(chicome: siete) Y sucedió que al chocar el pedernal contra las rocas de aquellos montes e ir rodando entre las piedras, sacaba chispas y más chispas, todas fulgurantes, espléndidas, relucientes, que se iban transformando en figuras humanas llenas de energías y que se levantaban como si hubieran despertado de un largo viaje.
Mientras procuraba alcanzar el estilo que me había propuesto, sonreía a veces al
chocar con las enormes dificultades que se presentan al que quiere escribir con sencillez.
Miguel Cané
Aproximadamente 20 personas lanzaron piedras y botellas, hicieron chocar un camión en el estacionamiento del edificio, incendiaron un camión de distribución y saquearon las oficinas de Así es la Noticia.
Dicho esto, dio un bote en el escudo liso del Atrida; pero no pudo romper el bronce, porque la punta se torció al
chocar con el fuerte escudo.
Homero
¡Esa mujer me arrastrará al mundo; seré un necio más; al rozarme, al chocar con las pasiones vulgares, pero fuertes, de que hoy me burlo, me contagiaré y seré un vanidoso más, un ambicioso más, un farsante más!
Una vez izado el bote se emplearon los cables de refuerzo, ciñendo el casco por debajo; y por miedo a
chocar contra la Sirte, se echó el ancla flotante.
La Biblia (Nuevo Testamento)
Temerosos de que fuésemos a
chocar contra algunos escollos, echaron cuatro anclas desde la popa y esperaban ansiosamente que se hiciese de día.
La Biblia (Nuevo Testamento)
Enfrente subía una escalera recta, y a la izquierda una galería que daba al jardín conducía a la sala de billar, desde cuya puerta se oía el ruido de las bolas de marfil al chocar en carambola.
Nosotros, más que chocar, tratamos de conducir el país hacia adelante con la mayor armonía entre todos los intereses, para evitarle conflictos a la Revolución, pero decididos a llevar sus propósitos adelante.
Alejandro arrojó el primero la luenga lanza y dio un bote en el escudo liso del Atrida, sin que el bronce lo rompiera: la punta se torció al
chocar con el fuerte escudo.
Homero
Era, al menos, una garantía; pero, al pasar y chocar con su mano me di cuenta de que era de cera, de cera como su cara rosa erizada de bigotes postizos, y tuve la horrible certeza de que el único ser cuya presencia me habría tranquilizado en aquel lugar de misterio era un simple maniquí...
He aquí también a los jefes llamados Hacedor de Traición, Hacedor de Infortunio; he aquí sus cargos: chocar al hombre contra la traición; sea detrás de su morada, sea delante de su morada; que tuvo la mala suerte de caer, boca arriba, sobre el suelo: se moría; tal era el poder de Hacedor de traición, Hacedor de Infortunio.