Smidakova Georgetown 0076D 13424
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A Dissertation
submitted to the Faculty of the
Graduate School of Arts and Sciences
of Georgetown University
in partial fulfillment of the requirements for the
degree of
Doctor of Philosophy
in Spanish and Portuguese
By
Washington, DC
July 20, 2016
Copyright 2016 by Bohumira Smidakova
All Rights Reserved
ii
EL ESPECTRO DE LA FIGURA GITANA EN EL CINE ESPAÑOL
ABSTRACT
This dissertation examines the representation of the Gypsy figure in the Spanish cinema
and particularly its role in the formation of Spanish national identity from the Second Republic
to the post-Franco period. Titles of film under discussion include María de la O (Francisco Elías,
1936), Los Tarantos (Francisco Rovira-Beleta, 1963), Alma gitana (Chus Gutiérrez, 1996) and
and it was subsequently appropriated by various contesting ideologies. I analyze this character as
a spectral presence that, due to its ambivalent nature, haunts the Spanish national identity
building process. I argue that this phantasmagoric figure highlights the tensions of a nation that
wants to project itself as one fully immersed in modernity yet, simultaneously, maintaining a
Following a chronological logic, I observe the changes in the portrayal of the Gypsy
character and the usage the cinematographic production makes of it. This body became a site
where the various representational struggles such as racial purity versus heterogeneity during the
first years of dictatorship, modernity versus tradition in the economic boom of the sixties or
iii
The study of these films aims to shed light on the decisive role of the Gypsy figure in the
process of national identity construction, not merely as a folkloric asset but as a constant
iv
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo es fruto de un largo viaje, de un interés surgido casi como un sueño que a lo
largo de los años ha ido tomando forma. No habría sido posible sin la ayuda y el consejo de
muchas personas con las que me he encontrado en el camino. En primer lugar mis
agradecimientos son para mi comité. El director de mi tesis, Alejandro Yarza, que desde el
primer momento mostró entusiasmo y apoyo al proyecto. No sólo sus profundos conocimientos
pero su dedicación han sido esenciales. Mis lectoras, Tania Gentic y Eva Woods-Peiró. Sus
Quiero dar las gracias al profesorado del Departamento de español y portugués. Muchos
han estado presentes en el día a día, pero quisiera mencionar particularmente a Gwen
Kirkpatrick, cuya puerta siempre ha estado abierta para cualquier duda, consejo o pregunta.
Joanne Rappaport, con quien tuve la oportunidad de sumergirme en lecturas etnográficas que
informaron la primera fase del trabajo y Vivaldo Santos, quien mostró siempre genuino interés
por el proyecto. Asimismo, mis socios en esta aventura, compañeros y amigos. En especial Yoel
Castillo Botello, quien me abrió la puerta al flamenco y Nohora Arrieta, cuyas preguntas me
hicieron repensar mi postura con respecto a la comunidad gitana. También quisiera mencionar a
Marisa Filgueras, Gabriel Villarroel, José Cornelio, Denise Kripper y Daniel Castelblanco, todos
Taylor, gracias por su paciencia y su esfuerzos en editar mis textos, Dorothée Kellou y sus ojo
v
fílmico, Mercedes Fernández por hacer de este lugar un hogar y María Cecila Ramírez, por su
genuino interés.
ofrecido por la Central European University, dirigido por la brillante Ethel Brooks. La estancia
particular gracias a Ismael Cortés y Cayetano Fernández por compartir su trabajo y visión.
Igualmente, gracias a José Heredia por dedicarme su tiempo e intercambiar correos, contactos,
artículos.
Finalmente, este trabajo no habría sido posible sin el apoyo incondicional de mi familia.
Mis padres, Bohumira y Stepán, quienes nunca dudaron de mí y siempre tenían palabras de
ánimo en momentos más bajos, mi hermana Jana, con quien puedo hablar de todo a cualquier
hora. Mi tía Marie que se aseguró que la República Checa siguiera siendo mi país, y mi abuelo
Frantisek, quien no llegó a ver el final de esta tesis, pero siempre mostró curiosidad por mis
viajes.
Por último, quiero darle las gracias a mi compañero Pedro Cruz, quien estuvo presente
vi
INDICE
Introducción .....................................................................................................................................1
2. Dos iniciativas desde el margen: “Gitanos con palabra” y El amor y la ira .......................132
Epílogo .........................................................................................................................................144
Bibliografía ..................................................................................................................................148
vii
Preciosa y el aire
¡Míralo por dónde viene!
Su luna de pergamino Sátiro de estrellas bajas
Preciosa tocando viene con sus lenguas relucientes.
por un anfibio sendero
de cristales y laureles. Preciosa, llena de miedo,
El silencio sin estrellas, entra en la casa que tiene,
huyendo del sonsonete, más arriba de los pinos,
cae donde el mar bate y canta el cónsul de los ingleses.
su noche llena de peces.
En los picos de la sierra Asustados por los gritos
los carabineros duermen tres carabineros vienen,
guardando las blancas torres sus negras capas ceñidas
donde viven los ingleses. y los gorros en las sienes.
Y los gitanos del agua
levantan por distraerse, El inglés da a la gitana
glorietas de caracolas un vaso de tibia leche,
y ramas de pino verde. y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene. Y mientras cuenta, llorando,
Al verla se ha levantado su aventura a aquella gente,
el viento que nunca duerme. en las tejas de pizarra
San Cristobalón desnudo, el viento, furioso, muerde.
lleno de lenguas celestes,
mira la niña tocando
una dulce gaita ausente.
Federico García Lorca rescata el personaje cervantino de Preciosa para la colección del
Romancero gitano (1928) estableciendo así una conexión entre el pasado y el presente, una
calé constituye una de las obras más populares de Lorca así como determinan fuertemente la
asociación del poeta con esta minoría. “Preciosa y el aire” contiene los elementos fantásticos y
míticos con los que García Lorca vislumbró el pueblo gitano, desmarcándolo de las
conocida en el mundo literario por las Novelas ejemplares (1613) de Miguel de Cervantes, se
yergue como la antítesis de Carmen, la famosa gitana creada por Prospero Merimée en su novela
de 1845, más conocida hoy en día por la ópera homónima de Georges Bizet (1875). Mientras que
la gitana creada por el francés es responsable por las fantasías sobre la mujer española exótica,
llena de pasión, incluso lujuria, si se quiere, la niña Preciosa parece un ser de otro mundo,
pura y frágil, vulnerable a los ataques del viento, y quién sabe, probablemente también a los de
famme fatale, un mito en el imaginario popular. Preciosa, la Gitanilla, por otro lado, no ha
sobrepasado el umbral literario, clamando tímidamente su origen español. La antítesis entre las
dos, cada una producto de la imaginación masculina de dos lados de los Pirineos, es testigo de la
incoherencia entre la imagen que se proyecta sobre la figura gitana desde dentro y desde fuera de
1
España. ¿Cómo este choque se traduce en la representación de una nación entera? Mi disertación
explora cómo esta tensión entre la representación foránea y nacional de la figura del gitano
español entendida como un locus en el que se condensan las tensiones sobre las que gravita la
proyecta sobre España desde el resto de Europa, en particular Francia e Inglaterra comenzando a
finales del siglo XVIII, y la que surge con el debate interno de los intelectuales españoles que
buscan re-definirla a partir las últimas décadas del siglo XIX. La figura gitana – una presencia
apropiada por las diferentes ideologías que dominaron la política del país a lo largo del siglo
XX.a En España, donde el aparato cinematográfico se ha usado con éxito como una herramienta
para la construcción de una nación, la imagen de lo gitano ha servido de pantalla en la que se han
Este personaje ha cumplido el rol del Otro interno, una presencia con la que la sociedad
apropiándose de las características que resultaban atractivas (el arte del flamenco) para plasmar
su excepcionalidad y usando otras (el supuesto tradicionalismo) para explicar el atraso frente a
a
Lou Charnon-Deutsch marca los orígenes de la figura gitana como esenciales en el imaginario europeo ya que
encarnaban el vínculo entre el hombre y la naturaleza, algo que comenzó a perderse a partir del siglo XVIII (9).
Posteriormente, la asociación entre lo gitano y lo español surge a partir de una exotización de la península como
espacio diferente, exotizado, dentro de una Europa cada vez más industrializada.
2
A partir del análisis de películas desde el cine de la República hasta el período de la
representación cinematográfica de esta figura. Mi estudio está guiado por las siguientes
preguntas: ¿Por qué la figura gitana sigue y no ha perdido vigencia a pesar de los cambios que ha
experimentado el país? ¿ Qué posee este personaje para mantener su atractivo a la hora de servir
Como punto de partida a estas cuestiones resulta ilustrador el trabajo de Susan Martin-
identidad nacional española está caracterizado por la ambigüedad debido a que el país se
‘desorientado’ (9). Los diarios de viajeros extranjeros representan España como un espacio casi
pre-moderno donde las pasiones dominan la razón, un espacio escapista con costumbres
sanguinarias como las corridas de toros y gentes sensuales como los gitanos.b Simultáneamente,
paternalista y con la mirada puesta en el norte de África y Guinea Ecuatorial articula esta
orientalización, una tendencia que se atisba en la escena intelectual y artística española desde
b
Charnon-Deutsch en su capítulo de Spanish Gypsy, dedicado a los viajeros observa que durante el siglo XVIII
aquellos que llegaban a España estaban más interesados en el legado árabe, ignorando la comunidad gitana. Sin
embargo, un siglo más tarde, el interés de los viajeros se enfocó en los ‘frenéticos’ bailes de las mujeres andaluzas,
asociando la pasión del baile con el clima del sur español. Como apunta la autora, el siglo XIX también atestiguó un
florecimiento de historiografías sobre los gitanos así como estudios etnográficos sobre el grupo. Entre los escritos de
viajes cabe destacar alos franceses Chrétien-Auguste Fischer o Theofile Gautier o el inglés George Borrow.
Heinrich Grellmann fue, por su parte, la referencia historiográfica indispensable con la primera historia sobre los
gitanos en Europa (51-54).
3
finales del siglo XIX en el modo de representación de lo propio.c Esta proyección exótica de sí
mismos persiste a lo largo del siglo XX, como demuestra claramente el eslogan publicitario de
Para entender mejor la tensión entre la proyección de España como espacio exótico y la
esta centuria está marcado para España por los sucesos conocidos como el Desastre. A la pérdida
de las últimas colonias en1898 y la falta de éxito de la empresa africana, una tentativa de subirse
al tren colonialista del siglo XIX, deben añadirse las guerras civiles (guerras carlistas) que
asolaron el país durante el siglo XIX, lo que se traduce en un estado general de inestabilidad y
debilidad política (Linz en Álvarez Junco 311-312). Esta caída en picado que simboliza el
Desastre sume al país en una crisis de identidad. El derrumbe del Imperio (aunque la decadencia
ya era patente durante los dos últimos siglos) provoca una situación de incertidumbre que hace
Gellner:
[i]s not the awakening and assertion of mythical, supposedly natural and given
units. It is, on the contrary, the crystallization of new units, suitable for the
conditions now prevailing, though admittedly using as their raw material the
cultural, historical and other inheritances from the pre-nationalist world (49).
c
Existen hipótesis encontradas sobre la naturaleza de este orientalismo interno, español y autorreferente. José
Colmeiro en el estudio que dedica al mito de Carmen tilda este orientalismo como ‘internalizado’, fruto de la
influencia francesa, lugar de formación de gran parte de los artistas finiseculares como Albéniz, Pedrell, Falla o
Picasso (Colmeiro “Exorcising Exotism: Carmen and the Construction of Oriental Spain” 142). Trinidad Pardo
Ballester en su tesis doctoral rebate el origen ‘afrancesado’ del orientalismo español de inicios del siglo XX. La
autora entiende esta tendencia que denomina ‘orientalismo intrínseco’ como esencial del modernismo español y
cuyo objetivo es el de conformar una imagen unificada de Estado –Nación (Pardo Ballester 172).
4
Esta cristalización de nuevos modelos sobre un rumbo diferente para España se limita a
un espacio recluido y selecto – una torre de marfil - dominado por un grupo de intelectuales
(término que se emplea por primera vez como sustantivo en este contexto) conocidos como
regeneracionistas. Según esta élite pensante liderada por Joaquín Costa, el ‘cáncer’ del que sufre
diversos. Una de las propuestas más conocidas se debe a Miguel de Unamuno, quien, en su
trabajo En torno al casticismo, propone buscar la cura desde la misma esencia de lo español, su
verdadera forjadora de la unidad y la monarquía españolas; ella las hizo y ella misma se ha
encontrado más de una vez enredada en consecuencias extremas de su obra” (Unamuno 56).
Frente a esta visión casticista se posiciona José Ortega y Gasset, perteneciente a una generación
posterior, quien entiende que la reparación de España debe llegar desde fuera. Su diagnóstico
estima que “España es el problema, Europa la solución” (Ortega y Gasset 521). Sin embargo,
existe una reciprocidad y dependencia entre las dos entidades pues si Europa es el espacio vital
donde fluyen las ideas, Ortega no deja de percibirla como materialista, industrializada pero
desalmada, mientras España constituye un enclave espiritual dentro del continente europeo.
marco de referencia contra o a favor del que definirse. Las grandes naciones industrializadas
dictan las características de un estado-nación moderno. Pero más allá de eso, el Occidente
europeo (Francia, Inglaterra o Alemania) establece una voz que proyectará una fantasía exótica
sobre la península iniciando de este modo un discurso orientalizador que permanecerá vigente
hasta muy entrado el siglo XX. Los iniciadores y responsables de esta visión romántica fueron
5
los viajeros, quienes desde finales del siglo XVIII cruzaban los Pirineos en busca de un pueblo
más primitivo, más auténtico y menos afectado por la industrialización que se experimentaba en
el resto de Europa. Entre ellos Prosper Merimée cuya novela Carmen (1845) situó la figura
gitana y el flamenco en el marco de la imaginación europea sobre España, siendo así responsable
por afianzar lo español como referente exótico dentro del imaginario europeo. Por tanto no es de
antiflamenquismo, quisiera suprimir todo aquello relacionado con estas prácticas Los
artistas que vivían de este espectáculo) – el café cantante - como una de las causas del
subdesarrollo en el que estaba sumido el país. Destaca Miguel de Unamuno quien afirma: “Uno
de los mayores males de España es la afición a los toros y la flamenquería contada su secuela de
superficialidad y ramplonería con la chulería y aún con otras peores, es que entre la gente de la
afición donde más se leen los semanarios pornográficos”.e Como apunta Paco Sevilla, el
ambiente generado por el flamenco fue entendido como un espacio degenerado, óptimo para los
vicios acompañados del alcohol (24). Entre las voces enfrentadas a este arte destaca la de
(1916), en la cual conjuga tres factores – lo gitano, lo flamenco y lo andaluz – como las
d
Es conocido el caso de Demófilo, quien fuera el primer flamencófilo recopilando cantes flamencos. En su
Colección de cantes flamencos subraya la necesidad de reconocer el origen andaluz de este arte para así evitar su
orientalización (Pardo Ballester 25).
e
Cita usada Eugenio Noel en una charla antitaurina publicada en El Almanaque de Sevilla en 1912.
6
gozarlas. El tacto exquisito de los extranjeros, sobre todo, de ese jamás bastante
ponderado gusto francés, importaron los productos de ese árbol trigémino cuyas
raíces sostienen hoy y minan al mismo tiempo lo más rico del espíritu español.
(…) España maldice las tres cosas. Y ellas, podridas, colaborando sin saberlo o
sin quererlo, han invadido con sus úlceras y sus colores el espíritu español (254).
Empleando la nomenclatura del discurso galeno, Noel diagnostica la dolencia de España que
andaluz – que han sido proyectados desde el extranjero a toda la península como las
obstante, es preciso notar la contradicción que, de acuerdo al escritor, encierra este trinomio que
hace crecer a la par que destruye la esencia de lo español. Mientras lo flamenco significa la
españolidad más auténtica, asimismo, acarrea consigo el lastre del atavismo que no permite que
el país avance. Esta contradicción, ya apuntada en el fin del siglo se torna leit-motiv en la lectura,
tanto del flamenco como de la figura del gitano español en el siglo XX.
Esta tensión constituirá el eje que vertebra la construcción de la España moderna desde su
historia intelectual nacional, propone la regeneración del país a través de una mirada nostálgica
al pasado por lo que es calificado por Francisco Ayala como “el último y patético episodio de la
desconexión de la España con la Europa moderna” (Ayala en Bernecker 42). A pesar de que
hubo grandes defensores del movimiento regeneracionista, parte del mismo impulso, que le
f
Miguel de Unamuno reacciona al respecto en su correspondencia con Eugenio Noel: “Usted se propone combatir
sin tregua ni merced esa plaga del torerismo y la flamenquería y todo lo mucho que a ella va unido. No solo le
aplaudo por ello, sino que, para tal fin me pongo a sus órdenes” (Unamuno, “La afición” en Obras completas, VII,
969).
7
adscribieron el arranque hacia la normalidad de la Europa moderna (Bernecker 43), es indudable
la ambigüedad que rodeó sus circunstancias. De ahí que la paradoja presente en la visión de
repercusión en este sentido fue el trabajo de Federico García Lorca, específicamente la colección
de poemas El Romancero gitano (1928). El poeta granadino quiso rescatar el flamenco del halo
peyorativo que le otorgó la élite finisecular. El gitano y su arte flamenco representa, de acuerdo
al poeta, el alma del pueblo español, que, a diferencia de la visión extranjera que ponderaba la
pasión y la sensualidad, se caracteriza por su talante serio, trágico, amargo. En este sentido,
Nationalism usually conquers in the name of a putative folk culture (…). If the
nationalism prospers, it eliminates the alien high culture, but it does not replace it by the
old local culture; it revives, or invents, a local high (literature, specialist transmitted)
culture is also accompanied by the mythification of folk culture as an expression of the national
soul. A mode of production of a phantom, for ghosts are the return of the repressed of history”
(1995:5). Este proceso se lleva a cabo desde dos estrategias: la invisibilización (empujando estas
expresiones culturales a los márgenes) y la canibalización (tomando algunas formas del folclore
8
e incorporándolas al discurso cultural nacional). La actitud gitanófila/flamencófila se inscribe en
esta tendencia que consiste en rescatar a la par que purificar el folclore. Una línea modernista
entiende, junto al escapismo y al indigenismo modernista como “otra manera de protestar contra
el orden establecido, pues se trata de una rebeldía contra el destino del hombre, no solamente
condenado a morir, sino a vivir en sociedades regidas por el materialismo más crudo” (En Pardo
Ballester 185-186).
A la labor flamenquista literaria de Lorca cabe añadir la organización del Concurso del
cante jondo (1922), que arroja otra luz a la comunidad gitana, visibilizándola en un contexto
diferente al del café cantante. El Concurso, una colaboración de varios intelectuales entre los que
destacó Manuel de Falla, impulsó la carrera de nuevos cantaores flamencos, como fue el caso de
Antonio Mairena, quien pone la voz a Julio Peña en las escenas musicales de María de la O.g Es
importante entender esta iniciativa en un marco más amplio (tanto cronológica como
geográficamente), pues forma parte de una larga tradición musical europea con tendencia a
g
Pero la iniciativa no fue exenta de problematicidad, ya que los organizadores concibieron la competición como una
muestra del ‘flamenco puro’ y por ello sólo los artistas amateur pudieron participar. De ahí que grandes figuras del
cante del momento permanecieron al margen de este acto. Marion Papenbrok en su estudio sobre la historia del
flamenco, particularmente en lo que atañe la decadencia y renacimiento del arte, los organizadores del Concurso de
Cante Jondo cometieron un error orgánico: “They thought of Flamenco as belonging to all Andalusian people, and
only performers ‘for the people’ - i.e. amateurs – were invited to perform. This misreading of reality led them to
overlook the fact that even the height of flamenco’s commercialization, some professional performers were still able
to earn their living without having to make any artistic concessions (ej: la Niña de los Peines). The “Concurso”
organizers’ romantic notion that unknown amateurs would emerge from seclusion who had preserved treasure of the
old, pure flamenco, proved unrealistic.” (45)
h
Anna Piotrowska, en su trabajo Gypsy Music in European Culture, señala: “The inclusion of discourse on Gypsy
music in a wider spectrum of exoticism was linked closely with the search for a ‘noble savage’ as well as the
attribution of the emotional layer of Gypsy music with traits associated with Oriental peoples (on the one hand
sentimentalism and naivité, on the other wilderness and barbarianism) (14-15). El músico gitano encarnaba, de
acuerdo al imaginario europeo, la creatividad debido a la libertad y la independencia de las normas de la sociedad.
La escena musical, tan decisiva en la formación de las naciones-estado, contribuyó significativamente a la
9
Falla y Lorca crean un discurso diferente en torno a la figura gitana y al flamenco. Su
fascinación por este arte que “se ha venido cultivando desde tiempo inmemorial, y a todos los
viajeros ilustres (…) les han emocionado esas profundas salmodias, que (…) cruzan y definen
una nueva imagen de lo gitano lejos de la farándula. El gitano construido fronteras adentro,
argumento de Pardo Ballester, “dos tipos de realidad, la indígena y exótica que lleva al pasado
una imagen española nueva y contradictoria: la del gitano sobrio, expresión de la superioridad
modernista” (190). Mi trabajo retoma la figura gitana a partir de este momento. Por ello, a
escena de la figura gitana desde una perspectiva metafórica. En este cuerpo que, como ya he
diferentes discursos que han tratado de definir la identidad española desde finales del siglo XIX.
Su asiduidad en la gran pantalla no es fortuita. No responde a una mera fantasía sobre el Otro
exótico para apelar a la imaginación ya romántica ya colonial del público español, sino que
contstrucción del estereotipo de lo gitano: “Musical stage works with Gypsy associations were dominated by the
five themes of love, freedom, magic, nature and evil. This “pentalogue” guided the way in which Gypsy characters
were created, and was supported by the stereotypical visuals of Gypsies at their campsites (110).
10
Tomando como referencia el trabajo de Dina Iordanova sobre el cine roma de los
Balcanes, quien entiende el cine de temática roma como instrumental para reflexionar sobre la
tropo a través del cual se manifiestan los diferentes procesos de negociación de la imagen
La figura del gitano español constituye el Otro interno que sirve como el extremo
necesario contra el que construir la identidad nacional. El inicio de lo que siglos más tarde sería
el estado español fue caracterizado por una proceso de homogeneización de la población de los
diferentes reinos. La legislación desde la época de los Reyes Católicos contempló con sospecha
la presencia de gitanos en la península. Sin embargo, a diferencia de los judíos y los moros,
expulsados entre finales del siglo XV y comienzos del XVI por razones religiosas, en el caso de
la comunidad gitana la normas dictadas por el estado regulaban su estilo de vida.i El nomadismo,
un modus vivendi tan temido y por ello tan regulado por el estado, resultó ser el punto de
inflexión que Isaac Motos apunta como inicio del discurso racista de ‘lo gitano’ (65-66).
Asimismo, el carácter errante de los gitanos fue uno de los aspectos mitificados desde el
Romanticismo.
marcó la relación entre el discurso hegemónico y el gitano. Una relación caracterizada por el
i
Las diferentes pragmáticas publicadas a lo largo de los siglos prohibían esencialmente “ser Gitano”. La primera
pragmática de 1499 dictaba abandonar el estilo de vida nómada o abandonar la península en un tiempo de 60 días.
La pragmática observaba que los gitanos se dedicaran al “oficio conocido”, es decir, la agricultura, estableciendo de
este modo un vincula directo con la tierra (Motos Pérez 73). Tras esta legislativa llega otras que dictan regular el
uso del caló, la vestimenta, etc.
11
The top includes that low symbolically, as a primary eroticised constituent of its
own fantasy life. The result is a mobile, conflictual fusion of power, fear and
precisely those Other which are being rigorously opposed and excluded at the
una identidad nacional a partir de relaciones binarias sería una simplificación que no daría cuenta
tales como la propia marginalidad de España (geográfica y culturalmente), así como el mestizaje
por los Reyes Católicos y sus sucesores. Simultáneamente, el mestizaje fue convenientemente
usado de manera muy sutil por algunos pensadores finiseculares como Ángel Ganivet o por el
arquitecto ideológico del franquismo, Ramiro de Maeztu. Por ello, en lugar de pensar en la figura
del espectro.
Atraída y rechazada, la figura del gitano supone una presencia inquietante y ambigua
sobre la que se proyectan las características negativas (primitivismo) que constituye un obstáculo
en la modernización del país pero simultáneamente contiene el exotismo que convierte España
j
Al mito de lo Gitano basado en las nociones de libertad es necesario agregar la otra cara de la moneda – esto es el
empleo del nomadismo como una estrategia de Resistencia a la normativa impuesta por el Estado (Ver Fernández y
Cortés).
12
son dos aspectos que van de la mano. Slavoj Zizek en su ensayo “Seven veils of fantasy”
reflexiona sobre la naturaleza de la fantasía y concluye que el principio bajo el que opera la
aproxima a un acto perverso: “Fantasy as such is, in its very notion, close to perversion: the
perverse ritual stages the act of castration, of the primordial loss which allows the subject to
enter the symbolic order” (14). Zizek subraya que esta castración es puramente simbólica ya que
se despoja de algo que nunca se tuvo. Esta pérdida inexistente, esta falta es lo que agrega
cambio, espacios fronterizos en los que diferentes tensiones afloran. Establece una posibilidad
que se manifiesta pero no se le da cabida para que forme parte de un discurso dominante,
principal. Supone una fantasía a la par que un temor. Es imposible ignorarlo, porque
precisamente la represión hace que surja con más fuerza. Una aparición espectral es sintomática
de las crisis de una sociedad, la define (o lo que es lo mismo, las sociedades, sus discursos, crean
sus propios espectros). Existe una interdependencia entre los espectros y los espacios en los que
aceptado.
como:
13
Esa Cosa que no es una cosa, esa Cosa invisible entre sus apariciones, tampoco es
vista en carne y hueso cuando reaparece. Esa Cosa, sin embargo, nos mira y nos
ve no verla incluso cuando está ahí. Una espectral disimetría interrumpe aquí toda
La definición de Derrida subraya otro aspecto crucial del espectro que se debe tener en cuenta a
la hora de ‘lidiar’ con estas presencias: el marco temporal. Sería un error ubicar el espectro
desarrollo progresivo del tiempo, de la historia. En palabras de Derrida: “el tiempo está
porque vuelve, emerge en las irregularidades, en los tropiezos del desarrollo de la historia.
forgetting rationalized as tact [is] the modern counterpart to the belief in ghosts” (178). De
invalidación del pasado. “Just as the idea of history, outside the specialized activities of the
academic discipline, makes up-to-date people nervous, the past of a human being makes them
furious” (179). Es por ello que el pasado, en lugar de ser aniquilado, brota de manera espectral.
española, subraya la importancia de esta presencia para una comprensión más completa y
compleja de la historia:
14
The notion of loss and return coupled with the idea that the specter always
defining spectrality in static terms. (…) The ghost, as a sign of haunting within
the past, and reciprocally resists conceiving of the present as a pure, unwavering
El espectro, por tanto, asedia la escritura de la historia, registra sus inconsistencia, resucita sus
tensiones, desintoniza las voces dominantes, problematiza este proceso. En este sentido, la
presencia espectral – la Cosa – también tiene una agencia, no es una aparición pasiva, sino que
primordial. Esta figura ha sido parte integral de la edificación de la nación española desde su
primitiva, ha servido a diferentes narrativas con propósitos diversos. Imaginarla pero sin
conferirle una voz, adjudicarle la esencia de la españolidad a la par que achacarle todos sus
males ha convertido a la figura gitana en una sombra, una proyección fantasmal que se cuela en
las fisuras de la disfuncionalidad del discurso de la identidad nacional para minarlo. Reconocer
k
Numeros trabajos académicos tratan esta temática, entre algunos cabe mencionar Colmeiro, Keller, Labanyi entre
otros.
15
proceso. Sin embargo, es de central importancia distinguir entre el colectivo roma y la imagen de
lo gitano. La primera, una comunidad heterogénea y dinámica compuesta por hombres y mujeres
que constituyen una minoría étnica en la sociedad española, la segunda, que tendrá protagonismo
en esta disertación, hace referencia a un discurso creado en torno al pueblo gitano para
Propongo estudiar esta imagen de lo gitano como una presencia espectral que asedia el
dominante, se trata de una creación desde la cultura hegemónica (combinada con la auto-
exotización desde la cultura minoritaria), cuya presencia en la producción cultural entiendo como
una metáfora para referirse a los procesos que ha experimentado la sociedad española a lo largo
del XX.
Este trabajo lleva a cabo una labor cronológica puesto que la representación de la figura
españolada con el personaje de la gitana, regularmente interpretado por una actriz paya, el papel
de María de la O propone una representación diferente. Para ello llevo a cabo un análisis
comparativo entre dicha película y Morena clara, interpretada por Imperio Argentina (Florián
Rey, 1936). Si bien la comparación entre ambos tipos de ‘gitana’ ya ha sido rigurosamente
explorada por Eva Woods-Peiró, mi intención es añadir a esta conversación una lectura de
Carmen Amaya como personaje artístico, cuidadosamente creado para cumplir con las
l
En el presente trabajo uso el término gitano y roma indistintamente ya que ambos son empleados por la comunidad
a la que denominan.
16
expectativas de una figura gitana más estoica, menos folclórica. Frecuentemente, los filmes en
los que ha participado la bailaora no han conseguido tanta atención desde la esfera académica,
debido al origen racial – roma – de la intérprete. Arguyo que es un error asumir que su
Propongo que a partir de la aparición de Amaya, cuya danza marca un cambio en el baile
flamenco, surge también una imagen nueva de la gitana en el cine. Este nuevo paradigma de
Federico García Lorca, sino que también surge de la comunidad gitana misma. Subrayo la
agencia de Carmen Amaya para la creación de una dramatis persona que recoge los mitos
existentes sobre los calé y los integra en su presentación de la flamenca. Entiendo esta nueva
propuesta de figura gitana como una suerte de espectro que asedia y problematiza el personaje de
concretamente gracias a la industria del turismo, la figura gitana pasa a representar la supuesta
diferencia con la que el Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, vende el país al
entre la ola innovadora de denuncia social y el viejo cine conformista que celebra el progreso de
17
director ubica a sus sujetos. Rovira-Beleta crea un tiempo atávico en el que encapsula la
comunidad gitana, de modo que ésta vive aislada de los grandes cambios que experimenta la
sociedad española. Propongo una lectura metafórica que da cuenta de la nostalgia que aflora a
raíz de la industrialización del país. La representación de la figura gitana como pura, no afectada
por el capitalismo neoliberal, da cuenta de la tensión que genera la metamorfosis a partir del
medio siglo. A través de mi análisis arguyo que no obstante, a pesar del intento de encerrar al
gitano en un espacio/tiempo mítico, éste no permite esta representación hermética y cruza las
fronteras poniendo de manifiesto que “the time is out of joint”, siguiendo las palabras de
Derrida. Si bien la figura gitana se presenta como el producto exótico que España puede ofrecer
y con el que puede mostrar su diferencia fronteras afuera, esta misma representación se rebela
contra esta imposición, escapando mediante las grietas irresolutas de la acelerada modernización
supondría un componente más del mosaico multiétnico. Arguyo que esta celebración de la
improbable viabilidad.
18
Mi foco principal será Alma gitana (Chus Gutiérrez, 1996) aunque también me apoyaré
en Gitano (Manuel Palacio, 2000) y Lola vende cá (Llorenç Soler, 2002) a modo de comparación
para observar que se da una tendencia consciente hacia la deconstrucción de los estereotipos que
han rodeado la representación de los personajes gitanos en la producción cultural. Sin embargo,
inversión radical de los estereotipos dejan ver estos intentos de ruptura como fallidos. En un
momento histórico, en el que España se proyecta como una nación heterogénea e inclusiva, la
figura gitana, subraya la tensión existente entre la modernidad y el exotismo, que finalmente
aporta la mescolanza cultural. Los tres títulos minan su propósito de ilustrar la comunidad gitana
como una integrada en la sociedad española, ya que su punto de enunciación se articula desde la
posición del discurso dominante y el resultado delata a los autores – la figura gitana que
autoidentificados como roma. Empleo el concepto de frontera como eje para ordenar el análisis
de Vengo (Tony Gatlif, 2000), El amor y la ira, cartografía del acoso antigitano (José Heredia,
2015) y la iniciativa del grupo Gitanos con palabra y su cortometraje Antonia (2013). Entiendo el
concepto de frontera no como una simple línea divisoria, sino como un espacio orgánico desde el
que se articula una identidad alternativa, híbrida si se quiere, que fusiona la tradición y la
conjugado con el término acuñado por Hamid Naficy – “accented cinema” para ubicar el cine
con dirección roma en un escenario más amplio y en diálogo con otros cines producidos desde
19
Examinar los trabajos que surgen desde la propia comunidad gitana arroja luz sobre cómo
la construcción estereotípica que se ha proyectado sobre este colectivo desde fuera ha pasado a
ser interiorizada y empleada por la misma minoría calé. Asimismo, permite esclarecer algunas
páginas omitidas del proceso de formación de la identidad nacional al recuperar algunas de las
voces silenciadas en la escritura de la historia española. La figura espectral del gitano, producida
por otros, abocada a la liminalidad, toma en estos proyectos un papel central y lo que es más
importante, toma agencia para articularse a sí misma, sin bien sin dejar su naturaleza fantasmal.
Sin embargo, estos trabajos también ponen de relieve la posición de los directores pertenecientes
a minorías, cuya percepción de la realidad también resulta asediada por las expectativas y las
Este trabajo tiene por objetivo contribuir al cuerpo de literatura que trata de dar cabida y
entender la formación de la figura gitana como una imagen que ha sido construida de manera
paralela a la idea de un estado-nación español. Estas dos fabricaciones han estado íntimamente
imaginación de la identidad nacional española permite entender con mayor profundidad las
que consumimos a través de la producción cinematográfica como una categoría fantástica abre la
20
Capítulo 1
“No cabe más. Ya sabes tanto como yo. Si de algo te sirve lo que te he enseñao”. Esas
son las palabras con las que la Itálica, madre adoptiva de María de la O concluye sus lecciones
de flamenco. La primera toca las palmas mientras la segunda, la alumna, mueve en círculos las
campamento gitano donde, como en un grabado del siglo XIX, los hombres están reunidos
Itálica inculca a María desde pequeña su técnica de la danza, hasta el momento en el que la joven
dos figuras, Pastora Imperio y Carmen Amaya, por lo que ambas representan en el panorama de
la danza flamenca. Imperio encierra la idea del flamenco tradicional, ralentizado al servicio de la
sensualidad, con roles de género bien definidos. Frente a ella, Amaya epitomiza la innovación y
subversión de la normativa vigente. Carmen Amaya, más que un paradigma, supone el agente de
21
interpretación determinan el entendimiento del flamenco hoy en día. Si bien su impacto en la
escena flamenca es innegable, es necesario entender éste desde una perspectiva más amplia, más
allá de los límites del arte de la danza, pues su aprehensión del baile, así como los diferentes
roles que ha interpretado en el cine, han alterado los modos de representación de la figura gitana
identificar las tensiones a las que se vio expuesta la comunidad roma española al tratar de
conjugar el exotismo proyectado sobre ella desde fuera con el discurso de la construcción de la
identidad española.
En este capítulo busco reubicar la película protagonizada por Amaya en esta nueva
narrativa modernista en torno a lo gitano que permite vislumbrar con mayor claridad la
construcción de la gitanidad (si bien latente, existente) que se lleva a cabo en este texto fílmico y
que sentará la base de una imagen diferente de la figura gitana en el futuro. Para entender esta
nueva imagen de lo gitana, servirá como marco de referencia Morena clara (Florián Rey, 1936).
Las dos películas se construyen sobre tres pilares esenciales: la cuestión racial, el arte andaluz-
discursivos que se llevan a cabo cuando en una película la intérprete es de origen roma y en la
m
El término, definido por Kathleen Vernon como “hybrid genre of romantic comedy and/or melodrama
incorporating regional, primarily Andalusian, song and dance” (249), al que Román Gubern adscribe la intención de
exaltar la supuesta diferencia española, una España premoderna, rural, feudal dominada por la superstición religiosa,
22
construcción se yergue sobre los cimientos que fijaron entre otros Federico García Lorca y
Manuel Falla en su labor de recuperación de la cultura gitana con la que imaginaron lo gitano
Dentro de este nuevo discurso sobre la gitanidad surge María de la O. Postular que este
filme es radicalmente diferente a otros trabajos coetáneos como El gato montés (1935), Canelita
en rama (1943) o la misma Morena clara (1936), sería una tarea inútil a la par que falaz. El
filme de Elías opera dentro de los parámetros de una españolada. Usa una línea argumental
que aseguran éxito en taquilla. No obstante, un análisis detallado pone de relieve matices que
permiten desmarcar la película del listado de otras españoladas. Eva Woods Peiró ya apunta esta
Woods Peiró, como se verá más adelante, sustenta su argumentación sobre la construcción de
Del mismo modo que María de la O necesita ser leída dentro de la corriente flamencófila
modernista, es preciso enzarzarla dentro del corpus de las películas de folclórica, las
españoladas, puesto que esa es la estética que el filme de Elías evoca. Definida por Woods Peiró
como “the female flamenco dancer who usually portrays a Gypsy in the film s but is not
y el sistema de caciques con predominio de valores machistas (Gubern en Vernon 249), responde a las fantasías que
desde el siglo XIX han proyectado los viajeros extranjeros sobre el espacio imaginado al sur de los Pirineos.
23
español y extiende su ciclo vital hasta mediados de siglo. Su naturaleza debe a la fantasía sobre
folclórica que aparecen en los espectáculos del cuplé que a su vez sirvió de plataforma a las
teatral, encontró en los cafés cantantes un espacio idóneo para su presentación. El café cantante
surgió como una respuesta a la “necesidad de canalizar la expansión cada vez más pujante del
Europa: la creación de cafés preparados para albergar espectáculos musicales (Blas en Díaz
Olaya 239). Más informal que el teatro, más accesible al público de masas, este tipo de local
supuso una transición al fenómeno cinematográfico. Como apunta Serge Salaün “El cuplé
clásico (el de los años 1910-1925) desempeña un papel determinante, al abrir de manera
sistemática un proceso capitalista en el consumo cultural de las masas y aún del país entero”
(78). El éxito de este espectáculo se debe en gran parte a la novedad - la centralidad de la mujer
quien, despojada del decorado teatral, fue percibida en el escenario como único objeto de la
mirada del público. Las cupletistas constituyeron las predecesoras de las primeras estrellas
admiradas e imitadas, buscadas por el público, y las que pasaron con facilidad de un medio a
otro, facilitando la transición. Así es el caso de Raquel Mellern, la primera gran estrella del cuplé,
n
Raquel Meller, nombre artístico que adoptó Francisca Marqués López desde los inicios de su carrera profesional,
fraguó su éxito a base de la canción popular, concretamente el cuplé, al que, según algunos críticos, había devuelto
su dignidad (Lladó Figueres 27-28). Javier Barreiro, uno de los estudiosos del género, habla de una Meller que no
solo marcaba tendencias sino que también las seguía. Raquel Meller practicó la sicalipsis cuando esta se imponía,
aburguesó letras y actitudes siguiendo la vía abierta por la Goya cuando se entronizó una nueva concepción del
24
cuyo debut cinematográfico La gitana blanca (1921) inaugura una larga lista de películas con
protagonistas de origen racial ambiguo. El film en sí no presenta mucho interés para el análisis,
pero es notable el preámbulo donde la estrella de la cinta nos invita, ‘personalmente’, a observar
cuerpo acoge las diferentes identidades que sobre ella quieran proyectarse, pero que de manera
recíproca ella también proyecta. La blancura de su tez, la mantilla oscura, la mirada desafiante,
todo ella conforma una amalgama de identidades en potencia, concentradas en este personaje
construido por el aparato cinematográfico. Como apunta Eva Woods Peiró: “The function of this
digression is to link sexuality and stardom to the film, establishing it as the base for a narrative
about racial identity” (66). Este preámbulo no sólo sirve de umbral para lo que vendrá a
continuación, sino que interpela al espectador estableciendo un marco referencial sobre la raza.
Como Raquel Meller, otras artistas femeninas que forjaron su nombre en los cafés
cantantes pasaron con gran facilidad al soporte fílmico. Particularmente, aquellas estrellas cuya
especialidad era el baile flamenco, encontraron esta transición más fácil con la sustitución del
un destino español, de unos valores absolutos en los que el torero figura como
muerte (179).
La españolada se apropia de una serie de fórmulas que han estado presentes en la sociedad
española desde las comedias de capa y espada, como la confusión de identidades, la figura del
gracioso, o un desenlace amoroso complaciente, así como da cabida a textos musicales de gran
una regionalización donde predominan los modelos andaluces, pero tampoco faltan las
aragonesas o las castizas. Una figura en la que se pondera la distinción nacional, fácilmente
p
Manuel Román identifica el año 1929 como el inicio de la canción andaluza que sustitye el cuplé (Román en
Woods 2012:140).
26
Asimismo, este formato cinematográfico responde al marco referencial que desde el siglo
XIX había establecido Merimée con su novela Carmen (1845) y su posterior musicalización de
la mano de Georges Bizet (1875) que consolidó la figura gitana como epítome de a la mujer
(7).
En ese sentido la españolada conforma un gesto reivindicador de la figura gitana que se había
imaginado desde fuera. Muchos de los guiones, sin ser explícitamente adaptaciones de Carmenr
llevan a cabo una reapropiación de este mito, construyendo una mujer calé religiosa, incluso
virtuosa en algunos casos. La gitana posee picardía y gracia particulares de su raza, pero este
interpretado por estrellas cuyo origen racial está completamente exento de ambigüedad para el
público.
q
La opera de Bizet no tuvo una gran recepción inicial, pero se acabó convirtiendo en la obra musical más popular
jamás escrita. (Davies en Carmen. Form Silent Film to MTV 2).
r En España se hacen solo unas pocas adaptaciones frente a la larga lista de producciones extranjeras. Durante la
época franquista aparecieron en la escena nacional escasas adaptaciones de Carmen - Carmen la de Triana (1938)
protagonizada por Imperio Argentina y dirigida por Florián Rey y en una colaboración hispano-germana que gozó
de gran éxito tanto en España como en Latinoamérica. Fernando Trueba estrenará en 1999 La niña de tus ojos que
revisará la iniciativa de Rey y su diva en la Alemania nazi. En 1959 Sara Montiel interpretará Carmen la de Ronda
en una producción argentina dirigida por Tulio Domicheli. Para un análisis completo ver el artículo de José
Colmeiro, “Nationalising Carmen: Spanish Cinema and the Spectre of Francoism” (2009). Ya bajo el signo
democrático, Carlos Saura en colaboración con Antonio Gades presentará en 1983 una Carmen más postmoderna,
despojada del marcador de etnicidad gitana. La última versión data de 2003 bajo la batuta de Vicente Aranda, quien
ofrece una Carmen erotizada.
27
La españolada como tal surge a raíz de una necesidad no sólo de satisfacer la demanda de
un público que ansia consumir un romanticismo idealizado sino también de responder y rectificar
recibida con mucho agrado por la crítica nacional ya que se consideraba que la imagen que ésta
mostraba de España era degradante, violenta, demasiado sexual, es decir, poco verídica.s
Mariano Cela, crítico de El cine, vitupera en 1928 sobre el producto nacional: “Hora es ya de que
terminen estas ridículas españoladas con acompañamiento de cante jondo y cuadros plásticos,
completamente indignas del arte cinematográfico español” (Cela en García Carrión 182). Y aún
aquellos que miran este cine con buenos ojos, como es el caso de Mariano Torres, cronista de La
pantalla, en 1929, en un reportaje sobre la hollywoodense Los amores de Carmen señalaba con
reticencia: “hagamos nosotros la españolada bella, atrayente, digna y evitemos que manos
extranjeras nos pinten a su gusto y conveniencia” (Mauricio Torres en García Carrión 172). Con
Francisco Elías atiende a las críticas sobre el género y presenta en 1936 un producto que en
efecto ‘pinta con dignidad’ tanto la geografía de Andalucía como a sus gentes. El director
explota el exotismo de los paisajes del sur, el carácter pintoresco de las fiestas y el arte flamenco,
s
Esta representación, si bien dio visibilidad a una región y potenció cierto tipo de turismo, también molestó a las
autoridades que llegaron incluso a pedir la prohibición de algunas cintas, como fue el caso de The devil is a woman
(1935). La película causó estragos entre la cúpula directiva española. Gil Robles elevó protestas ya que la cinta
retrataba de manera peyorativa la guardia civil. Se pidió a Paramount que detuviera su circulación y quemara el
negativo, algo a lo que la productora accedió. Afortunadamente, quedaron copias de las que no había conciencia
(Holguín 875).
28
logrando articular una postal fílmica extremadamente atractiva al espectador/turista. Elías, quien
ello escoge como protagonista a Carmen Amaya, bailaora hasta el momento relativamente
desconocida en la gran pantalla, en lugar de estrellas asociadas con el género como Imperio
Argentina o Estrellita Castro. Es debatible sostener que el resultado no es una españolada cuando
posee todos los ingredientes de una, no obstante en las siguientes páginas quisiera ahondar en el
personaje de la folclórica que difiere del de otros filmes del momento y que sienta las bases para
una nueva forma de representar la gitanidad. Para entender con mayor claridad cómo se lleva a
cabo la construcción de la mujer gitana en la película de Elías, resulta útil usar de referencia
Morena clara (1936). Para ello partiré de la iniciativa de Eva Woods Peiró y su artículo artículo
“Performance in Theory and Practice: The folklórica as the Internal Other in María de la O and
Morena Clara”.
punto de partida para esta comparación. Ambas películas giran en torno a la identidad racial de
sus protagonistas. María de la O comienza con el asesinato de una gitana como castigo por
casarse con un payo. La única testigo del crimen es la hija de matrimonio, María, que al quedarse
abandonada por su padre, Pedro Lucas, (Antonio Moreno) es adoptada por los gitanos, bajo la
tutela de la Itálica (Pastora Imperio) quien decide formar a la niña en bailaora proporcionándole
así un futuro prometedor. María ya adulta (Carmen Amaya) convertida en artista, a pesar de estar
t
Tanto Francisco Elías como otros miembros del equipo como el guionista José Luis Salgado expresan un cierto
grado de reticencia hacia la españolada que, en su esencia, se opone a la modernidad retratada por el
cine norteamericano. Salgado en una entrevista publicada en Cinegramas (1936) se refiere a la película como “un
melodrama gitano, un film de fuerte color, sin españolada, ¡eh!, al que yo he pretendido dar el ritmo, la soltura y la
agilidad de un film americano” (Entrevista por Florentino Hernández-Girbal, en Marinero Labrador 172).
29
enamorada de Juan Miguel (Julio Peña), un joven gitano, decide acompañar a un misterioso
inglés – Mr. Moore (en realidad, como veremos, el verdadero padre de María) para cumplir así
despechado para vengarse compone una copla en la que vitupera los amores pagados de María de
la O. Pero ‘el extranjero’ descubre su verdadera identidad, convirtiendo así a su hija en rica, y
Morena clara, como el título indica, incide en la identidad racial mixta de la protagonista.
A diferencia de María de la O que basa la temática en la honra, esta película explora la supuesta
picardía del pueblo gitano como motor que permite el avance del argumento. Trini (Imperio
Argentina) y su hermano Regalito (Miguel Ligero), los protagonistas de Morena Clara son
incautados por un robo de jamones en una fonda. Durante el juicio, uno de los episodios más
celebrados de la cinta, el fiscal Baena (Manuel Luna) achaca el delito a la raza de los detenidos y
cuando es confrontado por la abogada defensora, asegura estar dispuesto a acoger a un gitano en
su casa para así redimirlo del entorno contaminador. Trini, ya enamorada del fiscal, aprovecha la
coyuntura para presentarse en su villa. A pesar de la inicial negativa del letrado, éste no puede
Comparar los dos filmes resulta tan clarificador como necesario para entender la
modelación de la figura gitana en el cine y aprehender mediante el análisis la sutil diferencia que
marca dos modelos diferentes de “gitana” a través de sus intérpretes. Esta disimilitud emana,
indudablemente, del origen racial dispar de las mismas, el cual, no obstante, para no caer en
principal. El modelo de gitana blanca encarnado por Imperio Argentina se construye sobre la
30
exageración de los estereotipos existentes sobre la comunidad roma y por ello resulta inevitable
no establecer cierto vínculo entre esta tendencia y los ‘minstrel shows’ estadounidenses.u Sin
embargo, a diferencia de éstos, donde se construye una imagen paródica de la comunidad afro-
americana, la figura de la folclórica blanca aúna también características de las que la sociedad
española quiere apropiarse. Si bien hay un elemento de burla, también hay un componente de
admiración.
yergue el tipo esbozado por Carmen Amaya. A pesar de que los personajes a los que da vida
habilidades para las artes, se fundamentan desde otra perspectiva. Los roles representados por
crea un vínculo de complicidad con el espectador, Carmen Amaya se esfuerza en ahondar las
distancias. Sin embargo, a pesar de su origen gitano, es imprescindible tener en cuenta que su
Tavia Nyong’o en su trabajo sobre los ‘minstrel shows’, en particular sobre los
intérpretes afro-americanos que subvierten esta modalidad, subraya que se trata de un acto de
adoptar más que de ejemplificar los atributos raciales (113). El paralelismo establecido entre este
tipo de espectáculos tan populares en los Estados Unidos desde mediados del siglo XIX y la
folclórica en el cine español, a pesar de sus importantes diferencias, resulta esclarecedor para
entender que la segunda no sólo crea un espacio que pone de manifiesto las tensiones existentes,
u
Labanyi compara las películas con personajes racializados del cine franquista como La canción de Aixa o Bambú
con las comedias de caras pintadas (blackface). De acuerdo a la estudiosa, “estas prácticas cinematográficas
presentaban el concepto de raza como imitación, más que como categoría biológica y permitían identificarse con
imágenes mitificadas de la alteridad racial” (1999:41).
31
fruto del proceso de construcción de una identidad nacional en una sociedad heterogénea, sino
también subraya que la edificación de lo gitano es algo artificioso. El autor expone: “We must
target minstrelsy as an important site where blackness and Americanness, identity and
marketplace, provocatively intersect and diverge on national and transnational stages” (Nyong’o
106).
En el contexto español de las primeras décadas del siglo XX, donde la pureza racial al
diferentes culturas, el contacto con la figura subalterna o incluso el mestizaje presentan una
la figura de la gitana (folclórica) como idónea para ello.v Como explica Labanyi en su estudio
Si se considera el aparato cinematográfico como una institución narrativa, “the act of storytelling
needs to be understood as one of the most fundamental ways in which one constructs an identity,
in both cultural and individual terms” (Mayne 24), y la identificación del espectador con los
v
Desde finales del siglo XIX la idea de fusión racial con connotaciones positivas resultaba de gran atractivo en
España y sirvió de base para el pensamiento de los regeneracionistas que buscaba un punto de partida para ensalzar
el carácter particular del pueblo español. Manuel Antón y Ferrándiz, el director de la cátedra de antropología en la
Universidad de Madrid, proponía la influencia árabe y africana como enriquecedora y única en la raza española. No
obstante, es necesario entender esta aportación como un intento de reinvertir la jerarquía sobre la supremacía aria
que por ese entonces comenzaba a aflorar en Alemania (En Goode 81-90).
32
personajes como una de las dinámicas sobre las que operaw, entonces la exposición e insistencia
sobre el origen racial de las protagonistas cobra una mayor fuerza. En el caso de Amaya como
y lo español.
partiendo del concepto del ‘performance’ dentro de las películas a tres niveles: como un proceso
blanca (Imperio Argentina), un cuerpo seguro pues su naturaleza dividida (actriz blanca
desempeñando el papel de gitana) permite proyectar sobre él la identidad española a la par que
incluirla dentro de la narrativa nacional (Vernon en Woods 49). Este juego de identificaciones se
Imperio Argentina, hija de madre andaluza y padre inglés, nacida en Buenos Aires, ha
trabajado en un sinnúmero de producciones, y en 1935 junto al director Florián Rey, con quien
colaborará de nuevo en el futuro, presenta Nobleza baturra, título de notorio éxito, con el que se
relativamente desconocido para el espectador. Original del Somorrostro, un barrio gitano en ese
momento, ha actuado delante del público de las grandes ciudades españolas, e incluso ha
segundo trabajo cinematográfico, precedido de La hija de Juan Simón, el año anterior, donde
w
Laura Mulvey en “Visual Pleasure and Narrative Cinema” dedicado al análisis del primer cine hollywoodense,
identifica al protagonista masculino como figura de identificación para el espectador masculino mientras que su
contraparte femenina es el receptáculo del placer visual. Christian Metz entiende este proceso como uno de mayor
complejidad y distingue entre identificación secundaria (la del espectador con los personajes) y primaria, con la
proyección misma (En Mayne 26).
33
colabora con Pastora Imperio. Por tanto, aunque Amaya no goce de la misma fama que
Imperio Argentina permite versatilidad para los papeles que interpreta, cubriendo un amplio
abanico de identidades – desde aragonesa a gitana o mora. Por otro lado, Carmen Amaya, quien
forjó su persona artística en torno a su procedencia calé, representa roles con un fuerte marcador
étnico. Woods Peiró apunta al respecto: “Carmen Amaya’s firmly established racial identity did
not project a fluid persona, resulting perhaps in her failure to project a glamorous star narrative”
el interés de los estudios acerca del impacto del cine en la formación de la identidad nacional.x
Tanto los directores como los académicos le han adjudicado, precipitadamente, un papel
concreto, estableciendo una equivalencia entre su origen racial y los roles que interpretaba.y
Concuerdo con Woods Peiró en la solidez de la identidad racial de Amaya, pero es necesario
arraigada y consolidada como la gitanidad de Carmen Amaya, sin embargo eso no impide, en
todo caso potencia, la flexibilidad de aquella para todo tipo de papeles con marcador racial. El
color blanco, entendido en el Occidente como neutral, vacío de contenido, resulta idóneo para
proyectar cualquier imagen. El discurso de la comunidad blanca clama potestad para hablar sobre
la humanidad como un todo universal. Como expone Richard Dyer en White, la invisibilidad del
x
La bibliografía sobre María de la O, así como sobre su protagonista, es limitada. El artículo de Woods Peiró
“Performance in Theory and Practice: the Folclórica as the Internal Other in María de la O and Morena Clara”
constituye el análisis más exhaustivo de la misma. También hacen mención de la película la tesis doctoral de Meira
Goldberg, Border Tresspasses, cuyo análisis se concentra en las piezas de baile en el filme, así como la biografía
más completa de la bailaora – Queen of the Gypsies. The Life and Legend of Carmen Amaya de Paco Sevilla.
y
Naturalmente, es importante tener en cuenta que la comparación entre Imperio Argentina y Carmen Amaya sólo es
posible dentro del marco de estas dos películas, puesto que la primera es actriz mientras que la segunda se dedica al
baile y la canción. Su participación (y solo en dos casos en papeles centrales) en el cine se deben a su espectacular
puesta en escena y sus cualidades como artista flamenca.
34
color blanco supone un atributo racial. “Raced people (…) can only speak for their race. But
non-raced people (…) do not represent the interests of a race” (2). Los roles de Argentina varían
desde gitana a aragonesa en Nobleza baturra (1935) o árabe de La canción de Aixa (1939), un
amplio abanico de papeles que en el caso de Amaya sería impensable. Por tanto, no sólo su
Pero los rasgos físicos de Amaya solo fueron la base sobre la que se forjó su construcción
de gitanidad. La imagen que la bailaora creó - esa “solidez racial” - fue una amalgama de lo que
para ella significaba esa identificación y las expectativas del público. Naturalmente, es necesario
España viene avalado por la ola gitanófila apadrinada entre otros por Lorca, y su triunfo en el
quienes fueron las primeras artistas que ubicaron el flamenco en los escenarios de grandes teatros
y lo exportaron al exterior.z
donde, ante un público sediento de exotismo, Amaya afianzó su imagen de gitana. En una
entrevista a su llegada a Buenos Aires Carmen habla sobre su lugar de nacimiento: “I was born
in the Seven Caves, in the Sacromonte of Granada. I made my debut, at four years old. But
dance, what they call dance, I danced before I was born” (En Sevilla 212).aa De modo similar fue
z
Antonia Mercé, La Argentina, primabalerina del Teatro Real Español, fue la responsable de introducir el flamenco
y otras danzas populares dentro del repertorio del Balet nacional. Su actividad no se limitó a actuaciones artísticas
sino que también dio numerosas charlas y demostraciones en las que exploraba lo ‘auténtico’ de la cultura española
(Bennahum 164).
aa
En 1933 Amaya y su padre viajan a Madrid invitados por Sabicas – su futuro guitarrista – para actuar. Cuando son
presentados como gitanos catalanes hay comentarios despectivos hacia su origen. Es a partir de ahí que Amaya se
presenta como gitana de Granada (Bois 45).
35
presentada por Sol Hurok, su agente en los Estados Unidos, en la introducción al filme corto
From the historic city of Granada in Moorish Spain there has come to this country
the greatest Gypsy dancer of our time, Carmen Amaya. As a child dancing in the
shadows of the ancient Alhambra, Carmen learned how to express the intense and
vibrant soul of her people. A true representation of this freedom-loving race, she
reveals the fiery passion and tragic poetry of her native land (En Goldberg 218).
En efecto este rol parece haber establecido la base para su alter ego en el escenario, la
gitana más “auténtica” lo que constituye una realidad paradójica (María de la O es de raza mixta
y Carmen Amaya es gitana catalana) pero que simbólicamente refleja la complejidad y tensión
del proceso de construcción de la gitanidad. Por ello, entiendo este filme como la semilla donde
comienza a germinar una nueva imagen de gitana. Una imagen que se informa de los estereotipos
existentes pero los moldea e incorpora nuevos aspectos formando así una nueva estética de lo
gitano. Por tanto, propongo a continuación una lectura de la película en clave simbólica que
arroje luz a la transformación de la figura gitana, considerando los diferentes agentes que
ambas comunidades, la calé y la paya.bb Para ello, construiré mi análisis en torno a dos instancia
– la pintura y el baile – ya que a través de estos dos medios se intenta forjar a la figura gitana
bb
Indudablemente, si bien ambas comunidades aportan a la creación de esta nueva imagen de la figura gitana, el
discurso payo tiene superioridad en esta producción, ya que es precisamente el público dominante, el payo, que se
busca satisfacer, así como el capital de las productoras, las distribuidoras está bajo su control.
36
2.1. El cuadro
John Berger, en su estudio del entendimiento de las imágenes, subraya la importancia del
reconocimiento de la figura del autor como parte integral de la representación puesto que es a
través de sus ojos que el público establece una relación con el cuadro (10). La mirada de Pedro
Lucas media la visión que el espectador tendrá de la mujer gitana a lo largo del film. Esta
realidad viene subrayada a través de la pintura que juega un rol esencial a lo largo de la película.
El deseo de pintar de Pedro Lucas ordena las relaciones con las mujeres, su esposa y su hija, es el
desencadenante del asesinato de la madre de María de la O, así como también la fuerza que
empuja al padre, bajo una nueva identidad, a regresar años más tarde a Andalucía y retratar a su
hija. El acto de pintar establece una relación de sujeto/objeto, de actividad y pasividad que
calé como payo, o como empresario inglés durante su segunda aparición. Esta realidad viene
además subrayada por la elección del actor – Antonio Moreno – quien, a pesar de su origen
español, fue considerado por el público una estrella norteamericana.cc El varón, blanco y
despojada de ella.dd Como anota Berger “her own sense of being in herself is supplanted by a
sense of being appreciated as herself by another” (46). La gitana constituye parte del escenario,
cc
Francisco Elías subraya en una entrevista: “Por primera vez se importa de Hollywood una primera figura del cine
mundial. Me refiero al actor de origen español Antonio Moreno”. (En Caparrós Lera 171).
dd
Charmaine Nelson en su estudio de la representación de la mujer negra indica cómo en los retratos de este tipo la
mujer sirve de mero pretexto (solo es una modelo) a la que se niega el poder de la mirada. Con frecuencia, como es
el caso del retrato de la Dolorosa en María de la O, la mujer tiene la mirada baja o perdida, sin sostenerla al
espectador (26-28).
37
del decorado y la cinematografía se encarga de afianzar esta idea. El film comienza con unos
planos generales de Granada. La cámara, desde un ángulo en picado, panea sobre la Alhambra y
los alrededores. A través de una cortinilla se accede a la siguiente escena donde se presenta al
movimiento de la escena anterior barre por el interior de la pieza – del cuadro a unas flores y de
ahí a la mujer que posa como modelo. Entonces se amplía el encuadre, aparece el pintor y se
inicia la conversación entre los dos. El tratamiento de la camarografía y el ensamblaje entre las
dos escenas permite que se cree un efecto de unidad entre el paisaje granadino y la modelo
pregunta sobre la razón de su vuelta a la ciudad, él responde: “Porque es aquí en Granada, bajo
este cielo, donde tenía yo que pintarte (…) ¿En qué otro sitio podría yo encontrar esta
inspiración?” La gitana forma parte orgánica del medio exótico, de ahí que el pintor, al igual que
Manuel, el antiguo amante calé, espera la ocasión en la que la esposa de Pedro Lucas se
continuación, el público anticipa el delito pasional; quizás por ello la cámara elude el asesinato
cinematográfico y cobra un simbolismo particular. Más allá de la necesidad de vengar esta acto
traicionero contra la comunidad calé – el de la mujer que deja a los de su raza para irse con un
hombre payo – Manuel destruye la fantasía que el discurso hegemónico tiene sobre su gente. El
38
cuadro, la representación de la Virgen gitana, es después de todo la persistencia de la
imaginación eurocentrista sobre el otro subalterno, por tanto la destrucción de este objeto se
yergue como necesaria para romper con este proceso hegemónico. No obstante, simultáneamente
el acto de profanación conduce a la creación de una presencia fantasmal. Así introduce el lugar el
guía de Mr. Moore, Pedro Lucas en su disfraz de viajero americano: “La casa de la Dolorosa.
Tiene su historia. Es de un pintor que se tragó la tierra. Hay un cuadro y hubo un crimen y dicen
que viene todas las noches el fantasma de una mujer (…)”. El cuadro, lacerado, supone un
memorando, un recuerdo de un vacío. Y no se trata sólo de la falta de la mujer amada (tanto para
el payo como para el gitano), sino la imposibilidad de completar la fantasía sobre el otro. Como
arguye Lou Charnon-Deutsch en su trabajo Hold That Pose, sobre este tipo de imágenes: “The
images’ status as objects that avow a connection between Western and non-Western women and
El segundo regreso de Pedro Lucas a Granada, esta vez bajo la identidad de un inglés,
Mr. Moore, también está motivado por la pintura. Acompañado por un guía turístico en busca de
modelos se presenta como “un pintor que ha venido a Granada a pintar gitanos”. Cuando conoce
a María de la O, encandilado con su persona, pide poder retratarla porque “es una modelo ideal”.
El proceso replica lo sucedido al inicio de la película. La secuencia comienza con una toma
la torre de la Giralda y la Torre del Oro. La siguiente escena es un primer plano de María de la O
ee
Baso esta lectura en el trabajo de Lou Charnon-Deutsch sobre las revistas en la España finisecular, Hold That Pose
(2008). Este estudio dedicado a la cultura visual del entresiglo analiza, entre otros aspectos, las ilustraciones de
mujeres consideradas exóticas. Desde la perspectiva del psicoanálisis, Charnon-Deutsch emplea el término
‘fetichismo comunal’ para entender las imágenes dentro del discurso de la formación de la identidad nacional, más
concretamente lee éstas como la expresión de los deseos no cumplidos de una nación que se mueve hacia la
modernidad, pero sin poder alcanzar el desarrollo de las otras potencias europeas.
39
posando como modelo, con un velo en la cabeza, de modo similar a su madre. A diferencia de la
primera instancia, aquí el orden se invierte, y la que prima en la puesta de escena es la mujer, no
su retrato.
reiterar las relaciones de poder conlleva una promesa de superación del dolor, sin embargo esta
sustitución por su naturaleza edípica resulta imposible. De ahí que el pintor deba desplazar sus
deseos al cuadro, convertido así en un objeto fetiche. Esta lectura psicoanalítica básica cobra otra
Esta realidad queda aún más afianzada con el mise-en-scene durante una de las escenas
que toman lugar en la casa sevillana de Mr. Moore. María de la O conversa con su hermana que
le hace compañía. La cámara toma un plano americano de la actriz, pero en el primer plano
podemos observar una estatua de un indígena, en pose de disparar su arco con un flecha. La
figura de María de la O, detrás de la estatua, imita, y así duplica la pose de la estatuilla. A pesar
de que la alineación se produce sólo por un instante, es suficiente para poder establecer una
relación entre las dos imágenes, así como la función de las mismas dentro de la estancia. Las dos
figuras suponen objetos de consumo, cuya presencia suple la ausencia de una realidad imposible
o perdida. Según el modo en el que la cámara los ordena, resulta evidente que para Pedro Lucas
María de la O es un artículo más de lujo, una estampa exótica. Sin embargo, a pesar del esfuerzo
constante por captar la esencia de la mujer gitana por parte de Pedro Lucas/Mr. Moore, el
40
resultado nunca es completo. El pintor no es capaz de finalizar el cuadro. La modelo no se deja
2.2 El baile
Itálica intenta definirla mediante el arte de la danza. Este personaje juega un papel determinante
más allá de introducir a María de la O en el mundo de los cafés cantantes y prepararla para la
industria del entretenimiento (Woods Peiró 58). Su presencia, simbólica, teniendo en cuenta que
es una de las escasas figuras roma que aparece con un papel central en el cine, representa una
estética clásica del flamenco codificado desde la segunda mitad del siglo XIX – con una línea
divisoria clara entre el baile de hombre y el baile de mujer.ff Pastora Imperio, con sus atributos
físicos y sus movimientos lentos y sensuales representó esta estética a la perfección.gg El estilo
de Amaya rompe con la diferenciación del baile según el género e introduce nuevos elementos al
tablao.
intencionada a la par que acertada pues marca el fin (simbólico) de una etapa en la estética
flamenca y el comienzo de otra. La primera vez que Pastora Imperio aparece en pantalla es
durante la ceremonia de luto de la madre de María de la O, la primera escena con baile. La Itálica
ff
El llamado baile de cintura para arriba y el de cintura para abajo, o como apuntan Pablo y Navarro, rigurosamente
denominado “baile de falda” y “baile de pantalón” se distinguía por las partes del cuerpo más visibilizadas durante
la danza. En el primer caso, el baile femenino, se caracterizaba por ser rico en adornos, tanto de movimiento como
de traje. Mientras, en el masculino era dominado por la sobriedad y la fuerza de los pies (Pablo y Navarro 17-19).
gg
Los estudiosos de la historia del flamenco apuntan: “La voluptuosidad, es desde hace siglos, atributo privativo del
baile de la mujer. Una llamada a los sentidos carnales que cobraba vida a base de esos meneos que fueron a un
tiempo piedra de escándalo y atracción irresistible” (Pablo y Navarro 27). Pastora Imperio fue considerada el
paradigma de flamenca en las primeras décadas del siglo XX. Su estilo y su aspecto físico, una mujer corpulenta que
se deslizaba por el escenario con suntuosa gracia y lentitud, marcó una época en el baile (Castillo Botello 18).
41
da un pequeño discurso a modo de panegírico en el que pondera la fuerza de la sangre y la ley
gitana “¿Por qué te entregaste a un payo? ¿Por qué olvidaste la ley de los calé?” y comienza a
bailar. A pesar de que en un primer momento la música diegética, un toque de guitarra tocado
por uno de los gitanos, coincide con la extradiegética, en cuanto empieza el espectáculo de la
bailaora hay una transición musical a un acompañamiento con orquesta. El baile de la Itálica
llega al espectador mediado por un juego de sombras hiperbólicas que junto con el sonido hacen
un guiño a la estética expresionista avant-garde (Woods Peiró 1998:52). Este juego de sombras
permite que se subraye la sensual silueta de Pastora Imperio cuyo baile pone mayor insistencia
en el movimiento de los brazos, mientras los pies permanecen prácticamente en reposo. El ‘baile
de cintura para arriba’ que lleva a cabo Imperio era en ese momento considerado la máxima
expresión femenina del flamenco, mientras los hombres enfocan más en el movimiento de
Ese mismo estilo es el que la Itálica trata de transmitir a su ahijada. En varias instancias
insiste sobre la habilidad innata de los gitanos para el baile. “No hay payo que pueda borrar la
varias escenas se muestra el proceso de aprendizaje de la niña usando de trasfondo las cuevas de
Sacromonte o un campamento gitano como escenario pintoresco, ‘hábitat natural’ de los gitanos.
La infancia de María transcurre bailando bajo las órdenes de su madre que busca transmitir su
hh
Hasta mediados del siglo XX existía la creencia popular de que los gitanos provenían del continente africano,
particularmente de Egipto. De ahí el orígen etimológico de ‘gitano’ – ‘egipciano’. Los mismos gitanos españoles
promovieron esta creencia, adscribiendo a su procedencia un origen noble. No es extraño que a día de hoy se siga
usando la referencia a Egipto y a los faraones en los círculos del flamenco. El ejemplo más conocido es el de la
artista Lola Flores, conocida como la Faraona.
42
estilo a la incipiente artista. “Esos bracitos para arriba” subraya una vez más la parte del cuerpo
La escena más notable y una de las más emblemáticas de la película es el baile de Amaya
sociedad, y los turistas, entre ellos el padre biológico de María protegido por el anonimato,
quedan asombrados con la energía de su danza. Las diferencias entre el baile que presentó la
Itálica al principio y éste son notables. En primer lugar la música es intradiegética y constituye
zapateado marca de estilo de la artista catalana. Mientras la Itálica pone su énfasis en el floreo de
las manos, el punto fuerte de María de la O es el trabajo de sus pies. Si bien el baile de la primera
ii
El arte de Carmen Amaya, la gitana ‘auténtica’ era conocido por la improvisación, hecho que ella misma y sus
allegados reforzaban. Paco Sevilla comenta:
The reckeless abandon, at times approaching fury with which she threw herself into the dance
could not be taught. It would have been encouraged by her gypsy family and reinforced by the
unschooled and spontaneous dance of the gypies of the Sacromonte (97).
No obstante, Teresa Martínez de la Peña, bailaora, sostiene que Amaya tuvo una sólida formación bajo la tutela de
su tía La Faraona y su padre, El Chino (de la Peña en Sevilla 97-98). Asimismo, Goldberg concurre: “her intense
interpretation of the dance, even when improvised, was structured” (165).
jj
Joaquina Labajo atribuye estos cambios introducidos por Amaya a la búsqueda de un estilo más sofisticado y
complejo. “When in the 1930s the Gypsy dancer Carmen Amaya began to appear I the international scene, she knew
very well that her Gypsy identity would allow her to develop dances and attitudes reserved traditionally to men. She
used with no restriction all kinds of movements based in rapid motions of the legs and heel tapping, which she
regarded as more attractive for the development of the artistic virtuosity of her show than those reserved to the
feminine roles” (Labajo 75).
43
Amaya, el Chino, y las hermanas de ésta) y en el centro la bailaora. Una vez el objetivo amplía el
actuación que por su crudeza y poder debe resultar salvaje e intimidante para los turistasll es
armonizado con el carácter estático del palacio árabe que provee un firme anclaje en la historia,
Esta secuencia en particular pone de relieve la sólida división establecida entre los
artistas, gitanos, y los espectadores, blancos. Los límites claramente marcados subrayan la
esencia teatral del momento. La presencia del público blanco determina el performance de las
bailaoras de color.mm Si se tratara de un acto celebratorio en una comunidad calé, los roles
actor/espectador serían intercambiables y fluidos, pero la mera presencia del hombre blanco (en
este caso) impone sobre la actuación un carácter hermético. Esta postal que completa la imagen
del producto listo para ser consumido (ya lo está siendo por los espectadores intradiegéticos –
Mr. Moore y otros hombres que observan a María de la O bailando) constituye (o lo hará en el
kk
En otro momento de la película hay varios momentos que explícitamente aluden al carácter turístico del sur de
España. Particularmente en esta conversación entre Mr. Moore y su guía-acompañante cuando llegan a la casa del
admirador de María de la O.
Guía: Esta es la casa.
Mr.Moore: Me parece reconocer el sitio.
Guía: Lo habrá visto usted en alguna tarjeta postal.
ll
Me refiero en particular al intercambio de miradas entre María y Mr. Moore durante el cual eventualmente él no es
capaz de sostener la suya. Es importante este aspecto, pues siguiendo a Goldberg, parte de la máscara adoptada por
la Carmen Amaya es la mirada (gaze). “One of the interesting aspect underlying the image of the gitana is that she is
not only a stranger, an object of gaze, observed and controlled by a vigilant society. She also sees. She has a gaze on
her own” (Goldberg 391).
mm
Dyer llama la atención sobre este aspecto en su análisis del trabajo de Paul Robeson, uno de los primeros actores
afro-americanos (Heavenly Bodies 107).
44
de este acto está reforzada por la presencia de una cámara con la que uno de los espectadores
graba el baile. Este dispositivo contribuye realzar la distancia entre las bailaoras y la audiencia.
Una escena similar en Morena clara pone de manifiesto las diferentes dinámica de
espectáculo como excusa para entrar en la casa del fiscal. Su canción “Échale guindas al pavo”
narra la historia de dos gitanos ladrones que engañan a la guardia civil robando un pavo y
ofreciéndoselo más tarde a los guardias como un manjar. Esta anécdota establece un mise-en-
abyme con el delito de los protagonistas y vuelve a incidir en la picardía de los gitanos como un
factor que entretiene sin amenazar. Esto es patente a través de la relación que se establece entre
los hermanos gitanos y el público. Existe empatía y complicidad entre estos dos y, lejos de
exóticos, Trini y su hermano Regalito agregan a la fiesta el punto de humor que hasta ese
momento faltaba. A pesar de que se trata de una actuación, el público está completamente
inmerso en la misma batiendo palmas o canturreando. Hay una continuidad entre los gitanos y
Meira Goldberg identifica esta actitud con la que se caracteriza la puesta en escena de
Amaya como la máscara, una serie de estrategias con las que la artista gitana encara el público de
la comunidad dominante.
A mask: a complex and fluid array of images and events animating a form, which
can be worn by many people of different stripes (…) an artifact of social strategy.
an imposition upon, rather than a feature of Gypsy culture (…) but it serves as a
protective shield which can both contain and distance Gypsy oppression (36).
45
Similar a los “minstrel shows”, la artista cubre su identidad racial con una capa de exotismo para
ofrecer al público el reflejo de su fantasía. “Gypsy performance most often presents itself as
authentic since one of its main selling points to the outside world is the fact that it is Gypsy,
meaning unique and exotic” (Goldberg 36). Naturalmente, su bagaje cultural le da licencia para
clamar la autenticidad gitana como parte de dramatis personae, en comparación con Imperio
Argentina, por ejemplo. Pero Amaya crea esta máscara convirtiéndola en una nueva imagen que
Goldberg subraya: “Amaya’s impact on the theatricalization of Spanish dance in the twenty
century must be appreciated in its mastery of the forms of the Romantic “exotic” and the Modern
moneda. Si bien, como se ha señalado, tanto mediante la representación del cuadro como a través
character is always subordinate to higher goal of shaping her into the perfect
conciencia completa de la artista. Nótese este hecho en la relación que establece la protagonista
con los hombres blanco, los que eventualmente componen el público consumidor de su imagen.
Lejos de una relación romántica ordenada por sentimientos, lo que impulsa y motiva la decisión
de María de la O para posar para Mr. Moore es su oferta monetaria. Durante la escena del
espectáculo teatral, Pepe Mairena, el torero, brinda a María un collar. Lo que pareciera un simple
regalo a la mujer que admira se convierte en una puja y finalmente una transacción económica.
46
Juan Miguel es llamado a tasar la joya. “Alhaja bonita y de precio (…) pero su verdadero valor
no soy yo quien se lo tiene que dar, sino quién lo va a recibir y lo tiene que pagar”. De esta
intercambio. Efectivamente, Pepe Mairena y Mr. Moore comienzan a pujar por los favores de
María. Un collar de perlas, una casa en Sevilla, hasta que finalmente el ‘extranjero’ ofrece “su
peso en oro”, superando cualquier propuesta de su rival. La tasación del collar se torna en la
tasación de María. Juan Miguel, ofendido por la materialización de su amada, la increpa: “¿Tú
toleras esto? ¿Tú lo permites sin que se te caiga la cara de vergüenza?” A lo que ella replica: “¿Y
eso por qué? Estos hombres dan por mí todo lo que tienen. ¿Qué me ofreces tú Juan Miguel?” De
en un objeto fetiche. Contrario a una victimización por las implicaciones sexuales que este
En Morena clara el dinero también tiene un rol central. Los billetes con los que se quiere
comprar al fiscal son los que ayudan a tapar las infidelidades de su padre y permiten un final
sagacidad y picardía de la gitana. La protagonista Trini emplea su magia para que aparezca la
cantidad exacta necesaria para resolver los problemas de la familia que la hospeda, de manera
que prueba ser útil y digna del amor del fiscal. En el caso de Morena clara hay, nuevamente, una
47
insistencia en la representación estereotípica (y mítica) de los gitanos, mientras que María de la
también remodela la fantasía que España tiene del Otro. Mientras Morena clara insiste desde el
comienzo en la blancura de la gitana, hecho que posibilita la inserción de ésta en la casa del
‘gitanizar’ al personaje principal. Los finales de los dos largometrajes llevan a últimas instancias
estos procesos.
rito premarital de la comunidad calé – la prueba del pañuelo que debe probar la virginidad de la
novia – combina en sí tanto lo exótico como lo primitivo. Itálica invita a varios miembros
respetados de entre los invitados – hombres y mujeres – para que atestigüen la pureza de María
final feliz se debe a la restauración del orden racial. La gitana se casa con uno “de los de su
raza”, y por tanto no perpetúa el mestizaje que a su madre costó la vida. Por el contrario, en
Morena clara el propio título pone un ímpetu en la mescolanza tan esencial en el discurso
nacionalista español. El mestizaje se convierte en una fantasía que, no obstante, sólo puede ser
operativo en casos como este largometraje con estrellas como Imperio Argentina, cuya blancura
(disfrazada) tan sólo fantasea con el mestizaje sin las problemáticas que éste acarrea. El final de
48
No sufras por mi color
Morena es la Macarena
cualquier tipo de aspecto que pueda amenazar la integridad de la identidad nacional. El fiscal le
dice a Trini: “A ti no te queda de gitana más que los volantes de tu vestido”. Lo gitano en
Imperio Argentina es un disfraz que permite entrever lo que se esconde bajo él, carece de
complejidad y por ello puede ser integrado dentro del Orden, dentro de la casa del letrado, dentro
Frente al disfraz que lleva Imperio Argentina, Carmen Amaya porta una máscara que a
través de las costumbres ancestrales. Además de un producto para el espectáculo, como apuntaba
Woods Peiró, la construcción del personaje de María está modelando el paradigma de la gitana
figura gitana emergente, distinta a Imperio Argentina, pero también diferente a Pastora Imperio.
49
estriba esta nueva concepción de gitanidad que se materializa en la figura artística de Carmen
Amaya.
El final del filme, la restauración del orden a través del matrimonio, la revelación de la
verdadera identidad de Mr. Moore y con ello la disipación de la tensión edípica, deja al
espectador con una conclusión perfecta. La estructura cerrada está subrayada por la puesta en
Particularmente el repetido primer plano de la pandereta que sirve como marco a través del que
se media la celebración así como la rueda de baile, ambos evocan la O que define el nombre de
la protagonista. Es notable el esfuerzo tanto del argumento como de la cinematografía por limar
cualquier arista que pueda dañar la última impresión del público, cerrar herméticamente la
historia para que no haya lugar a ningún interrogante sobre María, su profesión, su relación con
Mr. Moore, etc. Es en este final, perfecto, redondo, donde es necesario buscar la ambigüedad de
una película que aparentemente no cuestiona el estatus quo. Eliminar las incongruencias,
gitana como una presencia espectral, una de la que tan solo es posible atisbar trazos – una
un halo misterioso. Esta vocal maravilla y asusta al mismo tiempo. Supone un significante vacío,
plenitud inalcanzable.
te quieres reír y hasta los ojitos los tienes morados de tanto sufrir
50
Dejaste al gitano que fue tu querer
definirse en contra del estereotipo proyectado sobre el país desde fuera a la par que jugar con
éste ya que prueba ser atractivo en el extranjero posiciona al país en una situación compleja y
ambigua. La tradición, lo exótico, la raza son algunos de los factores que han de ser conjugados
51
Capítulo II
La escena del bailaor flamenco Antonio Gades taconeando en las mesas de un café de las
Ramblas es probablemente una de las escenas más memorables del célebre filme de Francisco
Rovira Beleta, Los Tarantos (1963). Esta secuencia de menos de tres minutos condensa varios
aspectos que caracterizan los diferentes procesos de re-definición de la nación durante la década
de los sesenta en España. Gades en el papel de Moji simboliza la división existente entre las dos
Españas del momento: una más conservadora que trata de preservar los valores tradicionales de
la familia, una comunidad cerrada y otra moderna donde la tecnología marca el ritmo mirando
hacia un futuro con una apertura de fronteras hacia la escena internacional. Este personaje, el
(intermedio), atrapado entre sus raíces gitanas que le requieren defender el honor de los suyos y
el flirteo con las turistas ‘suecas’ atraídas por el exótico misterio del flamenco. La escena de
composición perfecta a modo de una tarjeta postal no obstante chirría. Gades se encuentra en un
momento sublime, bailando una farruca, pero las interrupciones de los automóviles, el servicio
de limpieza de las calles, el kiosko con los souvenirs para los turistas rompen con esa danza,
dejándola un poco fuera de lugar, rompiendo la simbiosis entre el bailaor y su entorno. Llamo la
atención sobre este particular instante en Los Tarantos pues encapsula a la perfección la
nn
Uso el término modernidad refiriéndome a las políticas económicas capitalistas a las que se inscribieron los países
de Europa Occidental. España sigue un modelo económico autárquico que se desploma, y por ello, a finales de la
década de los años 50 se da un viraje en la política económica hacia una postura más aperturista entrando así a
formar parte activa del mercado global.
52
La transición de un estado con una política económica de autarquía a una situación de
intervalo de una década España sufre una profunda transformación. Como señala Tatjana
Pavlovic desde el título del estudio que dedica a los años comprendidos entre 1954-1964, el país
‘cambia de piel’ y lo que debían haber sido sólo cambios en la esfera de la economía tienen un
pertenecientes al Opus Dei, tenía como objetivo una dinamización de la economía participando
del boom económico del resto de países de la Europa Occidental sin un cambio en la base
ideológica franquista que seguía arraigada en la defensa de los valores de la postguerra más
inmediata.pp No obstante, la revolución económica no pudo restringirse a la subida del PNB y sus
Una de las causas del crecimiento económico fue la llegada masiva de turistas extranjeros
a las costas españolas. Este fenómeno no supuso sólo el arribo de divisas extranjeras, una mejora
disparando las posiciones en el sector de servicios, sino también la incursión en el tejido social
español de una presencia que puso en cuestionamiento la escala de valores nacionales. El turismo
oo
Algunos estudiosos caracterizan la España moderna (y postmoderna) como contradictoria. La coexistencia de
valores tradicionales con los modernos resulta en una modernidad desigual (uneven modernity). En particular, Paul
Preston subraya “the lack of synchronisation between the social reality and the political power structure ruling over
it” (Preston 10).
pp
Sebastian Balfour en su trabajo dedicado a los años de desarrollo insiste en la permanencia de una escala de
valores impuestos por el régimen franquista durante la Guerra Civil. El desarrollo económico sin impacto o cambios
culturales y políticos era el objetivo principal del régimen en el denominado Plan de estabilización (1959). Esa
tendencia queda reflejada por ejemplo en un sector importante de la producción cinematográfica del momento.
Tómese como ejemplo La gran familia (1962) de Fernando Palacios defendiendo los valores tradicionales del
núcleo familiar y declarada de interés nacional.
53
fue el responsable del ‘milagro español’, no sólo en términos económicos sino como un motor
que reordenó las relaciones sociales y políticas en la sociedad española. Como apunta Justin
Crumbaugh:
Tourism came to act as an allegory of the larger changes of the 1960s, offering
growth reconfiguring the relationship between the Franco regime and the Spanish
Además de una alegoría de las dinámicas entre los dirigentes y el pueblo, es posible entender el
fenómeno turístico como una plataforma para promocionar, reinventar o reconstruir la imagen
nacional, proceso que se lleva a cabo desde la clave de la contradicción. Mientras el país está
experimentando un boom económico que impacta en el estándar de vida, creando una sociedad
de consumo que anhela tener acceso a los mismos bienes que sus vecinos del Norte, la campaña
publicitaria en torno al turismo se constituye a partir del lema ‘Spain is different’. En la realidad
cotidiana el día a día se aproxima cada vez más a la de un ciudadano europeo medio, pero la
imagen que se buscaba presentar al extranjero mantenía los tintes exóticos novecentistas. No
obstante, una interpretación blanquinegra del fenómeno turístico sería simplificar este complejo
huracán que ‘arrasó’ España. Hay una conciencia sobre la política de exotización desde las
mismas filas falangistas que no es exclusiva de la década de los 60, sino que se viene atisbando
en mayor o menor medida desde los años 40 en el cine conocido bajo la etiqueta de ‘pandereta’.
promulgado por Manuel Fraga Iribarne, Ministro de Información y Turismo de 1962 a 1969,
54
Curiosamente, a pesar de ser el artífice de tan pegadiza definición, el entonces ministro concebía
Asimismo, las referencias a la industria turística por parte del NO-DO subrayan aquellos
Como observa Sasha Pack, las alusiones al exotismo, al folclore andaluz fueron reducidas
radicalmente en la primera mitad de los 60 (149). A pesar de ello, si bien el discurso oficial,
como prueba el noticiario, trataba de transmitir una imagen española más moderna, otros focos,
elementos que son de gran atractivo para el turista extranjero: el sol, la costa, el flamenco o los
toros. Este cine fue definido en contraste con el Nuevo cine español como uno que no suponía
una amenaza a los valores del régimen y cuyos consumidores no eran considerados público con
gusto por un cine de calidad (Triana-Toribio 75). Esta corriente, el VCE, desdeñada por críticos
del momento, e historiadores del cine hasta los años recientes, a pesar de no constituir un cine de
denuncia, recoge con fidelidad algunos de los cambios sociales que se están dando en esta
década, y aunque sea desde una perspectiva cómplice, alineada con el discurso hegemónico, no
deja de reflejar ese clima de tensión entre la tradición y la modernidad. En cuanto a la presencia
del exotismo, regularmente desde actuaciones musicales, es notorio subrayar que se dan de
qq
Nuria Triana-Toribio usa esta nomenclatura en Spanish National Cinema (2003).
55
forma mediada, ya como espectáculos organizados o improvisaciones para el deleite de los
turistas y el bolsillo de los artistas.rr Estas puestas en escena no pretenden crear situaciones
‘diferencia’, es decir el exotismo en este caso, es creado con frecuencia como un mise-en-abyme,
rompiendo el ritmo al que se desarrolla el argumento para presentar una rareza. Justin
due to its insincerity, the slogan proved all the more consistent with the regime’s
ideological aims. (…) The slogan was the paradoxical expression of the regime’s
La diferencia tal y como se presentaba a los turistas (o lo que es lo mismo, el exotismo que los
fetichismo consumista de los clientes extranjeros. España se distinguía del resto de Europa
occidental, pues su gobierno, aunque maquillado, continuaba siendo una dictadura con los
ingredientes propios de la misma, ejecuciones a presos políticos, censura, etc. Pero esa diferencia
real se trataba de ocultar precisamente con el disfraz folclórico proyectado en la figura gitana que
La figura gitana, tan estrechamente asociada con la imagen folclórica del país,
rr
En el primer caso podemos pensar en Embrujo o la nueva versión de María de la O, con Lola Flores, donde las
actuaciones se llevan a cabo en teatros o cafés. En cuanto a las actuaciones improvisadas, basta con recordar a
Marisol entreteniendo a los turistas en Búsqueme a esa chica (1964), cantando el romance de ‘La alemana y el
torero’.
56
de folclóricas en el primer franquismo, este personaje palidece progresivamente con la
modernización. En los años sesenta el cine musical está dominado por estrellas infantiles o
adolescentes como Marisol, Rocío Dúrcal o Joselito. El contacto entre dos civilizaciones, o dos
comunidades étnicas diferentes, tan frecuente en los 40 o 50, se sustituye por el encuentro entre
española. Su tratamiento, con algunas excepciones, evoluciona hacia un tono más serio,
Santaolalla en su estudio de las minorías en el cine español apunta dos características en el cine
(folclóricas) y un tono más sobrio con producciones como la de Los Tarantos (1963) de
Francisco Rovira Beleta, o Con el viento solano (1965) de Mario Camus que pretendía denunciar
Rovira-Beleta. Su díptico gitano – Los Tarantos (1963) y Amor brujo (1967) – se encuentra a
caballo entre una producción con fuerte presencia musical, cercano en este caso al cine de
pandereta, y una suerte de denuncia social, más próximo al Nuevo cine español, aunque
tampoco dejan de faltar elementos típicos del cine documental que deja constancia del pulsante
director, trata de mostrar un cuadro fidedigno de la vida de los gitanos catalanes, mientras que la
ss
Con la etiqueta de ‘cine documental’ busco distinguir entre el cine heredero de las folclóricas – con artistas como
Lola Flores, Carmen Sevilla y un poco más tarde Marisol, y el cine que busca dar testimonio del desarrollo
económico ya sea a través de la implementación industrial, omnipresente, o del turismo. En esta segunda categoría
cabrían películas como La ciudad no es para mí (1966) o El turismo, qué gran invento (1969), ambas dirigidas por
Pedro Lázaga.
57
versión de Amor brujo de Martínez Sierra y Falla, una suerte de ballet fílmico, deja permear
elementos de naturaleza onírica que presenta al espectador una ilusión fantástica de una tragedia
flamenca.
de Alfredo Mañas, Historia de Los Tarantos que cautiva a Francisco Rovira-Beleta de manera
que decide llevarla a la gran pantalla. A pesar de que Mañas niegue su origen shakesperiano,
Rovira-Beleta afirma su alineación con el clásico inglés. No obstante, el objetivo del director no
estriba solamente en emular la historia de amor entre dos jóvenes pertenecientes a familias
rivales, relato fácilmente reconocible para el público internacional (factor que probablemente
influiría a la selección a los premios de la Academia americana), sino que trata de insuflar al
cuadro un “tono documental” (Benpar 106) presentando la comunidad gitana tal como es.
Irónicamente, para conseguir ese ambiente auténtico, necesita crear todo un escenario,
Todo aquello lo monté, no había ni un gitano. Había gente que no era gitana y que
se molestaron porque les llevé gitanos allí. Peret también aparecía de guitarrista,
también me ayudó mucho. Quise hacer que el campamento de los Tarantos fuera
muy alegre, con los gitanos bailando continuamente para compararlo con el
58
La construcción de un poblado gitano en Montjuic para proveer a los gitanos con un espacio
natural donde pudieran actuar a su gusto, mostrando su carácter jolgorioso, responde a lo que
[A]n imagined folklore that exists only in films, and is a folklore or even folklore-
meaning identified and consumed (as “the truth”) by a certain group of people.
El folclore, como compendio de saberes populares, surgió a mediados del siglo XIX,
precisamente en un momento en el que nacían las unidades nacionales modernas. Regina Bendix
explica:
Folklore has longed serve as a vehicle in the search for the authentic, satisfying a
longing for an escape from modernity. The ideal folk community, envisioned as
pure and free from civilization’s evils, was a metaphor for everything that was not
comunidad gitana sino que crea jerarquías de autenticidad. Los Zorongos representan la familia
aburguesada, acomodada, residente en el centro urbano, mientras los Tarantos viven en los
divergentes de las dos familias son clave para la definición de la verdadera naturaleza gitana
según el director. Mientras los primeros participan plenamente de la economía hegemónica (se
dedican a la cría de caballos para las corridas de toros), los segundos sobreviven de un modo
59
alternativo y efímero mediante la venta ambulante. A falta de bienes materiales, los Tarantos
poseen capital cultural – la música y el baile – que les dota de legitimidad en cuanto a su pureza
gitana. (“No pareces hija de ese malage” – comenta la Taranta al conocer a la Zoronga – “su
padre no tiene más gracia que para el trato del ganado. Cada vez que se ha puesto a bailar ha
un prototipo de gitano auténtico, el gitano bondadoso, romántico, pasional a la par que jovial.
Sólo su arte, su primitivismo (en este caso materializado por las condiciones vitalicias) le
permite cumplir con los requisitos de la comunidad dominante, completando la imagen que ésta
tiene. El capital cultural, la ‘gracia’ flamenca de los Tarantos, no promueve una subida en la
escala social, todo lo contrario, los torna unos parias de la sociedad consumista.tt
prometida de Rafael describe maravillada al llegar por primera vez al barrio en el que vive la
Ahora lo comprendo, aquí vienen los pájaros a ser felices. Qué lejos de la ciudad.
más le gusta, sin importarle el tiempo, como si éste se hubiese detenido hace
Al inocente comentario de la recién llegada a la barriada gitana acompaña una serie de planos
con vistas panorámicas de la ciudad, impersonal y alejada, en una posición inferior a la de los
hablantes – los novios que suben a la cima, dejando atrás la modernidad de Barcelona para entrar
tt
Resulta paradójico que la dedicación de los Tarantos al flamenco sea precisamente lo que les aleja de la
participación de una economía convencional, pues fuera de la pantalla son precisamente los artistas flamencos los
miembros de la comunidad gitana que triunfan en el mercado de la mayoría dominante. Tómese como ejemplo
paradigmático el caso de Carmen Amaya y su familia.
60
en el mundo pre-industrial, artesano de los gitanos. Rovira-Beleta crea un marco exhibitorio, una
suerte de museo, donde expone al objeto de su estudio. Su rol de director queda conjugado con la
necesidad de definir la alteridad que está siendo constantemente resignificada dentro de una
destinada a estudiar culturas geográficamente remotas, torna hacia una introspectiva. El foco de
¿quién es el Otro? De acuerdo a Augé: “New objects came into view and it became gradually
clear that there were situated in a different space-time” (96). La reorganización de la ciudad, su
uu
Desde el campo de la antropología se ha visto a lo largo de la primera mitad del siglo XX un interés por la
comunidad gitana española. Estos estudios (Salas Mayo, Pobanó) culminan en la década de los años 50 con la
publicación de José Carlos de Luna, Los gitanos de la Bética (1952) en la que se ponderan las características de los
gitanos españoles frente al resto de comunidades gitanas en Europa. El autor propone una tesis sobre el origen de los
gitanos nacionales (Egipto) frente a los gitanos del tipo hindú, aspecto en el que estriba la superioridad de los
gitanos españoles. Estudios como éste, con un trasfondo pseudocientífico, contribuyeron a crear una imagen de la
comunidad que constituyó una continuación así como un reflejo de las fantasías orientales. Véase la descripción
física proporcionada por De Luna: “!Los ojos de los gitanos!...Ni el color de la piel; ni las particularidades de las
facciones; estamos por decir que ni su idioma y costumbres, caracterizan a la raza como los ojos. Parecen cuajados,
muertos, y …su brillo es único. Un brillo metálico con reflejos acerados que a veces se hunde en las pupilas, para
temblar como la luna en las quietas y negras aguas de un poco muy profundo. Vidriosos y como velados por una
niebla de modorra, se irisan y chispean de manera alucinante. Ellos conocen su poder magnético; pero por suerte
ignoran todo el que encierran. Bizcándolos expresan la burla y el desprecio, y esta mueca casi infantil causa
desasosiego aún ignorando que es insulto” (65).
61
ese enclave ya había desaparecido para los años 60 respondiendo a la lógica que apunta Augé:
“The localized approach triumphed at the very moment that “locales” began to disappear” (97).
siempre dentro de la comunidad gitana. Los Tarantos frente a los Zorongos, los primeros
los segundos están pervertidos por el contacto con la sociedad de consumo de la que participan.
básica, pero estas lacras son suplidas por la alegría y el constante bullicio que allí se vive. Los
toques de guitarra son inherentes a las escenas de Somorrostro, y el baile constituye un elemento
omnipresente entre sus residentes. Éste, en particular, deja de ser una actuación para convertirse
en un modo de comunicación. Durante los momentos clave – el primer encuentro entre los
contra los Zorongos – todos estos instantes son protagonizados por el baile. A ello deben
sumarse otras escenas de corte costumbrista del Somorrostro donde nunca falta un grupo de
cámara acompaña esta asunción mediante primeros planos de manos tocando las palmas o la
guitarra, los pies taconeando, la cara con ojos entornados cantando. La superposición de estas
tomas produce una fragmentación los cuerpos de los actores. De este modo subraya las
62
cualidades asociadas a la comunidad gitana apelando no sólo al oído, sino también a la vista y
argumento, así como un elemento de afirmar la identidad gitana. Sólo es necesario recordar que
Juana es aprobada como prometida válida para Rafael una vez demuestra sus dotes artísticas para
el flamenco. Pero los personajes cuya definición depende en última instancia del baile son la
matriarca, interpretada por Carmen Amaya, y Moji, a quien da vida Antonio Gades. La
diferencia entre ellos radica en que la primera usa su arte para comunicar sentimiento entre los
suyos (véase que la Taranta nunca baila fuera del círculo de su comunidad), el segundo lo
emplea para apelar a la imaginación exótica de los extranjeros, ya sea en el plano intradiegético
de las Ramblas. Mientras Amaya convierte el arte en una prolongación de su naturaleza gitana,
Como se ha mencionado al comienzo del capítulo, la escena con la que Antonio Gades
pasa a la historia es precisamente el baile de las Ramblas al que le invita su primo, Rafael
Carmen Amaya, quien al igual que Moji, también baila para festejar el noviazgo de su hijo con la
Zoronga. El diferente tratamiento cinematográfico que ambas escenas reciben permite entrever la
La Taranta es invitada a bailar por los miembros de su familia para responder y continuar
el baile que inició su futura nuera. El público lo componen ellos mismos, un público que
63
por el guitarrista que acompaña a la bailaora. En realidad se trata de un cuadro de costumbres, así
La cámara, tras un paneo general, mostrando una vez más que nos encontramos en el
familiar ambiente del Somorrostro, muestra un primer plano de los pies de la bailaora, alternando
imágenes de éstos con los de la guitarra estableciendo un diálogo visual entre lo que escuchamos
y lo que vemos. La lente va ampliando su plano hasta dar una visión completa del barrio y de
primo, quien duerme en actitud cariñosa con una de las turistas. “Levántate y baila” es invitación
suficiente para que Moji se desperece y al son de una farruca se ponga a bailar. En lugar de
de este modo del espacio al que este tipo de comportamiento no pertenece.vv Eso resulta aún más
evidente con la interacción entre el bailaor y los vehículos que pasan. Moji los encara en actitud
de torero pero no recibe una respuesta positiva. Continua su baile alrededor del estandarte de
postales y el puesto de suvenires. La cámara se aleja ubicando al bailarín en el centro del campo
de visión, jalonando su figura con dos chorros de agua que lo enmarcan en un encuadre perfecto.
La música, que en un inicio sólo suponía un toque de guitarra tocada por Diego, es sustituida por
una orquesta que da verdadero rango de ballet a la escena. Todos estos elementos contribuyen a
poner de relieve la artificialidad del momento. El espectáculo flamenco no tiene otra justificación
que el de entretener y las Ramblas sirven de escenario para llevarlo a cabo. Al igual que las
postales en las que se pueden identificar claramente los grabados de sevillanas y toreros o el
vv
La escena establece un paralelo evidente con la famosa escena de Gene Kelly cantando y bailando bajo la lluvia.
La influencia hollywoodense comienza su incursión en el cine español.
64
kiosco con los ítems de recuerdo, la figura del gitano bailaor supone un producto más a la
quienes llenan el espacio visual y auditivo, Antonio Gades se encuentra solo, rodeado de objetos
deshumanizados – los chorros de las mangueras que limpian la ciudad, los automóviles, las
constituye un acto comunal y celebratorio que culmina con un baile colectivo, el segundo supone
rodar. (…) Sabía que quería hacer una cosa que resultara espectacular, que las
Ramblas fueran eso, un escenario irreal, pero no sabía cómo hacerlo (104).
Merece especial atención el calificativo que da el director para describir el tono – irreal –
implicando que las otras escenas retrataban la realidad. No obstante, más allá de la puesta en
escena de los dos eventos, no se puede dejar de subrayar que ambos entrañan un espectáculo.
Aunque el del baile de las Ramblas sea un episodio más artificioso frente al de Somorrostro, que
diferente. Después de todo, ¿quién más “genuino” que Carmen Amaya para representar a la
comunidad gitana?
65
esta identidad. Esta actitud no es foránea al estado de la cuestión en lo relativo al arte flamenco.
En esta dirección apunta Timothy Mitchell en su obra Flamenco Deep Song donde pondera su
memorias no sólo repasa la historia del cante gitano y su impacto en el flamenco (dos vertientes
que diferencia claramente) sino que lo dota de una naturaleza sublime, característica cuyo origen
se debe precisamente a la figura gitana, como portadora de esta tradición. Mairena explica:
Yo era un humilde cantaor gitano que insistía tozudamente en su verdad, que era
la verdad del cante. (…) Mi fe y esperanza estaban alimentadas por algo que
sobrenatural, innata: “La Razón Incorpórea, que hay que sentir y respetar para ser un buen
nuestras tradiciones y de nuestros ritos antiguos” (80).ww Este hermetismo ha sido leído por
identidad nacional, ha puesto de relieve la importancia del mairenismo no tanto dentro del
trazado de los orígenes del flamenco, sino como la constitución de una narrativa contestataria del
66
The gypsy minority, persecuted and negated, held a treasure that would be shared
and understood by the rest of the population only with the arrival of democratic
freedoms Mairenismo is, then, the artistic flamenco expression of the Leftist
generación del 98, centrada en lo castizo. No obstante, el retrato particular que lleva a cabo
Rovira-Beleta no supone tanto la creación de una identidad alternativa que cuestione el régimen
sino una vuelta a las raíces pre-modernas. Uno de los aspectos que permiten afirmar esto es la
ausencia de cualquier fuerza de poder que coaccione la comunidad gitana. Los enfrentamientos
quedan reducidos a trifulcas entre clanes. Por otro lado, la marginalidad en la que viven los
autenticidad no contaminada por el desarrollo industrial y la perversión del capital. En esa línea,
atribuyendo al director un trasfondo ideológico, habría que alinearlo a los detractores de Manuel
Fraga, aquellos que se oponían a la empresa turística puesto que traería un relajo de la moral
católica. ¿Quién mejor que los gitanos, una comunidad herméticamente sellada a los avances de
la sociedad moderna (al menos en los ojos de Rovira-Beleta), para plasmar la pureza de la
tradición?
Permite definir los avances de la comunidad dominante pero al mismo tiempo no deja de
diferencia, marcador con el que se registra a la figura gitana, se construye a partir de una estética
67
kitsch, identificada por Matei Calinescu como esencia de la modernidad (225). Lo kitsch entraña
una naturaleza paradójica, ya que por un lado busca una satisfacción inmediata de su
consumidor, simultáneamente evoca una mirada nostálgica a un pasado idílico, permitiendo así
escapar del presente. “What constitutes the essence of kitsch is probably its open-ended
indeterminacy, its vague “hallucinatory” power, its spurious dreaminess, its promise of an easy
exótico deseado por los turistas extranjeros y reconforta al público nacional ofreciendo un
espacio inmune a los cambios del momento. Detener el tiempo para éste colectivo supone un
gesto nostálgico a la par que imposible, un gesto que se hace más evidente en el segundo
El segundo componente del díptico gitano, nombre otorgado por Carlos Benpar, se
articula desde una perspectiva diferente. Rovira-Beleta señala: “Si en Los Tarantos los gitanos
habían estado tratados de manera realista, aquí quise hacerlo de manera artificial, y por eso pensé
en un ballet” (112). Si en el primer filme buscaba dar testimonio de las comunidades gitanas y
mostrarlas ‘tal como son’, en esta instancia el director trata de insuflar a la imagen un aire
onírico. Pero a pesar de un enfoque diferente, existe una continuidad entre ambas películas más
allá de la temática que gira en torno a una comunidad concreta. Rovira-Beleta vuelve a repetir
algunas de las estampas que presentó en Los Tarantos unos años atrás, exacerbando algunas de
ellas, como es el caso del baile, que en Amor brujo cobra mayor protagonismo.
68
Al igual que la primera película que partía del clásico shakesperiano, Amor brujo supone
una adaptación libre del ballet homónimo de Manuel de Falla y Gregorio Martínez Sierra.xx Es
necesario detenerse en este aspecto, puesto que una adaptación se lleva a cabo para servir a unos
mínima en Romeo y Julieta, cobra vida propia en la versión gitana, probablemente, como afirma
también que una mayor presencia de la bailaora en escena garantizaría un mayor éxito gracias a
su popularidad. En Amor brujo las variaciones son diversas pero la que más llama la atención es
la transformación del personaje del fantasma de un ente espectral a un ser de carne y hueso, una
persona real que atormenta a la protagonista. Partiendo de la premisa que las adaptaciones están
al servicio de la época que las produce para transmitir y/o retratar el espíritu del momento, mi
lectura del filme tendrá presente esta alteración para entender el retrato de la figura gitana y las
no explora este aspecto, posicionándose de un modo más bien apático en este sentido. La
etnicidad de Candela, así como la de sus amantes, no supone, en apariencia, ningún dato que
obra. El propio título completo de la obra firmada por Falla y Sierra - El amor brujo, gitanería en
un acto y dos cuadros –se auto delata, y por tanto la asociación entre las melodías de la obra con
los personajes gitanos está en el subconsciente nacional. Pero más allá de apelar al imaginario
xx
A su estreno, la recepción de la obra no fue muy buena, calificada de ‘españolada sin inspiración’ por los críticos
influenciados por el discurso antiflamenquista de la Generación del 98 (Sevilla 23).
69
español, Rovira-Beleta construye un marco espacio-temporal singular en el que sutilmente
Amor brujo cuenta el triángulo amoroso de Candela quien, engañada por Diego, vive
atemorizada por la presencia de su fantasma que quiere llevarla consigo a la ultratumba. No por
ello deja notar a Antonio, un joven herrero, quien logra conquistar su corazón y promete
investigar las apariciones espectrales. Gracias a sus indagaciones se hace claro que el fantasma
es una farsa detrás de la que se esconde un Diego vivo que ha vuelto para llevarse consigo a
Candela. La joven se encuentra en medio de un hombre posesivo a quien debe su honra y otro a
quien ama. La resolución llega de la mano de un antiguo ajuste de cuentas que envía al villano,
asesinato de Diego– subraya la repetición ritual necesaria con la que sellar la venganza y la
sangre derramada para limpiar el honor de la familia gitana ofendida. No sólo el gesto, la lucha
con navajas, sino la circularidad con la que éste se maneja, subrayan el hermetismo al que se ven
abocados los miembros de la comunidad gitana. La naturaleza mística del rito viene enfatizada
noche suaviza las aristas del crimen convirtiéndose en su cómplice. Asimismo, el enclave natural
necesidad. Tanto el tiempo como el espacio protegen en este caso los sucesos. Un detalle que
cruz de madera bajo cuyo amparo ocurre el asesinato. El acto de violencia que se está llevando a
cabo no es, como sabemos, fortuito, sino la máxima expresión de la Ley de Talión, ‘ojo por ojo,
70
diente por diente’ que también forma parte del Antiguo Testamento. La venganza, acotada por la
institucionales. Con este gesto queda realzada la armonía en la que las comunidades pre-
pilares básicos de la España tradicional: la Iglesia, el valor, la honra y la pasión, valores que
estampa romántica para el espectador. El tono que adopta está impregnado de nostalgia por un
tiempo autárquico en el que primaba la tradición sobre el desarrollo, una fantasía que quedaba
materializada en el pueblo gitano. Sin embargo, en este filme incluso esta comunidad es lenta
Su marginalidad, en el caso de Amor brujo, no viene marcada tanto por el espacio geográfico,
aunque éste no deja de jugar un rol interesante, sino por el tiempo en el que vive. Stephen Kern
en su obra dedicada al estudio del espacio y del tiempo, apunta sobre la naturaleza heterogénea
de ambos. Kern discierne dos modos temporales – el público y el privado, siendo el primero
conformación del tiempo público: la urbanización, una economía centralizada, implemento de las
comunicaciones entre distintos centros metropolitanos entre otros. Pero si una minoría no
con ese ritmo instaurado.yy De ahí que el filme avance yuxtaponiendo diferentes formas de
yy
No se está tratando de argüir un completo aislamiento de la comunidad gitana. Ésta, como otras minorías,
participa de un modo u otro de la economía nacional, hecho que se ve claramente retratado en Amor brujo con los
protagonistas trabajando en los astilleros o la industria pesquera (mujeres rederas). Pero es necesario observar que al
71
progreso temporal de una y otra comunidad. Tanto Candela como Antonio se mueven libremente
entre los dos ambientes existentes – el gitano y el payo, sin una definición clara de su
pertenencia. Antonio ejerce la profesión de herrero en los astilleros locales mientras Candela
vive en un barrio céntrico y su padre trabaja como pescador. Estos detalles permiten perfilar su
barrio gitano juega un mero rol decorativo, el espacio al que Candela acude para lidiar con las
fuerzas del más allá puesto que es allí donde sus interlocutores comprenden las apariciones
fantasmales.
La naturaleza del espectro que persigue a Candela es cambiante, en tanto que, como se
mencionó previamente, lo que parece una pesadilla del pasado se convierte en una realidad. La
razón por la que el fantasma de Diego hostiga a Candela se debe a su entrega completa a él.zz
Con este acto, y según las costumbres gitanas tradicionales, la mujer pertenece al hombre. Por
ello la protagonista sabe que Diego ‘viene a buscarla’ para llevársela consigo. Su presencia
fantasmal se hace progresivamente más real y palpable; sus primeras apariciones son en los
taberna donde bailan una danza embrujada. A partir de allí, el personaje pierde su esencia
una muerte violenta que restaura el orden inicial. Como ya se ha mencionado previamente, esta
margen de ese tiempo público (horarios de trabajo, horarios de partida de los barcos) siguen otro ritmo temporal
asociado con su cultura tradicional (el cuarto de la vidente).
zz
Candela visita a la espiritista en la barriada gitana para contarle sobre la presencia del fantasma de Diego. Es en
ese momento que comienza a entreverse la razón por la que Diego sigue presente en la vida de Candela, aún después
de muerto. La vidente pregunta a la joven: ¿Tenías relaciones con esa persona? ¿Te entregaste a él? Cuando Candela
responde afirmando, la gitana tarotista tan sólo comenta “ya” en un tono que connota entender el porqué de las
apariciones espectrales.
72
transformación del espectro (cuya naturaleza es el pretexto para el título) en una presencia
por tanto analizarla permitirá esclarecer aspectos relevantes para entender el segundo título del
díptico gitano de Rovira-Beleta así como situar la figura calé dentro del panorama
cinematográfico nacional.
Bliss Cua Lim en su trabajo Translating Time explora el uso cinematográfico de las
figuras fantasmales en clave alegórica: “The ghost is a sign of a certain “nostalgia for the end of
an era, an affective allegorical cipher for the demands of a radicalized historical consciousness”
(151). Siguiendo a Jacques Derrida en su lectura del espectro, Cua Lim entiende esta presencia
etérea como una que demanda una relectura de la historia, una recuperación de las voces
perdidas, una revaloración de la mirada hacia pasado. Se trata de una suerte de cuestionamiento
del presente a la luz de la comprensión del pasado ampliando el campo de visión, incluyendo en
él las víctimas de los discursos históricos oficiales. La pregunta que quisiera plantear es ¿en qué
medida se aproxima Amor brujo a la visión de Bliss Cua Lim? No cabe duda que Rovira-Beleta
presenta su retrato de la comunidad gitana a través del tamiz de la nostalgia, plausible en Los
Tarantos y patente también en esta película. Pero, ¿hay una intención de buscar justicia histórica
mediante el despliegue espectral? Y si éste no es el objetivo, ¿entonces cuál es? ¿Qué razones
hay para no mantener a Diego como un fantasma? Con estos interrogantes como punto de partida
Los espacios o momentos que el espectro escoge para contactar con su antigua amante –
carácter tradicional del mismo. No es baladí que uno de los puntos de inflexión en los que la
73
naturaleza fantasmal comienza a cobrar forma física se de simbólicamente durante la procesión
de Semana Santa. Al son de trompetas que acompañan a las imágenes de la Virgen paseando por
las calles, Candela escucha la voz de Diego llamando su nombre, desquiciada busca el origen
cuando siente una presencia diferente, un monje con una capucha que le cubre la cara velando así
que acude a este evento sigue el compás de la música conformando una armonía audio-visual.
Pero este equilibrio es roto por Candela que corre a través del gentío sin que la música acompañe
sus movimientos. ¿De quién está tratando de escapar la joven? La pregunta parece fuera de lugar,
la respuesta resulta obvia. No obstante, creo importante tener esta escena en cuenta para
reflexionar sobre la naturaleza del espectro que parece materializarse en el personaje de Diego
pero no por ello es exclusivo a él. Propongo un acercamiento a este ente fantasmal como una
la vida de Candela parece querer recordar los pilares básicos sobre los que ha de construirse la
moral cristiana. Como arguye Cua Lim, parafraseando a Jacques Derrida: “A ghost is a special
kind of revenant, one whose return breaches the sequential temporal order of calendrical time”
(151). El espectro emerge inesperado y permite arrojar luz sobre aspectos que en el tiempo
‘universal’ (tiempo público de acuerdo a Kern) pasan desapercibidos. La gitana huye del
fantasma que simbólicamente aparece disfrazado con una cogulla, en lo que es la máxima
expresión de devoción religiosa. De forma muy interesante, en el punto que comienza la fuga de
74
Candela, la cámara amplía su enfoque para enmarcar toda la procesión posicionando a la chica
en un primer medio plano, de modo que ella corre hacia el público escapando no sólo del
fantasma pero también de la multitud piadosa. Irónicamente, cuando cree que ha logrado
desviarse de la causa de su pavor, pasan a su lado varios hombres vistiendo hábitos y colocando
su capucha a modo de recordatorio de que detrás de cada cogulla se esconde un ser de carne y
hueso.
infinito para impedirle su paso. El baile, el único lenguaje mediante el cual se comunican
Candela y los espectros, es alternado por dos columnas de monjes desfilando hasta finalmente
fundirse los bailarines. Rovira-Beleta emplea el sonido (pasos en la azotea) como vehículo para
realidad, así como vínculo crear una relación entre las escenas. Visualmente, como ya se ha
hecho en otros momentos del filme, las imágenes llegan al público a través de un filtro de color
Recurriendo nuevamente a Cua Lim, quien entiende la presencia espectral como una
narrativa alternativa cuya descodificación permitirá acceder a las grietas de la linealidad histórica
claim no agency in our narratives” then the use of ghosts for historical allegory is
75
ensnared in a contradiction – unless, that is, the history represented is ghostly in
amante, es el atavismo que el gitano Diego representa. Sus retornos subrayan la imposibilidad de
una modernidad uniforme y equilibrada. La ‘diferencia’ de España aclamada desde las políticas
Para que el personaje del espectro cobre fuerza, es presentado al espectador de un modo
tolerante y abierto, el otro es violento y conservador. Mientras el primero ejerce de herrero en los
astilleros, y su hábitat está dominado por máquinas, el segundo está postergado a los márgenes.
búsqueda de Diego que lleva a cabo Antonio. Éste comienza con sus indagaciones sobre el
paradero de su rival en espacios familiares para él, lugares industriales, pero las pistas le llevan a
áreas más rurales. Rovira-Beleta resuelve, como en otras ocasiones, esta transición no sólo de
modo visual, sino que también se apoya en el sonido. En una escena escuchamos el ruido de las
máquinas excavadoras y de las grúas de las salinas pero éste se fusiona hasta transformarse en el
canto de los gallos de peleas, banda sonora del campo donde finalmente Antonio da con una
aaa
Bliss Cua Lim usa el texto de Dipesh Chakrabarty, Provincializing Europe, como referencia para confrontar las
dinámicas del tiempo linear eurocéntrico con otras narrativas.
76
pistas sobre Diego. En el segundo caso, la pareja se encuentra en la playa en actitud romántica
cuando Candela atisba a Diego espiándolos en los matorrales. Aturdida, llama la atención de su
amante, pero momentos más tarde en lugar del mirón solo quedan unos burros pastando. La
asociación entre Diego y la animalidad ruda en estos dos ejemplos es evidente. El vínculo entre
que sea precisamente en este espacio donde se despeje la incógnita sobre las misteriosas
apariciones de Diego. Éste es un espacio híbrido que aúna la tradición y la modernidad, una
ubicación a caballo entre los avances de la tecnología y las costumbres de antaño. La taberna es
presentada como un lugar ajado y hortera pero una mirada más detenida permite discernir el rico
texto que ésta alberga. Las paredes de la tasca están repletas de imágenes de estrellas de la
canción popular (mujeres con los tradicionales tocados de peineta y clavel) acompañadas
también de una cabeza de toro disecada presentan una estampa que completada, desde la
dimensión sonora, con los toques de una guitarra, presenta nuevamente una postal de lo
taberna, Rovira-Beleta lleva a cabo una cuidadosa composición de la fotografía de modo que los
personajes sean parte de una estampa perfecta. Véase por ejemplo a Antonio Gades bailando con
una joven en un medio plano atrapados en la imagen por el marco de la fuente y con el guitarrista
letrero eléctrico a la entrada de la taberna que ponen de manifiesto la simulada autenticidad del
lugar. La nostalgia emana del decorado de la taberna que trata de concentrar lo típicamente
77
español aunque, inevitablemente, la modernidad ya haya hecho su incursión en este dominio. La
taberna que alberga memorias compartidas por los amantes es justamente el lugar donde el
espectro de Diego deja de serlo. Este personaje, al igual que la decoración, forma parte del
pasado (tradición) de la nación, sin embargo su impacto no queda exclusivamente relegado a este
espacio de añoranza ya sea de la historia de amor entre Candela y Diego ya sea la imagen
romantizada y pura que proyectaron desde el siglo XIX poetas y viajeros sobre España. No
doubling - not one that restores an original meaning but one that operates from a distance” (Bliss
Cua 160). Existe una intencionalidad de restituir aquello que es extrañado pero asimismo hay
una consciencia de la imposibilidad de susodicha acción. Sin embargo, en el caso de Amor brujo,
esta asunción no se corresponde con la realidad una vez el espectro se torna una persona real.
momento de la llegada del fantasma. Uno de los hombres, compañero de Diego, describe a la
protagonista fuera de sí: “Déjala hombre, no ves que está en otro sitio”, enfatizando una
que se lleva a cabo un baile real entre los antiguos amantes, ya que todas las escenas anteriores
de danza sucedían en sueños o alucinaciones de la joven. Una vez más, la taberna es incluso
visualmente el lugar propicio para ello, con las paredes de color verde combinado con el rojo del
fuego establecen un vínculo con aquellos episodios oníricos siempre teñidos con estas
tonalidades.
78
La escena del baile de Candela a la luz de las hogueras constituye, sin duda, el momento
deseo. Las miradas de los dos amantes se posan en ella, al igual que la mirada del espectador que
es alineada con la perspectiva de éstos. Candela es embrujada por el poder de Diego, su espíritu
cuerpo, sus movimientos responden a las expectativas sobre la mujer gitana – sensual, pasional,
gitana en su naturaleza más primitiva. A diferencia de Los Tarantos, donde el cuerpo gitano
significaba el arte flamenco, en esta instancia la cámara apenas fragmenta a la bailaora sino que
predominan los planos americanos y planos medios que aportan dramatismo a la escena. En
cuanto al ángulo visual, éste adopta en su mayoría el punto de vista de Diego, quien observa a
La aparición de Diego desencadena una serie de efectos que marcan un nuevo carácter de
la película que, como Rovira-Beleta indica en la entrevista concedida a Benpar, debe seguir una
línea más policíaca. Simbólicamente, el fuego, con el que concluye la escena de la taberna que
termina destruida, aniquila al fantasma ilusorio y el tinte nostálgico que aportaba a su naturaleza.
Leyendo la figura de Diego como la materialización del pasado, de las viejas tradiciones,
de lo rural y lo pre-moderno el hecho de que este fantasma esté vivo, y no una mera presencia
espectral cobra otro significado. Aquello que el rufián representa aún está vigente en la sociedad
española de los años 60 y tiene un gran impacto. Este personaje encarna muchos de los
Los Tarantos esa diferencia constituía la esencia de la cinta, en el caso de Amor brujo supone un
79
aspecto más en el retrato de la sociedad española. Aquí hay una coexistencia más obvia ente el
Para concluir recurro nuevamente a Marc Augé: “It is the relations between space and
otherness that should be addressed and analyzed if we are to point up some of the contradictions
relación existente entre la otredad y los ejes espacio-temporales revela la discorde naturaleza de
la alteridad.
del hegemónico cambian del primer título al segundo. En Los Tarantos hay una intención de
encerrar y aislar al gitano de la ciudad puesto que ésta se entiende como organismo que encarna
lo contaminado. De este modo Rovira-Beleta crea una figura del Otro cuyo primitivismo lo
enaltece. Este largometraje funciona a modo de publicidad a la mayor industria española del
sujeto en un tiempo pre-moderno para así sustentar el desarrollo económica que conducirá a una
modernización del país. Sin embargo, precisamente esta contradicción constituye la esencia del
su díptico gitano se inclina hacia una u otra postura política. Concluir que Los Tarantos es
material antropológico documental supondría restar los méritos artísticos de la película así como
fallar en reconocer la voz y perspectiva dominante que se arroja sobre la comunidad calé. De
igual modo sería erróneo sostener que estos trabajos no aportan un matiz nuevo y diferente al
80
cine español sobre gitanos, distante de las producciones de pandereta. El director innova y
arriesga, llevando a la gran pantalla española, por ejemplo, uno de los primeros desnudos. En la
entrevista con Carlos Benpar, Rovira-Beleta apunta sobre las dificultades de retratar una boda
gitana: En esta película rodé el que creo que debe ser el primer desnudo del cine español. Es en
los preparativos de la boda gitana. (…) El problema fue que, como las gitanas no quieren
desnudarse, tuve que buscar una modelo de pintor y embadurnarle un poco el cuerpo para hacerla
más morena y que pasara por gitana” (106). Esta anécdota revela el simulacro que se construye
en el díptico gitano, donde la autenticidad es creada a partir de la falsificación. Este gesto pone
de manifiesto la contradicción que se esconde tras estos filmes que, en apariencia, de manera
sobre una premisa basada en una fantasía. La nostalgia por un pasado, utópico en cierta medida,
que desmarca la nación del resto de Europa causa estragos y tensiones que aparecen en la figura
aquellos aspectos que distinguían España del resto de Europa Rovira-Beleta elabora esta fantasía
compensatoria en la que imagina una nación regida y ordenada por el honor, la moral y la pasión
contribuyendo así a la imagen que se ha ido construyendo de la comunidad gitana a lo largo del
siglo XX.
81
Capítulo III
erguida se prepara para bailar. Está en un escenario pequeño rodeado de músicos tocando el
cajón, la guitarra y batiendo palmas. El bailaor actúa a la vez que intercambia miradas con una
mujer asiática que forma parte de la audiencia. Al acabar el espectáculo, el bailaor, entre
bastidores, es interpelado por una rubia con fuerte acento anglosajón: “¿Tu mirar a mí? Come on
honey, tu sólo mirar jodida japonesita chiquita”. Antonio la besa calmando su explosión de celos.
Sin embargo, fuera del local se encuentra con la joven asiática, quien le espera para continuar
con el flirteo. Mientras caminan hacia su casa, un amigo músico se refiere a ella como Kung Fu a
lo que ella responde: “Oye que soy guía turística y hablo perfectamente el español”.
Antonio sino que además dibuja un mapa étnico-racial de la ciudad. En unas escasas tomas la
cámara presenta una diversidad cultural un tanto inusual en un filme español. Hasta un período
público español acostumbraba a asociar lo foráneo con la figura del turista – especialmente en las
comedias del cine de destape en las que lo extranjero equivalía a una mayor laxitud moral. Estas
Europa) como un vehículo para subrayar aspectos llamativos y diferentes de la cultura española.
masculino – el macho ibérico – carecía de atributos físicos, supuso una válvula de escape a los
82
deseos de una sociedad reprimida por un régimen moralista. Su presencia problematizó la visión
tradicional de pilares básicos de la dictadura, como la familia así como evidenció la llegada de
diferente a lo extranjero. La diversidad, anteriormente encarnada por las turistas suecas, pasa a
formar parte de la realidad española. Si en las décadas pasadas la diferencia fue central en la
identificación nacional tal y como rezaba el famoso lema ‘Spain is different’ de Manuel Fraga
En este capítulo propongo una lectura de la figura del gitano como una presencia que por
en que el discurso oficial apela a una imagen nacional española construida como una sociedad
heterogénea, inclusiva y culturalmente diversa, la figura gitana continua siendo una presencia
ambigua, exótica que se escapa al entendimiento total pero de la que no obstante todavía se
depende para plasmar la esencia de lo ‘español’. Por ello analizaré la figura gitana como un
recordando constantemente la paradójica modernidad sobre la que se levanta la idea del estado-
Paul Julian Smith en The moderns. Time, space and subjectivity in Contemporary
Spanish Culture (2000) y Parvati Nair en Configuring Communities: Theories, Narratives and
bbb
La nórdica se convirtió en personaje obligatorio del llamado ‘cine de destape’ de la década de los años 70. Este
fenómeno que, aprovechando un relajo de la actividad censora, puso en escena las inquietudes de una sociedad
española ansiosa de participar de la revolución sexual que se llevaba a cabo en el resto de Europa. La ‘sueca’ pasó a
formar parte del imaginario nacional como un símbolo de los valores liberales de Europa occidentales ansiados por
los españoles (Rodríguez Díaz 100-102).
83
Practices of Community Identities in Contemporary Spain (2004) dedican un capítulo al estudio
estereotipos entre lo gitano y lo payo (lo gitano, en este caso, como lo propio, urbano, doméstico
anula por tanto cualquier posibilidad de cambio en la narrativa. Si bien Smith pondera una
caso particular de Alma gitana le reprocha su falta de cuestionamiento del orden establecido por
el discurso dominante. Por su parte, Nair estudia la película desde una perspectiva enfocada en la
impuestos por dichas identidades a favor de una sociedad multicultural. Similar a Smith, su
análisis de las dinámicas establecidas entre los personajes pone de relieve el fracaso del proyecto
híbrida, multicultural ya que retrata la comunidad como una realidad esencial y estática.
En mi trabajo, a través del análisis de los estereotipos (invertidos o no) y de la música que
se yerguen como presencias espectrales componentes del mito gitano, argüiré que acechan la
gitana desestabiliza la imagen que España busca proyectar y vender de sí misma al exterior así
84
Mi lectura parte del trabajo de Nair y Smith, con los que concuerdo en su posición con
respecto al intento fallido de Alma gitana de romper con los estereotipos y establecer una
identidad híbrida.
Aunque Alma gitana figura como texto primario principal, me apoyaré en otros dos
largometrajes: Gitano (Manuel Palacios, 2000) y Lola, vende cá (2002). En ambos casos se
reitera la preocupación bien por una deconstrucción de los estereotipos (Lola) y la exploración de
la industria musical como posible espacio de diálogo entre las dos comunidades (Gitano). Si bien
comunidad gitana que cuestiona la imagen de España como un país que ha abrazado la
el régimen franquista las fronteras se difuminan a favor de la ‘aldea global’ posmoderna. “It is
because Spain has now recognized its cultural plurality that is no longer posible to make a clear
cut between what is and what is not Spanish” (1995:397). Labanyi entiende que el nuevo
mediante una hibridez cultural. La pionera de los estudios culturales ibéricos plantea una
solución atractiva y postmoderna de lo que significa ser español, no obstante, analizadas sus
inherentes fisuras, ésta resulta problemática lo que me conduce a plantear una serie de
interrogantes. ¿Cómo se lleva a cabo la construcción de esta hibridez cultural? ¿Quién y de qué
85
El reconocimiento y la celebración del Otro permite que España se alinee con otras
potencias europeas cuya próspera situación económica las convierte en destinos atractivos para la
más clara y maniquea de lo español, posibilitando articular de un modo menos codificado, y por
llegadas de inmigrantes subsaharianos, los choques con las comunidades marroquíes, las bandas
organizadas de latinos, o el debate sobre el velo de las mujeres musulmanas han constituido
los cambios geo-sociales del mapa español. Asimismo, este fenómeno se ha reflejado en la
dirección que toman las ciencias sociales y las humanidades en el objeto de su estudio, dando
imaginario popular. En este sentido, es notorio el consenso con respecto a la delimitación del
subalterno, que se corresponde con el cuerpo inmigrante, definido por sus diferencias más
publicaciones que incluyen en este grupo también a la comunidad gitana, que no obstante
comprende una minoría numerosa y bien auto-definida. Por ello quiero plantear una lectura de la
figura gitana dentro del marco del discurso del multiculturalismo puesto que esta perspectiva
permitirá dilucidar los mecanismos de alienación que se emplean para marginalizar a esta
por ello, incluir esta alteridad junto con otras más recientes, permitirá un entendimiento más
86
completo del discurso antigitanista presente en la comunidad dominante, así como también
ayudará a ubicar las respuestas y reacciones desde los grupos activistas/intelectuales roma y no
operandi de este ente: “In the figure of the ghost, we see that past and present cannot be neatly
separated from one another, as any idea of the present is always constituted through the
difference and deferral of the past, as well as anticipations of the future” (11). Esta imposible,
nación. Esta presencia subalterna evita una ruptura radical con el pretérito, acechando,
recordando que la construcción del futuro siempre comprenderá una huella de lo gitano. Si bien
la modernidad de la nación estriba en el reconocimiento del Otro para así formar parte de la
Europa multicultural y diversa, opuesta a la España franquista habitada por una sola raza, la
ambigua dependencia de la figura gitana para construir la imagen nacional ilustra las tensiones
opresión que vivió el país por casi cuatro décadas. Con la desaparición del dictador nacía la
esperanza que el país se alineara con el resto de las democracias occidentales y se convirtiera en
87
una nación verdaderamente moderna, no sólo económica sino también socio-políticamente. Los
cambios políticos de los siguientes años proporcionaron el ambiente propicio para una
democracia sólida. La supresión de la censura, las elecciones populares, la amnistía a los presos
entre otros hechos sobresalientes sentaron las bases para una sociedad moderna y libre. Si bien
asimismo abrieron interrogantes de cómo imaginar esa nueva nación. Como señala Helen
Graham: “The speed of change, the almost synchronous process of modernization and
democratization, extraordinarily compressed in time in contrast to the core Europe, gave rise to a
conjunction of archaic, modern and postmodern in the portrayal of identity” (Graham and
Sánchez in Balfour and Quiroga 166). El paso acelerado con el que España se transformó en una
fisuras en el tejido socio-cultural. Rosa Montero, describiría así la situación en 1992: “We are a
country of extremes: a very old society and a very young democracy. And nothing has been more
extreme than the recent changes. It was all going too smoothly” (320). ccc Las tensiones
españolidad.
evidencia una pluralidad de voces que afloran tras la supresión de la censura y buscan explorar
ccc
La Transición constituye un momento clave para comprender la sociedad española de las últimas décadas del
siglo XX y los retos que encara. Curiosamente no parece haber consenso sobre dónde ubicar este proceso en las
teorías políticas sobre democratización. Pamela Radcliff, en su revisión de las propuestas de modelos de transición,
concluye que el caso español es uno de difícil clasificación, tanto por su desarrollo como por su legado. “As the
Spanish model becomes increasingly difficult to pin down, it also becomes less useful as a blueprint for the global
democratization project” (180).
88
diferentes propuestas estéticas con las que redefinir el significado de ‘lo español’. De acuerdo a
Manuel Trenzado, quien sintetiza la visión de otros críticos y estudiosos, “Si hubiese que elegir
un elemento en común en todas las heterogéneas prácticas políticas y culturales de esa época, sin
duda esta sería la preocupación por la identidad” (31).ddd La tendencia de las décadas que siguen
modernizar el cine español” (Hopewell 393) iniciado por la Ley Miró cuyos frutos se pueden
observar en las adaptaciones cinematográficas de obras literarias como Los santos inocentes
(Mario Camus, 1984). El objetivo de las políticas culturales del PSOE era, entre otros, rescatar
las voces oprimidas por la dictadura y darles cabida dentro del discurso nacional. No obstante, la
palabras de Barry Jordan: “rather than satisfying the tastes and interests of mainstream audiences
and the market, too many officially subsidized film projects were designed to fulfill an a priori
El fracaso de la política del decreto Miró, pareja con la crisis política del Partido
Socialista, se reflejó en las elecciones de 1996 con la subida al poder del Partido Popular, así
como un viraje en las políticas culturales. Se puso fin a los subsidios anticipados y se abrió el
camino a la liberalización y comercialización del cine.eee Jordan nota un “renacimiento del cine
ddd
Irónicamente, a pesar de que el denominador común sea la preocupación por la identidad, debido a razones
históricas, el cine español carece de una base identitaria en la que apoyarse. En palabras de John Hopewell: “Lo que
les falta a los cineastas españoles de 1989 es, entre otras cosas, el sentido de la identidad. (…) El director español no
tiene conciencia del patrimonio cinematográfico y, debido a ello, apenas posee etiquetas con qué marcar sus
productos en el supermercado cultural del cine europeo” (Hopewell 48-49).
eee
El panorama económico del cine cambió notablemente. Se fusionaron algunas de las principales distribuidoras
así como la televisión tomó una función más activa en la industria co-financiando y co-produciendo películas
(Jordan 188-189).
89
doméstico atractivo y comercialmente viable” (190) debido no sólo a las reformas en las políticas
sino también a la llegada de una nueva generación de directores de cine con nuevas visiones e
ideas. Entre los nuevos directores de esta generación se encuentra Chus Gutiérrez, cuyo tercer
largometraje, Alma gitana (1996), la convierte en una de las directoras más reconocidas de la
tradiciones para su trabajo. Carlos Saura anticipa esta tendencia en Flamenco (1995) presentando
entre otros la imagen sensual del bailarín Joaquín Cortés. Cinco años más tarde Manuel Palacios
estrena Gitano con Cortés como protagonista, Llorenç Soler presenta Lola vende cá y Juan
Antonio Muñoz dirige ¡Ja me maaten!. Asimismo, Paul Julian Smith menciona la prominencia
del tema flamenco-gitano en el cine de los años 90 con el estreno de otros títulos : Tierra (Julio
Medem, 1995), La flor de mi secreto (Pedro Almodóvar, 1995), El efecto mariposa (Fernando
Colomo, 1995) con la actuación del grupo Ketama que también ofrece su participación en Alma
mescolanza cultural, donde dos jóvenes, Antonio (payo) y Lucía (gitana) se enamoran. Gutiérrez
presenta el contacto entre estas dos comunidades rompiendo con las expectativas del público
payo mediante una inversión de estereotipos. La protagonista gitana proviene de una familia
respetada, estudia restauración para ocuparse del negocio familiar. Mientras, Antonio es un joven
presencia de Lucía parece capaz de traer algún cambio a su vida con una fuerza curativa sobre
90
sus malos hábitos, pero las dificultades que entre ellos se interponen debido a la diferencia
cultural prueban ser demasiado demandantes para Antonio. Ambos personajes encaran el reto de
trasgredir normas sociales para cumplir con sus sueños; Lucía aspira a una carrera profesional sin
renunciar a sus valores morales, algo aparentemente irreconciliable con su origen étnico, y
Lola Junco (Marta Belaustegui), protagonista femenina de Gitano oscila entre los sentimientos
hacia Andrés Heredia (Joaquín Cortés) y la vida moderna de la capital libre de la estricta
moralidad gitana, o Cristina Brondo interpretando a Lola, personaje que da el nombre al trabajo
de Soler, cuyo reto es conjugar formar una familia y obtener un título universitario. Las mujeres,
el sector más vulnerable de una minoría, son el grupo que más visiblemente experimentan los
Las protagonistas – este cuerpo en tensión - que se debate entre lo tradicional (arcaico,
postmoderna explora el estado del conocimiento en la actualidad. Entiende que en una sociedad
visión universalista y totalizadora y han sido sustituidas por otros discursos más locales. Si
91
entendemos las leyes gitanas como una suerte de gran narrativa para la comunidad roma, éstas
tampoco mantienen un vínculo con la realidad vivida por los jóvenes gitanos y gitanas del nuevo
honor son algunas de las demandas que se quedan en meros esbozos de lo que la comunidad fue
antaño. Estos ‘ideales’ pierden su poder legitimador en una sociedad que gira en torno al
caídas en desuso. Tanto Lola (en Lola vende cá) como Lucía (en Alma gitana) o Lola Junco (en
Gitano) se rebelan contra las expectativas que recaen sobre la gitana como mujer sumisa al
servicio de los hombres, sin posibilidad de desarrollo personal. La pregunta que plantean estos
filmes pone en tensión la posibilidad de ser miembro de la comunidad gitana regida por sus
propias normas y pertenecer, simultáneamente, a la sociedad española. Por otro lado, los
protagonistas masculinos encaran el reto de caminar el límite entre la imagen del pícaro,
seductor ‘latin lover’fff que cada vez más frecuenta las producciones cinematográficas españolas.
Una pantalla oscura, el título en letras rojas y el sonido de un taconeo; así comienza Alma
gitana. El compás del staccato es cada vez más pronunciado mientras en la pantalla siguen
apareciendo los créditos. Haciendo contraste con la oscuridad de la pantalla, surge una mano
femenina dibujando una flor flamenca. A continuación, a la mano le sucede el torso de una mujer
fff
Si bien durante la década de los años 60, el macho ibérico fue personificado por el caricaturesco Alfredo Landa,
progresivamente la figura del latin lover, icono sexual, fue ganando terreno. Nótense los trabajos de Pedro
Almodóvar protagonizados por Antonio Banderas como Matador (1986) o La ley de deseo (1987), por mencionar
algunos ejemplos.
92
enfundada en un vestido rojo. Ella, de larga cabellera morena, baila con su pareja al son del
cante. Toda la escena es rodada a cámara lenta subrayando que se trata de un recuerdo. Cuatro
años más tarde Gitano realiza una apertura similar. Los créditos usando una fuente roja aparecen
en un fondo negro – colores primarios que, como enfatiza Nair, se asocian con la cultura gitana
(109). ggg La luz alumbra unas manos que tocan el cajón flamenco. De la oscuridad emerge
progresivamente la silueta del cuerpo masculino. A medida de que va aumentando el ritmo de los
toques del cajón se comienzan a alternar planos del músico con los de una cárcel – un primer
plano de un candado, una llave, el ruido de las puertas cuando se abren, los pasillos
interminables de la prisión.
El tono taciturno de la música acompaña los gestos austeros de los cuerpos presentes,
iluminación a contraluz concede a la escena un carácter onírico que anticipa la fantasía con la
que construyen los directores la figura gitana. Asimismo, tanto Gutiérrez como Palacios nos
presentan dos obras cuyo título explicita la temática del filme y que en los primeros minutos
recurre a los dos escenarios estereotípicos con los que se asocia este grupo – el arte flamenco y la
sobre la comunidad gitana, lleno de prejuicios y clichés, lo que se confirma en el caso de Gitano,
cuya reflexión sobre esta minoría está supeditada al argumento policíaco de honra y venganza.
ggg
Parvati Nair no olvida subrayar cómo estas tonalidades – rojo y negro - son empleadas por la publicidad de
productos como el jerez, donde se conjuga el toreo o el flamenco como representativos de la cultura española (109).
hhh
Entre otros, Federico García Lorca y Manuel Falla rescatan la imagen de la figura gitana de un discurso que
responsabilizaba la cultura gitana-andaluza de la decadencia de la sociedad española – la España de la pandereta. No
obstante, en su producción cultural el poeta y el músico proyectaron sobre la comunidad gitana un halo de
estoicismo, exotizando así, si bien desde otra perspectiva, al colectivo.
93
Mientras, en el proyecto de Chus Gutiérrez donde combatir los estereotipos constituye un
objetivo primordial, esta alusión al imaginario popular se convierte en una presencia espectral
La directora ha sido muy clara en el mensaje que buscaba transmitir con Alma gitana.
Como asegura ella misma en la entrevista con Nuria Noceda para Diario 16 “he intentado
demostrar que los gitanos son personas que viven como el resto de la gente” (En Nair 105).
reseña de El País: “No aparecen chabolas ni traficantes, ni siquiera navajas. En Alma Gitana (…)
su directora ha plasmado la vida cotidiana de los gitanos, sus valores y su cultura”. Para
conseguir este efecto, una de las estrategias fue la elección del elenco. Frente a la propuesta de
producción de escoger a Penélope Cruz y Joaquín Cortés como protagonistas, dos nombres muy
sonados, asociados con una estética de lo ‘español’ exótica y flamenca, la directora se impuso e
insistió en dos actores desconocidos, Amara Carmona y Pedro Alonso, tratando de evitar así una
protagonista, a pesar de ser una cara nueva en el cine, posee un apellido no desconocido al
público español. Sobrina del guitarrista José Antonio Carmona, El Habichuela y prima de los
hermanos Carmona, fundadores del popular grupo Ketama, el apellido de Amara invoca de
manera consciente una serie de referencias al clan artístico y lo que es más importante, legitima
otros actores que representen papeles decisivos. Pepe Luis Carmona, fundador del grupo
Barbería del Sur, hermano de Amara en la vida real, interpreta a Jesús, su hermano mayor en la
película. Darío, el pastor evangelista y posible padre de Antonio es interpretado por Peret. A ello
94
es necesario añadir la presencia del grupo Ketama , que con su cameo musical contribuye a la
banda sonora del film. La participación de estos artistas sirve una vez más para legitimar la
universo artístico, uno de los pocos espacio viables y abiertos para la participación gitana dentro
de la sociedad dominante.
Con respecto a este aspecto Parvati Nair, cuyo análisis de la película critica el superficial
Gutiérrez busca retar la imagen negativa de lo calé a través de la pareja protagonista en la que los
aspectos positivos se proyectan sobre la gitana – trabajadora, responsable y casta frente al payo,
quien aúna los rasgos negativos – perezoso, poco fiable y promiscuo. Sin embargo, esta atractiva
95
representación requiere de una mirada crítica. Shohat y Stam en Unthinking Eurocentrism alertan
sobre el uso y la complacencia de las ‘imágenes positivas’: “The ‘positive image’ approach
assumes a bourgeois morality intimately linked to status quo politics. What is seen as ‘positive’
by a dominant group (…) might be seen as treason by the dominated group” (203). En este caso
no hace falta hablar de traición, pero sin duda es necesario reflexionar sobre la moralidad del
grupo dominante cuya visión de lo correcto – una familia nuclear, estudios, trabajo – se impone
sobre otras opciones. Esta adopción ciega de la norma constituye otra cuestión. “A ‘positive
image’ approach also ignores the question of perspective and the social positioning both of the
filmmakers and the audience” (Shohat and Stam 205). La imagen positiva de la comunidad
como apunta la directora, a las exigencias de la producción.iii Este personaje alcanza una mayor
profundidad, lo que permite una identificación más directa del espectador con él. El público está
familiarizado con su pasado – la trágica muerte de sus padres – a través de la escena inicial, y al
mismo tiempo entiende su vida presente – la compleja relación con su tío, así como su pasión por
strategy may have some ideological relevance, since Antonio, more than Lucía, is ‘open’ to other
cultures and wishes clearly to explore what is different and unknown, thereby expressing
iii
Gutiérrez explica esta decisión como una exigencia de producción: “Yo habría preferido rodar la película desde su
óptica (Lucía), porque entiendo muy bien el universo gitano y no me siento muy lejana a él” (Heredero 443).
96
Gutiérrez’s own point of view” (Nair 118). Como sujeto móvil, el protagonista oscila entre la
norma (el trabajo, la familia opresora de su tío) y la alternativa (el flamenco, el barrio gitano, sus
amigos del grupo musical Congo Bongo). El contacto de Antonio con el Otro – ya sean sus
amigos inmigrantes, las clases del flamenco o el mundo de Lucía – suponen breves interferencias
en las que su presencia define el espacio que éstos elementos ocupan en el discurso dominante,
así como éstos socavan la solidez del mismo. La atracción hacia lo diferente, como apunta Nair,
sin embargo no se explica únicamente a través de un sentimiento de curiosidad, sino que tiene su
película está marcada por la sensación de vacío que su muerte ha dejado, y por el hecho que esta
ausencia fuerza al joven a una búsqueda continua de algo que le conecte con el pasado perdido
de la infancia” (112). La figura materna es asociada exclusivamente con el flamenco y por tanto
es precisamente a través del arte que Antonio consigue conciliar el pasado y el presente. El
flamenco no es una mera afición, sino que supone una vía de escape hacia un pasado mejor, un
vínculo entre él y su madre cuyos recuerdos, como se nos indica desde el comienzo de la
película, son tamizados por el arte. Su tío le implora: “¿Por qué no dejas ya el pasado tranquilo y
te olvidas de una vez de los gitanos y el flamenco?” A lo largo de la película vemos que ‘olvidar
aparición de Lucía y la conexión entre los dos (Darío cumple el rol de pastor evangélico en la
congregación de la familia de ella y le sirve como guía espiritual). La joven personifica las
97
búsqueda continua de amantes como la búsqueda de la madre perdida” (Santaolalla 112). No es
de sorprender que la primera vez que Antonio ve a Lucía, ella esté bailando. Los jóvenes
coinciden en una sala de alterne. Antonio, atraído por el sonido de unas voces cantando flamenco
grupo de jóvenes canturrea y da palmas mientras le hacen coro a Lucía bailando en el centro. Él,
observada, permite su mirada. El flechazo y la posterior relación entre los dos está mediada
Antonio mantiene una relación espectral con el pasado, como se fija desde el principio de
pretérito y la que sigue con un Antonio adulto que sigue los pasos de su madre. Así pues, Lucía,
quien suple la ausencia de la figura maternal, está vinculada al pasado por ello que el primer
simbólico. El ambiente en el que se ubican los personajes prescribe sobre su entorno cultural y su
papel dentro de la sociedad. Lucía, estática en la tienda de su padre, se enfoca en los detalles de
una estatua. Antonio, móvil, deambula por las coloridas calles madrileñas, en particular por el
ojo más etnográfico, muestra al espectador la diversidad cultural del barrio – paneando recorre
diferentes etnicidades. El Rastro se presenta como un espacio orgánico donde fluyen los
98
entre los amigos de Antonio – Dona, Edi y Pocho, un inmigrante africano indocumentado y la
policía. Cuando los agentes piden la documentación al hombre negro, Dona responde que se trata
de su novio americano que no sabe hablar español. Los policías asienten y comentan entre ellos:
“desde luego yo todavía no se distinguir entre un negro africano y uno americano, se ve a leguas
una tienda de antigüedades donde el rostro de la joven forma parte de los artículos de lujo que
allí se ofrecen. El espacio del primer contacto está cargado de simbología. Mientras el Rastro
permite un intercambio más flexible (ya sea de bienes o de relaciones) la tienda de antigüedades
no sólo presenta rigidez sino que también se sitúa en un puesto jerárquicamente superior al
mercado callejero, calidad que la directora transfiere también a sus dueños. Antonio entra y
comienza a mirar los diferentes objetos y preguntar por su costo. Ella le apunta precios que
superan lo que él se puede permitir a la vez que le increpa continuamente que no toque los
artículos. El momento íntimo que comparten es interrumpido por su padre y una pareja de
clientes que buscan unos percheros para regalar. La escena es inocente en apariencia, dos jóvenes
que hablan por primera vez, saben que hay una atracción pero no encuentran la forma de
expresarla. Sin embargo, revelan a la par que marcan la interacción entre los dos personajes así
Lucía está rodeada de objetos históricos de gran valor que no sólo vende, sino que
necesidad de mantener su(s) valor(es) en el presente tal y como le corrige su profesor durante sus
clases: “Tienes que tener muchísimo cuidado con los bordes (…) Mira, así es mucho más difícil
99
salirse”. Antonio, por su parte, como un sujeto dinámico, parece carecer de algo que le vincule a
apreciar el valor de las relaciones o de los objetos, en este caso. La joven le advierte en varias
ocasiones “si haces el favor de no tocar las cosas”, pero él no puede resistir la tentación. La
tienda de antigüedades, al igual que sus dueños, está presa de un tiempo pasado, exótico,
largo de la escena, casi de modo anecdótico, en tres ocasiones diferentes se pide un perchero.
Lucía le recuerda a su padre que los compre, Antonio pregunta por ellos y una pareja entra
buscando específicamente esta pieza pero el negocio no los tiene. Lo único que piden los
clientes, es de lo que carece. Así, en un nivel material, los vendedores no pueden satisfacer las
antigüedades se presenta como uno herméticamente aislado del exterior. Este muro es el que la
protagonista intenta traspasar. Lucía siempre trata de rebelarse en contra de la rigidez tradicional
impuesta por su familia. Se niega a obedecer las normas patriarcales y por ello accede a una cita
a solas con Antonio. Tras el concierto de Congo Bongo en la misma sala donde se vieron por
primera vez, la pareja sale a un pequeño café. Se trata de un espacio que gracias a la iluminación
escasa crea una sensación de intimidad que se afianza mediante el uso de la cámara que enfoca y
enmarca a los dos personajes, aislándolos del resto de la gente. Esta sensación queda subrayada
con los sonidos de fondo. Se escucha a un hombre hablando árabe y una cítara – una
combinación perfecta para crear un ambiente exótico, a juego con Lucía, quien, incómoda, está
100
siendo observada tanto por Antonio como por el espectador. La cámara multiplica este efecto
con una secuencia de planos cada vez más cortos, él con la mirada fija, ella con los ojos bajos
sintiendo la presión de ser observada. Finalmente, Lucía rompe el silencio: “Me gustaría verte
La única vez que la pareja intimida es durante una breve escapada (ella del colegio y él
de su trabajo). Empapados por la lluvia, Antonio lleva a Lucía a su casa, donde le ayuda a
secarse. La tensión sexual entre los dos resulta obvia, pero cuando él comienza a desabrochar su
chaqueta, ella le detiene asustada. “Antonio que estoy muy nerviosa, que yo nunca he estado así
con un hombre sola, ni nada”.jjj Eventualmente, Lucía articula el tabú cultural que abre la brecha
Lucía: Mira yo no sé si lo vas a entender pero es que lo que estoy haciendo está
mal visto para nosotras porque las gitanas no pueden salir con hombres ni se
L: Pues se casan.
(él suspira)
A: Bueno, primero se tendrán que conocer, digo yo, no se van a casar así como
así.
B: Si se quieren…
jjj
Amara Carmona, en una entrevista, habla de su experiencia durante el rodaje de estas escenas íntimas. Confiesa
que el beso de la película fue su primer beso así como subraya que se negó a rodar un desnudo porque es algo que
rompe con la cultura gitana.
101
A lo que alude Lucía es la virginidad exigida por la comunidad gitana para las jóvenes antes de
llegar al matrimonio. Del modo en que se plantea en el largometraje, esta costumbre ordena las
de la familia. Paloma Gay y Blasco en su investigación sobre este aspecto apunta: “The honra is
not simply an anatomical feature: it is the center of a whole series of practices and
understandings that constitute Gitano identity and Gitano social life” (Gay y Blasco 532). La
misma Amara Carmona en una entrevista apoya la posición del personaje que interpreta:
“Mantengo mis costumbres de pe a pa. Sigo respetando a mis mayores como la que más, me
La sexualidad de la mujer gitana, los tabúes en torno a las relaciones entre los jóvenes
instancia de Lola vende cá (más adelante Lola) también constituye una de las líneas centrales de
la narración. Lola, al igual que Lucía, es una joven gitana respetuosa de las tradiciones de su
comunidad pero con interés en los estudios y con la ambición de forjar una carrera como
profesora, algo que tanto Alma gitana como este filme insisten en presentar como irreconciliable.
Efectivamente, sus esfuerzos resultan mermados al escaparse con su novio y de esta manera
oficializar su relación con él.lll A diferencia de la película de Gutiérrez en la que las escenas de
cama fueron eliminadas por deseo expreso de Carmona, Lola ofrece una secuencia íntima entre
la pareja en la que ambos aparecen con los torsos desnudos. Semejante escena es posible debido
kkk
Esta temática, tan llamativa y exótica para la comunidad mayoritaria, ha sido tema de varios programas – Mi
gran boda gitana (estrenada por Antena 3, original británico My big fat Gypsy wedding) o Palabra de gitano
(Mediaset España Comunicación., 2013). Ambos programas fueron muy controversiales para las comunidad romaní
(ya en el Reino Unido, ya en España) y generaron mucha crítica desde diferentes organizaciones.
lll
Gay-y-Blasco en su estudio habla de las fugas de parejas como una alternativa a la boda. Las parejas que se
escapan, toman refugio en casa del varón donde anuncian que “se han casado”, es decir que han mantenido
relaciones íntimas (528).
102
a la intérprete paya, Cristina Brondo. Como recoge Santaolalla: “el papel de Lola estaba pensado
en principio para una actriz gitana desconocida, pero que, al no encontrar ninguna que quisiera
realizar la escena de cama con Juan, se decidió (Soler) por Cristina Brondo, la cual se sometió a
cabo una representación sin tapujos empuja su decisión a emplear una actriz no gitana dispuesta
en ningún momento, sino que decide presentar la historia desde una estructura fragmentada, a
caballo entre ficción y documental, permitiendo que los actores – gran mayoría de ellos no
profesionales de etnia romaní – reflexionen sobre su comunidad y las tradiciones que la rigen. En
ese sentido, el proyecto de Soler ofrece una ‘polifonía de discursos’ en palabras de Shohat y
Stam: “The question, quite literally, is less of the color of the face in the image than of the actual
or figurative social voice or discourse speaking ‘through’ the image” (214). Frente a Gutiérrez
cuya ficción busca confundirse con la realidad y conseguir un efecto más auténtico, Soler rompe
intencionadamente con la narración para meditar sobre diferentes aspectos de la vida cotidiana.
director con las constantes interrupciones de la experiencia visual del espectador constituye una
poderosa estrategia que congela el tiempo cinemático para así ofrecer una pausa que permita un
Verfremdungseffekt usada por Soler permite una reflexión profunda sobre la naturaleza
[E]xpose the world's mechanism on a grand scale’ and thereby sow the seeds of
103
the many tools of didactic-dialectical art concerned with ‘problematizing’
Despojar la imagen cinematográfica de su halo ilusorio y poner de manifiesto sus vísceras (el
making-of, los autores reflexionando sobre sus papeles, el documental falso, cámara sobre
contrario pasa en el caso masculino – como se atestigua en Gitano protagonizada por Joaquín
Cortés. La centralidad del hombre como un objeto de deseo constituye un fenómeno que
atestigua el cine español de los noventa. Frente al desajuste entre la presencia del desnudo
femenino y el masculino de las décadas previas, los actores del cine de la democracia están
dispuestos a ser desvestidos por la cámara.mmm El estudio del cuerpo masculino en el cine
The Male Body in Contemporary Spanish Cinema, analiza la construcción del hipersexualizado
macho ibérico, protagonizado por actores de la talla de Jorge Sanz, Javier Bardem o Antonio
Banderas, propone una lectura de este personaje en clave irónica. Enfocándose en el trabajo de
Bigas Luna – Jamón Jamón (1992) y Huevos de oro (1993) perciben un esfuerzo en la
exageración de los estereotipos del macho ibérico y así su falsedad (16). Notan como la ironía y
el anticlímax de Los huevos de oro (con el fracaso del protagonista) implica un “nostalgic
mmm
Notorio es el ejemplo del cine del destape que surge tras la suspensión de la censura. Este género, famoso por
mostrar generosamente el cuerpo femenino, fue parco en imágenes de desnudos masculinos. El hombre, tanto
delante como detrás de la cámara, continuó siendo el sujeto en poder de la mirada mientras la mujer, ahora con
menos ropa, se mantenía como el objeto del deseo masculino (Fouz-Hernández y Martínez-Expósito 12).
104
farewell to the macho ibérico, a figure unable to survive in a newly globalized and at the same
time de-centralized Spain” (27). Sin embargo, a pesar de que Gitano se construya a partir de un
personaje masculino, esta lectura no es posible debido a la falta de inflexiones irónicas que
Andrés Heredia (Joaquín Cortés) es deseado por los dos personajes femeninos, su mujer
Lucía (Laetitia Casta) y su cuñada Lola (Marta Belaustegui)nnn . Su esposa, a pesar de haberle
pasión. Lola, por su parte, está enamorada del músico y su atracción está acompañada de amor.
Los encuentros eróticos de Heredia y las dos mujeres siguen un patrón similar en las que él
desempeña un rol pasivo mientras ellas son las que toman la iniciativa. Lucía sorprende a Andrés
en su casa y aunque él cuestiona su presencia allí, ella insiste en acercarse a él. “Tú me deseas,
soy tu hembra”. A pesar de la resistencia inicial, Lucía le besa y comienza a desvestirle hasta
autóctona a lo largo del filme, escuchamos una canción que fusiona inglés y español “Give me
your love/dame tu amor” subrayando el mestizaje de la unión. Sin embargo esta solución se
yergue como inviable ya que Lucía decidió abandonar el estilo de vida gitano.
Un patrón similar se repite con Lola. Tras una paliza de una pareja de policías corruptos
en las oscuras callejuelas granadinas, Lola y Andrés se refugian en el apartamento de ella. Allí,
lo que comienza como primeros auxilios para él se convierte en otro episodio de pasión.
Nuevamente, ella lleva la voz cantante mientras Andrés sigue su propuesta. El trabajo de cámara
apoya esta división de roles. Como observa Isabel Santaolalla en su lectura de la película “la
nnn
Gitano invierte el triángulo amoroso con el de Carmen en términos de género, mientras la obra francesa presenta
a Carmen deseada por dos hombres, el trabajo de Palacios ofrece el protagonista masculino como objeto de deseo de
dos personajes femeninos.
105
cámara sigue los movimientos de éste (Cortés) y se desliza sobre el cuerpo de Andrés, desde el
abdomen, subiendo por el pecho y cuello, hasta alcanzar sus labios” (103).
La pasividad de Andrés cobra otra dimensión si tenemos en cuenta que las relaciones que
tiene son siempre con mujeres payas. En la trama Lucía y Lola son hijas del patriarca Junco y de
madres no gitanas, definidas por el propio padre “la puta francesa y española moderna”. Pero
más allá de la complejidad de las relaciones dentro de la trama, las dos actrices son reconocidas
para el público como actrices ‘blancas’ que gozan este cuerpo exótico que eventualmente queda
Alma gitana y Gitano construyen personajes gitanos diferentes, sin embargo ambas
filme de corte policíaco, explora todos los clichés que aúna la figura gitana y lo hace falto de un
tono irónico, imposibilitando una lectura humorística. Por ello no deben sorprender las
Gitano. Unión Romaní rechaza su filme por su contenido y denuncia que es una acumulación de
los peores y más desafortunados tópicos y prejuicios existentes hoy sobre los gitanos.ooo
calé. Su inversión de los estereotipos permiten una representación más positiva tanto de la
minoría gitana como de otras que aparecen a lo largo de la cinta. No obstante, la falta de
ooo
Unión Romaní habla de daños al honor de los gitanos y afirma que la imagen que se da no responde en absoluto
a la mayoría de la población gitana, criticando el “absoluto desconocimiento de los autores sobre la realidad gitana”.
Especial hincapié hacen en ciertos diálogos de la película. (Diario ABC 8/9/2000)
106
dicotomías de lo subalterno. Como constata Nair: “Ethnic identities and cultural differences are
somehow ‘set’ and not just processual or fluctuating” (122). Las representaciones permanecen a
nivel de lo meramente espectral, los personajes que construyen los directores no permiten que se
identidad española, no obstante su presencia al menos permite atisbar que este proceso no es
falto de problematicidad.
así como también lo hace en Gitano. Chus Gutiérrez emplea el elemento musical como un
vínculo entre comunidades, un lenguaje universal que allana las diferencias entre las minorías y
permite una comunicación global mientras que Palacios usa la industria el arte como motor de la
trama.
La noche que Antonio y Lucía se conocen, un una sala de conciertos, al público también
Carmona, quien en sus letras predice la atracción entre los jóvenes. “Ojos negros tiene mi
gitana/y no la cambio por nada/ cuando mueve sus caderas con esa forma de andar/ loco me
tienen sus besos”. La presencia de la formación de Ketama no es fortuita. Uno de los grupos de
moda en los años 90, provenientes de uno de los clanes calé de más tradición musical, los
hermanos Carmona representan la tendencia musical del Nuevo Flamenco. Este nuevo estilo se
caracteriza por incluir en la producción nuevos instrumentos (cajón peruano, viento) y nuevos
ritmos (salsa, bossa nova). Aunque la hibridez no es algo ajeno al flamenco per se, este
107
fenómeno debe su nacimiento en gran parte a las economías del mercado. Como define Luis
Clemente:
refers only to that kind of fusion which was brought to the music market under the
designation of the 1980s by two record companies, namely Nuevos medios and
en Steigress 2002:173).
La fusión musical que presenta la producción del grupo Ketama subraya el encuentro de razas
como uno de los marcadores de la identidad nacional española durante gran parte del siglo XX
como nos recuerda William Washabaugh: “Flamenco song and dance was conscripted by Franco
for use as a symbol for Spanish national identity” (2012:5). Es por tanto a través de uno de los
bastiones culturales que se “cuela” el Otro. El sonido, presencia espectral por su naturaleza
inmaterial, surge desde el propio centro recordando la presencia subalterna como esencial en la
asimismo, se convierte en la primera cita de la pareja Antonio y Lucía. La actuación del grupo
Congo Bongo pone sobre el escenario la diversidad de sus componentes – africanos, europeos y
apunta Nair, lo multicultural en Alma gitana se limita a los vistosos colores, sonidos exóticos del
Caribe y África, ofrecidos al público español, tanto intra como extradiegético, consumidor
108
Frederic Jameson en su reflexión sobre la estructura ideológica de la globalización
conjuga dos dimensiones – la cultural y la económica que operan en sintonía bajo el signo de la
pluralismo cultural que hace posible la visibilización de diferentes grupos subalternos, pero a su
vez, en términos económicos apunta a la asimilación de los mercados nacionales en una esfera
única, homogénea, eliminando de esta manera los modos de subsistencia nacionales (Jameson
1998:56-58). La ineficacia del multiculturalismo para albergar la identidad híbrida más allá de un
producto de consumo es puesta de relieve por Slavoj Zizek, quien la define como “empty global
position (which) treats each local culture the way the colonizer treats colonized people – as
‘natives’ whose mores are to be carefully studied and respected”(44). Esta posición está aliada al
homogeneiza una realidad que se concibe como heterogénea. Este consumismo del Otro permite
que España consolide su posición privilegiada de potencia mundial, reconocida por otras
democracias occidentales.
El tema de Ketama relata las sensaciones que le provoca la gitana. La letra evoca la
sensualidad de la mujer, sus ojos negros, sus caderas, su forma de andar, de besar. “Esa negra me
tiene enamorado, yo por ella pierdo el sentido” reza la canción, fusionando en la misma categoría
a la gitana y a la negra – una mujer subalterna objeto de deseo. El título – “Loko” (1995) –
subraya en el estado de trastorno que provoca la presencia de este Otro. La siguiente actuación
sigue una semántica similar. La vocalista, Sonia Santana, acompañada de coristas afro, canta
“Tu sabes que me vuelves loca, de la cabeza a los pies, sigue a mi lado, me he acostumbrado a
un amor así, sin ti no puedo sobrevivir”. En este caso una apelación más directa a un “tu”
109
genérico implora la proximidad y declara dependencia. Ambas instancias describen de un modo
inmediato el desarrollo de la relación entre Lucía y Antonio con la locura como denominador
común. Naturalmente, este estado suele asociarse con el amor, por lo que no es una novedad. No
obstante, cobra otra dimensión en este caso ya que se trata de una historia de amor interracial que
a su vez constituye una exploración del pasado así como una búsqueda de identidad personal del
personaje masculino. Este camino está marcado por la ‘locura’ (léase como incertidumbre o
quién es y su periplo por Madrid es una búsqueda de ese ‘alma gitana’ que cree que es parte de
su esencia. Alma, en este caso, significa lo que en la comunidad roma se denomina ‘duende’, una
característica etérea necesaria para insuflarle al flamenco el ‘arte’. Como le explica Antonio a un
cliente en la cafetería donde trabaja: “Cuando bailas, te conviertes un poco en gitano”. Este
comentario, insignificante, porta una carga esencialista que tiene Antonio de la comunidad. Lo
complejidad y de toda su historia. Su afirmación no sólo se lee como simplista, sino también
inaprensible. Ser gitano, de acuerdo el personaje, supone una opción, un disfraz, un instante
El flamenco, concretamente el baile, constituye el espacio seguro para Antonio, así como
el punto de contacto con la comunidad gitana. Cuando surgen diferencias culturales, Antonio
acude al salvavidas de la música. Así sucede cuando se conoce la postura negativa de Lucía
hacia el contacto físico con los hombres. La directora, en lugar de ahondar en esta práctica
110
ancestral, vuelve al camino conocido. Antonio brinda un presente a Lucía, el pañuelo que su
madre usaba durante sus actuaciones. “Era de mi madre, ahora es tuyo. Mi madre era muy guapa,
muy morena y bailaba muy bien como tú.” El flamenco es el único terreno seguro, un espacio
que ambos comparten y que parece tener la capacidad de borrar las diferencias culturales. Ese es
el único aspecto que Antonio conoce sobre la comunidad gitana, es el único que parece atraerle,
con el que se siente cómodo. Asimismo, los personajes gitanos tampoco pueden salir de este
espacio que tradicionalmente, a ojos de la mayoría dominante, los define y determina. Antonio se
enamora de Lucía porque baila bien, sus amistades romanís son a través del grupo de música, sus
recuerdos nostálgicos del pasado son su madre y Darío actuando juntos. La figura gitana es
perseguida, inevitablemente, por la imagen estereotípica, ese fantasma destinado a bailar y sufrir
película gira en torno a Andrés, quien ha perdido su contrato con una casa de grabación y a su
mujer, quien le ha abandonado por Manfredi, el gerente de la misma. Pero no sólo la trama, sino
flamenca como Rosario Flores, Antonio Carmona, Los Habichuela o Tomatito enriquecen un
filme que en otros aspectos se presenta más bien débil, pero simultáneamente añaden a la
construcción estereotípica del colectivo gitano. Como se apunta en la reseña de la revista cultural
Gitano, pensamiento y cultura: “Respecto al guión hay que decir que apenas se explora el mundo
del gitano, que se reduce a la ley del Talión y su arte en el baile y el cante”. La exhibición de
diferentes artistas que rodean al protagonista, Andrés Heredia, interpretado por el bailarín de
111
moda del momento, Joaquín Cortés, afianza los conocimientos y prejuicios que el público
de los aspectos positivos en un trabajo que recae en toda una serie de clichés sobre la minoría
romaní. Estructura patriarcal inviolable, la obligación de cumplir con la ley gitana, el repudio de
los miembros que optan por una vida fuera de la comunidad, la delincuencia (drogas, crímenes
de sangre) son algunos de los temas explorados en esta película. Sin embargo, a pesar de reusar
gitana, la película indaga en un tema crucial para la misma, la industria musical. El protagonista
viaja desde el sur simbólicamente a Madrid, al estudio de grabación, para encontrarse con él.
Una vez allá, Andrés coincide con Rosario Flores en el momento de grabación del video de su
tema “Que bonito” (1996). Al finalizar la sesión, la cantante mira a Manfredi buscando su
aprobación. “¿Qué? ¿Cómo ha estado eso?” a lo que él asiente con un benevolente “estupendo”.
Esta escena, tangencial al desarrollo del filme, subraya la relación de dependencia establecida
entre artista y productor, una relación de poder que además en este contexto particular está
marcada por el factor racial. A pesar de que Rosario y Andrés se intercambian cumplidos:
La palabra final, la de peso que decide quien tendrá éxito y quien no es la del productor payo
Manfredi. Para que no quede duda de ello, en la siguiente escena Manfredi lleva a Heredia a la
sala de edición donde, nuevamente, un equipo payo, está trabajando sobre los diferentes planos
del video de Rosario. La imagen y el sonido de su canción llega al espectador mediado por los
112
ojos de los editores, quienes escogen qué aparecerá en la versión final.ppp La visibilización del
proceso de creación del producto musical, así como sus diversos agentes pone de manifiesto el
paquete final consumido por las masas. En este sentido es importante la elección tanto de Cortés
como de Flores ya que los dos artistas no sólo son fácilmente reconocibles por el gran público,
sino que han creado una marca inconfundible en el mercado. Rosario, miembro de la familia de
artistas Flores, ha traducido su herencia gitana a la música pop. Joaquín Cortés, por su parte, ha
erotizado los escenarios con su presentación del flamenco en su condición más pura y corporal.
Como sugiere Paul Julian Smith sobre su marca personal, el torso desnudo que “also suggests a
subjective shift similar to his insistence on live music in his show: only the naked body and the
El filme de Manuel Palacios arroja, aunque de manera vicaria, luz sobre el proceso de
Si bien la película repite el estereotipo racista, como el ambicioso título indica, a su vez
desmantela la maquinaria que se oculta entre bastidores. Arturo Pérez Reverte, el guionista,
sostiene en una entrevista que los gitanos son "nuestra mafia particular" (El País), lo que ya no
apunta es que él contribuye a la formación de esa idea, que sin embargo se ‘cuela’ en el guión
como un fantasma que no deja de recordar que esto que vemos en la pantalla no es más que una
ppp
Nótese la similitud con la que se da cabida a la industria musical en Gitano y María de la O, 70 años tarde. En el
caso de esta última, la copla que compone el amante despechado a la protagonista es inmediatamente grabada y
reproducida masivamente. Para el análisis detallado de este aspecto, ver artículo de Woods-Peiró.
qqq
La industria publicitaria exploró esta faceta en el anuncio de Seat Ibiza serie ‘Pasión’ donde pone en paralelo el
atractivo de Cortés con la línea elegante del automóvil.
113
Capítulo IV
un lado para otro tratando de encontrar un punto idóneo donde pueda establecer conexión con la
persona que está llamando. Desde el muro blanco que rodea la casa a la carretera. “¿Quién es?”
comunicación. El que llama es Mario, uno de los miembros del clan, desterrado del pueblo por
un crimen que cometió, cuyo paradero desconocido se encuentra, presumiblemente, al otro lado
Esta escena que terminará en una nostálgica reproducción del “disco de la Pepa”, sobrina
del exiliado, evidencia una de las principales propuestas de Vengo (Tony Gatlif, 2000): la
diálogo. Tanto Alejandro como Mario, los dos hombres que están hablando por teléfono, cuya
escena. No obstante, a pesar de que la comunicación entre estos dos espacios se antoja como
divisoria que marca la carretera. Allí, en esa frontera simbólica entre dos direcciones, el
114
El concepto de frontera como una división política, resultado de la construcción de los
estados-nación desde el siglo XVIII, ha estado vinculado al contexto político y ordenado por la
lógica de su génesis (Baud and Van Schendel 214). En el caso español, particularmente su
frontera austral, ha supuesto un espacio problemático, pues no sólo separaba dos países, sino que
Ilustración. Para la creación de un estado español moderno resultó decisivo fijar claramente los
límites de esa línea divisoria, probando así que el desafortunado comentario popularizado por
Alejandro Dumas, “África comienza en los Pirineos”, era una impertinencia. Sin embargo, a
pesar de los esfuerzos materializados en peligrosos muros, la frontera entre Europa y África ha
continuado siendo un enclave en el que los límites entre qué es español (léase europeo) no
también supone un espacio marginal, alejado de un centro de poder. Al margen queda relegado
aquello que no se adecua a los estándares, que no tiene cabida en la supuesta homogeneidad del
tras la caída de la dictadura hubo una apertura a incluir otras narrativas dentro del discurso
identitario español. Sin embargo, algunas voces, prácticas o espacios no han podido dejar
completamente la liminalidad. Para entender las complejas dinámicas desarrolladas por en estas
instancias resulta iluminador el concepto de rizoma introducido por Giles Deleuze y Felix
Guattari. Los filósofos proponen este término como una alternativa a la dicotomía
centro/liminalidad para dar cuenta de las relaciones que existen más allá de ésta. Frente a la idea
de una raíz arraigada en la tierra e intolerante de lo que la rodea, el rizoma con sus innumerables
115
ramificaciones ofrece una mayor flexibilidad para establecer conexiones entre diferentes núcleos
different from roots and radicles. (…) The rhizome includes the best and the worst (6-7).rrr
Edouard Glissant parte de esta premisa ‘desarraigada’ para su “Poética de Relación”, una
propuesta que arguye a favor de una extensión de la identidad a través de la relación con el Otro
(11). En sus palabras: “the rhizome of a multiple relationship with the Other and basing every
community’s reasons for existence on a modern form of the sacred, which would be, all in all, a
Esta visión que enriquece el doble significado del término de frontera, límite y margen,
servirá como eje principal a este capítulo. A través del análisis de Vengo exploraré la
representación de la figura gitana desde la comunidad misma. Aunque este largometraje ocupará
un lugar central en este trabajo, me apoyaré en otros proyectos, principalmente El amor y la ira,
cartografía del acoso antigitano de José Heredia, documentalista y sociólogo, así como la
Gatlif, en gran medida centrado en la comunidad gitana, es imperativo en un capítulo que trata de
analizar la representación de esta figura desde la perspectiva roma. No obstante, a pesar de que
Gatlif sea probablemente el director roma de mayor repercusión mediática, no es el único. Por
ello aludiré a las otros títulos mencionados para dar cuenta de otras alternativas de representación
desde la propia comunidad. Si bien como Joaquín Albaicín, escritor gitano, apunta:
producto descanse en manos gitanas, todo el cine que se haga sobre nosotros, por
rrr
El concepto del rizoma se rige por una serie de principios: 1)conectividad y heterogeneidad, 2) multiplicidad y
3)ruptura asignificante.
116
talentoso que pueda ser, y por muchos gitanos que podamos participar en los
rodajes, estará inevitablemente marcado por la mirada ajena y, por tanto, por un
trabajos, quizás precisamente porque, al operar desde el margen usando plataformas como
Youtube o Facebook para su distribución, consiguen crear con una mayor libertad.
La pregunta que guiará mi análisis busca indagar en cómo estas representaciones del margen
borderlands”: “Borderland studies offer a way of correcting the distortions inherent in state-
centered national histories” (242). Argüiré que estas narrativas no sólo cuestionan el discurso de
la identidad nacional sino que también avivan una serie de espectros que han sido parte de la
construcción de la españolidad.
Para estudiar el trabajo de los directores romanís resulta esclarecedor emplear como
herramienta el concepto de diáspora. Hamid Naficy califica el trabajo del director Tony Gatlif
como cine diaspórico, o “accented cinema”. Sin embargo, el director de padre kabyl y madre
dentro de la línea de cine beurttt, si bien no obviando nunca su origen étnico roma (Naficy 98-
99). Para mis propósitos, encuentro más interesante hablar de una diáspora romaní, un concepto
sss
En “Los gitanos en el celuloide”, en http://www.eladelantado.com/noticia.asp?id=167691. Noviembre 20, 2015.
ttt
Cine hecho en Francia por directores originarios de las antiguas colonias francesas del Magreb.
117
“the departure of a group that has a clearly delimited identity in its homeland” – que describe
caracteriza por una amplia dispersión y una relación compleja con el país huésped, características
diáspora post 1968 que flexibiliza los márgenes, como arguye Khachig Tölöyan, este permitirá
Dispersions have been re-named as diasporas since 1968. In such diasporas, and
Esta conciencia común, notable en la producción cultural (en el caso de este capítulo), es la que
produce una narrativa diaspórica. Una narrativa que responde al principio de ‘errancia’ propuesto
uuu
Edouard Glissant parte de las grandes obras épicas, como la Odisea, la Eneida o las Sagas islandesas, narrativas
fundadoras cuya esencia es el errar del protagonista, para proponer una relectura que no privilegie la meta buscada,
sino el deambular per se. “I Began wondering if we did not still need such founding works today, ones that would
use a similar dialectics of rerouting, asserting, for example, political strength but, simultaneously, the rhizome of a
multiple relationship with the Other and basing every community’s reasons for existence on a modern form of the
sacred, which would be, all in all, a Poetics of Relation” (16).
118
of rejection or an uncontrolled impulse of abandonment. Sometimes, by taking up
En la instancia de la narrativa romaní, Paola Toninato apunta sobre la tendencia que se da entre
los intelectuales gitanos a reconocer un origen diaspórico común: “The emergence of Romani
literacy in combination with the growing use of writing for identity-builidng purposes is a major
factor behind the establishing of recent Romani diasporic discourses” (151). Uno de los
elementos clave que apuntan los intelectuales roma para la formación de esta concienciación
important role in providing the Romani diaspora with its sense of nationhood” (Gheorghe and
Mirga en Toninato 154). vvv La errancia, en este caso, es el principio que mueve la posibilidad de
el análisis de estos textos ya que permite cuestionar el uso que se ha dado a la figura gitana como
pone de relieve algunas de las tensiones siempre presentes en este proceso y libera los espectros
El trabajo de Tony Gatlif, único director de origen romaní que alcanzó un amplio
reconocimiento (Iordanova 7), ha convertido sus raíces étnicas en uno de los leit motiv de su
filmografía. Entre los títulos con esta temática que alcanzaron mejor recepción están Latcho
vvv
En España, concretamente en Barcelona, se inauguró en 2009 una exposición sobre este Holocausto olvidado.
119
Drom (1993), Gadjo Dilo (1997) y Korkoro (2009). Vengo (2000) supone un proyecto de
un continuo letargo alcohólico por la pérdida de su hija Pepa. Su estado deplorable sólo es
distraído por su sobrino Diego (Orestes Villasan) quien sufre de retraso mental y las continuas
juergas con músicos flamencos. La tensión narrativa se acentúa debido a un crimen de sangre
entre su familia y los Caravaca, quienes piden venganza por la muerte de un miembro del clan.
El desenlace, es tan necesario como predecible. Caco, por miedo a que su sobrino sufra las
consecuencias de esta trifulca, se ofrece como sacrificio de modo que su muerte traiga de nuevo
El título del filme guarda una cierta ambigüedad pues tanto puede aludir a la trama, la
necesaria venganza que restituirá el orden, pero también ofrece la posibilidad de hacer referencia
acercamiento y la fluidez de las fronteras, sin embargo esa postura no está exenta de
La película abre con una puesta en escena que exalta el paisaje andaluz, la desnudez de
las montañas y el agua. El sonido diegético del río que acompaña los primeros planos de éste
comienza a combinarse con el de diferentes instrumentos tocados por músicos que navegan el
río. El espectador pronto descubre que el destino de los músicos es una fiesta-concierto que se
dará en un alcázar. La simbiosis entre los sonidos naturales y los producidos por el hombre
transmiten armonía que se traducirá en una consonancia entre instrumentos de diferentes culturas
120
en las próximas escenas que culminan con una celebración de la diversidad musical. Este
proemio, que no guarda una relación clara con el argumento de la película, constituye una
A pesar de que no haya una plasmación explícita de la línea divisoria entre la península y
el norte de África, hay una alusión a este espacio fronterizo mediante la música. Este límite que
una simbólica división entre Europa y África, entre el cristianismo y el Islam, entre el mundo
Gibraltar es percibido desde el continente africano como un obstáculo que ha de superarse para
llegar a la tierra prometida o, desde la perspectiva europea como una fortaleza cuya protección es
esencial para mantener los valores europeos a salvo, el director convierte este lugar liminal en un
espacio central para el intercambio, para la conversación. Este diálogo se lleva a cabo a través de
la música. Gatlif congrega en el mismo espacio dos figuras estelares – Tomatito, guitarrista
flamenco y Sheikh Ahmad Al Tuni, reconocido cantante egipcio sufí que en sus intervenciones
recita los nombres de dios. Asimismo, en el plano instrumental combina la guitarra española y el
cajón, esencial del flamenco con el violín, asociado a la música romaní de Europa del Este y las
errancia: “Relation, in contrast [to voyage], is spoken multilingually. Going beyond the
impositions of economic forces and cultural pressures, Relation rightfully opposes the
121
paralela con la fluidez de estilos construyendo un modelo nuevo, que se nutre de las diferentes
A través de la fusión de melodías se crea por momentos una identidad híbrida que supera
las fronteras geopolíticas y alude al legado del Al-Andalus como una alternativa para el orden
Gatlif’s filmmaking, too, arises from cultural encounters between white Western
and Eastern Europeans, Roma, Arabs, and Beurs. It addresses the cultural heritage
No obstante, es preciso contextualizar esta propuesta del director de Vengo en la escena musical
flamenca. Gerhard Steingress señala la evolución de este estilo musical hacia el mestizaje y la
incorporación de nuevos instrumentos, ritmos, etc. Steingress entiende por fusión la transgresión
de las delimitaciones del flamenco local (puro) y por tanto un riesgo de perder la identidad
andaluza (174). No es de sorprender que Gatlif – ciudadano cosmopolita – ponga en escena este
flamenco ‘intervenido’ oponiéndose a los puristas que perciben cualquier evolución del
flamenco, cualquier innovación, como una degradación al cante gitano. Paradójicamente, estas
nuevas tendencias en el flamenco no hacen más que subrayar la esencia mestiza del mismo:
122
Lo que está experimentando la escena del flamenco supone una respuesta al orden global en el
que se produce y en el que se consume. Una mayor apertura de las vías de comunicación, los
define world music o músicas del mundo, categoría bajo la que con frecuencia se clasifica el
flamenco como:
[A] commercial category that responds to the creative problems of the music
industry – it is providing new sounds for a bored culture (…) White middle-class
culture has run out of inspiration. The normal sources to plunder are exhausted
El trabajo de Gatlif refleja en sí mismo este debate entre la hibridez como una nueva posibilidad
para la comunidad gitana en el siglo XXI o la comodificación de la misma para el consumo del
ciudadano global. Su obra oscila entre los dos extremos, que en realidad no suponen dos
alternativas rígidas y mutuamente excluyentes, sino más bien estados fluidos, posicionamientos
políticos, implicaciones sociales. Por ello, decidir unánimemente que la cinematografía de Gatlif
cae en una u otra categoría sería una conclusión simplista y reduccionista. Mi lectura busca dar
cuenta del titubeo de un director cuyo trabajo es labrado simultáneamente desde el centro
(Academia de cine francesa) y el margen (origen roma/argelino). Vengo oscila entre el espacio
onírico donde las manifestaciones musicales mestizas (como la escena que abre el filme) son
posibles y la realidad diegética en la que reitera, a través de los personajes, muchos de los
123
patriarcales, etc. La película no ahonda pues en el significado de ser gitano en la sociedad
española del siglo XXI y la alternativa híbrida queda por tanto relegada al plano musical. Éste se
yergue como una opción lingüística a través de la cual Gatlif ensaya breves actos de resistencia.
“Vengo highlights the transnational nature of the Gypsy lifestyle, but also enhance their minority
status, which forces them to use other languages” (Vanderschelden 117). Gatlif, efectivamente
que empodera a los gitanos, como se verá en la escena siguiente. Sin embargo, precisamente por
superficialidad.
La siguiente escena ilustra esta manifestación de rebeldía del margen contra el centro a
sobremesa comienzan a cantar. La escena comienza en media res, con los comensales batiendo
palmas y La Caita, artista cuya actuación Caco había demandado, cantando.xxx La secuencia se
compone de varias tomas que alternan el grupo de la cantaora y la familia de Caco, celebrando,
entonando una canción. En un primer momento, la cámara aísla los dos grupos, pero el sonido
flamenca, se escuchan interferencias del festejo de los militares, quienes también entonan
melodías. Molestados a la par que atraídos por el cante de la Caita, los guardias, se levantan uno
www
Esta caracterización es particularmente evidente en Latcho Drom (1993), su primer gran éxito. La película
constituye una poética, visualmente muy rica, del periplo del pueblo Gitano desde la India hasta España con el
elemento musical como hilo conductor.
xxx
La Caita es una cantaora extremeña que apareció por primera vez en pantalla con Latcho Drom (1993). El tema
“La calle del aire” presentada en Vengo se convierte en uno de sus mayores éxitos.
124
a uno para posicionarse al margen de la mesa de Caco y observar/disfrutar del espectáculo. Su
presencia no es bienvenida, sin embargo es tolerada, no faltan miradas hostiles por parte de unos
y otros, miradas que aumentan la tensión de la secuencia pues es imposible prever en qué
uniforme aumenta. Una vez acabada la canción, uno de ellos grita: “!Viva el arte, viva el
flamenco!” Amy Herzog, en su estudio sobre los elementos musicales en el cine apunta a su
poder disruptivo:
Diegetic music, by nature, will hold a more prominent position in the viewer’s
consciousness, as its source has a direct place within the narrative. Songs with
lyrics, particularly those sung by one of the characters on-screen, focus our
attention on the music and disrupt the flow of the narrative, if only because the
A pesar de que su observación aplica con mayor exactitud al subgénero del musical, en este caso
Saavedra) como motor, todos los miembros de la familia de Caco jalean y también los militares
consumidos por el ritmo del flamenco. Durante este acto musical improvisado se logra establecer
toda una dinámica que cambia las tradicionales relaciones de poder, invirtiéndolas. La minoría
gitana consigue imponerse a la voz hegemónica con sus ritmos ganando simbólicamente esta
batalla y haciendo, aunque tan sólo por unos momentos, que la autoridad baile a su ritmo. Es
125
notorio que en este caso, el momento musical no supone un espectáculo ofrecido amablemente al
público payo para su disfrute, sino una parte esencial de la práctica diaria de una familia gitana, y
La presencia incómoda e incluso violenta de los militares también pone de relieve los
lazos que unen a la comunidad. Su llegada desencadena una cadena de miradas entre Caco,
Alejandro y otros decidiendo cómo reaccionar a la presencia indeseada. Como indica Naficy, es
profound and at a corporal and spiritual levels. (…) However, just as frequently
and powerfully, these very reports may serve the opposite function of restoration
Este gesto constituye simultáneamente una suerte de inscripción de la comunidad gitana dentro
del marco de la comunidad dominante española. Este contacto entre dos órdenes antagónicos y la
permitiéndoles ser partícipes de un diálogo de mayor alcance. Sin dejar de ser miembros de su
subrayar que este nuevo orden ocurre en el espacio gitano y no viceversa. El margen prueba ser
hospitalario e inclusivo. Ese es el lugar donde hay cabida para la diferencia, como se le recuerda
intelectual. No obstante, esta inversión, positiva sin duda, no está exenta de problematicidad. Si
bien la familia de Caco acepta la presencia de los guardias civiles, simultáneamente, éstos dan su
126
beneplácito para que la celebración siga su curso y en su posicionamiento delimitan claramente
el espacio que permiten que los gitanos ocupen. Eventualmente, ellos se convierten en un público
que se beneficia de la actuación de la Caita. Por tanto, una vez más, el flamenco, locus aceptado
a la par que limitado, constituye el terreno seguro a través el que la identidad gitana puede ser
expresada.
construye en lenguaje único a través del cual Gatlif transmite su representación de la comunidad
gitana más allá del argumento. La necesidad de negociar constantemente entre el margen y el
centro permea todo el filme aunque se hace notoria en las escenas musicales. Retómese la escena
Mario, autoexiliado y nostálgico, pide a sus primos poder escuchar “el disco de la Pepa”.
A pesar de la dificultad por la falta de cobertura, el primo Antonio corre al coche y usando éste
como equipo de sonido, toca la canción. Mientras, el primo Alejandro, colocado en el centro de
la carretera, con el teléfono en lo alto, permite que la música llegue a los oídos de Mario. La
canción que suena supone uno de los temas más exitosos de la película – “Nací en Álamo”.
Merece la pena detenerse en la letra interpretada por Remedios Silva Pisa, que evoca el
comunidad gitana:
Con mis dedos hago fuego/con mi corazón canto/ las cuerdas de mi corazón lloran
127
La versión original del tema proviene de una canción griega roma cuyo título, “Balamo”,
significa forastero. El estribillo “Nas balamo”, de ahí la adaptación fonética al español, traduce
como “fuera extranjero”, siendo en éste un no roma (un payo).yyy Gatlif, autor de la letra en
español, insiste, como se atestigua en el verso “no tengo lugar …y aun menos patria” en la
inexistencia de una patria material para el pueblo roma. Replica así la idea presentada en la
We have never looked for creating a Roma State. And we do not want a State
today, when the new society and the new economy are concretely and
progressively crossing over the importance and the adequacy of the State as the
La canción se presenta como un palimpsesto que recoge diferentes voces que lamentan a la par
que celebran la falta de la patria, así como su ubiquidad. Siguiendo la propuesta de Naficy sobre
las películas ‘con acento, “[they]are using the film’s frame as a writing tablet on which appear
multiple text in original languages and in translation in the form of titles, subtitles, intertitles, or
block s of text”(25). Tony Gatlif en una entrevista subraya la importancia de la música que
cumple la función testimonial: “Music is the only authentic document that the Roma have; any
written documents are police records” (Siberok 1997, C2 en Naficy 99). A pesar de que la
afirmación del director es llevada al extremo, pues existe una gran tradición oral transmitida de
generación en generación, así como literatura escrita con el ejemplo de Papusza, poeta polaco-
romaní de principios del siglo XX, como el más conocido, vislumbra la relación que Gatlif
yyy
http://gypsylyrics.net/2011/08/07/balamo. 11 de marzo, 2016
zzz
http://www.hartford-hwp.com/archives/60/132.html. 11 de marzo, 2016.
128
No obstante, en esta escena el protagonismo visual no es de la cantante, ni del espectador,
como fue el caso en las instancias anteriores. La centralidad visual es ocupada por la tecnología
con una sucesión de planos alternados del Mercedes que se emplea como reproductor del sonido
directamente en este acto no están presentes, y los actores que sí se encuentran en escena resultan
automóvil apuntan a una lectura pesimista de la producción artística que elimina del proceso a
todo agente creador y solamente se enfoca en el producto. Sin embargo, si se tiene en cuenta el
concepto de frontera y margen, esta secuencia cobra otro significado. El espacio desolado,
abierto, prácticamente infinito dominado por la letra de la canción, un lamento de los sin patria,
es precisamente el lugar donde se lleva a cabo la comunicación. Los dos artilugios que
posibilitan la movilidad son los protagonistas de la escena. Gatlif rearticula este espacio liminal
dentro de un orden global, más allá de las fronteras de la nación a través de la tecnología que
en el último protagonista. Caco, malherido por el patriarca de los Caravaca, trata de regresar a
casa pero no tiene fuerza y cae fatalmente sobre el capote de un coche. Empieza a escucharse el
sonido del agua cayendo, que se convierte en una repetición rítmica a la que se van sumando
otros ruidos incidentales. Martillazos, sirenas, el arranque del coche, planchas de metal cayendo,
motores sonando con un ritmo cada vez más acelerado conforman esta suerte de fuga mecánica
129
con el acertado título “Mécanique Garage”, compuesto por el propio Gatlif. La escena se
compone de una secuencia de primeros planos de las diferentes herramientas así como del rostro
Efectivamente, la muerte del protagonista se auguraba tanto por sus hábitos como por la trifulca
fusionarse con él, de modo que las herramientas tenga tanta presencia en la escena o más que el
cuerpo moribundo de Caco, pone de manifiesto la mecanicidad del suceso, falto de emociones.
La ley de Talión, como se ha observado en otros títulos – Los Tarantos, Gitano, incluso María
una excepción. Sin embargo, la narrativa de Gatlif incide en su automatización, desvirtuando este
conduce a reflexionar sobre la postura de Gatlif como director autodefinido roma dentro de la
narrativa sobre esta comunidad. Propongo leer este final como una muestra más de la postura del
autor que se encuentra a caballo entre la expectativa del público ante una película sobre gitanos
con los clichés que eso supone y su postura como director perteneciente a esta minoría. Gatlif
opera con los estereotipos, eso es innegable a lo largo de la película, pero en algunas instancias
consigue superarlos, como es el caso de la muerte del patriarca. Entiendo la mecanización de esta
representación de la figura gitana.aaaa En esta última secuencia Caco trata de arrancar el motor de
coche y poder buscar ayuda, pero no es capaz de prender el automóvil. Este intento se convierte
en un sonido más de la fuga mecánica. El protagonista y su muerte pasan a formar una pieza más
aaaa
La estructura narrativa fija - muerte, pasión, venganza, tragedia mayor como se puede ver en María de la O, Los
Tarantos o Gitano, por mencionar algunos ejemplos.
130
de esta composición. La desdramatización y automatización de un componente esencial de la
narrativa sobre la comunidad gitana desvía la atención del espectador de este momento para que
se lleva a cabo una reflexión sobre el aparato discursivo acerca de este colectivo.
mecánicas si se quiere, pero aún presentes y persistentes. El director articula la figura gitana en
margen se yergue como potencialmente fructífero para un nuevo orden, carece de fuerza
suficiente capaz de impactar en la representación que queda reducida a los estereotipos que
cumplen con la expectativa de un público payo.bbbb Así pues, Gatlif con su aportación a la
narrativa sobre la comunidad gitana camina en la frontera que, en algunos aspectos, prueba a ser
productiva en tanto que desestabiliza algunas relaciones de poder. No obstante, este espacio
fronterizo no está completamente desligado de una visión romántica del Otro, ya sea el gitano o
el norafricano que, si bien transgrede la línea divisoria, no se logra liberar de la proyección que
desde una posición segura – la guardia civil, la península o un cineasta reconocido – proyecta
sobre él.
bbbb
El debate alrededor de la filmografía de Gatlif como una que perpetua, en mayor o menor medida, las ideas
preconcebidas sobre la comunidad Gitana se levantó alrededor de Gadjo Dilo (1997), traducido como Extranjero
loco, su trabajo más galardonado. La película narra el periplo de un hombre francés que llega a un poblado gitano en
Romania en busca de una cantante famosa. El extranjero es acogido por la comunidad y aprende sobre su estilo de
vida y sus costumbres. Los colectivos roma reaccionaron de manera negativa ante el exotismo con el que es
representado el poblado así como el lenguaje vulgar usado por los protagonistas. Para un desarrollo más profundo
del debate: http://www.errc.org/article/tony-gatlifs-film-gadjo-dilo-furthers-the-roma-cause/966 16 de marzo, 2016.
131
2. Dos iniciativas desde el margen: “Gitanos con palabra” y El amor y la ira
Los trabajos que me ocuparán a continuación no nacen tanto como un producto con fin
artístico/comercial, sino con una clara conciencia de denunciar y alternar la visión que la
bajo la que nace el proyecto de Gitanos con palabra, un colectivo definido por ellos como
estereotipada de las personas de etnia gitana” (En su página de Facebook). La iniciativa puede
interpretarse como una suerte de respuesta al programa Palabra de gitano, en el que se tiende al
plataforma de redes sociales como Facebook y Youtube para difundir su mensaje, lo que implica
una mayor accesibilidad del público, así como una posibilidad de interactuación activa con el
El cortometraje Antonia gira en torno a la imagen preconcebida que se tiene del colectivo
gitano tanto por los mismos gitanos como los payos. La línea argumental es sencilla. Antonia,
una niña gitana, posee gran talento para la fotografía, ganando varios concursos y premios
retratando la gente de su comunidad. El cortometraje abre con una imagen de un hombre tocando
Antonia, quien es alabada por una profesora que modera el evento: “[Antonia] retrata como
nadie la esencia del pueblo gitano, sus costumbres, sus valores, su alegría. Nadie puede negar
que tus fotos tienen una fuerza impresionante”. Claramente, la moderadora habla desde el
respeto y el cariño de la comunidad, pero incluso en ese discurso se replican una serie de tópicos
132
que esencializan al colectivo. El espectador probablemente no esté sorprendido por esa narrativa,
pues hace eco del lenguaje usado por los medios de comunicación, sacando a colación los
Antonia, una perspectiva ‘desde dentro’. Antonia está dispuesta a presentarse a un concurso de
fotografía a nivel regional y se reúne con Isabel Cortés, periodista gitana, para hablar sobre sus
imágenes. Su objetivo es mostrar “algo llamativo, que refleja la realidad de mi comunidad, que
sea auténtica” porque desea que “la gente vea que los gitanos no somos como nos pintan en la
tele”. En esta sencilla formulación se halla la ambigüedad desde la que opera el personaje de
programas como los Gypsy Kings, Palabra de gitano, reportajes de Callejeros que construyen la
la par que exotizante que se ha llevado a cabo desde el cine, el teatro, la academia – la pureza, la
Isabel, cuya labor periodística trata de combatir estas asunciones, propone a Antonia, y al
espectador, la siguiente reflexión: “¿Qué crees que piensa la gente cuando ve la foto del hombre
tocando la guitarra?” La niña responde indecisa: “Pues no sé, solo un hombre tocando una
guitarra nada más.” Sin embargo, esto no es posible. La imagen tiene una carga simbólica muy
fuerte que responde a las expectativas del público payo, su ‘autenticidad’ se apoya precisamente
133
Antonia llega a experimentar personalmente que ser gitano nunca es una realidad neutra.
de instancias del día a día – la prohibición de la entrada en una discoteca, una guardia que vigila
queda claro a la llegada de Antonia a la redacción de Isabel, donde una mujer la recibe
saludando: “Tú eres la gitanilla esa que ha ganado el concurso de fotografía”. Para entender en
profundidad esta inocente frase de ‘bienvenida’ y percibir sus consecuencias resulta iluminador
reciprocidad entre ésta y el sujeto. Es decir, el sujeto es constitutivo de la ideología en tanto que
las ideología tiene la función de formar al sujeto. La ideología, por tanto, no supone una serie de
opera dentro de ella (170-171). Althusser arguye que debido a la transparencia de la ideología (a
su funcionamiento automático) el sujeto acepta con naturalidad que está constituido como tal. “It
is indeed a peculiarity of ideology that it impose (without appearing to do so, since these are
este modo, el sujeto pone en funcionamiento el ritual del reconocimiento ideológico. De ahí que
Althusser proponga que: “all ideology hails or interpellates concrete individuals as concrete
subjects” (173).
134
En la escena aludida, el saludo y la categorización de la recepcionista – “la gitanilla esa”
- interpela a la joven, de modo que su origen racial la defina como sujeto. El uso del diminutivo,
así como el demostrativo que lo acompaña, establece una relación de superioridad de la mujer
paya con respecto a Antonia. El sistema ideológico dentro del que se forman estos dos individuos
constituye una jerarquía a partir de la cual, el sujeto subalterno pueda ser interpelado a partir de
reconoce en este saludo (hail), y responde: “Sí, Antonia.” El ejercicio que lleva a cabo es uno de
posibilidad de escapar de las relaciones constituidas por la misma. El intercambio que refleja la
escena atestigua esa realidad. Antonia confirma su participación dentro de la red constituyente
nuevo proyecto fotográfico. Las nuevas imágenes, de acuerdo a ella, “no llaman tanto la
atención”. Se trata de fotos que ilustran la comunidad gitana en sus quehaceres diarios, en sus
trabajos poniendo de manifiesto la pluralidad del colectivo. Antonia busca romper con la
imposición y carga folclórica, mostrando diferentes ocupaciones profesionales (ej: asesora fiscal,
peluquera, médico, cocinera, etc.), tratando de neutralizar el apelativo ‘gitano’ a una categoría
135
El final del cortometraje confirma el objetivo. La noche antes del concurso regional para
el que Antonia ha preparado las fotos nuevas, su abuela sufre un infarto y como consecuencia la
madre ordena a la niña que permanezca al lado de la abuela, alegando que habrá otras
oportunidades para concursar. La tragedia familiar ordena las prioridades de Antonia, quien a
pesar de dudar entre la familia y su concurso, entiende la importancia de la red de apoyo de los
“Me equivoqué, pero no volverá a pasar, las fotos no son tan importantes”, a lo que su madre
replica: “Ni se te ocurra decir eso, las fotos son tu vida, tu futuro.” Con estas palabras abre la
puerta a una sala llena de familiares y amigos y, lo que es más importante, sus fotos expuestas y
aplaudidas por todos. El éxito de Antonia, y por extensión del proyecto de Gitanos con palabra,
no es que las imágenes agraden, sino en que sean presentadas ante el público compuesto por su
comunidad, por los gitanos. El cierre que pareciere pecar de edulcorado subraya precisamente el
autoreconocimiento, ya que si bien se apunta a los medios como los responsables de crear una
imagen dañina del colectivo gitano, pone de relieve la necesidad de concienciar a la comunidad,
‘liberarla’ de una autoimagen que cumpla con las expectativas del discurso dominante, para
Ponderar al espectador gitano y usar la imagen como una herramienta para concienciar el
discriminación que sufre la comunidad gitana española. Su ensayo documental se divide en cinco
secciones – acoso social, educativo, laboral, mediático y policial – en las que analiza los
136
diferentes métodos empleados para marginar a este grupo. El documental se presenta claro,
transparente y directo. Se construye a partir de una sucesión de escenas en las que diferentes
grupos – mujeres y hombres del vecindario, activistas, niños – hablan de su experiencia de ser
gitanos en Elche, Alicante. Entre ellos y la cámara no existe un intermediario, nadie que
introduzca a los participantes. No hay un entrevistador que lleve al espectador de la mano para
público a quien va dirigido este trabajo es gitanocccc . Como subraya Heredia: “El documental no
pretende conmover a los payos hacia la solidaridad sino a los gitanos hacia la indignación”. De
ahí que se eviten las viñetas tópicas que muestren condiciones económicas de los interlocutores,
nada les define como gitanos hasta que ellos mismos no se auto-identifiquen bajo esa categoría.
La finalidad del proyecto, concienciar a la comunidad, supedita las decisiones del director al dar
como del público. Simultáneamente, la puesta de escena se caracteriza por su parquedad y falta
cccc
“Si el espectador ideal fuera payo habría tratado de conmoverle tratando de encender su empatía por unos
personajes gitanos por los que, en general, sienten miedo, recelo, antipatía, asco... quizás habría buscado un
personaje principal o quizás una familia gitana que casi pudiera pasar por paya pero que sufriera el antigitanismo...
quizás me habría planteado colocar un intermediario encargado de "traducir" y conectar a la audiencia paya con los
personajes gitanos: un narrador "en off" o protagonista payo que hable "en payo" y al que seguimos en su propio
proceso de descubrir qué sucede a los habitantes los guetos gitanos... en cambio los gitanos son los protagonistas y
los únicos que hablan, y estos gitanos se expresan, sobre todo las mujeres, con seriedad y dignidad, sin voz en off
que contextualice y enmarque. (Heredia, en comunicación personal con el autor) 25 de noviembre, 2015.
dddd
Quizás esa también sea una de las razones por las que el documental haya sido producido por el propio director
y su difusión sea a partir de canales marginales como youtube, así como su proyección en centros comunitarios. El
proyecto, efectivamente, no cumple con los parámetros de representación de la comunidad gitana sentados por los
medios de comunicación convencionales.
137
Ward revisa la definición de este subgénero fílmico ampliando las posibilidades de éste:
“common assumption that if any staging of any kind has taken place that this somehow
invalidates the documentary status of what we are looking at” (8). Sin embargo, José Heredia, en
su proyecto, lleva a cabo una estética contraria a esta visión que el propio Ward tilda de tanto
permite ver a los técnicos detrás de las bambalinas, e incluso llega a haber momentos en los que
cae el ciclorama, dotando el trabajo de un halo amateur, como el mismo director apunta. Todo
este ensamblaje busca eliminar la distancia entre los entrevistados y el público, rompiendo por
tanto con las convenciones estéticas a favor del reforzamiento del realismo del mensaje.
No obstante, esta estética amateur no debe llevar a concluir que El amor y la ira es una
serie de entrevistas a diferentes vecinos de Elche captadas por una cámara. El ojo fílmico de
Heredia construye un sujeto colectivo, pero heterogéneo, enriqueciendo así el espectro de las
diferentes voces. A las opiniones de los vecinos ‘comunes’ del barrio El Palmeral, hombres y
mujeres de los que tan solo se conoce el nombre, pero se ignora su ocupación por ejemplo, se
agregan las entrevistas de expertos en el área – sociólogo, activistas, filósofo, cuya participación
apoya y dota de peso al resto del documental. Con mucha conciencia, el director busca
Alexandrina Fonseca, activista, como rezan sus carátulas, para romper una vez más con las
expectativas sobre la vida profesional de la comunidad roma en España. La cámara da cuenta del
cuerpo intelectual gitano, ofreciendo no sólo una opinión, sino también un análisis interno de los
problemas de la comunidad.
138
El mayor logro de este proyecto consiste en dotar a la comunidad gitana de palabra. No
como seres exotizados con prácticas culturales extravagantes, como es el caso de “Palabra de
gitano”, por ejemplo, sino posibilitando un espacio que permita que los gitanos puedan
expresarse como participantes de la sociedad civil española. La representación que Heredia hace
se caracteriza por su sencillez, y es precisamente en este aspecto donde estriba la fuerza del
documental. El director no aborda los clichés sobre la comunidad gitana (boda gitana, flamenco,
juerga), los ignora conscientemente, porque los problemas que le ocupan tienen un impacto
comunidad gitana – una lacra que él mismo apunta al referirse a los discursos en el movimiento
gitano, sino que su narrativa se centra en las prácticas materiales del día a día y cómo éstas son
Heredia retoma el relevo generacional y continua el esfuerzo por romper con el silencio de la
comunidad gitana conectando con el proyecto que con la Transición iniciaron Miguel
Alcobendas y José Heredia Maya en Camelamos naquerar (1976). El título, cuya traducción al
película corta está basada en la obra teatral homónima de José Heredia Maya, poeta, dramaturgo
“Espectáculo puro como no se conocía otro en lo que abarca la memoria, expresión radicalmente
escueta de lo que es ese sufrimiento, esa marginación, esa persecución que es la esencia y el
eeee
En el artículo “La voz silente. Sobre los discursos dominantes en el movimiento asociativo gitano” José Heredia
critica el acercamiento de estudiosos cuya mayor preocupación es la búsqueda de la ‘autenticidad’ de los gitanos.
139
raigón de la queja flamenco del “ayayaya” tan prostituido luego por esos tablaos” (Guajiro).
cante flamenco que escenifican los poemas de Heredia Maya leídos por una voz en off.
Camelamos naquerar es una obra que tiene como objetivo exponer una situación
practica contra los gitanos, desde que finalizado el siglo XV los Reyes Católicos
raza gitana. Rémora de aquella pragmática y de las muchas que le siguieron con la
misma intención, el pueblo gitano sigue sufriendo en la mayoría de los casos una
Si bien Camelamos trata de indagar en la historia del país, rememorando las medidas que se han
tomado desde el siglo XV en contra de la comunidad, El amor y la ira trata las consecuencias de
las mismas en la actualidad del nuevo milenio. El corto del 76 escoge un acercamiento poético a
la problemática, contando con artistas como Mario Maya, quien no sólo baila sino que también
es el coreógrafo. El baile en este caso no supone sólo un espectáculo gratuito, sino que ilustra
con claridad el mensaje de la obra, funcionando como un elemento liberador. Camelamos usa esa
nomenclatura flamenca para transmitir el mensaje de denuncia. Tanto el baile como el cante
están empleados para expresar e ilustrar el sufrimiento del pueblo gitano. Es a través del arte que
se ha usado para definir lo español que el proyecto rescata su voz y la pone al servicio de los
intereses de la comunidad calé. Es importante notar este aspecto, ya que es un punto de inflexión
140
popular. El fantasma que ha estado presente para poner de manifiesto diferentes tensiones en la
representación de la identidad nacional ha encontrado fuerza para alzar su propia voz y usarla
con agencia. Este desarrollo del espectro, una suerte de transformación de su naturaleza,
mismo, reclamase salir de la leyenda sin entrar en la realidad cuyo espectro es.
(120-121)
espectralidad, analiza su naturaleza y estudia las razones por las que el cuerpo gitano se tornó un
José Heredia, hijo de José Heredia Mayaffff , continua esta labor con el documental,
alimentando el espectro de la figura gitana de modo que deja de ser una mera proyección sino
más bien una presencia casi palpable. La imagen que presenta se yergue como una
representación que tiene por objetivo incomodar al espectador. El director barrunta que en lugar
dominante. Indudablemente, esa ‘culpa blanca’ sea la razón de la molestia que causa este
documental en el espectador payo. No obstante, propongo que esa reacción da fe de una realidad
ffff
Es importante notar no solo el relevo generacional, pero también la posición desde la que se articula el
documental. José Heredia Maya ha sido el primer catedrático gitano y naturalmente esa título le da un lugar de
enunciación privilegiado para hablar de la comunidad gitana.
141
más compleja. Proyectos como El amor y la ira o Gitanos con palabra llevan a cabo un proceso
colectivo a la mayoría paya pero no como una realidad dominada por ciertas tradiciones que
resultan atractivas por su primitivismo y extravagancia, sino como una minoría diversa que se
articula a sí misma con fuerza para ser oída y participar plenamente de la ciudadanía. Naquerar, o
hablar, supone cuestionar diferentes pilares sobre los que se ha construido la identidad nacional
española: indagar en la historia española arrojando luz sobre aquellos episodios que no forman
parte de la memoria colectiva y que han permanecido en los márgenes, cuyo legado llega hasta
hoy en día impactando en la naturaleza de los espectros que han poblado el discurso de la
década de los 70 o márgenes de enunciación – plataformas como Youtube o Facebook. Pero más
allá de eso, estos proyectos re-crean el margen, no sólo como una frontera que separa dos
desarrollo/atraso) sino como un locus orgánico, un espacio que se articula a sí mismo, que tiene
una voz y que forma y responde aquello que procede del centro.
No obstante, a pesar de que los diferentes proyectos examinados en las páginas previas
provengan de autores autodefinidos como gitanos o de iniciativas dominadas por este colectivo,
este aspecto no es definitorio para alinear ideológicamente estos tres trabajos. La obra de Tony
Gatlif, si bien considerada ‘cine con acento’, es un trabajo apoyado por grandes distribuidoras,
142
aplaudido y reconocido por las academias de cine europeo, así como una referencia obligatoria
en los círculos intelectuales interesados en el cine de (sobre) comunidades roma. Vengo presenta
la frontera y los personajes que la habitan como un espacio creativo capaz de enfrentar las
imposiciones desde el centro, pero no por ello reta el halo de fantasía que ha rodeado la figura
gitana en el imaginario popular. En este aspecto, la visión de Gatlif insiste en el nomadismo (real
y simbólico) del pueblo colectivo como nos recuerdan los créditos que cierran el filme a través
de la letra de “Nací en Álamo”, acompañados de las imágenes tomadas por una cámara al
hombro mostrando la carretera iluminada sólo por los faros de un coche. El espectador, al igual
que el ojo de la cámara, sigue un recorrido incierto, sin una meta concreta, donde el
protagonismo es de la carretera, del no-lugar como reza la canción – “no tengo lugar, no tengo
paisaje”.
Los otros trabajos analizados operan desde posiciones y formatos relegados a un orden
secundario por la difusión limitada, particularmente en el caso del Amor y la ira. Ambos se
gitana desde diferentes puntos de enunciación. El resultado no ofrece una visión positiva o
edulcorada de la figura gitana, no hay una inversión diametral de valores como por ejemplo a la
manera de Chus Gutiérrez en Alma gitana. Estos proyectos en lugar de hacer desaparecer a la
presencia fantasmal, materializan la agencia de ésta, arrojando luz a las tensiones que genera y a
los problemas que surgen de esta proyección, no sólo en el discurso dominante, sino también en
143
Epílogo
nacional española se ha forjado a partir de la figura gitana. Este proceso fue iniciado desde el
extranjero con la creación del mito de Carmen, imagen arquetípica con la que la producción
cinematográfica española ha mantenido una relación ambivalente durante las primeras décadas
del siglo XX. La protagonista de Merimée encarnaba algunos aspectos como la lujuria o el
partir de la cual surgieron narrativas que imaginaron una Carmen autóctona. Pero la figura
desaparece con la modernización experimentada a partir de mediados del siglo XX, ni tampoco
con la llegada de la democracia. La presencia de este personaje en el cine español supone una
exploro el desarrollo de la representación cinematográfica de esta figura a lo largo del siglo XX.
prisma de lo espectral. Tomo como punto de partida el concepto de lo fantasmal formulado por
Jacques Derrida en Espectros de Marx, libro en el que explora la aparición del ente fantasmal
como un accidente en la escritura de la historia que no permite que ésta se construya con fluidez.
En su lectura del espectro pone de relieve las incongruencias, los silencios y las tensiones de este
presente, futuro) rompiendo el proceso teleológico de la historia, así como también habita
diferentes espacios (margen, centro) sin respetar las divisiones impuestas por la jerarquía social.
144
Entender la figura gitana como un espectro que asedia la construcción de la identidad nacional
española permite arrojar luz sobre este proceso y su complejidad. La naturaleza ambivalente que
Por último, la meta de este proyecto ha sido la de ubicar la figura gitana no sólo como
una existencia subalterna pasiva a través de la cual se experimenta la fantasía orientalista, tanto
desde una mirada foránea como desde la propia sociedad española, sino como una presencia
espectral que activamente asedia la imaginación nacional. Entender la figura gitana desde esta
perspectiva supone reconocer su autonomía con respecto del sujeto hegemónico. Por tanto, la
figura gitana no constituye una mera proyección grotesca de la sociedad dominante, sino que
posee un margen de operatividad a través del cual molesta y no permite que la imagen nacional
se asiente firmemente.
cronológica, más que temática, puesto que mi interés estribaba en reconocer los cambios (o los
patrones) empleados para plasmar la figura gitana y a través de ella las transformaciones (y
retrato de la gitanidad ha sido el tinte exótico con el que los directores examinados han pintado
los personajes gitanos de sus películas mediante el filtro del flamenco. No obstante, el exotismo
145
cine de la República así como los filmes del primer franquismo reescriben la protagonista gitana
para desmarcarla de su predecesora francesa. Su exotismo sirve también para lidiar con la
Alemania. Durante la década de los 60, el gran boom económico para España, la comunidad
incluye también, de modo simbólico, la visión roma de su comunidad. Puesto que los trabajos
reproducción de los estereotipos con los que la sociedad paya ha definido al gitano, los otros
proyectos abordan directamente este problema y tienen por objetivo una reconstrucción de la
Entiendo que la inclusión de textos generados desde la propia comunidad se yergue como
esencial para un estudio más completo de la representación de la figura gitana. Es notorio que
este colectivo posee una voz, si bien marginal, y una agencia que deben ser reconocidas desde
diferentes campos, en este caso la academia, las humanidades, los estudios culturales para
146
establecer un verdadero diálogo constructivo que enriquezca no sólo el conocimiento académico
sino también que impacte en la percepción de la comunidad gitana por un público más amplio.
En la presente disertación toco de manera tangencial las voces gitanas y por ello presento
este aspecto como punto de partida para una proyección hacia el futuro. Percibo como imperante
examinar qué posición toman los autores roma, qué tensiones experimentan sus trabajos y cuáles
son las estrategias (si existen) para enfrentar la estigmatización o exotización que se da desde los
discursos dominantes. En este sentido, sería interesante ampliar el foco de los materiales
primarios e incluir también obras de teatro o proyectos comunitarios, ya que estos por su menor
incluido reacciones de asociaciones gitanas a algunos de los filmes aquí estudiados, no obstante,
supone un componente clave para el estudio del impacto de la imagen creada por los medios
audiovisuales en la sociedad. En este caso, me interesaría ante todo el espectador gitano para
poder entender los efectos que ha tenido la producción cinematográfica en este colectivo y cómo
147
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