María Paz Vial 3
María Paz Vial 3
María Paz Vial 3
tion to the experience of spiritual revelation, which within Catholicism, especially in the
post-conciliar era, has been expressed by Popes John XXIII, John Paul II, and Ratzinger, as
well as the prominent theologian Hans Urs von Balthasar.They offer a renewed vision within
the rich and extensive Christian and Catholic tradition, projecting into the third millennium
of their existence. Noteworthy in this review is the importance of notions such as Art, as
an expression of beauty, speaking to us about the spiritual experience of the beautiful, as a
pathway to access the Mystery of the Human, and the awareness of that gift.
Key words: Beauty / revelation and gift / sacred art / Catholicism / theology
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En sus primeros años se desempeña como actriz en obras de teatro clásico interpretando autores como Calderón de la Barca, Sha-
kespeare, Lope de Vega y H. Pinter, entre otros. Ganó el premio de Dirección de Investigación de la Pontificia Universidad Católica
por su investigación y puesta en escena de la obra “Ifigenia en Aulide de Eurípides”. Durante algunos años, se dedicó a la docencia,
en la escuela de pre y post grado de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Directora de Fundación Domus Aurea. Ver: https://
fundaciondomusaurea.com/2020/10/19/equipo/
extrae y apunta explícitamente en el tema de la belleza: la «La forma del amor es la belleza ... » (Promethidion, Bogumił), y añadía:
«Porque la belleza está para entusiasmar al trabajo, el trabajo para resurgir» (ib.)
acción creadora de Dios insufla armonía y belleza.
A este punto se refiere San Juan Pablo Segundo cuando La obra de arte en último término es la necesidad vital de
indica que el arte no está llamado a ser mero objeto de dar respuesta, desenterrar aquella palabra primera del amor
utilización para otros fines; ya que su misión es revelación en que el hombre gozaba antes de la caída, escuchar y
y trascendencia, pero esta revelación implica una batalla obedecer a aquello que emana de Dios. Esta obediencia es
para el artista; quien tiene que renunciar a su tendencia libre, está regida por la atracción del bien, por su fidelidad a
egoísta y rendirse a la voz de la verdad, que viene desde lo lo verdadero, ante lo cual, él artista no quiere sustraerse. Es
más profundo de su ser. Según Juan Pablo II (1985): “El arte la obediencia que vemos en la creación. Dios crea por amor
consume al artista y en él consume el egoísmo del hombre” y la creación le obedece, en cierto modo canta la belleza
(1). De este modo, para Juan Pablo II (1999) que emana del amor, porque del amor proceden todas las
criaturas.
El arte es capaz de llamar al artista hacia la pureza;
dándole el impulso para que renuncie a sí mismo y a Si miramos la naturaleza creada, nada brilla únicamente
la presunción de la vanidad por una necesidad más por sí mismo. Es la tarde rojiza la que destaca la línea
urgente, una demanda, que contiene en si la poderosa horizontal que dibujan los cerros, y es la línea recortada
fuerza de lo verdadero que puede expresar en la forma de las cumbres de los cerros, la que resalta la luz rosada
que solo el capta: de ese modo preciso y único; su de la tarde Cada cosa creada brilla en su esplendor por la
obra de arte, en la cual, fondo y forma, no podrían ser belleza que le presta el universo que la rodea, cada creatura
otros. El artista, no sin tormento y conflicto, después de obedece y su obediencia pondera la belleza de todas las
debatirse, se abandona por fin, … al reclamo que viene cosas. Como expresa Goricheva (1987):
del punto que está más allá de él y se entrega a todo lo “La auténtica creación es toda ella obediencia… No
inexpresable (1). puede haber más ser que Dios y lo que obedece a
Dios…Nada es tan bello como la gravedad en los
pliegues fugitivos de las ondas del mar” (9)
Este proceso implica un sufrimiento para el artista; dolor
que en cierto modo acusa la perdida de la comunión
antigua con Dios, en la que sin necesidad de batallar
consigo mismo, el hombre unido a Dios, vivía en perfecta
sintonía natural también con lo verdadero y lo bello. Hoy,
a través de su obra de arte, el artista se siente llamado a
dar respuesta a ese primer amor que lo hace partícipe de El documento original del sitio online dispuesto por la Sede Vaticana aparece sin nu-
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El Arte guía al hombre hacia la belleza y la verdad, las “A todos ustedes proclamo solemnemente, la Iglesia
cuales se llaman la una a la otra y siempre van unidas. del Concilio les dice con nuestra voz: este mundo en
La mirada de Dios ante su obra culmina en la expresión: el cual vivimos necesita belleza para no precipitar en
“Y vio Dios que era bueno” (Gen, 1, 3) Así, Dios da cuenta la desesperación La belleza como la verdad, es aquello
de la belleza como reveladora de lo bueno. Dios Creador que infunde alegría en el corazón de los hombres, es
pone asimismo en el artista el talento que también crea y el fruto precioso que se resiste a la degradación del
revela, y le llama seriamente a una vocación por la belleza. tiempo…vosotros sois custodios de la belleza en esta
La belleza como expresión visible del bien, la encontramos mundo”5
también de otro modo en palabras de Platón que rescata
el gran artista catalán, Antoni Gaudí (en Tarragona, 2011; Ratzinger (2009) en dicho encuentro, recordó a los artistas,
2019): “la belleza es el resplandor de la verdad”. San Juan como Pablo VI veía en el arte, este don de traducir las cosas
Pablo II (1985), recogiendo la sabiduría de los padres de la del espíritu y lo “inefable de Dios”, otorgando a quien
Iglesia, hace notar que belleza y Verdad “… son los nombres posee este don, “…la misión de comprender los tesoros
de Dios, que en Cristo han tomado la forma del Amor”4 del cielo y revestirlos de palabra, de colores, de formas, de
Por su parte, Ratzinger (2009), refiriéndose a la belleza, accesibilidad”6
también toma esta nostalgia primigenia del hombre antes Pero en las palabras que dirige el Papa Pablo VI a los
de la caída al pecado original, nostalgia por la belleza artistas, se revela también una visión del artista, quien no
(prehistórica) que se encuentra en la hondura del corazón solo es capaz de traducir las cosas de Dios en imágenes
del hombre, su sed de unión y comunión, la profunda conmovedoras para los hombres, sino que también posee
necesidad de salir de sí mismo e ir más lejos, de conocer, de un don profético. La evangelización sin los artistas señalaba,
amar, de acercarse hasta rozar el misterio de su existencia. se hace difícil, insegura,” Nosotros necesitamos de ustedes”,
¿Que podría tocarnos en nuestra intimidad, que podría decía, e insistía en que el ministerio de la predicación del
herirnos y abrirnos los ojos si no es la belleza? La “auténtica Evangelio sin arte se haría “balbuciente e incierto y tendría
belleza”, desde aquella que vemos en la creación y la que se necesidad de hacer un esfuerzo para convertirse ser artístico
manifiesta en el universo y en la naturaleza, hasta la belleza en sí mismo, es más, convertirse en profético”.7
artística, nos abre en el corazón esta añoranza, (porque
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En el presente artículo se incluyen con permiso del autor, obras del pintor chileno
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ídem Ignacio Ossandon. Ver homepage en: http://www.iossandon.cl/
En este aprendizaje de lo humano, en que lo genuina y la misma manera que los ángeles son los mensajeros de Dios y
verdaderamente humano es Cristo, el Papa Juan XXIII le presentan nuestras plegarias, el arte cristiano se levanta por
atribuye especialmente al arte sagrado, ser un gran encima del velo de lo sensible para unirse con Dios, acompañar
instrumento de evangelización, nombrándolo como un arte sus santas inspiraciones, facilitar y orientar nuestras relaciones
“casi sacramental”. Dios se sirve de este arte para disponer con El”13.
al hombre a recibir “los prodigios de la Gracia”. Esta misma El artista cristiano, al levantar los ojos a Dios, trepa junto
percepción de escuela de humanismo encontramos en este con los ángeles por la escala de Jacob al cielo, se remonta
Papa, al referirse al arte sagrado como un modelador del a la fuente de todo arte y de toda belleza, fijando su mirada
hombre que mira a Cristo y desde esta mirada, aprende quien en Cristo, la imagen de aquel por quien recibió el don; allí
es verdaderamente el hombre. El Arte Sacro, a su juicio, tiene se inspira una y otra vez, allí se hace pequeño y por eso
un poder purificador sobre quien lo contempla, ensanchando más capaz de lo verdaderamente alto y más plenamente
su corazón y su mente, liberándole y disponiendo su espíritu humano. De esa fuente surge toda su obra y toda ella es
a recibir a Dios. En palabras de Juan XXIII: (1961): “El arte religiosa, pues al bajar la escala, el artista trae la belleza que
sagrado— quiere alcanzar: formar al hombre, hacerlo mejor, vuelve a religar a los hombres con el origen, aquella belleza
digno de su vocación cristiana, y capaz de orar, de recogerse, que da cuenta de esa otra, que veremos en la vida nueva.
de liberarse de la escoria del pecado dilatando su corazón en la Junto con San Agustín de Hipona, Ratzinger (2009) exclama:
unión con Dios y en el ejercicio de la caridad sobrenatural”12. De
“Gozaremos entonces de una visión nunca
este modo, el Papa Juan XXIII, ve también en el arte sagrado,
contemplada por los ojos, ni oída…nunca imaginada
el don de invitar a la oración, al dialogo con Dios, y desde
por la fantasía, una visión que supera todas las bellezas
el punto de vista del artista, se convierte en una ofrenda
terrenas, aquella del oro, de la plata, de los bosques y
que recuerda la escala de Jacob, por la que subían y bajaban
de los campos, del mar y del cielo, del sol y de la luna,
sus mensajeros. Subían llevando la ofrenda de la oración y
de las estrellas y de los ángeles, la razón es esta: que
bajaban trayendo el amor de Dios para todos los hombres.
esa es la fuente de cualquier belleza”14
Esta es una escena que ilumina la misión del artista. Así: “…de
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