2021, EL CENTRALISMO EN LAS CONSTITUCIONES DE MÉXICO
La discusión que da título a estas líneas entrañó una lucha política, parcialmente ideológica, más que un serio debate sobre la forma de gobierno en México. La historia política de nuestro país se ha caracterizado por antagonismos y luchas por el poder entre personajes concretos, más que ideologías o teorías. Las pugnas llevan doscientos años y las banderas siguen ondeando, ignorando las aportaciones de uno y otro grupo, sin apreciar la bondad de los principios tanto liberales como Conservadores, de los cuales somos resultado. Los liberales federalistas suprimieron, en un principio, la educación superior con pretextos presupuestarios, así como centralizaron la legislación en materias capitales en torno a la idea de una codificación que trascendió la soberanía de los Estados, para culminar, recientemente con la centralización en la recaudación de impuestos, simulando una “coordinación”. Su inspiración la proporcionó el modelo de Estados Unidos, que no comprendíamos, pero que ofrecía una opción apetecible para emanciparnos de nuestra tradición de coloniaje. Comenzando con el comercio, los federalistas han trastornado la distribución de competencias legislativas de la doble soberanía que inspiraba el federalismo originario, concentrando paulatinamente, pero con gran avidez, las facultades reservadas a las entidades federativas, para acrecentar la omnipotente facultad federal de legislar con exclusividad las competencias estatales.