REVISION DE LIBROS/BOOK REVIEW
Psicología de la creatividad
Manuela Romo
Editorial Paidós, 1997
Colección Temas de Psicología nº 1
Coincidimos con José Antonio Marina,
cuando en un Informe sobre la Creación
(ABC Cultural, 16 de Mayo de 1997) dice
de la obra aquí reseñada que «es un resumen
ordenado de las investigaciones sobre creatividad». El libro tiene el mérito de sistematizar los trabajos más relevantes de la psicología científica sobre tema en los últimos
veinte años, aportando a la literatura en castellano un texto introductorio que, como
sostiene la autora, «plantea las cuestiones
esenciales de interés para la psicología actual y su estatus epistemológico».
A lo largo del libro se constata el alineamiento de Manuela Romo con una posición
epistemológica en consonancia con la visión
cognitivista del enfoque de autores como
Gardner, Amabile, Gruber, Perkins, Sternberg
o Csikszentmihalyi, a quienes hace constante
referencia. Define creatividad como una forma de pensar cuyo resultado es un producto
que tiene, a la vez, novedad y valor; y dedica
la parte más extensa del libro a tratar el pensamiento creador, con tres capítulos que
abarcan los procesos cognitivos que mejor
definen la naturaleza psicológica de la creatividad: el insight, el trabajo con problemas
mal definidos y el pensamiento analógico.
La estructura narrativa del libro se organiza en cinco partes, comenzando en el misterio del genio con un objetivo muy claro:
Psicothema, 1998
barrer de la psicología toda la mistificación
y el esoterismo que han impregnado durante milenios las concepciones de la psicología folklórica y que se recogen, asimismo,
en algunas interpretaciones históricas y psicoanalíticas de la naturaleza de ‘los genios’.
La segunda parte analiza el producto
creativo, planteando cuestiones de corte
epistemológico relativas a su naturaleza
contextual y al carácter regional de los criterios operativos para la valoración del producto. Esta naturaleza compleja y multifacética de la creatividad es tratada con más
detalle en la tercera parte, centrada en las
explicaciones de la creatividad. Plantea
aquí la necesidad de convergencia entre diversas disciplinas, que incluyen, además de
la psicología, análisis sociológicos, históricos y epistémicos del ámbito de la ciencia y
el arte, para una comprensión cabal de la
creatividad.
Respecto a su estudio desde la psicología, para la autora «no hay otra dimensión
de la conducta humana cuya comprensión
afecte a tantos ámbitos de lo psicológico
(...) Se podrá discutir cómo abordar su estudio, pero no que la creatividad sea un tema
relevante para la psicología». Aún concibiéndola como esencialmente cognitiva, no
se agota aquí su naturaleza. Resalta su dependencia de otros procesos, principalmente de carácter motivacional, y de rasgos estables, como pueden ser los estilos cognitivos, en una visión comprehensiva que, a la
vez, señala su determinación social en cuanto a su origen y meta, dado que su consideración, en última instancia, depende de que
haya un producto que resulte valorado dentro de un ‘ámbito’.
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Las partes cuarta y quinta del libro tratan,
respectivamente, del papel del pensamiento
y de la motivación en la creatividad. Destaca la singular importancia de la motivación
intrínseca. Siguiendo la tesis de Amabile,
analiza el principio de la motivación intrínseca de la creatividad, argumentando, sobre
datos introspectivos y empíricos, su presencia sostenida a lo largo de todas las fases del
proceso creador, como estímulo que lo mantiene vivo, a pesar de los bloqueos y dificultades que se puedan presentar. El libro termina con un epílogo donde, a modo de síntesis, Romo habla de siete ingredientes básicos de la creatividad, cuya combinación todavía no conocemos: habilidades de ‘infraestructura’, conocimiento, destrezas, diez
años o más de trabajo intensivo inicial, características personales de autoconfianza,
fuerza del yo y ambición, motivación intrínseca y de logro y, finalmente, ...un poco de
suerte.
El sentido último de este libro para la autora es aportar una contribución desde la
psicología a la campaña contra los prejuicios de quienes no creen o no quieren que se
haga ciencia de la creatividad. Así, critica el
argumento de la impredictibilidad como una
falsa trampa en quienes mantienen ese escepticismo sobre un enfoque científico de la
creatividad y se pregunta ¿acaso niega alguien que se pueda hacer ciencia de las partículas subatómicas, cuyo comportamiento
es igualmente impredecible?. Lo que ha de
hacer la psicología es predecir que, dados
ciertos procesos, se llegará a unos resultados creativos, y explicar tales procesos; pero nunca adivinar cuál será la naturaleza última de tales productos, pues esto es desconocido incluso para el propio creador.
Como muy bien señala la autora, queda
mucho por explicar, y por aplicar lo que se
explica: bases neurológicas de la creatividad, métodos para evaluarla, para promoverla y ejercitarla... Pero el objetivo ha de
ser avanzar en una explicación comprehen-
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siva y multidisciplinar. A tal objetivo hace
una contribución interesante el libro que
aquí se reseña.
Revisado por:
Manuel Froufe
Universidad Autónoma de Madrid
Jóvenes, Trabajo e Identidad
Esteban Agulló Tomás
Servicio Publicaciones Universidad de Oviedo,
1997
Debemos recibir con satisfacción la iniciativa de la Universidad de Oviedo de publicar este libro del profesor Esteban Agulló. La temática abordada, la relación entre
el trabajo como valor social y la identidad
como proceso psicosocial en el período de
la juventud, resulta de evidente actualidad y
relevancia psicosocial. El autor del libro realiza un recorrido exhaustivo y pormenorizado de las diferentes perspectivas teóricas
y análisis metodológicos desde los que se
han abordado la definición y problemática
de la juventud. Al mismo tiempo, ha sabido
engarzar campos de estudio diferenciados
como el trabajo y la identidad en una misma
investigación, con un resultado altamente
clarificador, tanto desde el punto de vista
conceptual y teórico como empírico. Ambitos de estudio que en numerosas publicaciones sobre los jóvenes se encuentran desligados, aparecen en este texto cobrando una
nueva dimensión. Hablar de juventud es hablar de distintas formas de ser joven, de diferentes procesos identitarios que cobran vida a través de las diversas formas de inserción o exclusión laboral. De forma paulati-
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na, conforme vamos leyendo las páginas de
este libro, nos damos cuenta de la ineludible
consideración del trabajo como categoría de
experiencia central en la construcción de la
identidad juvenil.
Contrariamente a las tesis de la pérdida de
centralidad del trabajo, se nos muestra como
éste es, para los jóvenes, no sólo un valor
instrumental sino, también, un valor expresivo. A través del trabajo, el joven va elaborando su proyecto de vida, vinculando sus
metas individuales con metas sociales. El
nexo o vínculo entre lo individual y lo social, entre los objetivos personales y las metas sociales sigue estando constituido, en las
sociedades postindustriales, por el trabajo.
Es este hecho el que confiere una importancia trascendental al trabajo en la formación
de la identidad del joven. Lo importante del
estudio psicosocial de la identidad es, por un
lado, su dimensión procesual, su carácter
construido y negociado en la interacción
simbólica y, al mismo tiempo, su determinación socioestructural. De ahí que no quepa
hablar de identidad personal e identidad social como facetas diferentes de la persona. Y
en esa construcción de identificaciones en la
que cristaliza una identidad, las transiciones
sociolaborales cobran un protagonismo ineludible. Esto no quiere decir que el trabajo
bajo ciertas condiciones contractuales, lo
que le confiere su carácter de empleo, no
pueda tener un efecto negativo sobre el bienestar psicológico de los jóvenes y sobre el
proceso de construcción de su identidad, tal
y como se muestra en el brillante estudio
empírico del libro. Existen diferentes formas
de ser y sentirse joven que guardan un gran
paralelismo con las distintas formas de tran-
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sición sociolaboral. La precarización del
empleo, la flexibilización del mercado de
trabajo, su dualización, la importancia de la
economía sumergida, la pauperización de la
condiciones de trabajo, etc., constituyen elementos claves en la definición de la transición de los jóvenes al mercado laboral. Lo
que está en cuestión, como acertadamente
señala el autor, no es el trabajo, ni su centralidad como categoría de experiencia, tampoco su valor autoexpresivo ni su importancia
como elemento de construcción identitaria.
Lo que está en quiebra es el modelo de transición laboral que las sociedades postindustriales imponen sobre lo jóvenes, impidiendo que el trabajo se convierta en un elemento de desarrollo personal y favoreciendo su
experiencia como un proceso alienante.
Las consecuencias que se derivan del estudio del profesor Agulló tienen implicaciones que aun situándose en al ámbito académico, van más allá de éste y constituyen un
aldabonazo sobre los poderes públicos que
diseñan las políticas económicas, advirtiendo del coste social y psicológico de medidas
económicas que afectan a los jóvenes en su
incorporación al mundo del trabajo.
En resumen, la lectura de este libro resulta imprescindible no sólo para todos
aquellos científicos sociales que estudian la
problemática juvenil, la identidad o la naturaleza psicosocial del trabajo, sino también
para quienes tienen en sus manos el diseño
de políticas dirigidas a este colectivo heterogéneo al que denominamos juventud.
Revisado por:
José Luis Alvaro
Universidad Complutense de Madrid
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