Bullying y Ciberacoso

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BULLYING Y CIBERACOSO

Qué es el cibera coso

El ciberacoso es el acoso que tiene lugar en dispositivos


digitales, como teléfonos celulares, computadoras y
tabletas. El ciberacoso puede ocurrir mediante mensajes
de texto, textos y aplicaciones, o bien por Internet en las
redes sociales, foros o juegos donde las personas pueden
ver, participar o compartir contenido. El ciberacoso incluye
enviar, publicar o compartir contenido negativo, perjudicial,
falso, o cruel sobre otra persona. Esto puede incluir
compartir información personal o privada sobre alguien
más, provocándole humillación o vergüenza. Algunos
acosos por Internet pasan a ser un comportamiento ilegal
o criminal.

La mayoría de los casos de ciberbullying tienen tres


rasgos comunes que agravan este acoso en redes
sociales, chats, correos electrónicos o videojuegos:
anonimato, falta de percepción del daño causado y
roles imaginarios en digital. No obstante, antes de
entrar a hablar sobre las principales características,
intentemos equiparar el ciberacoso a una versión
digital del bullying, y comprendamos que, además,
es posible que muchos acosadores no solo
hostiguen a las víctimas en un contexto social —el
instituto donde estudian, el barrio donde viven, el
trabajo que comparten—, sino que este se extienda
ese acoso hacia el espacio digital. El caso contrario
—el paso del ciberbullying al bullying— es posible, y se han detectado casos, aunque
menos habitual.

Los lugares más comunes donde ocurre el ciberacoso son:

Redes sociales, como Facebook, Instagram, Snapchat y Tik Tok

Mensajes de texto y aplicaciones de mensajería en dispositivos móviles y tabletas

Mensajería instantánea, mensajes directos y chats por Internet

Foros en Internet, salas de chat y tableros de mensajes, como Reddit

email

Comunidades de juegos en Internet

Inquietudes especiales
Con la prevalencia de las redes sociales y
los foros digitales, personas conocidas y
desconocidas pueden ver comentarios,
fotos, publicaciones y el contenido que se
comparte. El contenido que comparte una
persona en Internet, tanto contenido
personal como cualquier contenido
negativo, cruel o perjudicial, crea una
especie de registro público permanente
de las vistas, actividades y
comportamientos. Este registro público
puede ser visto como una reputación en Internet, a la que pueden acceder las escuelas,
empleados, universidades, clubes, y todo aquel que realice una investigación de una
persona ahora o en el futuro. El ciberacoso puede dañar las reputaciones en Internet de
las personas involucradas, no solo de la persona que sufre acoso, sino también de
aquellas que acosan o participan en el acoso. El ciberacoso tiene inquietudes únicas que
pueden ser:

Persistentes: los dispositivos digitales permiten la comunicación inmediata y continua las


24 horas del día, por lo que puede ser difícil hallar alivio para los niños que sufren acoso.

Permanentes: la mayoría de la información que se comparte electrónicamente es


permanente y pública, si no se reporta o elimina. Una reputación en Internet negativa,
incluso para los acosadores, puede tener un impacto en las admisiones a la universidad,
los empleos y otras áreas de la vida.

Difíciles de notar: es posible que los maestros y padres no hayan oído sobre o visto
ocurrir el ciberacoso, por lo que es
más difícil de reconocer.

Leyes y sanciones

Todos los estados cuentan con


leyes que obligan a las escuelas a
responder ante el acoso. A medida
que el ciberacoso se hace más
frecuente con el uso de la
tecnología, muchos estados ahora
incluyen el ciberacoso o mencionan
delitos de ciberacoso en dichas
leyes. Las escuelas deben tomar
medidas como lo exige la ley, o con
normas escolares o locales que les
permitan disciplinar o actuar de otra
manera. Además, algunos estados
tienen disposiciones que abordan el acoso si afecta el rendimiento escolar. Puede
conocer las leyes y políticas de cada estado, incluso puede ser si contemplan el
ciberacoso.

Frecuencia del cibera coso

Existen dos fuentes de datos recopilados por el gobierno federal acerca del acoso entre
jóvenes:

El Suplemento de delitos escolares 2017 de la


Encuesta nacional de víctimas del delito (Centro
Nacional de Estadísticas de Educación y la Oficina de
Estadísticas Judiciales) indica que, entre alumnos de
12 a 18 años que manifestaron haber sido víctimas de
acoso en la escuela durante el año escolar, el 15% de
ellos fueron acosados en línea o mediante mensajes
de texto.

El Sistema de Supervisión de Conductas Juveniles


Peligrosas de 2019 (Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades) indica que alrededor
del 15.7% de los alumnos de escuelas secundarias
sufrió situaciones de acoso electrónico en los 12
meses previos a la encuesta.

Cómo prevenimos el ciberbullying

Una vez sabemos qué es y de dónde surge el ciberbullying, debemos tener presente
que la realidad en este tipo de acoso es compleja.
Según Parry Aftab, abogada especializada en
privacidad y seguridad en Internet: el ciberacoso
es el riesgo más frecuente para los niños. Sus
roles son móviles, y un menor que ha sufrido
ciberacoso también puede ejercerlo, incluso
durante un mismo incidente. Pero lo peor de todo
es que, a menudo, el agresor no comprende su
papel ni se ve como abusador.

Así pues, la información es un arma imprescindible


para frenar el acoso digital y evitar también el
bullying en las escuelas: la iniciativa Pantallas
Amigas, que apuesta por un uso seguro y sano de
Internet, RRSS, móviles y videojuegos, ha lanzado
proyectos pioneros contra el Cyberbullying y el
Sexting, que representan dos de los grandes riesgos del acoso en digital.

Sin embargo, conocer algunas de las formas en las que se manifiesta el


ciberbullying puede ayudarnos a prevenirlo, sin obviar que no hay un único contexto y que
el ciberacoso puede suceder en un videojuego como Minecraft, en una red social como
Facebook o en los comentarios de un blog personal.

1. Crear perfiles falsos para ridiculizar, acosar o confesar en primera persona experiencias
personales verdaderas o falsas de la víctima, así como acontecimientos personales,
demandas de contacto sexual, o similares.

2. Hackear o robar la contraseña de correo electrónico de la víctima, leer sus correos


violando su intimidad y utilizar el acceso al mismo para usurpar su identidad o utilizar
información confidencial.

3. Propagar rumores en foros o redes sociales; provocar a la víctima para que esta
reaccione de forma violenta y denunciarla ante los responsables de un foro, un chat o un
videojuego.

4. Enviar mensajes amenazantes por correo, WhatsApp o redes sociales aprovechando el


anonimato, agobiando y acosando a la víctima.

5. Subir a Internet fotos reales o fotomontajes para avergonzar públicamente o perjudicar


a la víctima.

Por descontado, esto solo son algunos ejemplos de los muchísimos casos de
ciberbullying en los últimos años. Un grave problema que se suma a la larga lista de
acciones en las que tomamos parte para mejorar la infancia de los niños y adolescentes
en España: saber de qué se trata y cómo se manifiesta nos ayudará a prevenirlo y, sobre
todo, evitará que, erróneamente, consideremos que es algo que puede dejarse pasar.

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