LAS ENERGÍAS RENOVABLES Y LA CONSERVACIÓN
DE AVES CARROÑERAS: EL CASO DEL BUITRE
LEONADO (Gyps fulvus) EN EL NORTE DE
Álvaro Camiña
Apartado de Correos 339
LA PENÍNSULA IBÉRICA
28220 Majadahonda MADRID ESPAÑA
Correo electrónico:
Resumen: España se ha convertido en un referente mundial en producción de energía eólica. Sin
embargo, el impacto causado por la colisión de aves con los aerogeneradores no se ha estudiado convenientemente. Entre 2000 y 2006 se han registrado 732 muertes de buitres leonados en el Sistema
Ibérico. Los adultos han sido la clase de edad más afectada, con el consiguiente riesgo de afección a
la dinámica poblacional de la población. De los tres hallados vivos, ninguno pudo ser recuperado. Sin
embargo, sólo una pequeña parte de los aerogeneradores causan una alta mortalidad. Se proponen
medidas generales de mejora de los estudios previos a la instalación de este tipo de infraestructuras
con objeto de minimizar el impacto sobre esta especie.
Palabras clave: Aves carroñeras, buitre leonado, mortalidad, eólica, renovables.
Summary: Spain has become a global reference regarding wind energy production. However, the impact resulting from birds colliding with wind turbines has not been properly assessed. Between 2000
and 2006, 732 dead griffon vultures were recorded in wind farms in the Sistema Ibérico mountain
range; adults are the worst affected age group, which means there is a greater risk of the population
dynamics being affected. Only three birds were found alive and none of these have recovered enough
to be released. But only a small proportion of wind turbines cause high rates of mortality. General
measures are suggested in order to improve assessment studies which are carried out before this type
of infrastructures is built and so to minimize their impact on this species.
Keywords: carrion-feeder birds, griffon vulture, mortality, wind power, renewable.
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Introducción
En los últimos años España se ha convertido en
un país de referencia en Europa en cuanto a la
potencia de energía eólica instalada, tan sólo
superada por Alemania. El desarrollo de las energías renovables en España ha sido considerable
en los últimos años, existiendo en la actualidad
483 parques eólicos en funcionamiento y un total
de 12.569 turbinas instaladas (AEE, 2006).
La energía eólica es una fuente inagotable al
transformarse de un recurso renovable, el viento.
No obstante, como todas las energías tiene ciertos inconvenientes. Uno de ellos es la mortalidad
causada por las aspas de los aerogeneradores a
las aves y quirópteros. A pesar de ser un hecho conocido desde hace tiempo en otros países (Howell
et al., 1988; Orloff y Flannery, 1992; Gauthreaux,
1995; Anderson, 1999; Erickson 2001), en España
apenas se ha profundizado, salvo casos concretos en parques eólicos determinados (Lekuona,
2002; De Lucas y Ferrer, 2004). Desde el punto
de vista de los promotores eólicos, la mortalidad
de aves en estas infraestructuras apenas ha sido
mencionada, sino pasada por alto, aunque puede
constituir un problema serio de conservación, especialmente en aquellas especies estrategas de
la K (producen una descendencia muy pequeña,
por lo general uno o dos huevos y alcanzan la madurez reproductora a una edad avanzada).
El objeto de este trabajo es aportar una visión
global del problema en una zona amplia peninsular. Sólo desde un enfoque de este tipo es
posible acometer medidas correctoras que compatibilicen el desarrollo y la conservación de la
naturaleza.
Si bien existe normativa a escala europea, estatal y autonómica de cómo deben realizarse los
Estudios de Impacto Ambiental de estas centrales eólicas, y normas acerca de cómo deberían
ser sus posteriores seguimientos, casi nada se
ha publicado acerca de su impacto real. El peligro se ha focalizado hacia las líneas eléctricas
de evacuación y los datos de seguimiento, si se
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realizan, no son fácilmente accesibles al público
general. La escasa información disponible habla
de un impacto moderado o mínimo a las aves
(Janss, 2001; De Lucas y Ferrer, 2004; Barrios y
Rodríguez, 2004). Incluso desde los promotores
se señala que este tipo de energía no es más
dañina para las aves que otras infraestructuras
como las carreteras.
El buitre leonado (Gyps fulvus) ha experimentado
un notable aumento en España a lo largo de las
tres últimas décadas (SEO, 1981; Arroyo et al.,
1989; Del Moral y Martí, 2001). Entre las causas
del mismo pueden citarse la protección de las colonias de cría, la ausencia de persecución directa, tiros o venenos (ver sin embargo Hernández,
2000 para una revisión de éste último punto) y
una abundancia considerable de alimento (Camiña, 2004). Sin embargo, la aparición de enfermedades en el ganado con riesgo de transmisión
al hombre, especialmente la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) constituyen una seria
amenaza debido a las normativas europeas de
destrucción de cadáveres (Camiña, 2004).
Esta comunicación aporta datos generales sobre
el impacto de la energía eólica en el norte peninsular, concretamente en el entorno del Sistema
Ibérico (comunidades autónomas de La Rioja,
Castilla y León, Aragón y Comunidad Valenciana).
En segundo lugar, se analiza la afección sobre
esta especie en una zona de menor extensión de
la que se disponen datos concretos de las colisiones.
Área de estudio
La Figura 1 muestra el área de estudio, de unos
300 Km. de largo a través de las comunidades
autónomas de Navarra, Castilla y León, La Rioja
y Aragón y de la provincia de Castellón. Incluye
el Sistema Ibérico y una franja aproximada de
50 Km. a cada lado del eje central de dicho sistema montañoso. El área de estudio comprende
el 22,36% de los parques eólicos instalados en
España y el 24,87% de las turbinas.
Figura 1. Mapa de localización del área de estudio, en negro el Sistema Ibérico y en el círculo la zona
de comarcas aragonesas analizadas en detalle
La segunda parte del estudio se ha centrado en
un área de menor extensión, homogénea desde
el punto de vista ambiental constituida por las
comarcas aragonesas del Campo de Borja, Valdejalón y Ribera Alta del Ebro. Se trata de una
zona eminentemente llana con pequeñas elevaciones o muelas que destacan claramente sobre
el paisaje. Su extensión es de unos 2.000 Km2,
existiendo 140 parques eólicos instalados con un
total de 4.083 turbinas.
La población de aves carroñeras, buitre leonado y
alimoche (Neophron percnopterus), más próximas
se encuentran a 18 Km. de distancia de los parques estudiados, en torno al Macizo del Moncayo.
Este macizo está protegido como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) e incluido
dentro del Plan de Recuperación del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), especie catalogada
En Peligro de Extinción tanto en Aragón como en
España. La población de buitre leonado de esta
zona fue estimada en un mínimo de 378 parejas
nidificantes (Del Moral y Martí, 2001).
Material y métodos
La primera parte del trabajo se limita a recoger
los datos de mortalidad brutos en toda la zona de
estudio. Los datos han sido proporcionados por
los Servicios Territoriales de Medio Ambiente de
Soria (Junta de Castilla y León), Gobierno de La
Rioja, Gobierno de Aragón y Generalitat Valenciana. Además, se han incluido datos parciales de
Navarra (Lekuona, 2002). Por tanto, se trata de
datos brutos no sistemáticos.
La segunda parte se ha centrado en las comarcas
aragonesas mencionadas en el apartado anterior,
analizando la estacionalidad de la mortalidad, la
distribución de la misma en los parques, el tipo
de lesiones causadas a los buitres y las edades
afectadas. El estudio se hizo durante un ciclo
anual completo de julio de 2004 a agosto de
2005. Cada individuo encontrado tras una colisión fue georreferenciado y asignado al aerogenerador más cercano, registrándose la fecha de
la misma. En cuatro parques se analizó mensual-
11
mente la tasa de paso (aves/min.) durante tres
días alternos y por períodos de 120 minutos en
cada uno. Se trataba de relacionar la mortalidad
con la frecuencia con que los buitres sobrevolaban dichos espacios. Conviene precisar que, a
la hora de analizar los distintos apartados, los
tamaños muestrales pueden variar.
Resultados
La Tabla 1 muestra el número de parques eólicos por provincias y número de aerogeneradores
instalados, el número de parques visitados y los
casos confirmados de siniestralidad en las provincias consideradas. Puede observarse la elevada mortalidad de buitre leonado y la presencia de
dos casos de buitre negro (Aegypius monachus)
que, a pesar de no criar en esta zona peninsular,
es un visitante regular y uno de Alimoche. Dado
que no se trata de seguimiento riguroso en cada
provincia ni en cada parque, salvo casos puntuales, no se puede comparar la incidencia real de la
mortalidad a escala interprovincial.
Además de los registros mencionados, también
se ha revisado la información aportada por empresas encargadas del seguimiento, igualmente
entre 2000 y 2006, de otros 16 parques eólicos en
Zaragoza y uno en Teruel, cuyos datos no fueron
proporcionados por las autoridades inicialmente.
Los resultados mostraron la muerte de 22 buitres
leonados adicionales en Zaragoza y 13 en Teruel
que, añadidos a los de la Tabla 1 hacen un mínimo total de 794 individuos entre 2000 y 2006.
En relación con otros tipos de accidentes sufridos
por el buitre leonado, se consultaron los ingresos en cuatro centros de recuperación de la zona
estudiada. En ninguno el número de accidentes
causados por el tráfico de vehículos supuso un
valor superior al 1,96% de los ingresos, mientras
los casos de traumatismo con aerogeneradores
se elevaron hasta el 29,96%, especialmente a
partir de 2005.
En lo que se refiere a las comarcas aragonesas
del Campo de Borja, Ribera Alta del Ebro y Valdejalón, se registraron 126 colisiones de buitres
leonados. Si se observa la mortalidad total acumulada en función del número de aerogeneradores de un parque tipo (Figura 2), puede observarse cómo una pequeña proporción de éstos es
la causante de un elevado porcentaje de dicha
mortalidad (es decir, cinco aerogeneradores causaron el 60% de las colisiones).
Sólo se encontraron tres buitres leonados vivos.
El primero tuvo que ser sacrificado in-situ debido
al estado de las heridas (necrosis muy avanzada
de las heridas en el ala y gravísimo debilitamiento), el segundo permaneció en el entorno de uno
de los parques hasta una semana (este ave sólo
pudo abandonar la zona un día de fortísimo viento pero era incapaz de volar correctamente) y un
tercero fue retirado por un Agente de Protección
de la Naturaleza y trasladado al Centro de Recu-
Tabla 1. Mortalidad mínima de tres especies de buitres en parques eólicos del Sistema Ibérico
y zonas aledañas entre 2000 y 2006. Con * datos de Lekuona (2002).
12
Figura 2. Porcentaje de mortalidad acumulada en función del número de turbinas instaladas
peración de la Alfranca de Zaragoza con fractura
del ala.
Las lesiones causadas en las colisiones se muestran en la Figura 3. Para una muestra de 44 aves
la lesión más común fue la amputación del ala o
la rotura de la misma.
Si excluimos aquellos individuos para los que la
datación de la edad pudiera no ser del todo co-
rrecta dado el estado del cadáver (18) o no se
pudo hacer (28), el resto (80) se distribuyen según los porcentajes de la Figura 4. Más de la mitad son aves adultas (55%) y un 16,25% subadultos. De éstos, una buena parte pudieran ser
adultos que no han adquirido el plumaje típico
de los reproductores y que incluso para observadores experimentados pudieran ser identificados
erróneamente. Estas dos clases de edad abarcan,
pues, el 71% de la mortalidad.
Figura 3. Tipos de lesiones, por frecuencias, causadas por las colisiones de buitres leonados en parques eólicos.
13
Figura 4. Porcentaje de las diferentes edades de
buitre leonado afectadas por colisiones en los
parques eólicos estudiados.
Dada la dificultad de obtener datos concretos –
día y hora de la colisión y condiciones de viento
en ese instante- se ha intentado una aproximación a la relación entre la velocidad del viento
en la zona y el número de colisiones. La figura 5
muestra el número de colisiones mensuales y el
número de días en los que el viento fue superior a
3,3 m/s (velocidad a partir de la cual se produce
el arranque de los aerogeneradores). De uno de
los parques se obtuvieron medias diarias de velocidad. La relación entre el número de muertes
y los días por mes que funcionaron los aerogeneradores fue muy débil (coeficiente de correlación
de Spearman = -0,03 y p = 0,92). Es decir, no por
funcionar más días la mortalidad fue mayor. La
mortalidad a lo largo del período de estudio disminuyó con el paso del tiempo (Y = -0,657 + 9,44
y R2 = 0,30), aunque de manera no significativa.
Sin embargo, tanto las tasas de paso (aves por
unidad de tiempo) como la de situaciones de riesgo (vuelos susceptibles de colisión sobre el total
de vuelos de cruce por el parque) disminuían de
manera similar (coeficiente de Spearman =0,31
y p<0,05). Además, la mortalidad mensual y la
tasa de riesgo media (media de las situaciones
de riesgo diarias) para cada mes lo hacían de
manera inversa (rs = -0,68 y p=0,01).
Número de muertes /mes
Figura 5. Relación entre el número de muertes por mes y número de días de viento superior a 3,3 m/s
(velocidad a partir de la cual lo aerogeneradores entran en actividad).
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Figura 6. Porcentaje mensual de mortalidad acumulada (2000-2006) por colisiones en parques eólicos
de las comarcas de Borja, Ribera Alta del Ebro y Valdejalón (Aragón).
Finalmente, la estacionalidad de la mortalidad se
muestra en la Figura 6, donde se aprecia que es
mayor en febrero-marzo y en septiembre; agrupando estos tres meses el 51% de los casos.
Discusión
La mortalidad del buitre leonado a los dos niveles presentados en este estudio es muy elevada
y puede ser insostenible a medio-largo plazo, superando incluso los casos detectados por venenos
(Hernández, 2000) o por atropellos en carretera.
Las lesiones causadas por las colisiones derivaron
en individuos muertos o irrecuperables, afectando especialmente a aves adultas. Si atendemos a
los datos del III Censo Nacional de Buitreras (Del
Moral y Martí, 2001), y si consideramos todos los
adultos como reproductores, el número mínimo
de parejas afectadas en este espacio de tiempo
se situaría entre 11 (su suponemos que los veinte adultos eran parejas) y un máximo de 22 (si
cada adulto supone un miembro de una pareja).
En el Moncayo en 1999, y según los autores citados, existían 374 parejas reproductoras de buitre
leonado. Por tanto, los datos de mortalidad, supondrían una afección del 3-6% de las parejas
nidificantes en dicha ZEPA. Una gran parte de
la mortalidad se debió a un porcentaje reducido
de turbinas, sin que hasta el momento se haya
planteado la reubicación o desmantelamiento
de ninguna de ellas, a pesar del gran número de
ellas instaladas.
La estacionalidad en la mortalidad parece relacionarse bastante con el período reproductor
del buitre leonado, especialmente las mayores
mortalidades de febrero y marzo cuando eclosionan los huevos y los adultos han de buscar más
alimento, así como a finales de verano cuando
los pollos ya han abandonado el nido. El resto de
repuntes (noviembre-diciembre) podrían estar
causados por circunstancias climatológicas que
afectan al vuelo de las aves (Hiraldo y Donázar,
1990).
Una las suposiciones recurrentes es que las aves
se acostumbran a los aerogeneradores y aprenden a evitarlos (Garrido y Baena, 2003). De ser
cierta esta afirmación, en el parque estudiado la
tasa de paso de buitres (aves en vuelo por unidad
de tiempo) y la tasa de riesgo (situaciones en las
que los buitres serían susceptibles de colisión)
variarían de manera independiente. A pesar de
cruzar más buitres, éstos percibirían el obstáculo
evitándolo. Sin embargo, no fue así, y por tanto,
había otros factores que incidían en la mortalidad observada.
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Es urgente que la administración exija rigurosos
estudios de seguimiento de avifauna previos a la
instalación de los parques eólicos, con objeto de
determinar, caso por caso, la posible incidencia
de los proyectos sobre estas especies. Las conclusiones de estos estudios deberían tenerse en
cuenta a la hora de planificar la ubicación de
determinados aerogeneradores dentro del propio parque así como en el replanteo definitivo de
cada parque. Los estudios de impacto ambiental
analizados para este trabajo carecen de los mínimos análisis rigurosos del movimiento de las
especies más susceptibles de ser afectadas, limitándose a meras listas de fauna.
Las administraciones deben implicarse de manera directa en la minimización del impacto de los
parques eólicos sobre la avifauna, al igual que
se lleva haciendo con los tendidos eléctricos. En
muchos estudios de impacto ambiental, declaraciones de impacto o escritos sugerencias previas
de ONG se menciona la no afección a determinadas ZEPA o IBA al no encontrarse los proyectos en
dichos espacios. Sin embargo, el presente trabajo
es un ejemplo de cómo parques eólicos alejados
de estas zonas de gran valor para la avifauna,
pueden afectarlas.
La obtención de datos de velocidad y dirección
del viento en parques eólicos suele ser dificultosa
y cuenta con la reticencia por parte del promotor.
Sin embargo, son datos imprescindibles a la hora
de analizar las causas de mortalidad, ya que
incluso parques próximos pueden tener valores
muy diferentes. Otro problema añadido para el
análisis de esta variable ambiental es la asignación de una colisión dada a un día determinado
e incluso a las condiciones existentes en el momento de la misma.
De un análisis más profundo de la mortalidad
parece existir una relación causal entre la mortalidad y dos factores ambientales: las pendientes
de la zona de implantación de aerogeneradores
y los vientos dominantes. Por un lado, las áreas
con pendiente son las que precisan los buitres
para desplazarse. Por otro, la dirección mayorita-
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ria del viento es del NW (Cierzo), que es cuando
existe una mortalidad muchísimo mayor en los
aerogeneradores más expuestos a este viento,
que se “traslada” a los localizados en la otra vertiente al cambiar a SE (Bochorno).
En el ámbito autonómico, la situación puede ser
aún más preocupante en Teruel, donde el desarrollo eólico es aún incipiente debido a la falta de
infraestructuras para la evacuación de la electricidad.
Agradecimientos: Los datos de mortalidad fueron
proporcionados por la Consejería de Turismo, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Gobierno de La Rioja; Diputación General de Aragón;
Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta
de Castilla y León en Soria; y la Conselleria de
Medi Ambient i Habitatge de la Generalitat Valenciana. La empresa Auditores Medioambientales Natura S.L. financió la presentación de esta
comunicación.
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