Por todas partes se veían cruzar escuderos caracoleando en sus corceles ricamente enjaezados, reyes de armas con lujosas casullas llenas de escudos y blasones, timbaleros vestidos de colores vistosos, soldados cubiertos de armaduras resplandecientes, pajes con capotillos de terciopelo y birretes coronados de plumas, y servidores de a pie que precedían las lujosas literas y las
andas cubiertas e ricos paños, llevando en sus manos grandes hachas encendidas, a cuyo rojizo resplandor podía verse a la multitud que, con cara atónita, labios entreabiertos y ojos espantados, miraba desfilar con asombro a todo lo mejor de la nobleza castellana, rodeada en aquella ocasión de un fausto y un esplendor fabulosos.
Gustavo Adolfo Bécquer
Cuidábase su imagen, quitábasele a menudo el polvo, se restauraba la pintura donde quiera que se descascaraba un poco; pintábanse cada dos años y se doraban las andas en que se le sacaba en procesión, y se esmeraban mis primas en renovarle los ramilletes de flores que le rodeaban en la urna, con la frecuencia necesaria, y en engalanarle para las grandes solemnidades; era el santo, en fin, como de la casa, valiéndome de una frase de mi tía.
-No, muchas gracias, no nos sentamos -exclamó el Viruta, rechazando blandamente la silla que el Mestizo acababa de ofrecerle- ¡Nosotros no venimos más que a llevarnos, manque sea en andas de plata y bajo palio de sea, a este primor de primores!
Hallábase ésta bajo dos arcos cruzados, en el sentido de las diagonales de las andas, revestidos de pañuelos de seda de sobresalientes colores, y caían sobre la cabeza del Bautista multitud de relicarios, campanillas, acericos y escapularios; y no pareciéndoles, sin duda, bastante a mis primas la piel con que el escultor cubrió la desnudez de la imagen, habíanle colgado sobre los hombros un rico chal de Manila, que le llegaba hasta los pies, y colocado en la mano con que señalaba el corderito, un pompón encarnado y verde, procedente de un chacó de realistas, cuerpo a que, en sus mocedades, había tenido mi tío la honra de pertenecer.
Las imágenes salieron en procesión por la plaza con las comunidades eclesiásticas, en las iglesias se hicieron ardientes rogativas, y al dejar las divisiones el pueblo, los que conducían las andas de los santos las indinaron hacia la trepa, queriendo significar que ellos les daban su bendición.
Antes de la misa se llevó en solemne procesión al santo alrededor de la Iglesia, teniendo mi tío el honor, en compañía del alcalde y dos regidores, de cargar con las andas.
En la esquina de Miracielos hubo una breve oscilación; los portadores de las andas se detuvieron; Monseñor el Arzobispo, alzó los ojos hacia la Cruz; la Cruz de Dios, al pasar bajo el limonero, entre sus gajos se enredó.
Y ansí fue este; porque yendo la calle arriba, echando mi cuenta en lo que le emplearía que fuese mejor y mas provechosamente gastado, dando infinitas gracias a Dios que a mi amo había hecho con dinero, a deshora me vino al encuentro un muerto, que por la calle abajo muchos clérigos y gente en unas andas traían.
Y el tío Capachos, ya impaciente, con el paño al cuello y aún un carrillo limpio y pulido y con el otro embarrizado en jabón, dejó el enorme sitial y dirigióse a la puerta. -¡Ah!, pero ¿entoavía andas tú cimbeleando a la luna?
Él parecía otra efigie, otra escultura española, así quieto, mirando como arrebatado al Nazareno que se alzaba sobre las
andas, y no sé si de propósito o casualmente, imitando su actitud y hasta la expresión de su rostro.
Emilia Pardo Bazán
Aparecieron de pronto muchos caballeros principales, soldados y gente de gala, y ciertos ministros o funcionarios, al parecer palaciegos, que venían con unas
andas riquísimas y sobre las
andas algo a manera de trono portátil o silla gestatoria.
Juan Valera
En el centro de ella, y colocado ya en las pintorescas andas, sobre una mesa, estaba San Juan con el corderito a los pies, y en la diestra la cruz con el Agnus Dei qui tollis pecata mundi, escrito sobre la flámula ceñida a ella.