DEMOCRACIA | | Actualitzat el 28/04/2022 a les 11:25
Elecciones en Eslovenia: cambio
de rumbo e incógnitas
Como ya previmos aquí hace apenas un año, el Gobierno de Janez Jan?a, líder del Partido
Democrático Esloveno (Slovenska demokratska stranka, SDS; derecha), consiguió agotar la VIII
Legislatura de la Asamblea Nacional de Eslovenia, manteniéndose precariamente en el poder
hasta los comicios del pasado 24 de abril. Sin embargo, dicha jornada culminó con la victoria
inapelable del novedoso Movimiento Libertad (Gibanje Svoboda, GS, liberal-verde) de
Robert Golob, quien será en breve el nuevo primer ministro. Junto a estos dos partidos, sólo
Nueva Eslovenia (Nova Slovenija, NSi, derecha cristiana), los Socialdemócratas (Socialni
demokrati, SD, centro-izquierda) y la Izquierda (Levica, izquierda) han conseguido obtener
representación en la Asamblea Nacional.
Estas elecciones, eclipsadas en el plano internacional por la segunda vuelta de las
presidenciales francesas, han sido para el vencedor un "momento histórico en el que la sociedad
civil y los partidos han firmado un nuevo acuerdo social". Ciertamente, los resultados apuntan a
una voluntad masiva de la población eslovena de iniciar una etapa diferente a la marcada por
Jan?a (éste ha sido su tercer mandato, en periodos no consecutivos), si atendemos a la
participación y a la reordenación de gran parte del panorama de partidos esloveno. No obstante,
también se ha observado la fortaleza del SDS, a pesar de no haber ganado, así como algunas
incógnitas que trataremos al final de este artículo.
Participación (casi) récord
La participación en las elecciones parlamentarias en Eslovenia venía declinando desde 1992,
cuando el 86% del electorado votó en las primeras celebradas tras la independencia, hasta el 53%
de 2018, con algunos picos en el rango del 65%-70%. En los comicios del domingo pasado votó
algo más del 70% del electorado, 17 puntos más que en los anteriores, suponiendo la tercera
participación más alta de la historia.
[telegram]Lo anterior se explica en parte por los efectos de las restricciones impuestas por el
Gobierno durante la pandemia, muy discutidos; por el aumento del precio de la vida,
ejemplificados en los precios de la vivienda y de los suministros; y por el hartazgo con el actual
primer ministro, en contra del que se ha movilizado gran parte del electorado. Golob y el
Movimiento Libertad han sabido capitalizar mejor que nadie este escenario, siendo
recompensados con el 35% de los votos y 41 escaños. Nunca ningún partido consiguió
acumular tal número de parlamentarios, muy cerca de los 46 que otorgan la mayoría
absoluta (el récord estaba en 36, logrados por Miro Cerar en 2014).
El 'momento Golob'
Golob ha supuesto un auténtico terremoto en el panorama partidista esloveno. Es cierto que
Eslovenia es especialmente prolífica generando partidos personalistas, aupándolos al
poder y haciéndolos desaparecer rápidamente (tres de los cuatro últimos primeros
ministros dirigían formaciones de este tipo), pero su Movimiento Libertad ha dinamitado el centroizquierda, expulsando de la Asamblea Nacional a los partidos de Alenka Bratu?ek y Marjan
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?arec, que tuvieron tareas de gobierno hasta hace muy poco; ha reducido a la mitad los escaños
de los Socialdemócratas, e incluso impactado fuertemente en los resultados de la Izquierda.
Paradójicamente, estos dos partidos deberán ahora aportar los diputados que hacen falta para
sumar mayoría absoluta y alcanzar así el objetivo de que Jan?a no repita mandato, dando
además estabilidad al nuevo Gobierno vía acuerdo de coalición, cuyo alcance todavía está por
decidir y en la que la asimetría de fuerzas será evidente.
En cuanto a Jan?a, puede considerarse que su SDS ha sido el gran derrotado, a pesar de
aumentar su presencia parlamentaria respecto a los últimos comicios (de 25 a 27 escaños).
Esto, no obstante, denota que su líder disfruta de un apoyo muy estable, siempre rondando el
25%-30%, que no sufre grandes variaciones a pesar de que la participación fluctúe. Sin embargo,
su forma abrasiva de hacer política ha logrado unificar a todo el espacio de
centroizquierda en una suerte de 'anti-jan?ismo' que ha acabado por provocar su caída, toda
vez que la fragmentación de voto ha provocado que ningún partido de derechas, excepto Nueva
Eslovenia, haya conseguido superar el 4% mínimo que permite obtener representación
parlamentaria. Como ha señalado irónicamente Zdravko Petak, "no es que Jan?a haya perdido
las elecciones, es que se ha quedado sin nadie con quien coaligarse".
Gráfico 1.- Partido más votado en cada una de los 88 distritos electorales
Fuente: Comisión Nacional Electoral.
Por último, otra consecuencia de la irrupción de Golob se hará patente cuando se constituya la
próxima Legislatura, en forma de una reducción notable de partidos presentes en la Asamblea
Nacional. Hasta el 24 de abril, nueve partidos ocupaban escaños, cuando a partir de ahora
serán sólo cinco. De ellos, solo Movimiento Libertad y SDS superan los 10 diputados, mientras
que en la Asamblea anterior cuatro partidos alcanzaban esa cifra. Además, la fragmentación del
voto en multitud de partidos ha provocado que alrededor del 25% de las papeletas haya ido a
parar a formaciones que se han quedado fuera del Parlamento.
Victoria amplia, aunque con incógnitas
¿Cómo ha podido Golob, un candidato sin partido hasta hace pocos meses, obtener una
victoria tan clara? Varios factores lo explican: en primer lugar, el electorado esloveno es muy
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volátil, con elevados porcentajes de votantes cambiando el sentido de su voto de unos
comicios a otros; en segundo lugar, como explican Kevin Deegan-Krause y Tim Haughton en The
new party challenge, los votantes que abandonan los partidos tradicionales para votar a
formaciones como Movimiento Libertad ya no vuelven a dichos partidos, a pesar de que puedan
cambiar de preferencia rápidamente (pero siempre entre opciones de nuevo cuño); en tercer
lugar, Movimiento Libertad acoge en su estructura a cuadros de partidos ya
desaparecidos, por lo que ha contado con el músculo y la experiencia necesarios para
encarar un proceso electoral como éste; y, en cuarto lugar, Golob ha mantenido una calculada
ambigüedad en el debate izquierda vs. derecha, tratando de atraer votantes de toda condición.
Sin embargo, como se ha señalado, los 41 parlamentarios de Golob no son suficientes para
gobernar en solitario, por lo que necesita que otros partidos sumen sus escaños para poder
alcanzar una mayoría sólida. En principio, esto se logrará con el apoyo de los Socialdemócratas,
que con sus siete diputados permitirían a una hipotética coalición gobernar con tranquilidad.
Además, se espera que la Izquierda (cinco diputados) pueda sumarse a acuerdos puntuales,
obteniendo así una mayoría por encima de los 50 escaños cuando la situación lo requiera.
No obstante, a pesar de que los partidos implicados parecen estar de acuerdo en lo fundamental
(echar a Jan?a y formar Gobierno pronto, en previsión de posibles empeoramientos de la situación
sanitaria), esto no significa que vayan a conseguir trabajar en armonía durante los próximos cuatro
años. En Eslovenia, los gobiernos de coalición se deshacen rápidamente, los
parlamentarios abandonan sus partidos, o incluso cambian de bando, y formaciones
enfrentadas alcanzan acuerdos de mínimos para acceder al poder. Por tanto, será necesario
observar cómo afectan los acontecimientos a la salud del próximo Ejecutivo.
Y Jan?a, ¿qué hará ahora?
Para terminar, es interesante referirse a la figura de Jan?a. Como se ha visto, sus resultados no
han sido del todo negativos, por supuesto salvando el hecho de que no le dan para gobernar. Sin
embargo, existe la percepción de que, ahora sí, podríamos estar asistiendo al principio del fin de su
carrera política. Lo más probable es que se mantenga como líder de la oposición, en parte
también porque no se percibe ninguna figura que pueda tomar su relevo, ya sea en el SDS o, en
general, en el ámbito de la derecha.
Es evidente que Jan?a moviliza de manera recurrente a una parte nada desdeñable de los
votantes conservadores eslovenos (tres mandatos como primer ministro así lo demuestran), pero
también lo es que ocurre lo mismo con aquellas personas que votan, principalmente, contra él.
Es uno de los políticos peor valorados del país y, fuera de sus fieles, es considerado parte
del populismo de derechas, cercano a Orbán y principal culpable de lo que algunas
organizaciones consideran un 'retroceso democrático' del país.
Todas estas incógnitas comenzarán a resolverse a mediados de mayo, cuando se calcula que se
alcanzaría el acuerdo definitivo de gobierno, o en dos meses a más tardar. En todo caso, el
Ejecutivo que acabe formándose tendrá por delante una ardua tarea. Desconocemos si la
victoria de Golob es, como ha dicho recientemente The Washington Post, "la mejor cosa que ha
ocurrido para la democracia liberal desde hace tiempo", pero desde luego supone un cambio de
rumbo que marcará el devenir de Eslovenia en el futuro próximo y que puede afectar
profundamente en su desarrollo político.[relacionadas]
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