La palabra flânerie ('callejeo', 'vagabundeo') se refiere a la actividad propia del flâneur: vagar por las calles, callejear sin rumbo, sin objetivo, abierto a todas las vicisitudes y las impresiones que le salen al paso.
Ochumélov pregunta de quién es el perro. Piensa multar al dueño por dejarlo callejear. Le pide a Eldirin que levante el oportuno atestado.
A partir de aquí el recorrido es igual al de la ida en sentido contrario (Arturo Soria, Costa Rica y Príncipe de Vergara) hasta llegar a la plaza de República de Ecuador, donde la línea sigue recta por Príncipe de Vergara hasta girar por la Avenida de Concha Espina y desde ésta a la calle Serrano, por la que circula hasta la plaza de República Argentina sin entrar a callejear por El Viso.
La segunda vez por una crisis de reumatismo, hace once años. Yo no hago ningún ejercicio, pues no tengo tiempo de callejear. Soy un hombre serio.
LISONJEAR PARA NO TRABAJAR Ramiro siempre le encantaba callejear con tal de no encontrar trabajo, pues desde temprano salía de su casa diciendo que: -A ver si ahora sí encuentro empleo.