VII. El motín.- Las chicheras del pueblo, encabezadas por Felipa, se rebelan para exigir el reparto de sal al pueblo. Ernesto les acompaña en el tumulto.
Sin embargo, conforme avanza la novela, las diferencias entre ellos se tornan evidentes y esto origina un alejamiento. En el motín de las chicheras Ernesto participa al lado de estas, y Ántero da su respaldo a los hacendados.
Son llamados jocosamente «guayruros» (frijoles de colores) por el color de sus uniformes (negro y rojo). Se les ridiculiza por no poder controlar el motín de las chicheras.
IX. Cal y canto.- Los militares llegan a Abancay para contener la rebelión de las chicheras y capturar a Felipa. Ántero y Ernesto conversan en el colegio sobre la situación.
Entre los contribuyentes aparecen: Instituciones públicas y agremiados: Real Banco de San Carlos, Real Aduana, Gremio de Cocanis y Bayeteros, Administración de Correos, Casa de Moneda, Gremio de Matanceras y Gremio de Chicheras; Personas particulares: Presbítero Eusebio Vásquez, Escribano José Guillermo Trujillo, D.
Las chicheras reparten la sal a los indios de Patibamba, pero luego irrumpen los guardias civiles y recuperan la sal. VIII. Quebrada honda.- Ernesto es castigado por los padres, por seguir a las chicheras.
Los oficiales y soldados del Ejército, quienes ocupan la ciudad tras producirse el motín de las chicheras. La cocinera del internado, protectora del Palacitos y quien fallece víctima del tifo.
Luego todos se van a jugar con los zumbayllus. Al mediodía escuchan una gritería en las calles y divisan a un tumulto conformado por las chicheras del pueblo.
Despierta en el regazo de una señora blanca y de ojos azules, quien le pregunta extrañada quién era y qué hacía allí. Ernesto le responde que había llegado junto con las chicheras a repartir la sal.
Los alumnos comentan los chismes de la ciudad: las chicheras capturadas son azotadas en el trasero desnudo, y al responder a los militares con su lenguaje soez, les meten excremento en la boca.
Las chicheras (personas que preparan la chicha), ayudados por familiares y amigos, desde muchas semanas antes comienzan con el preparado de la bebida.
Y suelen ser grandes texedoras de rropa y cocineras y chicheras y chocareras para entretenimiento del Ynga y de los señores prencipales.