo receptiva (cada persona) por medio de las sensaciones y la capacidad cognitiva. Se requiere una actuación de corresponsabilidad en la que el personal de salud intervenga con los estímulos necesarios y focalizados para controlar la incertidumbre, en tanto que la persona que vive con diabetes esté en la posibilidad de movilizar sus recursos internos para la apropiación de los conocimientos que le permitan lograr estilos de vida saludables y alcanzar la adaptación y conservación del estado de salud y bienestar. La aportación disciplinar estriba en que el instrumento utilizado facilita la actuación de corresponsabilidad. A la persona que vive con diabetes le es útil como guía de lo que debe hacer para modificar sus estilos de vida y para la gestión de salud ante el personal asistencial. En contraparte, para el personal de salud sirve como instrumento base para la planeación de las intervenciones más adecuadas a partir de los resultados aportados por los usuarios, permitiendo ser más enfáticos en aquellas variables en las que la puntuación se encuentre por abajo del valor de 8, de acuerdo a la escala de resultado. Además de lo anterior, para ambos, usuario y 45 prestador de servicio de salud, facilitará el proceso de comunicación en torno al cuidado. La principal problemática enfrentada al realizar el estudio fue el reclutamiento de las personas y la negativa a participar en una actividad en la que se les ofrecían aspectos de promoción de la salud que no representaban gasto alguno, lo que refleja una gestión pobre de asistencia en salud y control de su enfermedad. Otro de los retos afrontados fue el desembolso generado, pues no se contó con financiamiento para el estudio. Por último, sobre las recomendaciones, sería conveniente continuar el estudio con una muestra mayor y de manera multicéntrica a nivel nacional e internacional. Se debe considerar ampliar el estudio con investigación cualitativa para identificar los determinantes de vivir con diabetes y de convivir con la persona que padece diabetes. También sería útil migrar el instrumento a un recurso electrónico que facilite su accesibilidad y la emisión del resultado. Referencias Alonso, F.M., De Santiago, N.a., Moreno, M.A., Carramiñana, B.F., Miravet, J.S., Seguí, Ll.T., Huidobro, D.C., (2015). Guía Clínica Diabetes mellitus. Barcelona, España: Editorial Euromedice. Diario Oficial de la Federación (2014). Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud. http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/regley/Reg_LGS_ MIS.pdf Evia, B.V. (2015). 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Mayo; 5(2) pp 24-34 https://www.seapaonline.org/UserFiles/File/Revistas/ Primavera%202017/RevistaRqR_Primavera2017_DM2.pdf 49 CAPITULO III ESTEREOTIPOS DE LA VEJEZ DE UNA POBLACIÓN DE 50 AÑOS O MÁS Rodríguez Mejía, Luz Elena Morales Salazar, Manuel Morales Jinez, Alejandro López Rincón, Francisco Javier Ugarte Esquivel, Alicia Paz Navarro, Sonia Guadalupe Rodríguez Gómez, Irma Lizeth Universidad Autónoma de Coahuila Universidad Autónoma de la Laguna México Resumen La vejez es una construcción social, cultural e histórica que se fabrica desde diferentes percepciones o imágenes sobre lo que es ser “viejo”. En la vejez influye el sistema social de significados en el cual se envejece. Los estereotipos por motivo de la vejez, en condición de conductas prejuiciosas, actos discriminatorios y prácticas institucionales se dan en forma generalizada en todas las sociedades, generando en los adultos mayores que se vuelvan realidad y susciten consecuencias trascendentales, entre ellas menor autonomía, escasa productividad y mayor tensión, lo que puede ocasionar riesgo cardiovascular, y repercutir en la calidad del cuidado de la salud. El propósito es analizar la percepción que las personas de 50 años y más tienen sobre los estereotipos de la vejez; esto permitirá conocer las condiciones visualizadas en la posteridad, y la autopercepción de los adultos mayores. Estudio descriptivo, transversal, la muestra fue de 115 personas de 50 años o más, muestreo no probabilístico por conveniencia. El instrumento se diseñó en base a los referentes teóricos, consta de 15 ítems que miden estereotipos positivos y negativos. Se realizó prueba piloto con alfa de Cronbach de .92. Se utilizó paquete estadístico Statistica para el análisis de frecuencias. 51 El resultado muestra percepción de estereotipos positivos, al igual que negativos sobre la vejez, de modo similar a otros estudios, donde prevalecen con mayor magnitud los negativos. Algunos estereotipos son considerados como normales sin reparar en ellos como discriminación. En ciertos estereotipos negativos ha disminuido la percepción. Los sentimientos positivos hacia el adulto mayor contribuyen a mantener su autoestima afianzada; sin embargo, los estereotipos negativos crean discriminación por la edad y provocan en el adulto mayor peor salud física y psicológica. Estas imágenes también afectan a los profesionales de la salud, lo que puede originar una mala atención a las personas mayores en general. Palabras clave: Estereotipos, vejez, personas de 50 años o más. Introducción La vejez es una construcción social, cultural e histórica que se fabrica desde diferentes percepciones o imágenes sobre lo que es ser “viejo” (Valdés, 2012). La vejez es el resultado de una población que atraviesa los 60 años de edad y que por la disminución de las tasas de mortalidad y fecundidad tiene como efecto que la población llegue a edades que antes resultaba difícil y que en la actualidad aumenta la esperanza de vida, dado a los avances en el factor salud y descubrimientos para el cuidado de padecimientos, además que desde edad temprana es frecuente una vida saludable y atención oportuna de enfermedades (CONAPO, 2017). Los estereotipos por motivo de la vejez, en condición de conductas prejuiciosas, actos discriminatorios y prácticas institucionales se dan en forma generalizada en todas las sociedades, generando en los adultos mayores (AM) que se vuelvan realidad y susciten consecuencias trascendentales, entre ellas menuda autonomía, escasa productividad y mayor tensión, todo lo cual ocasiona riesgo cardiovascular, y también puede repercutir en la calidad del cuidado de la salud (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2015). 52 En la Declaración Política y Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento 2002 (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2002) se plantea promover una imagen positiva de la vejez resaltando el reconocimiento a los AM en cuanto a la autoridad, la sabiduría, la dignidad y la prudencia que han acumulado como resultado del curso de la vida. Es bien sabido que la misma colectividad, por tradición, reconocía a la vejez como equivalente a sabiduría. En algunas culturas se respetaba a los longevos, pero también está presente la idea de que el llegar a esta edad desacredita a la persona al percibirla como inferior. Los mexicanos relacionan la vejez con la enfermedad, decadencia, pérdida de la belleza, funcionalidad, memoria, dependencia, repulsión y fealdad, alejándolos socialmente (Montes de Oca, 2013). Los profesionales que practican la atención a los AM manifiestan una actitud paternalista debido a los estereotipos que comparten con la demás población, pues los consideran menos competentes comparados con la población joven y, a su vez, provocan ese efecto impuesto en ellos (Bustillos y Fernández, 2012). Los estereotipos negativos en el personal de salud continúan vigentes, por lo que es fundamental un cambio cultural que redefina el concepto social de la vejez y que incluya al campo de la salud, pues son los responsables de la atención de este grupo de edad ( Franco, Villarreal, Vargas, Martínez y Galicia, 2010). Al igual que la sociedad en general, los profesionales de la salud deben integrar a los AM con el resto de la población para que desarrollen sus capacidades, sin ser paternalistas; hacer que se les respete y vea como personas sabias, con experiencia y utilidad en la sociedad. Por otra parte, la edad adulta –que fluctúa entre los 50 y 60 años de edad– se identifica por la reflexión del sentido de la vida, el desenredo de problemas, capacidades de afrontamiento y búsqueda de armonía en la proporción que enfrentan los retos de la vida y poder llegar a la siguiente etapa del ciclo vital, la cual puede ser negativa, pero también puede ser satisfactoria (Manjarrez, 2013). 53 En la vejez influye el sistema social de significados en el cual se envejece. Por lo anterior, se considera de gran utilidad analizar cuál es la percepción que las personas de 50 años y más tienen sobre los estereotipos de la vejez, lo cual permitirá conocer las condiciones visualizadas en la posteridad, además de la autopercepción de los AM. Marco conceptual En 2017 se calculó que el 13% de la población mundial eran personas de 60 años o más, o sea, 962 millones, con un crecimiento anual o tasa del 3%. Europa es la región con más personas mayores, aproximadamente 25%. Esa vejez de la población llegará a otras partes del mundo para 2050. Se estima que para 2030 habrá 1,400 millones de personas mayores en el mundo (ONU, 2018). Asimismo, en América Latina y el Caribe se prevé un crecimiento acelerado similar al proyectado a nivel mundial (Aranco, Stampini, Ibarrarán y Medellín, 2018). En México, el Consejo Nacional de la población proyecta que para 2050 la población de adultos mayores será de 21.5%, a diferencia del 2015, que fluctuaba en el 10% (González, 2015). El envejecimiento es un proceso comprendido como un ciclo vital, en el cual se produce crecimiento y madurez, traspasando experiencias de índole biológico, psicológico y social, por lo tanto, el envejecimiento es el paso continuo desde el nacimiento hasta la vejez. Las experiencias y el contexto de cada etapa de la vida determina la siguiente (Rodríguez, 2011). Implica una vivencia única, diferente en cada persona, que involucra todas las dimensiones de la vida, y su significado depende de la referencia que cada cultura haga de ello (Alvarado y Salazar, 2014). La vejez es una etapa que trascurre en todo ser humano; es un proceso complicado, y la sociedad la define por la edad cronológica, por cuestiones de clasificación de grupos etarios, aunque existen entidades en que la vejez se establece por la edad mental y física, realmente, aunque pueden perderse capacidades físicas también pueden adaptarse a cada cambio y continuar integrados en la sociedad, tal como sucede en las otras etapas de la vida (Pinillos y Quintero, 2017). 54 Valdés (2012) subraya que como cada etapa del ciclo de vida, la vejez es una “construcción social e histórica” que simboliza al patrón actual que se tiene en ese momento de los procesos orgánicos que los define, es decir, le da un significado a la vejez de acuerdo a claves que construye a partir de condiciones fisonómicas de las personas y le da un valor social. Los estereotipos se construyen a partir de representaciones de la vejez, son trasmitidos de generación en generación en la etapa de formación de valores y cimentación de impresiones del contexto social a través del medio familiar, las instituciones de enseñanza y del entorno, y así los adultos mayores terminan siendo vistos generalmente como seres marginales e improductivos (Castillo, 2019). Los estereotipos son juicios inexistentes de creencias apegados a un fenómeno, generalmente negativas y obstinadas en el paso del tiempo, difícil de cambiar, a pesar de que quien lo percibe puede en algún momento de su vida experimentar tal discriminación (Rello, López y Muñoz, 2018). Barranquero y Ausín (2019) investigaron el impacto de los estereotipos negativos en la salud física y mental de los AM, y encontraron que a mayor daño a su identidad (autoestima) atribuidos a los estereotipos, es mayor la posibilidad de presentar afección psicológica, grandes probabilidades de invalidez, bajo nivel de bienestar psíquico y alta probabilidad de muerte. La manera en que la población percibe a los AM influye en su bienestar físico y emocional. Los llamados estereotipos negativos generan su discriminación debido a la edad, así como exclusión y aislamiento social, resultado de la ignorancia, pues desconocen la diferencia individual, la extensión de aportación, el beneficio social y la gran diversidad que define a este grupo de la población. Los estereotipos más comunes adjudicados a los AM son los relacionados con la salud física, la salud mental y su personalidad: deterioro de la memoria, se irritan con facilidad, son como niños, su salud es mala, pierden el interés por las cosas, son dependientes, tienen menor interés por el sexo, tienen menos amigos que los jóvenes, tienen peor higiene 55 que los jóvenes; son menos productivos, tienen menos capacidad para resolver los problemas, los jóvenes trabajan menos que los mayores y las personas mayores ya no aprenden (Secretaría de salud [SSA], 2016). Existe la otra cara del estereotipo negativo que genera discriminación, el positivo, que genera conductas de veneración. Según Castellano y De Miguel (2010), son las visiones opuestas, y esta última no es considerada de interés en general; por el contrario, ha pasado de la admiración por la sabiduría y la experiencia a un pensamiento devaluado de los AM calificados por una fuerza inútil causante de ineptitud dentro de la sociedad. Los AM tendrían que enfrentar retos en su vejez, integrando experiencias vividas y conservar el sentido de la vida sin desalentarse, por lo que es necesario animar esos deseos de cristalizar proyectos o recobrar ese deseo de experimentar nuevas vivencias contraponiendo –en la medida de lo posible– todas las limitaciones surgidas del proceso de envejecimiento (Goncalves y Segovia, 2018). La sociedad, en general, incluidos los profesionales de la salud deben convencerse del fundamento base para la atención de los AM descrito por la Organización Panamericana de la Salud (2012 p. 15): “el reconocimiento del envejecimiento como éxito y un desafío de la sociedad actual, de lo viejo como un valor deseable inherente y fortalecedor de la trama social, y de la vejez como una etapa del proceso vital humano”. Metodología El diseño del estudio fue descriptivo, de corte transversal. La población seleccionada pertenece a una comunidad de Torreón Coahuila. La muestra consistió en 115 personas de 50 años o más que participaron de manera voluntaria a través de consentimiento informado; el muestreo fue no probabilístico por conveniencia. El instrumento utilizado se diseñó en base a los referentes teóricos que sustentan esta investigación, y consta de ficha de recogida de datos que colectan: edad, género, estado 56 civil, ocupación, escolaridad y si padece o no enfermedades. Las variables ordinales que miden la percepción de los estereotipos positivos de la vejez evalúan el reconocimiento social y valoración del ser de los AM y los estereotipos negativos. Las connotaciones perjudiciales de la vejez fueron constituidas por 16 ítems con una escala de Likert del 0 al 10, que según Bisquerra y Pérez (2015) es un tipo de escala que se propone como alternativa, pues aumentan las opciones de respuesta y, por ende, aumenta la sensibilidad, en la cual el 0 se considera respuesta negativa (no) y el 10 es positivo (sí) y sus números intermediarios son una aproximación. Para comprobar la confiabilidad del instrumento se aplicó prueba piloto, se midió la fiabilidad con el coeficiente alpha de Cronbach, que según Quero (2010) no debe ser menor a 0.8, y el resultado fue de .920. Para el análisis de datos se utilizó el paquete estadístico Statistica v. 7, se efectuó estadística descriptiva: frecuencias y porcentajes; medidas de tendencia central: media, mediana y medidas de dispersión: desviación estándar. Resultados y discusión Al analizar las características sociodemográficas se observó que el promedio de edad fue de 63 años, de los cuales el 34.78% corresponde al grupo de 50 a 59 años, y el 65.22% al grupo de 60 años o más. En el género predominó con un 56.52% el grupo de mujeres. En la tabla 1 se puede distinguir que con respecto al estado civil prevaleció casado (67.8%); en cuanto a la ocupación sobresalió ama de casa (42.6%), y en la escolaridad destacó la primaria (44.3%). 57 Tabla 1. Características sociodemográficas Variables nominales Categoría f % Estado civil Casado 78 67.8 Separado/divorciado 12 10.4 Viudo 15 13.0 Soltero 10 8.6 Ama de casa 49 42.6 Empleado 33 28.7 Jubilado 15 13 Pensionado 13 11.3 Desempleado 5 4.3 Primaria 51 44.3 Secundaria 41 35.6 Preparatoria 9 7.8 Universidad 14 12.1 Ocupación Escolaridad Fuente: Ficha sociodemográfica elaboración propia. f = frecuencia, % =por ciento En el análisis descriptivo de la percepción de los estereotipos de la vejez, se examinó cada una de las variables ordinales, la técnica es la distribución de frecuencias (Ávila, 2006) en la que se determina el límite superior, que son las medias de las variables más altas, por lo que son percepciones positivas de los participantes de este estudio, el límite medio delimita las variables regulares que los sujetos consideraron dentro 58 de lo “normal” y también arroja las medias más bajas de las variables o límite inferior, por lo que resultan percepciones negativas de algunos aspectos (tabla 2). En el resultado sobresalen la percepción de estereotipos tanto positivos como negativos sobre la vejez, entre los que prevalecen el reconocimiento respecto a la experiencia, sabiduría y la confianza del AM, actitudes efectivas, pero a la par se sigue considerando a los AM con una imagen negativa aludiendo actitudes infantiles y de malhumor, lo cual coincide con el estudio realizado por Gómez y León (2010) en el que se mantiene la autopercepción positiva y negativa, pero percepción negativa de otros AM. Tabla 2. Percepción de estereotipos de la vejez Límite superior Variables ordinales Media La vida le ha dado experiencia Valor Valor Desviación Mínimo Máximo Estándar 9.31 4 10 1.27 Vuelven a ser como niños 9.24 1 10 1.32 Posee sabiduría por lo aprendido en la vida Son muy enojones 9.18 2 10 1.41 9.15 0 10 1.45 Puede brindar consejos a los demás 9.04 1 10 1.76 Límite medio Se les olvida todo 8.79 0 10 2.01 Cuando se es mayor se vuelve una carga para la familia Tiene autoridad moral ante los demás 8.78 0 10 1.85 8.64 0 10 2.14 Ya no les interesa el sexo 8.36 0 10 2.33 No cuidan de su aseo como los jóvenes 8.30 0 10 2.24 Ya no tienen amigos como los jóvenes 8.27 0 10 2.52 Límite inferior Ya no aprenden cosas nuevas 7.79 0 10 2.54 Ya no pueden resolver problemas 7.51 0 10 2.62 7.3 0 10 3.03 Ya no pueden realizar trabajos Fuente: elaboración propia. 59 En los resultados obtenidos, se repara que los estereotipos negativos perduran en el grupo estudiado, pues se sigue considerando “normal” situaciones tales como: trastornos de la memoria, sentimiento de agobio, sentimiento de dependencia, asexuados, desaseados y solitarios (sin amigos), información similar al estudio de Sánchez y Trianes (2009), en el cual trascendieron estereotipos negativos de tipo carácter personalidad. Reaparece el reconocimiento positivo dentro de lo cotidiano y la autoridad moral que expresa autonomía de los AM. De manera disminuida reflejaron los estereotipos negativos referentes a la dificultad para el aprendizaje, resolución de problemas e incapacidad para realizar trabajos, contrario al estudio anterior referido (Sánchez y Trianes, 2009) en el que manejan estereotipos relacionados con falla de intereses vitales y capacidad decadente para trabajar. Conclusiones y recomendaciones Se concluye que los sentimientos positivos hacia el adulto mayor contribuyen a mantener su autoestima afianzada; sin embargo, los estereotipos negativos crean discriminación por la edad y provocan en el adulto peor salud psicológica. Muchos de los estereotipos negativos no son apreciados como tales; es decir, la discriminación está disimulada. Estas imágenes también afectan a los profesionales de la salud, lo que puede originar una mala atención de las personas mayores, en general. Se recomienda ampliar el estudio utilizando instrumentos que abarquen más estereotipos positivos. Referencias Alvarado G. A. & Salazar M. A. (2014). Análisis del concepto de envejecimiento. Gerokomos, 25(2), 57-62. https://dx.doi. org/10.4321/S1134-928X2014000200002 60 Aranco, N,. Stampini M., Ibarrarán P. & Medellín N. (2018). Panorama de envejecimiento y dependencia en América Latina y el Caribe. Banco Interamericano de Desarrollo. (Resumen de Políticas n° IDB-PB-273). Ávila, H. .H (2006). Introducción a la metodología de la investigación. www.eumed.net/libros/2006c/203/ Barranquerro R. & Ausín B. (2019). Impacto de los estereotipos negativos sobre la vejez en la salud mental y física de las personas mayores. Revista de Psicogeriatría. 9(1):41-47. https://www.researchgate.net/publication/334454554_Impacto_de_los_estereotipos_negativos Bisquerra, R. y Pérez-Escoda, N. (2015). ¿Pueden las escalas Likert aumentar en sensibilidad? 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Son fundamentales las políticas y los programas abocados a la salud de la población joven para proteger a su vez las inversiones efectuadas en la niñez, y es determinante para la salud de la futura población adulta. La mayoría de los hábitos perjudiciales para la salud se adquieren durante la adolescencia y la juventud, y se manifiestan como problemas de salud en la edad adulta.2 Por otra parte, las enfermedades crónicas constituyen un problema en cualquier etapa de la vida. La población joven con enfermedades crónicas tiene mayor riesgo de depresión 65 y autoagresión, así como de tener pensamientos o tentativas de suicidio. Esta población requiere de especial atención por ser el futuro de una nación.3 2 Organización Mundial de la Salud (2018). 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Gloria Vergara Hernández, Lourdes Alejandra Guerrero Castañeda, Raúl Fernando Carrillo González, Gloria Mabel Gómez Aguilar, Patricia Isolina del Socorro Universidad de Guanajuato Universidad Autónoma de Yucatán México Universidad Nacional de Colombia Bogotá, Colombia Resumen El estrés es una reacción fisiológica natural del organismo frente a una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. El estrés es un fenómeno de estudio para la enfermería por su importancia en la salud; a su vez, el estrés también puede desarrollarse en el medio académico, donde retoma importancia particular por sus repercusiones a corto y largo plazo. Algunos estudios señalan que puede afectar el rendimiento académico del alumno, generar repercusiones físicas y psicológicas, trastornos de sueño y cefaleas que a la larga se asocian con el desarrollo de enfermedades crónicas, tales como la obesidad, la diabetes y la hipertensión. Objetivo Determinar la asociación entre estímulos focales (género) y el estrés percibido en estudiantes universitarios. Metodología Estudio descriptivo, correlacional, transversal, aplicado. De un universo de 1,867 alumnos universitarios, se obtuvo una 67 población de 886 personas por muestreo aleatorio simple; el cálculo se realizó con el programa Epidat 3.1, con una precisión del 2% y un intervalo de confianza al 95%, del cual se obtuvo un tamaño de muestra de 843 sujetos, y se consideró un incremento del 5% por posibles pérdidas. Resultados En relación al análisis realizado se encontró que la prevalencia del estrés académico para la población en general fue de 83.7%; la prevalencia por género fue de 87.60% en el género femenino y 78.93% en el masculino; la razón de prevalencia fue de 1.10, de manera que los femeninos presentan entre 1.04 y 1.18 más probabilidades de sufrir estrés académico que los masculinos. Al asociar el género con el estrés académico se observó una relación estadísticamente significativa, con una Chi2: 12.07 p. <. Los estresores más importantes identificados para promover intervenciones fueron las evaluaciones docentes en un 15% de la muestra, y el tiempo limitado para hacer trabajos académicos en un 13% de los alumnos participantes. Discusión: El estrés académico, según Barraza (2006), es “un proceso sistémico, de carácter adaptativo y esencialmente psicológico, que se presenta cuando el alumno se ve sometido, en contextos escolares, a una serie de demandas que bajo la valoración del propio alumno son consideradas estresantes. Entre los estresores focales más importantes detectados se encontró: las evaluaciones de los docentes, el tiempo limitado para hacer determinado trabajo, sobrecarga de trabajos y tareas. Palabras clave: Estrés, afrontamiento, estresores. Introducción En la actualidad, la sociedad exige constantes demandas, las cuales tienen que ser atendidas de forma inmediata en un entorno cambiante; los roles asumidos y las diferentes etapas de la vida promueven situaciones de adaptación, de manera que cuando el cuerpo percibe que no puede lograr dicha 68 adaptación y se ve superado por las demandas del entorno, genera el estrés. Selye fue uno de los pioneros en investigar el estrés; desarrolló su trabajo acerca de la influencia del estrés en la capacidad de las personas para enfrenarse o adaptarse a las consecuencias de lesiones o enfermedades; en 1960, definió el estrés como “la suma de todos los efectos inespecíficos de factores que pueden actuar sobre la persona” (Martínez y Díaz, 2007, p. 13). La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el estrés como “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción”; es decir, es un sistema de alerta para la conservación de la vida; un determinado nivel de estrés hace que el organismo pueda alcanzar sus objetivos y cuando éste cesa, se regresa a un estado basal. El problema se desencadena cuando se incrementa la demanda y se presenta un estado de resistencia, como por ejemplo problemas económicos, sobrecarga laboral, escolar y/ o familiar, que al mantenerse en el tiempo pueden ocasionar fallas orgánicas y aparición de enfermedades crónicas (OMS,2010; Berrío & Mazo, 2011). Por otra parte, el estrés puede clasificarse como laboral y académico, este último definido como una reacción de tipo fisiológica, cognitiva y conductual a estímulos y situaciones académicas; varios estudios señalan que más del 50% de los estudiantes universitarios presenta estrés moderado, y a la par experimentan trastornos alimenticios, de sueño y mayor susceptibilidad hacia las enfermedades crónicas, de manera que el estrés impacta en su salud física y mental. Maldonado, Hidalgo y Otero (2000, citado en Román, Ortiz y Hernández, 2008) plantean que un nivel elevado de estrés académico: …altera el sistema de respuestas del individuo a nivel cognitivo, motor y fisiológico. La alteración en estos tres niveles de respuestas influye de forma negativa en el rendimiento académico; en algunos casos disminuye la calificación de los alumnos en los exámenes y, en otros casos, los alumnos no llegan a presentarse al examen o abandonan el aula (…) antes de dar comienzo el examen (p. 2). 69 La influencia del estrés académico en el rendimiento escolar puede deberse a diversos factores; en primera instancia surgen los desencadenantes de estrés, tales como: sobrecarga académica, trabajos obligatorios, grupos grandes en salones pequeños, presentar trabajos ante el grupo, además de pertenecer al género femenino, que al interactuar sinérgicamente provoca pensamientos, emociones y comportamientos negativos y poco adaptativos, lo que puede repercutir a su vez en el aprovechamiento académico (Pozos, et al., 2015). Cabe señalar que una de las posibles consecuencias fatales debidas al estrés académico es el riesgo de suicidio; López (2016) y sus colaboradores en un estudio encontraron que del total de la muestra, un 92.5% de alumnos presentaron estrés académico, de los cuales el 11% manifestó ideas suicidas. El estudio de los niveles de estrés en universitarios permitirá identificar la problemática y crear estrategias que lo prevengan, al igual que evitar desenlaces fatales, como las enfermedades crónicas y, en el peor de los casos, el suicidio. Marco teórico Los seres humanos se adaptan a través de procesos de aprendizaje adquiridos mucho tiempo atrás; por esta razón, la enfermera debe considerar a la persona como un ser único, digno, autónomo y libre, que forma parte de un contexto del cual no se puede separar. Este concepto está directamente relacionado con el de adaptación, de tal forma que la percepción que tiene de las situaciones a las cuales se enfrenta son individuales y diferentes para cada uno. El modelo adaptativo de Callista Roy señala la necesidad de valorar a la persona como un todo, especialmente retoma el modo fisiológico y el psicosocial, en los cuales se puede conocer la percepción de la situación que está viviendo el individuo, cuáles son sus estrategias de afrontamiento y cuáles sus expectativas de apoyo para la adaptación. Por tanto, desde el enfoque teórico la meta de la enfermera es promover la adaptación del ser humano, lo que se entiende como el bienestar máximo a alcanzar (Roy, 1970). 70 Los conceptos que abarca el modelo teórico de Roy son: 1. El ambiente; es decir, todo lo que rodea y afecta al ser humano. Este ambiente puede ser interno o externo. 2. Los estímulos, considerados como todo aquello que provoca una respuesta, y resulta de la instrucción con el ambiente; se dividen en focales (el principal desencadenante de la respuesta inmediata del individuo), contextuales (coadyuvan con el estímulo focal) y residuales (factores ambientales sin embargo no es claro el efecto). Para el caso del estrés académico, se consideran como estímulos focales los diferentes problemas a los que enfrenta un estudiante; los contextuales y residuales implican su género, nivel socioeconómico, edad, etc. 3. Nivel de adaptación. Según Roy, representa la condición del proceso vital, y se describe en tres niveles: integrado, compensatorio y comprometido. En el nivel de adaptación integrado, el individuo ha sido capaz de satisfacer las necesidades humanas, y sin ninguna alteración del sistema de salud, por lo que ha logrado la adaptación; en el compensatorio, los mecanismos reguladores y cognitivos se activan en la búsqueda de respuestas adaptativas, y el nivel de adaptación comprometido se presenta cuando las respuestas a los mecanismos mencionados son inadecuadas y, por lo tanto, resulta un problema de adaptación (Roy, 1970). El referente teórico también señala los mecanismos de afrontamiento, se basa en las respuestas del sistema neuroquímico ante un estímulo y su acción sobre los órganos efectores. Las entradas son de naturaleza química y se transmiten a través de los sistemas circulatorio y nervioso. El subsistema cognitivo trabaja al nivel del sistema nervioso central para interpretar los estímulos ambientales internos y externos; la cognición se relaciona con “las habilidades humanas de pensar, sentir y actuar”, de tal forma que la estructura es el cerebro, los procesos son neuropsicológicos y la base del conocimiento tiene relación con la experiencia y la educación (Andrews y Roy, 1991). Finalmente, la salud es la adaptación; las personas se adaptan de diferentes formas, y esto lleva a que los individuos sean cada vez más complejos y tengan un mayor crecimiento (Roy, 1970). 71 Metodología El tipo de estudio fue descriptivo, correlacional, transversal, aplicado; de un universo de 1,867 alumnos universitarios se obtuvo una muestra de 886 personas por muestreo aleatorio simple; el cálculo se realizó con el programa Epidat 3.1, con una precisión del 2% y un intervalo de confianza al 95%, del cual se obtuvo un tamaño de muestra de 843 sujetos, y se consideró un incremento del 5% por posibles pérdidas. La colecta de datos se realizó de octubre a noviembre del 2017 en una división de la Universidad del Estado de Guanajuato en México, con alumnos universitarios. El criterio de inclusión fue: ser alumno matriculado de nivel licenciatura, y se excluyó a las personas que no quisieron participar en el estudio. Se utilizó el instrumento SISCO de estrés académico realizado por Arturo Barraza Macías en 2006 en Durango, México con una confiabilidad de alfa de Cronbach de .90. El instrumento está constituido por 31 ítems: un ítem de filtro que en términos dicotómicos (si-no), permite determinar si el encuestado presenta estrés académico, o el estrés percibido concebido desde el enfoque de Roy; un ítem que, en un escalamiento tipo Likert de cinco valores numéricos (del 0 al 4, donde cero es nunca y cuatro es siempre) permite identificar el nivel de intensidad del estrés; ocho ítems que, en un escalamiento tipo Likert de cinco valores categoriales (nunca, rara vez, algunas veces, casi siempre y siempre), permite identificar la frecuencia en que las demandas del entorno fueron interpretadas acorde al modelo de Callista Roy como estímulos focales; 15 ítems que, en un escalamiento tipo Likert de cinco valores categoriales (nunca, rara vez, algunas veces, casi siempre y siempre) permiten identificar la frecuencia con que se presentan los síntomas o reacciones al estímulo estresor; finalmente, seis ítems que, en un escalamiento tipo Likert de cinco valores categoriales (nunca, rara vez, algunas veces, casi siempre y siempre) permiten identificar la frecuencia de uso de las estrategias de afrontamiento homologable a los mecanismos de afrontamiento propuestos por Roy. Para la ponderación del instrumento, a cada escala Likert se le asignaron valores desde 0 para nunca hasta 4 para siempre; se72 guido se transformó el puntaje en porcentaje, sea a través de la regla de tres simple o multiplicando la media obtenida por 20. Los rangos y valores que se asignaron son los siguientes para la intensidad del estrés: de 0 a 20, bajo; de 21 a 40, medio bajo; de 41 a 60, moderado; de 61 a 80, medio alto, y de 81 a 100, alto. Para la frecuencia: de 0 a 20, nunca; de 21 a 40, rara vez; de 41 a 60, algunas veces; de 61 a 80, casi siempre y de 81 a 100, siempre. Para la colecta, en primera instancia se contactó al alumno, y cada uno de los que aceptaron participar firmaron el consentimiento informado, seguidamente se le proporcionó el cuestionario para ser contestado en un tiempo de alrededor de 10 minutos. Para el análisis estadístico se realizó para las variables categóricas descripción con frecuencias, en tanto que para las variables numéricas se utilizaron medidas de tendencia central y de dispersión. Para la asociación de las variables de estudio se realizó chi2, y cálculo de razón de prevalencias. Discusión y conclusiones En la población estudiada, se observó que del 100% (886) predominó el género femenino con un 56% (492); sin pareja, el 93% (817). El nivel de estrés del 75% de los estudiantes se encontró entre medio y alto (ver gráfica 1 y tabla 1). Este resultado es consistente con otros estudios que señalan que el estrés académico está entre medio y alto en el mayor porcentaje de los alumnos, y especialmente afecta en mayor proporción a las mujeres (Oro, Esquerda, Viñas, Yuguero, & Pifarre,2019; Gelabert y Muntaner, 2017), lo que señala su vulnerabilidad a complicaciones, tales como enfermedades crónicas, agudas, y vulnerabilidad de la salud mental, lo cual puede tener como desenlace el suicidio, entre otras consecuencias de gran importancia (Duval y Rabia, 2010, Sánchez, 2018, Rodríguez, Ríos, Lozano y Álvarez, 2009). Pero no todo estrés es malo; en contra parte, un estrés leve es deseable, impulsa el deseo de superación y la sana competencia de los universitarios. El buen estrés, esto es, eustrés, es todo aquello que causa placer, todo lo que la per73 sona quiere o acepta hacer en armonía consigo misma, con su medio y con su propia capacidad de adaptación (Naranjo, 2009). Los estresores focales más importantes identificados en esta investigación fueron la sobrecarga de trabajos académicos, la evaluación realizada por docentes y el tiempo limitado para hacer los trabajos (ver tabla 2). Estos resultados son similares a los encontrados por Castillo, Chacón y Díaz (2016), quienes explican que es el resultado de una malla curricular con demasiada carga teórica, bastante carga presencial y no presencial aunadas a los exámenes memorísticos de opción múltiple, lo cual incrementa el estrés y la ansiedad en el estudiante universitario. Es importante señalar que el estrés académico debe ser identificado a tiempo para intervenir de manera pronta. Algunas estrategia que han llevado a cabo las universidades abarcan desde la tutoría académica, las asesorías, el apoyo pedagógico y psicológico, pero aún no está claro cuál es el impacto de dichas intervenciones en el aprovechamiento académico y la retención del estudiante. El género femenino es el más vulnerable a sufrir estrés académico; en el análisis realizado se encontró que la prevalencia de estrés académico para la población en general fue de 83.7%; la prevalencia por género fue de 87.60% en el género femenino y 78.93%, en el masculino. La razón de prevalencia fue de 1.10, de manera que las mujeres presentan entre 1.04 y 1.18 más probabilidades de presentar estrés académico que los varones. Al asociar el género con el estrés académico se observó una relación estadísticamente significativa con una Chi2: 12.07 p. <.01 (ver tabla 1). Andrews y Roy (1991) señalan que el rol primario, que en este caso sería el género, determina la mayor parte de la conducta de una persona en un período concreto de su vida. El subsistema de afrontamiento regulador, en el modo de adaptación fisiológico, «responde automáticamente mediante procesos de afrontamiento neurales, químicos y endocrinos» (Andrews y Roy, 1991, pág. 14). El subsistema de afrontamiento relacionador, a través de los modos de adaptación del autoconcepto, la interdependencia y la función del rol, «responde por 74 medio de cuatro canales cognitivos y emocionales: el procesamiento de la información sensorial, el aprendizaje, el juicio y la emoción» (Andrews y Roy, 1991, pág. 14). Partiendo de esta perspectiva, las mujeres tienen la capacidad de regular mejor sus respuestas fisiológicas y conductuales antes de que se presente la situación estresante (que ajusta al modo adaptación del autoconcepto), y los hombres muestran tener una mejor respuesta conductual y fisiológica ante la situación estresante (que ajusta al modo fisiológico). Cote y García (2016) señalan que los hombres responden más rápidamente cuando se encuentran bajo estrés que sin estrés, contrario a las mujeres. Los resultados obtenidos en esta investigación plantean la necesidad de un análisis más detallado del mapa curricular de los programas educativos para equilibrar las cargas académicas, fortalecer a los alumnos con estrategias de aprendizaje y fomentar evaluaciones más integrativas. También es recomendable realizar talleres que ayuden a los estudiantes a mejorar sus estrategias para manejar el estrés con técnicas cognitivo-conductuales, arte-terapia y musicoterapia, entre otras disciplinas. 75 Tablas y gráfica Gráfica 1 Fuente: Elaboración propia, Instrumento SISCO. n=886 Tabla 1 Asociación entre género y estrés percibido en alumnos universitarios Irapuato, Gto. 2018 Límites para la razón de prevalencia Género Total Con estrés Sin estrés n (%) n (%) n (%) Total 886 (100) 742 (84) 144 (16) Femenino 492 431 61 Masculino 394 311 83 Chi Gl p 12.07 1 .001 Aproximación logarítmica: IC 95% Aproximación Chi2: IC 95% 1.04-1.18 Fuente: Inventario SISCO del estrés académico, WinEpi. n=886. 76 1.05-1.18 Tabla 2 Frecuencia y porcentaje de estresores focales de estudiantes universitarios Irapuato, Gto. 2018 Estresores focales Nunca N La competencia con los compañeros del curso Sobrecarga de tareas y trabajos académicos La personalidad y el carácter del docente Las evaluaciones de los docentes (consulta de temas, ensayos, mapas conceptuales, etc.) El tipo de trabajo que te piden los docentes(ensayos, mapas conceptuales) No entender los temas que se abordan en la clase Participación en clase Tiempo limitado para hacer el trabajo Rara vez % Algunas veces % Casi siempre n Siempre n % N n % 173 23 293 38 222 29 68 % 9 10 1 20 3 97 13 314 41 244 32 91 12 61 8 213 28 324 42 131 17 37 5 35 5 91 12 260 34 265 35 115 15 40 5 158 21 301 39 201 26 66 8.7 53 7 221 30 293 38 144 19 55 125 16 263 34 238 31 101 13 39 5 47 6 157 20 246 32 219 29 97 13 7 Fuente: Inventario SISCO del estrés académico, n=886. Conclusiones y recomendaciones La salud de los jóvenes es de vital importancia para evitar consecuencias como las cronicidades, entre otras. El estrés académico sólo es una vertiente, es necesario evaluar a esta población con indicadores antropométricos y clínicos que mejoren la panorámica de salud de esta población para generar estrategias de intervención más eficaces. Esta investigación pretende ser el primer acercamiento formal para seguir con estudios subsecuentes, y otro propósito es que sirva 77 de referente a los profesionales de la salud y a los alumnos que cursan la materia de Investigación. Entre las limitantes del trabajo se encuentran los recursos económicos, pues no se tomaron los indicadores clínicos de utilidad para medir el estrés, como por ejemplo, el cortisol en saliva. En futuros abordajes se recomienda realizar un muestreo estratificado con un análisis comparativo por áreas de la salud e ingenierías para verificar quiénes manejan mejor el estrés académico. 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Eureka, 15(1), 27–38. http://fi-admin.bvsalud.org/document/view/ yg3mc 80 CAPITULO V LA DEPRESIÓN Y EL ESTRÉS ASOCIADOS EN LA IDEACIÓN SUICIDA DE LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE ENFERMERÍA Guzmán Daniel, Hermelinda Morales Salazar, Manuel Quiroz Guerra, Alma Rosa Valerio Candela, María del Refugio Pérez González, María Emma Salazar Plaza, Karen Amira. Universidad Autónoma de Coahuila Universidad Autónoma de la Laguna Torreón, Cohauila México Resumen En México, la ideación suicida ha aumentado, y se ha identificado que las personas con este tipo de problema que acuden a la consulta en los hospitales buscando ayuda profesional son personas con formación profesional: estudiantes de educación media y universitarios, al igual que los familiares de estas personas, como indican Rodríguez (2017) y Ballinas (2016). El objetivo de esta investigación es analizar las manifestaciones, los signos y los síntomas de depresión y estrés asociados a la ideación suicida en estudiantes universitarios del sector salud. Es un estudio descriptivo, cuantitativo, transversal. Se utilizaron los estadígrafos de Integracional y correlación. La muestra está conformada por 191 alumnos: 147 mujeres y 44 hombres, suma calculada utilizando la fórmula para muestra finitas en una población total de 378 estudiantes. El rango de edad fue de 18 a 27 años, con una media de 20 años. El coeficiente de fiabilidad alfa de Cronbach encontrado fue de 0.87. Con una prueba t de student se encontró que la mujer tiene mayor ideación suicida que el hombre con una diferencia de 81 0.637 del valor de la media. En la depresión, una media de 8.20 se observó que hay estudiantes que se deprimen, en el factor de riesgo de estrés se observa que los estudiantes presentan estrés moderado de acuerdo a los resultados obtenidos de la media de 4.80. Los principales factores asociados a la ideación suicida se relacionan con factores depresivos y estrés, ya que los estudiantes sienten depresión cuando sus padres no los toman en cuenta, o cuando bajan calificaciones en la escuela. A veces sienten ganas de llorar, les afecta saber que alguien se suicida, y en ocasiones se deprimen porque no sienten ninguna motivación. Se estresan por sobrecarga de tareas, por exámenes, o al sentirse presionados por determinado problema personal. Palabras clave: suicidio, depresión, estudiantes. Introducción La depresión y el estrés son trastornos mentales frecuentes que se caracterizan por la presencia de tristeza, pérdida de interés, sentimientos de culpa o baja autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. También son causa de estrés los conflictos familiares, y en consecuencia se produce un bajo rendimiento académico, actitudes violentas y ansiedad, tomando en cuenta que los adolescentes son un grupo vulnerable; en ocasiones, cuando joven tiene problemas no se le da la importancia debida dentro de su entorno y seno familiar (OMS, 2017). En México, la estadística señala que existen 11.4 millones de jóvenes, entre los 18 y los 24 años, en estado de depresión y estrés, mientras que en Chiapas este grupo etario es de aproximadamente un millón de personas, de las cuales, el 29% reside en cinco municipios del estado, entre ellos la ciudad de Tuxtla Gutiérrez (INEGI, 2016). El estrés es un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, determinado por ciertas características, como son los sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, y causa una incapacidad total o parcial para disfrutar 82 de las cosas y los acontecimientos de la vida cotidiana. Estas conductas depresivas o de estrés de mayor o menor grado están acompañadas de ansiedad (Kramer, 2016). En relación a la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales, se desarrolla en personas que han enfrentado acontecimientos adversos en su medio social o familiar, y manifiestan incapacidad para resolver los problemas que se le presentan en la vida cotidiana (González, 2017). La depresión y el estrés son las principales manifestaciones de conductas para que el estudiante presente riesgos de ideación suicida. Es muy importante atender a los jóvenes universitarios, ya que pueden desarrollar un trastorno emocional. La mujer es más susceptible de presentar este tipo de problemas de acuerdo al estadístico de correlación; esta población presenta mayor sintomatología depresiva y de ansiedad en comparación con el hombre (Medina, 2017). El estrés es un problema de salud que afecta a la sociedad actual. Se encuentra presente en el ámbito laboral y en la familia; es atribuible a la falta dinero y problemas inherentes a este grupo y al entorno académico, sin importar el género o la edad de la persona. El estrés se presenta como respuesta a los problemas que enfrenta el estudiante universitario. El ser humano tiende a realizar varias actividades a lo largo de su vida, las que requieren un alto esfuerzo físico, mental y emocional; las personas pueden presentar estrés como resultado de la interrelación con otro individuo o su entorno, siendo incapaz de afrontar los problemas que se le presentan (Lazarus, 2017). De acuerdo con Lazarus y Folkman, el estrés es un proceso de doble vía, implica la producción de factores de estrés por parte del ambiente y la respuesta de una persona sometida a estos factores (Lazarus, 2017). La ideación suicida es un problema que algunas veces se presenta con manifestaciones de depresión o estrés en los estudiantes, conductas difíciles de tratar y complejas para la sociedad a nivel mundial, nacional, estatal y regional. Es la segunda causa de muerte en el sexo femenino, y la tercera causa en el sexo masculino, con un rango de edades entre 10 y 24 años. El incremento de riesgo de ideación suici83 da es un problema grave en la sociedad. Los jóvenes planean su suicidio como si se tratara de un proyecto de vida. Las manifestaciones de depresión y estrés son muy importantes, y se deben detectar oportunamente debido a que influyen de gran manera en los estudiantes que presentan ideación suicida (Bebbington, 2018). En los estudiantes universitarios, los motivos que influyen para llegar a presentar este tipo de conductas se deben a que perciben que terminó su etapa de adolescencia y entran en la edad del adulto joven, problemas académicos y otros factores que les afectan emocionalmente (Wilcox, 2017). Metodología Este proyecto de investigación se llevó a cabo con alumnos de la Escuela de Licenciatura en Enfermería de la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón. En esta escuela predominan las mujeres; se tomó una población de 378 estudiantes en total; la muestra fue de 191 alumnos cursando del primero al octavo semestre, siendo 88 hombres y 290 mujeres, cuyas edades oscilan entre 19 y 22 años; el 70% proviene de zona urbana y el 30% de la zona rural de Torreón, Coahuila. Son de un estrato socioeconómico medio alto, medio y bajo. La muestra se calculó utilizando la fórmula para muestras finitas con una significancia (p) del 95%, un margen de error del 5%. El diseño de este estudio es de tipo descriptivo, transversal, cuantitativo y comparativo. Se utilizaron los estadígrafos de Integracional y de correlación. En la realización de este proyecto se utilizó el instrumento auto-elaborado de depresión y estrés, el cual consta de 41 variables con una escala del 0 al 10, donde 0 indica ausencia de la variable que se está evaluando, y 10, el valor máximo. El Alpha de Cronbach que se obtuvo en este instrumento de investigación fue de .875057. Se elaboró una base de datos en una hoja de Excel, el cual se exportó al programa Statistica versión 10, con el fin de aplicar las pruebas estadísticas, como la estadística descriptiva. Se aplicó el estadígrafo de análisis de factores con 41 variables de intervalo agrupándose las va84 riables de acuerdo a las relaciones entre ellas, dando como resultado de los 7 factores, por medio del método de extracción de componentes. Principales con una carga factorial de 0.50. Se utilizó el estadígrafo de correlación de Pearson, que expresa el grado de interconexión entre dos variables o una de una variable con varias variables. Resultados y discusión En la tabla 1 se observa que para los estudiantes universitarios son agradables los recuerdos de su infancia; en ocasiones sienten soledad y ganas de llorar; a veces se sienten decepcionados, deprimidos y sin ningún tipo de motivación; sienten que son rechazados por las personas; a veces refieren baja autoestima, se sienten cansados e inseguros, con apatía; les afecta psicológicamente cuando llegan a cometer algún error; sienten estrés y en ocasiones han manifestado ideas suicidas. Hay estudiantes que presentan sueño durante el día y a otros les afectan los días nublados; sienten vergüenza por cosas que hacen; ocasionalmente les estresa la sobrecarga de tareas de determinadas materias; hay quienes sienten dolor de cabeza a causa del estrés, otros padecen insomnio y son sensibles a las críticas que les hacen; en ocasiones sienten que la gente los desespera, se sienten presionados, manifiestan que les sudan las manos, refieren no sentirse relajados; no valoran la vida porque no logran sus objetivos planeados y no sienten alegría. 85 Tabla 1 Manifestaciones de depresión Valoras la vida Los recuerdos de tu infancia son agradables Te sientes alegre Logras todos tus objetivos Te sientes seguro de ti mismo Sientes estrés Tienes sueño durante el día Te sientes presionado Te sientes relajado Te sientes cansado Sientes que la gente te desespera Te afecta psicológicamente cometer un error Sientes apatía Has sentido baja autoestima Te estresas por la sobrecarga de tareas Sientes dolor de cabeza Eres sensible a las críticas de los demás Te dan ganas de llorar Te sientes inseguro Sientes depresión Pierdes interés por las cosas que haces Sientes ansiedad Te sudan las manos Pierdes el control fácilmente Sientes soledad Te sientes decepcionado Te da vergüenza cualquier cosa Sientes palpitaciones Padeces insomnio Sientes falta de motivación Sientes culpabilidad Has sentido alguna ideación suicida Sientes que eres rechazado Te afectan los días nublados  Carga factorial 9.162 8.89 8.251 7.901 7.78 6.524 6.068 6.068 6.063 6.037 5.419 5.361 5.152 5.147 4.885 4.508 4.304 4.183 4.126 4.068 3.984 3.942 3.775 3.607 3.55 3.508 3.492 3.246 2.639 2.613 2.466 2.325 2.241 1.754 -0.297 0.826 -0.482 -0.333 -0.551 0.515 0.508 0.3 -0.265 0.616 0.361 0.52 0.539 0.623 0.394 0.379 0.362 0.815 0.575 0.741 0.412 -0.264 0.251 0.321 0.812 0.766 0.438 0.342 0.364 0.658 0.568 0.513 0.637 0.438 Fuente: Instrumento de depresión y estrés; n= 191 86 En la tabla 2 se observa que los estudiantes se estresan por la sobrecarga de tareas; se sienten presionados y se estresan, sienten dolor de cabeza, se sienten tensos porque les afectan las bajas calificaciones que sacan en algunas asignaturas; hay alumnos que sienten temor a ser víctimas de la delincuencia, sienten cansancio y apatía, se estresan por los exámenes de algunas materias; hay quienes sí han consumido determinada droga, han llegado a presentar ideación suicida; y con baja autoestima mencionan que sus familias se cambian de domicilio continuamente; en ocasiones sienten fobia y no se llevan bien con sus hermanos. Tabla 2 Manifestaciones de estrés Te llevas bien con tus hermanos Sientes que alguna de las materias te estresa Te estresan los exámenes Te estresas por la sobrecarga de tareas Te sientes presionado Sientes estrés Te sientes tenso Sientes dolor de cabeza Sientes apatía Te sientes cansado Has sentido baja autoestima Te afectan las bajas calificaciones Te sientes tenso Te da temor ser víctima de la delincuencia Te sudan las manos Tienes fobia Sientes palpitaciones Has sentido alguna ideación suicida Has utilizado algún tipo de droga Tu familia se cambia de domicilio continuamente  8.743 7.487 7.361 7.068 7.037 7 6.524 6.068 6.037 5.152 5.147 4.885 4.885 4.508 3.775 3.623 3.246 2.325 1.016 1.01 Carga factorial -0.347 0.8 0.287 0.841 0.834 0.269 0.548 0.751 0.293 0.293 0.299 0.43 0.376 0.363 0.597 0.395 0.334 0.42 0.672 0.428 Fuente: Instrumento de depresión y estrés; n=191. 87 En la tabla 3 observamos que la mujer expresa sus sentimientos y le estresa la sobrecarga de tareas; se siente cansada durante el día y es muy sensible a las críticas de los demás y siente más ganas de llorar en comparación con los jóvenes del género masculino; al igual que ellos manifiestan insomnio, aunque en menor proporción, por lo tanto la mujer es más susceptible de caer en depresión. Tabla 3 Depresión Eres perfeccionista Te estresan los exámenes Sientes que alguna materia te estresa Sientes estrés Te sientes presionado Te sientes tenso Te sudan las manos Sientes dolor de cabeza Sientes palpitaciones Media Media Valor df Valido Valido p 1 2 t N N 5.7 6.0 -3.2 189 0.001484 44 147 5.5 7.4 -3.1 189 0.002031 44 147 5.5 7.5 -0.4 189 0.660566 44 147 5.2 4.7 4.5 4.0 3.0 2.7 6.9 6.4 4.9 3.6 4.9 3.3 -1.0 -3.8 -3.7 -3.1 0.6 -0.7 44 44 44 44 44 44 147 147 147 147 147 147 189 189 189 189 189 189 0.277883 0.000195 0.000217 0.002217 0.529490 0.441364 Fuente: Instrumento de depresión y estrés; n=191 En la tabla 4 se observa que la mujer es más perfeccionista que el hombre, así como ella se estresa más por los exámenes, siente más estrés y más presión en comparación con los jóvenes del género masculino; en ocasiones el hombre percibe que le sudan las manos a la mujer, le duele la cabeza y siente palpitaciones. 88 Tabla 4 Media Media valor t df 2 1 Eres perfeccionista 5.7 6.0 -3.22512 189 Te estresan los exámenes 5.5 7.4 -3.12912 189 Sientes que alguna 5.5 7.5 -0.43983 189 materia te estresa Sientes estrés 5.2 6.9 -1.08822 189 Te sientes presionado 4.7 6.4 -3.80015 189 Te sientes tenso 4.5 4.9 -3.77083 189 Te sudan las manos 4.0 3.6 -3.10203 189 Sientes dolor de cabeza 3.0 4.9 0.62995 189 Sientes palpitaciones 2.75 3.3 -0.77152 189 Estrés Valido Valido n n 0.001484 44 147 0.002031 44 147 p 0.660566 44 147 0.277883 0.000195 0.000217 0.002217 0.529490 0.441364 44 44 44 44 44 44 147 147 147 147 147 147 Fuente: Instrumento de depresión y estrés; n=191 Autores como Lazarus, R., Folkman, S., (2017) y la Organización Mundial de la Salud (2017) coinciden con los resultados de este estudio: las principales manifestaciones de depresión y estrés en el ámbito universitario se deben al exceso de trabajo académico, el tiempo limitado que se les otorga para entregar un trabajo, presiones políticas y económicas, estudiar materias muy complejas, sobrecarga de actividades escolares, así como la presión de los exámenes. Aportaciones a la disciplina de enfermería Contar con un instrumento de valoración en la escuela de enfermería para aplicarlo a los estudiantes y así detectar con oportunidad a los alumnos que presenten manifestaciones de depresión y estrés, para apoyarlos, canalizarlos al departamento de psicología y así evitar riesgos de ideación suicida. Conclusiones y recomendaciones En esta investigación sobresalen datos significativos respecto a los estudiantes de la Licenciatura en Enfermería: las manifestaciones de depresión y estrés más frecuentes fueron síntomas motivacionales y conductuales, anímicos, cognitivos, interperso89 nales y, en menor medida, físicos. Los estudiantes que presentan acoso escolar han sufrido agresiones físicas, sienten que este acoso es una de las causas de ideación suicida y que las drogas les afectan la salud mental. Algunos estudiantes masculinos manifiestan insomnio, no sienten motivación, les afecta enterarse de casos de personas que se suicidan; otros estudiantes sienten que son rechazados en su entorno, y algunos mencionan que en ocasiones han llegado a tener ideas suicidas. Recomendaciones - Formar redes de apoyo de forma conjunta entre la comunidad y la institución educativa y conocer los posibles casos de estudiantes con manifestaciones de depresión y estrés analizando si estos factores los conlleven a presentar alguna ideación suicida. El fin último es poder contrarrestar un posible intento e intervenir con apoyo psicológico. - Con respecto a la ideación suicida, ya sea por depresión o estrés, se recomienda la distribución de pequeños manuales con primeros auxilios de apoyo psicológico. - Elaborar reuniones de integración que promuevan la participación de los estudiantes y sus familiares con el propósito de identificar los problemas que afectan a los adolescentes y a la familia. - En la escuela, contar con un departamento de Psicología para apoyar a los estudiantes con problemas de este tipo. Referencias Ballinas, Y., Evangelista, A., Nazar, A., Salvatierra, B., (2016). Variables predictoras de la ideación suicida y sintomatología depresiva en adolescentes de Chiapas, México, Ciencia & Saúde Coletiva, pp. 253-286. Bebbington, P., Minot, S., Cooper, C., Dennis, M., Meltzer, H., Jenkins, R., Brugha, (2018). 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El contenido pretende ser de utilidad tanto para profesionales de la salud como para pasantes o alumnos de investigación que tengan la inquietud de desarrollar programas de salud, cuidados estandarizados, acercamiento a la población blanco por grupos focales, entre otros lectores interesados en la materia. 93 CAPITULO VI IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN EN LA INTERVENCIÓN COMUNITARIA Ruvalcaba Palacios, Gerardo Ávila Sansores, Grever María Ladrón de Guevara Vázquez, Cielo Isabel Lavado Huarcaya, Sofía Sabina Universidad de Guanajuato México Fundación Universitaria Tecnológico COMFENALCO Cartagena de Indias, Colombia Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo Chiclayo, Perú Resumen El derecho a la salud es un valor inherente a todas las personas, sin embargo, este derecho no ha podido ser ejercido por los habitantes de zonas marginadas o rurales, donde la escasez de personal muchas veces impide los adecuados servicios de salud. Para llevar mejores servicios de salud a estos habitantes o para que ellos se acerquen a estos servicios se desarrolla la intervención de base comunitaria partiendo de la promoción de la salud como una estrategia importante. Por lo tanto, el personal de enfermería cobra especial relevancia. Sin embargo, para que desempeñe adecuadamente sus funciones, este personal debe estar capacitado en el manejo de la comunicación apropiada, haciendo de la escucha y la emisión de mensajes una habilidad personal. El siguiente trabajo está dedicado a presentar algunas estrategias que podrían ayudar al profesional de enfermería a comunicar lo que tienen que decir y escuchar de mejor manera los mensajes que los individuos dentro de la comunidad desean expresar. 95 Palabras clave: Intervención de enfermería, comunidad, comunicación, intervención psicológica, promoción de la salud. Introducción De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2017) “el goce máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano”, esto implica que el acceso a los servicios de salud debe ser oportuno, aceptable y asequible y con la calidad necesaria para satisfacer adecuadamente las necesidades de los usuarios. Desgraciadamente, los grupos vulnerables y más propiamente dicho, aquellos que sufren pobreza, que viven en zonas marginadas o en zonas rurales, suelen tener menos probabilidades de disfrutar del derecho a la salud. Para paliar esta deficiencia se ha procurado que la comunidad se involucre en el proceso de salud enfermedad, de tal manera que el grupo social y el individuo mismo sean –en última instancia– los responsables de su salud (Miguélez-Chamorro & Ferrer-Arnedo, 2014). Teniendo en cuenta que la salud es un derecho básico de los individuos, los programas de intervención tanto en salud física como mental deben ser programas de base comunitaria (Cénat et al., 2020); es decir, que sea la comunidad la piedra angular en la que se levanten (Bang, 2014). Esta exigencia no obedece a un mero capricho, sino que más bien representa una realidad innegable en la cual se reconoce que las personas dentro de la comunidad (Costilla-Alba, Chamorro-Vázquez & Herrera-Martínez, 2018): • Conocen mejor que nadie sus propios problemas, pues son ellos quienes diariamente los viven y enfrentan. Asimismo, tienen que lidiar a diario con las consecuencias de no resolverlos o resolverlos inadecuadamente. • Deben participar activamente en el establecimiento de los objetivos de intervención. Este aspecto no sólo retoma el punto anterior, además puntualiza una necesidad innegable: que los individuos se comprometerán más en adoptar actitudes de cambio cuando participan en el establecimiento 96 de la meta o los objetivos que persiguen. Esto implica también que los individuos deben participar en la evaluación de la intervención y colaborar activamente en la integración del reporte final. • Necesitan empoderarse para promover el cambio individual y social. Obviamente, la labor del personal de enfermería debe centrarse en brindar a las personas el conocimiento, las herramientas y las habilidades necesarias para que de manera responsable asuman un rol protagónico en la instalación del cambio. El personal de salud debe intervenir solamente para bridar aquello que no saben, o que ignoran que saben, para luego retirarse y dejar que sean los individuos en la propia comunidad los que vivan la aplicación del conocimiento, dejando de lado la dependencia que pudiera haber hacia los profesionales de la salud, para comenzar a trabajar desde su óptica y desde su realidad. Al final, lo que se busca es la adopción de conductas saludables a partir del cambio personal; en otras palabras, el cambio que se logra abordando a la persona dentro de su grupo social o dentro de su comunidad (Lara, Bustos, Sihuay & Castro, 2020). En este sentido, cuando se habla de “intervención comunitaria” se hace referencia a todo aquel conjunto de acciones encaminadas a promover el desarrollo de una comunidad o un grupo social, sea un barrio o colonia, pero específicamente aquellas colectividades que se ubican en las zonas rurales. Este concepto implica, necesariamente, que todos los individuos deben participar activamente para lograr una transformación eficaz de su propia realidad. La finalidad, o si se quiere, el objetivo de las intervenciones comunitarias es que la persona, como unidad básica en el entramado social, reciba el conocimiento o la capacitación necesaria para que su participación contribuya al fortalecimiento de su propia comunidad. Pero no se habla solamente de conocer o saber, pues esto implica que las personas a partir de ese conocimiento desarrollen su capacidad de decisión y de acción, haciendo que la participación del personal de salud sea en un principio orientadora o de acompañamiento, para transitar luego a la independencia, al convencimiento 97 pleno de que sus acciones, tomadas conscientemente, traerán consigo resultados positivos. Como ya se dijo, contribuir a que las personas desarrollen este nivel de confianza forzosamente obliga al personal de salud a no ofrecer meramente recetas para llevar a buen fin un tratamiento, o los cambios de conducta necesaria para alcanzar un estado específico, sino más bien a la búsqueda del cambio total de la comunidad a través del cambio individual, es decir, ir más allá del tratamiento para hacer una verdadera promoción de la salud (Mori, 2008). Como puede verse, al final lo que se busca es un cambio en los valores de la comunidad: un cambio en la forma en que el individuo interpreta el mundo. Obviamente, no debe proponerse un cambio general, más bien, debe proponerse un cambio específico para resolver una situación particular, pues solamente así cobrará significado y valdrá la pena el proceso, el esfuerzo de cambio. Por lo tanto, una parte fundamental de la intervención es el proceso diagnóstico, pues nos permite conocer objetivamente la realidad de la que partimos al realizar la intervención, así como visualizar los objetivos (Maya, 2016). Como se ha puntualizado, el diagnóstico debe estar orientado a identificar un problema para, posteriormente, desarrollar y evaluar acciones congruentes. En su establecimiento debe participar la comunidad (Maya, 2016), y en dicho proceso el personal de salud solamente debe acompañar y facilitar la identificación del problema, promoviendo la movilización de los grupos de la comunidad. Por otro lado, el diagnóstico debe permitir también conocer las características del grupo y la comunidad y al mismo tiempo debe permitir identificar sus necesidades concretas. El diagnóstico es también el punto de partida para establecer un programa de acción (Casetti & Paredes-Carbonell, 2020). El ciclo de la intervención se completa cuando se evalúan las acciones o el programa de acción. Este paso no se limita solamente a la identificación de las técnicas a partir de las cuales se conocerá hasta qué punto se cumplieron los objetivos, sino también deben enunciarse las estrategias a partir de las cuales se integrará el reporte final junto con los actores principales de la comunidad, pero sobre todo, la manera en 98 que se facilitará la comunicación –a la propia comunidad– de los logros, avances y los nuevos objetivos que surjan del proceso de intervención. Entonces, para realizar una intervención comunitaria adecuada la comunicación juega un rol importantísimo y, por lo tanto, el personal de enfermería necesita saber cómo acercarse a la comunidad. Esto se logra mediante la aplicación adecuada de estrategias eficaces y efectivas que permitan un diálogo que estimule la participación y que rompa con el viejo paradigma de que el personal de salud es el sabio que resolverá aquellos problemas que previamente, y desde su óptica, ha identificado. La comunicación dentro del proceso de intervención comunitaria En términos generales, la comunicación es un proceso de transferencia de información (datos, valores, visión del mundo, etc.) de una persona a otra, con el objetivo de que el receptor comprenda adecuadamente el mensaje que desea expresar el emisor. Por lo tanto, ante todo, la comunicación es un intercambio social a través del cual se forja el conocimiento (Yang, Saladriagas & Torres, 2016). En este sentido, comunicar es lo que el receptor comprende, no lo que el emisor dice. Por lo tanto, cuando la comunicación es eficaz, permite la construcción de puentes de entendimiento entre las personas que participan en el proceso (Guanipa-Pérez, 2012). La comunicación y la promoción de la salud La promoción de la salud es definida por la OMS (2020) como aquel proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud. En la práctica, esto supone el uso de un enfoque participativo en el que los individuos, las comunidades y las instituciones colaboran para crear condiciones que garanticen la salud y el bienestar para todos. Implica una manera particular de colaborar: la población es participativa, intersectorial, sensible al contexto y opera en múltiples niveles. 99 Por lo tanto, los objetivos que se persiguen al implementar un proceso de promoción de la salud implican: 1. 2. 3. 4. Modificar actitudes promoviendo y mejorandola salud. Modificar procesos fisiológicos, previniendo y tratando la enfermedad. Promover el cambio sociocultural, implementando campañas de educación dirigidas a la comunidad. Modificar el sistema de salud mediante la creación de políticas sanitarias adecuadas. En este sentido, el cambio debe presentarse en todos los implicados; es decir, tanto en las personas que viven dentro de la comunidad como en aquellas que son responsables de elaborar las políticas sociales. Además, una adecuada labor de promoción de la salud debe generar en las personas el deseo de vivir sanamente; ofrecerles el conocimiento necesario para concretar este deseo, y las herramientas o estrategias pertinentes para poner en práctica el cambio que se desea. Dentro de esta cadena, es imprescindible que la socialización del cambio se lleve a la comunidad mediante el ejemplo: las personas que ya recibieron apoyo para llegar a comportamientos saludables deben convertirse en agentes de cambio socializando los aprendizajes obtenidos y desarrollando la capacidad necesaria para pedir ayuda siempre que lo necesite. De esta manera, resolverán futuros problemas mediante su propia iniciativa, minimizando la intervención o la dependencia hacia el equipo de salud y, en particular, hacia el personal de enfermería. Por lo tanto, las intervenciones para promover la salud dentro de una comunidad deben ser vistas como un proceso de diálogo en el cual deben considerarse y manejarse conscientemente todos los elementos que componen dicho intercambio de información. Para ello, el personal de enfermería necesita ser un comunicador eficaz. Resultan de gran ayuda pautas como las siguientes (Smith, Duell, Martin, Aebersold & González, 2018): 100 • La comunicación no verbal, la cual incluye todos los elementos que forman parte de la comunicación corporal: vestimenta, actitudes y, en general, el uso de todo lo que el individuo es y que resulta comprometido en el proceso de intercambiar significados, información, etcétera. • Apertura a la comunicación. La persona deseará involucrarse en el proceso de comunicación desarrollando empatía, comprensión y simpatía por la vivencia del otro. • Retroalimentación constructiva. El papel del personal de enfermería consiste en comprender lo que el otro dice; por lo tanto, durante la retroalimentación constructiva se “refleja” lo que entendió sobre lo que el otro quiso decir. Implica dejar de lado los propios prejuicios, valores, normas, etc. para estar abiertos a la comunicación del que está enfrente. Así, en esta etapa únicamente repetimos lo que entendimos, y se hace de manera que nuestra aportación esté libre de prejuicios y ayude al otro a crecer. • Escucha activa. Se refiere a que el oyente sea capaz de concentrarse en las expresiones verbales y no verbales del interlocutor; poner todas las facultades personales al servicio del proceso de comprensión del otro. Esto implica que el oyente debe siempre estar dispuesto a ofrecer una retroalimentación constructiva al interlocutor, de tal manera que el puente de entendimiento se construya dinámicamente durante la interacción. Forzosamente, esto implica el uso de una autorevelación apropiada, en la cual no sólo se expresen aspectos teóricos o superficiales, sino que, mediante el uso consciente de la todas las capacidades y experiencias, se contribuya al desarrollo de un intercambio honesto con la profundidad de la comunicación adecuada para el tema tratado, y en la que el personal de salud se vea como un ente activo en la construcción de lazos que motiven el cambio y la superación. El proceso se observa en la siguiente figura, la cual consigna los elementos de este proceso de manera que el diálogo; es decir, el intercambio entre dos o más personas sea fluido y constructivo. Aunado a lo anterior, el personal de enfermería se beneficiaría en gran medida si utilizara una comunicación 101 efectiva, no solamente para dialogar con los individuos dentro de la comunidad, sino entre el personal mismo y entre los diferentes profesionales que conforman el equipo de salud. Comunicarse efectivamente es de gran ayuda para el proceso de promoción de la salud y para establecer programas de intervención de base comunitaria. La comunicación efectiva posee las siguientes características: Figura 1. El proceso de diálogo en la comunicación comunitaria Fuente: Robins & Judge (2013). 102 a) Antes que nada, se debe tener en claro que se desea iniciar una comunicación y, por lo tanto, que existe una idea que se desea comunicar. Individualmente debe haber una reflexión sobre ¿qué deseo comunicar?, y así tomar consciencia del mensaje que desea transmitirse. b) Una vez identificada la idea que se desea transmitir, debe codificarse adecuadamente utilizando los símbolos que los interlocutores están acostumbrados a usar y que además son entendibles para ellos. El profesional de enfermería debe descentrarse de si mismo y entrar en sintonía con su interlocutor. El nivel básico de esta idea es que si los participantes no saben leer, no debe planearse un proceso de promoción de la salud o de intervención comunitaria basado en la transmisión o la elaboración de material escrito. c) Ya codificado adecuadamente el mensaje, entonces debe transmitirse de tal forma que los canales y los medios sean los adecuados para los interlocutores. Si las asambleas son el medio que normalmente la comunidad usa, entonces debe usarse este canal y un micrófono. Hay que recordar que es responsabilidad del emisor (el personal de enfermería) que los canales y medios funcionen adecuadamente. d) El siguiente punto implica que el receptor capte el mensaje. En este sentido, se considera que el receptor debe ser activo y desear entender la información que recibe, por lo tanto, desea esforzarse en sistematizar la información, almacenarla y significarla, de tal manera que le permita lograr un cambio. Si existen dudas, es su responsabilidad externarlas, y debe considerarse que el personal de enfermería estimulará el proceso. El receptor debe querer también decodificar el mensaje transmitido, por eso es tan importante el proceso de retroalimentación, de preguntas, de externar las dudas por parte del oyente, pues de esta manera se asegura de que la esencia de la información no se pierda o desvirtúe. e) Entendido el mensaje, el interlocutor acepta la idea o el contenido de la comunicación; en este caso, las recomendaciones, justificaciones o indicaciones que el personal de salud le ofrezca. Es importante notar que, en este paso, los participantes deben asumir que la información recibida es verídica, deseable y aplicable. 103 f) Uso de la información por parte del oyente. Para que los puntos anteriores redunden en un cambio significativo de conducta, el oyente debe hacer uso de la información integrándola a su fenomenología y asumiéndola como adecuada para su nueva realidad. Se espera que el oyente realice los cambios necesarios para adecuar su comportamiento, valores y moral al nuevo conocimiento o interpretación de la realidad que ha recibido. g) El proceso de la comunicación efectiva termina con el inicio de un nuevo ciclo: el oyente se transforma en emisor al expresar al interlocutor lo que entendió del mensaje y la manera en que lo ha incorporado a su vida diaria, o bien, iniciando una nueva idea en la que ahora el receptor asume el rol de emisor. Obviamente, para cerrar el ciclo se requiere que tanto el receptor como el emisor estén dispuestos a guardar silencio cuando les corresponda y esforzarse en desempeñar su rol. Se requiere que el proceso de comunicación efectiva descrito sea completado con un proceso de escucha activa. La escucha activa implica que el oyente se comprometa a salir de su propio yo para entender al otro. Para ello son importantes los siguientes lineamientos: 1. Establecer contacto visual con el interlocutor. Mirarlo a la cara o mejor, a los ojos. 2. Asentir de vez en cuando con la cabeza y mantener una expresión de interés, esto estimulará al emisor a seguir con su idea, y además facilita la escucha activa. 3. Evitar gestos o acciones que distraigan al interlocutor. Esto no solo es muestra de educación y consideración, sino que también permite al otro sentirse aceptado e importante dentro del diálogo. Se recomienda evitar conductas que distraigan la atención. 4. Hacer preguntas. Esto además de permitir la adecuada comprensión del tema y mantener la información dentro de los límites adecuados, permite transmitir una actitud de interés y escucha que facilita que el interlocutor se mantenga transmitiendo información. 104 5. Parafrasear. Hacer pequeños resúmenes de la información recibida permite mantener el hilo de la conversación, e indica al hablante si sus mensajes se han recibido adecuadamente. 6. No interrumpir al orador. Una parte importante de la escucha activa es precisamente mantenerse como escucha, evitar interrumpir al hablante y hacer transiciones suaves entre una pregunta y otra. 7. No hablar de más. En concordancia con lo anterior, entre menos se hable, más se escucha. 8. Hacer transiciones suaves entre el papel de orador y escucha. No arrebatar la palabra y estar más dispuesto a escuchar que a hablar. Estos pequeños lineamientos sobre cómo escuchar y comunicar efectivamente pueden hacer la diferencia entre una buena o una mala promoción de la salud, y pueden hacer la diferencia a la hora de invitar a la comunidad a participar, y así realizar una adecuada intervención comunitaria. Siempre debe tenerse consciencia de que nuestro papel como profesionales de la enfermería implica ofrecer información que convenza, que fácilmente se comprenda y acepte como adecuada para iniciar un cambio de actitudes. La intervención comunitaria implica saber escuchar y saber comunicar, y como profesionales de la salud debemos estar comprometidos, pues de otra manera nuestros esfuerzos resultarán infructuosos. Conclusión La intervención en la promoción de la salud, ya sea a nivel individual o comunitario, requiere de un proceso de intercambio de información. En la medida en que cada uno como profesional de la enfermería se comprometa a ejercerlo honestamente interesándose por escuchar a los pacientes, podrá ofrecer una intervención basada en el adecuado diagnóstico de las necesidades de la comunidad: podrá ofrecer una adecuada intervención de enfermería. El instrumento esencial del trabajo del profesional de enfermería es uno mismo, por lo que en materia de comu105 nicación, siempre debemos estar dispuestos a comunicar. Simplemente hay que recordar que no debemos juzgar, sino comprender y ayudar en la necesidad. Las intervenciones comunitarias requieren de un proceso de intercambio de información, y en la medida en que nos comprometamos a participar en un proceso honesto de comunicación podremos integrar mejores diagnósticos; mejores estrategias de intervención y, en general, un mejor servicio de enfermería. No debemos olvidar que la comunicación adecuada comienza con mi deseo de comunicar. No prejuzgar, sino sinceramente querer conocer al otro. Referencias Bang, C. (2014). Community Strategies in Mental Health Promotion: Constructing a Conceptual Framework for Approaching Complex Psychosocial Problems. Psicoperspectivas, 13(2), 109-120. https://dx.doi.org/10.5027/psicoperspectivas-Vol13-Issue2-fulltext-399 Broderick, J.E., Keefe, F.J., Bruckenthal, P., Junghaenel, D.U., Schneider, S., ..., Gould, E. (2014). Nurse Practitioners can Effectively Deliver Pain Coping Skills Training to Osteoarthritis Patients with Chronic Pain: A Randomized Controlled Trial. Pain.155, 1743- 1754. Cassetti, Viola, & Paredes-Carbonell, Joan J. (2020). La teoría del cambio: una herramienta para la planificación y la evaluación participativa en salud comunitaria. Gaceta Sanitaria, 34(3), 305-307. https://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2019.06.002 Cénat J.M., Mukunzi J.N., Noorishad P-G., Rousseau C., Derivois D. & Bukaka J. (2020). A Systematic Review of Mental Health Programs among Populations Affected by the Ebola Virus Disease. Journal of Psychosomatic Research, 131, 109966. https://doi.org/10.1016/j.jpsychores.2020.109966 106 Costilla-Alba, T., Chamorro-Vázquez, E., & Herrera-Martínez, M.D. (2018). Enfermería de Salud comunitaria: promoción de conductas saludables en una comunidad rural del Estado de México, México. Revista de Enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social, 26(2): 135-143. https://www.medigraphic.com/pdfs/enfermeriaimss/eim-2018/eim182k.pdf Davis, R. (2000). Holographic Community: Reconceptualizing the Meaning of Community in an Era of Health Care Reform. 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Revista Cubana de Estomatología, 57(2), e2899. http://scielo.sld.cu/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S0034-75072020000200006&lng=es&tlng=pt. 107 Maya, J.I. (2016). 7 usos del análisis de redes en la intervención comunitaria. Redes, Revista Hispana para el Análisis de Redes Sociales, 2: 1-10. https://www.raco.cat/index.php/Redes/article/view/v27-n2-mayajariego/403752 Miguélez-Chamorro, A. & Ferrer-Arnedo, C. (2014). La enfermera familiar y comunitaria: referente del paciente crónico en la comunidad. Enfermería Clínica, 24(1), 5-11. http://dx.doi. org/10.1016/j.enfcli.2013.12.002 Mori, S.M.P. (2008). Una propuesta metodológica para la intervención comunitaria. Liberabit, 14:81-90. Organización Mundial de la Salud [OMS] (2017). Salud y Derechos Humanos. https://www.who.int/es/news-room/factsheets/detail/human-rights-and-health OMS (2020). Promoción de la Salud. Organización Mundial de la Salud. https://www.paho.org/es/temas/promocion-salud Orellana, Y.A. & Paravic, K.T. (2007). Enfermería basada en evidencia. Barreras y estrategias para su implementación, en: Ciencia y enfermería, 12(1), 17-24. Robins, P. & Cutler, R. (2003). Comportamiento Organizacional. México: Pearson. Smith, F.S., Duell, J.D., Martin, C.B., Aeberson, M. & González, L. (2018). Habilidades para enfermería clínica. Capítulo 4 “Comunicación y relación entre profesional de la enfermería y paciente” (pág. 58). Madrid, España: Pearson. Urra, M.E., Retamal, V.C., Tapia, P.C. & Rodríguez, V.M. (2010) Enfermería basada en la evidencia: qué es, sus características y sus dilemas, en: Investigación y Educación en Enfermería, 28(1): 109-118. 108 Yang, Y., Saladrigas Medina, H., & Torres Ponjuán, D. (2016). El proceso de la comunicación en la gestión del conocimiento. Un análisis teórico de su comportamiento a partir de dos modelos típicos, en: Revista Universidad y Sociedad [seriada en línea], 8 (2). pp. 165-173.: http://scielo.sld.cu/pdf/rus/ v8n2/rus21216.pdf 109 CAPITULO VII INTERVENCIONES DE ENFERMERIA EN TRATAMIENTO ACORTADO ESTRICTAMENTE SUPERVISADO EN PACIENTES CON TUBERCULOSIS Gómez Torres, Danelia Ramírez Delgado, Rebeca Mejía Ayala, María Berenice Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México Resumen El profesional de enfermería realiza acciones importantes en la red del Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado ya que regularmente es el primer contacto entre las personas y los servicios de salud. Esta estrategia ha reducido los efectos de la tuberculosis y ha resultado una solución parcial a la enfermedad, sin embargo, no se da visibilidad de su actuación profesional. Objetivo Descubrir la visibilidad que tienen los pacientes con tuberculosis de las intervenciones de enfermería en la red de Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado. Metodología La presente investigación tuvo un enfoque cualitativo, de tipo descriptivo. La teoría de representaciones sociales de Moscovici fue su sustento, participaron 31 pacientes, los datos fueron recolectados mediante entrevista. Con la técnica cromática se seleccionaron los datos significativos, y se etiquetaron las categorías para posteriormente discutirlas. Se generó el concepto, en seguida el dato empírico se contrastó con la teoría para después llegar al razonamiento lógico. 111 Resultados Los hallazgos fueron: detección de la enfermedad, sensibilización, capacitación/enseñanza, supervisión del tratamiento, visibilidad de la actuación de la enfermera, significado del cuidado de la enfermera. A su vez, resultaron las siguientes subcategorías: profesionalismo de la enfermera, proyección de sensibilización, significado de la información, estrategias de enseñanza, cambio de hábitos, percepción de la capacitación, visibilidad de la supervisión, el sentir del paciente en el hacer de la enfermera. Conclusiones La atención de enfermería otorgada al paciente en la Red proyecta profesionalismo, constancia, apoyo, comprensión, convirtiéndose en guía respetable que impulsa a los pacientes a seguir el tratamiento hasta recuperar su salud. Palabras clave: enfermería, enfermería primaria, percepción social, tuberculosis. Introducción La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que en la región de las Américas, 14 países registraron en total 12,458 defunciones por Tuberculosis (TB) en el 2016, de ese número, 2,569 muertes fueron notificadas por México. La TB afecta principalmente los pulmones, pero también se presenta en el sistema nervioso, huesos, piel, intestinos, genitales, y ganglios. De todas las formas de tuberculosis, únicamente la pulmonar es contagiosa, y de mayor interés para su prevención y control debido al riesgo de transmisión cuando las personas enfermas tosen, platican y estornudan. La red de Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado de Enfermería es una estrategia de apoyo al programa de prevención y control de la tuberculosis. Los integrantes de la Red TAES de Enfermería informan, sensibilizan y capacitan al personal de salud y a los grupos integrados de la comunidad para la atención en tuberculosis, contribuyendo en la 112 detección, supervisión del tratamiento y seguimiento hasta su curación, considerando el entorno familiar, social y laboral (Robles, 2016: 10). Marco teórico-conceptual Visibilidad. La presencia en el cuidado de enfermería es dinámica y fluye con énfasis en el acompañamiento de la experiencia de la persona enferma con tuberculosis y el significado que ésta tiene para cada uno, la familia y su grupo. Esta relación tiene un gran componente subjetivo fundamentado en la intersubjetividad y la empatía. La finalidad es construir –con las personas a quienes cuidamos– un campo conceptual de entendimiento, con presencia auténtica y consciente de apoyo, reconociendo los sentimientos, creencias y temores sobre la vivencia de las personas enfermas de tuberculosis (Ibarra, 2016). La figura social de la enfermera. La imagen social de la en- fermería es un fenómeno complejo y dinámico que ha sido tratado desde diversas perspectivas, en cuya formación intervienen factores socioeconómicos, culturales, profesionales, históricos y psicológicos. Una imagen estereotipada o distorsionada puede conllevar una serie de efectos negativos: déficit de entrada de nuevos profesionales, falta de reconocimiento social e institucional, frustración y baja autoestima de los propios profesionales (Encinas, 2016). El trabajo realizado por la enfermería no se ha difundido de manera idónea a la sociedad. Sabiendo que uno de los papeles principales de le enfermería es el cuidado de la población tanto sana como enferma (Muñoz, 2014), la sociedad desconoce la dimensión cuidadora de la enfermería, así como del rol preventivo y de promoción de la salud. Esta imagen construida por las personas –según sus experiencias respecto a la enfermería– está influenciada por lo que los propios enfermeros conscientemente o no, transmiten; es decir, la forma de actuar de las enfermeras (os), la manera en que se desenvuelven en su entorno no pasa inadvertida. La población establece determinados criterios para la construcción de 113 su opinión con respecto a la profesión (Encinas, 2016). En muchos casos, las creencias de los profesionales sobre su propio trabajo pueden ser alteradas por la imagen social que se transmite, y esto puede producir que los profesionales asuman esta imagen como correcta y desechen la imagen real de la profesión. Por esta razón es de vital importancia que los profesionales sean conscientes de la verdadera figura de le enfermería. Una de las graves consecuencias de una creencia errónea de la imagen de la enfermería produce que los profesionales de esta disciplina modifiquen su trabajo diario inconscientemente. Esta modificación causaría pérdida de responsabilidad y que adquieran competencias ajenas a la profesión; si esto se produjese, reafirmaría las creencias erróneas de nuestra sociedad (Pérez, 2015). Los principales responsables de transmitir la imagen de la enfermería son los propios profesionales. Los responsables de esta invisibilidad somos nosotros mismos, tanto los que estamos en consulta o a pie de cama como aquellos que nos representan. También Rodríguez (2013) comenta que, más allá de los estereotipos, la imagen de la enfermera o de la enfermería se construye a través de lo que proyecta la propia enfermera. Asimismo, Fernández (2013) argumenta: “Los profesionales de enfermería tenemos en nuestra mano mejorar o cambiar la imagen que tiene de nosotros la sociedad. Pero para ello, la actitud ante ciertos temas tiene que cambiar”. Estas dos últimas ideas muestran que algunos profesionales piensan que todos los enfermeros deben trabajar para poder mostrar su verdadera imagen a la sociedad. Tratamiento acortado estrictamente supervisado. El establecimiento de estrategias de control incluyendo sistemas reforzados de vigilancia epidemiológica, utilización de Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado (TAES) y el tratamiento individualizado de casos de TB multirresistente ha tenido un importante efecto en la transmisión de la enfermedad y en la curación de casos. En el mismo sentido, el 26 de enero de 1995 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la NOM-006-SSA2-1993 para la prevención y control de la tuberculosis en la aten114 ción primaria a la salud. En el mismo año se llevó a cabo la evaluación anual conjunta del programa de prevención y control de la tuberculosis con participación del Gobierno de México y de la OPS/OMS. Como resultado, se recomendó la instrumentación de la Estrategia de Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado (TAES) para mejorar las tasas de curación, reducir la morbilidad, la mortalidad y la transmisión del padecimiento, con posterioridad en los resultados de la evaluación, dio inició la estrategia TAES en áreas específicas de las 32 entidades federativas. Para detener la TB, la OMS ha formulado la estrategia “Alto a la TB” basada en seis puntos aprovechando los éxitos del enfoque TAES y abordando expresamente los principales problemas que plantea el control de la enfermedad. El objetivo es reducir radicalmente la carga mundial de TB, garantizando que todos los pacientes, entre ellos los coinfectados por el VIH y los que padecen TB resistente, se beneficien del acceso universal a un diagnóstico de calidad y a un tratamiento centrado en la persona. Metodología Esta investigación tiene un enfoque cualitativo, de tipo descriptivo y pretende descubrir la visibilidad que tienen los pacientes de las intervenciones de enfermería en la red de Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado de Enfermería en pacientes con tuberculosis. Participaron 31 pacientes de la red TAES, en una la jurisdicción del Instituto de Salud del Estado de México. El escenario fue el domicilio de los pacientes integrados en la red TAES, los datos se recolectaron mediante una entrevista con el apoyo de una guía semiestructurada. Las entrevistas fueron grabadas bajo consentimiento informado previamente firmado, especificando el uso de la información obtenida. El instrumento de investigación se desprendió de los objetivos, y de ellos las preguntas conductoras, a su vez fuente de la guía que constó de 9 cuestionamientos, cubriendo cinco pre-categorías: información, sensibilización, capacitación, detección y supervisión. La última pregunta fue abierta para captar datos adicionales en cuanto a experiencias vividas por 115 los pacientes al recibir la atención de enfermería dentro de la red TAES. Se realizó una lectura y relectura, y mediante la técnica cromática se etiquetaron y se seleccionaron los datos más significativos para, de esta manera, formar las categorías. En el análisis de los datos cualitativos y según las representaciones sociales, se buscó conocer los significados que los individuos dan a su experiencia, y así entender el proceso por el que la gente define su mundo y actúa en consecuencia. Los resultados se contrastaron con la teoría de representaciones sociales (RS), la cual sustenta esta investigación; se siguió la metodología de discusión científica para estudios cualitativos consistente en conceptualizar la categoría y presentación del dato empírico, contrastándolo con la teoría para, posteriormente, llegar a un razonamiento lógico. Para cubrir los aspectos bioéticos se consideró una investigación sin riesgo y el principio del anonimato y privacidad de acuerdo con el Reglamento de la Ley General de Salud en materia de investigación título II, capítulo 1, artículo 13, 16, y 17, fracción 1 y 23 de la Secretaría de Salud, que se refiere en investigaciones de seres humanos al principio de privacidad y a que prevalezca el criterio de respeto a su dignidad, a la protección de sus derechos, y a su bienestar. Por tanto, se respetó la libertad de los pacientes con tuberculosis de decidir participar o no en este estudio habiéndoles dado a conocer los objetivos del mismo. Resultados y discusión Visibilidad de la supervisión. Requiere conocimientos del proceso, y tiene que efectuarse con conocimientos, destrezas y técnicas para desarrollar las actividades; destreza humana para mantener la moral y motivación de todos los pacientes y destrezas conceptuales para tomar buenas decisiones y mantener la coordinación efectiva. La visibilidad de la supervisión consiste en mostrar cómo se ejecutan las acciones de quien brinde esa atención; si es con calidad, pero también con calidez tanto en las fases de prevención, como en la curación y la rehabilitación a la población que demanda servicios de salud, así como promover el 116 trabajo en equipo y desarrollar la eficiencia del personal para lograr la máxima productividad (Ramírez, 2016). Cabe resaltar que el personal de la Red TAES, según opinión de los pacientes, es constante en el tratamiento, da seguimiento y –ante todo– con calidez; ello destaca en las siguientes respuestas de las entrevistas: Fueron constantes, sí, notaba la preocupación de la enfermera para guiarme y decirme que si lo estaba haciendo bien, o si lo estaba haciendo mal, como si me llevara de la mano para lograr la salud (E - 30). Además señalaron: son buenas, demuestran que les importamos; la enfermera viene a nuestra casa para ver si estamos siguiendo las indicaciones y si me tomo correctamente el medicamento (E - 11). Las expresiones anteriores patentizan que las acciones de las enfermeras de la Red TAES sirven de guía. De la Paz (2008) señala que las representaciones sociales incluyen fuertes procesos de legitimación social y se convierten en un saber o pensamiento ligado a la práctica, que permite la acción, además guían los comportamientos y las prácticas. Permite conformar un sistema de anticipaciones y expectativas constituyendo una acción sobre la realidad. Posibilitan la selección e interpretación de esa realidad conforme a su representación; en ellas las enfermeras de la red TAES son guías para el cuidadoso tratamiento de la tuberculosis mediante la visita domiciliaria continua con respeto, y acompañada de información certera y precisa acerca de la tuberculosis. Visibilidad de la actuación de la enfermera. La imagen de la Enfermería se constituye a partir de la percepción que las demás personas tienen sobre los profesionales de esta rama, que construyen un determinado juicio según los comportamientos que dichos profesionales muestran en el desempeño de sus actividades (Encinas, 2016). La imagen construida por el público según sus experiencias respecto a la enfermería está influenciada por lo que los propios enfermeros, conscientemente o no, transmiten; es decir, la forma de actuar de los enfermeros y la manera en que se desenvuelven en su entorno, no pasan inadvertidas por la sociedad. 117 En consecuencia, la población establece determinados criterios para la construcción de su opinión con respecto a la profesión (Encinas, 2016). Es este sentido, las enfermeras de la red TAES tampoco pasan desapercibidas, y han generado en los pacientes una opinión, un concepto, una percepción e identidad, todo lo cual se construye a través del tiempo y de las interacciones que tienen los profesionales con los pacientes durante el proceso de atención a la salud. Al ser cuestionados, los pacientes respondieron de la siguiente manera: La enfermera, pues es como una guía que nos va diciendo, nos va guiando, nos va cuidando, en pocas palabras (E - 30). Otro paciente señala: va un poco más allá, me ha apoyado, me ha atendido; en general, creo que han respondido bien con respecto a esta situación. Creo que es un trabajo bastante diferente al que yo acostumbraría, al de un médico, es muy necesario (E - 24). Otra respuesta fue: Bien, no me puedo quejar de la participación de las enfermeras porque sí fue mucho. Cuando tenía que llevar mis muestras porque estaban detrás de mí (…) y yo digo que está bien, no hay nada de qué quejarme (E - 1). En las respuestas de los participantes se proyecta una imagen positiva de la actuación de la enfermera, permitiendo vislumbrar el significado de su actuación apoyado en las representaciones sociales. Al designar significados para hacer comprensible la realidad, encauzan las prácticas con respecto al objeto de representación (Cuevas, 2016). Es así como las intervenciones que realiza el profesional de enfermería crean en los pacientes una percepción que tiene significado e importancia; al mismo tiempo genera diferentes opiniones positivas hacia los enfermeros, una de ellas es la importancia del cuidado que se otorga, la necesidad de obtener atención, y su participación se evidencia en la opinión de los pacientes de la red TAES. La visibilidad de la actuación de la enfermería implica diferentes factores, uno de ellos son las intervenciones y actividades que realiza la enfermera con el paciente, tal visibilidad se construye bajo determinado juicio que la persona emite o genera acerca de los comportamientos e intervenciones que dichos profesionales muestran y realizan en el desempeño de 118 sus actividades, lo cual les da identidad y proyecta la imagen social de su trabajo ante las demás personas. Por lo referido, la enfermera con su actuación proyecta una imagen de apoyo, guía e impulso para conseguir la salud. El sentir del paciente. La integridad del cuidado como prin- cipal atributo de la calidad requiere que la formación de la enfermera contemple una preparación humanística, en la que la relación enfermera-paciente se caracterice por los comportamientos que incluyen percepciones, sentimientos, pensamientos y actitudes; es decir, con empatía (Baum, 2017). Por empatía entendemos la capacidad humana consistente en colocarse en el lugar de otra persona, que atraviesa una situación específica, e imaginarse lo que siente, compartiendo así sus sentimientos mediante un acto de representación mental (Baum, 2017), siendo capaces de acercarse y sensibilizarse ante el dolor de los pacientes, debido a las condiciones físicas, emocionales y sociales en que lo pone su estado de cronicidad. Permite escrutar en nuestro interior las opciones para aliviar sus sufrimientos En el cuidado de la enfermería dentro de la red TAES, cada interacción con el paciente es diferente porque experimenta el mundo y su cuidado según su propio criterio y manera de actuar, reflejándose en las siguientes respuestas: Es una persona admirable [la enfermera] porque no cualquier persona va y te enseña a decirte de tu enfermedad o a enseñarte cómo se trata la enfermedad, cómo debes tratar a tus familiares; entonces, para mí es admirable la enfermera, para mí es una persona que es de mucha vocación (E - 16). Cuida a los enfermos, hace su profesión, vive su profesión, lo que aprendieron, lo que estudiaron, se dan a las personas, y eso es lo que cuenta, eso es lo que vale para nosotros. Cuando nos atiende alguien así, nos sentimos de esa manera; con ese cariño se siente uno muy bien (E - 22). Buena, no tengo palabras para agradecer la atención que recibí de la enfermera (E - 21). La enfermera –han manifestado anteriormente– es una persona admirable, con vocación, que se da a las personas, lo cual en la representación social implica la transformación o construcción, porque en el proceso de representación, los 119 sujetos interpretan la realidad y esa interpretación está mediada por los valores, religión, necesidades, roles sociales y otros aspectos socioculturales. Al interpretar esa realidad no se copia sino que se transforma y se construye. Por tanto, la representación está asociada al lenguaje y a las prácticas sociales de determinado grupo cultural. Aquí subyace uno de los aspectos fundamentales de esta teoría, y es que las representaciones no sólo están en la subjetividad, sino en la cultura, en la sociedad, en el mundo. Las enfermeras deben poseer las habilidades no verbales para su práctica diaria, que les permiten enfrentar los propios sentimientos de los pacientes y familiares, esto es de suma importancia para establecer la relación enfermera-paciente, ya que de esta relación emerge la percepción que tienen los pacientes de las enfermeras. Significado del cuidado de la enfermera. El cuidado es el obje- to de conocimiento de la Enfermería y se esboza como criterio fundamental para distinguirla de otras disciplinas del campo de la salud. Se consideran como elementos del cuidado aquellos aspectos afectivos que se relacionan con la actitud y el compromiso de la enfermera y, por otro lado, los elementos técnicos y tecnológicos que no pueden ser separados para otorgar cuidados. Finalmente, un aspecto importante a considerar de la enfermera es su interacción con el paciente (Loncharich, 2010). Los pacientes atendidos por las enfermeras del programa TAES han generado un concepto, han dado significado a la atencion que reciben de parte del profesional de enfermeria porque se da de forma integral; dicha atención está comprometida con una práctica profesional, lo cual genera bienestar a la persona enferma, cumpliendo con el propio trabajo de la profesion. Al respecto, los entrevistados mencionaron su signficado de la siguiente manera: Me gustaría resaltar que su interés, por un lado, es cumplir de la mejor forma con su trabajo y, por otro lado, ese interés la hace humana (E - 26). Son muy buenas, me agradan; en lo personal me trasmitían mucha confianza para superar mi enfermedad y poder preguntarles cualquier cosa (E - 15). ¡Sí, claro! Es muy valioso el trabajo que hacen las enfermeras (E - 6). 120 De la información que emerge, es importante resaltar el impacto y significado de las actividades que realiza el cuidador con el enfermo, pues sus conocimientos y atenciones benefician la salud de la persona generando confianza; es así como la teoría de las representaciones sociales nos permite identificar la relación que existe con la misma, ya que por representación social entendemos el conjunto de conceptos, explicaciones, reflexiones generados en el diario vivir, en el curso de la interacción interpersonal entre enfermera–paciente, familia; entre enfermeros y miembros del equipo de salud, que conforman el entorno para el cuidado profesional de enfermería. La teoría de las representaciones sociales se ocupa principalmente de los saberes producidos en él; en su práctica cotidiana el saber común, el cuidado humanístico es el referente de la ciencia de la enfermería; debe estar guiada por la filosofía explícita que confiere identidad al acto de cuidar; quienes forman parte de ella deben asumirla como tal y sustentar su práctica científica en los ambientes clínicos o comunitarios (Hinostroza, 2016). La atención otorgada al paciente forma parte de las actividades que el profesional de enfermería realiza. Esta atención genera un significado por parte de quien la recibe, ya que durante el tiempo que el paciente forma parte de la red TAES, se le brindan diferentes tipos de cuidados con el objetivo satisfacer sus necesidades y contribuyendo a la recuperación de su salud; asimismo se logra que los pacientes tengan una perspectiva diferente, fomentando la corresponsabilidad en el cuidado de su propia salud. El cuidado que se proporciona a las personas tiene como propósito enseñar los cuidados necesarios e informar de los procedimientos durante el proceso salud- enfermedad que traen consigo esperanza ante la misma, generando en el paciente una identidad de la enfermera como guía, profesional esencial en esta etapa que más allá de los objetivos profesionales, brinda esperanza ante la enfermedad y le importa la recuperación de la salud, de tal modo que supervisa el cumplimiento del tratamiento, lo que genera en la población sentimientos de confianza, agradecimiento, proyectándose 121 como profesionales de mucha vocación, y los cuidados recibidos son de personas con sentido humano, lo cual hace valiosas las intervenciones ante la situación de enfermedad. Conclusiones y recomendaciones Las pláticas informativas que proporciona el personal de enfermería en los centros de salud sobre tuberculosis permiten animar al paciente y difundir las buenas experiencias que tiene, y recomendar –en caso necesario– a otras personas que sean tosedores crónicos. Por otra parte, al conocer los resultados de la investigación, las enfermeras de diferentes comunidades verán reflejado su trabajo. Al asignar enfermera específica para el programa de tuberculosis, se lograrán las metas y mejorará el trabajo realizado en el primer nivel de atención. Referencias Cuevas, J. (2016). Representaciones sociales en la investigación educativa. Estado de la cuestión: producción, referentes y metodología. http://www.scielo.org.mx/pdf/peredu/ v38n153/0185-2698-peredu-38-153-00065.pdf Encinas, L. (2016). La imagen social de la enfermería: trabajo fin de grado. 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El cuidado enfermero. http://faenf. cayetano.edu.pe/images/pdf/Revistas/2010/enero/Editorial%2031.pdf De la Paz, E, M., y Díaz, L. N. (2012). Problemas de representaciones sociales. Educación física y ciencia, 14, pp. 93-96. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=4399/439942656009 Baum, E. (2017). Eutanasia, empatía, compasión y derechos humanos, en: Revista de Bioética y Derecho, (39),5-21. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=783/78349731002 Muñoz, R. (2014). Imagen social de la enfermería en una población no sanitaria de la cuidad de Madrid. Nuberos Científica; 2(14): 17. http://revenfermeria.sld.cu/index.php/enf/ article/view/649/158106 Ramírez. M. (2016). Percepción de las enfermeras expertas sobre el reconocimiento de sus competencias. Metas de enfermería, 8 (8), 3. http://www. scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_nlinks&ref=5491916&pid=S0034-43762005000308354949352&lng=es Rodríguez, M. (2013). Imagen e identidad enfermera. ENE. Revista de Enfermería; 7(3): 3. http://scielo.isciii.es/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S1132-12962006000300010 123 CAPITULO VIII PLAN DE CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN EL PACIENTE EN HEMODIÁLISIS Fernández Moya, Monserrat Vergara Hernández, Lourdes Alejandra Barreto Arias, Ma. Eugenia Cantú Sánchez, Claudia Marcela Flores Pérez, Giovanni Bernabé Universidad de Guanajuato Hospital Médica Insurgentes México Resumen En México, la enfermedad renal crónica (ERC) es catastrófica, y no tiene una base electrónica que permita conocer con precisión las características de los pacientes en programa de diálisis; ni en las instituciones públicas ni privadas se ha podido concretar el uso del Plan de Cuidados Enfermero (PLACE) enfocados en el paciente con Enfermedad Renal debido a la falta de los estándares que permitan contar con un mismo lenguaje, independientemente del sitio en el cual se realiza. El objetivo de este trabajo fue identificar los principales planes de cuidados aplicados en pacientes con enfermedad renal en una unidad de hemodiálisis privada de Irapuato, Guanajuato, en mayo del 2018. Metodología Estudio observacional, descriptivo y transversal en una unidad de hemodiálisis privada en Irapuato, para lo que se realizó una valoración del estado de salud a 28 pacientes bajo la guía de valoración de patrones funcionales de Marjory Gordon, se construyeron diagnósticos, objetivos e intervenciones. Resultados Se logró identificar seis principales diagnósticos de enfermería reales, potenciales y de salud, algunos con una presencia en el 100% de los pacientes; para los diagnósticos identifica125 dos se elaboraron planes de cuidados; dichos planes permitieron estructurar la actuación de enfermería en función de los pacientes y de las intervenciones que se utilizaron durante el tratamiento, así como homogenizar los cuidados o intervenciones en los pacientes con enfermedad renal en terapia renal sustitutiva en hemodiálisis. Conclusión El Plan de Cuidados de Enfermería (PLACE) ayuda a favorecer y dar trascendencia al objeto principal de la enfermería: el cuidado, e igualmente brinda la oportunidad al personal de realizar o intervenir con actividades primordiales para la mejora y manejo efectivo del cuidado. Palabras clave: Enfermedad renal crónica, hemodiálisis, Plan de Cuidados de Enfermería. Introducción En México, la enfermedad renal crónica (ERC) es catastrófica, y no tiene una base electrónica que permita conocer con precisión las características de los pacientes en programa de diálisis. Ni en las instituciones públicas ni privadas se ha podido concretar el uso de Plan de Cuidados Enfermero (PLACE) enfocados en el paciente con Enfermedad Renal debido a la falta de los estándares que permitan contar con un mismo lenguaje, independientemente del sitio en el cual se realiza. En el año 2012, la Comisión Permanente de Enfermería (CPE), al observar la gran diversidad en los procedimientos de trabajo de los profesionales de enfermería, detectó la necesidad de estandarizar los cuidados, y fue así como aprobó el Catálogo Nacional de PLACE, el cual tiene como objetivo la unificación de criterios para la obtención del conocimiento y proporcionar atención con seguridad y calidad. En el interior del Catálogo se encuentra el desarrollo de los planes de cuidados que describen los diagnósticos de enfermería reales, potenciales, de riesgo y de salud clasificados en la North American Nursing Diagnosis Association (NANDA), resulta126 dos de enfermería Nursing Outcomes Classification (NOC) y, finalmente, las intervenciones de enfermería Nursing Interventions Classification (NIC) con las actividades sugeridas dirigidas a solucionar o minimizar la problemática planteada en el diagnóstico. Este catálogo –que incluye en total 25 planes de cuidados– es un instrumento de referencia para considerar la elaboración e implementación de los Planes de Cuidados de Enfermería que permitan encauzar propuestas a las necesidades particulares de las instituciones y de los propios pacientes generando intervenciones cada vez más seguras y de mayor calidad. Sin embargo, no presenta ningún Plan de Cuidados para Pacientes con Enfermedad Renal (ER), y tampoco presenta ningún plan de cuidados para aquellos que son sometidos a terapia sustitutiva renal en hemodiálisis. Por lo antes descrito, surge la necesidad de elaborar un plan de cuidados de enfermería destinado al grupo de pacientes relacionados por ER en Tratamiento Renal sustitutivo en Hemodiálisis, en el que se identifiquen e intervengan las necesidades individuales del paciente, de la patología y del tratamiento. Marco teórico La ER se define como una disminución progresiva e irreversible en el filtrado glomerular con acumulo de productos nitrogenados (National Kidney Foundation [NKF], 2002). La disminución de la función renal lleva a una acumulación de urea e incapacidad para mantener el equilibrio de electrólitos, de agua y ácido-básico. El fracaso para excretar urea de manera adecuada, que se manifiesta como aumento progresivo de nitrógeno ureico sanguíneo (BUN), la creatinina sérica, y otras toxinas poco definidas, da lugar a uremia. La uremia es un síndrome que se caracteriza por un grupo singular de síntomas, datos en el examen físico y anormalidades de laboratorio, probablemente causado por una acumulación de una o más toxinas. Los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) y uremia muestran un conjunto de síntomas, signos y anormalidades de laboratorio, además de los que se observan en la le127 sión renal aguda. Esto refleja la naturaleza de larga evolución y progresiva de su enfermedad renal y sus efectos sistémicos. No obstante, la osteodistrofia, la neuropatía, los riñones pequeños bilaterales en los estudios de imágenes y la anemia, son datos iniciales típicos que sugieren una evolución crónica para un paciente en quien recientemente se diagnosticó insuficiencia renal con base en BUN y creatinina sérica altos (Perlman y Heung, 2015). Hay poblaciones consideradas con altos factores de riesgo para desarrollar ERC. Los clínicos deben estar particularmente atentos a este riesgo al evaluar cinco grupos de pacientes: 1) Pacientes con hipertensión arterial, 2) Pacientes diabéticos, 3) Pacientes mayores de 60 años, 4) Pacientes con enfermedad cardiovascular, y 5) Familiares de pacientes en diálisis o que han recibido un trasplante renal (McClellan, 2005). Epidemiología de la enfermedad renal crónica Se estima que a nivel mundial, la ERC afecta aproximadamente a un promedio de 8 y 15% de la población; aunado a esto, los elevados costos de atención deben ser sustentados por los sistemas de salud debido a su complejo manejo terapéutico y multidisciplinario, situación agravada por la insuficiencia de recursos económicos necesarios para atender a los enfermos de esta patología (Robles-Osorio, Sabath-Silva & Sabath, 2015). En México, la ERC es una enfermedad catastrófica y no tiene una base electrónica que permita conocer con precisión las características de los pacientes en programas de diálisis (Méndez-Durán et al., 2010). En el 2010, las enfermedades crónicas no transmisibles contribuyeron con el 71% de la carga global de la enfermedad. Entre los años 1990 y 2010, la mortalidad en el sexo masculino cambió sus tendencias, especialmente la ERC aumentó 393%, y pasó de la vigésima a la quinta posición con 122,916 años de vida perdidos por muerte prematura, mientras que la cardiopatía isquémica 128 pasó de la novena a la segunda posición. En el mismo sentido, la nefropatía crónica también se incrementó en las mujeres en 343% y se ubicó como la segunda causa de mortalidad con 125,117 años de vida perdidos por muerte prematura. Así, en México la ERC contribuye con el 25% de las muertes por Diabetes Mellitus, 28% de las muertes relacionadas con cardiopatía hipertensiva y con el 6% de las defunciones por nefritis y nefrosis (Lozano et al., 2013). Tratamiento El manejo de la ERC consiste en siete puntos principales: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Tratar las causas específicas de la enfermedad renal. Identificar y resolver las causas reversibles de daño renal. Tratar los factores de progresión. Manejar y controlar los factores de riesgo cardiovascular. Evitar los nefrotóxicos. Tratar las complicaciones urémicas, y Preparar al paciente para algún tratamiento renal de remplazo (diálisis o trasplante) si corresponde. Independiente de la causa de base y los otros factores fisiopatológicos involucrados, el manejo preventivo de la ERC ya instalada está enfocado en retardar o detener su tasa de progresión y prevenir los eventos cardiovasculares (Orozco, 2010). La Hemodiálisis (HD) es el tratamiento renal de remplazo que se realiza por medio de un acceso vascular, ya sea catéteres temporales o permanentes, y accesos definitivos, como la fístula arteriovenosa (FAVI) o el injerto sintético para la extracción de sangre para su paso a través de un filtro de membrana sintética. Durante la HD la difusión de solutos entre la sangre y la solución de diálisis resulta en la remoción de sustancias metabólicas de desecho. La sangre heparinizada pasa a través de un filtro dializador de plástico a un flujo san129 guíneo determinado a fin de remover sustancias de desecho del torrente sanguíneo. De forma habitual en las unidades de HD se realiza tres veces por semana, y con una duración de 3 a 4 horas por sesión, procedimiento que se conoce como HD convencional (Andrade, Mora & Hernández, 2016). Proceso Atención Enfermero (PAE) Rodrigo, Fernández y Navarro (2005) mencionan que el proceso enfermero, también denominado proceso de enfermería o de atención de enfermería, es un método sistemático que consiste en brindar cuidados humanitarios eficientes centrados en el éxito de los resultados esperados, y está considerado como la base del ejercicio de la profesión porque se refiere a la aplicación del método científico a la práctica de la enfermería, en el que se aplican los conocimientos en la práctica profesional. Su desarrollo se inició en la mitad del siglo XX y ha tenido cambios sustanciales a lo largo del tiempo hasta consolidarse como una metodología estructurada con cinco fases: valoración, diagnóstico, planeación, ejecución y evaluación, que dan cuenta de la aplicación del método científico para abordar sistemáticamente los asuntos y problemas propios del cuidado de enfermería en personas sanas o enfermas (Barrios-Gómez et al., 2016). El aporte del proceso de atención de enfermería ha permitido que el personal de enfermería adquiera una identidad profesional y, aunque la trayectoria investigadora en esta disciplina es joven, ha avanzado en educación, conceptualización y desarrollo de estrategias y metodologías propias de la profesión. No obstante, aún deben documentarse las experiencias de la práctica cotidiana y la validación de métodos que permitan evidenciar la eficacia y repercusión del cuidado profesional de enfermería en la salud de las personas y comunidades. Taxonomía NANDA Desde hace varios años, la práctica de enfermería ha ido cambiando con la aplicación del PAE como un método de prestación de cuidados, la incorporación de sistemas estan130 darizados de lenguaje y diagnósticos propios incorporando la taxonomía North American Nursing Diagnosis Association (NANDA), intervenciones Nursing Interventions Classification (NIC) y, por último, la incorporación de la clasificación Nursing Outcomes Classification (NOC) que contiene criterios de resultado sensibles a la práctica de enfermería con indicadores específicos (Nanda internacional, 2009; Moorhead et al., 2009; Bulecheck, Butcher, & McCloskey, 2009). La CPE ha determinado que los Planes de Cuidados de Enfermería se estandaricen de acuerdo con el planteamiento de Myers ya que responde a la necesidad de unificar criterios en la atención de enfermería, teniendo como objetivo el logro de un lenguaje común entre los profesionales del país, además de que se contribuye en: 1. Garantizar la seguridad de los pacientes. 2. Aplicar una práctica sistematizada de los cuidados de enfermería. 3. Replicar y favorecer el camino a la excelencia en los cuidados de enfermería. 4. Implementar nuevos modelos de atención centrados en la persona, familia y comunidad. 5. Favorecer el desarrollo profesional a partir de una buena práctica. Esta propuesta no es distinta a la utilizada en otros países en donde el ejercicio profesional de la enfermería tiende a la modernización y a la profesionalización. El proceso de estandarización constituye la base para homologar los cuidados de enfermería sin que esto suponga alguna limitación a la atención individualizada a cada persona. Considerando lo anterior se retoma la integración de las taxonomías NANDA, NIC y NOC. Metodología Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal en una Unidad de Hemodiálisis privada perteneciente al municipio de Irapuato, Guanajuato., en mayo del 2018. Par131 ticiparon los pacientes sometidos a terapia renal sustitutiva que recibían atención en la unidad privada y que aceptaron participar en el estudio, utilizando un tipo de muestreo no probabilístico y a conveniencia. Para la obtención de datos, se realizó una valoración del estado de salud bajo los patrones funcionales de Margory Gordon, en donde se obtuvieron datos en forma directa mediante entrevista, exploración física y del expediente clínico. Para la construcción de los planes de cuidados (PLACE) se utilizó el formato establecido por la CPE en su documento publicado “Lineamiento general para la elaboración de planes de cuidados de enfermería”. Se realizó la valoración del estado de salud de manera personal e individual a cada uno de los integrantes de la muestra, las sesiones tuvieron una duración de tres horas, tres veces por semana. Posteriormente se procedió a realizar la etapa de diagnóstico identificando la etiqueta diagnóstica con base en los factores relacionados y las características definitorias según correspondía, para después dar seguimiento a la etapa de planeación en donde se formularon los resultados esperados (NOC) y se determinaron las intervenciones de enfermería (NIC) a aplicar dentro de la unidad. Resultados Se realizó una valoración del estado de salud en 25 pacientes. La distribución de los participantes respecto al género encontrado fue el 60% (15) de los participantes correspondieron al género masculino y el 40% (10) al género femenino. Respecto a la edad se encontró que del grupo de 30 a 39 años corresponde al 12% (3) de los pacientes, el grupo de 50 a 59 años es el 44% (11), en el grupo de 60 a 69 años es el 24% (6), en el grupo de 70 a 79 años es el 4% (1) y, finalmente, en el grupo de 80 a 89 años, un 26% (4). En lo que respecta a las etiquetas diagnósticas se identificaron nueve diferentes; se encontró que solamente seis pacientes se relacionaron con la etiqueta diagnóstica de Riesgo de Baja Autoestima Situacional, y 13 presentaron el diagnóstico de Impotencia. Para cada una de las etiquetas diagnósticas se elaboraron sus resultados, cada uno con sus 132 respectivos indicadores, escalas de medición, así como las intervenciones de cuidado, desarrollando los siguientes Planes de cuidados. Dominio: 01 Clase: Diagnóstico de Enfermería (NANDA) Enfoque: Disposición para mejorar la gestión de la salud. 00162 Factores Relacionados: Características Definitorias: -Expresa deseo de mejorar la gestión de la enfermedad. -Expresa deseo de mejorar la gestión de los síntomas. 02 Resultado: (NOC) Autocontrol: Enfermedad crónica. 3102. 1. Acepta diagnóstico. 2. Controla signos y síntomas de la enfermedad. Acciones personales para manejar una enfermedad 3. Sigue el crónica y su tratamiento tratamiento, y recomendado. para evitar la progresión de la enfermedad y las complicaciones. Intervenciones (NIC): Ayuda con el autocuidado Actividades: Considerar la edad del paciente al promover las actividades de autocuidado. Comprobar la capacidad del paciente para el autocuidado independiente. Dominio: 02 Indicador: Escala de Puntuación Medición: Diana: 1. nunca demostrado De 1 a 5 (1) a siempre demostrado (5) 2. nunca demostrado (1) a siempre demostrado (5) 3. nunca demostrado (1) a siempre demostrado (5) Intervenciones (NIC): Asesoramiento Actividades: • Demostrar empatía, calidez y sinceridad. • Ayudar al paciente a que identifique sus puntos fuertes y reforzarlos. • Reforzar nuevas habilidades Clase: 05 Diagnóstico de Enfermería Resultado: (NANDA) (NOC) Indicador: Escala de medición: Enfoque: Riesgo de desequilibrio electrolítico. 00195 Factores Relacionados: -Disfunción renal. -Volumen de líquidos excesivo. -Régimen terapéutico. 1. Fatiga 2. Calambres musculares 3. Calambres abdominales 4. Náuseas 1. Desde Grave (1) hasta Ninguno (5) 2. Desde Grave (1) hasta Ninguno (5) 3. Desde Grave (1) hasta Ninguno (5) 4. Desde Grave (1) hasta Ninguno (5) Equilibrio electrolítico y acido-base (0600). Definición: Equilibrio de electrolitos y no electrolitos en los compartimentos Características Definitorias: intracelular y extracelular Puntuación Diana: De 1 a 5 133 Intervenciones (NIC): Manejo de líquidos 4120 Intervenciones (NIC): Manejo de electrolitos. 2000 Actividades Actividades • Controlar los cambios de peso • Disponer una dieta adecuada para del paciente antes y después el desequilibrio de electrólitos del de la diálisis, si corresponde. paciente (alimentos ricos en potasio, • Evaluar la ubicación y pobres en sodio y bajos en hidratos de extensión del edema, si lo carbono). hubiera. • Instruir al paciente y a la familia sobre • Controlar ingesta de alimentos/ modificaciones dietéticas específicas, líquidos y calcular la ingesta si procede. calórica diaria, si procede. • Fomentar la orientación. Dominio: 04 Clase: 04 Diagnóstico de Enfermería (NANDA) Enfoque: Riesgo de deterioro de la función cardiovascular. 00239 Factores Relacionados: - Agentes farmacológicos. - Hipertensión. - Edad ≥65 años. Características definitorias: Resultado: (NOC) Severidad de la hipertensión. 2112 Definición: gravedad de los signos y síntomas por la presión arterial elevada. Intervenciones (NIC): Monitorización de los signos vitales. Indicador: 1. Náuseas. 2. Aumento de la presión arterial sistólica. 3. Aumento de la presión arterial diastólica. Escala de Medición: 1. Desde Gravemente (5) hasta Ninguno (1). 2. Desde Gravemente (5) hasta Ninguno (1). 3. Desde Gravemente (5) hasta Ninguno (1). Puntuación Diana: De 1 a 5 Intervenciones (NIC): Manejo de la medicación. 2380 Actividades: Actividades: • Monitorizar la presión arterial. • Determinar cuáles son los fármacos necesarios y administrarlos de acuerdo • Observar las tendencias y fluctuaciones con la autorización para prescribirlos o de la presión arterial. el protocolo. Dominio: 11 Clase: 2 Diagnóstico de Enfermería (NANDA) Resultado: (NOC) Indicador: Escala de Medición: Enfoque: Deterioro de la integridad cutánea. Factores relacionados: - Factores mecánicos -deterioro de la circulación. - Alteración del volumen de líquido Características definitorias: - Alteración de la integridad cutánea. - Materias extrañas que perforan la piel Integridad del acceso para hemodiálisis. 1105. 1. Flujo de volumen de sangre a través del shunt/fístula. 2. Hematoma local 3. Flemorragia local 1. Desde Gravemente Comprometido (5) hasta No comprometido (1) 134 Definición: Funcionalidad del lugar del acceso para la diálisis y estado de los tejidos circundantes. Puntuación Diana: De 1 a 5 Intervenciones (NIC): Cuidados del catéter central Intervenciones (NIC): Cuidados de las heridas insertado periféricamente Actividades: Actividades: • Identificar el uso deseado del catéter • Monitorizar las características de la para determinar el tipo necesario. herida, incluyendo drenaje, color, • Conectar el tubo del sistema y aspirar tamaño y olor. para conseguir el retorno de sangre. • Cuidar el sitio de incisión según sea • Heparinizar la vía de acuerdo con el necesario. protocolo del centro, si procede. • Comparar y registrar regularmente • Utilizar una técnica estéril para cualquier cambio producido en la herida. cambiar el vendaje en el sitio • Enseñar al paciente o a miembros de la de inserción, de acuerdo con el familia los procedimientos de cuidado protocolo del centro. de la herida. Dominio: 11 Clase: 1 Diagnóstico de Enfermería (NANDA) Resultado: (NOC) Enfoque: Integridad del acceso para Hemodiálisis. 1105 - Riesgo de Infección 00004 Factores relacionados: -Defensas primarias: rotura de la piel (Colocación de catéter intravenoso, procedimiento invasivo) - Procedimiento invasivo Definición: Funcionalidad del lugar de acceso para la diálisis y estado de los tejidos circundantes Escala de medición: Indicador: 1. Hematoma local. 2. Hemorragia local. 3. Flujo de volumen de la sangre a través del shunt/fístula. 4. Coloración cutánea local. 5. Edema periférico distal. 6. Hipersensibilidad local. 7. Temperatura de la piel en el sitio de acceso. 1. Desde Grave Comprometido (1) hasta Ninguno (5). Puntuación Diana: De 1 a 5 Intervenciones (NIC): Protección contra las infecciones Intervenciones (NIC): Mantenimiento del acceso para hemodiálisis Actividades: • Observar los signos y síntomas de infección sistémica y localizada. • Proporcionar los cuidados adecuados a la piel en zonas edematosas. • Inspeccionar la existencia de enrojecimiento, calor extremo o drenaje de la piel y las membranas mucosas. Actividades: • Controlar si en el lugar de salida del catéter hay migración. • Evitar la compresión mecánica de los lugares de acceso periférico. • Aplicar gasa estéril, ungüento y apósito al lugar del catéter de hemodiálisis venosa central con cada tratamiento. • Enseñar al paciente a cuidar el lugar de acceso de Hemodiálisis Dominio: 04 Clase: 04 Diagnóstico de enfermería (NANDA) Enfoque: Riesgo de perfusión renal ineficaz 00203 Factores relacionados: -Enfermedad renal (fallo renal) -Diabetes mellitus. -Hipertensión arterial. -Pielonefritis Características definitorias: Resultado: (NOC) Conocimiento: Manejo de la enfermedad renal. 1857 Definición: Grado de conocimiento transmitido sobre la enfermedad renal, su tratamiento y la prevención de la progresión de la enfermedad y las complicaciones. Indicador: Escala de medición: - Enfermedad renal. - Signos y síntomas de enfermedad renal. - Factores de riesgo de complicaciones. - Relación de enfermedad renal con la hipertensión. - Signos y síntomas de exceso de volumen. - Medicación utilizada para la enfermedad renal. - Importancia de cumplir el régimen terapéutico. Desde ningún conocimiento (1) hasta Conocimiento extenso (5). Puntuación Diana: De 1 a 5 135 Intervenciones (NIC): Establecimientos de objetivos comunes. 4410 Intervenciones (NIC): Ayuda en la modificación de sí mismo. 4470 Actividades: Actividades: • Fomentar la identificación de valores vitales • Ayudar al paciente a identificar una meta de específicos. cambio específica. • Identificar el reconocimiento por parte del • Valorar el nivel de conocimiento y habilidad actual paciente de su propio problema. del paciente en relación con el cambio deseado. • Explicar al paciente que solamente se deben • Ayudar al paciente a valorar los ambientes físicos, modificar los comportamientos de uno a uno. sociales e interpersonales para la existencia de las señales/desencadenadas. Dominio: 04 Clase: 04 Diagnóstico de Enfermería (NANDA) Enfoque: Riesgo de baja autoestima situacional. Resultado: (NOC) Aceptación: estado de salud (1300) Factores relacionados: - Alteración de la imagen corporal. - Antecedentes de rechazo. -Deterioro funcional. Definición: Reconciliación con cambios significativos en las circunstancias de salud. Características definitorias: Indicador: Escala de vedición: - Renuncia al concepto previo de salud. Reconocimiento de la realidad de la situación de salud. - Se adapta al cambio en el estado de salud. - Muestra resistencia. 1. Nunca demostrado (1) hasta siempre demostrado (5). 2. Nunca demostrado (1) hasta siempre demostrado (5). 3. Nunca demostrado (1) hasta siempre demostrado (5). 4. Nunca demostrado (1) hasta siempre demostrado (5). Puntuación Diana: De 1 a 5 Intervenciones (NIC): Control del estado de ánimo. 5330 Intervenciones (NIC): Potenciación de la autoestima. 5400 Actividades: • Evaluar el estado de ánimo inicialmente y con regularidad a medida que progresa el tratamiento. • Remitir al paciente para la evaluación y/o tratamiento de cualquier enfermedad subyacente que pueda contribuir a una alteración del estado de ánimo. • Animar al paciente a que adopte un papel activo en el tratamiento y la rehabilitación según corresponda. Actividades: • Determinar la posición de control del paciente. • Animar al paciente a identificar sus virtudes. • Fomentar el aumento de responsabilidad de sí mismo, si procede. Dominio: 09 Clase: Diagnóstico de enfermería (NANDA) Enfoque: Impotencia. 00125 Factores relacionados: Régimen terapéutico complejo. Características definitorias: - Sentido de control insuficiente. - Participación inadecuada en el cuidado. 136 02 Resultado: (NOC) Creencias obre la salud: percepción del control (1702) Definición: Convicción personal de que una persona puede influir en el resultado sobre la salud. Indicador: Escala de medición: - Responsabilidad percibida por decisiones sobre la salud. - Creencia de que las propias decisiones controlan los resultados sobre la salud. 1. Desde Muy débil (1) a muy intenso (5). 2. Desde Muy débil (1) a muy intenso (5). Puntuación Diana: De 1 a 5 Intervenciones (NIC): Manejo de la autoconfianza. 5395 Intervenciones (NIC): Aumentar los sistemas de apoyo. 5440 Actividades: • Identificar los obstáculos al cambio de conducta. • Modelar la conducta deseada. • Fomentar la interacción con otros individuos que consiguen cambiar su conducta con éxito. Actividades: • Determinar el grado de apoyo familiar y económico, así como otros recursos. • Fomentar las relaciones con personas que tengan los mismos intereses y metas. • Proporcionar los servicios con una actitud de aprecio y apoyo Dominio: 10 Clase: 03 Puntuación Diana: Diagnóstico de Enfermería (NANDA) Resultado: (NOC) Indicador: Escala de Medición: Enfoque: Riesgo de caídas Factores Relacionados: -Antecedentes de caídas -Agentes farmacológicos. -Periodo de recuperación postoperatoria. -Enfermedad vascular. 1. Caídas caminando. 2. Caídas al ir al servicio. 1. Mayor de 1-3 (4) a De 4 a 5 ninguno (5). 2. Mayor de 1-3 (4) a ninguno (5). Caídas (1912) Definición: Número de veces que un individuo se cae Características Definitorias: - Intervenciones (NIC): Intervenciones (NIC): Ayuda con el autocuidado: transferencia (1806) Monitorización de signos vitales. (6680) Actividades: • Determinar la capacidad actual del paciente para trasladarse. • Determinar la cantidad y el tipo de ayuda necesaria. • Ayudar al paciente a caminar utilizando el cuerpo del profesional como muleta humana, según corresponda. Dominio: 10 Actividades: • Monitorizar la presión arterial. • Observar las tendencias y fluctuaciones de la presión arterial. • Identificar las causas posibles de los cambios de signos vitales. Clase: 03 Diagnóstico de enfermería (NANDA) Enfoque: Conflicto de decisiones. 00083 Factores relacionados: - Sistema de apoyo insuficiente. Características definitorias: - Incertidumbre sobre las posibilidades. - Retraso en la toma de decisiones. Resultado: (NOC) Conocimiento de la enfermedad renal. 1857 Definición: grado de conocimiento transmitido sobre la enfermedad renal, su tratamiento y la prevención de la progresión de la enfermedad y complicación. Intervenciones (NIC): Enseñanza: individual (5606). Indicador: Escala de medición: 1. Enfermedad renal específica. 2. Curso habitual del proceso de la enfermedad. 3. Factores de riesgo de la complicación. 1. Ningún conocimiento (1) hasta conocimiento extenso (5). 2. Ningún conocimiento (1) hasta conocimiento extenso (5). 3. Ningún conocimiento (1) hasta conocimiento extenso (5). Puntuación Diana: De 1 a 5 Intervenciones (NIC): Enseñanza: proceso de enfermedad (5602) Actividades: Actividades: • Evaluar el nivel actual de conocimientos del • Determinar las necesidades de paciente relacionado con el proceso de la enseñanza del paciente. enfermedad específica. • Determinar la capacidad del paciente • Identificar cambios en el estado del paciente. para asimilar información específica. 137 Conclusión Debemos reconocer que el Plan de Cuidados de Enfermería (PLACE) nos ayuda a favorecer y dar trascendencia al objetivo principal de enfermería: el cuidado, el cual debe ser brindado previa valoración del estado de salud, y con la finalidad de otorgar un cuidado de calidad y con calidez a la persona, brindando la oportunidad de realizar o señalar las intervenciones primordiales para la mejora y manejo efectivo de la salud del paciente. Este ejercicio nos ha permitido identificar los problemas/ necesidades reales y potenciales más comunes en el paciente con ERC que es sometido a la HD, que afectan o pueden afectar las diferentes esferas del ser humano, siendo un recordatorio de la importancia que conlleva considerar los aspectos físico, emocional, psicológico, social y espiritual a la hora de realizar el plan de cuidado de enfermería. Implicaciones para la práctica Los Planes de Cuidados aquí mostrados ofrecen una propuesta inicial para el cuidado de los pacientes en HD, contribuyen en la estandarización de las actividades de cuidado, favorecen las intervenciones independientes de los profesionales de enfermería en el servicio de hemodiálisis y pueden contribuir a la detección de posibles complicaciones derivadas del tratamiento. Referencias Andrade, S. J., Mora, H. C., & Hernández, C. A. (2016). Nefrología y urología en I. M. Ramos Herrera, D. A. Martínez Ceccopieri, A. Hernández Chávez, M. W. Centeno Flores & R. Vázquez Valls (Ed.), CAM Curso de actualización médica. McGraw-Hill. 138 Barrios-Gómez, E. M., Sánchez-Hernández, E., Rocha-López, L., & Viveros-Gómez, M. A. (2016). Resultados del proceso de atención en enfermería. El camino hacia la efectividad de los cuidados. Revista de Sanidad Militar, 70(3), 244-253. Bulecheck, G. M., Butcher, H. K., & McCloskey, D. J. (2009). Clasificación de intervenciones de enfermería (NIC). Elsevier. Comisión Permanente de Enfermería, Catálogo Nacional de Planes de Cuidados en Enfermería. Secretaría de Salud. 2012 Lozano, R., Gómez-Dantés, H., Garrido-Latorre, F., Jiménez-Corona, A., Campuzano-Rincón, J.C., Franco-Marina, F., Medina-Mora, M.E., Borges, G., Naghavi, M., Wang, H., Vos, T., Lopez, A., & Murray, C. (2013). La carga de enfermedad, lesiones, factores de riesgo y desafíos para el sistema de salud en México. Salud Pública de México, 55(6), 580-594. McClellan, W.M. (2005). Epidemiology and Risk Factors for Chronic Kidney Disease. 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De la teoría a la práctica: el pensamiento de Virginia Henderson en el siglo XXI, en: Enfermería global, 4(2). https://doi.org/ 10.6018/eglobal.4.2.489 140 CAPITULO IX ESTIMULACIÓN TEMPRANA EN EL DESARROLLO MOTOR FINO Puente Ramírez, Reyna de los Ángeles Pacheco Rico, María Guadalupe Esquivel Franco, Claudia Gabriela Fuentes Ocampo, Lucero Mejía Benavides, Jorge Emmanuel Centro Interdisciplinario del Noreste de la Universidad de Guanajuato México Resumen La Organización Mundial de la Salud menciona que el 60% de los niños menores de seis años no se encuentran estimulados clínicamente en la primera infancia, esto conlleva un retraso en cualquiera de las áreas de desarrollo. La estimulación consiste en las actividades que se realizan desde edades muy tempranas con el objetivo de mejorar las capacidades que se adquieren con la edad. Esta investigación estuvo sustentada en el Modelo de Sistemas de Betty Neuman. Metodología Es una investigación de tipo cuantitativa y descriptiva, de carácter transversal, con una muestra de 38 participantes; se les aplicó el Test TEPSI que evalúa el desarrollo del niño menor de 5 años en sus áreas fundamentales. Se realizó al Noreste del estado de Guanajuato, respetando lo enmarcado en la Declaración de Helsinki, Declaración de los Derechos del niño y La Norma Oficial Mexicana NOM-031-SSA2-1999. Se utilizó estadística descriptiva para las variables. Resultados El 89% desempeña mejor las actividades perteneciendo al rango de Normalidad, caracterizado por recibir estimulación temprana, en comparación con aquellos niños que nunca fueron estimulados y que reflejan falta de coordinación vi141 so-manual con un porcentaje de 8%, en el rango de riesgo, mientras que el 3% está clasificado con retraso. Conclusiones El modelo de Sistemas de Betty Neuman fue efectivo porque demostramos que los organismos como sistemas abiertos, la interacción y el entorno son importantes para que los niños reciban estimulación temprana y potencialicen sus capacidades naturales, lo que permitirá minimizar los rezagos motrices imperceptibles a simple vista. Palabras clave: Estimulación temprana, desempeño psicomotor, plasticidad neuronal, enfermería, desarrollo infantil. Introducción El presente ensayo da a conocer los resultados de una investigación que tiene como objetivo describir la importancia de la estimulación temprana en el desarrollo motor fino. Este tema fue elegido mediante la observación de la población, en general, y nos pareció importante resaltar que existen muchos casos en los cuales el desarrollo del niño se ve afectado por una pequeña pero importante fase en su crecimiento: la estimulación. Como bien se sabe, la estimulación consiste en las actividades que se realizan en los niños desde edades muy tempranas con el objetivo de mejorar las capacidades que adquieren con la edad (Organización Mundial de la Salud, 2018). Según las bases científicas revisadas, la mayor parte de la población no cree necesario dar estimulación temprana a los pequeños “si no la necesitan”; en este sentido, los únicos que pueden ser intervenidos son aquellos que ya presentan algún retraso o descenso en sus capacidades. Sin embargo, nosotros creemos importante dar estimulación temprana a todos por igual, sin importar si la necesitan o no, comenzando desde las consultas prenatales, donde se le brindará información oportuna y eficaz a la madre, hasta después del parto, cuando comenzará la estimulación en casa. 142 Como bien lo mencionamos, esta investigación busca demostrar que la estimulación temprana es un precursor para que el niño amplíe sus capacidades. Para valorar esto se utilizó el test TEPSI (Haeussler & Marchant, 1997), prueba de tamizaje que nos permitirá observar los estancamientos en el desarrollo que lleguen a presentar el niño o niña y, de esta manera, actuar de manera oportuna y con la intensidad que el niño necesite en sus intervenciones. Marco teórico-conceptual El desarrollo infantil temprano se ha limitado por una mala implementación en el periodo y duración de la estimulación; es considerado un problema global que mediante intervenciones de estimulación en la primera infancia podría prevenirse, en particular aquellas que se dirigen directamente a satisfacer las necesidades de desarrollo del niño que en gran parte aún permanecen inexploradas. La motricidad fina se ve afectada porque implica un nivel sobresaliente de maduración y un aprendizaje pleno para la adquisición de cada uno de los elementos, debido a que existen diferentes niveles de dificultad en un niño que no recibió estimulación temprana. Los elementos más afectados respecto al desarrollo de la motricidad fina son la coordinación viso-manual, motricidad facial, gestual y fonética. La perspectiva del Modelo de Sistemas de Neuman tiene como propósito que la práctica de enfermería sea asistir a los niños, niñas y a sus familias para detener, alcanzar y mantener la estabilidad óptima del sistema óptimo en salud (Freese, Russell, Neuman & Fawcett, pp. 136-152, 2011). En la actual práctica de enfermería, el niño y la familia son el sistema del cliente y están en una asociación con la enfermera como cuidador, con el objetivo final de ayudar al niño a lograr el más alto nivel de bienestar posible y la estabilidad del sistema. Las enfermeras son una herramienta primordial para determinar los factores de estrés e identificar los objetivos que permitan las estrategias de prevención como intervenciones dirigidas a clientes pediátricos. 143 Los problemas de interés para las enfermeras basados en el Modelo de Sistemas son amplios, pues incluyen la promoción y prevención de enfermedades mediante la orientación anticipada con niños en desarrollo y sus familias, así como la preservación de la unidad familiar y las respuestas de crecimiento y desarrollo de los niños como un sistema integrado (Neuman, 1979a). Específicamente, los problemas de interés en la práctica de enfermería incluyen una situación real o potencial con reacciones a los factores estresantes intrapersonales o extra personales que surgen en un entorno interno o externo a los niños y sus familias. Dentro de la Prevención Primaria gran parte de los riesgos para la salud de la madre y del niño pueden ser detectados, prevenidos y brindarles un tratamiento con éxito mediante la aplicación de actividades y procedimientos regulados a la atención; principalmente acciones preventivas para descartar los riesgos (Neuman, 1979b). Estas acciones favorecen el desarrollo normal de cada una de las etapas del proceso gestacional en el desarrollo futuro del niño. El Control Prenatal está dirigido a la prevención, detección y control de factores de riesgo obstétrico que impliquen la salud de la diada materno-fetal, retraso en el desarrollo y crecimiento del feto, patologías recurrentes en el embarazo, así como la detección adecuada de la prematuridad. Como parte de las actividades que se realizan en el control prenatal se encuentra la Estimulación Prenatal: actividades realizadas durante la gestación que favorecen que el niño por nacer potencialice su desarrollo físico, motor, emocional, y social. Este tipo de estimulación está basado en el desarrollo y maduración del sistema nervioso central. En la Prevención Secundaria las consultas periódicas a la unidad de salud implican la secuencia de actividades que brindan accesibilidad al campo de la salud, oportunidad a la atención y resultados factibles a un diagnóstico y tratamiento una vez que el niño haya estado expuesto a un elemento estresante. La enfermera debe de involucrar atención proporcionada en entornos de hospitalización, hogares; cuidado de seguimiento y bienestar, atención brindada en escuelas, pro144 moción a través de la participación en grupos comunitarios sobre la asesoría de la salud (Neuman, 1979b). En este sentido, la Estimulación temprana consiste en proporcionar al niño que estuvo bajo un elemento estresante, mejores oportunidades para desarrollar sus capacidades físicas, motrices, intelectuales y sociales, que le permitan ser mejor de lo que hubiera sido sin ese entorno rico en estímulos intelectuales y físicos de calidad. Estas intervenciones potencializan el desarrollo motor fino y grueso, y son: que los niños suban escaleras, recojan objetos con los dedos, utilicen un lápiz, aprendan a lanzar y patear una pelota. Se aconseja a las madres que ayuden a los bebés a caminar brindándoles apoyo y confianza al sostener su mano. Es importante realizar una valoración y detección precoz para detectar algún retraso en cualquiera de las áreas de desarrollo durante el primer año de vida, puesto que en este periodo existe mayor aprovechamiento de la estimulación debido a la plasticidad cerebral que disminuirá paulatinamente con la edad. Se observarán los patrones de juego habituales, incluidos los juguetes y actividades favoritas que minimicen cualquier signo de retraso en el desarrollo; también se toman en cuenta los principales puntos de referencia del desarrollo, incluyendo el personal, social, motricidad fina, lenguaje, habilidades motoras gruesas y parámetros de crecimiento esperados, para que de este modo se brinden los cuidados apropiados para el desarrollo de los niños y sus familias. Con ayuda de la Teoría de los Sistemas de Betty Neuman se pretende mostrar al área profesional de Enfermería que existe un impacto concreto y abstracto de las intervenciones de prevención que favorecen a que la estimulación temprana sea exitosa en el desarrollo motor fino de los niños como clientes, analizar la interacción entre todos los sistemas que componen los factores básicos de supervivencia del niño para enfrentarse ante elementos estresantes como la edad gestacional, enfermedades del desarrollo infantil, falta de estimulación en el hogar en tiempo y forma adecuada. Las intervenciones integrales favorecerán la obtención de un mejor desarrollo en comparación con las intervenciones únicas, sean las realizadas por los padres o las centradas úni145 camente en los niños de países en desarrollo. En resumen, los efectos positivos de la intervención dependerán del tipo de estimulación, su duración, y el apoyo en el hogar, además de que se confía en que son estrategias prometedoras para potencializar el éxito de los niños en situación de riesgo y su productividad cuando sean adultos (ver figura 1 en la página 151). Metodología Es una investigación de tipo cuantitativa y descriptiva, de carácter transversal, se realizó al Noreste del estado de Guanajuato en México. Durante el periodo enero-junio del 2019, con una población conformada por niños de 24 a 60 meses de edad, integrada por dos grupos, con 17 y 25 participantes cada grupo, respectivamente. Se utilizó el tipo de muestra estratificada con 38 participantes. Los criterios de inclusión fueron: Niños/as, tuvieron problemas médicos durante su gestación, por ejemplo: parto prematuro, no respiró al nacer, productos de una gesta gemelar, macrosómico, niños que no han sido estimulados o que sí han sido estimulados pero no en el tiempo ni en la forma adecuados, que asistieran al preescolar Lázaro Cárdenas, del municipio de Victoria, Guanajuato. Se excluyó a los niños con diferentes patologías, como enfermedades congénitas, metabólicas, neurológicas o con algún déficit de atención que no les permitiera participar en la investigación. En un primer momento se captó la muestra y se le dio a firmar –de consentimiento informado– a la persona encargada del menor, informándole el objetivo del estudio y los beneficios, y aclarando las dudas. Posteriormente se realizó una visita domiciliaria para aplicar una ficha de datos y el Test TEPSI que evalúa el desarrollo del niño menor de 5 años en sus áreas fundamentales. Se evalúa mediante 52 ítems repartidos en tres áreas fundamentales: lenguaje, motricidad y coordinación. Dadas las características, permite que sus resultados sean válidos, objetivos y confiables. Se utilizó estadística descriptiva para analizar los resultados arrojados de la investigación, se realizó correlación de Pearson entre el puntaje total obtenido en el test y cada uno de los puntajes de 146 los subtest, así como una diferencia de medias (Haeussler & Marchant, 1997). En todo momento se respetó lo establecido en la Declaración de Helsinki (Asociación Médica Mundial, 2017), la Declaración de los Derechos del Niño (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, 1959) y La Norma Oficial Mexicana NOM-031-SSA2-1999 (Secretaría de Salud, 2018). Resultados y discusión Dirigir la presente investigación a personal de salud y educativo en las áreas de pedagogía, psicología, enfermería y terapia física para que realicen un giro acerca de la estimulación temprana ayudará a mejorar el desarrollo, conducta y aprendizaje, permitiendo involucrar a los niños menores de dos años con intervención temprana. Se aplicó un total de 38 test a niños de entre 24 a 60 meses de edad, y que asisten al preescolar Lázaro Cárdenas ubicado en la comunidad de Misión de Arnedo. Los resultados se plasman en la siguiente tabla. Tabla 1 Desarrollo acorde al test TEPSI Variable Sexo Estimulación Subtest Coordinación Subtest Leguaje Subtest Motricidad Total Frecuencia Porcentaje Femenino Masculino 19 19 50 50 Sí estimulación 18 47.3 No estimulación 20 52.6 Normal Riesgo Retraso Normal Riesgo Retraso Normal Riesgo Retraso Normal Riesgo Retraso 86.8 10.5 2.6 78.9 21 0 81.4 13.1 2.6 89.4 7.8 2.6 33 4 1 30 8 0 32 5 1 34 3 1 Fuente: Instrumento aplicado TEPSI n=38 147 En esta tabla se observa una frecuencia representativa de 19 correspondiente al sexo femenino con un 50%. De la misma manera, se obtiene que el 47.3% de la muestra ha sido estimulada en algún momento de su vida. En los resultados obtenidos en los subtest destaca que existe un 10.5% y 21% que tienen riesgo en el subtest coordinación y lenguaje respectivamente, y un 2.6% con retraso en motricidad. Se realizó correlación de Pearson entre estimulación y cada uno de los resultados del test y subtest, y se observó que la estimulación temprana sí influye en el desarrollo de las actividades del niño. Conclusión y recomendaciones A través este trabajo de investigación se logró concluir –bajo el modelo de sistemas de Betty Neuman– que los organismos vivos como sistemas abiertos, la interacción de los mismos y su entorno son importantes para que los niños que reciben estimulación temprana logren potencializar sus capacidades naturales permitiéndoles minimizar los rezagos motrices que muchas veces son imperceptibles a simple vista, así como mejorar la atención primaria en salud dirigida a los niños y niñas de 0 a 6 años, porque en esta etapa la plasticidad neuronal permite ampliar la capacidad de aprendizaje, pues la estimulación temprana toma un lugar excepcional para generar conocimiento y aprendizaje para el futuros de los niños. Además, se identificó que la privación de estímulos y de las experiencias vividas que el entorno le proporciona al niño como consecuencia de enfermedades infantiles, síndromes o capacidades diferentes, comprometen el transcurso evolutivo y desarrollo en los primeros años de vida, así que el periodo de plasticidad neuronal tiene que ser explotado y aprovechado al máximo para favorecer el proceso de desarrollo del niño. Igualmente, queda manifiesto que los profesionales de enfermería desempeñan un papel muy importante porque sus cuidados pueden tener lugar donde los niños juegan, aprenden y se desenvuelven día a día, por ejemplo, estancias, guarderías infantiles, y preescolares, brindando atención y cuidado terapéutico de prevención de secuelas 148 en cualquiera de sus áreas de desarrollo. También fortalece a los profesionales de enfermería como personas capaces de observar, detectar, crear, aplicar y evaluar diferentes actividades dirigidas a la promoción del juego y el uso de materiales didácticos de gran utilidad, a identificar el tipo de herramientas como popotes, cucharas de colores, conos, plantillas de figuras y juguetes que el mismo personal de enfermería puede crear para implementar acciones que fortalezcan las habilidades y destrezas específicas en el desarrollo de cada niño, así como tomar un seguimiento en caso de detectar signos de alerta o presencia de patologías neurológicas infantiles, e iniciar un plan de intervenciones de enfermería encaminadas terapéuticamente a la estimulación temprana involucrando a la familia en todas las actividades. Se recomienda al personal de enfermería del primer nivel de atención que elabore módulos de orientación e información de la estimulación temprana en relación del desarrollo psicomotriz y las otras áreas de desarrollo dependiendo al rango de edad al que pertenezcan. En este sentido, al llevar a cabo acciones de capacitación a la familia –como cuidadores principales–, principalmente la madre del niño, permitirá extraer investigaciones futuras de orientación e impacto en ella al recibir información sobre la estimulación temprana, y permitir la promoción de la práctica continua en el hogar. De la misma manera, trabajar con ejercicios de estimulación temprana permitirá generar investigaciones sobre la creación de materiales aptos para los niños que despierten estímulos sensoriales y motrices en edad de 0 a 2 años, utilizando colores, texturas y los reflejos primarios que permitan al niño desarrollar sus capacidades futuras. Referencias Asociación Médica Mundial (2017). 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Adaptación del Modelo de sistemas de Betty Neuman Fuente: Adaptado por Puente-Ramírez RA, 2018 151 CAPITULO X IMPACTO DE LA NUEVA EPIDEMIA DE COVID-19 EN LA SALUD MENTAL DE LOS PROFESIONALES SANITARIOS QUE TRABAJAN EN HOSPITALES: EVIDENCIA QUE ARROJA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Lara Morales, Alfredo Macías Cervantes, Quetzalli Xiadany Universidad de Guanajuato México Resumen La pandemia de la enfermedad por coronavirus se ha convertido en una de las crisis de salud centrales de una generación afectando a personas de todos los países, continentes, etnias y grupos socioeconómicos. Existe consenso en que la pandemia de COVID-19 no sólo afecta la salud física, sino también la mental y el bienestar general. Es necesario comprender el estado mental del personal médico clínico que se encuentra en la primera línea de atención en la pandemia, y proporcionar una base teórica para la intervención psicológica. Conocer la situación de la salud mental de los profesionales sanitarios permitirá arrojar luz sobre sus interacciones, y permitirá también saber cómo impacta en el desempeño de su trabajo con pacientes infectados. En este ensayo se brinda un decálogo de sugerencias para la atención a la salud mental del personal de salud durante y después de la nueva epidemia de Covid-19. Palabras clave: Salud mental, profesional de salud, COVID-1. Introducción Los coronavirus humanos son comunes en todo el mundo siendo uno de los principales patógenos que primariamente 153 se dirigen al sistema respiratorio humano que con frecuencia causan enfermedades graves (CDC, 2020). Los brotes anteriores de coronavirus (CoVs) incluyen el síndrome respiratorio agudo severo (SARS)-CoV y el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS)-CoV, se han caracterizado previamente como agentes que son una gran amenaza para la salud pública. A finales de 2019, un grupo de pacientes ingresó en hospitales con diagnóstico de neumonía de etiología desconocida. Estos pacientes estaban vinculados epidemiológicamente a un mercado mayorista de mariscos y de “wet animals” (animales húmedos, es decir, vivos) en Wuhan, provincia de Hubei, China (Lu & Stratton, 2020) (Bogoch et al., 2020). El COVID-19 fue declarado oficialmente una pandemia por la OMS el 11 de marzo, afectando a más de 114 países, con 118,000 casos y 4291 muertos a nivel mundial. Hasta ese momento de los casos notificados como positivos, más del 90% se concentraban en tan sólo cuatro países, entre ellos, China y Corea del sur, donde la epidemia se encontraba – para esta fecha– en claro declive (Organisation, 2020). Los reportes al 7 de agosto de 2020 según la OMS indican que globalmente se registran 18,614,177 casos (259,344 nuevos casos en las últimas 24 horas) y 702,642 muertes (6, 488 en las últimas 24 horas); para la región de las Américas se reportan 9,981,204 casos (139,362 en las últimas 24 horas) con un número de muertes asociadas a la enfermedad de 372,008 (4,074 en las últimas 24 horas), representando para México un total de 449,961 casos totales y 48,869 muertes, respectivamente (OMS, 2020a). En el estado de Guanajuato las cifras ascienden a 24,684 casos y 1,472 defunciones (Salud, 2020). Los síntomas de la infección por COVID-19 aparecen después de la incubación de aproximadamente 5,2 días (Q. Li et al., 2020a). Aunque la mortalidad del actual COVID-19 (tasa de letalidad global de 6,7% [OMS, 2020a]) es menor que la del SARS-CoV y el MERS-CoV, este es mucho más contagioso. La evidencia sugiere que el mecanismo de transmisión de persona a persona es la ruta para propagar la infección, respaldado por casos que ocurrieron de familias y entre personas que no visitaron el mercado de animales húmedos en 154 Wuhan (Graham Carlos, et al., 2020) (P. Wu et al., 2020). El período desde el inicio de los síntomas de COVID-19 hasta la muerte oscila entre seis y 41 días, con una mediana de 14 días (Mb et al., 2020). Este período depende de la edad y el sistema inmunitario del paciente. Es más corto entre los pacientes mayores de 70 años que en aquellos menores de esta edad (Mb et al., 2020), lo que evidencia que el adulto mayor tiene especial vulnerabilidad ante la enfermedad. Los síntomas más comunes al inicio de la enfermedad de COVID-19 son fiebre, tos y fatiga, mientras que otros síntomas incluyen producción de esputo, dolor de cabeza, hemoptisis, diarrea (en algunos casos), disnea y linfopenia. Recientemente se ha añadido la conjuntivitis a este listado (Mb et al., 2020) (Ren et al., 2020) (Huang et al., 2020) (Graham Carlos et al., 2020) (OMS, 2020b). Es necesario comprender el estado mental del personal médico clínico que se encuentra en la primera línea de atención en la pandemia y proporcionar una base teórica para la intervención psicológica. Conocer la situación de la salud mental (SM) en profesionales sanitarios permitirá arrojar luz sobre sus interacciones y cómo impacta al profesional en el desempeño de su trabajo con pacientes infectados. Abordar el estado de SM de los profesionales de la salud que están haciendo frente a la pandemia de COVID-19 conlleva a sumergirnos en temas de relevancia social, y que tienen gran impacto en la salud tanto del profesional como de los pacientes que atienden. La salud mental de los profesionales de la salud ante la nueva pandemia de COVID-19 La pandemia de la enfermedad por coronavirus se ha convertido en una de las crisis de salud centrales afectando a personas de todos los países, continentes, etnias y grupos socioeconómicos. Las respuestas requeridas, como la cuarentena de la población en general, el cierre de escuelas y el aislamiento social han cambiado abruptamente la vida cotidiana. De acuerdo con diversos autores, existe un consenso de que la pandemia de COVID-19 no sólo afecta la salud física, 155 sino también la mental y el bienestar general (Brooks et al., 2020). Los afectados, especialmente en aquellos grupos considerados como vulnerables ante una pandemia con consecuencias psicosociales y de SM particularmente más graves son los profesionales de la salud debido a un mayor nivel de exposición ante la enfermedad (Panagioti et al., 2018). Desde un punto de vista psicopatológico, la pandemia actual es una forma relativamente nueva de estrés o trauma para los profesionales de la salud (Kang, Li, et al., 2020). Es probable que en los próximos meses, cuando termine la pandemia, haya escasez de profesionales de la salud debido al burnout y el agotamiento mental (Panagioti et al., 2018). Estudios previos a la pandemia actual sobre personal que labora en el área de la salud, demuestran que al poseer conocimientos profesionales científicos sobre las diferencias en los patrones de exposición relativa y la transmisión de diferentes enfermedades infeccionas, podrían tener cierto grado de comodidad y control sobre su trabajo en el área hospitalaria (Chowell et al., 2015). Por ejemplo, a lo largo de las décadas, aunque el virus de la hepatitis y el VHI a menudo han causado infecciones letales, los médicos, enfermeros (as), radiólogos etc., sabían que su riesgo de exposición era bajo siempre que tuvieran precaución en su contacto con los fluidos corporales. La situación ha sido diferente con el COVID-19 debido a su rápida propagación entre la población. Muchas personas infectadas presentan síntomas mínimos o nulos mientras que son contagiosas con un alto nivel de virulencia, por ejemplo, temprano en el curso de la infección. Por lo tanto, estas personas pueden visitar hospitales y diferentes servicios en un estado infeccioso pero asintomático, sin saberlo, propagando la enfermedad directamente a través de micro gotas de saliva o indirectamente a través del contacto de la piel con superficies manipuladas por un enfermo (Kang, Ma, et al., 2020). Las características de la infectividad del coronavirus implican un riesgo importante de exposición para los trabajadores de la salud, independientemente del servicio hospitalario, cargo o ubicación en el edificio; por tanto, cualquier trabajador, ya sea médico o enfermero, especialista o generalista, 156 trabajador social, psicólogo, camillero, etc., corre un riesgo relativamente mayor. El estrés resultante debido a las preocupaciones sobre el riesgo de infección afecta indiscriminadamente a un gran número de personas, golpeando de manera potente al personal sanitario, sumando las cargas de trabajo extremas, dilemas morales, entorno de la práctica en rápida evolución que difiere en gran medida de aquello con lo que están familiarizados (Kang, Ma, et al., 2020; Shanafelt et al., 2020). Entre las principales fuentes de ansiedad de los profesionales de la salud, de acuerdo a la literatura científica, se encuentran las siguientes: 1) acceso al equipo de protección personal apropiado, 2) exposición al COVID-19 en el trabajo y llevar la infección a su familia, 3) no tener acceso rápido a las pruebas si presentan síntomas y miedo asociado a propagar la infección en el lugar de trabajo, 4) incertidumbre de que su institución apoyará/atenderá sus necesidades personales y familiares si desarrollan infección, 5) acceso a cuidado de niños durante el aumento de las horas de trabajo y cierre de escuelas, 6) apoyo para otras necesidades personales y familiares en la medida de que aumenten las horas de trabajo y las demandas (alimentación hidratación, alojamiento, transporte), 7) proporcionar atención médica competente si es relevado a otra área, y 8) falta de acceso a información actualizada (Shanafelt et al., 2020). Ante la incertidumbre, los profesionales se encuentran en un estado de vulnerabilidad mental, ya que buscan garantías –por parte de las instituciones donde laboran– de que ellos y su familia recibirán apoyo. Esto incluye que los hospitales escuchen sus inquietudes, hagan todo lo posible para protegerlos ante el contagio del COVID-19, y les asegure que, en 157 caso de infectarse, la institución les apoyará en todos los aspectos, tanto médicos como sociales. Todos los factores anteriormente descritos son elementos clave para el desarrollo (Albott et al., 2020) de múltiples alteraciones de la SM, entre los que destacan, principalmente, estrés, ansiedad y depresión (Williamson et al., 2018). Huang Jizheng y colaboradores realizaron uno de los primeros estudios sobre la salud mental (SM) del personal de salud (PS) que atiende COVID-19 en Wuhan, epicentro de la pandemia. Los hallazgos de su investigación son consistentes con la literatura, indicando una mayor incidencia de trastornos de distrés y ansiedad (Q. Li et al., 2020b) (J. Li et al., 2020). Otros estudios, además, reportan que una considerable proporción de participantes presenta síntomas de depresión (50.4%), ansiedad (44.6%), insomnio (34%) y distrés (71.5%), pero que la carga psicológica experimentada impacta de manera negativa especialmente a las enfermeras mujeres (Lai et al., 2020) que trabajan directamente con el diagnóstico, tratamiento y atención de pacientes (Spoorthy, 2020). Teniendo en cuenta la frecuencia de las alteraciones mentales que ocurren en los trabajadores de la salud, es necesario diseñar estrategias adecuadas para la atención de estos profesionales garantizando su integridad como personas biopsicosociales y, además, asegurando que la atención de estos hacia los pacientes sea de calidad y en las mejores condiciones tanto físicas como mentales (Bohlken et al., 2020). Por lo tanto, las intervenciones para promover el bienestar mental en los profesionales de la salud expuestos a COVID-19 deben implementarse de inmediato, y fortalecer las estrategias de prevención y respuesta mediante su capacitación en ayuda mental y manejo de crisis (El-Hage et al., 2020) (Greenberg et al., 2020). Factores de riesgo que influyen en la salud mental del profesional de la salud Las características de la enfermedad de la pandemia actual de COVID-19 provocaron un clima generalizado de cautela 158 e incertidumbre, particularmente entre los profesionales de la salud, debido a una variedad de causas, entre ellas la rápida propagación de COVID-19, la gravedad de los síntomas que puede causar en un segmento de personas infectadas, la falta de conocimiento de la enfermedad y las muertes entre los profesionales de la salud. El estrés también puede ser causado por factores organizativos, como el agotamiento del equipo de protección personal, las preocupaciones sobre la imposibilidad de proporcionar atención competente si se despliega en una nueva área, las preocupaciones sobre la información que cambia rápidamente, la falta de acceso a información y comunicación actualizadas, la falta de medicamentos específicos, la escasez de ventiladores y camas de unidades de cuidados intensivos para atender el aumento de pacientes críticos, y un cambio significativo en su vida social y familiar diaria. Se han identificado otros factores de riesgo que incluyen sentimientos de recibir apoyo inadecuado, preocupaciones sobre la salud de uno mismo, miedo a llevar infecciones a sus familiares u otros, y no tener acceso rápido a las pruebas a través de la salud laboral si es necesario, estar aislado, sentimientos de incertidumbre y estigmatización social, carga de trabajo abrumadora o apego inseguro. Además, discutimos factores sociales y organizativos positivos que contribuyen a mejorar la resiliencia frente a la pandemia. Existe un consenso en toda la literatura relevante de que los profesionales de la salud tienen un mayor riesgo de altos niveles de estrés, ansiedad, depresión, agotamiento, adicción y trastorno de estrés postraumático, lo que podría tener implicaciones psicológicas a largo plazo (El-Hage et al., 2020). Algunos de los estresores adicionales a los que se enfrenta el PS es el ser testigo de una tasa de muertes mayor a la que está familiarizado, entrando en esta tasa niños, adolescentes y adultos jóvenes, lo cual afecta de manera significativa porque se relaciona directamente con su labor, y en muchas situaciones se incrementa debido a que se les pide que realicen actividades que exceden sus habilidades, y se encuentran sometidos a la toma de decisiones difíciles que en su ejecución pueden llegar a ser el determinante entre la vida y la muerte (Albott et al., 2020). 159 Existen, desafortunadamente, otros factores además de la idea de estar en peligro de contagio, las posibilidades de dañarse ellos mismos, así como la preocupación de llegar a infectar a algún familiar (W. Wu et al., 2020), y esto puede llegar a impactar de manera muy significativa sobre el PS, al igual que las situaciones tanto de discriminación como de violencia –por parte de la sociedad– que se han suscitado a raíz de la pandemia culpabilizando al PS de sus consecuencias. Los niveles de apoyo social para el PS se han asociado significativamente con la autoeficacia y la calidad del sueño y se asociaron negativamente con el grado de ansiedad y estrés. Los niveles de ansiedad se asociaron significativamente con los niveles de estrés, que afectaron negativamente la autoeficacia y la calidad del sueño (Xiao et al., 2020). Un punto adicional es la compensación salarial en nuestro país. Según el Informe de Compensación de Médicos 2019 elaborado por el portal especializado Medscape, el PS en México percibe en promedio 22,000 dólares al año; esto es casi tres veces menos de lo que ganan los médicos en países como España (63,000 dólares) o Brasil (58,000 dólares), y cinco veces menos que en Francia (108,000 dólares). Las y los médicos en Estados Unidos ganan 14 veces (313,000 dólares) lo que un médico en nuestro país. “En lo que respecta a la enfermería, la brecha salarial de México con otras partes del mundo es también notable”, precisa el documento (Ramos, 2020). Claves importantes para el abordaje oportuno de la SM del PS Es importante salvaguardar la moral y la SM de los trabajadores sanitarios, ya que esto puede influir en el éxito de la prestación de la asistencia sanitaria. La organización puede considerar horarios de trabajo más cortos, períodos de descanso regulares y turnos rotativos para aquellos que trabajan en áreas de alto riesgo, si es posible. Se ha encontrado que el apoyo de colegas o supervisores y la comunicación clara de las directivas, además de las medidas de precaución, pueden ayudar a reducir los síntomas psiquiátricos. La confianza en las medidas de control de infecciones puede mitigar y faci160 litar una respuesta adaptativa al estrés. Por lo tanto, es imprescindible contar con una capacitación adecuada sobre el control de infecciones para el personal, con protocolos claros a seguir, y las directivas del hospital para COVID-19 deben ser precisas y difundidas a todo el personal. También deben adoptarse medidas preventivas para garantizar que los propios trabajadores sanitarios no se enfermen debido al virus durante la exposición laboral. Sin embargo, en el caso de que los trabajadores sanitarios se infecten mientras están en el trabajo, debe considerarse que tiene lesiones relacionadas con el trabajo. Los superiores podrían hacer un esfuerzo consciente para apoyar al personal en momentos de necesidad, y también se podría establecer un sistema de apoyo entre pares. Es vital identificar a aquellos que están agotados o tienen angustia psicológica para que se les pueda proporcionar una intervención oportuna, y se debe alentar al personal a pedir ayuda sin temor alguno (Ho et al., 2020). Algunas de las estrategias que se han visualizado para apoyar al PS que se enfrenta a las situaciones antes descritas son programas con enfoque emocional, una de ellas consiste en implementar un “battle budies system”, partiendo de programas que hasta la fecha se han enfocado en brindar tanto mentoría como soporte emocional a soldados que se encuentran en el campo de batalla, ya que se considera un comparativo justo. En resumen, este sistema busca coordinar a voluntarios que puedan brindar acompañamiento para lograr escuchar, validar y proporcionar la retroalimentación que ayude al PS a identificar el estado de su SM en caso de necesitar atención especializada, compartimentar y saber dejar el trabajo en el trabajo, así como el desarrollo de una cultura de equipo cognitiva y emocionalmente resiliente (Albott et al., 2020). Otra de las medidas que se han ejercido tomando el ejemplo de The Second Xiangya Hospital of Central South University como respuesta a la pandemia fue el desarrollo de un plan detallado de intervención psicológica que cubrió principalmente las siguientes tres áreas: creación de un equipo médico de intervención psicológica que proporcionó cursos en línea para guiar al PS a tratar problemas psicológicos co161 munes; un equipo de línea directa de asistencia psicológica que proporcionó orientación y supervisión para resolver problemas psicológicos; e intervenciones psicológicas que proporcionaron diversas actividades grupales para liberar el estrés. Sin embargo, la implementación de los servicios de intervención psicológica encontró obstáculos y, en consecuencia, se ajustaron esas medidas. Primero, el hospital proporcionó un lugar para descansar, donde el personal podría aislarse temporalmente de su familia. El hospital también garantizó alimentos y suministros para la vida diaria, y ayudó al personal a grabar en video sus rutinas en el hospital para compartirlas con sus familias y aliviar así sus preocupaciones. En segundo lugar, además del conocimiento de la enfermedad y las medidas de protección, se organizó capacitación previa al trabajo para abordar la identificación y las respuestas a problemas psicológicos en pacientes con COVID-19, y el personal de seguridad del hospital estaba disponible para ayudar a tratar con pacientes que no cooperaran. Tercero, el hospital desarrolló reglas detalladas sobre el uso y manejo de equipos de protección para reducir la preocupación. Cuarto, las actividades de ocio y capacitación sobre cómo relajarse se organizaron adecuadamente para ayudar al personal a reducir el estrés. Finalmente, los consejeros psicológicos visitaron regularmente el área de descanso para escuchar las dificultades o historias encontradas por el personal en el trabajo y brindar apoyo en consecuencia. De esta manera, se brindó la posibilidad de descansar en un lugar provisto para este fin, y la mayoría de los más de 100 miembros del PS de primera línea manifestó que se sintieron como en casa en este alojamiento. Mantener la SM del personal es esencial para controlar mejor las enfermedades infecciosas, aunque el mejor enfoque para esto durante la temporada de epidemia sigue sin estar claro. Se espera que el aprendizaje de estas intervenciones psicológicas ayude al gobierno chino y a otras partes del mundo a responder mejor a futuros brotes inesperados de enfermedades infecciosas (Chen et al., 2020). La provisión de alimentos, descansos, tiempo de descompresión y tiempo libre adecuado puede ser tan importantes como la provisión de protocolos y equipos de protección en 162 la medida de que los días se convierten en semanas y luego meses. Las sesiones frecuentes de información y retroalimentación con los gerentes locales y la comunidad de instalaciones más amplias, complementadas por una comunicación clara, concisa y medida, ayudarán a los equipos a mantenerse enfocados en la atención y en la seguridad de sus funciones (Adams & Walls, 2020). En México, la Secretaría de Salud ha establecido protocolos que buscan salvaguardar la integridad física del PS, desinfección de sus áreas de trabajo y recomendaciones para evitar contraer el virus, sin embargo, los protocolos que atienden a la SM son menores, pero no inexistentes, ejemplo de ello es la línea de ayuda que el gobierno federal ha puesto a disposición de toda la población (Secretaría de Salud, 2020). Existe también un cuestionario para la detección de riesgos a la SM, el cual tiene un apartado especial para el PS, con la misma finalidad de enfrentar y evaluar el sentir individual para así tomar acciones, encontrar ayuda profesional adecuada y confiable. A partir de las respuestas obtenidas, se brinda tanto retroalimentación como algunas recomendaciones para actuar ante las emociones, pensamientos y comportamientos que se identifican y que se presentan como resultado de la contingencia de salud que enfrentamos (Dirección General de Atención a la Comunidad UNAM, Facultad de Psicología UNAM, 2020). Asimismo, se han diseñado cursos cortos con finalidades similares. En el estado de Guanajuato, voceros de la Secretaría de Salud dieron a conocer que en atención a la SM del PS se tomaron acciones preventivas, siendo que desde el mes de marzo del presente año, cuando aún no se alcanzaba el punto crítico de afectados, se comenzó a brindar pláticas y capacitaciones sobre el tema en los hospitales, haciendo énfasis en que el sistema tiene a su disposición profesionales de la SM en todo momento para atender necesidades; de la misma manera, la atención sigue para mitigar los estragos provocados por la pandemia. Además, inicialmente se buscó establecer horarios de trabajo más flexibles que permitieran el descanso periódico del personal; sin embargo, como el proceso de desinfección de entrada-salida a las áreas COVID 163 es complejo, ha sido difícil moderar tanto las jornadas como los descansos (Secretaría de Salud del Estado de Guanajuato, 2020). Por lo anterior, es importante adaptar y diseñar medidas que bien aplicadas brinden el soporte emocional necesario para el PS ante esta pandemia. También es necesario seguir explorando el fenómeno y desarrollar investigaciones desde diferentes paradigmas para conocer el estado de salud mental de los profesionales de la salud ante la pandemia de COVID-19, y a partir de estos resultados diseñar intervenciones adaptadas al contexto local para evitar el desgaste mental excesivo. Sugerencias para la atención a la SM del PS durante y después de la nueva epidemia de Covid-19 Basados en la evidencia científica, las sugerencias para el protocolo que atienda a la SM del PS se presentan en un decálogo (ver tabla 1 en la siguiente página). 164 Tabla 1 Decálogo sobre sugerencias para la atención de la salud mental del profesional de la salud Sugerencia Justificación Frecuencia 1 Cobertura de seguro adicional Uno de los estresores más comunes es la afectación que se puede suscitar en la familia del PS en caso de que este llegue a enfermar o faltar. Brindar una cobertura adicional en caso de contagio generaría mayor seguridad al no verse desamparado en esta situación. En caso de contagio. 2 Voluntarios de apoyo Replicar las bases de programas exitosos que ubican a un voluntario que apoya al PS a identificar su estado emocional y, de esta manera, apoyar la búsqueda de atención a su SM. Semanal 3 Servicios de atención psicológica Como respuesta a todas aquellas necesidades centradas en la SM del PS, dando atención oportuna y personalizada en el momento en que se requiera. Disponibilidad diaria 4 Evaluación psicológica periódica Mensualmente 5 Disminución de jornadas 6 Descansos 7 Turnos rotativos Hacer del cuidado de la SM una responsabilidad del PM que no participe de los servicios voluntarios para evaluar periódicamente si se encuentra en las mejores condiciones para brindar atención de calidad a los pacientes a su cargo. Se ha demostrado que, en general, las jornadas de trabajo son exhaustivas en la labor usual del PS, y más aún durante esta nueva epidemia; al disminuir las jornadas, brindar descansos cada cierto tiempo y la rotación de turnos disminuye la presión y aumenta la confianza y la calidad de los servicios que se proporcionan. 8 Alimentos y hospedaje Esto permite aislar al PS en un lugar donde tenga las comodidades para descansar entre sus turnos y así disminuir la preocupación de propiciar un contagio a algún miembro de la familia en caso de contraer el virus laborando. Por siete días posteriores a laborar en áreas COVID 9 Descentralización del apoyo Es de suma importancia la inclusión de todos los miembros del PS para estas sugerencias, desde médicas y médicos en la primera línea de defensa hasta los encargados del mantenimiento de los hospitales los cuales se exponen cada día al realizar sus labores. Siempre 10 Reconocimiento y protección Miembros del PS han manifestado que para ellos representa un apoyo grato el que sus labores sean reconocidas de manera justa, ya sea como mérito en el excelente cumplimiento de su labor, con retribución monetaria, o bien con protección ante posibles agresiones provocadas por la desinformación social. Siempre Al trabajar en específico en las áreas establecidas para COVID 165 Referencias Adams, J. G., & Walls, R. M. (2020). Supporting the Health Care Workforce during the COVID-19 Global Epidemic. JAMA - Journal of the American Medical Association, 323(15), 1439–1440. https://doi.org/10.1001/jama.2020.3972 Albott, C. S., Wozniak, J. R., McGlinch, B. P., Wall, M. H., Gold, B. S., & Vinogradov, S. (2020). Battle Buddies: Rapid Deployment of a Psychological Resilience Intervention for Health Care Workers during the COVID-19 Pandemic. Anesthesia and Analgesia, XXX(Xxx), 43–54. https://doi.org/10.1213/ ANE.0000000000004912Bogoch, I. 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Material y método Estudio documental de corte cualitativo; se revisaron artículos originales publicados en español, inglés y portugués indexados en las bases de datos: Elsevier Instituciones, ScienceDirect, Ciberindex, Nursing@Ovid, Ebsco Host, Pubmed Scielo, Lilacs, usando los descriptores grupo focal, estudiantes, enfermería. Para el análisis de los datos se utilizó el análisis de contenido. Resultados Se seleccionaron ocho artículos que respondieron al objetivo del estudio, siete realizados en Brasil y uno en Canadá. Seis eran cualitativos, todos realizados por enfermeras; dos presentan explícitamente orientación teórica disciplinar. 173 Conclusiones El grupo focal constituye una opción adecuada para la investigación y evaluación en el campo de la salud, especialmente para aquellos temas en los que se requiere incorporar la perspectiva de los pacientes e incluso de los profesionales en la salud. Como docente y como enfermera considero que la práctica moderna del cuidado profesional del ser humano debe contar con bases de las teorías humanistas y valerse de técnicas holísticas para mejorar cada día esta noble labor y fomentar la sensibilización de sus practicantes desde la formación en el aula hasta la práctica profesional en el campo laboral. Introducción El presente artículo exhibe la efectividad del uso de los grupos focales como técnica para el análisis de los índices de reprobación en la materia de Nutrición que presentó el grupo muestra de alumnos de la carrera de enfermería. Se describe la necesidad de utilizar la investigación tipo cualitativa para enriquecer la práctica enfermera a través de técnicas como los grupos focales, principalmente debido a su acercamiento personalizado, mayor nivel de control del ambiente y libertad de expresión entre los participantes. Asimismo, se establece que es necesaria una estrecha relación entre el método cualitativo y el cuantitativo de estudio y análisis, ya que no son exclusivos, sino complementarios para el investigador y el profesional enfermero. En este caso particular se utilizó dicha técnica para determinar las inquietudes y necesidades de los alumnos de la carrera de enfermería en relación a su batería de materias, pero entre los hallazgos se establece la importancia de incorporar este tipo de técnicas a la docencia y prácticas enfermeras de la actualidad. Metodología La profesión de Enfermería no debe su fundamento únicamente al aspecto fisiológico del individuo, su fortaleza y en174 foque provienen de los aspectos psicosociales, culturales y humanísticos, los cuales la han dotado de carácter y conocimiento integral sobre el ser humano. Esta es la principal razón por la que la enfermería exige y fomenta el uso de estudios cualitativos, puesto que estas investigaciones se desenvuelven en un contexto más amplio, estudiando la complejidad del entorno e individualismo del ser humano (Carbero, 1997). Investigación cualitativa como método de investigación La investigación cualitativa alimenta el carácter sensible y personal de la práctica enfermera, acercándose así cada vez más a la realidad de las personas que los profesionales en enfermería tienen a su cuidado. Este enfoque es compartido por estudiosos como Crespo (2013), quien recalca la importancia de una relación de calidad en la práctica enfermera como fundamento para realizar una investigación cualitativa de calidad. Los hallazgos obtenidos por este tipo de investigaciones enriquecen la práctica de la enfermería, ya que ayudan a medir el impacto de las acciones de cuidado y a formular nuevas estrategias basadas netamente en las necesidades del paciente con miras a lograr el cuidado óptimo de su salud. La investigación cualitativa parte desde la experiencia de la enfermedad y la comprensión del espectro de sentimientos del paciente sobre los efectos de las intervenciones logradas. Es por esto que se entiende la relación complementaria entre la investigación cualitativa y la cuantitativa, ya que ambas son necesarias para evolucionar la práctica de la enfermería. Podemos definir a la investigación cualitativa como aquella que busca conocer la generalidad del problema, justo como la ideología holística de la Enfermería. Para profundizar en este aspecto es necesario enfatizar que la investigación cualitativa indaga sobre la complejidad de todos los aspectos posibles que rodean un fenómeno en particular. A pesar de que es igual o aún mayor la dificultad de entrar a los terrenos psicosociales que a los fisiológicos del individuo, es posible armonizar el estudio de ambos para obtener resultados con herramientas holísticas que contribuyan al avance de la práctica enfermera. 175 Para comprender mejor lo que se desenvuelve en la realidad de la investigación cualitativa es necesario explorar el paradigma cualitativo, el cual permite estudiar los temas en mayor profundidad con menor cantidad de sujetos. Asimismo, fomenta la creatividad, ya que las respuestas no se limitan a las categorías establecidas. También describe la unidad en profundidad, basada en el contexto, y de una manera global. Cuando se requiere conseguir información amplia y profunda sobre algo menos conocido, no debe faltar el paradigma cualitativo (Salgado, 2007). El paradigma en la investigación Un paradigma sirve como guía para los profesionales en una disciplina porque indica las cuestiones o problemas importantes a estudiar; se orienta hacia el desarrollo de un esquema aclaratorio; establece los criterios para el uso de herramientas adecuadas y proporciona una epistemología. Según Beltrán (1997), el uso combinado del método cualitativo y cuantitativo tiene sus desventajas, entre las cuales señala que la combinación puede resultar costosa; implica más tiempo, en algunos casos excesivos; cabe la posibilidad de que los investigadores carezcan del adiestramiento suficiente en los dos métodos para utilizarlos eficientemente. De acuerdo a la definición de paradigma de Kuhn (1962), el enfoque que de la vida social hace el paradigma cuantitativo emplea los supuestos mecanicistas y estáticos del modelo positivista de las ciencias, mientras que el paradigma cualitativo propone un enfoque holístico más orientado a la realidad de la satisfacción y los sentimientos humanos. Ambos métodos poseen marcadas diferencias; mientras el paradigma cuantitativo utiliza un método de análisis causal y correlacional, el paradigma cualitativo utiliza un método de análisis descriptivo e interpretativo. Mientras el primero le da más importancia a lo objetivo, entendido como lo medible; el segundo se muestra más interesado en el uso de la “comprensión” humana. El uso de cualquier método es debatible, ya que no existe un paradigma que constituya la solución absoluta a los problemas planteados en la investigación, sino 176 que cada uno de ellos constituye diversas formas de llevar a efecto una investigación (Herrera, s.f). Antes de inclinarse por algún paradigma, el investigador debe tomar en cuenta que el saber científico es precavido y evita precipitaciones Ramírez (2009); es decir, suspende el juicio hasta no encontrar evidencia. Aun cuando la ciencia no lo explica todo, pretende llegar hasta las razones más profundas y últimas de su objeto de estudio, esta cualidad significa cierto grado de humildad en cuanto reconoce que el conocimiento científico no es definitivo, y es posible profundizar, mejorar, precisar los hallazgos. Es aquí donde brilla la necesidad de una investigación cualitativa, no para reemplazar, siempre para complementar los fundamentos de la investigación cuantitativa. El conocimiento científico es práctico en cuanto busca explicar los fenómenos objeto de su estudio. Es también característico del conocimiento científico el uso de un lenguaje propio distinto del común que aspira al máximo de comunicación en el mínimo de términos. El paradigma cualitativo La necesidad de un paradigma cualitativo nace como alternativa al paradigma racionalista ya que este último posee cuestiones problemáticas y restricciones que no se pueden explicar ni comprender en toda su existencia desde la perspectiva cuantitativa, como por ejemplo los fenómenos culturales, que son más susceptibles a la descripción y análisis cualitativo que al cuantitativo (Gurdián, 2007). Este nuevo planteamiento surge fundamentalmente de ciencias como la antropología y la psicología. El paradigma cualitativo fue dotado de fundamentos humanistas para una mejor comprensión de la realidad social. Por tanto, percibe la vida social como una creatividad compartida y colectiva de los individuos. El hecho de que sea compartida determina una realidad percibida como objetiva, viva y cognoscible para todos los participantes en la interacción social. Además, el mundo social no es fijo ni estático sino cambiante, mudable, dinámico. Justo como en la ciencia enfermera, el paradigma cualitativo conceptualiza a los individuos como agentes activos en la 177 construcción y determinación de las realidades que se encuentran. Dicho enfoque incluye también un supuesto acerca de la importancia de comprender situaciones desde la perspectiva de los participantes en cada situación (Ricoy, 2007). Ambos paradigmas, cuantitativo y cualitativo, constituyen dos grandes modelos de investigación, el primero, de mayor antigüedad que el segundo. Respecto a estos dos paradigmas, Kuhn (1962) expresa que cada uno de ellos explica un volumen limitado de la realidad, de tal manera que, hasta cierto punto, las áreas que interesan a una disciplina se encuentran, en mayor o menor grado, adecuadamente cubiertas por un determinado paradigma. Es por ello que resulta inapropiado situar a uno de los dos modelos, con sus tipos de investigaciones y métodos, en una posición inferior ya que ninguno nos lleva con certeza a la respuesta adecuada. Fue Zellerberg (1995) quien expuso la hipótesis de que el enfoque cuantitativo y el enfoque cualitativo cumplen distintos roles en el progreso del conocimiento y que ambos, a pesar de sus diferencias estructurales, son esenciales y complementarios ya que dentro de la investigación no sólo es necesario cuantificar datos y transformarlos en estadísticas, sino también es preciso comprender la realidad en que intervienen los programas o proyectos para mejorar la práctica, estudiar y conocer los procesos y resultados desde una reflexión crítica y sistemática. El grupo de estudio Al determinar la importancia de la integración de ambos modelos de investigación es necesario que quien investiga determine las características relevantes que poseen los grupos y actores de la investigación. Este importante proceso de sistematización se plantea en la teoría fundamentada o “Grounded Theory” Badilla (2006), la cual ayuda a determinar las situaciones y actores o sujetos de estudio que produzcan información relevante para dar respuesta a las preguntas-problema planteadas. Los criterios de selección se constituyen en criterios de comprensión en tanto son pertinentes y no representativos en términos estadísti178 cos. Al inclinarnos por un modelo cualitativo, que incidentalmente tendrá que complementarse con datos cuantitativos, entendemos que los textos o discursos producidos por las y los actores muestren relaciones importantes, simbolismos y representaciones que arrojen información suficiente y pertinente para nuestra investigación. El procedimiento señalado se denomina selección teórica. Los investigadores buscan grupos, personas o sucesos específicos, con ciertas características, saben dónde y cuándo encontrarlos, pero lo más importante es que se produzca información relevante para lo que se persigue (Badilla, 2006). Esta selección teórica no acaba hasta que deja de aparecer nueva información, es decir hasta que se alcanza un nivel de saturación y una riqueza de información. La selección no obedece a normas fijas, acepta que el número de participantes puede variar si se requiere mejorar la riqueza de la información, o bien puede disminuir si se ha alcanzado la saturación teórica. En esta investigación se realizaron dos grupos focales utilizando estudiantes del segundo nivel de la carrerea de enfermería. En otro grupo focal participaron alumnos de otros campus que presentaron los mismos problemas de alto índice de reprobación en la materia de nutrición en comparación con los sujetos de estudio iniciales. Se diseñaron ocho preguntas temáticas para las dinámicas grupales. Los cursos remediales permiten validar estrategias de reclutamiento y retención de estudiantes. Hubo 40 participantes del RUM y 60 de las escuelas superiores para un total de 100, lo cual es muy significativo para este componente cualitativo. Se optó por un Análisis de Contenido ya que ofrece a los participantes la oportunidad de expresar su opinión de manera libre fomentando el libre intercambio de ideas. Los jóvenes tienden a ser muy sinceros y espontáneos en el uso de la técnica, por lo que se tiende a recopilar información muy valiosa y fidedigna. Es una gran herramienta de aprendizaje para los investigadores y los participantes. 179 Grupos focales Las técnicas más utilizadas en la investigación cualitativa son la observación y la entrevista a profundidad, de ellas se derivan otras que han ido adquiriendo relevancia, entre las que destacan los grupos focales. Estas técnicas se basan en preguntas que se formulan al sujeto de estudio de forma abierta. Estas preguntas se guían por teorías de la acción social orientadas por experiencias compartidas de los participantes, por referencias del acontecer educativo o por valoraciones que se le atribuyen a ese acontecer. Los grupos focales se originaron gracias a las ciencias sociales y a la psiquiatría, ya que permiten que las personas que comparten un problema común estén más dispuestas a hablar con otras acerca del mismo problema (Krueger, 1988 referenciado por Aramburuzabala, 2000). En experimentos como el realizado en la Universidad Complutense de Madrid por Aramburuzabala (2000), se utilizó esta técnica para motivar a que niños asmáticos exteriorizaran sus necesidades y problemáticas personales en el contexto del grupo con el apoyo de un moderador, obteniendo resultados satisfactorios abarcando desde sus conocimientos acerca de esta enfermedad hasta su percepción del tratamiento y del personal médico que les atendía. La incorporación de la técnica del grupo focal a la investigación y evaluación en salud es relativamente reciente; si bien la expansión de esta nueva tecnología sigue un ritmo exponencial. La técnica se originó en la sociología de mediados de siglo con el trabajo pionero de Robert Merton referenciado por Orozco (2010), aunque su uso no se hace extensivo hasta la década de los setenta, cuando es rescatada para su aplicación en el ámbito de los estudios de mercado. El supuesto teórico que justifica su utilización es que todas las organizaciones, también las sanitarias, deberán interesarse en conocer la opción del cliente; es decir, al usuario (real o potencial) de sus servicios y programas. El grupo focal constituye una técnica especial dentro de la más amplia categoría de entrevista grupal, cuyo sello característico es el uso explícito de la interacción para producir datos que serían menos 180 accesibles sin la interacción en grupo. Las actitudes y los puntos de vista sobre un determinado fenómeno no se desarrollan aisladamente, sino en interacción con otras personas. El grupo focal es «una conversación cuidadosamente planeada, diseñada para obtener información de un área definida de interés, en un ambiente permisivo y no directivo». Se diferencia de las técnicas grupales de consenso (por ejemplo, grupo nominal, técnica Delphi) en su propósito fundamental: comprender el porqué y el cómo las personas piensan o sienten de la manera que lo hacen, y no se pretende llegar a acuerdos. Importa tanto lo que hay de común como lo que hay de diferente en las experiencias de los participantes. El grupo de discusión está diseñado para investigar los lugares comunes de un grupo de personas que, colocadas en una situación discursiva (conversación), tienden a representar discursos más o menos «tópicos» de los grupos sociales a los que pertenecen. Frente a la entrevista individual, la principal ventaja del grupo focal es la interacción entre los participantes. La presencia de otras personas, consideradas como semejantes, puede provocar más fácilmente la «autoconfesión» y ofrece la oportunidad de estimular la generación de ideas y de observar la interacción entre los individuos. Pero puede convertirse en limitación si los participantes se sienten coartados por la presencia del grupo o por la predominancia de algunos miembros. En todo caso, elementos tales como el propósito de la investigación, la sensibilidad del tema a tratar y los aspectos logísticos y de coste son importantes a la hora de considerar la opción por uno u otro método de entrevista. En un grupo focal, el carácter abierto y no directivo de la conversación ofrece flexibilidad al investigador para explorar nuevos temas no contemplados previamente y libertad a los participantes para responder o no a las cuestiones planteadas. Pero son múltiples los peligros potenciales de esta «falta de control»: invertir tiempo en temas irrelevantes, perder el rumbo de los objetivos de investigación, disminuir la comparabilidad entre la información de diferentes grupos, etc. La experiencia del moderador en la conducción de grupos focales y su familiaridad con los procesos grupales pueden sortear con éxito estos peligros. 181 Una de las ventajas que el grupo focal comparte con otros métodos cualitativos es la de ofrecer información respetando las opciones y los términos utilizados por los participantes mismos. Esta característica confiere a la información un alto grado de validez subjetiva, sobre todo en comparación con los datos obtenidos a través de instrumentos cerrados, como un cuestionario. Sin embargo, el análisis de los datos es más complejo y es más difícil cubrir los requerimientos de transferibilidad de los resultados. Tradicionalmente, el grupo focal se considera un método rápido y poco costoso, pero no siempre resulta así. Un buen diseño y un análisis en profundidad pueden consumir mucho tiempo y, por otra parte, el proceso de conformar un grupo no resulta fácil, sobre todo en poblaciones a las que les resulta difícil acceder por cualquier motivo. Importancia del Grupo Focal en la investigación cualitativa El grupo focal puede ser utilizado como un método de investigación y evaluación por sí mismo, o bien como complemento de otros métodos cualitativos y cuantitativos de una u otra forma, estará indicado cuando se desea aprender sobre las experiencias y perspectivas de los participantes. El grupo focal es de utilidad cuando se pretende investigar qué piensan los participantes, pero resulta especialmente valioso para averiguar por qué piensan de la manera que lo hacen De esta manera, el grupo focal «llega allí donde otros métodos no pueden alcanzar». En la actualidad, es amplia la aplicación de los grupos focales en el campo de la medicina, ya que se han utilizado en el diseño y evaluación de múltiples programas y servicios: valoración de necesidades y preferencias de los pacientes, identificación de obstáculos para la puesta en marcha, desarrollo de materiales educativos, talleres para estudiantes o profesionales de enfermería, e incluso evaluación de la calidad de los servicios médicos. Otras indicaciones tienen que ver con la investigación en profundidad de un determinado fenómeno de interés, sobre todo cuando se trata de comprender actitudes y percepciones frente a comportamientos 182 de riesgo o analizar las creencias y valores culturales dominantes. El grupo focal tiene su utilidad, por último, en el desarrollo de instrumentos de medida adecuados a la población diana. La información de los grupos focales puede ayudar a construir un cuestionario utilizando las palabras y categorías propias de la población a la que va dirigido, a elaborar las dimensiones para medir un determinado concepto, a la generación de nuevas hipótesis de estudio y al desarrollo de los procedimientos de encuesta. Los participantes en los grupos deben ser «representantes» de la población diana, al mismo tiempo que esperamos obtener información sobre toda la variedad de opiniones que existe en esa población, cuando consideramos en conjunto todos los grupos realizados. La segmentación consiste en identificar a los subgrupos que componen la población y decidir cuáles deben estar incluidos en el estudio en función de criterios que se corresponden con aquellas características que marcquen diferencias en la manera de vivir, sentir y opinar acerca del tema de interés. Habitualmente se utilizan tanto criterios sociodemográficos (sexo, edad, estatus, lugar de residencia) como aquellos que resulten pertinentes en cada caso. Es pertinente diseñar grupos homogéneos internamente en relación con aquellas características que dificulten la comunicación, al tiempo que se facilita el análisis en profundidad de aquellos temas comunes a los miembros del grupo. El tamaño del grupo influye en la dinámica de la discusión. Grupos pequeños generan discusiones más intensas y detalladas, incluyendo más información sobre cada participante. No existe una norma fija en cuanto al número de grupos a realizar, la cantidad dependerá del grado en que podamos agrupar distintos atributos en un mismo grupo respetando el criterio de homogeneidad. Se admite la necesidad de organizar al menos dos grupos para cada variable de segmentación, pero debe prevalecer un criterio flexible de realizar grupos hasta llegar a la saturación de la información. El diseño cualitativo se caracteriza por su flexibilidad y carácter iterativo, de modo que permite redefinir los criterios 183 de segmentación a medida que se produce la información. En la mayoría de los casos es necesario recurrir a informantes clave para identificar a personas que reúnan el perfil definido, aunque también se pueden utilizar censos o registros si están disponibles. Resulta muy útil elaborar un registro con los datos de contacto y las características relevantes para la segmentación de los grupos. El debate y el cierre en un grupo focal Al realizar un grupo focal se busca provocar un debate a fondo planteando los temas que van de cuestiones generales y poco «comprometidas» a otras más específicas que se sondean en profundidad. Aquí la moderación adquiere mayor grado de complejidad, ya que se debe demostrar una actitud de escucha activa y no enjuiciadora, a la vez que se conduce la discusión hacia los temas relevantes. Uno de los peligros frecuentes es la falta de flexibilidad y reflejos del moderador para retomar y profundizar en nuevos temas, aunque no figuren en el guión. Es importante evitar que algunos participantes dominen la discusión e impongan sus puntos de vista. Cuando esto ocurre, puede resultar muy útil el lenguaje no verbal (por ejemplo, apartar la mirada del que acapara la discusión y fijarla en los que no intervienen) o incluso el verbal de forma explícita. Aunque la duración de una reunión suele oscilar entre 90 y 120 minutos, no existe un límite prefijado. La reunión termina cuando se agota la información que surge del grupo. El moderador resume los principales temas identificados, comenta de nuevo la utilidad de los resultados y que el grupo no se va a volver a reunir como tal, y finaliza agradeciendo a los participantes su colaboración. Después de la reunión, es muy útil que el moderador y observador comenten su desarrollo y recapitulen el contenido y significado de lo que se ha dicho. Se analiza, a la luz de lo ocurrido en la reunión, si es necesario reorganizar la guía de temas, modificar el perfil de los participantes en siguientes grupos, seguir realizando más grupos de ese segmento o no, modificar la dinámica de la moderación u otros aspectos del 184 diseño. Es necesario resaltar la importancia del ayudante-observador, cuyo «silencioso» papel consiste en recibir y colocar a los participantes, manejar el equipo de grabación, registrar en papel lo que está ocurriendo en el grupo de manera no verbal (por ejemplo, el lenguaje corporal y gestual) y la dinámica general de la reunión, incluyendo una evaluación de la moderación. Los grupos focales aplicados a la práctica enfermera han logrado resultados satisfactorios cuando se involucra a pacientes y personal enfermero; Este es el caso del Estudio TELBIL realizado (Martin et al., 2011) en España: los grupos focales se conformaron con pacientes y los enfermeros encargados de monitorear sus enfermedades crónicas. Gracias a los grupos focales como herramienta de investigación cualitativa fue posible que los pacientes tomasen consciencia de su enfermedad y se involucraran más en la monitorización de la misma, motivando así el autocuidado y la capacidad de autonomía. Asimismo, al compartir sus experiencias con los profesionales responsables de su cuidado, se sintieron apoyados y valorados en un nivel más sensible y personal. Esto provocó en los pacientes y en sus cuidadores una sensación de seguridad y un alto grado de satisfacción. Otro ejemplo es el estudio llevado a cabo en cinco pacientes de la unidad de hematología-oncología del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva (Calero & Llanes, 2011), donde utilizaron los grupos focales para detectar la percepción de la higiene en manos y uso de guantes en el personal de enfermería de ese nosocomio. En este caso, los pacientes aseguraron que todos los enfermeros utilizaban las soluciones alcohólicas y que ninguno incumplió con alguna medida de higiene. Al aplicar esta técnica en la práctica enfermera es necesario darle seguimiento a los hallazgos y a su aplicación periódica. Tal como indican Crespo et al. (2007) es necesario registrar los cuidados enfermeros de una forma metodológica, para poder cuantificarlos, controlarlos, investigarlos y así se tomen en cuenta por aquellos encargados de la gestión médica; de lo contrario, se corre el riesgo de que la aportación enfermera pase inadvertida e infravalorada. 185 De acuerdo con Guillén (2011), el personal enfermero reconoce la habilidad de observación y empatía pero no la de expresión como una habilidad de la comunicación, lo que dificulta el diálogo entre los actores sociales. No poseen dominio de los factores que influyen en la comunicación, elemento fundamental para el desarrollo de la competencia y el desempeño profesional. Análisis de la información cualitativa Una vez registrada la información, se puede optar por diferentes modelos de análisis que se tratan en otro lugar de esta serie. La preferencia por uno u otro método depende fundamentalmente de los objetivos del estudio y del paradigma teórico en el que se mueva el investigador. El análisis e interpretación de la información producida es una tarea que demanda bastante tiempo y paciencia. Con frecuencia la cantidad de información es abrumadora y no sabemos cómo iniciar la lectura-relectura y la desconstrucción de la información, que es la que nos permite reconocer claves de interpretación. La información obtenida de la investigación cualitativa será heterogénea, ya que cada sujeto de estudio posee sus visiones propias de la realidad que nos ocupa. La desconstrucción inicia con una dialéctica entre la información (los datos) y su comprensión-traducción-interpretación. Al respecto se pueden señalar dos acciones. Una se vincula con descubrir significantes de uno o varios fenómenos (situaciones educativas) y la otra, identificar categorías teóricas relevantes o dimensiones que emergen del análisis sistemático de la información y que a la vez nos ayudan a determinar algunos constructos teóricos que nos hacen volver a los acercamientos teóricos iniciales para reconstruirlos. Al inicio del análisis se suelen identificar muchas categorías, sin embargo, conforme se sigue con la tarea deconstructora, algunas categorías se asimilan a otras dada su evidente articulación conceptual o práctica. Al analizar los datos es fundamental tomar en cuenta que la información no es la realidad misma que se desea investigar, sino que hemos obtenido diferentes enfoques o significantes acerca de ella. 186 Conclusión El grupo focal constituye una opción adecuada para la investigación y evaluación en el campo de la salud, especialmente para aquellos temas en los que se requiere incorporar la perspectiva de los pacientes e incluso de los profesionales en la salud. Pero la incorporación de la investigación cualitativa a la práctica enfermera no se limita a utilizar dicha técnica. Como docente y como enfermera considero que la práctica moderna del cuidado profesional del ser humano debe contar con bases en teorías humanistas y valerse de técnicas holísticas para mejorar cada día esta noble práctica y fomentar la sensibilización de sus practicantes desde la formación en el aula hasta el desempeño profesional en el campo laboral. Referencias Aramburuzabala, P. y Pastor, A. (2000). 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