Perspectivas de la
agricultura y del desarrollo
rural en las Américas:
una mirada hacia
América Latina y el Caribe
2013
Perspectivas de la
agricultura y del desarrollo
rural en las Américas
Una mirada hacia
América Latina y el Caribe
2013
Índice
© Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal),
© Organización de las naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (fao),
© Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (iica), 2012
Esta publicación también está disponible en formato electrónico (pdf )
en las siguientes direcciones electrónicas:
http://www.eclac.org
http://www.rlc.fao.org
http://www.iica.int
Corrección de estilo: Lya Guzmán
Diagramación: Pablo Rivas
Diseño de portada: Pablo Rivas
Impresión: Alfabeta
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas:
una mirada hacia América Latina y el Caribe
cepal, fao, iica – Santiago, Chile, fao, 2012.
176 pag.; 28 cm.
isbn13: 978-92-5-307355-9
Publicado también en inglés: 978-92-5-107355-1
1. Agricultura 2. Desarrollo agrícola 3. Análisis macroeconómico
4. Ganadería 5. Bosques 6. Pesca 7. Desarrollo Institucional 8. Tenencia de tierras 9. América Latina 10. Caribe
I. cepal ii. fao iii. iica iv.Título
agris
E50
dewey
338.1
Santiago, Chile
2012
Las denominaciones empleadas en este producto informativo y la forma en que aparecen
presentados los datos que contiene no implican, de parte de la CEPAL, la FAO y el IICA, juicio
alguno sobre la condición jurídica o nivel de desarrollo de países, territorios, ciudades o zonas,
o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La mención de
empresas o productos de fabricantes en particular, estén o no patentadas, no implica que se
aprueben o recomienden de preferencia a otros de naturaleza similar que no se mencionan.
La revisión editorial formal de este documento estuvo a cargo de la fao.
Reconocimientos
5
Siglas
7
Presentación
9
Resumen Ejecutivo
11
Sección I. Contexto Macroeconómico
19
Sección II. Análisis Sectorial
29
Contexto Sectorial Agrícola
31
Agricultura
41
Ganadería
55
Pesca y Acuicultura
71
Bosques
81
Sección III. Bienestar Rural e Institucionalidad
91
Bienestar Rural
93
Políticas públicas e Institucionalidad
111
Sección IV. Tenencia de la tierra en América Latina y el Caribe
125
Introducción
126
Tenencia de tierras en América Latina
127
Tenencia de tierras en el Caribe
141
Bibliografía
153
Anexo estadístico
167
Reconocimientos
Este documento es fruto del esfuerzo conjunto de la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (cepal), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (fao) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (iica). Su elaboración estuvo a cargo de un grupo interinstitucional compuesto por Javier Meneses, Adrián
Rodríguez, Mônica Rodrigues y Octavio Sotomayor de la cepal; Byron Jara y Salomón Salcedo
de la fao; y Joaquín Arias, Rafael Trejos y Hugo Chavarría del iica. La coordinación técnica general fue responsabilidad de Adrián Rodríguez (cepal), Salomón Salcedo (fao) y Rafael Trejos
(iica).
Para elaborar los diferentes capítulos se conformaron grupos de trabajo interdisciplinarios, coordinados por las distintas instituciones, de acuerdo a sus ámbitos de competencia. Queremos
expresar un reconocimiento especial a los integrantes de los grupos:
• Capítulo “Contexto Macroeconómico”. Coordinador técnico: Mônica Rodrigues.
Integrantes del grupo: Joaquín Arias, Hugo Chavarría, Byron Jara, Salomón Salcedo,
Adrián Rodríguez y Octavio Sotomayor.
• Capítulo “Contexto Sectorial”. Coordinador técnico: Joaquín Arias. Integrantes del
grupo: Mônica Rodrigues, Adrián Rodríguez, Hugo Chavarría, Rafael Trejos y Salomón
Salcedo.
• Capítulo Sectorial “Agricultura”. Coordinador técnico: Rafael Trejos, con la colaboración de Adriana Campos, Joaquín Arias y Hugo Chavarría. En la aplicación de la
encuesta a países se reconoce la colaboración de las Oicinas del iica y las Representaciones de la fao en los países.
• Capítulo Sectorial “Ganadería”. Coordinador técnico: Tito Díaz, con la colaboración
de Gary A. Williams. Integrantes del grupo: Byron Jara, Cedric Lazarus y Salomón
Salcedo.
• Capítulo Sectorial “Bosques”. Coordinador técnico: Jorge Meza, con la colaboración de
Claudia Cerda. Integrantes del grupo: Byron Jara, Hivy OrtizChour y Salomón Salcedo.
• Capítulo Sectorial “Pesca y Acuicultura”. Coordinador técnico: Alejandro Flores,
con la colaboración de Carlos Wurmann. Integrantes del grupo: Byron Jara, John
Jorgensen, Salomón Salcedo, Octavio Sotomayor y Raymon VanAnrooy.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
5
Reconocimientos
Siglas
• Capítulo “Bienestar rural”. Coordinador técnico: Adrián Rodríguez, con la colaboración de Javier Meneses. Integrantes del grupo: Joaquin Arias, Hugo Chavarría,
Salomón Salcedo y Rafael Trejos.
• Capítulo “Políticas públicas e institucionalidad”. Coordinador técnico: Salomón
Salcedo, con la colaboración de Lya Guzmán. Integrantes del grupo: Ileana Avalos,
Oscar Cismondi, Hugo Chavarría, Juana Galván, Adriana Herrera, Rafael Trejos y
Adoniram Sánchez.
• Capítulo “Tenencia de tierras en América Latina y el Caribe”. Coordinadores técnicos: Alan Williams y Octavio Sotomayor. Integrantes del grupo: Adriana Herrera,
Sergio Gómez, Byron Jara, Javier Meneses, Salomón Salcedo y Guillermo Zúñiga.
Finalmente, agradecemos a Lya Guzmán, Julian Downling y Marcela Sanguinetti por el trabajo
editorial, a Pablo Rivas por la diagramación del libro y a Eugenia Salazar por la actualización
del Anexo estadístico.
América Latina y el Caribe
Banco Interamericano de Desarrollo
Banco Mundial
Centro Internacional de Agricultura Tropical
Comisión Forestal para América Latina y el Caribe
Bases de datos de estadísticas de las Naciones Unidas
Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía
Comisión Económica para América Latina y el Caribe
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
Economic Research Service
Fondo Monetario Internacional
Fondo de Tierras de Guatemala
Fundación para el Desarrollo Empresarial Rural
Agencia Alemana de Cooperación Internacional
Flujos de inversión extranjera directa
++i
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Comunidad del Caribe
6
Centro de Análisis Estratégico y de Políticas para la Agricultura
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura
Investigación, Desarrollo e Innovación
Instituto Mixto de Ayuda Social de Costa Rica
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
7
Siglas
Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria de Brasil
Instituto Nacional de la Reforma Agraria de Bolivia
Índice de precios al consumidor
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
Organización de Estados Americanos
Organización Mundial de Sanidad Animal
Organización Internacional del Trabajo
-
Organización Mundial del Comercio
Programa de Naciones Unidas de Reducción de Emisiones
por Deforestación y Degradación Forestal
Programa de Acceso a la Tierra de Honduras
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
Programa de Transferencia de Tierras de El Salvador
Estándar Internacional de Clasiicación del Comercio
Tecnologías de la información y de la comunicación
Tratado de Libre Comercio
Unión Europea
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
Dólar de los Estados Unidos de América
Presentación
Desde que el aumento de los precios de los alimentos encendiera luces de alerta sobre la sostenibilidad de la
seguridad alimentaria global en 2007-2008, la agricultura ha sido un gran foco de atención pública. El desarrollo
del sector agrícola durante el último lustro ha estado marcado por la volatilidad de los precios internacionales de
los principales productos básicos, causada por el desempeño irregular de la economía mundial y por la mayor
variabilidad climática. La situación en el 2012 no fue la excepción, pues a los efectos de fenómenos naturales
como las sequías en el norte del continente americano, se sumaron la desaceleración de la economía de los
países asiáticos y la crisis europea.
En la Cumbre de Líderes del G20, realizada en México en junio del 2012, varias agencias internacionales de
desarrollo postularon mantener durante los próximos años el tema de la seguridad alimentaria y nutricional de
forma destacada en la agenda del G20. En la Conferencia Rio+20, realizada este mismo año, se planteó que,
para erradicar el hambre y la pobreza, así como lograr el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y el buen
manejo y uso de los recursos naturales deben ir de la mano.
El presente documento aporta información actualizada y análisis, tanto de la coyuntura reciente del sector
agroalimentario y su contexto, como de las perspectivas que se vislumbran para el 2013. Es este un esfuerzo
conjunto que desarrollamos por cuarto año consecutivo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(cepal), la Oicina Regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (fao) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (iica).
El capítulo especial de este año está dedicado al tema de la tenencia de la tierra en América Latina y el Caribe.
Allí se analizan las tendencias recientes en cuanto a políticas de tierras, procesos de cambio estructural y retos
pendientes, tales como la titularización, que sigue siendo precaria en muchos países de la región.
En el documento se reconoce que la coyuntura enfrentada durante los últimos años complejiza los procesos
de formulación de políticas y de toma de decisiones, tanto para los agentes públicos como para los privados.
Pero también provee una oportunidad para el desarrollo de políticas públicas más soisticadas, integrales y de
largo aliento, abordando temas que trascienden lo puramente agrícola. El contexto es favorable para rescatar el
rol del Estado en la provisión de bienes públicos para la agricultura, para promover una mayor participación
de los actores del sector en los procesos de elaboración de políticas y visiones estratégicas, y para propiciar una
mayor colaboración público-privada, sobre todo para incrementar la inversión, en particular, en investigación,
desarrollo e innovación.
La cepal, la fao y el iica reiteramos en este documento nuestro compromiso con el desarrollo sostenible de la
agricultura y del medio rural de la región. Ponemos también todas nuestras capacidades al servicio de los países,
para plantear y formular políticas que permitan a los gobiernos y a las poblaciones más vulnerables hacer frente
a las adversidades que ocasiona un entorno de incertidumbre.
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos
Valor Agregado Agrícola
West Texas Intermediate
Alicia Bárcena
Raúl Benítez
Víctor Villalobos
Secretaria Ejecutiva
Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL)
Subdirector General
Representante Regional de la FAO para
América Latina y el Caribe
Director General
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
9
Resumen ejecutivo
Sección I.
Contexto macroeconómico
En esta sección se hace un análisis de las condiciones
inancieras y macroeconómicas que conforman el contexto internacional que condiciona en parte el desempeño de las economías regionales.
Si bien la mayoría de los países de la región aún no ha
anunciado medidas especíicas para hacer frente a un
contexto de pronunciada desaceleración mundial, algunos (Brasil, Chile, Perú, México, Colombia, Uruguay) ya
las aprobaron o anunciaron la alerta y la disposición de
tomar nuevas medidas frente a un enfriamiento severo
de la economía mundial (cepal, 2011a). Una posibilidad para los demás países es monitorear y aprender de
esas experiencias, así como fomentar en lo posible una
respuesta articulada a nivel regional.
La incertidumbre con relación a la recuperación del
crecimiento en las economías avanzadas y más especíicamente la crisis de la deuda en la zona del euro están
afectando las perspectivas de crecimiento de la economía Sección ii. Análisis sectorial
mundial. El escenario incierto de la Unión Monetaria
Europea, sumado a la fuerte alza de las tasas de los bonos Contexto sectorial. Se analiza en esta sección el
soberanos de los países más golpeados por la crisis, ha crecimiento de la actividad agropecuaria en alc en un
afectado incluso a las economías más robustas de la ue. A entorno de precios volátiles. alc experimentó en el 2009
su vez, Estados Unidos se enfrenta a una recuperación de una reducción en su Valor Agregado Agrícola real (vaa
la crisis excepcionalmente lenta, con tasas de desempleo real) de 3,89%, que duplicó a la caída de la economía
persistentemente elevadas y creciente desigualdad. En en general (1,82%).
países emergentes que hasta ahora habían presentado pujantes tasas de crecimiento, como Brasil, China e India, La subregión Sur sufrió un desplome de -7,21% en el vaa
se vislumbra también una desaceleración del crecimiento. real. Por el contrario, el crecimiento en el 2009 del vaa
Las repercusiones en América Latina y el Caribe han real de la región Caribe fue excepcional (9,62%). Sin emrevelado una desaceleración importante de la tasa de bargo, el vaa de las regiones Andina y Central sólo creció
crecimiento del pib en 2011 y en las proyecciones para marginalmente (0,01% y 0,29%, respectivamente).
2012, en comparación con el repunte del año 2010.
La agricultura tuvo un mejor desempeño regional duNo obstante, las economías de América Latina y el Cari- rante el 2010 (6,37%), que sobresalió frente al de otras
be exhiben condiciones macroeconómicas que, aunque regiones del mundo. Sin embargo, según datos prelicon diferencias entre los países, les permitirían ejercer minares, para 2011 se pronostica una desaceleración de
políticas iscales contracíclicas y reforzar las redes de la agricultura (2% aproximadamente).
protección social en un escenario de recrudecimiento
de la crisis, como el que barajan los organismos inter- En el mercado internacional de bienes agrícolas, alc
nacionales y agencias especializadas para los próximos mantiene por más de una década un crecimiento sosteaños. En los próximos meses, las economías regionales se nido de su competitividad, lo cual signiica que la región,
enfrentarán a un escenario de estancamiento en algunos altamente especializada en la exportación de productos
de sus principales mercados, Europa y Estados Unidos, agrícolas, mantiene un buen dinamismo y se posiciona
más allá de una tendencia a la baja en las cotizaciones mejor que otras regiones. Según subregiones de alc, la
de algunos de sus principales productos básicos de ex- tendencia positiva en la competitividad de los productos
portación y el aumento de la volatilidad en los mercados agrícolas se explica en gran parte por los países del Sur,
energéticos. El impacto de esas variables en las tasas de pero también se recuperan en forma importante las subcrecimiento de las exportaciones regionales, sumado a regiones del Caribe y Centroamérica.
la disminución del ingreso debido a un empeoramiento
de los términos de intercambio, podría dar lugar a un La demanda internacional por productos agrícolas continuará creciendo, mientras que la oferta de alimentos y
crecimiento más lento de la inversión.
materias primas agrícolas no crece al mismo ritmo.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
11
La sección concluye que dadas las limitaciones en re- Se concluye que los niveles de producción en la agriculcursos naturales y las presiones ambientales, el cambio tura de alc han respondido favorablemente a las condiclimático y la mayor volatilidad de precios, el principal ciones de altos precios internacionales, a la recuperación
desafío que enfrenta el sector agrícola es aumentar la incipiente que ha observado la economía de los Estados
productividad en forma amigable con el ambiente.
Unidos y a las nuevas demandas que se originan en el
sureste asiático (especialmente de China), pese a las señaTambién se concluye que las condiciones climáticas ex- les poco halagüeñas de la situación de las economías en
tremas, los riesgos de un posible colapso del euro, un zona del Euro y a los embates de fenómenos climáticos
posible estancamiento iscal de los ee.uu. y la ralentiza- extremos.
ción de las economías emergentes, entre otros, sugieren
un ambiente de mayor incertidumbre y volatilidad en Ganadería. La producción de carne y leche ha crecido
los precios internacionales que requieren de medidas en el orden de los dos dígitos en los últimos 10 años en
pertinentes a nivel de país e internacionales, claramen- alc, superando con creces las tasas de crecimiento de
te delineadas como resultado de la reunión ministerial Estados Unidos y Europa. Actualmente, alc da cuenta
sobre volatilidad y agricultura del g20 (2011).
de un mayor porcentaje de producción mundial de carne
de vacuno, cordero y ave en comparación con Estados
Agricultura. Se destaca que la desaceleración del cre- Unidos y casi la misma proporción en términos de la
cimiento mundial y la alta variabilidad climática son los producción mundial de leche.
principales retos para la agricultura regional en el corto
plazo. Se analiza también la variación del comportamien- Por el lado del consumo, los consumidores de alc están
to del sector agrícola, en respuesta a las situaciones de preiriendo cada vez más fuentes de proteína animal,
crisis y a la demanda de los mercados.
entre ellas carne de ave, cerdo, huevos y productos lácteos, por sobre el vacuno y el cordero. El crecimiento
La participación del sector agrícola en el total de exporta- de las industrias avícola y porcina y el crecimiento en
ciones se ha mantenido relativamente estable durante la el consumo asociado han sido fenómenos notables y
última década, ascendiendo a un 20% del total exportado poderosas fuentes de cambio en la industria pecuaria de
en el año 2010. Las importaciones de productos agrícolas América Latina. El consumo per cápita de ave aumentó
representaron el 8% del total de mercancías importadas. a tasas porcentuales de dos dígitos en muchos países de
la región, entre ellos Brasil, Argentina, Chile, México y
Se espera que en el 2013, ante una posible moderación de otros, donde la oferta de fuentes alternativas de proteínas
la volatilidad en los precios, adquieran mayor importan- disponibles para el consumo se ha reducido sobre una
cia los efectos del clima y de la demanda internacional base per cápita.
sobre la producción agrícola. En efecto, la sequía ocurrida en ee.uu. (principalmente en el cinturón granero) El futuro de la producción animal en América Latina
y Europa del Este durante los años 2011 y 2012, ha dependerá fundamentalmente de la demanda regional
causado bajos rendimientos y altas tasas de pérdida en y global de proteína animal para el consumo humalas cosechas agrícolas. Adicionalmente, en diversos países no, los avances tecnológicos para mejorar la eiciencia
de la región, numerosos cultivos sufrieron los efectos en la producción pecuaria, los logros en el control de
climáticos relacionados con el fenómeno de La Niña, las enfermedades animales y la implementación de las
que afectó las cosechas a inales del 2011 y principios del políticas públicas destinadas a conservar el medioam2012. Los países que registraron mayores pérdidas por biente y mitigar los efectos del alza en los precios de
este fenómeno han sido Brasil (maíz), Paraguay (maíz), los alimentos. El fortalecimiento de los sistemas de
Bolivia (cereales), Ecuador (cereales), Argentina (maíz, producción pecuaria familiar será clave para disminuir
trigo y cereales secundarios) y México (maíz, trigo y el impacto del alza de los precios de los alimentos y
frijol).
contribuir en la lucha contra la desnutrición crónica
infantil en zonas rurales y comunidades vulnerables. Los
Se espera que los nuevos acuerdos comerciales con países sistemas de producción ganadera silvopastoriles que no
de la cuenca del Pacíico cobren mayor protagonismo. dependen de los granos tendrán una gran oportunidad
Así también se espera que la competencia por acceder a con relación a los sistemas intensivos con alto uso de
mercados agrícolas nacionales e internacionales se acre- alimentos concentrados.
ciente en forma sustantiva.
12
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
El conlicto entre el crecimiento de la industria y su
impacto ambiental requerirá un enfoque más decidido, pero equilibrado a la vez, inclusive inversiones en
investigación, infraestructura, innovación tecnológica,
educación y capacitación y otras medidas para mejorar
la productividad junto con políticas de desarrollo pecuario sostenible, y diversos incentivos para ayudar a la
industria a transitar hacia mayor sostenibilidad y menor
degradación ambiental en un proceso de adaptación al
cambio climático.
Pesca y acuicultura. La acuicultura regional siguió
aliento para ayudarlo a superar las carencias observadas
en materias de tecnología, organización grupal, gestión
comercial y sostenibilidad inanciera.
Bosques. Esta sección hace referencia a la importancia
que están dando los países de la región a la conservación
y manejo adecuado de los bosques, en consideración a su
rol para mitigar el cambio climático y generar ingresos y
bienes para promover la seguridad alimentaria y nutricional. En ese sentido, los países están involucrados en
iniciativas para reducir las emisiones por deforestación
y degradación forestal (redd), y para promover y reconocer los servicios ambientales de los bosques.
avanzando a paso moderado en el 2010 (2,2% respecto
a 2009), alcanzando la cifra récord de 1,92 millones de
toneladas, valoradas en us$ 7.852,3 millones. Por su parte, La actual contribución del sector forestal al Producto
la pesca extractiva disminuyó en 23,4% respecto a 2009, Interno Bruto regional (pib) varía entre el 2% y el 3%,
alcanzando a 11,71 millones de toneladas, el menor volu- de acuerdo a consulta a los países realizada por la fao.
men desde 1983, con lo que alc redujo su incidencia en Los países buscan mejorar esta participación del sector
las capturas mundiales de ese año a sólo un 13,2%.
en las economías nacionales a través de la generación de
mayores ingresos para la economía familiar y nacional.
La pesca y la acuicultura regional continúan mostrando La perspectiva es conseguir una mayor valoración de los
altos índices de concentración. Las cifras obtenidas en servicios ambientales de los bosques y el reconocimiento
el año 2010 reairman la concentración de la pesca ex- de su importancia por parte de la población de la región.
tractiva en pocos países y especies. Tres naciones (Perú, Además, evidenciar la relevancia de los bosques como
Chile y México) aportan el 72% de las capturas silvestres elementos importantes para la lucha contra el hambre
y sumando Argentina y Brasil, se totaliza el 86% de esos y la pobreza.
desembarques. Por su parte, las 10 especies más importantes capturadas representan un 70% del desembarque Hay grandes retos socio-económicos en la región que
del rubro. En el caso de la acuicultura, Chile, Brasil, no permiten avanzar fácilmente hacia la conservación y
Ecuador y México aportaron el 81% de lo cultivado en manejo de los bosques. La tasa anual de deforestación
2010, y las 5 especies más importantes en cultivo repre- en la región es aproximadamente tres veces superior
sentaron un 67% de la cosecha.
a la tasa anual de la pérdida de la cobertura forestal a
nivel global. No obstante, se evidencian algunos avances.
La demanda mundial por productos pesqueros continua- Por ejemplo, el incremento de la supericie de bosques
rá aumentando. La mayor parte de los países desarrolla- destinados, como función primaria, para uso diferente
dos seguirá demandando productos pesqueros, que ni al aprovechamiento maderero, y también un aparente
sus lotas ni sus cultivos pueden proporcionarles en sus mayor entendimiento de la importancia de los bosques
respectivos territorios, y consecuentemente dependerán como proveedores de bienes y servicios ambientales, para
en forma destacada y sostenida de las importaciones, beneicio local y global. En ese sentido, se observa que
situación que representa una importante oportunidad la tasa de deforestación se ha reducido en alrededor del
para la región.
20% en el último quinquenio, en relación al quinquenio anterior. Sin embargo, queda un largo camino por
Reairmándose la tendencia a la disminución de la pesca recorrer.
extractiva y al aumento sistemático de la acuicultura, los
Estados deben seguir explorando medidas que mejoren Sección iii.
la gobernabilidad sectorial y que faciliten el pleno de- Bienestar rural e institucionalidad
sarrollo de los potenciales existentes, para aumentar el
empleo, la contribución a la seguridad alimentaria y el Bienestar rural. En esta sección se analiza como la
bienestar general de la región. El pequeño productor ruralidad latinoamericana se ha transformado de masigue enfrentando desafíos que no logra resolver por nera signiicativa durante las últimas dos décadas, con
sí sólo, requiriéndose de políticas de apoyo de largo cambios importantes en la estructura productiva, en las
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
13
dinámicas territoriales, en la visión de lo ambiental y en
los esquemas de gobernabilidad.
El capítulo analiza la tendencia sobre la reducción en el
peso del empleo agrícola, el incremento en el empleo
de las mujeres (sobre todo en actividades no agrícolas),
el incremento del empleo asalariado versus la caída del
empleo por cuenta propia, y el incremento de la residencia urbana entre los empleados agrícolas; que han
sido cuatro transformaciones signiicativas que se presentaron a lo largo de la década anterior en el mercado
de trabajo rural.
La evidencia presentada indica que, en general, el incremento del empleo rural no agrícola y las transformaciones de la economía rural se acompañan del aumento
del empleo asalariado, tanto dentro como fuera de la
agricultura. En particular, los ingresos salariales son un
componente importante del ingreso, especialmente para
los hogares no agrícolas y los hogares no pobres.
El capítulo concluye destacando la necesidad de una
gestión más integrada de las políticas públicas en el
mundo rural. Algunos ámbitos que demandan mayor
integración incluyen: a) políticas de desarrollo productivo y políticas de desarrollo y protección social; b) políticas de desarrollo productivo y políticas de mitigación
y adaptación de la agricultura el cambio climático; c)
políticas de desarrollo productivo y políticas de seguridad alimentaria; y d) las políticas desarrollo productivo
y políticas nacionales de agenda digital.
situaciones de crisis agroalimentarias. Ello se está materializando en diversos países mediante la creación de
programas de fomento para la agricultura familiar, con
horizonte de mediano y largo plazo. En algunos países,
esta medida se ha complementado con la creación de
institucionalidad destinada especíicamente al fomento
de este sector.
Se concluye que el desarrollo de la agricultura dependerá de la adecuada implementación de un conjunto
integrado de políticas sectoriales y extrasectoriales, adecuadas a la realidad de cada país. Los Estados deben
modiicar su gestión desde la elaboración de políticas
para el sector agrícola, hacia la elaboración de políticas
para el desarrollo rural sostenible, siguiendo un enfoque de gestión pública con base en resultados. Si bien
los paquetes de políticas pueden diferir entre un país y
otro, en la región las políticas para la agricultura deben
considerar, al menos, aquellas tendientes a incrementar
la participación de todos los sectores del agro en la formulación de políticas y programas, a generar sistemas
de innovación, a mejorar la institucionalidad existente
y a elaborar políticas diferenciadas de corte inclusivo,
entre las que destacan las destinadas al desarrollo de las
potencialidades de la agricultura familiar, sector con el
cual la región mantiene deudas pendientes de inclusión
y equidad.
Continúa vigente la interrogante sobre cómo conciliar
la propiedad de la tierra utilizada como una forma de
capital personal y la tenencia de la tierra como un elemento legítimo de habitantes rurales que buscan medios
de vida sostenibles, en un entorno permanentemente
cambiante y cada vez más complejo. A ello se suma la
discusión conceptual sobre “acaparamiento de tierras”,
un fenómeno todavía incipiente pero que puede tener
grandes consecuencias. ¿Son los marcos legales e institucionales los adecuados para hacer frente a la actual
dinámica de tierras?
Considerando las tendencias y las perspectivas del futuro,
se debe pensar en la elaboración de políticas públicas
más soisticadas e integrales, que hagan posible un nuevo enfoque para abordar el problema de la tierra en la
región. Ello implica, en primer lugar, dejar de considerar
que los recursos naturales son inagotables, e integrarlos
por tanto en el cálculo económico, a través de nuevos
parámetros que den cuenta de la dimensión física de
las actividades productivas (extracción de recursos, acumulación de residuos, transformación de ecosistemas,
entre otros).
En forma complementaria, es necesario intervenir en
múltiples niveles de organización, a nivel local, regional,
nacional e internacional, a través de regulaciones que
protejan el medio ambiente y que regulen el uso de este
recurso. Por otra parte, es necesario mantener y profundizar el acceso a la tierra, identiicando al segmento
de la pequeña agricultura como un estamento especial,
que debe ser objeto de políticas públicas diferenciales y
de amplio alcance: reparto de tierras, asistencia técnica,
riego, asociatividad, infraestructura y créditos, entre
otros. Estas medidas, junto a otras que se esbozan en
esta sección, forman parte del nuevo enfoque que se
necesita para darle sustentabilidad económica, social y
ambiental al dinámico proceso de desarrollo agrícola que
desde hace algunos años se observa en la región.
Sección iv. Tenencia de la tierra
en América Latina y el Caribe
En esta oportunidad el informe especial se ha centrado
Institucionalidad. El combate a los efectos nega- en analizar la tenencia de la tierra en América Latina y
tivos de la crisis alimentaria ha continuado marcando el Caribe. La profunda transformación de la economía
la pauta de prioridades agrícolas en la región. La dis- mundial está cambiando los términos de la discusión
minución o supresión de los impactos negativos de acerca del futuro de la agricultura de la región. Pareciela volatilidad de los precios de los alimentos sobre la ra que son muchos los factores que aceleran el paso a
población se ha transformado en un imperativo para una nueva etapa: la inancierización de la economía y
los gobiernos, quienes han aplicado diversas medidas su efecto en la volatilidad de los precios de los commoque han intentado hacer frente al problema. En forma dities agrícolas, las innovaciones tecnológicas (tic, bioprogresiva, se han implementado programas y políticas tecnologías, nanotecnologías, ciencias cognitivas) que
de mayor alcance, los que en algunos países han sido generan cambios radicales en los procesos productivos,
construidos con la participación de organizaciones de la importancia cada vez mayor de la alimentación en
representación; ello ha otorgado sustento a la acción de la salud de las personas, los nuevos riesgos sanitarios
los Estados en el sector agropecuario.
generados por la globalización, el efecto del cambio climático sobre la agricultura, la necesidad de alimentar a
En la búsqueda de soluciones a la situación de turbulen- 9.000 millones de personas en el año 2050 y el impacto
cia económica, los países están orientando sus acciones que ello implica sobre los recursos naturales, son sólo
hacia la agricultura familiar, tanto en la focalización algunas de las nuevas tendencias que marcan el paso a
de programas de emergencia, como hacia el desarrollo una nueva economía.
del potencial que este sector posee como mitigador de
14
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
15
Sección I:
Contexto
macroeconómico
Contexto macroeconómico
Nuevos desafíos para la superación de la crisis económica global
La incertidumbre respecto a la recuperación del crecimiento en las economías avanzadas
enciende la alerta sobre la necesidad de establecer medidas de políticas adicionales para
mantener el crecimiento en la Región.
Hechos
* Una combinación de sobreendeudamiento público, bancario y externo en varios países europeos
desafía la sobrevivencia de la eurozona.
* En los mercados financieros internacionales, las
ayudas condicionadas a varios países de la zona
del euro se interpretan como expectativas de bajo
crecimiento, vinculado a medidas como: aumento
de impuestos, control del gasto público y amplias
reformas laborales.
Tendencias
La evolución de las tasas de crecimiento de las economías avanzadas ha presentado dos fases distintas en los
últimos años
* La crisis de la deuda en la zona del euro no es
un fenómeno aislado, sino que se acompaña de
situaciones similares en economías avanzadas y
de repercusiones en las principales economías
emergentes.
* Las economías de América Latina y el Caribe exhiben condiciones macroeconómicas que, aunque
con diferencias entre los países, les permitirían
ejercer políticas fiscales contracíclicas y reforzar
las redes de protección social.
A partir del segundo semestre de 2011, las dudas respecto
al logro de una solución sostenible de la crisis de la deuda
en la zona del euro y el riesgo de que la desaceleración de
esas economías afectase a otras regiones, comenzaron a
mermar las perspectivas de crecimiento de la economía
mundial.
En comparación con la recesión de 2009, el desempeño de la economía mundial en 2010 parecía indicar el
restablecimiento del crecimiento en la mayor parte de
los países, con la recuperación del consumo privado y
del comercio internacional. Asimismo, ese año marcó el
retorno de la tendencia alcista de los precios de los productos básicos, interrumpida por la crisis de 2007/08.
El escenario incierto de la Unión Monetaria Europea,
sumado a la fuerte alza de las tasas de los bonos soberanos
de los países europeos más golpeados por la crisis, ha
afectado incluso a las economías más robustas de la ue,
tanto por el lado inanciero, con la pérdida de conianza
de los inversores y el aumento de las primas de riesgo,
como por el lado real, con la rebaja de la actividad económica y del comercio intra-bloque.
Tales tendencias, que perduraron hasta mediados de
2011, exigieron de las economías emergentes respuestas
de políticas para controlar el alza de los índices de precios
internos, la aluencia de capitales externos y la tendencia
a la apreciación del tipo de cambio (cepal-fao-iica,
2011; cepal, 2011a).
En el segundo trimestre de 2012, el pib de los países que
comparten el euro se redujo 0,2% respecto al trimestre
anterior, que había sido de estancamiento. Un tercio de
los 17 países de la zona del euro se encuentran en esta
situación. Además, España, Italia, Chipre, Portugal y
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
19
Grecia acumulan dos o más trimestres consecutivos de
retroceso en el pib, desde ines de 2011. La recesión en
esos países ha llevado a un retroceso del pib en el conjunto de los 27 países de la ue en el segundo trimestre
de 2012 y es uno de los principales componentes que
presiona a la baja del crecimiento de la economía mundial en 2012 y 2013.
Fuera de la ue, otras tendencias también han presionado el crecimiento global a la baja. Estados Unidos
maniiesta una gran incertidumbre, acrecentada por la
cercanía de las elecciones presidenciales, sobre el acuerdo
político necesario para que el país inancie en el largo
plazo el déicit público de 8% del pib. En el sector real,
Estados Unidos se enfrenta a una recuperación de la
crisis excepcionalmente lenta, con tasas de desempleo
persistentemente elevadas y creciente desigualdad.
A su vez, Japón presenta mejores perspectivas de crecimiento para los próximos años que otras economías
avanzadas, aunque el elevado déicit presupuestario se
mantiene. Por otro lado, en el segundo trimestre de 2012 la
economía nipona creció 1,4% (tasa anualizada), una ralentización importante frente al 5,5% del trimestre anterior.
Tal reducción releja en parte el efecto de la crisis del euro
en la apreciación del yen y el consecuente impacto sobre
la competitividad de las exportaciones japonesas.
En países emergentes que hasta ahora habían presentado pujantes tasas de crecimiento, como Brasil, China e
India, se vislumbra también una desaceleración del crecimiento. En China, además, la primera rebaja de los tipos
de interés desde 2008 deja de maniiesto la preocupación
del Gobierno por la reducción del crecimiento.
Los siguientes párrafos analizan cómo esas tendencias
han impactado a América Latina y el Caribe y cuáles han
sido los ajustes necesarios en la política macroeconómica
regional para hacer frente a la evolución de las variables
fundamentales de la economía mundial.
Aunque fue el año de la recuperación del
crecimiento económico en la mayor parte de los
países, dicha recuperación ha sido desigual
En el año 2010, el conjunto de las economías desarrolladas pudo volver a presentar tasas positivas de crecimiento; sin embargo, su nivel de expansión fue inferior
al observado en las economías emergentes: 3,2% contra
7,5% en promedio (Figura 1).
Al interior de este último grupo de países las diferencias
de desempeño fueron también importantes, destacándose aquellas que se establecieron entre países exportadores e importadores de los productos básicos que
sufrieron alzas en las cotizaciones internacionales, sobre
todo metales e hidrocarburos. En América Latina, esto
signiicó un crecimiento más intenso en Sudamérica que
en Centroamérica y el Caribe.
Sin embargo, más allá del alza en los precios de los productos básicos y de la elevada demanda externa, que
impactaron positivamente el volumen exportado por
la región, las tasas de crecimiento regionales en 2010 y
comienzos de 2011 fueron también inluenciadas por el
dinamismo de la demanda interna. Esta se vio estimulada por las políticas contracíclicas aplicadas para enfrentar
el impacto de la crisis y por la abundante liquidez en los
mercados inancieros internacionales.
Tras un breve período de recuperación, la economía mundial volvió a desacelerar, con repercusiones en América Latina y el Caribe
En América Latina, la desaceleración observada a ines de
2011 respondió también, más allá del contexto internacional desfavorable, a una política monetaria restrictiva que
tuvo por objetivo el control de la inlación, y al agotamiento de algunos programas y políticas iscales adoptados
como respuesta a la crisis inanciera en años previos.
La tasa de crecimiento del pib global alcanzó a 3,9% en
2011, constatándose una reducción importante frente al
incremento de 5,1% del año anterior (Figura 1). Esas tasas
relejan la incertidumbre de los mercados internacionales
respecto al logro de una solución sostenible a la crisis de
la deuda en la zona del euro y a la consolidación iscal
en los Estados Unidos.
Entre octubre de 2010 y septiembre de 2011, el índice de
precios al consumidor (ipc) promedio en América Latina
mostró una tendencia ascendente, relejando el alza de
los precios de los alimentos y otros productos básicos a
nivel internacional (minerales, metales e hidrocarburos).
Dado el peso de esos productos como insumos en la
producción industrial, y como referencias para los ajustes
de precios en el sector servicios, la inlación subyacente
tendió también a acelerarse en ese período, sobre todo
en los países sudamericanos (Figura 2).
Tal reducción fue más pronunciada en las economías
avanzadas, en especial en los Estados Unidos, que en el
conjunto de las economías emergentes y en desarrollo.
Al interior de este último grupo, América Latina y el
Caribe presentó una desaceleración importante de la
tasa de crecimiento del pib en 2011, en comparación
con el repunte de 2010. No obstante, el desempeño de
la región alcanzó niveles superiores al promedio de las
economías centrales.
Figura 2 Índice de precios al consumidor por componentes,
Tasas de variación en 12 meses (%)
Promedio simple de las subregiones
20,0
18,0
16,0
14,0
12,0
Figura 1 Tasas de crecimiento y proyecciones del Producto Interno Bruto (%)
10,0
12
10
8,0
8
6,0
6
4
4,0
2
2,0
0
-2
Sudamérica
Centroamérica y México
2011
2010
2009
2007
2008
2005
2006
2011
2010
2009
2011
2010
2011
2010
AMLAT
2008
Jul
2012/ 2013
2007
Abr
2012/ 2013
2005
Ene
2012/ 2013
2006
Jul
2012/ 2012
2009
Abr
2012/ 2012
2007
Ene
2012/ 2012
2008
Sept
2011 / 2012
2005
Abr
2011 / 2012
2006
Ene
2011 / 2012
2009
2011
2007
2010
2008
2009
2005
-6
2006
0,0
-4
Caribe
Proyecciones En / Para
Mundo
Economías avanzadas
Estados Unidos
Area Euro
Econ. Em. y en Des.
China
India
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del World Economic Outlook, fmi
20
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Am.Latina y Caribe
IPC General
Alimentos
Otros
Subyacente
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cepal
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
21
Figura 3 Mediana de la Tasa de Referencia de Política Monetaria, por Subregiones (%)
11,0
Figura 4 Índice de la Tasa de Cambio Efectiva Real Mensual (%)
Año base 2005 = 100
105
10,0
100
9,0
8,0
95
7,0
90
6,0
5,0
85
4,0
80
3,0
2,0
II
III
IV
I
2007
II
III
IV
I
2008
América Latina
II
III
2009
Sudamérica
IV
I
II
III
IV
2010
I
II
III
IV
2011
Centroamérica y México
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cepal
El comportamiento del ipc entre mediados de 2010 y el
tercer trimestre de 2011 trajo como respuesta el aumento de las tasas de política monetaria en los países de la
región o, al menos, la interrupción de su tendencia a la
baja (Figura 3). Tal ajuste fue más inmediato e intenso
en Sudamérica, en especial en las economías que trabajan
con metas de inlación.
Desde mediados de 2009, las expectativas relativamente
optimistas en cuanto a la evolución de la economía latinoamericana y los diferenciales de las tasas de interés
respecto de las prevalecientes en los mercados inancieros
globales, estimularon entradas de capital que contribuyeron a mantener los procesos de apreciación real de las
monedas de la región. Tal apreciación fue mucho más
intensa y sostenible en los países sudamericanos que
en Centroamérica, México y el Caribe, relejando en
parte el impacto del alza de los precios de los productos
básicos en las exportaciones y en el ingreso de divisas de
las diferentes subregiones (Figura 4).
La apreciación del tipo de cambio se tradujo en una
menor competitividad de las exportaciones regionales no
beneiciadas por las alzas de los precios internacionales.
Esto ha llevado a los gobiernos a adoptar políticas para
22
mejorar la productividad y reducir costos en los sectores
productivos.
En el campo de la política monetaria, los Bancos Centrales de los países de la región han aumentado las reservas monetarias internacionales para hacer frente a la
entrada de divisas y contener la apreciación cambiaria.
Ambas medidas han generado, como efecto secundario,
un fortalecimiento de las economías regionales frente
al contexto de turbulencia en los mercados mundiales,
como el que se detectó a partir del segundo semestre de
2011 (cepal, 2011a).
En el segundo semestre de 2011 y comienzos de 2012, la
situación internacional se deterioró por el aumento del
riesgo en las economías avanzadas. En Europa, las negociaciones en torno a un acuerdo para dotar de recursos
suicientes a las economías en mayores diicultades (Grecia, Portugal, Italia, España e Irlanda), han enfrentado
variados obstáculos.
Por el tamaño de algunas de esas economías, una declaración de insolvencia probablemente acarrearía una crisis
sistémica con repercusiones dentro y fuera de la ue, por
lo cual una solución colectiva fue deinida como la mejor
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
75
I
2007
América Latina
2008
2009
Sudamérica
2010
Centroamérica y México
2011
2012
Caribe
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cepal
opción, aunque políticamente difícil de sostener en los
países acreedores. Al mismo tiempo, la imposibilidad de
contar con una política de devaluación para hacer frente
a algunos de los problemas de competitividad terminó
por sobrecargar los ajustes iscales, cuyos impactos en la
contracción de las economías continuarán constatándose
en los próximos años.
En el caso de los Estados Unidos, a las diicultades del actual gobierno para alcanzar un acuerdo iscal que le permita seguir inanciando la deuda pública, se han sumado
los problemas estructurales en los sectores inmobiliario y
bancario, y la persistencia de un alto nivel de desempleo
que presiona al alza los gastos en previsión social.
De este modo, la incertidumbre respecto a las tasas de
crecimiento de las economías centrales en los próximos
años ha llevado a una reevaluación de las expectativas
globales, con impactos en los sectores real y inanciero.
El cambio en el escenario internacional ha suscitado nuevas direcciones de política macroeconómica en América
Latina y el Caribe.
La menor liquidez y la incertidumbre en los mercados
inancieros ha reducido la entrada de capitales en los
países emergentes, con impactos en los tipos de cambio.
Así, a mediados de 2011 y en el segundo trimestre de 2012
(no graicado), la tendencia a la apreciación cambiaria
en la región cedió levemente. Además, con la menor
presión al alza sobre las cotizaciones internacionales de
los productos básicos, los índices de inlación también
han empezado a reducirse, abriendo espacio para cortes
en las tasas de interés real.
Es interesante notar que, a pesar de la devaluación reciente de los tipos de cambio real, el impacto sobre la
inlación regional ha sido muy pequeño, producto de
las expectativas a la baja en las economías centrales y su
correspondiente efecto ralentizador en la importación de
bienes industriales y en la inversión en general.
Por otro lado, como consecuencia de la apreciación de
los tipos de cambio, y tras varios años de exposición a la
competencia con bienes importados, algunos segmentos
de la industria regional han ganado suiciente competitividad para absorber parte del alza de los precios de
los insumos importados, en lugar de transferir dicho
aumento a los precios de los bienes inales.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
23
La competitividad de la industria regional se ha visto
beneiciada por las políticas de créditos y subsidios a la
inversión aplicadas en la región en los años post crisis.
En efecto, como resultado de esas políticas, la formación
bruta de capital ijo en la región alcanzó en 2011 el nivel
de 22,8% del pib, constituyendo un nuevo máximo para
las últimas décadas (cepal, 2011a).
En el mercado laboral, el empleo y los salarios continuaron creciendo en 2011 y los primeros meses de 2012 en
la mayoría de los países de la región, y se espera que esta
tendencia se mantenga. La tasa de desempleo se redujo
0,5 puntos porcentuales para el conjunto de la región,
alcanzando 6,9%. Asimismo, aumentó el empleo asalariado y los empleos cubiertos por la seguridad social y se
mantuvo la tendencia ascendente de los salarios medios
reales del sector formal (cepal, 2012a).
También en 2011, América Latina se beneició de un
aumento de la recaudación iscal, pasando de un déicit
primario en años anteriores a un ligero superávit de 0,3%
del pib. Eso ha permitido a la región como un todo,
aunque con diferencias importantes entre países, reducir
la deuda pública a un nivel inferior al mínimo histórico
de las últimas décadas (cepal, 2011a).
bloque a la Unión Monetaria. La precaución se debe a la
fragilidad de los logros alcanzados hasta el momento y a
la necesidad de seguir aplicando políticas que permitan
reducir paulatinamente el riesgo en los mercados (fmi,
2012). Además, se espera que las medidas de consolidación iscal que vayan aplicando las economías más afectadas de la zona del euro tengan un impacto signiicativo
en el crecimiento de la ue, sobre todo en 2013.
No se descarta tampoco un escenario aún más desfavorable, en el cual una crisis profunda de la zona del
euro incidiría negativamente en los mercados mundiales,
tanto por los canales reales como inancieros, afectando
las perspectivas económicas más allá de Europa.
En cualquiera de esos escenarios, con la reducción del
crecimiento en las economías avanzadas, las tasas de
crecimiento en América Latina y el Caribe se mantendrían moderadas, aunque con importantes diferencias
entre los países.
Las perspectivas para los países de la región
dependen de la vulnerabilidad de sus economías frente al deterioro del escenario internacional
países de América Latina y el Caribe para los cuales se
dispone de información. Los países se encuentran ordenados según el promedio de los cuatro indicadores.
El peso de Europa como destino de las exportaciones de
América Latina y el Caribe descendió progresivamente
en la década de 1990, estabilizándose en torno a 13%
a partir del año 2000. Tal reducción ha sido intensa
para los países de Centroamérica y más suave para los
de Sudamérica. México constituye una excepción en la
región, observándose un ascenso de las exportaciones
en la última década.
En términos absolutos, la participación de los 27 países
de la ue como destino de las exportaciones subregionales
alcanza 19% en el caso de Sudamérica, 13% en el Caribe,
10% en Centroamérica y 5% en México (promedio 20002011). Brasil, Chile, Honduras, Argentina y Uruguay son los
países con mayor dependencia del mercado europeo para
En el caso del comercio internacional, la vulnerabilidad
de las economías regionales se explica por la importancia
de la ue como mercado para las exportaciones de los
países de América Latina y Caribe. En forma adicional,
por la participación de los bienes primarios – de mayor
volatilidad en las cotizaciones internacionales – en el
total de exportaciones.
Se identiica también un importante proceso de aprendizaje de las economías regionales en el manejo de las
cuentas públicas y de las políticas anticíclicas en situaciones de volatilidad de los mercados inancieros, como
las experimentadas recientemente.
Aún en el ámbito de las cuentas externas, habría que
considerar la importancia que tienen las remesas de los
inmigrantes para algunas economías de la región, y el
impacto del limitado crecimiento económico de las economías avanzadas sobre esa fuente de recursos.
Perspectivas
En lo que respecta a la situación iscal, la participación de
los ingresos iscales provenientes de los productos básicos
constituye una fuente de inestabilidad y por lo tanto, de
vulnerabilidad frente a un escenario internacional desfavorable. Asimismo, un alto nivel de deuda pública, sobre
todo aquella inanciada con recursos externos, implica
una elevada vulnerabilidad frente a la volatilidad de los
mercados inancieros internacionales.
Las expectativas respecto al desempeño de la
economía mundial se ajustan progresivamente
a un escenario cada vez más desfavorable
Las proyecciones para 2013 (Figura 1, lado derecho) incorporan en forma positiva, pero con precaución, los
esfuerzos de la ue para lograr acuerdos sobre las ayudas
a las economías más afectadas de la zona del euro, lo cual
se interpreta como un signo de apoyo de los países del
24
La Figura 5 muestra los valores de esos indicadores de
vulnerabilidad frente a la situación internacional de los
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Aun cuando no existen datos disponibles según el país
de origen de los recursos, la información relativa a la
importancia de las remesas revela el impacto diferenciado de una de las vías de transmisión de la crisis
internacional hacia las economías regionales. Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, República
Dominicana, Bolivia y Ecuador son los países en los
que las remesas inciden en mayor magnitud sobre el
pib. El impacto inal sobre esos países dependerá, obviamente, del desempeño de las economías donde residen
los inmigrantes y de las políticas especíicas hacia ese
conjunto de la población.
Figura 5 Países de América Latina:
Indicadores de Vulnerabilidad frente a la Crisis en la Zona del Euro (%)
Nicaragua
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
AMLAT
Estos cambios favorables de la situación macroeconómica
regional en los últimos dos años han permitido proveer
a la región de recursos (inancieros e institucionales) y
reducir la vulnerabilidad de la economía regional frente
a posibles choques externos, como los que se están barajando en las previsiones de las agencias internacionales
para los próximos años.
sus exportaciones. Aunque habría que considerar también
la naturaleza de los productos exportados a Europa (y la
probabilidad de que sean redireccionados a otros mercados), en términos generales las exportaciones de estos países
podrían verse particularmente perjudicadas en caso de que
la crisis de la deuda europea se siga extendiendo.
Panamá
R.Dominicana
México
Guatemala
Bolivia
Venezuela
Ecuador
Uruguay
Paraguay
Costa Rica
Honduras
El Salvador
Chile
Brasil
Perú
Argentina
Colombia
Participación EU27 como mercado exportaciones (Promedio 2007-10)
Participación bienes primarios en las exportaciones (Promedio 2007-10)
Participación ingresos fiscales primarios en ingresos fiscales totales (Promedio 2007-09)
Deuda externa total/PIB (2011)
Remesas/PIB (promedio 2008-09)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos cepal (2011).
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
25
Otra fuente de vulnerabilidad para las economías regionales es la elevada participación de los bienes primarios en
las exportaciones totales de algunas economías. El riesgo
aquí va asociado a la fuerte volatilidad de los precios de
esos productos, cuyo comportamiento se vincula tanto a
variables reales (la tasa de crecimiento de la producción
industrial, por ejemplo), como inancieras (el nivel de
riesgo en los mercados globales, entre otras variables).
En los últimos años, varios países latinoamericanos han
aumentado su especialización comercial en bienes primarios, dada la tendencia ascendente de los precios y de la
demanda por materias primas a nivel global.
Las cotizaciones internacionales de esos productos, sobre
todo de los hidrocarburos, dependen fuertemente de las
perspectivas de crecimiento de las economías avanzadas
y de su impacto sobre la demanda global. A lo largo de
la última década, los precios de los principales productos
básicos aumentaron consistentemente en respuesta al
crecimiento de la demanda mundial (cepal-fao-iica,
2010). Tal crecimiento fue apenas interrumpido por las
repercusiones de la crisis económica sobre la actividad
económica de los países avanzados y, en menor medida,
de los emergentes.
En los últimos meses, el resurgimiento de los temores
sobre la negociación de la deuda soberana de los países de la zona del euro ha empujado una vez más a la
baja los precios de los productos básicos, incluyendo
el petróleo y sus derivados.
El alza de los precios del petróleo en el primer trimestre
de 2012 respondió a las turbulencias geopolíticas en algunos países productores del Medio Oriente. En los últimos meses, no obstante, las perspectivas desfavorables
de crecimiento en las economías centrales han llevado los
precios a un nivel inferior a los us$ 100 el barril (wti),
situación no observada desde febrero de 2011.
26
algunos minerales, metales y productos agropecuarios –
sean incluso más afectadas por las perspectivas de bajo
crecimiento en las economías avanzadas que el precio
del petróleo. Eso, debido a que en los demás productos
no inciden, por el momento, las presiones que han estado afectando las perspectivas de aumento de la oferta
del crudo en el corto plazo, sobre todo las turbulencias
geopolíticas en algunos de los principales países productores del Medio Oriente, como Irán e Irak.
En 2011 los precios de los productos básicos (excluido el
petróleo) tendieron ya a la baja, en respuesta al escenario
incierto de desarrollo de la crisis en las economías avanzadas y a algunos indicios de desaceleración del crecimiento
en las economías emergentes, incluyendo China.
Otras variables, como la apreciación del dólar frente al
euro y el aumento del riesgo en los mercados internacionales, tendieron también a reducir la presión al alza que
predominaba sobre los precios de los productos básicos
en años anteriores.
Para el año 2012 el fmi prevé una reducción de los precios
del conjunto de los productos básicos (excepto petróleo)
de cerca de 10% respecto a los niveles de 2011, en el cual
se observó un incremento de 18%. Para el año 2013, la
retracción en los precios alcanzaría a un 2%. Los precios
del petróleo, en cambio, cerrarían el año 2012 con una
variación positiva de 10% y para 2013 presentarían una
reducción de 4% (fmi, 2012).
cepal (2012a) incorpora esas tendencias en sus predicciones para los países de América Latina, con un empeoramiento de los términos de intercambio en general
y especialmente en el Mercosur, como también en los
países exportadores de hidrocarburos.
Según indican las agencias especializadas, el valor del
barril de petróleo ligeramente debajo de us$ 100 parece
constituir un nuevo punto de equilibrio que ya incorpora las perspectivas de desaceleración en las principales economías avanzadas. Si tal desaceleración y los
consecuentes riesgos sobre la economía mundial no se
cumplen totalmente, el repunte de la demanda podría
elevar los precios a un rango entre us$ 100 y us$ 110 por
barril hacia ines de 2012 (Morse, 2012).
Si se concreta el escenario de estancamiento de las economías de la zona del euro y de bajo crecimiento en los
Estados Unidos, la perspectiva para los precios internacionales de los productos básicos en 2012 y 2013 sería
de volatilidad con tendencia a la baja. La volatilidad
provendría, en ese caso, de la incertidumbre en cuanto
a la evolución de la oferta global del crudo, del resultado
de las elecciones en Estados Unidos (sobre todo de su
impacto sobre la consolidación iscal) y de las negociaciones sobre los rescates y las reformas institucionales en
los países de la zona del euro.
Se espera que las cotizaciones de otros productos básicos
de gran peso en las exportaciones regionales – como
En los países de América Latina y el Caribe, cuyos resultados iscales dependen en forma importante de la
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
evolución de los precios de los productos básicos (como
Venezuela, Bolivia, Ecuador y México), en ausencia de
mecanismos anticíclicos, la volatilidad de los precios internacionales puede afectar la efectividad y sostenibilidad
de las políticas públicas.
Impactos adicionales de la volatilidad de los precios
internacionales sobre los mercados internos incluyen la
variación de los índices de precios y del tipo de cambio
real, con repercusiones sobre la competitividad de otros
sectores exportadores (cepal-fao-iica, 2011).
El último indicador de vulnerabilidad de los países de la
región frente a un agravamiento de la crisis se reiere al
nivel de la deuda externa como proporción del pib. De
modo general, la región redujo consistentemente su nivel
de deuda externa a lo largo de la última década, pero
con diferencias subregionales importantes. Mientras los
países de América del Sur, México, Centroamérica, República Dominicana y Haití redujeron la deuda externa
desde 40% del pib a comienzos de los años 2000 a cerca
de 20% en 2011, la subregión Caribe aumentó el nivel
de deuda en el período post crisis, de 40% a 50%, en
promedio, entre 2008 y 2011 (cepal, 2011a).
La Figura 5 muestra además diferencias importantes
entre los países. En América del Sur, Chile, Uruguay,
Argentina y Venezuela continúan con un nivel de endeudamiento externo por encima del promedio subregional, así como Nicaragua, El Salvador y Panamá en
Centroamérica.
Algunos autores asocian un nivel elevado de la deuda
pública a una ralentización del crecimiento económico.
Reinhart et al. (2012) demuestran que los episodios de
elevado endeudamiento ocurridos desde 1800 se relacionan con una tasa de crecimiento inferior en más de un
punto porcentual a la tasa típica de los períodos con niveles de deuda menores. Esto se explica por la necesidad
de los gobiernos con alto nivel de deuda de aumentar los
impuestos y reducir los gastos de inversión para hacer
frente al pago de intereses.
Además, dado que el inanciamiento de la deuda en el
largo plazo se hace normalmente con préstamos consecutivos de vencimiento limitado, la posibilidad de que
un alza en las tasas de interés se convierta rápidamente en mayores costos constituye un riesgo real para los
países que cargan con un alto nivel de endeudamiento.
En ese sentido, la situación actual de incertidumbre y
volatilidad en los mercados internacionales es particular-
mente riesgosa para aquellos países que deben renegociar
constantemente el inanciamiento de su deuda con los
acreedores externos.
Un punto positivo en las cuentas externas es aportado por el notable dinamismo de los lujos de inversión
extranjera directa (ied), variable que ha alcanzado el
primer lugar como fuente de inanciamiento externo en
la región en 2011, correspondiente a 2,4% del pib (cepal,
2012a). No obstante, esos lujos también son susceptibles
de ser afectados por la desaceleración del crecimiento en
los principales países de origen de los recursos hacia la
región, aunque por otro lado, la región también podría
tornarse un destino más atractivo para la inversión, debido a las crisis de las economías centrales.
Recomendaciones de políticas
Con el estancamiento de la economía mundial,
la región debe apostar al fortalecimiento de
los mercados internos y del comercio intraregional
En los próximos meses, las economías de América Latina
y el Caribe se enfrentarán a un escenario de estancamiento
en algunos de sus principales mercados, Europa y Estados
Unidos, más allá de una tendencia a la baja en las cotizaciones de algunos de sus principales productos básicos
de exportación. El impacto de esas variables en las tasas
de crecimiento de las exportaciones regionales, sumado a
la disminución del ingreso debido a un empeoramiento
de los términos de intercambio, podría dar lugar a un
crecimiento más lento de la inversión.
Dicha ralentización podría intensiicarse, dependiendo
del comportamiento de los mercados inancieros internacionales. Estos podrían acentuar su volatilidad, dados
los riesgos en el mercado del petróleo y la incertidumbre
sobre el proceso de consolidación iscal en las economías
avanzadas, lo que también afectaría el volumen y estabilidad de los lujos de capital hacia la región. En un
escenario más pesimista, en el cual la crisis de la zona del
euro se profundice y se contagie hacia otras economías,
los lujos de capital hacia la región podrían reducirse en
forma ostensible.
En cualquiera de esos escenarios, el dinamismo de los
mercados internos y el comercio intra-regional cobrarían
importancia en la mantención de las tasas de crecimiento
del pib regional, como ha ocurrido desde que la situación internacional empezó a deteriorarse, en el segundo
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
27
semestre de 2011 (cepal, 2012a). Además, será necesario
fortalecer las políticas micro y macroprudenciales implementadas en la región en los últimos años, para hacer
frente a la acentuada volatilidad de los mercados, sobre
todo aquellas que regulan el funcionamiento de las instituciones inancieras.
28
La manutención del sesgo social en las políticas públicas debe ser entendida como una herramienta
para fortalecer las economías regionales
El impacto de la esperada recesión internacional en las
economías regionales incluye, asimismo, una posible
desaceleración de la apreciación de los tipos de cambio
y de los índices de precios al consumidor. Ese escenario
abriría espacio para una política monetaria menos restrictiva, con reducción de las tasas reales de interés para
incentivar el crecimiento de la demanda interna.
Algunos países aprovecharon la crisis para reorientar
sus políticas públicas, utilizando el espacio iscal que se
había creado en los años previos hacia el fortalecimiento
del desarrollo económico y social de mediano y largo
plazo, con un enfoque en la reducción de la pobreza y
la desigualdad (cepal, 2011b). En los últimos años, tal
espacio iscal se ha reducido, pero sigue existiendo, a
excepción de los países del Caribe, cuyo endeudamiento
relativo y situación iscal continúan ubicándose en peor
situación que la del resto de la región.
Habiendo superado la crisis de 2008, la región se encuentra en una posición macroeconómica razonablemente sólida como para enfrentar el esperado empeoramiento de la
situación económica internacional, aunque con diferencias entre los países, conforme se ha ilustrado en la sección
anterior. No obstante, frente a una situación de caída en
los precios de sus productos básicos de exportación, con
posible incremento en la volatilidad de los lujos de capital, la región podría tener diicultades en seguir aplicando
las políticas anticíclicas que le permitieron superar en
forma relativamente rápida la crisis inanciera mundial.
En una situación de deterioro de la situación iscal generada por un agravamiento de la crisis en las economías
avanzadas, aumenta la presión por eliminar gastos y reducir los programas de ayuda que han permitido a la
región recuperar los niveles de empleo y consumo en el
período post crisis. No obstante, en la deinición de las
prioridades de la política iscal en los próximos años, los
gobiernos deberían considerar el potencial de los programas sociales para dinamizar los mercados internos, claves,
como ya se señaló, en un período de desaceleración de la
economía global.
Las principales fortalezas regionales construidas en los
últimos años incluyen a las elevadas reservas monetarias
internacionales y el bajo nivel de endeudamiento público
y externo. Sin embargo, si la caída en los precios de los
productos básicos se consolida como una tendencia de
largo plazo, los países de América Latina y el Caribe más
dependientes de esos productos tendrán que adecuarse
a un nivel de ingresos iscales más bajo, lo que al menos
en los primeros meses puede llevar a un deterioro de las
cuentas públicas, con aumento de la deuda.
Si bien la mayoría de los países de la región aún no ha
anunciado medidas especíicas para hacer frente a un contexto de pronunciada desaceleración mundial, algunos
(Brasil, Chile, Perú, México, Colombia, Uruguay) ya las
aprobaron o anunciaron la alerta y la disposición de tomar nuevas medidas frente a un enfriamiento severo de la
economía mundial (cepal, 2011b). Una posibilidad para
los demás países es monitorear y aprender de esas experiencias, así como fomentar en lo posible una respuesta
articulada a nivel regional.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Sección ii:
Análisis sectorial
Contexto sectorial agrícola
Un sector en crecimiento con brechas en productividad entre países
La dinámica de crecimiento del volumen de la producción, de los ingresos, de la
productividad y el comercio agropecuario, difiere significativamente entre países de las
Américas. Esto puede representar una oportunidad, y a la vez un reto, para cerrar brechas
y responder adecuada y rápidamente a la demanda creciente de materias primas agrícolas
y alimentos a nivel mundial, en un contexto difícil de incertidumbre económica y
volatilidad de los precios internacionales.
Hechos
* China se ha convertido en el mayor importador
de casi todos los productos básicos agrícolas; ha
tenido y seguirá teniendo un impacto significativo
en los precios internacionales.
* La volatilidad afecta negativamente el acceso a los
alimentos de los más pobres, el bienestar de los
productores agrícolas, y las decisiones de inversión e innovación en el sector agrícola.
Tendencias
-7,21% en el vaa real de la subregión Sur -que representa un alto porcentaje de la producción agrícola de la
región-, resultado de la sequía que azotó a los países del
Cono Sur durante la campaña 2008/2009 (deCarbonnel, 2009; LaRed21, 2009). Además de las condiciones
climáticas, en Argentina se generó gran incertidumbre
ante la propuesta del Ejecutivo de retenciones móviles a
las exportaciones agrícolas, lo que desanimó las siembras
para dicha campaña.
La producción agrícola se recupera después
de la crisis, con fuerte liderazgo de la Región
Sur
alc experimentó en el 2009 una reducción en su Valor
Agregado Agrícola real (vaa real) de 3,89% (Cuadro 1b),
que duplicó a la caída de la economía en general (1,82%).
Dicha baja se debió casi exclusivamente al desplome de
1 Se utilizan dos indicadores para medir el desempeño del sector agrícola. El primero y más utilizado es el Valor Agregado Agrícola real
(vaa real en el cuadro 1b) que representa la evolución de un índice de
volumen de la producción, donde cada uno de sus componentes se
pondera por el valor de la producción en un período base (Valdés et
al., 2008; Paz et al. 2009). El segundo indicador mide la evolución de
los ingresos reales en el sector, al tomar en cuenta las oscilaciones en
los precios agrícolas y el poder de compra de los ingresos recibidos por
los agricultores. Para ello se utiliza el vaa en dólares corrientes (una
medida de ingresos corrientes) y se divide por el delactor implícito del
pib (como medida de evolución de los precios de los bienes y servicios
de toda la economía). A este indicador lo denominamos vaa corriente
delactado en el cuadro 1c.
Por el contrario, el crecimiento en 2009 del vaa real de la
región Caribe fue excepcional (9,62%), liderado por Guyana, Dominica y Jamaica, países en los que han aumentado las posibilidades de transformación de la producción
primaria a productos con mayor valor agregado. Sin embargo, el vaa de las regiones Andina y Central sólo creció
marginalmente (0,01% y 0,29%, respectivamente).
Durante 2010, la economía de alc se recuperó fuertemente, al crecer casi el doble de lo que creció el pib promedio
agregado de las Américas. Esto se explica por un desempeño altamente positivo de la subregión Sur, que creció
7,87%. La agricultura también tuvo un mejor desempeño
global durante 2010 (6,37%), pero con diferencias a nivel
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
31
vaa de las Américas (Período 2006-2010)
Región
2006
2007
2008
2009
2010
1a. PIB (dólares constantes de 2000)
Américas
3,18%
2,61%
0,76%
-3,16%
3,58%
ALC
5,83%
5,91%
4,29%
-1,82%
6,17%
Andina
Caribe
Central
Norte
Sur
7,93%
7,65%
5,68%
-0,50%
2,95%
8,94%
6,02%
3,36%
0,45%
3,71%
6,58%
7,18%
4,28%
-0,59%
3,55%
2,81%
2,03%
0,09%
-3,59%
3,14%
5,22%
6,71%
5,57%
-0,26%
7,87%
-0,42%
-3,12%
5,58%
0,37%
3,65%
ALC
3,99%
4,50%
2,85%
-3,89%
6,37%
Andina
Caribe*
Central
Norte**
Sur
3,72%
3,18%
3,12%
0,01%
0,29%
8,12%
-1,74%
-2,65%
9,62%
3,35%
4,55%
4,93%
1,67%
0,29%
2,07%
-3,39%
-8,61%
7,44%
3,95%
1,22%
1b. VAA real
Américas
4,13%
5,63%
3,84%
-7,21%
10,81%
1c. VAA corriente delactado
Américas
ALC
Andina***
Caribe*
Central
Norte**
Sur
17,43%
15,67% -11,52%
20,96%
11,93%
20,65%
20,06%
-7,42%
24,53%
9,35%
19,38%
17,29%
-1,49%
20,10%
5,49%
2,89%
11,38%
-0,22%
9,38%
6,41%
13,54%
10,94%
-1,81%
10,95%
-5,34%
12,60%
9,78% -16,34%
15,90%
14,26%
28,29%
-7,59%
30,07%
Fuente: iica (caespa) con datos del Banco Mundial
Notas: *Caribe incluye solo países con series de datos completos (República Dominicana, Antigua y Barbuda, Belice,
Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, San Cristóbal
y Nieves, Santa Lucía ,Trinidad y Tobago, San Vicente y las
Granadinas); ** No incluye a Canadá por falta de datos en
el 2010; *** No incluye a Venezuela por no contar con datos
a precios locales desde el 2008
subregional. Comparando el comportamiento del sector
agropecuario con el crecimiento de toda la economía, se
observa que la recuperación del vaa real de la sub-región
Sur fue extraordinaria, de 10,8% con respecto al 2009, casi
tres puntos porcentuales por encima del pib sub-regional,
debido fundamentalmente a las producciones récord de
trigo en Brasil y Argentina y de maíz en Argentina (cepalfao-iica, 2011). Contrariamente, el vaa en las demás sub
regiones se mantuvo rezagado, con tasas de crecimiento
menores al del resto de la economía.
32
Figura 6. Productividad Agrícola en las Américas, períodos 1990-1999 y 2000-2009
(vaa en us$ constantes de 2000 / trabajador agrícola)
Canadá
Estados Unidos
Barbados
Argentina
Uruguay
Venezuela, RB
Según datos preliminares de la cepal, para 2011 se pronostica una desaceleración de la agricultura, año en que
el vaa real de alc crecería un 2% aproximadamente, tres
veces menos de lo que alcanzó en el 2010. Sin embargo,
se presentaron grandes disparidades entre países. Chile
experimentó un crecimiento extraordinario de 11,9%,
sustentado por el dinamismo del sector de la fruticultura2
(Banco Central de Chile, 2011), seguido por Granada,
Ecuador y República Dominicana, con crecimientos superiores al 5%. Perú y Uruguay presentaron crecimientos
moderados, entre 2 y 5%, mientras que El Salvador, Trinidad y Tobago, Venezuela, Argentina y México bajarían
su producción con respecto al 2010.
Dominica
1990-1999
Chile
2000-2009
Belice
Costa Rica
Panamá
República Dominicana
Guyana
Surinam
Brecha Entre países
Brasil
12000
América Latina y el Caribe
México
10000
Guatemala
Granada
Colombia
San Vincente y Las Granadinas
Jamaica
El Salvador
Nicaragua
Paraguay
8000
6000
4000
2000
Trinidad y Tobago
Santa Lucía
1,13%
26,92%
El crecimiento positivo del vaa real de alc en 2010 (6,4%)
sobresalió frente al de otras regiones del mundo. Fue signiicativamente mayor al crecimiento de la Unión Europea
(0,46%), de América del Norte (0,81%), del mundo Árabe
(1,33%), de los países del Asia del Este y Pacíico (2,9%), y
en general, muy superior al crecimiento del vaa agregado
mundial, de sólo 2,7% (Banco Mundial, 2012).
Desviación Estándar
Cuadro 1: Tasas anuales de crecimiento del pib y del
Los ingresos reales en el sector agrícola experimentan grandes oscilaciones anuales
0
Ecuador
1990-1999
Honduras
2000-2009
San Cristóbal y Nieves
Perú
El indicador de vaa corriente delactado (Cuadro 1c),
permite ver que la crisis golpeó fuertemente al sector en
el 2009, relejando una caída de los ingresos reales de alc
de 7,4%, casi el doble de lo que cayeron los volúmenes de
producción (3,9%). Sin embargo, en el 2010, con el repunte de los precios de commodities agrícolas, los ingresos
reales del sector crecieron casi en 25%, incluso por encima
del crecimiento experimentado durante el pico de precios
del 2008. Ese comportamiento oscilatorio de los ingresos
reales de alc guarda correlación con la evolución de los
precios internacionales, que según el índice de alimentos
fao, cayeron 21,4% en 2009 con respecto a 2008, para
luego recuperarse un 18,1% en el 2010.
Crecen las brechas en productividad
La productividad agrícola promedio en alc, medida
como el vaa real por trabajador agrícola, promedió us$
3.070 durante la década del 2000-2009, cifra muy inferior a us$ 42.965 correspondiente a la productividad promedio de Canadá (Figura 6). La dispersión entre países
de las Américas (calculada como la desviación estándar)
aumentó de us$ 6.626 constantes en el período 1990-1999
2 Destinada a la exportación, en especial, de arándanos, cerezas y uva
de mesa.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Mundo
0
5.000
10.000
15.000
20.000
25.000
30.000
35.000
40.000
45.000
Fuente: iica (caespa) con datos del Banco Mundial (2012)
a us$ 9.842 durante el período 2000-2009, indicativo
de que la productividad de algunos países crece a mayor
velocidad que en otros (para mayor detalle, ver capítulo
de Agricultura).
La hipótesis de convergencia indica que los países con
relativo retraso respecto a los países líderes en términos
de productividad agrícola estarían en ventaja, porque
aprovecharían en mayor medida la difusión del conocimiento tecnológico y por lo tanto, crecerían más
rápidamente. En las Américas domina un proceso contrario, de divergencia económica, resultado fundamentalmente de las diferencias entre países en cuanto a: la
base de recursos naturales; el nivel tecnológico (incorporado en el capital ijo y en el capital de trabajo); el
capital humano (en su deinición amplia para incluir
educación, habilidades, conocimiento y capacidades);
y los niveles de inversión en investigación agrícola e
infraestructura (Hayami y Ruttan, 1970; Evenson y
Kislev, 1975; Antle, 1983; Eldon et al., 2002; Banco
Mundial, 2007).
Al comparar el crecimiento relativo de la productividad
agrícola en la última década con respecto a la década
previa, se pueden distinguir al menos cuatro grupos de
países. En el primer grupo están los países que mantienen durante los últimos veinte años crecimientos
promedio anuales mayores al 2%. En este grupo están,
en orden descendente, según valor de la productividad
por trabajador agrícola, los ee.uu, Canadá, Argentina,
República Dominicana, Brasil, Costa Rica y Canadá. El
segundo grupo de países ha dado un salto cuantitativo
en productividad: de crecer a tasas anuales menores al
2%, e incluso negativas durante la década de los 90, a
tasas de crecimiento mayores al 2% en la última década. En este grupo están Venezuela, Chile, México, El
Salvador, Nicaragua, Honduras, Colombia y Ecuador;
siendo notable la recuperación de los dos últimos países.
En el tercer grupo de países, las tasas de crecimiento
se mantienen por debajo del 2% en los últimos veinte
años, aunque la mayoría mejoraron su desempeño en
la última década. Dominica, Granada, Suriname, San
Vicente y las Granadinas, Belice y Jamaica forman parte
dicho grupo. En el cuarto y último grupo se encuentra
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
33
Figura 7. Competitividad revelada de las exportaciones por regiones del mundo
(Período 2000 - 2010).
2
1,5
0,5
0
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
Africa
Este de Asia
Norte América - Mex
Oceania
Resto Asia
UE27
2008
2009
2010
-1
ALC
-1,5
-2
Fuente: iica (caespa) con datos de comtrade
Guatemala. Este país pasó de desempeñarse muy bien
en la década pasada a obtener crecimientos casi nulos
en los últimos años.
La región y África mejoran su competitividad
en los mercados agrícolas mundiales
alc mantiene un crecimiento sostenido de su competitividad agrícola 4 por más de una década (Figura 7), lo
cual signiica que la región, altamente especializada en la
exportación de productos agrícolas, mantiene un buen
dinamismo y se posiciona mejor que otras regiones en el
mercado internacional de bienes agrícolas. Según subregiones de alc, la tendencia positiva en la competitividad
de los productos agrícolas se explica en gran parte por los
países del Sur, pero también se recuperan en forma importante las sub regiones del Caribe y Centroamérica.
3 Se reiere a una deinición ampliada de agricultura de la omc que
incluye las secciones 0, 1, 2, y 4 (menos las sub–secciones 27 y 28) del
Estándar Internacional de Clasiicación del Comercio (sitc, por sus
siglas en inglés).
4 Medido a través de sus ventajas comparativas “reveladas”.
34
Los precios de los alimentos irán al alza en el
corto plazo
En 2010, todas las regiones del mundo retrocedieron en
competitividad, a excepción de las Regiones de Norte
América y del Este Asiático, posiblemente debido a tipos
de cambio más favorables a las exportaciones.
El índice global de precios internacionales de alimentos de fao promedió 201.4 puntos en junio de 2012,
una disminución de 1.8% con respecto al mes anterior,
15.4% por debajo del pico de precios de febrero de 2011
y 3.6% menor con respecto al punto máximo obtenido
en agosto de 2008. Según grupos de productos y en
orden de descenso, los precios de aceites cayeron 5.6%,
de azúcar 1.6%, de productos lácteos 1.5%, de carnes 1.3%
y de cereales 0.3%.
Aumentan las restricciones al comercio
1
-0,5
reveladas en las exportaciones agrícolas, que los hace
depender cada vez más de las importaciones agrícolas.
África, que había experimentado una tendencia de deterioro en su competitividad, se ha recuperado considerablemente, a partir de los altos precios del 2008. Por
su parte, América del Norte (que excluye a México) y la
Unión Europea, que mostraban una ligera tendencia a la
mejora en su competitividad desde 2002, han mantenido
estables sus posiciones desde 2008. Los países asiáticos
(Este Asiático y Resto de Asia) han mantenido estables
sus desventajas comparativas reveladas, mientras que
Oceanía ha sufrido una caída en picada de sus niveles de
competitividad a partir del 2004, explicado fundamentalmente por las exportaciones agrícolas de Australia5.
Esa región superaba con creces la competitividad de las
demás regiones del mundo, pero alc empieza a liderar en
dicho indicador a partir precisamente de la crisis alimentaria de 2008. Finalmente, los países del Este Asiático,
entre ellos China, presentan desventajas comparativas
5 No quiere decir que las exportaciones agrícolas australianas no crecieran, sino que lo han hecho a un ritmo mucho menor que las demás
regiones. Por ejemplo, las exportaciones agrícolas de la región Sur de
América crecieron en promedio 14% anual mientras que las australianas
sólo un 5% anual.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Debido al aumento en los precios internacionales de productos agrícolas y a las restricciones iscales, la necesidad
y las posibilidades de apoyos inancieros a la agricultura
disminuyen; sin embargo, en algunos países se busca
proteger la producción nacional, el abastecimiento del
consumo interno y hasta el empleo. Esto, a causa de que
los gobiernos se sienten inclinados a establecer controles
al comercio y promover políticas proteccionistas, mientras la economía mundial se encuentre débil y algunos
países enfrenten tiempos difíciles. Un ejemplo de ello son
las medidas presentadas recientemente en el Congreso de
ee.uu. para otorgar un crédito de impuestos de 20% a
las empresas que relocalicen en el país empleo de irmas
que operan actualmente en el exterior, o las recientes
políticas argentinas de restricciones al comercio exterior
(fao, 2012a).
Desde que se desató la crisis del 2008, se ha producido
una acumulación de medidas restrictivas al comercio, que
el Director General de la omc ha caliicado de “alarmante” (omc, 2012). En efecto, desde mediados de octubre
del 2011 se han registrado 124 nuevas medidas restrictivas
al comercio, afectando alrededor del 1.1% de las mercancías importadas por los países del G-20, o 0.9% de las
importaciones mundiales. La mayoría de las medidas
aplicadas son acciones correctivas contra importaciones
que suponen perjuicio6, aumento en los aranceles, licencias de importación y controles en aduanas.
Aunque se reducen las restricciones a las exportaciones,
muchas medidas son de corte procedimental y administrativo, lo que las hace particularmente difíciles de
monitorear. Estas medidas toman la forma de apoyos
inancieros y de asistencia, por lo que pueden distorsionar las condiciones de competencia en los mercados y
afectar el comercio; sin embargo, no siempre se reportan
a la omc (omc, 2012).
6 Denominadas como “de remediación”, que incluyen acciones antidumping, subsidios y aplicación de salvaguardias.
Sin embargo, la tendencia a la baja en los precios internacionales de commodities agrícolas observada en los
últimos 5 meses a junio de 2012, se revierte al alza, debido a lo que se considera una de las peores sequías en la
historia de los ee.uu., después de las ocurridas en 1934
y en 1988. A ines de julio, la sequía cubría más del 50%
del territorio de ese país (ers, 2012).
Es de esperar, por lo tanto, caídas importantes en la producción y alzas en los precios internacionales de granos.
Para citar sólo un ejemplo: ee.uu. aporta más del 40%
de la producción mundial de maíz, la que debido a la
sequía bajará considerablemente en 2012. Aun cuando al
momento de redacción del informe es prematuro estimar
con precisión las pérdidas, según estimaciones preliminares, a julio de 2012 los rendimientos del maíz en los
principales estados del llamado cinturón maicero de los
ee.uu. podrían haber caído 56% en Kentucky, 53% en
Misuri, 46% en Indiana, 38% en Iowa, 35% en Ohio, 37%
en Illinois y 20% en Michigan. Estos porcentajes equivalen a bajas en los rendimientos entre 2 y 5 toneladas
por hectárea. Además de las pérdidas en rendimientos,
la sequía reducirá la calidad de los granos.
Las condiciones de sequía en los ee.uu. y en otras partes
del mundo (oeste de la India, la antigua Rusia) se relejaron rápidamente en los precios de futuros. Por ejemplo,
los precios del maíz con entrega a septiembre subieron
un 58% desde junio a los primeros días de agosto de 2012,
un 44% los de trigo, los de soya (contrato de entrega a
agosto de 2012) un 27% y los de arroz, un 13% 7.
Los precios de futuros se relejan rápidamente en los
precios de contado; así el sub - índice de precios internacionales de cereales de fao aumentó 17,02% en julio
7 Cálculos con base en datos de barchart.com al 2 de agosto del
2012.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
35
La volatilidad en los precios internacionales
de alimentos se redujo, pero puede volver a
aumentar
Figura 8. Volatilidad de los precios
internacionales de alimentos
(Período Mayo 1998 – Julio 2012)
Figura 9. Proyecciones de precios internacionales de la ocde (2002-2004=100)
400
7,00%
6,00%
350
Trigo
5,00%
Volatilidad
con respecto al mes anterior. El sub-índice de precios del
azúcar también subió signiicativamente (11,67%) debido
a eventos climáticos en Brasil (el mayor exportador mundial de azúcar), la India y Australia. El comportamiento
de los precios de los cereales y el azúcar, junto con el alza
de 2,45% de los aceites, explicaron el aumento de 6,13%
en julio en el índice global de precios internacionales
de alimentos.
4,00%
300
Arroz
Azúcar raw
3,00%
2,00%
Cereales secundarios
250
Oleaginosas
1,00%
200
Perspectivas
A largo plazo, los precios de commodities agrícolas mantendrán una tendencia al alza, que estará acompañada
de oscilaciones generadas por ciclos, estacionalidad y volatilidad. Así, por ejemplo, al cierre de la edición de este
capítulo, los precios pasan por un ciclo al alza, producto
de la sequía en los ee.uu.; sin embargo, a corto plazo,
cuando los productores respondan a los altos precios
actuales, aumentarán las cosechas y los precios volverán
a su tendencia de largo plazo.
8 Volatilidad en esta sección se calculó como la desviación estándar móvil
de 12 meses de cambios logarítmicos mensuales del índice de precios
internacionales de la fao, por lo tanto releja las variaciones mensuales
de los precios, hacia arriba o hacia abajo, alrededor de la media. Hay
que tomar en cuenta que la volatilidad puede ser hasta tres veces menor
cuando se aíslan los componentes de tendencia de largo plazo, los ciclos
de mediano plazo y la estacionalidad ( cepal/fao/iica, 2011)
36
ay
-9
m 8
ar
-9
9
en
e0
no 0
v00
se
p01
ju
l-0
m 2
ay
-0
m 3
ar
-0
4
en
e0
no 5
v05
se
p06
ju
l-0
m 7
ay
-0
m 8
ar
-0
9
en
e10
no
v10
se
p11
ju
l-1
2
Fuente: iica (caespa) con datos del índice de precios
150
internacionales de alimentos de fao.
La demanda por productos agrícolas continuará creciendo, mientras que la oferta de alimentos y materias primas agrícolas no crece
al mismo ritmo
100
En un escenario de menor disponibilidad de recursos naturales por habitante, aumenta la demanda de productos
agrícolas para el consumo humano, para la alimentación
animal y para la producción de biocombustibles, lo que
explica que los precios en promedio se proyecten más
altos en la siguiente década con respecto a la anterior.
Considérese, por ejemplo, que China mantiene actualmente niveles muy bajos de consumo per cápita de alimentos, los cuales deberán crecer signiicativamente a
futuro con el aumento de los ingresos.
0
Adicionalmente, el incremento en el costo de la energía
se transmite a toda la cadena de producción de insumos para la agricultura -transporte, transformación y
comercialización de productos agrícolas-, afectando los
costos marginales de producción a lo largo de la cadena
de alimentos. La incertidumbre sobre el futuro de los
precios de la energía también inluye sobre las decisiones
de inversión (Kilian, 2008).
Se pronostica, por otra parte, que el dólar se depreciará
aceleradamente (fundamentalmente, como resultado
de una política de los ee.uu. para inanciar su déicit
comercial), lo que en parte contribuirá al aumento en
los precios internacionales de commodities agrícolas. Un
dólar más barato estimula la demanda mundial de productos agrícolas, debido a que la mayoría del comercio
se expresa en esa moneda (cepal/fao/iica, 2011).
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
90
19
91
19
92
19
93
19
94
19
95
19
96
19
97
19
98
19
99
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
20
11
20
12
20
13
20
14
20
15
20
16
20
17
20
18
20
19
20
20
20
21
50
19
Hay que resaltar, sin embargo, que no desaparecen del
escenario los factores que explicaron el aumento extraordinario en la volatilidad de los precios del 2008 (cepal/
fao/iica, 2011), a los que se suman los efectos de la sequía
en los ee.uu. y otras partes del planeta. Se espera, por
lo tanto, un aumento de la volatilidad en el corto plazo,
pero quizá sin alcanzar los niveles del 2008. Por ejemplo,
por efectos del clima, el indicador de volatilidad saltó de
1,83% a 2,77% en los últimos dos meses.
0,00%
m
En la Figura 8 se muestra cómo durante el período de
crisis la volatilidad8 de los precios internacionales de
alimentos se elevó hasta un 6%, triplicando la volatilidad
de los años previos a la crisis del 2008. Es notable como
dicha volatilidad internacional descendió a 3% durante
el último período comprendido entre enero de 2010 a
junio de 2012.
Fuente: iica con datos de ocde disponibles en http://goo.gl/VrqQf
Frente a la creciente demanda de alimentos y de materias
primas agrícolas, siguen vigentes los factores estructurales que limitan el crecimiento de la producción de
productos agrícolas al ritmo necesario. El área agrícola
será cada vez más limitada (especialmente si se mide en
términos de disponibilidad por habitante); además, las
expansiones de áreas de producción se darán en zonas
con bajas productividades agrícolas. Se mencionó más
arriba las gigantescas brechas en productividad agrícola
entre países, lo que sugiere gran potencial de aumento
en la producción; sin embargo, los rendimientos agrícolas crecen a tasas mucho menores que en el pasado. El
agua es otro recurso escaso; además, cuando requiere ser
bombeada para el uso agrícola, los costos de la energía
para hacerlo son crecientes. Finalmente, los precios de
los insumos y de servicios para la producción aumentan,
lo que desestimula la producción.
Proyección de precios al
Las condiciones de mercado y fuerzas detrás del aumento
en los precios a largo plazo responden a distintos factores,
según el producto. El reporte de ocde-fao (2012) ofrece
proyecciones de mercado para biocombustibles, cereales,
oleaginosas, azúcar, carnes, productos lácteos y pescado
para el período 2012-2021. En dicho informe se proyectan para la siguiente década aumentos en los precios de
prácticamente todos los commodities agrícolas (Figura
9). El azúcar se mantendrá a niveles más altos, cerca de
200% por encima de los precios promedio del año base
2002-2004, lo que se explica por el aumento sostenido
de la demanda de azúcar para el consumo humano y para
la producción de etanol. Brasil mantiene una posición
dominante en el mercado internacional del azúcar, por
lo que las oscilaciones en los precios de la caña de azúcar
dependerán del destino que ese país le otorgue a ese
cultivo (producción de azúcar o etanol).
Los precios de cereales secundarios se proyectan al alza en
términos nominales, para alcanzar un precio de us$ 246/
tm en el 2021, por encima de las proyecciones de precios
para el trigo. Esto se explica por una oferta y demanda
mundial de estos granos (sobre todo de maíz) mucho
más ajustada respecto de la oferta/demanda mundial de
trigo, debido a que el trigo se destina principalmente
al consumo humano, mientras que el maíz se destina
esencialmente como alimento para animales y también
para la producción de biocombustibles.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
37
Los precios del arroz estarán fuertemente inluenciados
por las políticas que se implementen en Tailandia y en la
India. Aunque los precios subirían al 2021 en términos
nominales, descenderían un poco en términos reales,
debido a un mayor número de países exportadores del
grano en el Sureste asiático, sumado a la ralentización de
la demanda internacional generada por la aplicación de
políticas de autosuiciencia en diversos países.
Los precios de oleaginosas se mantendrán a un nivel alto,
debido a que estos productos constituyen insumos de la
industria de alimentos para animales, y la demanda de
carnes experimenta un crecimiento sostenido.
Referente al mercado de las carnes, la relación más favorable entre los precios de insumos para la producción y
los precios de venta inal de la carne mejorará los márgenes de ganancia del sector ganadero, lo que permitirá
responder a la creciente demanda de carnes y pescado,
empujando los precios al alza. El precio del pollo liderará
los precios de las demás carnes. Los altos precios de las
carnes no sólo responden a costos de producción más
altos, sino a mayores regulaciones sanitarias y de inocuidad de los alimentos, y a normativas de protección
al bienestar de los animales.
Las medidas de apoyo a la agricultura
Un reporte de Bridges Weekly (ictsd, 2012) muestra
que las medidas de la Unión Europea de apoyo a la
agricultura, distorsionantes del comercio, han caído a
niveles récord. Las medidas de caja ámbar (incluyendo medidas de apoyo a los precios) se redujeron en el
período 2008/2009 a más de la mitad con respecto al
período 2006/2007. Sin embargo, las medidas menos
distorsionantes, llamadas de caja verde, se mantuvieron
estables. Dicha tendencia se consolidará a partir del año
2013, con la nueva política agrícola común de la Unión
Europea (cap, por sus siglas en inglés) y por restricciones
iscales. Una tendencia similar de reducción de apoyos
internos a la agricultura se observa en los ee.uu.
La disminución en subsidios debería favorecer en el corto
plazo las exportaciones de alc, particularmente de países
con exportaciones signiicativas a la ue: Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y Nicaragua en carnes; Argentina,
Chile, México, Uruguay, Brasil, Belice, Paraguay, Guyana y San Vicente y las Granadinas en granos, y Nicaragua
y Uruguay en productos lácteos (odi, 2011).
38
Recomendaciones de políticas
Conclusiones
El reto para lograr un crecimiento sostenible de la productividad agrícola en alc, y que en un futuro alcance
niveles similares a la de países desarrollados, requerirá
de un marco coherente e integral de políticas que incluyan una amplia gama de temas (Banco Mundial, 2007;
g20, 2012; fao, 2011a; ocde-fao, 2011; iica, 2011): uso
racional y sostenible de los recursos naturales; mejor
aprovechamiento de la biodiversidad; promoción de la
tecnología; mejoramiento del capital humano; mayor
inversión en investigación agrícola; facilitar el acceso a
activos y al crédito; mejorar el acceso al agua y al riego
como factores determinantes de la productividad de la
tierra y la estabilidad de las cosechas; transparentar los
mercados de insumos -especialmente de las semillas y los
fertilizantes-, para disminuir los altos costos de transacción, los riesgos y generar economías de escala; e invertir
en infraestructura, como transporte y comunicaciones,
aunque no esté directamente relacionado con el proceso
agrícola.
Dadas las limitaciones en recursos naturales y las presiones ambientales, el cambio climático y la mayor volatilidad de precios, el principal desafío que enfrenta el
sector agrícola es aumentar la productividad agrícola en
forma amigable con el ambiente.
Las brechas en productividad agrícola observadas entre
los países de las Américas representan un gran potencial
de crecimiento en la producción y en los ingresos, si es
que se implementan políticas adecuadas de largo plazo
y se invierte más en la agricultura.
Las condiciones de sequía en varias partes del mundo
y en especial en los ee.uu. han elevado los precios internacionales del maíz, y en menor medida, los precios
de la soya y el trigo, lo que representa una oportunidad
de ingresos para los países productores y exportadores
de esos commodities, en especial los del Cono Sur, pero
a su vez constituyen un duro golpe para los países importadores netos, en especial los de Centroamérica y
del Caribe.
Las condiciones climáticas extremas, los riesgos de un
posible colapso del Euro, un posible estancamiento iscal
de los ee.uu. y la ralentización de las economías emergentes, entre otros (ver Sección 1) sugieren un ambiente de mayor incertidumbre y volatilidad en los precios
internacionales que requieren de medidas pertinentes a
nivel de país e internacionales, claramente delineadas
como resultado de la reunión ministerial sobre volatilidad y agricultura del g20 (2011).
Junto a la implementación de políticas de Estado de largo plazo, es necesario motivar mejores prácticas agronómicas y un mayor protagonismo del sector privado, con
especial énfasis en alianzas público-privadas en áreas de
investigación y extensión agrícola, que permitan facilitar
el desarrollo inclusivo y sostenible del sector (ocde-fao,
2011; fao, 2011a; g20, 2012).
Es urgente dar seguimiento al plan de acción de la
reunión del g20 de Ministros de Agricultura, celebrada
en el 2011 sobre volatilidad de los precios internacionales y agricultura (g20, 2011), que incluye temas como
información y transparencia de mercados, coordinación
y coherencia internacional de políticas para la agricultura, instrumentos de gestión de riesgo para minimizar la vulnerabilidad de productores y consumidores a
impactos económicos y climáticos, redes de seguridad
social para los más pobres, y medidas contracíclicas
para afrontar shocks externos, como las alzas súbitas
en los precios internacionales.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
39
Agricultura
La desaceleración del crecimiento mundial y la alta variabilidad
climática conforman los principales retos para la agricultura regional
en el corto plazo
Sin dejar de lado la producción de los alimentos básicos, en los últimos años los países de
ALC se han especializado en la producción de los bienes agrícolas para los que tienen mejores
condiciones productivas y comerciales. Más recientemente, el desempeño de la agricultura
ha estado limitado principalmente por las brechas en productividad, la desaceleración del
crecimiento de los principales mercados de exportación y el impacto de fenómenos climáticos.
Hechos
* Los cultivos oleaginosos aumentaron su importancia dentro de la producción y las exportaciones
agrícolas de alc
* El mejoramiento de la seguridad alimentaria continuó estando en el centro de las agendas nacionales y regionales, convirtiéndose en un desafío
prioritario e ineludible, en especial para aquellos
importadores netos de alimentos.
* La progresiva frecuencia de eventos climáticos
extremos se ha constituido en un factor clave que
agrega incertidumbre a la productividad y rentabilidad agrícola en la región.
* La brecha de desarrollo tecnológico continúa incrementándose, tanto entre países de la región,
como al interior de los mismos, especialmente
entre los sectores agrícolas más dinámicos y la
agricultura familiar.
* Las positivas expectativas respecto a cosechas
récord para 2012 a nivel mundial se ponen en duda
por la ocurrencia de sequías en Estados Unidos y
otras regiones del mundo.
Tendencias
El comportamiento del sector agrícola ha variado, en respuesta a las situaciones de crisis
y a la demanda de los mercados
El desempeño de la producción agrícola durante 2010
fue positivo, después de la caída observada durante
2009 (-3,89% en términos reales), debido principalmente a los buenos resultados obtenidos por los países
de la región Sur.
Al analizar el comportamiento del sector agrícola en
alc en el período 1999-2009, se aprecian cambios en la
estructura de producción, algunos de los cuales se han
reforzado como respuesta a la crisis. Entre ellos, destacan
los siguientes:
La producción agrícola ha crecido; sin embargo, la superficie no ha acusado variaciones: durante el período
1990-2009, la región incrementó la producción agrícola,
manteniendo el área sembrada sin variaciones signiicativas. Al analizar una muestra de 32 países, se observa que
la gran mayoría presenta variaciones anuales marginales
en la supericie dedicada a la agricultura. De hecho, sólo
3 países (Dominica, Nicaragua y Paraguay) presentan
incorporaciones anuales de tierra que luctúan entre un
1% y 2% de su supericie agrícola y 6 países (todos del
Caribe y Costa Rica) muestran retracciones de supericie
agrícola que oscilan entre 1% y 5%. (Figura 10).
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
41
probablemente diicultaron la toma de decisiones por
parte de los agricultores, reduciendo la especialización
o variando el área agrícola.
Los países han modificado su estructura productiva, para
aprovechar oportunidades de mercados: entre los años
1990 a 2009, la demanda creciente por ciertos productos
agrícolas determinó cambios sustantivos en la estructura
productiva de diversos países de la región, donde algunos países se orientaron a privilegiar los cultivos permanentes, mientras otros aumentaron la participación
de cultivos anuales en la supericie agrícola. A modo
de ejemplo, Chile experimentó una disminución de la
supericie destinada a cultivos anuales del orden de 4% al
año, incrementando prácticamente en el mismo monto
el área dedicada a cultivos permanentes. En Uruguay
ocurrió lo contrario, disminuyendo el área dedicada a
cultivos permanentes en un 2% anual e incrementando
la supericie dedicada a cultivos anuales en 1% anual
(Figura 11). Sin embargo, durante el período 2005-2009,
caracterizado por un aumento en la volatilidad de los
precios internacionales, se desaceleró la tendencia en la
variación y distribución de la supericie agrícola que se
manifestaba hasta antes de 2005. En efecto, al comparar
las variaciones en la supericie agrícola del período 20052009 con las ocurridas en el lapso 1990-2009, se observa
que la variación en el último quinquenio fue bastante
menor. Las condiciones de incertidumbre del mercado
Figura 11. Variación porcentual anual de la superficie dedicada a cultivos anuales
y cultivos permanentes. Período 1990-2009
4
La región manifiesta una limitada capacidad de
respuesta a las variaciones de precios de los productos agrícolas
3
Aumento de superficie
Nicaragua
Dominica
Haití
Uruguay
S an V icente
-5
2
B elice
E l S alvador Argentina
1
C uba
Cultivos anuales
En algunos países de la región, los productores reaccionaron a las variaciones de precios aumentando las
hectáreas sembradas de los productos agrícolas que experimentaron mayores incrementos de precios en los
mercados internacionales. Ejemplos de ello lo constituyen Argentina, Brasil y Uruguay, cuya especialización en
la producción de granos y oleaginosas (cultivos anuales)
les ha permitido responder a variaciones en la rentabilidad de sus cultivos. Estos países han mostrado una
importante capacidad de reacción a las oportunidades
de mercado, a través de incrementos sustantivos en la
supericie de cultivos que acusaron mayor rentabilidad.
Así, entre 1990 y 2000, Argentina y Brasil triplicaron la
supericie dedicada a soja, y Uruguay aumentó en un
10% la supericie dedicada a cultivos anuales durante el
quinquenio 2005-2009.
Aumento de superficie
B olivia
P araguay
Especialización en
cultivo de anuales
Especialización en
cultivo de anuales
-4
S uriname
-3
-2
-1
G ranada
P anamá
0
V enezuela
R ep Dominicana
-1
G uatemala
B ras il
0
1
z
P erú
México
2
3
4
5
G uyana
J amaica
C os ta R ica
E cuador
Disminución
Disminuciónde
desuperficie
superficie
T rinidad y T abago
-2
C olombia
Honduras
-3
Especialización
Especialización
enen
cultivo de permanentes
cultivo de permanentes
S anta Lucía
C hile
-4
-5
C ultivos permanentes
Figura 10. Variación porcentual anual en la superficie agrícola. Período 1990-2009
Fuente: iica con datos de fao (faostat)
3
Sin embargo, lo anterior no ocurrió en la totalidad de
los países, lo cual puede explicarse porque la estructura
de la producción agrícola condiciona la capacidad de
respuesta de los países a las variaciones en los precios
internacionales.
2
1
-3
-4
-5
Fuente: iica con datos de fao (faostat).
42
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Santa Lucía
Trinidad y Tobago
Costa Rica
Suriname
San Cristóbal y Nieves
-2
San Vicente y las Granadinas
Honduras
Ecuador
Jamaica
Colombia
Rep Dominicana
México
Guyana
Perú
Venezuela
Uruguay
Barbados
Chile
Antigua y Barbuda
Bolivia
Guatemala
Panamá
Granada
Brasil
Argentina
Haití
El Salvador
Belice
Bahamas
Paraguay
Nicaragua
-1
Dominica
0
Por el contrario, los países de las regiones Central y Andina cuentan con una capacidad de respuesta más limitada
a las variaciones de precios, debido a que la mayor parte
de su agricultura se sustenta en cultivos perennes (ej.
frutas, café, banano y palma), y mantienen la tendencia
de especialización en esos cultivos, con excepción de
El Salvador y Venezuela, que incrementaron sus áreas
dedicadas a cultivos anuales, y Nicaragua, que redujo la
supericie total agrícola durante el período 2005-2009.
En el Caribe, la situación es variada, aunque se constata
un mayor número de países que disminuyó la supericie
de cultivos permanentes, destinándola a la producción
de cultivos anuales. Ello, presumiblemente, como resultado de la implementación de políticas de sustitución
de importaciones impulsadas en algunos países de esta
subregión.
Los países enfrentan la crisis promoviendo el
autoabastecimiento
Como respuesta a la situación de crisis alimentaria,
diversos países de la región han buscado mejorar el
autoabastecimiento de productos agrícolas, incrementando la supericie destinada a productos de relevancia
fundamental en la dieta de sus habitantes. En este contexto, algunos países de Caribe y Centroamérica, que
dependen en forma importante de las importaciones de
arroz y maíz, aumentaron en mayor medida y con mayor
rapidez la producción de estos cultivos (Figura 12). Con
excepción de Paraguay, los países que experimentaron
aumentos signiicativos en la supericie sembrada de
maíz no fueron aquellos con vocación maicera (Canadá, Argentina, México, Brasil y Estados Unidos), sino
algunos de los que presentaban alta dependencia a las
importaciones de cereales.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
43
Figura 13. Variación porcentual del comercio agrícola de alc. Período 2000-2010
Figura 12. Variación porcentual en las hectáreas dedicadas a arroz y maíz.
Período 2005-2009
20
200.000
Guyana
Especialización en
producción de arroz
180.000
Honduras
15
40
30
160.000
Rep Dominicana
Paraguay
Arroz
Colombia
Bolivia
-5
120.000
Costa Rica
10
Perú
Venezuela
EE.UU
v Ecuador
Jamaica
Panamá
-10
Belice
Millones US$
5
0
Chile
0
Haiti
5
10
20
140.000
Cuba
Argentina
Trinidad y Tobago
Suriname
-15
El Salvador
Uruguay
100.000
0
80.000
15
60.000
Nicaragua
México
-5
Porcentajes
10
-10
Brasil
40.000
-20
20.000
-10
Guatemala
Especialización en
producción de maíz
0
-30
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
-15
Maíz
Exportaciones
Importaciones
Crecimiento X Agr
Crecimiento M Agr
Fuente: iica con datos de fao (faostat)
Fuente: iica con datos de fao (faostat) y omc.
La brecha de productividad entre países de las
Américas continúa aumentando
Aun cuando la productividad del sector agrícola, medida en términos del Valor Agregado Agrícola (vaa) por
trabajador, y en particular de los alimentos básicos, está
creciendo en las Américas, la contribución de los países
a este indicador es muy disímil, constatándose importantes diferencias entre ellos.
La dispersión de las productividades agrícolas entre países de las Américas aumentó un 20% entre el 2005 al
2009, indicando que la productividad en algunos países
crece a mayor velocidad que en otros. Ello se conirma
al constatar que el valor agregado por trabajador en alc
es, en promedio, 14 veces inferior al de Canadá y Estados
Unidos, diferencia que ha continuado profundizándose
en las últimas décadas.
Los países de alc que exhiben mejores índices de productividad son Argentina y Uruguay, con productividades de
us$ 9.987 y us$ 9.064 de valor agregado por trabajador
agrícola, respectivamente. Estas cifras son signiicativamente superiores a las de Bolivia (us$ 733) y Trinidad
44
y Tobago (us$ 1.168), países que presentan los menores
indicadores de productividad agrícola de la región, lo
que muestra la magnitud de las diferencias existentes al
interior de la misma.
Continúa el impulso a la producción de biocombustibles.
En el año 2010, la producción mundial de biocombustibles alcanzó un récord de 105 mil millones de litros,
incrementándose en un 17% respecto al 2009 (World
Watch Institute, 2011). Factores tales como el surgimiento de nuevas leyes y mandatos en Argentina, Brasil, Canadá, China y los Estados Unidos, el repunte económico
global en 2010 y los altos precios del petróleo, contribuyeron al logro de esta cifra.
Estados Unidos y Brasil continúan liderando la producción de etanol en América, con un 57% y 33% de la producción mundial, respectivamente. El maíz constituye
la principal materia prima utilizada para producir etanol
en Estados Unidos, mientras que la caña de azúcar es la
principal fuente de etanol en Brasil.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Los atractivos precios del azúcar durante 2011 impulsaron a Brasil a privilegiar la producción de azúcar para
exportación, en desmedro de la caña de azúcar destinada
a producción de etanol. El déicit de etanol generado por
esta medida fue cubierto importando el producto terminado desde los Estados Unidos, en cantidad equivalente
al 50% de la producción de este país (usda, 2012).
En biodiesel, los mayores incrementos de producción en
América fueron registrados en Brasil y en Argentina, las
que ascendieron a 2.3 y 2.1 millones de toneladas en el
año 2010, respectivamente (Renewables, 2011).
El comercio agroalimentario retomó su tendencia histórica al alza
El comercio agroalimentario de América Latina y el Caribe experimentó los efectos de la crisis en 2009, cuando
mostró una contracción signiicativa y una reversión de
su tendencia histórica de crecimiento durante la década,
para retomarla durante el año 2010. En efecto, en el
año 2009 la región experimentó una fuerte disminución
de las exportaciones e importaciones agrícolas, las que
cayeron en más del 9% y 19%, respectivamente, para
recuperarse a tasas del 16% y 15%, respectivamente, en
2010 (Figura 13).
La participación del sector agrícola en el total de exportaciones se ha mantenido relativamente estable durante
la última década, ascendiendo a un 20% del total exportado en el año 2010. Las importaciones de productos
agrícolas representaron el 8% del total de mercancías
importadas. El saldo releja que la balanza comercial fue
positiva, alcanzando una cifra aproximada de us$107.100
millones.
Los productos causantes de la disminución de las exportaciones agrícolas en el año 2009 en alc fueron los
cereales, oleaginosas y preparaciones alimenticias, que en
conjunto representan más del 80% de las exportaciones
agrícolas totales. De hecho, en dicho año, las exportaciones de cereales cayeron en más de 36% respecto
al año anterior. No obstante, el azúcar constituyó una
excepción, incrementando las exportaciones en más de
50%, dinamismo que se mantuvo en el siguiente año.
Además, en 2010 aumentaron las exportaciones de los
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
45
Figura 14. Variación porcentual en las exportaciones agrícolas de alc.
Perspectivas
Período 2007-2010
La desaceleración del crecimiento mundial y
los eventos climáticos seguirán impactando
crecientemente el desempeño de la producción
agrícola
100
80
60
En el 2013, ante una posible moderación de la volatilidad en los precios, adquirirán mayor importancia los
efectos del clima y de la demanda internacional sobre
la producción agrícola. En efecto, la sequía ocurrida en
Estados Unidos (principalmente en el cinturón granero)
y Europa del Este durante los años 2011 y 2012, ha causado bajos rendimientos y altas tasas de pérdida en las
cosechas agrícolas. Adicionalmente, en diversos países
de la región, numerosos cultivos sufrieron los efectos
climáticos relacionados con el fenómeno de La Niña,
40
20
0
2007
2008
2009
2010
-20
que afectó las cosechas a inales del 2011 y principios del
2012. Los países que registraron mayores pérdidas por
este fenómeno han sido Brasil (maíz), Paraguay (maíz),
Bolivia (cereales), Ecuador (cereales), Argentina (maíz,
trigo y cereales secundarios) y México (maíz, trigo y
frijol).
La producción agrícola de la región experimentará leves variaciones
Las expectativas de producción agrícola en la región para
el período 2012 - 2014, señalan la ocurrencia de variaciones
menores en la producción de los principales productos
básicos en la región. Esta situación se contrapone a las
marcadas luctuaciones que se observaron entre los años
2009 y 2011, como la expansión de la producción de trigo
en 2011 o de oleaginosas en 2009 (Figuras 15 a-c). Los
-40
Figuras 15. Variación anual de la producción de los principales cultivos en alc,
período 2009-2011 y proyección al 2014.
-60
a) Variación anual de la producción de trigo
Cereales
Oleaginosas
Frutas
Azucar
Café
Preparaciones
b) Variación anual de la producción de arroz
50%
80%
40%
60%
Fuente: iica con datos de Naciones Unidas (comtrade)
30%
40%
ALC
ALC
20%
México
México
Chile
20%
Chile
10%
Argentina
Argentina
principales grupos de productos, a excepción del tabaco,
aunque la mayoría creció a ritmos signiicativamente
inferiores al promedio 2007-2008 (Figura 14).
Durante las últimas dos décadas, Sudamérica incrementó signiicativamente su participación en el comercio
mundial de alimentos, debido al desempeño de Brasil y
Argentina, países que lograron aprovechar el impresionante aumento en la demanda por soja, esencialmente
por parte de China.
Los países importadores netos de alimentos han
aumentado en la última década
Aun cuando alc ha incrementado la producción de cultivos y su participación en el comercio agroalimentario
mundial, y que prácticamente todas las subregiones de
alc han reducido la dependencia de las importaciones
para su oferta doméstica de alimentos, la región ha presentado un deterioro en los balances de comercio agrícola y agroalimentario. En efecto, comparando el período
1995-1999 con el quinquenio 2005-2009, se constata
46
que el número de países importadores netos, tanto de
productos agrícolas como de alimentos, se incrementó
de 11 a 16. Los países exportadores netos de productos
agrícolas, y a su vez importadores netos de alimentos se
redujeron de 9 a 6 (Valdés y Foster, 2012) (Cuadro 2).
Cuadro 2. Países importadores/exportadores netos
de alimentos y productos agrícolas
Categorías/ períodos
inag e inal
emag e inal
inag y enal
enag y enal
Total países muestra
1995-1999
11
9
1
9
30
2005-2009
16
6
0
8
30
Brasil
Brasil
0%
Uruguay
0%
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Uruguay
2009
2010
2011
2012
2013
2014
-10%
-20%
-20%
-30%
-40%
c) Variación anual de la producción
de semillas oleaginosas
d) Variación anual de la producción
de cereales secundarios
50%
80%
70%
40%
60%
50%
30%
ALC
40%
20%
30%
Mexico
Chile
20%
Argentina
10%
Brasil
10%
Uruguay
0%
0%
Simbología: inag: Importador Neto de Productos Agrícolas,
inal: Importador Neto de Alimentos, enal: Exportador Neto
de Alimentos, enag: Exportador Neto de Productos Agrícolas.
Fuente: adaptado de Valdés y Foster, 2012.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
-10%
2009
2010
2011
2012
2013
2009
2014
2010
2011
2012
2013
2014
-10%
-20%
-20%
-30%
ALC
Mexico
Chile
Argentina
Brasil
Uruguay
Fuente: ocde-fao (2012).
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
47
inventarios de los principales commodities agrícolas, con
la excepción de maíz, se mantendrán altos, favoreciendo
la estabilidad y reduciendo la volatilidad de los precios
internacionales. No obstante, es necesario señalar que fenómenos climáticos de importancia, como la aguda sequía
de 2012 en Estados Unidos, y sus consecuentes impactos
en la agricultura, podrían modiicar este escenario.
En la mayoría de los países de la región, los
pronósticos para la producción agrícola son
optimistas
Después de dos años complicados (2009 y 2010), las estimaciones de la producción agrícola para 2011 y las perspectivas para 2012 son optimistas. En efecto, las opiniones de
informantes clave de la agricultura de la región, obtenidas
por iica9, relejan que un 72% de ellos coincide en que la
producción agrícola en sus países aumentará en el 2012,
cifra superior al 57% de percepciones positivas sobre el
año anterior. Los pronósticos negativos disminuyeron
consecuentemente, ya que de un 28% de las respuestas que
opinaron que la producción agrícola decreció en 2011 con
relación a 2010, el porcentaje de percepciones negativas se
redujo al 10% para el año 2012 respecto al 2011.
La positiva percepción de un incremento de la producción
agrícola en la región se contrapone con las limitadas expectativas de inversión en el sector. De acuerdo a la encuesta
iica (2012), el 56% de los consultados opinó que durante
2012-2013 la inversión en el sector agropecuario permanecería sin cambio (41%) e incluso decrecería (15%).
Si bien la región tiene múltiples necesidades de inversión
para el desarrollo del sector, existe acuerdo en que los requerimientos de inversión en i+d constituyen prioridad.
En efecto, la región tiene grandes carencias en este ámbito, y una brecha importante con los países desarrollados,
cuya magnitud se incrementa año a año.
volátiles, debido a que se mantienen las causas estructurales que presionan hacia su elevación (principalmente, el
crecimiento de la demanda a mayor ritmo que la oferta)
y la presencia de factores coyunturales que imprimen
volatilidad a los movimientos de los precios (especialmente, la mayor variabilidad climática y frecuencia de
eventos naturales extremos). Un ejemplo de esto último
son los efectos ocasionados por las sequías recientes en
Estados Unidos, Rusia, Ucrania y Australia, que pueden
generar un alza en los precios del trigo y, por consiguiente, beneiciar a los productores latinoamericanos de ese
producto (Figura 17).
La producción de biocombustibles seguirá creciendo, pero con cambios
La producción de sustitutos de los combustibles fósiles
seguirá creciendo, aunque se vislumbran dos cambios
importantes. En primer lugar, habrá una mayor presión por producir etanol, ya que en la Unión Europea,
principal productor de biodiesel del mundo (53% de
la producción mundial), algunos países europeos podrían cambiar de biodiesel a etanol. Ello, debido a que
un reciente informe de la Comisión Europea airma
que los cultivos de etanol poseen mayor contenido de
Figura 17. Precios de las oleaginosas, granos y cereales y perspectivas al 2020
Oleaginosas
1400
Otras áreas en las que los países deberán concentrar
esfuerzos de inversión son los referidos a la seguridad
alimentaria y a la adaptación al cambio climático. En
este último ámbito, aun cuando en la mayoría de los
países de la región se han adoptado políticas para la
adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático en la agricultura, ellas no han sido suicientes,
requiriéndose de mayor inversión para el logro de resultados (Figura 16).
1000
800
600
400
200
0
2019
2020
2019
2020
2018
2017
Alimentos Proteinicos
2016
2015
2014
2013
Semillas Oleaginosas
2012
2011
2010
2009
Después de una caída temporal de los precios agrícolas
internacionales, se estima que éstos permanecerán altos y
2008
2007
Los precios de los productos agrícolas se mantendrán altos en el largo plazo
1200
2006
Las expectativas de comportamiento de la producción
agrícola por subregiones son auspiciosas, esperándose
un aumento de la producción en 2012 en relación al
año anterior. Ello, a excepción de algunos países de las
subregiones Andina y Sur, en los que se prevé una disminución de la producción agrícola en 2012, debido
a factores tales como la disminución de la supericies
sembradas, los precios de los commodities y los cambios
en las condiciones climáticas (Cuadro 3).
Las perspectivas de inversión en el sector agrícola no son favorables
Aceites Vegetales
Granos y cereales
Figura 16. Áreas del sector agrícola que debieran considerarse prioritarias para la inverCuadro 3. Expectativas de producción agrícola del sión
país para el 2012 respecto al 2011 (en porcentajes)
800
700
600
Otro
Región
Andina
Caribe
Aumentará
75
82
Estancamiento
6
18
Se reducirá
19
0
Central
50
50
0
Norte
Sur
100
60
0
20
0
20
Fuente: Elaboración propia con base en el cuestiona-
rio iica sobre las perspectivas agrícolas para 2012.
500
Información de precios y mercados
3
Fortalecimiento institucional
1
Agricultura familiar
200
Mejoramiento de la calidad de productos
Manejo post cosecha
100
Adaptación al cambio climático
Biotecnología
0
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Granos secundarios
2018
iica sobre las perspectivas agrícolas para 2012.
Trigo
2017
Fuente: Elaboración propia con base en el cuestionario
2016
45
2015
40
2014
35
2013
30
2012
25
2011
20
2010
15
2009
10
2008
5
2007
Investigación y desarrollo
2006
48
300
Seguridad alimentaria
0
9 Según encuesta realizada por iica a informantes clave de la agricultura
de alc durante el mes de mayo del 2012, la que contiene respuestas
de 25 países en alc.
400
2
Capacitación
Arroz
Fuente: ocde-fao Agricultural Outlook (2012).
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
49
Recuadro 1: Argentina y Brasil
se consolidan como potencias
agroalimentarias.
En conjunto, Brasil y Argentina lideran las
exportaciones mundiales de soya (frijol, aceite y
carne), representando el 51% del total. Ambos
países, además, encabezan las exportaciones de
carne de res y de ave. Igualmente, ostentan el
segundo lugar a nivel mundial en exportación de
maíz, situación que se reforzará en los próximos
años.
El incremento de la participación de Argentina y
Brasil en los mercados internacionales agrícolas
se explica por el importante incremento en la
producción y la exportación de soya que ambos
países experimentaron entre 1995 y 2011. En
ese período, la producción de soya en Brasil
creció un 198% y la de Argentina, un 287%,
mientras que sus exportaciones se incrementaron en 329% en Brasil y 980% en Argentina.
Adicionalmente, Argentina logró duplicar sus
rendimientos agrícolas en 10 años y aumentar su producción, mientras el área sembrada
disminuyó un 37%, gracias a las tecnologías de
híbridos, la labranza de conservación, la siembra
directa y la fertilización. En cereales, a partir del
año 2005 duplicó su producción, alcanzado las
100 millones toneladas en el 2011. Brasil, por
su parte, destaca también por la importancia y
crecimiento de su gran mercado doméstico de
productos agrícolas, aunque busca mantener su
participación en el comercio internacional.
energía que los cultivos de biodiesel, convirtiéndolos en
fuentes de combustible más eicientes. Por otra parte, la
primera generación de biocombustibles, que incluye la
producción de etanol o de aceite a partir de cultivos de
los cuales se extraen alimentos, dará paso paulatinamente
a los biocombustibles avanzados o de segunda y tercera
generación. Ellos comprenden la producción de energía
por combustión directa de residuos de biomasa, a partir
de fuentes no alimenticias en tierras “marginales”, tales
como alcohol celulósico, y de biodiesel a partir de las
algas; no obstante, hasta la fecha, estas tecnologías no
son rentables.
50
Los nuevos acuerdos comerciales con países de
la cuenca del Pacífico cobrarán mayor protagonismo.
A corto plazo, no se vislumbran condiciones para retomar
vigorosamente las negociaciones en la Ronda Doha de la
omc. Por ello, los países de la región seguirán fomentando
cada vez más el comercio en torno a los tlc´s vigentes
y seguirá creciendo el interés por suscribir acuerdos con
países emergentes.
Los países buscarán la sustitución de mercados en recesión, pero enfrentarán mayor competencia. Adicionalmente, los países experimentarán mayores presiones por
aumento del proteccionismo, en tanto se agudice la crisis
en Europa y la economía global, así como también mientras la creación de empleo no recupere su dinamismo.
En la cuenca del Pacíico, China seguirá ganando importancia para el comercio de los países de alc, conforme se
siga incrementando el poder de compra de los habitantes
de ese país. En el quinquenio 2007 - 2011, China pasó
de ser el quinto al primer mercado de las exportaciones
agrícolas estadounidenses, destronando a socios comerciales históricos como Canadá o México (usda, 2012a).
La demanda de China se orienta principalmente a materias primas agrícolas, especialmente soja y algodón,
productos que representan el 75% de las exportaciones
de Estados Unidos hacia China.
La competencia por acceder a mercados agrícolas nacionales e internacionales se acrecentará
en forma sustantiva
Los Estados de la región continuarán promoviendo el
desarrollo de mercados nacionales y locales, contribuyendo con ello al dinamismo del sector. Adicionalmente, los
países continuarán fomentando el rol de la agricultura
familiar como abastecedor de alimentos, tanto en los
mercados, como en los programas nacionales de alimentación.
En el plano internacional, la apertura comercial se recuperará conforme la economía mundial se reanime y
se observará una dicotomía entre un mercado muy concentrado en productos primarios (commodities) por un
lado, con una presión por mayor comercio de productos
de mayor valor agregado, por el otro, resultado fundamentalmente de la ampliación de la clase media a nivel
mundial. La competencia por los mercados de alimentos
será cada vez más fuerte; no obstante, los procesos de
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
consolidación y de concentración continuarán a lo largo
de las cadenas y en todos los segmentos de la misma, ya
sea a través de la búsqueda de economías de escala, o para
aprovechar las oportunidades que ofrecen los cambios en
las regulaciones nacionales e internacionales.
Se incrementará la producción de productos
biotecnológicos, y los métodos alternativos a
los OGM ganarán posición
En la región se prevé la incorporación progresiva de prácticas de conservación y protección del medio ambiente
-como agricultura de precisión y siembra directa-, así
como la implementación de acciones de rescate de cultivos tradicionales para reforzar la seguridad alimentaria
y la nutrición. Todo ello se acompañará de una creciente
utilización de las tic´s en la agricultura.
La biotecnología adquirirá mayor relevancia como herramienta eicaz para la adaptación al cambio climático, y
para la generación de bioinsumos (biofertilizantes y biocidas). Asimismo, se espera un creciente uso de la biodiversidad con ines comerciales, para favorecer la adaptación
al cambio climático y la seguridad alimentaria.
La región abogará por una agricultura más
sostenible, para mitigar los efectos del cambio
climático
Ante la evidencia de los efectos negativos de la mayor
variabilidad climática y anticipando mayores impactos del
cambio climático, la región ha reforzado la preocupación
por las relaciones bidireccionales entre la agricultura, los
recursos naturales y el clima.
Diversos países han desarrollado acciones para promover
el uso de tecnologías más limpias, racionalizar el uso del
agua, preocuparse por la huella de carbono e introducir
estrategias de mitigación y adaptación de la agricultura
al cambio climático. Ello ha sido inluenciado por el
reconocimiento del impacto negativo de los modelos de
producción agrícola sobre los recursos naturales, de la
cantidad de agua que usa la agricultura y cómo la utiliza,
de la importancia de la biodiversidad, y de la forma en
que las condiciones del clima afectan la producción,
impactan en el medio rural y, en consecuencia, a los
pobladores rurales.
Las tendencias en pro de una economía más verde, así
como el desarrollo de mercados de carbono y las más recientes estrategias para promover la bioeconomía, com-
Recuadro 2: Tizimin, donde el suelo
pedregoso produce maíz
En la península mexicana de Yucatán, el proyecto
Enerall (Tizimin), ubicado en una zona donde las
condiciones del suelo hacen prácticamente imposible la práctica de una agricultura convencional
y mecanizada, gracias a una tecnología única,
suelos pedregosos y altamente alcalinos están
produciendo granos y otros cultivos con altos
rendimientos.
El paquete tecnológico consiste en moler mecánicamente la piedra superficial y crear un sustrato
al que se le incorpora materia orgánica (vegetación proveniente básicamente de matorrales).
A ese sustrato se le inoculan micro-organismos
benéficos y se le instalan sistemas de riego,
generándose condiciones que permiten establecer cultivos comercialmente competitivos como
maíz, sorgo dulce, caña de azúcar, soya, jatropha
e higuerilla.
El proyecto tiene un horizonte de cuatro años y
a la fecha ha habilitado una superficie de cultivo
de aproximadamente 800 hectáreas, con cuatro
ciclos agrícolas en maíz altamente productivos.
El proceso de mejora del suelo es progresivo y los
rendimientos aumentan a partir de la incorporación de los residuos de la cosecha.
Esta experiencia presenta un alto potencial para
recuperación de suelos y ante los retos de la seguridad alimentaria y la necesidad de un manejo
sustentable de la agricultura, puede ser atractiva
para muchos países latinoamericanos o caribeños
con zonas de suelos similares destinados, si acaso, a una ganadería precaria (Villalobos, 2012).
parten un elemento clave: la valorización económica y
la posibilidad de que los servicios ambientales ofrecidos
por la naturaleza puedan ser transados en el mercado.
Esto último se antepone a otras visiones alternativas bajo
conceptos como “el buen vivir”, los derechos de la Madre
Tierra y la deuda climática, que promueve el Gobierno
de Bolivia en la región. Esas tendencias estuvieron presentes en los trabajos de la Nueva Cumbre de la Tierra
y en las discusiones sobre el borrador de declaración
preparado por las Naciones Unidas, titulado “El futuro
que queremos”.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
51
Recomendaciones de Políticas
Sobre la producción agrícola
Desarrollar políticas públicas para la atracción de la
inversión y la participación del sector privado. Es necesario incentivar mayores inversiones privadas en la
agricultura y crear condiciones para que invertir en la
agricultura sea “un buen negocio”. Las políticas y las instituciones son necesarias para dar seguridad jurídica a la
inversión y a la toma de riesgos por el sector privado.
Mejorar la productividad de la agricultura: Para ello, no
sólo hay que retomar la inversión en i+d+i en la agricultura ligada a los cultivos comerciales más importantes,
sino que se deben generar estrategias para desarrollar tecnologías que puedan ser adoptadas por la pequeña agricultura. Asimismo, los Estados deben promover marcos
de políticas e instrumentos prioritarios para el desarrollo
nacional que incluyan mejores sistemas de información
y el fortalecimiento de la extensión pública y privada, así
como también mejorar los mecanismos de coordinación y
gobernanza para una gestión de excelencia de los distintos
actores de los sistemas nacionales de innovación.
La tecnología para la adaptación al cambio climático
no puede esperar: La región debe asumir una actitud
proactiva y preventiva en cuanto al desarrollo de tecnologías para que los principales cultivos responsables de
la seguridad alimentaria puedan contrarrestar efectos
del cambio climático.
Sobre los mercados agrícolas
Retomar esfuerzos por concluir exitosamente la Ronda de Doha: Los países de alc, y en particular los de
menor tamaño, deben tomar conciencia de que reforzar
las disciplinas internacionales son la mejor garantía para
aprovechar los beneicios del comercio como un instrumento para el desarrollo.
Mejorar los encadenamientos de la agricultura: Los
países deben evitar los efectos nocivos de la reprimarización de la agricultura, avanzar en la consolidación de
nichos de mercado con alto valor agregado, y potenciar los encadenamientos entre distintos sectores, como
agricultura-turismo-minería-industria-salud.
Apoyar la modernización y transparencia de los mercados domésticos: Implementar políticas que favorezcan la
competencia en el mercado de insumos (como semillas,
52
material genético, fertilizantes y herbicidas), el desarrollo de mecanismos para gestión de riesgos, así como la
reducción de las pérdidas postcosecha y el desperdicio,
que según fao, representan entre el 15% al 60% de la
producción, y ello contribuye a que los precios permanezcan altos.
peración de suelos degradados, destinados a mejorar el
potencial productivo y la sustentabilidad agroambiental
de los suelos, contribuyendo de este modo a incrementar
los índices de seguridad alimentaria.
blemente por la dependencia de las importaciones de los
Estados Unidos, principalmente desde los países de la
franja tropical y México, así como por la inluencia de
la demanda China para los países sureños.
Conclusiones
Sobre los servicios a la producción
Los niveles de producción en la agricultura de alc han
respondido favorablemente a las condiciones de altos
precios internacionales, a la recuperación incipiente
que ha observado la economía de los Estados Unidos
y a las nuevas demandas que se originan en el sureste
asiático (especialmente de China), pese a las señales
poco halagüeñas de la situación de las economías en
zona del Euro y a los embates de fenómenos climáticos
extremos.
Los altos precios internacionales siguen siendo un incentivo para la expansión de los cultivos anuales de los
principales commodities agrícolas. No obstante, representan un reto para los países de clima tropical, los que
se muestran crecientemente dependientes de las importaciones de esos productos básicos.
Reducir las pérdidas en la producción y garantizar la
inocuidad de los alimentos: En este ámbito, destaca la
modernización de los sistemas de Sanidad Agropecuaria
e Inocuidad de los Alimentos (saia) para reducir pérdidas
por pestes, enfermedades y malos manejos. Además,
estos sistemas contribuyen al cumplimiento de la crecientes exigencias de las normas en los mercados internacionales, así como al control de los riesgos generados
por la creciente proliferación de especies invasivas.
Promover el uso de las en la agricultura: En forma
progresiva, los agronegocios están siendo inluenciados
profundamente por el crecimiento acelerado de las tecnologías de comunicación y de información, así como
por el surgimiento de las redes sociales, las que permiten
el intercambio casi instantáneo de conocimiento, de
percepciones y facilitan e incrementan las transacciones
comerciales.
El comercio mundial se ha debilitado durante 2012, pero
la demanda mundial por productos de la agricultura en
alc no presenta aún contracciones signiicativas, proba-
Los esfuerzos por mejorar la productividad de la agricultura (para producir más con menos recursos naturales),
con el in de proveer alimentos suicientes (para garantizar la seguridad alimentaria) y por producir más amigablemente con la naturaleza (para que el desarrollo sea
sostenible), estarán presentes con fuerza en las agendas
de agricultura de los países de la región.
Sobre recursos naturales, clima y agricultura
sustentable
Fomentar una agricultura inteligente y la adaptación
al cambio climático: Los países deben abocarse a la
generación de políticas, estrategias y mecanismos de
inanciamiento para apoyar el desarrollo de una agricultura que pueda desarrollarse en condiciones adversas
de variabilidad climática.
Desarrollar estrategias para el desarrollo de la bioeconomía y generar mecanismos de fomento al uso sustentable
de la biodiversidad, para enfrentar el cambio climático
y la seguridad alimentaria: Ello requiere de la creación o
fortalecimiento de iniciativas regionales de bioseguridad
para potenciar las capacidades técnicas y evitar barreras
al comercio de productos biotecnológicos.
Impulsar el uso sustentable de los suelos y la recuperación de superficies degradadas: Los países deben multiplicar esfuerzos para implementar programas de recu-
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
53
Ganadería
El crecimiento y la eventual concentración de la producción que se esperan
en el sector pecuario crearán presiones adicionales sobre el ecosistema,
la biodiversidad y los recursos naturales de América Latina.
Algunos de los factores que de no ser atendidos podrían frenar seriamente el potencial del
sector para mejorar el bienestar económico y social de la región son: la creciente preocupación
por sus impactos ambientales, la falta de infraestructura de comercialización y transporte
adecuados, el uso limitado de tecnologías de comunicación e información para apoyar la
toma de decisiones, la baja inversión pública y privada en investigación agropecuaria, los
brotes frecuentes de enfermedades animales y la falta de acceso de los pequeños productores a
los servicios veterinarios.
Hechos
* Las existencias ganaderas han aumentando drásticamente en los países de América Latina y el
Caribe en los últimos 10 años. La región da cuenta
de casi el 14% de las existencias mundiales de las
principales especies ganaderas (ganado, cerdos,
ovejas y corderos, aves y vacas lecheras).
* Las existencias avícolas en alc han aumentado a
la increíble velocidad de 5,3% anual, con un alza
de 35,6% durante los últimos 10 años. La región
ahora representa el 14% de las cifras avícolas
mundiales.
* Brasil presenta la mayor proporción de todas las
cifras de ganado en América Latina, lo que incluye
la mitad de todos los cerdos y los bovinos para
carne y lácteos, y alrededor del 40% de las aves
de corral.
* Los avances sorprendentes en materia de eficiencia en la producción de carne y leche en alc han
contribuido al aumento de la producción durante
los últimos 10 años, lo que se traduce en mayor
rendimiento en leche (22%), aves (15%), cerdos
(14%) y carne (7%), porcentajes que superan con
creces los avances logrados en Estados Unidos y
en el resto del mundo.
Tendencias
Rápido avance en producción de carne y leche
10 Los datos internacionales sobre la ganadería y los productos son altamente cuestionables y muy incoherentes entre las diferentes fuentes.
Por ese motivo y en la medida de lo posible, este capítulo se basa en datos de ocde–fao (2011), complementados con información de la base
de datos de faostat (fao 2012a y 2012b), para velar por su coherencia.
Se utilizan datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos
(usda, 2012b) cada vez que se necesitan a causa de la falta de cobertura
o cuando los datos de ocde–fao o faostat están obsoletos.
La producción de carne y leche ha crecido en el orden de
los dos dígitos en los últimos 10 años en alc, superando
con creces a Estados Unidos y las tasas de crecimiento
mundiales en todas las áreas, salvo en carne de cordero
(Cuadro 4). Actualmente, alc da cuenta de un mayor
porcentaje de producción mundial de carne de vacuno,
cordero y ave en comparación con Estados Unidos y
casi la misma proporción en términos de la producción
mundial de leche (Cuadro 4). La producción de carne
de ave en la región creció a una tasa sorprendente de
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
55
84,8% entre 2000 y 2011 y hoy en día da cuenta del 23%
del total mundial. Por su parte, la producción de carne
de ave en Brasil más que se duplicó en la última década,
de manera que actualmente representa alrededor del 56%
de la producción total en la región.
En alc, la producción de leche aumentó aproximadamente un 30% entre 2000 y 2011, llegando a 81,1 millones
de toneladas, acercándose progresivamente al nivel de
Estados Unidos (Cuadro 4). Con la mayor cantidad de
vacas lecheras, Brasil es también el principal productor
de leche en alc, cuyas cifras aumentaron cerca de 30%
durante los últimos 10 años. Alrededor del 82% de las
granjas lecheras de Brasil producen menos de 50 litros/
día, pero dan cuenta de sólo el 20% de la producción
láctea, mientras que el 3% de las granjas producen más
de 200 litros/día y representan el 60% de la producción
(idf, 2010).
La cifra de granjas lecheras argentinas ha disminuido en
los últimos años, a una tasa promedio de alrededor de
4,5% al año (idf, 2010).
Dos empresas lecheras extranjeras, Schreiber Foods de
Estados Unidos y Bom Gosto de Brasil, han hecho grandes inversiones en la industria láctea de Uruguay y comenzaron sus operaciones a ines de 2011 (idf, 2010).
Los avances en la productividad impulsan la
producción
El rápido crecimiento de la producción en alc se debe
al incremento de las existencias ganaderas y a una mayor eiciencia productiva en muchos países. Aunque los
niveles aún están por debajo de los de Estados Unidos y
son similares al promedio mundial, el rendimiento total
promedio de carne por animal faenado anualmente en
alc ha aumentado a un ritmo muy superior al de Estados
Unidos y el mundo (Cuadro 5). Con 1.544,1 kg/vaca/
año, la productividad lechera de 2010 en alc fue inferior
en 83% a la de Estados Unidos, pero superó en 56% al
promedio mundial. Sin embargo, la productividad lechera aumentó en más de 22% en alc durante la última
década, en comparación con sólo alrededor del 15% en
Estados Unidos y 5% en todo el mundo.
Brasil continúa jugando un rol de liderazgo
en la región
En 2010, los inventarios de la mayoría del ganado de
alc se distribuyeron bastante inequitativamente: Brasil
da cuenta de la mayor proporción de todas las especies,
incluyendo la mitad de todas las reses (52%), ganado
lechero (53%) y cerdos (47%), y una menor proporción
de inventarios de aves y corderos (42% y 22%, respectivamente) (fao, 2012b). Las tendencias en la producción
de carne y leche en los países de alc son similares a
las de los inventarios, salvo que Brasil no domina por
un margen tan amplio en la mayoría de los casos (fao,
2012b). Pese a representar a la mitad del ganado lechero
de alc, Brasil da cuenta de sólo el 39% de la producción
de leche en la región. El motivo es que el país va muy a
la zaga en materia de eiciencia en la producción láctea
(kg/cabeza/año) en comparación con otros países de alc.
Brasil se ubica en el lugar 24 en esta materia en la región,
con un rendimiento anual promedio de leche inferior
en más o menos 75% respecto de lo logrado actualmente
por Argentina, el país con mayor rendimiento en alc, y
Cuadro 4. Producción de carne y leche en alc, Estados Unidos y el mundo en 2011, cambio porcentual entre
2000 y 2011 y proporción de la producción mundial
Producción 2011
ALC
Vacuno
Cerdo
EE.UU.
Cambio porcentual (2000-11)
Mundo
---------- millones de toneladas -----17,4
11,2
64,7
6,9
10,0
111,4
ALC
EE.UU.
Mundo
------------------- % -----------------24,8
-4,4
9,0
37,3
19,8
Proporción de la
producción mundial
ALC
21,6
6,3
t9,2
Cordero
0,4
0,1
13,1
5,0
-31,0
15,3
2,9
0,6
Aves
23,0
19,5
100,1
84,8
19,1
44,2
22,9
19,5
Leche
81,1
89,0
720,9a
28,0
17,1
24,5a
11,0
12,4
a = datos de 2010 de fao (2012a).
Fuente: ocde-fao (2011).
56
EE.UU.
----------- % --------26,6
17,2
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Cuadro 5. Eficiencia en la producción de carne en alc: rendimientos de carne (promedio ponderado) 2010
y cambio porcentual. Período 2000-2010
ee.uu.
alc
Vacuno
Cerdo
Cordero
Aves
Lácteos
Rendimiento
en carne
kg/cabeza
222,8
82,6
13,8
2,0
1.544,1
Cambio
%
6,9
15,1
1,8
14,1
22,2
Rendimiento
en carne
kg/cabeza
341,0
92,3
29,9
2,2
9.232,7
Mundo
Cambio
%
4,2
5,3
-0,7
14,9
14,9
Rendimiento en
carne
kg/cabeza
205,3
79,4
14,2
1,7
987,6
Cambio
%
2,5
1,5
0,2
4,7
5,1
Fuente: calculado en base a datos de fao (2012a).
22% por debajo del rendimiento promedio de la región
en su conjunto (fao, 2012b). En este contexto, Dairy
Partners Americas (dpa) –un emprendimiento conjunto
entre Nestlé, la principal empresa mundial de alimentos
y bebidas, y Fonterra, una cooperativa con sede en Nueva
Zelandia y el principal exportador mundial de lácteos–
se asoció en varios países de América Latina con Brasil
Foods e Itambé –dos productores líderes de alimentos
de Brasil– para compartir mejores prácticas y ayudar a
los agricultores brasileños a acelerar la producción lechera, mejorando al mismo tiempo la calidad, seguridad y
sostenibilidad del producto (Nestlé, 2011).
Brasil también va detrás de otros países de alc en cuanto a eiciencia en la producción de carne, pero supera
considerablemente al rendimiento promedio de todos
los países de la región. No obstante, salvo en el caso de
la carne de cordero, la tasa de eiciencia del país en producción de carne y lácteos ha crecido considerablemente
más rápido que la de las principales naciones en materia
de rendimiento. Con grandes inventarios de ganado
en aumento y un crecimiento relativamente rápido en
eiciencia, Brasil dominará cada vez más la producción
de ganado, carne y leche en alc.
Los consumidores de ALC prefieren la carne de
ave y cerdo por sobre el vacuno y el cordero
Los consumidores de alc están preiriendo cada vez más
otras fuentes de proteínas, entre ellas carne de ave, cerdo, huevos y productos lácteos, por sobre el vacuno y
el cordero (Cuadro 6). El crecimiento de las industrias
comerciales de aves y cerdos y el aumento en el consumo asociado han sido fenómenos notables y poderosas
fuentes de cambio en la industria ganadera de América
Latina. El consumo per cápita de ave aumentó a tasas porcentuales de dos dígitos en muchos países de la
región, entre ellos Brasil, Argentina, Chile, México y
otros, donde la oferta de fuentes alternativas de proteínas
disponibles para el consumo se ha reducido sobre una
base per cápita (Cuadro 6).
La rápida adopción y distribución de tecnologías más
eicientes de producción de aves y cerdos ha permitido a
muchos países aumentar las exportaciones de fuentes tradicionales de proteínas, como el vacuno, y reemplazar la
creciente oferta de aves y cerdo en el consumo nacional.
El consumo promedio per cápita de huevos en América
Latina saltó casi en 17% entre 2000 y 2007, a 9,4 kg/
hab. 11 (fao, 2012b). En 2009, México era líder mundial
en consumo de huevos per cápita, con 354 huevos/año,
cifra considerablemente superior a Estados Unidos que
registra 247,7 huevos/año, seguido de Colombia (230
huevos/persona/año) y Argentina (222 huevos/persona/
año) (Mendes, 2011).
Argentina pasa al segundo lugar en consumo
de carne de vacuno per cápita
El consumo de carne de vacuno per cápita en Argentina,
el principal consumidor en el año 2000, experimentó
una caída de 15% (de 45,2 kg/persona a 38,5 kg/persona
en 2011), pasando al segundo lugar mundial después de
11 Los datos más recientes de la fao sobre consumo per cápita de
huevos corresponden a 2007. Sin duda, ha habido cambios en los
últimos años, pero esta información da una idea de las tendencias del
consumo de este producto en la región.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
57
Uruguay, con 51,7 kg/persona (Cuadro 6). En ese período,
el consumo per cápita de ave en Argentina creció en 31%.
El consumo per cápita de carne de vacuno también cayó
leventemente en Uruguay durante los últimos 10 años,
mientras que su consumo per cápita de carne de ave dio
un salto de casi 46%. Incluso en Brasil, donde el consumo
de carne de vacuno per cápita creció en 6% durante la
última década, se experimentó un drástico aumento de
62% en el consumo per cápita de carne de ave. La historia
ha sido bastante similar en otros importantes consumidores de carne de vacuno de América Latina. El sólido
rendimiento de la producción en Chile, Colombia, El
Salvador, Panamá y Ecuador, elevaron considerablemente
su consumo per cápita de cerdo entre 2000 y 2011 (usda,
2012b). Hoy en día, Chile ostenta el mayor consumo per
cápita de cerdo en América Latina (Cuadro 6).
Los productos lácteos han aumentado su popularidad
Argentina consume la mayor cantidad de leche líquida
per cápita de América Latina, con 283,8 kg/persona en
2011, más o menos lo mismo que Estados Unidos (usda,
2012b). Uruguay exporta la mayor parte de su producción láctea y ha quedado en segundo lugar en América
Latina en consumo de leche per cápita (gts, 2011). No
obstante, sigue siendo el principal consumidor per cápita de todos los productos lácteos frescos, con 158,5 kg/
persona (Cuadro 6).
Aumentan las exportaciones de carne de ALC
y disminuyen las exportaciones de vacuno de
Argentina
En todos los países de alc, las exportaciones de carne
de vacuno se han más que duplicado, las exportaciones
de carne de cerdo casi se triplicaron y las exportaciones de carne de ave aumentaron casi cinco veces desde
2000 (Cuadro 7). Al mismo tiempo, la proporción de
las exportaciones de la oferta nacional de vacuno, cerdo
y aves en alc también aumentó considerablemente, a
19,7%, 11,6% y 17,2%, respectivamente. Una excepción
notable es el desempeño exportador del sector del vacuno
argentino, el cual ha registrado bajas de hasta 12% desde
2000 y de 60% respecto del máximo logrado en 2004
luego de su recuperación de la crisis de la iebre aftosa
en 2001. Argentina ha caído al noveno lugar entre los
exportadores mundiales de vacuno y hoy sólo da cuenta
del 3% del comercio mundial de este producto (usda,
2012b). Por el contrario, subió al sexto lugar entre los
exportadores mundiales de pollo (principalmente pechugas y muslos), sobre la base de un alza del 86% en la
producción durante los últimos 10 años y un aumento
enorme de las exportaciones, partiendo casi de cero a
ines de los años noventa (Cuadro 7). Para mantener los
precios al consumidor, Argentina impone un impuesto a las exportaciones sobre el vacuno y una restrictiva
cuota de exportaciones sobre el maíz. El impuesto a
las exportaciones de vacuno restringe gravemente este
comercio, mientras que la cuota de exportación del maíz
mantiene los costos de producción en la industria de
las aves de corral y contribuye al rápido aumento en la
producción y las exportaciones de aves de corral en el
país (MercoPress, 2011).
Mientras las exportaciones de vacuno de Argentina han
perdido fuerza, sus vecinos han crecido rápidamente
en esta área. Brasil más que triplicó sus envíos desde el
año 2000 y ahora da cuenta de más del 20% de la oferta
nacional de vacuno (Cuadro 7). Del mismo modo, las
exportaciones de vacuno de Uruguay aumentaron más
del doble, mientras que en Paraguay se incrementaron en
3,5 veces, y las de Nicaragua en más de 4,5 veces durante
el mismo período.
Brasil lidera las exportaciones de ave y cerdo
Brasil es ahora el principal exportador de carne de
ave del mundo, con casi un tercio del comercio mundial, levemente por sobre Estados Unidos (ocde-fao,
2011). Las exportaciones brasileñas de este producto
han aumentado 3,5 veces durante la última década y
actualmente dan cuenta del 27% de su oferta nacional
y proporción de las exportaciones de la oferta nacional, 2011. Selección de países de alc
Argentina
Kg/ca
variación
Kg/ca
%
a
Pollo
variación
Kg/ca
%
Cordero
variación
Kg/ca
%
Lácteosa
variación
%
variación
%
Uruguay
51,7
-5,6
8,0
2,7
22,2
45,9
1,6
-82,7
158,5
-41,7
Argentina
38,5
-14,8
6,2
2,8
30,0
31,0
1,2
-18,1
44,3
1,0
Brasil
28,,2
6,1
10,9
1,0
42,1
61,6
0,4
-6,8
61,8
-5,8
Chile
14,9
-3,6
17,4
38,8
30,7
29,9
0,6
-12,7
99,7
29,7
México
11,8
32,4
14,9
-19,4
30,5
41,9
0,7
-0,5
46,6
29,3
Otros alc
16,4
-1,5
11,4
44,8
32,2
44,7
0,8
-0,8
111,5
29,3
alc
17,6
2,0
8,9
15,2
30,7
51,6
0,6
-11,6
71,0
13,6
ee.uu.
25,8
-15,2
21,0
-8,5
45,0
6,4
0,4
-21,7
80,6
-8,5
Mundo
6,5
-4,2
12,2
6,6
12,6
26,9
1,6
2,4
61,7
2,4
Productos lácteos frescos según la definición de ocde-fao (2012).
Fuente: ocde-fao (2012).
58
Kg/ca
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Brasil
Chile
Costa
Rica
México Nicaragua Paraguay Uruguay
ALC
------------------------------------------------------ variación % -------------------------------------------------
Selección de países de alc
Cerdo
Chile también se está convirtiendo en un actor importante en el mercado mundial de cerdo y aves de corral,
con aumentos considerables en las exportaciones de
ambos productos desde 2000 (Cuadro 7). Actualmente,
Cuadro 7. Variación porcentual en las exportaciones de productos cárneos y lácteos, 2000-11
Cuadro 6. Consumo per cápita de carne y productos lácteos, 2011 y variación porcentual 2000-11
Vacuno
de aves de corral. Brasil también lidera el mercado en
exportaciones de cerdo, representando el 71% de todas
las exportaciones de cerdo de alc en 2011 y el 8,5% a
nivel mundial (ocde-fao, 2011). Las exportaciones dan
cuenta del 17% del suministro de carne de cerdo en
Brasil. Una prohibición a las importaciones de cerdo
desde Brasil decretada por Estados Unidos, que fue
levantada en enero de 2012, perjudicó el crecimiento
de esta industria durante más o menos un año y medio,
mientras el país hacía gestiones para garantizar que sus
cerdos cumplieran los estándares sanitarios de Estados
Unidos (Kiernan, 2012). Las exportaciones brasileñas
también se han visto obstaculizadas por conlictos con
Rusia, su principal mercado de destino, en relación
con infracciones a normas veterinarias. Con el levantamiento de la prohibición de Rusia y la apertura de
nuevos mercados en China, se proyecta la recuperación
de las exportaciones de cerdo brasileño en los próximos
años.
Vacuno
Variación
-11,5
218,1
1/
14,3
-28,9
359,4
256,9
110,9
115,9
Participación en
las exportaciones
12,0
20,5
5,0
23,1
11,0
90,2
49,1
66,9
19,7
Cerdo
Variación
180,0
386,9
757,6
220,7
77,2
-89,6
1/
-47,6
358,3
2,7
17,0
28,3
13,0
4,9
1,3
1,4
0,1
11,6
498,2
40,3
-5,8
1/
123,7
1/
1/
-4,5
-14,2
Participación en
las exportaciones
9,9
0,0
23,4
0,0
0,2
0,0
0,0
58,4
6,3
Ave
Variación
1/
256,9
256,7
8,6
18,2
-61,1
0,0
1/
282,8
19,7
26,7
16,1
3,0
0,0
0,3
0,0
13,7
17,2
Participación en
las exportaciones
Ovino
Variación
Participación en
las exportaciones
Nota: 1/ = Gran variación porcentual de una cifra pequeña.
Fuente: calculado en base a datos de ocde-fao (2012), a excepción de las cifras en cursiva que se calcularon
a partir de datos de usda (2012b) y aquellas en negritas, que provienen de datos de la fao (2012a).
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
59
es el segundo exportador de carne de cerdo y el tercero
de carne de ave de América Latina y envía al extranjero
el 28,3% de su producción nacional de cerdo y el 16,1%
de la carne de ave.
Los países de América Latina han sido principalmente
importadores netos de productos lácteos y constituyen
casi el 15% de las importaciones mundiales de leche en
polvo entera y descremada (ocde-fao, 2012). El rápido
crecimiento demográico de la región ha intensiicado
la demanda de estos productos, pero las crisis económicas que afectan a muchas naciones de la región han
dado lugar a patrones de importación erráticos (Blaney
et al., 2006). México es el principal importador de leche líquida y en polvo descremada de América Latina,
pero las importaciones de ambos productos han ido
disminuyendo en los últimos 10 años (usda, 2012b).
Brasil era un importador neto de productos lácteos
hasta 2004, cuando las exportaciones superaron a las
importaciones (idf, 2010).
La deforestación continúa a un ritmo alarmante
El avance de la deforestación en todo el mundo se debe
a múltiples factores (Pacheco et al., 2011). En América
Latina, la principal causa es la expansión del comercio
agrícola, principalmente cultivos como la soja y la ganadería, mientras que en otros lugares se asocia con la
agricultura de subsistencia. La deforestación amenaza
la rica biodiversidad de alc. De los 10 países con mayor
diversidad biológica del mundo, cinco se encuentran
en América Latina (Brasil, Colombia, Ecuador, México y Perú). La pérdida de cubierta boscosa provoca
alrededor del 62% de las emisiones de carbono y otros
daños ambientales en la región, en comparación con
un 16% a nivel mundial (Nash, 2012). La conversión de
los bosques tropicales para uso agrícola da lugar a las
emisiones de otros gases de efecto invernadero (gei),
principalmente metano y óxido nitroso. Las emisiones
de estos dos gases, generadas por las actividades agrícolas en América Latina, aumentaron un 35% entre 1990
y 2005 (el último año para el cual se dispone de datos),
en comparación con un 16% en todo el mundo (Nash,
2012). Un aspecto positivo es que la tasa de crecimiento
de las emisiones en relación con el crecimiento del pib
agrícola disminuyó 21% durante ese mismo período
en la región, en comparación con 15% a nivel mundial
(Nash, 2012).
60
Brotes de enfermedades crecientes y persistentes
acompañan al crecimiento de la producción
de ganado
las políticas públicas destinadas a conservar el medioambiente y mitigar los efectos del alza en los precios de
los alimentos.
Los brotes de enfermedades animales frecuentes y en
aumento afectan negativamente el desarrollo de los sistemas de producción de ganado en América Latina y a
menudo plantean graves riesgos para la salud humana.
La región ocupa un lugar destacado en la lista de lugares
donde los brotes de iebre aftosa complican los esfuerzos
por establecer industrias ganaderas rentables y sostenibles. Un reciente brote de esta enfermedad en Paraguay
habría provocado decenas de millones en pérdidas, debido al sacriicio del ganado y la imposibilidad de cursar
las exportaciones de vacuno (upi, 2012). El contagio de
la iebre aftosa también implica diicultades económicas,
particularmente para los campesinos latinoamericanos
más pobres, que pierden los pocos animales que crían
como principal fuente de ingresos y proteínas. En este
sentido, la fao y la Organización Mundial de Sanidad
Animal (oie) anunciaron recientemente que aunaron
fuerzas para combatir la iebre aftosa a nivel mundial
(fao, 2012d).
La producción agrícola mundial necesita aumentar en
60% durante los próximos 40 años para cumplir la creciente demanda global de alimentos que se proyecta
(ocde-fao, 2011). Por su parte, las proyecciones indican
que la demanda mundial de carne aumentará a una de
las tasas más altas entre los principales productos agrícolas. América Latina deberá desempeñar una función
de primer orden para satisfacer esta creciente demanda
mundial. De todas las tierras potencialmente aptas para
expandir la producción ganadera y agrícola, alrededor
del 28% se encuentra en América Latina, más que en
ninguna otra región, a excepción de África (Nash, 2012).
La disponibilidad de extensas praderas y bosques que
pueden transformarse en tierras de pastoreo proporcionan a América Latina una fuerte ventaja comparativa en
materia de producción ganadera, dado el costo relativamente más alto de los sistemas intensivos.
Algunas de las enfermedades más frecuentes y persistentes de la industria del cerdo en América Latina son el
circovirus porcino (pcv2), el teschovirus, el paramixovirus, la iebre porcina clásica (csf ) y la gastroenteritis.
La csf ha resultado ser tremendamente persistente, con
brotes recientes en Brasil, Guatemala y Nicaragua, pese
al Programa Intercontinental de la fao diseñado para
erradicar el mal en 2020 (Martins, 2011). La inluenza
aviar no se ha convertido en una epidemia en la región,
pero la preocupación sigue vigente. Un reciente brote
del virus h7n3 de inluenza en el estado occidental de
Jalisco, México, infectó a unos 3,4 millones de pollos y
obligó a sacriicar y eliminar una cifra informada de 2,5
millones de aves, lo cual redujo el consumo de pollos y
huevos y provocó un alza de precios (afp, 2012).
Perspectivas
ALC posee una ventaja comparativa en producción pecuaria
El futuro de la producción animal en América Latina
dependerá fundamentalmente de la demanda regional
y global de proteína animal para el consumo humano,
los avances tecnológicos para mejorar la eiciencia en la
producción de animales y carne, los logros en cuanto a
controlar el aumento de las enfermedades animales y
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Beneficios de la producción agropecuaria versus los costos del impacto ambiental
El potencial de crecimiento económico y el mejoramiento de la seguridad alimentaria de los pobres rurales de
América Latina a partir de la expansión permanente de
la producción agropecuaria deben equilibrarse con los
costos que implica la constante degradación ambiental.
Los factores que promueven la deforestación en América
Latina son materia de constante debate y las principales
sospechas recaen sobre la tala forestal y la producción
de ganado y soja (vea, por ejemplo, Barona et al., 2010).
Sean cuales sean las causas, un estudio reciente realizado
por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales
(inpe) de Brasil concluyó que el 82% del área deforestada
en el Amazonas brasileño fue ocupada por praderas para
la ganadería en 2007 (May, Millikan y Gebara, 2011).
Todos los años, alrededor del 0,3% al 0,4% de las tierras
forestales de América Latina se convierte a la ganadería
(fao, 2009a). La expansión constante de las praderas
en América del Sur puede terminar siendo insostenible,
debido a que la consecuente erosión y compactación
del suelo, la intrusión de malezas y la disminución de
la fertilidad de la tierra reducen la productividad de los
pastos y la viabilidad de la crianza ganadera (Carr, Bilborrow y Barbieri, 2003). Sin embargo, la expansión de
las praderas para ines ganaderos en el marco de sistemas integrados de cultivo-ganadería en América Latina
ofrece posibles beneicios económicos, entre otros: (1)
economías de escala que permiten repartir los costos a
través de múltiples productos, (2) reducción de riesgos
gracias a la diversiicación y (3) menor variabilidad en
el rendimiento de los cultivos y mayor productividad
en general (Martha et al., 2011). La variación relativa en
los precios probablemente motivará a los productores a
adoptar sistemas especializados o más diversiicados de
producción de cultivo-ganado.
Sin embargo, hasta que la tierra se convierta en un factor limitante en estas regiones, es poco probable que se
materialice una intensiicación y diversiicación productiva a gran escala –aunque sea conveniente para el
medioambiente–, a menos que se ofrezcan los incentivos
o desincentivos que resultan de una intervención eicaz,
ya sea gubernamental o de organismos internacionales.
Un enfoque prometedor en este sentido son los pagos
por servicios ambientales (psa) para los productores,
a partir de la captación del carbono y la conservación
de la biodiversidad, por parte de organismos públicos
y grupos privados que intentan salvaguardar recursos
naturales críticos o contrarrestar impactos ambientales
(Milder et al., 2010). Mientras estimulan una conducta
productiva sostenible, tales pagos también tienen el potencial de aliviar la pobreza rural en zonas de América
Latina sujetas a deforestación constante.
Otra posibilidad son los programas de certiicación de
productos animales de ganado generados en granjas y
incas que cumplen con normas ambientales y siguen técnicas de producción sostenibles y ecológicas para satisfacer
la creciente inquietud de los consumidores respecto del
medioambiente, la salud, el bienestar animal y otros temas
éticos (Ibrahim et al., 2010). Los precios más altos que
los productos certiicados pueden alcanzar en el mercado
podrían propiciar conductas de producción sostenibles.
La región tiene potencial para lograr mejores
pastos e intensificar la producción
Un estudio reciente realizado por el ciat concluye que el
potencial que posee el forraje de alta calidad para captar
co2 de la atmósfera sólo es superado por los bosques
nativos, y que incluso podría ser superior en zonas con
altos niveles de precipitaciones (Peters, 2012). Por lo
tanto, dado que en América Latina el 80% de todas las
tierras agrícolas se destina a la producción de forraje, el
estudio sugiere que los pastos mejorados podrían ayudar
a mitigar el cambio climático, así como contribuir a
recuperar praderas degradadas, como aquellas ubicadas
en el Cerrado brasileño (Palmer, 2012).
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
61
Una gran cantidad de bibliografía indica que Brasil y
otros países de América Latina tienen el potencial de
aumentar considerablemente la producción de ganado en las praderas disponibles, sin necesidad de talar
más bosques (ver, por ejemplo, Tollefson, 2010). No
obstante, los productores de ganado de América Latina no están adoptando cambios tecnológicos –como la
intensiicación sostenible de la producción pecuaria– a
una escala suiciente como para reducir la presión sobre
los bosques de la región. Uno de los problemas es que
desde principios de 2006, los precios de los granos han
aumentado a un ritmo más alto que el precio de la carne,
de manera que alimentar ganado con concentrados es
cada vez menos rentable en relación con la alimentación
en praderas (Figura 18). El incentivo para criar ganado
en praderas en lugar de mantenerlo en sistemas coninados ha cobrado particular fuerza desde ines de 2010.
También se considera que el costo de capital relativamente alto –particularmente en el caso del vacuno de
engorde– y los mayores riesgos inancieros constituyen
restricciones considerables para la adopción generalizada
de sistemas de producción combinados y más intensivos
(Pereira et al., 2012).
Kaimowitz y Angelson (2008) argumentan de manera
bastante convincente que la solución al problema de la
deforestación en América Latina no se encuentra en la
intensiicación agropecuaria ni en otras tecnologías que
aumentan la productividad. Según los autores, mientras la tierra sea abundante en la región, las nuevas tecnologías que mejoran la rentabilidad de la producción
agropecuaria simplemente atraerán nuevas inversiones
y provocarán más degradación ambiental. En ausencia
de políticas nacionales efectivas sobre el uso del suelo
que limiten la disponibilidad de bosques tropicales para
la expansión de la producción ganadera o de soja, la
adopción de capital y de técnicas intensivas de mano
obra -en lugar de sistemas extensivos dependientes de la
abundancia de tierras-, no serán económicamente viables
hasta que escasee la tierra y gran parte de los bosques hayan sido talados. Kaimowitz y Angelson concluyen que
el aumento en la demanda mundial de carne de vacuno
Figura 18. Índices de precios mundiales de carne y maíz, 2000-2012
y la reacción exportadora de los países de América Latina
probablemente intensiicarán el riesgo de que cualquier
nueva tecnología agropecuaria y de praderas adoptada
simplemente pase a formar parte de un conjunto de
fuerzas interrelacionadas que generen niveles permanentemente altos de deforestación en el Amazonas.
La intensificación de la producción sería más
eficaz en función de los costos en América Central
En América Central, la expansión agropecuaria se verá
cada vez más limitada por la disponibilidad de tierras,
dada la tasa de crecimiento demográico entre los pobres
rurales y la relativa eiciencia del suelo en la producción
de cereales a la hora de satisfacer la creciente necesidad
de alimentos en esa región (Carr et al., 2003). La intensiicación de la producción agropecuaria quizá se tornará
más eiciente en función de los costos, lo cual reducirá
las tasas de deforestación y los impactos ambientales
como resultado de esta actividad. Al mismo tiempo,
es probable que el crecimiento económico de América
Central sea menor respecto del de las economías sudamericanas de mayor tamaño, al igual que el aumento
en la demanda de carne.
250
La producción de carne aumentará, pero a
menor ritmo
200
150
100
50
0
2000
2001
2002
2003
Carne
Carne(FAO)
(FAO)
2004
2005
2006
Maiz
Maiz(IMF)
(FMI)
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Razón
maiz
Razónde
deprecios:
precioscarne
carnealal
maiz
Nota: el índice del coeficiente del precio de la carne-maíz se calculó en base al índice del precio de la carne
dividido por el índice del precio del maíz multiplicado por 100.
Fuente: fao (2012d) y fmi (2012).
62
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
La producción de carne en alc continuará creciendo
rápidamente durante los próximos 10 años, pero a un ritmo más lento que la década anterior (Cuadro 8). Debido
a que las proyecciones de crecimiento de la producción
de carne son considerablemente menores para Estados
Unidos, otros países desarrollados y muchos en desarrollo, las naciones de alc probablemente seguirán aumentando su participación en los inventarios mundiales de
ganado y el abastecimiento de carne, incrementando el
consumo nacional de carne y ampliando su participación en las exportaciones mundiales del producto. Los
factores más importantes en el desempeño esperado de la
industria de la carne en alc incluyen la creciente ventaja
comparativa de los países sudamericanos en la producción extensiva de ganado, el supuesto aumento relativo
en los ingresos per cápita que facilitan modiicaciones en
la dieta de los consumidores para incluir más proteína
animal, políticas diseñadas para estimular la producción,
la disminución del precio del ganado en relación con
el costo del forraje y la creciente tasa de globalización.
Un menor ritmo de crecimiento que el esperado en la
producción de carne probablemente irá de la mano de
un aumento más lento en el consumo del producto,
también en América Latina.
Los países del Cono Sur continuarán promoviendo la industria agropecuaria de la región
Brasil da cuenta de más de la mitad de la producción de
vacuno de alc y las proyecciones estiman aumentos del
orden del 11% en la producción durante los próximos
10 años, en comparación con 38% en la última década.
Este incremento debería permitir ganancias del 6% en
el consumo per cápita y lograr exportaciones récord, a
medida que el país explora nuevos mercados de exportación, como Indonesia y China (Cuadro 8). El país
probablemente también experimentará la recuperación
constante del mercado del vacuno en la ue, a medida
que más incas brasileñas se inscriban en su programa de
trazabilidad. Varios factores se combinan para mejorar
la productividad en la producción de ganado brasileño;
entre otros, un programa de crédito subsidiado diseñado para promover inversiones en genética, praderas,
maquinaria y capacidad de refrigeración, así como el
mejoramiento de la genética mediante programas de
cruzas en la región Centro-Oeste, y otras iniciativas gubernamentales que apuntan a subsidiar las inversiones en
nuevas tecnologías y procesos productivos más eicientes.
No obstante, la falta de infraestructura adecuada para
apoyar la expansión permanente de la producción en
zonas distantes continuará limitando el crecimiento.
Los inventarios de ganado y la producción de vacuno en
Argentina deberían recuperarse rápidamente de la peor
sequía que ha afectado a la mayoría de las zonas agrícolas
del país en los últimos 50 años. La consecuencia es una
probable alza del 12% en el consumo per cápita y un
aumento del 65% en las exportaciones de vacuno en los
próximos 10 años, a pesar de los esfuerzos del gobierno
por controlar los precios de la carne mediante restricciones a las exportaciones (ami, 2010). Incluso así, se espera
que el mercado nacional siga absorbiendo casi el 90%
de la producción de vacuno del país durante la próxima
década (ocde-fao, 2011). Uruguay superó a Argentina
como el principal exportador de carne de vacuno en
América Latina en 2010 y es probable que el impulso
exportador siga durante los próximos 10 años. Dado que
se proyecta un aumento de un 20% en la producción de
vacuno en ese país, mientras que la participación de las
exportaciones se mantendría en dos tercios, el consumo
per cápita de vacuno aumentaría en alrededor del 14%.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
63
Brasil también da cuenta de casi la mitad del total de
producción de cerdo en alc y debería crecer en 19% en
2020, a medida que se fortalece la demanda interna y
las exportaciones (ocde-fao, 2011). Las proyecciones
indican que el país continuará exportando alrededor
del 16% de su producción de cerdo, concentrándose
en nuevos mercados en China y otros países asiáticos.
Estados Unidos puede convertirse en un mercado sólido
para los envíos de cerdo brasileño, luego de la decisión
tomada en 2010 por el Servicio de Inspección de Salud
Animal y Vegetal (aphis), dependiente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos de incorporar al
estado brasileño de Santa Catarina a la lista de regiones
reconocidas como libres de iebre aftosa, peste bovina,
enfermedad vesicular porcina (svd), iebre porcina clásica (csf ) y iebre porcina africana (asf ) (Gobierno de
Estados Unidos, 2010).
En Chile, las fuertes inversiones en capacidad y tecnologías de producción destinadas a mejorar la productividad
y una creciente orientación exportadora que duplicó la
producción de cerdo durante los últimos 10 años irán en
apoyo del crecimiento permanente de la producción, el
consumo y las exportaciones del producto en la próxima
década. Además, la apertura del mercado chino para
exportaciones de cerdo chileno en 2011 probablemente
continuará fortaleciendo el crecimiento de las exportaciones (Cubillos, 2012).
El consumo de carne de ave per cápita creció en casi 30%
durante los últimos 10 años en Chile, sustentado por un
aumento en la producción de casi 50%. El pollo es hoy
en día el producto cárnico más popular en el país y da
cuenta del 45% del consumo total de carne. El consumo
de pollo anual per cápita en Chile, de 30,7 kg/persona en
2011, sólo fue superado en la región por Brasil, con 42,1
kg/persona, y se espera que crezca en 27% durante los
próximos 10 años, para llegar a 38,9 kg/persona (Cuadro
8). Actualmente, Chile representa alrededor del 3% de la
producción de carne de ave de América Latina, pero ya da
cuenta del 16% de las exportaciones de la región y se espera
que logre otra alza del 45% en los próximos 10 años.
Se espera que el crecimiento de la industria de
las aves de corral de Brasil disminuya su ritmo
de manera considerable
La producción de aves de corral se duplicó en Brasil durante la última década, pero las proyecciones
apuntan a una expansión sólo del orden del 16% en
2020, con un crecimiento mucho más lento, tanto en
64
el consumo como en las exportaciones, de 8% y 21%,
respectivamente, en comparación con cifras de 62% y
257%, respectivamente, durante los últimos 10 años. El
crecimiento del sector enfrentará diversas amenazas de
gran envergadura en los próximos años, entre ellas: (1)
sobrevaluación permanente de la moneda brasileña,
(2) depresión de la demanda europea en medio de su
creciente crisis inanciera, (3) problemas permanentes
con los principales socios comerciales, como Rusia,
que demoró en volver a incluir a las avícolas brasileñas,
y Sudáfrica, que aplicó aranceles antidumping a las
importaciones de pollo brasileño, y (4) aumento en el
costo del alimento (Silva, 2012).
Cuadro 8. Crecimiento porcentual proyectado en producción de carne y lácteos, consumo per cápita
y exportaciones en alc. Selección de países de alc, ee.uu. y el mundo. Período 2011 – 2020
Uruguay Argentina
Brasil
Chile
México
Otros
ALC
ALC
EE.UU.
Mundo
-----------------------------------------------------% de variación ----------------------------------------------------Vacuno
Producción
20,1
25,9
11,3
19,2
18,2
22,5
16,5
11,3
13,6
Consumo/cápita
13,9
12,2
-0,6
3,9
10,8
9,2
4,2
1,7
3,4
Exportaciones
21,3
65,0
34,4
-1,1
2,7
12,8
30,0
31,6
16,6
Cerdo
Producción
10,0
30,1
18,7
25,7
11,1
26,1
20,1
9,6
16,3
La región experimentará un crecimiento progresivo en la producción de lácteos
Consumo/cápita
13,4
13,3
12,8
16,3
4,5
13,0
10,1
-1,8
5,7
Exportaciones
-3,1
207,2
13,5
25,6
25,6
4,0
18,4
27,1
13,4
Las proyecciones indican que la producción de leche continuará aumentando rápidamente en América Latina, de 78,7
millones de toneladas en 2011 a 93,8 millones de toneladas
en 2020, con un alza del 20%. Dado el aumento en los
precios de la energía y los granos, el sistema de producción
basado en praderas probablemente fortalecerá sus ventajas
comparativas sobre los sistemas de alimentación en base a
cereales (ocde-fao, 2011). En la próxima década, se espera
que la producción argentina de leche líquida y lácteos frescos recupere su velocidad y crezca en 30% y 13%, respectivamente, en comparación con el 10% y 12%, respectivamente,
durante los últimos 10 años (Cuadro 8). Las inversiones y
una mejor gestión deberían impulsar ganancias en la producción de leche en el país. Una restricción de importancia
serán los altos precios de la tierra y la competencia por la
tierra con el sector de la soja.
Carne de ovino
Producción
-10,3
-16,4
4,6
-0,3
31,5
37,7
17,0
1,0
19,4
Consumo/cápita
76,3
-25,7
-0,2
1,5
3,5
15,1
5,2
-2,9
8,7
Exportaciones
-67,6
4,9
-100,0
-32,1
-25,5
24,7
-33,4
0,8
8,6
Pollo
Producción
20,6
39,7
16,4
43,1
30,2
39,8
25,6
17,3
22,3
Consumo/cápita
30,8
22,8
8,3
26,8
20,1
24,4
15,5
8,6
11,3
-70,8
66,8
20,7
45,5
11,1
11,8
24,8
16,4
18,1
Productos lácteos
Producción
11,1
12,8
14,7
11,5
24,4
25,4
20,9
1,0
23,0
Consumo/cápita
7,6
4,2
8,1
3,5
16,1
11,9
11,4
-6,4
11,9
Es probable que no todos los países de América Latina
registren ganancias rápidas en la producción de lácteos
durante los próximos 10 años. En México, por ejemplo,
luego de varios años de crecimiento sólido, la producción
se estabilizó. En 2015, se espera que la producción de leche
mexicana supere en sólo 3% al nivel de 2011 (ocde-fao,
2011). El crecimiento más lento, actual y esperado, es
resultado de diversos factores de riesgo, como los altos
costos de los granos, restricciones de infraestructura,
recesión económica, menor poder adquisitivo de los
consumidores, mayores impuestos y alza en el precio
del petróleo (San Juan, 2010). México es un mercado
importante para las exportaciones de Estados Unidos de
leche en polvo descremada, mantequilla, queso y leche
líquida. El Gobierno mexicano, los productores de lácteos
y la industria de los lácteos en general, están realizando
inversiones conjuntas para aumentar la producción y
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Exportaciones
a
a
Productos lácteos frescos según lo definido por ocde-fao (2011).
Fuente: calculado según datos en ocde-fao (2011).
promover el consumo de estos productos. En Uruguay,
se espera que la adopción generalizada de medidas para
aumentar la productividad de la leche, entre ellas, complementos alimenticios, mejores praderas, inversiones
en sistemas de riego y otras tecnologías, transformen a
un patrón errático de producción láctea en un proceso
de crecimiento lento, pero seguro, de cerca de 2% anual
durante los próximos 10 años, al tiempo que aumenta la
producción de todos los lácteos frescos a partir de los bajos niveles registrados en los últimos años (Cuadro 8).
Recomendaciones de políticas
Promover el desarrollo sostenible del sector agropecuario
es fundamental para apoyar el crecimiento económico
global y fomentar la seguridad alimentaria y la lucha
contra la pobreza en América Latina. Un gran cuerpo
de literatura económica demuestra que el aumento de la
productividad agrícola en un país en desarrollo induce
la reducción de los precios de los alimentos y generan
excedentes de productos e insumos de producción que
estimulan el crecimiento económico y ayudan a aliviar
la pobreza. Pica et al. (2008) revelan que el sector agropecuario es particularmente importante en ese proceso. Sus conclusiones indican que la superación de las
restricciones más importantes para el progreso de esta
industria debe constituir un componente clave de los
programas y políticas de desarrollo económico en América Latina y otras zonas en desarrollo. Sin embargo, la
promoción del desarrollo de la industria agropecuaria
en alc plantea riesgos a un medioambiente ya frágil,
así como amenazas a la salud humana. Por consiguiente,
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
65
las políticas tendientes a estimular la sostenibilidad del
sector agropecuario deben ir de la mano de esfuerzos
para mejorar su impacto económico.
Promoción del desarrollo del sector agropecuario en América Latina
Ya sea como emprendimiento comercial a gran escala o
como pequeña actividad familiar, el desarrollo de una
operación agropecuaria requiere inversiones de capital
riesgosas. También se necesitan inversiones claves a lo
largo de toda la cadena de suministro, desde infraestructura de transporte hasta comercialización, distribución,
almacenamiento, puertos y otros servicios que facilitan la
transmisión de la demanda del consumidor y las señales
de los precios en dirección ascendente hasta los inversionistas. Gran parte de América Latina requiere de un
enfoque mucho más focalizado de la cadena de suministro para el desarrollo de su sector agropecuario, a in de
identiicar y eliminar los cuellos de botella que enfrenta
el crecimiento y sobreponerse a los riesgos que debilitan
las gestiones pro desarrollo. Algunos de los componentes
claves del proceso son las políticas macroeconómicas de
estabilización de los mercados, menos distorsiones de precios y del tipo de cambio y mayores ingresos per cápita. La
apertura de los mercados y los acuerdos de libre comercio
pueden permitir a los países de la región aprovechar sus
ventajas comparativas en la producción agropecuaria y
conseguir acceso a los mercados de Europa, Rusia, China,
Estados Unidos, Asia y en otros lugares que presenten una
fuerte y creciente demanda de carne. Al mismo tiempo,
los servicios de información de mercado son absolutamente necesarios para apoyar los procesos de toma de
decisión en todos los niveles de la cadena de suministro.
La falta de acceso a información crítica de mercado es
un problema concreto que enfrentan los pequeños propietarios a la hora de acceder a los mercados comerciales
y negociar con los compradores.
Fomento a la investigación y la innovación en el
sector pecuario
La innovación e investigación orientadas a incrementar la productividad y reducir los costos de producción
son componentes necesarios de las gestiones destinadas
a promover el crecimiento y mantener la competitividad general del sector agropecuario de América Latina.
Desgraciadamente, el inanciamiento público para investigación y desarrollo agrario ha ido disminuyendo en
América Latina durante décadas, de una tasa anual de
crecimiento de 8% a ines de los años setenta, a menos
66
del 1% en los noventa (Beintema y Stads, 2010). El inanciamiento público para investigaciones agropecuarias ha
sido particularmente olvidado en América Latina a través
de los años (Jarvis, 1986 y Upton, 2004). Existen pruebas
de un aumento del gasto público en i+d agrario en los
últimos años en la región, pero el principal beneiciario es
la producción de cultivos. Según los informes, alrededor
del 42% de los fondos públicos para investigación agraria
se gastan hoy en Brasil, y gran parte del resto en Argentina
y México (Beintema y Stads, 2010). En muchos otros
países de alc, el gasto público en investigación agraria
ha seguido disminuyendo.
Las empresas privadas dan cuenta de gran parte de las
inversiones en procesos de mejoramiento de la genética
animal utilizados por muchos productores de alc (Stads
y Beintema, 2009). Algunos países de alc ofrecen incentivos tributarios a empresas privadas de i+d , mientras
que otros exigen la participación del sector privado en
iniciativas de investigación con fondos públicos. Aún así,
un estudio reciente realizado por Fuglie et al. (2011) indica
que la inversión del sector público en investigaciones
para la industria alimentaria alcanzó sólo 0,28% del pib
agregado de América Latina, en comparación con 1,64%
a nivel global, y que la producción animal daba cuenta
de sólo un 16,1% de dichas investigaciones.
Claramente, los países de alc deben considerar los costos
de oportunidad para sus industrias agropecuarias y para
la totalidad de sus economías si continúan ignorando las
crecientes necesidades de investigación en este sector. Algunas áreas críticas que requieren investigaciones urgentes
para promover la producción ganadera sostenible en la
región son las siguientes:
• salud animal y control de enfermedades, incluyendo
medidas preventivas para reducir los riesgos y los impactos de las plagas y enfermedades;
• prácticas eicientes de gestión y ganadería;
• mejoramiento de razas y genética animal;
• desarrollo de mejores praderas, forrajes y otras fuentes
de alimentación como subproductos de cultivos para
mejorar la nutrición animal y reducir los costos; y
• una amplia gama de investigaciones económicas para
identiicar obstáculos al funcionamiento eiciente de
los mercados a lo largo de toda la cadena de abastecimiento.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Promoción del aporte del sector agropecuario a
la seguridad alimentaria y alivio de la pobreza
en América Latina
Los esfuerzos destinados a aumentar la producción agropecuaria tienen escasos efectos sobre los pobres rurales de
América Latina que dependen del ganado como medio
de sustento, porque su principal foco es la sobrevivencia
y no la rentabilidad. Alrededor del 28% de los pobres
de la región dependen del ganado como aporte fundamental de sus medios de vida (hornton et al., 2002).
Ciertamente, los productores pobres son los que requieren de mayor apoyo para promover el desarrollo general
del sector ganadero en alc. Sin embargo, los posibles
beneicios de un sector agropecuario pujante están más
allá del alcance de los pequeños ganaderos, por muchos
motivos, tal como ha sido ampliamente documentado
y discutido (ver, por ejemplo, Pica-Cimarra, 2005). Algunos de los obstáculos más importantes al aumento
del aporte de la ganadería a la seguridad alimentaria y la
lucha contra la pobreza en América Latina se relaciona
con la falta de acceso a tecnología, crédito, recursos,
mercados, información y capacitación. Es probable que
haya escasos avances en el uso del ganado como vehículo
para mejorar los ingresos y el nivel de vida de los pobres
rurales, a menos que se adopten políticas diferenciales y
programas eicaces para lidiar con estos problemas omnipresentes que enfrenta este sector de la población.
Por ejemplo, en América Central, donde décadas de
rápido crecimiento demográico y demandas en pro de
aumentar la oferta alimentaria han estimulado procesos
generalizados y sin control de deforestación y degradación de los suelos productivos, la adopción de sistemas
silvopastoriles se ha promovido como medio para aumentar la rentabilidad de la pequeña producción ganadera, al tiempo que se prolonga el ciclo de los nutrientes,
se mejoran los procesos del suelo, se suministra forraje
para el ganado y se mejora la biodiversidad. Sin embargo,
pese a la amplia promoción de tales sistemas como medio
de mitigar la deforestación y mejorar la productividad
de las praderas, las tecnologías y sistemas silvopastoriles
no se están adoptando a gran escala en América Central. Dagang y Nair (2003) sugieren que el problema
probablemente se deba a la falta de comprensión de
los obstáculos que enfrentan los campesinos, inclusive
la percepción de los riesgos implícitos al adoptar tales
sistemas y el potencial impacto en la seguridad alimentaria. Otros sostienen que los pequeños ganaderos no
estarían adoptando estos sistemas debido a falta de conocimientos sobre plantas no familiares y sus nutrientes
y requisitos de agua, y la necesidad de realizar inversiones
iniciales considerables (fao, 2006).
La promoción y el fortalecimiento de asociaciones de
productores pequeños y medianos podría ser una buena forma de integrar a estos sectores a los mercados
comerciales y cadenas de suministro. Trabajando juntos a través de dichas asociaciones y de otro tipo de
cooperativas, los productores podrían consolidar las
cifras de ganado disponible para la venta, gestionar información de mercado para tomar decisiones, aumentar
los márgenes de rentabilidad, reducir los costos de los
insumos, explotar mercados nicho, adaptar tecnologías
y técnicas de gestión ganadera a las condiciones locales
y desarrollar de otras formas su capacidad productiva y
poder de mercado (Dinjkman y Steinfeld, 2010; Ibrahim
et al. 2010).
Se requieren diversas medidas para que los pequeños
productores de América Latina se beneicien totalmente
de las oportunidades existentes a partir del crecimiento
constante de los mercados ganaderos de la región, muchos de los cuales podrían facilitarse mediante disposiciones de cooperativas de productores, entre otras:
• mejoras de infraestructura y desarrollo de sistemas
coniables de transporte y marketing entre las zonas
rurales y los mercados;
• mejor acceso a sistemas de comunicación e información para apoyar la toma de decisiones;
• mejor acceso a crédito, nuevas tecnologías y nuevos
insumos de producción y otros recursos;
• implantación de servicios ampliados de extensión agraria para proporcionar capacitación y asistencia técnica
urgente en crianza, producción, marketing y gestión
ganadera y adopción de nuevas tecnologías; y
• mejor acceso a servicios veterinarios para erradicar enfermedades que pueden dar lugar a pérdidas
económicas.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
67
Promoción de la sostenibilidad y mitigación
del impacto ambiental de la producción agropecuaria
Un tema de política que suele ser objeto de debate es si
los beneicios de una industria agropecuaria en expansión en alc, en términos de su aporte al desarrollo y la
prosperidad económica de la región, compensa sus costos
ambientales. Si no se hace hincapié en la sostenibilidad y
no se toman medidas adicionales y más eicaces a favor
del medioambiente, el crecimiento y la expansión permanente de la producción ganadera en América Latina
aumentarán su ya considerable huella ecológica en la
región. Las medidas públicas y privadas destinadas a reducir los costos ambientales de la expansión agropecuaria
no sólo ayudarán a proteger los ecosistemas, la biodiversidad y los recursos naturales de la región, sino que
también mejorarán las rentabilidades de las inversiones
públicas y privadas en el futuro crecimiento del sector.
Un conjunto único de políticas no puede abordar los
desafíos ambientales que plantea la producción ganadera
en todas las áreas de alc. Ahí donde hay deforestación
generalizada, un estudio descubrió que la conversión de
bosques en praderas responde principalmente a incentivos de precios (fao, 2006). En estas zonas, se requiere
poner atención especial al diseño de mecanismos de
precios adecuados para estimular conductas ambientales óptimas. Sin embargo, el mismo estudio descubrió
que en las áreas con deforestación mediana, la pobreza
motiva la constante transformación de bosques en áreas
para producción ganadera. Los pequeños propietarios a
menudo se amplían hacia bosques aledaños para compensar la fertilidad y la productividad en declive de sus
tierras. En estas zonas, el pago por servicios ambientales
y las políticas diseñadas especíicamente para aliviar la
pobreza pueden desempeñar funciones claves a la hora
de derivar el impacto de la producción ganadera sobre
el medioambiente.
a quienes talan bosques (vea una lista más exhaustiva
de tales políticas en fao, 2006);
• diseñar y adoptar políticas que incentiven la adecuada
custodia de los recursos, como los pagos por servicios
ambientales (psa), que han demostrado su efectividad
en algunas partes de alc;
• explorar oportunidades para estimular a la industria
agropecuaria a internalizar los costos de sus impactos
ambientales, como impuestos o tarifas de pastoreo en
tierras públicas;
• desarrollar una estrategia integral para priorizar el uso
de tierras en áreas sujetas a mayor riesgo ambiental
mediante la planiicación del uso del suelo, la zoniicación y las restricciones, combinadas con medidas
para estimular un desplazamiento de la producción
ganadera hacia tierras aptas y mejorar la rentabilidad
de la intensiicación de la producción;
• combinar el desarrollo de nuevas tecnologías y técnicas
de gestión sostenibles, como los sistemas silvopastoriles, para mejorar la productividad ganadera, y reducir
el impacto ambiental de la producción agropecuaria
mediante investigaciones para identiicar barreras a su
adopción y diseñar políticas para eliminarlas;
• diseñar mecanismos innovadores de inanciamiento
para promover la adopción a gran escala de tecnologías integradas de sistemas de cultivos-ganadería;
• establecer programas de certiicación de carne “ecológica” para mejorar la rentabilidad de los sistemas
sostenibles de producción ganadera; y
• mejorar la iscalización de leyes vigentes que afectan la
interfaz ganadería-medioambiente, como el Código
Forestal de Brasil.
Tomando en cuenta diferencias regionales en la interfaz
ganadería-medioambiente, otras medidas necesarias en
América Latina incluyen lo siguiente 12:
• identiicar y transformar políticas que estimulan conductas que desembocan en la degradación ambiental
en el sector, como subsidios que promueven el sobrepastoreo y la práctica de entregar títulos de propiedad
12 Un conjunto más detallado y especíico de recomendaciones se
puede encontrar en fao (2006) y Steinfeld et al., (2010).
68
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Conclusiones
El extraordinario crecimiento registrado por la industria
agropecuaria y de productos de origen animal de alc
durante los últimos 10 años probablemente continuará
en la próxima década, aunque a un ritmo más lento.
La ganadería seguirá contribuyendo enormemente a la
seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y el
crecimiento económico general de la región. Brasil continuará dominando la industria y los avances en materia
de productividad cobrarán mayor importancia para el
crecimiento del sector, el que se verá afectado aún por
problemas asociados a las enfermedades.
El conlicto entre el desarrollo de la industria y su impacto
ambiental requerirá un enfoque más decidido pero equilibrado a la vez, que considere inversiones en una amplia
gama de investigaciones e infraestructura, prevención y
erradicación de enfermedades, educación y capacitación,
y otras medidas para mejorar la productividad y rentabilidad. Ello, en conjunto con políticas de desarrollo pecuario
sostenible, educación y diversos incentivos para ayudar a
la industria a transitar hacia mayor sostenibilidad y menor
degradación ambiental. Cualquier enfoque que se adopte
requerirá adaptaciones para dar cuenta de las enormes
diferencias en términos económicos y ambientales que
caracterizan a los países de esta región.
Pesca y acuicultura
Un futuro productivo cada vez más dependiente de los cultivos
No exenta de problemas y aún con un bajo reconocimiento y apoyo estatal, la acuicultura
comienza a erigirse como la alternativa productiva llamada a dar mayor estabilidad a una
producción pesquera regional fuertemente dependiente de las faenas extractivas tradicionales.
Estas últimas ya muestran signos de agotamiento o incapacidad para desarrollarse con
energía, frustrando así su promesa de brindar estabilidad laboral, una producción de
alimentos creciente y divisas.
Hechos
* Aunque en 2010 la acuicultura representó sólo
un 14,1% del desembarque pesquero en la región,
los cultivos ya aportaron un 40,3% de los totales a nivel mundial. Se proyecta que en 2012 la
acuicultura mundial signifique prácticamente un
50% de los desembarques destinados al consumo
humano.
* En 2010, la pesca extractiva regional experimentó una fuerte caída, completando una década con
importantes pérdidas, tanto en sus principales
recursos, como en aquellos sujetos principales
de la explotación artesanal de pequeña y mediana escala.
Tendencias
La captura extractiva en ALC disminuye en
forma notoria y los cultivos crecen moderadamente en
La acuicultura regional siguió avanzando a paso moderado en el 2010 (2,2% respecto a 2009), alcanzando
la cifra récord de 1,92 millones de toneladas, valoradas
en us$ 7.852,3 millones (fao, 2012f ). Por su parte, la
pesca extractiva disminuyó en 23,4% respecto a 2009,
alcanzando a 11,71 millones de toneladas, el menor vo-
* A pesar de la creciente influencia de la acuicultura
regional, la pesca de pequeña escala sigue siendo
insustituible como fuente generadora de trabajo
en alc. En conjunto, el sector genera entre 1,3 y 1,4
millones de empleos, la gran mayoría de los cuales
aún se relacionan con pesca costera artesanal.
* En el período 2008-2010, Sudamérica mantuvo
su liderazgo como proveedor regional de pesca
(85,1%) y acuicultivos (83,9%).
* La alta dependencia de los países desarrollados de
las importaciones pesqueras y los crecimientos moderados de los mercados internos regionales garantizan una fuerte demanda futura para la producción
pesquera, especialmente de cultivo, en alc.
lumen desde 1983, con lo que alc redujo su incidencia
en las capturas mundiales de ese año a sólo un 13,2%.
Así, entre los años 2000 y 2010, la pesca extractiva y el
desembarque total regional disminuyeron en un -5,1%
y -4,1% anuales, respectivamente, mientras los cultivos
progresaron a tasas de un 8,6% anual. Las tasas de variación anual de la pesca y del desembarque total son
negativas en el período 2000-2005 y se desmejoran aún
más entre 2005 y 2010. Lo mismo ocurre en los cultivos,
que moderan su velocidad de crecimiento de 12,5% a
4,9% anual entre ambos quinquenios.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
71
La pérdida del dinamismo en los desembarques de alc
es preocupante y releja problemas de disponibilidad
en las principales pesquerías regionales (especialmente
anchoveta, sardina araucana y jurel chileno), en un contexto de cambio climático y falta de recursos inancieros para estudios más acabados. El fenómeno también
revela rigideces más bien estructurales en la acuicultura
de muchos países (materias regulatorias; falta de visión
de largo plazo y de estrategias de desarrollo efectivas; de
disponibilidad de tecnologías; de avances en la investigación; pobre impulso a la pequeña producción, etc.).
Esto, mientras los mercados pesqueros mundiales siguen
activos, la pesca silvestre no progresa y alcanza discretas
88,6 millones de toneladas en 2010 (entre 2000 y 2010,
la pesca extractiva disminuyó un -0,5% anual, como
resultado de aumentos de +0,5% anual en China y bajas
de un 0,8% anual en el resto del mundo) y los cultivos
totales, ascendientes a 55,9 millones de toneladas en 2010
avanzan a un ritmo de 6,3% anual (5,5% en China; 7,8%
en el resto del mundo).
Disminuye la pesca de principales especies pelágicas y se reducen, en menor grado, las capturas de las especies restantes
La pesca extractiva en alc está centrada especialmente
en cuatro especies pelágicas (las indicadas anteriormente
y la sardina Monterrey), las que en conjunto representaron más del 50% del total en el período 2001-2010. En
esta década, la pesca de estas especies decreció a razón
de 414.000 toneladas anuales, por lo que la captura en
2010 representó sólo un 57% de lo pescado en 2001. A
la vez, los restantes recursos pesqueros, parte importante de ellos producto de la pesca artesanal, muestran
pérdidas medias de 18.000 toneladas anuales en el mismo período. Si se consideran las 6 especies más importantes, su pesca en alc disminuye a razón de 367.000
toneladas anuales, y las especies restantes –buena parte
originadas en la pesca de pequeña escala- bajan 66.000
toneladas anuales, relejando el sostenido desgaste de los
recursos pesqueros en los que se sustenta la subsistencia
de importantes contingentes de pescadores artesanales
en la región. Estos hechos deben constituir materia de
atención preferente de los encargados gubernamentales
que velan por la sostenibilidad de la pesca de pequeña
escala, pues esta actividad continúa siendo una fuente
insustituible de trabajo y producción de alimentos en
buena parte de la región.
72
Durante 2010, la pesca extractiva regional continuó
concentrándose en América del Sur (82%) y luego en
Centro América (16%), correspondiendo tan sólo un
2% al Caribe.
La acuicultura alcanza niveles récord de producción
La producción acuícola aumentó 129% durante el período 2000-2010, (de 839.000 toneladas a 1,92 millones de toneladas), cosechándose en 2010 los récords de
602.000 toneladas de peces de agua dulce (+9,1% anual)
y 503.000 toneladas de crustáceos (+12,5% anual), con
314.000 toneladas de moluscos (16,3% anual). A pesar
de disminuir en 2010 respecto al 2009, los peces diádromos (salmones y otros), con 497.000 toneladas (+3,3%
anual) completaron un ciclo de expansión moderada en
la década; en cambio, los peces marinos siguen produciéndose en cantidades muy poco signiicativas (3.100
toneladas en 2010; 1,7% anual), por marcadas carencias
de tecnología y enormes diicultades para procesar permisos de cultivo.
La acuicultura marina regional representa un 56,6% del
total del rubro, y los cultivos en agua dulce el 43,4% restante. Los 34 países y territorios regionales con cosechas
en 2010 (46 con pesca extractiva) cultivan 86 especies,
mientras la pesca silvestre se basa en la explotación de
464 recursos. América Central y del Sur cultivan cada
una 62 especies, y en el Caribe se producen solamente
18.
El mayor dinamismo de la acuicultura regional respecto
a la pesca extractiva signiicó que en 2010 esta actividad
ya representó un 14,1% del desembarque total, frente
a un 4,1% en 2000 y tan sólo un 1,2% en 1990. Prácticamente, un 86% de los cultivos en alc provienen de
América del Sur (2010), un 12% de América Central y
un 2% del Caribe.
La pesca y acuicultura regional continúan mostrando altos índices de concentración
Las cifras obtenidas en el año 2010 reairman la concentración de la actividad pesquera regional en pocos países
y especies. Tres naciones (Perú, Chile y México) aportan
el 72% de la pesca extractiva, y sumando Argentina y
Brasil, se totaliza el 86% de esos desembarques. Por su
parte, las 10 especies más importantes capturadas representan un 70% del desembarque silvestre.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
En el caso de la acuicultura, Chile, Brasil, Ecuador y
México aportaron el 81% de lo cultivado en 2010, y las
5 especies más importantes en cultivo representaron un
67% de la cosecha. Hasta esta fecha, la acuicultura en
alc se basa principalmente en especies introducidas y no
nativas, situación que se explica por razones de mercado,
de disponibilidad de tecnologías y otras.
Los mercados y el comercio internacional pesquero continúan muy dinámicos
El comercio pesquero mundial sigue su tendencia ascendente, con exportaciones totales de us$ 97.123 millones
y unos 32,6 millones de toneladas en 2009. Las estimaciones preliminares para 2010 y 2011 son de fuertes
incrementos, que las harían ascender a unos us$ 126.100
millones, con proyecciones aún mejores para 2012 (us$
138.000 millones). alc representa alrededor de un 12%
de los valores de venta (us$ 11.467 millones) y un 17%
del volumen (unas 5,5 millones de toneladas) en 2009. La
región es una importante exportadora neta de productos
pesqueros, con excedentes de unos us$ 8.515 millones
en 2009, los que constituyen una importante ayuda a
la balanza de pagos local. Este superávit aumentó unos
us$ 257 millones anuales (moneda constante del 2010)
entre 1984 y 2009. Sólo Centro y Sur América muestran
saldos exportadores positivos, ya que desde el año 2001
el Caribe se transformó en importador neto de productos pesqueros, importando us$ 237 millones (moneda
constante del 2010) en 2009. alc importó unos us$ 3.154
millones en 2009, cifra que ha aumentado progresivamente desde al menos 1984, a razón de us$ 85 millones
por año (moneda constante del 2010).
En 2009, alc exportó principalmente pescados y mariscos frescos y congelados (64,3% del valor total) y harina
y aceite de pescado (22,7% del total), aunque los primeros representaron sólo un 38,8% del tonelaje vendido
al exterior, y los segundos, un signiicativo 51,4%. A la
vez, las importaciones de alc en 2009 correspondieron
principalmente a pescado fresco y congelado (46,9% del
valor total), pescado en conservas (24,9%), seco, salado
y ahumado (12,5%) y mariscos en diversas preparaciones
(9,8%).
Los valores medios de las exportaciones pesqueras de la
región han tendido a aumentar moderadamente en los
últimos 20 años, correspondiendo en 2009 a us$ 2,2 por
kilo. Lo opuesto ocurre a nivel mundial, donde éstos
han disminuido levemente, alcanzando el valor de us$
3,2 por kilo (moneda constante del 2010). Eso sí, desde
el año 2001 se evidencia una moderada, pero persistente
alza en los precios medios de exportación mundial y de
la región. Los precios medios de exportación de alc son
inferiores a la media mundial, por la alta incidencia de
la harina y el aceite de pescado. En contraste, los valores
‘ex - granja’ de los productos de la acuicultura regional
(us$ 4,1 por kilo) superaron ampliamente al promedio
mundial (us$ 2,0 por kilo) en el año 2010. En este caso, la
región es superada únicamente por Oceanía, con valores
medios de us$ 5,5 por kilo en ese período.
En general, los mercados pesqueros siguen mostrando
dinamismo y han absorbido la creciente producción
pesquera mundial a precios que, al igual que lo acontecido con otros alimentos, aumentan sustancialmente
en 2010 y 2011, especialmente en productos de la pesca
extractiva (Figura 19). También se veriica una creciente
demanda por harina y aceite de pescado, elaborados mayoritariamente en base a pesca silvestre, productos que
no alcanzan a satisfacer los requerimientos mundiales.
Así, estas materias primas, bases de las dietas para la
producción animal, enfrentan actualmente y a futuro la
competencia de productos sustitutos, algunos de los cuales, como derivados de soya y diversos aceites vegetales,
son desde hace algún tiempo motivo de serios esfuerzos
de investigación y desarrollo.
Figura 19
Índice de precios de productos de la pesca
y acuicultura. Período 2006-2011
160
Indices de precios, 2002-2004=100
Continúa la pérdida del dinamismo en pesca
y cultivos
156
155
Total
150
Acuicultura
154
149
148
145
140
Pesca
132
130
125
120
115
137
137
136
136
135
131
126
124
119
117
114
120
119
115
110
2006
2007
2008
2009
2010
2011
Fuente: fao, Food Outlook, Mayo 2011
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
73
Nuevos y antiguos desafíos son motivo de inquietud para Gobiernos y productores de pequeña escala
El cambio climático afecta la disponibilidad y distribución de los recursos pesqueros en formas aún no bien
conocidas, junto con modiicar los entornos de cultivo.
Estas variaciones, sumadas a la creciente acidiicación de
los océanos - lo que hace peligrar la biodiversidad - y a
los nuevos enfoques sistémicos para intentar enfrentar
las mermas en la pesca tradicional, requieren de mucho
mayor atención e inversión de los gobiernos y productores. Igual cosa sucede con la emergencia de nuevas
doctrinas de bioseguridad y ordenamiento, tendientes
a garantizar la sostenibilidad de la pesca y la acuicultura
del futuro. Claramente, estos problemas escapan a las
posibilidades y complican nuevamente al pequeño y
mediano productor, el que no puede resolverlos por sí
solo. Otro tanto ocurre con operadores de mayor escala,
situación que obliga a los diversos Gobiernos a diseñar
nuevas políticas públicas y encabezar la aplicación de
estrategias participativas para enfrentar estos retos en
forma compatible con las posibilidades económicas y
operacionales de los gestores, y velando por la sostenibilidad biológica, ambiental y laboral.
Las nuevas vertientes productivas ameritan
mayor atención
La pesca deportiva, el cultivo de peces ornamentales y la
‘resiembra’ del borde costero son actividades altamente
prometedoras en muchos países, y ameritan una mayor
atención pública y privada, en los afanes de abrir nuevos
cauces al empleo sectorial y/o buscar la sustentabilidad
productiva. En este contexto, están en marcha importantes programas de repoblamiento en aguas continentales
de Argentina, Brasil, Cuba y México. El caso de la pesca
deportiva es especialmente interesante, por su asociación con el turismo, mientras la producción de peces
ornamentales en pequeña escala puede convertirse en
una posible fuente de ingresos para pequeñas comunidades rurales o para pobladores urbanos, quienes pueden
cultivarlos en sus propios domicilios con inversiones y
tecnología al alcance de la mano.
74
Perspectivas
Los Estados de la región deberán mejorar la
gobernabilidad del sector para desarrollar su
potencial.
Cifras preliminares de fao indican que las 148,5 millones
de toneladas desembarcadas en 2010 a nivel mundial
podrían aumentar a unas 154 millones de toneladas en
2011 (90,4 millones de toneladas de capturas silvestres y
signiicativas 63,6 millones de toneladas de cultivos). Así,
la disponibilidad media mundial de pesca comestible por
persona en 2011 alcanzaría a 18,8 Kilos/año (51% aportado
por pesca extractiva, y un 49% por la acuicultura). De
lograrse los 157,3 millones de toneladas proyectados para
2012 - 2,1% de aumento respecto a 2011 (fao, 2012g) -, la
disponibilidad de pesca comestible por persona aumentará a 19,2 kilos/año, con prácticamente un 50% aportado por la acuicultura, proporción que debe continuar
creciendo en las próximas décadas, marcando el claro y
deinitivo predominio de los cultivos en el desembarque
pesquero y en su uso para alimentación humana.
La demanda mundial por productos pesqueros continuará aumentando. La mayor parte de los países desarrollados seguirá demandando productos pesqueros,
que ni sus lotas ni sus cultivos pueden proporcionarles
en sus respectivos territorios, y consecuentemente, dependerán en forma destacada y sostenida de las importaciones. Aquí, alc puede contribuir signiicativamente
a la oferta futura en base a la acuicultura, pues no se
esperan desarrollos en la pesca extractiva regional que
puedan modiicar signiicativamente los niveles de captura. Agregando sus crecientes necesidades en el mercado
doméstico, existe un promisorio panorama de mercado
que justiica incrementos importantes en los cultivos de
esta zona, los que deben traducirse en la generación de
empleos, divisas y alimentos.
Una vez más, los gobiernos deberán decidir si enfrentan estos desafíos y oportunidades como es requerido,
generando condiciones adecuadas para el impulso a la
acuicultura y la pesca de pequeña y mediana escala,
como para la gran empresa. Como se ha señalado anteriormente (cepal/fao/iica, 2011), la gobernabilidad
sectorial debe mejorar sustancialmente, tanto para abrir
nuevas oportunidades productivas y laborales, como
para dar viabilidad al productor de recursos limitados.
Así, por ejemplo, se requieren nuevos enfoques para
la capacitación organizacional y laboral del pequeño
productor, pues lo realizado hasta la fecha, con fuertes
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
sesgos paternalistas, no ha rendido los frutos esperados.
Sin un claro liderazgo y accionar gubernamental, la pesca
y, particularmente, la acuicultura regional, no podrán
acercarse ni medianamente a sus potenciales, garantizar
estabilidad productiva y laboral, ni cooperar como se
podría, a la seguridad alimentaria.
La globalización y el consumidor dictan sus
normas, y el pequeño productor carece de incentivos para adecuarse a las nuevas circunstancias
En diversos períodos, el avance tecnológico constituyó el
principal impulso para desarrollar la pesca y la acuicultura, mientras que actualmente, y en el futuro previsible,
“el mercado” y las demandas de los consumidores orientarán cada vez más la producción, obligando a pescadores y acuicultores a asumir sus requerimientos, so pena
de perder las oportunidades de venta. Adicionalmente,
la globalización de los mercados y las importaciones
obligan a mejorar la productividad y la eiciencia de
los pequeños y medianos productores, aunque éstos se
especialicen en la venta de productos ‘en fresco’, pues
estas presentaciones compiten cada vez más con alternativas congeladas, en conserva, etc. Así, es indispensable
incorporar más y mejor tecnología en todos los eslabones
de la cadena productiva pesquera, y promover mejoras en
los estándares de gestión y comerciales, para responder
a las nuevas demandas en forma adecuada.
No obstante, en la práctica, lo anterior resulta difícil de
lograr, pues existen rigideces que diicultan la incorporación de nuevas técnicas y equipos. A modo de ejemplo,
puede señalarse que es usual que el pequeño y mediano
productor sólo sea remunerado con una pequeña fracción del precio pagado por el consumidor inal (tal vez
20%-35%), lo que, en la práctica, desmotiva a los productores a modernizarse. Más aún, las mejoras de calidad
en los productos, que resultan de la incorporación de
tecnologías, no son habitualmente recompensadas con
mejores precios. Además, debido a la poca transparencia
de los mercados, los comerciantes e intermediarios se
apropian de la mayor parte de los ingresos por venta.
Estos aprovechan asimetrías, carencias de información y
el aislamiento de muchas caletas y sitios de cultivo para
imponer sus condiciones comerciales, generándose un
círculo vicioso que condena a la producción de pequeña
escala al “inmovilismo tecnológico” y a la pérdida de
competitividad. Estas situaciones, sumadas a la creciente
escasez de la pesca costera y a la internacionalización de
los mercados, comprometen severamente la estabilidad
laboral del pescador artesanal y del acuicultor de recursos
limitados.
Estas realidades y las crecientes demandas por certiicaciones, uniformidad, porcionamiento, embalaje, rotulación, trazabilidad y otros atributos, desafían las capacidades del productor de recursos limitados y obligan a
repensar sus esquemas organizacionales y productivos,
siendo urgente y generalizada la necesidad de ayuda gubernamental para superar estos escollos.
Nuevas alternativas productivas se abren camino en ALC y varias requieren del apoyo Estatal y de una activa interacción con el pequeño
productor.
La reproducción y cría de alevines de peces y la producción de semillas de moluscos y crustáceos requieren de
instalaciones, inversiones y técnicas que habitualmente
no están al alcance del pequeño productor, por lo que
el desarrollo de los cultivos de pequeña escala necesita
casi obligatoriamente de fuentes de provisión coniables
y competitivas de terceros. Estos mismos alevines y semillas también son necesarios en programas de “repoblamiento”, para suplementar la disponibilidad de recursos
naturales, ayudar a sostener los niveles de pesca extractiva
y dar mayor sustentabilidad a comunidades pesqueras
que ven mermar los recursos que explotan. Aunque ya
existen proveedores privados de juveniles y semillas, su
nivel de actividad todavía puede ser limitante para un
buen desarrollo de estas iniciativas, por lo que es necesario que los gobiernos adopten políticas proactivas para
el suministro de estos insumos. La resiembra del borde
costero, técnica ampliamente difundida en Asia y de uso
en aumento en otros sitios (lenguados en Chile, juveniles
de róbalo en Brasil, etc.) amerita estudiarse a cabalidad
en alc, por su alto impacto potencial. Inclusive, actualmente ya pueden capturarse especies a pocos meses de
alcanzar sus pesos/tamaños de cosecha normales, para
completar su crianza en cautiverio, combinando así pesca
y acuicultura, en un esfuerzo para obtener recursos de
mejor calidad, mayor precio y/u oferta más regular. En
el caso del erizo, por ejemplo, casi puede duplicarse el
peso comestible, mejorar sabor y color y favorecer la
frescura de las ventas, criando en forma controlada y
por sólo algunos meses, ejemplares de tamaño adecuado
extraídos del medio silvestre.
En el futuro, los programas de resiembra y la acuicultura
de recursos, hasta hoy limitados, se verán muy favorecidos con la incorporación de alimentos balanceados de
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
75
menor valor –actualmente en desarrollo- que sustituyan
parcial o totalmente la harina y el aceite de pescado por
símiles de origen vegetal y/o productos sintéticos.
Adicionalmente, a mediano plazo, el desarrollo tecnológico proveerá de sistemas eicientes para abordar la
así llamada “aquaponía”, sistema que integra el cultivo
de peces y plantas sin suelo (hidroponía) en sistemas
cerrados que aprovechan los desechos metabólicos de
los peces para alimentar las plantas, mientras en paralelo
se limpia el agua y se mantienen niveles adecuados para
la vida animal. Igualmente, la creciente demanda por
biocombustibles, pigmentos y productos medicinales
ha abierto nuevas perspectivas al uso de macro y micro algas cultivadas y/o extraídas del medio natural. En
ocasiones, se utilizan macroalgas para la producción de
bioetanol, mientras diversas microalgas se cultivan en
piletas abiertas o sistemas cerrados para producir astaxantina, otros pigmentos y antioxidantes, etanol o biodiesel.
Todas estás técnicas aún están en evolución, y junto a
los cultivos multitróicos integrados -donde los desechos
de una especie son reciclados para convertirse en aportes (fertilizantes, alimentos) para otra-, darán origen a
nuevas posibilidades de empleo e inversión aplicables
en pequeñas comunidades. Finalmente, y como ya se
ha mencionado, en alc aún existen interesantes posibilidades de producir peces ornamentales con ines de
exportación y uso doméstico, lo que da origen a nuevas
opciones laborales sostenibles de pequeña escala.
¿Falta de condiciones o necesidad de nuevas
estrategias?
En la región, existen países y territorios que disponen de
amplias perspectivas para el desarrollo (o aumento) de su
acuicultura y hacen caso omiso de esta oportunidad, o no
la incluyen dentro de sus prioridades nacionales. Este es
el caso de Argentina y Brasil, con actividades pesqueras
marinas de importancia, pero sin cultivos marinos desarrollados. Lo mismo ocurre en la mayor parte del Caribe,
donde existiendo pesca, aunque sea en forma reducida, la
acuicultura todavía no adquiere mayor relevancia, a pesar
de su posibilidad de contribuir al desarrollo económico
y social y a la seguridad alimentaria. En el primer caso,
solo queda desear que los respectivos gobiernos asignen
mayor prioridad a estos cultivos, y en el caso del Brasil,
que se despierte un mayor interés por revertir un masivo
déicit de productos pesqueros, que ya sobrepasa los us$
1.000 millones anuales. En el Caribe, más allá de los
esfuerzos realizados y en ejecución, es deseable reforzar
el trabajo mancomunado y la eventual especialización
76
de países/territorios en determinados temas productivos
o de servicio, para generar empresas de buen tamaño y
económicamente eicientes, que cubran la totalidad o
parte de la demanda regional agregada. Existen muchos
problemas y carencias comunes en la zona, y otro tanto
ocurre con los potenciales, por lo que este enfoque parece
realista. Así, por ejemplo, podría pensarse en producir
o proveer diversos productos o servicios bajo normas
comúnmente aceptables en uno o más territorios/países,
para cubrir desde allí la demanda “agregada” de la región
(o de parte de ella) de semillas de moluscos; juveniles de
peces; reproductores libres de enfermedades; alimentos
balanceados, vacunas, etc.; escuelas técnico-profesionales; carreras universitarias; laboratorios especializados;
instituciones de investigación y desarrollo; consorcios
para la exportación conjunta de productos, etc. Bajo este
esquema, cada territorio puede importar y/o exportar los
insumos y/o servicios más requeridos o que mejor puede
producir, respectivamente, beneiciándose el conjunto
de naciones y territorios con mejores niveles de competitividad, aumento en el empleo y en la producción
de alimentos, y un alivio en las importaciones desde
terceros orígenes. Estos asuntos deben ser materia de
estudio acabado desde ya, especialmente si se considera
que 13 de 18 naciones caribeñas eran importadoras netas
de productos pesqueros en 2009, (-us$ 222 millones, y
-101.000 toneladas de saldos netos). Las naciones centroamericanas son todas exportadoras netas, mientras que
en Sudamérica, 5 de 13 países tienen saldos importadores
netos, que ascendieron a -us$ 877 millones en 2009.
Destacan aquí Brasil y Venezuela.
La región deberá racionalizar el uso de la pesca
y diversificar en acuicultura
Las limitaciones de la pesca extractiva de recursos tradicionales de la región sugieren que su explotación futura se alinee en torno a tres ejes centrales: (1) Mejores
niveles de gestión del recurso biológico, para garantizar
su sostenibilidad, (2) Menores descartes en la fauna de
acompañamiento, y (3) Mejor utilización y menores pérdidas de post-cosecha. En el primer caso, la aplicación
de buenas prácticas y una mejor gestión del Estado son
insoslayables. En los aspectos restantes, la iniciativa está
principalmente en manos de los actores productivos, que
requieren orientación y capacitación. En la acuicultura
de alc predomina actualmente la intención de diversiicar la producción, incorporando cada vez más especies
autóctonas al cultivo. Aunque es previsible que las especies ‘exóticas’ continúen predominando en las cosechas
por al menos una década o más, el cultivo de especies
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
nativas debe rendir frutos crecientes, especialmente a
contar de la próxima década. Para que esto ocurra, eso
sí, las partes interesadas (Estados, universidades, centros
de desarrollo, etc.) deben coordinar mejor sus esfuerzos,
concentrándose en un número limitado de especies sobre
las cuales se intensiiquen los estudios y pruebas. Solo así
se logrará responder a las innumerables incógnitas que
aún retrasan la expansión de esta nueva e importante
acción diversiicadora.
Recomendaciones de políticas
Elaborar estatutos y políticas ad hoc para el
productor de recursos limitados y de pequeña
y mediana escala
Se hace indispensable que los Gobiernos diseñen estatutos, regulaciones y políticas efectivas, aplicables al
productor de pequeña escala y recursos limitados en
acuicultura y pesca, ya que éstos, siendo muy numerosos
en alc, están en maniiesta desventaja con operadores de
mayor tamaño y no pueden progresar fácilmente bajo
las condiciones prevalecientes en casi todos los países y
territorios. Actualmente, no sólo les es difícil incorporarse a estas actividades, lidiando con trámites, plazos de
hasta varios años, informes y costos, sino que también
permanecer en ellas como operadores legalmente establecidos. Una normativa ad hoc ayudaría signiicativamente
a dar sustentabilidad e incluso ampliar la base de empleabilidad ligada a esta importante vertiente laboral. A
la inversa, la carencia de las mismas continuará avalando
un vacío estatutario que ha condenado por décadas al
pescador y acuicultor de pequeño tamaño a una vida
en la marginalidad económica, educacional, legal y social, con escasas perspectivas de desarrollo. Las mejoras
en la gobernabilidad sectorial constituyen un requisito
fundamental para potenciar la contribución de la pesca
y la acuicultura en alc, y para dar sostenibilidad a pescadores y acuicultores de pequeña escala en sus actuales
esfuerzos productivos.
Mejorar los niveles de gestión pública, favoreciendo el planeamiento a largo plazo
La complejidad y urgencia de los problemas diarios que
aquejan a la pesca y la acuicultura regional, resultan
frecuentemente en acciones gubernamentales volcadas a atender las necesidades inmediatas. Todo ello, en
ausencia de una visión de conjunto y de objetivos y
metas de largo plazo (10-15 años) que contextualicen
apropiadamente las acciones. De esta forma, los diversos
actores carecen de orientaciones que deinan claramente
las mejores oportunidades sectoriales, se progresa en
forma sinuosa y se desaprovechan y malgastan recursos.
Por todo lo anterior, es indispensable generar planes
y estrategias sectoriales a largo plazo, en particular en
lo referente a los productores más desprotegidos. Sobre la base de estas visiones, planes y de las urgencias
más inmediatas, deberían seguidamente elaborarse los
planes anuales para el gobierno y las diversas regiones,
disponiendo simultáneamente de mecanismos de evaluación permanente, y si es posible, de veedores externos
para garantizar el mejor uso de los recursos públicos y la
efectividad de las acciones ejecutadas. El planeamiento
anual o plurianual debe ser cuidadoso y la evaluación de
resultados rigurosa y frecuente. Estas mismas doctrinas
también deben aplicarse a los programas de capacitación,
los recursos utilizados en investigación y desarrollo, la
generación de información sectorial, etc.
Impulsar las buenas prácticas a lo largo de las
cadenas productivas
Los requerimientos de sostenibilidad de los recursos
biológicos y en cuestiones ambientales a mediano y largo plazo, como la satisfacción de las demandas de los
consumidores, imponen la necesidad de aplicar buenas
prácticas de producción y manejo a lo largo de todas las
cadenas productivas. Consecuentemente, los Gobiernos deben velar por su gestación y aplicación irrestricta,
y si es necesario, deben apoyar y capacitar al pequeño
productor para que pueda asumirlas y utilizarlas. Por
cierto, la fao ya ha desarrollado una serie de valiosas
propuestas al respecto, cuyo uso debe difundirse aún
con mayor énfasis (fao 1995, 1997, 2009b), junto con
el enfoque ecosistémico en pesca y acuicultura. Evidentemente, órganos consultivos regionales como la Red
de Acuicultura de las Américas (raa), y/o la Comisión
de Pesca Continental para América Latina (copescal)
y otros pueden servir de apoyo para estas importantes
gestiones.
Formalizar y transparentar los mercados
Desde hace años subsisten diversos problemas de mercado que afectan severamente a productores (especialmente
los de menor tamaño y que trabajan en forma aislada) y
consumidores en alc. Como resultado de carencias de
información, falta de sitios públicos de venta, y otras
fallas de comercialización, los primeros son mal remunerados por su esfuerzo, mientras que el consumidor
recibe productos de calidad mejorable, a altos precios.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
77
Por esto, es necesario enfrentar las asimetrías comerciales
que favorecen a los intermediarios y la falta de incentivos
para tecniicar las faenas productivas, generando información oportuna y adecuada que oriente a los agentes
productivos en sus afanes de cubrir la demanda a precios
razonables y consistentes con sus esfuerzos. Para esto, es
necesario favorecer la creación y operación de mercados
formales en los que se transe el producto, así como se
registre y distribuya información oportuna sobre precios y cantidades de primera venta. Con ello, mejora
la capacidad negociadora del productor y se facilita la
apropiación gradual de mayores proporciones de los
precios pagados por el consumidor. De este modo, se
incentivaría la introducción de mejoras tecnológicas y
la competitividad.
Finalmente, es necesario proponer categorías de calidad
estandarizadas y conocidas para los diversos productos
transados en los mercados pesqueros. Cada categoría de
producto (“premium”, “de primera”, “calidad industrial”,
etc.) debe tener atributos perfectamente establecidos y
conocidos, de manera que productores y consumidores
sepan qué ofrecer y demandar para los diversos usos. Este
proceso de estratiicación debería generar diferencias de
precios entre las distintas calidades, que premien lo mejor
con valores más altos, incentivándose así la tecniicación
productiva y la búsqueda de la excelencia.
Transacciones comerciales mejor estructuradas, normas
de calidad para regular la comercialización y la producción y la transparencia en la información, deberían
ayudar también a controlar los precios al consumidor y
potenciar las ventas. Los gobiernos de alc deben hacerse cargo de esta importante problemática que afecta al
pescador y acuicultor de recursos limitados y pequeña
escala, pues no reconocerla y ayudar a resolverla implica
dilapidar esfuerzos y recursos en medidas de apoyo a
la producción u otras fases de trabajo, los que pueden
frustrarse por las limitaciones recién expuestas.
Priorizar la evaluación continua de los recursos pesqueros
Las disminuciones en las capturas y el empleo artesanal
del rubro justiican un interés constante y prioritario
por mejorar el conocimiento y los sistemas de gestión
relativos a los recursos pesqueros, situación que necesariamente requiere del fortalecimiento de los sistemas
estadísticos en uso.
78
Mejorar las metodologías de capacitación y
ampliar su alcance
El “nuevo” enfoque pesquero, las nuevas orientaciones de
diversiicación de la acuicultura, las alternativas productivas emergentes ya enunciadas, más las crecientes exigencias de los consumidores y de los mercados, requieren
necesariamente de pequeños y medianos productores
mejor capacitados y organizados. Por esto, y para garantizar la sostenibilidad ambiental, es necesario diseñar y
aplicar nuevas y más efectivas políticas y programas de
capacitación. En el caso del pequeño productor (pesca
y acuicultura), es sabido que además de asuntos productivos, existen importantes falencias en materias organizacionales, gerenciales, comerciales y inancieras, por lo
que es necesario poner especial énfasis en estos asuntos
al pensar en capacitar. En particular, parece importante
ayudar a generar “conciencia empresarial” en el pequeño
productor, educándolo en materias comerciales y inancieras, de manera de favorecer su capacidad de autogestión económica y inanciera en el mediano y largo
plazo, una vez completado el esfuerzo de capacitación.
Para esto, se pueden seguir modelos de acción que ya han
sido probados en el sector agrícola en diversos lugares
(funder Honduras y en el Perú, por ejemplo).
La importancia crítica de la gobernabilidad y las fallas
detectadas en la región hacen necesario, además, desarrollar programas de capacitación para funcionarios del
Estado y de otras organizaciones regionales implicadas
en los procesos de gobierno y desarrollo sectorial, para
el mejor desempeño y la sostenibilidad de la pesca y la
acuicultura. La similitud de la problemática entre muchos países y territorios permite idear cursos de validez
universal, pudiendo tratarse las particularidades locales
mediante adaptaciones ad hoc. Estos programas pueden
ser itinerantes, con un grupo de capacitadores que ofrezca cursos en los diversos países y territorios, o bien puede
idearse centralmente, adaptarse a las diversas realidades,
y dictarse a nivel local por expertos de cada país. Lo
importante es capacitar a los funcionarios encargados
de las políticas públicas para que logren un adecuado
entendimiento de las realidades mundiales y locales, así
como de las problemáticas técnicas relativas a todas las
fases de las cadenas de valor.
es deseable que las evaluaciones se realicen por agentes
externos independientes y que los resultados sean de
dominio público.
Finalmente, debe apoyarse la creación y/o el reforzamiento de organismos gremiales y facilitar la capacitación de
sus representantes, de modo que éstos se conviertan en
agentes movilizadores eicientes para generar políticas
de consenso, y luego, para ejecutarlas con el apoyo de
sus membresías.
Por cierto que las labores de capacitación pueden ser
incentivadas si se condiciona a ellas el otorgamiento de
préstamos y/u otros beneicios inancieros y de otra índole a los productores o agentes relacionados. Igualmente,
los empleados de gobierno pueden ser estimulados a capacitarse si se impone este requisito como condicionante
para promociones laborales.
Conclusiones
Reairmándose la tendencia a la disminución de la pesca
extractiva y al aumento sistemático de la acuicultura, los
Estados deben seguir explorando medidas que mejoren
la gobernabilidad sectorial y que faciliten el pleno desarrollo de los potenciales existentes, para aumentar el
empleo, la contribución a la seguridad alimentaria y el
bienestar general de la región.
operación y supervivencia, tanto como planes de asistencia educacional y inanciera, pues de otra forma no
puede amoldarse a los requerimientos actuales del mercado, las buenas prácticas y la sustentabilidad. En este
ámbito, surge también la necesidad de que los gobiernos
se aboquen a resolver diversos problemas de mercado y
comercialización que afectan negativamente los ingresos de estos pescadores y acuicultores, y en paralelo, al
consumidor inal y a la demanda. Entre estos problemas,
destacan el establecimiento de locales formales de venta,
el desarrollo de estándares de calidad reconocidos por
todos los actores sectoriales y la generación oportuna
de información sobre precios, calidades y cantidades
ofrecidas.
En la región del Caribe, la magnitud de las carencias
actuales, sumada al pequeño tamaño de buena parte de
los países y al hecho de que varios de ellos sean importadores netos de productos pesqueros, invitan a pensar
en la solución mancomunada de problemas aines, de
manera de dar sustentabilidad económica a muchos esfuerzos que vistos individualmente, no es posible enfrentar. Igualmente, es necesario aumentar la conciencia en el
potencial de la acuicultura marina en países como Brasil
y Argentina, los que hasta la fecha han descuidado el
desarrollo de esta vertiente productiva en sus territorios,
siendo el primero el mayor importador de productos
pesqueros de alc.
El productor de recursos limitados y de pequeña escala
requiere de estatutos especialmente diseñados para su
La capacitación debe ser entendida acá como un proceso
continuo de actualización, y por ende, de largo aliento.
Más aún, para garantizar su efectividad, es necesario
evaluar sus resultados programa a programa, para medir
su real contribución al progreso sectorial. En este ámbito,
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
79
Bosques
Los bosques: claves para la seguridad alimentaria y para la mitigación
del cambio climático
Dos de los más grandes dilemas globales de la humanidad encuentran respuesta en los
bosques. Los bosques son una fuente segura de alimentos nutritivos y constituyen una fuente
de ingresos permanentes que permiten a las poblaciones rurales acceder a otros alimentos. Los
bosques, además, coadyuvan a la mitigación del cambio climático.
Hechos
* Los países de la región se han involucrado activamente en el desarrollo e implementación de
programas nacionales que fortalecen la gestión de
los bosques asociada a la mitigación del cambio
climático. En algunos de ellos, la reducción de emisiones por deforestación y degradación forestal
se ha convertido en una de las prioridades más
importantes de la gestión forestal nacional.
* La Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Desarrollo Sostenible, en el documento final “El
Futuro que Queremos” (Junio 2012), resaltó los
beneficios sociales, económicos y ambientales
que tienen los bosques para las personas, y reafirmó que la amplia gama de productos y servicios
que proporcionan los bosques crean oportunidades para abordar muchos de los problemas más
acuciantes del desarrollo sostenible.
* Durante la Reunión de la Comisión Forestal para
América Latina y el Caribe (Marzo 2012), los representantes de los países analizaron la importancia de focalizar la gestión forestal en torno a
dos temas relevantes, el cambio climático y la seguridad alimentaria. En este contexto, se espera
que en América Latina y el Caribe, la agricultura
familiar y comunitaria juegue un rol preponderante para el desarrollo forestal, con una perspectiva
más social.
* Algunos países de la región han desarrollado modelos exitosos de financiamiento forestal, como
por ejemplo, Chile con su sistema de “securitización”, que ha permitido generar un ambiente favorable para las inversiones privadas y ha permitido
iniciar el proceso de reversión de la caída de la
tasa de la forestación. No obstante, en general,
el sector forestal aún no ha conseguido captar
la suficiente atención del sistema financiero y de
inversionistas privados para actividades como el
manejo de bosques naturales o la reforestación,
en pequeña y mediana escala.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
81
Tendencias
Los países de la región están iniciando la formulación e implementación de programas para
reducir las emisiones por deforestación y degradación forestal (REDD)
En el Cuarto Informe del Panel Intergubernamental
sobre Cambio Climático, se expresó que el sector forestal es responsable de aproximadamente un 17% de
la emisiones globales de gases de efecto invernadero y
es la segunda mayor fuente de emisiones después del
sector energético. La principal causa de las emisiones en
el sector forestal es la deforestación asociada al cambio
de uso del suelo. En la 13a Sesión de la Conferencia de
las Partes del Convenio Marco de las Naciones Unidas
sobre Cambio Climático, realizada en 2007, se solicitó
a los países que exploren acciones, identiiquen opciones
y desarrollen esfuerzos orientados a evitar las causas de
la deforestación.
En el 2008, Naciones Unidas estableció el Programa de
Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (onu-redd), en el cual se contemplaron 3
países de América Latina como países piloto de la nueva
iniciativa (Panamá, Bolivia y Paraguay). Posteriormente,
en el 2010, Ecuador fue incorporado como país beneiciario, totalizando de esta manera un aporte directo para
los cuatro países de la región de alrededor de 18 millones
de dólares. El Programa onu-redd es ejecutado por un
esfuerzo conjunto entre la fao, pnud y pnuma.
Otros 10 países adicionales en la Región se han asociado a la iniciativa: Argentina, Chile, Colombia, Costa
Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Perú y
Surinam.
La fao está trabajando también en redd en México,
Perú y Ecuador con recursos del Gobierno de Finlandia.
Además de la iniciativa onu-redd, la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (ccda), con
el apoyo de la giz, está implementando el Programa
Regional redd con 8 países centroamericanos más la
República Dominicana, por un monto de alrededor de
12 millones de Euros.
Noruega suscribió un acuerdo de colaboración con
México, por 15 millones de dólares, para promover redd
en ese país. Guyana también dispone de un acuerdo
82
de colaboración con Noruega, con el mismo objetivo.
Perú dispone de un grupo redd con actores de la sociedad civil y el Estado y ha ratiicado la meta voluntaria
de reducir la tasa de deforestación neta a cero hacia el
2021. Uruguay formuló una estrategia nacional para el
cambio climático con participación preponderante del
sector forestal y Dominica ha iniciado actividades para
participar en el mecanismo global redd+. El Instituto
Nacional de Conservación y Desarrollo Forestal, Áreas
Protegidas y Vida Silvestre de Honduras creó en 2010
el Departamento de Bosques y Cambio Climático. Surinam está participando en un programa de formación
de capacidades para redd+, en el marco del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (fcpf, por sus
siglas en inglés).
En Colombia, el Banco Interamericano de Desarrollo
está apoyando la construcción e implementación de un
mecanismo para incentivar medidas y acciones efectivas
de mitigación de emisiones de carbono, por parte de
empresas e instituciones públicas, y para generar acceso
a inanciamiento para la conservación y mejoramiento
de sumideros de carbono (bid, 2011).
En resumen, los países de la región se han involucrado
decididamente en la implementación de los acuerdos
internacionales relacionados con la mitigación del cambio climático, a través de la reducción de las emisiones
asociadas al cambio de uso del suelo y a la degradación
forestal.
Se continúa promoviendo el manejo forestal
sustentable y la asociación de actividades forestales con otras actividades productivas desarrolladas por los agricultores familiares
En América Latina y el Caribe hay varios casos ejemplares de manejo forestal sostenible. La fao realizó la
sistematización de algunos de estos casos en Brasil,
Chile, Guatemala, Perú, Bolivia, Honduras, México,
República Dominicana, Nicaragua y Colombia (fao
y Junta de Castilla y León, 2011). La mayor parte de
estos casos corresponde a procesos de manejo forestal
desarrollados por comunidades campesinas y originarias o indígenas, que reciben beneicios económicos de
los aprovechamientos sostenibles que implementan.
También se analizaron iniciativas ejemplares de manejo
forestal de empresas privadas en Perú y Chile. Si bien
dichas iniciativas del sector privado buscan claramente
la rentabilidad económica, muestran un eiciente nivel
organizacional y operativo en el manejo de los bosques,
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
y destacan la conciencia y preocupación socio ambiental
que han desarrollado.
compite económicamente con otras formas de uso del
suelo inancieramente más atractivas.
En la región existen distintos enfoques para la gestión y
administración pública de los recursos forestales, lo que
se evidencia en diferencias en las políticas, las leyes y los
programas forestales nacionales. Sin embargo, la región
se caracteriza por la búsqueda de una mayor apropiación
del beneicio y uso de los recursos forestales por parte
de las comunidades locales, a través de dichas políticas,
leyes y programas.
La supericie cubierta por bosques en América Latina y
el Caribe está disminuyendo. Se estima que la pérdida
de bosques en la Región es de 3,95 millones de hectáreas
al año (0,40%). La pérdida de cobertura forestal a nivel
global es de 0,13% al año (Cuadro 9).
Al respecto, un tema destacado discutido en la pasada
reunión de la Comisión Forestal para América Latina y
el Caribe (coflac), realizada en marzo del 2012 en Paraguay, fue la importancia de promover una integración
más efectiva del manejo de los bosques, la silvicultura y
los sistemas agroforestales en las actividades productivas
de la agricultura familiar. Esto, considerando que sólo
las comunidades indígenas asentadas en el interior del
bosque y algunas pocas comunidades de campesinos y
colonos, son comunidades exclusivamente forestales.
En la mayoría de los casos, los campesinos y colonos
son al mismo tiempo madereros, forestales y desarrollan
actividades agropecuarias.
Por lo tanto, la tendencia en el diseño de políticas públicas y directrices operativas para el manejo de bosques, así
como para la promoción del desarrollo agropecuario, es
considerar como aspecto relevante la integración de los
diversos sistemas productivos en las incas: silvicultura,
manejo de bosques, agricultura, ganadería, acuicultura,
pesca, etc. Esto implica la existencia de una importante
oportunidad para el desarrollo de los sistemas agro-silvopastoriles.
La cobertura forestal se pierde o degrada, en
parte, por dinámicas sociales y económicas
propias de la región, que propician el uso intensivo de los bienes forestales y el cambio de
uso del suelo
Actualmente, algunos bosques son usados solamente
para la obtención de productos forestales no madereros
(pfnm) y provisión de servicios ambientales. No obstante, una gran parte de los bosques en América Latina
y el Caribe continúa siendo utilizada principalmente
como fuente de madera. En otros casos, la madera es
sólo un producto secundario en los procesos de cambio
de uso del suelo, pues el aprovechamiento forestal no
Cuadro 9. Tasa de cambio anual del área de bosques
Período 2005 – 2010
Área de bosque
(1.000 ha)
Caribe
Tasa de
cambio anual
2005
2010
1 000 ha/año
%
6 .728
6.933
41
0,61
Centroamérica
86. 233
84.301
-404
-0,47
América del Sur
882 258
864 351
-3.581
-0,41
Total
975.309
955.585
-3.945
-0,40
Fuente: fra, 2010.
Nota: Centroamérica incluye México.
De los 3,95 millones de hectáreas que se pierden anualmente, 3 millones de hectáreas corresponden a pérdida
de bosques nativos, lo que representa a su vez al 75% de
la pérdida anual de bosques nativos a nivel mundial.
El crecimiento poblacional, la urbanización de la población y la persistencia de la pobreza son algunas de las
principales dinámicas socio-económicas que afectan a
los bosques de la región.
La población de América Latina y el Caribe pasó de 286
millones de personas en 1970 a 588 millones de personas
en 2010. El consumo aparente13 de madera en rollo en el
mismo período acompañó al crecimiento poblacional: pasó
de 228 millones de metros cúbicos en 1970, a 476 millones
de metros cúbicos en 2010 (consumo aparente per cápita de
madera en rollo de 0,81 m3/persona al año). La población
proyectada para el año 2050 en la región, de 729 millones de personas, demandará alrededor de 590 millones
de metros cúbicos de madera en rollo, lo que implica un
incremento del consumo aparente anual, en ese año, de
alrededor del 24% en relación al 2010 (coflac, 2012a).
13 Consumo aparente es la suma del volumen producido más el volumen importado menos el volumen exportado
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
83
Esta es una región con la más alta concentración de
la población en los centros urbanos. Se estima que en
el 2010, alrededor del 80% de la población ya estaba
viviendo en las ciudades. El incremento del consumo
de madera en rollo en la región está relacionado con el
crecimiento poblacional. La migración de la población
a los centros urbanos reduce la presión por la ocupación de las áreas con bosque en el medio rural, pero por
otro lado, puede incrementar la demanda de madera
para la construcción civil y la provisión de muebles en
las ciudades, y con esto la presión por la extracción de
madera de los bosques. A partir de 1995 se veriicó en
la región una clara correlación entre el crecimiento de
la población urbana y el consumo aparente de tableros
de madera, que constituyen importantes materias primas para la construcción civil. En ese año, la población
urbana superó el 70% de la población total de América
Latina y el Caribe.
La urbanización, como resultado de un proceso migratorio interno, puede facilitar además los procesos de
concentración de la propiedad en el medio rural; esto,
dado que la población que migra a las ciudades abandona
sus tierras o las vende. De manera indirecta, lo anterior
coadyuva al desarrollo de una agricultura extensiva, que a
su vez presiona por la ocupación de las áreas boscosas.
Otro de los principales problemas que enfrenta América
Latina y el Caribe es la alta concentración de la riqueza
y la persistencia de la pobreza. Si bien los niveles de
pobreza e indigencia (extrema pobreza) se han reducido
paulatinamente en los últimos años, esta disminución
se ha estancado a partir de la crisis inanciera global del
2008. Al 2010, se estimaba que un tercio de la población
de la región estaba en situación de pobreza y alrededor
del 13% de la población se encontraba en situación de
indigencia.
En el medio rural, los niveles de pobreza son sustancialmente superiores. Se estima que más del 50% de la
población rural está en situación de pobreza y alrededor
del 30% está en la indigencia.
Si bien no toda la deforestación puede ser atribuida a la
pobreza e indigencia, hay evidencia que la deforestación
está correlacionada, directa o indirectamente, con el nivel de pobreza de la población rural. De esta manera,
los esfuerzos por reducir la deforestación en la región se
enfrentan con un fuerte problema social y económico
en el medio rural.
84
La progresiva integración de la región en el
mercado global de bienes y servicios resta
oportunidades para la conservación y manejo
sustentable de los bosques, por la limitada capacidad de control del Estado
Existe la tendencia hacia el incremento de la participación de la región en el valor de las exportaciones
globales. Esto puede explicarse por el incremento en
el precio de las materias primas, pero también por
la tendencia de América Latina y el Caribe hacia la
especialización en la exportación de dichas materias,
atendiendo una creciente demanda mundial. En el
2010, alrededor del 35,6% del valor total de las exportaciones de la región ya correspondía a la exportación
de bienes primarios.
Esta tendencia se veriica también en el sector forestal,
donde las exportaciones de madera en rollo, tableros de
madera e incluso de carbón vegetal, se han incrementado
sustancialmente en los últimos años, aunque con fuertes
variaciones anuales.
Por otro lado, en el año 2010 las economías en desarrollo y en transición captaron la mitad de la inversión
extranjera directa a nivel mundial. En la región, la inversión extranjera directa neta (iedn) se ha incrementando
paulatinamente, pero con grandes variaciones anuales.
Entre 1980 y 2010, la inversión extranjera directa neta
varió en el rango de 500 millones de dólares a 100 mil
millones de dólares al año.
No existen datos consolidados para toda la región sobre
la inversión extranjera directa en el sector forestal. No
obstante, de los datos disponibles se iniere un incremento sustancial en la iedn en actividades económicas
basadas en los recursos naturales. Desde 2005 hasta 2009,
la inversión en actividades económicas relacionadas a los
recursos naturales se incrementó en términos porcentuales en más del doble, situándose en alrededor del 37% de
la iedn total de la región.
Tanto el incremento de las exportaciones de materias
primas, como la captación de inversiones directas en
actividades productivas relacionadas con los recursos
naturales de la región, constituyen una oportunidad
para fortalecer la economía regional basada en un aprovechamiento de sus recursos naturales. Para que esta
oportunidad se constituya en una ventaja competitiva,
se requiere del fortalecimiento de la capacidad del Estado
para regular y controlar el cambio del uso del suelo y el
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
aprovechamiento forestal, promoviendo un desarrollo
forestal sustentable.
Perspectivas
La valoración y el pago por los servicios ambientales de los bosques a las poblaciones locales promoverán la conservación y el manejo
adecuado de los recursos forestales
El pago por los servicios ambientales (psa) de los bosques
constituye una oportunidad para valorarlos, mejorar
la rentabilidad de las actividades forestales, así como
también para promover un manejo sustentable, y de esta
manera, evitar que se continúen deteriorando.
Actualmente se identiica un número importante de
experiencias de psa en la región, la mayoría de las cuales
está relacionada con la provisión de agua. Las experiencias muestran una gran diversidad de modalidades de
implementación del pago, pero en la mayoría de los
casos, el valor pagado corresponde a un valor establecido, el cual no tiene relación con el costo del servicio
prestado.
La fao ha documentado 27 experiencias de compensación de servicios hidrológicos proporcionados por los
bosques en países de Centroamérica y el Caribe (fao-facility, 2010). Dichas iniciativas están orientadas principalmente a pequeñas propiedades y, además, demuestran
un fuerte involucramiento de las comunidades locales,
lo que ha facilitado su implementación.
Costa Rica es el país de la región que exhibe una experiencia más vasta en la implementación de psa. Colombia cuenta con una institucionalidad ya desarrollada
y México ha implementado diversas experiencias con
fondos públicos. En este país, desde 2007 a 2011, se han
aprobado 1.056 solicitudes de compensación para protección de los bosques, por un monto de alrededor de
15,6 millones de dólares (70.851 beneiciarios), en una
supericie de 51.859 hectáreas (Lara et al., 2011).
Ecuador cuenta con un programa de gobierno denominado Socio Bosque, en el cual se paga por los servicios
ambientales de bosques conservados. Brasil, El Salvador
y Perú demuestran un importante desarrollo institucional o de políticas explícitas destinadas a fomentar los
psa. Paraguay tiene una ley especíica para el pago de
servicios ambientales.
La mayoría de los cuerpos legales que rigen los sistemas
de psa han sido aprobados en los cuatro últimos años (a
excepción de Costa Rica), lo que evidencia un entendimiento mayor de la sociedad acerca de la importancia
de los recursos forestales, que va más allá de los bienes
que proveen (fao/oapn, 2009a).
Un aspecto importante que debe ser trabajado en la
región para permitir la implementación de mecanismos
de psa es la clara deinición de los derechos de propiedad
de los servicios ambientales.
En términos generales, a partir de las diversas experiencias analizadas en Latinoamérica, se veriica que el pago
por los servicios ambientales de los bosques ha generado
un cambio positivo de conducta en la población que
paga y recibe el pago, sobre la importancia de la conservación de los recursos forestales, y de la permanencia
de sus servicios ambientales. Sin embargo, la cobertura
de programas de psa es aún muy reducida.
El sector forestal adquirirá una mayor participación en las economías nacionales y constituirá una importante fuente de ingresos en la
economía familiar
La contribución del sector forestal al Producto Interno
Bruto en la región varía entre el 2% y el 3%, de acuerdo
a consulta realizada por fao a los países, previo a la reunión de la coflac. Por ejemplo, en Ecuador, el sector
forestal contribuye con el 2,3% del pib. En Guatemala la
contribución es de alrededor del 2,6% y en Chile es de
aproximadamente el 3% del pib. Honduras informó a la
coflac que la contribución del sector forestal de su país
al pib varía entre el 6% y el 10%, siendo una excepción
en la región (coflac 2012b).
Sin embargo, se considera que estos porcentajes no
representan la real magnitud del aporte del sector forestal a las economías nacionales. Esto, porque dichos
porcentajes se reieren, en la mayoría de los países,
solamente a la actividad silvicultural y de extracción
y comercialización de la madera del bosque. No contemplan, por ejemplo, la transformación secundaria
de los productos madereros; como tampoco releja la
generación de empleo en las actividades de transporte
de la materia prima forestal, la industria y el transporte
de los productos elaborados.
En la estimación no han sido considerados los servicios
ambientales de los bosques, que son importantes para
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
85
el bienestar general de la población y para el desarrollo
de las actividades productivas.
Los porcentajes mencionados no relejan el aprovechamiento de los productos madereros (para construcción
y leña) y de los productos no madereros (para alimentación, medicina, ibras, etc.), que se usan en la inca.
Tampoco ha sido considerada la comercialización en
pequeña escala de la madera, y de los productos no madereros del bosque, que se constituyen en importantes
ingresos para algunos agricultores.
Sobre los productos forestales no madereros, que complementan los ingresos del agricultor, los países de la
región reconocen la importancia de los mismos, especialmente para las comunidades locales. El comercio
de estos productos, en general, se realiza de manera
informal, por lo que es difícil estimar el volumen, en
términos cuantitativos o monetarios, y la calidad de la
producción. En Perú, por ejemplo, se estima que del
total de exportaciones de productos forestales (que alcanzaron los 400 millones de dólares en el año 2010), el
38% corresponde a productos forestales no madereros,
tales como colorantes de origen animal, semillas, frutos,
gomas, resinas, palmito, entre otros productos. En este
país, dada la importancia de estos productos, el gobierno
otorgó concesiones forestales en bosques públicos para
el aprovechamiento exclusivo de los pfnm.
En Chile se estima que la exportación de pfnm alcanzó
cerca de 53 millones de dólares en el 2010. Si bien este
valor representa solamente el 1% de las exportaciones
anuales del sector forestal, durante los últimos años las
exportaciones de pfnm han experimentado un incremento sostenido y signiicativo; se estima además que
genera empleo para 200.000 personas en el sector rural
(coflac, 2012b).
De esta manera, se espera que el manejo sustentable de
los bosques para la obtención de madera y productos
no madereros, y la valorización y pago por los servicios ambientales, permitan aumentar la contribución
del sector forestal al pib, incrementado su importancia
económica y, además, generando importantes ingresos
para los agricultores en el medio rural.
El reconocimiento de la importancia de los bosques para la mitigación del cambio climático y
para la generación del desarrollo socio-económico nacional promoverá su manejo adecuado
y conservación
86
Bajo la perspectiva de una mayor valoración de los servicios ambientales de los bosques, -que tiene relación con
la mitigación del cambio climático-, y de un incremento
en la participación del sector forestal en las economías
nacionales y familiares, los países de la región están tomando medidas para la conservación y manejo adecuado
de los bosques.
Los países han iniciado la formulación e implementación de programas nacionales redd, han destinado áreas
forestales a la conservación de la biodiversidad y otros
servicios ambientales, y promueven el manejo forestal
sustentable, incluida la certiicación forestal.
En el último quinquenio (2005 – 2010), la supericie de
bosques de la región destinada a la conservación de la
biodiversidad se ha incrementado a razón de 3,1 millones
de hectáreas al año (fao, 2010b). Esto representa el 50%
de las áreas destinadas a la conservación de la biodiversidad declaradas anualmente, a nivel global, que alcanza
a 6,3 millones de hectáreas.
Actualmente, existe alrededor de 133 millones de hectáreas destinadas a la conservación de la biodiversidad en
la región, 60 millones de hectáreas para la conservación
del suelo y el agua, y 120 millones para la prestación de
servicios sociales; es decir, alrededor de 1/3 de la supericie
total de bosques de la región, de una manera u otra, está
siendo conservada para ser usada con ines distintos al
aprovechamiento maderero (Cuadro 10).
En la región ya existen casi 13 millones de hectáreas con
certiicación forestal, de las cuales más de 6 millones de
hectáreas se encuentran en Brasil. Esta supericie comprende áreas con bosque natural y plantaciones forestales.
El reconocimiento de la importancia de los bosques para
la mitigación del cambio climático y para la generación
de desarrollo socio-económico se evidencia de cierta
manera en la reducción de las tasas de deforestación en
América Latina y el Caribe. La tasa de deforestación
anual entre 1990 y 2000 se estimó en 4,89 millones de
hectáreas, entre 2000 y 2005 en 4,84 millones de hectáreas y entre 2005 y 2010 en 3,95 millones de hectáreas. En
el Caribe, la supericie con cobertura forestal se amplió
entre 2005 y 2010 a razón de 0,61% al año. Esta tendencia
en la reducción de la tasa de deforestación se espera que
se mantenga en los próximos años, revelando de esta
forma la importancia de los bosques en América Latina
y el Caribe.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Cuadro 10. Superficie de bosques por función primaria
en alc.
Función primaria
Superficie
(millones ha)
Producción
110
Protección de suelos y agua
60
Uso múltiple
151
Desconocido o ninguno
357
Subtotal
678
Conservación de la biodiversidad
133
Servicios sociales
120
Otros
6
Plantaciones forestales
18
Total
955
Fuente: fra, 2010
Recomendaciones de políticas
Generar una conciencia colectiva a nivel de
país sobre la importancia de los bosques para
el desarrollo socio-económico nacional
Un amplio sector de la población en la región no valora
la importancia de la conservación de los bosques ni su
manejo adecuado. Por ejemplo, la población urbana no
comprende adecuadamente la relevancia de la conservación de los bosques en el medio rural para sostener y mejorar la calidad de vida en las ciudades. Por otro lado, no
todos los agricultores comprenden la importancia de los
bosques para los sistemas productivos agropecuarios.
Esta falta de comprensión y entendimiento sobre la importancia de los recursos forestales se traduce en políticas
públicas contrapuestas, que por ejemplo, por un lado
promueven el cambio de uso del suelo en supericies con
bosques y, por otro lado, incentivan el manejo sustentable de los bosques y la conservación forestal. A modo de
ejemplo, existen políticas públicas que promueven el desarrollo agrícola y pecuario sobre supericies en las cuales
se promueve también la declaratoria de áreas protegidas
o se incentiva el manejo forestal sustentable.
Con el in de mejorar la valoración de la población sobre
los bosques, se deben concentrar esfuerzos nacionales de
difusión, formación y educación sobre los roles y funciones de los bosques, y su importancia en la provisión de
bienes madereros, no madereros y servicios ambientales,
asociados también a los esfuerzos por la mitigación del
cambio climático. A modo de ejemplo, un tema de información de alta relevancia es la necesidad de reducir
las emisiones por deforestación y degradación forestal y
su importancia para aminorar los efectos generados por
el cambio climático.
De esta manera, una población mejor informada hará
un mejor uso de los recursos naturales y promoverá, a
través de sus autoridades e institucionalidad, la implementación de políticas públicas más consistentes en lo
social, económico y ambiental.
Promover el ordenamiento territorial nacional, el que debe incluir al sector forestal
La apremiante necesidad de incrementar la producción
de alimentos en ciertos países y regiones, y la cada vez
más limitada disponibilidad de recursos naturales, principalmente de suelo, deben ser abordadas a la brevedad
posible, de modo de evitar que se alcancen situaciones
insostenibles y de conlictividad social.
El abordaje y diálogo sobre estos temas pueden ocurrir
en el marco de un proceso de ordenamiento territorial
nacional, que incluya al sector forestal.
Especíicamente, es necesario deinir con mayor precisión
y en un amplio acuerdo nacional las áreas con bosques
que deben ser protegidas, conservadas y manejadas para
el aprovechamiento de la madera y bienes no madereros,
la generación de servicios ambientales, la recuperación de
la cobertura forestal de acuerdo a la aptitud de uso del
suelo y el desarrollo de plantaciones forestales.
Este ordenamiento debe ser complementado con un
conjunto de directrices, programas de desarrollo, incentivos, desincentivos y mecanismos de fomento, para su
adecuada implementación práctica a nivel nacional.
Promover la integración de la actividad forestal con las actividades agropecuarias a nivel de
la agricultura familiar y comunitaria
Los mecanismos de fomento e incentivos deben relejarse
también a nivel de las unidades productivas agropecuarias
en el medio rural. Se debe fomentar un aprovechamiento
de los recursos naturales adecuado e integral a nivel de
las incas de la agricultura familiar y comunitaria, en las
cuales se debe combinar adecuadamente la agricultura,
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
87
la ganadería, la silvicultura y el manejo de bosques naturales, y la acuicultura, en la medida de lo posible.
Para lograr este propósito, las políticas agropecuarias
deben fomentar también el desarrollo de actividades forestales, así como las políticas forestales deben propender
hacia la promoción de un manejo integral y diversiicado
de las incas, combinado con actividades agropecuarias.
Los sistemas de extensión agropecuaria deben incorporar
en sus ofertas de asistencia técnica al tema forestal como
una opción productiva.
Las políticas públicas que promuevan la integración de
sistemas productivos agropecuarios y forestales a nivel
de la inca y que promuevan la diversiicación de la agricultura familiar, mejorarán los ingresos y beneicios para
los agricultores, al tiempo que promoverán un mejor
aprovechamiento de los bosques.
Establecer sistemas nacionales de valorización
y pago por servicios ambientales que beneficien
a las poblaciones locales
El pago por los servicios ambientales de los bosques es
un mecanismo importante de fomento para promover
el manejo adecuado de los recursos forestales, su conservación, la recuperación de áreas degradadas de aptitud
forestal, el desarrollo de plantaciones forestales y otras
actividades forestales. Dicho pago, además de mejorar los
ingresos de los agricultores, desde una perspectiva macroeconómica genera una redistribución de los ingresos
nacionales y la transferencia de recursos hacia el medio
rural, promoviendo un desarrollo social y económico
más equitativo.
Para el efecto, los servicios ambientales deben pertenecer
a los dueños de los bosques y deben ser transables en el
mercado. Ello requiere de una legislación e institucionalidad especíica, basada en el entendimiento que los pagos
constituyen un reconocimiento del valor de un servicio en
el mercado, efectivamente prestado por el propietario de
un bosque conservado o adecuadamente manejado.
Un ingreso directo y signiicativo para los propietarios de
los bosques por los servicios ambientales que producen,
complementará los ingresos de los agricultores, mejorará
la rentabilidad de la actividad forestal y podrá modiicar
el comportamiento social a favor del adecuado manejo
de los bosques.
Generar flujos de recursos e inversiones hacia
la agricultura familiar para el desarrollo de
actividades forestales productivas
Si bien el pago por servicios ambientales constituye un
lujo de recursos hacia el agricultor que posee bosques
y desarrolla actividades forestales, para el desarrollo de
dichas actividades se requieren inversiones.
Uno de los problemas más apremiantes de la actividad forestal es la falta de inanciamiento, sean recursos
provenientes del Estado o del sector privado, lo cual es
especialmente válido para la agricultura familiar (fao,
2012m). Actualmente, los sistemas bancarios privados
y los bancos nacionales de desarrollo no contribuyen
en forma signiicativa a la ampliación de las actividades
productivas forestales. Si bien hay algunas experiencias
que han dado resultados positivos, como mecanismos
de crédito, fondos especiales, fondos de garantías crediticias, ideicomisos y otros, éstos no son ampliamente
aplicados para el desarrollo de las actividades forestales
en la agricultura familiar.
Es importante generar mecanismos de inanciamiento
que se apliquen adecuadamente a las características y
escala de la agricultura familiar y, simultáneamente, a
las características de la actividad forestal.
Continuar fortaleciendo la capacidad del Estado para la administración y gestión forestal
El sector forestal no podrá desarrollarse solamente con la
disponibilidad de mayores recursos para inanciamiento
e inversión, o con la implementación de procesos de
ordenamiento territorial, o con el reconocimiento de la
sociedad sobre su importancia estratégica para el desarrollo socio-económico, local y nacional.
Se requiere de una gobernanza forestal fortalecida. Esto
implica que debe existir una organización responsable
por la gestión pública forestal al más alto nivel jerárquico
posible, con estructuras organizacionales adecuadas a sus
competencias legales, funciones desconcentradas y descentralizadas para permitir el involucramiento de otros
niveles locales de gobierno, y con espacios oiciales para
que la sociedad civil pueda participar en el diálogo y los
acuerdos, para inluir en el diseño y la implementación
de las políticas públicas forestales.
Un aspecto relevante del fortalecimiento de la gobernanza forestal es la creación de espacios de diálogo intersec-
88
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
torial e interinstitucional, en los cuales la administración
forestal pueda participar estratégicamente para promover el manejo sustentable de los recursos forestales y su
consideración en otras políticas públicas, generadas en
sectores o instituciones diferentes al sector forestal, y que
tengan injerencia sobre los bosques.
Para fortalecer la gobernanza se deben revisar y actualizar
las normativas forestales, ambientales, agropecuarias e incluso de otros sectores, de manera que coadyuven al manejo de los bosques y a su conservación y protección.
Los instrumentos de monitoreo de los recursos forestales
son extremadamente importantes. La administración
forestal debe poder conocer, si es posible en tiempo real
o en el corto plazo, las afectaciones a los bosques que
son causadas por la deforestación y degradación. Los
sistemas e instrumentos de monitoreo podrán orientar
las acciones de control y los programas de incentivos
y fomento para promover el manejo adecuado de los
bosques. Además, dichos sistemas podrán ser parte de
esfuerzos globales de monitoreo forestal y desarrollo de
iniciativas para la conservación de los recursos forestales. En ese sentido, los sistemas deben considerar la
posibilidad de evaluaciones periódicas y, sobre todo, la
medición de los cambios cualitativos y cuantitativos del
recurso forestal, el reporte nacional e internacional sobre
el estado de los recursos y la posibilidad de veriicación
de los datos y la información.
Todo lo anterior debe ser parte de una política y estrategia forestal nacional coherente, que combine aspectos
de la gestión especíica del sector forestal, pero también
aspectos relevantes de gestión pública en otros sectores
con inluencia sobre la gestión forestal.
Promover sistemas regionales sobre la base de
las fortalezas nacionales para hacer frente a
situaciones comunes
Se debe fortalecer la actuación conjunta de los países
frente a amenazas comunes para los recursos forestales.
El uso de sistemas que permitan una adecuada comunicación, la alerta temprana y la entrega de respuestas coordinadas podrán reducir los riesgos derivados de plagas
y enfermedades, incendios, eventos climáticos extremos
y tráico de recursos genéticos, entre otros.
Para el efecto, se podría fomentar la cooperación Sur
– Sur, buscando que las fortalezas de un país ayuden al
desarrollo de fortalezas en otros países de la región. En
América Latina y el Caribe hay excelentes experiencias,
prácticas y conocimientos desarrollados.
Respecto de los recursos genéticos forestales, es importante continuar con los esfuerzos para alcanzar una
adecuada evaluación de dichos recursos, con el in de
mejorar las políticas y estrategias nacionales e internacionales tendientes a su protección y acceso, en condiciones
adecuadas y con beneicios compartidos.
También hay espacio para una acción compartida en
el desarrollo de inventarios forestales, que podrían ser
diseñados e implementados en subregiones de varios
países, atendiendo simultáneamente las necesidades de
información forestal de los mismos, y optimizando el
uso de recursos y de la información.
Conclusiones
La tasa anual de deforestación en la región es aproximadamente tres veces superior a la tasa anual de la pérdida
de la cobertura forestal a nivel global. No obstante, dicha
tasa se ha reducido en alrededor del 20% en el último
quinquenio, en relación al quinquenio anterior.
Esta reducción tiene diferentes razones. Entre ellas, el
incremento de la supericie de bosques destinados, como
función primaria, para uso diferente al aprovechamiento
maderero, y un aparente mayor entendimiento de la
importancia de los bosques como proveedores de bienes y servicios ambientales. Esto último se evidencia,
por ejemplo, en los esfuerzos desplegados por los países
para reducir emisiones por deforestación y degradación
forestal, y para valorar y pagar los servicios ambientales
de los bosques.
Queda aún pendiente promover una mayor combinación
de actividades forestales con actividades agropecuarias y
el aprovechamiento integral y sustentable de los recursos
naturales disponibles a nivel de la agricultura familiar.
Hay varios esfuerzos adicionales que deben ser desarrollados, entre ellos, el ordenamiento territorial, el fortalecimiento de la gobernanza forestal, la realización de
campañas de información y divulgación, el monitoreo
de los recursos forestales, entre otros.
En este contexto, la cooperación Sur-Sur entre los países
es importante para fortalecer los sistemas de gobernanza
forestal y atender oportunidades y amenazas comunes
de desarrollo forestal.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
89
Sección iii:
Bienestar rural e
institucionalidad
Bienestar rural
El mundo rural en transición
La ruralidad latinoamericana se ha transformado de manera significativa durante las
últimas dos décadas, con cambios importantes en la estructura productiva, en las dinámicas
territoriales, en la visión de lo ambiental y en los esquemas de gobernabilidad.
Hechos
* La población rural alcanzó su mayor nivel absoluto
alrededor de 1990, con aproximadamente 130 millones de habitantes, y ha continuado declinando
sostenidamente a partir de entonces. En 2010 se
estimaba en 120 millones y se espera que se reduzca a 115 millones hacia el 2015.
* Durante las últimas décadas se ha moderado la
migración campo-ciudad; sin embargo, persiste la
emigración neta rural, aunque a tasas medias decrecientes. La emigración neta rural genera la reducción de su población en términos absolutos.
* El principal factor que mantiene la emigración
rural es la persistente desigualdad entre zonas
urbanas y rurales; además, la migración es selectiva, pues migran más las mujeres y los jóvenes
con más educación.
* La creciente vinculación entre los ámbitos urbanos y rurales facilita el desplazamiento regular,
estacional u ocasional de fuerza de trabajo de
residencia urbana a actividades rurales.
* El auge de la explotación de actividades primarias
en zonas rurales genera recursos y empleos, pero en
la mayoría de los casos, éstos son captados por ciudades pertenecientes o próximas a dichas zonas.
Introducción
Tendencias
El contexto de cambio en la ruralidad latinoamericana
constituye el telón de fondo sobre el cual se desarrolla
en esta ocasión el capítulo de bienestar rural. El capítulo
tiene como objetivo revisar algunos de los principales
cambios estructurales que ha experimentado el mundo
rural durante las últimas décadas (con énfasis en temas
demográicos y de mercado de trabajo), así como de
brechas estructurales que persisten, para a partir de ello,
derivar algunas perspectivas sobre las tendencias de cambio estructural rural y sobre los retos de política para
enfrentar tales cambios.
El mercado de trabajo rural ha experimentado
diversas transformaciones
La reducción en el peso del empleo agrícola, el incremento en el empleo de las mujeres (sobre todo en actividades
no agrícolas), el incremento del empleo asalariado versus
la caída del empleo por cuenta propia, y el incremento
de la residencia urbana entre los empleados agrícolas
son cuatro transformaciones signiicativas que se presentaron a lo largo de la década anterior en el mercado
de trabajo rural.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
93
Incremento del empleo no agrícola. La reducción en
la importancia del empleo rural agrícola en la región se
empezó a hacer evidente desde mediados de la década
de 1990 (Klein, 1992; Reardon et al., 2001; bid/cepal/
fao/rimisp, 2004; Dirven, 2004 y Köbrich y Dirven,
2007.). Un estudio pionero en destacar el tema fue el de
Klein (1992), quien demostró, a partir de información
de la ronda de censos de población de los ochenta, que
el empleo principal de un 24% de la población rural
de América Latina no estaba en la agricultura, y que
esa diversiicación hacia actividades no agrícolas era un
fenómeno creciente.
La tendencia se ha profundizado desde entonces, aunque
a diferentes ritmos. Durante la última década, la proporción de la Población Económicamente Activa (pea)
rural empleada en la agricultura se redujo en once de los
catorce países para los que se dispone de información
(Cuadro 13, al inal del capítulo), con las reducciones
más notables en Chile, Costa Rica , México y República
Dominicana. Sin embargo, el empleo agrícola continúa
siendo alto en muchos países; por ejemplo, es superior al
60% en Bolivia (77%), Brasil (68%), Colombia (66%),
Ecuador (69%), Honduras (63%) y Perú (73%). En el
otro extremo se ubican Costa Rica14, México y República Dominicana, con menos de 40% del empleo rural
en sectores agrícolas y primarios (Cuadro 12, al inal
del capítulo). Ello evidencia que hay una tendencia de
cambio estructural en el mercado de trabajo rural, pero
a distintas velocidades entre países.
Aumento del empleo de las mujeres. La participación
de las mujeres en el mercado de trabajo rural se ha incrementado, pero el aumento en muchos casos ha sido
lento y la participación continúa siendo baja. A lo largo
de la década anterior, la participación de las mujeres en
el total del empleo rural se incrementó en once países,
con las ganancias más importantes en Chile, Costa Rica,
República Dominicana y Panamá. El resto de los países
se mantuvo sin cambios destacables (Brasil, Ecuador y
México) o disminuyó levemente (Colombia y Perú). En
la mayoría de los casos, la participación está por debajo
de 40% (excepto en Bolivia y el Perú) y en muchos casos
es inferior a 30% (Chile, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras y Panamá).
En la mayoría de los países, más de la mitad de las mu14 En el caso de Costa Rica, los datos del último año son de 2009,
para que sean comparables con el 2001. Esto, debido a que a partir
de 2010 la encuesta de hogares fue modiicada.
94
jeres rurales ocupadas lo están en sectores no agrícolas,
y en algunos casos esa cifra supera el 70% (Costa Rica,
El Salvador, República Dominicana, Guatemala, Honduras, México y Panamá). La participación del empleo
femenino rural es mayor en la agricultura únicamente
en Bolivia (81%), Brasil (61%), Ecuador (62%) y el Perú
(70%).
Resulta interesante destacar las diferencias en la inserción
de la mujer en el mercado de trabajo entre los países
andinos (domina empleo agrícola) y los países mesoamericanos (domina empleo no agrícola). En el primer
caso (Bolivia, Ecuador y el Perú) la dominancia agrícola
estaría explicada por la prevalencia de sistemas agrarios
tradicionales, en los cuales la participación de la mujer es central. En el caso de los países mesoamericanos,
el dominio del empleo no agrícola no necesariamente
estaría desvinculado de la agricultura; de hecho, se explicaría en gran parte por el surgimiento de actividades
agrícolas no tradicionales, en muchos casos orientadas
a la exportación, que incorporan un componente de
transformación en el medio rural (y cuyo empleo, por lo
tanto, no se contempla en la agricultura); por ejemplo,
el procesamiento de frutas tropicales y hortalizas.
Incremento de los asalariados. También se han presentado cambios en las formas de inserción en el mercado
de trabajo de los ocupados rurales. Entre los ocupados
en la agricultura, un cambio que se observa con mayor
frecuencia es el incremento en la proporción de empleo
asalariado y la reducción en la proporción del empleo por
cuenta propia y de familiares no remunerados (Bolivia,
Chile, Costa Rica, El Salvador y México). En otro conjunto de países, se incrementa la importancia del empleo
por cuenta propia, pero principalmente con resultado de
la reducción del empleo de familiares no remunerados
(Brasil, Guatemala, Panamá y el Perú). Y inalmente,
en otro grupo de países se reduce la importancia de empleo asalariado y se incrementa la del empleo por cuenta
propia (Colombia, Honduras, Panamá y Paraguay), una
tendencia que merece más estudio, pues no coincide con
los patrones típicos de cambio estructural.
También se observa en todos los países —como sería de
esperar— una reducción del empleo agrícola de familiares no remunerados, aunque con reducciones poco signiicativas en algunos países (Bolivia, Colombia, la República Dominicana, Honduras, Paraguay y el Perú).
Pese a los cambios anteriores, la modalidad de empleo
dominante en el sector agrícola sigue siendo la del em-
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
pleo por cuenta propia. Es así en Brasil (51%), Colombia
(47%), la República Dominicana (79%), Ecuador (37%);
Honduras (50%), Panamá (71%), Paraguay (57%) y el
Perú (43%). El empleo asalariado domina únicamente
en Chile (67%), Costa Rica (65%), El Salvador (40%),
México (45%) y Uruguay (47%).
En los sectores no agrícolas, el cambio más frecuente en
la condición de empleo es el incremento en la importancia del empleo asalariado y la reducción del empleo
por cuenta propia (Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica,
Ecuador, México, Paraguay y Perú). Y al igual que en el
sector agrícola, en algunos países se presenta una caída
en la importancia del empleo asalariado e incremento
del empleo por cuenta propia (Colombia, Honduras, y
Panamá). La condición de empleo dominante en estos
sectores es la de asalariado, con proporciones que superan
el 70% en Brasil, Chile, Costa Rica, México y Uruguay.
Únicamente en Colombia y Honduras, la condición de
empleo dominante es la de cuenta propia.
Aumento de la residencia urbana de los empleados
agrícolas. Otra transformación estructural en proceso
en varios países es el incremento de la residencia urbana
entre los ocupados agrícolas. Esa proporción se ha incrementado en 10 de los 12 países para los que se dispone de
información comparable entre principios y inales de la
década anterior, con los aumentos más importantes en
Chile, Guatemala y la República Dominicana. Alrededor
del año 2000, ese porcentaje ya era alto en Brasil y Chile
(superior al 20%) y en Uruguay (superior al 40%).
El incremento de la residencia urbana entre los empleados agrícolas es favorecido por la mayor integración
urbano-rural que facilita una buena infraestructura de
comunicaciones. Sin embargo, es necesario destacar dos
precauciones para la interpretación de los datos. Primero,
que en muchos países una fracción no menor del empleo
“agrícola” de residentes urbanos se ubica en el subsector
pesca, como es el caso en Chile, Ecuador y Panamá (Rodríguez y Meneses, 2010). Y segundo, que en muchos
países la medición de la población urbana se hace a partir
de la residencia en asentamientos humanos considerados
urbanos dadas las deiniciones oiciales, pero localizadas
en territorios básicamente rurales (Dirven et al., 2011).
Transición demográfica
En todos los países de la región, la estructura de la población rural ha cambiado, en concordancia con los
cambios observados a nivel nacional. Los cambios más
notables son la caída en la proporción de la población
menor de 15 años y el incremento en la población de 65
años y más (cuadro 13).
La información disponible permite identiicar tres grupos de países. El primer grupo incluye aquellos con la
mayor transición demográfica. Este grupo es liderado
por Uruguay y Chile y en él también se puede ubicar
a México, Brasil, Costa Rica y República Dominicana.
Entre 1970 y 2010, los países en este grupo presentaron
caídas mayores a 14 puntos porcentuales en la proporción de población menor de 15 años, y en algunos casos,
doblaron la proporción de población en el grupo 15-65
años. En el 2010, Uruguay y Chile exhibieron simultáneamente las menores proporciones de población menor
de 15 años (alrededor de 22%) y las mayores proporciones
de población en los grupos de 15 - 65 años (alrededor de
un 66%) y mayor de 65 años (más de 10%).
El grupo con la transición demográfica más lenta está
liderado por Guatemala y Honduras, junto con Bolivia,
Nicaragua y Paraguay. Guatemala y Honduras presentaban en el 2010 las mayores proporciones de población
menor de 15 años y las menores proporciones en los otros
dos grupos de edad. Nicaragua y Paraguay presentaban
una situación similar en los tres grupos de edad y Bolivia en los dos primeros grupos. Estos países tienen un
mayor bono demográico rural que los países con alta
transición demográica.
El resto de países (Ecuador, El Salvador, Panamá, Perú y
Venezuela) se encuentran en una situación intermedia,
sobre todo en la proporción de población en los dos
primeros grupos de edad. El mayor rango de variabilidad
se observa en los porcentajes de población mayor de 65
años, en Panamá y Ecuador (alrededor de 7%), y Perú y
El Salvador (en torno a 5%).
También se pueden identiicar diferencias regionales en
la estructura etaria de la población, sobre todo entre los
países del Cono Sur y los del norte de Centroamérica.
Por ejemplo, en 1970 la proporción de población rural
sobre 65 años era mayor al 5% únicamente en Chile y
Uruguay y había superado el 10% en 2010. Por el contrario, en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua,
dicha proporción se mantenía por debajo de 5% en 2010.
De la misma manera, en 1970, la totalidad de los países
con más de 50% de la población en el grupo de población
en edad activa eran sudamericanos (Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay). Por el contrario, en todos
los países centroamericanos, más México, Colombia,
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
95
República Dominicana y Paraguay, el grupo mayoritario
de población seguía siendo el de los menores de 15 años.
La transición al grupo de 15-64 años como el de mayor
proporción de población rural se completó en 2000,
excepto en Guatemala y Honduras (Cuadro 12).
Resultados mixtos en la reducción de las brechas urbanas-rurales en pobreza e indigencia
En 2011 se estima que el número de pobres en la región
alcanzó a 174 millones de personas (30,4%) y el número de indigentes, a 73 millones15 (12,3%). Respecto de
2010, hubo una reducción absoluta de 3 millones en el
número de personas pobres, pero el número de indigentes se incrementó en esa misma magnitud. Como
resultado, se redujo el porcentaje de pobres de 31,4% a
30,4%, pero el de indigentes se incrementó de 12,3% a
12,8%. El principal factor detrás del aumento de la indigencia fue el incremento en el precio de los alimentos
(cepal, 2011d).
Una mirada más amplia permite establecer que durante las últimas dos décadas las tendencias de pobreza e
indigencia rurales fueron a la baja, tanto en términos
absolutos como relativos (Figura 20). La reducción más
signiicativa se presentó entre 2002 y 2007, coincidiendo
con el ciclo expansivo de la economía (cepal, 2009,
2010, 2011d). Durante ese período hubo una reducción
de 14,0 millones en el número de personas pobres y de
11,3 millones en el número de personas en condición de
pobreza extrema, caídas que condujeron a reducciones de
9,8 y 8,4 puntos porcentuales en las tasas de incidencia de
la pobreza y de la pobreza extrema, respectivamente.
El progreso en la reducción de la pobreza rural se detuvo
entre 2007 y 2009, como resultado de la crisis económica (cepal-fao-iica, 2011), con incrementos tanto en
el número de pobres como de indigentes, así como en
los porcentajes respecto del total de la población rural.
En 2010 ya se habían recuperado los niveles de 2007
en los indicadores de pobreza, aunque no así en los de
indigencia. Es posible, entonces, que el incremento de
la indigencia (en términos absolutos y relativos) en el
total de la región, durante el 2011, haya impactado en
las zonas rurales.
ción signiicativa de las brechas entre estos indicadores
y los correspondientes a las zonas urbanas. De hecho,
desde el 2007 –coincidiendo con el in del ciclo expansivo regional causado por la crisis económica– las brechas
para el total de la región se incrementaron, con una
evolución más desfavorable en el caso de la indigencia,
revirtiéndose la tendencia que se venía presentado desde
inales de la década anterior (Figura 20, segundo panel).
En 2010, las brechas con los indicadores urbanos eran
superiores que en 2007, año en el que éstas llegaron a
sus niveles históricos más bajos; sin embargo, en el caso
de la indigencia, la reducción de la brecha durante el
período de expansión fue tal que su monto a principios
de la presente década era inferior a la de principios de
la década anterior.
La evolución de las brechas rurales-urbanas entre las
tasas de pobreza e indigencia permite determinar varias
situaciones relevantes. Por ejemplo, en Chile y Costa
Rica, que ya tenían bajas tasas de pobreza e indigencia
rural a principios de la década anterior, la reducción de
las brechas implicó que tales tasas alcanzaran niveles muy
similares a los de las zonas urbanas. Uruguay es un caso
particular, pues tanto la pobreza como la indigencia son
menores en las zonas rurales, de manera que la evolución
entre 2007 y 2010 indicaría que la brecha se acortó a
favor de las zonas urbanas.16
La situación contraria a Costa Rica y Chile se presenta
en Honduras y el Paraguay, países con alta incidencia
de pobreza y de indigencia, y en los cuales las brechas
entre dichas tasas y las urbanas no se modiicaron de
manera signiicativa.
Una tercera situación destacable es la ocurrida en Brasil,
El Salvador, México y el Perú, que lograron disminuciones importantes en las brechas de pobreza e indigencia. En esos cuatro países, tales reducciones se dieron
como resultado de caídas signiicativas en la incidencia
de ambos lagelos. Los casos más destacables son los de
Brasil y Perú. En este último país, la incidencia de la
pobreza se redujo en 2010 a más de la mitad de lo que
era en 2007, de 53,3% a 26,7% (el detalle de las tasas de
pobreza e indigencia por país puede consultarse en el
anexo estadístico).
La mejora en los indicadores agregados de pobreza e
indigencia rural, sin embargo, no se releja en una reduc15 Al momento de la elaboración de este capítulo no se disponía de
datos separados por zona urbana y rural.
96
16 No se dispone de datos de pobreza rural en Uruguay anteriores
al 2007
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Figura 20 América Latina y el Caribe: indicadores de pobreza e indigencia rural
Período 1990-2010
(número de personas y porcentajes de la población total)
60
160,0
50
140,0
120,0
40
100,0
80,0
30
60,0
20
40,0
10
20,0
0
0,0
1990 1994 1997 1999 2002 2005 2006 2007 2008 2009 2010
1990 1994 1997 1999 2002 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Millones de personas pobres, zona urbana
Millones de personas indigentes, zona urbana
Millones de personas pobres, zona rural
Millones de personas indigentes, zona rural
70,0
45,0
40,0
35,0
60,0
50,0
30,0
25,0
40,0
30,0
20,0
15,0
20,0
10,0
5,0
0,0
10,0
0,0
1990 1994 1997 1999 2002 2005 2006 2007 2008 2009 2010
1990 1994 1997 1999 2002 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Incidencia de la pobreza urbana
Incidencia de la indigencia urbana
Incidencia de la pobreza
Incidencia de la indigencia rural
Brecha rural urbana
Brecha rural urbana
10
6,2
5
3,3
2,5
1,2
1,3
0,8
1,1
0,4
0
-2,4
-5
-2,2
-2,8
-3,9
-5,3
-10
-0,7-0,6
-1,8
-5,8
-1,3
-3,7
-3,7
-2,8
-4,9
-5,7
-8,3 -8,2
-7,9
-7,9
-9,1
-11,8
-15
-20
-20,6
-25
BO 02-07 BR 01-09 CL 00-09 CO 02-10 CR 02-09 EC 04-10
Variacion de la brecha de pobreza
SV 01-10 HN 02-10 MX 00-10 PA 02-10
PY 01-10
PE 01-10
DO 02-10 UY 07-10 AL 02 10
Variación de la brecha de indigencia
Fuente: cepalstat
Notas: bo (República Plurinacional de Bolivia), br (Brasil), cl (Chile), co (Colombia), cr (Costa rica), ec
(Ecuador), sv (El Salvador), hn (Honduras), mx (México), pa (Panamá), py (Paraguay), pe (Perú), do (República
Dominicana), uy (Uruguay), al (América Latina).
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
97
La incidencia de la pobreza es mayor en la
población indígena
Los datos presentados en el apartado anterior muestran
una evolución relativamente positiva de la pobreza rural
durante la década anterior. Sin embargo, un análisis más
detallado permite destacar diferencias en la incidencia
de la pobreza, dependiendo de la condición étnica de los
jefes de hogar (este apartado) y de la forma de inserción
en el mercado de trabajo (siguiente apartado).
Datos de encuestas de hogares de seis países (Bolivia,
Chile, Ecuador, Guatemala, México y Panamá) permiten
conirmar que la incidencia de la pobreza es mayor en la
población rural indígena (Figura 21). La diferencia entre
la pobreza indígena y no indígena es superior en Guatemala, Ecuador y Panamá, y durante la década anterior
se redujo solamente en Ecuador y en Chile.
La menor incidencia de pobreza en la población rural
indígena se presenta en Chile, siendo el único país en
donde ésta era inferior a 20% hacia inales de la década
anterior. Las mayores tasas persistían en Bolivia y Panamá (sobre 70%) y en Guatemala (sobre 80%).
La brecha entre la incidencia de la pobreza indígena y
no indígena se redujo únicamente en Bolivia y en Chile.
En el primer caso, la brecha se redujo considerablemente
entre 2001 y 2007 (13,2 puntos porcentuales), por una
combinación de disminución en la pobreza en la población indígena y un incremento en la no indígena.
En Chile, ambas tasas se redujeron, pero la indígena lo
hizo a una tasa mayor. Por el contrario, las brechas en
los otros tres países se incrementaron. En Guatemala,
el incremento de 6.1 puntos porcentuales entre 2000
y 2006 se da por una reducción de la pobreza en la
población rural no indígena; la pobreza en la población
indígena se mantuvo sobre el 80%. En Ecuador y Panamá
la pobreza se reduce en ambos grupos, pero las brechas
se incrementan, ya que la pobreza cae más entre la población no indígena.
La incidencia de la pobreza es mayor en los
hogares dependientes de ingresos agrícolas y los
hogares dependientes de transferencias
Siguiendo el enfoque desarrollado en informes anteriores (cepal-fao-iica, 2010, 2011), para un análisis más
detallado de la pobreza, los hogares rurales se clasiican
en cuatro categorías: a) hogares agrícolas, aquellos cuyos
miembros ocupados perciben el 100% de sus ingresos
laborales de la agricultura; b) hogares no agrícolas, aque-
Figura 21 Incidencia de la pobreza entre hogares rurales, según condición étnica del jefe
(porcentajes del total de hogares en cada grupo)
llos cuyos miembros ocupados perciben el 100% de sus
ingresos laborales de actividades no agrícolas; c) hogares
pluri-activos, aquellos cuyos miembros ocupados perciben ingresos laborales de actividades agrícolas y no
agrícolas; y d) hogares dependientes de transferencias,
aquellos cuyos ingresos provienen de transferencias (esto
es, no reciben ingresos laborales).
En ocho países de los trece estudiados, la incidencia de
la pobreza es mayor en los hogares que dependen enteramente de ingresos laborales agrícolas. Esta tendencia
se observa principalmente en los países con mayor incidencia de pobreza entre el total de los hogares rurales.
Por el contrario, en los países con menor incidencia de
pobreza rural, ésta tiende a ser mayor entre los hogares
que dependen enteramente de ingresos de transferencias,
y a ser menor en los hogares que combinan ingresos
laborales agrícolas y no agrícolas (Figura 22).
El grupo más homogéneo es el de los países con alta
incidencia de pobreza rural (Paraguay, Guatemala, Bolivia y Honduras). Estos países comparten la existencia
de una alta proporción de hogares agrícolas (sobre el
40%) y altas tasas de pobreza en ese grupo (superiores
al 70%). Además, en tres de esos países (Paraguay, Guatemala y Honduras), la menor incidencia de pobreza se
presenta entre los hogares no agrícolas (tasas cercanas o
mayores a 40%).
En los países con baja incidencia de pobreza entre el total
de los hogares rurales (Uruguay, Chile y Costa Rica), se
identiican algunas diferencias importantes. Mientras
que en Uruguay la pobreza no diiere signiicativamente
entre grupos de hogares, en Costa Rica y Chile las tasas
más altas corresponden a los hogares dependientes de
transferencias (37% y 18%, respectivamente). Sin embargo, en los tres países, la menor incidencia de pobreza se encuentra entre los hogares pluri-activos, esto es,
hogares que combinan fuentes de ingresos agrícolas y
no agrícolas.
El grupo de países con incidencia de pobreza entre 20%
y 50% entre el total de los hogares rurales es el más heterogéneo. Los mayores niveles de pobreza se presentan
entre los hogares agrícolas en Brasil, Panamá, Perú y
México, y entre los hogares dependientes de transferencias en Ecuador y República Dominicana. Entre los
hogares pluriactivos, las tasas más bajas ocurren en Brasil,
Ecuador y República Dominicana y entre los hogares no
agrícolas en Panamá, Perú y México.
Figura 22 Incidencia de la pobreza entre hogares rurales, según tipologías
(porcentajes del total de hogares en cada grupo)
100
90%
80
80%
70%
60
60%
50%
40
40%
30%
20
20%
10%
0
0%
URU
-20
2001
2007
Bolivia
2000
2009
Chile
2004
2010
Ecuador
2000
2006
2001
Guatemala
2010
2002
México
CHI
Incidencia de la pobreza no indígena
Brecha
PAN
MEX
ECU
DOM
PER
PAR
GUA
BOL
HON
Agrícolas
No Agrícolas
Pluriactivos
Dependientes de transferencias
Reducción de la brecha
Fuente: Unidad de Desarrollo Agrícola / cepal, a partir de tabulaciones especiales de las Encuestas Nacionales de Hogares procesadas por la División Estadística de la cepal.
98
BRA
Panamá
Total
Incidencia de la pobreza indígena
COS
2010
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Fuente: uda/cepal, a partir de tabulaciones especiales de las Encuestas Nacionales de Hogares procesadas
por la División Estadística de la cepal.
Nota: los números encima de las barras corresponden a la incidencia de la pobreza entre el total de hogares rurales.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
99
Perspectivas
El cambio estructural continuará ocurriendo
a diferentes velocidades
Considerando los porcentajes de empleo rural en la
agricultura y las tasas de pobreza entre el total de los
hogares rurales, se pueden identiicar cuatro grupos de
economías rurales, que evidencian diferentes procesos de
cambio estructural (Figura 23). Se trata de una aproximación agregada a la caracterización de las economías
rurales, con el propósito de derivar algunas conclusiones
sobre el proceso de cambio estructural en el medio rural
de América Latina. En la interpretación de los resultados
debe tenerse presente que se trata de datos agregados y
que, por lo tanto, no permiten un análisis más detallado
al interior de las economías rurales de cada país.
El primer grupo incluye países en donde más de 50%
17 Este apartado se basa en los resultados de Rodríguez y Meneses
(2010).
de la población rural está empleada en la agricultura y
más de 50% de los hogares rurales son pobres; este grupo
podría caracterizarse como de economías rurales agrarias
tradicionales, e incluye a Paraguay, Guatemala, Bolivia y
Honduras. Todos estos países presentan una lenta transición demográica (ver arriba), y la principal forma de
empleo en el sector agrícola es por cuenta propia.
El segundo grupo incluye a Chile y Uruguay, en donde
más de 50% de la fuerza de trabajo rural está empleada
en la agricultura y menos de 20% de los hogares rurales
es pobre; son países de economías rurales con predominancia de agricultura no tradicional. La tercera categoría
se puede deinir como de economía rural diversificada;
se diferencia de Chile y Uruguay en el menor porcentaje de empleo rural en la agricultura (inferior a 30%) y
comparte con ellos la baja incidencia de la pobreza rural.
La diversiicación de la economía rural se origina tanto
por el desarrollo de actividades agrícolas no tradicionales, que generan encadenamientos con otros sectores,
como por el impulso de actividades no agrícolas, por
ejemplo, el turismo rural. En esta categoría se incluye
Figura 23 Tipologías de economías rurales
(porcentajes del total de hogares en cada grupo)
80
únicamente a Costa Rica. Estos tres países comparten
dos características: presentan una transición demográica
alta, y el trabajo asalariado constituye la principal forma
de empleo en la agricultura.
Finalmente, el cuarto grupo incluye países con niveles de
pobreza rural intermedios (entre 20% y 50%) y un alto
grado de variación en el porcentaje de empleo rural en la
agricultura; son países que podrían caracterizarse como
de economías rurales en transición. En este grupo están
Brasil, Panamá, México, Ecuador, República Dominicana y Perú. En consonancia con esa caracterización,
estos países presentan diferentes niveles de transición
demográica y diversas formas dominantes de empleo
en la agricultura.
El grupo caracterizado como de economía rural agraria
tradicional incluye países que tienen una alta proporción
de hogares rurales (más de 40%) y la mayor proporción
combinada de trabajadores por cuenta propia y familiares no remunerados en agricultura. Las principales
fuentes de ingresos son: el trabajo por cuenta propia en la
agricultura en los hogares pobres (excepto en Guatemala), y los salarios no agrícolas para los hogares no pobres
(excepto en Paraguay). En estos países se encuentra la
mayor proporción de mujeres jefas de hogar entre los
hogares dependientes de transferencias (cerca de 60% o
más) y el ingreso por transferencias corresponde principalmente a remesas. El porcentaje de empleo en la
agricultura correspondiente a residentes urbanos es bajo
(menos de 10%). El peso de la agricultura en el pib es
el mayor entre los países incluidos en el estudio, siendo
superior al 10% en todos los países (alrededor de 13%
en Bolivia, Guatemala y Honduras y cerca de 20% en
Paraguay) (Cuadro 11).
Los países caracterizados por poseer una economía rural
con predominio de la agricultura no tradicional tienen
una alta proporción de empleo rural en la agricultura;
sin embargo, los salarios agrícolas son una fuente de ingresos más importante que el ingreso por cuenta propia,
tanto para los hogares pobres como para los no pobres.
Las transferencias son una fuente importante de ingresos, especialmente para los hogares pobres. En Chile,
el componente principal es el de las pensiones y “otras
transferencias”, que en este caso incluyen ingresos provenientes de programas de protección social (por ejemplo,
subsidios familiares, pensiones y seguro de desempleo);
esto es, transferencias más formales que en los países con
economías rurales agrarias tradicionales. La educación
de los jefes de hogares en estos países es la mayor entre
todos los países, tanto entre los pobres como entre los
no pobres. El peso de la agricultura en el pib ronda 5% y
la proporción de empleados en la agricultura que reside
Incidencia de la pobreza entre hogares rurales
HN
70
BO
GT
Principales atributos
de los hogares
60
Tipologías de economías rurales
Agrarias
tradicionales
Agrícolas no
tradicionales
Diversificadas
En transición
Grupo de hogares más pobre
Agrícolas
Dependientes de
transferencias
Dependientes de
transferencias
Variable
Grupo de hogares menos pobre
No agrícolas
Diversiicados
Diversiicados
Variable
Cuenta propia
agrícola
Salarios
agrícolas
Salarios
agrícolas
Variable
30
Principal fuente de ingreso de los hogares
pobres
Principal fuente de ingreso de los hogares
no pobres
Salarios
agrícolas
Salarios
agrícolas
Salarios no
agrícolas
Variable
20
Educación de los jefes de hogar
Baja
Alta
Alta
Variable
Condición dominante de empleo en la
agricultura
Cuenta propia
Asalariado
Asalariado
Variable
Empleo como cuenta propia agrícola
Alto
Bajo
Bajo
Variable
Empleo como asalariados agrícolas
Alto
Alto
Bajo
Variable
Empleo como asalariados no agrícolas
Bajo
Alto
Alto
Variable
Porcentaje de mujeres en el mercado trabajo
Mayor
Menor
Menor
Intermedio
Empleo agrícola con residencia urbana
Alto
Bajo
Intermedio
Variable
Transición demográica
Alta
Baja
Alta
Variable
PY
50
DO
EC
40
MX
MX
PA
BR
CR
10
CL
UY
0
0,0
10,0
20,0
30,0
40,0
50,0
60,0
70,0
80,0
Porcentaje de empleo rural en la agricultura
Fuente: Rodríguez y Meneses (2011)
Notas: br (Brasil), cl (Chile), cr (Costa Rica), do (República Dominicana), ec (Ecuador), gt (Guatemala),
hn (Honduras), pa (Panamá), py (Paraguay), uy (Uruguay).
100
Cuadro 11. Principales caracteristicas de las distintas tipologías de hogares rurales
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Fuente: Elaboración propia a partir de Rodríguez y Meneses (2010, 2011).
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
101
en zonas urbanas es la mayor entre los países estudiados (más de 40%). Además, la residencia urbana de los
propietarios rurales parece ser importante, pues casi un
tercio del ingreso de los hogares agrícolas urbanos corresponde a ingresos de los empleadores (Cuadro 11).
El caso de Costa Rica (economía rural diversificada) diiere del grupo anterior en el porcentaje de empleo rural
en la agricultura, que en este caso es bajo, y por lo tanto
tiene un menor peso en la composición del ingreso de
los hogares, que depende más de los salarios no agrícolas,
tanto en el caso de los hogares pobres como en el de los
no pobres. La participación de las mujeres en el mercado
de trabajo rural es baja (al igual que en Chile y Uruguay),
pero se da mayoritariamente en actividades no agrícolas.
El ingreso por transferencias también es importante para
los pobres —al igual que en Chile— y proviene principalmente de fuentes institucionales (por ejemplo, pensiones y otras transferencias, tales como los programas
del imas). La educación de los jefes de hogares también
es elevada entre todos los grupos de hogares. Además,
el porcentaje de empleados agrícolas residentes en zonas
urbanas es menor que en el caso anterior y la principal
fuente de ingresos de los hogares urbanos vinculados a
la agricultura también es de propietarios, en este caso,
trabajadores por cuenta propia (Cuadro 11).
Finalmente, entre los países caracterizados por tener una
economía rural en transición se constata un alto grado de
heterogeneidad. Las fracciones de la fuerza de trabajo
rural empleada en la agricultura en República Dominicana y México se asimilan a las de una economía rural
diversiicada; en Brasil y Ecuador dichos porcentajes son
similares a los de economías rurales con predominio de la
agricultura moderna; y Panamá se ubica en una posición
intermedia, con un 51% de empleo rural en la agricultura.
Los pesos de la agricultura en el pib también varían, de
4% en México a 10% en Ecuador. La agricultura familiar
de pequeña escala también es importante en estos países.
El porcentaje combinado de empleo por cuenta propia
y de familiares no remunerados es superior al 50% en
Ecuador y México y sobrepasa el 70% en Brasil, República Dominicana y Panamá.
Los resultados resumidos en la Figura 22 ilustran dos
factores relevantes desde la perspectiva del cambio estructural en el medio rural. Primero, no hay una asociación directa entre alta ocupación rural en la agricultura
y pobreza. Esta situación la ilustran los casos de Uruguay y Chile. Las transformaciones al interior del sector agropecuario desarrollando actividades agrícolas no
102
tradicionales y que generan mayor valor agregado —por
ejemplo, en el caso de Chile, para aprovechar ventajas
comparativas naturales y oportunidades en los mercados
internacionales— es un tipo de cambio estructural que
también puede contribuir a la reducción de la pobreza
rural. También es importante la mayor formalidad del
mercado de trabajo en estos casos, que permite que las
ganancias de productividad y las rentas derivadas de los
buenos precios internacionales (por ejemplo, en el caso
de Uruguay) se traduzcan en mayores ingresos y menor
pobreza para la población rural.
El segundo factor se reiere al cambio estructural por
la vía de la diversiicación de la economía rural y es
ilustrado por Costa Rica, y en cierta medida también
por República Dominicana y México. Todos estos países
tienen economías rurales relativamente diversiicadas, a
juzgar por la distribución de la ocupación entre actividades agrícolas y no agrícolas. Y la pobreza en ellos es
signiicativamente menor que en el grupo caracterizado
como de economía agraria tradicional. El caso más ilustrativo es el de Costa Rica (mayor empleo no agrícola
y menor pobreza rural), en donde durante las últimas
dos décadas ha habido un gran desarrollo de actividades
de servicios, vinculadas a diferentes formas de turismo
rural y ecológico, y en donde al igual que en Chile,
se ha promovido el desarrollo de un sector agrícola no
tradicional de exportación.
Como corolario de lo anterior, se destaca que las bajas
tasas de pobreza entre los hogares rurales se presentan
tanto en países con bajo empleo en la agricultura, como
en países en donde éste es alto, relejando diferentes
caminos de cambio estructural en el medio rural.
Dada la elevada heterogeneidad que caracteriza al mundo
rural en América Latina (capturada de manera agregada
en las cuatro categorías propuestas), es muy posible que
un análisis más detallado al interior de los países revele
que en la mayoría de los casos las economías rurales
incluyen una combinación de las categorías propuestas;
a modo de ejemplo, que existan regiones de características similares a las de economías en transición y de
economías no tradicionales en países como Paraguay y
Bolivia, y también que haya regiones con características
de economías agrarias tradicionales o en transición en
Costa Rica, Chile y Uruguay. No obstante, los datos
agregados dan una idea preliminar de las situaciones que
pueden encontrarse al interior de los países.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
El empleo rural no agrícola seguirá creciendo
y continuará la urbanización
La tendencia al incremento del empleo rural no agrícola
continuará debido a los procesos de diversiicación al
interior del sector agrícola y la diversiicación productiva
en las economías rurales. Estos cambios en la estructura
de las economías rurales pueden darse como resultado
de desarrollo propio de las economías nacionales o ser
inducidos por cambios en la dirección de las políticas
de desarrollo productivo. El primer caso puede darse
cuando el dinamismo de la economía crea oportunidades
de empleo que atraen a población asalariada rural (generando un incentivo para el incremento de los salarios
rurales) o crea demanda por nuevos bienes y servicios
(por ejemplo, servicios de esparcimiento) que dinamizan
las economías rurales.
Un ejemplo del segundo tipo de transformación es el que
se da como parte de los procesos de ajuste estructural,
en el marco de los cuales muchos países de la región
replantearon sus estrategias de desarrollo agropecuario,
buscando una mayor apertura comercial y la especialización en rubros no tradicionales, de mayor valor agregado
y orientados a la exportación. Es el caso de Costa Rica,
Chile y México, por ejemplo, en los que el tipo de actividades agrícolas que se han impulsado al amparo de tales
políticas (por ejemplo, fruticultura de contra-estación
en Chile; frutas tropicales y plantas ornamentales en
Costa Rica; hortalizas y vegetales en México) tienen un
componente de producción primaria importante, pero
también generan empleo en actividades que se clasiican
en los sectores secundario (por ejemplo, procesamiento,
embalaje, transporte) y de servicios (servicios de apoyo
a la producción agrícola).
La reducción de la población rural continuará, no sólo
por la migración (ver Hechos), sino también por las
reducciones en las tasas de natalidad rural —que siguen
siendo superiores que en las zonas urbanas— y porque
la mejora en la conectividad urbano – rural generará
que residentes rurales de territorios dominados por la
agricultura se trasladen a vivir a asentamientos humanos
urbanos, manteniendo su vínculo con las actividades
primarias. Este fenómeno se observa ya en muchos países
y es de esperar que continúe.
La migración selectiva de la población rural (mujeres
y población joven más educada) plantea retos importantes para el futuro de las economías rurales, sobre
todo aquellas que todavía disponen de un mayor bono
demográico, debido a la transición demográica más
lenta. La situación se torna aún más difícil en ausencia de cambios estructurales que se traduzcan en una
mayor diversiicación de las economías y redunden en
la generación de mayores y mejores oportunidades de
empleo. Este hecho es relevante para países caracterizados como de economías agrarias tradicionales, que son
precisamente los que presentan un bono demográico
mayor, pues se encuentran en un estado temprano de
transición demográica.
La reducción de la pobreza rural seguirá vinculada al desempeño global de la economía y
a políticas públicas activas
En el informe anterior se destacó que durante la crisis de
2007-2008, la pobreza entre los hogares rurales evolucionó en concordancia con el desempeño de la economía y
del sector agropecuario. En general, los países en donde
el sector agrícola tuvo un desempeño negativo y el pib
experimentó un crecimiento mínimo, presentaron incrementos en las tasas de pobreza rural. Por el contrario,
la incidencia de la pobreza se redujo en países en donde
creció tanto el sector agrícola como el pib real. El buen
desempeño de la economía y del sector agropecuario,
por lo tanto, son importantes para evitar que la pobreza
rural se incremente (cepal-fao-iica, 2011).
El incremento de la incidencia de la indigencia a nivel
agregado en la región durante 2011 y las perspectivas de
reducción del crecimiento económico para 2012 podrían
conducir, por lo tanto, a un incremento de la pobreza
y/o indigencia rural durante 2011-12.
Por su parte, cepal (2011d) destacó la importancia del
incremento de los ingresos laborales para la reducción
de la pobreza, tanto en el período 2002-2008, previo a la
crisis, como en el período 2008-2010. En ambos casos, la
reducción de la pobreza se generó, en su mayor parte, a
partir de un aumento de los ingresos laborales. También
contribuyeron otras fuentes de ingresos, particularmente
las transferencias, pero en menor grado, con un papel de
éstas más relevante en el período post-crisis. En el caso
de la pobreza rural, los ingresos por transferencias y los
salarios agrícolas fueron identiicados como las fuentes
que contribuyeron en mayor medida a la variación del
ingreso medio de los hogares rurales en el período postcrisis (cepal-fao-iica, 2011).
En una perspectiva de largo plazo, las estrategias de desarrollo agrícola y de transformación de las economías
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
103
rurales también se pueden asociar a la disminución de la
pobreza en el medio rural. Echeverri y Sotomayor (2010)
destacan que un rasgo común de los casos de éxito en la
reducción de la pobreza rural es que se trata de economías dinámicas, “que cuentan con un dispositivo macroeconómico coherente, articulado a una política sectorial (y en algunos casos, multisectorial y territorial) que
funciona en forma relativamente ordenada y coherente, y
pasa por un proceso sucesivo de perfeccionamiento”. En
ese sentido, destacan la estrategia de desarrollo agrícola
“verde” y agroexportadora de Costa Rica, el agribusiness
exportador combinado con programas especíicos hacia
la agricultura familiar de México o Brasil, o las estrategias
de agriculturas pequeñas y orientadas a la exportación,
con múltiples instrumentos públicos de apoyo, como es
el caso de Chile, combinados con importantes programas
de transferencias focalizadas.
Estos autores destacan que, en todos esos casos, se combina un mix de factores: “una agricultura que opera como
elemento de tracción y que ayuda en forma efectiva a
reducir la pobreza, junto a otras actividades económicas
y sociales (salud, educación) que permiten el autoempleo
(turismo, artesanía, servicios, otros), que se suman al
efecto que tienen las migraciones, las remesas, el empleo
rural (agrícola y no agrícola) y las transferencias sociales
en la reducción de la pobreza rural”.
cepal (2009) también ha enfatizado que los países con
avances más signiicativos en la reducción de la pobreza
extrema a nivel nacional son también los que han priorizado los avances en las áreas rurales. En ese contexto, se
distinguen los casos de Brasil, Chile y Costa Rica, países
con los progresos más destacados en el cumplimiento de
las metas de desarrollo del Milenio relativas a pobreza
extrema. El documento consigna tres factores relevantes
sobre la pobreza rural: a) los países con progreso lento en
las áreas rurales también muestran bajo progreso a nivel
nacional; b) los países con mayor progreso en reducir la
pobreza extrema nacional han priorizado el avance en las
áreas rurales; y c) los países que han alcanzado la meta o
están cerca de alcanzarla muestran avances similares en
áreas urbanas y rurales.
104
sector llamado a producir cambios en las estructuras
sociales y económicas de los medios rurales, en procesos
que ya se han iniciado, pero cuyos impactos reales sólo
se conocerán en el mediano plazo. En la región, destacan
principalmente los casos de Brasil en la producción de
bioetanol a partir de caña de azúcar, Argentina en la
producción de biodiesel utilizando soya, así como Colombia, con desarrollos (y potencial) tanto en bioetanol
de caña de azúcar como en biodiesel de palma aceitera.
El potencial de otros países es menor (Dufey y Stange,
2011).
El cambio climático también traerá signiicativas implicaciones en los espacios rurales, tanto como generadores
de factores de presión (por ejemplo, deforestación, degradación o agotamiento de recursos), como por los efectos
causados por el cambio en las condiciones climatológicas
(por ejemplo, mayor frecuencia e intensidad de sequías,
mayores episodios de lluvias torrenciales en períodos
cortos de tiempo, nevadas tardías o tempranas).
Se estima que América Latina aporta un 12% de las
emisiones mundiales, de las cuales un 66% proviene
de la deforestación y cambio en el uso del suelo, lo que
implica que la región es emisora fundamentalmente
por razones agrícolas y forestales (cepal, 2011d). Por
otro lado, las consecuencias del cambio climático en la
región, en términos del incremento en la variabilidad
climática, ya tienen en la región una expresión muy
importante sobre la agricultura y el mundo rural. Sin
duda, el cambio climático signiicará en el largo plazo
una redeinición de la isonomía de los espacios rurales,
obligando la adopción de medidas oportunas de ajuste,
tanto de índole tecnológico como cultural.
Implicaciones para las políticas públicas
Los procesos de transformación y las tendencias previstas
en las secciones anteriores tienen importantes implicaciones para las políticas de desarrollo rural, en al menos
tres ámbitos: a) las políticas de desarrollo productivo;
b) las políticas de mercado de trabajo y de protección
social; y c) la articulación de políticas.
Nuevos retos para el mundo rural
Políticas de desarrollo productivo
El desarrollo de fuentes de energía renovable y el cambio
climático constituyen dos factores de presión que jugarán
un papel cada vez más importante para las economías
rurales. En el primer caso, la bioenergía, particularmente
la producción de biocombustibles, emerge como un
El desarrollo de los países es, esencialmente, un proceso
de cambio estructural. En su último período de sesiones
(San Salvador, 26 al 32 de agosto, 2012) la cepal enfatizó
que el cambio estructural es también fundamental para
reducir las brechas y avanzar hacia una mayor igualdad,
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
y que para ello, las políticas de desarrollo productivo son
fundamentales (cepal, 2012b).
El cambio estructural se considera virtuoso cuando combina dos ámbitos interconectados: i) la mayor presencia
relativa, tanto en la producción como en el comercio,
de los sectores más intensivos en conocimiento; y ii) la
diversiicación hacia sectores con rápido crecimiento
de la demanda interna y externa, de tal forma que esta
demanda pueda ser atendida con oferta interna, y que
las exportaciones e importaciones crezcan de forma equilibrada, sin generar presiones insostenibles en la balanza
de pagos (cepal, 2012b). En nuestro caso, consideramos
que las políticas de desarrollo productivo deben jugar un
papel primordial en la promoción de cambios estructurales que contribuyan a reducir los rezagos estructurales
de las zonas rurales en materia de pobreza y desarrollo
en general.
En la sección anterior se identiicaron dos tipos de cambios estructurales en las economías rurales que han contribuido a reducir la pobreza. Un primer tipo de cambio
estructural es el que se da mediante transformaciones al
interior del sector agropecuario, cuando se desarrollan
actividades agrícolas no tradicionales que generan mayor
valor agregado, para aprovechar ventajas comparativas
naturales (por ejemplo, clima) y oportunidades en los
mercados internacionales. El segundo tipo es el que se da
por la vía de la diversiicación de la economía rural, ya sea
mediante el desarrollo de articulaciones hacia adelante
y hacia atrás con otros sectores económicos, o bien, a
través del desarrollo de nuevas actividades productivas
y de servicios (por ejemplo, turismo).
Los retos para las políticas de desarrollo productivo varían en función de los estadios de cambio estructural
identiicados en las economías rurales. Así, aquellos países con economías rurales agrarias tradicionales encaran
el doble reto de reducir la pobreza rural y diversiicar la
economía rural. Y dada la alta importancia del empleo
por cuenta propia y de familiares no remunerados en la
agricultura, las políticas de apoyo a la agricultura familiar de pequeña escala deberían tener también una alta
prioridad; de hecho, esas políticas deberían ser un eje
articulador de las políticas para diversiicar la economía
rural. Un ejemplo de este tipo de políticas es el que ha
sido impulsado en Brasil, favoreciendo a la agricultura
familiar a través de programas de compras públicas de
alimentos destinados a programas de alimentación escolar.
En las economías rurales con predominancia de la agricultura no tradicional, un reto importante es ampliar la
diversiicación de la base económica rural, de manera de
lograr mayor valor agregado en la producción agropecuaria y mayores articulaciones productivas a partir de
las cadenas agroalimentarias; por ejemplo, fortaleciendo la gobernabilidad de las cadenas agro-alimentarias
y apoyando el desarrollo de actividades no agrícolas
vinculadas a la agricultura, tales como el turismo rural.
Ese tipo de políticas debería permitir la creación de más
oportunidades de empleo fuera de la agricultura, especialmente para las mujeres y los jóvenes, los cuales tienden a mostrar relativamente poco interés en el empleo
agrícola, especialmente cuando los niveles educativos se
incrementan (Dirven, 2002). Las economías rurales más
diversiicadas enfrentan retos similares en términos de
diversiicación de la base económica rural y la promoción
de encadenamientos, especialmente para incrementar la
participación de la mujer en el mercado de trabajo.
En los países con economías rurales en transición, el rango de opciones de política es más variado, dependiendo
de las condiciones iniciales. Por ejemplo, políticas para
reducir la pobreza y profundizar la diversiicación de la
economía rural, incluyendo el fortalecimiento de las actividades agrícolas ya existentes, podrían tener prioridad
en países con mayor empleo fuera de la agricultura. Por
otra parte, el desarrollo y fortalecimiento de los encadenamientos de la agricultura con otros sectores económicos podrían tener prioridad en países con una mayor
proporción de empleo agrícola. Más aún, en todos los
países en este grupo, la agricultura familiar de pequeña
escala sigue siendo importante, por lo que también debería ser un sector prioritario para las políticas de desarrollo
agrícola y rural. Pero, a diferencia de las economías agrarias tradicionales, las políticas para la agricultura familiar
de muy pequeña escala deberían estar vinculadas con el
objetivo de diversiicar la economía rural; por ejemplo,
políticas de desarrollo territorial rural, más que políticas
sectoriales de desarrollo agrícola.
El cambio estructural en el mundo rural también puede promoverse a través de la introducción de nuevas
tecnologías; por ejemplo, para motivar el desarrollo de
nuevos emprendimientos, sobre todo para la población
más joven y caliicada (cepal-fao-iica, 2011). Una característica importante de las nuevas tecnologías —sobre
todo de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones— es que pueden permitir saltar etapas en
términos de desarrollo tecnológico, abriendo “ventanas
de oportunidad” para las economías rurales. Es el caso,
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
105
por ejemplo, de la rápida penetración de la telefonía
celular en zonas rurales que no estaban conectadas por la
red de telefonía ija. El acceso, la apropiación y el uso de
esas tecnologías de la información y las comunicaciones
forman parte de un sistema en que las complementariedades son fundamentales (cepal, 2012b). Sin embargo,
para un mayor aprovechamiento de estas tecnologías,
es necesario elaborar políticas que permitan enfrentar
barreras de adopción tales como los bajos niveles de
ingreso y de educación, así como la escasa participación
de los productores en redes y cadenas de valor.
Políticas de mercado de trabajo y de protección
social
La evidencia presentada indica que, en general, el incremento del empleo rural no agrícola y las transformaciones de la economía rural se acompañan del aumento
del empleo asalariado, tanto dentro como fuera de la
agricultura. En particular, los ingresos salariales son un
componente importante del ingreso, especialmente para
los hogares no agrícolas y los hogares no pobres.
La importancia creciente del empleo asalariado destaca
la relevancia cada vez mayor que tendrán las políticas
de mercado de trabajo, también en el medio rural (estas
políticas típicamente han tenido un sesgo urbano), tanto
de aquellas orientadas a incidir directamente sobre la
calidad del empleo, como las de cumplimiento de la
legislación laboral. También es importante destacar la
incidencia del deterioro del mercado de trabajo sobre
los ingresos laborales rurales, y por lo tanto sobre la pobreza rural, tema que fue tratado en el informe anterior
(cepal-fao-iica, 2011).
Un estudio realizado por la fao, con apoyo de la cepal
y la oit, sobre políticas de mercado de trabajo y pobreza
rural en América Latina (Soto y Klein, 2011, 2012),
subraya que las características de las instituciones del
mercado de trabajo y de los procesos laborales en las
áreas rurales explican, en parte, las condiciones de pobreza de la población que vive y se emplea allí. Por
ejemplo, debilidades en el diseño y aplicación de las
instituciones del mercado de trabajo, el salario mínimo,
la protección social, la sindicalización y las formas de
contratación de la mano de obra, entre otras. El estudio también destaca procesos vinculados al mercado
de trabajo que contribuyen a reproducir la pobreza de
los trabajadores rurales, tales como el trabajo infantil y
la discriminación hacia las mujeres. También inluyen
procesos tales como las migraciones internas e inter106
nacionales y los mecanismos de certiicación laboral
de productos.
Las políticas de mercado de trabajo son parte de un
conjunto más amplio de políticas sociales que complementan las políticas de desarrollo productivo en la
búsqueda de la igualdad, sobre todo en lo que respecta al empleo con plena titularidad de derechos (cepal,
2012b). Estas políticas son también fundamentales para
garantizar que la reducción de brechas de productividad, la diversiicación de la estructura productiva y el
incremento agregado de la productividad, contribuyan
a la reducción de brechas salariales y a la ampliación de
la protección social por la vía contributiva. Además, la
formalización del empleo rural y la mayor productividad
del empleo asalariado, que acompañan los procesos de
cambio estructural, facilitan diálogos entre los actores
del mundo laboral rural, y ello contribuye a fortalecer
la institucionalidad para avanzar en la plena titularidad
de derechos sociales.
cluyen: a) políticas de desarrollo productivo y políticas de
desarrollo y protección social; b) políticas de desarrollo
productivo y políticas de mitigación y adaptación de la
agricultura el cambio climático; c) políticas de desarrollo
productivo y políticas de seguridad alimentaria; y d) las
políticas de desarrollo productivo y políticas nacionales
de agenda digital.
Lo anterior implica superar enfoques de políticas públicas que ven lo rural como equivalente de agrícola y
lo productivo como algo separado de lo social. Estos
enfoques se han venido desarrollando en la región como
respuesta a los cambios que se han dado en mundo rural
y a brechas que persisten —algunos de los cuales fueron
reseñados en las secciones anteriores— y también como
respuesta a la crítica en torno a la conveniencia de separar
lo urbano de lo rural a partir de criterios residuales (por
ejemplo, lo rural es el residuo que resulta luego que se
deine lo urbano) (Dirven et al., 2011).
Tales enfoques generalmente destacan la conveniencia
de ver lo rural como una categoría espacial, y por ello
se pueden identiicar de manera genérica como enfoques territoriales del desarrollo rural. Dos características
diferenciadoras de tales enfoques en el abordaje de los
problemas son la concepción de una institucionalidad
policéntrica (que implica trabajo en redes) y la multidimensionalidad. Visiones generalmente orientadas a
promover una mayor legitimidad y transparencia de las
acciones, promoviendo la descentralización y la desconcentración en la toma de decisiones y reconociendo la
heterogeneidad que caracteriza al mundo rural (Echeverri y Sotomayor, 2010).
Finalmente, dos elementos destacados en las secciones
anteriores apuntan a la importancia de las políticas de
protección social en el medio rural: el incremento de la
población mayor de 65 años, como resultado de los procesos de transición demográica, y un factor relacionado,
los altos niveles de pobreza entre los hogares que dependen de transferencias (o sea, hogares económicamente
inactivos, pues no reciben ingresos laborales).
De esas situaciones dan cuenta los casos de Chile, Costa
Rica y Uruguay, tres países identiicados con los mayores
niveles de transición demográica, con las más bajas tasas
de incidencia de pobreza entre los hogares rurales, pero
en donde las mayores incidencias de la pobreza se dan
precisamente entre los hogares económicamente inactivos.
La profundización de los procesos de transición demográica y el incremento en la longevidad plantearán retos
crecientes en materia de protección social, sobre todo en
los ámbitos de ingresos y salud, que se agravan por los
bajos niveles de ailiación a la seguridad social que todavía
prevalecen entre la población rural activa (cepal, 2010).
Una gestión más integrada de las políticas públicas
Como corolario a lo planteado en los acápites anteriores,
se destaca la necesidad de una gestión más integrada
de las políticas públicas en el mundo rural, incluyendo
políticas que no fueron cubiertas en esta oportunidad.
Algunos ámbitos que demandan mayor integración in-
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
107
108
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Cuadro 12. América Latina (15 países) Indicadores del mercado de trabajo rural, según país ypor año
(Miles y porcentajes)
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Indicadores
2001
2007
2001
2009
2000
2009
Total de empleo rural (Miles)
1.832,8
2.119,0
14.419,8
16.133,1
673,1
743,6
Agrícola (%)
85,7
78,6
76,6
68,2
64,9
52,3
59,6
No agrícola (%)
14,3
21,4
23,4
31,8
35,1
47,7
40,4
Hombres (miles)
1.024,0
1.120,4
9.074,0
10.122,7
531,5
531,6
Relativo al total (%)
55,9
52,9
62,9
62,7
79,0
71,5
70,9
Agrícola (%)
86,9
76,7
80,1
72,7
72,4
59,7
No agrícola (%)
13,1
23,3
19,9
27,3
27,6
40,3
Mujeres (miles)
808,8
998,6
5.345,9
6.010,4
141,6
212,0
Relativo al total (%)
44,1
47,1
37,1
37,3
21,0
28,5
29,1
Agrícola (%)
84,3
80,7
70,8
60,6
36,7
33,7
No agrícola (%)
15,7
19,3
29,2
39,4
63,3
66,3
Agrícola (miles)
1.571,6
1.651,2
11.048,1
10.997,6
436,9
388,6
Asalariados (%)
5,3
4,2
22,7
24,7
62,4
67,0
39,3
Empleadores (%)
1,0
3,0
2,5
2,1
2,4
3,3
Cuenta propia (%)
35,7
33,3
44,8
51,2
30,4
No remunerados (%)
57,9
59,6
29,9
22,0
261,2
451,1
3.371,8
Asalariados (%)
42,8
47,2
Empleadores (%)
1,2
Cuenta propia (%)
No remunerados (%)
No agrícola (miles)
2009
554,4
742,9
65,6
38,4
25,7
41,7
34,1
70,8
68,7
34,4
61,6
74,3
58,3
65,9
29,2
31,3
415,3
514,4
798,4
867,7
73,0
74,9
69,2
77,3
72,6
64,6
65,7
72,1
76,7
46,8
33,1
51,6
44,1
73,1
72,1
27,9
23,3
53,2
66,9
48,4
55,9
26,9
27,9
139,2
228,5
234,4
327,3
713,8
731,6
27,0
25,1
30,8
22,7
27,4
35,4
34,3
29,0
35,5
13,1
9,1
8,2
7,9
66,6
62,2
71,0
64,5
86,9
90,9
91,8
92,1
33,4
37,8
212,8
191,1
431,1
408,0
34,3
59,1
64,5
13,9
14,8
31,6
33,1
5,3
6,8
6,6
7,5
2,1
1,6
4,4
2,0
28,3
42,0
46,7
26,5
23,8
79,3
79,3
33,1
37,3
4,8
1,5
13,4
12,2
7,9
4,2
4,7
4,3
30,8
27,6
5.135,4
236,2
355,1
341,6
551,9
601,7
787,1
589,3
667,9
69,5
72,5
74,8
75,6
43,1
36,3
70,9
71,5
52,8
51,0
61,1
64,2
3,8
2,2
2,4
2,3
2,4
3,7
3,4
5,4
6,3
1,3
2,9
2,6
2,0
41,4
35,1
23,1
21,6
21,5
21,3
44,1
52,7
21,8
20,2
44,4
43,8
30,2
27,8
14,7
13,9
5,2
3,5
1,4
0,7
9,0
7,6
1,9
2,0
1,4
2,2
6,2
6,0
Indicadores
2000
2010
Total de empleo rural (Miles)
858,1
854,6
Agrícola (%)
48,2
50,3
No agrícola (%)
Guatemala
Honduras
2010
2001
2010
2.690,2
2.442,8
1.183,1
1.761,0
59,1
55,5
64,0
62,8
4.518,1 4.344,9
3.204,4 3.172,5
1.313,6 1.172,4
2.691,1 2.849,0
1.827,0 1.495,8
México
2000
2010
2010
14.688,7 16.328,1
Panamá
2002
Ecuador
2000
El Salvador
2002
República
Dominicana
Costa Rica
2010
1.032,8
2003
2010
1.195,2 2.015,7 2.131,7
Paraguay
1.301,9 1.400,0
1.426,4 1.463,7
Perú
Uruguay
2000
2010
2000
2010
2000
2010
2010
337,3
500,1
1.100,2
1.231,1
4.324,1
5.846,7
72,4
74,9
72,9
68,8
45,6
35,3
43,5
49,4
64,6
58,8
54,4
64,7
56,5
50,6
35,4
41,2
25,1
27,1
31,2
3.200,2
47,8
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
51,8
49,7
40,9
44,5
36,0
37,2
Hombres (miles)
601,3
594,7
1.890,3
1.771,0
907,6
1.105,1
265,5
350,2
760,1
828,2
2.427,0
Relativo al total (%)
70,1
69,6
70,3
72,5
76,7
72,3
68,6
67,5
78,7
70,0
69,1
67,3
56,1
54,7
66,0
Agrícola (%)
63,9
64,6
70,3
67,3
78,4
76,2
54,5
44,7
53,5
58,0
71,0
64,0
79,4
75,3
77,7
No agrícola (%)
36,1
35,4
29,7
32,7
21,6
23,8
45,5
55,3
46,5
42,0
29,0
36,0
20,6
24,7
22,3
Mujeres (miles)
256,8
259,9
799,9
672,0
275,5
655,9
4.607,1
5.298,9
71,8
149,9
340,1
402,9
1.897,1
2.646,5
24,6
Relativo al total (%)
29,9
30,4
29,7
27,5
23,3
27,7
31,4
32,5
21,3
30,0
30,9
32,7
43,9
45,3
34,0
Agrícola (%)
11,3
17,4
32,6
24,6
16,6
27,5
26,1
15,8
6,5
29,3
50,3
48,2
69,2
70,0
51,6
No agrícola (%)
88,7
82,6
67,4
75,4
83,4
72,5
73,9
84,2
93,5
70,7
49,7
51,8
30,8
30,0
48,4
Agrícola (miles)
413,2
429,4
1.588,6
1.356,0
757,3
1.105,1
6.693,1
5.769,2
146,6
247,1
710,5
724,0
3.239,2
4.260,9
49,9
Asalariados (%)
37,4
39,9
31,8
37,9
31,2
26,8
39,9
45,1
29,2
26,4
13,6
11,3
14,7
14,0
47,1
Empleadores (%)
7,1
4,1
2,0
0,6
1,4
1,0
5,0
21,9
3,4
2,5
3,3
2,7
6,1
5,9
11,5
Cuenta propia (%)
35,1
31,6
29,7
37,0
45,2
50,1
34,6
17,9
54,1
71,1
54,4
57,5
40,2
43,0
35,0
No remunerados (%)
20,3
24,4
36,5
24,4
22,2
22,1
20,5
15,1
13,2
0,0
28,7
28,5
39,0
37,1
6,4
444,9
425,1
1.101,6
1.086,9
425,8
655,9
7.995,6
10.558,9
190,7
253,1
389,7
507,1
1.084,8
1.585,8
22,6
57,1
57,8
49,1
56,0
46,4
41,5
60,4
70,8
64,4
62,5
51,5
58,5
38,8
49,5
70,7
No agrícola (miles)
Asalariados (%)
10.081,6 11.029,2
Empleadores (%)
2,3
2,1
4,6
2,0
2,4
1,9
4,9
9,6
1,9
2,7
4,3
4,9
3,6
2,9
5,0
Cuenta propia (%)
34,6
32,8
30,7
33,0
40,7
44,7
27,1
14,0
32,2
34,7
38,2
30,8
50,9
41,5
23,3
No remunerados (%)
6,0
7,3
15,6
9,0
10,4
11,9
7,6
5,7
1,6
0,0
6,0
5,8
6,8
6,2
1,0
Fuente: Unidad de Desarrollo Agrícola, cepal, a partir del procesamiento de encuestas de hogares de los países facilitadas por la División Estadística
de la cepal.
109
Cuadro 13.
América Latina y el Caribe: distribución de la Poblacion rural por grupos de edad (Porcentajes)
Período 1970-2010
Países
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República
Dominicana
Uruguay
Venezuela
Políticas e institucionalidad
Grupos de
edad
1970
1980
1990
2000
2010
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-15
15-65
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
0-14
15-64
65 y más
44.8
51.5
3.7
46.2
50.6
3.3
43.5
51.3
5.2
49.1
47.6
3.3
48.6
47.5
3.9
45.9
49.8
4.3
49.7
47.9
2.4
46.5
51.0
2.5
49.5
47.5
3.0
48.9
47.4
3.7
49.8
48.1
2.1
48.1
47.9
4.0
49.7
47.1
3.1
46.8
49.4
3.8
49.8
47.5
2.7
29.3
63.9
6.7
49.8
46.9
3.4
44.3
51.5
4.2
42.9
52.7
4.4
36.4
57.6
6.0
45.1
51.1
3.8
41.0
55.0
4.1
46.0
49.7
4.3
48.8
48.4
2.8
47.4
50.0
2.6
49.5
47.4
3.1
48.6
47.5
3.9
50.2
47.5
2.3
44.8
51.0
4.3
46.9
49.7
3.4
46.4
49.6
4.0
44.5
52.5
3.0
27.6
64.4
8.0
46.7
49.5
3.8
43.6
51.7
4.7
40.7
54.5
4.8
31.7
61.6
6.7
41.1
54.6
4.2
39.0
56.7
4.2
42.7
52.7
4.6
45.3
51.0
3.7
47.9
49.2
2.9
48.8
47.9
3.3
43.2
52.2
4.6
49.6
47.5
2.9
39.7
55.5
4.7
45.9
50.3
3.7
45.1
50.8
4.1
39.8
56.2
4.0
25.6
65.3
9.1
43.6
52.3
4.2
42.6
52.0
5.4
35.4
59.2
5.3
28.5
63.2
8.3
37.6
57.7
4.7
35.3
60.1
4.6
38.5
56.1
5.4
40.4
55.2
4.4
48.5
48.2
3.3
46.3
49.8
3.9
38.3
56.0
5.8
44.7
52.1
3.2
37.5
56.8
5.7
42.5
53.3
4.2
42.6
52.9
4.6
36.7
58.0
5.3
24.3
64.8
10.9
39.7
55.3
5.0
38.9
55.1
6.0
32.7
60.8
6.5
22.7
66.8
10.5
32.4
61.9
5.7
29.4
65.1
5.5
34.3
58.8
6.9
37.0
58.1
4.9
47.5
49.2
3.3
41.0
54.7
4.3
32.8
59.7
7.4
38.3
57.8
3.9
35.0
58.1
6.9
38.1
56.9
5.0
36.0
58.9
5.1
34.3
59.3
6.4
22.3
66.4
11.3
35.9
57.7
6.4
Los Estados han enfrentado la crisis económica con diversos
instrumentos, revalorizando el rol de la agricultura familiar
El combate a los efectos negativos de la crisis alimentaria ha continuado marcando la
pauta de prioridades agrícolas en la región. En forma progresiva, se han implementado
programas y políticas de mayor alcance, los que en algunos países han sido construidos con
la participación de organizaciones de representación; ello ha otorgado sustento a la acción
de los Estados en el sector agropecuario. En la búsqueda de soluciones a la situación de
turbulencia económica, los países están orientando sus acciones en la agricultura familiar,
tanto en la focalización de programas de emergencia, como hacia el desarrollo del potencial
que este sector posee como mitigador de situaciones de crisis agroalimentarias.
Hechos
* En diversos países de América Latina y el Caribe (alc), la modernización del Estado ha significado la re-estructuración de los Ministerios de
Agricultura y organismos dependientes. Ello se
ha traducido en Ministerios de Agricultura con
responsabilidades más acotadas y en el traspaso
de varias funciones hacia otros Ministerios, complementando sus funciones entre ellos.
* Una de las oportunidades generadas a partir de
la crisis alimentaria ha sido la corroboración del
papel de la Agricultura Familiar como proveedor
de alimentos, de materias primas para la agroindustria y generador de empleo agrícola. Así, se
está revalorizando el espacio rural y la contribución de este segmento al desarrollo equilibrado
de los territorios.
* En respuesta a las demandas por mayor participación de organizaciones de la sociedad civil, se
han fortalecido algunos espacios de diálogo en
el sector agropecuario en torno a la generación
de políticas para la Agricultura Familiar, como
la Reunión Especializada de Agricultura Familiar
–reaf- en los países del mercosur, y el Programa
Diálogo Regional Rural en Centroamérica, los que
han contribuido al ejercicio de la ciudadanía de
los agricultores.
* Diversos países de América Latina y el Caribe han
fortalecido los lazos comerciales, fomentando con
ello la integración regional. Este hecho podría
constituirse en el punto de partida para la configuración de un bloque económico y comercial
en la región.
Fuente: celade.
110
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
111
Tendencias
Los Gobiernos continúan buscando soluciones
y aplicando medidas ante la volatilidad de los
precios de los alimentos
La disminución o supresión de los impactos negativos
de la volatilidad de los precios de los alimentos sobre la
población se ha transformado en un imperativo para los
gobiernos, quienes han aplicado diversas medidas que
han intentado hacer frente al problema (cepal/fao/iica,
2011). En el último año, destacan las siguientes:
• Fomento a la producción de alimentos básicos en la
pequeña agricultura: a través de subsidios a insumos,
asistencia técnica y apoyos a la comercialización. La
mayoría de los países de la región ha implementado
alguna de estas medidas, destacándose Centroamérica
y México.
• Apoyo a la inversión, en el que destacan Bolivia y
Perú, que establecieron programas para la adquisición de maquinaria agrícola. Asimismo, los países
del Caribe han construido caminos y obras de riego
y drenaje, necesarios para el desarrollo de la actividad
agrícola.
• Mejoría en el funcionamiento de los mercados agroalimentarios: en Brasil, Ecuador, Nicaragua, Venezuela y Guatemala, se han establecido medidas tendientes a ampliar
la capacidad de intervención del sector público en los
mercados, como las compras directas y la búsqueda de
nuevas fuentes de alimentos importados, entre otras.
En algunos países de la región, estas medidas coyunturales están siendo acompañadas por acciones más duraderas relacionadas con el incremento de la inversión en la
agricultura y fortalecimiento del desarrollo rural, aunque
todavía de manera incipiente. Parece lógico avanzar en
estas medidas de mayor aliento, dado que actualmente
la mayor parte de la población vulnerable habita en los
espacios rurales de la región.
La política comercial comienza a privilegiar
el intercambio intrarregional
Los países han enfrentado el escenario de incertidumbre económica estableciendo medidas para mitigar el
impacto negativo en sus territorios y profundizando el
intercambio comercial regional, sin dejar de lado los
compromisos extra regionales.
112
En los mercados internos, las políticas comerciales se han
orientado a mitigar los efectos de la volatilidad de los
precios de los alimentos. Algunos países adoptaron medidas de corte temporal, como las orientadas a restringir
la exportación de ciertos productos agrícolas; sin embargo, la tendencia observada es hacia la implantación de
medidas de mediano y largo plazo, destinadas a insertar
productos agrícolas en los mercados, especialmente de
los sectores vulnerables. En ese contexto, algunos países
han creado programas de promoción del consumo de
productos locales, generados en su mayoría por pequeños agricultores, para disminuir la dependencia a las
importaciones de alimentos. Adicionalmente, algunos
países de la región están incorporando a la agricultura
familiar como proveedora de alimentos de programas
públicos de alimentación.
a mejorar los índices de seguridad alimentaria, como
también a mitigar los efectos de las crisis económicas
sobre la población de la región.
Los países han fortalecido la institucionalidad
de apoyo a la agricultura familiar, para mejorar su desempeño
La innovación agrícola: aún sin la prioridad
que merece
En el ámbito extrarregional, la región ha respondido
a la creciente demanda de intercambio comercial con
América del Norte, Europa, y Asia, a través de la suscripción de acuerdos bilaterales de diversa envergadura,
entre los que destacan Costa Rica-China, Perú-Unión
Europea, Estados Unidos-Colombia- y el tlc ColombiaLiechtenstein-Suiza. También se constataron avances
signiicativos hacia la irma de un Acuerdo de Asociación
entre Centroamérica y Unión Europea, pronto a ser
suscrito, y en las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacíico, en el que Chile y Perú formarán
parte, junto a Estados Unidos, Australia y Singapur,
entre otros.
En los últimos años, las acciones de innovación agrícola en la región se han orientado hacia la búsqueda
de rentabilidad de los negocios, lo que explica que la
innovación se haya concentrado en la esfera privada,
enfocando la investigación y las acciones de extensión
hacia los agricultores exitosos y dejando a la pequeña
agricultura marginada de las acciones de innovación.
Este enfoque no ha permitido establecer en alc un “carro de innovación” que asegure la inclusión de todos los
actores involucrados en la cadena productiva y comercial
de los países.
En los últimos años, los Estados de la región han ido
reconociendo progresivamente la importancia de la agricultura familiar en la provisión de alimentos básicos
y en la mitigación de las crisis económicas, así como
también en el uso y mantención de prácticas agropecuarias sostenibles. Para mejorar la eicacia del apoyo a este
sector, en los últimos años diversos países han creado
programas destinados a dar apoyos especializados a los
agricultores familiares, destacando el Plan de agricultura
familiar en El Salvador, el Programa de Fomento de
la Producción de Alimentos por la agricultura familiar en Paraguay, el programa masagro en México, que
promueve la producción de maíz y frijol en la pequeña
agricultura, el Programa de Agricultura Familiar para el
Fortalecimiento de la Economía Campesina de Guatemala y el Programa de Desarrollo Productivo Agrario
Rural –agrorural- en Perú.
La incorporación progresiva de los países de alc a los
acuerdos comerciales ha sido posible por la disminución
de las barreras al comercio agrícola mundial, lo que se
ha traducido en mejores condiciones de acceso a los
mercados para los países de la región. Esta tendencia se
observa también en los mercados internos a través de
la disminución de los aranceles pagados por productos
agrícolas importados (Sotomayor et al., 2011).
El comercio intra-regional ha continuado fortaleciéndose, mediante la suscripción de los Tratados de Libre
Comercio entre Perú - Costa Rica, México - Perú y
México - Centroamérica. Adicionalmente, hubo avances sustanciales en las negociaciones de futuros acuerdos
comerciales entre Perú y Venezuela, Guatemala y Perú,
y Panamá y Trinidad-Tobago.
La búsqueda de acuerdos comerciales intra-regionales cobra mayor importancia en lo referido al intercambio de
alimentos, el que si se continúa fortaleciendo contribuirá
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
La región dedica un 0,6% de su Producto Interno Bruto
(pib) a inanciar acciones de investigación y desarrollo
(i+d), cifra que representa menos de un tercio de lo
que destina Estados Unidos (2,8% del pib). Esto deja de
maniiesto que las acciones destinadas a i+d no constituyen prioridad en la región, aún cuando es evidente la
necesidad de los países de contar con tecnologías para
transformar su matriz agroproductiva y lograr el desarrollo del sector.
Aún cuando el panorama en innovación no es alentador en la región, existen excepciones, como Argentina,
que cuenta con un centro de investigación dirigido a la
pequeña agricultura (cipaf18). Otros países, como Brasil
y Uruguay han diseñado programas de investigación
dirigidos a la agricultura familiar, al alero de sus centros
de investigación agropecuaria (emprapa e inia, respectivamente).
La necesidad de revertir el magro estado de la innovación en la región quedó de maniiesto en el Encuentro
de Ministros de Agricultura de las Américas (2011), en
el cual los Ministros se comprometieron a impulsar innovaciones tecnológicas para integrar el sector agroalimentario, incluyendo a los agricultores familiares en las
cadenas de valor, como también a fortalecer los sistemas
de extensión, incorporando metodologías innovadoras
de transferencia de conocimientos adecuadas a las diversas realidades de los productores.
18 cipaf: Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la
Pequeña Agricultura Familiar (http://inta.gob.ar/unidades/140000/)
Otros países han creado y/o re-estructurado sus marcos
regulatorios e institucionalidad. En Argentina se creó la
Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, y
en Uruguay se creó la Dirección General de Desarrollo
Rural, instituciones destinadas a hacer efectivas las demandas de la Agricultura Familiar. En esta lógica, Costa
Rica elaboró la Estrategia de Agricultura Familiar del
Ministerio de Agricultura, en la que se declara la necesidad de contar con una institucionalidad para el sector.
En Brasil, se introdujeron modiicaciones a los marcos
regulatorios existentes, creándose la ley Nº12.188/2010,
que establece la Política Nacional de Asistencia Técnica y
Extensión Rural para la Agricultura Familiar y Reforma
Agraria (pnater) y el Programa Nacional de Asistencia
Técnica y Extensión Rural (pronater).
En algunos países de la región, la creación o reingeniería
de instituciones y programas especializados ha contado
con la participación de organizaciones de base, lo que
ha generado mayores vínculos y legitimación entre los
gobiernos y estas organizaciones. Un ejemplo de ello
lo constituye la contag, -Confederaçao Nacional dos
Trabalhadores na Agricultura-, que representa a 20 millones de trabajadores rurales y ha estado presente en
las discusiones con el gobierno de Brasil respecto a la
coordinación de políticas públicas y su impacto en la
agricultura. En Argentina destacan el Foro de Organizaciones de la Agricultura Familiar (fonaf ) y la Federación Agraria Argentina (afa), que agrupan a pequeños y
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
113
medianos productores y que han participado en temas
de coyuntura por la defensa de la agricultura familiar y
el cooperativismo.
En forma complementaria a las iniciativas descritas,
algunos grupos de países que han suscrito Tratados de
Libre Comercio han impulsado programas destinados a
fortalecer la vinculación entre los Estados y las organizaciones de agricultores familiares, estableciendo mecanismos novedosos de análisis de políticas destinadas a la
pequeña agricultura. Dos ejemplos de ello lo constituyen
la Reunión Especializada de Agricultura Familiar –reafórgano consultor del mercosur, en donde participan
representantes de 10 países de la región, y el Programa
Diálogo Regional Rural en Centroamérica, en el que
participan organizaciones de Centroamérica y República
Dominicana, en el marco de la Política Agrícola Centroamericana. Estas iniciativas han permitido identiicar
las principales variables que facilitan la integración de la
agricultura familiar a los procesos de modernización.
La inclusión social se sitúa como objetivo prioritario en diversos países
Con el propósito de mejorar los impactos de las políticas
y programas públicos en la implementación de los programas de reducción de la pobreza, desigualdad y vulnerabilidad, diversos países de la región han creado marcos
regulatorios de desarrollo e inclusión social. Tal es el caso
de la Estrategia Centroamericana de Desarrollo Rural Territorial (2010), elaborada por el Consejo Agropecuario
Centroamericano, cuyo objetivo es promover la gestión
participativa de políticas públicas territoriales incluyentes y equitativas, y que cuenta con un eje transversal de
equidad e inclusión social en los territorios rurales. En
forma complementaria, otros países han generado instituciones destinadas especíicamente a la implementación
de políticas de inclusión social, destacando en la región
dos países de la comunidad andina: Ecuador, que creó el
año 2008 el Ministerio de Inclusión Económica y Social
(mies), y Perú, que creó el Ministerio de Desarrollo e
Inclusión Social (midis) en el año 2011.
A través de estas iniciativas, dichos países esperan avanzar
desde la implementación de programas temporales de
alivio de la pobreza hacia acciones de corte intersectorial
destinadas a mejorar el acceso de la población a oportunidades económicas y servicios de calidad, lo que, sin
duda, será replicado por otras naciones de alc. No obs-
114
tante, es importante considerar que para ello se requiere
de mecanismos de articulación territorial adecuados,
los que en diversos países de la región presentan serias
debilidades en su funcionamiento.
Perspectivas
La región profundizará la gestión pública basada en resultados, midiendo los efectos de las
medidas de políticas implementadas
Los procesos de modernización de la gestión pública
avanzan cada vez más hacia la suscripción de compromisos que permitan revisar el avance de las medidas
adoptadas. Parece ser cada vez más recurrente relacionar modernización del Estado con “Resultados de la
Gestión”. Las administraciones públicas, ancladas en
procesos que ijan sus objetivos en el cumplimiento de
las normativas que determinan sus estructuras y funcionamiento, parecen estar quedando atrás; aún cuando
mucho queda por hacer en esta materia.
La gestion basada en resultados se aplica en Chile hace
varios años, donde se han ido mejorando los indicadores
que determinan el efecto que las políticas públicas tienen sobre la sociedad. República Dominicana habla de
“acuerdos de programa” sujetos a la revisión presupuestaria del Parlamento. Lo propio, en sus modelos de gestión,
han hecho México (Recuadro 3), Trinidad y Tobago,
Uruguay, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Colombia.
Así visto, la gestión por resultados está conigurándose
como una respuesta a la preocupación por encontrar la
clave para liberar los procesos de desarrollo económico
y social. Se busca de alguna manera el diseño y/o perfeccionamiento de mecanismos para optimizar el proceso de
asignación de recursos, creando mayor valor público.
Otras áreas en las que se espera profundizar la modernización de la gestión pública son en aquellos procesos de
cooperación y alianza con el sector privado, sobre todo
en lo concerniente a la elaboración e implementación de
estrategias nacionales de desarrollo, en donde es posible
entender que la participación de determinados sectores,
desde su concepción hasta su implementación, resulta
clave.
Avanzar en la medición de los impactos se está transformando en el desafío de los gobiernos. Los resultados de
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
las diversas intervenciones sectoriales no sólo demandan
evaluación y seguimiento; se hace necesario saber cuál es
el grado de impacto que tienen sobre la calidad de vida
de la población, sobre todo, en aquellos programas que
intentan mejorar las condiciones para recibir un mayor
ingreso e inserción sostenida y sostenible en la actividad
económica. Si bien metodológicamente la medición de
impacto presenta ciertas complejidades y un gasto en
recursos de importancia, parece ser una buena forma
de entender si los recursos dispuestos están teniendo el
efecto esperado en el mejoramiento de las oportunidades
de las familias más pobres. Para ello, se hará cada vez
más necesario el diseño de líneas de base que permiten
entender el proceso de mejoramiento de las condiciones
de vida de determinados sujetos de atención.
Los países de la región reconocerán progresivamente a la agricultura familiar como un sector fundamental para la solución de la crisis
alimentaria
Producto de los numerosos análisis que los países de la
región efectuaron para dar solución o mitigar los efectos
de la crisis alimentaria, quedó de maniiesto el rol fundamental que juega la agricultura familiar en la provisión
actual y potencial de alimentos y materias primas, en
la generación de ingresos, en la sostenibilidad de los
recursos productivos, así como también en la mitigación del impacto de la volatilidad de los precios. Los
organismos de cooperación reconocieron esta situación,
incorporando a la agricultura familiar como uno de sus
Recuadro 3: La gestión pública por resultados en el gobierno mexicano
México se ha convertido en un país pionero en
la región en cuanto al desarrollo institucional para
la gestión pública con base en resultados. El 20
de enero de 2004 se promulga la Ley General de
Desarrollo Social, sentando las bases para este
modelo de gestión. La ley crea el Consejo Nacional
de Evaluación de la Política de Desarrollo Social,
coneval, como organismo público descentralizado con personalidad jurídica, patrimonio propio,
autonomía técnica y de gestión. coneval, con una
importante participación de destacados académicos, se convierte en la institución responsable de
emitir los lineamientos de evaluación que deberán
observar las dependencias y entidades responsables de operar programas sociales. La Ley Federal
de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria
del 30 de marzo de 2006, por su parte, establece la obligatoriedad de todas las dependencias
de “…realizar una evaluación de resultados de
los programas sujetos a reglas de operación, por
conducto de expertos, instituciones académicas y
de investigación u organismos especializados, de
carácter nacional o internacional, que cuenten con
reconocimiento y experiencia en las respectivas
materias de los programas.”
A partir de 2008, el país emprende nuevas reformas tendientes a mejorar la eficiencia y efectividad
del gasto público, para lo cual adopta el enfoque
de presupuestación con base en resultados. Así, se
instituye el Sistema de Evaluación del Desempeño
(sed) para dar seguimiento y evaluar sistemática-
mente las políticas y programas de las dependencias federales, contribuyendo así a la consecución
de los objetivos establecidos en el Plan Nacional
de Desarrollo y los programas que lo instrumentan.
El coneval, la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público y la Secretaría de la Función Pública emiten
cada año el Programa Anual de Evaluación de los
Programas de la Administración Pública Federal,
en el que participan despachos privados, universidades, y organismos internacionales. Para todos
los programas de gobierno se han elaborado Matrices de Indicadores de Resultados, y se han desarrollado evaluaciones de diseño, funcionamiento y
operación, y consistencia y resultados. En el caso
de los programas de la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (sagarpa), la fao ha colaborado con sus
evaluaciones (http://www.fao-evaluacion.org.mx/
pagina/index.php), así como con la capacitación
de cuadros técnicos del gobierno federal y de los
gobiernos estatales. Fruto de este trabajo colaborativo entre sagarpa y fao, el coneval ha otorgado
a la sagarpa reconocimientos de buenas prácticas
por los trabajos realizados en: 1) Levantamiento de
la línea de base los programas 2008 de sagarpa,
2) Sistematización de levantamiento de línea base
para la medición de indicadores de resultados y
de impactos, y 3) Implementación de las matrices
de indicadores para resultados de los programas
de la sagarpa en concurrencia de recursos en las
entidades federativas.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
115
principales ejes temáticos. Así, la fao y el iica sitúan a
este sector como una de las áreas prioritarias que orientará sus agendas de mediano plazo en la región.
Con el propósito de aprovechar el potencial que la agricultura familiar posee, los países de la región fomentarán cada vez más los sistemas productivos de este sector
para incrementar la producción de materias primas y
alimentos y aminorar, así, los impactos de mayores y más
volátiles precios; también, por el papel que la agricultura
familiar juega en la mitigación y adaptación al cambio
climático. Para su logro en un futuro cercano, se prevé
que los países de la región concentrarán esfuerzos para
superar los siguientes desafíos:
• Desarrollo de la institucionalidad, tendencia que ya
se observa en la región, como se ha señalado en este
capítulo, la que sin embargo aún no se expresa con
fuerza suiciente en algunos países. La región en su
conjunto buscará contar con un marco institucional y
regulatorio adecuados a las necesidades de desarrollo
de la pequeña agricultura.
• Caracterización de la agricultura familiar: un diseño óptimo de políticas públicas requiere conocer y
dimensionar a sus sujetos de atención, por lo que
los países de alc intentarán mejorar los sistemas de
información existentes acerca del sector al más breve
plazo. Esta tarea toma mayor importancia al reconocer a la agricultura familiar como un sector ampliamente heterogéneo en cuanto a recursos humanos y
productivos.
• Fortalecimiento de la asociatividad y el cooperativismo:
en la región, la asociatividad de los agricultores familiares es aún incipiente. Los Estados continuarán
promoviendo el diálogo con organizaciones de productores, para mejorar la pertinencia de las políticas
e intervenciones, y contribuir a optimizar la gestión
de negocios de los agricultores.
• Impulsar el acceso a mercados e inserción en cadenas de
valor: Con el objetivo de fortalecer el papel que juega
la agricultura familiar como proveedor de materias
primas, los países de región promoverán acciones
destinadas a establecer encadenamientos entre empresas agroindustriales y pequeños agricultores. En la
región destacan algunas experiencias exitosas, como
el Programa de Alianzas Productivas en Chile y en
Colombia y la implementación de Negocios Inclusivos en Ecuador.
116
• Propiciar la innovación y el acceso a tecnologías adecuadas a la realidad del sector: Los países buscarán
destinar recursos hacia la investigación de los sistemas
productivos de la agricultura familiar, así como al
diseño de metodologías novedosas de extensión.
Finalmente, se prevé que a través de la implementación
de las acciones anteriormente descritas, el aporte de la
agricultura familiar a la economía de los países de la
región logrará visibilizarse en forma progresiva en la
sociedad. La proclamación por parte de la onu del Año
Internacional de agricultura familiar en el 2014 contribuirá a ello, y logrará posicionar a este sector en las
prioridades de los gobiernos de alc.
El Estado continuará profundizando el sistema
de compras públicas, generando oportunidades
para la agricultura familiar como proveedor
de alimentos
Con el propósito de asegurar la disponibilidad de alimentos en la población, en diversos países de la región
se han implementado sistemas de compras públicas. Para
ello, algunos países han creado organismos destinados a
comprar la producción de agricultores familiares. Es el
caso de Nicaragua a través de la Empresa Nicaragüense
de Alimentos Básicos (enabas). En esta línea, Brasil ha
desarrollado el Programa de Adquisición Pública de Alimentos a la agricultura familiar (paa). Adicionalmente,
Brasil ha avanzado aún más, haciendo partícipe a la agricultura familiar del Programa de Alimentación Escolar.
Para ello, ha garantizando por ley un porcentaje mínimo
del total de compra de alimentos para este programa del
30% por parte del Estado a agricultores familiares (Ley
No 11.947/2009).
La estrategia de vincular a la agricultura familiar como
proveedor de programas de alimentación será adoptada
por otros países. Así lo declararon conjuntamente los
Ministros de Agricultura el año 2011, en la que destacan
el rol fundamental que juegan los Estados para fortalecer
a la pequeña agricultura por medio de las compras estatales de alimentos, lo que estimula la inserción de este
sector en los mercados y posibilita que los agricultores
comercialicen sus productos a precios justos.
Se prevé que el desarrollo de este tipo de iniciativas de
compras públicas supere los límites nacionales, como el
protocolo de acuerdo suscrito recientemente entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que extiende a esos
países el Programa de Adquisición Pública de Alimentos
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
a la agricultura familiar brasileño y cuyo propósito es
crear una red donde se posibilite el apoyo de un país a
otro ante situaciones de emergencia alimentaria a partir
del establecimiento de compras públicas en la agricultura
familiar, iniciativa que podría ser replicada en el resto
de la región.
El desarrollo de programas de compras estatales a la
agricultura familiar, así como su continuidad en el tiempo generará la necesidad de intercambiar experiencias
entre países y debatir propuestas conjuntas en relación
al sector. Quedan por resolver múltiples desafíos en las
áreas de inocuidad, asociatividad de los productores, diversiicación de la producción, etc., algunos de los cuales
podrán ser superados a través de la implementación de
acciones mancomunadas entre países de la región.
Los países crearán sistemas de innovación
más pertinentes a las diversas necesidades de
la agricultura
El impulso a la innovación de la agricultura en alc
requiere de una mirada más integral que la existente,
debido a que en la generación de conocimientos para
el agro interactúan múltiples actores, como centros de
investigación, proveedores de insumos, universidades, y
agricultores, entre otros, los que superan el límite sectorial de acción. En esta lógica, los países deberán realizar
un rediseño de su institucionalidad, apostando por la
creación de sistemas de innovación, en los que los programas de extensión agrícola formen parte fundamental
del mismo y, por lo tanto, de la cadena de conocimiento
agrícola.
El establecimiento de sistemas de innovación contribuirá a mejorar la competitividad del sector, a través de
acciones coordinadas y pertinentes a la realidad de cada
subsector, ordenando la oferta y demanda por innovación y, por lo tanto, mejorando la eiciencia en el uso
de los recursos. En suma, contar con sistemas de innovación en la región aportará a una efectiva integración
entre la investigación, los programas de extensión y la
producción agrícola.
La necesidad de reducir la brecha de innovación existente con los países desarrollados, y entre sectores de
agricultores al interior de los países, constituye una tarea
prioritaria e ineludible para la región. Para su logro,
las agendas de innovación incorporarán a la agricultura
familiar en forma explícita. Ello implica un gran desafío,
pues los sistemas deberán ser capaces de responder a las
necesidades de un sector heterogéneo y numeroso, con
necesidades muy diversas. Dada la magnitud de este
reto, los países concentrarán esfuerzos en recomponer y
modernizar sus programas de extensión, adecuándolos a
las necesidades de cada subsector, elaborando programas
lexibles, diferenciados y pertinentes a las características
de los agricultores. En ese sentido, destaca la experiencia del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(inta) de Argentina, con sus programas especíicos de
innovación y transferencia tecnológica para la agricultura
familiar.
La participación del sector privado en los sistemas de
innovación será cada vez más frecuente. Ello permitirá
complementar esfuerzos, incrementar la cobertura de
los sistemas de innovación, y mejorar sus condiciones
de equidad, priorizando los recursos públicos hacia los
sectores más vulnerables.
Los Estados progresarán en la elaboración de
medidas para un acceso a la tierra con mayor
equidad
A nivel mundial se constata una gran presión por el
uso de la tierra, debido principalmente al crecimiento
de la población y el nivel de consumo, la demanda por
biocombustibles y los efectos del cambio climático. Esta
presión se ha traducido en un incremento de la demanda
y, en algunos países, en una progresiva tendencia a la
concentración de la tierra. En este nuevo escenario, los
países de la región requerirán hacer ajustes en los marcos
legales de tenencia de la tierra y establecer o reformular
políticas de tierras.
La región deberá abordar los desequilibrios estructurales
en el acceso a tierra. Esta situación ha tomado una importancia tal que en mayo de 2012, los países miembros
de fao adoptaron las Directrices Voluntarias sobre la
Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra,
la Pesca y los Bosques en el Contexto de la Seguridad
Alimentaria Nacional. Dichas Directrices constituyen
un instrumento rector a nivel mundial, estableciendo
principios y estándares que ofrecen orientación práctica a
los gobiernos, a la sociedad civil y al sector privado sobre
el tema, incluyendo tópicos como el acceso y el uso de los
recursos, los mercados y las inversiones en los aspectos
de tenencia de la tierra. Este documento será de gran
utilidad para la formulación de estrategias, políticas y
legislaciones relativas a la concentración y competencia
por el control de los recursos naturales.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
117
La esfera extrasectorial tendrá mayores responsabilidades en el desarrollo de la agricultura.
En la región, la crisis alimentaria ha facilitado la visibilidad de la agricultura y sus efectos sobre las economías
de los países. Los Ministerios de Hacienda y Bancos
Centrales de la región muestran una creciente preocupación por los efectos inlacionarios, cambiarios y de déicit
público generados por el comportamiento del mercado
de los alimentos. Adicionalmente, los gobiernos destinan
esfuerzos a estudiar los posibles efectos de restricciones
comerciales a productos agrícolas que siguen prácticas
identiicadas como no sostenibles.
El intercambio de información entre países será cada
vez más frecuente, previéndose la adopción de medidas
mancomunadas para enfrentar los impactos del cambio
climático y reducir sus efectos negativos. Esta tendencia se
podrá materializar a través del establecimiento de políticas,
programas, sistemas de vigilancia y de alerta itozoosanitarios bilaterales o subregionales en torno al tema.
Se espera así, en un futuro cercano, que en los Estados
de la región surjan políticas agrícolas que consideren la
participación de organismos gubernamentales extrasectoriales que complementen la labor de los Ministerios
de Agricultura, y que cuya implementación se traduzca
en mejorías sustantivas de la calidad de vida de los productores agrícolas.
La agricultura familiar será objeto de medidas especiales
para adaptarse al cambio climático, debido a las condiciones de vulnerabilidad climática en las que vive una
parte de su población. En este sector, las acciones estarán destinadas al promover el manejo sostenible de los
sistemas productivos.
La región avanzará hacia acciones efectivas y
oportunas de adaptación y mitigación al Cambio climático.
A nivel nacional, se espera una mayor integración público-privada para deinir las acciones prioritarias a seguir
en las agendas de cambio climático.
Los países de la región continuarán desarrollando la institucionalidad necesaria para enfrentar el cambio climático. Centroamérica, el Caribe y la Comunidad Andina
cuentan con estrategias regionales de cambio climático.
A ello se suma que, actualmente, algunos países están
elaborando estrategias nacionales sectoriales de cambio
climático (Nicaragua, Chile, Uruguay y Perú). Ambos
instrumentos constituyen valiosas medidas que debieran
generalizarse en la región, puesto que establecen bases
sobre las cuales elaborar las políticas, así como coordinar
y priorizar las acciones de mitigación y adaptación al
cambio climático para la agricultura.
Finalmente, y como parte de la estrategia de adaptación,
los países promoverán acciones tendientes a lograr un
cambio cultural en los ciudadanos respecto al cambio
climático y sus efectos sobre la agricultura.
Las medidas preventivas se irán imponiendo sobre las
medidas de emergencia. En este sentido, las acciones
tendientes a la gestión de riesgos de desastres (como la
reciente ley promulgada en Colombia) marcarán la pauta
en la agenda de cambio climático.
Los países deberán avanzar en la eliminación de subsidios
que afecten en forma negativa al medioambiente, y crear
medidas y tecnologías para disminuir emisiones de gases
de efecto invernadero. Este ámbito debe ser impulsado,
pues está aún en ciernes. De hecho, México es el único
país de la región que cuenta con una ley, de reciente
118
promulgación, destinada a la reducción paulatina de
las emisiones de dióxido de carbono. Brasil también
presenta avances en esta materia, a través del programa
Agricultura Baja en Carbono (Plan abc, 2010) destinado
a establecer metas voluntarias de reducción de Gases de
Efecto Invernadero en los agricultores.
Los países mejorarán los procesos de descentralización del sector agrícola, fortaleciendo
la institucionalidad local
En la última década, la mayor parte de los Estados de la
región fueron sometidos a profundos procesos de modernización, en donde la descentralización constituyó
la gran apuesta para mejorar la gestión de los gobiernos
y generó expectativas en los ciudadanos. No obstante,
en muchos países, este proceso ha sido problemático,
prevaleciendo en la actualidad altas dosis de centralismo
y una débil coordinación de políticas entre los distintos
Ministerios. A ello se suma que, en muchos casos, los
gobiernos locales no cuentan con los recursos y/o con las
capacidades suicientes para ejecutar las funciones que
se les atribuyen, lo que les impide realizar una adecuada
coordinación vertical de las políticas.
La optimización de los procesos de descentralización en
el sector agropecuario constituye una tarea ineludible al
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
más breve plazo. Ello obliga a que los países se aboquen
a superar los siguientes desafíos en el futuro cercano:
• Fortalecimiento de la institucionalidad local, lo que posibilitará un mejoramiento de las capacidades físicas y
profesionales existentes, como también incrementos
presupuestarios para un adecuado cumplimiento de
sus funciones.
• Definición de funciones institucionales, lo que permitirá delimitar los campos de acción de cada institución,
deiniendo facultades políticas y técnicas, así como
también visualizar posibles complementariedades y
sinergias interinstitucionales.
• Generación de nuevas instituciones “flexibles”, las que
podrán adecuar sus estructuras, de manera de responder en forma óptima a las diversidades de los
territorios.
• Definición del territorio como la unidad de planificación
territorial, lo que se traducirá en el establecimiento
de agendas territoriales y de “acuerdos de gestión”
de diversa índole con los niveles superiores, que formarán parte integrante de las agendas de gobierno y
contribuirán a visibilizar y expresar las potencialidades del territorio.
• Desarrollo de mecanismos de coordinación y control
entre todos los niveles de gobierno, lo que permitirá un
uso más eiciente de los recursos públicos, aportará
a la transparencia de la gestión y a la coherencia de
las intervenciones públicas.
• Creación de espacios de participación ciudadana en
todos los niveles de la gestión pública, lo que validará la gestión de los Estados en todos los niveles,
así como construirá visiones compartidas del sector
en el futuro.
La materialización de estos desafíos permitirá a los Estados contar con una base institucional local fortalecida
y articulada con los distintos niveles de gobierno. Ello
contribuirá a mejorar la gestión pública, a generar procesos de desarrollo económico y, por lo tanto, a reducir
los niveles de pobreza en los territorios.
Finalmente, es importante considerar que la profundización de los procesos de descentralización requerirá de
apoyo al cambio cultural que implica la modiicación de
la lógica histórica de trabajo de tipo centralista y sectorial
de los cuerpos técnicos de los niveles centrales, a otra
caracterizada por el diseño de líneas de acción que serán
materializadas en programas diseñados y operados por
el nivel territorial.
Recomendaciones de políticas
Mejorar los procesos de gobernanza y gobernabilidad democrática, a través de impulsos a la
participación en las decisiones de política
En la Región se está asistiendo a un cambio importante
en el paradigma del desarrollo. Antes se buscaba limitar
los efectos regresivos de los modelos económicos; ahora
existe un interés por transformar el sistema económico,
donde lo social ya no es un elemento más, sino el eje
estructurador. En este contexto, la participación ciudadana juega un papel central.
Sin embargo, una buena gestión de gobierno es una tarea
difícil de alcanzar, más aún en países en desarrollo. Al
analizar el funcionamiento de países que ostentan los
mejores índices de gobernanza, se observa un factor común en su gestión: han incorporado a agentes relevantes
en la toma de decisiones, participando en este proceso
diversos actores representativos de la sociedad civil, del
mercado y del Estado. Los sectores público y privado se
están vinculando progresivamente en la formulación y
ejecución de las políticas. Queda de maniiesto, entonces, la necesidad de la región de incrementar la participación en las decisiones de todos los sectores sociales,
especialmente los hasta ahora marginados. Esto cobra
mayor sentido en el sector de la agricultura familiar, el
cual en la mayor parte de los países de la región ha quedado excluido del proceso de formulación de políticas.
El fortalecimiento de la representatividad de este sector
constituye un factor determinante para impulsar y validar políticas y programas para la agricultura.
La adopción de las Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra, la
Pesca y los Bosques en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacionalrepresenta un instrumento para poder
reforzar los aspectos de una buena gobernanza en la
tenencia; esto puede repercutir directa e indirectamente
en el mejoramiento de los índices de buena gobernanza
en la agricultura familiar.
En la región ya se observan algunos avances en materia
de mejoría de la representatividad en el sector agropecuario, como la Reunión Especializada de agricultura
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
119
familiar (reaf ) y el Programa Diálogo Regional Rural,
ya mencionados en este capítulo, y en los que participan
los gobiernos y representantes de agricultores familiares
de los países y discuten y proponen políticas públicas
destinadas al sector rural. A nivel nacional, destacan la
Política Agroalimentaria y de Desarrollo Rural de Costa
Rica 2010 – 2021, el Plan Estratégico Agroalimentario
y Agroindustrial Participativo y Federal 2010 – 2016 de
Argentina, y el Plan de Acción Estratégico del Sector
Alimentario 2010-2014 de Panamá, elaborados a partir
de una visión público-privada consensuada y de largo
aliento. Otro ejemplo lo constituye la Política Nacional
de Extensión de Brasil, elaborada con participación de
actores relevantes de la sociedad civil. Sin duda, espacios
de participación como éstos deben seguir abriéndose
en la región, contribuyendo a mejorar los niveles de
equidad y a la validación de las políticas en los grupos
de interés.
Propiciar la construcción de políticas para la
agricultura con un horizonte a largo plazo
El desarrollo de la agricultura en la región es un desafío
complejo que requiere superar problemáticas de diversa
índole, muchas de las cuales superan el ámbito de acción
de la institucionalidad agrícola. Los países, entonces,
deben enfrentar este complejo desafío con una visión
de Estado más integral y sólida, concentrando esfuerzos
hacia la construcción y coordinación de políticas y estrategias de largo aliento, coherentes en todos los ámbitos
concernientes al desarrollo de la agricultura. Para ello,
es necesario que los gobiernos fortalezcan la planiicación estratégica y cuenten con deiniciones precisas de
funciones de las instituciones involucradas.
En este nuevo entorno se torna cada vez más fundamental que los gobiernos impulsen y coordinen el trabajo
intersectorial, dirigiendo el diseño de “políticas para el
desarrollo de la agricultura”, las que incluyen políticas
generadas por otros sectores que inluyen en el desempeño de la agricultura y no sólo las “políticas agrícolas”
o propias del sector.
Gestión pública con base en resultados: un difícil, pero necesario, desafío de largo aliento
La implantación de un modelo de gestión por resultados
exige una serie de transformaciones al interior del Estado,
así como también del desarrollo de capacidades que lleven
a cabo esta metodología en forma óptima. La adopción
efectiva de la gestión por resultados no es fácil, debido a
120
que requiere de un cambio en los cuerpos técnicos de las
instituciones hacia una cultura de resultados.
en general, aún queda camino por recorrer, especialmente en los países de Centroamérica y Caribe.
Se recomienda a los Ministerios motivar a sus cuadros
técnicos y altos mandos en las ventajas de esta nueva
forma de gestión pública, así como también capacitarlos
en la metodología a utilizar. Los funcionarios caliicados
se pueden constituir en valiosos agentes de cambio al interior de sus instituciones, contribuyendo a la instalación
efectiva de este sistema.
Diversos países han implementado políticas de fomento
de estas tecnologías, como las Estrategias Nacionales de
Gobierno Electrónico de Colombia, Chile, Uruguay y
Argentina (cepal/fao/iica, 2011). No obstante, en la
región se ha constatado que en las instituciones del sector
agropecuario, la adopción de estas estrategias ha sido más
lenta respecto de otros organismos del Estado. Los países
que aún no adoptan estas tecnologías deben elaborar
normativas que promuevan su uso y que consideren a
la totalidad de la institucionalidad del Estado.
Potenciar el diseño de políticas agrícolas diferenciadas, adecuadas a la realidad de cada
subsector
Con el in de lograr un desarrollo de la agricultura más
equitativo y sustentable, se hace cada vez más imperativo
que los países de la región reconozcan la heterogeneidad
social y económica del sector agrícola y la necesidad de
elaborar políticas y programas diferenciados, pertinentes a la realidad de cada sector. Esto cobra particular
importancia en el caso de la agricultura familiar, para
materializar el gran potencial que posee este sector en
la producción de bienes y servicios. Cabe señalar que
todavía son pocos los países de la región que cuentan
con políticas y/o programas destinados especialmente a
la agricultura familiar.
El diseño de políticas diferenciadas y pertinentes se sustenta en un conocimiento profundo de cada sector que
conforma la agricultura. La mayor parte de los países no
cuenta con estudios de caracterización, lo cual es más
frecuente en el sector de agricultura familiar. Por ello, se
recomienda contar con estudios tendientes a cuantiicar
el aporte de la agricultura familiar en la economía de los
países, así como realizar tipologías de productores y sus
principales demandas y brechas de competitividad.
Fomentar el uso de TIC que permitan fortalecer
la capacidad de respuesta de la institucionalidad pública
Las ventajas que conlleva la adopción de tic en la modernización de los Estados son conocidas, siendo una
de las más valoradas la contribución a la transparencia
de la gestión de los gobiernos. Las tic juegan también
un rol fundamental en la planiicación, seguimiento y
medición de resultados, a través de sistemas modernos
de recolección y procesamiento de datos y generando
diversos indicadores del sector agrícola y rural. No obstante, los avances en la región son muy variados, pero
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Los países deben mejorar la orientación de estas tecnologías hacia los usuarios inales. Para ello, se recomienda
mantener actualizadas y con información iable las páginas web de las instituciones, así como estructurarlas
en forma amigable. Asimismo, los países deben destinar esfuerzos hacia la realización de trámites vía web,
ámbito en el que existe una gran brecha con respecto a
los países desarrollados. Además, los gobiernos deberán
avanzar rápidamente en la implantación de la irma
electrónica para incrementar la prestación de servicios
públicos en línea. Para ello, se recomienda revisar los
casos de Colombia, Chile, Uruguay, México y El Salvador, quienes muestran un nivel de servicios estatales
ofrecidos a través de páginas web superiores al promedio de países desarrollados (cepal/fao/iica, 2011).
respecto de los países desarrollados. Para materializar este
gran desafío, se recomienda orientar la innovación hacia
los siguientes ámbitos: incremento de la productividad
agrícola, agregación de valor a los productos exportables,
investigación de los sistemas productivos de la agricultura familiar, fomento a la especialización de recursos
humanos para la innovación y generación de empleos
para absorber a estos profesionales caliicados y evitar su
migración, entre otros.
La implementación de políticas de fomento a la innovación se traducirá en incrementos de los índices productivos e ingresos, creación de nuevas tecnologías adaptadas
a la realidad de los países y sectores del agro, mejoría de
la sustentabilidad socio económica y ambiental de los
sistemas productivos y disminución de los índices de
pobreza e inequidad.
Profundizar el comercio intra-regional, contribuyendo a desarrollar la agricultura con
equidad en la región
En el actual escenario de vulnerabilidad económica y
de inseguridad alimentaria que experimentan diversos
países de la región, el impulso al comercio agrícola intrarregional surge como una alternativa válida para superar
esta situación. El comercio entre países contribuirá a
que los países de la región cuenten con un suministro
de alimentos más estable y luido.
Otro ámbito de acción en los que los países pueden
acercarse al usuario inal es generando servicios de
mensajería vía celular, como el Sistema de Agro Mensajes en Costa Rica, o el Sistema de Alerta de Riesgos
Meteorológicos de México. Se recomienda, además,
establecer programas de certiicación sanitaria electrónica para facilitar la comercialización de productos
agropecuarios.
El intercambio comercial cobra mayor importancia si se
considera a los productos generados por la agricultura
familiar como parte de la canasta de intercambio. Para
lograr una efectiva inserción de este sector en la integración regional, se recomienda incorporar a las organizaciones de la agricultura familiar en las negociaciones comerciales, asegurando que los intereses de los pequeños
productores sean debidamente considerados.
Por último, dos elementos que no deben ser descuidados
son establecer programas de alfabetización digital, y dotar a las zonas rurales de infraestructura adecuada para el
uso y masiicación de tic. Estos hasta la fecha están aún
en ciernes en la mayoría de los países de alc.
Se hace necesario además que se analicen las trabas legislativas que pudiesen afectar un comercio luido entre
los países. En este contexto, resulta fundamental que
los países concentren esfuerzos hacia la elaboración de
políticas agrícolas comunes, que resulten en una mayor
integración regional. Ello forjará el camino para que en
conjunto los países promuevan modelos de desarrollo
equitativos, en condiciones de competencia más equilibradas.
La innovación: más que un desafío, un requerimiento para consolidar el desarrollo de la
región
El desarrollo de la agricultura está condicionado a la disminución de la brecha de innovación que alc mantiene
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
121
Conclusiones
La crisis alimentaria ha dejado de maniiesto que la región se encuentra en un punto de inlexión, en el que
los países deben enfrentar los impactos negativos del
escenario actual, y en forma simultánea, avanzar en lograr la seguridad alimentaria y el desarrollo inclusivo y
sostenible de la agricultura. En la práctica, esto se traduce
en la aplicación de medidas coyunturales, las que en
forma paulatina deben ser reemplazadas por políticas y
programas de mayor aliento.
El desarrollo de la agricultura dependerá de la adecuada
implementación de un conjunto integrado de políticas
sectoriales y extrasectoriales, adecuadas a la realidad de
cada país. Si bien los paquetes de políticas pueden diferir
entre un país y otro, en la región las políticas para la agricultura deben considerar, al menos, aquellas tendientes
a incrementar la participación de todos los sectores del
agro en la formulación de políticas y programas, a gene-
122
rar sistemas de innovación, a mejorar la institucionalidad
existente y a elaborar políticas diferenciadas de corte
inclusivo, entre las que destacan las destinadas al desarrollo de las potencialidades de la agricultura familiar,
sector con el cual la región mantiene deudas pendientes
de inclusión y equidad.
Especial atención merece el fortalecimiento del trabajo
conjunto de los países, principalmente en lo que respecta
a profundizar la integración comercial y al establecimiento de estrategias y políticas articuladas de protección
itozoosanitarias y de mitigación y adaptación al cambio
climático, lo que aún es incipiente.
El camino por recorrer lo debe trazar cada país, de
acuerdo a su realidad agroproductiva. Por lo tanto, será
voluntad de las naciones destinar esfuerzos a mejorar
la gestión agrícola de sus gobiernos y a mancomunar
esfuerzos en pos del desarrollo inclusivo y sostenible de
la agricultura en la región.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Sección iv:
Tenencia de la
tierra en America
Latina y el Caribe
Tenencia de la tierra en
América Latina y el Caribe
Buscando nuevos enfoques para hacer frente a una compleja
dinámica estructural
Continúa vigente la interrogante sobre cómo conciliar la propiedad de la tierra utilizada
como una forma de capital personal y la tenencia de la tierra como un elemento legítimo de
habitantes rurales que buscan medios de vida sostenibles, en un entorno permanentemente
cambiante y cada vez más complejo. A ella se suma la discusión conceptual sobre
“acaparamiento de tierras”, que hoy ocurre bajo diferentes regímenes de propiedad y
mediante distintos mecanismos de obtención (compra, arrendamiento, agricultura por
contrato). ¿Son los marcos legales e institucionales los adecuados para hacer frente a la actual
dinámica de tierras?
Hechos
* Cambios en la estructura agraria: la agricultura regional sigue experimentando un proceso de cambio estructural, que incluye procesos de minifundización y de concentración de tierras. El antiguo
latifundio, basado en relaciones de producción
semi-feudales, ha dado paso a grandes empresas
capitalistas insertas en los circuitos del comercio
internacional, mientras que la pequeña propiedad
experimenta un proceso de fragmentación, originado por ventas y herencias. En algunos países,
las tensiones entre campesinos con o sin tierras
y grandes propietarios se siguen manifestando
con fuerza. Adicionalmente, este fenómeno se
ha asociado con nuevos problemas, tales como
los conflictos armados y el narcotráfico, haciendo
más compleja la gobernabilidad de la sociedad
rural.
* Irregularidad de la tenencia: en la mayoría de los
países, una gran cantidad de explotaciones agrícolas no posee títulos de propiedad -fenómeno
que es particularmente marcado en los países del
Caribe y en las zonas de frontera agrícola de los
países de Centroamérica y América del Sur-, lo
que frena la inversión, genera conflictos sociales
e impide generar adecuados planes de ordenamiento territorial, entre otras limitaciones.
* Acaparamiento de tierras (Land grabbing): la
escasez de suelos en el mundo ha estimulado el
interés de países extranjeros y de grandes compañías internacionales por comprar tierras en la
región, de modo de asegurarse el aprovisionamiento de alimentos en el futuro. Este fenómeno
ha desplazado a la población local, generando un
nuevo tipo de latifundio y problemas de soberanía
territorial.
* Desplazamientos transfronterizos de empresas
y productores agrícolas: la integración comercial
entre países también ha provocado el desplazamiento espontáneo de empresas agrícolas y de
productores de todos los tamaños, que se instalan en los países vecinos para complementar los
procesos productivos en sus países de origen (las
empresas) y/o para buscar nuevas oportunidades
(los productores).
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
125
El problema de la tierra en América Latina
* Nueva identidad indígena: en muchos países de
la región se observan procesos de reivindicación
de tierras por parte de grupos indígenas, que se
desarrollan en forma paralela a la constitución de
la identidad indígena por medio de un proceso
político y legal. Entre otras cosas, esto implica una
nueva posición de los pueblos indígenas respecto
del resto de la sociedad, que se traduce en una
reivindicación de los territorios y sus recursos en
base a derechos ancestrales.
* Presión de las ciudades y las actividades industriales sobre el suelo agrícola: el avance de las
ciudades y los requerimientos de suelo de otras
actividades (industria, comercio, turismo, infraestructura) está implicando la rápida pérdida del
recurso suelo.
* Recambio generacional y des-ruralización de la
sociedad: las nuevas oportunidades que brindan
Introducción
La profunda transformación de la economía mundial
está cambiando los términos de la discusión acerca del
futuro de la agricultura de la región. Pareciera que son
muchos los factores que aceleran el paso a una nueva
etapa: la inancierización de la economía y su efecto en
la volatilidad de los precios de los commodities agrícolas,
las innovaciones tecnológicas (tic, biotecnologías, nanotecnologías, ciencias cognitivas) que generan cambios
radicales en los proceso productivos, la importancia cada
vez mayor de la alimentación en la salud de las personas,
los nuevos riesgos sanitarios generados por la globalización, el efecto del cambio climático sobre la agricultura,
la necesidad de alimentar a 9.000 millones de personas
en el año 2050 y el impacto que ello implica sobre los
recursos naturales, son sólo algunas de las nuevas tendencias que marcan el paso a una nueva economía.
Esta nueva etapa también está íntimamente relacionada
a graves procesos de deterioro ambiental que se observan
en el agro de la región: la presión sobre el recurso tierra ha
generado una fuerte ampliación de la frontera agrícola en
aquellos países en donde todavía hay grandes extensiones
de bosques, generando agudos procesos de deforestación
126
las ciudades han generado procesos de migración
de los jóvenes rurales, que se suman al envejecimiento de los jefes de hogar. Este fenómeno
plantea nuevos desafíos en términos de revitalización de los territorios rurales y de instalación
de jóvenes agricultores que optan por la vida en
el campo.
* Nuevo rol del espacio rural: a partir de los años noventa se ha generado un cambio en la percepción
del espacio rural y del rol de la agricultura. Ello
se traduce en el surgimiento de una visión “postproductivista”, en donde el concepto de multifuncionalidad ocupa un lugar central: se busca
generar bienes y servicios que vayan más allá de
la producción de alimentos y fibras, tal como el
turismo, la mantención del paisaje, la generación
de productos recreacionales, la artesanía, el comercio o la conservación de la biodiversidad.
y de pérdida de biodiversidad 19. Adicionalmente, la presión sobre la tierra en áreas agrícolas consolidadas ha
intensiicado la rotación de suelos, originando procesos
de erosión, salinización y pérdida de fertilidad, además
del deterioro de otros recursos naturales asociados, entre
los cuales sobresalen el agua y la biodiversidad.
En este contexto, la problemática sobre la propiedad y el
uso de la tierra también experimenta un proceso de redeinición: los antiguos ejes minifundio-latifundio, mercado interno-mercado externo, atraso-modernización, que
caracterizaron el debate sobre la tierra en América Latina
y el Caribe, han sido superados por otro paradigma,
que incluye por supuesto a los temas históricos sobre
el acceso a la tierra, pero que va más allá, haciéndolo
todavía más complejo. Este paradigma adopta características propias según la realidad de cada país y de cada
subregión de América Latina y el Caribe, pero existen
rasgos comunes que se repiten una y otra vez. Para efecto
del análisis se separará la realidad de los países de América Latina de aquellos del Caribe, pues cada subregión
tiene una historia agraria especíica, además de otras
particularidades geográicas y culturales.
19 Sobre este fenómeno, véase la sección sobre Bosques del presente
informe.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Tendencias
Evolución de la estructura agraria
La región cuenta con millones de pequeñas explotaciones campesinas que coexisten con medianas y grandes
explotaciones, generando una estructura agraria muy
heterogénea, en la que se reproduce un esquema de
desigualdad en la distribución de activos que perpetúa
y acentúa las brechas de productividad. Este hecho ha
sido parte central del debate agrario que se desarrolló a lo
largo de todo el siglo xx y con seguridad seguirá siendo
parte central de la agenda de políticas públicas y de las
discusiones y conceptualizaciones sobre el desarrollo de
la región.
¿Está en marcha este proceso de transformación estructural en América Latina? Es difícil responder a esta pregunta desde el punto de vista de la estructura agraria, pues
muchos países no han elaborado censos agropecuarios
desde los años noventa20 y la información disponible (por
ejemplo, de encuestas agrícolas y de hogares, censos de
población) no permite llegar a resultados concluyentes,
ya sea porque las encuestas tienen un carácter parcial
o porque los censos de población no dan cuenta de las
dinámicas productivas. Es probable que algunos países
cuya estructura agraria está muy fragmentada, en donde
predominan las pequeñas propiedades, estén iniciando
un proceso de que tiende a la concentración de tierras,
que es consecuencia de la búsqueda de una mayor rentabilidad (economías de escala) y de procesos de crecimiento económico capaces de absorber a la población
rural que migra a la ciudad.
Eso es lo que se iniere de los datos del reciente Censo
Agropecuario y Forestal realizado en Chile, que señalan
que en los últimos diez años se produjo una disminución
20 Es deseable, según las recomendaciones de Naciones Unidas, realizar
censos agrícolas cada 10 años. Sin embargo, en la región se registran
notorios retrasos: el último censo agropecuario se realizó en 1970 en
Colombia, en 1984 en Bolivia y Costa Rica, y en1994 en Perú, sólo por
mencionar algunos ejemplos. Parte de este retardo se debe a situaciones
de conlicto interno (conlicto armado en Perú en la década de los
noventa y aún vigente en Colombia), como también a la carencia de
recursos económicos y de capacidades técnicas.
de 9% en el número total de explotaciones censadas,
con caídas del 20% en algunas regiones de agricultura
moderna orientadas a la exportación (ine, 2007). Otro
tanto ha sucedido en Argentina, en donde el número de explotaciones agrícolas disminuyó en un 20,8%
entre 1988 y 2002 (indec, 2009). En Brasil se aprecia
una reducción de 10,7% en el número de explotaciones
entre 1985 y 2006 (ibge, 2006), mientras que el reciente
Censo Agrícola, Ganadero y Forestal de México señala
que entre 1991 y 2007 hubo un incremento del 7,8% en
el número de unidades de producción, al pasar de 3,8 a
4,1 millones las explotaciones agrícolas censadas. Estos
datos señalan que las incas mexicanas han continuado
subdividiéndose, sea por ventas o por herencias, lo que
ha llevado a que la supericie promedio de las unidades
de producción se haya reducido entre ambas fechas de
8 a 7,3 hectáreas (inegi, 2007; De la Madrid, 2009).
Uruguay ha pasado desde un máximo de 86.928 explotaciones en 1961 a 57.131 en el 2000, con una fuerte pérdida
concentrada en el segmento de las explotaciones menores
a 99 hectáreas (96 % de esta disminución) (Piñeiro, 2011).
Este proceso se ha acompañado de un fuerte aumento en
el precio de la tierra, pues se ha pasado desde un valor
promedio de us$ 448 la hectárea en el año 2000 a un
valor de us$ 2.633 en el año 2010 (mgap, 2011). En un
contexto de fuerte dinamismo del mercado de tierras,
es previsible que esta tendencia se acentúe cuando se
disponga de las cifras del Censo Agrícola de 2011.
Las cifras argentinas, brasileñas, chilenas y uruguayas
sugieren que quizás nos aproximamos a un punto de
quiebre, a una fase diferente en donde se generan nuevas
sinergias entre la agricultura y las actividades económicas urbanas, como la industria y los servicios. Las
cifras mexicanas indican que se profundiza el proceso
de minifundización. Estas dos tendencias resumen la
dinámica estructural que se observa en el mercado de
tierras en la agricultura latinoamericana.
Acceso a tierras
¿Qué aspectos nuevos debe considerar una política de
tenencia de tierras y de recursos naturales, en el contexto
actual de América Latina? Después de las siete reformas
agrarias “profundas,” protagonizadas por México (191028), Bolivia (en los años 50), Cuba (en los años 60),
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
127
Chile (1964-73), Perú (en los años 70), Nicaragua (en
los años 80) y El Salvador (en los años 80), el tema ha
vuelto a emerger en la región, especialmente en Brasil,
y en menor medida en Bolivia, Venezuela y Paraguay
(Baranyi et al., 2004).
Desde su regreso a la democracia en 1985, Brasil ha
emprendido una reforma agraria en forma activa, que
considera expropiaciones, compra directa, destinación de
tierras públicas y reconocimiento legal de tierras ocupadas. Dicha reforma se explica por la existencia de extensos territorios de frontera agrícola, de muchas grandes
propiedades improductivas y de movimientos sociales
activos, que luchan por la tierra. Por otra parte, la idea
de una reforma agraria cuenta con un sólido respaldo
político y con el apoyo de las clases medias urbanas, que
ven en este proceso una forma de implantar reformas sociales para disminuir la pobreza e incrementar el tamaño
del mercado interno. Es así como el área incorporada
al programa de reforma agraria alcanzó 21,1 millones de
hectáreas entre 1995 y 2002 y 48,3 millones entre 2003 y
2010. En este último período se beneició a 614.093 familias que fueron localizadas en 3.551 asentamientos. Actualmente, Brasil cuenta con 85,8 millones de hectáreas
incorporadas a la reforma agraria y 8.763 asentamientos
atendidos por incra, en donde viven 924.263 familias
(mda-incra, 2010). La política de reforma agraria se ha
inscrito dentro de dispositivos más amplios, orientados
a regular el mercado de tierras, el cual constituye uno de
los principales problemas de la realidad agraria brasileña,
debido a las diicultades históricas del Estado brasilero
para enfrentar la alta concentración de tierras (índice de
Gini de 0,85), el creciente deterioro ambiental, la pobreza
rural y urbana, la especulación y la apropiación ilegal de
tierras públicas (Reydon y Cornélio, 2006).
En Bolivia, la continuidad del proceso de reforma agraria iniciado en la década de los 50 está normada por la
nueva Ley Nº 3.545 de Reconducción Comunitaria de la
Reforma Agraria -que perfecciona la ley inra de 1996-,
que estableció que la tenencia de la tierra debe estar
demostrada por la función económica y social que ésta
cumple (inra, 2010). Esta ley busca corregir la distribución de tierras otorgada por el Estado en el período 19531993, que distorsionó el sentido original de la reforma.
En ese período, el Estado boliviano asignó cerca de 57
millones de hectáreas a nuevos propietarios, de las cuales,
un 70% fue entregada a empresarios y medianos propietarios, mientras que el restante 30%, correspondiente a
17 millones de hectáreas, fue asignado a campesinos y
comunidades indígenas. En el período en que entra en
128
funcionamiento la Ley inra de 1996, y en el transcurso
de una década, el gobierno invirtió recursos por cerca
de us$ 85 millones, pero sólo se lograron entregar 9.3
millones de hectáreas. Bajo el amparo de la nueva Ley
Nº 3.545, y en un lapso de 3 años, con un costo de us$
35 millones, el Estado ha titulado más de 31 millones de
nuevas hectáreas, de las cuales 13,6 millones de hectáreas
se han incorporado como terrenos iscales y 16,7 millones
de hectáreas se han entregado a pequeños propietarios,
campesinos y pueblos indígenas (inra, 2010). Las 40
millones de hectáreas que han sido saneadas a partir
de 1996 han implicado la entrega de más de 100 mil
títulos, que beneiciaron a 174.249 personas residentes
de áreas rurales.
El conlicto interno en Colombia, que se arrastra por
más de 40 años, ha generado las condiciones para el
surgimiento de uno de los fenómenos de desplazamiento
humano más grande del mundo, y sin duda, el mayor en el continente americano (abcolombia, 2011). El
conlicto afecta a comunidades indígenas, campesinos
afro-descendientes, campesinos en general y a una extensa población rural residente, atrapada entre grupos
paramilitares de extrema derecha, grupos guerrilleros,
y el Ejército Colombiano. Dado que el conlicto aún
no se ha resuelto, el fenómeno de desplazamiento es
permanente y es muy difícil estimar su magnitud. Las
cifras que entregan diversas fuentes indican que la pérdida de tierras a causa de este fenómeno oscila en un
rango de 4 a 10 millones de ha, y afecta a extensas zonas
territoriales consideradas estratégicas por los diferentes
actores del conlicto. Los intereses económicos ligados
a estas tierras movilizan a otros actores que, aunque no
son parte directa del conlicto, concurren tras las oportunidades de negocios que ven en él, reclamando tierras
para sí. De esta forma, en las tierras de los desplazados
se adjudican concesiones por parte del Estado para la
explotación minera (entre otros) o grupos económicos
locales y/o transnacionales las utilizan para sus proyectos
de inversión en agroindustria. Recientemente los proyectos de cultivo de la palma africana para la producción
de biocombustibles se han mostrado muy activos en
esta materia.
En un acto que buscó la reparación de las víctimas afectadas por el desplazamiento, el gobierno colombiano
promulgó en junio de 2011 la Ley Nº 1.448, denominada
“Ley de Víctimas y Restitución de Tierras”. Esta ley,
que tendrá una vigencia de 10 años, busca restituir 2.2
millones de ha a las víctimas de desplazamientos a partir
de 1985, a un costo aproximado de 25 mil millones de
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
dólares, y se estima beneiciará a un millón de familias.
El organismo encargado del proceso de restitución es el
Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (incoder),
quien en su Plan Estratégico 2010-2014 señala lo siguiente respecto a la restitución de tierras: “la política busca
la gestión integral de la restitución de los derechos sobre la
tierra y los territorios a través de la asistencia integral y
gratuita a las víctimas de despojo y por consiguiente, hace
parte de la Reparación Integral. Los fines de esta política
contribuyen con el restablecimiento social y económico de
la Población Víctima del Desplazamiento Forzado por la
Violencia (pvdfv) y en la medida que se restituyan los
predios o se compense a las familias, se articularán las demás políticas en busca de soluciones duraderas en donde se
garanticen todos los derechos. Adicionalmente, se continuará
promoviendo el acceso a la tierra de manera preferente para
la pvdfv a través de la entrega de subsidios” (incoder,
2012).
En el año 2001, la República Bolivariana de Venezuela
promulgó la Ley de Tierras y Desarrollo Agropecuario,
que busca actualizar la antigua ley de reforma agraria de
la década de los 60. Su objetivo principal es regularizar
las tierras ociosas en manos del Estado y de privados que
las ocupan ilegalmente, especialmente de terratenientes,
y redistribuirlas entre campesinos sin tierras comprometidos en su explotación productiva; además, busca
regularizar las ocupaciones de campesinos que trabajan
la tierra sin disponer de títulos de propiedad21. Adicionalmente, esta ley busca el aseguramiento de la diversidad,
la vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental y agroalimentario y la seguridad agroalimentaria
(Gaceta Oicial rbv, 2001). En forma complementaria,
la nueva ley crea tres instituciones; el Instituto Nacional
de Tierras (inti), la Corporación Venezolana Agraria y
el Instituto Nacional de Desarrollo Rural, el primero de
los cuales tiene la responsabilidad de la regularización y
adjudicación de tierras. Algunas imprecisiones conceptuales de este primer cuerpo legal obligaron a introducir
una nueva reforma el año 2010, denominada Ley de Reforma Parcial de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. A
través de ésta se le otorga un mayor rol al Estado, quien
21 El régimen de evaluación del uso de las tierras y de adjudicación de
las mismas constituye el núcleo del nuevo régimen agrario. Para tal
efecto, se establecen tres niveles básicos de productividad: inca ociosa
o inculta, inca mejorable y inca productiva. Las primeras pueden
ser objeto de intervención o expropiación agraria y se les aplica un
gravamen. La idea tras estas medidas es que las tierras ociosas vuelvan
a ser puestas en una fase de producción. (Gaceta Oicial Nº 37323,
Decreto Nº1546, 2001)
puede asumir directamente funciones de producción.
Se agrega a este efecto el artículo Nº 145, que señala que
el Ejecutivo Nacional podrá asumir directamente las
actividades de producción primaria, industrialización,
distribución, intercambio y comercialización, con el
in de consolidar y garantizar la soberanía alimentaria.
A través del artículo Nº1, se expresa como objetivo la
eliminación de la tercerización y el latifundio22 por ser
considerados “como sistemas contrarios a la justicia, la
igualdad, al interés general y a la paz social en el campo,
asegurando la biodiversidad, la seguridad agroalimentaria y
la vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental
y agroalimentario de la presente y futuras generaciones”
(República Bolivariana de Venezuela, 2010). En el período de una década, de acuerdos a datos entregados
por el inti, se han regularizado a la fecha 7.782.045 ha,
beneiciando directamente a 224.700 familias.
Otra estrategia para resolver los problemas de acceso a
tierras son los Fondos de Tierras, promovidos fundamentalmente por el Banco Mundial. Su objetivo es proporcionar crédito para la compra de tierras a pequeños
compradores que ordinariamente no tendrían acceso a
recursos del mercado de capitales. En tal sentido, estos
fondos promueven transacciones voluntarias de tierras,
en donde los gobiernos median entre compradores y
vendedores, procurando evitar una subida artiicial de
los precios de la tierra. Para tal efecto, se busca apoyar
la subdivisión de grandes extensiones, así como difundir
información de precios entre los agentes del mercado,
de manera de otorgar una mayor transparencia a estas
transacciones. Existen experiencias de este tipo en Brasil,
Chile, Colombia, Guatemala, El Salvador, Honduras
y México. Para referirse a ellos también se ha usado la
expresión “reformas agrarias asistidas por el mercado”
y/o “reformas agrarias administradas por las comunidades”. Estos Fondos han sido criticados por su alto costo
y por el hecho de que sólo resuelven la situación de un
número muy limitado de beneiciarios. Adicionalmente,
en El Salvador estos instrumentos han sido utilizados
22 La tercerización es deinida como todo aprovechamiento de la
tierra con vocación de uso agrícola, mediante el otorgamiento a un
tercero del derecho de usufructo sobre ésta o el mandato de trabajarla, o igualmente, cualquier forma o negocio jurídico, oneroso o no,
con los cuales el que se atribuye la propiedad de la tierra efectúa su
aprovechamiento con la intermediación de un tercero, o lo delega en
él. El latifundio, en tanto, se deine como toda extensión de tierras
que supere el promedio de ocupación de la región o no alcance un
rendimiento idóneo al 80%. (Art 7, Ley de Reforma Parcial de la Ley
de Tierras y Desarrollo Agrario).
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
129
para localizar a ex combatientes que participaron en
la guerra civil de los años 80. Todo ello indica que se
trata de experiencias que no son reproducibles a gran
escala. De hecho, si se suman las tierras asignadas en
Guatemala (fontierras), El Salvador (ptt), Honduras
(pacta) y Chile (conadi-fta) el total de tierra asignada
suma 193.600 hectáreas, con 46.969 familias asignatarias
(Sotomayor, 2008).
130
sistemas jurídicos capaces de garantizar los derechos de
propiedad, en forma expedita e imparcial. La seguridad
jurídica sobre la tierra es indispensable para acceder al
crédito, asegurar la estabilidad de los procesos de inversión, realizar una adecuada gestión de los recursos
naturales y desarrollar un mercado dinámico de ventas,
arriendos y otras transacciones de tierras.
Como ilustración de las limitaciones de esta estrategia,
la experiencia de conadi en Chile es relevante. Luego de
restaurado el proceso democrático, en 1993 se promulga la Ley Nº 19.253, que entre otras medidas establece
el término de la enajenación de tierras indígenas a no
indígenas, la creación de un Fondo de Tierras y Aguas
(fta) y de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (conadi), institución encargada de materializar las
políticas y programas de desarrollo de los pueblos originarios. Desde 1994 hasta el presente, la conadi compró
y transirió 121.289 hectáreas a 9.287 familias indígenas
a través del fondo de tierras, con un costo de us$ 293
millones, pagando por cada hectárea en promedio us$
2.416. conadi ha regularizado, saneado o traspasado
otras 56.678 hectáreas de terrenos iscales y ha otorgado
subsidios individuales (o a comunidades indígenas) que
han permitido adquirir otras 28.738 hectáreas en igual
período (estimación en base a datos fta, conadi). Es
decir, considerando los tres mecanismos de traspaso, se
ha recuperado un total de 206.705 ha en un lapso de 17
años (conadi, 2012).
A diferencia del problema del acceso a la tierra, el desafío
de la seguridad de la tenencia es un tema más manejable
para los gobiernos. Ello se releja en los múltiples proyectos de titulación aplicados en las últimas décadas,
promovidos por el bid y el Banco Mundial en la mayor
parte de los países de la región. En los últimos años
estos proyectos han experimentado mejoras operativas,
distinguiéndose de los anteriores por la utilización de
metodologías modernas, eicientes y equitativas en el
proceso de titulación, en particular el método conocido
como “barrido” sistemático por zonas, el cual permite
economías de escala en la visita al campo y la realización de las labores de mapas catastrales, otorgamiento
de título y registro legal en un proceso integral. Los
nuevos enfoques también contemplan el requisito de
inscribir sin excepción los títulos en el registro público
y la preocupación de modernizar las instituciones de
registro y catastro. Aun así, en esta área queda mucho por
hacer, lo que se explica por los costos de estos procesos
y por la complejidad que tiene la identiicación de los
propietarios, en contextos de conlicto por la propiedad
de la tierra.
Inseguridad de la tenencia
Acaparamiento de tierras (Land grabbing)
Algunas estimaciones señalan que alrededor del 50%
de los agricultores de la región no tienen títulos seguros sobre sus tierras (López y Valdés, 1997). En Brasil,
por otra parte, sólo el 50,9% del área total del territorio
brasileño se encuentra catastrada (mda-incra, 2006).
Por tal razón, todos los especialistas están de acuerdo
en la relevancia que tiene la seguridad de la tenencia de
tierras para el desarrollo agrario latinoamericano. Por
una parte, ello implica una adecuada caracterización de
los recursos de tierras (catastros), que permita generar
información sobre la cantidad, ubicación, calidad y valor
de dichos recursos. Además de reducir las asimetrías de
información en el mercado de tierras y de servir de apoyo
a los programas de regularización de su tenencia, los
catastros generan externalidades positivas (tributación,
competitividad, ordenamiento territorial, otros) que justiican su priorización por parte de los poderes públicos.
Por otra parte, la seguridad de la tenencia depende de
Otra consideración sobre el tema de la tierra se reiere a
las compras de grandes supericies de tierra (land grabbing) en América Latina y en otras regiones del mundo,
realizadas por particulares, grandes empresas extranjeras
y algunos países interesados en ampliar su base de dotación de recursos naturales. Un reciente estudio de fao
realizado para América Latina y el Caribe ha concluido
que este fenómeno es nuevo y todavía tiene un alcance
limitado, pues está restringido a los grandes países de la
región (Brasil y Argentina). Sin embargo, los niveles de
concentración y extranjerización de la tierra han aumentado en forma considerable con respecto a la realidad de
la década del 60 del siglo pasado (fao, 2012o).
En general, el acaparamiento de tierras ocurre en forma
desigual dentro de los países de la región. Se constatan
las siguientes características distintivas: (i) la importancia de las tierras privadas objeto de transacción, (ii) el
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
papel fundamental que desempeñan las élites nacionales
como inversionistas principales, (iii) la importancia de
las empresas (trans) latinoamericanas intrarregionales y
de las empresas transnacionales convencionales, (iv) el
mínimo alcance de los impactos sobre el mercado de
tierras (públicos o privados) en la región por parte de
los países del Golfo Pérsico, de China, Corea del Sur y
de la India, países que sin embargo se cuentan entre los
principales inversionistas en otras partes del mundo, y
(v) la ocurrencia del acaparamiento de tierras en países
que no se considerarían “frágiles” o “débiles” desde el
punto de vista institucional, características que, según
algunos observadores, usualmente son propiciatorias de
dicho fenómeno (Borras et al., 2012).
El acaparamiento de tierras ocurre en diferentes regímenes de derechos de propiedad sobre la tierra (privada, estatal, comunal), condiciones agroecológicas y
ubicaciones espaciales (desde tierras agrícolas de primera
objeto de explotación, hasta tierras en zona fronteriza,
pasando por zonas periurbanas y tierras rurales remotas) y se lleva a cabo mediante distintos mecanismos
de obtención (compra, arrendamiento, agricultura por
contrato, captura de la cadena de valor). En términos
de una comparación internacional, no es una cuestión
“excluyente” (es decir, las tierras objeto de transacción
son privadas o son Estatales); más bien, en la tendencia
general se observan diferencias de grados dentro de estas
categorías. En este contexto, la transacción de tierras
privadas es probablemente mayor en América Latina y
el Caribe en comparación con otras regiones del mundo,
donde hay más concentración en la categoría general de
tierras estatales (o “públicas”).
La nacionalidad formal de los “acaparadores de tierras” es
variada y, en ocasiones, incierta o difícil de determinar.
En este ámbito, se distinguen cuatro tipos de acaparadores de tierras: internacionales, (trans) latinoamericanos,
nacionales e “indeterminados”. En esta última categoría
se ubican las compañías cuyos inversionistas son predominantemente de una nacionalidad difícil de determinar, muchas de las cuales tienen su sede en los paraísos
iscales de la región. La dimensión transnacional de los
tratos sobre tierras es sustancial aunque, en general, los
gobiernos extranjeros no participan directamente (hay
algunas negociaciones efectuadas a instancias del gobierno, pero son casos especíicos que se encuentran en etapa
incipiente, excepto por los acuerdos efectuados en Brasil
y Argentina). Por otro lado, las transacciones intrarregionales (transnacionales) con tierras que involucran a
empresas (trans) latinoamericanas tal vez representen el
grueso de los tratos sobre tierras en la región o, por lo
menos, conforman sin duda la tendencia más evidente
a la fecha. Por último, el papel y la participación de las
élites nacionales —muchas de ellas vinculadas en mayor o menor grado al capital internacional— constituye
un factor de peso e incluso predominante en muchos
países de la región. En comparación con otras partes
del mundo, la región diiere de los procesos que se observan en África, donde los acuerdos transnacionales
(transregionales) predominan y son lugar común, pero
las circunstancias de América Latina y del Caribe se
asemejan más al caso de Asia sudoriental.
El acaparamiento de tierras sucede no sólo por aspirar a
una mayor producción de alimentos, sobre todo de carne
vacuna. Ocurre dentro de la incipiente tríada alimentoforraje-combustible, la cual se podría denominar como
“cultivos comodines” (‘flex crops’, o sea cultivos que tienen múltiples y/o lexibles usos en la triada “3-en-1”) y
también en los sectores no alimentarios, especíicamente
en la producción forestal industrial y la conservación en
gran escala. Esta conclusión dista mucho de la opinión
generalizada y predominante que vincula a la actual
iebre de tierras global sobre todo, aunque no exclusivamente, con el aumento en el precio de los alimentos
registrado entre 2007 y 2008. También estas compras
buscan ejecutar proyectos de servicios ambientales, turísticos y de conservación (especialmente en la Patagonia
de Argentina y Chile), así como abrir posibilidades de
acceso a recursos mineros y energéticos. Como se ha
planteado, el acaparamiento de tierras en la región ocurre
en países que no cuadran con el peril usual de un Estado institucionalmente “frágil” o “débil”. Las respectivas
condiciones políticas de Brasil y Argentina, los dos países
donde ocurre más acaparamiento de tierras en la región,
son notablemente diferentes, pero ambos cuentan con
Estados fuertemente organizados. Y lo mismo puede
decirse de otros países, como Chile y Uruguay.
El cambio en el uso de la tierra ha sido multidireccional:
En el sector alimentario, por ejemplo, la tierra dejó de
utilizarse para cultivar alimentos y empezó a destinarse a
forraje o combustible; en las tierras que no se dedicaban
a la agricultura ni a la silvicultura se comenzó a cultivar
alimento, forraje y combustible para exportación, y los
bosques naturales se convirtieron en explotaciones forestales industriales. No siempre ocurre que la tierra deja
de utilizarse para el cultivo de alimentos o la producción
de madera destinados al consumo nacional/interno, con
el in de producir alimentos y productos no alimentarios
destinados al mercado externo. Este tipo de uso de la
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
131
tierra es el más objetado. Esta variedad de usos que se
dan a la tierra se observa en otras regiones, como África,
Asia y la Eurasia ex soviética.
Una característica interesante de resaltar en el proceso de
concentración/extranjerización son las vías a través de las
cuales se observa una “porosidad” en la expansión de la
tenencia de la tierra dentro de los países de la región.
Se han identiicado tres vías de expansión intrarregional,
de acuerdo a los recursos que son movilizados. En todos
los casos se moviliza una experiencia acumulada en el
país de origen que alcanza a un cierto techo.
• Vía empresas “translatinas”, donde se movilizan capital y tecnología, y sólo algunos ejecutivos. Las ventajas especíicas, en el caso que se analiza (empresas
forestales de Chile) son las franquicias tributarias; la
posibilidad de adquirir extensiones signiicativas de
tierras, y la garantía de ausencia de conlictos sociales
(caso de poblaciones indígenas en el Sur de Chile).
• Vía combinación de propiedad y arrendamiento de
tierras (la modalidad “pools” agrícolas en el caso de
Argentina), donde se movilizan modelos de organización, gestión y programas computacionales complejos; inanciamiento y tecnología, y buscan alianzas
con grupos locales. Las ventajas especíicas se reieren
a proteger a los productores de las retenciones que
les impone el Gobierno, y inalmente generan una
forma de “seguro agrícola”, ya que diversiican los
riesgos climáticos al comprar o arrendar tierras en
varios países.
• Vía migraciones (El caso de Brasil, Bolivia y Paraguay), donde se movilizan recursos para la compra
de tierras; capital de explotación, y capacidad empresarial. Las ventajas especíicas están referidas a que
con el precio de venta de la tierra en el país de origen
pueden duplicar la supericie comprada, y pueden
mantener vinculaciones con el país de origen, inclusive con redes tecnológicas.
Desplazamientos transfronterizos de empresas
y productores agrícolas
La deslocalización de las actividades agrícolas hacia el
extranjero es un fenómeno de antigua data, el que, sin
embargo, adquiere una intensidad creciente (fao, 2012o,
Dirven, 2012). El principal lujo migratorio está asociado
al desplazamiento masivo de agricultores brasileros hacia
132
Paraguay, Uruguay, Argentina y Bolivia. La ocupación
del territorio brasilero ha evolucionado por etapas sucesivas, una vez consolidada la población en las zonas
costeras. Luego de ocupar la zona central y el nordeste,
se ha acentuado progresivamente la ocupación de la zona
sur, la cual es mucho más estrecha, lo que ha hecho
que los colonos hayan llegado rápidamente a las zonas
fronterizas con Uruguay, Paraguay y Argentina. Como
estas zonas en los años 70 estaban poco ocupadas, se ha
producido la instalación natural de grandes agricultores
brasileros, a los que han seguido un vasto contingente
de trabajadores rurales. Durante la década del ochenta,
este proceso se ha intensiicado, hasta llegar a los niveles
actuales. Es en Paraguay donde el peso de los agricultores
locales es más importante, pues actualmente están muy
vinculados a la ganadería y al boom de la soja en el mercosur. “A Paraguay llegaron los grupos más numerosos de
pequeños y medianos agricultores, estimulados por la gran
disponibilidad de tierra. También arribaron a la Argentina
y el Uruguay, en proporciones menores, en razón de que
ni la disponibilidad de tierra era excesiva ni su renta era
muy exigua. La triple interacción entre la modernización
agroindustrial, el cierre gradual de la frontera agrícola y la
relativa flexibilidad en el control del tránsito de personas,
posibilitó la emergencia de importantes contingentes de
mano de obra itinerante, que flotaban de un país a otro a
través de las amplias franjas limítrofes.” (Galeano, 1997).
Con la deforestación de tierras nuevas, la ocupación
del territorio y el desarrollo de una batería de servicios,
los brasileros han consolidado un modelo productivo
de gran escala, muy mecanizado y poco diversiicado,
que ha cambiado el paisaje productivo y la economía
de ese país.
En Argentina existen leyes que prohíben la instalación
de extranjeros en zonas de frontera, a pesar de las cuales
se ha producido una instalación ilegal de numerosos pequeños productores brasileros, los que, sin embargo, no
han modiicado radicalmente el tipo de economía rural.
No sucede lo mismo con Uruguay, que está expuesto a
la doble presión de Brasil y Argentina.
En Bolivia, uno de los movimientos transfronterizos
más recientes es el que se ha gestado en la provincia de
Santa Cruz, con gran dinamismo hacia ines del siglo
pasado. La provincia de Santa Cruz es una de las más
ricas de Bolivia y en las dos últimas décadas su tasa de
crecimiento ha sido mayor que la registrada por el país.
Gran parte de este dinamismo se explica por su creciente
actividad agropecuaria, que es responsable del 56% del
comercio exterior de esta provincia, donde destacan la
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
producción de oleaginosas, azúcar, cueros, maderas, algodón y derivados de aceites y alcoholes (Urioste, 2011).
La moderna producción agroindustrial que se sitúa en
las zonas bajas del Departamento ha sustituido a la
tradicional producción campesina que se concentra en
los valles y altiplano andino, lo cual ha implicado la
expansión de la frontera agrícola, pasando de 413.320
ha en 1990 a 1.821.631 en 2007. Se estima que de este
total, aproximadamente 1 millón de ha corresponde al
complejo sojero23 y el restante a los demás cultivos. De
esta manera, el Departamento de Santa Cruz concentra
un 66% de las 2.7 millones de ha que se cultivan en el
país. (Urioste, 2011).
Como se mencionaba más arriba, gran parte del boom
agropecuario dice relación directa con la expansión del
cultivo de la soja, que ha tenido a propietarios provenientes del Brasil como uno de sus principales actores.
Estos arribaron a Bolivia en tres etapas sucesivas, una, de
menor cuantía, a ines de los años 80. La de mayor magnitud sucedió entre los años 1993-1999, en momentos en
que el gobierno boliviano venía impulsando el proyecto
Tierras Bajas del Este, consistente en la habilitación de
suelos muy productivos y desarrollo de infraestructura,
lo que expandió la oferta de tierras fértiles a un bajo
costo (Urioste, 2011). Finalmente, a partir del año 2005
se suma una nueva ola de inmigración brasilera, la que
esta vez no está restringida tanto al negocio sojero, sino
a la búsqueda de tierras para uso ganadero. (Urioste,
2011). Además de los actores brasileiros, en los últimos
años se reporta una oleada de inmigrantes igualmente
importante de nacionalidad argentina, aunque no se
conoce bien si ésta corresponde a lujos empresariales
con presencia en Argentina o Brasil, o responde más
bien al interés de particulares, o a una mezcla de ambas
(Urioste, 2011).
Aunque de menor cuantía, la instalación selectiva de
compañías chilenas en Perú y Argentina constituye otra
tendencia relevante. A diferencia de la emigración brasileña y argentina, este desplazamiento es más acotado,
pues involucra a empresas exportadoras de tamaño mediano o grande. En el caso del Perú, se trata de empresas
exportadoras de fruta fresca que buscan aprovechar las
ventajas competitivas que ofrece la costa peruana, tanto
en términos de costos de tierras y de mano de obra, pero
23 En el período comprendido entre 1990–2009, la producción de
soja se septuplicó, y las inversiones realizadas entre 1989–1999 habrían
alcanzado los us$ 2.000 millones (Montenegro, citado por Urioste,
2011).
sobre todo por la posibilidad de ampliar su oferta de
productos de contra-estación, complementando su ciclo
productivo. Las inversiones en el sector agropecuario, sin
embargo, aún se mantienen en un rango muy pequeño,
pues de acuerdo a datos oiciales totalizarían apenas us$
82 millones desde 1990 a la fecha, representando apenas
un 0.7% del total de la Inversión Extranjera Directa (ied)
de capitales chilenos en Perú (direcon, 2012). Con todo,
el fenómeno, aunque incipiente, probablemente se irá
profundizando. Por ejemplo, recientemente la empresa
Chilena verfrut adquirió en la zona de Papayo, en
la región de Piura, 1.200 ha y proyecta invertir cerca
de us$ 20 millones en las nuevas instalaciones (Diario
la República, 2012). Argentina es el principal receptor
de ied de origen chileno y contabiliza para el mismo
período us$ 1.025 millones invertidos en el sector agropecuario, lo que representa un 6.3% del total de ied.
Se trata principalmente de compañías vitivinícolas que
buscan ampliar su oferta de vinos con denominación
de origen, incorporando nuevas zonas de producción,
especialmente en la provincia de Mendoza. La empresa
Viña Concha y Toro, la mayor exportadora de vinos de
Chile, tiene en Argentina sus iliales Trivento Bodegas y
Viñedos S.A, Finca Lunlunta S.A. y Finca Austral S.A.,
que en 2011 tuvieron ventas por valor de us$ 55 millones
(Viña Concha y Toro, 2011).
Otra tendencia emergente es la adquisición de tierras de
uso forestal en Argentina, Uruguay y Brasil. El mayor
grupo forestal de Chile, Empresas arauco24, cuenta con
127.290 hectáreas de plantaciones forestales en Argentina, en la provincia de Misiones, 73.561 ha en la región
de Arapoti, estado de Paraná en Brasil y 67.897 ha en
Uruguay (con participación del 50% junto al grupo Stero
Enso), que representan el 12.6%, 7.3% y 6.7% respectivamente del total de hectáreas forestales disponibles.
Adicionalmente, la empresa posee otras 373.573 hectáreas
de bosque nativo que destina a la preservación, con una
distribución de 30% en Argentina, 16% en Brasil y 1.9%
en Uruguay. En suma, del patrimonio forestal total que
posee la compañía, 257.705 hectáreas corresponden a
activos que posee en Argentina, representando el 15.7%;
155.455 ha en Brasil, con un 9.5% y 127.234 hectáreas
en Uruguay, que representa el 7.7%. Globalmente, sus
activos forestales en el exterior constituyen el 33%, lo que
24 La empresa Celulosa Arauco, fundada en 1970, es controlada por
empresas Copec S.A. En el ejercicio 2010, sus ventas ascendieron a
us$ 3.788 millones, de los cuales, us$ 227 millones se generaron en su
ilial Industrias Forestales S.A., ubicada en Argentina. Produce además
de celulosa, madera aserrada y paneles.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
133
releva la importancia de estas inversiones para la proyección estratégica de la compañía. Sólo por mencionar un
ejemplo, los ingresos que generan sus empresas Forestal Alto Paraná, Nuestra Señora de Carmen y Leasing
Forestal en Argentina generan el 14.6% de sus ingresos
operacionales (Empresas Arauco, 2010).
El segundo mayor grupo forestal en Chile, en términos
de su patrimonio forestal, lo constituye la Compañía
Manufacturera de Papeles y Cartones (cmpc)25. Esta
compañía administra su patrimonio forestal a través de
su empresa ilial Forestal Mininco y actualmente posee
inversiones en el exterior, en Brasil y Argentina. El patrimonio forestal en ambos países suma 307.387 ha, de
las cuales, 94.283 hectáreas están situadas en la provincia
de Corrientes, Argentina, y 213.104 hectáreas en el estado
Rio Grande do Sul, Brasil (cmpc, 2011).
La irrupción de estas empresas en el exterior dice relación con la necesidad de ampliar el mercado interno y
buscar insertarse como actores relevantes en el mercado
mundial. Para cubrir la creciente demanda que esta apertura ha signiicado, especialmente por el nuevo input
que supone la demanda de los mercados de Asia, éstas
han debido necesariamente extender sus plantaciones
forestales hacia países vecinos, dadas las limitaciones
para expandirse en del territorio nacional. Igualmente,
la construcción de plantas en el exterior apunta a mantener una estructura de proximidad entre las fuentes de
materias primas, las plantas y los principales puertos de
exportación.
Nueva identidad indígena
Un tema revitalizado en cuanto al acceso o recuperación
de tierras, de especial complejidad, dice relación con la
reivindicación histórica de los pueblos originarios por
sus territorios, ocupados después de la conquista y colonización española. Parte de esta complejidad estriba
en el hecho de que estos territorios ya no existen como
tales, debido a que forman parte de la coniguración
de nuevos estados, regiones, provincias y otras tantas
subdivisiones que conforman nuestra América, en las
que conviven estos pueblos originarios junto a población
no indígena, que por diversas contingencias históricas
se ha instalado allí. Se agrega a ello la complejidad que
supone la existencia de grupos étnicos que viven como
25 Esta empresa, fundada en 1920, totalizó ventas por us$ 4.797 millones en 2011. Sus principales productos son celulosa, papeles y cartones,
madera aserrada y paneles.
134
cazadores-recolectores que se desplazan por toda la selva
amazónica26, cuyo territorio no tiene deslindes deinidos,
lo cual origina situaciones de conlicto con poblaciones
no indígenas interesadas en explotar económicamente
estas zonas.
¿Se puede resolver la deuda histórica con los pueblos
originarios y preservar los derechos que éstos tienen sobre sus antiguos territorios? ¿Es posible compatibilizar
la explotación de los recursos naturales en los territorios
donde residen actualmente los pueblos indígenas? El
Convenio oit nº 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales
en países independientes de 1989, establece lo siguiente
para los gobiernos que adscriben a este convenio (artículo 14, parte ii): “Deberá reconocerse a los pueblos interesados
el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que
tradicionalmente ocupan. Además, en los casos apropiados,
deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho de
los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido
tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales
y de subsistencia. A este respecto, deberá prestarse particular
atención a la situación de los pueblos nómadas y de los
agricultores itinerantes.”
El artículo es taxativo en cuanto a reconocer derechos de
propiedad sobre la propiedad en uso o sobre las cuales
hayan tenido tradicionalmente acceso las comunidades
indígenas. Sin embargo, en el terreno práctico, esto no ha
sido fácil de implementar y persisten puntos de choque
y de alta conlictividad con la población no indígena,
empresas y los Estados.
Los procesos de reforma agraria iniciados en América
Latina durante el siglo xx han reparado en parte las
situaciones de despojo de tierras de los pueblos originarios, pues aunque las reformas no estuvieron orientadas
a resolver el problema de acceso a la tierra de los pueblos indígenas, sino de manera general, al solucionar
el problema de los campesinos sin tierra27, impactaron
26 En la región del Amazonas se estima que viven 33 millones de
habitantes, 1.6 millones de los cuales serían poblaciones indígenas
correspondientes a 370 pueblos diferentes.
27 Brasil sería una excepción, pues la propiedad indígena ha estado
bajo tutela desde 1910 por el Servicio de Protección a los Indios (spi),
otorgándole amparo legal. El spi estableció un status jurídico para el
reconocimiento de los indios, con el propósito de ubicarlos dentro del
orden institucional de la nueva República en formación. Sin embargo,
dado que las tierras eran consideradas como devolutas (vacantes),
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
favorablemente a los grupos indígenas, ya que muchos
de ellos no tenían tierra (Aylwin, 2002). No obstante,
el problema de acceso a la tierra y de la preservación
del territorio originario dista de estar resuelto. A este
respecto, nótese que el discurso de la “territorialidad”
presente en las demandas de los movimientos indígenas
apela esencialmente a demandas de carácter político, que
derivan de un proyecto político alternativo con consecuencias jurídicas, económicas y culturales. Por lo tanto,
en este contexto el problema del territorio va mucho
más allá que un problema de acceso a la tierra, sino que
conigura una triada que fusiona territorio, identidad
y autonomía.
Una nueva dimensión adicional complejiza aún más este
problema. Parte del discurso de grupos ambientalistas
otorga a los pueblos originarios la potestad de preservación y administración de los recursos naturales, por
lo que eleva la cuestión del territorio a un problema
de carácter más global, donde se instala como discurso
un cuestionamiento al actual modelo de desarrollo y a
la explotación privada de los recursos naturales. Por lo
tanto, las reivindicaciones de territorio por parte de las
poblaciones indígenas tienen un signiicado diferente
a los problemas de acceso y distribución de la tierra
provenientes desde las comunidades campesinas con
o sin tierra.
Uso agrícola versus uso urbano-industrial
Este tema es de fundamental importancia, pues tiene
varias connotaciones. Por una parte, existe un proceso de
pérdida de suelos agrícolas que se destinan a uso residencial o a servicios. Por otra, la expansión urbana muchas
veces afecta a agroindustrias y planteles ganaderos28 que
muchas de las tierras indígenas fueron apropiadas por poblaciones no
indígenas, proceso que se acentuó con el advenimiento de la dictadura
militar de 1964 (Aylwin, 2002).
28 Igualmente, la situación inversa es recurrente. La instalación de
empresas agroindustriales en el espacio periurbano o en la proximidad
urbana puede generar grave perjuicio al bienestar de las personas si
estas empresas no regulan adecuadamente el impacto medioambiental
que su actividad genera. Un caso de actual vigencia lo constituye la
instalación del mayor plantel porcino en el mundo por la empresa
Agrosuper en la localidad de Freirina, provincia de Huasco, en la
Región de Atacama de Chile. Dicho plantel, de más de 400 mil cerdos, tuvo problemas para controlar los malos olores derivados de las
deposiciones de los cerdos. Los olores nauseabundos que se extendían
por efecto de los vientos hasta un radio de más de 50 Km afectaron a
estaban instalados en lugares históricamente rurales, pero
que devienen en localidades peri-urbanas, generándose
controversias entre las empresas del sector y sus nuevos
vecinos (olores, vectores, otros). De hecho, la propia
conceptualización de lo periurbano en la década de los
setenta ha debido ser reinterpretada, para dar cuenta del
impacto que genera el fenómeno de la globalización en
los procesos de dispersión urbana, que en la región se
contextualizan dentro un modelo espacial de megaciudades y de la ciudad-región (Sánchez, 2009), y en donde se
maniiesta el desarrollo de nuevas y diversas actividades
económicas, especialmente de servicios, la instalación
de una nueva infraestructura urbana y de transporte, y
la desconcentración de funciones hacia ciudades medias
o más pequeñas. Los límites geográicos de los espacios
periféricos, donde predomina la inluencia de la gran
ciudad no están bien deinidos, y en ellos se produce
una profunda transformación de las áreas agrícolas hacia patrones de uso discontinuo del suelo urbano-rural
(Sánchez, 2009).
En este contexto, la difusión de lo urbano29 en el espacio
rural puede derivar en una serie de conlictos en diferentes niveles y escalas, en las que se ven afectadas las
familias, un vecindario o una comunidad, y en donde la
competencia por el uso de los suelos, residencial versus
agrícola, tiende a ser fundamental. De hecho, uno de
los problemas que ha surgido con fuerza en la región
en torno a las zonas periurbanas, y en particular las de
uso agrícola, es la especulación en el mercado de tierras
a causa de la fuerte presión ejercida por el sector inmobiliario, entre otros factores.
Un caso emblemático a este respecto lo constituye el
desarrollo inmobiliario en el cinturón verde de la ciudad de Buenos Aires, particularmente en el partido del
Pilar. La expansión urbana, siguiendo un patrón de urbanización por derrame (urban sprawl), ha signiicado
el establecimiento de espacios urbanos cerrados, condominios, complejos de oicinas, ediicios inteligentes,
la población local, al extremo que llevó a ésta a fuertes enfrentamientos
con la empresa y las autoridades regionales, en un conlicto que obligó
al gobierno central a suspender temporalmente las faenas de la industria
(Diario Financiero, 2012).
29 Los estudios sobre los espacios periurbanos se han centrado en los siguientes temas: a) los cambios en el uso del suelo y el consumo del espacio;
b) el cambio social; c) el régimen de propiedad de la tierra; d) la especiicidad y conversión de la agricultura periurbana; y e) el periurbano como
patrimonio territorial y preservación de la identidad. (Sánchez, 2009)
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
135
centros comerciales, universidades privadas, polos gastronómicos, hoteles, centros de convenciones, clínicas de
alta complejidad, cementerios privados y concesionarias
de automóviles que han remodelado completamente
el espacio territorial (Barsky y Vio, 2007). Esto ha implicado una enorme presión sobre el uso de los suelos,
especialmente aquellos destinados a uso agrícola, caracterizados por la existencia de pequeñas explotaciones
dedicadas a la horticultura y loricultura, con una fuerte
presencia de bolivianos que comenzaron a asentarse en
el cordón periurbano a inicios de los 70. La presión
sobre la propiedad de la tierra generó un mercado especulativo, el que ha llevado a que en un radio de pocos
kilómetros las diferencias de precios alcancen hasta el
1.000%, acentuando aún más la fragilidad de las explotaciones agrícolas hortícolas, sobre todo las controladas
por bolivianos (39% del total de quintas registradas en
la provincia), quienes de acuerdo al censo hortícola de
la provincia de Buenos Aires de 2001, arrendaban el 88%
de dichas explotaciones, siendo propietarios tan sólo el
12% restante.
Adicionalmente, los cambios de uso del suelo inducen a
los sectores empresariales a utilizar el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental para que dirima conlictos
entre diversos agentes económicos y/o poblaciones locales por un territorio o una zona de producción, sin que
dicho territorio se encuentre regulado para el caso por un
Instrumento de Planiicación Territorial. Actualmente,
en la región se discuten diversas regulaciones para evitar
la pérdida del recurso suelo. En el caso chileno, hay
muchos temas en debate, dentro de los cuales destacan
el rol de los organismos públicos en la autorización de
cambios de uso de suelos (participación vinculante), el
esquema de planiicación territorial (concepto de “Esquema Director” como elemento que deine la imagen
objetivo de un determinado territorio), el tamaño mínimo de subdivisión predial (0,5 hectárea de la situación
actual versus 2 hectáreas) y la autorización para hacer
construcciones (tasa de constructibilidad, rol de los organismos públicos, otros). Aunque algunos países cuentan
con un dispositivo de planiicación, se observa que en
la región es necesaria una relexión más depurada sobre
las políticas de ordenamiento territorial por parte de
los actores públicos y privados, de modo de establecer
criterios técnicos que permitan superar enfoques más
bien reactivos y así enfrentar situaciones cada vez más
complejas, en un contexto de presión creciente sobre el
recurso suelo.
136
Recambio generacional y des-ruralización de la
sociedad
En las últimas décadas, la población latinoamericana ha
experimentado una disminución progresiva de su población rural. En los años 70, ésta representaba el 43% de la
población total, y de acuerdo a proyecciones estimadas
por el celade, en el año 2010 habría descendido a menos
de la mitad de esa cifra (20%), y se espera que hacia el
2050 la población rural se estabilice en torno al 11%. Sin
embargo, la heterogeneidad entre países es signiicativa.
Uruguay en 2010 registra la menor participación de población rural, con un 8% y Honduras la más alta, con un
42% (cepalstat, 2012). Gran parte de este contingente
ha migrado a los principales centros urbanos en busca de
mejores oportunidades de empleo y condiciones de vida
en general, y es muy probable que esta tendencia se siga
sosteniendo. En un trabajo reciente (Rodríguez y Meneses, 2011) se constata que aún cuando los indicadores
de acceso a servicios sociales básicos de las poblaciones
rurales han mejorado en alfabetización, universalización
de la educación y acceso a servicios públicos, esto no ha
implicado una reducción de las brechas que separan el
mundo rural del urbano, particularmente en los territorios donde habitan las poblaciones indígenas, donde
los cambios han sido más débiles.
Los cambios ocurridos en la esfera productiva han tenido
igualmente un fuerte impacto. Por una parte, la modernización de la agricultura ha implicado la instalación de
empresas agroindustriales en la frontera urbana, potenciando el crecimiento del empleo agrícola con residencia
urbana. Por otro lado, el crecimiento de la productividad
agrícola ha estimulado el crecimiento de actividades no
agrícolas en las zonas rurales, como el turismo rural.
Todas estas transformaciones han terminado por diluir la frontera entre lo urbano y rural, fenómeno que
se aprecia con mayor claridad en zonas rurales de alta
densidad poblacional. Esto implica nuevos dispositivos
de políticas para adaptarse a esta nueva realidad.
Nuevo rol del espacio rural
Aunque el concepto de multifuncionalidad de los espacios rurales no está tan instalado como en los países de
la Unión Europea (y de otros países desarrollados), en
la región existe una clara tendencia a ampliar la mirada
que tradicionalmente se ha tenido de la ruralidad. En un
nivel conceptual, ello se expresa a través de las políticas
de Desarrollo Territorial Rural que se vienen impulsando
desde principios de los noventa (Sepúlveda et al., 2003;
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Schejtman y Berdegué, 2007), las que han generado
un sinnúmero de experiencias de desarrollo territorial y
local. Este enfoque ha puesto énfasis en la participación
social y en el desarrollo de nuevas actividades económicas, que superen los límites de la agricultura tradicional,
incentivando el turismo, el comercio, la artesanía, la pequeña industria, los servicios ambientales y la agricultura
peri-urbana, entre otros, para enfrentar las restricciones
de tierras que presentan muchos segmentos de población
rural. Ello se ha traducido en programas de intervención
multisectoriales que buscan una mejor gestión de los
recursos invertidos para combatir la pobreza y generar
procesos de desarrollo económico, tales como la Estrategia Centroamericana de Desarrollo Rural Territorial,
implementada en Centroamérica desde 2010 (ecadert,
2009) y el Programa Territórios da Cidadania, creado en
Brasil en 2008 (Goberno Federal, 2009).
Perspectivas
Los niveles de concentración y extranjerización de la tierra
y de los recursos que se observan en la actualidad han
aumentado en forma notable respecto a la realidad de la década de 1960, cuando se justiicaba la necesidad de realizar
reformas agrarias en forma generalizada. Es probable que
esta situación se siga profundizando en los próximos años,
lo que reforzará el carácter dual de la estructura agraria
latinoamericana y caribeña, que ha originado que en esta
región se maniiesten los mayores grados de desigualdad
social del mundo.
El mercado de tierras continuará experimentando una
dinámica de cambio estructural, en donde se aprecian dos
grandes tendencias: la primera, de carácter general, es la
fragmentación de la estructura agraria en algunos países
(México y probablemente algunos países andinos y centroamericanos), acompañada por la concentración de la
estructura (eliminación de explotaciones) en otros (Brasil,
Chile, Argentina y Uruguay). La segunda tendencia es que,
más allá de la dinámica general (a nivel país), en todos los
países se seguirá fragmentando la propiedad en el segmento
campesino, concentrándose en el segmento de la mediana
y gran propiedad. En algunos países (por ejemplo, Bolivia,
Venezuela y Brasil) hay procesos de reforma agraria en
curso que probablemente brindarán acceso a la tierra a
campesinos sin tierras y a pequeños propietarios. En otros
países con una gran concentración y con conlictos de tierras recurrentes (por ejemplo, Paraguay) no se visualiza en
el mediano plazo un mayor acceso a la tierra por parte de
campesinos sin tierras, lo que implica que la concentración
de la tierra se mantendrá e incluso podría aumentar.
La deuda histórica de las sociedades latinoamericanas
con sus pueblos originarios ha reinstalado el tema de
acceso de la tierra de los grupos indígenas con un signiicado diferente. Los grupos indígenas se autoidentiican
como pueblos y reclaman sus antiguos territorios, el
derecho sobre sus recursos y su plena autonomía y gobernabilidad. Este nuevo discurso, cada vez más asentado en
los distintos grupos étnicos de la región, mantendrá en
constante tensión a los Estados nacionales, especialmente
a aquellos donde la población indígena es importante.
Junto a los procesos de concentración, es probable que
el proceso de degradación ambiental en el mundo rural
se siga profundizando, cuestionando la viabilidad del
modelo agroexportador de la región, y en un nivel más
profundo, amenazando las bases mismas del sistema
económico y de la sociedad contemporánea. Ello constituye un enorme desafío para los productores agrícolas,
las empresas agroindustriales y los gobiernos de la región,
que deberán tomar medidas para evitarlo.
Los antecedentes recabados sugieren que existirán múltiples fuerzas que llevarán a la obligada instalación de
un nuevo paradigma. El problema de la tierra es hoy
mucho más complejo que en el pasado, lo que exige de
nuevos enfoques para abordarlo. Este nuevo paradigma
no elimina el problema del acceso a la tierra o el de
su distribución, sino que lo redeine, lo readecúa y lo
reorganiza dentro de un nuevo sistema. Dicho en otra
forma, lo pone en relación con otros temas emergentes,
lo que permite mirarlo desde otras perspectivas.
Para encarar este desafío, será necesario conectar este
fenómeno con las tendencias más generales que se observan en la sociedad: por una parte, la generalización de
la interdependencia y la retroacción en todos los dominios (economía, ecología, equilibrios sociales, estabilidad
política) transformará los conlictos por la tierra y los
problemas ambientales locales en problemas y desafíos
de alcance universal. Por otra, la desmaterialización de
la economía, asociada al desarrollo de las tic’s y de otras
tecnologías, impulsarán a que la información y la manipulación de los símbolos se conviertan en nuevas fuerzas
productivas.
Recomendaciones de políticas
Considerando las tendencias y las perspectivas del futuro,
se debe pensar en la elaboración de políticas públicas más
soisticadas e integrales, que hagan posible un nuevo enfoque para abordar el problema de la tierra en la región.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
137
Ello implica, en primer lugar, dejar de considerar que los
recursos naturales son inagotables, e integrarlos por tanto
en el cálculo económico, a través de nuevos parámetros
que den cuenta de la dimensión física de las actividades
productivas (extracción de recursos, acumulación de
residuos, transformación de ecosistemas, entre otros).
En forma complementaria, es necesario intervenir en
múltiples niveles de organización, a nivel local, regional,
nacional e internacional, a través de regulaciones que
protejan el medio ambiente. En este último nivel, es de
particular importancia la reciente aprobación por parte
del Comité de Seguridad Alimentaria de la fao de las
“Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra, la Pesca y los Bosques
en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional”
(fao, 2012p), que establecen criterios universales para
una adecuada gestión de este problema y que constituye el primer instrumento de alcance mundial sobre la
tenencia y su administración.
Por otra parte, es necesario mantener y profundizar el
acceso a la tierra, identiicando al segmento de la pequeña agricultura como un estamento especial, que debe ser
objeto de políticas públicas diferenciales y de amplio alcance: reparto de tierras, asistencia técnica, riego, asociatividad, infraestructura y créditos, entre otros. En forma
complementaria, es de particular relevancia profundizar
las políticas de regularización de títulos de propiedad, lo
que implica la generación de información a través de la
realización de catastros de tierras, el diseño de sistemas
jurídicos que garanticen los derechos de propiedad, y la
ejecución de proyectos de titulación que regularicen la
propiedad de miles de pequeños productores que mantienen una ocupación de facto de sus tierras.
Es necesario destacar que la agricultura familiar tiene
una importancia estratégica en la economía, al igual
que las pyme en general. En el marco de una economía
plural, la consolidación de ambos segmentos pasa por
desarrollar un sector de economía solidaria y asociativa
que es signiicativo para la estabilidad económica y social
global, y que, por lo tanto, es de interés general.
Estas políticas también deben operar a nivel simbólico:
la magnitud de la tarea es de tal envergadura que es
necesario aprovechar las fuerzas del mercado para lograr
más equidad e inclusión social y más sustentabilidad ambiental. Para ello, es necesario diferenciar la producción
campesina y la producción sustentable, utilizando sellos
de calidad. El rápido incremento de las preocupaciones
éticas, sociales o ecológicas constituye un fenómeno re138
ciente a nivel de los consumidores, que se muestran cada
vez más sensibles al comportamiento de las empresas y
a las modalidades de fabricación de los productos que
compran en el mercado. Para aquellos que participan de
esta tendencia, el precio pierde su substancia y deja de
ser el único parámetro para diferenciar entre un buen y
un mal producto. Gestionar esta sensibilidad en función
de objetivos ecológicos y sociales, constituye un espacio
de acción de gran potencial para las nuevas políticas
agrícolas.
En la economía inmaterial, la historia, la geografía, la
identidad étnica, los territorios y el patrimonio cultural
y paisajístico constituyen nuevos espacios, a partir de los
cuales es posible crear valor económico. Para alcanzar
esos objetivos es necesario valorizar dicho patrimonio, a
través de políticas públicas y privadas que lo mantengan
y mejoren, y a través de sellos y marcas culturales que lo
identiiquen frente a los consumidores y a la ciudadanía
en general.
Otro tanto debe hacerse con las demandas de tierra y
de recursos por parte de los pueblos indígenas. Aunque
existen analogías entre los desafíos que enfrentan los
pequeños productores y los pueblos indígenas en relación a la agricultura y la economía, los problemas de
acceso a la tierra tienen un signiicado propio, asociado
a la recuperación de sus territorios originarios, como de
sus autonomías. Para procesar adecuadamente estas demandas se precisa de espacios de diálogo y concertación
con los gobiernos centrales, que impliquen en primer
término, el respeto por los acuerdos internacionales en
materia de protección de los pueblos indígenas, como
el convenio nº169 de la oit. Pero además, este diálogo
no debe estar restringido al espacio del gobierno, sino
ampliarse al resto de la sociedad civil, de manera que
sea la sociedad en su conjunto la que converja en el
hallazgo de soluciones a las demandas de los pueblos
originarios, para que tengan sustento en el largo plazo.
De este diálogo debe surgir un amplio dispositivo de
políticas, validadas por todos los grupos de interés, con
el objetivo expreso de dar legitimidad y sustentabilidad
a un proceso de reforma y de desarrollo que perdure en
el tiempo.
tos, es clave contar con información actualizada acerca
de lo que realmente está sucediendo en el medio rural,
lo que implica realizar Censos Agropecuarios en forma
regular, de modo de poder entender la dinámica de cambios estructurales, y de caracterizar al mismo tiempo a
los productores agrícolas, condición necesaria para la
implementación de políticas públicas adecuadas.
En relación al fenómeno del acaparamiento de tierras
propiamente tal, es necesario instalar capacidades de
seguimiento y monitoreo en cada país y a nivel regional, así como también diseñar regulaciones nacionales e
internacionales que eviten la adquisición de grandes extensiones de tierras, realizadas bajo una lógica puramente
privada, en forma poco transparente y sin contar con la
participación de todos los actores involucrados. Estas
medidas son fundamentales para evitar críticas políticas
y conlictos sociales que sólo generarán incertidumbre
jurídica para estas inversiones.
Para enfrentar el problema de la urbanización de los
espacios rurales es necesario, en primer lugar, una nueva
conceptualización de lo urbano, lo rural y lo periurbano,
la que debe recoger los avances que se han realizado en
los últimos años acerca de las nuevas funciones econó-
micas que cumplen los espacios rurales (infraestructura,
servicios, belleza escénica, funciones ambientales, entre
otros) y las ciudades intermedias en la dinamización de
la vida rural. Junto a ello, se deben implementar planes
de ordenamiento territorial en cada municipio rural de la
región, los cuales deben ser la expresión de una relexión
conceptual más madura acerca de las políticas de ordenamiento territorial, las que son indispensables para evitar
los problemas que se producirán con toda seguridad si
no se hace una adecuada planiicación.
Finalmente, es necesario fortalecer programas de instalación de jóvenes en medio rural, pensando que en 20 o
30 años más el hecho de seguir viviendo en medio rural
será el resultado de una opción de vida, más que una
imposición que surge de circunstancias heredadas, como
lo es en la actualidad. El desafío es lograr una renovación
de los recursos humanos que laboran en el agro, que haga
posible avanzar hacia una profesionalización progresiva
de los agricultores de la región. En tal sentido, el Estado
debe desarrollar programas de infraestructura (tic´s,
caminos, educación, otros) que mejoren la calidad de
vida de la población rural, facilitando así las opciones
de los habitantes rurales del futuro.
Todas estas iniciativas pasan por el fortalecimiento de
las instituciones y el desarrollo de nuevos marcos regulatorios para preservar el medio ambiente, planiicar el
uso del territorio, regular la compra de tierras por parte
de los Estados y de compañías extranjeras, así como los
desplazamientos transfronterizos. Para todos estos efec-
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
139
Tenencia de la tierra en el Caribe
Introducción
Las relaciones en el ámbito de la tenencia de la tierra en
el Caribe se formaron a través de un “experimento” del
siglo xvii que incluyó campamentos rurales de una fuerza laboral importada (esclavos), en un espacio territorial
producto de una conquista (las Indias Occidentales de
Cristóbal Colón). El proceso fue el mismo en las 25 Islas
Estado y dependencias del Mar Caribe y en los tres países continentales, Belice en América Central y Guyana
y Surinam en América del Sur. Por lo tanto, todas las
referencias a temas de la tierra en el Caribe como región
incluyen a estas tres naciones continentales.
Desgraciadamente, el legado institucional de la tenencia de la tierra en el Caribe no es tan irrefutable como
su origen histórico. El marco estándar para el análisis
de las relaciones en este ámbito en América Latina y
el Caribe es el del “dualismo”, expresado en la coexistencia de grandes extensiones de tierra (latifundios)
yuxtapuestos con pequeñas incas (minifundios) que
pretenden compartir el mismo espacio territorial. Sin
embargo, esto proyecta una pasividad que está bastante
lejos de los constantes conlictos que han acompañado a
la ocupación y la propiedad de la tierra en el Caribe. El
distinguido antropólogo caribeño, Jean Besson (2003),
apunta que: “…Durante todo el período de esclavitud en
las plantaciones coloniales de Afro-América, los esclavos
africanos y los criollos se opusieron a la ley europea de tierras
y a los regímenes de tenencia mediante rebeliones, cimarronaje y un proto-campesinado que apuntaba a recuperar
la autonomía, el parentesco y la comunidad consolidando
derechos territoriales consuetudinarios”.
Esta visión equipara las luchas por la tenencia de la tierra
en el Caribe con una especie de “duelo social/económico”, originado en ese experimento del siglo xvii. El tema
de la tenencia de la tierra en la región se percibe como
una lucha permanente entre “legalidad” versus “legitimidad”. La legalidad se expresa en el marco institucional
jurídico basado en leyes territoriales impuestas por los
europeos; mientras que la legitimidad está relacionada a tenencias no oiciales de “propiedades familiares”,
“propiedades generacionales”, “comunidades” e incluso
“ocupaciones ilegales”, que muchas veces se consideran
erróneamente como anacronismos que sobrevivieron a la
cultura colonial o ancestral. Por el contrario, estas formas
alternativas de propiedad de la tierra relejan intentos
dinámicos de los sectores más pobres de la sociedad caribeña de extender al máximo sus líneas de parentesco y
su escaso acceso a la tierra, a in de garantizar su propia
seguridad alimentaria y la supervivencia intergeneracional. Los antropólogos se reieren a esta actividad como
la “formación de la cultura caribeña”. En Haití, esto se
suele denominar “la lucha por transitar de la precariedad
a la legitimidad” (de précarité vers légitimité).
Por lo tanto, no es sorprendente que las relaciones de la
tenencia de la tierra en el Caribe tengan una estructura
casi tan rígida como la economía a la que apoyan. El
economista Andrew Pienkos (Pienkos, 2006) ha señalado que: “pese a décadas de estrategias de desarrollo y
políticas industriales, las economías caribeñas siguen
mostrando un dualismo económico omnipresente, tal
como lo demuestra la coexistencia de dos esferas de actividades diferentes y en gran medida independientes”.
Esta conclusión puede aplicarse fácilmente a los diversos esfuerzos realizados en el pasado por llevar a cabo
reformas agrarias. Pero para comprender esta rigidez,
tenemos que reconocer que en esta región, la economía
(el sistema de plantaciones) creó a la sociedad (sistema
esclavista) y no a la inversa. Por lo tanto, para concebir
el desmantelamiento completo de estas relaciones en
la tenencia de la tierra es fundamental desarticular la
sociedad caribeña tal y como la conocemos.
En la historia de la región sólo ha habido dos intentos
por desmantelar estas estructuras. El primero fue durante
la Revolución haitiana (1791-1803) la que, bajo la presidencia de Alexandre Petion (1806-1818) y Jean-Pierre Boyer (1818-1843), en 1842 eliminó por completo el sistema
de plantaciones y generó un campesinado que poseía y
reivindicaba pequeñas parcelas. El segundo intento fue
durante la Revolución cubana (1959), donde el Estado
revolucionario se apropió de los latifundios privados y
creó una estructura de tenencia bajo control estatal. En
general, los demás esfuerzos, históricos y actuales, han
sido diseñados para adaptar las relaciones de la tenencia
a la realidad imperante.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
141
tendencias
La supremacía de propiedades estatales continúa caracterizando la tenencia de la tierra
en el Caribe
La característica más sobresaliente de la tenencia de
la tierra en el Caribe es el predominio de propiedades estatales en el peril territorial de la mayoría de
los países. En casi todas las naciones de la región, el
Estado o bien heredó las propiedades de los antiguos
gobernantes coloniales o compró dichos recursos como
parte de sus propias gestiones de reforma agraria. Dada
esta posición de dominio en la propiedad y el control
de la tierra, el Estado es quien ija las tendencias en
esta materia.
En la época de la Independencia (1960-2010), los Es-
tados caribeños poscoloniales pretendieron aumentar
las propiedades privadas pequeñas y medianas, ya sea
redistribuyendo la tierra entre la población campesina,
o adquiriendo grandes incas, o bien, repartiendo las
tierras estatales. Pese a que los pobres rurales continúan
exigiéndolos, estos programas han sido, en gran medida,
abandonados. A modo de ejemplo, la Unión Nacional
Campesina de República Dominicana elevó una solicitud a la Gobernadora de la provincia de Puerto Plata,
Sra. Eridania Gibre, el 12 de abril de 2011, exigiéndole
que cumpla la promesa hecha por el Gobierno de repartir
tierras a los campesinos pobres. Tales acciones son un
testimonio de que muchos ciudadanos caribeños aún reconocen en sus gobiernos una supuesta capacidad de gestionar soluciones en materia de tenencia de la tierra.
Sin embargo, estos gobiernos se han restado de intervenir directamente en el mercado inmobiliario, y han
Cuadro 14: Perfiles del uso de la tierra en acción en el Caribe
País
Propiedad
estatal
82%
Silvicultura
Agricultura
42%
19%
Área protegida
terrestre
3,8%
77%
9%
5,0%
1
San Cristóbal y Nieves
2
Guyana
3
Dominica
66%
60%
32%
21,7%
4
Bahamas1
51%
51%
1%
13,7%
5
Trinidad y Tobago
51%
44%
11%
31,2%
6
San Vicente y Las Granadinas
47%
69%
26%
10,9%
7
Belice
45%
61%
7%
27,9%
8
Antigua y Barbuda
41%
23%
30%
7,0%
9
Santa Lucia
38%
77%
18%
14,3%
10
Surinam2
33%
95%
1%
11,6%
11
Jamaica
22%
31%
41%
18,9%
12
Granada
10%
50%
35%
1,7%
13
Barbados
1%
14
República Dominicana3
15
Cuba4
16
Haití5
78%
80%
19%
44%
0,1%
41%
51%
22,2%
27%
63%
6,4%
4%
67%
0,3%
Notas:
1-Bahamas: la silvicultura se utiliza como un buen indicador de la extensión de las tierras de la Corona.
2- Surinam: las leyes confieren el pleno dominio de las tierras sin título y todos los recursos naturales al Estado
(tierras de dominio).
3- República Dominicana: la Ley 6.106 de 1962 confiscó todas las propiedades del ex dictador Trujillo y las transformó
en propiedad estatal, mediante el Consejo Estatal del Azúcar (1966).
4-El Estado cubano asume la propiedad de todas las tierras en principio, pero comparte derechos de “usufructo” con
las cooperativas.
5-En Haití, el Estado compra tierras para cumplir sus obligaciones sociales, o bien las adquiere por decreto.
Fuente: Indicadores del Desarrollo Mundial del Banco Mundial 2009, Secretaría de caricom, 2000.
142
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
preferido fortalecer la infraestructura de administración
territorial y mejorar la seguridad de los derechos a la
tierra. Con base en el concepto de que esta seguridad
constituye la piedra angular para romper el círculo de
la pobreza en las comunidades rurales y con recursos de
los organismos internacionales, los gobiernos del Caribe
han aplicado programas que incluyen temáticas como:
registro de propiedades, tenencia segura, privatización
e individualización del derecho a la tierra. Las iniciativas más recientes que apuntan en esa dirección son las
siguientes:
i. Belice (bid 2006) Catastro y registro de derechos de
propiedad;
ii. San Cristóbal (oea 2006) Catastro y registro de tierras
y gestión de bienes raíces;
iii. Guyana (bid 2010) Registro de las causas que explican
la ineiciencia del sistema de derechos de propiedad,
mediante la metodología de Análisis de Comprobación de la Realidad (rca);
iv. Haití (oea 2010) Modernización de la infraestructura
para catastros y derechos de tierra
v. Haití (bid 2012) Demarcación de parcelas y aclaración de la tenencia de la tierra
El principal foco de atención de estos programas es mejorar las estructuras institucionales para administrar los
asuntos de la tierra en cada Estado y contribuir al surgimiento de un mercado más dinámico en este ámbito. Se
recurre al mercado inmobiliario, debido a su capacidad
de asignar los suelos a usos diferentes y más productivos.
En este sentido, se pretende que las comunidades rurales
se beneicien de la monetarización de los derechos sobre
las propiedades.
El Caribe experimenta procesos de concentración y desconcentración de las propiedades
agrícolas
La segunda tendencia más importante es el cambio en
las propiedades rurales a causa del reciente colapso de
los mercados tradicionales de exportaciones agrícolas.
Estos sucesos económicos internacionales no han dado
lugar a un proceso de concentración de grandes parcelas
de tierra ni a la apropiación decidida de tierras rurales
en el Caribe. Más bien, lo que surgió es un panorama
mixto. En los países que siguieron beneiciándose de
las exportaciones de productos básicos, la propiedad
de la tierra sigue estando concentrada en unas pocas
manos. Sin embargo, y en la mayor parte del Caribe,
el término del régimen comercial preferencial para los
plátanos y el azúcar se ha traducido en una caída marcada
de la supericie total destinada a la producción agrícola
y, en un caso, en una disminución real de los grandes
latifundios.
La República Dominicana es el segundo productor de
azúcar del Caribe (después de Cuba). También es el país
donde aún persiste una estructura desigual de la tenencia
de la tierra. Los datos del censo de 1981 mostraron una
estructura básicamente igual a la de 1971. Según los resultados de 1981, el 2% de las incas del país ocupaban el 55%
del total de tierras rurales. En tanto, las propiedades que
constituían el 82% de todas las incas (314.665 unidades),
cubrían solo el 12% de la tierra cultivable (Haggerty,
1989). Incluso, el censo agrícola de 1998, realizado por
el Consejo Estatal del Azúcar, conirmó la persistencia
de esta distribución asimétrica. Según ese estudio, el
40% de los hogares con acceso a tierras (ocupación con
títulos) poseía menos de 1,2 hectáreas cada uno. La próxima categoría de propiedad agrícola, con menos de 3,1
hectáreas cada una, representaba al 75% de los hogares
con títulos de propiedad.
En los países que sufrieron un colapso de la base económica rural de las exportaciones agrícolas, la respuesta
en términos de tenencia de la tierra ha sido variada.
La reacción más común ha sido una disminución en la
supericie total de estas propiedades. En Santa Lucia,
donde el régimen de plátano se desplomó, la supericie
total de tierras agrícolas se redujo de 17.233 hectáreas,
según el censo agrícola de 1996, a 10.202 hectáreas en
2007, cifra que representa una disminución de 41,1%.
El censo de 2007 realizado en Santa Lucia reveló que la
mayor pérdida en el número de incas se observó en los
latifundios; más del 70% de los que operaban en 1996,
sobre 33 hectáreas, habían desaparecido en 2007.
En Jamaica, donde se sintió un gran impacto, tanto por
los plátanos como por el azúcar, las cerca de 326.000
hectáreas de tierras agrícolas registradas en el censo de
2007 relejaban una disminución de 81.624 hectáreas,
un poco más de 20% desde 1996. En Trinidad y Tobago,
donde existe un sector energético importante y menor
dependencia de las exportaciones agrícolas, la supericie
agrícola total también se redujo de 131.572 hectáreas en
1982 a 84.990 hectáreas en 2004; una baja de 35%, con una
disminución similar (37%) en la cantidad de incas.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
143
Sin embargo, hubo dos sorpresas en los cambios registrados en cada censo. En Trinidad y Tobago, los grandes
latifundios (de más de 500 hectáreas) aumentaron desde
un 2,97% de las tierras agrícolas totales (9.357 ha) en
1982 a un impresionante 34,15% (84.989 ha) en el año
2004. Esto se atribuye a la decidida actitud del Estado
de apoyar la producción de alimentos a gran escala, en
respuesta a los crecientes costos de la importación de
estos productos.
Por otra parte, en Santa Lucia no sólo se redujeron las
grandes incas, sino que la proporción de tierras bajo
régimen de tenencia tradicional, como por ejemplo, las
incas familiares, aumentaron considerablemente. De
acuerdo al censo de 2007, la proporción de tierras inscritas (es decir, aquellas con títulos legales) respecto del
total de propiedades agrícolas disminuyó durante los
últimos 20 años, de 60% a 40%, mientras que las tierras
familiares aumentaron de 24% en 1986 a 42% en 2007. A
medida que se reducen las fortunas económicas ligadas a
los latifundios, las familias de Santa Lucia parecen buscar
seguridad y sobrevivencia intergeneracional mediante
regímenes de tenencia tradicionales.
La respuesta a las crisis externas/internas
Las oportunidades comerciales han desempeñado un
rol clave en el desarrollo de la economía nacional y rural en el Caribe, y éstas se vinculan fundamentalmente
con las exportaciones de productos básicos a mercados
europeos bajo acuerdos preferenciales especiales. Se trata
del legado de dos siglos de una estructura de tenencia de
la tierra creada para sustentar grandes plantaciones de
monocultivos de un solo producto de exportación. Históricamente, los principales cultivos de exportación del
Caribe eran los plátanos y el azúcar; el azúcar en bruto
desde Cuba, República Dominicana, Guyana, Jamaica
y San Cristóbal y Nieves y los plátanos de Dominica,
República Dominicana, Belice, Jamaica, Guadalupe,
Martinica, Santa Lucia, San Vicente y las Granadinas y
Granada. El otro lado de la moneda de este legado es que
el abastecimiento del mercado nacional quedó en manos
de pequeños productores fuera de las plantaciones o se
ha ido reemplazando por importaciones de alimentos
cada vez mayores.
La crisis externa/interna surge cuando el cambio en las
condiciones de los mercados de exportación de productos básicos (principalmente a Europa debido a razones
históricas) gatilla una crisis económica de gran envergadura en la economía nacional. Los principales factores o
144
sucesos que precipitan dichas crisis son los cambios en la
capacidad del país de producir a los niveles tradicionales
de exportación o la pérdida de participación de mercado
y precios de exportación atractivos. Esto es lo que ha
sucedido en el último tiempo con las exportaciones de
azúcar y plátanos provenientes del Caribe.
Históricamente, la exportación de azúcar ha dado forma a la economía caribeña de manera bastante compleja. Alrededor del 75% del azúcar que se consume en
el mundo es de caña, el cultivo histórico del sistema
de plantaciones. Sin embargo, si bien una proporción
considerable –alrededor de un tercio– de la producción
mundial de azúcar ingresa al comercio internacional,
sólo una pequeña porción se produce y comercializa a
precios mundiales. El grueso del comercio internacional se lleva a cabo conforme a acuerdos de largo plazo
(acuerdos y contratos comerciales preferenciales). Por
ejemplo, los ingresos por concepto de exportaciones
de azúcar en la región del Caribe promediaron us$ 406
millones durante 1999-2001, y el 60% de esa cifra corresponde al acceso preferencial a los mercados del azúcar
de la ue y ee.uu.
El deterioro del trato preferencial de las exportaciones de
azúcar del Caribe a la ue comenzó con el colapso de los
precios del producto a nivel mundial en los años noventa. En reconocimiento del rol preponderante que desempeñan las exportaciones de azúcar en las economías de
la mayoría de los países caribeños y otros exportadores
Cuadro 15: Cálculos de transferencias de ingresos
conforme al Protocolo del Azúcar
Transferencias
millones de
US$
Guyana
% del
PIB
% de
exportaciones
totales
61,3
10,1%
11,4%
San Cristóbal
7,3
2,4%
5,4%
Belice
17,1
2,5%
4,9%
Barbados
24,7
1,1%
2,3%
Jamaica
53,2
0,8%
1,8%
Trinidad y
Tobago
20,1
0,3%
0,5%
Total
Protocolo
del Azúcar
584,2
Fuente: “Forthcoming Changes in the eu Banana/Sugar
Markets: A Menu of Options for an Effective eu Transitional Package”, Informe odi de Gillson et al., 2005,
Cuadro 26, pág. 52
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
tradicionales, la ue suscribió una serie de acuerdos conjuntos con países africanos, caribeños y del Pacíico (acp)
para ayudarlos a reorganizar sus economías nacionales.
A partir de ello surgió el “Protocolo del Azúcar”, que
consiste en una combinación de aranceles especiales,
salvaguardias, cuotas arancelarias especíicas por país,
denominación de origen y exenciones tarifarias.
a extranjeros a modo de incentivo. En ese marco, se
lexibilizaron los requisitos instaurados en la década de
los ochenta y noventa en el registro de tierras de extranjeros, (una forma de limitar la propiedad de la tierra a
extranjeros) y, en algunos casos, se limitó estrictamente el
acceso tradicional de los propios ciudadanos a las playas
(recreacionales y caletas pesqueras).
El Protocolo del Azúcar también incluyó el compromiso
de la ue de apoyar el proceso de ajuste económico de los
países exportadores con transferencias de ingresos. Sin
embargo, se trata fundamentalmente de un instrumento
de políticas que está sujeto a modiicaciones unilaterales
de parte de la Unión Europea. De hecho, los países exportadores de acp sufrieron una reducción del 36% en
los precios de exportación garantizados, como resultado
de una reforma al Protocolo concretada en 2005.
En gran medida, el aumento de los ingresos del turismo
ha logrado reemplazar la merma en los ingresos debida
a la reducción de las oportunidades de exportación de
plátanos y azúcar. Sin embargo, en la mayoría de los
casos, esta sustitución proporcionó sólo algunos de los
vínculos económicos que la estructura de las exportaciones de productos básicos había arraigado en las comunidades rurales. Un reciente estudio del Banco Mundial
(de Ferranti, 2005) midió el impacto de las actividades
económicas rurales y su gran aporte a las exportaciones
agrícolas, y descubrió que si bien las actividades vinculadas con los recursos naturales rurales sólo daban
cuenta del 12% del pib regional caribeño, su efecto en el
crecimiento nacional y en la reducción de la pobreza era
de casi el doble. Ello se debía a los eslabones ascendentes
y descendentes asociados con productos agrícolas de
exportación, los que actualmente han sido dejados de
lado a favor del desarrollo del turismo.
La importancia de las transferencias de ingresos en el marco del Protocolo del Azúcar se ha convertido en una respuesta extremadamente débil a la crisis comercial, precipitada por una pérdida de ingresos de exportación. Tanto
en términos absolutos como relativos (como proporción
del ingreso nacional y los ingresos totales por concepto de
exportaciones), estas transferencias fueron considerables
hacia Guyana y San Cristóbal y Nieves y, como mucho,
modestas hacia Belice, Barbados y Jamaica.
Sin embargo, más importante aún fue la respuesta de
los propios gobiernos del Caribe. En la mayoría de los
casos, buscaron decididamente el desarrollo del sector
turístico, incluso al punto de ofrecer acceso a la tierra
Las remesas como respuesta significativa a la
crisis interna
La tercera reacción a la crisis interna fue el aumento de
las remesas como un signiicativo lujo de ingresos de los
Cuadro 16: Remesas al Caribe como porcentaje del pib, Período 2007 - 2010
2007
2008
2009
Haití
20,47%
21,38%
21,23%
Jamaica
16,62%
15,31%
15,20%
Guyana
16,25%
14,48%
13,74%
República Dominicana
8,29%
8,01%
7,41%
Granada
7,22%
6,67%
7,02%
San Cristóbal y Nieves
6,23%
6,34%
6,46%
Dominica
6,11%
5,63%
5,45%
Belice
5,86%
5,75%
5,95%
San Vicente y Las Granadinas
4,83%
4,43%
4,31%
Barbados
4,15%
2,76%
3,15%
Santa. Lucia
2,93%
2,79%
2,76%
Antigua y Barbuda
1,86%
1,85%
1,95%
Trinidad y Tobago
0,50%
0,35%
0,55%
Total (millones)
us$7.750
us$7.986
us$7.548
2010
22,34%
14,11%
13,85%
6,51%
7,05%
12,47%
5,62%
5,66%
4,34%
2,99%
2,62%
2,05%
0,58%
us$7.725
Fuente: Compilado de Indicadores del Desarrollo Mundial, Banco Mundial
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
145
Recuadro 4. Cuba: Una revolución que cede ante su legado en materia de tierras
Cuba también enfrentó crisis externas/internas
similares en sus relaciones comerciales de productos básicos. En 1990, el colapso de su principal socio comercial, el Consejo de Ayuda Mutua
Económica (came) –conformado básicamente por
los países del antiguo bloque soviético– precipitó
una crisis de la economía nacional y obligó al
Gobierno revolucionario a enfrentar su herencia
colonial en la tenencia de la tierra. Esa herencia
no es diferente a la de otros Estados caribeños; es
decir: un enorme sector agrícola de monocultivo
–ahora de propiedad estatal– que produce un cultivo de exportación único, azúcar; un costo total
por importaciones de alimentos de alrededor de
us$1.500 millones anuales, que corresponde a
cerca del 80% del suministro básico de alimentos; y una reducción considerable en la población
rural, de 56% en 1956 a 28% en 1989, para llegar
a menos del 20% a mediados de los noventa.
Tal como lo ha observado el Dr. Fernando FunesMonzote, un investigador adjunto de la estación
experimental “Indio Hatuey” de la Universidad de
Matanzas, Cuba: “La eliminación del latifundio en
1959 en Cuba no erradicó los problemas históricos intrínsecos al sistema agrícola nacional”.
Para mejorar la producción agrícola, el modelo
cubano se ha distanciado de las granjas colectivas organizadas por el Estado en 1963, de un
modo similar a otros Estados caribeños que han
dejado atrás la dependencia de las tierras estatales para revertir el proceso de decadencia de las
fortunas en el sector agrícola. La experiencia de
Cuba comprendió: Cooperativas de Producción
Agropecuaria (cpa, 1977), las que utilizaron tierras estatales para producir cultivos de consumo
interno; Unidades Básicas de Producción Cooperativa (ubpc, 1993) que permitieron a colectivos de trabajadores arrendar fincas estatales,
sin pagar alquiler y a perpetuidad; y Parceleros
(1996/7), sistema conforme al cual la tierra se
distribuye directamente a campesinos y sus familias organizados en tres categorías:
- Cooperativas de Créditos y Servicios (ccs): la
mayoría de quienes tienen la propiedad de sus
146
fincas son miembros de estas cooperativas. En
1997, existían 2.709 ccs, con 159.223 miembros
(agricultores particulares) que trabajaban el
11,8% del total de las tierras agrícolas (Oficina
Nacional de Estadísticas, 1997).
- Usufructuarios: campesinos particulares que
han recibido tierras estatales en usufructo (con
derecho a uso pero no a disponer de ellas). En
1996, la cantidad de estos usufructuarios había
aumentado de cero a 43.015.
- Agricultores individuales, que no son miembros de una cooperativa.
Un eslabón que vincula estos esquemas de
reorganización de la tierra/producción se encuentra en un programa ya desaparecido, que se
inició antes del “Período especial”, denominado
Vinculando al hombre con la tierra (Funes et al.,
2002), que apuntaba a estrechar la conexión
entre el productor (en ese momento, trabajadores
de fincas estatales) y las parcelas particulares. En
este nuevo intento por mejorar la seguridad alimentaria, el Gobierno cubano, según los medios
oficiales, ha repartido 689.697 hectáreas (41%
del plan total), de las cuales, un 25% ya está
siendo cultivada.
Sin embargo, este proceso de reparto de tierras,
iniciado en 2008, es de otra naturaleza. En primer
lugar, parece surgir del reconocimiento de que
pese a las anteriores iniciativas en materia de
políticas públicas, que apuntaron a reorientar
la producción de algunas de las fincas estatales
para abastecer al mercado nacional de alimentos,
un pequeño sector de productores privados y no
estatales continúa superando al sector estatal
organizado en cultivos como tomates (en 17,5%),
cebollas (en 38%), pimentones (en 116%) y
todas las verduras combinadas (en 56%) (Alvarez, 2004). En segundo lugar, dicho sector parece
haber atraído a un segmento de la población con
muy poca experiencia agrícola. Según el director del Centro Nacional de Control de la Tierra,
Pedro Olivera, el 26% de los nuevos campesinos
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
cubanos eran personas menores de 25 años, con
poca experiencia laboral, y más del 70% de los
receptores totales no tenían experiencia agrícola.
En tercer lugar, el Estado está buscando darle
“continuidad y sostenibilidad” a la medida. Las
parcelas, que no superan las 13 hectáreas, se
pueden trabajar durante 10 años; además, se está
considerando permitir que los receptores construyan ahí su vivienda. Estos aspectos de la iniciativa indican que el desafío que deberán enfrentar
las autoridades cubanas no necesariamente
tendrá que ver con conseguir buenos niveles de
producción, sino con la construcción de una nueva cultura en las comunidades rurales.
El reparto de tierras estatales a particulares no
constituye por sí solo un cambio estructural en
la tenencia de la tierra en Cuba, que reconoce los
ingresos a partir del uso (usufructo), pero no de
la propiedad (valor de mercado). La expectativa
de las autoridades es que esta situación evolucione hacia nuevas formas de administración y
la creación de relaciones más productivas entre
las unidades de producción, y entre ellas y las
empresas estatales. Sin embargo, no está claro si
se permitirá el surgimiento de nuevas formas de
construcción cultural e intercambios informales
de la tierra a medida que los ciudadanos quieran
imponer su propia interpretación de la “sostenibilidad” y la “viabilidad” en las parcelas asignadas.
migrantes caribeños que viven en los países metropolitanos. En 2010, se calculó que las remesas de 13 países
caribeños ascendían a us$ 7.000 millones (bid, 2011),
representando un 7% del pib total. Aunque estos lujos
pudieron haber aumentado excepcionalmente en 2010
(con un incremento del 8,3%), en respuesta al devastador
terremoto que afectó a Haití a principios de ese año, la
tendencia en las remesas continuó siendo signiicativa,
con un alza de 5,9% en 2011.
En ese sentido, las remesas siguen teniendo el potencial
de ser atraídas hacia actividades de inversión en rnr, lo
que tendría un impacto considerable en el futuro de la
tenencia de la tierra en el Caribe.
Como se indica en el Cuadro 16, estas remesas superaron
el 5% del pib en más del 50% de los países y son más considerables que las transferencias de ingresos del Protocolo
del Azúcar. Aunque pueden considerarse como apoyo
al consumo, aún no se ha explorado su potencial para
estabilizar los ingresos rurales a partir de tenencias de
tierra inseguras y transformarse en inversiones agrícolas.
Existen pruebas suicientes que indican que el crecimiento de la economía nacional puede tener efectos positivos
en la reducción de la pobreza. El asunto es en qué medida
el crecimiento del sector de recursos naturales (por ejemplo, tierra y empleo rural y agrícola) se puede asociar con
incrementos adicionales en el resto de la economía. El
estudio del Banco Mundial (de Ferranti, 2005) también
indicó que pese a la baja proporción del pib del sector
de los recursos naturales rurales (rnr), por cada 1% de
aumento hay un crecimiento promedio de casi 0,08% en
los ingresos de los pobres. En otras palabras, el porcentaje
de la población nacional que gana menos de us$ 1 al
día tendería a disminuir si hay mejoras tanto en el valor
agregado agrícola como en la productividad de la tierra.
El modelo económico estándar busca posicionar la tenencia de la tierra, en el marco de una política agraria
que promueva la sostenibilidad y el desarrollo económico equitativo, permitiendo que la tierra desempeñe
su rol de manera óptima, como un factor más de la
producción de bienes y servicios. Los resultados asociados a este modelo en materia de la tierra, son los
siguientes:
Perspectivas
Los modelos de reforma agraria deberán considerar a la tierra como un activo cultural
• Eiciencia, gracias al aumento en la seguridad de la
tenencia, inversiones y mercados dinámicos;
• Equidad, mediante el acceso a los recursos de parte
de grupos desfavorecidos; y
• Sostenibilidad, gracias a los esfuerzos de protección
de la tierra.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
147
Cuadro 17: Perfil de los temas de la tierra en el Caribe
Explotaciones
agrícolas
País
Otros esquemas de propiedad significativos
Problemas en la ocupación de la
tierra
Guyana
40.000+
Arriendos históricos de tierras estatales; propiedades
colectivas de tierras amerindias.
Preponderancia de transacciones informales, o poco documentadas, o bien,
totalmente verbales (sin documentos).
Surinam
n.d.
Tenencia tradicional de la tierra; títulos de
arrendamiento
comunal
a
comunidades
indígenas.
Comunidades indígenas cuestionan
los derechos del Estado de “dominar
la tierra”.
Cuba
n.d.
Arriendo de tierras estatales; derechos de usufructo
a cooperativas e individuos.
Experimentos con el reparto de tierras
privadas en la producción de alimentos
y vivienda (Decreto Ley N°288).
República
Dominicana
2.250.000
Haití
1.260.000
Arriendos y cultivos colectivos.
Menos del 5% de la tierra está catastrada.
Belice
n.d.
Ocupación comunal histórica (maya, garifuna);
arriendo de incas nacionales.
Reivindicaciones legítimas a tierras
utilizadas en los cultivos de rotación
por campesinos de la milpa.
Jamaica
676.584
Fincas familiares; transferencias sin documentos.
Preocupación por la ocupación ilegal
de tierras privadas y públicas.
Bahamas
140.000
Títulos generacionales; sistemas de propiedad
comunal; donaciones de tierras de la Corona.
Islas distantes ocupadas por inmigrantes, principalmente de Haití.
440.000
Tierras familiares (Tobago)
25.000 ocupantes ilegales viviendo en
tierras estatales.
Dominica
n.d.
Propiedad comunitaria: 3.700 acres conferidas al
Consejo Caribeño.
Conlicto por propiedad privada.
Santa Lucia
33.281
Tierras familiares: 45% de la supericie total.
Transferencias de tierras sin documentación.
Antigua y
Barbuda
41.000
Tierras comunales en Barbuda; 23% de la tierra
cuya propiedad no se ha establecido.
Recientes reivindicaciones de la Comunidad de Inmigrante de aproximadamente 3.000 parcelas; en las afueras
de St. John.
Barbados
98.098
Arriendos de tierras.
Política de acceso público a las playas
San Vicente y
las Granadinas
n.d.
Posesiones tipo propietario; tierra en arrendamiento
en aproximadamente el 23% de los suelos
agrícolas.
Informes de 16.000 ocupantes no autorizados; reservas forestales amenazadas.
Granada
52.229
Se estima que las tierras familiares representan el
15% de todas las tierras.
Baja incidencia de problemas; 1.250
parcelas están regularizadas.
San Cristóbal
y Nieves
n.d.
Tierras familiares; propiedades en arriendo: 12%
en San Cristóbal y 18% en Nieves.
130 hectáreas en San Cristóbal y 43
hectáreas en Nieves en régimen de
propiedad “ilegal”.
Trinidad
Tobago
y
Inmigración haitiana e integración de
dominicanos de origen haitiano.
Fuente: extraído de estudios en “América Latina y el Caribe”, Allan N. Williams, ed., 2003.
148
Los principales indicadores de un mercado de la tierra
eicaz son:
• Aumento del valor de la tierra, para recompensar a los
propietarios por usos de la tierra más rentables;
• Mayor volumen de transacciones para transferir tierras a personas que probablemente le darán mejor
uso;
• Reducción de los costos de transacción (tanto en
términos de dinero y tiempo), generados por una
administración eiciente de los asuntos agrarios;
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
• Mejor acceso a crédito para aumentar la productividad económica de la tierra y la débil recuperación de
ingresos por parte de los propietarios.
Aunque en teoría parezca sólido, este modelo se torna
muy frágil como guía para aplicar políticas eicaces de
tenencia de la tierra en la mayoría de los países del Caribe. Esta debilidad surge del hecho de que el modelo
considera a la tierra sólo como un activo que genera
riqueza, mientras que una parte considerable de la sociedad caribeña la considera una fuente de “cultura y patrimonio”. Este contexto debe diferenciarse de la consigna
cubana que dice: “La vivienda es para vivir en ella, no
para vivir de ella”, que niega totalmente la oportunidad
de generar ingresos a partir de una propiedad. En el
contexto cultural y del patrimonio, el panorama de una
reforma agraria probablemente estará determinado por
factores culturales, los que trascienden los derechos de
comercialización identiicables y los ingresos económicos
a partir de la tenencia.
El Cuadro 17 resume los actuales problemas en materia
de tenencia de la tierra en el Caribe. Los tres temas más
importantes continúan siendo el bajo nivel de identiicación de parcelas (seguridad en la tenencia), la persistencia de formas alternativas de tenencia de la tierra
(legitimidad); y problemas relativos a la ocupación de la
tierra, a diferencia de la propiedad de la tierra (esfuerzos
de construcción de cultura). Pero en conjunto, estas tres
categorías tienden a exhibir más “características culturales” que administrativas o meramente económicas.
El tema de la identiicación de las parcelas seguramente
continuará siendo importante, a juzgar por la cantidad
de recursos internacionales que ya se han destinado a ese
in. Los registros de tierras en el Caribe se esfuerzan por
identiicar plenamente la propiedad de todas las parcelas, pero no está del todo claro si dicha identiicación
proporcionará seguridad en la tenencia para la mayoría
de los pobres rurales.
Existen tres factores principales que atentan contra la
simplicidad de las soluciones legales que se han implementado a la fecha, a saber:
a. El alto costo que implica registrar los títulos de
propiedad, tanto en términos monetarios como de
tiempo, y se transforma en un enorme desincentivo
para que las transacciones en este ámbito se realicen
en el marco legal;
b. Las transferencias fuera del mercado de parcelas, que
no sólo incorporan una variedad de acuerdos al margen de la legalidad, sino que también generan que las
parcelas con títulos legales “se devuelvan a un sistema
de tenencia tradicional, no jurídico”;
c. La propiedad tradicional, que reconoce derechos colectivos en lugar de individuales.
Los dos últimos constituyen problemas de legitimidad
y construcción cultural y es probable que den forma a
las respuestas de la reforma agraria en el Caribe, particularmente en su relación con:
• La preponderancia de transacciones informales, que
invalidan constantemente la precisión de los títulos
registrados;
• El derecho de los pueblos indígenas y de los inmigrantes caribeños a la seguridad en tierras que ocupan
y de las que no necesariamente tienen la propiedad.
Ya hemos sido testigos de las pruebas que apuntan a
las diicultades inherentes a aplicar soluciones legales a
problemas de tierras de origen cultural:
• En Surinam, los pueblos indígenas, la comunidad
indígena kaliña de Maho y la Asociación de Líderes de
Aldeas Indígenas presentaron un requerimiento ante
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
de la Organización de Estados Americanos, en el año
2009. El documento cuestiona las leyes que conieren
la plena propiedad de tierras sin títulos y de todos los
recursos naturales al Estado y las disposiciones que
niegan o dejan sólo en carácter de nominal los privilegios sobre la tierra otorgados a sus comunidades.
• En Belice, los pequeños campesinos se pueden dividir
en productores de milpa, que practican sistemas de
cultivos rotatorios, y agricultores permanentes. La
práctica de los cultivos rotatorios, que predominaba
entre los mayas de los distritos del sur, es relejo de
una adaptación cultural a situaciones de inseguridad
en la tenencia y que no se revierte simplemente otorgando títulos legales.
• En Bahamas y en las islas de Turcos y Caicos se han
realizado gestiones destinadas a codiicar y otorgar
privilegios especiales a los “ciudadanos locales” (belongers) versus los “no ciudadanos” (non-belongers)
(Williams, 2005). Estas deiniciones culturales de la
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
149
propiedad de la tierra fracasaron, debido fundamentalmente a que el capital internacional que se requiere
para el desarrollo estructural en el sector turístico, no
necesita revelar la nacionalidad de sus propietarios.
La ausencia de una designación legal no reduce el alto
valor natural de estos paisajes, entre los que se incluyen
cuencas, humedales y arrecifes de coral, todos los cuales
proporcionan servicios ecosistémicos vitales.
• La ausencia de información sobre los planes de uso
del suelo probablemente limita las iniciativas privadas
y públicas, que de ser factibles, aportarían nuevas
tierras al mercado inmobiliario.
• El Gobierno de Trinidad y Tobago invitó a Alcoa a
construir una fundición de aluminio de us$ 1.500 millones en 1.340 hectáreas, en Chatham/Cap-de-Ville,
una zona previamente clasiicada como de uso agrícola. El plan fue entendido como un “acaparamiento”
de tierras interno facilitado por el Estado y provocó
un escándalo entre los campesinos y pescadores que
previeron problemas de salud, además de la pérdida
de ingresos y de fuentes de sustento. Finalmente, el
siguiente Gobierno retiró el proyecto.
Un instrumento nuevo en este ámbito es el “Índice de Alto
Valor Natural” (hnvi, por sus siglas en inglés) (Williams,
2011), que evalúa el impacto y mejora la contribución de
las prácticas agrícolas a la estabilidad ecológica del paisaje.
El hnvi puede jugar un rol fundamental al encontrar un
terreno común entre las necesidades de las comunidades
rurales de mejorar la productividad agrícola y los ingresos
rurales, y el deseo de reducir los impactos ambientales
negativos de la actividad económica en esas zonas sensibles. El desafío actual es institucionalizar el hnvi como
herramienta de aplicación disponible a un espectro más
amplio de actores y contribuir a expandir la base de actores
responsables en estos entornos.
Sin embargo, el tema de la pobreza de recursos no es
menos desalentador en una de las economías más ricas
del Caribe. Los datos disponibles del censo de Trinidad
y Tobago indican que el 47,1% de los hogares no cuenta
con un título de propiedad adecuado de la tierra en
la que está construida su vivienda. Esto representa a
141.468 familias o una población total de aproximadamente 576.959 personas. En teoría, se supone que al
mejorar la seguridad de la tenencia, esos hogares podrían
aumentar su acceso a créditos para ines de renovación
habitacional, y que ello aportaría a garantizar la protección legal de cualquier inversión realizada.
La resolución de conflictos se podrá abordar a
partir de cambios en el uso del suelo
Las zonas costeras son un activo importante para los
ciudadanos caribeños, como fuente de sustento (pesca,
camaroneo), recreación (playas), comercio con islas vecinas y sobrevivencia en caso de desastre (accesibilidad a
apoyo de emergencia externo). De manera tal que cuando
surgen conlictos a partir de usos alternativos del suelo en
estas zonas, como en el caso de los proyectos turísticos
(hoteles), la situación se complica debido a temas legales,
responsabilidades sociales y derechos económicos.
Sin embargo, hay ejemplos de soluciones adecuadas mediante acuerdos “voluntarios” entre los diversos actores,
donde el foco de atención se pone en acciones concretas de
cumplimiento para reducir la zona de conlicto, en lugar
de permanecer en un proceso interminable de discordias.
La factibilidad de ese mecanismo está comprobada en el
área de gestión marina Soufriere (smma, por sus siglas en
inglés) (www.smla.org.lc) en la costa occidental de Santa
Lucia. El smma comprende 11 kilómetros de costa que fue
zoniicada voluntariamente en cinco tipos de usos: reservas
marinas, áreas de prioridad pesquera, atracaderos de yates,
áreas recreacionales y áreas multiuso. Estas zonas fueron
deinidas para atender a la diversidad de usos del área,
decisión que redujo los conlictos entre los usuarios, protegiendo al mismo tiempo los recursos marinos críticos.
Se medirá el impacto de los entornos con alto valor
natural
En el Caribe también hay sitios críticos que no han sido
declarados “áreas protegidas” porque la ley (donde la hay)
es demasiado restrictiva y políticamente controvertida.
150
Las políticas destinadas a superar la pobreza rural
deberán incluir la tenencia de la tierra
Los desafíos del Caribe en cuanto a la pobreza también
deberán ser abordados por políticas en las cuales la tierra
sea el instrumento central de implementación. Este es el
concepto de “pobreza de recursos” que mide factores como
acceso a vivienda, salud, educación y tierra. Por ejemplo,
Granada es uno de los países caribeños más pequeños
–con 33.994 hectáreas– donde el Estado posee menos del
10% de la tierra y el 32% de la población es pobre. Si bien
su foco de atención son las necesidades habitacionales,
la Política y Estrategia de Vivienda del Sector Público de
Granada (Grenada, 2002), considera que los siguientes
factores relacionados con la tierra inluyen en la solución
al problema de la vivienda:
• Los granadinos tienen una cultura de propiedad familiar que complica el otorgamiento de títulos y desincentiva la subdivisión y la venta;
• La economía ha estado sujeta a cambios desde la agricultura rural a la prestación de servicios urbanos, lo que
asigna una prima a tierras ubicadas en áreas cercanas
al desarrollo económico;
• Los precios de la tierra han aumentado drásticamente
en las últimas dos décadas, debido principalmente a
la relativa escasez de sitios habitables, al crecimiento
demográico y económico, y a las inversiones de emigrantes granadinos y no granadinos en viviendas para
la jubilación;
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Un estudio sobre el inanciamiento habitacional en Trinidad y Tobago (Auguste et al., 2011) reveló las complejidades de la tenencia de la tierra y de viviendas asequibles. El informe señaló que durante una época de
fuerte crecimiento económico, mientras los precios de
la vivienda se fueron a las nubes, la demanda por préstamos hipotecarios seguía siendo baja. En ese sentido,
el estudio dio a entender que los precios de las viviendas
aumentaron más rápidamente que los salarios, lo que
generó problemas de asequibilidad que caracterizan a la
dinámica del déicit habitacional.
Es claro que la economía del mercado inmobiliario serviría para atraer compradores y proveedores hacia la parte
superior de la escala de las necesidades habitacionales.
Pero entonces surge un problema secundario en torno a
las medidas que toma el Estado con el in de disponer de
terrenos para construir viviendas “asequibles”. El conlicto emerge cuando el gobierno pretende disponer de antiguas tierras agrícolas para la construcción de viviendas
sociales. Si bien el reclamo debido a la pérdida de tierras
de cultivo es atendible, es un hecho que las viviendas y
los poblados no pueden instalarse en zonas demasiado
distantes de la infraestructura social (caminos, escuelas,
hospitales, centros policiales, entre otros).
La “enfermedad holandesa” en el Caribe
La región del Caribe ha sido identiicada como un sitio
importante de trasbordo de drogas ilícitas hacia Estados
Unidos y Europa. Esta actividad no sólo está contribuyendo al aumento de la violencia, sino también a la
acumulación de fortunas considerables entre los narco-
traicantes. Un estudio sobre el tráico de drogas en el
Caribe realizado por el Consejo de Asuntos Hemisféricos
(coha, por sus siglas en inglés) en 2011 (Beale, 2011), concluyó que los paisajes naturales y la dispersión geográica
del Caribe constituye un atractivo para los narcotraicantes. Las islas tienen la ventaja de la falta de control
administrativo a lo largo de extensas costas y territorios
montañosos poco accesibles, los que resultan ideales
para el cultivo y el transporte de narcóticos. El lavado
de dinero de los ingresos ilícitos a través de inversiones
inmobiliarias también se está convirtiendo en motivo
de preocupación, tanto en términos de la estabilidad
económica, como del aumento en los precios de la tierra
(Dominicantoday.com, 2011). Por lo tanto, este aumento
de precio no necesariamente se debe a una asignación de
mercado eiciente del suelo hacia otros usos.
El estudio sobre la política de vivienda mencionado
más arriba sugirió que el aumento en los precios de la
tierra en Trinidad y Tobago era el resultado de las presiones de la “enfermedad holandesa”, a partir de ingresos
considerables por concepto de exportaciones del sector
energético. Pero eso no explica el alza en el precio de la
tierra para ines de vivienda en otras islas del Caribe que
carecen de un sector de energía importante. Es posible
que estemos frente a una variante de la “enfermedad
holandesa” conforme al cual un sector “no-productivo
generador de ingresos” (el tráico de drogas) provoca
distorsiones mediante actividades desmedidas de consumo, acumulación e inversión:
• Valores de las propiedades y patrones de propiedad
inmobiliaria;
• Oportunidades económicas y asignación de recursos
dirigidas por el mercado;
• Luchas internas por la protección de las riquezas entre
grupos de ingresos bajos (pandillas y armas).
Determinar la respuesta correcta es tan difícil como discernir la naturaleza y el origen del problema. Las economías caribeñas son economías de libre mercado, con
fuertes inluencias que van desde la esfera económica a la
política. La gestión de los cambios estructurales inevitables en la economía y en el sistema político conducentes
a garantizar la estabilidad social y económica continuará
sujeta a desafíos, debido a las distorsiones de corto plazo
generadas por una acumulación desproporcionada de
riquezas.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
151
Los Estados deberán mejorar su capacidad
para responder ante desastres
Una de las lecciones tácitas de la crisis de Haití luego del
devastador terremoto de 2010, dice relación con la medida
en la cual una estructura administrativa deiciente de la
tierra limita el ritmo de la recuperación. El terremoto
destruyó los ediicios cívicos, incluidos los registros de
propiedades en la capital y sus alrededores. Y si ya era
complicado gestionar estas estructuras en épocas normales, resultó totalmente imposible reproducirlas durante
la emergencia.
La relación “pérdida-producto” sostiene, en teoría, que un
desastre natural tendrá un fuerte impacto en el desempeño económico de un país si la magnitud de los daños es
superior en comparación con el tamaño de la economía
(Charvériat, 2000). Las observaciones del autor parecen
corroborar la teoría de que el efecto depresivo del desastre
puede contrarrestarse con el aumento agudo del pib en
los años posteriores a la catástrofe, si la relación “pérdidaproducto” es baja. La experiencia de la recuperación en
Haití aleja cualquier esperanza de que tal historia estadística se aplique en el Caribe. En las pequeñas economías caribeñas, la capacidad de adaptación a los desastres
naturales continuará dependiendo de las habilidades y
la motivación del resto de la población, de la disponibilidad y el acceso a la tierra y a una mejor seguridad en la
tenencia, de las complicaciones en el medio ambiente y
en el uso del suelo en condiciones de emergencia, y de la
restructuración de la prestación de los servicios básicos,
como agua, saneamiento, salud y transporte, todo lo cual
puede funcionar mejor en el marco de un sistema viable
de administración territorial.
Recomendaciones de políticas
Los principios rectores de una práctica ejemplar
Existe la urgente necesidad de reconocer las desigualdades y la gran diversidad en lo que concierne a la tierra
en el Caribe, como una guía de lo que se puede hacer
sabiamente, dadas las circunstancias imperantes. La idea
de la “Práctica ejemplar”, según lo plantea la plataforma
“Desarrollo Sostenible en Regiones Costeras e Islas Pequeñas (csi, por su sigla en inglés)” de la unesco, requiere
estrategias que aborden los siguientes temas:
• Efectividad: conlictos ausentes o presencia de un mínimo de ellos, con pocos esfuerzos para garantizar el
cumplimento;
152
• Estabilidad: capacidad de adaptación para superar
cambios progresivos, como la llegada de nuevos usuarios o técnicas;
Bibliografía
• Capacidad de adaptación: aptitud para adecuarse a
sorpresas o crisis repentinas;
• Equidad: una visión común de justicia entre los miembros respecto de los ganadores y perdedores.
Ampliar la base de actores responsables
Los ingresos iscales en el Caribe no son lo suicientemente
sólidos como para resolver temas culturales relativos a la
tierra. En ese contexto, el objetivo más factible de lograr
en materia de políticas implica ampliar la base de actores
responsables en la sociedad, delegando el poder de decisión a niveles inferiores de gobierno y buscando apoyar
sus planes de acción de una manera eicaz, en función de
garantizar beneicios para todos. Existen cinco estrategias
operacionales que apuntan a este in, a saber:
• Cooperación entre actores para aumentar al máximo
la inclusividad;
• Alianza para la acción, como una respuesta a la complejidad a nivel sectorial;
• Gestión conjunta del ecosistema mediante la negociación con aquellos que tienen derechos, pero necesitan
asumir más responsabilidad a nivel de paisajes;
• Creación de consenso para generar respeto y equidad
a nivel de las organizaciones nacionales.
• Capacitación técnica para la efectividad y la eiciencia
a nivel de implementación. Desarrollar cuadros técnicos capaces de realizar evaluaciones de degradación de
la tierra; capacitar a campesinos en técnicas ecosistémicas compatibles; diseñar sistemas de cartografía con el
índice hnv y posicionamiento con gps.
La región del Caribe necesita crear o reconstruir instituciones que efectivamente administren los intereses públicos
y privados sobre la tierra en una economía de mercado.
Esto se requiere para garantizar que iniciativas como la
zoniicación ambiental, la promoción del ecoturismo,
la gestión de la expansión urbana, la protección de las
zonas costeras y el control de la deforestación no se vean
gravemente afectadas por la tendencia a dejar en manos
del mercado los derechos individuales sobre la tierra.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
ABColombia. 2011. Devolviendo la Tierra a las Víctimas de Colombia.
Acharya, K.P.; Dangi, R.B.; Acharya, M. 2012. Análisis de la degradación del bosque en Nepal. Unasylva 238(62):
31-38.
AFP (Agence France-Presse). 2012. Mexico kills 2.5 mn poultry to contain bird lu. Julio 11. Disponible en: http://
www.google.com/hostednews/afp/article/ALeqM5hOw9R4VYbA_zOTbfr3uKSNNrmxUw?docId=CNG.
e3bb940ba7cd96953abc2a7998969c09.261
Alvarez, José. 2004. Cuba's Agricultural Sector. Gainesville, FL:University Press of Florida.
AMI (American Meat Institute). 2010. Fact Sheet - International Trade: Latin America. Wahington, D.C., julio.
Disponible en: http://www.meatami.com/ht/a/GetDocumentAction /i/ 61569/
Antle, J. M. 1983. Infrastructure and Aggregate Agricultural Productivity: International Evidence. Economic
Development and Cultural Change. Vol. 31, No. 3 (Apr., 1983), pp. 609-619. he University of Chicago Press.
Disponible en http://www.jstor.org/stable/1153216
Asociación Global sobre Restauración del Paisaje Forestal. 2011. Sitio Web. Disponible en: http://ideastransformlandscapes.org.
Auguste, S.; Moya, R.; Sookram, S. 2011. Housing Finance Policy under Dutch Disease Pressure: he Mortgage
Market in Trinidad and Tobago. IDB-TN-302.
Aylwin, J. 2002. El acceso de los indígenas a la tierra en los ordenamientos jurídicos de América Latina: un estudio
de casos. Unidad de Desarrollo Agrícola, DEPE, CEPAL, Santiago.
Banco Central de Chile. 2011. Cuentas Nacionales: Evolución de la actividad económica en el año 2011. Disponible
en http://goo.gl/lwOZ1.
Banco Mundial. 2012. Base de datos de Indicadores del Banco Mundial. Disponible en http://goo.gl/hkVRQ.
Banco Mundial. 2007. World Development Report 2008: Agriculture for Development. Disponible en http://
goo.gl/8ys7v
Baranyi, S.; Deere, C.D.; Morales, M. 2004. Estudio del alcance de la investigación sobre políticas de tierras en
América Latina. he North-South Institute, IRDC.
Barona, E.; Ramankutty, N.; Hyman, G.; Coomes, O.T. 2010. he role of pasture and soybean in deforestation of
the Brazilian Amazon. Environmental Research Letters 5(2):1-9. Disponible en: http://iopscience.iop.org/17489326/5/2/024002/pdf/1748-9326_5_2_024002.pdf
Barsky, A. y Vio, M. 2007. La Problemática del Ordenamiento Territorial en Cinturones Verdes Periurbanos sometidos a procesos de valorización inmobiliaria. El Caso Del Partido del Pilar, Región Metropolitana de Buenos
Aires. IX Coloquio Internacional de Geocrítica.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
153
Bibliografía
Beale, M. 2011. he CARICOM Blueprint for Illicit Drug Traicking, Research Associate for the Council on
Hemispheric Afairs, 28 de diciembre de 2011.
_____.2011b. La reacción de los gobiernos de las Américas frente a la crisis internacional: Seguimiento de las
medidas de política. Diciembre.
Beintema, N.M y Stads, G-J. 2010. Public agricultural R&D investments and capacities in developing Countries:
Recent Evidence for 2000 and beyond. AST I Background Note. Elaborado para la Conferencia Mundial sobre
Investigación Agrícola para el Desarrollo (GCARD), Montpellier, 27–30 de marzo, 2010. Disponible en: http://
www.asti.cgiar.org/pdf/GCARD-BackgroundNote.pdf.
_____.2011c. Informe macroeconómico de América Latina y el Caribe. Julio.
Besson, J. 2003. History, Culture and Land in the English-speaking Caribbean in LAND IN THE CARIBBEAN,
Proceedings of a Workshop on Land Policy, Administration and Management in he English-Speaking Caribbean, Edited by Dr. Allan N. Williams.
_____.2010. Panorama Social de América Latina 2010. Comisión Económica Para América Latina y el Caribe,
Santiago, Chile.
_____.1995. Land, Kinship and Community in the Post-Emancipation Caribbean: A Regional View of the Leewards,
in Small Islands, Large Questions: Society, Culture and Resistance in the Post-Emancipation Caribbean, edited
by Karen Fog Olwig, pp. 73-99.
BID (Banco Interamericano de Desarrollo). 2011. Mecanismo voluntario de mitigación de gases efecto invernadero
para Colombia. Banco Interamericano de Desarrollo. Disponible en: http://www.iadb.org/es/proyectos/projectinformation-page,1303.html?id=CO-X1008.
BID/FAO/CEPAL/RIMISP. 2004. Empleo e ingresos rurales no agrícolas en América Latina, serie Seminarios y
conferencias, N° 35, LC/2069-P, CEPAL, Santiago de Chile.
Blayney, D.; Gehlhar, M; Bolling, C.H.; Jones, K.;. Langley, S; Normile, M.A.; Somwaru, A. 2006. U.S. Dairy at a
Global Crossroads. Economic Research Report No. ERR-28, U.S. Department of Agriculture. Washington, D.C.,
noviembre. Disponible en: http://webarchives.cdlib.org/sw15d8pg7m/http://ers.usda.gov/Publications/err28/
Bojanic, A. 2011. Estado general de los bosques en América Latina. En la senda del desarrollo sostenible: Retos y
alternativas. VIII Congreso Latinoamericano de Derecho Forestal Ambiental. San José, Costa Rica. Octubre
2011.
Borras S. M.; Franco, J. C.; Gómez, S.; Kay, C.; Spoor, M. 2012. Land grabbing in Latin America and the Caribbean, Journal of Peasant Studies, 39:3-4, pp. 845-872.
Carr, D.L.; Bilborrow, R.E.; Barbieri, A.. 2003. Population, agricultural land use and the environment in Latin
America at the dawn of the 20th century: Evidence of change at the regional, national, and local scales. Proceedings of the Open Meeting of the Human Dimensions of Global Environmental Change Research. Montreal,
Canadá. Octubre 16-18. Disponible en: http://www.geog.ucsb.edu/~carr/DCarr_Publications/Carr_Barbieri
_Bilsborrow_Montreal_proceedings_03.pdf
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe). 2012a. Informe macroeconómico de América
Latina y el Caribe. Junio.
_____.2012b. Cambio estructural para la igualdad: Una visión integrada del desarrollo. Documento presentado
en el Trigésimo cuarto período de sesiones de la CEPAL (LC/G.2524(SES.34/3)), San Salvador, El Salvador, 27
a 31 de agosto.
_____.2012c. Población, territorio y desarrollo sostenible. LC/L.3474(CEP.2/3). Naciones Unidas, Santiago de Chile.
_____.2011a. Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe. Diciembre.
154
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
_____.2011d. Panorama Social de América Latina 2011. Comisión Económica para América Latina y el Caribe,
Santiago, Chile.
_____.2009. Panorama Social de América Latina 2009. Comisión Económica Para América Latina y el Caribe,
Santiago, Chile.
CEPAL, FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, IT), IICA (Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura). 2011. Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural
en las Américas: una mirada hacia América y el Caribe 2011-2012. IICA, San José, Costa Rica.
_____.2010. Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América y el
Caribe 2010. IICA, San José, Costa Rica.
CEPALSAT. 2012. Bases de Datos y Publicaciones Estadísticas. CEPAL.
Cerda, C. 2012. Valuing biodiversity and water supply using choice experiments. A case study of La Campana Peñuelas Biosphere Reserve, Chile. Environmental Monitoring and Assessment. doi: 10.1007/s10661-012-2549-5.
_____.2011. Una aplicación de experimentos de elección para identiicar preferencias locales por opciones de
conservación y desarrollo en el extremo sur de Chile. Bosque 32 (3), 297-307.
Charvériat, C. 2000. Natural Disasters in Latin America and the Caribbean: An Overview of Risk, Banco Interamericano de Desarrollo, Departamento de investigación: Documento de trabajo #434.
CMPC (Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones). 2011. Memoria Anual, Santiago de Chile.
COFLAC (Comisión Forestal para América Latina y El Caribe). 2012a. Asunción, Paraguay, 5-9 marzo 2012.
Bosques y Cambio Climático. Nota de la Secretaría. Disponible en: http://www.fao.org/docrep/meeting/024/
md128s.pdf.
_____. 2012b. . Situación del Sector Forestal en la Región de América Latina y el Caribe: Período 2010-2011. Asunción, Paraguay, 5-9 marzo 2012. Disponible en: http://www.fao.org/docrep/meeting/024/md011s.pdf
CONADI (Corporación Nacional de Desarrollo Indígena). 2012. Fondo de Tierras y Aguas, 2012 (www.conadi.
gob.cl).
Cordero, D. 2011. Los bosques en América Latina. Friedrich Ebert Stiftung-Proyecto Regional de Energía y Clima.
Cubillos, R. 2012. What the experts say: Description of the Chilean pig sector. pig333.com, Animalesweb S.L.,
Barcelona, España. Mayo 14. Disponible en: http://www.pig333.com/what_the_experts_say/description-of-thechilean-pig-sector_5742/
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
155
Bibliografía
Dagang, A.B.K y Nair, P.K.R.. 2003. Silvopastoral research and adoption in Central America: recent indings and
recommendations for future directions. Agroforestry Systems 59: 149–155. Disponible en: http://www.springerlink.com/content/h20jx0873twhm615/fulltext.pdf?MUD=MP
Eldon, B. V.; Butault, J.P. y Nehring, R.F. 2002. U.S. Agriculture, 1960–96: A Multilateral Comparison of Total
Factor Productivity. Capítulo en libro: Agricultural Productivity. Springer US. pp: 11 – 35, Vo: 2. Disponible en
http://dx.doi.org/10.1007/978-1-4615-0851-9_2
deCarbonnel, E. 2009. Market Oracle/Global Research. Disponible en http://goo.gl/fO1Ow. Consultado el
9/05/2012.
Empresas Arauco. 2010. Memoria Anual 2010.
ERS. 2012. Comparing droughts: 1934 and 2012. Disponible en http://goo.gl/BNKME.
de Ferranti, D.; Perry, G. F.; Foster, W.; Lederman, D.; Valdés, A. 2005. Beyond the city: he Rural Contribution
to Development,. he World Bank Latin American and Caribbean Studies.
European Commission. 2012. Innovating for Sustainable Growth: a Bioeconomy for Europe. Bruselas, European
Commisssion, April 13.
De la Madrid, E. 2009. El Minifundio y el Campo Mexicano. El Sol de México, 16 de mayo.
Evenson, R. E.; Kislev, Y. 1975. Agricultural research and productivity. Disponible en http://goo.gl/MfcWb.
Diario Financiero, Chile. Viernes 30 de Marzo de 2012. (www.df.cl).
FAO. 2012a. Food Outlook: Global Market Analysis. Disponible en: http://goo.gl/Icgxq
Diario la República (Perú), edición 29/01/2012.
DIRECON (Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales). 2012 (www.direcon.gob.cl).
_____. 2012b. FAOSTAT: Producción (en línea). Roma, IT. Consultado en junio y julio 2012. Disponible en:
http://faostat.fao.org/site/291/default.aspx.
Dirven, M. 2012. Dinámicas del mercado de tierras en los países del Mercosur y Chile: una mirada analítica-crítica.
Informe de trabajo FAO, Santiago.
_____. 2012c. FAOSTAT: Food balance sheets (en línea). Roma, IT. Consultado en junio y julio 2012. Disponible
en: http://faostat.fao.org/site/291/default.aspx.
Dirven, M. 2004. El empleo rural no agrícola y la diversidad rural en América Latina. Revista de la CEPAL No.
83, pp. 50-69.
_____. 2012d. FAO and OIE unveil global strategy for control of foot-and-mouth disease. Media Center (en línea),
marzo 12. Roma, IT. Disponible en: http://www.fao.org/news/story/en/item/150417/icode/
Dirven, M. 2002. Las prácticas de herencia de tierras agrícolas: ¿una razón más para el éxodo de la juventud?. Serie
Desarrollo Productivo No 135, CEPAL, Santiago de Chile.
_____. 2012e. World food situation: FAO Food Price Index. Roma, IT. Disponible en: http://www.fao.org/worldfoodsituation/wfs-home/foodpricesindex/en/
Dirven, M.; Echeverri, R.; Sabalain, C.; Rodríguez, A.; Candia, D.; Peña, C.; Faiguenbaum, S. 2011. Hacia una
nueva deinición de “rural” con ines estadísticos en América Latina. Documento de Proyecto LC/W397. Unidad
de Desarrollo Agrícola, CEPAL, Santiago de Chile.
_____. 2012f. Bases de Datos FISHSTAT
Djinkman, J. y Steinfeld, H.. 2010. Chapter 19: Responses on social issues in H. Steinfeld, H.A. Mooney, F.
Schneider y L.E. Neville, eds. Livestock in a changing landscape: Drivers, consequences, and responses, Vol. 1.
Island Press. Disponible en at: http://www.fao.org/docrep/013/am074e/am074e00.pdf.
_____. 2012h. Climate Change Adaptation and Mitigation to Reduce the Vulnerability of Communities and the
Crop, Livestock, Fisheries and Forestry Sectors. hirty second Regional Conference for Latin America and the
Caribbean, Buenos Aires, Argentina, 26-30 March 2012
DominicanToday.com. 2011. Drugs and Money Laundering in the Dominican Republic.
_____. 2012i. Perspectivas alimentarias: Análisis del Mercado Mundial. Disponible en: http://goo.gl/BhxR7.
Dufey A. y Stange, D. 2011. Estudio regional sobre la economía de los biocombustibles en 2010. Documento de
Proyecto LC/W.412, Unidad de Desarrollo Agrícola, Santiago de Chile.
_____. 2012j. Perspectivas alimentarias (mayo). Disponible en: http://www.fao.org/docrep /015/al989s/al989s00.
pdf
ECADERT (Estrategia Centroamericana de Desarrollo Rural Territorial). 2009. Construyendo juntos una estrategia
centroamericana de desarrollo rural territorial. Síntesis del Marco de Referencia para Formular la Estrategia
Centroamericana de Desarrollo Rural Territorial.
_____. 2012k. Perspectivas de cosechas y situación alimentaria (marzo). Disponible en: http://www.fao.org/
docrep/015/al985s/al985s00.pdf
_____. 2012g. Fish Outlook, May 2012, http://www.fao.org/docrep/015/al989e/al989e00.pdf
_____. 2012l. Boletín de precios de los alimentos en ALC. FAO, Santiago de Chile, Mayo
ERS. 2012. Comparing droughts : 1934 and 2012. Disponible en http://goo.gl/BNKME.
Echeverri, R. y Sotomayor, O. 2010. Estrategias de gestión territorial rural en las políticas públicas en Iberoamérica.
Documento de Proyecto LC/W.376, Unidad de Desarrollo Agrícola/CEPAL y RLC/FAO, Santiago de Chile.
_____.2012m. Financiamiento de actividades productivas de pequeños productores agroforestales. Actas de la
reunión. Santiago, Chile 17-18 abril 2012.
_____.2012n. Marco Estratégico de mediano plazo de cooperación de la FAO en Agricultura Familiar en América
Latina y El Caribe 2012-2015.
156
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
157
Bibliografía
_____.2012o. Dinámica del mercado de la tierra en América Latina y el Caribe. Concentración y extranjerización.
Oicina Regional de FAO, Santiago.
_____.2012p. Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra, la Pesca y los
Bosques en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional. Mayo 2012, Roma. (www.fao.org/nr/tenure.es)
FAO/OAPN. 2009a. Pago por Servicios Ambientales en Áreas Protegidas en América Latina.
_____.2009b. Fortalecimiento del Manejo Sostenible de los Recursos Naturales en las Áreas Protegidas de América
Latina.
_____.2008. Pueblos indígenas y áreas protegidas en América Latina.
_____.2011a. Ahorrar para crecer: guía para los responsables de las políticas de intensiicación sostenible de la
producción agrícola en pequeña escala. Disponible en www.fao.org/docrep/014/i2215s/i2215s.pdf.
Fernandes, S. 2006. Smelter Struggle: Trinidad Fishing Community Fights Aluminum Project, Daily Express, 6
de septiembre de 2006.
_____.2011b. Global food losses and food waste. Roma, mayo.
_____.2011c.Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina y el Caribe 2011,Roma, FAO
_____.2011d. La institucionalidad forestal en América del Sur. Documento no publicado.
FRA (Global Forest Resources Assessment) . 2010. Global Resources Assessment 2010. Disponible en: http://www.
fao.org/forestry/fra/fra2010/en/.
_____.2011e. Mountain forests in a changing world. Disponible en: http://www.mountainpartnership.org/common/iles/pdf/web.Tkohler.pdf
Fuglie, K.; Heisey, P.; King, J.; Pray, C.E.; Day-Rubenstein, K.; Schimmelpfennig, D.; Wang, S.L.; KarmarkarDeshmukh, R. 2011. Research investments and market structure in the food processing, agricultural input,
and biofuel industries worldwide. Economic Research Report No. ERR-130. U.S. Department of Agriculture.
Diciembre. Disponible en: http://www.ers.usda.gov/publications/err-economic-research-report/err130.aspx
_____.2011f. Community based-ire management. FAO Forestry Paper 166. Disponible en: http://www.fao.org/
docrep/015/i2495e/i2495e00.htm
Funes, F.; García, L.; Bourque, M.; Pérez, N.; Rosset, P. 2002. Sustainable agriculture and resistance: Transforming
food production in Cuba. Food First Books, Oakland.
_____.2011g. Forestería Comunitaria en América Latina. Documento Final de Consultoría.
Funes-Monzote, F. 2007. Towards sustainable agriculture in Cuba, P.O. Box 4029, PC 10400, La Habana, Cuba.
e-mail: mgahona@enet.cu
_____.2011h. Assessing forest degradation towards the development of globally applicable guidelines. Documento
de Trabajo, Roma.
_____.2010a. Informe del Taller para el Diagnóstico y Seguimiento de la Acuicultura de Pequeña Escala y Recursos
Limitados en América Latina, Asunción, Paraguay, 18-20 Agosto 2010, Serie Acuicultura en Latinoamérica N°3
Gaceta Oicial de la República Bolivariana de Venezuela Nº37323. 2001. Decreto Nº1546, Decreto con fuerza de
ley de tierras y desarrollo agrario.
Galeano, L. 1997. Las migraciones rurales: una alerta para el MERCOSUR. En: Agricultura en el MERCOSUR,
IICA, Centro Regional Sur, Montevideo, pp. 39-47.
_____.2010b. Forest Resources Assessment. Roma, 2011.
_____.2010c. Un programa de políticas para la Agricultura Familiar. 31 Conferencia Regional de la FAO para
América Latina y El Caribe - Ciudad de Panamá, Panamá.
_____. 2009a. State of Food and Agriculture - Livestock in the balance. Roma, IT. Disponible en: http://www.
fao.org/docrep/012/i0 680e/i0680e.pdf
Gillson, I.; Hewitt, A.; Page, S. 2005. Forthcoming Changes in the EU Banana/Sugar Markets: A Menu of Options
for an Efective EU Transitional Package, Overseas Development Institute, Report Table 26, p.52.
Goberno Federal. 2009. Territórios da Cidadania. Integração de políticas públicas para reduzir desigualdades,
Brasil.
Grenada, Ministry of Finance. 2002. Public Sector Housing Policy and Strategy for Grenada.
_____.2009b. Responsible Fish Trade, FAO Technical Guidelines for Responsible Fisheries N°11, Rome, FAO
_____.2006. Cattle ranching and deforestation. Livestock policy brief no. 3. Roma, IT. Disponible en: ftp://ftp.
fao.org/docrep/fao/010/a0262e/a0262e00.pdf
GTS (Gateway to South America). 2011. News Blog, febrero 10, 2011. Consultado en julio 2, 2012. Disponible en:
http://www.gatewaytosouthamerica-newsblog.com/uruguay-has-the-highest-per-capita-consumption-of-milkin-latin-america-averaging-between-225-and-230-liters/
_____.1997. Enfoque precautorio para la pesca de captura y las introducciones de especies, FAO Orientaciones
Técnicas para la Pesca Responsable N°2, Roma, FAO
G20. 2011. Ministerial Declaration. Action Plan on Food Price Volatility and Agriculture. Meeting of G20 Agriculture Ministers, Paris, 22 and 23 June 2011.
_____.1995. Code of Conduct for responsible isheries, Rome, FAO
Haggerty, R. 1989. Land Tenure and Land Policy in Dominican Republic: A Country Study, Washington,
EE.UU.
FAO-FACILITY. 2010. Experiencias prácticas de mecanismos de compensación de los servicios ecosistémicos
hídricos provenientes del bosque en Centro América y El Caribe.
Hayami, H y Ruttan, V. W. 1970. Agricultural Productivity Diferences among Countries. he American Economic
Review Vol. 60, No. 5 (Dec., 1970), pp. 895-911. Disponible en http://www.jstor.org/stable/1818289.
FAO y Junta de Castilla y León. 2011. Casos ejemplares de Manejo Forestal Sostenible en América Latina y El Caribe.
158
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
159
Bibliografía
Hernández et al. 2011. Plan de Conservación Parque Oncol. Documento borrador no publicado.
Herold, M.; Román-Cuesta, R.M.; Heymell, V.; Hirata, Y.; Van Laake, P.; Asner, G.P.; Souza, C.; Avitable, V.;
MacDicken, K. 2012. Examen de los métodos para la medición y el seguimiento de las emisiones históricas de
carbono producidas por la degradación forestal. Unasylva 238(62): 16-24.
IBGE (Instituto Brasileiro de Geografía e Estatística). 2006. Censo Agropecuário 2006 - Brasil, Grandes Regiões
e Unidades da Federação, Brasilia.
Ibrahim, M.; Porro, R. y Mauricio, R.M. 2010. Chapter 5: Brazil and Costa Rica - Deforestation and livestock
expansion in the Brazilian legal Amazon and Costa Rica: Drivers, environmental degradation, and policies
for sustainable land management in P. Gerber, H.A. Mooney, J. Dijkman, S. Tarawali, and C. de Haan., eds.,
Livestock in a changing landscape: Drivers, consequences, and responses, Vol. 2. Island Press. Disponible en:
http://www.fao.org/docrep/013/am075e/am075e00.pdf.
ICTSD (International Centre for Trade and Sustainable Development). 2012. Bridges Weekly Trade News Digest.
Vol. 16. No. 16. 25 de Abril
IDF (International Dairy Federation). 2010. he World Dairy Situation (en línea). Bulletin 446/2010, Bruselas,
Bélgica. Disponible en:
http://www.svenskmjolk.se/Global/Dokument/Dokumentarkiv/Marknadsrapporter/World Dairy Situation/World
Dairy Situation 2010.pdf
IMF (International Monetary Fund). 2012a. World Economic Outlook: Update. Julio.
_____.2012b. World Economic Outlook: Growth Resuming, Dangers Remain. Abril.
IUF (International Union of Food, Agricultural, Hotel, Restaurant, Catering, Tobacco and Allied Workers' Associations). 2011. Fonterra and Nestlé call of dairy merger in Chile. Abril 4, 2011. Disponible en: http://cms.
iuf.org/?q=node/860.
JRC (Joint Research Centre); FAO. 2011. Global Forest Land Use Change from 1990-2005. Initial results from
a global remote sense survey. Disponible en: http://foris.fao.org/static/data/fra2010/RSS_Summary_Report_
lowres.pdf.
Kaimowitz, D. y Angelsen, A. 2008. Will livestock intensiication help save Latin America's tropical forests? Journal
of Sustainable Forestry 27: 6-24. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1080/10549810802225168
Kiernan, P. 2012. USDA lifts Brazilian pork ban. Dow Jones Newswires. Enero 11. Consultado 6 julio 2012. Disponible en en: http://www.agriculture.com/markets/analysis/hogs/usda-lifts-brazili-pk-b_14-ar21517
Kilian, L. 2008. he Economic Efects of Energy Price Shocks. Journal of Economic Literature, 46:4, 871–909.
Disponible en http://goo.gl/ppwdP
Klein, E. 1992. El empleo rural no agrícola en América Latina. Documento de trabajo N° 364, Programa Regional
del Empleo para América Latina y el Caribe (PREALC), OIT, Santiago de Chile.
Köbrich, C. y Dirven, M. 2007. Características del empleo rural no agrícola en América Latina con énfasis en los
servicios. Serie Desarrollo Productivo No. 174. CEPAL, Santiago de Chile.
Laestadius, L.; Potapov, P.; Yaroshenko, A.; Turubanova, S. 2012. La alteración mundial de los bosques, desde el
espacio. Unasylva 238(62): 8- 13.
Lara, A.; Rey Benayas, J.; Laterra, P.; Manson, R.; González, M. 2011. II Congreso Internacional Servicios Ecosistémicos en los Neotrópicos. Libro Congreso. Asunción, Paraguay 2011.
_____.2012c. World Economic Outlook: Update. Enero.
_____.2012d. IMF Primary Commodity Prices. Consultado 12 de julio 2012. Disponible en: http://www.imf.org/
external/np/res/commod/index.aspx
_____.2011a. World Economic Outlook: Slowing growth, Rising risks. Septiembre.
_____.2011b. World Economic Outlook: Tensions from the Two-Speed Recovery – Unemployment, Commodities,
and Capital Flows. Abril.
_____.2011c. World Economic Outlook: Update. Enero.
INCODER (Instituto Colombiano de Desarrollo Rural). 2012. Plan Estratégico 2010-2014.
INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos). 2009. Censo Nacional Agropecuario 2008 - CNA’08. Resultados provisorios. Buenos Aires.
INE (Instituto Nacional de Estadísticas). 2007. Censo Nacional Agropecuario y Forestal 2007. Santiago, Chile
160
Lobell, D; Schlenker, W.; Costa-Robles, J. 2011. Climate Trends and Global Crop Production Since 1980. Science
29, vol. 333, July.
Martha, G.B.; Alves, E.; Contini, E. 2011. Dimensão econômica de sistemas de integração lavoura-pecuária.
Pesquisa Agropecuária Brasileira vol. 46, no.10, Brasilia, Brasil. Disponible en: http://www.scielo.br/scielo.
php?script=sci_arttext&pid=S0100-204X2011001000002&lng=en&nrm=iso&tlng=pt
Martins, L. 2011. Pig health issues: Overview of Latin America. PigProgress,net. Marzo 31. Consultado 10 de julio
2012. Disponible en: http://www.pigprogress.net/background/pig-health-issues-overview-of-latin-america-7801.
html.
May, P.H., B. Millikan y M.F. Gebara. 2011 he context of REDD+ in Brazil: Drivers, agents and institutions.
Occasional paper 55. 2ª edición. CIFOR, Bogor, Indonesia. Disponible en línea: http://www.cifor.org/publications/pdf_iles/OccPapers/OP-55.pdf
MDA-INCRA (Ministério do Desenvolvimento Agrário-Instituto Nacional de Colonizacao e Reforma Agrária).
2010. INCRA. Publicação Especial do Instituto Nacional de Colonização e Reforma Agrária Nº 02, Jornal
dezembro 2010, Brasil.
INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía). 2007. VIII Censo Agrícola, Pecuario y Forestal 2007.
Distrito Federal, México.
_____. 2006. Brasil. II Plan Nacional de Reforma Agraria. Brasilia.
INRA (Instituto Nacional de la Reforma Agraria). 2010. La Tierra vuelve a manos Indígenas y Campesinas.
Mendes, A.A. 2011. Poultry and egg production in South America – Consumer behavior trends and perspectives.
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
161
Bibliografía
Presentation to the European Poultry Club Conference. Buenos Aires, Argentina. Octubre 18. Disponible en:
http://www.poultryclub.com/ileadmin/european-clubs/poultryclub/binary/activities/Presentation-A-MendesArg-2011.pdf
Meneses-Tovar, C.L. 2012. El índice normalizado diferencial de la vegetación como indicador de la degradación
del bosque. Unasylva 238(62): 39-46.
MercoPress. 2011. Argentina among top world exporters of chicken meat, while beef loses clout. South Atlantic news
Agency. November 1. Montevideo, Uruguay. Consultado 6 de julio 2012. Disponible en: http://en.mercopress.
com/2011/11/01/argentina-among-top-world-exporters-of-chicken-meat-while-beef-loses-clout.
Milder, J.C., S.J. Scherr y C. Bracer. 2010. Trends and future potential of payment for ecosystem services to alleviate
rural poverty in developing countries. Ecology and Society 15(2):4. Disponible en: http://www.ecologyandsociety.org/vol15/iss2/art4/
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina. 2010. Plan Estratégico Agroalimentario, Participativo
y Federal (PEA2) 2010–2016 - Buenos Aires, Argentina. 171 pp.
Ministerio de Desarrollo Agropecuario de Panamá. 2010. Plan de Acción Estratégico del Sector Agropecuario
2010-2014 – Ciudad de Panamá, Panamá. 33 pp.
MGAP (Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay). 2011. Anuario Estadístico Agropecuario 2011.
DIEA, Uruguay.
Ministry of Agriculture, Forestry and Fisheries. Corporate Planning Unit, St. Lucia. 2007. St. Lucia Census of
Agriculture: FINAL REPORT, noviembre de 2007.
Ministry of Finance, Government of Grenada. 2002. Public Sector Housing Policy and Strategy for Grenada.
Multilateral Investment Fund. 2011. Growth: Remittances to Latin America and the Caribbean, Banco Interamericano de Desarrollo.
Nash, J. 2012. he greening (?) of agriculture in Latin America. Latin American & the Caribbean: Opportunities for
all. World Bank. Consultado 9 julio 2012. Disponible en: http://blogs.worldbank.org/latinamerica/node/633
Nestlé. 2011. Nestlé joins new partnership to improve dairy farming in Brazil. News & Features. Diciembre 7, 2011.
Disponible en: http://www.nestle.com/Media/NewsAndFeatures/Pages/Brazil_dairy_partnership.aspx
OCDE-FAO. 2012. (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico – Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación) Agricultural Outlook 2012-2021. OECD Publishing and FAO.
Disponible en http://dx.doi.org/10.1787/agr_outlook-2012-en
_____.011. Agricultural Outlook 2011-2020. Consultado julio 10, 2012. Disponible en: http://www.agri-outlook.
org/document/15/0,3746,en_36774715_36775671_48172367_1_1_1_1,00.html
ODI (Overseas Development Institute). 2011. Making the EU’s Common Agricultural Policy Coherent with
Development Goals. Brieing paper 69.
geragency Report to Méxican G20 Presidency. Bioversity International; CGIAR, FAO, IFAD, IFPRI, IICA,
OECD, UNCTAD, UN-HLTF on Global Food Security; the World Bank and WTO. Junio 12.
OMC (Organización Mundial del Comercio) 2012. Report on G-20 Trade Measures (Mid-October 2011 to MidMay 2012). 31 may.
Pacheco, P.; Aguilar-Støen, M.; Börner, J.; Etter, A.; Putzel, L.; Vera Díaz, M.C. 2011. Landscape transformation
in tropical Latin America: Assessing trends and policy Implications for REDD+. Forests 2:1-29.
Palmer, N. 2012. Climate Conversations - Livestock: Cure or curse? AlertNet, a homson Reuters Foundation
Service, mayo 24. Disponible en: http://www.trust.org/alertnet/blogs/climate-conversations/livestock-cure-orcurse/
Pereira, P.A.A.; Martha, G.B.; Santana, C.A.M.; Alves, E. 2012. he development of Brazilian agriculture: future
technological challenges and opportunities. Agriculture & Food Security 1:4. Disponible en at: http://www.
agricultureandfoodsecurity.com/content/1/1/4/
Peters, M.; Rao, I.; Fisher, M.; Subbarao, G.; Martens, S.; Herrero, M.; van der Hoek, R.; Schultze-Kraft, R.;
Miles, J.; Castro, A.; Graefe, S.; Tiemann, T.; Ayarza, M.; Hyman, G. 2012. Chapter 11:.Tropical Forage-based
systems to mitigate greenhouse gas emissions in Issues in Tropical Agriculture, Eco-Eiciency: From Vision to
Reality. CIAT (Centro International de Agricultura Tropical), Cali, Colombia. Disponible en: http://www.ciat.
cgiar.org/publications/Documents/chapter_11_eco_eiciency.pdf
Petición presentada a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos. 2009. he Kaliña Indigenous Community of Maho and he Association of Indigenous Village Leaders
in Suriname Against he Republic of Suriname.
Pica, G.; Pica-Ciamarra, U.; Otte, J. 2008. he livestock sector in the World Development Report 2008: Re-assessing
the policy priorities. Living from livestock research report no. 08-07. Pro-Poor Livestock Policy Initiative, Food
and Agriculture Organization, Roma, IT. Disponible en: http://www.fao.org/ag/againfo/programmes/en/pplpi/
docarc/rep_0807_WDRLivestock_UP_et_al_080805.pdf.16161612
Pica-Cimarra, U. 2005. Livestock policies for poverty alleviation: theory and practical evidence from Africa, Asia,
and Latin America. Pro-Poor Livestock Policy Initiative (PPLPI) working paper no. 27, Living from livestock.
Food and Agriculture Organization, Roma, IT. Disponible en: http://www.fao.org/AG/AGAINFO/PROGRAMMES/en/pplpi/docarc/wp27.pdf
Pienkos, A. 2006. Caribbean Labour Migration: Minimizing Losses and Optimizing Beneits, Oicina Subregional
para el Caribe de la OIT.
Piñeiro, D. 2011. El caso de Uruguay. Estudio realizado en el marco del Proyecto “Dinámicas en el mercado de la
tierra en América Latina”, FAO, Santiago.
PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente). 2010. Perspectivas del Medio Ambiente: América
Latina y El Caribe.GEO-ALC3.
_____.2009. Nuevo Acuerdo Verde Global – Informe de Política, Empleos verdes: Hacia el trabajo decente en un
mundo sostenible y con bajas emisiones de carbono».
OECS (Organization of Eastern Caribbean States). 2002. Human Development Report, 2002.
OI Group .2012. Sustanaible agricultural productivity growth and brinding the gap for small-family farms. Int162
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
PROFOR (Programa sobre los Bosques), FAO. 2011. Framework for assessing and monitoring forest governance.
Roma.
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
163
Bibliografía
Progressive Farmer. 2012. Weather report. Disponible en: http://goo.gl/SXUad.
_____. 2011. Políticas de mercado de trabajo y pobreza rural en América Latina. FAO, CEPAL, OIT, Santiago de Chile.
Reardon, T.; Berdegué, J., Escobar, G. (Eds.). 2001. Especial number on non-farm employment, World Development, Vol. 29 (3).
Sotomayor, O. 2008. Governance and tenure of land and natural resources in Latin America. FAO, Roma.
Reinhart, C.; Reinhart, V.; Rogof, K. 2012. Debt overhangs: past and present. National bureau of economic
research. Working Paper 18015. Abril.
Renewables. 2012. Global Status Report (Paris: REN21 Secretariat). Disponible en: http://bit.ly/REN21_
GSR2012
República Bolivariana de Venezuela. 2010. Ley de Reforma Parcial de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, 2010.
Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (www.asambleanacional.gob.ve)
Reydon, B. y Cornélio, F. (Ed.). 2006. Mercados de terras no Brasil: estrutura e dinámica. Ministério do Desenvolvimento Agrário, Núcleo de Estudos Agrários e Desenvolvimento Rural, Brasilia.
Rodríguez, A. y Meneses, J. 2011. Transformaciones rurales en América Latina y sus relaciones con la población
rural. Documento presentado en la Reunión de expertos sobre población, territorio y desarrollo sostenible,
Santiago de Chile, 16 y 17 de agosto.
_____.2010. Condiciones socioeconómicas y laborales de los hogares rurales en doce países de América Latina.
Documento presentado en el XLVIII Congreso de la Sociedad Brasileña de Economía, Administración y Sociología Rural (SOBER), Campo Grande, 25 a 28 de julio.
San Juan, Z. 2010. Mexico: Dairy and products semi-annual. Gain Report No. MX0034. Foreign Agriculture
Service, U.S. Department of Agriculture, Washington, D.C. Mayo 5. Disponible en: http://gain.fas.usda.gov/
RecentGAIN Publications/Dairy and Products Semi-annual_Mexico City_Mexico_5-13-2010.pdf
Sánchez, H. 2009. Periurbanización y espacios rurales en la periferia de las ciudades. Procuraduría Agraria, Estudios
Agrarios.
Schejtman, A. y Berdegué, J. 2007. Desarrollo Territorial Rural. En: J. Bengoa (Ed), Territorios Rurales: Movimientos
sociales y desarrollo territorial rural en América Latina. Ed. Catalonia, RIMISP, Santiago, pp. 45-83.
Secretaría Ejecutiva de Planiicación Sectorial Agropecuaria. 2011. Política de Estado para el Sector Alimentario
y Desarrollo Rural Costarricense, 2010 – 2021. Ministerio de Agricultura y Ganadería – San José, Costa Rica.
84pp.
Sepúlveda, S.; Rodríguez, A.; Echeverri, R.; Portilla, M. 2003. El Enfoque Territorial del Desarrollo Rural. IICA,
San José de Costa Rica, agosto.
Silva, J.F. 2012. Brazil Poultry and products semi-annual poultry report. Gain Report No. 0801. Foreign Agriculture
Service, U.S. Department of Agriculture, Washington, D.C., febrero 14. Disponible en: http://gain.fas.usda.
gov/Recent GAIN Publications/Poultry and Products Semi-annual_Brasilia_Brazil_14-2-2012.pdf
Simula, M. y Mansur, E. 2012. Un desafío mundial que reclama una respuesta local. Unasylva 238(62): 3-7.
Soto, F. y Klein, E. (Coordinadores) (2012). Políticas de mercado de trabajo y pobreza rural en América Latina,
Tomo II. FAO, CEPAL, OIT, Santiago de Chile.
Sotomayor, O.; Rodríguez, A; Rodrigues, M. 2011. Competitividad, sostenibilidad e inclusión social en la agricultura:
Nuevas direcciones en el diseño de políticas en América Latina y el Caribe. Libros de la CEPAL 113. 345pp.
Stads, G-J.; Beintema N.M. 2009. Public agricultural research in Latin America and the Caribbean: Investment
and capacity trends. Agricultural Science and Technology Indicators (ASTI) Synthesis Report. International
Food Policy research Institute (IFPRI) and Inter-american Development Bank (IADB). Marzo. Disponible en:
http://www.asti.cgiar.org/pdf/LAC_Syn_Report.pdf.
St. Lucia, Ministry of Agriculture, Forestry and Fisheries, Corporate Planning Unit. 2007. St. Lucia Census of
Agriculture: FINAL REPORT, November, 2007.
Steinfeld, H.; Gerber, P.; Opio, C. 2010. Chapter 16: Responses on environmental issues in H. Steinfeld, H.A.
Mooney, F. Schneider, and L.E. Neville, eds. Livestock in a changing landscape: Drivers, consequences, and
responses, Vol. 1. Island Press. Disponible en: http://www.fao.org/docrep/013/am074e/am074e00.pdf.
hornton, P.K.; Kruska, R.L.; Henninger, N.; Kristjanson, P.M.; Reid, R.S.; Atieno, F.; Odero, A.N.; Ndegwa, T.
2002. Mapping poverty and livestock in the developing world. ILRI (International Livestock Research Institute), Nairobi, Kenya. Disponible en: http://www.ilri.org/InfoServ/Webpub/fulldocs/InvestAnim/Book2/media/
PDF_chapters/B2_Front.pdf
Tollefson, J. 2010. he global farm. Nature 466: 554-556. Disponible en: http://www.nature.com/news/2010/100728/
pdf/466554a.pdf
UPI (United Press International). 2012. South America cattle outbreak threat lingers. June 28. Disponible en:
http://www.upi.com/Business_News/Energy-Resources/2012/06/28/S-America-cattle-outbreak-threat-lingers/
UPI-26911340900875/
Upton, M. 2004. he role of livestock in economic development and poverty reduction. Pro-Poor Livestock Policy
Initiative Report No. 10. Living from livestock, Food and Agriculture Organization, Roma, IT. Disponible en:
http://www.fao.org/AG/AGAInfo/programmes/en/pplpi/docarc/wp10.pdf
Urioste, M. 2011. Concentración y extranjerización de la tierra en Bolivia. Fundación TIERRA, La Paz, Bolivia.
USDA (U.S. Department of Agriculture). 2012a. USDA Agricultural Projections to 2021. Interagency Agricultural
Projections Committee. Disponible en:
http://www.ers.usda.gov/Publications/OCE121/OCE121.pdf
USDA. 2012b. Production, Supply, and Distribution Online, Foreign Agriculture Service, Washington, DC, US.
Consultado junio y julio 2012. Disponible en: http://www.fas.usda.gov/psdonline/
U.S. Government. 2010. Changes in disease status of the Brazilian state of Santa Catarina with regard to certain
ruminant and swine diseases. Federal Register Doc. 2010-28976, iled 11-15-10. Disponible en: https://www.
federalregister.gov/articles/2010/11/16/2010-28976/changes-in-disease-status-of-the-brazilian-state-of-santacatarina-with-regard-to-certain-ruminant.
US White House. 2012. National Bioeconomy Blueprint. Washington DC, he White House, April.
164
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
165
Bibliografía
Valdés, A. y Foster, W. 2012. “Policies and mechanisms that can help poor countries in high price periods”, presented at “Securing food in uncertain markets: Challenges for poor, net food-importing countries,” sponsored
by ICTSD and FAO, Geneva, March 23, 2012.
Valdés, A.; Foster, W.; Pérez, R., Rivera, R. 2008. Evolución del ingreso agrícola real en América Latina, 19902005: evidencia en base a cuentas nacionales y encuestas de hogares. Revista Española de Estudios Agrosociales y
Pesqueros, n.º 218, 2008 (71-98)
Anexo estadístico
Cuadro A1. Proyecciones de crecimiento globales
Tasa de crecimiento anual del PIB, en términos reales, por grupos de países
Grupo de países
Viña Concha y Toro (2011). Presentación Corporativa 2011. Diponible en: http://www.conchaytoro.com/es/
inversionistas/
FMI
2009
2010
2011
2012
2013
Mundo
-0,6
5,3
3,9
3,5
3,9
Von Broun, J. 2008. Food and Financial Crisis: Implications for Agriculture and the Poor. IFPRI, Washington
D.C.
Economías avanzadas
-3,6
3,2
1,6
1,4
1,9
Estados Unidos
-3,5
3,0
1,7
2,0
2,3
Williams, Allan N. 2011. Sustainable farming in a high nature value environment, Technical Coordinator, he
EcoAgriCulture Project, he Cropper Foundation, Trinidad & Tobago.
Zona Euro
-4,3
1,9
1,4
-0,3
0,7
Economías Emergentes y en
Desarrollo
2,8
7,5
6,2
5,6
5,9
China
9,2
10,4
9,2
8,0
8,5
Am.Latina y Caribe
-1,6
6,2
4,5
3,4
4,2
_____. 2005. Turks & Caicos Islands Crown Land Policy: A Brief Analysis of the Economic and Financial Aspects,
Mission Report.
World Bank. 2012. Global economic prospects: Uncertainties and vulnerabilities. Enero.
Worldwatch Institute. 2011. ¨Biofuels Regain Momentum¨. By Sam Shrank and Farhad Farahmand | August 30,
2011. En http://vitalsigns.worldwatch.org/vs-trend/biofuels-regain-momentum
Grupo de países
Banco Mundial
2009
2010
2011
2012
2013
Mundo ()
-2,3
4,1
2,7
2,5
3,0
Mundo ()
-0,9
5,1
3,7
3,3
3,9
Wurmann, C. 2011. Revisión Regional sobre la Situación y Tendencias en el Desarrollo de la Acuicultura en América
Latina y el Caribe-2010, FAO, Circular de Pesca y Acuicultura 1061/3, Roma, FAO
Países de altos ingresos
-3,7
3,0
1,6
1,4
1,9
Estados Unidos
-3,5
3,0
1,7
2,1
2,4
_____. 2010. La Acuicultura Brasileña al Año 2025: Metas y Estrategias. Informe de Consultoría para el Ministerio
de Pesca y Acuicultura, Brasil, Proyecto FAO/MPA, Santiago-Brasilia
Zona Euro
-4,2
1,8
1,6
-0,3
0,7
Países en desarrollo
2,0
7,4
6,1
5,3
5,9
China
9,2
10,4
9,2
8,2
8,6
Am.Latina y Caribe
-2,0
6,1
4,3
3,5
4,1
Grupo de países
DAES - Naciones Unidas
2009
2010
2011
2012
2013
-2
4,1
2,7
2,5
3,1
Economías desarrolladas
-3,5
2,7
1,4
1,2
1,8
Estados Unidos
-2,6
3,0
1,7
2,1
2,3
Zona Euro
-4,1
1,9
1,5
-0,3
0,9
Economías en desarrollo
2,4
7,5
5,9
5,3
5,8
China
9,1
10,4
9,2
8,3
8,5
Am.Latina y Caribe
-2,1
6,0
4,3
3,7
4,2
Mundo
Fuentes: FMI, World Economic Outlook Abril 2012 y Update Julio 2012
Banco Mundial, Global Economic Prospects Enero y Junio 2012
UN-DESA, World Economic Situation and Prospects 2011 y Update mid-2012
166
Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas –cepal fao iica–
Una mirada hacia América Latina y el Caribe
167
Tasa de crecimiento anual del PIB, en términos reales, por países
4,0
Cuadro A2. Proyecciones de crecimiento en las Américas
2,7
Países
4,2
1,5
2,5
2,5
2013b
8,9
0,9
1,0
2,0
2012b
9,2
0,5
-0,5
1,0
FMI
2011a
0,9
0,2
-8,9
-5,4
2010
8,9
-4,2
2,5
2009
2,0
5,0
-10,3
9,2
1,0
2,8
4,2
-2,1
0,9
2,5
5,0
2011a
0,9
0,2
2,7
3,0
-7,9
-5,4
-0,0
5,1
CEPAL
2010
Argentina
-3,7
2,5
2,7
2009
Bahamas
2,9
4,1
-11,9
Barbados
-0,0
7,5
Antigua y Barbuda
Belice
3,4
4,2
-0,3
na
5,1
4,0
1,8
2,7
na
3,9
4,1
4,2
1,5
2,5
7,5
na
4,5
2,0
3,4
4,7
0,5
2,0
3,2
-0,3
na
7,8
1,5
6,3
Bolivia (Estado Plurinacional de)
-1,0
0,3
1,4
3,1
6,9
Brasil
na
3,6
1,1
3,9
3,5
4,5
-0,7
1,4
3,8
7,8
1,0
4,4
4,2
0,4
-1,3
4,2
3,5
4,3
0,9
2,5
-3,1
2,8
5,6
1,0
4,7
4,7
8,0
-5,7
4,4
3,6
5,9
-1,0
0,9
2,4
1,5
0,5
-5,4
1,5
5,9
1,4
3,6
2,1
3,3
2,8
6,1
Costa Rica
-0,7
1,4
3,9
2,9
-1,4
4,0
Cuba
0,4
-0,0
4,8
-2,1
1,7
Dominica
-3,1
2,9
5,6
-3,1
-0,9
Ecuador
-6,6
4,4
3,2
3,7
5,9
El Salvador
0,5
-5,4
1,3
3,6
6,0
Granada
3,3
2,8
4,0
4,0
Guatemala
2,9
-1,3
5,5
6,6
4,0
6,1
Guyana
-2,1
-6,3
7,5
3,7
1,7
Haití
-3,0
3,9
4,7
-1,0
Honduras
5,6
10,6
Chile
Jamaica
-6,3
7,6
4,5
Colombia
México
3,9
-1,5
8,5
4,7
-1,5
4,5
6,0
10,6
3,8
4,5
5,5
7,6
15,0
4,5
6,9
4,5
-3,8
7,8
8,8
3,9
4,0
3,5
0,9
-1,5
15,0
4,5
6,9
Nicaragua
-3,8
7,8
8,8
Panamá
Paraguay
3,5
2,0
1,8
0,9
2,0
1,0
Perú
-0,4
-2,0
República Dominicana
-1,8
-2,7
2,4
-2,3
5,4
-5,6
1,9
2,4
2,6
4,9
4,5
0,2
1,7
-2,8
3,4
4,5
-2,4
-1,3
-1,3
-2,2
2,5
4,5
-6,9
3,2
-0,0
San Cristóbal y Nieves
-1,1
3,5
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
-3,3
4,0
4,5
3,5
-1,4
5,7
7,3
8,9
-0,0
2,4
7,7
5,7
-3,0
8,9
2,2
3,2
Suriname
2,4
2,1
4,7
Trinidad y Tabago
Uruguay
2,5
4,2
4,1
2,4
3,2
3,7
2,1
-1,5
4,5
1,7
-2,8
6,2
3,0
-3,2
-1,6
-3,5
na
na
4,2
4,3
na
na
-1,5
6,0
na
na
-3,2
-2,0
Venezuela (República Bolivariana de)
Estados Unidos
Canadá
América Latina y el Caribe
a Estimaciones
b Proyecciones
Fuentes: CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe: Estimaciones propias con base en
fuentes oficiales, Información revisada a Mayo 2012
International Monetary Fund, World Economic Outlook Database, April 2012
Cuadro A3. Inflación, poder de compra de las exportaciones y remesas
Índice de precios al consumidor (tasas medias de variación interanuales)
Paises
2005-08
Nivel general
2009
2010
2011
2005-08
Alimentos
2009
2010
Poder de compra de las
exportaciones de bienes y
servicios (índice 2005=100)
2011
2005-08
2009
2010
Argentina
9,5
6,3
10,5
9,0
10,3
2,8
14,4
7,9
121,9
132,7
153,6
Bahamas
2,7
2,1
1,8
1,0
4,5
4,8
-0,8
1,4
na
na
na
Barbados
6,5
3,6
5,8
7,9
8,9
6,7
3,7
5,8
na
na
na
Bolivia (Estado Plurinacional de)
8,1
3,3
2,5
9,5
12,4
3,9
3,4
13,6
131,4
140,1
164,0
Ingresos por remesas de
trabajadores emigrados
(millones de US$)
2010
2011
2012a
Brasil
5,1
4,9
5,0
6,2
5,7
5,8
6,1
8,2
115,0
112,9
140,4
Chile
4,9
1,5
1,5
3,0
7,7
4,1
2,8
6,0
125,0
123,0
148,7
Colombia
5,5
4,2
2,3
3,2
7,8
4,4
1,4
4,6
121,0
139,3
154,7
4.024
4.168
960
Costa Rica
12,0
7,8
5,7
4,7
15,9
9,5
5,2
5,3
115,9
126,5
137,0
505
488
na
Cuba
4,2
-1,2
1,3
1,3
na
na
na
na
108,3
na
na
Ecuador
4,0
5,2
3,6
4,0
7,2
6,1
4,9
6,1
119,5
120,5
137,7
2.592
2.672
na
El Salvador
5,1
0,5
0,9
4,9
6,8
-3,6
0,3
6,9
105,7
98,9
107,1
3.431
3.648
946
Guatemala
8,5
1,9
3,9
5,8
11,3
2,0
3,8
10,3
107,7
118,9
128,5
4.127
4.378
1.058
Haití
13,1
-1,8
5,7
7,9
14,8
-2,6
5,0
9,8
105,8
122,6
104,7
Honduras
8,2
5,5
4,7
6,6
10,2
3,6
1,8
6,0
97,5
87,2
93,3
2.524
2.750
414
Jamaica
13,9
3,1
13,1
6,9
16,3
9,0
12,8
-2,9
na
na
na
1.907
2.026
317
México
4,2
5,3
4,2
3,0
5,8
8,7
3,9
4,6
110,0
94,9
116,4
21.270
22.730
5.372
Nicaragua
12,4
3,0
5,9
7,7
16,4
3,5
4,4
8,3
112,7
135,3
158,7
824
912
250
Panamá
4,1
2,4
3,5
5,4
6,8
5,8
2,9
-4,3
117,4
147,6
149,6
Paraguay
8,7
2,6
4,8
8,1
13,3
1,5
8,4
13,5
140,7
168,4
219,1
Perú
2,8
2,9
1,5
3,3
3,8
4,2
2,5
4,6
123,1
122,2
144,0
2.998
3.201
na
República Dominicana
7,1
1,4
6,3
8,0
5,8
3,9
4,3
8,2
102,7
97,4
103,4
Santa Lucía
4,7
1,5
1,9
-0,3
na
na
na
na
na
na
na
Suriname
10,5
-0,1
5,1
16,8
na
na
na
na
na
na
na
Trinidad y Tabago
8,8
7,0
10,5
4,1
22,4
11,6
22,8
7,7
na
na
na
Uruguay
6,8
7,1
6,7
7,5
9,8
6,1
6,9
9,1
113,0
144,0
163,4
Venezuela (República Bolivariana de)
19,9
28,6
29,1
24,5
28,7
30,5
34,6
26,1
119,3
96,8
103,3
a Se refiere al primer trimestre. Enero y febrero en el caso de Honduras y Jamaica
Fuentes:CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe: Estimaciones propias con base en fuentes oficiales, Información revisada a Agosto 2012
Información revisada al 03/AGO/2012
Cuadro A4. Producto interno bruto y valor agregado agrícola
Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca
como proporción del Valor agregado total (%)
2005-08
2009
2010
2011
2005-08
2009
2010
2011
2009
2010
2011
13.539
5.259
24.144
15.183
4.040
1.089
5.014
8.028
3.649
5.036
4.355
5.733
2.965
2.952
6.799
2.231
1.898
452
1.500
4.268
8.391
926
5.404
1.333
3.175
4.057
11.390
5.462
5.658
3.026
13.784
5.644
6.030
5.214
5.187
7.443
12.496
5.762
22.140
14.868
4.017
1.164
5.262
8.228
3.854
5.208
4.833
6.293
3.119
2.936
6.472
2.256
2.071
459
1.507
4.135
7.953
926
6.230
1.334
3.535
4.488
10.815
5.584
5.824
3.402
14.208
6.289
6.199
5.322
5.297
7.409
11.378
6.229
22.024
14.895
4.041
1.192
5.609
8.646
3.953
5.379
4.948
6.353
3.196
2.962
6.469
2.266
2.158
427
1.519
4.068
8.313
956
6.601
1.509
3.801
4.773
10.554
5.430
5.940
3.614
14.152
6.826
6.010
5.578
5.557
7.382
11.015
6.716
22.206
14.989
4.063
1.232
5.715
9.078
4.131
5.527
5.071
6.410
3.414
2.989
6.544
2.297
2.256
444
1.537
4.106
8.558
988
7.190
1.543
4.016
4.924
10.821
5.571
6.020
3.749
13.906
7.192
6.164
5.756
5.736
7.391
2,0
9,0
2,0
1,6
12,5
13,9
6,8
4,5
8,0
9,1
4,0
13,1
7,2
11,1
4,4
12,8
22,8
na
13,5
6,2
3,4
18,8
6,4
24,2
7,0
7,1
1,4
6,4
3,8
6,3
0,5
9,4
3,7
5,7
5,8
3,4
1,5
7,1
2,1
1,7
9,9
13,2
6,8
4,3
7,5
8,5
3,8
13,0
7,6
11,5
5,7
12,8
21,0
na
13,2
6,9
3,5
19,2
5,3
21,8
6,7
7,2
1,2
7,5
4,2
6,6
0,3
8,4
3,8
5,6
5,7
3,5
2,1
8,3
2,1
1,6
9,7
12,6
6,7
4,2
7,3
8,6
3,5
11,6
7,4
11,7
5,4
12,4
20,6
na
13,1
7,1
3,4
19,6
4,2
25,6
6,4
7,1
1,2
6,2
3,4
7,2
0,5
7,8
3,9
5,7
5,7
3,6
2,3
7,6
2,3
na
na
12,4
6,8
4,4
7,0
8,4
na
12,0
7,4
11,1
5,6
12,4
20,0
na
13,4
na
3,2
19,2
4,0
25,7
6,3
7,2
1,3
5,3
2,5
7,2
0,5
7,7
3,6
5,6
5,6
2,6
-25,2
-15,7
4,6
3,0
-2,2
3,7
-3,1
-5,6
-0,7
-2,8
-0,2
1,5
1,5
-2,9
12,1
3,8
1,3
na
-1,4
12,1
-4,4
-0,2
-7,8
-17,3
1,7
12,5
-10,6
15,2
-5,4
12,1
-32,4
1,6
1,0
-3,8
-3,9
4,2
26,7
28,0
4,2
-6,3
0,6
-1,2
6,3
2,3
1,0
6,4
-6,0
-10,6
-0,2
3,1
-6,0
-0,3
2,3
na
1,8
2,2
4,0
6,5
-14,6
34,2
3,2
5,5
-1,9
-18,6
-15,7
15,8
60,2
0,5
0,9
6,6
6,6
3,9
6,8
-2,2
7,2
na
na
3,2
3,9
11,8
2,2
0,5
na
6,0
6,4
-3,8
4,2
3,6
2,7
na
5,6
na
-3,0
2,5
-2,9
4,2
4,9
5,5
6,7
-14,4
-28,0
3,6
-4,1
4,4
-2,4
1,6
1,6
1,4
Países
Antigua y Barbuda
Argentina
Bahamas
Barbados
Belice
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
Dominica
Ecuador
El Salvador
Granada
Guatemala
Guyana
Haití
Honduras
Jamaica
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
San Cristóbal y Nieves
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabago
Uruguay
Venezuela (República Bolivariana de)
América Latina y el Caribe
América Latina
El Caribe
Tasa de variación interanual del valor
agregado del sector Agricultura,
ganadería, caza, silvicultura y pesca
(%)
Producto Interno Bruto por habitante (dólares
constantes de 2005 por habitante)
Fuente: CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe : Estimaciones propias con base en
fuentes oficiales, Información revisada a Mayo 2012
Cuadro A5. Empleo agrícola y rural
PROPORCIÓN DE
OCUPADOS EN LA
AGRICULTURA 1
PAISES
Porcentaje de la
población ocupada 4
INSERCIÓN LABORAL DE LA POBLACIÓN ECONOMICAMENTE ACTIVA OCUPADA RURAL 2, 3
(porcentajes)
Empleadores
Asalariados agrícolas
Asalariados no agrícolas Cuenta Propia Agrícola
Cuenta Propia no
Agrícola
2000
2009/2010
1999/00
2009/2010
1999/00
2009/2010
1999/00
2009/2010
1999/00
2009/2010
1999/00
2009/2010
Bolivia (99-07)
36,8
33,7
1,2
3,1
2,7
3,3
6,5
10,2
82,1
73,0
7,5
10,4
Brasil (99-09)
22,8
17,0
2,0
2,2
15,6
16,8
18,6
23,0
56,4
49,9
7,3
8,0
Chile (00- 09)
13
11,4
2,4
2,8
40,2
34,4
23,0
36,7
22,8
15,5
8,1
10,5
Colombia (99-10)
22
18,5
3,7
5,6
25,9
22,5
21,3
12,5
27,9
38,6
21,2
20,8
Costa Rica (99-10)
16,9
15,0
8,2
3,4
21,3
23,8
47,9
48,0
9,5
11,0
13,1
13,8
Ecuador (00-10)
28,5
28,2
El Salvador (99-10)
20,7
22,2
4,1
3,1
20,2
20,0
30,5
28,6
26,3
28,1
18,8
20,2
Guatemala (98-10)
36,5
33,8
2,0
1,9
26,6
16,0
16,3
21,6
34,8
40,0
20,2
20,6
Honduras (99-10)
34
37,5
3,1
1,3
16,4
16,8
17,1
15,5
41,3
45,3
22,1
21,1
México (02-10)
17,5
13,5
3,3
13,9
15,7
15,8
36,7
45,9
25,4
11,6
18,9
12,7
Nicaragua (98-05)
32,4
2,0
3,3
22,8
23,7
20,2
20,0
44,6
39,7
10,5
13,3
Panamá (02-10)
17
18,1
2,0
2,6
14,2
13,0
25,8
31,6
39,3
35,2
18,7
17,5
Paraguay (99-10)
30,8
25,8
3,4
3,6
7,2
6,8
19,8
23,2
54,0
51,8
15,6
14,6
32
31,6
5,0
5,1
8,2
10,2
6,3
13,5
69,5
58,4
11,0
12,9
15,9
14,5
1,7
2,5
5,5
4,8
31,1
33,9
35,0
28,6
26,7
30,3
Perú c/ (03-10)
República Dominicana (02-10)
9,8
Uruguay (10)
Venazuela
9,5
32,4
22,0
10,6
Fuente:
1/ CEPAL, Anuario Estadístico 2011
2/ CEPAL, Panorama Social 2011 (sobre la base de tabulaciones especiales de encuestas de hogares de los respectivos países.)
3/ Con una edad de referencia de 15 años para la PEA
4/ Año más cercano al que encabeza la columna.
28,5
7,5
Cuadro A6. Pobreza , pobreza extrema e ingresos medios
POBREZA , POBREZA EXTREMA E INGRESOS MEDIOS
INGRESO MEDIO MENSUAL DE LOS
HOGARES (17 países)
(múltiplos de la línea de pobreza)
INCIDENCIA DE LA POBREZA 1 Y DE LA POBREZA EXTREMA (18 países),
(porcentajes)
PAÍSES
Pobreza Total País 2
Pobreza Zona Rural
2003/05
2009/10
Pobreza Extrema Total
País 2
Pobreza Extrema Zona
Rural
2003/05
2009/10
2003/05
11,1
2,8
Zona Rural
2003/05
2009/10
Argentina (04-06)
29,4
8,6
Bolivia (04-07)
63,9
54,0
80,6
75,8
34,7
31,2
58,8
59,0
6,8
Brasil (05-09)
36,3
24,9
53,2
39,3
10,6
7,0
22,1
15,2
10,8
12,5
Chile (03-09)
18,7
11,5
20,0
10,4
4,7
3,6
6,2
4,4
13,9
Colombia (05-00)
46,8
44,3
50,5
62,7
20,2
14,8
25,6
26,7
8,3
Costa Rica (05-00)
21,1
18,5
22,7
20,8
7,0
6,8
9,0
9,9
Ecuador (05-00)
48,3
39,2
54,5
43,2
21,2
16,4
29,2
20,8
El Salvador (04-00)
47,5
46,6
56,8
55,8
19,0
16,7
26,6
Honduras (03-00)
74,8
67,4
84,8
76,5
59,3
42,8
69,4
México (04-00)
37,0
36,3
44,1
42,9
11,7
13,3
19,3
Nicaragua (05)
61,9
Panamá (05-00)
31,0
25,8
47,2
44,8
14,1
12,6
27,5
26,6
11,4
11,6
6,8
7,3
Paraguay (05-00)
60,5
54,8
68,1
66,6
32,1
30,7
44,2
46,8
5,5
6,2
4,8
5,2
Perú (05-00)
48,7
31,3
70,9
54,2
17,4
9,8
37,9
23,3
7,7
9,5
3,4
5,1
República Dominicana (05-00)
47,5
41,4
51,4
45,2
24,6
20,9
28,8
26,5
7,9
8,6
6,2
6,6
Uruguay (05-00)
18,8
8,4
4,2
4,1
Venezuela (05-00)
37,1
27,8
15,9
América Latina 3 (05-00)
39,8
31,4
58,8
71,5
31,9
2009/10
Zona Urbana
2003/05
2009/10
2004/05
2009/10
8,8
18,8
2,9
3,5
6,3
7,8
14,8
11,1
12,5
8,1
6,2
4,4
10,7
11,3
9,8
10,7
7,4
7,7
5,8
6,3
23,5
6,7
6,0
5,2
4,9
56,8
5,6
5,8
3,1
4,4
21,3
8,9
7,8
7,1
6,7
46,1
7,3
1,4
5,3
1,1
10,1
10,7
10,7
52,6
15,4
12,3
32,5
30,0
Fuente: CEPAL, Panorama Social 2011 (sobre la base de tabulaciones especiales de encuestas de hogares de los respectivos países.)
1/ Incluye a las personas bajo la línea de indigencia o en situación de indigencia (extrema pobreza).
2/ Los datos de Argentina y en Uruguay anterior a 2007 corresponden al Total Urbano
3/ Estimación para 18 países de la región más Haití.
Cuadro A7. Crecimiento anual acumulado del comercio por sectores
CULTIVOS
PAISES
Exportaciones (%)
2000/05
2005/11
PECUARIO
Importaciones (%)
2000/05
2005/11
Exportaciones (%)
2000/05
2005/11
PESCA
Importaciones (%)
2000/05
2005/11
Exportaciones (%)
2000/05
2005/11
FORESTAL
Importaciones (%)
2000/05
2005/11
Antigua y Barbuda
Argentina
10,7
Bahamas
13,5
-4,1
13,0
-31,5
18,6
6,0
3,8
-14,5
16,7
7,1
13,0
2005/11
2000/05
2005/11
0,0
0,0
0,0
0,0
16,4
3,4
-2,6
6,3
-1,0
3,9
55,2
5,5
2,9
4,1
5,6
4,4
7,1
-11,7
6,5
3,3
-0,9
-19,4
8,8
-0,1
33,3
82,9
-5,4
1,6
Belice
11,5
0,0
1,2
13,3
29,6
-60,2
0,5
3,5
24,0
-8,0
-3,6
-12,7
-7,2
30,5
-10,8
7,8
Bolivia (Estado Plurinacional de)
10,1
13,2
-1,1
13,5
2,5
8,8
-4,2
8,9
-19,6
29,4
9,7
9,1
3,5
11,5
Brasil
17,4
17,4
-3,3
20,0
31,8
11,5
-13,0
23,4
11,1
-8,5
-1,1
24,3
13,4
6,5
0,8
10,7
Canadá
7,2
12,7
9,2
9,5
4,7
2,7
2,5
9,4
5,7
1,5
3,8
6,8
2,6
-6,3
4,3
-0,9
Chile
8,8
15,0
6,6
14,7
35,3
6,1
14,5
14,8
10,2
2,4
16,0
14,1
10,3
8,3
13,5
9,7
Colombia
7,1
7,4
6,1
16,6
28,7
-17,0
-11,3
17,9
-1,7
1,4
10,5
15,7
13,5
7,8
6,5
7,9
Costa Rica
5,6
6,3
7,4
14,3
10,3
9,9
1,5
16,9
-0,8
1,4
9,5
12,9
8,7
12,3
4,0
1,9
-10,1
-7,2
-6,5
14,5
0,1
9,2
6,2
Ecuador
10,1
14,0
16,4
14,7
El Salvador
0,3
9,9
8,7
Estados Unidos
4,6
13,0
8,4
Granada
-9,8
1,8
Guatemala
2,7
Guyana
6,3
Honduras
Jamaica
14,7
-2,8
2000/05
4,5
Dominica
3,3
-6,7
Importaciones (%)
Barbados
Cuba
-30,8
-1,2
Exportaciones (%)
6,5
86,0
3,6
-11,5
37,3
1,8
12,0
50,7
-1,7
-59,6
6,1
2,2
4,9
12,5
-1,1
-15,9
13,2
-18,8
27,4
16,0
16,4
9,5
13,2
20,1
77,3
24,0
6,9
7,4
8,6
8,9
-0,6
14,2
6,0
12,8
26,8
3,3
39,0
6,3
10,9
22,8
3,1
6,5
7,7
-1,8
13,3
5,3
0,1
6,1
3,7
4,5
4,0
1,5
5,9
5,6
-9,9
3,4
12,4
-17,5
57,1
4,3
11,4
-2,3
-4,1
4,2
16,3
0,0
0,0
16,7
13,6
12,7
4,3
14,4
10,0
8,5
-3,8
35,3
29,9
16,6
18,4
1,8
7,9
7,6
9,4
6,0
16,4
9,6
7,7
6,0
4,9
2,9
-4,8
-10,9
2,1
2,2
-0,9
16,2
2,0
35,6
0,7
29,5
-1,6
20,5
-0,6
20,2
20,9
-0,1
7,6
22,3
32,0
77,2
21,5
14,0
-19,5
0,3
11,6
2,6
0,0
6,5
6,9
14,0
-1,7
7,2
4,5
2,4
-3,5
-3,5
5,9
3,4
98,1
58,4
-7,1
3,6
Haití
México
7,9
8,9
8,7
8,6
6,6
4,4
6,2
4,5
-2,0
4,3
21,2
4,7
8,1
4,9
8,8
4,6
Nicaragua
5,8
17,1
4,1
17,4
13,8
25,9
-4,4
13,5
3,4
6,2
-12,1
8,3
-3,3
-3,8
9,3
8,6
Panamá
3,5
10,9
25,5
1,2
-9,5
15,2
11,0
-10,4
12,9
30,0
12,3
5,5
3,5
Paraguay
16,6
23,9
-3,8
19,6
23,3
20,8
-1,8
19,9
27,3
-34,8
-2,3
31,0
-3,6
16,4
14,7
16,9
Perú
16,3
19,8
10,5
17,3
45,2
16,6
3,3
14,8
7,0
10,5
18,7
30,6
9,7
-4,4
12,7
14,3
8,5
46,3
30,3
0,4
8,0
República Dominicana
5,6
0,3
-5,5
1,0
26,7
San Cristóbal y Nieves
-24,5
54,2
-0,2
15,6
-12,4
20,0
4,2
8,1
-4,5
59,7
1,1
15,7
0,0
0,0
0,0
0,0
San Vicente y las Granadinas
-6,1
-0,4
1,9
14,2
16,4
9,9
7,0
5,5
-14,6
7,7
9,4
0,6
58,5
55,9
-24,4
5,1
Santa Lucía
-0,8
0,0
5,0
4,8
140,2
6,5
-60,5
8,4
Suriname
0,5
13,9
19,6
18,6
Trinindad y Tobago
3,5
-4,6
13,0
7,0
-8,5
5,8
5,4
11,9
-6,6
1,7
22,2
7,4
-8,4
41,6
10,7
-1,3
Uruguay
11,0
31,4
-5,4
24,1
17,0
11,5
15,0
9,8
5,8
8,1
8,2
27,8
17,9
41,8
-4,8
7,7
Venezuela (Rep. Bolivariana de)
-9,2
-22,0
1,8
8,8
-30,0
14,8
8,1
-14,8
-3,6
-6,5
0,3
-16,2
0,7
10,6
Fuente:: Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura sobre la base de información oficial de Naciones Unidas (COMTRADE) y FAO (FAOSTAT).
Nota: ARG, BRB, BLZ, CHL, DMA, SLV, GTM, GUY, JAM, MEX, NIC, PAN, DOM, VCT, TTO, URY, el último período es 2005/10
Para GRD, KNA el último período es 2005/08. Para HND, el último período es 2005/2007.”
Cuadro A8. Participación de las exportaciones sectoriales en las exportaciones totales de mercancías
(crecimiento anual acumulado, porcentajes)
PAISES
CULTIVOS
PECUARIO
PESCA
Cuadro A9. Tasa de crecimiento anual acumulado de la producción según sectores, porcentajes
FORESTAL
PAISES
1,5
2,5
8,9
-4,5
0,5
1,3
-6,8
-2,9
-0,8
-17,0
-3,2
-5,2
-4,3
1,4
9,9
-9,2
4,5
-3,3
-3,5
2,5
-1,4
-0,0
0,9
-3,5
-27,2
-1,1
-11,9
-10,5
1,4
-19,2
3,0
-39,0
7,9
-3,7
-4,0
5,5
11,2
5,8
-7,0
0,8
-2,3
2,1
-14,2
5,9
-3,9
1,7
-1,9
-11,4
12,2
4,4
-2,4
-39,5
2,1
5,0
14,6
38,9
-3,3
-3,8
15,1
43,9
8,8
5,0
26,6
-11,1
12,8
-1,1
16,0
16,8
3,6
-1,9
-30,1
-5,2
-4,9
0,5
-7,7
7,8
18,7
-5,1
1,3
6,0
-2,3
6,7
20,5
-15,5
22,6
113,4
-20,9
6,9
-37,7
-3,9
-38,3
-8,5
-61,7
-7,8
0,2
1,3
-2,4
-28,2
4,2
43,6
14,0
-10,8
6,2
48,3
-0,3
-3,4
-26,5
12,9
0,1
5,0
-50,7
-0,4
2,2
2,6
8,1
6,6
6,6
-2,3
180,1
-9,4
-2,9
21,1
-4,9
-0,1
-5,5
-10,8
-6,8
-9,2
57,2
-5,7
20,9
2,7
19,0
-14,9
1,2
29,6
-6,9
-7,0
-3,7
7,2
10,2
-11,2
-7,9
-10,1
-64,9
-19,3
-3,4
-24,2
-2,9
-13,4
-16,4
-11,5
-26,3
-17,7
0,2
-5,8
-12,2
-3,9
-57,7
1,4
-19,4
-2,7
-9,5
17,9
-14,6
30,4
1,6
-0,0
-11,5
-51,1
-46,2
-3,1
37,6
43,8
4,5
2,6
-5,3
67,4
6,71
-9,37
-4,86
-2,95
-2,98
-5,49
2,98
2,14
-1,65
17,27
6,77
5,81
-1,69
-6,57
-5,94
105,21
39,08
-7,46
-4,29
-7,57
0,17
-6,67
6,43
4,19
-4,26
-2,36
-0,66
4,79
0,48
-11,35
-11,12
-20,90
91,19
2,64
-9,95
25,53
-16,59
-8,94
15,13
71,05
1,82
-22,69
-38,48
-4,06
-16,16
36,32
-9,94
57,61
-3,54
66,92
-20,77
7,67
-10,75
48,64
35,31
Fuente: Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura sobre la base de información oficial de Naciones Unidas
(COMTRADE) y FAO (FAOSTAT).
Nota: ARG, BRB, BLZ, CHL, DMA, SLV, GTM, GUY, JAM, MEX, NIC, PAN, DOM, VCT, TTO, URY, el último período es
2005/10 Para GRD, KNA el último período es 2005/08. Para HND, el último período es 2005/2007.”
PECUARIO
ACUÍCOLA1
FORESTAL2
2000/05 2005/10 2000/05 2005/10 2000/05 2005/10 2000/05 2005/10
2000/05 2005/11 2000/05 2005/11 2000/05 2005/11 2000/05 2005/11
Antigua y Barbuda
Argentina
Bahamas
Barbados
Belice
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Brasil
Canadá
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
Dominica
Ecuador
El Salvador
Estados Unidos
Granada
Guatemala
Guyana
Haití
Honduras
Jamaica
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
San Cristóbal y Nieves
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tobago
Uruguay
Venezuela (República Bolivariana de)
CULTIVOS
Antigua y Barbuda
Argentina
Bahamas
Barbados
Belice
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Brasil
Canadá
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
Dominica
Ecuador
El Salvador
Estados Unidos
Granada
Guatemala
Guyana
Haití
Honduras
Jamaica
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
San Cristóbal y Nieves
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tobago
Uruguay
Venezuela (República Bolivariana de)
-2,01
3,94
-1,75
-4,42
-0,20
5,26
5,35
3,27
2,36
2,82
1,93
-12,16
-4,82
2,96
-0,78
1,59
-1,84
5,82
1,60
1,26
9,33
-4,07
2,07
4,30
1,20
8,73
0,81
2,53
-6,24
2,25
-5,16
-3,65
-17,96
9,87
1,14
2,04
1,26
2,23
-5,04
-2,54
4,13
9,14
0,79
-2,67
-4,45
-1,67
0,20
3,97
3,99
3,35
1,55
0,10
0,19
-1,30
1,76
4,53
4,03
0,52
3,05
0,01
4,25
5,33
1,96
-35,72
3,84
2,57
6,74
-34,67
10,40
1,23
-3,55
-0,38
2,16
2,07
9,85
5,19
4,86
0,42
2,78
2,58
1,53
-6,46
-3,50
16,02
2,30
0,99
0,45
2,70
6,98
1,71
4,38
1,13
1,99
2,92
1,52
2,09
3,80
1,53
-0,63
-2,52
8,75
1,70
7,43
2,40
-1,33
4,62
1,12
2,26
1,79
0,30
3,03
2,99
0,47
1,45
3,03
3,91
10,01
7,02
3,81
2,80
1,45
4,40
1,67
2,42
2,85
0,99
-0,13
1,80
4,84
3,66
3,75
5,73
5,14
-3,67
3,61
2,69
3,84
-2,04
1,32
5,84
11,30
0,16
1,71
-6,80
-12,19
2,55
3,32
2,36
3,25
-2,54
0,36
-10,73
-14,60
-4,06
32,84
0,94
2,29
-12,97
2,39
6,33
16,33
10,28
-0,38
4,48
-0,87
-13,97
-1,21
-1,00
-1,41
-45,63
-6,38
5,78
1,66
3,07
5,03
-5,18
-4,43
-0,35
12,77
14,46
3,60
5,02
-2,71
-6,26
-1,58
1,62
2,50
5,14
3,61
-4,35
-3,00
4,20
8,28
-4,44
0,44
-13,09
-1,48
3,39
8,67
-6,75
-21,12
-10,46
4,59
71,72
63,73
6,52
1,04
-3,03
-11,13
-6,39
10,75
0,00
11,92
0,00
3,17
1,66
0,87
4,22
-2,69
-2,47
8,55
3,28
-1,69
0,27
0,52
16,86
0,00
-1,05
1,08
1,02
-9,87
1,37
-0,10
-0,29
-5,46
0,00
2,01
0,12
-7,28
2,11
3,31
0,33
0,22
-0,90
-0,38
0,31
0,05
1,01
-0,04
0,15
2,10
-0,88
0,36
-1,24
-2,71
0,45
0,34
-3,25
1,03
-1,30
7,40
0,42
-2,74
15,36
2,72
-1,89
0,00
4,61
-5,33
14,58
4,09
Fuente: Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura sobre la base de información oficial de FAO (FAOSTAT).
1/Comprende toda la producción (acuacultura y captura) tanto de aguas oceanicas como aguas continentales.
Fuente: FISGSTAT FAO. Disponible en: http://www.fao.org/fishery/topic/16140/en
2/ Comprende toda la madera obtenida de las extracciones, es decir las cantidades extraídas de los bosques y de árboles
situados fuera de ellos, incluida la madera recuperada de pérdidas naturales, de la corta y de las operaciones de explotación
durante el período (año civil o ejercicio forestal).
Cuadro A10. Uso de la tierra en las américas por categoría (1.000 ha)
País
Antigua y Barbuda
Superficie
Superf Agríc
total de la
Total (SAT) *
tierra *
Superficie
Arable
y Cult.
Perman
(SACP)*
% SACP/
SAT
Superficie
a praderas
y pastos
(SPP) *
%SPP/SAT
Superficie
Áreas
forestal * protegidas **
44,0
13,0
9,0
0,7
4,0
0,3
9,8
Argentina
273.669,0
140.500,0
32.000,0
0,2
108.500,0
0,8
29.879,6
Bahamas
1.001,0
14,0
12,0
0,9
2,0
0,1
515,0
Barbados
43,0
19,0
17,0
0,9
2,0
0,1
8,4
Belice
21515***
2.281,0
152,0
102,0
0,7
50,0
0,3
1.412,2
108.330,0
36.954,0
3.954,0
0,1
33.000,0
0,9
57.811,2
Brasil
845.942,0
264.500,0
68.500,0
0,3
196.000,0
0,7
523.910,8
Canadá
909.351,0
67.600,0
52.150,0
0,8
15.450,0
0,2
310.134,0
Chile
74.353,2
15.742,0
1.727,0
0,1
14.015,0
0,9
16.155,8
Colombia
110.950,0
42.540,0
3.354,0
0,1
39.186,0
0,9
60.701,0
17.066,90
70.530,00
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Costa Rica
5.106,0
1.800,0
500,0
0,3
1.300,0
0,7
2.559,4
Cuba
10.644,0
6.655,0
4.025,0
0,6
2.630,0
0,4
2.800,8
Dominica
Ecuador
El Salvador
Estados Unidos
Granada
75,0
24,5
22,5
0,9
2,0
0,1
45,2
24.836,0
7.534,0
2.548,0
0,3
4.986,0
0,7
10.260,2
14.334,90
2.072,0
1.544,0
907,0
0,6
637,0
0,4
295,8
14.508,80
914.742,0
403.451,0
165.451,0
0,4
238.000,0
0,6
303.256,4
1.355,80
330,9
34,0
12,5
11,5
0,9
1,0
0,1
17,0
Guatemala
10.716,0
4.395,0
2.445,0
0,6
1.950,0
0,4
3.769,4
Guyana
19.685,0
1.675,0
445,0
0,3
1.230,0
0,7
15.205,0
Haití
2.756,0
1.840,0
1.350,0
0,7
490,0
0,3
102,6
Honduras
11.189,0
3.190,0
1.430,0
0,4
1.760,0
0,6
5.432,0
Jamaica
1.083,0
449,0
220,0
0,5
229,0
0,5
337,9
México
194.395,0
102.833,0
27.833,0
0,3
75.000,0
0,7
65.112,4
Nicaragua
12.034,0
5.146,0
2.130,0
0,4
3.016,0
0,6
3.254,0
Panamá
7.434,0
2.230,0
695,0
0,3
1.535,0
0,7
3.274,6
Paraguay
39.730,0
20.900,0
3.900,0
0,2
17.000,0
0,8
17.939,2
Perú
128.000,0
21.440,0
4.440,0
0,2
17.000,0
0,8
68.292,0
República Dominicana
4.832,0
2.467,0
1.270,0
0,5
1.197,0
0,5
1.972,0
San Cristóbal y Nieves
26,0
5,5
4,2
0,8
1,3
0,2
11,0
San Vicente y las Granadinas
39,0
10,0
8,0
0,8
2,0
0,2
26,5
61,0
11,0
10,0
0,9
1,0
0,1
47,0
15.600,0
81,4
64,0
0,8
17,4
0,2
14.765,2
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabago
Uruguay
Venezuela (Rep. Bolivariana de)
Américas
800,6
513,0
54,0
47,0
0,9
7,0
0,1
227,8
17.502,0
14.807,0
1.912,0
0,1
12.895,0
0,9
1.654,4
88.205,0
21.400,0
3.837.273,2 1.191.988,9
ALC + México
2.013.180,2 720.937,9
* Fuente: FAO, FAOSTAT (año 2009).
** Fuente: CEPAL, CEPALSTAT (año 2007; *** año 2006).
3.400,0
0,2
18.000,0
0,8
46.850,2
386.893,2
0,3
805.095,7
0,7
1.568.045,9
169.292,2
0,2
551.645,7
0,8
954.655,5
41,6
3.089,00
3163,6***
18.700,40
255.839,40