baile


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Sinónimos para baile

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

Sinónimos para baile

Ejemplos ?
Uno sobresale en el ditirambo, otro en los elogios, éste en las canciones destinadas al baile, aquél en los versos épicos, y otro en los yambos, y todos son medianos fuera del género de su inspiración, porque es ésta y no el arte la que preside a su trabajo.
Al apurar al hiel de estas verdades, miramos las creencias adoradas convertidas en locas necedades con adornos de baile engalanadas.
Unos balazos estremecieron el ambiente y corrió el grito de ahí vienen los pronunciados. Hombres y mujeres salieron huyendo del gran salón de baile, pero muchos cayeron heridos.
Era visible la intención de la pregunta. Fingimos no escucharla y por la noche hubo un gran baile a bordo. Mi primo Luciano, a especial pedido de miss Mariana y del radiotelegrafista, fue puesto en libertad.
¡Un fandango! --Sí..., sí..., ¡fandango! ¡Baile nacional! --Lo siento mucho, hijos míos; pero no me es posible tocar la corneta. --¡Usted, tan amable!...
IV Cuántas horas hacía que erraba solo en medio de máscaras silenciosas en aquel hangar abovedado como una iglesia, y era una iglesia, en efecto; una iglesia abandonada y secularizada era aquella amplia sala de ventanas ojivales, la mayoría medio tapiadas, entre sus columnas adornadas y encaladas con una espesa capa amarillenta donde se hundían las flores esculpidas de los capiteles. ¡Extraño baile en el que no se bailaba y en el que no había orquesta!
A continuación las muchachas hubieron de bailar, primero bailes sencillos, luego zapateados, y bien que lo hacían; finalmente, vino el baile artístico.
En los salones de baile, los instrumentos de metal rugían la matchicha y a su ritmo vivaz y canallesco desfilaban las parejas, arrastrando los pies sobre el entarimado, estrechamente enlazadas por el talle, rojas las mejillas, sudorosas las frentes, y en los ojos un apetito animal de vivir y de gozar, un hambre feroz de placeres.
Ora sonaban melodías del primer baile, un minueto y una polca, ora notas suaves y melancólicas que hacían asomar las lágrimas a los ojos del anciano.
La generala llevaba su diario, en el que registraba cada baile y cada tertulia a que había concurrido, así como las visitas de todos los forasteros.
La generala estuvo luego ocho días sin que le doliera la cabeza. Mas aquel baile no fue el único, en perjuicio de la salud de Emilia.
Pasó el verano, llegó el invierno y nuevamente se habló de don Jorge. Era bien visto, y se le recibía en los lugares más encumbrados; el general hasta se encontró con él en un baile de la Corte.