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ANTONIO NAKAYAMA h SEC SINALOA tii i |Culiacan Antonio Nakayama Universidad Auténoma de Sinaloa Instituto de Investigaciones Econémicas y SocialesCuliacan Antonio Nakayama Jefe de produccién: ‘Lorenzo Tern Olguin Correccién: Juan Andrés Montoya Disefio de partada: Adiel Robles Castro Tipografia Linda Maribel Bringas Lara I edicién UAS, 1981 1° reimpresién uAS, 1982 2 reimpresién UAS, 1988 2 edicién UAS, junio, 2006 D.R.: © UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SINALOA EDITORIAL © INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONOMICAS Y SOCIALES Burdcratas 274-3, Col. Burdcrata 80030, Culiacén Rosales, Sinaloa Telfax: 715- 59-92 J. Ortiz de Dominguez s/n Ciudad Universitaria Culiacén Rosales, Sinaloa Tel. 713-38-03 ISBN: 970-660-148-1 Edicisn con fines académicos, no lucrativa Impreso y hecho en México Presentacion cer una resefia panorémica de Culiacén desde su OF (tint a nuestros dias no es tarea facil para Jos historiadores sinaloenses, sobre todo, cuando existen periodos que quedan oscurecidos por la falta de informacién. Nakayama, con esa frescura que da la experiencia y los muchos afios de andar en biisqueda permanente de los filones documentales que nos aclaren el pasado, hace de este ensayo globalizador un ameno paréntesis en el fragor de un pueblo que lucha por recuperar su memoria perdida, con el propésito de recuperarse a si mismo para las batallas del futuro, que son las de hoy: mejores servicios publicos, democracia politica, defensa de la universidad, mejores niveles de vida, etc. Este Culiacén de peripecias crefbles y de violencias a veces extremas emerge cada vez mds con impetu perfeccionado de la experiencia de sus moradores y en la pertinaz, terquedad reaccionaria de sus gobemnantes. En Nakayama se asoma y adivina un educado espiritu de inconformidad proyectada hacia el presente. Una voz, gue sola en su disciplina —la historia— magistralmente nos va conduciendo por periods més especificos de la evolucién social de esta ciudad, que a pesar de todo, sigue siendo hermosa cuando se le conoce toda palmo a palmo,Gilberto Lépee Alants _ rincén a rinc6n y se hace tinica en el valle de la triple via hidraulica. A 455 afios de la fundacién de Culiacan, la Universidad Auténoma de Sinaloa (UAS) a través del Instituto de Investigaciones de Ciencias y Humanidades (ICH) contribuye con su Coleccién Rescate, en este suceso. Gilberto Lépez Alanis 1981 8 Coleccién Rescate Prélogo requiere de presentacién, por lo que las siguientes notas, amable lector, tienen coma propasita simplemente adelantar un minimo de lo mucho que se encuentra en Culiacdn. El presente ensayo fue escrito en 1973, afio en que Nakayama, designado por el Ayuntamiento de Culiacdn, se desempefiaba como cronista de la ciudad. A pesar de ser una obra que cuenta con treinta y tres afios desde que vio la luz por primera vez, la reedicin que nuestra Universidad Auténoma de Sinaloa realiza, resulta del todo oportuna. No sélo por ser un ensayo imprescindible, para el conocimiento del devenir de nuestra ciudad y la consecuente creacién de una conciencia de identidad y de progreso regional, también, porque estoy seguro de que su lectura depararé muchas sorpresas al lector, quien advertira que la obra se puede recorrer en muchas direcciones; ya que es sorprendente la riqueza de ideas y de cuestiones que se despliegan, abriendo la puerta a otros problemas en busca de acuciosos investigadores. Es en verdad meritoria la contribucién cultural que la Universidad Auténoma de Sinaloa realiza en la reedicién de la Coleccion Rescate, trayendo a la revisidn, bajo la luz ¢: obra de Antonio Nakayama Arce (1911-1978) noGilberto Lépez Alanis de nuevas corrientes historiograficas, a clasicos historiadores como Antonio Nakayama. Siempre sera una grata satisfaccién prologar una obra, placer que se ve aumentado si se percibe que la misma va a despertar interés en el piblico, o bien si se trata de un autor cuyas investigaciones tengo en gran estima. En el caso de Culiacdn, confluyen precisamente esos dos elementos inductores de satisfaccién: por una parte, el contenido del libro se puede considerar como muy interesante, tanto por su estructura, como por su amena redaccién. Por otra parte, el autor es persona que me merece la maxima consideracién como _historiador, resulta, en verdad lo digo, un orgullo para mi ver mi nombre aunado, aunque sea en un breve prélogo, al de Antonio Nakayama. La prolifica obra de Nakayama fue, es y seguird siendo muy apreciada por las futuras generaciones de lectores € investigadores de nuestro pasado. La primera vez que conoci la obra de Antonio Nakayama fue durante mi transcurso por la Facultad de Historia, he de decir que fue uno de los autores que con su clara y amena prosa me impresioné y motivé a ahondar en ei conocimiento del pasado sinaloense. La reedicién de su obra me plantea un elemento en el orden de la nostalgia: El del historiador comprometido con Ia historia, porque Antonio Nakayama fue un ejemplo de compromiso con Ia historia, su vida la vivid para escribir 10 Colecetén Rescate Culiacén la historia de Sinaloa, sin pensar en cuestiones presupuestarias o administrativas.' ‘Nakayama representa el mds acendrado espiritu de investigacién sobre la historia de Sinaloa a pesar de la falta de recursos econémicos que suftié para Ilevarla a cabo. Dentro de la relatividad de los hechos, Culiacén es una ciudad joven, que apenas cuenta con cuatrocientos setenta y cinco afios. En ese lapso de vida ha tenido momentos de itranquilidad y momentos agitados. Lo que Nakayama nos muestra en su obra es en realidad una historia de vida, de la vida de Culiacdn. Nakayama Interroga a la ciudad y ella le cuenta sus memorias de infancia, de adolescencia y madurez, recuerdos de momentos especiales, unos alegres otros tristes. Se recuerdan los personajes significativos y también los ciudadanos comunes. Retrata ideas, observa aspectos sociales y culturales, trabaja todo como un tejido en el que los diversos temas se combinan formando un mosaico. Nakayama concluye su estudio en 1973, cuando se vislumbra ya otro gran cambio en la ciudad, un nuevo salto hacia la modernizacién que la llevaria a ser lo que es hoy, una ciudad grande y dindmica, localizada en una de las geografias mds bellas del pais. ' Para darse una idea de su gran actividad investigadora como historiador, y de su obra publicada, sirvase amable lector, remitirse al excelente estudio preliminar que Ricardo Mimiaga Padilla realiz6 para la tercera edicién del libro Sinaloa. Un bosquejo de su historia. Tercera edicion, Coteccién Rescate, 18, Culiacén Rosales, Sinatoa, México, Universidad Auténoma de Sinaloa, 1996. Coleceién Rescate "Gilberto Lbpez Alanis La ciudad de Culiacdn, hoy dia, es una vasta, compleja y heterogénea construccién en el espacio. Su configuracién a través de los afios ha sido producto de innumerables y anénimos constructores. Cada una de las generaciones que vivieron en Culiacdn nos ha dejado en la ciudad una muestra de su particular cultura en términos de vivienda, edificios, espacios y monumentos. Por ello la ciudad es historia y reservorio de la memoria. Desafortunadamente la inexorable renovacién va destruyendo sistematicamente el testimonio de la evolucién fisica y cultural de la ciudad. Pero, estimable lector, eso, eso es otra historia. Félix Brito Rodriguez. Ciudad universitaria, marzo de 2006. 12 Coleccién Rescate Fundacion de la ciudad + Dénde y cuando se fundé Culiacn? Sabemos que su fundador fue Nufio Beltran de Guzmédn, pero necesitamos conocer en qué lugar y en qué fecha la originé. Una gran mayoria de personas tienen la idea de que nuestra ciudad se levanté desde un principio en el lugar que ahora ocupa, pero estd en un error. La Villa de San Miguel —que éste fue su nombre original-, se erigid en un punto del que se desconoce el nombre y se ubicaba posiblemente a la altura del actual poblado de San Lorenzo, en las riberas del rfo de esa designacién, conocido entonces por Ciguatin; pero al poco tiempo muy poco-, se le cambié a otro sitio que estaba frente al pueblo de El Navito. Es posible que por el hecho de que alli cl terreno es completamente plano y sujeto a las fuertes inundaciones del rio, los colonos se vieron obligados a cambiarla de nuevo, aunque de este suceso no se tiene una noticia concreta, y probablemente para el afio de 1533 se la traslad6 al lugar donde ahora se asienta por ofrecer mayor seguridad. No cabe la menor duda que Ia fundacién de la ciudad fue en 1531. Tradicionalmente se ha aceptado el 29 de septiembre, fecha en que se celebra la festividad de San Miguel Arcéngel, lo cual se corrobora en el hecho de queAntonio Nekayama al poblado se le Ilamara San Miguel, como era costumbre de los conquistadores de dar el nombre del santo del dia a Ios poblados que fundaban. Hay que aclarar que Guzman no fund6 la poblacién con el nombre de Culiacdn, pero es curioso constatar que estando aquella frente a El Navito se le llamara ya San Miguel de Culiacén. La fundacién de poblados era protocolaria, y la de San Miguel debe haber sido espectacular, dada la tendencia de Nufio a la grandeza y al aparato. A la sombra de algtin rbol corpulento se levantaria el altar para la celebracién del Santo Sacrificio, y a su alrededor se congregarfan los aguerridos soldados castellanos, los aliados tlaxcaltecas y mexicas y, mirando todo aquello sin saber de qué se trataba, los antiguos dueiios de la tierra. Luego, el atronar de los roncos atabales y el'clamor de Jas trompetas anunciarian la Ilegada del muy Magnifico Sefior y Capitan General Don Nufio Beltran de Guzmén, a quien acompafiaba su escolta personal formada por liicidos caballeros, Al frente, haciendo caracolear su corcel, iria Juan de Otéfiez, flameando al viento la encendida sangre del perdén real donde brillaban los leones de Castilla. Otro caballero traeria el guién del Capitan General, bordado de armifios y calderos, y tras de él un jinete Ilevaria la imagen de la Virgen Marfa que Nufio habfa hecho pintar en una lamina de oro de més de media vara, rodeado de un espléndido marco formado por més de ciento ochenta plumas que fulgfan al sol con la gaya magia de sus colores. 14 Coleccién Rescate Ci Ya con la presencia del primer actor en el escenario, el escribano leeria el acta respectiva y, acto seguido, el Capitan General cortarfa hierba con su espada y se entrarfa en el rio, dando grandes voces de que tomaba posesién de la tierra en nombre de Su Cesdrea y Sacra Majestad. Y como la traza de la villa y la reparticién de solares se habia hecho con anticipacién, el P. Alvaro Gutiérrez, cura del novel poblado, cclebraria la misa del Espiritu Santo. Quince dias después, don Nufio emprenderfa su regreso al sur para fundar la capital de su gobemacién, dejando al puiiado de hombres que habfan cargado con el porvenir de San Miguel. Poco tiempo después, como ya lo vimos, se iniciarfa el peregrinar de la villa hasta llegar a la confluencia de los rios Oraba y Batacudea, conocidos por Humaya y Tamazula, respectivamene. Coleceién Rescate 15La vida en aquellos tiefnpos plaza y en el templo, as{ que al asentarse San ‘Miguel en el sitio que habria de ser el definitivo, al verificar su traza, lo primero que se acoté fue la plaza, y en su extremo sur, el lote para la iglesia; mientras que en el lado norte se media el solar de las Casas Consistoriales, y alrededor de este primitivo centro civico se agruparon Jos lotes de los colonos. En un principio, el templo haria una ristica enramada, y las casas del vecindario se edificarfan siguiendo el patrén de los indigenas, que eran muy similares al jacal sinaloense hecho de vara y lodo, con techos de zacate o palma, que todavia se mira en nuestras rancherfas. La villa era diminuta y consistia en unas cuantas chozas desparramadas alrededor de la plaza que era un extenso baldio, y las calles se reducirian a las cuatro que circundaban su cuadrilater Es facil suponer cémo se iniciaria la vida de la nueva villa, las privaciones que sufririan sus habitantes en una zona aislada, tan lejana de la ciudad de México, infestada de mosquitos, y en donde sdlo miraban monte, rios y cielo, aguantando calores intolerables y aguaceros huracanados y torrenciales. Pero el espafiol habia venido al continente americano persiguiendo una fortuna que en su nativa peninsula no podria alcanzar, y soportaba todo con la °: vida de los poblados espafoles se centraba en laAntonio Nakayama ilusién de conquistarla con el menor esfuerzo posible, pues para eso tenia a los indios. La oportunidad no tardé en Hegarles a los castellanos pues Diego de Proafio, soldado a quien Nufio dejé por Alcalde Mayor y que era un sujeto cruel y codicioso, vio en la came de los nativos un Iuero; ni tardo ni perezoso se dedicé a la cacerfa de ellos para venderlos como esclavos, y, siguiendo su ejemplo, muchos de los colonos se entregaron a la misma tarea, El negocio empezé a florecer, mas como no hay felicidad completa, los indigenas reaccionaron poniéndose a la ofensiva, y Guzman, que supo de las infamias de Proafio, lo destituyé y condené a muerte, pero al fin y al cabo eran amigos y le conmuté la pena para que apelara ante la Real Audiencia. La decisién del gobernador sacudié al pequefio poblado y todos esperaron con ansia conocer quién serfa el nuevo ‘Alcalde Mayor, recayendo el nombramiento sobre el capitan Cristébal de Tapia, extremefio vecino de Ia villa, y hombre valiente que tenia sentido politico, cuya linea de conducta no se hizo esperar, pues en la plaza, la voz del pregonero se dejé oir anunciando que el Alcalde Mayor disponia que en lo sucesivo, los habitantes deberfan trabajar la tierra y abstenerse del tréfico de esclavos. El estupor fue grande, y ante la grave amenaza de tener que trabajar, los colonos se reunieron para hablar con Tapia, sélo que la entrevista no fue muy cordial, ya que el capitan se sostuvo en su decisién, haciendo que la inconformidad fuera en aumento y asomaron conatos de rebeldfa, amenazando los pobladores con abandonar la villa; pero ni con esta lograron ablandar a Tapia quien permanecié 18 Coleceién Rescate Culiacén inflexible. En esos dias no se hablaba de otra cosa que del rio de oro que se habia descubierto en el Pera, y esta Iejana region fue la meta que se fijaron los habitantes; sin embargo, fa razon se impuso en la mayoria y sélo unos cuantos desertaron para ir en busca de nuevos horizontes. Ignoramos en qué fecha dej6 Tapia la alcaldia y por qué motivos, aunque tal parece que como Guzman era un esclavista empedernido no quedaria muy satisfecho con la actitud de su subordinado, y para 1536 era Alcalde Mayor el capitan Melchor Diaz. En ese tiempo un suceso conmocioné a San Miguel, tal y como habria de conmocionar a toda la Nueva Espaiia. Sucedié que un alma negra Hamada Diego de Alcaraz andaba por la zona de Petatlan en caceria de esclavos y Lazaro de Cebreros, que era uno de sus subordinados, se tipd con unos seres extrafios vestidos con pieles y cubiertos por una pelambrera que les ocultaba las facciones. Cebreros se quedé perplejo, mas su perplejidad se convirtié en asombro cuando uno de aquellos seres le habl6 en perfecto castellano, y en esta forma, Alvaro Niifiez Cabeza de Vaca, Alonzo del Castillo Maldonado, Andrés Dorantes de Carranza y el Negro Estebanico entraron a los limites del mundo civilizado después de haber atravesado el continente, tras de ocho afios en que habian naufragado en La Florida. Melchor Dfaz fue a recibirlos al Valle de Pericos y de alli los llevé a Culiacan, donde permanecieron varios dias en medio de la curiosidad y el asombro de los habitantes que no podian creer la fantastica historia de los néufragos, los que, después de tantos afios de estar alejados de la civilizacién, Coleccién Rescate 19Antonio Nakayama no resistian vestir la ropa espafiola ni podian dormir en cama. Las cacerfas de esclavos continuaban pues Nufio acuciaba a los habitantes para que le enviaran mereancia, pero los indigenas, que ya habian perdido el respeto a las armas curopeas, no desistieron de su actitud rebelde. La destitucién y el encarcelamiento del muy Magnifico Seftor distrajeron momenténeamente a los pobladores, que luego tuvieron que hacer frente al problema de los naturales, pues cuando éstos encontraron al caudillo que necesitaban, la gravedad de la situacién tomé perfiles muy dificiles. El caudillo se lamaba Ayapin, y bajo su mando los nativos iniciaron una ofensiva que poco a poco fue haciendo que os castellanos se encerraran en la villa y ya no tuvieron otra alternativa que enviar emisarios a Compostela, donde residia el gobernador de Nueva Galicia, Francisco Vazquez de Coronado, quien se puso en camino a marchas forzadas para llegar a Culiacén justo cuando Ayapin cstaba a punto de sitiarla. La Ilegada de los refuerzos 1o hizo retirarse a las montafias, a donde fue seguido por hombres al mando de Melchor Diaz. Tras de algunas escaramuzas los nativos fueron totalmente derrotados y el caudillo hecho prisionero y llevado a Culiacan. Alli, en una pantomima de juicio, fue condenado a muerte por el gobernador. El dia de la ejecucién Ia plaza estaba circundada por colonos y soldados que vieron cémo Ayapin se dirigfa sereno y altivo al centro de la misma, donde ataron cada una de sus extremidades a un brioso corcel. Al poco rato sdlo se miraba en el polvo el torso ensangrentado del infortunado caudillo. 20 Coleceién Rescate Cutline Las siete ciudades de oro Coronado permanecié algin tiempo en Culiacén tratando de poner en paz a los indios por medios conciliatorios. Fue durante su estancia cuando llegé fray Marcos de Niza, que habia sido comisionado por el Virrey Antonio de Mendoza para reconocer la ruta que Ilevaria hasta Cibola y Quivira. El fracciscano aproveché su estadfa para predicar, y como algunos picarones espafioles se habian dado a la tarea de iniciar el mestizaje, los casé in facie ecclesiae con las doncellas morenas, y tras esto reanudé su viaje al norte, mientras que el gobernador retornaba a Compostela. La pequefia villa volvié a entrar en ebullicién con la noticia de que saldria una expedicién al mando de Vazquez de Coronado para conquistar Cibola y Quivira. Algunos de los vecinos se dispusieron para tomar parte en ella, siendo los més distinguidos don Pedro de Tobar, emparentado con la alta nobleza espafiola; Diego Lépez, regidor dela ciudad de Sevilla y Pedro Castafieda de Najera, sobre quien recaeria el honor de ser el historiador de la expedicién, El punto de reunién fue la ciudad de Compostela y de alli salié el ejército el 1 de marzo de 1540; pero ya con anticipacién, Melchor Diaz habia partido hacia el norte para reconocer la ruta, habiendo alcanzado hasta el Rio Gila de donde se devolvié para unirse a la hueste en las cercanias de Chametla. Los expedicionarios legaron a Culiacdn en la vispera de la Pascua, pero no entraron en el poblado debido a que los vecinos asi se lo pidieron a Coronado con el fin de hacer un simulacro de combate con los hombres que traia, lo Coleccién Rescate 21Antonio Nakayama cual se hizo con gran regbcijo, habiewlo salido todo bien, salvo que al artillero le estallé 1a pélvora destrozndole una mano. Alli descansaron los expedicionarios unos dias, y en ese lapso ocurrié un caso curioso. Un joven soldado, apellidado Trujillo, contd que habiendo ido al rio a bafiarse se le aparecié el diablo, quien le dijo que si mataba a Coronado le darfa riqueza y por esposa a dofla Beatriz de Estrada, mujer de aquél. La versién corrié por toda la villa, haciendo que fray Marcos predicara que todo era un subterfugio del demonio para que no se Ilevara el Evangelio a los indios de Cibola y Quivira, todo lo cual hizo que Coronado cortara por lo sano indicéndole a Trujillo que no siguiera adelante y que se quedara en Culiacén, lo que, como dijo un historiador, “era lo que aquel picaro queria”. El dia de la partida de la expedicién la plaza presentaba un aspecto poco comin: soldados, colonos e indios pululaban por todos Iados. Se ofan relinchos de caballos y de mulas y el gruiir de los cerdos que servirian de alimentacién durante el viaje, y en medio de aquella barahunda se dejé ofr a voz del pregonero anunciando que el gobernador nombraba Alcalde Mayor de Culiacdn a Hernando Arias de Saavedra en lugar de Melchor Diaz, que también iba a Cibola. La conquista de las Siete Ciudades resulté un fracaso y en 1542 arribé a la villa un grupo de desertores que fue aprehendido por Arias; al poco tiempo Ilegé la totalidad de los expedicionarios que aquf se desbandaron al darse por terminada Ia aventura. 22 Coleccién Rescate No tenemos noticias de lo que haya ocurrido en Culiacdn desde esa época hasta el afio de 1564 en que llegé de Durango y en completa derrota el capitin Francisco de Ibarra, quien por temor de que sus hombres cometieran algunos excesos en la villa, no quiso apostarse en ella, haciéndolo en el vecino poblado de Moloviejo. Alli fueron a visitarlo connotados vecinos de Culiacén, encabezades por don Pedro de Tobar, que se habla convertido en la figura mas prominente de la provincia, y quien, merced a su ayuda econémica, hizo posible que don Francisco fuera a conquistar el norte de Sinaloa, y posteriormente la provincia de Chametla, El capitan fund6 la villa de San Juan en las margenes del rio Fuerte; pero no tardé mucho en que empezaran las tribulaciones de sus habitantes, que en dos ocasiones demandaron auxilio de la villa de Culiacan, que en las dos ocasiones envié gente armada, una al mando de Diego de Guzmén y otra al de Pedro Ochoa de Garralaga; pero a pesar de todo, al poco tiempo los pobladores y dos franciscanos que los acompafiaban abandonaron la regién. Los frailes permanecieron algin tiempo en una casa que tenfan en San Miguel, para después marcharse a Guadalajara. Con el final de esta aventura cae un velo de silencio sobre la vida de nuestra ciudad que se descorre hasta 1583, cuando en los dias del mes de enero entré en medio de una gran algarabfa el capitan Pedro de Montoya acompafiado de gente armada, la que pregoné por todo el poblado que iba a la reconquista del norte y a fandar una villa, y que los que quisieran enrolarse tendrian muchos privilegios y prerrogativas, lo que hizo’ que varios Coleceién Rescate 23Antonio Nakayama habitantes se dieran de alta. Infortunadamente la aventura terminé en un fracaso mas doloroso que el de los pobladores de Carapoa, ya que en esta vez. fueron mas los espafioles que murieron a manos de los indigenas; los supervivientes pudieron regresar a Culiacén sélo después de pasar varias peripecias. 24 Coleccién Rescate Los siglos Xv y XVII y el primer censo e acuerdo con una relacién levantada en ese Chee afio de 1583, la poblacién de la villa se componia de unas 66 familias, muchas de ellas descendientes de los fundadores, y otras que habjan venido a avecindarse, ademas de 8 viudas. Las familias més connotadas eran la de los Tobar, formada por Alvaro, Isabel y Pedro, todos los hijos de don Pedro de Tobar; siguiéndole en importancia la Cebreros, integrada por Domingo Cebreros, Juan Pérez de Cebreros, y Miguel de Cebreros, hijo de Lazaro de Cebreros; del primero de ellos se originaria la familia Verdugo, que casi durante dos siglos seria el arbitro de los destinos de la villa. La situacién de los vecinos de San Miguel de Culiacan no era muy bonancible que digamos. Cierto que habia familias que gozaban de una sélida posicién econémica, pero, en cambio, vivian otras que tenian que ser sostenidas por la Audencia de Guadalajara, siendo todo resultado de la pobreza en que se debatia la regién, tan alejada de los centros populosos de la altiplanicie, reducida a una economia raquitica que se basaba en las salinas y en precarias siembras de mafz, frijol y chile. Asf que la produccién agricola era similar a la de toda la Nueva Espafia, y con el agravante de no poder competir con la de otra zona por falta de comunicaciones, todo loAntonio Nakayama cual trajo consigo un estancamiento de siglos en la vida de la region. En aquel mundo remoto de lo que ahora es nuestra ciudad, cualquier acontecimiento despertaba una gran emocién y curiosidad, y no era para menos. La villa era visitada ocasionalmente por contadas gentes y el que legaran personas de categorfa era una rareza. En 1591 arribaron los padres jesuitas Gonzalo de Tapia y. Martin Pérez que iban a la villa de Sinaloa para fundar las Misiones; su llegada fue algo inusitado que vino a levantar el espiritu religioso de los habitantes, pues en los dias en que estuyieron dieron ¢jercicios y platicas que no eran muy frecuentes de disfrutar, ya que los eclesidsticos que se enviaban para ejercer su ministerio eran por lo regular curas de misa y olla. Los vecinos deseaban que los padres se quedaran, e inclusive les narraron -tal vez exageradamente- las atrocidades cometidas por los indios que irfan a civilizar; pero esto fue un incetivo para los jesuilas que sintieron mas deseo de llegar a su destino. Asi los habitantes los vieron partir en medio de una gran pena; sin embargo, como no hay mal que por bien no venga, tuvieron la satisfaccién de que cuantos misioneros iban © venian de Sinaloa, llegaban a la villa obligadamente. Uno de los personajes més notables que visité Culiacén fue el obispo de Guadalajara don Alonso de la Mota y Escobar cuando andaba practicando la visita pastoral. Su Tlustrisima Ilegé en 1602, y desde luego que recibié una acogida apotedsica. Las calles se adormarfan con arcos triunfales y la plaza debe haber presentado un magnifico espectaculo, repleta de espafioles, mestizos y mulatos 26 Coleceidn Rescate Culiacén ataviados con las mejores galas, mientras que grupos de indios bailaban sus danzas rituales. La pequefia iglesia parroquial seria insuficiente para albergar a las personas que Ilevaban nifios a recibir el sacramento de la confirmacién, 0 para escuchar la palabra de Dios en labios del sefior obispo. El jubilo era grande y justificado, ya que se trataba de la visita del primer obispo que llegaba a la regién. EI prelado partié después a visitar pueblos y rancherfas y mas tarde se encaminé hacia la sierra de Durango donde ie cogié la gran rebelién de los Acaxee; pero esto no le import6 y arriesgando la vida se dedicd a la pacificacién de los indios, a quien, para que no abrigaran recelos, envié en prenda su mitra blanca. Cuando la paz florecié la mitra del Ilustrisimo sefior fue llevada a Culiacan y se le colocé en el presbiterio del lado del Evangelio, donde estuvo expuesta por largos afios. Incidentalmente es a Mota y Escobar a quien debemos la primera descripeién de Culiacdn, y una de las muy contadas que conocemos. El prelado recogié las impresiones de su visita pastoral en un manuscrito que se publicé muchisimos afios después de su muerte, con el titulo de Descripeién de Nueva Galicia. Por é1 sabemos que las casas eran todas de adobe, bajas, sin altos; que las calles eran anchas y rectas; que la plaza era muy grande y que alli estaba fundada la iglesia parroquial. Infortunadamente la descripeién no es muy explicita y no tenemos idea de cudntas calles habria, pero lo que si es seguro es que el burgo se habia extendido hacia el rio. En las casas ya se notaba una mejorfa, aunque fueran de adobe, y es de pensar que la plaza, que con toda Coleceién Rescate 21Antonio Nakayama seguridad seguiria siendo un gran baldio, estaba circundada por las casas de las familias més destacadas, como las Tobar, Cebreros, Ochoa de Garralaga, la de Amador Lépez, que trabajaba las minas de Cosald, y las de los oficiales de la corona, Por lo que respecta al templo parroquial, existe la duda de si era el mismo que fue demolido en 1887, u otro que se levanté en lugar del primitivo, edificado al fundarse la villa. El archivo eclesidstico se inicio en 1690, y en él no se halla ningtin dato sobre la construccién de la iglesia; entonces, salvo alguna noticia que apareciera, no sabemos si la que conocié Mota y Escobar haya sido la que sirvi6 como casa de oracién durante siglos, o bien se haya construido en el lapso comprendido de 1602 a 1690. En cuanto al numero de vecinos, encontramos una gran discrepancia entre los que anota el obispo y los que anota el censo de 1583, ya que su Ilustrisima anota treinta y en la Relacién de aquel afio se registran sesenta y seis familias De los habitos de vida de los culiacanenses de entonces Mota y Escobar nos dice que se sustentaban principalmente con pescado y tortilla y que, sesenta y un afios después de que se erigié la villa, vestian los mismos trajes que los fundadores habian introducido, Manifiesta también que los varones eran excelentes caballistas, aptos para la guerra y que criaban muy buenos caballos. Por lo que respecta a las mujeres, dice que eran sumamente hermosas y dotadas de una honesta sencillez. Lo tinico lamentable era que en la villa solamente el escribano usaba papel. 28 Coleceién Rescate Culiacén, En la época en que el obispo visité Culiacén, destacaba entre el yecindario una gran dama. Grande por su alcurnia y por las virtudes que la adornaban. Se llamaba Isabel de Tobar y Guzmin y era hija de don Pedro de Tobar y de dofia Francisca de Guzmén, hija de Gonzalo de Guzmén, gobernador de Cuba. Tal vez nacié en 1563 6 en 1564, y se casé con don Luis de los Rios Proafio, del que tuvo un hijo al que dieron el nombre de Hernando. Como enviud6 muy pronto se vio precisada a cargar con la educacién del nifio, quien, tras de haber aprendido los rudimentos de la instruccién, entré a estudiar en la Compafifa de Jesus. En 1602, la seffora invit6 a un joven sacerdote y poeta llamado Bernardo de Balbuena para que pasara unos dias en Culiacdn, y como pensaba en ir a radicar en la ciudad de México para estar cerca del hijo, rogé a su huésped que la pusiera al tanto de la vida en la gran ciudad, lo que aquel le prometié e hizo, pues en 1604 le envid “Grandeza Mexicana”, primero de los grandes poemas americanos, en cl que se fusionan Ia gloria del pocta, la hermosura de Isabel y el nombre de Culiacdn. La sefiora dejé su ciudad natal para dirigirse a México. Y ya en ella entré a un convento, mientras que su hijo Hernando se entregaba de leno a misionar entre los indigenas, habiendo muerto en 1616 a manos de los Tepehuanes. Se ignora la fecha en que fallecié la dama, que fue la primera belleza criolla nacida en Culiacén de que se tiene noticia. Coleceién Rescate 29Antonio Nakayama La noche de la historia Después de lo sucedido en el siglo xvi, hay una densa oscuridad en el avatar de la Villa de Culiacén. La carencia absoluta de documentacién no nos permite ahondar en lo que pasé en ella durante los siglos XVII y XVIII, dejando un vacio que esperamos algin dia pueda Ilenarse. Sélo conocemos que en Ia segunda mitad de 1a primera de esas centurias, junto a los apellidos de los Verdugo, Lépez de Siqueiros y Ochoa de Garralaga, aparecen los de otras familias que se avecindaron en la villa, como los Femandez Rojas, Amarillas, Urrea, Quiroz y Mora, Zazueta, Cabanillas del Castillo y otros mas, y que en el siglo Xvi aparecén los apellidos Espinoza de los Monteros, Ramos de Aguilera, Gomez de la Herran, Iturrios, Tellaeche, Diez Martinez, De la Vega y varios otros, que se constituyeron en la élite, y dada la pequefiez de la poblacién y las presunciones de sangre azul de todas aquellas familias, nacieron distrepaucias y rencillas por preeminencias sociales y econémicas. La villa se convierte en ciudad Una circunstancia fortuita de gran importancia para Culiacén, fue el que los obispos de Sonora fijaran en ella su residencia. La Didcesis fue creada en 1779, sefialandosele como sede la ciudad de Arispe, pero sus prelados advirtieron los inconvenientes de residir en un punto tan lejano, pequefio y expuesto a los ataques de los apaches, asi que los dos primcros obispos optaron por 30 Coleccién Rescate Culiacan vivir en Alamos, pero el tercero prefirid a Culiacan, y desde entonces, hasta 1883, Culiacdn fue de facto la sede episcopal. Al fundar el poblado, Nufio de Guzman Ie dio la categoria de villa, mas los afios transcurrieron y la corona espafiola no se la ratificé; asi que, en 1793, los vecinos solicitaron a Su Majestad le concediera el nombramiento y con ese motivo se levant6 una relacion de los habitantes que vivian en la villa, dando como resultado 549 familias, que sumaban 2 mil 660 personas; pero lo mas probable es que en el censo no entraran indios y mestizos, pues para esas fechas el Baron de Humboldt le asignaba al poblado 10 mil 808 habitantes, que también es muy posible no haya alcanzado. Los afios trascurrieron. Pasaron la lucha por la independencia, el movimiento de Iguala y el Imperio, que fueron etapas en que la villa no cont6 para nada, y llegé 1823 con su lucha de federalistas y centralistas. Las provincias de Sinaloa y Sonora habian cstado unidas durante el imperio, pero el 21 de julio del afio mencionado, el Supremo Poder Ejecutivo las separé por el decreto néimero 107, declarando a Culiacén capital de la Provincia de Sinaloa, dandole al mismo tiempo la cateoria de ciudad, por lo que tuvo la distincién de ser la segunda poblacién del noroccidente que alcanz6 ese rango, ya que la primera fue Arispe cuando se le designé capital de las Provincias Internas de Occidente. Coleccién Rescate 3La vida politica del siglo x1x habitantes de un burgo pequefio y tranquilo, pero cuando el crimen tiene cardcter politico y se comete en una persona de alta posicién social achacdndosele a personas de la misma clase, adquiere perfiles de un gran escndalo. Esto sucedié en Culiacdn el 23 de marzo de 1824, afio en que el licenciado Manuel Gémez de la Herrén fue cosido a pufialadas por don Manuel de Iturrios. La situacién politica en la ciudad era tensa, ya que las dos facciones imperantes eran enemigas irreconciliables, tanto por motivos ideolégicos como por la enemistad que existia entre las familias. Los parientes del muerto acusaron concretamente al obispo fray Bemardo del Espiritu Santo y a los presbiterus Miguel Maria y Carlos Espinoza de los Monteros de ser los autores intelectuales del crimen, mas nunca se pudo comprobar su culpabilidad y el asunto quedé en el misterio. Con la ereccién del Estado de Occidente la ciudad no alcanz6 mayor relevancia, e inclusive en la Asamblea Legislativa hubo oposicién a que se trasladara a ella la capital de la entidad, dada la preponderancia que en ella habia adquirido la familia De la Vega que no ocultaba sus ambiciones de dominacién. Occidente era una olla de & asesinato es un acto que conmociona a losgrillos. La idea de la divisidn de la entidad, de la que era el campe6n don Francisco de Iriarte, mas la destitucién de éste como vicegobernador, agitaron intensamente a los habitantes, y el 9 de junio de 1892 los culiacanenses, que eran partidarios de la divisién, sostuvieron un encuentro con las fuerzas gubernamentales acampadas en El Palmito, a las que derrotaron obligdndolas a retirarse del lugar. E] Estado de Occidente desaparecié el 14 de octubre de 1830, y la Asamblea Constitutiva de Sinaloa se instalé el 13 de marzo de 1831, declarando capital del Estado a la ciudad de Culiacén, que de esta manera adquirié preponderancia politica sobre el resto de la poblacién de la nueva entidad; pero su nueva categoria no cambié para nada su ambiente mustio y callado de pequefio burgo de provincia, Sin embargo, acaecen sucesos que alteran la tranquilidad de los vecinos y Culiacén se conmovié con un nuevo asesinato. Don Joaquin de Iturrfos, hermano del asesino del licenciado Gémez de la Herrdn, se encontraba preso en la cércel, de la cual sc fugé cl 23 de julio de 1833, y de acuerdo con lo que se dijo, un soldado le acerté un balazo de cuyas resultas murié. El escdndalo fue mayisculo, ya que la opinién publica sefialé undnimemente a los De la Vega como responsables del crimen. Iturrfos era acérrimo enemigo del clan, y es indiscutible que el mévil de su asesinato fue una venganza nacida de las enemistades que existian entre la victima y la famosa familia. EI afio de 1832, se habia hecho cargo del Poder Ejecutivo el vicegobernador Manuel Maria Alvarez de la Bandera, y apenas habjan transcurrido ocho meses de su 34 Coleccién Rescate Cul gestién cuando Culiacdn vio cémo se verificaba un pronunciamiento en el que tomaron parte soldados y civiles, y la sangre corria por sus calles, aunque las cosas no pasaron a mayores debido a que el gobierno controlé la situacién. Dice Buelna que se ignoraron los motivos de la revuelta, mas la realidad fue que la promovieron los De la ‘Vega, como pudo verse mas adelante. El gobicrno cometié la debilidad de amnistiar a los que tomaron parte en el pronunciamiento y el resultado de esto fue que Culiacdn se convirtiera de nuevo en escenario de guerra, pues en febrero de 1834, fuerzas federales al mando del teniente coronel Carlos C. Echeverria atacaron a las del gobierno, obligando al vicegobernador y a los miembros de 1a Legislatura a huir rumbo al sur; de esta manera la familia De la Vega se apoderé del poder, pero para guardar las apariencias, se hizo cargo del Ejecutivo un triunvirato integrado por sus corifeos. En 1838 Ilegé a la ciudad el nuevo obispo de Sonora, doctor y lieenciado don Lazaro de la Garza y Ballesteros, y su presencia marcé un jalén en la historia de Culiacén por los beneficios que habria de prestarle, siendo su primer acto de apertura el Seminario, acto que tuvo lugar el 8 de octubre de 1838 en la casa de don Rafael de la Vega y Rébago, ubicada al lado poniente de la plaza de armas. En ese mismo afio Culiacan yolvié a agitarse con los prolegomenos de una guerra civil, ya que el gobemador don Franco de Orrantia y Antolo y las demas autoridades secundaron la rebelién pro federalismo encabezada por el general José de Urrea, pero tras de unos Coleccién Rescate 35Antonio Nakayama combates el movimiento fracasé y Culiacén volvié al poder de los centralistas. En 1846 el centralismo cedié el campo al federalismo, lo que caus6 desconcierto a los De la Vega que tomaron el partido del primero. Gobernaba don Rafael, pero, aprovechando un movimiento subversivo de la guatnicién de Mazatlan, el prefecto de Culiacdn don Mariano Diez Martinez tomé preso al gobernador, si bien lo dio libre al dia siguiente, y Vega huyé hacia Tamazula, Durango, de donde regresé pronto para tomar venganza. Las casas de los Diez Martinez y los Vega estaban situadas frente a frente, y son las mismas que todavia se ven en el crucero de Ia avenida Obregon y la calle Rafael Buelna. La de los primeros es Ia que se encuentra en la esquina noroeste, y la de los Vega la situada en el noreste ~en la que todavia no hace muchos afios podian verse troneras-, y ambas fueron escenario de una tremenda balacera que se suscité entre los hombres del prefecto y los de don Rafael, habiendo muerto el jefe de la escolla de Diez Martinez, Vega recapturé la gubemnatura, pero encontrd al frente dos peligros, la intervencién norteamenricana y la presencia del coronel Rafael Téllez, quien usurpé la comandancia militar de Mazatlén y principié a autonombrarse gobemador. Se edifica para los vivos... y para los muertos La década de 1840 fue positiva para el aspecto urbanistico de la ciudad, En esa etapa se empezaron a acusar los perfiles de Io que habriamos de conocer transcurrido casi un siglo. El afio de 1835, cl excelentisimo sefior De la 36 Coleccién Rescate Coaliacsin _ Garza _y Ballesteros inicié la construccién del edificio del Seminario adquiriendo un solar ocupado por una huerta cercana a lo que hoy es la calle Hidalgo, limite entonces de lo habitado por la parte sur, ya que como se ha dicho, el crecimiento del poblado se encauz6 hacia la ribera del Tamazula, y por los rumbos oriente y poniente. El edificio, construido en su totalidad de canteria, se inauguro el 8 de octubre de 1842; fue el primero de dos plantas que se levanté en Culiacén; también el més extenso. Y por el sefiorio de sus claustros y de su escalinata se le consider el mejor de la ciudad, y para muchos lo sigue siendo. En la actualidad, sirve para albergar las oficinas del Poder Ejecutivo. El 22 de mayo de 1842, el sefior obispo puso la primera piedra de la actual iglesia catedral, que a su partida se levantaba dos varas del suelo, y enseguida atacé la fabrica del Colegio de San Juan Nepomuceno y Santo Tomés de Aquino en la misma calle Hidalgo, en el tramo comprendido de Obregén a Paliza, mas infortunadamente no logré terminarlo, y el solar tal vez fue rematado al aplicarse la Ley de Desamortizacién de Bienes del Clero. El primer cementerio de la ciudad se localizaba contiguo al templo parroquial y allf duré trescientos afios, pues en 1831 el Congreso Constituyente legislé sobre panteones y se abrié el que estuvo en el area de donde ahora se cruza las calles Obregén y José Aguilar Barraza, antes Guatemala; y todavia, no hace muchos afios, al hacerse excavaciones en la zona se encontraron numerosos restos humanos. El sefior De la Garza, que buscaba fondos pata el Colegio de San Juan, decidié abrir un comenterio y Coleccién Rescate 37Antonio Nakayama. oe se agencié un lote alejado de la ciudad, donde se fundé el pantedn con el nombre de San Juan, habiéndose abierto al servicio piiblico el 13 de mayo de 1844, para formar parte de la historia de nuestra ciudad. No tenemos noticia de los portales que hayan existido en todo el poblado, y solamente sabemos que frente al templo, es decir, en la esquina noroeste del cruce de Angel Flores y Obregén, donde actualmente se localiza la oficina matriz del Banco del Noroeste de México, habia uno, en donde el afio de 1833, con motivo de la epidemia de célera mérbus, se celebraba la misa para evitar contagios en el pequefio templo. Era un ejemplar de la colonia, posiblemente de finales del siglo XVI. En 1846, gobernando don Rafael de la Vega, se inicié el hermoseamiento de la plaza, y bajo la direccién de un italiano de apellido Tranquilini, se levantaron los portales que la circundaban. Es posible que la plaza ya haya estado arbolada y contara con asientos para las personas que iban a ella a descansar, pues tenemos noticias de una alameda que solamente alli pudo haber estado. En ese tiempo se edificé también la fabrica de hilados y tejidos “El Coloso”, cuyas ruinas todavia se levantaban en 1957. Igualmente, en 1846 se edificé la Casa de Moneda en la esquina noroeste de las calles Rosales y Rubi. Era de mamposteria y de dos pisos, con amplios portales y cumplié con el objetivo para el que fue levantada hasta llegar el afio de 1905 en que desaparecieron las casas de moneda que operaban en los estados. El edificio sirvié después para albergar las oficinas de Correos y Telégrafos, 38 Coleccién Rescate Cutiacén y fue demolido para fabricar el que aloja al primero de esos servicios. Renace Ja violencia Desde 1847 a 1851 Culiacdn recobré el clima de tranquilidad que le distinguia, mas en el altimo de esos afios sufi uno de los mayores desastres de su historia con la presencia de la epidemia del cdlera morbus, que la azoté en forma inmisericorde. La enfermedad entré en la ciudad el 10 de julio haciendo su primera victima en la persona del gobernador don José Maria Gaxiola, para enseguida terminar con la vida del parroco fray Antonio Fernandez Rojo. Los estragos causados por el terrible mal fueron tremendos. Sin médicos, hospitales ni casas de beneficencia. La gente moria por centenares y los cadaveres eran apilados en carretas para llevarlos al panteén y enterrados en largas zanjas. La ciudad era un cuadro de muerte y desolacién, y puede decirse que no hubo familia que no suftiera la pérdida de alguno de sus miembros, calculandose que por lo menos murié la mitad de la poblacién. Se dice que un mal nunca viene solo, y a Culiacdn le sucedi6 esto cuando atin no salia de la traumatizacién que Ie causara la epidemia. Gobernaba el coronel Francisco de la Vega, quien hizo aplicar la contribucién directa para suprimir las alcabalas, acto que contrarié a los comerciantes extranjeros radicados en Mazatlén, que instigaron escandalosas manifestaciones de protesta, haciendo que el gobernante saliera rumbo al puerto con Coleecién Rescate 39Antonio skayama fuerza armada. Pero la traicin de un jefe militar comprado por los comerciantes le hizo fracasar y poco después salieron tropas de! puerto rumbo a Culiacdn, la cual atacaron y tomaron, entregéndose después los soldados al saqueo, y para rematar, quemaron los archivos oficiales. Cuando parecia que la calma volvia a renacer se realiz6 un nuevo asesinato, tan escandaloso como los cometidos en las personas del licenciado De la Herran y don Joaquin Iturrios. El comandante Braclio Nufiez, neogranadino de nacimiento, fungia como prefecto de Culiacan. El 11 de enero de 1853 cuando se encontraba descansando en una banca en la plaza de armas. fue asesinado por un tal “Giiero Nicho”, El crimen causé gran conmocién no s6lo por su méyil politico, sino también por tratarse de una venganza, ya que el occiso era enemigo acétrimo de los De la Vega, a los que el pueblo atribuyé la responsabilidad intelectual. A lo anterior hay que agregar que era muy popular y querido, pues en los aciagos dias del c6lera presenté relevantes servicios a la comunidad, habiendo muerto en plena juventud, ya que apenas contaba con treinta aifos de edad. En el afio en que fue asesinado Niifiez, Ileg6 a la ciudad el nuevo obispo de Sonora, monsefior Pedro Loza y Pardavé, que fire objeto de una gran recepcién, tanto por haber hecho toda su carrera eclesidstica en Culiacén como por su don de gentes. Al afio siguiente el obispo reanudé las obras de la construccién de la catedral, las que luego se volvieron a interrumpir debido a los sucesos que empezaron a desarrollarse en el pais. 40 Coleceién Rescate Culiacdn En 1855, con motivo de la revolucién de Ayutla, el pueblo de Culiacan se enfrenté a la autoridad del prefecto y comandante militar José Inguanzo y puso en la prefectura al licenciado Eustaquio Buelna, quien ejercié el mando tres dias, ya que Inguanzo ordené su aprensién y lo mantuvo tres dias en la cércel, El triunfo arrollador del Tiberalismo sacé del poder a los conservadores, pero el golpe de Estado de Comonfort volteé las cartas a favor de los reaccionarios, que de nuevo se apoderaron del gobierno. Sin embargo, el 20 de agosto de 1858, los liberales de Culiacén se pusieron en plan de rebelién encabezados por don Ignacio Martinez Valenzuela y don Eustaquio Buelna, solamente que un dia antes don Placido Vega se sublevé en El Fuerte y con el auxilio del general Ignacio Pesqueira, gobernador de Sonora, arrollé a los conservadores, que ya no volvieron a levantar cabeza en el Estado. En 1864, el coronel Francisco de la Vega se rebelé contra el gobicrno del gencral Garcia Morales, proclamando el Plan de Culiacén. Partié para El Fuerte, y perseguido por las tropas republicanas, fue derrotado y pasado por las armas. El 13 de noviembre de ese mismo afio, los franceses ocuparon Mazatlin y enviaron una expedicién maritima cuyo objetivo era tomar Culiacén, pero fueron derrotados en San Pedro por el general Antonio Rosales en medio del pasmo de todo el mundo. El general Rosales entré triunfalmente en la ciudad, para susto de los imperialistas que habian preparado un banquete para los galos. El héroe acuartelé sus tropas en el edificio del Seminario, que, Coleccién Rescate 41Antonio Nakayama aparte, sirvié de hospital de sangre y para prisién de los franceses capturados en San Pedro ‘Ya en la etapa de la restauracién de la Republica, Culiacén fue escenario de revueltas como la de los coroneles Garcia Granados y Jestis Toledo, que sacaron 70 mil pesos de la Casa de Moneda; la de Adolfo Palacios, que liberd a los presos para que le acompafiaran en su aventura, y la de Francisco Cafiedo a favor del Plan de la Noria, En esta revuelta la principal figura fue la del general Manuel Marquez de Leén, quien el 27 de marzo atacé a Culiacén al frente de mil 400 hombres. La lucha fue enconada por ambos lados y el sitio duré hasta el 6 de mayo siguiente, cuando los rebeldes se retiraron ante la Ilegada del general Séstenes Rocha a Mazatlan. Ya restaurado el orden, la capital del Estado, que habia sido cambiada a Mazatlén en tiempos de don Plicido Vega fue restituida a Culiacén por decreto del 20 de septiembre de 1873, en medio del regocijo de los habitantes. 2 Coleccién Rescate El porfiriato en Culiacén la vida siguié igual. Las margenes de sus rfos ofrecian un aspecto muy pintoresco con la gran cantidad de ropa lavada que se ponia a secar al sol, y a esto se agregaba el cimulo de personas que totalmente desnudas tomaban su bafio. El servicio de agua se hacia por medio de burros cargados con botas de cuero, que la Tlevaban a las casas en las que los asnos se metian hasta la cocina. El alumbrado se hacia en las casas por medio de candiles, y en las calles se utilizaban los servicios de la Tuna, cuando la habia; asi que cuando un abogado norteamenricano visité la ciudad, escribié que Culiacén era “el lugar mas primitivo de América, pues en ella se hacian las cosas como cien afios atras”; pero, después de todo, ya se miraba un ligero apuntamiento de progreso, pues se contaba con el Ferrocarril Occidental de México que, planeado para correr de Altata a Durango, su via solamente Ileg6 a las proximidades del panteén Civil. Que en este tiempo se abrié al servicio piblico. La tendencia de no edificar hacia la zona sur seguia de manifiesto, pues la ciudad terminaba en donde se habian tendido los rieles del ferrocarril; en cambio se habia poblado un poco mas por los rumbos oriente y poniente. Las rias ostentaban nombres pintorescos: del Pescado, de la Sirena, del 0: paz porfiriana mareé una etapa para México, masAntonio Nakayama Comercio, del Refugio, del Seminario, de San Isidro, del Oro, de los Artesanos, del Aguila, de la Barranca, de la Teneria, y los callejones del Beso, de los Pajaritos y del Indio Triste. Por esos dias, el excelentisimo sefior obispo don José de Jesis Maria Uriarte edificé el Hospital del Carmen, levanténdolo de su peculio en la esquina de la actuales calle Hidalgo y Aquiles Serdan, siendo el primer centro asistencial que hubo en la ciudad. Con anterioridad, alla por los afios de 1867 y 1868, siendo gobernador de la Mitra construyé el edificio del obispado, que ya no existe, en el crucero de la Obregén y la Hidalgo; y a este respecto, cabe recordar una graciosa anécdota del excelentisimo sefior Pedro Loza y Pardavé: al edificarse el obispado, la parte donde habfa estado la improvisada capilla del sefior De la Garza se transforms en un pequefio corral donde pastaba el asno que se utilizaba para traer agua del rio, y cuando monsefior Loza recordaba su ordenacion sucerdotal, devia que se habia ordenado “en ¢] chiquero del burro”. Culiacdn se convirtié en sede episcopal de jure en 1883 en que se erigié la Didcesis de Sinaloa, siendo su primer obispo monsefior Uriarte, que lo era de Sonora, y quien tom6 posesién el 8 de diciembre de ese afio. Una de las tareas de este prelado fue concluir las obras de la catedral, iniciadas por el excelentisimo sefior De la Garza, y desde luego que se puso en obra, habiéndolas terminado en 1887; pero no tuvo la satisfaccién de verla abierta al culto, ya que la muerte lo sorprendié el 20 de mayo de ese afio, y cl que la inauguré fue el presbitero Saturnino Campoy, 44 Coleccién Rescate Culiacén vicario capitular. La vieja parroquia, testigo de la vida de los culiacanenses durante casi tres centurias, fue demolida por una de esas aberraciones que tanto se repiten. Era una pequefia construccién de piedra y mezcla; de una nave con dos cruceros, coro y un reloj: La torre era de dos cuerpos en forma de cubos, en la que pendian tres campanas y una esquila. El cuerpo del templo estaba techado con madera, ladrillo y mezcla, con tres puertas de clavazén de. cubre, siendo la principal, o mayor, la que daba a Jo que hoy es la avenida Obregon, y las otras dos en los costados. Contaba con cuatro pilas de agua bendita, una grande y tres chicas adosadas a la pared; un pilpito; tres confesionarios; un viacrucis pintado en laminas de hojalata y dos bancas de cabildo, asi que por este tiltimo dato nos damos cuenta de que los fieles tenian que llevar en que sentarse. Los altares principales eran tres. El del centro, el mayor, con su colateral de madera, viejo, pintado y dorado, donde se veneraba la imagen del patrén de la ciudad, el Arcdngel San Miguel; en uno dc los cruccros el de Nuestra Sefiora del Rosario que atin se conserva en la catedral, y en otro, la capilla del Seffor San José. En el cuerpo de la iglesia se hallaban el de Animas, en el que se miraban imagenes de San Francisco, San Pedro y San Antonio, el de Jestis Nazareno y el de San Nicolas, pudiéndose advertir también la pila bautismal. Coleceién Rescate 45El siglo xx omé la fisonomia que habria de conservar hasta la década de 1940, pues en la etapa mencionada se construyeron el palacio municipal, el edificio del Colegio Rosales, la cércel y el teatro Apolo; se puso en servicio la plaza Rosales y se hermose6 la de armas con jardines, bancas y el quiosco que ahora se halla en la de Quild. la calle Rosales, entre Rubi y Morelos, se levantaba una casa que debe haber datado de principios del siglo x1 que estuvo el Estanco, o Tercena, es decir, donde se custodiaban los naipes, el tabaco y el mezeal, que eran monopolio del Estado. El inmueble fue adquirido por particulares y mas tarde el gobernador Francisco Cafiedo lo adapté para oficinas del Gobierno del Estado; en la actualidad todavia aloja dependencias del Poder Ejecutivo. También por ese tiempo se introdujeron los servicios de luz eléctrica y agua potable; esta tiltima se almacenaba en un gran depésito en forma cilindrica hecho con lamina de hierro pintada de rojo, que fue uno de los puntos distintivos de la ciudad. En los tiltimos afios de la década de 1900, estando vivo todavia el general Cafiedo, se iniciaron las obras del puente que Illevé su nombre, y en 1909, Ilegé a la ciudad el Fe en los finales del siglo pasado, cuando Culiacdn ees Ferrocarril Sud-Pacifico de México; fueron estas obras las que marcaron el final del lento progreso de Culiacdn, ya que en 1910 se desaté la lucha revolucionaria que paralizé las actividades de la vida nacional. En mayo de 1911 los maderistas sitiaron la ciudad, la cual tomaron; y al afio siguiente se rebelaron algunos grupos enarbolando la bandera de Emiliano Zapata cometiendo saqueos en Culiacén, pero a la postre fueron derrotados. Tras esto vino la Revolucién Constitucionalista, y el 10 de noviembre de 1913, las fuerzas del general Alvaro Obregén sitiaron Culiacén, habiéndola tomado el 14 siguiente. Al restaurarse el orden constitucional se hizo cargo de la gubernatura el general Ramén F. Iturbe, quien, entre las obras materiales que llevé a efecto, remozé la fachada del edificio del Seminario, destinéndolo para hospicio, y levanté el extenso. mercado Gustavo Garmendia, terminando asi con el asqueroso zoco que servia como tal. Sin embargo, el regreso a la vida institucional no fue ningén aliento para que Culiacdn saliera de su marasmo ancestral, el cual por lo contrario, se agudiz6, ya que en la lucha maderista la fabrica de hilados y tejidos El Coloso fue incendiada, perdiendo la ciudad la unica fuente de trabajo que tenia, por lo que los habitantes se concretaban a vivir de escasos empleos burocraticos, de los estudiantes que venian al Colegio Rosales y de un comercio raquitico que en nada favorecfa a los nacionales porque se hallaba en poder de chinos. No habia servicios sanitarios, ni drenaje, tampoco pavimento; fue hasta en el primer gobicrno del profesor Manuel Péez en que se pavimentaron las calles Angel Flores y Antonio Rosales, 48 Coleccion Rescate Culiacdn en una extensién que iba de la plaza de armas hasta la de Rosales. {La vida en Culiacdn seguia siendo tan primitiva como siempre! La iniciacién de los sistemas de riego con el levantamiento de la presa de Sanalona vino a despertar a la ciudad del letargo en que vivid sumida durante siglos, ya que empezaron las siembras de riego que dieron un fuerte impulso a la economia de la regién, que pronto se reflejé en el auge de las actividades bancarias. En Sinaloa, el primer banco se abrié en Mazatlan en 1898, bajo el nombre de Banco Occidental de México, S.A., razén social que todavia funciona; pero en Culiacén, donde la pobreza era notoria en el 98, no hubo siquiera un intento para establecer una institucién similar, por lo que el Occidental abrié aqui una sucursal, a cuyo frente estuvo el sefior José Salazar. Infortunadamente, la lucha revolucionaria hizo que el establecimiento cerrara y las operaciones crediticias se constrifieran a las que efectuaba la casa de Cambio de don Antonio Vizcaino y luego la Casa de Cambio de don Manuel Esquer, que més tarde recibié la franquicia para operar como establecimiento bancario nacional, tipo de institucién en que se ejercfan operaciones bancarias con ciertas limitaciones y al expedirse la ley de Instituciones de Crédito se transformé en Banco de Culiacdn, S. A., operando junto con una sucursal del Banco de Sonora, S. A., que duré algunos afios y cerré por quiebra de la matriz. En 1939 se fundé y abrié el Banco del Noroeste de México, 8. A., de CV., que bajo la habil c inteligente direccién del sefior José G. Mercado, vino a revolucionar Coleecién Rescate 49
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Phil Knight
Rating: 4.5 out of 5 stars
4.5/5 (547)
The Hard Thing About Hard Things: Building a Business When There Are No Easy Answers
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Ben Horowitz
Rating: 4.5 out of 5 stars
4.5/5 (358)
Elon Musk: Tesla, SpaceX, and the Quest for a Fantastic Future
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Ashlee Vance
Rating: 4.5 out of 5 stars
4.5/5 (479)
Bad Feminist: Essays
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Roxane Gay
Rating: 4 out of 5 stars
4/5 (1062)
The Emperor of All Maladies: A Biography of Cancer
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Siddhartha Mukherjee
Rating: 4.5 out of 5 stars
4.5/5 (275)
Steve Jobs
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Walter Isaacson
Rating: 4.5 out of 5 stars
4.5/5 (814)
Angela's Ashes: A Memoir
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Frank McCourt
Rating: 4.5 out of 5 stars
4.5/5 (444)
The World Is Flat 3.0: A Brief History of the Twenty-first Century
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Thomas L. Friedman
Rating: 3.5 out of 5 stars
3.5/5 (2281)
The Outsider: A Novel
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Stephen King
Rating: 4 out of 5 stars
4/5 (1954)
The Yellow House: A Memoir (2019 National Book Award Winner)
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Sarah M. Broom
Rating: 4 out of 5 stars
4/5 (99)
Yes Please
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Amy Poehler
Rating: 4 out of 5 stars
4/5 (1961)
Devil in the Grove: Thurgood Marshall, the Groveland Boys, and the Dawn of a New America
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Gilbert King
Rating: 4.5 out of 5 stars
4.5/5 (273)
The Art of Racing in the Rain: A Novel
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Garth Stein
Rating: 4 out of 5 stars
4/5 (4264)
A Tree Grows in Brooklyn
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Betty Smith
Rating: 4.5 out of 5 stars
4.5/5 (1934)
A Heartbreaking Work Of Staggering Genius: A Memoir Based on a True Story
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Dave Eggers
Rating: 3.5 out of 5 stars
3.5/5 (233)
Team of Rivals: The Political Genius of Abraham Lincoln
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Doris Kearns Goodwin
Rating: 4.5 out of 5 stars
4.5/5 (235)
Fear: Trump in the White House
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Bob Woodward
Rating: 3.5 out of 5 stars
3.5/5 (805)
Rise of ISIS: A Threat We Can't Ignore
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Jay Sekulow
Rating: 3.5 out of 5 stars
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On Fire: The (Burning) Case for a Green New Deal
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Naomi Klein
Rating: 4 out of 5 stars
4/5 (75)
Manhattan Beach: A Novel
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Jennifer Egan
Rating: 3.5 out of 5 stars
3.5/5 (883)
The Unwinding: An Inner History of the New America
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George Packer
Rating: 4 out of 5 stars
4/5 (45)
John Adams
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David McCullough
Rating: 4.5 out of 5 stars
4.5/5 (2520)
The Constant Gardener: A Novel
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John le Carré
Rating: 3.5 out of 5 stars
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Idges 1999
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Research Fellowship: Swiss Government Excellence Scholarships
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2 PHD Scholarships in Circular Economy (European Horizon 2020 Project "Reflow")
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01 Guest-Programme MPIeR 2018-02
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Call 2018-2019 Master Mind Scholarships
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Fine Arts Scholarships: Swiss Government Excellence Scholarships
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French Digital Agriculture Convergence Lab: PHD Positions Advertised, Autumn 2018
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Green Growth, Climate Change and Environmental Sustainability
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Eurias Application Guidelines
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Application Guidelines Japanese Government (Mext) Scholarship For 2018 (Japanese Studies Students)
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UNESCO-ICCBS Flyer 2 24-Jul-2017 Scholarships Procedure
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Little Women
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Little Women
Louisa May Alcott
Rating: 4 out of 5 stars
4/5 (105)