“El que está al timón no puede decidir de dónde viene el viento, ni con qué fuerza,
pero sí puede orientar la vela.”
Amin Maalouf
ANTECEDENTES
Sociedad Aborigen
El adjetivo "aborigen" (aboriginal en inglés) aparece en lengua inglesa desde al
menos el siglo XVII y significa "desde el origen" (ab-origine), derivado del latín.
Ha sido usado en Australia para describir a sus pobladores indígenas ya desde
el año 1789. Pronto se convirtió en un nombre propio y se empleó para
referirse a todos los indígenas australianos.
Respecto a otros grupos indígenas humanos, la importancia del Aborigen
australiano reside en la antigüedad de su linaje y de su riqueza cultural. Un
estudio reciente del genoma aborigen australiano, ha mostrado que estos
migraron desde África hace entre 62.000 y 75.000 años, en una primera ola de
dispersión humana hacia Asia que se produjo antes de los movimientos de
población que se dividieron en las poblaciones europea y asiática, hace entre
25.000 y 38.000 años. Llegaron hasta Australia donde han permanecido desde
entonces, y constituyen probablemente una de las más antiguas poblaciones
continuas que existen fuera de África. Olas migratorias posteriores
reemplazaron parte de esta primera ola de dispersión pero se puede considerar
a los aborígenes así como a otras poblaciones minoritarias de Filipinas, India y
Papúa Nueva Guinea, como poblaciones relictas de la primera ola de
dispersión.
Su cultura es considerada como “la cultura viva más antigua del planeta”. Se
desarrolló de manera autárquica, dando lugar a una gran variedad de lenguas y
culturas con rasgos comunes. Los Aborígenes, cazadores recolectores cuya
civilización creció de la mano de la naturaleza, guardan fuertes lazos con su
entorno y se consideran entes pertenecientes a un todo global. Al no tener
lengua escrita, transmitían su conocimiento por medio de relatos y canciones,
por lo que las relaciones interpersonales y grupales son indispensables. Por su
citada antigüedad, también se les considera como los primeros astrónomos de
la historia. Algunos grupos de Aborígenes australianos utilizan los movimientos
de los cuerpos celestes como calendario. A menudo se le atribuyen
significados religiosos o mitológicos a los fenómenos astronómicos, lo que
guarda una especial relevancia en relación con el “Tiempo del Sueño”
(Tjukurpa en lengua anangu o Dreamtime en inglés), un conjunto de leyendas
que explican sus orígenes, sus relaciones con su entorno natural y su futuro.
Esta tradición religiosa constituye el núcleo de la cultura aborigen y les sirve de
guía en su vida cotidiana.
Sociedad Occidental
Occidente (del latín occĭdens, ‘puesta de Sol, oeste’), como tod@s sabemos,
además de referirse al punto cardinal oeste, se usa para denominar a una zona
del mundo (los países occidentales o mundo occidental) y a una cultura o
conjunto de culturas (cultura occidental) y una civilización (civilización
occidental).
Nada mejor que el artículo que Mario Vargas Llosa redactó en enero de 2013
para la publicación El País comentando el libro de Niall Ferguson, Civilización:
Occidente y el resto, para comprender en una lectura rápida e inteligente la
situación originaria y futura de “nuestra” sociedad occidental, y las razones por
las que, según Ferguson, aventajó a todas las otras y durante quinientos años
tuvo un papel hegemónico en el mundo, contagiando a las demás con parte de
sus usos, métodos de producir riqueza, instituciones y costumbres. Y, también,
por qué ha ido luego perdiendo brío y liderazgo de manera paulatina al punto
de que no se puede descartar que en un futuro previsible sea desplazada por la
pujante Asia de nuestros días encabezada por China.
“Seis son, según el profesor de Harvard, las razones que instauraron aquel
predominio: la competencia que atizó la fragmentación de Europa en tantos
países independientes; la revolución científica, pues todos los grandes logros
en matemáticas, astronomía, física, química y biología a partir del siglo XVII
fueron europeos; el imperio de la ley y el gobierno representativo basado en el
derecho de propiedad surgido en el mundo anglosajón; la medicina moderna y
su prodigioso avance en Europa y Estados Unidos; la sociedad de consumo y
la irresistible demanda de bienes que aceleró de manera vertiginosa el
desarrollo industrial, y, sobre todo, la ética del trabajo que, tal como lo describió
Max Weber, dio al capitalismo en el ámbito protestante unas normas severas,
estables y eficientes que combinaban el tesón, la disciplina y la austeridad con
el ahorro, la práctica religiosa y el ejercicio de la libertad.”
Sin embargo, tras obviar estos conocimientos eruditos, la conclusión más
relevante del artículo de Vargas Llosa, versa sobre las críticas que el profesor
de Harvard hace al mundo occidental de nuestros días. La corrupción, la
codicia, y el hedonismo, sustituyen a principios y creencias, y constituyen las
bases sobre las que se asientan la decadencia y la crisis del sistema
occidental. Ferguson concluye su libro con un pesimismo al que Vargas Llosa
contesta haciendo alusión a la que considera, la cualidad de supervivencia más
valiosa de la cultura occidental, que es la capacidad de autocrítica.
Situación actual de los Aborígenes australianos.
Las nuevas generaciones de Aborígenes australianos sobreviven en una
realidad incierta que trata de redefinirse entre sus tradiciones ancestrales y el
imperante dominio de la cultura occidental. Constituyen únicamente el 2% de
la población de Australia. Su distribución geográfica responde al siguiente
reparto: un tercio en las principales ciudades australianas (32% o 165.800
personas). 45% se reparten entre las regiones continentales y los territorios
insulares, y cerca de 25% viven en las regiones desérticas del interior,
llamadas "remotas" o "muy remotas". Es en estas regiones, donde sus
condiciones son más precarias, si bien, esta situación de relativo aislamiento,
les permite mantener un mayor contacto con sus tradiciones ancestrales.
En la actualidad algunos sociólogos hablan de una nueva “generación robada”,
antes incluso de haber superado el trauma transgeneracional que aún resuena
por las, bien conocidas, políticas de secuestros que los gobiernos anteriores
realizaron entre 1869 y 1976.
A pesar de la petición pública de perdón del 13 de febrero de 2008 por el
Primer Ministro y líder del Partido Laborista Kevin Rudd, y de los movimientos
y muestras de gran parte de la población occidental australiana, como la
semana de integración que cada año se celebra durante el mes de mayo, la
situación de los jóvenes Aborígenes sigue siendo crítica.
Según el comunicado del diputado del gobierno australiano Tom Stephens:
“Many Aboriginal communities and families fracture and break down because
Aboriginal people cannot deal with their current situation, but also because
many governments have neglected basic services and infrastructure for
decades.”
Una trágica y larga lista de cadencias, situaciones de discriminación e
incidencias pueden consultarse en el sitio web de apoyo divulgación y denuncia
sobre la situación Aborigen creativespirits. Por citar quizás las más
acuciantes:
Falta de servicios básicos. Falta de servicios comunitarios médicos y de
discapacidad, e incluso en algunas regiones, falta de servicios de hogar o
cuidado comunitarios.
Falta de servicios medicos específicos. Por ejemplo, no hay cuidado dental.
Escasa escolarización. Con el record en disminución en servicios
comunitarios de educación o servicios de atención escolar.
Elevada tasa de desempleo. Los ya escasos puestos de trabajo en las
comunidades remotas a menudo se reducen aún más por la sequía.
Infraestructuras en decadencia. Hay problemas con el suministro de agua
potable y el alcantarillado. Los niños nadan en los estanques de alcantarillado
debido a que las piscinas locales no están en funcionamiento.
Familias rotas. Los niños no tienen verdadero hogar debido a la falta de
aprobación de los cuidadores de acogida.
Ineficacia en los programas de apoyo gubernamentales. Debida a la falta
de colaboración con personal Aborigen para la gestión y organización de los
mismos.
TRASCENDENCIA DEL PROYECTO
La importancia de imaginar el futuro.
El futuro. En qué estado se encuentra su conceptualización actual y qué lugar
ocupa en nuestra sociedad contemporánea en plena crisis existencial.
Desde el inicio de la historia, el hombre ha sido seducido por la inquietud de
conocer su futuro, lo que la vida le depara. Desde tiempos del antiguo Egipto,
en las culturas prehispánicas en américa, e incluso desde eras anteriores,
siempre ha sido una preocupación central adivinar o predecir lo que sucederá
para obtener la ventaja frente a la naturaleza o los enemigos. De hecho, incluso
hoy en día, las estrategias militares y comerciales, se crean con la intención de
controlar los resultados futuros, haciendo una predicción de los eventos a los
que nos enfrentaremos para poder contrarrestarlos o aprovecharlos. Cuando
pensamos en el futuro normalmente lo hacemos para planificar o para
responder a posibles contingencias (desastres naturales, catástrofes); en
ambos casos, nuestro acercamiento al futuro se basa en lo probable, en
extrapolar desde la realidad actual las realidades futuras que son posibles,
probables. Esta forma de pensar en el futuro nos permite visualizar escenarios
distintos que podríamos construir desde una realidad presente diferente. De
aquí la importancia de la capacidad del ser humano para imaginar el futuro.
Gracias a este rasgo del cerebro humano, somos capaces de crear nuestro
propio futuro. Avances en todas las ramas de la ciencia se producen gracias al
ejercicio de imaginar el futuro que alguien, en algún momento y lugar, ha
realizado concibiendo una realidad que hasta entonces no existía, pero a que a
partir del instante en que se ha imaginado empieza a hacerse realidad. Existen
numerosos ejemplos de visionarios, no de videntes, que gracias a esa increíble
capacidad de adelantarse a su tiempo fueron impulsores de cambios que re-
definieron el modo en que vivimos hoy.
Tal es su importancia, que consciente de ello, la universidad de Oxford ha
desarrollado The Future of Humanity Institute, un instituto multidisciplinar de
investigación liderado por un notable elenco de intelectuales, destinado a
facilitar las herramientas en materia de matemáticas, filosofía y ciencia, para la
constante elaboración del cuadro que dibujan las cuestiones sobre el futuro de
la humanidad.
La imaginación y conceptualización del futuro se encuentra íntimamente ligada
al desarrollo de las utopías y a la búsqueda de mejoras culturales y sociales. La
búsqueda de situaciones siempre más favorables apoyadas en el optimismo.
La base de esta búsqueda se fundamenta en la capacidad de autocrítica y en
el imaginario colectivo. Esto dota a las utopías de una importante capacidad
expresiva y de un considerable potencial artístico. Así, el estudio histórico de
los imaginarios sociales recibe de vez en cuando el impulso de investigaciones
transgresoras que rompen los límites convencionales que compartimentan las
disciplinas académicas y muestran las posibilidades que ofrece la
recomposición de la unidad de los procesos mediante la confluencia de las
investigaciones sobre los mismos (por ejemplo, al dejar de separar la historia
del arte como un “mundo aparte” de los procesos históricos en general).
La lectura del reciente libro de Julia Ramírez Blanco Utopías artísticas de
revuelta (Madrid, Cátedra, 2014) hace reflexionar sobre la importancia de la
dimensión artística de las utopías, a partir de ejemplos como los que ella
analiza: empezando por el 15-M de 2011 en la Puerta del Sol (la “Ciudad de
Sol”), más próximo a la experiencia española, y siguiendo por otros menos
conocidos aquí (como los movimientos británicos anticarreteras, reclaim-the-
streets, etc.). En todos ellos se encuentra un lenguaje plástico y performativo,
que los movimientos utilizan para definir y expresar sus proyectos de cambio,
generalmente creando espacios liberados que se pueblan de símbolos.
Hay aquí una importante clave para el estudio no sólo de los movimientos
utópicos o de la dimensión utópica de ciertos movimientos sociales, sino
también del pensamiento utópico. El sueño de un mundo mejor tiende a
expresarse mediante formas artísticas aptas para romper las barreras
establecidas en el presente, aptas para sugerir, para incitar a ver las cosas de
otra manera. Mediante el arte, se desafían las convenciones y se visualizan
alternativas.
Sin embargo, por otra parte cabría reflexionar sobre la situación actual de
nuestra capacidad autocrítica, y el estado de salud de nuestro imaginario
colectivo.
José Luis López-Aranguren Jiménez (1909-1996), uno de los filósofos y
ensayistas más influyentes de la época, siempre preocupado por el discurrir de
una sociedad cada vez más mecanizada, abstraída e injusta y, por lo tanto,
más deshumanizada, decía que el gran problema del mundo contemporáneo
era la desmoralización, entendida como falta de ilusión y de proyectos ante los
problemas globales. Ante esta situación, hay que potenciar la "razón utópica",
que es pensar que un mundo mejor es posible y que, por tanto, merece la
pena esforzarse por conseguirlo. La "razón utópica" supone, primero,
descubrir de forma consciente la totalidad de la realidad local y global,
transformar esa información en pensamiento crítico, y, por último, actuar para
hacer posible el cambio y la transformación. Todas estas operaciones solo
pueden ser realizadas por la especie humana.
A esta teoría de la desmoralización podemos sumar otro hecho considerable.
La manera en que una sociedad es capaz de imaginar el futuro depende de la
evolución de su pasado y de su situación presente. La sociedad occidental
presenta una fuerte linealidad entre la evolución de su historia pasada y su
situación presente, lo que está provocando que la distancia perceptivo-temporal
entre presente y futuro sea cada vez más corta y previsible. La mayor parte de
los avances se centran en lo tecnológico, mientras los aspectos sociales y
culturales parecen congelarse. Además, la situación de creciente austeridad,
en oposición con nuestra imperante actitud hedonista, fija la obsesión de la
mayoría en la preocupación casi exclusiva por el presente o el futuro inmediato,
y anula el interés hacia el futuro a medio o largo plazo. Tratar de solucionar las
cuestiones que nos acucian sin una consideración global a largo plazo es como
contemplar el horizonte a través de una pequeña ventana. El marco de la
ventana, la fijación hedonista y desesperada por “nuestro” presente, limita la
capacidad que tenemos de ver el paisaje.
PROYECTO
Tras estas consideraciones, resulta más que evidente la necesidad de
aireación que nuestro imaginario social colectivo precisa. Resulta necesario
volver la mirada y el interés hacia otras culturas que nos ayuden a entender y
comprender mejor. Entender nuestra situación actual, nuestra relación y
posición respecto al entorno en el que vivimos. Lejos de continuar la dinámica
destructiva y excluyente de una cultura preponderante, construir una red
interconectada de influencia y enriquecimiento mutuo entre las distintas
culturas aun vivas.
Por lo tanto el objetivo de este proyecto es doble.
Por un lado, contribuir a la necesaria recuperación, revalorización e integración
de la sociedad Aborígen, la cultura humana viva más antigua, para evitar la
continuación de su actual deterioro, en colaboración directa con sus
integrantes.
Y por otro, comenzar el necesario proceso de consideración e incorporación,
que no de apropiación, de esta cultura en la nuestra, dejándose afectar por su
influencia e inspiración, por su particular manera de imaginar y “soñar” el futuro.
Como respuesta al primer objetivo.
Este proyecto desarrollará, en una primera etapa, un taller de expresión
artística en diversos centros escolares de las regiones remotas de Australia,
repartidas entre sus seis estados: New South Wales (NSW), Queensland (QLD),
South Australia (SA), Tasmania (TAS), Victoria (VIC) and Western Australia (WA),
Australian Capital Territory (ACT) y Northern Territory. Un centro escolar por estado,
seis centros en total. En las escuelas remotas, donde la escolarización es aun
complicada, es donde l@s niñ@s Aborígenes mantienen una mayor influencia
entre ambas culturas.
El taller consistirá en proponer a l@s pequeñ@s alumn@s que desarrollen una
creación plástica, que empleen su “razón utópica”, para responder a la cuestión
de cómo imaginan el futuro; seleccionar y recopilar los trabajos resultantes; y
elaborar una realización documental que recoja el proceso y la descripción que
l@s niñ@s hagan de sus trabajos.
Respecto al segundo objetivo.
La línea que actualmente sigo en mi trabajo artístico se centra en la búsqueda
de nuevos medios de interrelación y de inspiración entre distintos sistemas
expresivos, y en la investigación de las capacidades de expresión del gif, nuevo
medio, entre la fotografía y el video, tomando como base generadora o
inspiradora la literatura, que se compone de una estética y una acción narradas
o sugeridas, que el lector debe interpretar y recrear subjetiva y personalmente.
Paralelamente, la situación actual de nuestra sociedad occidental y el
inquietante estado de su concepto de futuro en el contexto global, ocupan mi
trabajo de investigación teórica, y por este motivo, en una segunda etapa a lo
largo de este proyecto, pretendo elaborar igualmente una serie de gifs
inspirados en los trabajos y descripciones resultantes de la primera etapa.
La intención final de este proyecto, comprende a su vez, la posibilidad de una
pequeña distribución de la realización documental o incluso la posterior
producción de una publicación, cuyos beneficios se destinarían a asociaciones
u organizaciones Aborígenes que estén dispuestas a desarrollar planes de
educación de contenido mixto, como es el caso de los más recientes trabajos
pedagógicos de la ETFO, la federación de profesores más importante de Canadá.
Distribución de tiempo
Para este proyecto consideramos un aprovechamiento total de 9 meses,
comenzando en septiembre de 2014. El tiempo previo hasta esa fecha se
dedicará a la gestión de visados, a un primer contacto con los servicios
culturales de las Embajadas de España y Australia en territorio australiano,
para presentar el proyecto, así como con los centros escolares, para comenzar
la localización de aquellos centros interesados en realizar la experiencia.
Teniendo en cuenta el calendario escolar de las escuelas de primaria
australianas consultable en el sitio web de NSW public schools, y
considerando el empleo de un mes de trabajo por cada centro, la primera etapa
de experiencia taller y filmación y documentación de descripciones se
desarrolla en dos fases:
de septiembre a diciembre de 2014 y de marzo a abril de 2015.
La segunda etapa, destinada a la edición y montaje de la realización
documental, y a la elaboración de la serie de gifs. se desarrolla igualmente en
dos fases:
de enero a febrero de 2015 y en mayo de 2015.
Este reparto de tiempo está condicionado por el parón debido a las vacaciones
escolares estivales. La conclusión de las etapas del proyecto se hace coincidir
con el mes de mayo, durante el cual se desarrolla cada año la semana de
integración, y que supone una fecha muy adecuada para la presentación y
exposición del resultado del proyecto bajo patrocinio de la Fundación Botín.